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TRATAMIENTO COGNITIVO-CONDUCTUAL DE LAS DISFUNCIONES SEXUALES II

Objetivos:

Conocer técnicas de entrenamiento en habilidades conductuales que nos permitan realizar un


tratamiento eficaz ante disfunciones sexuales y establecer los pasos fundamentales para realizar
la técnica de focalización sensorial encaminada a la disminución de la ansiedad ante la
actuación.

EL ENTRENAMIENTO EN HABILIDADES CONDUCTUALES I: LA MEJORA DEL


REPERTORIO SEXUAL DEL PACIENTE

Los componentes cognitivos de la terapia pueden complementarse con componentes


conductuales que han demostrado ser útiles. Se han desarrollado procedimientos para ayudar a
los pacientes a ampliar un repertorio restringido y para superar experiencias anteriormente
traumáticas. En este apartado nos centraremos en el primero.

 El empleo de materiales audiovisuales eróticos. Muchos pacientes han tenido una


exposición limitada a modelos sexuales positivos. A menudo, los medios de
comunicación prestan atención únicamente a los acontecimientos sexuales negativos,
incluyendo delitos sexuales sensacionalistas, la explotación sexual o casos varios de
extremos sexuales. Cuando se describen experiencias sexuales más comunes, se centran
a menudo en la juventud y en las primeras etapas del cortejo. De este modo, los
individuos tienen pocas oportunidades para ampliar su repertorio a lo largo del
desarrollo de su vida de forma tal que mantenga fresco y nuevo el aspecto sexual.

El erotismo (definido como la manifestación artística de relaciones sexuales


consensuadas) puede emplearse a menudo para fomentar actitudes más tolerantes, para
enseñar a los miembros de la pareja a poner erotismo en prácticas sexuales más seguras,
para alentar a la experimentación sexual y para presentar a la pareja posiciones y
conductas nuevas. El erotismo puede utilizarse también cuando el repertorio sexual de
una pareja ha decaído o se ha vuelto rígido. En otro lugar he sugerido que el bajo deseo
sexual en una pareja, que por lo demás es feliz, puede reflejar una especie de
habituación sexual (Wincze y Carey, 1991); es decir, los cónyuges que tienen relaciones
estables y duraderas, pero que siempre practican el acto sexual de la misma manera
pueden llegar a aburrirse. En estos casos, se puede utilizar el erotismo (a menudo
conjuntamente con otros cambios conductuales) para estimular el apetito sexual de la
pareja. Si la utilización del erotismo se plantea como una experiencia sexual, se debe
prestar atención al estado de ánimo, al lugar donde tiene lugar y a otros ingredientes
importantes.

Los materiales eróticos se deberían usar únicamente después de una discusión completa
entre el terapeuta y el paciente. Se tendría que abordar las objeciones ante la
pornografía, especialmente la degradación, y consideración como objetos, de las
mujeres, con el fin de que no hubiera barreras a aceptar y experimentar materiales
eróticos no degradantes. Cuando el terapeuta está seguro de que el paciente puede
utilizar estímulos eróticos sin objeciones negativas, entonces necesitaríamos detenernos
en la naturaleza y los detalles de esos estímulos.

Debido a que los gustos difieren, los terapeutas deberían desarrollar su propia biblioteca
de materiales que previamente han revisado, de modo que puedan hacer
recomendaciones con conocimiento a los pacientes. Se puede animar a éstos a que
echen una ojeada a las tiendas de alquiler de vídeos o solicitar catálogos realizados por
vendedores de confianza que distribuyan materiales sexuales.
La necesidad de este tipo de materiales más seguros ha aumentado la aceptación social
de dichos vendedores, lo que puede hacer que estas compañías a menudo marginales
sobrevivan en un mercado competitivo.

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