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ata) WN Tee kee NM | A MONTESSORI La creadora de un nuevo método educativo NY Aol DIGITALIZADO POR QSa Colecciones tulo original: Capit la psiceogia © 2016, Hachette Fascicoli sr, edicin original © 2017, Editorial Salvat, S.L., presente edicin Editorial Salvat, $1. C/Amnig 11, 5% planta 08021 Barcelona, Espana [E| material grfico utilizado en esta ura ex de dominio piblico ‘Textos: Anna Giardini Haris Baiardini, Barbara Caccicla, Marina Maffoni, Laura Ranzini, Francesca Sicuro Revisiin original: Marco Barbieri Disedio: Suadio Digyari “Traduccin: F Javier Lorente Puchades Realizacin edizorial: Ormebook, Servicios Editoriales Impreso en Espaitz Servicio de atencién al eliente solo para Expat) Para cualquier consulta relacionada con ta obra: “Teléfono: 900 842 421, de 94 19, de lunes a jueves Fax: 93 614 15.69 Corres: C/ Amigé, 11, 5° planta, 08021 Barcelona, Espatia ‘Webs www salvatcom E-mail de atencién al cliente: infosalvar@salvatcom jemesde 9a 16h Departamento de suseripeiones solo para Espais) “Teléfono : 900 842 840, de Ga Hh, de lanes a jueves; viernes de 9a 16 h. Fax: 09 #13 15 69 Webs: www:salvat.com Disteibacién Expat Distribucién México Logista Publicaciones Distribuidora Incermex S.A. de GV. 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El editor espera de sus proveedores de papel que gestionen correctamente sus demandas con el certificado imedioambiental reconocide INDICE Introduccién LA VIDA Y LA EPOCA Cronologia La vida La época EL PENSAMIENTO La teoria del aprendizaje Ambiente y materiales Los niveles de desarrollo Propuestas educativas para el desarrollo Nifios con dificultades, analfabetos y progenitores El legado de Maria Montessori 13 31 43 66 86 96 122 185: Lecturas recomendadas 139 Bibliografia 141 Comité cientifico internacional 143 INTRODUCCION Posiblemente, a muchos les sonaran el nombre de Maria Mon- tessori asi como las escuelas que, bajo su égida, se han exten- dido por todo el mundo e imparten una ensefianza de gran calidad. Menos seran quienes estén al tanto de la teoria educa- a su método. Este libro ofrece la tiva y psicolégica que subyac oportunidad para conocerla e iniciarse en su estudio. Las pagi- nas siguientes deparan al lector una ocasién tinica: asistir al desarrollo del pensamiento y los fundamentos del sistema edu- cativo de esta gran pedagoga. Hace casi cien afios, Montessori inicié la difusion de un mé- todo educativo atin hoy muy apreciado y reconocido. Segtin su revolucionario punto de vista, hay que respetar y animar todo el potencial creativo del nifio, de tal manera que la instruccion actie tan solo como la base y la garantia de un desarrollo ar- monico de todas suiz facetas. Los maestros, lejos de imponer un ritmo de trabajo, deberin buscar el modo de lograr, siempre de manera gradual, la sintonia con los alumnos con el fin de respetar la autonomia de los nifios y fomeniar su crecimiento potencial, 6 MARIA MONTESSORI incluso en aquellos casos en que presenten ciertas dificultades sociales 0 cognitivas. Dicha libertad, sin embargo, debe fomen- tarse con sobriedad y responsabilidad, teniendo presentes siem- pre las necesidades de nifios y adolescentes, ejerciendo una au- toridad sin caer en el autoritarismo y promoviendo el respeto por las reglas y los demas sin recurrir a la coercién, Tal vez tales ideas parezcan hoy evidentes. Sin embargo, hace cien afios, defender la necesidad del nifio de correr, saltar © manipular toda clase de objetos durante el horario escolar se consideraba algo casi subversivo. En nuestros dias, es habitual que los pupitres se cambien de sitio, que los nifios bailen y ha- gan ruido o incluso reine un cierto desorden en las aulas, siem- pre, por supuesto, bajo la mirada atenta de los profesores, quie- nes hardn todo lo necesario para que sus pupilos recapaciten sobre el valor de dichos