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MATERIAL PARA LAS NOCIONES Y LOS TEMAS DE KANT

TEMAS:
-CRÍTICA A LA METAFÍSICA TRADICIONAL
-TEORÍA DEL CONOCIMIENTO

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MATERIAL PARA LAS NOCIONES Y LOS TEMAS DE KANT

TEMA 1:

CRITICA A LA METAFÍSICA TRADICIONAL


Planteamiento kantiano del problema del conocimiento

La primera de las preguntas a las que ha de responder una crítica de la


razón es la pregunta: ¿qué puedo conocer? La respuesta a esta pregunta
implica señalar: 1) los principios desde los cuales es posible un
conocimiento científico de la naturaleza, y 2) los límites dentro de los cuales
es posible tal conocimiento. Esta tarea es llevada a cabo por Kant en su
obra Crítica de la razón pura. A ella dedicaremos este segundo apartado.
B. La posibilidad de la metafísica como ciencia y de las
condiciones del conocimiento científico

En la introducción a la Crítica de la razón pura, Kant se muestra


primordialmente interesado por el problema de la posibilidad de la me-
tafísica, es decir, por el problema de si es posible un conocimiento
científico riguroso acerca de Dios, de la libertad y de la inmortalidad del
alma. El interés de Kant en este problema es perfectamente comprensible
si tenemos en cuenta su propia evolución intelectual a que nos hemos
referido en el punto anterior. Kant, decíamos, fue en un principio
racionalista y estuvo firmemente convencido de que el entendimiento
puede rebasar las fronteras de la experiencia y alcanzar un conocimiento
auténtico acerca de realidades que están más allá de ella, tales como
Dios o el alma. La influencia de Hume, sin embargo, hizo que esta fe en
la posibilidad de la metafísica se tambaleara más tarde en la mente de
Kant.

Dos son, a juicio de Kant, las deficiencias que han caracterizado


tradicionalmente a la metafísica colocándola en una manifiesta situación de
inferioridad respecto de la ciencia (física, matemáticas): en primer lugar, la
ciencia progresa mientras que en metafísica se continúan debatiendo las
mismas cuestiones que debatían Platón y Aristóteles tantos siglos atrás

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(existencia de Dios, inmortalidad del alma, etc.); en segundo lugar, los


científicos se ponen de acuerdo en sus teorías y conclusiones, mientras que
el más escandaloso desacuerdo reina entre los metafísicos. Urge, pues,
plantearse el problema de si es posible la metafísica como ciencia, de si la
metafísica puede ser construida como se construyen las ciencias
matemáticas y tísicas. De ser esto posible, piensa Kant, la metafísica podrá
superar el deplorable estado en que se ha encontrado durante todos los
siglos de su existencia, logrando el acuerdo y el progreso. Si esto no fuera
posible, piensa igualmente Kant, lo mejor será abandonar definitivamente la
ilusión de construir sistemas metafísicos con pretensiones de conocimiento
científico. Como puede observarse, el planteamiento no puede ser ni más
claro, ni más tajante.

El problema fundamental a resolver es, pues, el de si es posible la


metafísica como ciencia. La solución a este problema exige, sin em-
bargo, que nos planteemos una cuestión previa: ¿cómo es posible la
ciencia? Obviamente, sólo si hemos determinado las condiciones que
hacen posible la ciencia, podremos preguntarnos a continuación si la
metafísica se ajusta o no a estas condiciones. El planteamiento general
es simple y puede formularse así: la ciencia es posible bajo ciertas con-
diciones (supongamos las condiciones a, b, c y d); ¿puede la metafísica
ajustarse a esas condiciones?; si la respuesta es afirmativa, la metafísica
podrá adquirir el rango de ciencia; si, por el contrario, la respuesta es
negativa, la metafísica no podrá constituirse como ciencia y haremos bien
en abandonarla, como decíamos al final del párrafo anterior.

Acabamos de afirmar que el planteamiento general es simple. Sin


embargo, este planteamiento parecerá —y con razón— excesivamente
abstracto y general. Hablamos de investigar las condiciones que hacen
posible el conocimiento científico, pero ¿de qué condiciones se trata?, y
¿cómo investigar tales condiciones? Trataremos de concretar algo más
atendiendo a estas dos preguntas.

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1º. ¿De qué condiciones se trata?

Para comprender el planteamiento kantiano hemos de distinguir dos tipos


de condiciones que Kant denomina, respectivamente, condiciones
empíricas y condiciones a priori. Esta terminología (la mayor parte de la
terminología kantiana) puede resultar extraña y difícil a primera vista, pero no
nos hemos de dejar asustar por las palabras, sino intentar esclarecer su
significado. Para ello comencemos con un ejemplo.

Como es obvio, el que podamos ver algo depende de un sinnúmero de


condiciones. Depende, en primer lugar, de que nuestra vista sea
suficientemente aguda y el objeto no se encuentre excesivamente lejos o
sea excesivamente pequeño. Estas condiciones son particulares y
meramente fácticas: en efecto, un individuo puede tener una agudeza visual
suficiente para percibir un objeto que otro individuo es incapaz de percibir
por padecer miopía, por ejemplo; más aún, inclusive cuando se tratara de
distancias o tamaños tales que ningún individuo humano pueda de hecho
percibir, siempre cabría inventar instrumentos suficientemente poderosos
(telescopios o microscopios) que permitieran su percepción. Este tipo de
condiciones —particulares y fácticas, de hecho y por tanto, que pueden ser
alteradas— se denominan condiciones empíricas.

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Pero existen otro tipo de condiciones que son generales y necesarias, de


un tipo totalmente distinto. En el caso y ejemplo de la visión, una condición
para ver algo es que nuestra percepción esté localizada en un lugar del
espacio y en un momento del tiempo. Trate el lector de imaginar la siguiente
escena. Un individuo se nos acerca y nos dice que ha visto algo; le
preguntamos ¿dónde? y nos contesta que en ninguna parte; le preguntamos
¿cuándo? y nos contesta que en ningún momento. Tal vez se trata de un
loco o de un bromista. En cualquier caso, estamos seguros de que el
individuo en cuestión no ha visto algo. Espacio y tiempo son condiciones de
nuestra percepción, pero son un tipo de condiciones completamente
distintas de las que señalábamos en el párrafo anterior: no son particulares
(no afectan a la visión de este objeto o de este individuo en particular), sino
generales (afectan a la visión como tal y, por tanto, a todo individuo); no son
puramente fácticas (no pueden ser alteradas), sino estrictamente necesarias
(no pueden no darse). A este tipo de condiciones denomina Kant
condiciones a priori.

Las condiciones a priori son, pues, universales y necesarias. A estas


dos características hay que añadir una tercera que define su naturaleza: que
son previas a la experiencia. Esto último quiere decir que no provienen de
la experiencia, sino que condicionan a ésta. Son condiciones que pertenecen
a la estructura del sujeto. En el ejemplo anteriormente utilizado, todo sujeto
que percibe por medio de sentidos, percibe necesariamente en un lugar del
espacio y en un momento del tiempo, y si no, no percibe. Así de tajantes son
las cosas, según Kant. Digamos, para concluir, que las condiciones a priori
—universales y' necesarias— hacen posible la experiencia siendo
previas a la mismas. En tanto que hacen posible la experiencia y el
conocimiento, estas condiciones a Priori son denominadas por Kant
condiciones transcendentales.

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2º. ¿Cómo investigar las condiciones que hacen posible el conoci-


miento científico?

