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Poder Judicial de la Nación

2010 - Año del Bicentenario

Causa nro. 44.950 “Ávalos Amarilla, Víctor


Hugo y De Llamas Palacios, Gustavo Ariel
s/proc. c/ pris. prev. en autos s/ley 23.737”.
Juzgado nro. 9 – Secretaría nro. 17

Reg. nro.: 1170

/////////////nos Aires, 18 de noviembre de 2010.


Y VISTOS, Y CONSIDERANDO:
I.
Que en virtud de los recursos de apelación interpuestos por las
defensas oficiales de Víctor Hugo Ávalos Amarilla y Gustavo Ariel De Llamas
Palacios el Tribunal debe revisar la resolución de fojas 276/84 de los autos
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principales por la cual el señor juez de la anterior instancia dispuso sus


procesamientos con prisión preventiva por considerarlos coautores penalmente
responsables del delito de transporte de estupefacientes agravado por servirse de
un menor de dieciocho años (arts. 306 y 312 del C.P.P.N. y 5to. “c” y 11 inc. “a”
de la ley 23.737).
Se les atribuyó haber transportado junto a Asunción Javier
Irala Amarilla, Jorge Luis Romero y P. D. Á., este último menor de edad,
doscientos diez (210) paquetes de marihuana, con un peso aproximado de
206,270 kilogramos, desde la localidad de Garupá, provincia de Misiones, hacia
esta ciudad, a través del transporte ferroviario “Gran Capitán”.
Conforme surge de las actuaciones prevencionales, el día 21
de septiembre del corriente año personal de la División Urquiza de la P.F.A.
tomó conocimiento de que dentro de un freezer marca “BAMBI”, que había sido
enviado por encomienda, junto a otros cuatro electrodomésticos con número de
guía 0003-00006848 de fecha 19/9/10 con remitente y destinatario Juan Villalba,
D.N.I. nro. 92.028.071, se resguardaban unos paquetes encintados de color beige
que fueron detectados al desfondarse uno de los electrodomésticos durante su
manipulación en la descarga (conf. fojas 261 del expediente principal). Así, una
vez en la Planta de la empresa TEA (Trenes Especiales Argentinos TBA) sita en
Teodoro García nro. 3970, se secuestró del interior de un freezer marca
“BAMBI”, de un lavarropa marca “STYLO”, de una heladera marca
“PEABODY TROPICAL” y de un freezer marca “TROPICAL” la cantidad de
paquetes antes mencionada de acuerdo al detalle de fojas 5/7 del expediente
principal, cuyas muestras arrojaron como resultado ser marihuana positivo.
Luego, el día 22 del mismo mes y año, se hizo presente en el sector de boleterías
de la Estación Federico Lacroze un sujeto portando la guía de la encomienda
antes referida quien resultó ser Víctor Hugo Ávalos Amarilla y se encontraba
junto a Gustavo Ariel De Llamas Palacios, los cuales resultaron detenidos. En
virtud de ello, y atento que para trasladar los electrodomésticos en cuestión se
requería un vehículo de porte, el personal policial procedió a recorrer la zona y
advirtió sobre la Avenida Lacroze altura 4169 una camioneta Ford F 100 color
roja dominio colocado ROW 504 y, junto a ella, a los señores Asunción Javier
Irala Amarilla, Jorge Luis Romero y P. D. Á., quienes también resultaron
detenidos.
II.
El instructor tuvo por probada la faz objetiva de la conducta
atribuida a partir de los propios dichos de los recurrentes y demás elementos de
prueba reseñados en la resolución apelada, en tanto indicaron que ambos se
encargaron de distintas gestiones necesarias a los fines del trasporte de los
electrodomésticos que contenían la sustancia estupefaciente secuestrada.
Asimismo, presumió la presencia de los elementos subjetivos
del ilícito endilgado a partir de una serie de circunstancias objetivas.
En el caso de Gustavo Ariel De Llamas Palacios ponderó que
fuera quien trajo consigo desde la ciudad de Posadas la guía de encomienda que
oportunamente le habría sido entregada en la estación Garupá por quien
despachó las mercaderías.
Respecto de Ávalos Amarilla tuvo en cuenta el hecho de que
registre antecedentes penales por el mismo delito que aquí se le achaca y que
fuera el encargado de ir a buscar a De Llamas Palacios a la estación y contratara
el flete para trasladar las mercaderías.
Como fundamento de la medida cautelar privativa de la
libertad impuesta a ambos esgrimió la presunción de carácter legislativo que se
verifica en el caso a partir de la gravedad de la imputación que se les dirige, y
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que sugiere que de recuperar su libertad intentarán fugarse. Además, recordó


