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Gracias a la nutrición el niño desarrolla y mantiene sus tejidos y obtiene la energía

necesaria para realizar sus funciones. El estado nutritivo es uno de los indicadores
más importantes de salud ya que sin una nutrición adecuada la salud se verá
deficiente, por otro lado, aquel con un buen estado nutritivo tendrá una mejor
calidad de vida y podrá enfrentarse mejor a las enfermedades.
3 etapas fundamentales:
a) Etapa de lactante: es de rápido crecimiento somático y maduración de las
funciones corporales.
b) Etapa preescolar y escolar: En esta se da inicio y consolidación de los
principales hábitos de vida.
c) Etapa de la adolescencia: En esta se condicionan de manera definitiva los
hábitos de alimentación.
En los 2 primeros años de vida debido al rápido crecimiento, junto a la presencia
de una inmadurez funcional generalizada de los distintos órganos y sistemas,
representa un riesgo de deficiencias nutricionales, por lo que las consecuencias en
esta etapa de la vida puedan ser más importantes que en las edades más
avanzadas.
La lactancia materna es suficiente por sí sola para garantizar durante los primeros
6 meses de vida y de forma completa las necesidades nutricionales y metabólicas
del lactante, aportando protección inmunológica y favoreciendo la relación madre-
hijo. Salvo la vitamina D y la K, todas las demás se hallan en cantidades
suficientes y no necesitan ser administradas al lactante. A partir del 6to mes debe
complementarse con otros alimentos, ya que resulta insuficiente para cubrir todos
los requerimientos nutricionales.
Existen leches artificiales que ofrecen una alternativa segura cuando las madres
no pueden o no quieren alimentar a su hijo con su propia leche, y puede realizarse
de forma exclusiva o complemento de una lactancia materna insuficiente, estas
fórmulas son la única opción aceptable para sustituir la lactancia materna en el
niño menor de 1 año y la preferible hasta los 18 meses.
Hay leches especiales diseñadas para cubrir las necesidades nutritivas de los
lactantes y niños portadores de algún tipo de trastorno fisiológico o metabólico que
puedan alterar la absorción, digestión o metabolismo de alguna sustancia.
En cuanto a la alimentación complementaria se recomienda que el aporte calórico
de los nuevos alimentos no sobrepase del 50% del aporte total y que la ración
diaria de leche se mantenga en los 500ml, se debe introducir harinas de cereales,
frutas y verduras.
Al iniciar el período preescolar se le debe dar importancia a la educación
nutricional y a los hábitos de vida, para prevenir trastornos crónicos como
enfermedades cardiovasculares y la obesidad. Se debe dar un aprendizaje de los
condicionantes sociales y de comportamientos relacionados con la comida,
interacción con los adultos, reforzando comportamientos adecuados y corrigiendo
los inadecuados y dar importancia a la introducción de nuevos sabores y
alimentos, promoviendo el acto de comer como uno gratificante y que favorezca el
mantenimiento de la salud.
En la edad escolar la velocidad de crecimiento se mantiene estable, la
alimentación debe ser variada en la cual se debe incluir todos los tipos de
alimentos, mantener una proporción correcta de los diversos principios inmediatos
y un aporte calórico que debe ajustarse a la actividad del niño. En esta etapa es
mayor la influencia sobre los hábitos dietéticos de factores externos a la familia.
Los niños en edad escolar hacen un excesivo consumo de alimentos densos en
energía, productos de origen animal, bollería y productos azucarados, con un
aporte bajo de frutas y verduras, condicionando a un aumento en la prevalencia
del sobrepeso y la obesidad.
La adolescencia es la etapa final de la infancia, iniciando con la aparición de los
caracteres sexuales secundarios y finalizando con el cese del crecimiento
somático, la nutrición puede verse desequilibrada por el rápido incremento de la
masa corporal, por cambios en la composición del organismo y variaciones
individuales, estas variaciones individuales son las que dificultan el dictado de
recomendaciones generalizables a toda la población adolescente. El papel que
tiene la familia en la alimentación del adolescente pierde relevancia ya que comen
con frecuencia solos, o con su grupo de amigos y muy influidos por las modas y
por campañas publicitarias agresivas, con una dieta monótona, hipercalórica,
excesiva en grasas e hidratos de carbono e insuficiente en hierro y calcio

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