Pasemos ahora a esta pregunta, la segunda de las que nos formulá-


bamos anteriormente. Una vez que sabemos de qué condiciones se
trata, intentemos precisar cómo es posible averiguarlas.
Preguntar por las condiciones que hacen posible el conocimiento
científico es formular una pregunta a primera vista excesivamente gene-
ral. Sin embargo, es posible concretarla si tenernos en cuenta que una
ciencia es un conjunto de juicios o proposiciones. Si alguien tuviera
ganas y paciencia, podría tomar un tratado de física y convertirlo en una
lista de proposiciones («los atemos constan de tales partículas», «la
partícula X tiene tales características», etc.). (Evidentemente, las propo -
siciones o juicios científicos no aparecen formulados aisladamente, sino
concatenados entre sí formando razonamientos. Pero es sabido que los
razonamientos se componen de juicios y, por tanto, pueden ser des -
compuestos en éstos.)
El hecho de que una ciencia es un conjunto de juicios hizo pensar a
Kant que el problema ¿cuáles son las condiciones que hacen posible la

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ciencia? podía concretarse de la siguiente manera: ¿cuáles son las con-


diciones que hacen posibles los juicios de la ciencia? No es, pues,
necesario recorrer todos y cada uno de los tratados científicos para
buscar las condiciones que hacen posible la ciencia. Bastará, piensa
Kant, con observar cuidadosamente qué tipo de juicios utiliza la ciencia
e investigar las condiciones que los hacen posibles.

Antes de seguir adelante, resumamos brevemente el plantea miento


kantiano según lo que llevamos expuesto:

— El problema central que Kant se plantea en la Crítica de la


razón pura es si es posible la metafísica como ciencia.
— Previamente a esta pregunta, se ha de formular esta otra:
¿cómo es posible la ciencia?, es decir, ¿cuáles son las condiciones
transcendentales que hacen posible el conocimiento científico?
— Esta última pregunta, a su vez, puede concretarse así: ¿cómo
son posibles los juicios de la ciencia?, es decir, ¿cuáles son las
condiciones transcendentales que hacen posibles tales juicios?

C. Los juicios sintéticos a priori

Hablamos de los juicios de la ciencia, y aunque cada vez vamos


concretando más nuestro planteamiento, aún nos encontramos a un
nivel excesivamente general. En efecto, ¿qué tipo de juicios son los
característicos de la ciencia? (Kant siempre entiende por ciencia las ma-
temáticas y la física, tal como había sido formulada por Newton.) Se
hace necesario distinguir entre diversos tipos de juicios para aclarar
cuáles son los característicos de la ciencia. Veamos las distinciones y
clasificaciones kantianas de los juicios.

a) Juicios analíticos y juicios sintéticos.


Kant comienza estableciendo la distinción entre juicios analíticos y
juicios sintéticos, distinción que ya nos es conocida en parte a través de la
distinción que propusiera Leibniz entre «verdades de razón» y «verdades
de hecho«.

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Un juicio es analítico, según Kant, cuando el predicado está com-


prendido en el sujeto (al menos, implícitamente) y, por tanto, basta con
analizar el sujeto para comprender que el predicado le conviene nece -
sariamente. «Un todo es mayor que sus partes» es un juicio analítico,
porque basta con analizar el concepto de un «todo» para hallar la ver dad
del predicado. Estos juicios no nos clan información alguna o, como dice
Kant, no son extensivos, no amplían nuestro conocimiento: como es
obvio, a quien sepa lo que es un todo, este juicio no le enseña nada que
no supiera antes de formularlo.

Un juicio es sintético, por el contrario, cuando el predicado no está


contenido en la noción o concepto del sujeto. «Todos los nativos del
pueblo X miden más de 1,90» es un juicio sintético, ya que en la noción
del sujeto no entra, no está incluido el predicado: la noción del sujeto
incluye únicamente el dato de «haber nacido en el pueblo X», pero no
incluye ningún dato acerca de tamaño o estatura. Estos juicios si dan
información o, como dice Kant, son extensivos, amplían nuestro
conocimiento. A aquel que sabe o entiende qué significa, nacer en el
pueblo X» este juicio le enseña algo además, a saber, que tales
individuos son mayormente altos.

b) Juicios a priori y juicios a posteriori.

La clasificación anterior está hecha atendiendo a si el predicado está


incluido o no en la noción del sujeto. La clasificación de que nos ocu -
pamos ahora está hecha atendiendo a otro criterio, a saber, al modo
como es posible conocer la verdad de un juicio cualquiera. (Al estar
hechas sobre criterios distintos, ambas clasificaciones son distintas.
No se olvide.)

Juicios a priori son aquellos cuya verdad puede ser conocida inde -
pendientemente de la experiencia, ya que su fundamento no se halla
en ésta. «Un todo es mayor que sus partes» es, de acuerdo con esta
clasificación, un juicio a priori: conocemos su verdad sin necesidad de
andar comprobando y midiendo todos y partes. Juicios a posteriori son
aquellos cuya verdad es conocida a partir de la experiencia. De acuer-
do con esta clasificación, «todos los nativos del pueblo X miden más de

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1,90» es a posteriori: no tenemos otro recurso que observar a tales


individuos, si queremos tener certeza de la verdad de este juicio.

Esta distinción permite diferenciar, en opinión de Kant, ciertas ca -


racterísticas importantes de uno y otro tipo de juicios. Los juicios a
priori son universales y necesarios: ninguna excepción es posible al
juicio «un todo es mayor que sus partes»; por el contrario, los juicios a
posteriori no son universales ni necesarios.

Esta última afirmación de Kant —que los juicios a posteriori no son


estrictamente universales ni necesarios— puede resultar a primera vista
desconcertante. ¿No hemos formulado nuestro ejemplo afirmando que
todos los nativos del pueblo X miden más de 1,90»? ¿No es un juicio
universal? Para comprender la afirmación kantiana hay que tener en
cuenta las dos siguientes observaciones: en segundo lugar, Kant
acepta la afirmación de Hume de que la experiencia no puede mostrar
ninguna conexión necesaria (recuérdese que en esto se basaba Hume
en su crítica a la idea de causa): la experiencia sólo nos muestra que las
cosas suceden así de hecho, pero no que tengan que suceder
necesariamente así. Apliquemos estos dos criterios al juicio que venimos
utilizando como ejemplo: la experiencia nos muestra que los nativos de la
supuesta población X miden de hecho más de 1,90, pero no nos muestra
conexión necesaria alguna entre «nacer en tal pueblo‖ y «tener tal
estatura»; no es contradictorio que en esa población nazca un enano
(como sería contradictorio que un todo fuera menor que sus partes).
Ningún juicio extraído de la experiencia es, pues, ni necesario ni universal
en sentido estricto. El «todo›, de nuestro juicio a posteriori expresa
simplemente que hasta ahora no se han producido excepciones, no que
sea imposible que las haya.

c) Los juicios sintéticos a priori.

Tenemos, pues una doble clasificación de los juicios. Hemos de señalar


que hasta el momento Kant no es excesivamente original. Su originalidad
comienza a partir de ahora y se pondrá de manifiesto al comparar sus
conclusiones con las de Hume.
Hume hubiera aceptado esta clasificación, considerándola coincidente con

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la suya propia entre «relaciones de ideas» y ―juicios sobre hechos». Según


Hume, ambas clasificaciones coinciden y se superponen: de una parte, hay
juicios analíticos que son a priori (y, por tanto, estrictamente universales); de
otra parte están los juicios sintéticos que son a posteriori (y, por tanto,
contingentes y no estrictamente universales). Todo juicio analítico es a
priori, y viceversa; todo juicio sintético es a posteriori, y viceversa. Los
ejemplos que (intencionadamente) hemos utilizado parecen dar la razón a
Hume: «un todo es mayor que sus partes» es analítico (el predicado se halla
en el sujeto) y es a priori (sil verdad es asequible sin necesidad de recurrir a la
experiencia) y, por tanto, estrictamente universal y necesario (sin posibles
excepciones); por el contrario, dos nativos del pueblo X miden más de 1,90,, es
sintético (el predicado no está incluido en la noción del sujeto) y es a posteriori
(su verdad sólo puede ser conocida empíricamente), y, por tanto, no
estrictamente universal y contingente (no es imposible una excepción).
Según Hume, el cuadro de los juicios es el siguiente:

Analíticos…………(relaciones de ideas)……………………...a priori(universal y


n necesario)

Sintéticos…………….. (Juicio de hecho)…………………….a posteriori (no


u universal no estrictamente contingente)

.Kant, sin embargo, tiene otra historia que contar. Tomemos el siguiente juicio:
«la recta es la distancia más corta entre dos puntos». ¿Se trata de un juicio
analítico? Ciertamente, no —piensa Kant—, ya que el predicado no está
contenido en la noción del sujeto: en el concepto de línea recta, en la noción de
ésta, no entra para nada idea alguna de distancias. Es, por tanto, sintético.
Sigamos atendiendo cuidadosamente. ¿Es a posteriori? Tampoco, piensa Kant,
ya que: a) nos consta de su verdad sin necesidad de andar midiendo distancias
entre dos puntos (sin necesidad de recurrir a ninguna experiencia comprobatoria,
y b) es estrictamente universal y necesario (carece de posibles excepciones).
Es, por tanto, a priori. Contrariamente a Hume, Kant admite que hay juicios
sintéticos a priori.

