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PRESENTADO POR:
CARLOS EDUARDO LIZCANO RÍOS
PRESENTADO A:
LAURA PATRICIA POSADA
Se resalta que el campo es el escenario de la guerra y que parte esencial de los grupos
alzados en armas y el mismo ejército colombiano están compuestos en gran porcentaje por
combatientes de base campesina. También se señala que con la penetración del
narcotráfico en el campo el proceso de concentración de la propiedad se ha acentuado, lo
que dificulta el funcionamiento del mercado de tierras y el acceso a la propiedad rural de
parte de pequeños y medianos productores.
De otra parte, se espera que este documento sirva de insumo para el diseño de políticas
públicas y recomendaciones que propicien reparación y reconciliación, particularmente con
relación a la restitución de bienes y la recomposición de relaciones socio–territoriales, desde
una perspectiva de ordenamiento territorial. Como último aporte, se introducen elementos
que permiten comprender el proceso del despojo asociado al territorio. Es decir, se aborda
el problema del despojo intentando trascender el tema de la propiedad y de los bienes, para
introducir una dimensión expuesta por comunidades campesinas, afrocolombianas y los
pueblos indígenas, poco reconocida en las discusiones sobre Reparación y Restitución. Ello
porque existe una limitación conceptual que amarra la construcción de políticas a los bienes
materiales, olvidando los vínculos simbólicos y culturales construidos por las comunidades
con el espacio, el territorio y los lugares.
DESARROLLO DEL TRABAJO
Una revisión de la bibliografía nacional sobre el despojo de tierras5 , muestra que se han
realizado varias reconstrucciones académicas e institucionales de casos específicos de
despojo de tierras, pero con contadas excepciones no han existido iniciativas para precisar
conceptualmente el tema y desarrollar un marco teórico preliminar que permita abordarlo,
no ya como un proceso espacio-temporalmente localizado y circunstancial, sino como la
resultante de un proceso general que permita su comprensión en términos más analíticos.
Algunas entidades gubernamentales, organizaciones no gubernamentales e investigadores,
han contribuido con la elaboración de tipologías que desde diversos ángulos intentan
aprehender los métodos a través de los cuales son despojadas las comunidades de sus
propiedades. En un ejercicio preliminar de tipología el Ministerio de Agricultura y Desarrollo
Rural ha propuesto cuatro categorías de despojo, compuestas a su vez por varias
modalidades así:
Compra ventas irregulares: por la fuerza, por dolo, por inducción de error, precio que no
corresponde con el valor comercial, lesión enorme.
El proceso más reciente de despojo sufrido por las comunidades campesinas y los grupos
étnicos en la historia política y social colombiana posee sus propias características, según la
región y la época. Las causas, las consecuencias y las modalidades del despojo varían de
un caso a otro, aún dentro de una misma región y en una misma época, exceptuando tal
vez el caso del pueblo Kankuamo y de las comunidades afrocolombianas de Jiguamiandó y
Curvara do, en los cuales puede detectarse con mayor facilidad cierta homogeneidad en las
técnicas y las razones para el despojo. Los demás ejemplos de despojo pueden combinar
de manera compleja y variable la coerción física con la movilización de recursos legales –
judiciales, administrativos y políticos–, o bien pueden caracterizarse por el uso preferencial
de uno de estos instrumentos. Igualmente, para cada caso puede encontrarse que el
desalojo de la población rural y, subsecuentemente, la apropiación de sus tierras por parte
de actores armados o de sus aliados económicos, obedece a una complicada conjunción de
móviles y tipos de aprovechamiento militar, económico y político. El despojo en sí no
siempre es el objetivo de las actividades bélicas y económicas, puede ser desde el inicio el
instrumento de un fi n mayor de tipo militar, económico, político. Tampoco se puede afirmar
que el despojo conduce en orden lógico al desplazamiento o al abandono de propiedades y
territorios, pues parece no existir un orden lógico en el que un hecho se suceda con
antelación al otro. En muchas ocasiones el desplazamiento antecede al despojo, y el
abandono antecede al desplazamiento. En algunas ocasiones se fusionan usos,
primordialmente estratégico-militares –despeje de un corredor geográfico para
abastecimiento, por ejemplo– con usos de perfil más económico. Sería el caso de la
apropiación de lugares de ubicación de recursos naturales, ejecución de macroproyectos de
diversa índole, o incluso el establecimiento de rutas de mercado ilegal asociado al
contrabando de armas y drogas. También puede haber no uso alguno si el objetivo es
desarticular el tejido social.