otras circunstancias objetivas verificadas en el caso. Así, con relación a De
Llamas Palacios, puso de relieve su falta de arraigo en nuestro país en tanto es
oriundo de la República de Paraguay y no tiene familiares ni conocidos en esta
ciudad. Al respecto, resaltó que su presencia aquí se encontraría motivada
únicamente en concretar el hecho aquí ventilado. Y en punto a Ávalos Amarilla,
aludió al hecho de que registre antecedentes condenatorios por el mismo delito
que ahora se le reprocha.
III.
Los recurrentes discrepan con la valoración probatoria
efectuada por el a quo para afirmar la configuración del aspecto subjetivo del
delito endilgado. Además, la descalifican de prematura por haberse adoptado
con anterioridad a obtener los resultados de medidas ordenadas para evacuar
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citas (art. 304 del C.P.P.N.), así como de arbitraria al no tener en cuenta lo
alegado en descargo.
La defensa de Víctor Hugo Amarilla, asimismo, criticó que a
los fines de sostener la imputación por la que lo procesó el a quo valorara que
éste registra un antecedente condenatorio por el mismo delito. Sostuvo que tal
proceder implicó una violación al principio de culpabilidad, corolario del
‘principio de hecho’ receptado en el artículo 18 de la Constitución Nacional.
La defensa de Gustavo Ariel De Llamas Palacios, a su vez,
cuestionó que se haya hecho aplicación de la agravante prevista en el artículo 11
inciso a) de la ley 23.737, pues, a su juicio, la intervención del menor habría
tenido lugar una vez agotada la maniobra ilícita que se habría consumado con el
arribo de la mercadería a destino.
Asimismo, ambos se agraviaron de que junto al temperamento
cuestionado se impusiera a sus asistidos prisión preventiva con única base en la
expectativa de pena del delito imputado, y señalaron una serie de circunstancias
que, a su juicio, neutralizan el peligro procesal que de ella se deriva por
presunción legal. En sintonía, esgrimieron la posibilidad de sujetarlos al proceso
por medios menos lesivos a la prisión tales como los previstos por los artículos
310 y 320 del C.P.P.N.
A los argumentos y defensas expresadas sobre ambos puntos
en los escritos de apelación y memoriales presentados nos remitimos en honor a
la brevedad.
IV.
Pues bien, así planteado el caso, los suscriptos observan que
aquellos agravios coincidentes de los recurrentes no logran desvirtuar el
razonamiento efectuado por el magistrado de grado para sostener la imputación
de transporte de estupefacientes por la que cauteló a los acusados.
Más allá de que el contexto relevado por el magistrado lleva a
descreer de la posibilidad de que los resultados de las medidas de prueba
ordenadas permitan dar sustento a los descargos efectuados, las pruebas reunidas
hasta el momento resultan suficientes para afirmar una participación dolosa de
los imputados en la maniobra, con el alcance requerido por el artículo 306 del
C.P.P.N.
Advertimos que los imputados deslindan responsabilidad
mutuamente sin lograr desvirtuar con sus explicaciones el grado de convicción
sugerido por circunstancias objetivas probadas en la causa y evocadas por el
magistrado instructor para sostener este aspecto.
No resulta para nada verosímil que el imputado De Llamas
Palacios no tuviera conocimiento de qué tipo de mercadería había sido enviada
por la encomienda cuando, según su propia versión, fue él mismo quien trajo
consigo la guía de transporte con el detalle de los electrodomésticos que
contenían los estupefacientes y, lo que no es menor, desde el mismo lugar de su
despacho cercano a la frontera con su país de origen.
Véase, por lo demás, que su intervención en el hecho era
imprescindible pues sin la llegada de la guía de transporte era imposible retirar la
encomienda.
Por otra parte, resulta poco verosimil que el nombrado
interrumpiera sus obligaciones en su país de origen para cumplimentar una
mudanza en favor de alguien que recién conocía y, lo que es más sugestivo, a
cambio de dinero. Recordemos que alegó tener una ocupación laboral en la
chacra de su padre que cubriría sus necesidades de vida y que cursaba una
carrera universitaria en Paraguay.
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Respecto de Víctor Hugo Ávalos Amarilla también


advertimos la concurrencia de circunstancias objetivas que dan cuenta de su
vinculación al caso. Así, el contacto telefónico que mantuvo con su consorte de
causa De Llamas Palacios durante su viaje de traslado de la guía de transporte en
cuestión, el hecho de haber sido el encargado de pasar a buscarlo por la estación
a la que arribó de ese viaje, tanto como su activa intervención en la gestión del
flete que, según su propio descargo habría de llevar los electrodomésticos a la
zona de su vivienda, nos conducen a convalidar el temperamento adoptado por el
a quo.
Lo expuesto, sin perjuicio de que quepa aclarar que
compartimos la crítica que la defensa dirigió al juicio de imputación efectuado
por el magistrado instructor sobre la base de la ponderación del antecedente que
registra el nombrado por el mismo delito que aquí se le achaca (en igual sentido
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ver causa nro. 44.956, “Chilet Pacheco, Rosario Merlina s/procesamiento y


