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HEIDEGGER Y LA CUESTIÓN DE LA TECNICA

Jesús HERNÁNDEZ REYNÉS

La técnica es un problema. Tanto si se ma- minio de la técnica por parte del hombre. La
nifiesta con eficacia como si nos desasiste, es técnica puede ser dominada. Su buena o mala
un motivo de constante atención. No po- utilización dependerá, precisamente, del grado
demos sustraernos a su influjo. Al hablar, los de dominio que en cada caso consiga el hom-
términos ((técnica)) y <<tecnología))son usados bre. Por tanto, según esto, no se trata de
frecuentemente. Hablamos de <<latécnica de abandonar la técnica alarmados por sus efectos
fecundación in vitrm, de ((las nuevas tecnolo- nocivos, sino de conseguir dominarla.
gías)), de <<laépoca de la técnica)), de ((la re- Vemos, pues, que la técnica se nos mani-
volución tecnológica>). Constantemente abun- fiesta, por un lado, como algo imprescindible,
damos en ello y nadie se atreve a negar esa y, por otro, como algo susceptible de ser do-
gran importancia que se le asigna a la técnica. minado. Pero, ¿es esto así? ¿Hasta qué punto
A lo sumo habrá unos cuantos que alzarán su se puede dominar la técnica? ¿Puede el hom-
voz de alarma sobre los efectos (<nocivos>> bre elegir entre una aplicación buena y una
que nos trae la primacía de la técnica. Protes- mala de la técnica? ¿Desde dónde se establece
tan contra el deterioro del medio ambiente, como buena o como mala una aplicación téc-
contra el control creciente ejercido sobre el nica? ¿Desde un criterio a su vez técnico o
hombre por medios informáticos, contra la ca- desde un criterio situado más allá de la téc-
rrera de armamentos, contra la ((deshumani- nica? ¿Qué clase de medio es la técnica que
zación)) de las relaciones sociales. En todo ha llegado a ser imprescindible? En definitiva,
esto, y en mucho más, parece que la técnica ¿qué es eso que denominamos técnica? ¿Cuál
tiene algo que ver. Pero es insostenible con- es la esencia de ia técnica?
cluir de aquí que la técnica debe ser abando- A estas preguntas no caben respuestas auto-
nada. Con sólo insinuarlo claman al cielo máticas. No estamos haciendo un test de re-
muchas personas juiciosas. ¿Qué se propone memoración de conocimientos. No hay un
quien boga a favor del abandono de la téc- saber enciclopédico al que podamos acudir
nica? ¿Acaso retroceder a la edad de piedra? para solucionar estas cuestiones. Al preguntar
En efecto, la técnica se asocia a nuestros me- <<¿cuáles la esencia de la técnica?)) se nos de-
dios de vida actuales que permiten, al menos manda algo grave: el acceso al dominio esen-
a algunos, permanecer alejados de las lacras cial de la técnica, lugar quizá inaccesible y, en
del subdesarrollo. Muchos de los que protes- todo caso, muy poco frecuentado. El objetivo
tan por los efectos nocivos de la técnica no so- final, mediante dicho acceso, será pensar la
portan que ((fallos técnicos)) les impidan escu- esencia de la técnica. Para ello contamos con
char con perfección los conciertos de sus mú- un pensador, el pensador que en nuestra
sicos favoritos; tampoco habrá muchos que época ha correspondido a la cuestión de la téc-
admitan la muerte de un familiar enfermo del nica y ha logrado una receptividad hacia ella
riñón a causa de ((deficiencias técnicas)) en el que nosotros no podemos olvidar. Me estoy
aparato de hemodiálisis. Si nos inquieta el de- refiriendo a Martín Heidegger.
sarrollo implacable de una técnica cada vez Heidegger hace la siguiente observación:
más eficaz, lo mismo nos ocurre cuando la aunque la técnica sea algo moderno, relativa-
técnica nos desasiste. La técnica es imprescin- mente actual, la palabra que la nombra es
dible. muy antigua. En efecto, el término <<técnica>)
Además, el amplio espectro que abarca la tiene su origen en el griego 7 Éxvq . Hace más
técnica hace que sea muy difícil su reducción de dos milenios y medio que esta palabra ya
a un único dominio que sea algo en sí se decía. Pero, ¿qué tiene que ver el último
mismo. Al observar que tanto es técnica lo de los misiles que la humanidad se ha procu-
que permite a un pintor realizar una obra de rado técnicamente para contar con una gran
arte como lo que permite a los militares fuerza de destrucción, qué tiene que ver,
contar con una capacidad de destrucción a repito, con un decir tan antiguo de la
todas luces exagerada, no se nos ocurre más ~ É x v q ?¿NO será la observación de Heideg-
que concebir la técnica como un medio, un ger una mera distracción de nuestro objeti-
instrumento. Así, desde esta perspectiva, está vo, a saber: llegar a pensar la esencia de la
claro que podemos distinguir entre una utiliza- técnica?
ción buena o adecuada y una utilización mala Son muchos los que han acusado a Heideg-
o inadecuada de la técnica. Esto, a su vez, ger de proceder arbitrariamente cuando lleva
hace que contemplemos la posibilidad del do- a cabo sus indagaciones etimológicas. Sin em-
bargo, no es conveniente precipitarse en esto, limitó a decir: ((Si traduzco obstinadamente la
porque la mayoría de las veces se tiene una palabra & h r j O ~ ~pora no-ocultamiento, no es
idea equivocada de lo que esta indagación en razón de su etimología, sino por la "cosa"
supone. No se trata de sustituir el estudio de que ha de tenerse en cuenta, al pensar con-
las relaciones esenciales por una simple aper- forme a ella lo que se llama "ser y pen~ar"))~.
tura de diccionario1. Ya dijimos que no hay Por tanto, no hemos de confundir el recurso
ningún saber enciclopédico al que acudir para a la etimología que practica Heidegger con
responder desde él a las preguntas que nos una caída en las limitaciones de la objetivación
planteamos. En la indagación etimológica no científico-lingüística, que hace valer unas res-
buscamos hacernos con un significado ya tricciones cuyo origen permanece impensado.
