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generales que entiende como negativos y los prohíbe, a la vez que reconoce a todos y
cada uno derechos como personas. Así, en el derecho se reflejan los caracteres, ideas y
pensamientos del propio ser humano.
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actividades son sociales no solamente porque se realizan junto con otros, sino porque se
aprenden de ellos.
Por otra parte, la palabra “hombre” es una palabra genérica, y cuando incluimos a las
personas o a las cosas en un mismo género (ejemplos: “hombre”, “humano”), nos
estamos olvidando de las características propias e individuales de cada uno. La inclusión
en el género hace perder la individualidad a las personas
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mientras que las personas SON (EXISTEN): porque somos seres de diálogo,
el afuera le gana al adentro. Es fundamental la influencia externa en el ser,
en la construcción del humano.
V. EL DIÁLOGO
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considera al hombre en su libertad a partir del otro, la existencia de cada uno
depende y se determina por los otros.
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- Negri critica esta frase como “terrible”. A todos nos gusta la libertad, pero no la
tendríamos porque termina en donde está el otro: por ende no seriamos libres
sino cuando estamos solos. Para ser libre debería matar a todas las personas
porque son ellas quienes me están impidiendo la libertad. En realidad la
libertad del hombre existe sólo cuando está con otros, porque el hombre ES
PORQUE ES CON OTROS.
La frase debe reformularse: “la libertad comienza cuando consigue encontrarse con la
libertad del otro”.
Soledad: “Yo pienso”; refleja claramente la soledad (él solo, en su soledad, pensaba que él
pensaba), no hay ninguna compañía en el pensamiento. Luego “YO soy”, soy solo,
independientemente de los demás.
Aunque se vive en sociedad, las reuniones de hombres en la sociedad moderna así
pensada, no son más que una yuxtaposición de individualidades. Las sociedades son
solitarias y egoístas: se convive con el otro, pero el otro molesta.
Poder: Nos salva “del naufragio”, de la catástrofe de una época, pero nos salva solos. Para
la acumulación del poder, hay un desplazamiento total del otro.
-Nazismo: “Tú no eres nada, eres parte de un todo”: da cuenta de la supuesta fungibilidad
de la persona.
-Sócrates: No intentó escapar cuando estaba condenado a muerte, porque consideró que
la ley era la expresión del todo, del pueblo, y que valía más que su propia voluntad
individual.
-Santo Tomás de Aquino: Justifica la pena de muerte a pesar del “no matarás”, a través de
considerar al hombre como parte del todo: se puede matar a una persona para “salvar a la
sociedad”. Hace un paralelismo con el cuerpo humano: se puede cortar una pierna para
salvar la vida de un hombre.
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jefe de los grupos. (La madre del espartano que no pregunta si su hijo sobrevivió, sino si se
ganó la guerra).
SEGUNDO PARCIAL
Cuerpo y alma
1_Dualismo antropológico.
Platón creyó y enseño a sus discípulos el dualismo antropológico del hombre como cuerpo
y alma. El hombre es un alma encerrada en un cuerpo. Pensaba que las almas eran
anteriores a los cuerpos. Estas convivían con las demás almas “en el reino de las almas”.
Por alguna razón (que Platón no encuentra, (o que no se conoce hasta hoy) las almas son
condenadas por una circunstancia a recibir una condena de prisión. Siendo la prisión
representada por el cuerpo, el cuerpo es la cárcel del alma. En ese primer momento las
almas vivían en contemplación directa de la belleza, tenían un conocimiento “de esencia”,
y así se pasaba de un conocimiento inteligible a un conocimiento sensible. El alma debía
mediatizar el conocimiento de las esencias a través de los sentidos, pero al ser estos
limitados, el alma perdió la posibilidad de encontrarse con los demás de manera pura.
Platón pensaba que las almas estaban en un desequilibrio intelectual permanente por el
cuerpo. El alma dentro del cuerpo quiere irse, y su única escapatoria es la filosofía, porque
trasciende los límites, es una permanente buscadora de esencias. El alma era exiliada de
ese mundo de almas para ser incorporada en un cuerpo. La obsesión del alma es
escaparse del cuerpo, en una crisis existencial.
Otra alternativa o “solución”, es la muerte, como una disgregación del compuesto. El
alma, no muere, porque es simple, y por ende no puede deshacerse.
¿Por qué platón no habla de suicidio como solución, si la muerte nos libera?
Posiblemente Platón estaba instruido por una creencia religiosa. Platón tenía la certeza de
que el alma reencarnaba; es decir que saldría del cuerpo en el que se encontraba y
entraría a un nuevo cuerpo.
El dualismo sigue teniendo una fuerte gravitación en las antropologías. Platón pasa de la
dialógica socrática a la dialéctica. Hablaba de amor platónico, amor entre dos almas, el
encuentro de almas prescindiendo de los cuerpos.
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5_ Superación del dualismo: monismo materialista e idealista. Problemas que plantean.
Según las teorías monistas, el ser humano se compone de una sola sustancia: cuerpo o
alma. Hay dos clases de monismo:
1) Monista idealista: Berkeley, fue un filósofo irlandés muy influyente cuyo principal logro
fue el desarrollo de la filosofía conocida como idealismo subjetivo, resumido en la frase
“ser es ser percibido”. Esta teoría propone que los seres humanos sólo pueden conocer
directamente sensaciones e ideas de objetos, pero no abstracciones como la materia
extensa y el ser.
2) Monista materialista: Sostiene que el hombre sólo es materia; “la materia más
organizada es el hombre”.
Concibe al hombre como un cuerpo únicamente, por lo que no puede dar respuesta ante
el problema de la muerte. A través de esa concepción monista del hombre es que da
respuesta a la cuestión social obrera, ya que por ser el hombre un cuerpo, es que éste
debe ser respetado en la relación laboral. Ya no puede justificarse la explotación, y el daño
al cuerpo del hombre con la idea de que el alma es superior al cuerpo (por ello mientras
no se dañara el alma el daño en el cuerpo no importaba). En el dualismo el cuerpo
aparece como un contenedor del alma; y el alma como una simplicidad, entonces la
muerte es la descomposición del cuerpo y el alma. A través de la muerte el alma se libera,
no muere.
Independientemente de las ventajas y desventajas que han presentado las dos posiciones,
ninguna de ellas logra solucionar en la totalidad de las cuestiones humanas.
El mayor problema del dualismo es desvalorización del cuerpo como si el valor máximo
fuera el alma. Trae la idea del pecado a través del cuerpo (lo bueno es el alma, lo malo es
el cuerpo o lo que está relacionado con él). Es el cuerpo el que invita al pecado, al mal.
Al devaluarse el cuerpo también se devalúa el encuentro. Es una invitación a la soledad.
En este marco es que el dualismo es incapaz de comprender la cuestión social: palabras
como “proletariado” o “huelga” no son comprendidas, por ser problemas del cuerpo y no
del alma. El obrero no es nada, porque es más importante el trabajo intelectual que el
manual.
Críticas a la concepción dualista de Platón.
El cuerpo y alma, son principios operandi. En la concepción dualista el cuerpo está
devaluado; la tarea principal siempre es realizada por el alma. Justamente ésta es la crítica
principal que se le hace, ya que no hay nada que el hombre haga extracorpóreamente,
todo lo que hace el hombre lo hace a través del cuerpo.
La perspectiva dialógica. El cuerpo.
El cuerpo se expresa a sí mismo; soy mi cuerpo. Quien nos conoce o nos quiere, conoce
más expresiones de nuestro cuerpo que otros, a quienes les pasan inadvertidas.