prisión preventiva, Reg. nro. 1.145, rta. el 16 de noviembre del corriente).
También habremos de receptar el agravio expresado por la
defensa de De Llamas Palacios vinculado con la imposición de la agravante
prevista en el artículo 11 inciso a) de la ley 23.737. Más allá de la cronología de
los sucesos o su extensión temporal, lo cierto es que la intervención del menor,
de acuerdo a la plataforma fáctica que ha quedado corroborada, no proyecta la
particular gravedad que la agravante pretende disuadir y que se configura cuando
el autor o partícipe se haya valido de menor para concretar el hecho imputado.
El claro sentido tuitivo de la norma explica el aumento del
contenido del injusto del delito por la mayor idoneidad del medio empleado en la
medida en que la utilización de menores tiende a la elusión de los controles
prevencionales porque resultan aquéllos menos sospechosos.
Negamos su configuración en el caso pues la presencia del
menor aparece como aledaña a la del resto de los imputados mayores de edad
junto a la cual se la constató, sin proyectarse como preponderante ni
fundamental.
Las consideraciones efectuadas con anterioridad permiten, sin
embargo, homologar el procesamiento criticado, en tanto contiene un juicio de
probabilidad acertado, aún no definitivo, sobre la existencia de un hecho
delictivo y la responsabilidad que a los aquí procesados cabe en él, sin perjuicio
de la modificación de la calificación legal que habrá de efectuarse.
V.
En punto a resolver el restante agravio de las defensas,
vinculado con la medida cautelar privativa de la libertad impuesta a sus asistidos
junto al procesamiento decretado, estimamos que la decisión debe ser
homologada.
Recuérdese que conforme los parámetros reconocidos
jurisprudencialmente, las características personales del imputado no deben
soslayarse a la hora de comprobar en el caso concreto la presunción legal de fuga
que, conforme las particularidades correctamente señaladas por juez de grado, en
él se verifica (conf. segundo párrafo del art. 316 del C.P.P.N.).
En este sentido, el escenario señalado por el a quo resulta
suficiente para acreditar los riesgos que la cautela personal está llamada a
neutralizar. Pues si bien Víctor Hugo Ávalos Amarilla residía junto a su esposa e
hijos en el domicilio de la calle Amapola 170 de Ciudad Evita, Provincia de
Buenos Aires, las constancias que ilustran su legajo de personalidad y la especial
circunstancia atravesada al momento de su detención, robustecen en el caso el
riesgo de fuga de presunción legal (art. 319 del C.P.P.N.).
Y en cuanto a Gustavo Ariel De Llamas Palacios, no puede
restarse importancia a que, según surge del informe socio ambiental agregado a
fojas 15/7 del Legajo de Personalidad, su contexto de arraigo se encuentre en su
país de origen, sin que los vínculos familiares que la defensa alega que posee en
el nuestro alcancen para persuadirnos de que la imposición de una restricción
menos lesiva a la prisión lo mantenga sujeto al proceso.
Adviértase que del informe realizado con fecha 8 del corriente
mes y año por el Patronato de Liberados respecto del nombrado surge que no se
efectuó entrevista familiar ni visita domiciliaria debido a que el imputado no
posee familiares en nuestro país (fojas 60 de este incidente).
En virtud de lo expuesto, el Tribunal RESUELVE:
CONFIRMAR PARCIALMENTE la resolución que luce a fojas 276/84 de los
autos principales, en cuanto dicta el procesamiento CON PRISIÓN
PREVENTIVA de Víctor Hugo Ávalos Amarilla y Gustavo Ariel De Llamas
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Palacios, MODIFICANDO la calificación legal por el delito de transporte de


estupefacientes (art. 306 del C.P.P.N. y art. 5to. “c” de la ley 23.737).
Regístrese, hágase saber al Ministerio Público Fiscal
mediante cédula en forma urgente y devuélvase a la anterior instancia, junto con
los autos principales y los legajos de personalidad de los imputados, adonde
deberán realizarse las restantes notificaciones a que hubiere lugar.
Sirva la presente de muy atenta nota de envío.
Fdo. Jorge L. Ballestero-Eduardo R. Freiler-Eduardo G. Farah. Ante mí:
Sebastián N. Casanello, Secretario de Cámara.
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