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Seminario Mayor San Oscar Arnulfo Romero teologado

Materia: Derecho parroquial Etapa: Año Pastoral


Alumno: José Osmel Vigil Colato
1. Visita pastoral del Obispo
1.1.Carácter de la visita pastoral

El Derecho Canónico estipula que, en virtud de su oficio: «El Obispo tiene la obligación
de visitar la diócesis cada año total o parcialmente, de modo que al menos cada cinco años
visite la diócesis entera, personalmente o, si se encuentra legítimamente impedido, por medio
del Obispo coadjutor, o del auxiliar, o del Vicario general o episcopal o de otro presbítero»
(c. 396 § 1). En este sentido, «Están sujetos a la visita episcopal ordinaria las personas,
instituciones católicas, cosas y lugares sagrados que se encuentran dentro del ámbito de la
diócesis» (c. 397 § 1). Así también, Procure el Obispo realizar la visita canónica con la debida
diligencia: y cuide de no ser molesto y oneroso para nadie con gastos innecesarios,
comportando así, un ambiente mas fraterno entre el y su grey, evitando sobremanera la
ostentación o la lejanía entre el y sus fieles (Cfr. c. 398), haciendo vida las palabras de Jesús:
«el más pequeño entre ustedes ese es el más grande» (Cfr. Lc 9, 48).

Podemos decir que la visita pastoral es una de las formas, con la que el Obispo mantiene
contactos personales con el clero y con los otros miembros del pueblo de Dios — como una
experiencia de profunda comunión entre el pastor y su grey —. Es una oportunidad para
reanimar las energías de los agentes evangelizadores, felicitarlos, animarlos y consolarlos; es
también la ocasión para invitar a todos los fieles a la renovación de la propia vida cristiana y
a una acción apostólica más intensa1.

La visita pastoral no es pues un acto puramente administrativo, sino de naturaleza


eminentemente pastoral. Es una forma eminente de ejercer la caridad pastoral por parte del
Obispo y uno de los momentos cumbres de su ministerio. En ella ejerce el triple ministerio
de enseñar, regir y santificar. En esta línea, el Caeremoniale episcoporum dice lo siguiente:
«Por este motivo, al hacer la Visita, no debe parecer que el Obispo realiza un acto meramente

1
Cfr. Congregación para los obispos, Apostolorum sucesores, 220.
administrativo. El Obispo debe presentarse ante los fieles como el pregonero del Evangelio,
el doctor, el pastor y el sacerdote de su grey» (n. 1177).

Así, la visita pastoral del Obispo da vida a las palabras de Cristo: «Yo soy el buen pastor;
y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí» (Jn 10, 14), logrando fortalecer los lazos
de profunda unidad eclesial entre el pastor y su rebaño. Por otro lado, la visita le permite,
examinar la eficiencia de las estructuras y de los instrumentos destinados al servicio pastoral,
dándose cuenta de las circunstancias y dificultades del trabajo evangelizador, para poder
determinar mejor las prioridades y los medios de la pastoral orgánica2.

En este sentido, la visita pastoral es, una acción apostólica que el Obispo debe cumplir
animado por la caridad pastoral que lo presenta concretamente como principio y fundamento
visible de la unidad en la Iglesia particular3. Logrando establecer en su diócesis una verdadera
koinonia, que lleve a un camino esperanzador en la expansión del Reino de Dios.

1.2. Realización de la visita pastoral

El encuentro del pastor con su rebaño, no necesariamente, tiene que ser una cuestión
espontanea, es decir; respondiendo a la realidad parroquial y al tiempo con el que se disponga
el Obispo debe de preparar un esquema o protocolo de la visita pastoral, para que esta resulte
fructífera, se pueden realizar los siguientes actos:

«1)Celebrar la Santa Misa y predicar la Palabra de Dios; 2) conferir solemnemente el Sacramento de la


Confirmación, posiblemente durante la Misa; 3) encontrarse con el párroco y con los otros clérigos que
ayudan en las parroquias; 4) reunirse con el Consejo pastoral, o si no existe, con los fieles (clérigos,
religiosos y miembros de las Sociedades de vida apostólica y laicos) que colaboran en los distintos
apostolados y con las asociaciones de fieles; 5) encontrarse con el Consejo para asuntos económicos; 6)tener
un encuentro con los niños y los jóvenes que realizan el camino de catequesis; visitar las escuelas y otras
obras e instituciones católicas dependientes de la parroquia; 7) visitar, si es posible, algunos enfermos de la
parroquia»4.

2
Cfr. Ibidem.
3
Cfr. Conc. Ecum. Vat. II, Constitución dogmática Lumen Gentium, 23.
4
Cfr. Congregación para los obispos, Apostolorum sucesores, 221.
El Obispo puede también escoger otros modos para hacerse presente entre los fieles,
considerando las costumbres del lugar y la conveniencia apostólica: con los jóvenes, por
ejemplo, con ocasión de iniciativas culturales y deportivas; con los obreros, para compartir
juntos, dialogar5… La visita pastoral debe ser aprovechada en su totalidad, así de esta manera
el pueblo de Dios experimenta más cercanía con su pastor, para que así, en el ejercicio de su
ministerio de padre y pastor, el Obispo pueda comportarse en medio de los suyos como el
que sirven, pastor bueno que conoce a sus ovejas y es conocido por ellas, verdadero padre,
que se distinga por el espíritu de amor y preocupación para con todos, y a cuya autoridad,
confiada por Dios, todos se someten gustosamente. Congreguen y formen a toda la familia
de su grey, de modo que todos, conscientes de sus deberes, vivan y obren en unión de
caridad6.