Cada momento de la existencia es expresión de algo.
La expresión se manifiesta ante alguien: nos expresamos ante los demás a través del
encuentro. Uno habla con el cuerpo y por ello necesitamos de él para dirigirnos a los
otros, expresarnos ante ellos.
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El cuerpo es abierto, está hecho de esa manera para percibir el entorno. Está abierto a
conocer el mundo a través de los sentidos (los oídos para oír, los ojos para ver). El hombre
existe: “existencia” quiere decir: “ex” afuera, “tencia” colocado en un lugar.Los
animales y cosas insisten, es decir que son, pero son para dentro, para su interior. La
sexualidad es de la forma de apertura más clara, porque se necesita del otro.
10_ Otros significados del cuerpo: principio de instrumentalidad. El cuerpo como límite.
El encuentro
El hombre es un ser social. El problema del dato y la tarea surge porque el hombre
necesita de los demás.
Debemos distinguir dos dimensiones: una personal o privada y otra social. Nuestras
actividades son sociales no solamente porque las realizamos junto con otros, sino porque
también las hemos aprendido de ellos. Por ello la definición de hombre nunca puede ser
acabada, porque el hombre es un ser haciéndose siempre.
El encuentro es la tarea, existir es el dato. Dato es lo que uno da, tarea es el trabajo.
El alma
El alma no está dentro de cada uno, sino que está afuera. Dios motiva un acto de fé de
cada uno. Su presencia se impone, no se debe probar, dios está.
Sócrates postula que el alma es algo que existe, que está dentro de nosotros, pero que no
se capta con los sentidos. Poseemos alma por lo que somos capaces de hacer. El alma es
sinónimo de alma nacional, de inteligencia.
Además el alma tiene una vertiente práctica relacionada con lo que nos permite decidir
nuestra conducta.
Negri: El alma se constituye con los demás.
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- El hombre con las cosas.
Por ende es una ruptura con Dios, porque Dios se refleja en el otro y en las cosas.
¿Cómo recomponer esta ruptura o pelea? A través del derecho si es debidamente
comprendido como proyecto de armonía y no como sentido coactivo.
El evangelio dice “solo la verdad os hará libres”: la verdad es libertad. Esa es la sinceridad
se manifiesta a través de la desnudez primitiva. En la desnudez hay encuentro, no hay
mentira.
Dos personas que se quieren, en su desnudez, convierten un lugar en ámbito.
El ámbito es un espacio de encuentro, no un espacio físico sino de relación, al que
integran componentes psicológicos, materiales, culturales, afectivos, de palabras, etc. Es
un espacio de relación vincular, en el que se comunican y comparten en el misterio del
dialogo. Es inseparable del encuentro. Es la consecuencia de que dos seres personales se
llamen y respondan recíprocamente. El hombre proyecta su existencia en el encuentro
con el otro.
Nuestro cuerpo biológico que es muy endeble, por lo tanto es una apertura al fracaso. Las
dimensiones del cuerpo son límite: se puede lo que se quiere sólo hasta donde lo permite
el cuerpo. Es abierto y débil. La estructura biológica del cuerpo es en fracaso más
importante. El principio de instrumentalidad diría que el fracaso se debe al cuerpo.
El hombre fracasa a veces por apurar los tiempos. La muerte pone el límite temporal a los
hombres. El tiempo tiene dos dimensiones, una de existencia y otra cronológica. Cuando
los tiempos discrepan se produce el fracaso.
21_ Apertura del fracaso.
3) Las tensiones originadas por la coexistencia.
Es el fracaso más acongojante. Es la principal causal de angustia del hombre, porque al ser
un ser no concluso, necesita del encuentro con los demás para realizarse (aunque nunca
se realice por completo, porque el diálogo nunca termina).
22_ Posible valor pedagógico del fracaso: problemas. Superación del fracaso.
El fracaso del dialogo es el más temido. En el fracaso del diálogo, fracasan también el
derecho, el amor.
Fracaso y conflicto.
Con la cosificación hay “una alteración del estatuto antológico”. La persona deja de ser
reconocida como tal y se convierte en “una mera cosa” desprovista de todo encuentro.
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esclavos por su naturaleza: han nacido para ser cosas y no personas, no sirven
para dialogar. El cristianismo no condena la esclavitud (San Pablo).
Otro modo de conversión del otro en instrumento puede hacerse a través de la
política. La política como poder mismo, y no como esperanza de pueblo, lo que
se quiere son los votos, es decir, los votantes son utilizados como instrumento
para llegar al poder.
El apartamiento del otro como obstáculo (exterminio por ser diferente): frente
a un obstáculo, yo puedo: “ignorarlo” o “correrlo”, es decir, siempre es algo
molesto. Por ejemplo, el nativo americano y la discusión acerca de si poseía
alma (colonización y evangelización). Otros ejemplos son Irak, Palestina, etc. A
su vez podemos incluir dentro de este modo de cosificación al aborto, es decir,
cuando se habla de la persona por nacer como si fuese una molestia.
Olvido del otro como si fuera “nadie”: no me acuerdo del otro, no está, no me
encuentro, y tampoco lo uso, ni lo mato. El otro olvidado es la catástrofe de las
universidades de derecho. En ellas se explican estructuras normativas, pero no
trata temas sociales. Por ejemplo, los niños en los basureros. Cuando me olvido
de ellos los cosifico.
25_ La actitud de cosificación como posesión del otro. (El “mío”, de “mí”).
TERCER PARCIAL
Orden
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1) AMOR: este orden no hace referencia solamente al amor de parejas, sino también
al amor entre padres e hijos, el de hermanos, amigos, etc. El amor tiene una
proyección social, sin embargo, tiende a refugiarse en relaciones pequeñas. Las
madres de plaza de mayo cambiaron el orden social teniendo como motor el amor
hacia sus hijos desaparecidos. El pacifismo también está ligado al orden del amor.
El amor consiste en escuchar al otro, preocuparse por él, alegrarse con sus
alegrías, entristecerse con sus tristezas. El nombre tiene una gravitación muy
importante en el amor, cuando uno ama a otro quiere saber el nombre de esa
persona amada, los padres que esperan un hijo pasan meses pensando su nombre.
Una definición posible de amor es la que entiende que amar es sacar al otro del
género, rescatarlo, ya no es uno más en el género, es mi hijo, mi hermano, mi
amigo. El amor ordena, porque ordenar es acomodarse recíprocamente unos con
otros, y el amor nos lleva a hacer cosas que de no ser por él no haríamos.
2) RESPETO: respetar no es sacar del género, el respeto es compatible con el género.
Respetar al otro es no dañarlo, muchas veces se confunde el respeto con el temor,
pero si el respeto tiene que ver con el temor, no es hacia el otro, sino a mi mismo,
tener miedo de dañar al otro con mi conducta. El derecho es un orden de respeto;
en él esta la idea de justicia. Un ejemplo claro del respeto es detenerse ante un
semáforo en rojo, parar es respetar al otro porque lo hago para no dañarlo, no
responde al amor ya que a quien va cruzando no lo conozco, y lo más probable es
que no vuelva a verlo. Muchas veces el respeto colisiona con el amor. Si un
hombre que tiene una viña y necesita cosechar las uvas paga lo mismo al que
trabajó todo el día que a quien trabajó una hora, no habría explicación alguna
desde el punto de vista del derecho porque sería injusto. En cambio, encuentra
explicación desde el amor, porque en él no esta contenida la idea de justicia. El
respeto implica el equilibrio, la justicia, la igualdad. En el amor no, no se puede
cambiar un acto de amor por otro, no hay igualdad, el amor privilegia al ser
amado.
