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LA EXITOSA FILOSOFÍA DE EXPLORACIÓN DE UNA COMPAÑÍA

MINERA DE ORO

Por: Donald W. Kohls, Vice Presidente y Geólogo Consultor Principal


Gold Fields Mining Corporation.
American Mining Congress, Denver – Colorado. Septiembre 28, 1988.

Una de las oportunidades más desafiantes y gratificantes de una carrera


profesional es ser un participante activo en la etapa inicial de desarrollo de una
empresa minera exitosa.
Consolidated Gold Fields ingresó a Norteamérica a comienzos de siglo y durante
los 70 años subsiguientes invirtió en una serie de empresas industriales,
mineras y de exploración. En 1973, Gold Fields, decidió involucrarse en un serio
programa de exploración de oro en la zona occidental de los Estados Unidos de
Norteamérica. Durante los primeros cinco años, el financiamiento para la
división de exploración alcanzó la suma de $1.5 millones anuales,
aproximadamente. En 1978, se fundó Gold Fields Mining Corporation y las
actividades de exploración de Consolidated Gold Fields Exploration pasaron al
control de GFMC. Entre 1979 y 1982 el presupuesto de GFMC fue incrementado
paulatinamente, comenzando en 1979 con $2 hasta llegar a $5 millones anuales
en 1982, permaneciendo en el rango de $12-15 millones desde entonces.
Desde 1973, Gold Fields ha adquirido áreas para proyectos en los que se han
delineado y probado 256 objetivos individuales. Esos objetivos solían ser
anomalías o combinaciones geológicas, geoquímicas o geofísicas discretas. De
estos, 18 objetivos en 10 áreas de proyectos o el 7% de los 256 objetivos
perforados demostraron tener una mineralización bastante significativa. De los
69 objetivos probados en las 10 áreas de proyectos mineralizados, 18 o el 26%
tuvieron una mineralización significativa. Estas estadísticas enfatizan el hecho
que una vez que los minerales han sido descubiertos en un área, la
probabilidad de encontrar otros depósitos adicionales se mantienen en reserva,
o se transfieren a otras compañías. En la actualidad, tres de estos proyectos:
Ortiz, Mesquite y Chimney Creek, han sido plenamente desarrollados y ahora
son minas de oro muy rentables. Entre 1974 y 1987 Gold Fields invirtió la suma
de $110,000,000 en proyectos de exploración en América del Norte y descubrió
6,000,000 onzas de oro. El promedio del costo de descubrimiento resulta en
$18 por onza. Estas estadísticas no incluyen los proyectos de exploración que
Gold Fields tiene y está trabajando en la actualidad.
El propósito de todo negocio es la generación de ganancias. En este contexto
es imperativo para comprender que el único objetivo de la exploración es el
descubrimiento y el delineamiento de depósitos de mineral económicos.
L.B. Slichter, en su exposición Jackling de 1960, denominó la prospección como
el “mayor y mejor negocio de azar.” Es esencial que todo el personal
involucrado, desde los banqueros hasta el geólogo junior entienda esto.
La exploración exitosa es un arte que implica la aplicación de varias disciplinas
científicas, de ingeniería y otras relacionadas. Un explorador debe tener una
adecuada formación geológica y un conocimiento funcional de la geofísica, la
geoquímica, la metalurgia, la minería, las leyes, el terreno, las normas del
medio ambiente y los temas socio-políticos.
Prefiero pensar en el “arte” de la exploración como algo parecido a ubicarse en
una situación propensa a la suerte. La razón principal por la que uno contrata a
exploradores es para identificar las probabilidades significativas de
descubrimiento de minerales, y de esta forma mejorar las probabilidades de
éxito.
Es absolutamente esencial reconocer que un esfuerzo de exploración exitoso no
puede ser logrado únicamente a través de la ejecución de un estudio geológico
que satisface la curiosidad científica de uno mismo. El único propósito de la
exploración, es el descubrimiento de depósitos de mineral económicos. Esto
debe estar siempre presente en la mente de cada explorador como el factor
más importante de su actividad. Proporcionar el liderazgo para asegurar que se
alcance el objetivo, es responsabilidad de la gerencia de exploración.
Una compañía minera exitosa tiene como objetivo ser descrita y comprendida
claramente por sus accionistas, empleados, sociedad civil y el gobierno. Además
su fundamento básico para crecer y competir es reemplazar recursos y reservas
que no son renovables, por lo que es importante que la empresa suministre
herramientas básicas de exploración.
Las herramientas básicas sobre las que se basa un esfuerzo de exploración
exitoso son:
1. El financiamiento adecuado y consistente a lo largo de un período
razonable de tiempo.
2. Personal competente.
3. La adquisición de excelentes prospectos.
4. La asignación de una parte significativa del presupuesto a la perforación.
5. El compromiso y dedicación del grupo al descubrimiento de minerales.
6. La capacidad para administrar y tomar decisiones inmediatas.
7. La flexibilidad de la estructura organizativa y para la asignación del
presupuesto.
El descubrimiento de depósitos de mineral grandes y productivos, requiere
investigar las áreas geológicas donde ya se han encontrado yacimientos