Ahora bien, En la visita no se debe omitir, finalmente, el examen de la administración y


conservación de la parroquia: lugares sagrados y ornamentos litúrgicos, libros parroquiales
y otros bienes. No obstante, debe de procurar hacer que prime, ante todo, el encuentro con su
grey7.

1.3.Clausura de la visita pastoral

El Obispo después de compartir con su grey en una comunidad parroquial, como signo de
aquel que debe caminar juntamente con su pueblo e ir adelante, indicando con la palabra y
con el testimonio de la vida, antes que, con la autoridad recibida de Cristo, el camino por
recorrer. Mostrándose además como él guía espiritual coherente y entusiasta, que, como
Moisés, ve lo invisible y, cuando el bien espiritual lo exige, no titubea en andar
contracorriente. Debe dar por culminada la visita8.
Concluida la visita pastoral a las parroquias, es oportuno que el Obispo redacte un
documento que testimonie la realización de la visita a cada parroquia, en el que se recuerde
el desarrollo de la visita, se reconozcan los esfuerzos pastorales y se señalen los puntos para
un camino más exigente de la comunidad, sin omitir las indicaciones sobre el estado de las

5
Ibidem
6
Cfr. Conc. Ecum. Vat. II, Decreto Christus Dominus, 16
7
Cfr. Congregación para los obispos, Apostolorum sucesores, 221.
8
Cfr. Ibid., 159.
estructuras físicas, de las obras pastorales y de otras eventuales instituciones pastorales,
logrando así poseer, con mayor claridad un conocimiento pleno del pueblo que Dios le ha
permitido pastorear9.

1.4. Informe o acta sobre la visita pastoral

Es importante tomar en cuenta el dejar en evidencia por medio de un registro, la visita del
Obispo, es decir, luego de haberse efectuado dicho evento, el Obispo visitante o, en su
defecto, su delegado levantará un Acta detallada de la Visita que será asentada en el Libro de
Gobierno. Conviene hacer copia de esa Acta para el Archivo Parroquial, y en lo posible para
el archivo de Visitas Pastorales de la Curia. Esta recopilación servirá para hacer evaluaciones
posteriores de la visita por parte de quien la hizo o de un delegado; así también es muy
pertinente, dar a conocer el Acta a los diferentes grupos de apostolado y consejos
Parroquiales10.

1.5.Evaluación de la visita pastoral

Este aspecto es muy importante y los frutos de la visita dependen en gran parte del mismo.
Habrá una reunión del Párroco y sus colaboradores para evaluar la Visita Pastoral y proyectar
sus frutos hacia el futuro. Posteriormente informar al Obispo visitante sobre esta reunión. El
Obispo visitante hará el seguimiento del cumplimiento de las disposiciones que con motivo
de la Visita Pastoral se han tomado en la parroquia visitada. La caridad pastoral exige tener
la parroquia en las mejores condiciones de tal manera que cuando haya un traslado o un
cambio de Párroco, el nuevo pueda tener las comodidades indispensables, para realizar este
acometido el párroco deberá tomar en cuenta todo lo establecido en el documento
Apostolorum Succesores.

9
Cfr. Ibid., 224.
10
Cfr. Ibidem.
Conclusión
El CIC de termina con mucha claridad que el Obispo tiene «la obligación de visitar la
diócesis cada año total o parcialmente…» (Cfr. c. 396 § 1). No obstante, en nuestra realidad
diocesana (hablo refiriéndome a mi diócesis), la visita pastoral del Obispo muchas veces se
reduce a un acto puramente sacramental, es decir, que solamente se efectúa en una fiesta
patronal o para la realización del sacramento de la confirmación, dejando a un lado todo lo
que anteriormente se ha explicado, que implica la visita pastoral.
Este hecho deja entrever una reducción en todo lo que representa la visita del Obispo,
muchas veces se habla del poco tiempo con el que se cuenta, o que, tiene su agenda llena,
pero, es imprescindible no olvidar lo que dice el magisterio de la Iglesia: «El Obispo es
enviado como pastor, en nombre de Cristo, para cuidar de una porción del Pueblo de Dios.
Por medio del Evangelio y la Eucaristía debe hacerla crecer como una realidad de comunión
en el Espíritu Santo» (Pastores Gregis, 43). Pero, para lograr la comunión y efectuar su
“Munus pastorale” el Obispo debe de estar cerca de su Grey, es claro que el Párroco es el
pastor propio de la comunidad que se le ha sido encomendada, pero esto lo realiza bajo la
autoridad del Obispo, que es el encargado de cuidar de la Iglesia particular y por lo tanto de
la todas las parroquias (Cfr. CC. 515 y 519).
Esto dificulta mucho el avance en materia pastoral, pues el Obispo debe de conocer la
realidad de su territorio, el pensar y sentir de sus fieles. En esta perspectiva, cuando un Obispo
desconoce la realidad del pueblo al que pastorea, sus propuestas pastorales serán ajenas a
esto, por ende, es necesario priorizar la visita pastoral. Sin embargo, los obispos cuentan con
el apoyo de un presbiterio que le facilita hasta cierto punto el conocer su diócesis, aun con
esto resulta imprescindible la cercanía del pastor a su rebaño, mostrando al rebaño, el rostro
amable de Cristo.
Bibliografía

• CÓDIGO DE DERECHO CANÓNICO, BAC, 1983.


• CONGREGACIÓN PARA LOS OBISPOS, Apostolorum sucesores.
• Conc. Ecum. Vat. II, Constitución dogmática Lumen Gentium.
• Conc. Ecum. Vat. II, Decreto Christus Dominus.
• JUAN PABLO II, Exhortación apostólica postsinodal (Pastores Gregis).
• CONGREGACIÓN PARA EL CULTO DIVINO, Ceremoniale Episcoporum, 1984.

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