comportamientos. El germen de dichos cambios se halla en las ideas de aquella soitadora. Debemos a Montessori esa positividad y esa atencién en el uso de unos recursos que no tienen por qué ser cognitivos. Su vision totalizadora del nifio aprendiente implica necesariamen- te la presencia de un educador responsable que aliente y «nu- tra» al futuro adulto. Sin embargo, su pensamiento va mas alld de una mera enun- ciacién de principios bienintencionados. Montessori desarrollé una teoria muy detallada acerca de las diferentes etapas del de- sarrollo, desde la infancia hasta la adolescencia. No cabe duda de que ciertos puntos de vista y ciert - coielusiones son hijos de su tiempo y ahora resulten algo ingens ¢ incompletos. Con todo, es justo reconocer que sus investigaciones abrieron el ca- mino a otros estudiosos que prosiguieron su labor tanto en el campo de la pedagogia como en el de la psicologia. Por ello, esta breve monografia termina con un vistazo a nuestra €poca, INTRODUCCION 7 en la que perviven muchas escuelas que siguen su método, por supuesto adaptado a Iss nuevos tiempos, aunque conservando siempre el interés por favorecer el desarrollo del caracter y la creatividad con los que el nifio acometera la construccién de su propio futuro. LA VIDA Y LA EPOCA CRONOLOGIA HISTORIA NY El primer parlamento italiano ratifica la unidad nacional y proclama a Victor Manuel IT rey del nuevo pais, En Espaiia, estallido de la ‘Tercera Guerra Carlista, que finalizara en 1876. En Espaiia se funda la Institucién Libre de Ensefianza. Alemania, Austria ¢ Italia firman la Triple Alianza. Instauracién del sufragio universal masculino en Espaia, Se funda el Partido Socialista Italiano, 1861 1870 1872 1875 1876 1882 1890 1893 1895, 1896 MARIA MONTESSORI wo Maria Montessori nace el 31 de agosto en Chiaravalle, en la provincia de Ancona (Italia) La familia se traslada a Roma. Termina el bachillerato con: matricula de honor y prosigue sus estudios en el Regio Istituto Tecnico Leonardo da Vinci. En otoiio se matricula en la Facultad de Ciencias Matematicas, Fisicas y Naturales dela Universidad La Sapienza, en Roma, Esla primera mujer que asiste a la Facultad de Medicina de Roma. Estudia pediatria y realiza sus practicas en el Hospital Femenino de San Juan de Letran, y en el Hospital Masculino del Santo Spirito, en Sassia. E110 de julio se licencia en medicina, En septiembre representa a Italia en el Congreso Internacional sobre los Derechos de la Mujer, celebrado en Berlin. Gierra Hispanoestadounidense, que se salda con la pérdida, por parte de Espafa, de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam. ‘Tratado Germanoespatiol: Espaita vende a Alemania parte ‘dé'sus posesiones en Oceania. E120 de noviembre, estalla 1897 1898 1899 1900 1907 Entra como voluntaria en la Clinica Psiquiatrica de la Universidad de Roma, donde trabaja junto con Giuseppe Ferruccio Montesano, uno de los pioncros de la psicologia y laneuropsiquiatria en Ital E131 de marzo nace su hijo Mario, fruto de su relacién con Montesano. El nitio queda al cuidado de un ama de cria que vive en el campo. junio interviene en el Congreso Internacional por los Derechos de la ‘Mujer celebrado en Londres. Entra en el comité direetivo de la Liga por los Derechos de las Mujeres. Funda, con Montesano, la Scuola Magistrale Ortofrenica de Roma. Obtene la catedra de Higiene y Anuopologia del Istituto Superiore Femminile di Magistero de la Universidad La Sapienza, Da por terminada su relacién con ‘Montesano y abandona su cargo en la Scuola Magistrale Ortofrenica, Imparte cursos de antropologia en la Universidad La Sapienza, en Roma, EL6 de enero se inaugura en Roma ‘Via dei Marsi 58, en el barrio de San Lorenzo), la primera Casa dei Bambini, Ih Revolucion Mexicana, "0 1912 Seestablece cl suragio universal gig masculino en Italia. Publica el libro El método de la pedagogia cientfcn aplicade a la educactin de la infancie. El 12 de diciembre, muere su madre, Renilde Stoppai Recupera a su hijo Mario, Se lleva a cabo el Primer Curso Internacional del Método Montessori. Primer viaje a Estados Unidos. Estalla la Primera Guerra Mundial. Estalla ta Revolucion Rusa. Ganchi organiza la primera campatia de resistencia pasiva al dominio inglés. Benito Mussolini recibe el encargo de formar gobierno. 