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¢ GRABACIONES

VERESS / BARTÓK: MODERN TIMES ZIMMERMANN:


Trío para cuerdas. Quinteto con piano. Obras de Ravel, Poulenc y Françaix Drei frühe Klavierstücke. Extemporale.
Vilde Frang, Barnabás Kelemen, Katalin Harmonie du soir, ensemble Capriccio. Enchiridion I & II.
Kokas, Lawrence Power, Nicolas PLAY CLASSICS 19001 (1 CD) Enchiridion Anhang. Konfigurationen
Altstaedt. Alexander Lonquich, piano Eduardo Fernández, piano
ALPHA 458 (1 CD) BIS 2495 (SACD)

La relación entre Béla Bartók y Sándor Veress Un sintomático, refinado y antológico Escasa cuenta dedicó Bernd Alois
fue más allá de ese principio afortunado de recorrido por la música francesa del siglo XX Zimmermann (1918-1970) al piano. Quizás por
maestro y alumno con sus respectivos talentos. propone esta entrega. El dispositivo es un su formación de organista o tal vez por su
Veress acabó siendo asistente de Bartók en sexteto de piano y vientos (flauta, oboe, vocación, casi diríamos obsesión, por obras
aquellas profundas labores etnomusicológicas trompa, fagot y clarinete). El repertorio reúne a mayores, desbordadoras de géneros, que
que lo ocupaban, a las que ambos otorgaron un precursor y un par de seguidores de lo que acabarían resultando ser sus obras maestras, el
una grandeza al mismo nivel que la propia podríamos denominar cierta estética de los teclado ocupó un lugar objetivamente menor.
composición. años interbélicos. En efecto, Ravel es un Es así que este álbum podía ser fácil —e
Sabemos que el Quinteto con piano de Bartók maestro en la ‘francización’ de la música para injustamente— señalado como solo idóneo
es poco representativo del sello que a la larga eludir la dependencia del orbe germánico. para ‘completistas’ de la obra del alemán. Sin
dejó el compositor en sus obras de cámara. Poulenc y Françaix recogen el antecedente y le riesgo de resultar osado, esta colección de
Incluso nos llega un cierto repudio del autor añaden su costado revisteril, cabaretero, de obras puede suponer un sugerente y
hacia esta partitura, que con un estreno exitoso humor cocasse y sentimentalismo de salón, todo heterogéneo puente para quien nunca se ha
y muy a destiempo amenazaba con replantear la ello pleno de especulaciones tímbricas con los atrevido a cruzarlo. Porque aquí encontramos
evolución de su camino. La música que contiene vientos, incluido su diálogo y sus ensamblajes desde las aforísticas y salonescas Drei frühe
es ciertamente exquisita, fruto directo de la con el piano. Klavierstücke (1940) al muy particular
herencia docente que lo conectaba en segundo Respecto al menú conviene aclarar que las estructuralismo serial de Konfigurationen (1956).
grado con Brahms, pero que puede rascar en la piezas ravelianas, Le Tombeau de Couperin y el Zimmermann abandonó el piano (como
percepción de un Bartók primitivo, sin la segundo movimiento del Concierto para piano y instrumento a solo) cuando se invistió de
característica de su valor histórico discriminado. orquesta en Sol mayor, se ofrecen en vanguardista, ¡qué lástima! Atrás dejó partituras
El Trío para cuerda de Veress supone en sí la transcripciones de David Walter. Ingeniosas y como Cappricio (1946), paráfrasis sobre temas
adaptación de la técnica dodecafónica a una efectivas, traducen a quinteto de vientos la populares, o la serie Enchiridion (1949/52), en la
voluntad férrea de no perder la melodía, como orquesta y pasan del teclado en la primera de que su lenguaje va ganando en personalidad,
también de sumarse a la música moderna estas obras, al sexteto, jugando con no cargar el con una curiosa mezcla de neoclasicismo que se
húngara con su reverencia convencida al peso añadido al piano y dar lugar a solos de va volviendo más y más inestable. Cuenta en
folclore. Una inspiración mixta que se eleva a cada viento. En cuanto a Poulenc y Françaix, la época reciente este modesto corpus con una
los cielos con el dominio técnico y el equilibrio maestría y la jocundia de ambos son ya inusual fortuna discográfica. En 2016 el sello
sabio de la integración. Es una obra de mucho memorables. Neos publicaba la integral debida al griego
peso creativo, admirable, que merece toda El ensemble Harmonie du soir revalida lo Andreas Skouras, y ahora es Eduardo
atención por su contundencia. que bien sabemos de él, que es uno de los Fernández quien vuelve sobre ella. Al español le
Aunque se hace extraña la aproximación mejores grupos de su formato en nuestros días. dura algo más, unos siete minutos en total. Pero
de obras con inquietudes vitales tan Por la suntuosidad de sus colores, el equilibrio no es el mayor minutaje lo que la hace destacar:
contrastadas, la juventud de Bartók y la de sus voces, el exquisito fraseo tratado con la grabación es más cálida, y no hay una sola
madurez de Veress, y sus largos cincuenta años minucia, la efectividad de sus partes pieza que parezca ser ventilada como mera
de distancia, es cierto que ambas están dentro conjuntadas y, con este compacto, por su circunstancia. Buena parte de las páginas aquí
del repertorio poco habitual y son capaces de versatilidad de estilos y de épocas. Todo ello contenidas destila un embriagador carácter
multiplicar juntas su efecto discográfico. Estas permite presentar en cuatro partituras de encantador, ligero, pero Fernández se aplica con
grabaciones se realizaron dentro del Festival de cámara el espíritu de una época, con su código idéntica intención musical a las obras más
Música de Cámara de Lockenhaus en sus citas estético, su maestría caligráfica y su humor, que austeras, no desnudándolas de su natural
de 2017 y 2018, con el genio impagable de Vilde suele ser, a fuerza de destilación sonora, algo sequedad, pero sí esmaltándolas de resonancias
Frang a la cabeza y un Veress no solo mejor por demás serio. y de una profundidad que las convierten en
representado sino también mejor interpretado. música viva para el siglo XXI.
Blas Matamoro
José Antonio Tello Sáenz Ismael G. Cabral

48 SCHERZO

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