3) PODER: el poder se da cuando alguien manda a otra persona, la cual obedece. En
el poder no hay igualdad, el poder significa una expansión de la voluntad de quien
somete y una restricción de la voluntad del sometido. El poder ordena, tiene
proyecciones sociales muy fuertes, aunque también puede darse en ámbitos
domésticos. Una de las características del poder es su constante tendencia a
expandirse, el poder siempre quiere más poder. El poder, al igual que el respeto
lleva a la paz y a la seguridad, pero lo hacen en formas diferentes, el poder hace a
la paz y seguridad del miedo, es simplemente externa. Otro rasgo de poder es que
se constituye con una convergencia de voluntades, el que manda quiere mandar, y
el que obedece quiere obedecer. El sometido lo hace por miedo, seguridad o
porque se convence de que esta bien que el otro mande. Los poderosos crean
superestructuras de ideologías para persuadir al sometido que necesita que él esté
al mando, que le conviene estar sometido. Estas ideologías son mentiras que
buscan la legitimación del poder. Se necesita convencer al sometido porque si este
se revela, no quiere obedecer, debe cambiarse el orden, podría pasarse al derecho,
pero esto casi nunca sucede, generalmente se recurre a la violencia.
4) VIOLENCIA: a este orden se llega cuando el sometido se revela contra el poder.
Hay un tipo de violencia que la sociedad no sólo no la reprueba sino que la
considera buena, el la que propiciaron los próceres de nuestra patria para lograr la
independencia. Cual es la diferencia entre esta violencia y la del que roba un auto a
la que la sociedad se opone enérgicamente? Es que los próceres no tenían otra
manera de “sacudir” el poder al que se encontraban sometidos, y utilizaron la
violencia no para instaurarla como un orden permanente, sino para crear
constituciones, para establecer un orden de igualdad, respeto, justicia, un orden
de derecho. En cambio, quien roba un auto, no busca la igualdad, sino
simplemente el provecho propio. La violencia ordena, también de una forma
diferente al derecho, este no tolera la violencia, sólo existen pocas y muy tímidas
concesiones, como la legítima defensa.
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así como el poder no puede avanzar porque el derecho se lo impide, el derecho tampoco
puede hacerlo porque el poder lo limita.
A los efectos de orientar nuestra búsqueda proponemos cuatro modelos de orden (se
trata de un esquema en el que necesariamente se sacrifican datos de la realidad que los
aplica. Cada uno de ellos expresa tendencias y valores que permiten distinguirlos).
Los modelos de órdenes sociales tienen, por lo menos dos referencias: en sentido Formal
y en sentido Material.
La perspectiva Formal significa una adecuación recíproca, es decir que todos los órdenes
son iguales, todos ordenan. Pero es necesario establecer un modelo o criterio de orden.
Por ejemplo, en una biblioteca los libros se pueden ordenar alfabéticamente, por temas,
por antigüedad; inclusive se pueden combinar dos o tres de estos criterios, aunque resulta
más difícil. Sin embargo lo que interesa a esta materia no es el orden de los libros sino de
las personas en la Sociedad, que puede ser una Sociedad doméstica (la casa, la familia), o
una Sociedad Política (el Estado, la ciudad, el pueblo).
La perspectiva Material en cambio, consiste en una dirección de crecimiento,
perfeccionamiento. En este sentido no todos los órdenes son iguales.
El Derecho es una forma de orden jurídico, pero no es el único modelo social; hay otros
tres órdenes que también lo son. Pensar que el Derecho es el único modelo sería incurrir
en un reduccionismo. Sin embargo, en nuestra Facultad se estudia el Derecho y no los
demás órdenes.
1) Amor
Se trata del gran modelo de funcionamiento de la persona, es decir, el Orden que más
beneficia al hombre y su existencia.
Relacionar al amor solo con la pareja y el sexo significaría incurrir en un reduccionismo (el
ser humano puede tener sexo sin amar como así también existe el amor entre padres e
hijos, hermanos, tíos o amigos, no asexuado).
Debe entenderse al Amor como aquel acto en el que se reconoce a otro como una
persona diferenciada, rescatándolo del género. Se trata de un acto discriminatorio, pero
en sentido positivo. Implica escuchar al otro, ayudarlo, alegrarse con sus alegrías, darle un
nombre.
Sin embargo el Amor tiene para los seres personales la desgracia de no poder proyectarse
hacia muchas personas: si tomamos el amor al prójimo según el evangelio, prójimo
significa cercano, cualquiera puede ser el prójimo, pero no existe la projimidad universal.
No puedo amar a todo el mundo (en cambio, el respeto sí se puede cumplir
universalmente). Además el amor a veces se agota, se desvanece. Un ejemplo fue la
liberación de la India encabezada por Ghandi sin armas y por razones de amor.
2) Respeto (Derecho)
Incorrectamente la idea de Respeto suele relacionarse con el temor, pero en verdad
significa el temor de dañar a otro. El Respeto consiste en no dañar a otro (naeminem
laedare). Es la base del Derecho, un principio fundamental.
Se trata de dar a cada uno el trato de suyo (consiste en reconocer la autonomía del otro,
como suyo, de sí). La justicia es propia de este orden, para que nadie se dañe y que cada
uno reciba lo suyo (precio justo, salario justo). Es una constante y perpetua fortaleza, que
no solo radica en los actos míos sino que debe proyectarse en una verdadera política y
orden social.
El Derecho se expresa siempre igualitariamente, si observamos el código civil, este no se
refiere a personas concretas sino a cualquier persona que cumpla un rol determinado;
como locador, vendedor, comprador, etc.
Cuando subsumo aparece el nombre, nos basamos en idea de género, por ello no hay
nombres en el Respeto, porque la igualdad es fundamental para el Derecho.
Entra en juego el intercambio y por ello adquiere relevancia el contrato, hay un cambio
entre personas: se da siempre a cambio de algo (a diferencia del orden del Amor donde
no se puede cambiar un amor por otro).
Es más simple y más sencillo que el amor. Por ejemplo cuando un auto se detiene frente a
un semáforo en rojo, no lo hace para evitar una multa sino para evitar chocar y dañar a
otro.
El respeto se puede cumplir universalmente, es más fácil respetar a una persona que
amarla. Por ejemplo, la Declaración Universal de DD.HH. que gracias a la facilidad del
respeto puede expandirse universalmente.
3) Poder
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El Poder propone una desigualdad, pero diferente al amor (que saca del género), para
poder mandar y gobernar, apropiarse del otro, hacerlo mío.
Posee dos rasgos fundamentales:
Necesidad de expansión: trata siempre de darle a quien lo tiene más poder. Hegel, en la
“Dialéctica del amo y del esclavo” entiende que el amo quiere ser siempre más amo, pero
además aquel que está sometido (por miedo, resignación, para que no haya anarquía,
respondiendo a ideologías) también quiere obedecer cada vez más. Por ello Se constituye
con dos voluntades simétricamente convergentes: es una relación de mando y obediencia.
Desde la perspectiva del poder las manifestaciones de igualdad del Derecho no se
entienden.
Otros poderes generan estructuras y superestructuras, como por ejemplo el poder
político.
