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18 consejos para construir un lector

por Monica Zak

1. Los padres leen en voz alta

Soy una adicta incurable a la lectura. Empecé a leer en primer grado. Desde entonces he
vivido miles de vidas, viajado a todos los rincones imaginables del mundo, hasta las galaxias
más lejanas y los reinos de los muertos. He amado, sufrido, reído, llorado mares. Con miles
de libros leídos tengo una fantasía tan viva que nunca estoy aburrida.
Todo empezó con mis padres. Vengo de Suecia, de una familia de la clase obrera. Mi padre
era inmigrante, trabajaba en una fábrica y hablaba sueco con fuerte acento. Mi madre era
sueca, una mujer inteligente, muy instruida pero con poca educación formal, trabajaba como
costurera en nuestra casa.
Cada noche mi madre y a veces mi padre se sentaban en una silla a lado de mi cama a leer en
voz alta. Cuando era muy pequeña mi madre me leía poesía para hacerme dormir. Cuando fui
un poco más grande mis padres leían libros y con estos libros empezó mis aventuras en el
mundo literario.
Primero leían los pocos libros que teníamos en la casa, luego íbamos cada semana en bicicleta
a la biblioteca municipal de Orebro y regresábamos con las canastas de las bicicletas llenos de
libros prestados.
Cuando empecé el primero grado había escuchado muchos libros clásicos escritos por Selma
Lagerlöf, Mark Twain, Stevenson, Jules Verne y Oscar Wilde. En la escuela descubrí que los
otros alumnos no sabían nada de mis héroes de los libros clásicos. Durante los recreos contaba
las historias leídas por mis padres y gracias a la literatura gané amigos, prestigio y fama de
cuentista.
¡Cómo amaba las noches cuando mi madre me leía! El problema era que tenía que trabajar.
Siempre terminaba de leer demasiado rápido diciendo: Tengo que ir a coser. Pocos minutos
después sonaba la música de su máquina de coser y yo empezaba a volar, con mi cama
volaba a los lugares de los libros haciéndome amiga con todos los personajes de los libros
escuchados.

El día más memorable de mi infancia fue un día cuando estaba sentada en la cocina con un
libro “El mundo maravilloso de los cuentos “y logré leer un cuento escrito por H C Andersen.
Recuerdo mi alegría y orgullo. Contaba las páginas varias veces, 16 páginas. Yo había leído
16 páginas en un libro y comprendí que ahora yo misma podía leer todos los libros que quería
y sin ayuda de un padre o de una madre al lado de mi cama. Mi vida de lector feliz había
empezado.

Consejo número 1: Los padres leen en voz alta a sus hijos. Cada día.

2. Los maestros leen en voz alta

Sabemos que muchos niños no tienen padres que leen. En mi país hay niños que los padres
dejan dormirse al frente del televisor, sin lectura, sin besos, sin abrazos, sin conversaciones
íntimas en la cama. Para estos niños los maestros de la escuela juegan un papel
importantísimo.
En muchas escuelas suecas los profesores leen en voz alta cada día, y algunos lo hacen hasta
para alumnos de noveno grado. Me acuerdo de una visita a una escuela rural donde el
maestro empezaba cada día con un libro. Leía en voz alta y siempre con una vela encendida
en la cátedra. Me dijo que como sus alumnos vivían una vida un poco aislada en el campo por
eso escogía siempre novelas sobre niños de otros países. Fui a dirigir un taller de escritura.
Cada uno de los alumnos escribió un cuento corto excelente sobre niños de otros países, de
otras culturas adonde ellos habían viajado en los libros leídos por su profesor.
Los profesores en Suecia que tienen el hábito de leer un libro en voz alta dicen que gracias a
su costumbre de leer ellos abren el camino para los alumnos que quieren leer por sí mismos.
Para un país donde no hay acceso a muchos libros en las escuelas es una idea genial, pero es
fundamental que la profesora o el profesor escojan un libro que le apasione, después leen el
libro en voz alta y zap, de pronto, los alumnos quieren escuchar y leer más libros.
Sobre esto somos expertas. Bisse Falk, Johanna Thydell, Margareta Serlander y yo hemos
escrito libros que los maestros usan mucho para leer en voz alta en las escuelas de Suecia.

3. El acceso al libro

Lo más fundamental es que haya acceso a muchos libros que se puedan sacar prestados para
leer, por esto es tan importante que haya muchos libros infantiles en las bibliotecas y en las
escuelas. En Suecia el 47% de los libros prestados en las bibliotecas son libros infantiles u
juveniles.