191+ 1915 1917 1920 Muere Alessandro Moniessori, el padre de Maria. Exilio en Barcelona. Se funda la Opera Nazionale 1924 Montessori. ogy Seimaugura en Roma la Regia Scuola di Metodo Momtesso Se funda la Association Montessori. Gracde labolsa de Nueva York, 1929 Internationale (AMD, con sede en Amsterdam, Ta familia Montessori se refugia 1934 primero en Espafia y, después, en Jos Paises Bajos. . Maria Montessori parte con su hijo Estallala Segunda Guerra Mundial, 1939 Nya MORES P E125 de abril, caen los ltimos 45 reductos nazis y fascstas de Italia, joi Ex verano, Maria y el resto de a familia regresan a los Paises Bajos. 19:7 Maria Montessori viaj a Italia Yy se presenta ante el Parlamento. Vinja a Paris, donde sele concede la 1949 Legidn de Honor en la Universidad de La Sorbona op2__El6 de mayo fallece en Noordwijk aan Zee, en los Paises Bajos. LA VIDA ORIGENES FAMILIARES ¥ MATERNIDAD Maria Montessori, la mujer que revolucionaria la educacion de millones de nifios en todo el mundo, nacié en la pequetia ciu- dad de Chiaravalle, en la provincia italiana de Ancona, el 31 de agosto de 1870. La familia, perteneciente a la mediana burgue- sia, la form6 en el respeto a las reglas. Su madre, Renilde Stoppani, era una mujer inteligente que habia recibido una educacion liberal y catélica, muy influida por los ideales del Risorgimento. Aunque se dedicé con esmero a su familia, incul- cé a su hija la certeza de que una mujer puede seguir su propio camino, en pos de sus propias ambiciones y suefios, incluso a expensas de las convenciones sociales. Sin ceder nunca a la in- dulgencia y siempre con la debida severidad, Renilde desempe- 6 un papel muy importante en la formacién de Maria, hasta el punto de convertirse en su admiradora, confidente y consejera. Su presencia fue un estimulo constante para la todavia nifia, 14. MARIA MONTESSORI sobre todo durante su etapa escolar, muy lejos de lo que cabria esperar de una mujer de su tiempo. Su padre, Alessandro, provenia de la alta burguesia bolofie- sa, mucho mas conservadora. Habia tomado parte en la guerra por la unificacién de Italia, una gesta que le valié una condeco- racién. En 1865 llegé a Chiaravalle como funcionario del Mi- nisterio de Finanzas para dirigir la fabrica de tabacos local. Sus ideas, su caracter adusto y su severa formacion militar le impi- dieron comprender que su hija desease estudiar matematicas y, después, matricularse en la Facultad de Medicina. De acuer- La casa natal de Maria Montessori en Chiaravalle (ancona), hoy cede de Ia fundacién que lleva su nombre, do con los valores de la época, Alessandro creia que una mujer debia ser ante todo esposa y ma- dre, y que, en el caso de que desease proseguir con su formacién, seria mejor que se decantase por el magisterio, pues el oficio de maestra era, en cierto modo, una proyeccién natural del instinto maternal. Aun- que no consideraba con- veniente que cursase la carrera de medicina y menos en una facultad repleta de hombres, si- guid siempre con interés los avances de su hija, has- ta el punto de compilar LAVIDA 15 y conservar escrupulosamente cuantos articulos y noticias apa- reciesen sobre ella en la prensa italiana 0 extranjera, tal como le demostré al regalarle un album con todos aquellos documen- tos con motivo de su 30 cumpleafios. En 1897, a la edad de 27 ajios, Maria inicié una relacién con Giuseppe Ferruccio Montesano, un colega en la Clinica Psi- quiatrica de la Universidad de Roma, que llevé en