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CORRIENTES O DOCTRINAS

EPISTEMOLOGICAS

Existen diversas escuelas o corrientes que tratan el tema del conocimiento. Algunas de
ellas son:

El Criticismo. Desarrollado por Kant, que afirma que se puede


alcanzar el conocimiento, pero para ello se requiere de análisis
exhaustivos.

El Dogmatismo. En cambio, afirma que el conocimiento puede ser


adquirido ya que es la realidad misma.

El Escepticismo. Por otro lado, es una corriente


totalmente antagónica, que niega la posibilidad de conocer la
verdad debido a factores externos al sujeto de conocimiento
que no le permiten acceder a la realidad.

Otras corrientes centran su atención en el modo de acceder al conocimiento:

El Empirismo. Que afirma que la única manera de acceder al conocimiento


es mediante la experiencia.

El Racionalismo. Que, por otro lado, expone que el único medio de


alcanzar el verdadero conocimiento es mediante el uso de la razón y la
lógica.
HISTORIA DE LA EPISTEMOLOGIA

Esta rama de la filosofía haya sus orígenes en la Antigua Grecia. En esta época los
conocimientos podían ser clasificados según la manera en la que habían sido
alcanzados en doxa o episteme. Los primeros hacen referencia a los conocimientos
que no han sido sometidos a reflexiones, si no que son adquiridos de manera
ordinaria. Los conocimientos epistémicos por lo contrario eran alcanzados por medio
de la reflexión rigurosa.
Sin embargo, el concepto de epistemología tal como lo conocemos fue comenzado a
tratar durante el Renacimiento. Algunos de los autores más destacados en este ámbito
fueron Descartes, Galileo Galilei, Kant, Newton, entre otros. Este resurgimiento de la
epistemología se debió a la aparición del conocimiento científico y la necesidad de
validar dichos saberes. Para ello analiza los métodos, procedimientos y fundamentos
que son utilizados en el ámbito de las ciencias.
Si bien hablar de epistemología antes del siglo XIX en cierto punto puede ser
anacrónico, encontramos algunos autores que han influenciado notablemente sobre
esta disciplina. Tal es el caso de René Descartes con el Discurso del Método, o los
mismos John Locke e Immanuel Kant. Filósofos de esta talla han sabido incorporar
dentro de su gran marco teórico nociones respecto a cómo se produce el conocimiento
científico, aunque todavía no existía la epistemología como tal.
Sin duda la escuela epistemológica que mayor influencia tuvo a nivel teórica y que
revolucionó la disciplina, a pesar de las contundentes críticas que recibirá por parte de
uno de sus discípulos, fueron los neopositivistas lógicos. Agrupados en el famoso
Círculo de Viena, una agrupación de intelectuales que estudiaba las formas lógicas del
pensamiento y de la construcción del conocimiento científico, vieron en Bertrand
Russell y Ludwig Wittgenstein sus máximos inspiradores. Fue la primer gran escuela de
epistemología del siglo XX, encargándose del estudio de las formas lógicas de los
enunciados y estableciendo criterios en base a la lógica.
Será Karl Popper quien discuta las bases sobre las cuales se planteaba la epistemología
de los neopositivistas lógicas, al criticar el criterio de inducción, entendido este como
el proceso por el cual de un enunciado singular por medio de muchas verificaciones se
llega a un conocimiento más general. Popper postula que esto no sólo es imposible,
sino que tiene graves consecuencias, y lo reemplazará por el método lógico-deductivo,
entendiendo que ninguna teoría se verifica, si no que sólo se corrobora hasta que un
nuevo conocimiento lo ponga en tela de juicio.
LA TEORIA DEL CONOCIMIENTO ARISTOTELICA

Aristóteles distingue varios niveles o grados de conocimiento. El conocimiento sensible


