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Impenitencia: Obstinación en el pecado, dureza de corazón para arrepentirse de él.
Enjaezar: Poner los jaeces a las caballerías.
Atañe: Incumbir, corresponder.
Indubitable: Que no puede dudarse.
Numinoso: Perteneciente
o relativo al numen como manifestación de poderes religiosos o mágicos.
Supererogación: Acción ejecutada sobre o además de los términos de la obligación.
Porcentaje de lectura:100%
Tipo de trabajo: Libro
Resumen del documento:
El autor empieza con el capítulo de la soteriología general con el tema sobre la relación
entre soteriología y los asuntos precedentes y dice que la Soteriología trata de la
participación de las bendiciones de salvación al pecador y de su restauración al favor
divino y a la vida en íntima comunión con Dios. En el ordo salutis dice que la obra de
aplicar la redención continúa en un orden definido y razonable y que Dios no imparte la
plenitud de su salvación al pecador en un solo acto, pero la Biblia no da un definido
ordo salutis, hace dos cosas para construir ese orden, y son: proporciona una
enumeración abundante y rica de las operaciones del Espíritu Santo en los pecadores y
que la Biblia indica en muchos pasajes y de varios modos la relación en la cual los
diferentes movimientos de la obra de la redención.
En el capítulo siguiente el escrito trata con las operaciones del Espíritu Santo en general
y nos dice que el Espíritu Santo no tiene, nada más, una personalidad propia, sino
también un mérito distinto de trabajo. En las operaciones generales y especiales del
Espíritu Santo. En las generales nos dice el autor que en el Antiguo Testamento el
termino Espíritu de Dios, no siempre denota a un a una persona. El termino algunas
veces se usa figuradamente como el aliento de Dios o con un sinónimo de Dios. La
relación entre las operaciones generales y las especiales del Espíritu Santo, es que en las
generales El da origen a toda clase de vida orgánica, intelectual y moral, y la mantiene,
la fortalece y la guía. En la especial el Espíritu Santo domina y destruye el poder del
pecado, renueva al hombre a la imagen de Dios y lo capacita para prestar obediencia
espiritual a Dios.
En el capítulo de la gracia común el autor nos dice que en la teología reformada no
considera a la doctrina de la gracia común como una parte de la Soteriología, pero al
mismo tiempo reconoce una relación entre las operaciones del Espíritu Santo en la
creación y en la redención, y que no se deben disociar por completo. En el nombre y
concepto de la gracia común cita los que dijo el Dr. Kuiper al clasificar la gracia común
de la que habla Calvino bajo tres títulos diciendo: la gracia común universal, que se
extiende a todas las criaturas. La gracia común general, que se aplica a la humanidad en
general y a cada miembro de la raza humana, y la gracia común del Pacto, que es común
a todos aquellos que viven en la esfera del pacto, perteneciente o no, al número de los
elegidos. Además, nos dice que la gracia de Dios es una sola, no hay dos clases de
gracia, y que esta gracia divina es aquella perfección de Dios en virtud de la cual El
demuestra su favor hacia los hombres, favor inmerecido.
En el capítulo de la unión mística el autor cita a Calvino quien expreso repetidas veces
la idea de que el pecador no puede participar en los beneficios salvadores de la obra
redentora de Cristo, a menos que esté en unión con Él. Y que esta unión representativa
de Cristo es aquellos que el Padre le ha dado en el consejo de redención. Esta unión fue
de forma objetiva en Cristo ya que él se encarnó como el substituto de su pueblo, pero
también fue realizada subjetivamente por medio de la operación del Espíritu Santo ya
que coloca todas las bendiciones de Cristo y nos la da.
El capítulo de la regeneración y llamamiento eficaz nos dice autor que la regeneración
es una obra creadora de Dios, es vida nueva en Cristo, por tanto, una obra en la que el
hombre permanece pasivo por completo, y en la que no hay lugar para la cooperación
humana, además dice el autor en los caracteres positivo de la regeneración que es un
cambio instantáneo en la naturaleza del hombre, que afecta al momento al hombre
completo, intelectual, emocional y moral. En el llamamiento eficaz en relación con el
llamamiento externo y la regeneración, dice que por medio de la poderosa aplicación del
Espíritu Santo el llamamiento externo pasa a ser directamente interno, es un
llamamiento hecho por la Palabra, aplicada en forma salvadora mediante la operación
del Espíritu Santo y que el llamamiento que no está sujeto a cambio y que nunca será
retirado citando Romanos. 11:29.
La conversión es el siguiente capítulo que habla el autor, dice que la conversión
empieza con Dios siendo el autor citando Salmo 85: 4. Y que el hombre también
coopera, esta conversión dice el autor, se relaciona con otras etapas del proceso de
salvación, se relaciona con la regeneración que es donde el pecador permanece, por
completo, pasivo, pero en la conversión se muestra a la vez, pasivo y activo. En el
llamamiento eficaz, la conversión es el resultado directo del llamamiento interno. Y en
la fe, la conversión consiste con el arrepentimiento, siendo la fe parte de la conversión.
En el capítulo de la Fe dice el autor que, en ambos Testamentos, la fe es la misma
entrega radical de uno mismo a Dios, no sólo como el más alto bien del alma, sino como
el bondadoso Salvador del pecador, además, dice que la base de la fe es que descansa en
la veracidad y fidelidad de Dios, en relación en las promesas del evangelio. El escritor
hace una doble distinción sobre la expresión de la seguridad de la fe y que son: la
seguridad objetiva de la fe es la convicción de que Cristo es todo lo que declara ser y
que hará todo lo que promete. Y la seguridad subjetiva de la fe, o la seguridad de la
gracia, es en que cada creyente tiene la convicción de que sus pecados son perdonado.