secreto. Am- bos decidieron ocultar su relacién y evitar el matrimonio para proseguir con sus respectivas carreras profesionales. De acuer- do con las costumbres de aquel tiempo, las mujeres italianas solian dejar sus trabajos tan pronto se casasen para dedicarse por completo a la vida doméstica y al cuidado de la familia. De haber pasado por el altar, la doctora Montessori se habria con- vertido en la sefiora Montesano. Ambos enamorado: tieron que nunca se eniregarian a ninguna otra persona y que, en el caso de que uno de ios dos se viese obligado a desposarse, lo haria con el otro. En aquella decisién también pesé mucho la desconfianza de ambas familias. No en vano, Renilde, la ma- dre de Maria, se opuso a cualquier relacién que supusiese un riesgo para el futuro profesional de su hija. Sin embargo, Maria no tard6 en quedar encinta y, si bien era consciente del oprobio que suscitaba una madre soltera asi como de los prejuicios académicos, se opuso con firmeza a toda unién para evitar que se echasen a perder tantos afios de inves- tigacion. Cuando, el 31 de marzo de 1898, dio a luz a Mario, toms la dramatica decision de confiarlo a una ama de cria para que lo cuidase en compariia de una familia de labradores. No deja de ser irénico que la mujer que se empefiaria con tanto denuedo en la protecci6n y la educacién de los nifios en todo el ¢ prome- mundo se convirtiese en una figura lejana para su hijo. Duran- te muchos aiios, vio al pequerio con frecuencia, aunque siempre 16 MARIA MONTESSORI en secreto, y Mario, durante su nifiez, ignoré que aquella mujer era su madre. En 1901 Montesano rompié su promesa y se casé con otra mujer. Maria sufrié un grave disguste ¢ intenté superarlo sa- mergiéndose en el trabajo y dedicandose a sus pacientes psi- quiatricos con una energia a todas luces insdlita. Sin embar- go, en 1912 otro tragico acontecimiento trastorné su vida: ta muerte de su madre, Renilde, supuso una pérdida muy grave. Y, por si fuera poco, Maria debidé ocultarsu angustia en publi- co, si bien permanecié tres dias sin tomar bocado y pasé mvs de 20 dias Horando cada vez que la recordaba. Aquel dolor, con todo, le confirié el 4nimo necesario para reunirse con su hijo, contarle la verdad y poner fin a aquella separacién. A partir de entonces, Maria Montessori debié asumir un doble papel ante la sociedad italiana: convertirse en una pensadora de gran prestigio y, a la vez, cargar con la vergiienza de ser madre soltera. ANOS DE ESTUDIO En 1875, cuando Maria contaba cinco afios, Alessandro Mon- tessori decidié trasladar a su joven familia a Roma. Al ano si- guiente matriculé a su hija en la escuela piblica de educacién primaria que habia en la Via San Nicolas de Tolentino, donde la pequefia mostr6 desde el principio un gran interés por las maternaticas. Maria, con el apoyo de su madre, mostré su de- seo, al terminar sus estudios en 1883, de inscribirse en la Regia Scuola Tecnica Michelangelo Buonarroti, donde se gradué con matricula de honor, Entre 1886 y 1890, aun con su padre en contra, prosiguié su formaci6n en el Regio Istituto Tecnico LAVIDA 17 Leonardo da Vinci, en el que destacé por su ta- lento para la quimica, las matematicas fisica (y se especializé en estas dos tiltimas disciplinas). Sin embargo, el mun- do académico no se mos- tro demasiado amable con la joven. De hecho, Roma la traté con hos- tilidad y no favorecié su deseo de aprender. Por aquel entonces, se creia que las nifias debian li- mitarse a las tareas del hogar con el fin de con- vertirse en buenas espo- sas y madres. Con todo, a diferencia de sus com- pafieros, Maria supo muy bien que el hecho de ser mujer no la obligaba a pasar el resto de su vida como un ama de casa y comenz6 a disefiar diversos planes de futuro. Decidida, segura y avida de conocimientos, luché para continuar estudiando, algo reser- vado para los hombres, y decidié matricularse cn