muerto y apenas evocador de nada para vol- En Heidegger, el recurso a la etimología
verlo a utilizar en la actualidad. Dice Heideg- equivale a una vía de acceso al dominio esen-
ger: <<Setrata, más bien, apoyándose en la sig- cial de aquello que nombra una palabra, en
nificación antigua de la palabra y en los cam- este caso: técnica. Dijimos que este acceso nos
bios que ha sufrido, de percibir el dominio de debía permitir la realización de nuestra finali-
cosas en el cual está incluida la palabra y en dad: pensar la esencia de la técnica. A decir
donde ella habla. Se trata de considerar este verdad, el acceso etimológico responde a la
dominio esencial como aquel en el interior exigencia de rigor en el pensar. El rigor no
del cual se sitúa la cosa designada por la debe confundirse con la exactitud. La exacti-
palabra)?. tud es el rigor de la ciencia matemática5. Esta
¿Qué significa esto? No quiere decir, desde es exacta porque está vinculada por la exacti-
luego, que debamos atender al referente que tud a su campo de objetos. El carácter de
otorga significado al término en cuestión, por exactitud, sin embargo, no le conviene al
encima de significantes meramente estructu- pensar. Dice Heidegger: ((El rigor del pensar
rales. Por la palabra no habla el hablante, consiste -a diferencia de las ciencias- no
sino lo hablado. Como dijo Heidegger en simplemente en la artificial, esto es, técnico-
frase célebre: (<Lapalabra es la casa del ser>$. teórica exactitud de los conceptos; estriba en
De ahí que en la palabra ((técnica)) hable el que el decir quede puramente en el elemento
ser, es decir, la esencia (Wesen) de la técnica del ser y deje regir lo simple de sus múltiples
misma. Esto no debe malinterpretarse di- dimensiones>>6.De ahí que pensar la esencia
ciendo que Heidegger practica un ingenuo ca- de la técnica requiera un decir situado en ese
t~alismo. La concepción profunda que tiene dominio esencial, para lo cual es necesario
Heidegger del lenguaje necesariamente debe su encuentro. Dicho encuentro lo proporciona
quedar sin contemplar aquí, en un breve ar- el acceso etimológico que, dejando hablar al
tículo; sin embargo, tampoco podemos con- ser en la palabra del lenguaje, procura lo exi-
fundirnos y plantear un camino equivocado. gido por el rigor: poner el decir en el ser de la
E1 análisis lingüístico de una palabra no nos técnica.
garantiza nada sobre su dominio esencial. Volvamos, pues, a la observación hecha
Con ocasión de las críticas que se le hicieron por Heidegger: aun siendo la técnica algo mo-
desde el estamento científico-lingüístico sobre derno, la palabra que la nombra es muy anti-
su traducción de & h r j O ~ ~ aHeidegger
, se gua. Los griegos ya hablaban de la TÉXVT,
pero en un sentido distinto al actual. Aunque
la palabra T É X V ~ )pueda traducirse a nuestro
1 CJ: Vortrage und Aufsatze, G. Neske, Pfullingen, idioma por <(técnica»,((arte)), e incluso ((habi-
1954, p. 171. A partir de ahora citaré VA.
2 VA, p. 48.
3 Carta sobre el humanismo, Huascar, Buenos Aires 4 <<Elfinal de la filosofía y la tarea del pensar)), ¿Qué
1972, p. 65. En sucesivas citas, CH. Siempre que haya es filosofía?, Narcea, Madrid 1980, p. 114. A partir de
traducción castellana citaré según su edición, aunque ahora: FFTP.
modifique la traducción siempre que considere oportuno. 5 Cf:<<Laépoca de la imagen del mundo)), Sendas per-
Este es un criterio general seguido en el presente ar- didas, Losada, Buenos Aires 1960, p. 71. Citaré: EIM.
tículo. 6 CH, p. 98.
lidad)), no es ninguna de estas cosas. Sin em- temeroso)), ((justicia)) y ((técnica)) o ((arte)),
bargo, ((técnica)) proviene de T Éxvr). Esta respectivamente, no parecen aportarnos nada
procedencia debe facilitarnos el acceso al do- sobre el porqué de tal relación. Tampoco, en
minio esencial de la técnica a través de la in- principio, lo hacen las traducciones de Heideg-
terpretación del decir griego de la TEIxv~).En ger: das Unheimlichste des Unheimlichen (((lo
una obra de los años treinta7, Heidegger elige más pavoroso))), Fug, (((juntura))) y Wissen
un decir poético donde la T É X V ~ ) tiene cabida (((saber))). ¿Cómo, entonces, adentrarnos en
como una palabra fundamental ligada a la la esencia de lo que esas tres palabras designan
esencia del hombre. Se trata del primer canto y que en el canto del coro se nos muestran
del coro de Antígona de Sófocles (versos en una inquietante relación? Bastará con escu-
332-3751. En este fragmento de la tragedia el char aún más atentamente.
poeta nos dice quién es el hombre. Heidegger observa que la palabra griega
El coro no se anda con rodeos. No puede OELVO'V, de donde procede r b OELVO'T~TOV,
haber un decir más directo. En una palabra, y es ambigua. Significa, en primer lugar, lo te-
tal como comienza el canto, el hombre es ~a rrible. En segundo lugar, OELVÓVsignifica vio-
~ E L V O ' T ~ T10Omás
V , inhóspito, lo más terro- lencia. Hay que aclarar estos significados.
rífico, lo más pavoroso8. El hombre, nos dice No debemos pensar lo terrible en un sen-
tido frívolo. Lo terrible es, efectivamente,
el poeta, navega sorteando las más furiosas aquello que subyuga, lo que domina, lo que
tempestades del mar, no da descanso a la vence, lo que impone. Los griegos entendían
tierra con su actividad en el cultivo, no hay por O E L V Ó V 10 temido, respetado, reveren-
animal que escape a su caza, se ha librado de ciado, venerado. En este sentido, O E L V Ó V es
las inclemencias del tiempo y se encuentra do- lo terrible. Para Heidegger, lo que subyuga
minando la palabra y la comprensión. El hom- es el imperar, es decir, el imperar puede sub-
bre reina sobre las ciudades y sólo la muerte yugar: lo que impera tiene poder subyugante.
le impide el desarrollo de su audacia. El Con esto, el primer significado de OELVÓV
hombre es lo más pavoroso. queda estrictamente aclarado: es lo terrible en
El poeta concluye, según la interpretación el sentido del imperar que subyuga10.
de Heidegger: ((Circunspecto, porque domi- El segundo significado dijimos que era vio-
na, más allá de lo esperado, la habilidad in- lencia. La palabra griega OELVÓV significa vio-
ventiva, cae a veces en la perversidad, otras, lencia. Los griegos calificaban de 76 6~ivÓv
le salen bien empresas nobles. Vive entre la al amor y al deseo; es decir, entendían como
ley de la tierra y el orden conjuntado ( O ~ K ~ ) ~ E L V Ó Vel hacer-violencia intrínseco a la cosa
por los dioses. Al predominar sobre el lugar, violenta. Así, en la palabra ~ E L V Ó se
V unen el
lo pierde, porque la audacia del hombre terror de lo que subyuga y la violencia de la
siempre le hace considerar al ente como acción violenta. Lo que Heidegger subraya es
no-ente. que en los versos del poeta esa violencia se
Quien ponga en obra eso, que no comparta ejerce sobre lo que impera. Con ello, de la
mi hogar conmigo, ni que mi saber (TÉxv~)) misma manera que el amor o el deseo vio-
tenga nada en común con su divagar^^. lentos son amor y deseo exacerbados, la
Lo dicho por el poeta debe ser escuchado violencia ejercida sobre lo subyugante hace
con atención. No conviene, para abrirnos al que esto, lo que subyuga, irrumpa y se
campo esencial que buscamos, pasar por alto muestre abierto en todo su predominioll.
la relación que el poeta establece entre tres Visto esto, debemos ahora ocuparnos de la
palabras: 78 O E L V Ó T ~ T O OVl ~, qy ~ É x v r ) . segunda de las palabras fundamentales: O l ~ r ) .
