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l/ela¡
Sergio Galarza

Lleval>an iuntos poco más de dos años. Aún sin


¡rlancs clc
tener niños.A pesar de que la maclre de l_aura le reclamaba al
menos un<¡ cada \¡ez que se r,-eían. Según ella, lo lógico era clue una
pareia,luego de casarse, tuviera hijos. y d«¡s años t a le proclucían
ciertas dudas s«rbre Ór.rq su ys¡¡,).
l)e su paite, Óscar no se hacía problemas. A éi le iban y Ic
krs reclam<¡s de su sregra, a la cual ffataba cre r.'er lo rnen.s
'enían
posible. No tenía nada c<¡nrra ella. tiimpleme,te, cra una de esas
pefsorlas que a primera vista le c¡ean anticuerpos a uno.
Oscar 1, Laura mantenían una relación estable, normal, conto
cualq,ier matrim.nio jo'en. Discutían cie vez en cuanclo. Él
mazaba con golpeada, pero nunca llegatra a cumplir su palabra.^rn"-
Dc
srrlo imaginar <1ue l-aura co,ena cr¡n la cara hinchada a llamar a
sus hermanos, ()scar sufría una parálisis cle los purios.
l)iscurían sobre cosas insignificanres. Como ahota.
-;P<rr qué k¡ inr,'itaste?
-Los invité a ambos. Le dije alaviu c¡ue rrinie.ra ctin Sus1,.
-Entonces, ¿por qué los inr.itaste?
-Creí que Susl, te caía Lrien.
-]avier era un compañero de trabaio de (iscar. Ádcmás, tam-
bién había sicio compañero Ce trabajo cle Laura, l, aclemás novicr
cle ella por un buen tiempn. A Laura le incrxiroclaba la presencia
de lavier, pues no grrardaba recuerdr¡s rnuy agradables cL su rela_
cicin, o si l.s tenía, prefeÁa mantenerlos en el iugar más recóndito
de su memoria.
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Seryio Galrttaa
1ü +ia I ?/as 425

It -En todo ca--qo, debiste de avisarme con más tiempo. Qué -Rien, krs vi la semana pasada.
t diablos voy a preparar -le increp ó Laura a (')scar.
-lVe alegro. A mi hermana van a operarla en url paÍ de días.
it -Eso nc> importa, basta con krs tragc>s -se encogiti de horn-
bros éi, como a quicn le da kr mismo.
-Parece que van a cerrar la agencia de -]a.,'ier Prado -<Iiio (is-
il -¡No! Tú bien sabes que no me gusra recibir a la gente con
car'. buscando la milada cónrplice de
-|ar.ier. Ambos oclial¡an esas
cr¡nversaciones de mujeres sobre Ia farniüa o lo cara que estaba la
f ias manos vacías. carne en el supermercado.
a -Pensé que n() te llevabas con -favier. -Sí, ayer escuché algo así --favier hizo una pausa para prender
t -Estás desr.ian<-lo la cr¡nversaci<in. Ese nr> es el punto.
Laura le clio la espalda a (iscar
tin cigano, pero kr apagrl al instante, recr>rdando Ia rrranía de ios

a 1, se encerró por unos minutos


cn el cuarto. I-uego saliri cambjecla cr;,n oil:o r¡estido, uno largo,
dueñ«>s de casa.
Tanto ()scar comr¡ Laura detestaban el humo,
a tipo chica de la pradera. Cogió las llar-es del cairr> que esraban
sea cuai fr.iere
su origen. Cuando Laura cocinaba. usaba una rnascrrilla de enfer-

a encima de la barra de la cr¡cina


mento tirando la puerta.
1,, sin <lecir nada, salió del departa- ffiera 1r abría todas las ventanas del departamento. Nfientr¿s ta,nt(),
()scar se refugiaba en el cuart<> o en el bario a leer cl periciclico.
,# Esa era una de las razones por las cuales preferían comer afiiera.
* Para cuando Laura voh.ió,
-|al'icr ), Sus). ya habían llegadr>. Saiv<r excepcir,rnes, como cuando la plata nri les alcanzal¡a: es de-
* E,sto la enfacló aun más. Detestaba que la r.ieran cargand<> bolsas, cir, ahora por eiemplo.
# aparuda, haciendo tr>do a iiltima h<¡¡a. Sobre todo si eran los invi-
-¿Se refieren a la sucursal donde te cr¡nocí? -la pregunta dc:
rt tados quienes la .i'eían.
Los saludri sin milar, pues las bolsas le pesaban una tonelada,
Laura a Javier, aderrás de innecesaria, le pareció mal intencionada
a ()scar.
{ y sus brazos comenzaban a ceder'. A las justas lleg<i a depositar las Susy tarnbién se sintió, en cierta manera, aluciida por la ple-
* compras enlabarn de l¿r cocina. (iscar ni se molestó en al,udaria. gunta. Per«r c<¡tno era de esperarse, se quedó callada durante el
Espero a que termioara d.e vaciar las bolsas, para avisarle
{ había llamado por teléfono panque trajeran la corrrida.
eue 1:¿ restr> de la reunir'>n.

