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Introducción
Contexto
Como hemos observado en las clases anteriores, el peronismo fue el movimiento que
posibilita el acceso de amplios sectores del campo popular a la vida cultural del deporte,
de las artes y de la recreación. Como gobierno, el justicialismo implementó una serie de
políticas públicas progresistas y expansivas para fomentar la producción y el consumo de
la prensa, el fútbol, el boxeo, la industria editorial, la radio, el teatro y el cine, entre otras
manifestaciones. Desde el punto de vista comunicacional, y sobre todo durante la primera
presidencia de Perón (1946-1952), se formó un sistema extraordinario de medios que le
disputaba por primera vez una porción de poder a la ideología dominante expresada por
los medios hegemónicos de la época. La prensa gráfica fue representativa de estas
posturas opuestas: por un lado, el bloque formado por los grandes matutinos nacionales
como La Nación y El Mundo o los vespertinos como La Razón, Crítica y Noticias Gráficas,
que eran los órganos que sostenían la oposición a la figura de Perón y los nuevos
significados sociales y culturales que aparecían a su alrededor; por el otro, algunos diarios
de menor alcance como el matutino Democracia y los vespertinos La Época, Tribuna y El
Laborista, que ya habían apoyado la candidatura de Perón y que ahora se posicionaban
como una alternativa a esos grandes medios. Los espacios radiofónicos también fueron un
terreno de disputa. Durante la campaña, se preveía en la normativa que los espacios de
propaganda debían ser similares, pero en realidad la mayoría de las emisoras, que no
simpatizaban con la tendencia nacionalista-peronista, se inclinaron por apoyar a la Unión
Democrática, reproduciendo los elementos estructurantes de aquellos influyentes
periódicos. Por su parte, las manifestaciones audiovisuales, sobre todo la cinematográfica,
sirvieron luego de vencer en las elecciones de 1946.
Desde el punto de vista audiovisual, la unificación de los noticieros, como por ejemplo
Sucesos Argentinos - Primer semanario cinematográfico, fue una de las herramientas que
serían claves en el fortalecimiento de la cultura peronista.
https://www.youtube.com/watch?v=yCeOA8V6ljA
La radio
La década del '40 fue una época de oro para la radiofonía, que estará vinculada al
peronismo desde la misma llegada del movimiento al poder. Este medio fue decisivo en la
campaña electoral de 1946, que llevó al triunfo a Juan Domingo Perón. El periodo
peronista coincidió entonces con una etapa de auge, donde proliferaron diversos
programas y nacieron nuevas emisoras. Los tipos de programas alternaron entre los que
ya se habían consolidado en el medio y nuevos subgéneros que comenzaban a ocupar
espacios en distintas radios.
Uno de los géneros centrales de la cultura de los ‘40 fue el radioteatro, que
había hecho su aparición en la década anterior y que ahora se impondría como
el subgénero dramático de masas por antonomasia, sólo sería igualada su
importancia con la difusión de la televisión a partir de los ‘60 y los ‘70.
En el radioteatro dieron sus primeros pasos importantes figuras como Hilda Bernard,
Oscar Casco, Susy Kent, Jorge Salcedo, entre muchas otras. Este género también le dio
visibilidad a muchos libretistas y personas vinculadas al ámbito del teatro, como Abel
Santa Cruz, NenéCascallar y María del Carmen Martínez Paiva, entre otros. Junto con el
radioteatro, triunfaba un subgénero hermano, la radionovela. Ambos formatos se
convirtieron en el entretenimiento popular más importante de esos tiempos. Entre los
artistas que participaban de estas expresiones estaba una figura que sería fundamental
para la historia nacional de los años posteriores, se trataba de Eva Duarte, Evita, más
tarde esposa de Perón y figura central de las políticas sociales del primer peronismo.
Estos géneros estaban dirigidos sobre todo al público femenino, también fomentaban las
reuniones familiares alrededor del aparato de radio. Los programas mantenían la
estructura del melodrama y elementos de la estética costumbrista nacional, por ejemplo,
uno de los programas más exitosos de la época, el radioteatro Los Pérez García, que
mostraba el día a día de una familia típica argentina. Pero aparecieron, además, diversos
subgéneros que también fueron muy importantes para las nuevas formas de consumo que
se generaban en una sociedad en plena transformación, por ejemplo programas de
humor, que alcanzaron muchísima popularidad, tanto por su calidad como por las figuras
que reunía, Niní Marshall y Luis Sandrini por ejemplo. Otros actores cómicos del momento
fueron Tincho Zabala, Pepe Arias, Juan Carlos "Pinocho" Mareco y Pepe Iglesias "el Zorro".
