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Unidad educativa “Eloy Alfaro”

Institución:
Tema de la obra:

Los 7 tratados
Autor:

Juan Montalvo

Ponencia presentada por Efer Arocha en el coloquio

sobre  Juan Montalvo, llevado a efecto entre el 25y 26 de abril de 2013,

en la ciudad de Ambato- Ecuador


 
Identificar los trazos filosóficos en los ensayos del autor agrupados en un grueso tomo de temáticas
diversas, resulta una tarea intrincada por sí misma, más aún, cuando entre los objetivos se halla, el de
que los resultados obtenidos se conviertan en un instrumento pedagógico; esto requiere entonces de un
doble esfuerzo.

Además, la obra presenta un estilo barroco, no en el sentido filosófico del silogismo aristotélico o el
escolasticismo, sino en el contenido literario, donde la anécdota ocupa grandes espacios, que desde
luego, con una lectura a profundidad remite a la veta de la filosofía. Junto a lo anterior, los cortes ilativos
que producen los golpes del efecto sorprendente, mediante la frase elaborada en una atmósfera y
estructura greco-latina que resulta determinante en una inmensa llanura de erudición, nos complican
también.

Consecuencialmente, el concepto filosófico, en tanto que herramienta de trabajo, sólo lo usaremos en el


sentido cognitivo, es decir, pensamiento del autor. Pensamiento del autor que permita ser aprehensible
para docentes y alumnos.

En la reflexión filosófica todos los contenidos de un texto, incluidos los más insignificantes, es
obligatorio tenerlos en cuanta en el análisis, pero mediante las categorías que le son propias a la
disciplina. A este respecto el epistemólogo Gastón Bachelard, discerniendo en su obra, “La Poética De
La Ensoñación” nos dice que cuando él lee un poema, sus sentidos se abren entregándose al placer que le
llega al oído donde la reflexión se anula. Sin embrago, cuanto lee en su condición profesional, sucede
todo lo contrario, cada palabra es diseccionada hasta el último significante. Las palabras de Bachelard,
definen dos acercamientos distintos a la fenomenología textual, tratamos de no aludir aquí, a la
fenomenología trascendental de Edmundo Husserl, quien uso por primera vez el término, sino a la
interpretación dada por los fenomenólogos del  siglo pasado, los cuales buscan el conocimiento estricto
del fenómeno, que en el caso, es la obra de Juan Montalvo, que contiene las dos interpretaciones de
Bachelard: conocimiento lógico y conocimiento estético.

CAPITULO  DE LA NOBLEZA

 
Es el primer capítulo de la obra presentando una extensión de cuarenta y cuatro páginas de contenidos
polisémicos, que abarcan desde filosofía, historia, religión hasta la etnología y otras. En lo que nos
concierne,  sus primeras siete líneas nos envían de inmediato a un problema candente entre dos
corrientes filosóficas de actualidad en el campo gnoseológico en cuanto al origen de la vida. Sin
embargo, lo más importante del capítulo se encuentra en el área de la ontología donde Montalvo expone:

…”Dios es uno, la unidad es el infinito del cual nacen todas las cosas; y remontando hacia el origen de
ellas, siempre vamos a parar en el uno, germen fecundo que llena el universo con su multiplicación
infatigable... ”   Pagina 23.

 Lo anterior nos  plantea el debate más enconado de toda la historia de la filosofía  sostenido entre dos
corrientes filosóficas desde la antigüedad:   jónicos y  platonistas.

La escuela Jónica o de Mileto,  floreció a fines del siglo VII y VI antes de nuestro calendario, en las
costas del mar Egeo; se consideran fundadores Anaximenes, Tales de Mileto y Anaximandro. Ellos
establecieron un método de observación rigurosa cuyos resultados era el material con el cual elaboraban
sus abstracciones. Por esto, hoy se les denomina filósofos científicos y por el uso de la idea de apeiron;
algo que existe pero que no puede verse o tocarse, atomistas intuitivos.

 A los anteriores se les puede agregar Heráclito de Éfeso, ciudad de Jonia. Nacido en 535 y muerto en el
484 antes de nuestra era.  Las tesis de Heráclito son brillantes y siempre de actualidad. El fue el primer
dialectico que tiene la filosofía, apenas seguido en Roma por el poeta Lucrecio. Tema tratado por dos
gigantes de la filosofía alemana, Hegel y Marx.

  El nos dice: …”todo está en constante movimiento y trasformación en un proceso continuo de
nacimiento y destrucción del que nadie ni nada puede escapar”,

Todas sus obras las desaparecieron sus enemigos llegando hasta nosotros escasos fragmentos, lo mismo
sucedió con los jonios. Si la escuela jónica hubiera logrado vencer a los ontologistas con Platón a la
cabeza, hoy estaríamos viviendo en el cosmos con un nivel de vida impensable por haber descubierto el
átomo y la técnica de ponerlo a nuestro servicio en todas las direcciones.

Aristocles, mejor conocido como Platón por tener las espaldas anchas, nació en Egina probablemente en
el 427 y murió en Atenas en 347 antes de nuestro calendario. Hijo de una familia riquísima, aristocrática
y esclavista. Descendiente por línea directa de Solón y posiblemente de Codro, el último rey de Atenas,
jactándose de esto cada vez que tenía la oportunidad de recalcarlo. Fundador de la academia que sobre
vivió 900 años. Tuvo un ejército de seguidores en vida y luego de su muerte igualmente, hoy hay
organizaciones e instituciones en torno de su nombre para defender y promulgar su filosofía. Espeusipo
sucesor en la dirección de la academia; Plotino el más sobresaliente, Proclo, Porfirio, Agustín de Hipona,
Dionisios… Sus tesis filosóficas son ontologistas; en Fedon sostiene la naturaleza divina e imperecedera
del alma; parte de su obra es una apología a los dioses.