4. Un osito milagroso

Hay un osito que ha hecho muchos milagros. Todo empezó en Markaryd, un municipio el sur
de Suecia en 1986. Tenían muchos libros en las bibliotecas, pero poco lectores. Los
bibliotecarios decidieron tratar de hacer lectores de todos los niños empezando con los más
chiquitos. Una bibliotecaria se fue a visitar a cada niño de 2 años llevando un osito peluche,
Boknallen, una maleta llena de libros infantiles y un carnet para poder sacar libros prestados
en la biblioteca. La bibliotecaria y su osito jugaban con el niño y al mismo tiempo hablaban
con los padres sobre la importancia de leer, mostrando los libros que llevaban y siempre
regalaban un libro sobre un osito al niño. Los padres podían tomar prestados los libros que la
bibliotecaria llevaba en su maleta y devolverlos a la biblioteca cuando querían.

La bibliotecaria y su osito visitaban a todos los niños otra vez cuando tenían 4-5 años y
seguían tratando de estimular a todos, niños, padres y los profesores de las escuelas y hoy hay
muchos lectores en las bibliotecas del municipio.
Cada año durante un mes visito las escuelas para hablar con mis lectores. Siempre pregunto
si hay alumnos que no leen libros en sus tiempos libres. Siempre hay algunos, especialmente
en el séptimo, octavo y noveno grado. Hace algunos años me fui a Markaryd, el municipio
del osito, durante una semana visité a todos las clases de 7 a 9 grado. Allá no encontré uno
que no leía libros en sus tiempos libres, hasta una alumna que había leído mi novela juvenil
La hija del puma y en sus tiempos libres había escrito La hija del puma 2.

5. El zorro astuto o lo que pasa si los alumnos tienen un mar de libros en el salón.
En Suecia el 12 % de los habitantes son inmigrantes. En el suburbio de Rinkeby con 16 000
habitantes solo el 2 % de los alumnos hablan sueco como su lengua materna. Por eso en cada
clase de las escuelas hay dos profesores.
Hace algunos años las profesoras Birgitta Alleklev y Lisbeth Lindvall sabían que empezarían
el primer grado con 24 alumnos con 12 lenguas maternas diferentes, entre ellas español, árabe
y tigriña, que se habla en Eritrea y Etiopía. Ninguno de los alumnos tenía sueco como lengua
materna, además algunos eran recién llegados a nuestro país.
¿Cómo se debían preparar para un viaje tan difícil? Las dos profesoras decidieron trabajar a
través de libros infantiles, decidieron no comprar libros de enseñanza, con excepción de
matemáticas. En cambio usaron el dinero para comprar libros infantiles. Pero querían crear un
mar de libros adentro del salón. Por esto se fueron a la biblioteca municipal y regresaron a la
escuela con bolsas llenas de libros. El día en que los alumnos llegaron a la escuela por
primera vez encontraron un salón lleno de libros ilustrados.

Usaron los libros para buscar letras, para hablar del contenido, para contar, para dibujar, para
hacer teatro y para aprender a leer. La escuela empezó al final de agosto. Cuando llegó la
navidad todos los 24 alumnos sabían leer y llevaron sus libros preferidos a casa a leer a sus
padres en voz alta.
Ahora las dos profesoras estaban convencidas que habían encontrado un método
revolucionario y lo llamaron El Zorro Astuto y pidieron dinero extra del Consejo Estatal de
Cultura (Statens Kulturråd) para comprar más libros.

Las profesoras cuentan que todos los alumnos muy pronto estuvieron convencidos de que el
arte de leer era algo importante, algo que daba alegría y algo que querían seguir. ¿Por qué?
Porque, contestan las maestras, usamos la literatura infantil en vez de libros de enseñanza.
Durante el primer año estos niños leían entre 60 y 80 libros cada uno.
Una vez cada mes iban a la Biblioteca Municipal para prestar más libros. Cada vez un
bibliotecario presentaba 4-5 libros nuevos y contaba del libro o del autor.

En el segundo año escolar tenían mucho más libros en la aula, durante el segundo año los
alumnos leían entre 250-300 libros, ahora muchos con capítulos y pocas ilustraciones.

Con el dinero del Consejo Estatal de Cultura también tenían recursos para invitar a escritores
a la escuela y trabajar con sus libros, también visitaron museos y teatros. El tercer año la
escritora seleccionada era Astrid Lindgren.