4) Violencia
Cuando quien obedece se rebela ante el poder, entra en juego el orden de la Violencia. En
su faz extrema implica apartar al otro, pero como orden es transitorio: no puede ser
permanente, es el medio para consagrar el respeto o implantar un nuevo modelo.
Consiste una no aceptación al Poder.
Según San Martín, no se trata de conquistar sino de liberar. Los libertadores ejercían
violencia, pero ella se explicaba porque había un poder colonial, opresivo.
En sentido Formal, los cuatro órdenes son iguales, en cambio en sentido material se
puede establecer un orden de prelación en base al beneficio del hombre y su existencia:
a) El Amor: es el gran modelo de funcionamiento de la persona.
b) El respeto: es importante no dañar al otro y dar a cada uno lo suyo, pero necesito más
que eso.
c) El Poder: da cierta seguridad, pero tiene una necesidad de expansión que cosifica al
otro.
d) La Violencia: Es el orden de menor valor en la existencia del hombre, implica la no
aceptación del poder.
II
Una vez identificados los rasgos específicos de cada uno de estos modelos tratamos de
mostrar la posición del Derecho frente a ellos.
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Derecho y violencia: La violencia muestra un panorama desastrosamente diferente al del
derecho, sus modos no son de comunicación entre los hombres, sino apenas de contacto.
El ser íntimo de cada uno se cierra al enemigo, el hombre se transforma en una cosa
(cosificación), apta para ser dañada o destruida.
Esto se advierte especialmente con las grandes concentraciones de poder armado que
tanto pesan sobre la conciencia moral de nuestro siglo y que son la expresión teratológica
de una violencia potencial.
III
Examinados ya los modelos de orden social corresponde ahora precisar los rasgos
esenciales y permanentes del Derecho para poder proponer una definición del mismo.
Universalidad
La solución del derecho es universal, vale sin que su validez se circunscriba a límites
personales o territoriales.
Este es un rasgo derivado de la universalidad de su idea moral. El derecho no es de este o
de aquel grupo, sino de toda la humanidad, por lo mismo que refleja una dignidad
humana que no reconoce fronteras. Desde el derecho primitivo hasta el derecho actual se
ha producido una progresiva transición del derecho grupal al derecho universal como, por
ejemplo, con las declaraciones de los derechos del hombre (1948).
Este rasgo de universalidad del derecho se abre paso todavía hoy con dificultades, por la
existencia de resabios indudables de la conciencia de grupos, que opera negativamente.
Ello implica, una disminución en el reconocimiento y respeto a la dignidad de la persona
del hombre, de la cual la universalidad del derecho es mero reflejo.
Generalidad
El derecho es un orden incorporado a fórmulas (por eso existe una extraordinaria simpatía
entre el derecho y la palabra escrita que permite precisar y fijar la fórmula).
Toda regla de derecho puede comunicarse, compararse con otras reglas igualmente
diseñadas para desplegar la misma idea moral, articularse como magnitudes estables, al
margen de toda variación subjetiva y de toda arbitrariedad.
El traslado de la idea moral de las reglas de un orden abstracto que con el derecho ocurre,
invierte la secuencia temporal propia de la conciencia moral, ya que lleva a que la
respuesta anticipe al hecho. Las fórmulas anticipan respuestas, criterios de solución y
armonía frente a hechos aún no sucedidos, y cuya ocurrencia se presenta como
meramente hipotética. El derecho tiene, por eso mismo, el sentido de verificarse en un
tiempo venidero.
Esas reglas son generales. Plantean y resuelven un número indefinido de casos,
situaciones típicas cuya recurrencia en la vida social, fuera aún de los límites de
determinada época o cultura, descansa en estructuras básicas de la naturaleza humana y
el mundo circundante.
El carácter general de la solución responde a una necesidad interna del derecho.
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Derecho y paz: especialmente intensas y recíprocas son las relaciones del derecho con la
Paz. El derecho es orden de paz. Coordina comportamientos y establece las condiciones
del encuentro social y la buena comunicación de las existencias humanas.
A su vez la paz brinda el medio propicio para que el derecho prospere y se desarrolle.
El derecho es, además una paz de medios y de fines.
El fin del derecho (que es la armonía fundada en el respeto del hombre) es genuinamente
pacífico.
Pero también los medios del derecho son medios de paz. El derecho rehúsa totalmente los
procedimientos violentos. Su obligatoriedad radica en su carácter moral.
Sobre esta convergencia de medios y de fines, el derecho funda la paz.
Derecho y seguridad: Los vínculos del derecho con la seguridad no siempre han sido
interpretados correctamente. Existe en este punto una notable desfiguración ideológica,
producto de teorías del poder.
La seguridad es una de las aspiraciones humanas a las que el derecho responde de modo
más directo.
La seguridad que el derecho brinda se funda exclusivamente en su contenido obligatorio.
Es el carácter exigente del orden moral el que asegura su realización.
La seguridad radica en dos presupuestos que han construido históricamente al derecho:
El presupuesto de objetividad (su obligatoriedad deriva de su contenido moral), y el
presupuesto de libertad (la fundamental actitud del hombre de encontrarse con el bien).
El presupuesto de objetividad deviene el permanente conflicto con la arbitrariedad. Lo
arbitrario es lo caprichoso lo que carece de fundamentos objetivos.
IV
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Sobre esta base cabe concluir que la vigencia práctica del estado de derecho ha llevado a
conformar un núcleo conceptual e ideológico desde el cual estado y derecho se muestran
como aspectos convergentes y parciales de una totalidad única.
Esta perspectiva integrada de estado y derecho si bien por un lado sirve para definir
aspectos especialmente técnicos de la propuesta, por otro debilita el examen de las
tensiones internas a las que la misma se halla esencialmente expuesta.
Y más aun, concluye dando una visión del poder y del derecho en donde los rasgos de uno
y otro terminan confundiéndose.
De ese modo, y en particular en orden al derecho, la ley del estado, la actividad judicial, el
control constitucional, la coacción (por no citar sino algunos ejemplos), se asumen como
expresiones genuinas de la propuesta del derecho, cuando en rigor son el resultado de su
ulterior integración con el poder.
Este breve trabajo quiere retomar los rasgos propios del derecho antes del estado de
derecho y mostrar las modificaciones que experimenta en él. No para contradecir el valor
del estado de derecho (que hasta hoy se revela como la propuesta más adecuada para
resolver el problema de la existencia humana en su relación con el poder), sino para
mostrar el origen de las tensiones a las que, como modelo integrado, inevitablemente
conduce.
1.
Asunción y reformulación de los principios jurídicos por la constitución del estado.
La exposición del modelo jurídico a través de fórmulas generales y abstractas ha sido una
constante en la cultura del derecho.
Más allá de la posibilidad, también históricamente cierta, de posiciones singulares y
concretas (y hasta de un repertorio de éstas que no identifique de modo expreso sus
criterios generales), el derecho se ha exhibido en forma de principios, o ha remitido
tácitamente a ellos.
(La razón de esta circunstancia debe encontrarse en la radical oposición entre el derecho y
la arbitrariedad. Y en la convergente necesidad de definir los criterios jurídicos de un
modo que permita convalidarlos antes aun de su aplicación concreta).
El origen histórico de esos principios del derecho, de esas normas generales y abstractas,
anteriores a los hechos que vinculan, no siempre es identificable.
Muchos de ellos se pierden en el tiempo, en una zona imprecisa de tradiciones y motivos
religiosos. Se los recupera a través de recopilaciones históricas o de referencias literarias,
a veces fragmentarias, que resguardan su vigencia anterior.