También estaban los programas musicales, como El fogón de los arrieros, con figuras
como Antonio Tormo y su grupo la Tropilla de Huachi Pampa, dedicado al folklore y que
sería el primer antecedente de los que en los ‘60 sería el nuevo cancionero popular.
Pero el personaje central que condensaba los conflictos que el peronismo traía como
nuevo campo simbólico en proceso constante de construcción identitaria fue
"Mordisquito", un alterego cipayo y gorila creado por el compositor, actor y cineasta
Enrique Santos Discépolo, conocido por escribir muchos tangos populares como
Cambalache, Yira yira o Uno.
En su famoso micro ¿A mí me lo vas a contar? Discepolín (apodo que le pusieron por ser el
hermano menor del famoso dramaturgo Armando Discépolo) dialogaba imaginariamente
con aquel personaje sobre la nueva realidad social, política y cultural que vivía el país a
partir de la llegada del peronismo. Su compromiso político y su militancia fue motivo
suficiente para que la elite intelectual lo denostara y excluyera del supuesto canon
estético de la época.
https://www.youtube.com/watch?v=3Nn2XXUvLgs
“Una curiosa adoración, la que vos sentís por los pajarones, hizo que el país retrocediese cien años. Porque
vos tenés la mística de los pajarones y practicás su culto como una religión. Cuanto más pajarón él, más
torpe y más crédulo vos. Te gusta oír hablar a la gente que no le entendés nada, la que te habla claro te
parece vulgar. Yo también entré como vos y, ¿por qué no confesarlo?, me sentía más conmovido frente a un
pajarón que frente a un hombre de talento. El pajarón tiene presencia, tiene historia larga, la que casi
siempre empieza con un tatarabuelo que era pirata. Yo también me sentía dominado por los pajarones
cuando era chico. Ahora ¡No! Cuando era chico, sí. ¡Pero no ahora Mordisquito! Salvate de los pajarones. El
fracaso —por no decir la infamia— de los pajarones fue lo que trajo como una defensa a Perón y Eva Perón.
Pero no fui yo quien los inventó. A Perón lo trajo el fraude, la injusticia y el dolor de un pueblo que ahogaba
de harina blanca y una vez tuvo que inventar un pan radical de harina negra para no morirse de hambre.
Tampoco te lo acordabas. ¡Ay, Mordisquito, que desmemoriado te vuelve el amor propio!”
La radio fue, por supuesto, un ámbito de contradicciones y de luchas ideológicas. El
peronismo aprovechó el potencial del nuevo medio no solo para fomentar nuevos
contenidos y nuevas estéticas sino que lo utilizó como motor de propaganda y difusión de
un nuevo ideario político y cultural que necesitaba alcanzar nuevos receptores. En este
marco, el gobierno comenzó a utilizar de manera sistemática la cadena de radiodifusión
durante los horarios centrales para transmitir actos y comunicados oficiales, situación que
por supuesto generóel malestar de las radios comerciales, que querían cuidar lógicamente
sus réditos publicitarios.
“En el mundo hay sólo dos grandes cadenas de diarios, revistas y órganos diversos: las que
responden a la tendencia occidental, dirigidos, manejados y financiados desde la ‘Sociedad
Interamericana de Prensa’ (SIP) con sede en Nueva York, y los diarios rusos que funcionan detrás
de la cortina europea y la cortina asiática. Los rusos manejan todo desde Moscú por órganos
oficiales de propaganda. Los occidentales, en cambio, simulan hacerlo con empresas privadas, de
acuerdo con los principios que simulan sostener, pero los perros son los mismos aunque varíen los
collares. Escapan a esas agrupaciones regimentadas, por uno y otro sistema, los diarios ingleses
que, como su gobierno, están algunas veces con Washington y otras con Moscú”.
En este marco, en octubre de 1953 fue promulgada la Ley 14.241, la primera en el campo
de la radiodifusión sancionada con el Congreso y que apuntaba a la soberanía nacional en
un contexto geopolítico particionado. Pero todo este programa se terminaría en 1955 con
la dictadura autodenominada “Revolución Libertadora”, que además volvió a privatizar la
mayoría de las emisoras. La década del '50 fue, finalmente, la del nacimiento de la
televisión, que se expandiría en el decenio siguiente desplazando a la radio de muchos de
los ámbitos de la comunicación masiva que había ocupado.