Sus traducciones habituales, a saber: ((10 más Según Heidegger, su traducción por ((justicia))
hace que pierda su sentido metafísico funda-
mental. Heidegger la traduce por ((juntura))
7 Introducción a la metafisica, Nova, Buenos Aires 1977.
Citaré: IM.
8 CJ: IM, p. 183. 10 CJ: IM, p. 186.
9 IM, p. 184. 11 CJ: IM, p. 192.
(Fug). Esta juntura no es más que el ensam- Si acudimos a los versos de Antígona en
blaje de lo que impera, de lo prepotente, de busca de un acceso al campo esencial de la
tal manera que junta y obliga a la inserción técnica en su sentido originario, no cabe duda
en el ensamblaje. Es, pues, la 8L/~r),la prepo- de que contamos ya con unas indicaciones
tencia del imperar que subyuga. precisas. Gracias a la relación del hombre con
Por lo que respecta a la TÉXVT,la tercera la ~ É x v r )el
, imperar que subyuga se muestra
de las palabras fundamentales, su traducción abierto en todo su predominio. La T É X V ~ ca-
)
por ((saber)) (Wissen) indica que está referida racteriza a esa violencia que hace irrumpir al
a lo que comprende el ser proporcionando a ente. Por ello, el mar es, en tanto que nave-
los entes su posibilidad de determinabilidad. gable; la tierra es, en tanto que cultivable; el
Referido al imperar, la ~ É x v r )designa ese ca- animal es, en tanto que cazable. Menos duda
rácter del ~ E L V Ó que
V hace que lo que sub- aún provocan la construcción, el lenguaje, la
yuga se muestre abierto en todo su predomi- comprensión. Ahí sí que es evidente su surgir
nio, es decir, la violencia. La T É x v ~ )en
, la in- a partir de una puesta-en-obra. En definitiva,
terpretación de Heidegger, caracteriza la acti- la T + v ~ ) no señala una especial destreza, ni
vidad violenta que logra la irrupción de lo la utilización de unos instrumentos o mate-
que impera. Este logro es el poner-en-obra, riales concretos. Si atendemos a su esencia,
el efectuar (de exyacere) que patentiza lo vio- la T É X V ~ )señala al ámbito del patentizar,
lentado. Por tanto, la T É x v ~ ) el, saber, es allí donde el ser surge como ente en lo que
í:1 poder-poner-en-obra (Ins-Wmk-se~zen-konnen)l2. aparece.
Tenemos ya aclaradas las tres palabras fun- En este punto podemos tener la sensación
de que, aun habiendo dicho mucho, estamos
damentales, pero nos falta aclarar su relación más confusos que antes. Seguro que la defini-
esencial, la relación esencial que mantienen ción de la técnica como medio nos parece
entre sí. Esto lo hemos de conseguir respon- mucho más correcta que la última indicación
diendo a una pregunta. Hasta ahora hemos ha- conseguida. Porque, ante todo, ¿qué significa
blado de que el imperar subyuga. Pero, ¿qué ((ámbito del patentizar))? Además, tampoco
6:s lo que impera? ¿Qué es lo subyugante? La aclarando esto dejaremos de poder objetar
respuesta de Heidegger, siguiendo al poeta, que lo dicho vale para la ~ E x v r )en sentido
es tajante: lo que subyuga es el ente en su griego, pero no para la técnica moderna.
totalidad13. ¿Para qué tanto galimatías? En momentos
Los griegos denominaban ~ Ú U L S al ente como éste, la filosofía aparece cargada con
en su totalidad. Lo que subyuga era, pues, un todas las connotaciones negativas que caracte-
brotar imperante, y esto, lo terrible. En la tra- rizan la concepción peyorativa que se tiene de
ella. Vanos juegos de palabras que tienen la
gedia, el coro canta al hombre en su acción asombrosa facilidad de proporcionar dolores
\~iolenta sobre el mar por el que navega, de cabeza. Nos sentiríamos mejor, sin duda,
sobre la tierra a la que cultiva y sobre el reposando, quizá en la terraza de un bar, bajo
animal al que caza. Pero también sobre las un agradable sol primaveral y acompañados
ciudades en las que reina, el lenguaje que de una ligera brisa tonificante. Todo aquí
habla y la comprensión que posee. Todo ello parece sencillo. Incluso el lenguaje, claro y de
es ~ Ú U L Sconstituye
, el ente en su totalidad. efectos inmediatos. ((Camarero: una taza de
Eln su orden ensamblado es 8L/~r);y el hom- café, por favor)), decimos casi automática-
bre, con su actividad violenta, con la ~ í x v r ) , mente. El camarero nos sirve, diligentemente,
hace que la ~ Ú U L Sirrumpa, hace que el ente el café, sin necesidad de explicarle nada ni de
se patentice. Por ello el hombre es 76 8É~vó- indagar en la etimología de las palabras
usadas. Mucho mejor que en la filosofía.
TaTov, lo más pavoroso, porque estando ex- Sin embargo, un suceso trastoca nuestro es-
puesto a lo que subyuga, al ente en su totali- quema mental: la taza se cae al suelo y se de-
dad, hace violencia reuniendo lo que impera rrama el café. El camarero no parece inmu-
-el ente- y produciéndolo en su estado de tarse. No siente aflicción por haber perdido
patentización. un utensilio con el que ha pasado largas horas
de su vida, cuidándolo, lavándolo primorosa-
12 Cf:IM,p. 196. mente, transportándolo, guardándolo, incluso
13 Cf:iM,p. 186. usándolo. Tampoco se le ve particularmente
interesado en descubrir las causas de la caída gona. Esta vez teniendo en cuenta las últimas
de un objeto que presenta una determinada consideraciones.
estructura y unos valores concretos en los pa- Vimos que la ~ É x v qcaracteriza al ~ E L V Ó V
rámetros que permiten conocerlo científica- concebido como actividad violenta. Según es-
mente. El camarero se limita a recoger los to, la ~ E x v qes el poner-en-obra que consti-
fragmentos y a reponer la taza acudiendo al al- tuye el manifestante e-fectuar del ser en el
macén. La taza y el café han sido repuestos a ente14. Si la técnica moderna moviliza al ente
nuestra mesa sin más problemas. No hay de en su totalidad como fondo de recursos dispo-
qué preocuparse. El camarero incluso nos nibles, es porque el poder-poner-en-obra de
ilustra con una cuidada estadística de estos la ~ É x v qgriega ha dejado paso a un requerir
percances. Todo está calculado y en el precio
de la taza de café ya van incluidos los gastos impositivo. De este modo, el cultivo de la
que ocasionan estas contingencias. tierra no es ya un cuidar con solicitud para
Además, tampoco el sol que luce sobre que ésta proporcione crecimiento y desarrollo
nuestras cabezas está allí por casualidad. Se es- a la simiente entregada por el campesino en
tudió su frecuencia de aparición y se calculó la siembra del grano. Como dice Heidegger:
el número de horas promedio que lucía sobre <<laagricultura es ahora industria motorizada
la terraza. También el viento fue calculado. de los alimentos))l5. Desde luego, algo ha
La posición de la terraza está pensada te- cambiado. Pero no lo fundamental: el ámbito
niendo en cuenta las molestias que ocasiona esencial en el que juegan la ~ É x v qgriega y
el viento del norte. Todo esto influyó en que la técnica moderna, a saber: el ámbito del pa-
el coste del traspaso del local fuera alto... tentizar.