La controversia hoy ha quedado plenamente resuelta por la epistemología a favor de los jonios, a causa
del impresionante avance de la técnica y la ciencia, particularmente de las ciencias espaciales, donde la
información que acumulamos en un solo día, necesita 25 años para clasificarla. Además, la muerte  va a
dejar de ser lo inexorable, para convertirse apenas en una enfermedad. Son muy prometedoras las
investigaciones actuales en los descubrimientos para prolongar la vida humana. Es posible que nuestros
descendientes vivan 200, 500, 1.000, 10.000 años, ya se está pensando en nuestra condición
imperecedera. El resultado de los veloces y profundos cambios del pensamiento, hacen que  el teísmo
sea hoy ajeno a la filosofía, porque todas las religiones sin excepción, desde las hindúes que adoran a los
ratones, mandriles hasta las llamadas ciento lógicas, se sustentan en el en el mito. A causa de esto, son
analizadas en el campo de la cultura, donde cada sociedad la trata de acuerdo a sus concepciones en el
plano del pensar.
 

ORIGEN DE LA VIDA

 El evolucionismo y el creacionismo se centran en el


Darwinismo por una parte, mientras que por la otra se
encuentra el teísmo. Charles Darwin naturalista inglés,
demostró científicamente el origen del hombre y de la vida.
La vida entendida en sus primeros pasos en la manifestación
simple de micro-organismos hace miles de millones de años.
Fenomenología expresada en conocimiento objetivo. El
teísmo se sustenta en la idea. Idea cuyo pilar fundamental es
Deus (dios), el concepto encierra  los cientos de miles de
religiones que han existido y existente en la tierra.
Fenomenología cuyo pilar es la imaginación y en
consecuencia es abstracción, puesto que no es posible la
experiencia que exige el conocimiento directo. A causa de
esto, es conocimiento subjetivo.

Como vemos, hay dos visiones distintas sobre una misma fenomenología. Aquí, el proceso de la
cognición, es distinto en cada caso, el evolucionismo parte de la comprobación concluyente. Mientras
que los creacionistas se sustenta en la ontología, en la idea; suposición trascendental para superar el
estado irrisorio del sujeto. 

Avanzando en la lectura en la primera página y también en toda la obra, en razón de que Montalvo va y
viene sobre el mismo tema; y abandonando la lectura de superficie, para recurrir a los niveles de
segundo y tercer grado, por interrelación dialéctica; entonces  el lector encontrará la piedra angular causa
de la disputa entre las dos percepciones del mundo circundante que nos ocupa; que no es otra distinta, a
la categoría de VERDAD. Desde el punto de vista de la filosofía, como el de la ciencia de hoy, la verdad
muestra un rasgo relativo. En razón de esto, la verdad absoluta es una inexistencia. La verdad es y no es,
para poder serlo tiene que conllevar su negación.

Pero lo enunciado por el autor nos envía a una mayor profundidad cognitiva, tanto espacial como
temporal y de contenido; donde el uno deja de ser el uno para ser el otro. Esto es comprensible mediante
la aprehensibilidad histórica donde el Teísmo es verdad objetiva. La idea de Deus es necesidad
intelectiva, única explicación que el sujeto puede hacer del Ser, puesto que no existe ni la ciencia ni la
técnica. Por ello, el hombre primitivo ante los fenómenos de la naturaleza, que son para él,  intricados e
inexplicables, fuerza superior a la suya, los convierte en deidad. Diosa lluvia, dios sol, etc. Lógica de la
intuición, verdad incuestionable porque es objetivación del Ser, verdad de lo circundante. Elaboración
elemental del pensamiento en tanto que principio de la certeza, saber a la escala primitiva. Este
conocimiento que el sujeto tiene sobre el Ser, empieza a debilitarse con el nacimiento de la técnica y la
ciencia. Hecho de un interés fundamental porque se presenta una ruptura entre el hombre y la naturaleza;
la categoría del antagonismo se hace presente. El sujeto  comienza a separarse del Ser o naturaleza
mediante la acción cognitiva. Esta cognición entra en un proceso por movimiento del pensamiento a
causa de que el sujeto inicia la comprensión de los fenómenos naturales logrando explicarlos de manera
racional, descubre que el sol es un astro, un cuerpo en el espacio cósmico, la lluvia un fenómeno
igualmente natural y así sucesivamente. Conocimiento que se trasforma en antítesis de la concepción
teística, a causa del avance indetenible de la naciente ciencia. La consecuencia es que la idea teológica
deja de ser objetiva para convertirse en lo contrario, subjetiva; mientras que el concepto epistémico,
científico; es hoy objetivo, o sea verdad.

LUZ,  LUZ, PARA ESE INMENSO DEPÓSITO DE SOMBRAS.

 
Desde  La primera página con la citación de Johann Walfgang Von Goethe, el más destacado poeta
alemán, y uno de los fundadores del romanticismo; hasta en el último capítulo, hay un eje filosófico
categorial presente en toda la  obra refiriéndose al campo de la estética. Este tema fue preocupación para 
los pensadores de las variadas disciplinas desde la antigüedad. En cuanto a los filósofos, a partir del siglo
XVIII  se convirtió  en una fatalidad, en razón de que Aristóteles, uno de los fundadores de la filosofía
occidental, escribió un bello texto, sobre lo que nos ocupa, conocido como la Poética. Por esto, cualquier
filósofo de notoriedad se siente con obligación de tratar el tema. Emmanuel Kant lo hace en la crítica del
juicio trabaja la idea de lo bello,  Arthur Schopenhauer nos explica lo bello en Voluntad y
Representación. Martín Heidegger nos dice en qué consiste la obra de arte. Teodoro Adorno en su teoría
sobre la estética y así sucesivamente…

Juan     Montalvo nos envía a la estética refiriéndose a varias actividades artísticas. En el capítulo IV,
página 573 nos habla de las pinturas del Vaticano y alude a la pintura de caballete. En  cuanto a poesía la
obra está empedrada de elogios tanto a los poetas como a sus obras. En materia de ficción escribió un
texto dedicado al tema titulado “El Buscapié, página 555, y con subtítulo aludiendo a los capítulos que
se le olvidaron a Cervantes. Igualmente hay Muchas alusiones literarias.