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Según Kant, el cuadro de los juicios es el siguiente:

Analítico……..(Un todo es mayor que sus partes)………… a priori


(universal. Necesario)

Sintético…… (Los nativos X miden más de 1.70)……….a posteriori (no


universal. No estrictamente necesario y contingente

Hay, pues, según Kant, juicios sintéticos a -priori: por ser sintéticos, son
extensivos, es decir, nos dan información, ;invitan nuestro conocimiento
acerca de aquello a que se refieren; por ser a priori, son universales y
necesarios y el conocimiento de su verdad no procede de la experiencia.
Más aún, los principales fundamentales de la ciencia (matemática y física)
son de este tipo.

El ejemplo que hemos utilizado anteriormente (la línea recta es la


distancia más corta entre dos puntos›,) es un juicio de las matemáticas, de
la geometría. También en la física existen juicios sintéticos a priori. Un
ejemplo de este tipo de juicios es, según Kant, el principio de causalidad:
―todo lo que comienza a existir tiene causa». En opinión de Kant, no se
trata de un juicio analítico: en la idea de «algo que comienza a existir, no
está incluida la idea de «tener una causa». Es, por tanto, sintético. Pero es
a la vez estrictamente universal y necesario y, por tanto, a priori. En este
caso, Kant se aleja también de Hume.

Para Hume, el juicio, ―todo lo que comienza a existir tiene causa», es a


posteriori, contingente y no estrictamente universal: proviene de la experiencia,
es una generalización resultante de que hemos observado repetidas veces la
sucesión constante de dos fenómenos; ahora bien, como la experiencia
muestra conexiones necesarias como la experiencia muestra solamente
que las cosas suceden de hecho así y no que tengan que suceder
necesariamente así, tal juicio no es estrictamente universal ni necesario,
sino contingente. Ciertamente, señala Hume, hasta ahora la
experiencia no nos ha mostrado nunca algo que comience a existir sin
causa, pero esto no implica que sea lógicamente imposible: lógicamente

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imposible sería que algo existiera y no existiera a la vez, que comenzara y


no comenzara a existir (se violaría el principio de contradicción), pero no que
algo comience a existir sin causa. Si esto sucediera —piensa Hume— nos
extrañaría sobremanera, porque estamos habituados a lo contrario; sin
embargo, podemos concebirlo como Posible sin incurrir en contradicción.

La argumentación de Hurne a favor de que el principio de


causalidad es sintético a posteriori (contingente y no estrictamente
universal) es una argumentación poderosa. ¿Qué tiene Kant que oponer a
esta argumentación? Según Kant, Hume fue víctima de un error al
confundir las leyes particulares causales con el principio general de
causalidad. Tomemos una ley causal cualquiera, por ejemplo, 'los cuerpos
son dilatados por el calor». Probablemente Kant no tendría inconveniente
en reconocer que se trata de un juicio sintético a posteriori. El razonamien-
to anteriormente expuesto de Hume es perfectamente aplicable a este
juicio: la experiencia nos muestra que, de hecho, los cuerpos son dilatados
por el calor, pero no que necesariamente tenga que ser así; es
perfectamente concebible sin contradicción que un cuerpo se contraiga en
vez de dilatarse. Es, pues, un juicio a posteriori, basado en la experiencia, y
como tal, ni estrictamente universal ni necesario. Puestos a suponer,
supongamos que un buen día un cuerpo se contrae en tales circunstancias
en vez de dilatarse. ¿Significaría esto una excepción al principio general de
causalidad? No, piensa Kant. Significaría una excepción a esa ley
particular, pero no al principio de causalidad. Tal contracción no dejará por
eso de tener una causa. El principio de causalidad es una ley universal y
necesaria, una ley que el entendimiento aplica necesaria y
universalmente a todos los fenómenos de la experiencia.
Su primase esa ley y el mundo de la experiencia se tornará imposible.

Antes de seguir adelante, resumamos brevemente la teoría kantiana de


los juicios:

a) Además de los juicios analíticos (que siempre son a priori) y de los


juicios sintéticos a posteriori, existen juicios sintéticos a priori.

b) Estos juicios son extensivos (por ser sintéticos) y son también


estrictamente universales y necesarios (por ser a priori).

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c) Puesto que son a priori, su validez se establece y es conocida


independientemente de la experiencia.

d) Las ciencias —matemáticas y físicas— poseen juicios sintéticos a


priori. Más aún: los principios fundamentales de las ciencias son
sintéticos a priori.

e) Por tanto, la pregunta: ¿cuáles son las condiciones que hacen posibles
los juicios de la ciencia?, equivale a esta otra: ¿cuáles son las condiciones
(trascendentales) que hacen posibles los juicios sintéticos a priori?

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Para Kant la existencia de la metafísica (como ciencia) depende de ciertas


exigencias que son las que hacen de un conocimiento una ciencia. En
primer lugar debe tener un método que sirva como criterio o camino para
alcanzar la verdad. En segundo lugar, para Kant, toda ciencia debe de
ampliar el conocimiento, de manera que donde no existe la posibilidad de
los juicios sintéticos a priori, no hay verdadero conocimiento, de modo que
la metafísica no es posible como ciencia, para serlo necesita poseer ―juicios
sintéticos a priori‖. En tercer lugar, debe de ser un conocimiento universal,
donde todos participen de su consenso, sin que se tenga dudas o
diferencias de sus principios y presupuestos. En cuarto lugar, todo
conocimiento verdadero debe ser objeto de una experiencia sensible. La
metafísica no cumple con ninguno de estos requisitos, ya que está
cimentada sobre juicios analíticos, que son necesarios, pero no aportan
nada nuevo al conocimiento, sus presupuestos no tienen una aceptación
universal debido a que se contradicen y se cuestionan entre sí, y por ultimo
todos los postulados o asuntos metafísicos, no se pueden experimentar
empíricamente, de modo que no pueden ser objeto de la experiencia
humana. En efecto, para Kant, la metafísica no reúne los requisitos
necesarios para constituirse en una ciencia.

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TEMA 2:
TEORÍA DEL CONOCIMIENTO

4.2. LA DOCTRINA DEL CONOCIMIENTO EN LA CRÍTICA DE LA


RAZÓN PURA

En la Crítica de la razón pura podemos considerar tres partes, que Kant


denomina, respectivamente, estética trascendental, analítica trascendental y
dialéctica trascendental. Como en los restantes casos, también en éste la
terminología resulta peculiar. Estas tres partes corresponden a las tres
facultades que Kant distingue en el hombre: sensibilidad, entendimiento
y razón. (Propiamente hablando —y corno señalábamos anteriormente—,
solamente existen dos facultades de conocimiento, que son la sensibilidad y
el entendimiento, pero dentro de éste distingue Kant dos tipos de actividad
intelectual que el hombre realiza: el hombre, en efecto, formula juicios; juzga,
pero además enlaza unos juicios con otros formando razonamientos, razona.
A la capacidad de juzgar le reserva Kant el nombre de entendimiento y a la
facultad de razonar le reserva el nombre de razón.) Estas tres partes se
corresponden también con los tres tipos de conocimiento, cuyo estudio
interesa fundamentalmente a Kant: el conocimiento matemático, el co-
nocimiento físico y el conocimiento metafísico. El plan en estas tres partes
es, pues, el siguiente:

1 En la estética trascendental estudia Kant las condiciones sensibles del


conocimiento, a la vez que muestra cuáles son las condiciones que hacen
posible que en las matemáticas existan juicios sintéticos a priori.