-En realiclad, no entiendo por <iué van a cerrzrla secó su


{ Laura se sirvió una cerveza del reñigerador a ence-
-()scar
r¡aso )¡ camHó cl r,odka por una cet.yeza que cogiri de1 r.efrigeraclor'.
1. 1.e114,i
{ rrarse por un par de minutos en el cuarto.
-¿Te acuercias cuando nos aqar:ró aquel temblt¡r en lh oficina
a -FIa tenido un mal cha -la excusri Óscar-. y vo estaba en el baño?
-ante la s()ruisa deJavieq Laura cr.,n'.inuó-.
a *No
parece -dijo Sus1, al r-eda salir-del cuarto-. Ese vestidr¡ te Tu novio sí que es toclo un caballero, Sus1,. p,r. el íinicr¡ que se

t queda mr:chri meioq Laura.


Javier pre6nr'¡ <;byiar c<tmentarios r. se sir-viri ()tlo poc() del
quedó a a¡rdarme. ¿Puedes creer cllre se me trab<i la puerta? Qui-
zás por eso...
{ rrcdka clue estaban tomando.
a Laurz se sentri al frente de (iscar., cruzanclo las.piernas. - . .
..i:-i:f,:rl -la.
-Conr¡ciéntlote, estoy seÉluto <1ue ru núsma trabaste la puerta
iriterrumpi<i ( )scar.

a -¿Cómo están tus hermanr>s? -le preguntri Susl, rrüenras le i.Ji siquiera Sus1, pudo evitar reírse. Hacia rat<¡ que Óscar ha-

e deba su.r'aso aJavier, pidiéndole quc le pusiera basrarlte hielo. bía advertjdr¡ hacia dónde apuntaban los comentarios de su rnujer

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-E!1
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126 .feryio Ga/ar1a


l'e/tts .+21

\- n() estaba dispr-resr. a hacer el'idículr¡" Acluella ser-nana, el tra- ()scar sugirió c¡ue ser{a bueno t()rrrarse Lrnas f()tos. lluscri su
baj. 1o había dejad., prácticamente, muerr(). Tr¡clr¡s mcn<is sus1,
cámara dc f()t()s en ei closet del cuartr>. peto al no cnconrraria,
trabajaban en el mism. banc., s.lo c¡ue en diferentes sucursales.
comenzri a gritar'. Laura se tapó lr:l:: oíd<1s..|zii'ier subiii cl r-t>lunrcrr
I-aura trabajaba en i\'iirall()res; \: óscar r Jayieq en l-i.nce. Los rres
del ecluipo. Y Susv terminó por roÍnper su collar cle tanto jugar
cran caieros. L,.l sucldo clue ganaban apenas si les alcanzaba para
con é1. L,a calma r.oh,iri a instatitarsc cuando Oscar encont-r..<i la
ct»nt'¡ ell.s cluenan, Iibres de p,e<>cupaci.nes, sin reclam,s
'ivir
e. k>s b'lsill.s.
cámai:a. Lcs pi<1ió a lr-¡s tres que se sentaran iuntos en el sofá sran-
sin cinba.g. a menud. sentían la arnenaza tle un de, donde Susv hacía un esfi¡erzo inirtil 1:or rec()mp()ner su collar'.
rer'és en strs r.idas.R¡r ell., se rec,rseaban cada \¡ez que pr>ciía.,
.|ar-ier se sentri al medio. I-aurra a su iz<1uierda.
utilizandr¡ per¡uerias artit-nañas clue tr>do caiero clebe apren<Ier..
-Vamr>s, cambien esa cara de hambrientos -intentri btortear
-\krr a p()ner algo de mírsica trierntras llesa la cr»nida -<iijo ()scar.
Javier'. Flizo un par de intentr>s más por carnbialles el árumo.
()scar mi¡ri su relt.,j y se pregurtri p'r qué clemr¡raría
ia.t<.¡ el Al no cambiar nada, carg<i el fiash y tomó la [oto. C<¡n el clis-
chic<i de la comicla. I-larnó por reléi?rn«r para preguntar el porqué
paro cle lacámara, se apagaro!1 las luces. La sala quedri a. oscuras.
cle la dem<>ra, pcr<> estaba .cupaci..
Jar.ier puso un üscr,r si, fiiar-se Sc hizo el silencio pr)1'ur-r()s minut()s.
<1e <1uién era, per() la tonada le resultó agraclable
v Io clejri se¡Eui..
Lueg, r'e'isri cl peclueñ. estante de [bros que estaba al cr>sta<]<> -E,sos terruc()s de mierda no 1o deian a uno cn paz -se queió
_f
x"ier.
clei e<1uipr> «-lc mírsica.Enc.nrró purr>s títulos de psicorogía barata
Aquella era la tercera vez en la semana clue el departament()
y a*t,estL¡a, así cr»a. una gran cantidad de llbros de decrracirin,
de Óscar y Laura se quedaba a osctiras. Para sus amisos era la se-
lo cual le ilan-rri la atención, pues el departamento de sus amigos
gunda reunión en ckrs semanas que se veía amenazada de terminar
no ¡rarecía haber asi:nilad<> nada cle aquellos libros.
antes de io pensaclo. La semana pasada había oci-i¡ridr¡ lo mistnrr
Susr, 1' Laura penrranecían sentadas en la sala, evitando cru_
durzrnte el curn¡rleaños del papá de-far.'ier.
zar miladas, recurriendo ci>n desesperación a cualquier cosa quc
-Tendremos <¡ue utilizar las r.eias que me regalri mamá el ()tr()
cnc()ntraran a su ah-etlerlor. Susl, iugaba c()n su c{rllar 1, Laura nr¡
üa -rü]r» Laurn.
paraba de clade r.ueltas a un adorno en forma de telelisor.
r\sí com. estaban, k>s cr_ratr<¡ parecía, e\traídos de un cuaclr<¡ -No crco -la cr¡ttó (iscar.
cle fi.pper. -¿Por c¡ué? Nr¡ me digas c¡ue... -Laura intul'ó kr peor.
Su b<;r'r.sa existcncia se veía apremiacla p()r su misirra
juventud, que, en el umbral de l<_¡s treinta años, krs hacía sentir. -Las boté, no me gustaban,
L¿r cahna aparente vr-,lviri a verse agitada por un cortcierto de
com() slrs padres. Como elr esta noche, buscaban disfrazar sus
gr-itos v vas()s rotos. No podían verr,e las caras, lo cual ponía aírn
lriserias cle indiferencia, sometiénck¡se a la rrr'd<irra del alcrhol mas enfriricos a Laura ), ()scar. -Tal'ier i'Susv tar¡l¡iér-r ¡,arricipaban
1, las palabrás intrascenclentes. R)rque a pesar de los
¡iequeños de la discusión, sin saber p<>r qué.
r()ces clue pucüeran tener cnffe elios, ninuuno poseía la fueua para
enfrentar a Los otrtir; o a sí mismr). -¡iv{e irnporta un pincho k-r que diga ru madre! -ftie lo úlimr-¡
que dilo Osca,, antes de estallar la ventana que daba a la calle.
-Javier,Jarrier-liamó Susy a su nrxio en medir¡ de ia oscuridad.
Set.gio Ca/nrar