La sola alusión estética, por sí misma, no necesariamente remite al plano de la filosofía. A sí como
tampoco puede afirmarse que una obra que no trate la filosofía o la mencione, carezca de sus contenidos.
En el primer caso, lo que envía al campo filosófico es  cómo el escritor trata la esencia del vocablo.
Cómo construye la frase o concepto. De esto depende todo. Montalvo mediante el tratamiento que le da
al tema, no deja duda, si no que en ocasiones se adentra en el área. Lo anterior lo encontramos
claramente en las páginas 378 y 379, donde establece una categoría propia entre Ingenio y Genio. Metro
que mide la calidad de su juicio. En su juicio, es muy visible el movimiento de cualificación puesto que
es diáfano el movimiento  ascendente, Veamos: “Sófocles, ordenando en su cabeza la trama prodigiosa
de Edipo Rey, no es simplemente poeta de ingenio como todos; es un genio.” Fin de la p. 378.

Haciendo uso del método de Martín Heidegger en  origen de la obra de arte para develar la esencia,
encontramos que Montalvo nos conduce a la lectura filosófica directa cuando afirma “es un genio”. Qué
origina este genio, interrogaría Heidegger, de dónde ha salido y por qué.  Es aquello del por qué una
cosa es, siendo tal como es. Veamos siguiendo a Heidegger. El origen de Edipo rey es Sófocles. El
origen de Sófocles está en Edipo Rey. Por ello, los dos son una y la misma cosa, puesto que no puede
existir el uno sin el otro.

El uno sin el otro no quiere decir que sean iguales. Categorialmente son distintos, inclusive son opuestos.
Sófocles es un sujeto, mientras que Edipo rey es una cosa. Sófocles es una objetividad, mientras que
Edipo Rey es una subjetividad, debido a que es una abstracción. En el plano de la fenomenología
Sófocles sin Edipo Rey no tiene existencia, o a la inversa. Sin embargo, el asunto es más profundo.
Tomados en conjunto o separados, tampoco tienen existencia. Para poder ser, necesitan de un tercero,
con el cual se interrelacionan formando una unidad. El tercero  es la esencia, tanto para Sófocles como
para Edipo Rey.

 Esto es sencillo de comprender. El tercero les agrega a cada uno un algo diferente que los particulariza,
que los hace distintos, con lo cual no vuelven hacer lo mismo que eran antes, ahora son otros. Sófocles 
se ha convertido en un artista, y Edipo Rey en una obra de arte. Entonces el arte al realizarse como un
tercero cumple un objetivo, es por una parte conocimiento, mientras que por la otra es esencia. El arte en
su sentido gnoseológico es un saber, es pensamiento. Pensamiento distinto al de la ciencia. Es un saber
sensible que nace en la subjetividad humana y no en la objetividad de la certeza, en la comprobación
científica.

Conocimiento de qué, esencia de qué, es siempre lo que interroga el filósofo. El arte en su sentido
gnoseológico, es un saber, es pensamiento. Pensamiento distinto al de la ciencia, porque es un saber
sensible que nace en la subjetividad humana, y no en la objetividad de la certeza derivada de la
comprobación científica que establece la ley. El conocimiento de Sófocles para poder ser él, él en el
ahora y en el ahí, en su nuevo estado; hace parte del conocimiento general que tiene  la idea de arte.
Mediante el arte el  sujeto  da un salto cualitativo al acceder al nuevo conocimiento antes explicado.

En cuanto a la esencia, tomando el sujeto dentro de lo general, el contiene una sola esencia, la que
contenemos todos los seres humanos por el hecho de ser humanos. Donde no hay diferencia de esencia.
La diferencia se presenta cuando Sófocles tiene un algo distinto, o como se dice en el leguaje de la
sociedad de marcado, un agregado.

Un agregado que se lo da el arte, porque es artista. Y lo es, porque ha producido una obra de teatro; pero
una obra de teatro que va más allá, ha traspasado un límite, no un límite cualquiera, el límite de la
calidad trascendente, aquél que exige la esencia para ascender al concepto de obra maestra. Podríamos
continuar en el análisis porque el tema todavía está lejos de ser  agotado; lo tratado es suficiente para
aclarar el concepto empírico de ingenio y genio de Juan  Montalvo en el área de la filosofía.

 
BELLEZA

 
Juan Montalvo se hamaca en milenio y medio de historia para aflorarnos el cuerpo, fundamentalmente el
femenino, mediante los distintos paradigmas que codifican el cuerpo del sujeto desde  varios ángulos a
través del registro de memoria enviándonos al plano de la filosofía. Empezando porque él considera que
en la definición de belleza se presenta la visión de obstáculo cognitivo, que impide acceder a la categoría
estética de la esencia de lo que entendemos por bello.

 En la pagina 113 nos dice: “…así nadie será capaz  de manifestar en lo que consiste la belleza. Belleza
material es lo que simpatiza con los ojos y llena el corazón, pudiéramos decir, pero éstos son efectos de
la belleza y no la belleza misma. ¿Por qué son bellas una pintura, una estatua, una mujer? Porque nos
agrada…”

 Lo anterior nos plantea de inmediato un interrogante, ¿qué


es un cuerpo, y por qué es un cuerpo bello?