Pero el precio de la taza de café ya lo incluye. Ahora bien, si admitimos un ámbito esen-
Nada queda sin asegurar. Un lugar y un mo- cial común para la ~ É x v qgriega y la técnica
mento placenteros se nos manifiestan ahora moderna, cobra especial importancia la aclara-
como un espacio y un tiempo turísticos, ma- ción de ese ámbito. La pregunta que hicimos
quinados en razón de su provecho, de su ex- antes es ahora ineludible: ¿qué significa ((ám-
plotación como negocio. Pobre camarero, pen- bito del patentizar))? Por de pronto, pusimos
samos; tan diligente, tan amable ante nuestra ya de manifiesto que la T É X V como~, acción
torpeza. Pero el camarero sabe que cuantos violenta, actúa contra y para lo prepotente, el
más clientes acudan, más ganará, porque imperar que subyuga. Al ser el ente en su to-
lleva una parte proporcional de las ventas. talidad lo que impera, es el ente lo que se pa-
Además, ahora necesita ganar más para com- tentiza en el patentizar, es decir, lo patente. El
prarse el ordenador personal que desea. Ya ámbito del patentizar será, pues, aquél en el
hizo lo mismo con el ((vídeo)), por el que que el ente se muestra como tal. Allí donde
ahora ha perdido todo interés. A nosotros no el ente se muestra como tal, acontece la
nos queda más que apurar con prisas el café verdad. En consecuencia, el ámbito del paten-
de la taza y pagar, pues llega la hora en que tizar es la verdad. Esto significa que la técnica
debemos ((fichar)) en la oficina. Con tanto tiene su esencia radicada en el paso de lo
paro es necesario que nos mostremos efi-
cientes en nuestro trabajo. La nuestra ya no oculto a lo no-oculto, pues eso es patentizar16.
es una edad óptima para que nos reconviertan. La técnica es un modo de desocultación.
Escenas como ésta ocurren a menudo; son Según Heidegger, desocultar se dice en griego
habituales en nuestra época, la época de la &A@ELCX, palabra que se traduce habitual-
técnica. No podemos olvidar que la técnica mente por ((verdad)). Por tanto, la esencia de
tiene algo que ver con todo esto: con la deter-
minación de las cosas como meras existencias
de almacén, requeribles para cualquier reposi- 14 CJ IM, p. 196.
15 L a pregunp por la técnica, traducción de Adolfo
ción; con la determinación de la actividad P. Carpio en Epoca de Filoso$a, año 1, núm. 1 (19851,
humana a partir de su eficacia en la obtención p. 22. Esta paginación se halla en esta edición al margen
de recursos; en definitiva, con la inclusión del y coincide con la de Vortrage und Aufsatze citada en la
ente en su totalidad en un ensamblaje sólo nota 1. A partir de ahora, PT.
pendiente de los procesos de explotación. 16 CJ <<Dela esencia del fundamento», ¿Qué es meta$-
Conviene, pues, que veamos de nuevo lo sica? y otros ensayos, Siglo X X , Buenos Aires 1974,
dicho por el poeta a través del coro de Antí- p. 67. Citaré: EF.
la técnica pertenece al ámbito de la verdad. r) U LS es decir, pro-ducción (Her-vor-brin-
Hemos llegado a un punto escandaloso. gen)2b. La ? r o í r ) o ~ sincluía tanto la produc-
Cuando menos, nos produce sospechas y du- ción artesanal o artística como la ((natural)).
das acerca de lo acertado de nuestras indaga- La + v ' a ~ ses ~ O ~ ~ U porL ejemplo,
S , el salir
ciones. El propio Heidegger expresa así esta de la flor al florecer. La diferencia está en
extrañeza: <<¿Dóndenos hemos extraviado? que mientras lo presente, +;(+EL,10 presente
Preguntamos por la técnica y ahora hemos lle- por naturaleza, tiene en sí mismo (iv
gado junto a la &AT$ELCX, al desocultar. ¿Qué Eav.rG) la posibilidad de la salida en el pro-
tiene que ver la esencia de la técnica con el ducir, lo presente artesanal o artístico tiene
d e s ~ c u l t a r ? ) )Esta
~ ~ . última cuestión es ahora esa posibilidad en otro (iv %A+), en el arte-
la pregunta fundamental. sano o en el artista21.
Cuando Heidegger, meditando la esencia Según esto, la pro-ducción es un traer que
de la técnica, llega a la &A$e~~cr, expresa trae lo presente al aparecer, es iin suscitar la
uno de los rasgos más característicos de su fi- venida de lo presente, es un hacer-venir (Ver-
losofía. El problema de la verdad es, sin a n - l a ~ s e n ) Este
~ ~ . hacer-venir designa la esen-
duda, capital en toda la obra de Heidegger. cia de lo que los griegos denominaban crLria.
Ya en Ser y tiempo podemos considerar que la La palabra a ' l r ~ o vha sido traducida común-
modificación de la definición tradicional de mente como causa, pero Heidegger indica
la verdad constituye uno de los núcleos más que propiamente significa ((10 que tiene la
importantes de la obra. En el 8 44, Heidegger culpa)) (Verschuldet) de otra cosa23.En nuestra
plantea el error que supone definir la ver- lengua también usamos la expresión ((ser cul-
dad como adecuación o concordancia. Propo- pable)) por ((ser la causa)). Así, las cuatro
ne acudir al sentido griego de & - A 7 j e ~ ~ a causas de la tradición son los cuatro modos
--entendida, según él, como ((estado de no- solidarios del ser-culpable (Verschulden), mo-
oculto))- para alcanzar el fenómeno más ori- dos enlazados entre sí por deberes mutuos.
ginario de la verdad. ((La presentada "defini- En el fondo, aquello de que son deudores los
ción" de la verdad -dice Heidegger- no es cuatro modos del ser-culpable es del ((estar-
un sacudirse la tradición, sino el apropiársela delante)) (Vorliegen) y del ((estar-a-la-dispo-
originariamente: y tanto más, si se logra sición)) (Bereitlieger1)~4.Estas dos características
probar que la teoría tuvo que llegar a la idea son los rasgos esenciales del ser-presente (An-
de la concordancia por fuerza del fenómeno wesen) de algo presente (Anwesendes). Por
originario de la verdad y cómo llegÓnl8. Más ello el ser-culpable es el hacer-venir a la pre-
adelante, Heidegger modifica su opinión sencia, y por ello, como dijimos antes, la pa-
sobre este punto, pero conserva la interpreta- labra Ver-an-lassen (hacer-venir) designa la
ción de que ve en el no-ocultamiento el rasgo esencia de la causalidad pensada al modo
fundamental de la ((cosa))pensada en la &Afj'- griego.