deriva directamente de la sensación y es un tipo de conocimiento inmediato y fugaz,
desapareciendo con la sensación que lo ha generado. El conocimiento sensible es
propio de los animales inferiores. En los animales superiores, sin embargo, al
mezclarse con la memoria sensitiva y con la imaginación puede dar lugar a un tipo de
conocimiento más persistente. Ese proceso tiene lugar en el hombre, generando la
experiencia como resultado de la actividad de la memoria, una forma de conocimiento
que, sin que le permita a los hombres conocer el por qué y la causa de los objetos
conocidos, les permite, sin embargo, saber que existen, es decir, la experiencia
consiste en el conocimiento de las cosas particulares:
... ninguna de las acciones sensibles constituye a nuestros ojos el verdadero saber,
bien que sean el fundamento del conocimiento de las cosas particulares; pero no nos
dicen el porqué de nada; por ejemplo, nos hacen ver que el fuego es caliente, pero
sólo que es caliente.
El nivel más elevado de conocimiento vendría representado por la actividad del
entendimiento, que nos permitiría conocer el por qué y la causa de los objetos; este
saber ha de surgir necesariamente de la experiencia, pero en la medida en que es
capaz de explicar la causa de lo que existe se constituye en el verdadero conocimiento:
Por consiguiente, como acabamos de decir, el hombre de experiencia parece ser más
sabio que el que sólo tiene conocimientos sensibles, cualesquiera que ellos sean: el
hombre de arte lo es más que el hombre de experiencia; el operario es sobrepujado
por el director del trabajo, y la especulación es superior a la práctica.
El conocimiento sensible es, pues, el punto de partida de todo conocimiento, que
culmina en el saber. Y Aristóteles distingue en la Metafísica tres tipos de saber: el
saber productivo, el saber práctico y el saber contemplativo o teórico. En la Ética a
Nicómaco volverá presentarnos esta división del saber, en relación con el análisis de
las virtudes dianoéticas, las virtudes propias del pensamiento discursivo (diánoia). El
saber productivo (episteme poietiké) que es el que tiene por objeto la producción o
fabricación, el saber técnico. El saber práctico (episteme praktiké) remite a la
capacidad de ordenar racionalmente la conducta, tanto pública como privada.
LA TEORIA DEL CONOCIMIENTO SEGÚN PLATÓN

La epistemología de Platón ha sido calificada como "dualismo epistemológico" porque


Platón aceptó de Heráclito y de Parménides que hay dos niveles de conocimiento, la
opinión (dóxa) y la sabiduría o verdadero conocimiento (epistéme).
Este dualismo epistemológico se correlaciona con el dualismo ontológico (división de la
realidad en dos mundos, el visible y el inteligible). En efecto, Platón duplica el objeto
del conocimiento (es decir, la realidad) al establecer el Mundo Inteligible (lo de las
Ideas) fuera del Mundo Sensible (la Naturaleza). Del Mundo Sensible, el nivel más alto
de conocimiento que podemos lograr es la opinión (dóxa); y del Mundo Inteligible,
podremos lograr el verdadero conocimiento (epistéme).
Para exponer el dualismo epistemológico de Platón, contestaremos las siguientes
preguntas epistemológicas:

 ¿Qué puedo conocer? ¿Cuál es el objeto de estudio del conocimiento?


 ¿Cómo puedo conocer?
Entonces, ¿cuál es el objeto de estudio del verdadero conocimiento? Según Platón, el
objeto de estudio del verdadero conocimiento tiene que ser estable y permanente,
susceptible de ser definido de una manera clara y precisa, un objeto del que podamos
captar su esencia. Pues el conocimiento verdadero, el que denominamos
“conocimiento científico”, es el que aprehende la esencia del objeto y la expresa con el
concepto. Así, el verdadero conocimiento de “Bondad” aprehende la esencia de la
Bondad y la comunica con el concepto “Bondad”. La definición del concepto tendrá la
forma "La Bondad es (esencia de la Bondad)”. Y, dado que el concepto se corresponde
con lo universal, el verdadero conocimiento tendrá por objeto de estudio lo universal,
las Ideas.
¿Cómo podemos conocer estos universales (ideas) si pertenecen a otro mundo (el
mundo inteligible) diferente del que percibimos mediante los sentidos? La posibilidad
de conseguir el verdadero conocimiento yace en tres aspectos claves de la teoría de las
Ideas, aspectos que son, a la vez, los fundamentos de la epistemología de Platón:

 Los objetos del mundo sensible imitan o participan de las ideas.


 El alma (psique) es una realidad intermedia entre los objetos del mundo
sensible y las Ideas (objetos del mundo inteligible).
 Las Ideas están en comunicación entre sí.
LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO SEGÚN DESCARTES.