  La noción de cuerpo de la filosofía analizada en su forma


más elemental o sencilla, se expresa mediante la idea de que
todo cuerpo, entendido éste en el concepto general, no es
algo distinto a una manifestación del Ser. Sea el cuerpo de
un árbol, de un animal, de un humano… Todo cuerpo es
conocible mediante la percepción. El primer movimiento de
la percepción para asir el cuerpo es veritativo. Lo logra,
porque él es visible al ojo humano. Y es visible porque  es
una cosa u objeto. Es cosa porque es palpable, y lo es, a
causa de que es material, cualidad esencial de la cosa. Lo determinante en la noción de cosa u objeto, es
su esencia. La fenomenología de la esencia del objeto, es su cualidad material. Sin embargo, la esencia
material, ella no lo es, y no lo puede ser en el plano de la generalidad. La cosa no puede serlo en lo
general, puesto que los objetos generales no existen. Los objetos cobran existencia sólo en la categoría
de lo particular, en condición de unidad, en el objeto en el ahí. El objeto en el ahí, ocupa un lugar en el
tiempo y otro en el espacio. El lugar en el tiempo es asible, porque el objeto comienza en un día y en
otro deja de existir. En cuanto al espacio, es asible en razón de que todo objeto es finito, tiene límites.
Para dejar de serlo en el tiempo y dejar de ser en el espacio, cuando eso sucede, deja de existir,
desaparece. Entonces los objetos son fenomenologías particulares; unidades mediante lo material y  lo
finito que expresan una calidad singular. El cuerpo de un árbol presenta calidades distintas a las de un
caballo, y este a las de un cuerpo humano. No obstante la idea de cuerpo humano sigue siendo una idea
general, Teodoro Adorno en crítica a la cultura y sociedad nos dice que el sujeto es mediado por el
concepto, la idea. Su particularidad, se hace inteligible, sólo frente a la idea de árbol o animal, pero nada
más. Cuerpo humano resulta entonces ser un concepto. Para que ascienda a su existencia real, tiene que
hacer uso de la categoría de lo particular, dejar de ser generalidad siendo particularidad. Veamos: Unos
paseantes por un parque avanzan alegres cuando de pronto uno de ellos descubre un cuerpo exánime. Se
acercan y dicen,” es un hombre” Lo particular  hace presencia en el tránsito de lo animado a lo
inanimado, es decir, en la muerte. Es un cuerpo muerto. La segunda particularidad es de género a causa
de que es un hombre y no una mujer; y así sucesivamente hasta ascender a ser único e irrepetible. La
categoría de lo particular expresa que, en el universo no hay dos cuerpos humanos absolutamente
iguales, esa diferencia es la que construye lo individual.

  Antes sosteníamos que un cuerpo humano es una cosa, un objeto. Lo es en razón de la cognición, la que
nos ha develado su esencia. Juan Montalvo siguiendo a Platón, nos dice que Alcibíades es el hombre
más bello de todos  los griegos. Para sostenerlo Platón nos describe la belleza del cuerpo  de Alcibíades.
Pero Alcibíades es por una parte cosa, pero por la otra no lo es. ¿Entonces que es Alcibíades? Hemos
tratado la esencia del objeto la cual corresponde a su materialidad, la que no difiere de la materialidad de
Alcibíades. Al analizarlo encontramos que Montalvo nos dice que era muy inteligente. He ahí la
diferencia, una diferencia de calidad, que permite que, Alcibíades deje de ser una cosa para convertirse
en algo muy distinto al cuerpo material suyo, algo que no es materia, en razón de que no se puede ver ni
tampoco tocar, no es perceptible mediante uso de los órganos de los sentidos. Nos encontramos frente a
un movimiento cualitativo, modificador; en una  distancia que asciende permitiendo alcanzar la
condición de sujeto. Entonces tenemos que Alcibíades es ahora un sujeto en razón de que es
pensamiento. Su inteligibilidad hacen de él  un cuerpo de un sujeto y no  solo de un objeto.

 
LA BELLEZA DEL CUERPO

Tratamos la belleza del cuerpo del sujeto, porque la del objeto carece de interés dentro
el texto que nos ocupa. No significa que no existe la belleza de las cosas. La
gnoseología de la belleza del sujeto difiere de la belleza del objeto en una manifestación
categorial que aquí carece de interés. ¿qué es entonces un cuerpo bello? Para responder
a este interrogante que nos hace Juan Montalvo, es necesario saber ¿qué es belleza y
qué la origina? Dada la complejidad del interrogante y por razones de espacio
trataremos el tema de manera asequible y breve. La idea de belleza le es connatural al
sujeto, porque se la imprime el Ser, la naturaleza; éste es el primer movimiento
cognitivo. El Ser es el origen de la belleza y no el sujeto. El sujeto origina la belleza
canónica la cual es episódica y anecdótica. Lo connatural del sujeto lo es porque la idea
de belleza no es idea,  es una de sus intrinsidades, es un sentir del individuo. El cual se
realiza frente a la fenomenología de su opuesto, lo feo. La Belleza y lo feo, en el primer
movimiento de la cognoción son categorías estables, no cambian debido a que es una
cualidad que tienen  todos los individuos al margen de su voluntad y deseo. Es una
belleza o feura instintiva que difiere en la naturaleza de cada sujeto, manifestándose en
la aceptación o rechazo ante una fenomenología concreta de manera distinta.

La belleza del cuerpo en su manifestación canónica, no la origina el Ser, sino el sujeto a


través de su voluntad  y deseo, el momento en que el arte satisface el espíritu, según el
decir de Hegel en su estética. La obra de arte plasma su gusto. Gusto que no es estable
ni uniforme, sino diferente en cada individuo, colectividad y época. Al ser así, tanto la
belleza como lo feo, son de esencia relativa. Fenomenología que hacen de lo bello y feo
un producto de contenido intrascendente. Lo intrascendente aparece entonces como una
accidentalidad fenomenológica a causa de lo efímero. A éste respecto Montalvo en la
pagina  125 nos dice: “Cada edad tiene su belleza, dijimos, la infancia, la puericia, la
adolescencia, la juventud y la vejez mismas presentan modelos que excitan admiración
y simpatía…” Lo efímero nos envía a lo episódico, banal y anecdótico. Al individuo en
su condición irrisoria, que en últimas, su cuerpo es apenas  ruinas en la puerta de lo
inanimado y su pasado un recuerdo fugaz que a nadie puede interesar. De esto no
escapa ni siquiera el Bello Hipólito, del que nos habla Montalvo en la pagina 121. Su
presencia la anunciaba el oráculo de Delfos debido a que era el preferido de los dioses
por sus encantos. Belleza que es patrimonio de las divinidades, las que pasando el
tiempo son igualmente perecibles, y por ello igualmente banales.

La  belleza real del cuerpo mediante los distintos cánones de valoración establecidos
por el sujeto, en su sentido perenne, en lo imperecedero e inmutable. Belleza estable
capaz de trasmitir un registro comunicador de valores pretéritos, sólo se encuentra en la
estética, en la obra de arte de un estadio dado de un grupo social, no como expresión
tangible ni como concepto. Sino en tanto que valor sensitivo codificado por cánones
mediadores que revelan los insondables de la interioridad del sujeto y del grupo.