OCLCU~~. Por su parte, pertenecen sin duda a la cau-
Podemos recorrer el camino en la dirección salidad, a su ámbito, medio y fin. Estos, a su
inversa y llegar a la misma conclusión: la rela- vez, definen lo instrumental, que es el rasgo
ción inexcusable entre la verdad como &A$- esencial que adjudicamos a la técnica en su
Be~cr y la técnica, ya sea la moderna o la
rExvr) griega. En efecto, en el desoculta- 20 Heidegger cita al respecto, en PT, p. 19, una frase
miento que es la verdad, acontece el paso de de Platón en El Banquete (205 b) que dice: <(.I) TOL
lo no-presente (TOU p7) b'vros) a la presencia ZK TOV p+ ZVTOS&S T Q 8v ~ Ó V T L~ T ~ O C(XLTLCY V
(7b 6v). Este hacer presente lo presente en .rr$ud ~ U T L.TTOI'I)ULS>).En la interpretación de Heideg-
su presencia se denominó en Grecia r o l - ger, traducida: ((Todo hacer-venir para lo que, sea lo
que sea, pasa de lo no-presente a la presencia y se ade-
lanta hacia ésta, es .rroi.r)uts, es pro-ducción)).
17 PT, p. 20. 21 CJ PT, p. 19.
18 El ser y el tiempo, FCE, Madrid 1980, p. 241. Citaré: 22 CJ: PT, p. 18.
S?. 23 CJ: PT, p. 16.
19 CJ FFTP, pp. 116 y 117. 24 CJ PT, p. 18.
concepción que nos ha parecido correcta. Aca- pesetas)) tiene una realidad a la que correspon-
bamos, pues, teniendo de nuevo relacionadas der porque se da un desocultamiento que de-
la c $ A $ & ~ a y la técnica. A la pregunta ((¿qué soculta entes que son susceptibles de explota-
tiene que ver la esencia de la técnica con el ción técnicamente comercial.
desocultar?)), podemos responder ahora, tal Ahora bien, Heidegger, siguiendo la dife-
como lo hace Heidegger, diciendo: <<tod0>>2~.rencia ontológica -su distinción entre ser y
Sin embargo, nos falta por aclarar qué sea ente-, estima que la verdad óntica no es
eso de la verdad para que la relación entre la capaz ((de hacer accesible al ente en sí mismo
verdad y la tecnica resulte más diáfana. si su patencia no está ya de antemano ilumi-
En el tratado De la esencia del fundamento nada y orientada por una comprensión del ser
(1929), Heidegger hace una distinción que del ente (constitución del ser: quididad y mo-
aquí nos interesa sobremanera: la verdad dalidad)»>27.Heidegger concluye lo siguiente:
como concordancia se refiere a la verdad pro- ((Sólo el descubrimiento del ser posibilita la pa-
posicional. Si yo digo ((la nieve es blanca)) y
realmente es blanca, entonces digo verdad. tencia del ente. Este descubrimiento, como
La verdad proposicional se define como la verdad sobre el ser, se llamará verdad ontoló-
concordancia entre el juicio y la realidad. Sin gica98. Así pues, si la verdad proposicional es
embargo, para que esto sea así es necesaria derivada, también lo es la óntica, pues está
una patencia del ente. La verdad proposicional fundada en la verdad ontológica, que es la ori-
es una verdad derivada26.Para que haya una ginaria.
realidad tal como la nieve blanca, debe mos- Este último punto es de suma importancia
trarse la nieve blanca, debe aparecer, debe pa- puesto que pone en juego qué sea la relación
tentizarse. En contraposición a la determina- entre la esencia del hombre y la esencia de la
ción predicativa, que es la verdad proposicio- verdad. Esto es así desde el momento en que
nal, Heidegger denomina a la patencia del admitimos que, por un lado, el descubri-
ente verdad óntica. A esta se refería el poeta miento del ser se fundamenta en una com-
Sófocles cuando en los versos de Antígona prensión del ser del ente, y que, por otro, la
que hemos visto habla del mar navegable, de comprensión del ser es un carácter esencial
la tierra cultivable... Sólo podemos navegar del hombre. De esta forma, la estructura
en el mar y, consecuentemente, hacer ver- esencial del hombre posibilita el desoculta-
dadero el juicio ((navegamos en el mar)), si miento. Pero ¿de qué modo? No está nada
realmente se nos aparece el mar navegable. claro. Heidegger acude a diferentes conceptos
Igualmente con la taza del ejemplo visto. La para explicar la relación de la esencia del
taza de café es una mera existencia (stock) de hombre con la esencia de la verdad. Así, en
almacén porque se patentiza como fondo re- Ser y tiempo habla del ((estado de abierto)g9;
querible y siempre a disposición. Sólo así en De la esencia del fundamento, de la ((tras-
puede ser verdad el juicio <<lataza de café es cendenciado; en De la esencia de la verdad, de
un objeto de explotación comercial)). Pero, la «libertad))31.Todas estas palabras no hacen
además, esa patencia suscita la posibilidad de más que decir lo que acontece en el hombre,
otros comportamientos menos evidentes. y en el ente que no es él, con respecto a la re-
Cuando pedimos al camarero, después de ferencia al ser. Esto significa que el ((estado
haber consumido el café, <<¿cuántoes?)), y el de abierto)), la ((trascendencia)), la ((libertad)),
camarero nos responde: ((son 60 pesetas)), son ensayos de explicación de la relación
esta proposición es (o puede ser) verdadera siempre misteriosa que guardan entre sí el
únicamente porque la taza de café (con la ser, por un lado, y el ente llamado hombre,
taza como recipiente y el café como conte-
nido) se patentiza siendo mero fondo reque- 27 EF, p. 68.
rible y siempre a disposición. <<Elcafé son 60 28 EF, p. 68.
29 ST, pp. 241 y SS.
30 EF, pp. 70 y SS.
25cj m, p. 20. 31 < D e la esencia de la verdab), ¿@es metafiica? y
26 C j EF, pp. 66 y 67. otros ensayos, d.cit., pp. 118 y SS. A partir de ahora, EV.
por otro. En este tema (seguramente el más pensar de esta vuelta de "Ser y tiempo'' a
central de la filosofía heideggeriana), Heideg- "Tiempo y ser". Esta vuelta no es el cambio
ger evoluciona a lo largo de su obra. Hay, sin del punto de vista de Ser y tiempo, sino que
embargo, un punto de inflexión: la conferen- en ella alcanza el pensar intentado, por pri-
cia De la esencia de la verdad. Hasta entonces, mera vez, el lugar de la dimensión desde la
Heidegger se esfuerza por plantear la relación que fue experimentado Ser y tiempo>>33. Según
entre el ser y el hombre, la verdad originaria, esto, Heidegger desiste ya de llevar el descu-
desde el lado del hombre. Sólo así es posible brimiento del ser a conceptos (el habla de la
lograr el objetivo asumido en sus primeras Metafísica). Consecuentemente, la ontología
obras32: conseguir una comprensión ontoló- no es ya más la tarea a realizar34.