2. En la analítica trascendental estudia Kant el entendimiento, a la vez


que muestra cuáles son las condiciones que hacen posible que haya
juicios sintéticos a priori en la física.

3. En la dialéctica trascendental Kant estudia la razón, a la vez que se

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ocupa del problema de la posibilidad o imposibilidad de la metafísica, es


decir, de si la metafísica satisface las condiciones que hacen posible la
formulación de juicios sintéticos á priori.

A. LA ESTÉTICA TRASCENDENTAL

a) Las condiciones sensibles del conocimiento.

La explicación que Kant ofrece del conocimiento en la estética tras-


cendental ha sido ya adelantada páginas atrás, cuando intentábamos
explicar qué entiende Kant por condiciones «trascendentales». Utilizando
como ejemplo la visión, señalábamos que ésta depende de ciertas
condiciones particulares y empíricas (como la agudeza visual o el tamaño de
los objetos), pero que también —y esto es lo verdaderamente importante
para Kant— depende de dos condiciones absolutamente generales y
necesarias, el espacio y el tiempo. No se puede ver algo, decíamos, sin verlo
en un lugar del espacio y en un momento del tiempo. Para comprender la
teoría kantiana de la sensibilidad basta con generalizar este ejemplo: espacio
y tiempo son condiciones generales y necesarias —trascendentales— no

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solamente de la visión, sino de la sensibilidad. Para expresarlo, Kant


denomina al espacio y al tiempo «formas a priori de la sensibilidad, y
también «intuiciones puras». Trataremos de aclarar el significado de ambas
expresiones.

1º. Espacio y tiempo, formas a priori de la sensibilidad.

- Formas. Que el espacio y el tiempo son formas significa que no son


impresiones sensibles particulares (colores, sonidos, etc.), sino la forma o el
modo como percibimos todas las impresiones particulares: los colores, los
sonidos, etc., son percibidos en el espacio y en el tiempo.
- A priori. El término «a priori» lo hemos encontrado ya al ocuparnos de
los juicios: un juicio es a priori —hemos visto— cuando su conocimiento y
su validez son independientes de la experiencia. En general, a priori
significa para Kant aquello que no procede de la experiencia: el espacio y
el tiempo no proceden de la experiencia, sino que la preceden, como
condiciones para que ésta sea posible.

- De la sensibilidad. Es decir, del conocimiento sensible. Kant


distingue entre sensibilidad externa (lo que Locke denominaba
―sensación‖) y sensibilidad interna (lo que Locke denominaba ―reflexión‖).
La sensibilidad externa está sometida a ambas formas de espacio y
tiempo (colores, sonidos, etc., se perciben en el espacio y en el tiempo).
La sensibilidad interna está solamente sometida a la forma del tiempo
(nuestras vivencias, imaginaciones, recuerdos, etc., se suceden unas a
otras en el tiempo.

2º. Espacio y tiempo, intuiciones puras.

- Intuiciones. Al afirmar que espacio y tiempo son intuiciones, Kant


pretende subrayar que no son conceptos del entendimiento. En efecto,
Kant piensa –siguiendo ciertas nociones bien conocidas de la lógica
tradicional- que los conceptos se caracterizan porque pueden ser
aplicados a una multiplicidad de individuos (el concepto ―hombre‖ es
aplicable a todos los individuos humanos, a todos los miembros de la
especie humana). Sin embargo, el espacio y el tiempo son únicos, no hay
más que un espacio y un tiempo. No hay una pluralidad de espacios y

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tiempos (como hay una pluralidad de hombres), sino partes de un espacio


único e intervalos de un tiempo único que fluye sin cesar. Hay, además,
una segunda razón para negar que espacio y tiempo sean conceptos
extraídos de la experiencia. El concepto ―hombre‖ es el resultado de la
abstracción de ciertos rasgos a partir de la observación empírica de
diversos individuos humanos. El concepto ―hombre‖ se forma con
posterioridad a la experiencia. Éste no puede ser el caso del espacio y el
tiempo, ya que son condiciones de toda experiencia, y, por tanto,
anteriores a ella (a priori, trascendentales).

- Puras. El término ―puro‖ significa en Kant vacío de contenido empírico.


El espacio y el tiempo son como dos coordenadas vacías en las cuales se
ordenan las impresiones sensibles (colores, sonidos, etc.).

b) Los juicios sintéticos a priori en matemáticas.

Además de exponer las condiciones sensibles del conocimiento,


Kant se ocupa en la estética trascendental –como dijimos- del
conocimiento matemático. A primera vista puede parecer extraño que
Kant se ocupe de las matemáticas al tratar de las condiciones sensibles
del conocimiento: las matemáticas, desde luego, no se hacen con los
sentidos, sino con el entendimiento. Si Kant se ocupa de las matemáticas
en este momento es porque piensa que la posibilidad de los juicios
sintéticos a priori en matemáticas depende precisamente de que el
espacio y el tiempo son intuiciones puras.

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El razonamiento de Kant al respecto puede resumirse del siguiente


modo:

- La geometría y la aritmética se ocupan, respectivamente, del


espacio y del tiempo. Que la geometría se ocupa de determinar las
propiedades del espacio no parece, en principio, difícil de admitir.
Que la aritmética tenga que ver con el tiempo resulta, sin embargo,
una afirmación realmente extraña. Y, sin embargo, así es según
Kant: la aritmética se ocupa de la serie numérica (1, 2, 3…,n) y
ésta, a su vez, se basa en la sucesión temporal (el 2 antes que el 3
y después del 1, etc.). El tiempo es, según Kant, el fundamento
último de la aritmética.

Las matemáticas pueden formular juicios sintéticos a priori porque el


espacio y el tiempo son intuiciones puras, a priori:

a) Las matemáticas formulan juicios acerca del espacio y el


tiempo: ahora bien, el espacio y el tiempo son condiciones
previas, independientes de toda experiencia particular; luego los
juicios de las matemáticas son independientes de toda
experiencia particular (es decir, a priori).

b) Las matemáticas formulan juicios acerca del espacio y el


tiempo; ahora bien, todos los objetos de nuestra experiencia se
dan en el espacio y el tiempo; luego, en todos los objetos de
nuestra experiencia se cumplirán necesariamente los juicios de
las matemáticas (es decir, éstos son estrictamente universales
y necesarios, sin excepción posible).

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B. LA ANALÍTICA TRASCENDENTAL: la espontaneidad del


entendimiento.

a) El conocimiento intelectual: Las condiciones intelectuales del


conocimiento.

La sensibilidad nos sitúa frente a una multiplicidad de fenómenos,


frente a una multiplicidad de impresiones en el espacio y el tiempo. Ahora
bien, percibir tal multiplicidad de fenómenos (colores, formas, sonidos,
etc.) no es, sin más, comprenderlos. Si el percibir es la función propia de
la sensibilidad, el comprender lo percibido es la función propia del
entendimiento. De ella se ocupa Kant en la analítica trascendental a
través de un conjunto de análisis complicados. Ofreceremos un
esquemático resumen de su doctrina a través de los puntos siguientes:

1º. La función de comprender o entender se realiza mediante con-


ceptos.

Supongamos que estamos viendo cualquier objeto que nos es familiar,


una casa, por ejemplo. Nuestros sentidos nos ofrecen ciertas impresiones
sensibles (colores, formas, etc.) aquí y ahora. Si alguien nos pregunta qué

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estamos viendo, diremos que vemos una casa. El concepto de casa


constituye, pues, la clave que nos permite comprender e interpretar esas
percepciones sensibles. Supongamos ahora que, por el contrario, se
presenta ante nuestros ojos algo extraño que en nada se parece a cuánto
hemos visto en nuestra vida. Percibiremos también, como en el caso anterior,
impresiones sensibles (colores, formas, etc.) aquí y ahora. Si alguien nos
pregunta qué estamos viendo, no podremos contestar: nos falta un
concepto en que encajar esas impresiones sensibles.