El cuerpo del arte encierra la belleza suprema, es la cima del gusto de un pueblo y una
época, es aquello que es capaz de trascender dice cualquier filósofo. Es un cuerpo
idealizado pero no de cualquier manera; sigue un camino normatizado, el se cumple por
mediación del canon, y al hacerlo no es un cuerpo real, es un cuerpo sublimado
producto del deseo y de la imaginación y por eso es perfecto, como lo es la Venus de
Botticelli o la del milo. Obras maestras de la pintura y escultura de sus épocas y sus
sociedades, y de las nuestras también, en el sentido en que nos extasían al observarlas y
conmocionan nuestra interioridad sensitiva.

 
CUERPO ERÓTICO

Juan Montalvo dedica varios espacio al tema en forma directa, en la paginas 123 nos
dice: …” Pero el amor de la bella Morna  es puro y suave, sus pechos son como los
globos de mármol que están medio hundidos  en las orillas de las cascadas de Bramo y
su corazón palpita de pasión inocente ajeno a todo impulso  material. Ducomar, dice,
guerrero feroz, no te amo; Cairbar, el joven Cairbar viene a mis ayes cuando estoy
dormida soñando en él al borde de la fuente…”

 Lo núbil aparece diáfano frente a la pasión inquieta que incita y excita, donde el
erotismo es ensoñación dormida; y como en filosofía es la interrogación la que permite
la iluminación del texto; entonces qué es erotismo. Antes de responder a la
interrogación conviene volver al autor quien sobre el tema escribe: …”Dalís no deja el
centro sin pleitearlo palmo a palmo; Dalís tiene ojos para ver y como ellos son azules,
del color más limpio de la bóveda celeste, cada mirada suya es una inspiración divina.
Su mata de pelo, admirable, aunque en orden, ni los dioses incorpóreos pudieran romper
por esa perfumada maraña; así es de tupida y abundante. Dalis  no ostenta en sus
miembros el volumen de una turca vencedora; pero está lejos de pecar por esa delgadez
helada de que huye esa divinidad golosa que se llama lascivia…” pagina 117.

El erotismo aparece en las dos citas en forma directa porque es nítido; sin embargo,
para que aflore diáfano a la superficie es indispensable elucidar la interrogación
anteriormente formulada. El primer paso para comprender el erotismo, es  aislarlo de la
idea de amor, del que habla Platón. Amor y erotismo son dos fenomenologías
diferentes, puesto que, para la realización del amor, el cuerpo no es indispensable,
debido a que el amor es un sentimiento  inmaterial donde el cuerpo no decide nada. Lo
mismo le ocurre al amor respecto de la sexualidad; para la realización de la sexualidad
el amor le es indiferente. Aclarado de que el amor  carece de interés para la sexualidad
y el erotismo, retomamos el concepto de sexualidad y erotismo. La sexualidad se
consume en el cuerpo, por fuera de este, es imposible el acto sexual. Para la realización
del acto sexual es determinante la presencia del otro. La sexualidad es instintiva, es
también una forma de ser del cuerpo. Un cuerpo sin sexualidad ha perdido parte de su
calidad. La sexualidad vista gnoseológicamente es un recurso por el cual el Ser, asegura
la continuación del sujeto, o como afirma la biología, perennización de la especie. Pero
no solamente la del ser humano, sino la de todas las especies vivientes. Hecho que
permite comprender que la sexualidad en su primer movimiento cognitivo, es una
fenomenología inherente al Ser y no al sujeto. La sexualidad del sujeto está marcada
por la exigencia de reproducción. Esa es su esencia; cualquier otra consideración le es
ajena. La sexualidad del ser humano por esencia, no difiere en nada de la sexualidad de
los equinos, porcino, bovinos, es decir, de los vivíparos y placentarios. La sexualidad
nos aúna  con los animales. Copulando el ser humano es un animal como cualquier otro.
Su cuerpo está aherrojado por las cadenas de la reproducción. Si hay alguna diferencia
es de forma, mas no de contenido. La sexualidad está por fuera de todas las
codificaciones sociales. Le es ajena la moral, la política, la cultura. Ninguna elemento
es exterior está en capacidad de penetrarla. Ni siquiera la reproducción artificial, porque
se hace al margen de ella. Volviendo a la idea de erotismo, antes sosteníamos que entre
el amor y el erotismo no se da ninguna conexidad, no ahondamos en el amor en razón
de que está por fuera del tema. El primer acercamiento sobre la idea de erotismo se
encuentra en la relación, interrelación; diferencia o distancia que pueda existir con el
acto sexual. Para saberlo, se hace indispensable conocer el carácter de cada uno
analizados en su unicidad y antagonismo. Sexualidad como erotismo son conceptos
generales que se realizan mediante categorías generales, algunas usadas antes en el
presente trabajo. La generalidad no revela la esencia del erotismo; ese yo erótico de
Morna y Dalís, del que nos habla Juan Montalvo, o del que se sucede en este instante en
cualquier parte del mundo o se sucederá mañana. Antes anotamos que la sexualidad era
una acción autosuficiente; significa que se da al margen del erotismo. Sin embargo, el
erotismo, desde la perspectiva cognitiva, es una fenomenología de vital interés en la
expresión cualitativa de la cualificación del sujeto. La acción erótica, es un acto
intelectivo, es una concepción derivada de la cultura del individuo en el ahí; significa
que de la perspectiva social es una categoría del movimiento de la historia en el plano
de la cultura, es bien simple comprender esto. Cuando la especie humana, no había
alcanzado el estadio de la sedentarización, sino que se movía en manadas, el
apareamiento se hacía indistintamente entre los miembros varias veces al día en
presencia del rebaño, cuyos miembros permanecían indiferentes, como sucede todavía
hoy en la manada de mamíferos.  A causa de esto, cada pueblo y cada época tienen un
erotismo específico. Por ello el erotismo no es estable, como si lo es la sexualidad.
Primera diferencia de esencia. Una segunda diferencia se manifiesta en el hecho de que
la sexualidad se ejerce en el cuerpo sin liberarse de éste. Mientras que el erotismo se
sostiene en el acto sexual, no siendo copulación sino el sumo, condensación de ella, no
material. El erotismo es asible como refinamiento sensible del individuo, el grupo y su
época. Hay una unidad entre sexualidad y erotismo, que los dos son solamente posibles
en el acto. En el acto sexual obviamente. En la particularidad del ahí fenomenológico.
En la acción donde el primero no trasciende en el tiempo, mientras el segundo sí. La
sexualidad es objetividad por la mediación del encuentro de cuerpos. No así, el
erotismo. El erotismo se objetivisa mediante movimiento de lo abstracto a lo concreto.
El, primero es una concepción, una idea, es pensamiento. Incluyendo las novísimas
invenciones del erotismo virtual. Sin embargo, el erotismo por la mediación de la
sexualidad su cumple, es plenitud, sólo frente a la muerte. En lo tanático se consume el
eros. Más no así el cuerpo. Cada acción erótica intensa y plena, es un pasar por la puerta
de lo inanimado. Tal como lo afirma Georges Bataille. Cada acción erótica es un
encuentro con la muerte, porque desaparece la conciencia individual. Al desaparecer el
individuo en su yo singular, ¿quién es entonces?, ha habido un cambio, porque dejado
de ser unidad para convertirse en una parte. Parte que constituye la otra parte para
ascender a una nueva unidad indispensable que es la base del erotismo.

