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Caminando con Guillermo Páramo Rocha

Publicado por LA ANANDA DE ARIADNA el A G O S T O 2 0 , 2 0 1 7

13 h. en las casas de O Couto, y cuando dejamos atrás su hórreo de maderas rojas. El


ascenso a partir de aquí promete ser suave, por sendero de grijo, que pronto es sustituido
por el alfombrado crepitante de las hojas caídas de los robles. Hemos emprendido la
fatídica cuesta de más de un kilómetro, que es auténticamente salvaje pero en un
entorno bellísimo o, al menos, en estas fechas; y con la suficiente sombra para que no
sientas que te mata.

Nosotros, de cualquier modo, no llevamos ninguna prisa, mientras hablamos de Ricardo


III y la relación de Leibniz con Kripe o, como ahora, de Vico; que fue uno de los
grandes teóricos del mito y que decía que hay <<verdad de hecho>> y <<verdad de
idea>>, que son las verdades de las que se forjan los mitos. Y mitos que eran el
vocabulario con el que los hombres -en la palabra apasionada de
Guillermo- organizaban el universo. Pero Vico, además hablaba de tres caracteres
distintos: caracteres como los caracteres del teatro, y caracteres como los caracteres
psicológicos, siendo los últimos caracteres los caracteres con los cuales uno escribe. Y
que son los caracteres en que está escrita la cultura: los caracteres míticos y de tal modo
que hay, o suele haber, el héroe o la heroína verdadera, que es el ser humano que existe
en la realidad; y hay el verdadero héroe o la verdadera heroína, que son los personajes
estilizados, depurados, en las imágenes concebidas de estos héroes por el mito, la
ficción. Y que era lo que suponía para Vico, en esencia, el tejido del sentido común. La
estructura paratáctica de las creencias, que son siempre creencias de las sociedades, y
que en último término significan: o la infracción o el exilio, porque nos son impuestos
como sentido común. Y que -según Gillermo- defienden figuras como el geógrafo e
historiador Estrabón. Figuras y personalidades de inmenso prestigio, que afirman que
hay que captar la atención de los niños mediante la fantasía; ya que de ese modo,
cautivándolos, y porque a todos nos atrae la fantasía, se puede conseguir de ellos lo
mejor y lo peor: introducir en sus mentes cualquier idea que se juzgue importante para
su construcción. Ya que como dijo Sartre, y mi paisano, <<el ser humano siempre es lo
que hace con lo que antes hicieron de él.>> Y de ese modo se infiltró también en la
mente de las personas, que igual que hay héroe hay villano, que hay un tipo humano que
es un villano, como el Ricardo III de Shakespeare lo es y del que es heredero hasta el
Scar de Disney. Porque hay una tradición y erigir un mito es eso: confundir como
Shakespeare actúa al personaje legendario con el personaje literario. Y armar -como
Gillermo dice que Vico lo llamaba- el vocabulario mental de las cosas humanas que se
instala en el sentido común, y con el que cuál tenemos que actuar; porque ni podemos
escapar a la idea de que hay héroe, ni escapar a la idea de que hay persona o de que hay
un <<yo>>. Y todo está confabulado de esa manera: las situaciones, las entidades, las
relaciones. Y eso refiere a un sistema muy semejante al de las matemáticas. Porque
tampoco las entidades matemáticas existen en el mundo real, como le sucede al
triángulo, o al número 1.

El triángulo como entidad geométrica no se puede dibujar y, estrictamente, ni siquiera


se podría trazar con rayos de luz. Y el propio concepto de <<uno>> se vuelve
inmanejable. El problema de la entidad se vuelve muy difícil de manejar y, ahora, los
físicos dicen incluso, que no se debe hablar del principio de incertidumbre sino de un
principio de indeterminación.
La cuesta que no debe ser llamada del sapo -porque no se sabe porqué a la cuesta del
sapo se la llama así, que es lo que asegura la dueña del bar A Xestoso en A
Lastra- porque no lo es, tarda en superarse lo que uno decida; o en este caso dos, que
éramos los que afrontábamos ese inmisericorde kilómetro. Pero nosotros que nos la
hemos tomado con toda la calma del mundo, porque se sube con la lengua fuera, la
hemos superado en unos cuarenta minutos y dando alcance a la carretera, que pocas
veces se alegra uno tanto de ver como entonces. Y mientras que ahora, nos encontramos
descansando confortablemente en este sillón de cuero pálido. Pero, ¿y Leibniz y los
mundos posibles? Porque Leibniz se planteaba también el problema de las verdades
lógicas frente a las verdades de observación. Y de lo que Leibniz habla es de un mundo
real sujeto a unas leyes particulares, que son las de la lógica. Pero otro mundo, que no
sea el mundo real -y cuando se dice mundo no hay porqué pensar en otro planeta- si
tiene unas leyes lógicas semejantes a las nuestras, se podría decir que es un mundo
lógicamente alternativo al nuestro. Y que será a lo que los lógicos posteriores
denominen una <<relación de accesibilidad>>. Y en este caso -como me explica
Guillermo- de accesibilidad lógica entre mundos.

Y Leibniz lo que concluía era que <<No en todo mundo posible tiene que existir lo que
es verdadero en este mundo real.>> Y nos sirve, de algún modo, el ejemplo de este bar.
Porque, tú en cuántos bares del Camino, que has entrado, habrás podido ver, como en
Casa Xestoso, un calendario con una tía en bolas -como diría Carmen. Y además
galletas, latas, espagueti, botellas, colorante alimentario, desodorante y hasta una tarta
de Santiago.
https://elespiritudelchemin.wordpress.com/2017/08/20/caminando-con-guillermo-
paramo-rocha/

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