La búsqueda de unas reglas para dirigir el entendimiento acaba en la necesidad de


encontrar un método, esto es, la serie de procedimientos que nos conducen al
resultado que buscamos, el conocimiento cierto. Ya no necesitaremos como en la
filosofía aristotélica de requisitos objetivos para conocer: no es que tengamos que
conocer lo fijo, lo inmóvil, lo que permanece, lo necesario. El conocimiento o el
desconocimiento dependerán no del objeto, sino de las operaciones de la mente del
sujeto. Cualquiera de nosotros que siga un método correcto llegará al conocimiento,
puesto que la razón es “la cosa mejor repartida del mundo”. La idea de método que
maneja Descartes nos va a llevar a la mathesis universalis, a la ciencia universal, puesto
que no tenemos restricciones objetivas para conocer, sólo tendremos que emplear un
método correcto para hacer ciencia de la Metafísica, la Física, la Matemática o la
Psicología.
La mente realiza dos tipos de operación: la intuición y la deducción. La intuición es el
conocimiento inmediato de la cosa, sin término medio; la deducción implica un
proceso de razonamiento y conexión entre ideas. Para Descartes, tendremos que
examinar la certeza de cada una de estas operaciones para comprender la verdad del
conocimiento.
(1)El método cartesiano comienza examinando la naturaleza de estas intuiciones. No
hemos de dar nada por cierto que no sea evidente. Muchas veces nos confundimos
por la precipitación de la mente. Nuestra voluntad infinita desea conocer cuanto antes,
y por eso aceptamos antes de haber examinado la cosa suficientemente cualquier idea
o proposición. Ante esto sólo cabe tener prevención ante cualquier idea que me invite
a la duda. La evidencia es la cualidad de ser indubitable, de no poder dudar
racionalmente de algo. No podemos confundir este tipo de evidencia racional que no
nos permite dudar de lo que es apodíctico y ya demostrado de la evidencia
anglosajona, que equivale a nuestra prueba. Lo que es evidente nadie lo puede poner
en duda. ¿Cómo sabríamos que algo es evidente? Lo evidente es un cierto tipo de
intuición o idea clara y distinta. La claridad es la inteligibilidad de la idea, esto es, la
definición de la misma. La distinción es la capacidad para discernir o diferenciar esa
idea de otra idea. Imaginemos que definimos a los hombres como bípedos implumes:
criticaríamos la distinción de esa idea desplumando como Diógenes a un gallo.
(2)El segundo paso del método es la división o el análisis. Ante una dificultad, hemos
de dividir en tantas partes simples como sea necesario el problema, esto es, hemos de
dividir lo compuesto en lo simple para así examinar más fácilmente lo planteado.
(3)El tercer paso es la síntesis. Tras haber dividido los problemas en sus partes más
simples hemos de reconstruir la totalidad a partir de esas partes analizadas.
Imaginemos que para estudiar una enfermedad hemos dividido el cuerpo humano en
distintas partes, de modo que descubrimos que existe una conexión entre solamente
algunas partes del cuerpo: por ejemplo, una conexión entre el dolor de pies y el dolor
de espaldas. Hemos de reconstruir en este tercer paso cómo se reorganiza todo el
cuerpo para corregir ese dolor.
(4) Cuando ya hemos recorrido todos los pasos, realizamos una enumeración o un
recuento (dénombrement). Tras nuestra división y síntesis, realizamos tantas
revisiones como sean necesarias para cerciorarnos de que no nos olvidamos de nada,
de que no se nos queda nada fuera de la explicación. Imaginemos que además del
dolor de espaldas y el de pies tenemos un dolor en el brazo: ¿se explica este dolor por
el dolor de pies y la corrección de la postura? Si no se explica, tenemos que acudir a
alguna otra causa, de modo que necesitamos completar todavía la explicación. Las
explicaciones científicas tienen que ser totales. Dénombrement significa en
matemáticas análisis combinatorio, relación según ciertos parámetros (altura, peso,
posición, etc.) de las variables que introducimos en nuestras ecuaciones. En este caso
nuestro análisis combinatorio nos dice que no existe relación entre el dolor en un
brazo y el dolor en un pie, así que tenemos que introducir alguna variable que explique
el dolor de brazo.
Este método se puede aplicar a todos los ámbitos de la realidad. Utilizando de manera
rigurosa este pensamiento nos apartaremos de los errores y conseguiremos evitar los
grandes males que nos asedian por culpa de nuestras equivocaciones. El resultado será
una ciencia universal que, empleando la metáfora de un árbol, tendrá a la metafísica
como tronco del que salen todas sus ramificaciones. No hay nada que escape a este
método.

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