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COMUNICADO DE LOS OBSERVADORES

24 de septiembre de 2018

Al finalizar nuestra misión en Ecuador de los días 17-21 de septiembre de 2018,


anticipamos algunas de nuestras conclusiones que estarán presentes en el informe final
de la misión, que completaremos y publicaremos en el transcurso de los próximos días.

Por el momento podemos hacer las siguientes consideraciones:


1. Expresamos nuestra grave preocupación por las condiciones en que se encuentran la
Democracia y el Estado de Derecho en Ecuador, ya que está en curso un proceso de
concentración de poderes en manos de la Función Ejecutiva, con una profunda
alteración del principio de separación de poderes en el cual se funda todo Estado de
Derecho.
2. Hemos detectado numerosos elementos convergentes que nos hacen pensar que esta
alteración de los equilibrios constitucionales e institucionales del Estado tienen como
finalidad el fortalecimiento de la actual estructura política y el aniquilamiento de
cualquier forma de oposición política y social, actualmente liderada por el ex Presidente
Rafael Correa y los ciudadanos ecuatorianos.
3. Solamente en este contexto se puede comprender el actual fenómeno de
“desinstitucionalización” del Estado, judicialización de la política y politización de la
justicia, con evidentes señales de persecución judicial en contra del ex Presidente Rafael
Correa y el ex Vicepresidente Jorge Glas, cuyos juicios – no por casualidad –
empezaron prácticamente en el mismo período.
4. Constituyen elementos de confirmación de las anteriores consideraciones las
violaciones del derecho constitucional, penal y procesal, del derecho nacional e
internacional, que muchas veces hemos detectado en relación a estos casos. Cosa nunca
vista hasta el momento en un estado democrático de derecho, y que, más bien, tienen
mucho en común con lo que hemos visto y estudiado en los regímenes dictatoriales.
5. Gravísima, en particular, la total ausencia de jurisdicción en el caso Balda: según
nosotros es evidente que, en base al derecho ecuatoriano y el derecho interamericano, la
jurisdicción pertenece sin ninguna duda a la Autoridad Judicial de Colombia que
investigó, ya condenó a algunos responsables y continúa indagando el caso. No hay
motivo, ni razón legítima, ni fundamento legal que justifiquen la investigación abierta
en Ecuador.
6. Se evidencian, tanto en el caso Correa-Balda como en el caso Glas, violaciones
igualmente graves de los principios de legalidad y no retroactividad de la ley penal,
fundamentos del Estado de Derecho y que han sido ignorados totalmente por la Fiscalía,
la cual pide la aplicación de leyes penales no vigentes al momento del delito cometido.
El defensor señala, según lo que consta en el expediente fiscal, que es evidente que el
señor Balda formuló ampliación de la denuncia ante la Fiscalía de Colombia, señalando
que los Autores Intelectuales eran Raúl Chicaiza, Diana Falcón y otros, así mismo
indicó que también era responsable el presidente de Ecuador y Altos Funcionarios del
gobierno; pero la misma Fiscalía de Colombia en acto administrativo inadmitió la
denuncia, por no cumplir lo señalado en el artículo 250 de la Constitución de Colombia
y no aportar elementos claros de convicción que permitan inferir la responsabilidad del
jefe de Estado de Ecuador. La Fiscalía de Colombia requiere se emita una orden de
captura contra Chicaiza, Falcón y Espinoza, a fin de realizar audiencia preliminar de
formulación de imputación en Colombia, pero es el Estado de Ecuador, quien ahora está
entorpeciendo el libre tránsito del ejercicio del poder punitivo y jurisdiccional de la
República de Colombia.

7. También se detectan graves manipulaciones de la prueba y los principios básicos del


derecho penal y procesal, como demuestran las modalidades de la detención de Raúl
Chicaiza, irrespetuosas de la ley: se habla de delito flagrante, cuando hay total
inexistencia de flagrancia (¡muchos años después de los hechos!), las violaciones de la
reglas de competencia del Fiscal, escogido ad-hoc y fuera de toda norma, orden y
principio, y el incumplimiento de las reglas de evaluación de la prueba, dado que falta
cualquier elemento probatorio que confirme las declaraciones de Raúl Chicaiza.

El hecho de que, no obstante esto, la Fiscalía insiste en llevar adelante un juicio fundado
en estas frágiles bases, y que en nuestra opinión no se ha garantizado suficientemente la
igualdad entre las partes procesales, con una evidente desventaja de la defensa de Rafael
Correa, Jorge Glas y otras personas vinculadas con Rafael Correa, constituye un indicio
de que en Ecuador hoy en día hay una verdadera “persecución política a través de la
justicia” en contra de toda una parte política y social que representa la única real
oposición en el Ecuador.

En los próximos días vamos a difundir un informe final sintético de nuestra misión en
Ecuador, que se publicará y enviará a los organismos internacionales competentes.

LOS OBSERVADORES INTERNACIONALES SOBRE EL CASO ECUADOR

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