Lo decisivo para validarlas sin embargo, más que su autoría (y de la tradición que se
reconoce complementariamente como criterio de autoridad), es su consecuencia con un
modelo fundante.
Valen por lo que expresan, más que por su origen. Reconocen, por sobre una instancia de
creación personal o temporal, un fundamento material de contenido.
En el estado de derecho, en el que coexisten derecho y poder, esos principios por lo
común se mantienen, pero con una importante modificación: el poder los recepta y
reformula.
Esto es visible en todas las constituciones del estado de derecho.
El constituyente asume a los principios como propios.
De ese modo, al renovar su autoría, ensaya una nueva validación, definida no ya por la
pertenencia de los principios al derecho, sino por su inclusión en la misma constitución
que ha dictado.
Valen con ella. Pasan a ser constitucionales. Se convierten en la ley constitucional del
estado.
Esto si bien por un lado los refuerza (compromete toda una organización del poder y un
aparato coactivo al servicio de su vigencia) por otro lado los debilita, ya que los ata al
mismo origen histórico y a la misma intelección de los demás textos constitucionales.
Es decir, se los incorpora a una serie de mecanismos inmanentes al poder del estado, que
en los hechos pueden servir no sólo para respaldar su vigencia sino también para
empobrecer el ulterior sentido de su aplicación.
2.
Mediación de la ley en la aplicación de los principios del derecho.
La recepción y reformulación de los principios jurídicos por el poder constituyente se
complementa en la actividad ulterior del poder constituido.
En ella el dictado de una legislación (que se renueva y amplía permanentemente), asume
una importancia decisiva e introduce una nueva modificación al derecho desde el poder.
Los principios del derecho no se aplican directamente. La ley se vuelve mediadora para su
actuación concreta.
Esa mediación no es sin embargo rigurosa. Toda reglamentación genera, por si misma,
exigencias que no se encuentran en los principios de los que parte. Los criterios iniciales
van matizándose, de ese modo, por una suerte de lógica interna de las normas que los
reglamentan.
Por lo demás, la legislación no sólo es reglamentaria sino complementaria. Incluye
deliberadamente contenidos neutros, que pierden toda posibilidad de una referencia
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directa a principios de derecho, o, lo que es más delicado aun, contenidos que se
acomodan a razones de estado.
A partir de cierto momento, el estado de derecho ofrece una traducción legal del derecho
en la que, sincréticamente, conviven principios jurídicos, normas neutras y modificaciones
surgidas de las propias necesidades del poder.
El control de juridicidad real (es decir, de subsistencia del derecho en el modelo integrado
del estado de derecho) se vuelve allí especialmente complejo.
3.
Prevalencia de la ley. Desplazamiento de las otras fuentes formales del derecho.
La especial gravitación que en el estado de derecho tiene la ley (definida por lo demás
formalmente: la ley es la que dicta el estado a través de sus órganos específicos y por un
procedimiento ritual) conlleva a un progresivo empobrecimiento de las demás fuentes
formales de derecho.
No es que ellas desaparezcan. Pero su dimensión se restringe a valores reflejos.
Las sentencias judiciales deben fundarse en la ley, los dictámenes y resoluciones
administrativas adecuarse a ella, los reclamos y reivindicaciones canalizarse dentro de su
marco.
El derecho se circunscribe a la ley (o a los actos y sentencias que la especifican).
La costumbre pierde su histórica gravitación. Vale únicamente en la medida en que la ley
la reconozca.
La ciencia del derecho se vuelve una mera descripción de la ley del estado, o una previsión
de sus posibles aplicaciones prácticas.
La misma enseñanza universitaria se restringe a una recepción de los contenidos
legislativos.
Todo esto acarrea un fuerte empobrecimiento en la creación y evolución del derecho.
Y tensiones, cuando, por avatares de la situación política, la ley del estado no logra
canalizar los requerimientos de la conciencia jurídica, deja fuera de ella los contenidos del
paradigma del derecho.
4.
Límites territoriales de la ley. Pérdida de la universalidad del derecho.
Una de las consecuencias de esta legalización del derecho es su reducción a los límites
territoriales del estado.
La ley, más allá de cualquier pretensión de ser portadora de criterios jurídicos universales,
es una expresión de la soberanía del estado.
Y en esas condiciones su vigencia no puede extenderse más allá de las fronteras dentro de
las cuales esa soberanía se ejerce.
Ese quedar circunscripto del derecho plantea un problema especialmente complejo: el de
la pérdida de su significado universal.
Su ligamen con el poder lleva a quedar seccionado espacialmente.
Se habla así de derechos nacionales, locales, cuya extensión resulta totalmente derivada
de los alcances de la soberanía, o de la potestad legiferante a la que se vinculan.
Esta es una modificación del derecho de la mayor importancia, porque si existe un rasgo
particularmente esencial de lo jurídico es el de la universalidad.
(De este modo no podrían explicarse las declaraciones universales de derechos humanos
ni el valor de la personalidad aun en casos de apatridia).
El derecho dimana del reconocimiento de la persona del hombre. Del respeto a todo otro
como libre e igual.
Y ese fundamento no está ligado por sí mismo a estadualidad alguna ni puede encontrar
en los límites de la soberanía que formula la ley sin una fuerte alteración de su modelo.
Se presenta en este punto un quiebre entre el estado de derecho como producto cultural
moderno y la tendencia, también moderna, de formular proclamaciones de derechos
fuera de las constituciones estaduales que lo organizan.
Ello ha tratado de alguna manera de corregirse, dando nivel constitucional, incluyendo en
las constituciones declaraciones o convenciones universales sobre derechos humanos.
Pero esta recepción de principios y normas, aunque reconozca su valor extraterritorial, no
deja de ser un ejercicio generoso de la propia soberanía. Esos pactos, abiertos siempre a la
posibilidad de denuncia, están sujetos a las interpretaciones y aplicaciones de los
tribunales locales, y a una recepción que al acogerlos los delimita en el marco de un
sistema normativo propio.
5.
Sustitución del sentido de obligatoriedad interna del derecho por el de la coactividad.
La ley proviene del poder y se incluye en un orden inmanente que tiende a resguardarla
como obra de ese mismo poder que la ha dictado y promulgado.
Al ligarse así, se produce otra modificación en el derecho: la sustitución de su
obligatoriedad interna por la coacción con la que el estado resguarda el cumplimiento de
sus leyes.
Esta sustitución no es total. La obligatoriedad en conciencia de los contenidos del modelo
jurídico obviamente se mantiene, ya que el mero agregado de una sanción a su
incumplimiento no puede desplazarla totalmente.
Pero la aparición de la coactividad, con un protagonismo amplio, respaldando a cada ley
que dicta el estado, conduce otra vez (como en el valor dado a la legalidad) a una
nivelación formal.
35
Las leyes, de contenidos diversos, sean portadoras reales de una propuesta jurídica o
simplemente reglamentarias de un justo legal, se igualan desde el punto de vista de la
respuesta a su incumplimiento.
Todas ellas aparecen resguardadas en su vigencia de la misma manera.
En esa nivelación, la adhesión interna que puedan suscitar sus contenidos, se diluye ante
el episodio coactivo.
Además, de ese modo queda impropiamente legitimado el uso de la fuerza para
resguardar la aplicación al derecho (uso este que en ningún caso podría derivarse del
paradigma mismo del derecho: desde el derecho es imposible validar su aplicación
coactiva).
6.
Amoralidad del derecho. Separación del derecho y la moral.