la Facultad de Medicina a pesar de la vigorosa oposicién de su padre, Alessandro. Las dificultades no tardaron en llegar, tanto burocraticas como sociales. Maria apelé a Guido Baccelli, director de la 18 MARIA MONTESSOR| Clinica de la Universidad de Roma, pero este se negé a permi- tir que se inscribiese. Asi, en 1890, para evitar mayores complicaciones, Maria Montessori se matriculé en la Facultad de Ciencias Matemati- cas, Fisicas y Naturales de la Universidad La Sapienza, en Roma. Tras dos aiios brillantes, ademés del titulo obtenido con las maximas calificaciones, superd sendos exdmenes en italiano y latin. Con tal bagaje, la joven reclamé, y esta vez de manera gica, su derecho a matricularse en la Facultad de Me- dicina. Incluso Iegé a apelar al papa Leon XII. En aquella ocasion, se acepté su solicitud y, en 1893, se convirtié en la pri- mera mujer de la capital que pudo estudiar en aquella institu- cién. Sin duda, se trataba de un paso gigantesco —no exento de escAndalo— para una mujer de su tiempo. La universidad era un espacio casi exclusivamente masculino. En Europa muy pocas mujeres lograron acceder a sus aulas y, en su mayor parte, optaban por las humanidades, la historia o los idiomas con la intencién de dedicarse al magisterio. El estudio de la medicina con el-proposito de ejercerla no solo se consideraba inapropiado para una mujer, sino también indecoroso. Maria. Montessori se, encontré con un ambiente hostil. Algunos profesores Hegaban acreer incluso que el cere- bro femenino era de un tamajio inferior y las limitaba a las ta- reas domésticas. Por aquel entonces'se consideraba reprobable hasta caminar sola por la ¢alle-Su padre debia acompaiiarla hasta la facultad y, una vez alli, debia esperar a que todos sus compaiieros entrasen en el aula y hubiesen tomaco asiento, por lo que siempre debia quedarse atras, con la consiguiente dificul- tad para seguir la leccién. Todo el mundo estaba en su contra. Todo el mundo evitaba dirigirle la palabra, convencidos de que aquella mujer tan atrevida suponia un descrédito para el LAVIDA 19 sorado ¢ incluso para la profesion médica. Ni siquiera se le eres desnudos. Aquella profe permitia asistir a las disecciones de cat situacién puso a prueba la capacidad de resistencia de Maria, quien llego a plantearse el abandono de sus estudios. Por fortu- na, eché mano de todas sus fuerzas para recuperar su voluntad y su deseo de cumplir aquel objetivo, y supo transformar las burlas de sus compafieros masculinos en nuevos estimulos para seguir adelante. De manera paralela a sus estudios, realiz6 sus practicas en los hospitales de Santo Spirito, en Sassia, y San Juan de Le- tran, ademas de frecuentar la Regia Clinica en la que, junto a su ilustre director, el profesor Ezio Sciamanna, pudo dedi- carse a su tesis y disfrutar de un ambiente dedicado a la in- vestigacion. En 1896 defendié ante el tribunal su trabajo de final de carrera, titulado Contribucién clinica al estudio de las alu- cinaciones de contenido antagonista, y obtuvo la preciada licencia- tura en medicina. Se convirtié asi en la primera mujer médi- co de Italia. Gon. aquel titulo dio por terminado un camino de sacrificio y entrega a una causa que, por otra parte, no abandon6 jamas pese a las numerosas dificultades objetiv ya fuesen de caracter social, cultural o personal, y que le per- raitié formar parte, con merecida justicia, de-la-comunidad médica y cientifica de su tiempo. Habjia Iegado ¢] momento Hos si- de iniciar una nueva fase de investigacién. En los guientes, y hasta 1909, Maria Montessori desarrollé una ver- tiginosa actividad social que la llevé a multiplicar sus contac- tos, sus estudios y sus intereses. Durante aquel periodo tomo decisiones muy importantes y asumié un fuerte compromiso social en defensa de los derechos de la mujer y los nifos con problemas mentales, dos grupos de problacién hasta entonces marginados. 