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La Primera Guerra del Opio supuso el primer conflicto internacional relacionado con el

narcotráfico. Inglaterra protegió con su armada el tráfico de opio entre la población general de
China, algo que era ilegal por decreto imperial.[4]

Los chinos llevaron el opio a México por el puerto de Mazatlán y se dieron cuenta rápidamente
de que las condiciones climáticas de Sinaloa permitían el cultivo de esta planta. Así fue como
se iniciaron las primeras rutas de narcotráfico hacia los Estados Unidos por territorio mexicano.

Los nazis alemanes descubrieron dichos caminos de tráfico de drogas de los chinos.[5]

La fragmentación de la URSS provocó que muchos arsenales soviéticos, en manos de regiones


separatistas, entraran en el mercado ilícito de armas, en el que narcotraficantes y grupos
políticos radicales fueron sus clientes principales.[cita requerida]

En el 2005 el "United Nations World Drug Report" estimó el valor del mercado de droga ilícito
global durante el año 2003 en US$13 mil millones a nivel de producción, a US$94 mil millones
al nivel de precios de mayoreo, y a US$322 basándose en los precios del menudeo y tomando
en cuenta las pérdidas en el proceso.

Posición del gobierno estadounidense Editar


Véase también: Implicación de la CIA en el tráfico de drogas
El gobierno de los EE. UU. se ha comprometido plenamente en la lucha contra el narcotráfico.
El gobierno federal estadounidense es un antagonista muy enérgico de la industria de droga, y
se rige de acuerdo a las normas internacionales con respecto a la legalidad e ilegalidad de las
drogas. Uno de los ejemplos más controvertidos es el Plan Colombia.

Las leyes particulares de los estados varían mucho entre sí, y en algunos casos contradicen las
leyes federales. A pesar de la posición oficial del gobierno estadounidense contra el comercio
de droga, agentes gubernamentales estadounidenses y sus diversos recursos se han visto
implicados en el comercio de droga.[cita requerida]

Oliver North, Barry Seal y Albert Albesa fueron atrapados e investigados durante el escándalo
de Irán-Contras, implicados en el uso del comercio de droga como una fuente clandestina de
EE. UU. para beneficiar a los Contras. La página 41 del informe Kerry al senado
estadounidense en diciembre de 1988 dice que "de hecho los mayores responsables de la
política estadounidense no eran ajenos a la idea de que el dinero de la droga era una solución
perfecta a los problemas financieros de los Contras."

El veterano de Fuerzas Especiales, el militar coronel Bo Gritz (jubilado), ha acusado a su país


de colaborar con Manuel Noriega en el narcotráfico. En su libro Called to Serve (Llamados para
servir, aún no publicado en español), Gritz detalla su papel como un importante empleado del
Gobierno estadounidense atareado con proteger la relación de EE. UU. con Noriega.
Contrariamente a sus metas oficiales, se sabe que el gobierno de los Estados Unidos ha
intentado suspender las investigaciones científicas acerca de las consecuencias del consumo
de sustancias adictivas. Por ejemplo, en 1995 la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el
United Nations Interregional Crime and Justice Research Institute (Instituto de las Naciones
Unidas de Investigaciones Interregionales sobre Crimen y Justicia) (UNICRI) anunciaron, en
una conferencia de prensa, la publicación de los resultados del estudio global más grande
sobre el consumo de sustancias adictivas. Sin embargo, una decisión de la Asamblea Mundial
de la Salud prohibió la publicación del estudio. En la sexta reunión del comité B, el
representante estadounidense amenazó que "Si las actividades de la OMS relacionadas con
las drogas no logran reforzar los métodos de control de droga probados, deberán retirarse los
fondos para los programas pertinentes". Esto llevó a la decisión de interrumpir la publicación.
Hasta ahora se ha logrado recuperar sólo una parte de ese estudio. Se encuentran disponibles
los perfiles de consumo de la cocaína en 20 países.

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