El resumen después tres años trabajando a través de libros infantiles era:

- El interés de leer era muy grande


- Todos sabían leer bien y rápido
- Tenían gran vocabulario
- Sabían expresarse hablando y escribiendo
- Tenían una gran autoestima
- Eran muy creativos

Después de tres años cada alumno había leído más o menos 400 libros.
Durante tercer grado hicieron dos pruebas en las escuelas de Estocolmo, los zorros astutos
salieron número uno en sueco y matemática de todas las escuelas de Estocolmo.
Ahora estos alumnos están en el primer año del liceo. En Rinkeby el 54% de los alumnos no
están aprobados en las materias más importantes cuando salen de noveno grado. Los Zorros
Astutos fueron todos aprobados en todas las materias. Hace poco hubo una competencia en
matemática entre los alumnos del primer año del colegio. Entre los diez mejores alumnos en
toda Suecia encontramos a tres alumnos del proyecto el Zorro Astuto.

6 Encontrar libros fáciles de leer

No todos los alumnos en Suecia son Zorros Astutos. Hay muchos alumnos en Suecia y estoy
segura también en Chile que no les gustan leer porque tienen problemas para leer por falta de
práctica. Para ellos es importante encontrar libros fáciles de leer pero con un contenido que no
sea demasiado infantil. Ahora en Suecia hay colecciones especiales para jóvenes con libros
cortos, ilustrados, fáciles de leer y llenos de suspenso.
He publicado 6 libros en esa colección. Es superdifícil escribir una novela buena y muy corta
pero especialmente mis 5 libros cortos con temas de América latina han encontrado muchos
lectores poco habituados son novelas que transcurren en Nicaragua, en El Salvador y en
Guatemala. Para mí la sensación de victoria y de alegría más grande es cuando recibo una
carta y es un joven que escribe: Normalmente no leo pero he leído tu libro. Fue bueno. Voy a
leer más.

7. Crear un entusiasmo contagioso

En 1997 una profesora y una bibliotecaria en Nyköping, una pequeña ciudad de Suecia vieron
en su trabajo que los alumnos no sabían leer como antes, ni entender lo que leían. Las dos
estaban convencida de que se debía al hecho de que la literatura infantil y juvenil jugaba un
papel menos y menos importante en sus vidas. Se decidieron a poner en marcha una campaña:
“Con corazón para el libro”. Su idea principal era entusiasmar a los profesores de 3, 5 y 7
grado. Organizaron días para los profesores dirigidos por las dos entusiastas, escritores
invitados y bibliotecarios. Yo estuve allí varias veces para dar charlas sobre algunos de mis
libros y entusiasmar a los profesores.

Funcionó. Los profesores entusiasmados lograron contagiar a sus alumnos. Los alumnos
empezaron a leer y a leer mucho. Como resultado los profesores querían más libros para
satisfacer a los alumnos entusiasmados. Primero recibieron apoyo del Consejo Cultural del
Estado (Statens Kulturråd) para comprar libros, cuando se acabó el dinero visitaron al
director del banco local. El director enseguida prometió que el banco donaría parte de su
ganancia al proyecto. Así fue. Con el dinero del banco compraron muchos más libros, muchas
veces el mismo libro en muchos ejemplares. Por ejemplo mi libro Alex Dogboy. Con 30
ejemplares de Alex Dogboy todos los alumnos de una clase podían leer el libro al mismo
tiempo.

El resultado del proyecto fue un éxito. Los alumnos leían mucho y tuvieron mejores
resultados en todas las materias.

Luego ampliaron el proyecto a todo el departamento de Sörmland. Nombraron el proyecto


“Todo el departamento lee”. Hoy hay 600 profesores entusiasmados, fomentando lectura
durante sus lecciones. En el departamento ahora hay buenas bibliotecas que proveen a todas
las escuelas y en cada escuela ahora hay una buena biblioteca escolar con una bibliotecaria
profesional. El banco mantiene su compromiso. Hasta ahora el banco, Sörmlands Sparbank,
ha donado 1 millón de coronas suecas, 55 millones de pesos, para la compra de literatura
infantil y juvenil para las escuelas.

8. El gozo

El consejo más importante para crear lectores es ayudarles a encontrar gozo en la lectura. El
gozo se mata fácilmente si leer libros es por deber o por obligación. Hay hoy estudios
interesantes de como funciona el cerebro. Un libro que una persona escoge para leer por su
propia cuenta se recuerda, un libro escogido por el maestro se lee, pero con menos entusiasmo
y se olvida más rápido

9. Los amigos

¿Como se escoge un libro para leer? Los niños no leen las reseñas ni las entrevistas con los
escritores. Estudios suecos dicen que niños y jóvenes escuchan primero sugerencias de un
amigo. Segundo de los maestros. Tercero sugerencias de sus padres.