 
LA POLITICA

Es un eje indirecto y directo que atraviesa todo el libro al igual que otros ejes
analizados. En el primer capítulo se encentran registros valiosos desde el ángulo de la
historia política de Latinoamérica, hoy diluidos en el tiempo, los que resultan
determinantes para comprender nuestro pasado y observar nuestro retrato de las
instituciones políticas vigentes hoy en la región. Usando el sarcasmo para zaherir a la
clase dirigente por sus inclinaciones nobles, en contra del interés republicano y
fundamentalmente el democrático, mientras que en otros contenidos nos envía a
contenidos complejos para poder entender lo que somos desde la mirada gnoseológica
nos tropezamos con criterios etnológicos, políticos y de pensamiento, en relación con el
pretérito por fuera de lo habitual sobre el tema, como es el caso de las razones de la
presencia africana en el nuevo continente, veamos:

 “…El obispo de Chiapa cometió un error criminal, con sustituir unos esclavos a otros,
como si de encadenar negros sacara más provecho el reino de Dios y la filosofía, que el
de desatar las cadenas de los indios. Error de la conmiseración, error de la virtud, error,
criminal no. Los negros le deben en mal a santo Casas lo que los indios en bien, su
intención respecto de los primeros no fue perversa;…” p. 23

 Montalvo nos coloca de una manera escueta y contundente frente a un acto político del
gobierno colonial, emanado de las políticas de gobierno de la corona española, cuyas
consecuencias resultaron trascendentales para el nuevo mundo. En cuanto a la esencia
de lo que nos concierne, en ese por qué de la acción de la política que para favorecer el
interés de los unos, tiene que perjudicar el interés de los otros, nos resulta indispensable
recurrir a la causa que origina dicha fenomenología desmenuzando el hecho.

El tema político ha sido de gran interés para la filosofía desde la época de los
pensadores fundadores, entre los que sobresalen se encuentran Platón y Aristóteles. En
los tiempos modernos Marx,  Hegel, Kant, Hobbes, Habermas… El pensar filosófico se
objetivisa en corrientes del pensamiento. La modernidad ha sido prolifera, citaremos
algunas: descostrucionistas, contractualistas… en el plano del pensamiento político;
anarquistas, socialistas, liberales, nobleza, nazismo etc. Lo anterior se mueve en el
campo del pensar, es una abstracción y consecuencialmente concepto, idea. Para
visibilizarse tiene que objetivizarse, es decir, ser una realidad. La idea política, en tanto
que tal, se objetiviza sólo mediante el poder. Ese es su fin y esa es su esencia. Sin
embargo aquí, aún continuamos en la generalidad; el vocablo poder, es igualmente idea.
El poder político no es cualquier poder, es el poder más poderoso que ha construido el
hombre. Su poder es tal, que anula en ocasiones la  condición humana del sujeto, 
aplastándolo, aniquilándolo, borrándolo, lo mismo hace y puede hacer, con una clase o
grupo social. Para ejercer esa fuerza omnímoda, necesita de una estructura enorme que
no es abstracción, sino realidad, a la cual denominamos Estado.
El estado es una institución omnímoda, a tal grado que Paul Ricoeur, en su texto
Historia de la Verdad sostiene: “Toda gran filosofía requiere comprender la realidad
política, para comprenderse así misma”. Federico Engels escribió en 1884 un texto bajo
el título El Origen de la Familia la propiedad Privada y el Estado, que ayuda aclarar el
tema del estado para quienes desean dominarlo plenamente. La complejidad que
presenta hoy, que se nos hace inaccesible y también incomprensible, se originó por el
principio de necesidad. Clave fundamental para entender el por qué del estado. El no es
la creación de nadie, ni siquiera fue una idea, en el campo de la filosofía su origen es
empirismo puro, a causa de que es sólo práctica. Práctica que es el basamento para
ascender a la idea, al concepto, convirtiéndose en teoría. Teoría que comprime la acción
del estado en el conflicto, que emana lo social a través de todos los tiempos y todos los
espacios de su existencia de estado. La necesidad hizo de él, lo que es hoy, por lo
siguiente: Cuando el hombre logra la sedentarización, por haber abandonado su estado
de nomadismo. Se sedentariza, porque ha inventado el anzuelo, el que lo convierte en
pescador y herramientas de sílice que le permitieron domesticar las plantas para
ascender a agricultor, y luego avanzar en la domesticación de animales. Semejante
progreso material le permitió al hombre primitivo; producir sobrantes por primera vez
en la historia. Estos sobrantes en productos alimenticios tuvieron enormes
repercusiones, entre las cuales se cuenta la aceleración de la natalidad permitiendo el
crecimiento de los primeros poblados. Al crecer los poblados aparecen los conflictos
interpersonales, que son más complejos que los personales en la agrupación humana
simple; para resolver el problema nació la norma reguladora de las relaciones del grupo.
Este fue el principio de necesidad como lo hemos anotado, siendo la columna
sustentadora sobre la cual se fundó el estado. Sin embargo, por si sola es insuficiente.
En su seno se forjó una segunda categoría a través del principio de autoridad, sin el cual
el estado no es posible. Sobre el principio de autoridad descansa el principio de poder
desde los albores del nacimiento del estado hasta hoy. El estado es entonces, en primer
lugar, una fuerza coercitiva que se ha abrogado el derecho a ejercer el monopolio la
violencia como sostienen los teóricos del tema. Violencia  legitimida mediante una  red
compleja de justificaciones empezando por la idea moral, el principio de justicia,
etcétera, etcétera. Hemos diseccionado la idea, el concepto de estado.