gica, es decir, conceptual, del ser. De ahí que Lo que después de esto se impone viene in-
Xa tarea realizada en Ser y tiempo sea una analí- sinuado en la nota final añadida a la conferen-
tica existencial del hombre. cia De la esencia de la verdad. En ella Heideg-
Recordemos: el objeto temático de la inves- ger define la verdad como un cobijar que des-
peja (lichtendes Bergen), y a continuación dice:
tigación emprendida en Ser y tiempo es el ser <<Larespuesta a la pregunta por la esencia de
tie los entes o sentido del ser en general. A la verdad es el relato (Sage) de una vuelta
esto se le llama ontología. Así pues, para res- (Kehre) dentro de la historia del ser (Sein).
ponder a la pregunta que interroga por el ser Puesto que a él le corresponde el cobijar que
es preciso un análisis preparatorio de aquello despeja, el Ser (Seyn) aparece inicialmente a
que permite llevar a cabo una ontología. El la luz de una sustracción ocultadora. El
ente que comprende el ser es el que la tradi- nombre de este despejamiento (Lichtung) es
ción ha dado en llamar ((hombre)) y al que & X@ELCY Aquí, claramente, se adjudica la
14eidegger ha denominado Dasein. La analítica verdad al ser. El hombre se ((limita))a corres-
tiel Dasein, por tanto, es indispensable para ponder.
llegar a traducir a conceptos el sentido del ser Desde esta perspectiva, la relación entre la
en general, porque el Dasein es el ente con- esencia de la técnica y el desocultar varía con
ceptualizador. Así, la ontología fundamental respecto a lo que se podía deducir de la inter-
equivaldrá, al menos en un primer momento, pretación de los versos de Antígona. Allí, la
a una analítica ontológica (o existencial) del T É X V ~quedaba ligada al OELVÓV, y r b OELVÓ-
Dasein. T C Y T O V era la definición de la esencia del
Es perfectamente conocido que Heidegger hombre. Se podía suponer, pues, que la es-
previó un segundo momento en el que la rela- tructura del hombre determinaba el modo de
ción entre el ser y el hombre fuese contem- hacer violencia sobre lo subyugante, sobre el
plada desde el otro lado, es decir, desde el ente en su totalidad, y, por tanto, el modo de
lado del ser. A esto alude el título de la ter- desocultamiento. Un cambio en el hombre lo-
cera sección de la primera parte de Ser y graría, entonces, un cambio correlativo en el
tiempo. El título en cuestión es ((Tiempo modo de desocultamiento. Había, en conse-
y ser)). Todos sabemos que Heidegger jamás cuencia, cierta posibilidad de dominio de la
escribió esa sección. Ser y tiempo quedó incom- técnica por parte del hombre.
pleto. En 1947, en la Carta sobre el huma- Después de De la esencia de la verdad, Hei-
nismo, comentando este hecho Heidegger degger sólo puede decir lo contrario. Las si-
dice: <<Lasección en cuestión fue retenida guientes palabras tomadas del curso ¿Qué sig-
porque el pensar falló al querer decir suficien- niJica pensar? (1951-1952) muestran su clara
temente esta vuelta y no pudo ejecutarla con opinión al respecto: ((Primero tenemos que
ayuda del habla de la Metafísica. La conferen- corresponder a la esencia de la técnica para in-
cka De la esencia de la verdad, que fue pensada mediatamente después preguntar si y cómo
y pronunciada en 1930, pero impresa sólo en
1943, permite echar un vistazo sobre el 33 CH, p. 81.
34 CJ: CH, pp. 112 y 113
32 CJ: ST, pp. 15 y 16 y EF, p. 68. 35 EV, p. 130.
pueda el hombre enseñorearse de la técnica o formado, lo transformado almacenado, lo al-
no. Mas acaso esta pregunta resulte después macenado a su vez distribuido y lo distribuido
carente de sentido, ya que la esencia de la téc- nuevamente vuelto a cambiar de dirección.
nica toma su origen de lo presente, es decir, Abrir, transformar, almacenar, distribuir, con-
del ser del ente, del cual el hombre jamás se mutar, son modos del des~cultar))~~.
enseñorea, sino que, a lo sumo, le puede , Cuando el agricultor de la época de la téc-
servir~36. nica pone (stellt) la semilla en el campo, tiene
¿Cuál es, pues, nuestra tarea? Ante todo, a éste como mero fondo (Bestand) del que
corresponder a la esencia de la técnica. Desde extraer recursos, requiere (stellt) a la tierra
el comienzo de este artículo ya hemos dado para que esta dé energía. También el grano
algunos pasos en ese camino. Siguiendo a Hei- obtenido en la cosecha es un mero fondo. La
degger nos adentramos en la lengua griega palabra ((fondo)) (Bestand) designa el carácter
para acceder al ámbito esencial de la técnica. del ente mostrado por el desocultar provo-
El resultado fue sorprendente: la técnica no cante, es decir, cómo está presente lo presente
consiste en la utilización instrumental de he- para la técnica. Al respecto, Heidegger afirma:
rramientas y materiales, sino que es un modo <<Loque está (steht) en el sentido del fondo
del desocultar. Si queremos precisar más, po- (Bestand), ya no está frente a nosotros como
demos introducir la distinción del propio Hei- objeto (Gegenstand)»39.
degger entre técnica y esencia de la técnica37. ¿Qué significa esto último? Pues algo muy
Entonces diremos que la esencia de la técnica importante: el desocultar que presenta lo pre-
no es nada técnico. Más propiamente, pues: sente como fondo no es el mismo- que el que
aquello que la técnica es, su esencia, no con- lo hace como objeto. Dado que el desocultar
siste en la utilización instrumental de herra- que desoculta como objeto es el propio de la
mientas y materiales (algo que sí es cada téc- ciencia moderna, la ciencia y la técnica mo-
dernas se diferencian entre sí por ser modos
nica concreta), sino que es un modo del deso- distintos de presentar lo presente, lo ((real)).
cultar. La realidad científica y la realidad técnica no
La pregunta se impone: ¿qué modo? Res- son lo mismo.
pondiéndola tenemos que conseguir diferen- Sin embargo, en las concepciones y defini-
ciar, en general, la técnica de otros modos ciones corrientes, la relación entre la ciencia y
del desocultar, y, en particular, diferenciarla la técnica no es de oposición. Ya dijimos que
de la 7 Q x v q griega. lo que la técnica es se entendía habitualmente
Comenzando por esta última, Heidegger en- como lo instrumental. En cuanto a la ciencia,
tiende que el pro-ducir característico de la la definición que parece más correcta dice que
T É X V ? griega es un pro-ducir que entrega. En es la teoría de lo reaP0. Según esto, lo real co-
el cultivo de la tierra, la simiente se entrega a rrespondería a la ciencia, y la técnica se limita-
la naturaleza para que, según su desarrollo, la ría a ((maquinar)) con lo real que la ciencia le
haga crecer. Sin embargo, la técnica moderna proporciona. Así pues, ciencia y técnica se
provoca. En la agricultura tecnificada se le complementarían en una jerarquía donde la
exige a la naturaleza la energía necesaria para ciencia sería anterior.
el crecimiento de la planta. La naturaleza está De hecho, desde el punto de vista historio-
vista como un fondo del que extraer energía, gráfico (historisch), la ciencia moderna es ante-
en este caso alimentaria. Así pues, a diferencia rior a la técnica maquinista. Mientras que ésta
de la T É X V ~ griega, la técnica moderna deso- se desarrolló en la segunda mitad del si-
culta provocando. La provocación, dice Hei- glo m I I , aquélla surgió en el siglo X V I I ~ ~ .
degger, ((acontece en tanto es abierta la ener- Otra comprobación de lo que parece ser la in-
gía oculta en la naturaleza, lo abierto es trans-
24.