Estos dos ejemplos nos muestran cómo nuestro conocimiento incluye


conceptos además de percepciones sensibles. No muestra, además, que
comprender los fenómenos es poder referirlos a un concepto: esto es una casa,
esto es un árbol, etc. Cuando no podemos referir las impresiones sensibles a un
concepto, nuestra comprensión de aquéllas queda bloqueada, resulta
imposible. Obsérvese, en fin, que esta actividad de referir los fenómenos a los
conceptos se realiza siempre a través de un juicio: esto es una casa, esto es un
perro (o bien, un perro es un mamífero, etc.). El entendimiento puede ser
considerado, pues, como la facultad de los conceptos o bien como la facultad
de los juicios, la facultad de juzgar, como decíamos anteriormente. Ambas
caracterizaciones se implican mutuamente.

2.º Es necesario distinguir dos tipos de conceptos totalmente distintos,


los conceptos empíricos y los conceptos puros o categorías.

Los conceptos empíricos son aquellos que proceden de la experiencia (son


a posteriori, en la terminología kantiana). Los conceptos de ‹perro»
mamífero» son conceptos empíricos, extraídos de la experiencia a partir de la
observación de las semejanzas y rasgos comunes a ciertos individuos.

Aparte de los conceptos empíricos, el entendimiento posee, según Kant,


ciertos conceptos que no proceden de la experiencia y son, por tanto, a priori.
Recuérdese lo que decíamos más arriba: el entendimiento se caracteriza por
su espontaneidad, porque produce espontáneamente ciertos conceptos sin
derivados de la experiencia.

Más arriba citábamos cuatro de estos conceptos puros (sustancia, causa,


necesidad, existencia) y señalábamos cómo el entendimiento los aplica a las
impresiones sensibles, a los fenómenos para unificarlos y coordinarlos. Según

21
MATERIAL PARA LAS NOCIONES Y LOS TEMAS DE KANT

Kant, no son en realidad cuatro, sino doce, exactamente, los conceptos puros
o categorías del entendimiento. Tal vez cause extrañeza esta afirmación de
que los conceptos puros son precisamente doce.
Kant estaba completamente seguro de haber hallado cuántos y cuáles son
los conceptos puros o categorías porque los había descubierto , en su opinión,
por un procedimiento riguroso e infalible. La función fundamental del
entendimiento es formular juicios, unificar y coordinar los datos de la
experiencia sensible por medio de juicios. Pues bien, pensaba Kant, habrá
tantas maneras de unificar los datos de la experiencia, tantos conceptos puros
como formas posibles de juicio. Con esta idea en la mente, Kant recurrió a la
lógica y encontró que los juicios pueden ser: a) universales, particulares
singulares, atendiendo a la cantidad; b) afirmativos, negativos, definidos,
atendiendo a la cualidad; c) categóricos, hipotéticos y disyuntivos, atendiendo a
la relación, y (1) problemáticos, asertorios y apodícticos, atendiendo a la mo-
dalidad. Doce son, pues, las categorías o conceptos puros: unidad, pluralidad
y totalidad, que corresponden a los tres tipos de juicios atendiendo a la
cantidad; realidad, negación y limitación, que corresponden a los tres tipos
de juicios según la cualidad; sustancia, causa, comunidad, que corresponden
a los tres tipos de juicios atendiendo a la relación; posibilidad, existencia y
necesidad, que corresponden, en fin, a los tres tipos de juicios según la
modalidad.

Este descubrimiento de los conceptos puros —cuántos y cuáles son—


a partir de la clasificación de los juicios, es denominado por Kant »deducción
metafísica de las categorías».

Que las categorías o conceptos puros sean precisamente doce (y


precisamente estos doce) ha sido a menudo criticado por los comentaristas
de Kant. Lo más importante no es, sin embargo, este pleito, sino el papel que
desempeñan en la actividad intelectual.

22
MATERIAL PARA LAS NOCIONES Y LOS TEMAS DE KANT

3º. Los conceptos puros son condiciones trascendentales, necesa-


rias de nuestro conocimiento de los fenómenos.
Esto significa que el entendimiento no puede pensar los fenómenos si no
es aplicándoles estas categorías, y, por tanto, los fenómenos no pueden ser
pensados si no son pensados de acuerdo con las categorías.
Tornemos un juicio cualquiera. Sea el juicio todos los nativos del pueblo
X miden más de 1,90», juicio del que ya nos hemos servido ampliamente
con anterioridad. El conocimiento sensible nos ofrece una pluralidad de
figuras, formas, movimientos, colores, etc. El entendimiento, al formular
este juicio, coordina, unifica estas impresiones sensibles aplicando ciertas
categorías: puesto que es un juicio general (según su cantidad), el
entendimiento aplica la categoría de unidad: los individuos en cuestión
aparecen unificados como ―nativos del pueblo X»; puesto que es un juicio
afirmativo (según su cualidad), el entendimiento aplica la categoría de
realidad: la altura en cuestión es algo que realmente les pertenece; puesto
que es un juicio categórico (según la relación), el entendimiento aplica la
categoría de sustancia: los habitantes del tantas veces mencionado y
anónimo pueblo son concebidos como sustancias y su notable estatura es
concebida como una propiedad o accidente suyo; puesto que, en fin, es un
juicio asertórico (según su modalidad), el entendimiento aplica la
categoría de existencia: la estatura de los nativos del pueblo X está ahí, es

23
MATERIAL PARA LAS NOCIONES Y LOS TEMAS DE KANT

un hecho que se impone a nuestra inspección y observación.


La exposición y justificación de la función que desempeñan las categorías en
el conocimiento es denominada por Kant »deducción trascendental de
las categorías».
Elimínese esta función unificadora del entendimiento, a través de las
Categorías y no quedará sino un conjunto de impresiones sensibles in
conexas, desarticuladas.

DEDUCCIÓN METAFÍSICA DE LAS CATEGORÍAS

PARTE DE LA "ANALÍTICA TRASCENDENTAL" QUE INVESTIGA CUÁNTAS Y CUALES SON


LAS CATEGORÍAS (LOS CONCEPTOS PUROS DEL ENTENDIMIENTO).

Kant creyó que hacer un juicio es categorizar o conceptualizar (en el juicio "la
mesa de la habitación es negra" conceptualizamos la realidad a la que se
refiere el sujeto –la mesa– como siendo o teniendo determinadas
características –como siendo negra–) y que, por lo tanto, habrá tantas formas
puras de categorizar o conceptualizar, como formas puras de juicios. Dado que
existe una relación especial entre las categorías y los juicios, pensó Kant,
podemos averiguar cuántos y cuáles son dichos conceptos puros utilizando
como "hilo conductor" la investigación de los tipos de juicios. La lógica de su
tiempo ya había hecho esta investigación y Kant acudió a ella para establecer
la tabla de categorías.

TABLA DE LOSJUICIOS TABLA DE LASCATEGORÍAS

Universales
Unidad
"Todo A es B"

Según la De la
cantidad Particulares cantidad Pluralidad
"Algún A es B"

Singulares Totalidad

24
MATERIAL PARA LAS NOCIONES Y LOS TEMAS DE KANT

"Este A es B"

Afirmativos
"Es cierto que A es Realidad
B"

Según la De la
Negativos
cualidad cualidad Negación
"A no es B"

Infinitos
Limitación
"A es no B"

Inherencia y
Categóricos Subsistencia
"A es B" (substancia y
accidentes)

Hipotéticos Causalidad y
Según la "Si A es B, entonces De la Dependencia (causa y
relación es C" relación efecto)

Disyuntivos Comunidad (acción


"A es B, o C, o recíproca entre el
D,....‖ agente y el paciente)

Problemáticos
Posibilidad-Imposibilidad
"A puede ser B"

Asertóricos
Según la De la Existencia-No existencia
"A de hecho es B"
modalidad modalidad

Apodícticos
"A necesariamente Necesidad-Contingencia
es B"

Según Kant, la tercera Categoría de cada tríada surge de la


combinación de la segunda con la primera; así:

25
MATERIAL PARA LAS NOCIONES Y LOS TEMAS DE KANT

 La Totalidad es Pluralidad considerada como Unidad.


 La Limitación es Realidad combinada con Negación.
_ .La Comunidad es la Causalidad de una Sustancia determinante de y deter-
minada por otra Sustancia.
 La necesidad es la Existencia dada por la mera accesibilidad de la Existencia.