Un estado en la mera abstracción resulta ser una utopía, pero en la práctica, no hay nada
más real que el estado, él no queda en la abstracción, en la solo idea; sino que se
objetiviza, se hace palpable. Tiene la categoría de lo asible. Es lo que se puede ver y
tocar, pero no como un todo; él es aprehensible en la parte. En la parte que lo
constituye, no existe la continuación, lo homogéneo, y menos la unidad en el sentido de
lo particular. Contrariamente, si partimos una naranja encontramos en sus diferentes
trozos  contenidos semejantes, iguales. Si la unimos vuelve hacer la misma naranja
presentando una leve alteración por las cortadas. No sucede lo mismo en la
infraestructura del estado; Qué similitud tienen un aeropuerto, con una institución
educativa, apenas una de concepto general, que las dos son construcción; la constitución
y los códigos con un puesto de aduanas en la frontera de la nación. Ninguna; sin
embargo la distancia exhibida por la diferencia, entre los códigos y el puesto de
aduanas, no es absoluta, ni tampoco total. A pesar de ser particularidades distintas,
existe entre ellas una unicidad de esencia que las convierte en una entidad para ser una
y la misma cosa. Las dos son el estado. Ellas presentan la relación de nexo mediante la
interrelación dialéctica que es la fenomenología del cambio permitiendo establecer que
una cosa no sea para ser otra. En la infraestructura hace presencia el Ser mediante el
objeto. La presencia del objeto determinan que el estado sea una cosa. Tenemos
entonces que el estado en su materialidad no puede expresarse sino mediante la cosa. La
cosa es su mediación, que por una parte le permite ser, mientras que por la otra le
impide que sea. Noción de impedimento de realización. Verdadera  paradoja. Significa
que la cosa es insuficiente para la realización del estado como totalidad. Al no poder
ascender a la totalidad aparece la nulidad. En el espacio de la nulidad hace la presencia
del sujeto, quien es la parte que le permite el ascenso a la totalidad fenomenológica de
lo que entendemos por estado. El sujeto para integrarse al estado está determinado por
este, y a la vez, el sujeto determina el estado. Nos detendremos únicamente en la última
parte. Sin sujeto no hay estado, porque él es lo determinante y también es su la
fatalidad. Al ser el sujeto la otra parte del estado, para poderlo ser, desciende de lo
general para expresarse en particularidades objetivizadas por la función en el marco de
la institución. Lo anterior lo encontramos bien visible en una de las entidades
emblemáticas del estado; en el monopolio de la violencia; en el vigilar y castigar, del
que habla Michel  Foucault. Para ejercer la vigilancia y el castigo se necesita de la
presencia de dos sujetos: el juez y el policía. Ellos son los que hacen posible la vida y
existencia de una entidad de la infraestructura; la cárcel. En la cárcel se consume, se
realiza una parte de la idea de justicia mediante la aplicación de la norma, mejor
conocida como ley. El sujeto en tanto que estado, no se realiza en su condición
individual, en el ejerció de individuo en un ahí. Sino en el interés de la función estatal
que lo convierte en una parte suya, parte del estado. De ahí que un juez, es juez, y
únicamente es eso y nada más, careciendo de interés la persona que lo sea. Otro de los
aspectos del estado en el ejercicio del sujeto, es que él refleja la sociedad a la que
pertenece.

La explicación sobre el estado la hicimos para poder llegar a éste punto para  sacar a
flote el planteamiento de Juan Montalvo sobre fray Bartolomé de las Casas en el
problema de indios y negros. Bartolomé de las Casas llegó al nuevo mundo al igual que
cualquier otro colonizador 1502. Era un hombre que leí y escribía y había tenido
formación intelectual correspondiente a su época, estudiando teología, filosofía y
derecho. La teología lo encamino hacia la religión ordenándose sacerdote en 1512 en la
española. El fue el primer cura ordenado en el nuevo mundo y también encomendero
como los demás. Renunció a la encomienda que le había concedido el gobernador de
Cuba y en 1515 Denunció dicha institución como ignomiosa para el indígena. Como el
aborigen prefería el suicidio antes que someterse al invasor, de ahí que se negara a
trabajar para él. La necesidad de mano de obra obligó al gobierno colonial a buscar una
solución, encontrándola en la esclavitud. Por ello los barcos llenos  de africanos. Casas
conocedor de la realidad social en el sentido de la reproducción entre conquistadores e
indígenas, propuso a la corona un estatuto que legalizaba la reproducción entre
españoles e indios, e institucionalizando una nueva sociedad agraria basada en el
cultivo de la tierra en detrimento de la minería defendida por el colonizador. Ante el
fracaso ingreso a la orden de los Dominicos en 1523, quienes desde el inicio de la
colonia defendían el interés indígena, en contra de los franciscanos que estaban
completamente a favor del colonizador y quienes resultaron ganadores. Como queda
esclarecido lo que se impuso fue el interés de estado noble en beneficio de un sector
minoritario de la población; donde Bartolomé de las Casas jugó  un papel humanista,
que desde luego, el humanismo también tiene su rasgo filosófico. Lo que acabamos de
analizar nos lleva a otro punto del rol del sujeto en tanto que estado. El sujeto reproduce
en el seno del estado el reflejo de la sociedad por trasmutación. El estado es de cierta
manera la sociedad que él norma. La sociedad primitiva fue una sociedad horizontal, y
era horizontal porque era igualitaria. La apropiación de bienes por parte de los
individuos y los grupos  dieron espacio al surgimiento de las desigualdades; en razón de
ella hicieron presencia variadas fenomenologías, entre las cuales se cuenta la sociedad
piramidal. El estado por intereses de los sujetos que lo conforman también es piramidal.
Piramidal de arriba hacia abajo y no a la inversa. En términos de filosofía se presenta
una lectura profunda que nos aparta de la temática. Sin embargo, de manera breve 
diremos  que la construcción del estado de arriba hacia abajo ha sido hasta hoy una
constante; ejemplo: En el estado esclavista eran las castas o déspotas los dueños del
poder; Estado de la nobleza los reyes, estado capitalista la clase capitalista y  en estado
socialista una élite burocrática mediante un partido.