Sc abraz:ar«in v abandonaron el departanlento.


()scar Laua-. ¿Por qué meior urr
-¡\,'iste eso? -le preppntó a
Irrnzan bombas a tr>das las casas ): n()s matan cle una vez? Tetruc()s
dc mierda -se asr¡mri por la ventana lota ): (¡bservó P()r un m()-
lucnt() el descontrr¡l calleiero, gente corrienclo de un laclo a ()tr'()
c()nl() muertr>s escapando de sus rumbas.
,\l cabo de un lato se escucharr¡n las ¡lrimeras silenas.
(iscar seguía mirando p()r la ventana, c<>u los brazc¡s pegad<>s
al cuerpo y la cámara de fotos colgándole del cuelk>. Imaginci qrré
tan diferente hubiera sid<-¡ sr: r,ida si se hubiera hech<> reportero de
La canridad dc ciudades que visitaría r, las múltipies avcrl-
suc:1rr-a.
n-rras clue correría, muchas \¡eces a riesgo de su propia vida. E,n
ese m()mentr¡ dese<i tener una bomba en sus man()s ), dinamitar cl
banco donde, cüa tras día, tenía que soportar las quejas de la gcrtte
micntras reaiizaban sr:s operaciones en la .,,entani1ia.
-Siteme un trago -ie piditi aLaura.
-No tenías por qué botar mis velas -le rec<>rdó ella, buscancl<r
a tientas la puerta del cuarto.
(')scar se diio clue 1o mejor era no darle la contra a su muier.
Ilstaba a punt() de aiejarse de la r.entana cuando un carr() fr-enó al
pie <Iei edificio c¡uemando llantas. Un chico cofl una mr¡chila cua-
clrzrda que parecía c()ntener comida bajó del carro. Supus<r quién
pero el hamble Ia se le irabía ido. Tir'ó su cán1 ta por la rren-
crra,
tana, se alejri de esta pisafld() con fi-rerza los peclazos de vidrio que
regaban el pisr> y entrr'> al cuarto. Larira estaba desnuda sentada a
un costado de l¿r cama. La contempki por un 1?to )¡ se desvistiri.
Se acercó a ella y comenzaron a iugar. Era una buena táctica para
hacer las paces. Sin palabras, luz, ni cancic¡nes.
Luego, cuand<> la tur.o bajo su t'ierntte, pensír <¡ue 1,a nada iba
a carlbiar su vida. Nada, nada. Y nci le irnportó que los hermanos
de I-aura pr-rclieran qolpearlo.

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