4º. Los conceptos puros o categorías son vacíos. Así como el


espacio y el tiempo han de llenarse con las impresiones sensibles, los con-
ceptos puros han de llenarse con los datos procedentes del conoci -
miento sensible.

Esto implica que las categorías solamente son fuente de conocimiento


aplicadas a los fenómenos (es decir, a las impresiones sensibles que se dan
en el espacio y el tiempo). Como decíamos en el apartado titulado «Kant ante
el racionalismo y el empirismo» al comienzo de este tema, las categorías no
tienen aplicación válida más allá de los fenómenos, no pueden aplicarse
válidamente a realidades que estén más allá de la experiencia.

Tomemos ahora el siguiente ejemplo: «todos los espíritus son bondadosos,


Desde el punto de vista de su estructura, este juicio es equiparable al que

26
MATERIAL PARA LAS NOCIONES Y LOS TEMAS DE KANT

considerábamos anteriormente («todos los nativos del pueblo X miden más


de 1,90»): es universal, afirmativo, categórico y asertórico (o apodíctico); en él
se utilizan las categorías de unidad, realidad, sustancia y existencia (o
necesidad); entre ambos juicios existe, sin embargo, y a juicio de Kant, una
diferencia radical: en el primer caso las categorías se aplicaban a datos de la
experiencia, mientras que en el segundo caso se aplican a algo que no nos es
dado en la experiencia sensible. En el segundo caso, se trata de una aplicación
ilegítima de las categorías (ilegítima desde el punto de vista del conocimiento),
y, por tanto, no puede hablarse de conocimiento en sentido riguroso.

b) Los juicios sintéticos a priori en la física.

Ya dijimos que Kant se ocupa en la analítica transcendental de dos


cuestiones: del estudio del entendimiento (facultad de los conceptos, de los
juicios) y de la posibilidad de los juicios sintéticos a priori en la física. La
primera cuestión ya ha quedado expuesta en los párrafos precedentes y la
explicación kantiana de la misma puede resumirse en las dos siguientes
proposiciones: a) el entendimiento conoce aplicando los conceptos puros a los
fenómenos, a lo dado en la experiencia; b) las categorías o conceptos puros
solamente tienen validez cuando son aplicados a los fenómenos, a lo dado
en la experiencia. De la segunda cuestión nos ocuparemos brevemente.

Los principios fundamentales en que se basa la física son, según Kant,


juicios sintéticos a prior Más arriba explicar las distintas clases de
juicios— proponíamos como ejemplo de juicio sintético a priori el principio
de causalidad, principio que constituye una ley fundamental de nuestro
conocimiento de la naturaleza. Existen otros importantes principios relativos a
la naturaleza que, según Kant, son también de esta clase, pero
prescindiremos de ellos, ya que su caso es exactamente el mismo que el del
principio de causalidad. Tomemos, pues, a éste como ejemplo y veamos
cómo —siendo sintético— puede ser a priori.

I. ° El principio de causalidad está basado en la categoría de causa.


Ahora bien, la categoría de causa (como todas las categorías) es un

27
MATERIAL PARA LAS NOCIONES Y LOS TEMAS DE KANT

concepto puro que no procede de la experiencia, sino que es previo a la


experiencia a la cual se aplica; luego, la validez del principio 1- causalidad
no depende de la experiencia sino que precede a ésta. Es, por tanto, a
priori.

2." Como hemos señalado anteriormente, los fenómenos solamente pueden


ser conocidos por el entendimiento si éste les aplica las categorías. Por tanto,
las categorías se aplican a todos los fenómenos que el entendimiento conoce;
luego, el principio de causalidad (basado en la categoría de causa) será
aplicable a todos los fenómenos que el entendimiento conoce (o puede
conocer). Es, por tanto, estrictamente universal y necesario.

c) El idealismo trascendental. Fenómeno y noúmeno.

Las categorías no son aplicables más allá de la experiencia, más allá de lo


dado en el espacio y en el tiempo. Lo dado, lo intuido, en el espacio y el
tiempo se denomina fenómeno (= lo que aparece o se muestra al sujeto).
Ahora bien, la idea misma de algo que aparece implica, correlativamente, la
idea de algo que no aparece, la idea de algo en sí. El objeto —en tanto que
aparece y es conocido— se denomina «fenómeno»; el correlato del objeto,
considerado al margen de su relación a la sensibilidad, lo denomina Kant
«cosa en sí», o bien «noúmeno» (en la medida en que es algo sólo
inteligible).

La distinción entre fenómeno y noúmeno es fundamental en el sistema


kantiano. Al tratar de esta cuestión en la Crítica de la razón pura, Kant
distingue dos sentidos del concepto de noúmeno; concepto negativo y
concepto positivo. Negativamente, «noúmeno significa una cosa en la medida
en que no puede ser reconocida por medio de la intuición sensible»;
positivamente, significa un «objeto que puede ser conocido por medio de la
intuición no sensible», por tanto, por medio de la intuición intelectual. Ahora
bien, puesto que carecemos de intuición intelectual y solamente poseemos
intuición sensible, nuestro conocimiento se halla limitado a los fenómenos y,
por consiguiente, el concepto de noúmeno queda como un concepto

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MATERIAL PARA LAS NOCIONES Y LOS TEMAS DE KANT

negativo, como límite de la experiencia, como límite de lo que puede ser


conocido. No hay conocimiento de las cosas en sí, de los noúmenos. El
acceso a las cosas en sí, no se halla en la razón teórica, sino en la razón
práctica, como veremos.

La distinción entre fenómeno y noúmeno permite comprender por qué


Kant denomina a su doctrina «idealismo trascendental». Esta for-
mación de idealismo consiste en la afirmación de que el espacio, el
tiempo y las categorías son condiciones de posibilidad de la experien cia,
de los fenómenos, y no propiedades o rasgos reales de todas las cosas de sí
mismas.

C. LA DIALÉCTICA TRASCENDENTAL

En la dialéctica trascendental se ocupa Kant de la posibilidad de la


metafísica, así como de la naturaleza y funcionamiento de la razón.

A) LA IMPOSIBILIDAD DE LA METAFÍSICA COMO CIENCIA.


La pregunta fundamental que —como señalábamos al principio—

29
MATERIAL PARA LAS NOCIONES Y LOS TEMAS DE KANT

preocupaba profundamente a Kant: ¿es posible la metafísica como ciencia?,


es contestada negativamente en la dialéctica trascendental. La metafísica —
entendida como un conjunto de proposiciones o juicios acerca de realidades
que están más allá de la experiencia— es imposible, ya que las categorías
sólo pueden usarse legítimamente en su aplicación a los fenómenos, a lo
dado en la experiencia.
La aplicación de las categorías más allá de la experiencia es lógicamente
ilegítima y da lugar a errores e ilusiones. La misión de la dialéctica consiste en
mostrar cómo tales errores o ilusiones —y muy especialmente, los de la
metafísica especulativa— provienen de pasar por alto la distinción entre
fenómeno y cosa en sí. La dialéctica trascendental es, pues, una crítica del
entendimiento y de la razón en su pretensión de alcanzar el conocimiento de
las cosas en sí, de lo que está más allá de la experiencia.
Pero, si la aplicación de las categorías más allá de la experiencia es
lógicamente ilegítima, es también una tendencia inevitable, de acuerdo con la
naturaleza misma de la razón. Como inmediatamente veremos, la razón tiende
a la búsqueda de lo incondicionado, y de ahí que tienda inevitablemente a
extender su conocimiento más allá de la experiencia, a hacerse preguntas y
formular respuestas acerca de Dios, del alma y del mundo como totalidad.

B) LA RAZÓN.

El conocimiento intelectual no se limita a formular juicios, sino que también


conecta unos juicios con otros, formando raciocinios o razonamientos.
Tomemos un ejemplo sencillo utilizado por el mismo Kant:

Todos los hombres son mortales,


Todos los investigadores son hombres,
Luego, todos los investigadores son mortales.