Tanto paramilitares como grupos guerrilleros han utilizado extensamente como estrategia
para el vaciamiento de un territorio determinado, tanto la amenaza focalizada sobre una
persona, una familia o un grupo puntual, como la genérica contra una comunidad o región
rural. Emitida la amenaza, en la mayoría de los casos el mensaje se difunde azarosamente
a través de la red social, generando el abandono de territorios enteros como medida
preventiva por parte de las comunidades rurales. La amenaza dirigida a persona definida
genera el desplazamiento gota a gota de familias e individuos. Es un proceso gradual y
puede obedecer a un plan medianamente estructurado y deliberado de parte de un agente
social colectivo que toma parte en la confrontación militar inherente al conflicto armado. Con
mucha frecuencia pueden encontrarse en los medios de comunicación masiva y en los
informes institucionales relatos de personas desplazadas que recibieron directamente la
orden de abandonar su lugar de residencia o de trabajo de parte de un emisario enviado por
un grupo armado. Esta modalidad de despojo es tan habitual y representativa que inclusive
las expresiones lingüísticas con que se comunica la orden de abandonar el lugar se han
convertido en adagios o aforismos de guerra: “O se va o lo voy”, “Usted escoge: se van
todos juntos o se va la viuda con los hijos”. En otros casos, el actor armado adelanta una
campaña masiva de expulsión, acotada en el tiempo, logrando el desplazamiento de
veredas y pueblos enteros en cuestión de días [ CITATION Jua18 \l 9226 ].
El territorio es definido como base y fundamento para la existencia tanto de los pueblos
indígenas como de cualquier otra sociedad. La tierra concebida como madre y gestora de
una cultura propia, es expresión del pensamiento telúrico del indígena. En ella se plantea
una cosmovisión de enlace vital entre la tierra y el hombre, entre la tierra y la comunidad
[ CITATION MON20 \l 9226 ]
en esta región se habían titulado 132 Territorios Colectivos de Comunidades Negras con
una extensión de 4.717.269 hectáreas, equivalentes al 4,13% de las tierras del país.
El segundo grupo corresponde a las comunidades raizales del archipiélago de San Andrés,
Providencia y Santa Catalina, de raíces culturales afro–anglo–antillanas, cuyos integrantes
mantienen una fuerte identidad caribeña, con rasgos socioculturales y lingüísticos
claramente diferenciados del resto de la población afrocolombiana. Utilizan el bandé como
lengua propia, y como religión originaria la protestante. El tercero grupo es la comunidad de
San Basilio de Palenque en el municipio de Mahates (Bolívar). Este pueblo alcanzó su
libertad en 1663, constituyéndose en el primer pueblo libre de América. Allí se habla otra
lengua criolla afrocolombiana: el palenquero. Y una cuarta agrupación corresponde a la
población residente en las cabeceras municipales y grandes ciudades [ CITATION IEP17 \l
9226 ]
. Sin embargo, como anotan algunos líderes afrocolombianos, la consecución del título de
propiedad colectiva para el caso de los territorios de comunidades negras del pacífico
colombiano no garantiza nada. Los atropellos contra la población y su cultura y las
amenazas tanto a los recursos naturales como a los sistemas tradicionales de producción
se han incrementado en los últimos años.
El concepto socio cultural de territorio elaborado a través de la historia por las comunidades
negras, debe ser complementado con los conceptos sobre el territorio de comunidades
negras incorporados en el ordenamiento jurídico y político del Estado Colombiano
[ CITATION PNU16 \l 9226 ].
CONCLUSIONES