Consecuentemente con este desplazamiento de los motivos internos de obligatoriedad
del derecho, la teoría del estado de derecho ha crecido simultáneamente con la
afirmación de su separación de lo moral.
La moral queda excluida de la ley del estado y de los tribunales que la aplican y
circunscripta a la conciencia y a su propio tribunal interior.
Mas allá del valor que como límite al estado ésta exclusión contiene (se liberan de su
intromisión acciones privadas y convicciones políticas y religiosas) el precio de un
resguardo así logrado es costosísimo, ya que la ley del estado aparece desvinculada de los
compromisos morales esenciales del derecho (el respeto a la dignidad de todo hombre,
especialmente) y fortalecida otra vez en su definición meramente formal, a partir del
poder del estado que la dicta.
(Una preservación de las libertades internas puede lograrse también y en mejor medida
desde el derecho como límite del poder y no desde su separación de lo moral. El vínculo
del derecho con lo moral arranca en su propia base, en el respeto a la persona de todo
hombre. Circunscribir lo moral a los actos internos (más allá de la impropiedad ontológica
de la distinción sobre la que se apoya) supone una visión restringida, que lleva a pensar
luego a la regulación de los actos externos, confiada al derecho del estado, como a una
mera técnica).
7.
Pérdida del sentido de permanencia.
La especial gravitación de la ley en el estado de derecho conlleva también la pérdida del
sentido de permanencia de lo jurídico.
Existe una continua creación legislativa desde el poder del estado. Las leyes se modifican,
se derogan, sustituyen, respondiendo muchas veces a motivaciones circunstanciales.
En la medida en que el estado de derecho remite a una definición formal de ley y a su
incorporación por ella de los principios del derecho es muy difícil desvincular
conceptualmente las mutaciones de una y otro.
El derecho como obra del hombre admite obviamente (por la progresiva intelección de los
valores de lo humano) variaciones en su configuración. Pero las mismas son limitadas,
lentas, prudentes: no se condicen con las variaciones muchas veces ocasionales de lo
legislativo.
La multiplicación de las leyes, su escasa duración, hablan de cierta liviandad en la
reglamentación de los principios del derecho o en una masiva incorporación de lo neutro a
la regulación de la vida social.
8.
El estado de excepción
El estado de excepción es el punto límite de la relación de derecho y el poder en el estado
de derecho.
Algunos (muchos, los más importantes) principios jurídicos quedan con él en suspenso. Su
lugar es ocupado por posiciones de poder.
Se lo dispone a partir de una conmoción o alteración del orden, que (según la valoración
del poder constituido) impediría, temporalmente, la vigencia plena del modelo integrado
estado de derecho.
Las constituciones establecen algunos resguardos sistémicos para su instauración
regulando la magnitud de sus efectos y su extensión temporal. De cualquier manera el
estado de excepción significa siempre una grave alteración del derecho en el estado de
derecho, por el desplazamiento en bloque de sus principios.
La teoría política y la jurídica (construidas desde el estado de derecho) han tratado de
validar la alteración del modelo alegando la necesidad de preservarlo teóricamente y
asegurar así la ulterior restitución de su vigencia práctica.
Desde el paradigma jurídico la existencia aun temporaria de un sistema político en el cual
la vigencia del derecho sea preterida en todo o en parte, resulta especialmente
problemática.
El estado de necesidad, la legítima defensa y el derecho de resistencia violenta a la
opresión (que constituyen puntos críticos en los que el derecho pareciera colocarse en
contradicción consigo mismo) no alcanzan a fundar suficientemente un instituto en el que
un poder organizado políticamente pudiera desbordarse.
(El estado de derecho no prevé un simétrico desplazamiento del poder en nombre del
derecho.
Un estado excepcional donde el derecho sustituya las posiciones del poder, rija desde sus
37
prístinos principios, sin mediaciones ni interferencias: sin lo neutro, ni lo circunstancial, ni
la razón de estado).
Para hablar en esos términos es necesario salirse de los mecanismos inmanentes al estado
de derecho y plantear desde el modelo puramente jurídico, resguardos extrasistémicos
del derecho frente al poder.
9.
Límites recíprocos
La asunción de los principios jurídicos por definiciones que provienen del poder, su
reglamentación legislativa, el valor de la ley del estado, su definición formal, la preterición
de otras fuentes del derecho, la pérdida de su universalidad y del sentido de su
permanencia, la incorporación de resguardos coactivos, su separación de lo moral, su
desplazamiento en el estado de excepción son sólo algunas de las modificaciones y límites
que el derecho experimenta en el modelo integrado estado de derecho. Habría que
agregar otros todavía, relativos a la historicidad y al sentido grupal que introduce su
relación con el poder o al monopolio de la jurisdicción (y con ella al resguardo sistémico
de su vigencia) que el estado de derecho también propone.
Va de suyo que una lectura de modelo integrado estado de derecho para ser completa
necesitaría no sólo precisar las modificaciones al derecho en su convivencia con el poder,
sino también las modificaciones al poder en su convivencia con el derecho.
Y que en ese sentido varias de las alteraciones aquí expuestas valen en sentido inverso y
expresan, simétricamente, límites al poder desde el derecho.
Algo de ello quedó anticipado en orden a la separación del derecho y la moral (que
procuró limitar avances insoportables sobre la conciencia personal) y algo así también
podría decirse respecto del mayor valor que asume la ley del estado (y que da lugar al
principio de legalidad, decisivo para contener jurídicamente y controlar la actividad
administrativa del estado).
10.
Conclusión
Se trata en el estado de derecho como ya se ha dicho de un modelo integrado construido
a partir de dos paradigmas diferentes.
La palabra estado sugiere estabilidad. La palabra derecho remite a ciertas constancias, a
ciertos rasgos también estables en un proyecto de orden social.
Su aplicación simultánea (difícil; para nada desdeñable), conlleva sin embargo, a una
permanente inestabilidad interna.
Poder y derecho tratan de avanzar el uno sobre el otro.
El poder limita al derecho y el derecho limita al poder.
Una antigua lucha entre dos protagonistas cotidianos de la vida social.
Aunque irresuelta, el derecho tiene en ella la ventaja de ser, hoy, el único modo de vida
compatible con el respeto a la dignidad del hombre.
Base, por lo demás, de proyectos (no sólo sociales) más altos todavía.
V
Lucha por el derecho
Dado que el derecho rehúsa totalmente los procedimientos violentos, su obligatoriedad
radica en su carácter moral. La lucha por el derecho es una lucha de la conciencia y no de
la fuerza.
El derecho como utopía
A pesar de los límites que derivan de su carácter reglado y del ámbito de su protección, el
derecho se distingue de aquellas expresiones de orden aparente que se constituyen como
negación del hombre, en el desconocimiento de su valor y en la opresión.
Por eso, si se utiliza la palabra utopía en uno de sus posibles significados (concepción que
trasciende la realidad para modificarla, anhelo de conducta real que rompe los lazos con la
situación existente) resulta indudable el sentido utópico del derecho.
Esta armonía social proyectada en el respeto a la persona del hombre, que se ofrece como
posibilidad concreta de orden de convivencia, implica un permanente cuestionamiento de
aquellas estructuras en las que el poder y la violencia tienen una participación activa, y
ocupan extendidos “espacios” de la vida social. En el mundo de hoy, el derecho se
presenta como una contrasituación que tiende a transformar una realidad global.
Con el hombre como núcleo y centro de sus determinaciones, con el respeto como base
para despliegues todavía más humanos y profundos, el derecho es parte de una inacabada
esperan.