38 PT, p.
36 ¿Qué sign8ca pensar?, Nova, Buenos Aires 1978, 39 PT,p.24.
p. 225. 40 CJ VA, p. 46.
37 CJ PT, p. 13. 41 CJ PT, p. 30.
terpretación correcta nos la proporciona la de un desocultar del que jamás puede enseño-
nueva tecnología. En efecto, sólo después de rearse. Como dice Heidegger en la cita que
(larse los descubrimientos científicos perti- anteriormente hicimos de ¿Qué sign$ca pen-
nentes, surge la técnica que los pone en apli- sar?, <<alo sumo le puede servir)). Este servir
cación. es, para Heidegger, un cumplir el destino.
Todo esto está muy bien, y seguramente es Para que esta palabra no se malinterprete,
correcto; pero nuestro acceso al ámbito esen- sólo cabe reproducir el modo en el que Hei-
degger la introduce: ((Poner en un camino se
cial de la técnica nos ha revelado que ésta es dice, en nuestra lengua, enviar (schicken). Al
un modo del desocultar, es decir, del patenti- enviar reunidor que sólo él pone al hombre
zar el ente en su totalidad. Lo así patentizado en un camino de desocultamiento, lo lla-
se muestra en un poner provocante y con el ca- mamos destino (Geschickh43. Así pues, la
rácter esencial de fondo. La técnica, pues, re- esencia de la técnica es un envío del destino y
quiere a la naturaleza como almacén de fon- no algo humano.
dos energéticos. Ahora bien, la representación Ahora bien, Heidegger pone un nombre a
cientííica de la naturaleza ino requiere de ese envío del destino. Dice: ((a aquella inter-
ksta que sea un plexo calculable de fuerzas? pelación provocante que reúne al hombre en
;,No significa esto que la ciencia requiere a la [la tarea del requerir como fondo lo que se
riaturaleza provocándola a que se manifieste desoculta, la llamamos im-posición íGe-~te11)»4~.
como fondo? De ser así, la esencia de la téc- Por tanto, la esencia de la técnica moderna
riica estaría ya esencializ izan do^^ en la esencia consiste en la im-posición. La im-posición es
de la ciencia, aunque de manera oculta. Para un modo del desocultar, y, como tal, es un
aclarar esto conviene que adelantemos un envío del destino. La esencia de la técnica
riuevo paso en el camino de acceso al ámbito moderna, la im-posición, es un envío del
de la esencia de la técnica moderna. destino.
Si en la técnica se da un poner, un requerir La palabra Gestell, además de su difícil tra-
(Stellen) provocante que desoculta lo real ducción45, no significa en el alemán corriente
como fondo, es porque hay algo que cumple lo que Heidegger quiere decir con ella. Recu-
ese ((poner)) que lo lleva a cabo. Ese ((algo)) rriendo al diccionario, Gestell sería ((arma-
rio es un algo cualquiera, sino que es un ((al- zón)), ((estante)), ((estantería)), <<dispositivo>);
guien)): el hombre. En tanto que el hombre pero Heidegger subraya su composición por
cumple el requerir provocante, hay técnica. un prefijo «Ge-», que significa ((reunidor)), y
Sin embargo, la esencia de la técnica no es por una raíz común a la del verbo stellen, que
nada humano. El hombre puede representar, significa ((poner)) o ((requerir)). Así, Ge-stell
maquinar, contemplar o construir al ente de tiene el significado de ((10 que reúne en el
una manera u otra, pero no dispone en abso- poner-requerir)).
luto del estado-de-no-oculto en el que el ente La palabra Gestell es en alemán aún mucho
se muestra o se substrae. Heidegger ilustra más sugerente, debido a la rica y densa familia
esto diciendo que hay primero una llamada a a la que pertenece. Uno de los casos en que
la que el hombre responde, y pone un esta sugerencia es más pertinente para nues-
e-jemplo muy sugerente. Dice: ((Que desde tros propósitos, hace referencia a lo que sig-
Platón lo real se muestre a la luz de las ideas, nifica la raíz. Dice Heidegger: ((La palabra
no es cosa hecha por Platón. El pensador sólo "poner" (stellen), en la denominación "im-
posición" (Ge-stell), no mienta sólo la provo-
ha correspondido a lo que se le asignó))42.De cación; debe conservar a la vez la resonancia
la misma manera, el hombre no es un deso- de otro "poner" del que proviene, a saber,
cultador que desoculta lo real como fondo, de aquel pro-ducir y ex-poner (Her- und Dar-
sino que simplemente cumple, a su vez, una
provocación a desocultar lo real como fondo. 43PT, p. 32.
Es decir, al hombre se le pone en camino 44 PT, p. 27.
45 CJ: la nota 8 de Adolfo P. Carpio en su traducción
42 Cf:PT,p. 25. de PT.
stellen) que, en el sentido de la ~ o í q a ~ s , la ((reunión provocante que lleva al desocultar
deja que lo presente aparezca en el estado- requeriente, impera ya en la física)>sl,significa
de-no-o~ulto))~~. Por tanto, al denominar Ge- que en la objetivación está implícito el reque-
stell a la esencia de la técnica moderna, te- rir provocante y que por ello la física entiende
nemos en cuenta su linaje, su origen en la la naturaleza como plexo calculable de
T É X V ~griega.
fuerzas. La condición de ((experimental)) que
Gestell también está relacionada con vorste- tiene la física moderna está relacionada tam-
llen (representar). El re-presentar es el modo bién con esto último. Como dice Heidegger:
dominante del desocultar que acontece en la ((La física moderna no es física experimental
moderna ciencia de la naturaleza. Así, la rela- porque aplique aparatos a la naturaleza con el
ción esencial entre la ciencia y la técnica mo- propósito de interrogarla, sino al revés:
derna por la que antes preguntábamos se re- porque la física, y por cierto ya en cuanto
suelve en la relación entre Ge-stell y Vor- pura teoría, pone a la naturaleza para que se
stellen, entre la im-posición y el re-presentar. exponga como plexo de fuerzas calculable de
En la conferencia La época de la imagen del antemano; por ello es requerido el experi-
mundo (19381, Heidegger se pregunta por la mento, a saber, para preguntar si se anuncia
esencia de lo que actualmente denominamos la naturaleza así puesta y cómo))S2.