10. Mi libro preferido

En muchas escuelas en Suecia los alumnos escogen un libro y leen durante la lección. En
algunas escuelas los alumnos leen libros una hora cada mañana, otras solo una hora por
semana. Cuando un alumno ha terminado su libro cuenta una parte o todo el libro a los otros
de la clase. Algunos visitan otras aulas para contar de un libro preferido. A veces cuentan solo
una pequeña parte para captar el interés de los otros. En una escuela que visité una niña de 10
años era la experta, leía mucho y cuando ella presentaba un libro lo hacía siempre tan bien
que todos los otros querían leer el mismo libro.

11 Visita de escritores

En Suecia desde hace más de 30 años los escritores y ilustradores visitamos escuelas para
hablar de nuestros libros. Nos pagan por hacerlo. Normalmente los alumnos leen muchos de
los libros del visitante antes de la visita, si no lo han hecho seguro que lo harán después.

12. Hacer ilustraciones

Un buen consejo para el profesoro que lee en voz alta es que los alumnos hagan ilustraciones
mientras escuchan. Tengo cajas grandes llenas de ilustraciones hechas por mis lectores. Un 5:
o grado en Hultsfred me ha mandado ilustraciones de gran calidad del libro Alex Dogboy. De
estos dibujos haremos una exposición primero en Guatemala en noviembre, luego en la
Biblioteca Nacional de Tegucigalpa, Honduras.

13. Escribir más

Muchos profesores usan literatura infantil o juvenil como base para escribir. Muchos que han
leído mi libro Alex Dogboy, La hija del puma o otros de mis libros han escogido una persona
o un acontecimiento para elaborar la historia y escribir más. He recibido cuentos cortos
interesantísimos y algunos alumnos han escrito una segunda parte de un libro leído. Pero lo
más común es leer un libro y escribir una carta al autor con preguntas.

14 Hacer teatro

15 Escribir una canción o rap

16. Mini-bibliotecarios

Desgraciadamente no todas las escuelas de Suecia tienen una biblioteca escolar. Donde hay
biblioteca muchas veces la persona encargada de la biblioteca tiene alumnos como ayudantes.
Los mini-bibliotecarios ayudan durantes los recreos y son los primeros que pueden leer los
libros nuevos. Muchas veces todos los alumnos de la escuela votan para escoger los mini-
bibliotecarios del año. Ser mini-bibliotecario en Suecia es en un privilegio envidiable y no
como en El Salvador donde una visita a una biblioteca muchas veces es castigo. He escuchado
a un maestro gritar: Si no te portas bien te mando a la biblioteca.

17 Escribir poemas

Un libro puede inspirar a escribir poemas. Los alumnos de octavo grado en Tallbohov, una
escuela en un suburbio de Estocolmo fueron tan inspirados por mi libro Alex Dogboy, la
historia de un niño que vive en las calles en Honduras con sus perros, que escribieron poemas.
La profesora juntó algunos poemas en un libro “ Poemas sobre Alex Doboy “ Escribieron
claro en sueco pero estudiantes del liceo de Victor Rudberg en Estocolmo han hecho las
traducciones al español. Estos estudiantes usan mi libro La hija del puma para sus estudios de
español en vez de un libro de enseñaza tradicional.

El otro mundo
donde todo está bien
nadie está sufriendo
no hay enfermedades
todos tienen un hogar
todos están sonriendo
nadie está llorando
El otro mundo

Kim, 8 b. Traducción: Nicolina Jonsson

¡ No es verdad!

Si uno es niño de la calle


se puede dejar la calle
Si uno realmente tiende a alguien
que se preocupa
y si uno lo quiere
Ahmed, 8 b, Traducción: Emma Jarkell y Ebba Djurberg

Todos tienen miedo de algo


tú tienes miedo de insectos
ella tiene miedo del mar
todos tienen miedo de la muerte
yo tengo miedo de la vida

Maria 8 b Traducción: Nicolina Jonsson

No quiero que el mundo sea injusto


No quiero
que jóvenes necesitan morir
por algo que no han hecho
No quiero
que niños de la calle sean maltratados
No quiero
que niños de la calle piensan
que esnifar y tomar drogas es la única forma
de quitar el dolor
Yo quiero
que el mundo sea justo
que jóvenes se sientan seguros
que niños de la calle sean tratados como los demás
y que no tengan que tomar drogas

Sabina 8b, Mariella Reyes Campodonico y Susana Redegren

18. Un festival del libro, el día más alegre del año

Una escuela en el campo que visité en mayo este año como escritora invitada siempre termina
el año escolar con Un Gran Festival del Libro. Este día no hay clases, solo alumnos que
cuentan libros, cantan, hacen teatro y que muestran sus estatuas y exposiciones. Este día
todo los alumnos y profesores vienen disfrazados de personajes de los libros leídos durante en
año. Los alumnos me aseguraron que su festival del libro era el día más alegre del año.

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