El Derecho siempre se ha opuesto al Poder. Son disímiles entre sí, pero se los suele
confundir, pues ambos procuran crear un orden y brindar seguridad y paz.
ORDEN:
39
En la relación de Poder luego de fijar su posición y obtener la sumisión de los miembros,
intenta intensificar y expandir su dominio.
La paz y la seguridad que ambos tratan de mantener también son distintas. El derecho
presenta un buen fin que logra a través de la educación de la conciencia moral y el
dialogo. El poder, en cambio se sirve de cualquier medio para lograr su fin, solo le importa
la eficacia.
PAZ:
La paz del Poder se basa en la ausencia de violencia entre las partes; Las tensiones sociales
no se resuelven, sólo se reprime su expresión.
SEGURIDAD:
La seguridad del poder solo se prescribe a los sentidos, pues el poder ilimitado del
poderoso hace que no se pueda tener ninguna seguridad frente a él.
El Derecho siempre debe caracterizarse por el orden de protección y paz. Por lo que, el
orden jurídico se presenta permanentemente como límite del poder. De lo contrario el
reconocimiento recíproco estaría en peligro, pues en el poder una parte no posee
autonomía.
Aun cuando Derecho y Poder se muestran como adversarios, existen convergencias que
presentan una convivencia inestable.
Estado
Esta postura es incorrecta, pues los Valores morales, el llamado Religioso, la Vocación, etc.
no se dan en grupo y tampoco son regulables por el estado. La libertad del hombre, en
estos ámbitos, no puede estar condicionada por el Poder, porque en ese caso el Ser no se
podría desarrollar. La interferencia del Poder resultaría un obstáculo para la evolución
moral del hombre.
Es por ello que el Derecho debe fijar límites permanentemente ante la expresión estatal
de poder.
La ley
Por un lado es un medio de incorporación de fórmulas abstractas del Derecho, pero por
otro es una regla originada en el centro de poder político del Estado.
Administración de justicia
41
los litigantes, su fallo no resolverá la ruptura de diálogo entre las partes, sino que será un
obstáculo. El magistrado entonces ya no será un juez de derecho, sino un juez de poder.
Desde el Derecho cuando hablamos de la organización del poder estatal nos referimos al
conjunto de límites morales que el derecho traza para evitar la expansión del poder.
Cabe aclarar que el Derecho no creó al Estado ni a ningún otro poder, sino que son
construcciones humanas en las que el derecho debió intervenir para reglar y así reducir
sus efectos negativos.
Control del acto de poder: Por control recíproco de los titulares (copoder) o por los
ciudadanos (participación, recursos administrativos, elección de funcionarios, publicidad
de los actos, etc.).
Aun se hayan implementado estas disposiciones, no significa que todas las acciones del
estado son "jurídicas", ni mucho menos que se haya alcanzado la armonía. Sólo se trata
del punto de avance mas profundo que se ha logrado.
La organización de la coactividad
Según Cathrein es un elemento que se vincula desde afuera para que el Derecho alcance
una plena vigencia.
Decir que el Derecho es coactivo, significa conceder que del poder del que las leyes
proceden, pueda amenazar con penas la transgresión de sus disposiciones y aplicarlas si
ella se produce.
Pero otros autores remarcan que no todas las leyes tienen un elemento coactivo, y sin
embargo forman parte del Derecho.
El núcleo del problema reside en considerar que la coactividad del derecho implica
imponer una pena a determinadas conductas, y esto solo puede lograrse si se tiene poder.
Negri sostiene que en el derecho no tiene cabida la coacción, que es el modo de la falsa
obligatoriedad de poder.
Orden: la palabra orden tiene 2 significados, o nos hace referencia a dos cosas: orden en
sentido formal, y orden en sentido material.
El orden corresponde tano en las sociedades políticas como en las Domesticas, llegando a
creer que el orden es el derecho. “el derecho e el gran orden”. El orden se da a través de
él.
43
Pero en las sociedades políticas y domesticas hay varios ordenes, el derecho es uno de
esos órdenes, pero no el único.
Modelos de orden:
- AMOR.
- DERECHO.
- PODER
- VIOLENCIA.
Amor: vale tanto para ambas sociedades (políticas y domesticas) nos convoca a la
referencia, pareja y sexo. La pareja es uno de los núcleos donde el amor se puede revelar;
y en cuanto al sexo (indica que cada ser humano debe encontrarse con otro por una
necesidad).
Si solo me quedo con sexo y pareja caigo en un reduccionismo, es decir veo solo una parte
de la realidad.
Nombre, es un acto de amor (el primero), utilizo al nombre porque define la unicidad del
ser amado, del ser único.
No todos los nombres son iguales, no hay dos voces iguales. Saca al hombre del género.
El miedo a la muerte, proviene del amor, del amor al otro, del que el ser amado muera o
no poder verlo más.
La idea de justicia es una idea de cambio, no entra en el amor, entra en el marco del
respeto.
La idea de contrato es muy fuerte en la idea de respeto. El contrato siempre es una idea
de cambio, dicho cambio debe hacerse siempre de buena fe.
El derecho reivindica permanentemente la no discriminación, distinto al amor que
discrimina (ya que individualiza, nos saca del genero).
1) Amor: nos rescata del género, no hay que caer solo en “sexo y pareja”.
3) Poder: modelo de orden que tuvo gran vigencia durante siglos. El poder es
desigualdad, pero desigualdad distinta a la concebida por el amor. Se los desiguala, o se
los diferencia para gobernarlos o dominarlos, es un gran cosificador el poder.
Poder político: es un gran estabilizador para el gobernador y quien gobierna. Hay 2 rasgos
del poder fundamental:
- poder tiene una gran necesidad o actitud de expansión. Trata siempre el poder
darle a quien lo ejerce mas poder “el amo siempre quiere ser mas amo”.
- Se constituye el poder con 2 voluntades simétricamente convergente: “esta la
voluntad de quien manda”, y el “que obedece quiere obedecer”. Relación: Amo –Esclavo.
¿Por qué el que está sometido quiere estarlo? Por:
- temor.
- el que manda tiene un estructura tan grande que lo apoya, lo que hace que el
sometido se resigne a enfrentarlo.
- Por cómo fue formado esa persona, de niño me enseñaron a obedecer.
- El poder utiliza propagandas alegando que es bueno que haya poder, y que quien
lo ejerce debe hacerlo y no otro. Infunde el miedo a una anarquía.
- La propaganda busca imponer una ideología, y la voluntad de obedecer se va
formando.
45
Hay contradicción con el derecho: ya que este propone igualdad.
El poder en cambio: propone desigualdad.
Legalizar el respeto: traducir el respeto en formulas, en normas. Por eso la empatía tan
fuerte del derecho y la ley. El amor no se puede legalizar. La ley permite llegar a
soluciones o hechos que no han sucedido. Prevé hechos, se anticipa y da respuestas, pero
el amor no lo puede hacer, es intuitivo.
El respeto y el poder: ambos buscan brindar seguridad. Respeto: seguridad y paz. Poder:
solo seguridad.
El hombre es un ser dialógico, se constituye a través del encuentro con sus semejantes.
Comprendiéndolos y siendo comprendido por ellos.
Según Henkel, el hombre al salir del umbral de su interioridad comienza a vincularse con
sus semejantes en un continuo necesitar y ser necesitado, es por ello que la vida social se
presenta como una intrincada trama de innumerables y variadas relaciones interhumanas.