ciencia. Como primer carácter esencial esta- Todo esto tiene una consecuencia intere-
blece la investigación (ForschurigP7. Esta es sante. Si en la esencia de la ciencia moderna
fundamentalmente un proceso que se instituye esencializa ya la esencia de la técnica, el acre-
como empresa. Ahora bien, para que la cien- centamiento del dominio de esta última su-
cia sea investigación es necesario que el ente pondrá que el modo de desocultar científico
se muestre de un cierto modo, y esto su- deje paso, cada vez más, al modo de desocul-
pone, a su vez, una determinada concepción tar técnico. El Vor-stellen se verá deplazado
de la verdad. Según Heidegger, en el conocer por el Ge-stell. En definitiva, el objeto desapa-
recerá en lo que Heidegger denomina ((sin-
como investigación, es decir, en la ciencia mo- objeto (Gegenstandloses) del fondonS3. De ahí
derna, el ente se muestra como representación
(Vorstellung). En la moderna ciencia de la na-
que en el desarrollo de la física, ésta deba
asumir cada día más los planteamientos téc-
turaleza, dice Heidegger, ((la objetivación nicos. Podremos, pues, distinguir ((dos épo-
(Vergegenstandlichung) del ente se lleva a cabo
c a s en ~ ~la física
~ moderna: una primera en la
en un re-presentar (Vor-stellen), que se dirige que la objetividad se planteará al modo kan-
a poner ante sí al ente en cualquier momento,
de suerte que el hombre calculador pueda tiano, y una segunda en la cual la cosa es
mero fondo, y, por tanto, pasa a primer
estar seguro, esto es, cierto, del ente. Llega a plano la relación del sujeto y el objeto con
la ciencia como investigación cuando, y sólo vistas a la explotación de la naturaleza. Hei-
cuando, la verdad se ha convertido en certi- degger explica con ello el paso de'la llamada
dumbre del representar^^^. fisica clásica (newtoniana) a la física atómica
Por otra parte, sólo bajo el re-presentar, la (cuántica). La imposibilidad de intuir los
cosa aparece como ob-jeto (Gegen-Stand)49. nuevos ((objetos)) de la física y el cambio de
La objetividad (Gegenstandigkeit) es, pues, la categoría de causalidad son dos de los fenó-
propia de la época moderna y define cómo se menos que provocan la supremacía de la téc-
determina en esta época la cosidad de la
cosas0. Desde esta perspectiva, decir que
respecto mi tesis de licenciatura (inédita) El problema de
la objetividad en Kant. Se puede encontrar un ejemplar
46 PT, p. 28. en la biblioteca de la Facultad de Letras de la Universi-
47 Cf: EIM, p. 70. dad Autónoma de Barcelona.
48 EIM, pp. 77 y 78. 51 PT, p. 29.
49 Cf: VA, p. 51. 52 CJ: PT,p. 29.
50 Qué sea esta objetividad se muestra de manera para- 53 PT,p. 26.
digmatica en la Crítica de la razón pura de Kant. Véase al 54 CJ: VA, p. 61.
nica. Dicho por el propio Heidegger: ((Si la técnica un envío del destino, el hombre, al
física moderna tiene que resignarse, en corresponder a esa esencia, se muestra como
medida creciente, a que su ámbito de repre- asignado al acaecimiento (Ereignis) de la
sentación quede sin posibilidad de intuición, verdad. Para Heidegger esto significa que en
esta renuncia no está dictada por ninguna co- el propio peligro de la im-posición se da la po-
misión de investigadores. La provoca el impe- sibilidad de salvación, pues al acceder a la im-
rar de la im-posición, que exige la encargabili- posición tenemos-experiencia de la esencia de
dad de la naturaleza como fondo. Por ello la la técnica como destino de un desocultarj7.
física, a pesar de su alejamiento del represen- De ese tener-experiencia es un testimonio
tar sólo vuelto hacia los objetos, [modo] que la propia obra de Heidegger. Con ella, el pe-
hasta hace poco era el único decisivo, no ligro que supone el dominio de la im-posición,
puede renunciar jamás a una cosa: a que la na- al imposibilitar el acceso a una verdad más
turaleza se anuncie de alguna manera compro- originaria y distorsionar con ello la relación
bable mediante el cálculo, y siga siendo reque- que tiene el hombre consigo mismo y con
rible en cuanto sistema de informaciones. lo que no es él, tiene posibilidades de ser con-
Este sistema se determina entonces a partir jurado. El dominio de la esencia de la técnica,
tie una [idea de la] causalidad una vez más que hace que ((todo desocultar se reduzca a
modificada. Ahora ya no muestra ni el carác- un requerir y que todo se ofrezca sólo en el
ter del dejar-venir productor, ni el modo de estado-de-no-oculto del fondo))58, comienza a
la causa efJiciens, ni menos aún el de la causa declinar desde el momento en que se intro-
formalis. Presumiblemente, la causalidad se duce la sospecha gracias al acceso al ámbito
reduce a sólo un provocado anuncio de esencial de la técnica. Esta sospecha se expresa
fondos que hay que poner a seguro simultánea en las siguientes palabras de Heidegger: ((La
o sucesiva mente))^^. racionalización científico-técnica, que domina
En definitiva, la esencia de la técnica domi- la época actual, se justifica sorprendentemente
na por doquier. Ya sea en el cultivo de cada día por sus efectos, todavía imprevisibles.
nuestros campos, en el sencillo acto de tomar Pero esa efectividad no dice nada de lo único
una taza de café en un bar o en las investiga- que permite la posibilidad de lo racional e irra-
ciones de la física atómica, el Ge-stell, la im- cional. La efectividad prueba la exactitud de
posición, destina al hombre a un requerir pro- la racionalización científico-técnica. Pero, ¿se
vocante que desoculta al ente como fondo.
Con ello se corre un doble peligro. Por una agota en lo demostrable la apertura de lo que
parte, la im-posición oculta un modo prece- es? La insistencia en lo demostrable, ¿no
dente del desocultar: la producción que ex- cierra el camino hacia lo que es?d9.
pone. Por otra, al manifestarse la naturaleza Con la demanda de una mayor atención,
como plexo calculable de efectos de fuerzas, deja Heidegger al hombre actual en el camino
son posibles las comprobaciones correctas, y que conduce al lugar esencial de su destino.
esto hace que el éxito substraiga toda otra po- Esta atención demandada no es aquí el cum-
sibilidad de desocultar y que las cosas sólo se plimiento de una orden militar de cerrarse en
tomen como recursos de explotación. Cuando banda ante el enemigo, sino que es, al contra-
esto se amplía al ente llamado ((hombre)), en- rio, la consecución de una apertura que evite
tonces contamos con mero ((material huma- perdernos, por tener cerrados los ojos, la
no)) sometido al requerir provocante de la im-
posición. Heidegger concluye: ((La im-posición visión de la cosa en su verdad originaria, o,
desfigura el resplandor y el imperar de la por tener los oídos tapados, la audición de la
verdad)>56. llamada del ser.
Hay peligro, pues, allá donde la im-posición
domina. Sin embargo, al ser la esencia de la

57 C j PT, p. 40.
55PT, pp. 30 y 31. 58 PT, p. 42.
56 m,p. 35. 59FFTP, p. 118.

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