En el presente, por supuesto que la radio sigue vigente, aunque con otras características.
En parte se reconfigura a través de nuevos dispositivos y nuevas tecnologías. En sus
aspectos estructurales siendo un espacio mediático con un alcance cultural significativo
donde se sigue representando la disputa simbólica entre las tendencias antagónicas
descriptas: la conservadora (y hoy neoliberal), expresada en muchos medios que, como
hemos observado, existen desde la época peronista (o desde antes), y la popular,
expresada por los espacios que reivindican los contenidos nacionales que transmiten una
cultura y una ideología nacional actualizada al contexto.
El Cine
El cine del periodo anterior a la llegada del peronismo, ya había comenzado a retratar una
serie de temas que serían parte de la agenda social y política de los años posteriores. El
director Manuel Romero es una de las figuras que pudo representar ciertas formas de lo
popular en películas como Mujeres que trabajan (1938) oElvira Fernández, vendedora de
tienda (1942), ambos melodramas que aportaban además alguna problemática social
relacionada al universo del trabajo. Junto con directores como Mario Soffici, director de
Prisioneros de la tierra (1939), inician una tradición de “cine social” que explicita un
discurso crítico más o menos profundo a las condiciones sociales de la década de 1930 y
que será fundamental para comprender toda la historia cinematográfica nacional
posterior (Couselo 1992, España, 2000).
https://www.youtube.com/watch?v=vPWaSeUhXvU
Este ejemplo solo sirve para mostrar como adquiere relevancia un tipo de película que
apela a una nueva subjetividad social. En este tipo de casos se confirma la importancia
fundamental de las imágenes fílmicas para la producción de ideología.
La influencia del peronismo en las producciones audiovisuales posteriores a 1955 fue tan
determinante que su análisis amerita un estudio que excede esta síntesis. Sin embargo,
debemos mencionar dos momentos fundamentales para la historia cinematográfica
nacional. El primero de ellos es el que se da entre finales de los años ‘60 y comienzos de
los ’70. Luego del “nuevo cine argentino” de los ’60 surge con toda su fuerza, y en toda
Latinoamérica, un cine político y militante, que prolifera desde los márgenes y comienza a
denunciar las diferentes dictaduras que oprimen las manifestaciones de la cultura popular
y nacional.
El ejemplo más contundente es el del Grupo Cine Liberación, que filma entre 1968 y 1972
una película fundamental para entender las tensiones de la época: La hora de los hornos
(1968/1971), en la cual Fernando Solanas y Octavio Getino realizan un extenso montaje a
partir de la idea del cine como objeto de funcionalidad política y coyuntural. Recién pudo
ser estrenada con la vuelta de Perón, y el slogan promocional rezaba: "18 años de lucha
para que todos los argentinos pudieran verla".
Resultado de ello es su película Perón, sinfonía del sentimiento (1999), una historia
monumental que dura más de cinco horas y media.
La obra fue concebida para ser exhibida por televisión en forma de capítulos y busca
presentar el fenómeno del peronismo con abundante material documental y contextual.
La película alterna el relato histórico con imágenes documentales, muchas veces
procesadas y montadas sobre dibujos que buscan reforzar el sentido de las imágenes,
todo ello sobre un fondo musical compuesto de modo articulado con conocidos temas de
los estilos más diversos. Ha sido entregada por el director para su difusión y puede verse
en varios sitios de Internet. Por último, solo agregar que el audiovisual contemporáneo
continúa resignificando el imaginario y la identidad peronista en numerosas producciones
cinematográficas, seriales o televisivas, que contribuyen a fortalecer una de las culturas
más fascinantes que ha dado la historia social y política de nuestro país.
A modo de cierre
Esta clase presenta una descripción sintética de la relevancia que dos manifestaciones
audiovisuales, radio y cine, tuvieron en la construcción de la identidad y de la cultura
peronista. De ninguna manera este breve escrito agota los enfoques, posturas y
perspectivas posibles para abordar un fenómeno tan complejo como es la relación entre
prácticas culturales significantes y la dimensión de la política y lo político. Esta es una
aproximación a nombres, a fragmentos de nuestra historia y producciones
comunicacionales y artísticas que forman parte de alguna manera de la construcción
progresiva y constante de un sentido fundamental para cualquier persona que quiera
analizar el entramado político y cultural de nuestra nación.
Filmografía recomendada