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Diciembre, tiempo de paz, esperanza y reconciliación

“Que el amor de Dios se refleje en cada uno de los colombianos”.

La época decembrina, más que un tiempo para vacacionar y visitar a


nuestros seres queridos, es un espacio para celebrar las tradiciones
de la iglesia, así lo expresa el vicario Administrativo de la Diócesis de
Valledupar, el padre Enrique Iceda Guerra, quien asegura que las
fiestas arrancan el ocho de diciembre, con la Inmaculada Concepción,
quien fue la mujer que Dios escogió para que en su vientre gestara al
Niño Jesús, el Mesías que ilumina las tinieblas de los hombres.

Se toma como segunda celebración la del 24 y 25 de diciembre,


considerada como la Navidad. En esta fecha los pueblos festejan el
nacimiento de El Mesías y Salvador, Jesús.

El 31 de diciembre es el fin de año, pero la iglesia Católica celebra el


primero de enero con la madre de Jesús. Agrega el padre Iceda que
por costumbre los pueblos celebran para agradecer por la vida,
además, para iniciar el próximo año la feligresía da comienzo a la
fiesta de Santa María Madre de Dios, para poner a los pies de Jesús
el año que inicia.

Este Vicario de la Diócesis de Valledupar dice que cuando llega el 6


de enero, según la tradición católica, los Reyes Magos dan ofrendas al
recién nacido Jesucristo, fecha en la que en otros países, como
debería ser en Colombia, se entregan los regalos a los niños, pero en
nuestra región se ha perdido dicha costumbre.

Noche de Velitas

En nuestro país y sus municipios el inicio de la celebración de Navidad


se hace oficial con la Noche de las Velitas, el 7 de diciembre, un
momento que en familia esperan y encienden unidas las luces de las
velas que iluminarán el camino de la Inmaculada Concepción de
María, para que la Virgen bendiga sus hogares.
Este día, los pequeños prefieren esperar con ansias la víspera de la
llegada de la Virgen, por esto no les importa acostarse en la
madrugada, o algunos prefieren dormir temprano para luego
levantarse en medio de la noche fría y estrellada a encender sus
velitas para esperar la bendición de la Virgen.

Nace el Niño Jesús

El misterio de la Navidad se simboliza a través de un pesebre, que


representa el nacimiento de Jesucristo en el portal de Belén. Es este
elemento acompañado por el Árbol de Navidad, uno de los más
esperados por los miembros del hogar, y en especial por los niños,
para quienes se convierte el sinónimo de la fecha en que el Niño
Jesús les trae regalos.

En la construcción del pesebre participa toda la familia, lo hacen por


devoción, por tradición y sobre todo para mantener vivo el mensaje de
amor del Niño Jesús.

Durante nueve días todos se congregan alrededor del pesebre para


rezar las Novena y cantar villancicos, mientras esperan la feliz llegada
del Hijo de Dios.

Estos encuentros van acompañados de deliciosos y típicos buñuelos y


natillas, sin faltar los tradicionales postres y en ocasiones se festeja
hasta el amanecer al ritmo de música vallenata.

El 24 de diciembre se considera como la noche ‘mágica’, donde


después de rezar el último día de la Novena, las familias comparten la
cena de Navidad. A pesar de que Valledupar no sea tan tradicional en
esta costumbre, en los hogares de la ciudad encontramos como menú
exquisitos pasteles, sancochos de gallina, lechona, pernil de cerdo
ahumado y pavo relleno.

Después de la media noche se acostumbra, además de intercambiar


abrazos y buenos deseos, a entregar regalos que simbolizan cariño y
afecto por los seres queridos y la importancia de permanecer unidos
en esta época de amor y paz. Para los niños se hace más especial y
ansiosa la espera de este momento porque su buen comportamiento
durante todo el año se verá recompensado con el obsequio que el
Niño Dios les dejará al pie del pesebre o del Arbolito de Navidad.