Este sencillo silogismo nos muestra cómo la conclusión, el juicio 'todos los
investigadores son mortales», tiene su fundamento en un juicio más general,
la premisa «todos los hombres son mortales. (Los investigadores son una parte
de los hombres; por tanto, si éstos son mortales, aquéllos lo son.) Nuestro
razonamiento puede ir, sin embargo, más lejos: cabría preguntarse por el

30
MATERIAL PARA LAS NOCIONES Y LOS TEMAS DE KANT

fundamento de la premisa mayor y así cabría el siguiente silogismo:

Todos los animales son mortales,

Todos los hombres son animales,

Luego, todos los hombres son mortales.

El juicio que en el primer silogismo aparecía como fundamento de la


conclusión aparece en este silogismo como fundado en un juicio más general
aún: «todos los animales son mortales». (Ahora diremos; los hombres son una
parte de los animales; por tanto, si éstos son mortales, aquéllos lo son.)
Nuevamente podemos ir en busca de un juicio más general aún que sirva de
fundamento a la premisa mayor, y puesto que los animales son una parte de
los vivientes, podemos establecer el siguiente silogismo:
Todos los vivientes son mortales,
Todos los animales son vivientes,
Luego, todos los animales son mortales.

¿Qué es lo que hemos hecho en este ejemplo que venimos considerando?


La respuesta es sencilla: la razón busca encontrar juicios cada vez más
generales, capaces de abarcar una multiplicidad de juicios par titulares
sirviendo a éstos de fundamento: el juicio «todos los animales son mortales»
abarca y sirve de fundamento a una multiplicidad ;el juicio («los hombres son
mortales», dos perros son mortales», etc.); el juicio «todos los vivientes son
mortales» abarca más juicios aún, sirviera dolos de fundamento (además de
todos los anteriores, abarca y fundamenta los relativos a los vivientes no
animales, como «los pinos sor mortales», «los castaños son mortales», etc.).

La razón es, pues, de tal naturaleza que tiende a encontrar juicios, leyes,
hipótesis cada vez más generales y que abarquen y expliquen un mayor
número de fenómenos. Así se construye la ciencia. Pensemos, por ejemplo,
en las leyes del movimiento. Aristóteles consideraba que las leyes que
explican los movimientos dados cuerpos celestes habían de ser distintas de
las leyes que rigen los movimientos de los cuerpos sublunares, y aún dentro de
estos, los movimientos naturales y los movimientos violentos se rigen por
principios distintos. Galileo acabó con la distinción entre movimientos

31
MATERIAL PARA LAS NOCIONES Y LOS TEMAS DE KANT

naturales y violentos, explicando todos ellos por las mismas leyes.


Posteriormente, Newton formuló la ley de gravitación universal, ley más
general aún, ya que explica conjuntamente los movimientos terrestres y los
movimientos celestes. Este es el funcionamiento de la razón como
consecuencia de su tendencia natural a buscar condiciones cada vez más
generales y, en último término, lo incondicionado.

C) LA RAZÓN Y LA METAFÍSICA.

La razón nos impulsa a buscar leyes, condiciones cada vez más generales y
capaces de explicar un número mayor de fenómenos. Mientras esta
búsqueda se mantiene dentro de los límites de la experiencia, tal tendencia
es eficaz y amplía nuestro conocimiento. Pero esta tendencia de la razón lleva
inevitablemente a traspasar las barreras de la experiencia, en busca de lo
incondicionado: todos los fenómenos físicos que pretenden unificar y
explicar por medio de teorías metafísicas acerca del mundo (la sustancia
material del racionalismo), lo que da lugar a antinomias; todos los fenómenos
psíquicos se pretenden unificar y explicar por medio de teorías metafísicas
acerca del alma (la sustancia pensante del racionalismo), lo que da lugar a
paralogismos; unos fenómenos y otros, en fin, se intentan explicar y unificar por
medio de teorías metafísicas acerca de una causa suprema de ambos tipos

32
MATERIAL PARA LAS NOCIONES Y LOS TEMAS DE KANT

de fenómenos, físicos y psíquicos (la sustancia infinita del racionalismo,


Dios), (ideal de la razón).Dios, alma y mundo son, según Kant, tres ideas de la
razón que juegan un papel muy peculiar dentro del sistema de nuestro
conocimiento. Pues si bien no nos proporcionan conocimiento objetivo alguno,
sin embargo expresan el ideal de la razón de encontrar leyes y principios más
generales cada vez: como el horizonte que nunca se alcanza (que no puede
ser alcanzado), pero que nos indica continuamente que hay que avanzar m
Cuando se pretende -y es lo que hace la metafísica- que esta tendencia
natural de la Razón a ir de lo condicionado a lo incondicionado, nos
proporciona conocimientos legítimos, se cae en los errores propios de
la psicología racional, de la cosmología racional y de lateología natural. Kant
lleva a cabo una crítica de estos errores.

A) Crítica de la psicología racional (crítica que apunta a la definición que


Descartes hace del alma como res cogitans): Según el orden de las
categorías, el alma o yo posee cuatro propiedades: es una sustancia, es
simple, es idéntica y está en relación con otros objetos del espacio. Es
indudable que pensamos el yo como sujeto primero o substancia, como
simple, idéntico y distinto del cuerpo. Pero estos pensamientos no pueden
convertirse en conocimientos, porque falta la intuición que les proporcione un
objeto. Al convertirlos en conocimientos se cae en paralogismos.

B) Crítica de la cosmología racional: La razón incurre necesariamente


en antinomias (contradicciones insolubles) cuando intenta determinar a priori lo
que es el mundo considerado como cosa en sí. Una antinomia es la oposición
de dos proposiciones contradictorias, latesis y la antítesis, ambas demostradas
por argumento igualmente probativos. Kant menciona cuatro antinomias: la
primera referida a la infinitud o finitud del mundo en el espacio y el tiempo; la
segunda a la existencia o no de elementos simples; la tercera a la afirmación
de la libertad o del determinismo natural; la cuarta a la existencia o inexistencia
de un ser necesario.

C) Crítica de la teología natural: Kant considera falaces los tres grandes


tipos de pruebas a favor de la existencia de Dios: el argumento ontológico,
el cosmológico y el físico-teológico. Del primero (tal como fue redactado
por Descartes) señala que la existencia es una categoría formal sólo aplicable

33
MATERIAL PARA LAS NOCIONES Y LOS TEMAS DE KANT

a intuiciones sensibles. La existencia no es ningún predicado real de las cosas,


no es ninguna perfección, no aumenta o disminuye para nada el concepto de
una cosa («Cien táleros reales no poseen en absoluto mayor contenido que
cien táleros posibles»). Sería contradictorio afirmar a Dios y negar aquellos
predicados que necesariamente le pertenecen, pero no lo es negar al sujeto
(Dios) con todos sus predicados («Es contradictorio poner un triángulo y
suprimir sus tres ángulos. Pero no lo es el suprimir el triángulo y sus tres
ángulos a la vez»). No hay contradicción en negar la existencia de un ser
absolutamente necesario, pues al hacerlo suprimimos la cosa misma con
todos sus predicados. Así, fuera del campo de la experiencia, no podemos
afirmar que una existencia sea imposible, pero tampoco podemos justificarla
de ningún modo.

Respecto a la prueba cosmológica el paso de la serie de causas


causadas a una causa incausada es ilegítimo, ya que se hace un uso
trascendente del principio de causalidad (que sólo tiene valor referido al
mundo sensible, para enlazar un fenómeno con otro).

El argumento físico-teológico se apoya en el orden del mundo y remonta


a una causa inteligente y libre, lo que supone una analogía engañosa entre las
producciones de la naturaleza y las del arte humano. Además lo único que
probaría el argumento sería la existencia de un ordenador o arquitecto del
mundo, no de su creador. Por otro lado, tanto esta prueba como la anterior
dependen en último término del argumento ontológico: es este argumento el
que permite la identificación de la causa primera con Dios.