RAZA

Montalvo en la extensión de su ensayística toca el fenómeno directa o indirectamente


usando el vocablo raza en la acepción de la biología clásica como era normal en su
tiempo; además, porque para el latinoamericano este no es un problema, sino más bien,
un camino para encontrar su identidad. El mexicano José Vasconcelos publicó en 1925
la famosa obra, de contenidos filosóficos, La Raza Cósmica y en ese orden otros han
escrito en el mismo sentido. Sin embargo, para otros, el término es un juicio  hoy
inapropiado por las connotaciones que conlleva, sobre todo porque científicamente
resulta inexacto. En biología sea animal o vegetal, la especie presenta subespecie con
diferencias muy marcadas, a tal grado que en algunas ocasiones llegan a separase del
género, mientras  que en el género de los humanos la diferencia es de forma. La forma
la en encontramos únicamente  en su fenotipia por color y volúmenes carnosos. Es más
un problema de cultura en su primera significación. De otra parte continuando con el
mismo hilo, Juan Montalvo defiende haciendo uso del mestizaje al indígena sobre el
cual nos habla: “:..Los indios que habitan las faldas de Cotacachi dan la ley de la
gentileza a los demás, blancos no, pero despercudidos, cabello liso, lacio, luengo, ojos
profundamente oscuros, mirada soberana, nariz recta, de finos perfiles, dientes de
divinidad mitológica; porte señorial, paso regio…” pagina 15. Al recalcar los valores de
este grupo humano, no solamente desde el ángulo corporal, sino en otros valores como
lo hace más adelante; su posición es por una parte política, mientras que por la otra es
filosófica. En lo político avizora la importancia que para legión latinoamericana tiene el
proyecto de república burguesa en su rasgo liberal. Montalvo es un antimonárquico en
lo que se relaciona con la región, vapulando los brotes de casta de ciertos sectores con
la saeta y el hazme reír. Su ideal republicano y democrático no tiene resquicios. En el
campo de lo filosófico nos envía a varias corrientes.

En el plano de la gnoseología de hoy, en esos avances marcados de la epistemología,


consecuencia de los pasos gigantescos de la ciencia que cuestiona hasta la idea de
pensamiento, en razón de la acción técnica que han permitido el surgimiento del
pensamiento virtual; no tiene gran interés para la filosofía la idea de raza. Ella
corresponde a otro tipo de disciplinas del área de humanidades. Para la filosofía no hay
diferencia entre la clonación o reproducción in-vitro, de un animal llamado oveja y otro
animal llamado hombre. En el espacio del erotismo aclaramos lo concerniente a la
reproducción humana. No obstante, la idea de raza tiene un contenido del que se ocupa
la filosofía planteado ya en el siglo XIX por uno de los grandes filósofos que
influenciaron más su siglo y el siguiente. Friedrich Wilhelm Nietzsche, quien en su obra
Así Habló Saratrustra, en la categoría del yo singular, expone la voluntad de poder. La
voluntad de poder del individuo en su ahí real, se expresa como el deseo de un
cualificación ascendente; es un ir más allá de sus necesidades, superar  la uniformidad
del sujeto como ser social para lograr lo distinto, la diferencia modifica el carácter de lo
anónimo creando una nueva calidad definida como una especie de súper hombre. Esta
concepción fue asimilada por intereses de tipo político lejanas al planteamiento
filosófico, dando lugar a un pensamiento del cual se alimentaron el partido Nazi y
fascista. El racismo cuyo pensamiento es la superioridad del blanco se alimenta de
dicha idea.

La obra presenta otros contenidos de carácter filosófico en áreas secundarias, que


omitimos tratar para no hacernos  ampulosos. Ellos pueden tener vivo interés para
especialistas en dichas disciplinas. De nuestra parte esperamos haber alcanzado el
propósito. 
Personajes
 MIGUEL RIO FRIO
 JUAN MONTALVO

Reflexión
Juan María Montalvo Fiallos fue un ensayista y novelista ecuatoriano nacido
el 13 de Abril de 1832 que, a través de obras como las Catilinarias y siete
tratados, consiguió convertirse en uno de Los grandes referentes de
la literatura de su país.
Estudió gramática latina en el colegio San Fernando, Filosofía en el
Seminario San Luis (donde obtuvo el grado de maestro) y Derecho en
la universidad de Quito. En el plano literario, hay que decir que este autor que
viajó por Francia, Italia, España, Panamá y Perú, entre otros países, sumó
experiencia como colaboradora de la revista “El Iris” de Quito, editora de “El
Cosmopolita” (publicación desde la cual difundió sus escritos) y creadora de
obras como “El bárbaro de América en los pueblos civilizados de
Europa”, “El libro de las pasiones”, “De las virtudes y los vicios”, “Capítulos
que se le olvidaron a Cervantes”, “El último de los tiranos”, “Mercurial
eclesiástica”, “El regenerador” y “El espectador”. 
Juan Montalvo falleció el 17 de enero de 1889 en París víctima de una
pleuresía y, el 12 de julio de ese mismo año fueron repatriados a Ambato, su
ciudad natal, donde fue embalsamado y enterrado.

Opinión
Me parece una obra muy excelente la que me ha tocado porque hablas de ciertos sentimientos que
se vive en la sociedad, talvez no soy mucho de leer; pero esta obra me ha llamado la atención
porque tiene partes que motivan a seguir leyendo e interesarse más sobre el tema como la nobleza,
el cuerpo erótico, la política; cosas que pasan aun en nuestra sociedad y que debemos cambiar y ser
mejores personas y poner crear nuestra propias obras para que ágamos un mundo mejor

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