20 MARIA MONTESSORI En 1896 se celebré en Berlin el Congreso Internacional de las Mujeres, al que asistieron representantes de paises de todo el mundo. Maria Montessériy récién licenciada, acudié en nom- bre de Italia. Durante varios dias se debatieron cuestiones rela- cionadas con las reformas sociales, asi como con la educacién, ny el trabajo femeninos. En su discurso, Montesso- ri, con gran habilidad y elocuencia, afronté los diversos proble- mas con valor y determinacién, mostrando un punto de vista fieramente feminista en el que abogaba por la plena emancipa- cion, Denuncié la duracién excesiva de la jornada laboral y la diferencia de salarios entre hombres y mujeres aun cuando se trabajase cl mismo nimero de horas, reclamé la igualdad en la instrucci derechos y, por supuesto, en estipendios. Su discurso tuvo un gran éxito y la prensa se hizo eco de sus ideas, si bien no dejaron de subrayar la irrefrenable atraccién que suscitaba aquella mu- jer que aunaba la delicadeza mas femenina con el impetu mas masculino, y alabar de paso su elegancia y belleza fisica. Aque- llos comentarios, tan frivolos y embarazosos, la incomodaron sobremanera y, en una carta a su padre, afirmé su decisién de evitar que su imagen volviese a hacerse pablica para dedicarse con mayor tes6n a su trabajo. Durante los dos aiios siguientes, Maria Montessori dicté va- rias conferencias en Italia y el resto de Europa. En 1899 tom6 parte en el Congreso Internacional por los Derechos de la Mu- jer que se celebré en Londres. Una vez mas, reivindicé los dere- chos de la mujer, incluido el sufragio universal, sin abogar por ninguna opcién politica concreta. Su experiencia y sus profun- das reflexiones la habian Ilevado al convencimiento de que la s de la civilizacién y, en concreto, la cuestion femi- a no podia ligarse a ninguna adscripcién politica, pues de lo contrario perderia su libertad y acabaria por socavar y debilitar lucha en ar: nis LAVIDA 21 sus reivindicaciones. Maria Montessort fe sido permanecer al margen de todo compromiso partidisia’ 4 Hideblbgico, y colabord con asociaciones y medios de comiufiencen de cualquier signo, fuesen socialistas o moderadas. De hecho, su fervor era similar al que habia demostrado en su etapa de estudiante. De regreso a la capital italiana, reto- m6 su brillante y prometedora carrera, y trabajé como ayudan- te de cirugia en el Hospital Santo Spirito y como asistente vo- luntaria en la Clinica Psiquiatrica de la Universidad de Roma. Junto con Giuseppe Montesano y Sante De Sanctis comenzé a interesase por las técnicas de rec uperacién de nities espiritu constructivo: no hay competencia ANOS ni miedo a cometer errores o ser corregidos. DE 12A 18 Adaptado a las nuevas necesidades. ANOS clases heterogéneas, DE18A24 . Sin un programa educativo ANOS especifico. MATERIALES ww Ayudan a la libre eleccién, a la toma de iniciativas, a los ejercicios de movimiento yal aprendizaje de las tareas del hogar. EDUCADOR A Capaz de realizar criticas constructivas y observar de manera desprejuiciada. Se ocupa de preparar y mantener el entorno de trabajo. Respeta los ritmos, las necesidades y las actitudes del nifio. Interviene solo cuando sea necesario y siempre con discrecién Asociados a la vida practica (cuidado de la casa y de la propia personal y cultural (lenguaje, matematica, arte, musica, geografia, etc.