A la pregunta ¿son posibles los juicios sintéticos «a priori» en


la Metafísica?, hay que responder con un no. No es posible conocer al
margen de las condiciones de posibilidad de todo conocimiento. No poseemos
una intuición intelectual que nos proporcione la materia sobre la que aplicar las
reglas -categorías- del entendimiento. La razón, si no quiere extraviarse, no
debe abandonar la vía empírica, no debe desligarse de la experiencia. Sólo en
sus límites es posible la ciencia. Y esos límites son sobrepasados por la
metafísica.Sin embargo la razón es arrastrada por una tendencia de su
naturaleza a rebasar este uso empírico y a aventurarse más allá de los últimos
límites de todo conocimiento. La metafísica no puede ser ciencia, pero sí es

34
MATERIAL PARA LAS NOCIONES Y LOS TEMAS DE KANT

una tendencia natural en el hombre. La razón humana tiende a poner ante sí


temas como la libertad, la inmortalidad del alma o Dios. La razón teórica no
puede alcanzar conocimiento de estos objetos (debe en este sentido
mantenerse en una actitud agnóstica, no puede legítimamente afirmar, pero
tampoco negar las conclusiones a que se llegue por otros medios -razón
práctica-). La razón posee también un uso práctico, que es el derivado del
ejercicio de nuestra voluntad libre. La razón práctica abre aquí una puerta que
no es la del conocimiento, pero que nos permite acceder al ámbito de lo
tratado en la metafísica tradicional, ámbito cerrado al uso teórico de la razón.

35
MATERIAL PARA LAS NOCIONES Y LOS TEMAS DE KANT

CONCEPTOS KANTIANOS

Analítico: Aquellos juicios en los que el predicado se halla comprendido en el sujeto.


En consecuencia no aportan conocimiento ni contribuyen en nada al progreso
científico. Su fundamento es el principio de identidad y son tautologías, es
decir, no añaden conocimiento sobre el mundo. Ej. El triángulo tiene tres
ángulos.

A posteriori: Esta expresión se usa para designar todo conocimiento que procede
o es corroborado por la experiencia. Es lo contrario de a priori. Lo a posteriori
como tal no ser una fuente segura de universalidad ni de necesidad en el
conocimiento.

A priori: Es aquel componente del conocimiento que pertenece al sujeto como


su constitutivo, y que es anterior - a su determinación empírica. No procede
de la experiencia, sino de las facultades del sujeto que conoce." Sólo
conocemos de las cosas lo que nosotros mismos ponemos en ellas". Lo a priori
del sujeto tiene que ver primero con las formas o funciones de la sensibilidad
como son el espacio y el tiempo, después con las categorías o conceptos puros
del entendimiento, y finalmente con las ideas de la razón (alma, mundo y Dios).
Para Kant tiene que ver más con la forma que con el contenido del
conocimiento, de ahí que se le atribuya el carácter de universalidad y necesidad
que posee el conocimiento de las ciencias físico-matemáticas.

Autonomía: Es la "propiedad de la voluntad de ser una ley para sí misma".


Autonomía significa, pues, que el sujeto está sometido sólo a la propia
legislación que se da a sí mismo mediante su razón. La autonomía moral
quiere decir, por tanto, que un ser racional no ha de ser sometido a la aplicación
de una pauta de conducta que él mismo no considere como racionalmente
aceptable.

Categoría: Es el componente a priori y, por tanto, no empírico del


entendimiento, a partir del cual se produce la unificación o síntesis en la que
consiste el conocimiento humano. Las categorías son llamadas también
conceptos puros del entendimiento y son las condiciones a priori de la posibilidad
de la experiencia.

Concepto: Unidad mental dentro de la cual están contenidos un número

36
MATERIAL PARA LAS NOCIONES Y LOS TEMAS DE KANT

indefinido de seres o cosas. ―Las intuiciones sin conceptos están ciegas, los
conceptos sin intuiciones vacíos".

Fenómeno: Es el objeto de experiencia posible, hay fenómenos porque hay algo


que se manifiesta sensiblemente, y una estructura categorial del sujeto que se
sintetiza con lo intuitivo, es decir, lo que aparece en las cosas en cuanto
conformado por los a priori de la sensibilidad y es, por tanto, el objeto de
conocimiento. En él se ha de distinguir una parte material, como objeto que se da
en la experiencia intuitiva, y una parte formal, que son las condiciones a priori de
la posibilidad de esa misma experiencia.

Idea: Las ideas son las formas a priori de la razón, o conceptos puramente
racionales, sin base o apoyatura empírica. A pesar de que no les corresponde
ningún objeto en los sentidos ni en la experiencia, la razón humana se ve
impulsada a sobrepasar los límites de la sensibilidad y, mediante las ideas de
mundo, alma o Dios, pensar lo que está más allá de lo empírico.

Imperativo: Cualquier tipo de acción que nuestra razón nos muestre como
necesaria en algún sentido y, por tanto, es una acción que se le presenta a la
voluntad con carácter
de obligación. Kant distingue dos -tipos de imperativos: hipotético y
categórico. El
hipotético es el que "representa la necesidad práctica de una acción
posible, como medio de conseguir otra que se quiere". El categórico se
llama así porque "sería el que representase una acción por sí misma
sin referencia a ningún otro fin, como objetivamente necesaria"; ese
sería un mandato o imperativo en sentido estricto, pues sería el único que
manda de manera terminante.

Intuición: Acto de la mente que conoce directamente una individualidad.


Ej. Se puede tener intuición de "este" hombre concreto, pero -no del
hombre en general.

Objeto: En el pensamiento kantiano se ha de distinguir en el objeto dos


elementos: el fenómeno y el noúmeno.

Puro: es uno de los términos básicos del pasamiento kantiano. Se opone


a empírico. Lo puro se refiere al componente intelectual que no se deriva

37
MATERIAL PARA LAS NOCIONES Y LOS TEMAS DE KANT

de la sensación, sino que tiene su fuente en la propia facultad humana de


conocer o razón.

Noúmeno: Es un vocablo técnico en la filosofía de Kant. Con frecuencia


es difícil distinguir en su pensamiento entre el concepto noúmeno y el de
cosa en sí. Noúmenos y "cosas en sí" son expresiones que designan
lo que se- halla fuera del marco de la experiencia posible, tal como ha
sido trazado en la "Estética transcendental" y en la "Analítica
transcendental" de la Crítica de la razón pura. Sin embargo, Kant introdujo
asimismo la noción de noúmeno como distinta de la cosa en sí en la Crítica
de la razón práctica: "Las apariencias en tanto que son pensadas como
objetos según la unidad de las categorías se llaman fenómenos,
mientras que si postulo cosas que sean meros objetos del
entendimiento y que, sin embargo, pueden ser dadas como tales a una
intuición sensible, tales cosas podrían ser llamadas noúmenos".

Sintético: Son sintéticos, a diferencia de los analíticos, los juicios en los


que el predicado se halla completamente fuera del sujeto. Son juicios
que implican incremento del conocimiento, es decir, son extensivos y su
fundamento es la experiencia. ―Añaden al concepto del sujeto un predicado
que no era pensado en él ni podía extraerse de ninguna descomposición
suya".

Transcendental: Es el modo de conocimiento que no se ocupa de los


objetos mismos; sino de nuestro modo de conocerlos, en tanto este modo
es posible a priori. Cuando se habla del espacio y del tiempo, o de las
categorías, como condiciones que hacen posible el conocimiento de los
objetos, se nos eleva al plano transcendental del conocimiento. Se llama,
pues, transcendental a la condición que se descubre en un objeto, pero que
ha sido puesta o supuesta en él por el sujeto para convertirlo en objeto de
conocimiento. Las condiciones de objetividad se derivan, pues, de la
relación sujeto-objeto, pero se dan en el sujeto y son, como se ha dicho:
espacio, tiempo y categorías. Un objeto, por tanto, tiene realidad
objetiva, cuya objetividad no es lo que es, sino en relación con el sujeto.
En resumen, Kant llama transcendental a una investigación que se
centra en las condiciones a priori de la posibilidad de la experiencia. Lo

38
MATERIAL PARA LAS NOCIONES Y LOS TEMAS DE KANT

que interesa mostrar es que las condiciones de la experiencia posible son


idénticas a las condiciones de posibilidad de los objetos de la experiencia_

Revolución Copernicana: Transformación metodológica introducida por


Copérnico. Kant realizará un "giro copernicano" metodológicamente
hablando al reconocer que no es nuestro conocimiento el que se rige por
los objetos, sino estos los que se someten a nuestra forma de conocer.

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