Tal es así que resulta necesario establecer modos de orden social como modos diversos de
resolver la existencia, verificables en todas las sociedades humanas. Son formas de
convivencia humana que han sido delimitadas de modos diversos por diversos sociólogos.
En un sentido formal significa una adecuación reciproca de personas o cosas, y en un
sentido material indica una dirección de crecimiento, de perfeccionamiento, de sentido.
El orden del amor vale para las sociedades políticas y las sociedades domesticas.
Inmediatamente este orden nos convoca a una referencia: PAREJA – SEXO
La PAREJA es un núcleo donde el amor se puede revelar profundamente
El SEXO incida que cada ser humano necesita encontrarse con alguien. Es un
ingrediente fundamental.
Pero si me quedo solo con la referencia pareja sexo incurro en un reduccionismo, porque
solamente estoy viendo un aparte de la realidad y me olvido de todo lo demás.
El amor solo puede darse en pequeños grupos de personas: la familia, la pareja, entre
amigos íntimos, entre hermanos. En palabras de Santo Tomas:
Además, no podemos olvidar, que a los seres humanos se nos permite tener sexo sin
amor, por lo que es evidente hablar de otras formas de amar.
- Amor de Madre e hijo – Padre e hijo – Amor de Hermanos – Amor de amigos -
El amor desiguala completamente, el amor nos rescata del género porque para alguien
que me ama soy único, insustituible, concreto y extraordinario. Por ejemplo: en el amor
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de madre e hijo, es un amor no sexuado ni en pareja. A través del nombre que la madre le
pone al hijo se define la unicidad del ser amado. Es único, cunado se nombra a un hijo se
lo hace de una forma diferente, se lo desiguala de todos los demás. El amor saca al otro
del genero, desiguala.. al sacarlo al otro del genero ya no es igual para todos.
El amor comienza por una negación; se da por el único goce de dar, sin reclamar nada a
cambio. Se espera, se cree en la verdad del otro, hasta se querría vivir el propio dolor del
ser amado para que el no sufra. Pero no queda allí, esa negación se resuelve en una
afirmación nueva, donde el yo y el tu encuentran lo que en soledad no hubieran podido:
su mejor promoción personal.
El amor, como lo afirma el teólogo alemán doctor DOMS, tiene por misión primera el
perfeccionamiento de dos seres que separadamente son incompletos.
El amor autentico es siempre amor de un ser concreto, determinado, que responde a un
nombre y que no puede ser reemplazado por otro. Si amamos, simultanea o
sucesivamente, a muchas personas, nunca lo hacemos con el mismo amor; cada vez que
amamos se renueva el amor, cualitativamente diferente al anterior. Aun en el caso en que
nuestro amor fuera universal como el de Cristo y englobara a todos los hombres, no por
eso sería impersonal.
Una larga tradición filosófica que va desde Platón y Plotino a los existencialistas
espirituales modernos (pasando por San Agustín, pascal, Freud) considera al amor como la
fuerza motriz principal de la historia individual y colectiva. La necesidad de amar y de ser
amado puede considerarse como el más fundamental e imperioso de los “instintos” del
ser espiritual.
Se trata del gran modelo de funcionamiento de la persona, es decir, el Orden que más
beneficia al hombre y su existencia.
Sin embargo el Amor tiene para los seres personales la desgracia de no poder proyectarse
hacia muchas personas: si tomamos el amor al prójimo según el evangelio, prójimo
significa cercano, cualquiera puede ser el prójimo, pero no existe la projimidad universal.
No puedo amar a todo el mundo (en cambio, el respeto si se puede cumplir
universalmente). Además el amor a veces se agota, se desvanece. Un ejemplo fue la
liberación de la India encabezada por Ghandi sin armas y por razones de amor.
El derecho se presenta como un fin y un medio: uno y el otro confluyen en la misma idea:
la del respeto al hombre.
El hombre ha creado el derecho para procurar satisfacer algunas necesidades propias de
su existencia, entre ellas: la paz social, la seguridad, el desarrollo de su autonomía(lo suyo
de si y no lo mío de mi), el bien común.
Se trata de dar a cada uno el trato de suyo (consiste en reconocer la autonomía del otro,
como suyo de sí). La justicia es propia de este orden, para que nadie se dañe y que cada
uno reciba lo suyo (precio justo, salario justo). Es una constante y perpetua fortaleza, que
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no solo radica en los actos míos sino que debe proyectarse en una verdadera política y
orden social.
El Derecho se expresa siempre igualitariamente, si observamos el código civil, este no se
refiere a personas concretas sino a cualquier persona que cumpla un rol determinado;
como locador, vendedor, comprador, etc.
Cuando subsumo aparece el nombre, nos basamos en idea de género, por ello no hay
nombres en el Respeto, porque la igualdad es fundamental para el Derecho.
Entra en juego el intercambio y por ello adquiere relevancia el contrato, hay un cambio
entre personas: se da siempre a cambio de algo (a diferencia del orden del Amor donde
no se puede cambiar un amor por otro).
Es más simple y más sencillo que el amor. Por ejemplo cuando un auto se detiene frente a
un semáforo en rojo, no lo hace para evitar una multa sino para evitar chocar y dañar a
otro.
El respeto se puede cumplir universalmente, es más fácil respetar a una persona que
amarla. Por ejemplo, la Declaración Universal de DD.HH. que gracias a la facilidad del
respeto puede expandirse universalmente.
Por su contenido podemos hablar de relaciones de poder político, económico, militar, con
la posibilidad de su concentración en un mismo sujeto.
En cuanto a su permanencia, puede tratarse de relaciones fugaces o duraderas, llegando a
alcanzar un alto grado de estabilidad y organización jerárquica.
Ejemplos de este tipo sociológico puede ser: algunos vínculos laborales, la esclavitud, la
organización militar, el estado, los monopolios comerciales, el colonialismo, cierta clase de
delitos, etc.
ORDEN DE VIOLENCIA:
(algunos la denominan relación de lucha) Cuando quien obedece se rebela ante el poder,
entra en juego el orden de la Violencia
Se trata de encuentros dañosos, destructivos. Los participes se buscan para
menoscabarse, hay una recusación intensa del otro. Los sociólogos hablan de una
reciproca negación.
La sola presencia del otro resulta insoportable. Ya no es cuestión de fingir ignorar la
existencia del otro ni el intento por dominarlo. El hombre que odia intenta poner fin a
todo vinculo personal con el otro, y si fuera posible, suprimir su vida misma.
La violencia puede ser individual (como en el caso del delito de homicidio) o social (la
guerra en cualquiera de sus tipos).
Pero no puede estabilizarse como tal. Cuando se despliega hasta su faz extrema, conlleva
su propia destrucción al desaparecer uno de los termino (en casos extremos, pueden
destruirse ambas partes)
La violencia tiene una vigencia transitoria, si bien ordena, lleva a matar al otro. Es un
elemento altamente desnaturalizante, tanto para el orden del poder como para el
derecho. Ambos pues, tratan de eliminarla.
En sentido Formal, los cuatro órdenes son iguales, en cambio en sentido material se
puede establecer un orden de prelación en base al beneficio del hombre y su existencia:
a) El Amor: es el gran modelo de funcionamiento de la persona.
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b) El respeto: es importante no dañar al otro y dar a cada uno lo suyo, pero necesito más
que eso.
c) El Poder: da cierta seguridad, pero tiene una necesidad de expansión que cosifica al
otro.
d) La Violencia: Es el orden de menor valor en la existencia del hombre, implica la no
aceptación del poder.