|. Objetos simples pero atractivos [de madera) que vehiculen conceptos (peso, dimensiones, etc.) y que promuevan el aprendizaje y el descubrimiento (desarrollo del sentido de seguridad y de pertenencial. Hace propuestas, presenta objetos, recurre a técnicas de explicacién dramatizadas. No ordena, no grita, permite que los alumnos elijan, usa un léxico reducido pero preciso y recurre al procedimiento de las lecciones en tres tiempos. Argumenta y explica con pasién, observando las reacciones emativas y cognitivas de los alumnos. Educacién césmica. Sensibilizacién frente a la vida y (a naturaleza mediante investigaciones, experiments, talleres, cuidado de animales y observacién de los fenémenos naturales. Promocién de un aprendizaje asociativo basado en la imaginacién y la abstraccion partiendo de la propia experiencia Guia, apoya, observa y lleva cuenta de los progresos, los desafios y las debilidades de los alumnos. Promueve la iniciativa personal, la capacidad de adaptacién, la capacidad de critica y juicio, la capacidad emocional y las habilidades sociales, Talleres y actividades experimentales gestion colectiva de una granja [desarrollo de practicas cooperativas, la relaci6n y sentido del trabajo). Dirige los estudios preparatorios para la universidad y busca la integracién entre el conocimiento intelectual y experimental. Es necesario fomentar los contactos entre el entorno de trabajo y la formacién para favorecer su arraigo en el mundo real. NINOS CON DIFICULTADES, ANALFABETOS Y PROGENITORES UN METODO PEDAGOGICO EFICAZ Entre 1898 y 1906 Maria Montessori se interes6 por los nifios con dificultades que estaban internados en el hospital de Santa Maria della Pieti. Por aquel entonces, comenz6 a intuir que quizd resultarta mas titil dar un enfoque pedagogico a los trata- mientos. En concreto se inspir6 en los trabajos de Itard y Sé- guin, dos médicos y pedagogos franceses que se ocuparon de la educacién de los nifios Ilamados «subnormales». Los materiales diddcticos usados por ambos médicos le fueron de gran utili- dad. Montessori tenia una extraordinaria fe en las posibilidades de estos nifios que necesitan ayuda desde el nacimiento 0 tan pronto como sea posible para mejorar su potencial, con inde- pendencia del nivel de partida. En estos casos, también propuso la creacién de un entorno preparado con objetos y materiales orientados a la vida practica NINOS CQN DIFICULTADES, ANALFABETOS Y PROGENITORES 123 con el fin de que el educador ayudase, siempre indirectamente, a los niios en la repeticién espontanea de las labores. Pese a su situacion, los pequefios obtenian buenos resultados y mejoraban tanto sus aspectos cognitivos como sociales. A partir de la década de 1930, en Italia primero y mas ade- lante en Francia, comenzaron a aparecer centros y aulas espe- ciales para niiios y jovenes con tales dificultades en los que se notaba la fuerte impronta de la Escuela Montessori. Sin embar- go, atin se mantenia a estos alumnos aislados del resto. En Italia, en la estela de las reivindicaciones de Mayo del 68, se aprobo la Ley 180, mas conocida como Ley Basaglia, por la cual se decretaba el cierre de todos los hospitales psiquiatricos y las instituciones especiales. A partir de entonces, se comenzé a reconocer que la integracién permitia una mayor interaccién social y que estos nifios, si se sienten aceptados, se esfuerzan para cumplir con sus tareas de la mejor manera posible, aunque siempre con su propio ritmo. Cuando los alumnos de estas ca- racteristicas estan juntos, se concentran en su trabajo, aunque sin perder de vista al resto, un detalle que se da incluso en aque- llos nifios con mayores dificultades Varias experiencias se saldaron con unos resultados notables. A finales de la década de 1960 se fundé una escucla en Munich que seguia las indicaciones de Theodor Hellbriigge, un pedia- tra aleman, y Margarete Aurin, de formacién montessoriana. Alli, nitios sanos compartian las aulas con otros que presenta- ban diversas dificultadtes (smdrome de Down, trastornos senso- riales, autismo, paralisis espastica). Cada grupo constaba de 25 alumnos como maximo, de'tos cuales solo una quinta parte podia tener alguna discapacidad. Asimismo, se procuré que los alumnos discapacitados presentasen problemas distintos para facilitar ia iversidad v evitar que los nifios con las mismas

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