grandes y rentables. Un buen objetivo es buscar cuerpos de mineral que
permanecen a pesar de una mala administración. Si tienes éxito no perderás
dinero si la propiedad está mal administrada, y si los ingenieros hacen bien su
trabajo, la compañía se verá recompensada. Los geólogos pueden hacer una
importante contribución hacia el éxito de la mina si se involucran en el proyecto
desde la misma etapa inicial de desarrollo.
La tarea más fácil para un explorador es la creación de un proyecto. En los
Estados Unidos de Norteamérica, todo lo que se requiere son algunas
camionetas 4x4 y papel; y en Canadá, un pico y denunciar la propiedad. Pero,
si el objetivo es el descubrimiento de yacimientos, el éxito dependerá de la
selección juiciosa de prospectos de alta calidad.
Ya que todos los factores involucrados en la probabilidad de éxito de un único
intento son independientes, es obvio que mientras mejor definido esté el
objetivo mayor será la probabilidad de éxito. Tres factores controlan el atractivo
de una propiedad:
1. La presencia de mineralización en el área.
2. La capacidad para descubrir el cuerpo de mineral, si existe.
3. El tamaño y el potencial de la ley para ser económico – y la suerte.
Un explorador debe saber lo que busca, debe tener claro los tres factores que
controlan el atractivo de una propiedad, y debe examinar cada prospecto sin
muchas ideas preconcebidas. A fin de resumirlo todo, un explorador exitoso
debe ser un ser pensante! La característica más importante y difícil de
encontrar en un explorador es la capacidad para reconocer un depósito de
mineral en potencia.
Soy un fiel creyente en que se necesita de por lo menos 24 horas o una noche
para poder tomar una decisión de seguir o no con un prospecto que parece
tener un potencial promedio. La mejor decisión es abandonarlo y reemplazarlo
por otro mejor. Partiendo de mi experiencia personal, sé que demora más o
menos una hora, y generalmente 10-15 minutos, decidir qué prospectos son
los que valen la pena mantener.
Una vez adquirido el prospecto, los objetivos deben ser rápida y eficientemente
delineados y perforados. La evaluación de los objetivos es un tema importante
a fin de que los exploradores reconozcan el significado de lo que se ha
descubierto. La mineralización aurífera es particularmente difícil de reconocer.
También es axiomático que los prospectos auríferos requieren de un número
considerable de sondajes para evaluar sus resultados. Si el prospecto no
presenta los parámetros indicativos necesarios se debe abandonar
rápidamente. El escenario de la “asociación más débil” de Ira Joralemon, es una
herramienta valiosa que ayuda con el proceso de decisión para abandonar o no
un proyecto en particular. La evaluación de un proyecto es la simple evaluación
de una asociación sucesiva de una inmensa cantidad de requerimientos que
deben satisfacerse para que un proyecto desarrolle en mina. En cuanto se
descubre que una asociación cualquiera es demasiado débil para satisfacer los
requerimientos del objetivo, la evaluación llega a su término. El no endosar este
principio conduce al fracaso en conformidad a la “ley del apostador: la ruina.”
Esta regla elemental sencillamente enfatiza la alta probabilidad de terminar en
bancarrota: No hay que gastar dinero en pérdidas antes de descubrir un
yacimiento. Aferrarse a proyectos sin futuro por el afán de celebrar funerales
elaborados, o no soltar el proyecto porque no hay otro para reemplazarlo, es
una pérdida total de tiempo y de dinero. Esto me recuerda el dicho de W. H.
Callahan: “las posibilidades teóricas siempre exceden la apreciación.” O como la
antigua canción: “debes saber cuándo aferrarte y cuando terminar.” Esto lo
resume todo.
El éxito de la exploración depende de una posición que favorece la suerte.
Requiere de financiamiento adecuado, de un personal capaz y dedicado, de
objetivos claramente trazados, de la toma de decisiones rápida y sobretodo
liderazgo y mucho sentido común. Mientras más tiempo permanezco en este
negocio fascinante y azaroso denominado exploración, más cuenta me doy que
las cosas sencillas relacionadas a la exploración, como en la vida, son las que
mejor funcionan. Pocos son los geólogos que se ven involucrados en el
descubrimiento de un depósito de mineral. La idea de que si uno está
involucrado en un descubrimiento, uno puede darse un golpe en el pecho como
haber alcanzado su cuota vivencial personal, es una falacia. Mientras más
depósitos de mineral pueda uno descubrir, mayor destreza.
Como resumen, para que una organización de exploración sea exitosa, debe
contar con liderazgo capaz de concebir los conceptos y la confianza para poner
a prueba dichos conceptos. La gerencia debe contar con los fondos y la valentía
para persistir a fin de que el programa de exploración sea exitoso.

Citas

Callahan, W.H., Manager of Exploration, The new Jersey Zinc company, 1970-
1974
Joralemon, I.B. (1928), The weakest link; or, saving time in a mine
examination: Engineering and Mining Journal, volume 125, nº. 13, pg. 536-54.

Slichter, L.B. (1960), The need of a new philosophy of prospecting: Mining


Engineering, volume 12, nº 6, p. 570-575.

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