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"Desde el miércoles, el número de personas muertas en el resto del mundo es superior a los
decesos en China". Foto: AFP
Mientras en el mundo sigue creciendo el miedo por cuenta del coronavirus, China
lanza este jueves una luz de esperanza. El gigante asiático reportó que por
primera vez no reportó ningún caso nuevo de contagio de esta enfermedad.
Wuhan, la ciudad en la que nació el virus, comienza a salir de la etapa más oscura
de su historia. Con 11 millones de habitantes enclaustrados, este lugar se detuvo
en el tiempo, dando a sus amplias avenidas un aire fantasmal. Cada microbarrio
está bloqueado detrás de barricadas infranqueables construidas precipitadamente
y vigiladas las 24 horas.
Las pocas personas que se aventuran al exterior deben pasar controles sanitarios
y someterse a una toma de temperatura para regresar a sus hogares. Un ejército
de voluntarios de los comités de barrio -correa de transmisión de las órdenes del
poder a nivel residencial- vela por el estricto cumplimiento de las medidas de
confinamiento.
En Pekín, todos los viajeros son recluidos en hoteles de cuarentena, salvo las
personas que viven solas, los menores y las mujeres embarazadas, que pueden
cumplir el confinamiento en su domicilio. Pero China, que tardó en reaccionar
cuando apareció el virus en diciembre, desea ahora prevenir el riesgo de una
segunda ola proveniente del exterior, ayudando a los países más afectados por el
nuevo coronavirus.
Italia, país europeo más golpeado, beneficia desde hace semanas de material y de
la presencia de expertos chinos. El lunes, el presidente Xi Jinping prometió al jefe
del gobierno italiano, Giuseppe Conte, en una conversación telefónica, que la
ayuda china no va a cesar. Especialistas chinos también viajaron a países fuera
de la Unión Europea, como Irán o Irak, y otros se desplazarán pronto a Serbia. Las
autoridades sanitarias chinas comparten además su experiencia y aconsejan a
través de videoconferencias.
Por otra parte, España, con casi 14.000 contagios y 600 fallecidos, es el cuarto
país del mundo más castigado por la epidemia, que llevó al gobierno a declarar el
estado de alarma y decretar una cuarentena casi total. El miércoles por la noche,
el rey Felipe VI pidió unidad a los españoles en tiempos complicados para el país,
en un discurso televisado. Durante su comparecencia, en ciudades como Madrid y
Barcelona, numerosos vecinos protestaron contra la monarquía haciendo repicar
cazuelas desde los balcones que estos mismos días utilizan para homenajear al
personal médico entregado a combatir el coronavirus.
En Reino Unido, donde se superó el umbral de los 100 muertos, las autoridades
ordenaron el cierre de las escuelas a partir del viernes. Según la Unesco, más de
850 millones de jóvenes en todo el mundo, o casi la mitad de los alumnos y
estudiantes, tienen su escuela cerrada. Para intentar contener la propagación del
virus, cada vez son más los países que imponen restricciones en los
desplazamientos.
Australia y Nueva Zelanda anunciaron más medidas para limitar el acceso a sus
territorios. Israel también cerró sus fronteras a todos los extranjeros, con
excepción de los residentes. En total, más de 500 millones de personas están
confinadas en sus casas.
o Seis días: el tiempo que duró España en entrar en crisis por el coronavirus
En el plano económico, todo funciona cada vez más al ralentí. General Motors y
Ford anunciaron la suspensión de su producción de automóviles en
Norteamérica. Para el director ejecutivo de Lufthansa, con más del 90% de sus
aviones inmovilizados, "el futuro de la aviación" está en peligro sin ayudas
públicas.