Algunas familias motivan a sus hijos para que al comienzo de


diciembre escriban una carta al Niño Dios, pidiendo sus regalos y
explicando las buenas obras que realizaron en el transcurso del año,
su buena conducta, cumplimiento en el colegio y obediencia con sus
padres.

Año Nuevo, vida Nueva

A pesar de que la Navidad es importante, en Valledupar al parecer se


celebra con más intensidad y unión familiar el fin de año, cuando el 31
de diciembre agradecen a Dios por el año que pasó, los buenos y
malos momentos por los que atravesaron, y piden para que el nuevo
año sea lleno de prosperidad, amor y muchos éxitos.

Para esta fecha, los terminales aéreos y terrestres no son suficientes


para el número de viajeros que entran y salen de la ciudad, todos
quieren estar con sus seres queridos en el momento de recibir al año
nuevo.

Desde bien temprano todos corren, algunos a trabajar para


desocuparse pronto, otros a viajar para el encuentro con su familias,
algunos para preparar el banquete de la noche, las mujeres al salón
de belleza para ponerse hermosas y radiantes, los niños sólo se ven
disfrutando de sus juguetes nuevos y los hombres preocupados
porque no falte el trago que acompañará la celebración.

Por años, el tradicional muñeco conocido como ‘Año Viejo’ acompaña


desde la puerta de cada vivienda a los hogares vallenatos, el mismo
que el 31 de diciembre encienden con fuego, lo que representa al año
que se va y hacen estallar los voladores que anuncian la nueva etapa
de la vida.

Así mismo, no pueden faltar las uvas y el arroz, en total son doce las
que según la tradición se deben comer para pedir un deseo por cada
una, y los granos es para llamar la abundancia durante el año que
viene.

Para muchos el día número 365 del año debería ser el final de la
celebración, pero en Valledupar después de dicho día se sigue
observando en las calles la emoción de sus habitantes por la llegada
de una nueva época llena de buenos momentos.

Familia que reza unida, permanece unida

Como digno hijo de una familia cañahuatera, el hogar conformado por


el alcalde electo, Fredys Socarrás Reales y Carmen Sofía Polo Llinás,
es muy tradicional, en especial en el momento de celebrar fechas
especiales como la Navidad.

Esta familia acostumbra a elaborar unidos el pesebre y a rezar la


Novena Navideña, tradición que desde pequeño les enseñaron sus
padre y ahora le transmiten a sus hijos, así lo manifiesta el
Mandatario, “trato de vivir la Navidad a plenitud y despertarle a mis
hijos el interés por el pesebre, creo que es una costumbre antiquísima
de la iglesia Católica, y creo que hay que alimentar y nutrir para darle
ese clima familiar, de unidad y reencuentro a la Navidad”.

Socarrás Reales dice añorar la Navidad que se vivía en su tradicional


barrio Cañahuate, de ese viejo Valledupar añora la Navidad cuando
las familias se reunían y de un patio salían al otro para compartir el
gozo, la alegría y con ellas las típicas comidas.

El Alcalde dice recordar su infancia con alegría y nostalgia, asegura


que en medio de la pobreza de sus padres siempre tuvo juguetes, que
en su mayoría sus hermanos mayores los elaboraban en madera.
Manifiesta, que como buen Católico, para él es importante la familia,
y por esto en compañía de su esposa e hijos en estas fechas de unión
y amor reciben la bendición de Dios en medio de la eucaristía durante
el 24 y 31 de diciembre.
Según Fredy Socarrás, en Valledupar se ha perdido compartir y la
unión familiar, un sentimiento que desea recuperar en su
administración.

Por su parte, la próxima primera Gestora, Carmen Sofía Polo, dice


que sus hijos aún conservan la tradición de escribir la carta al Niño
Dios, y de permanecer unidos durante la celebración de estas fiestas.

En cuanto a lo que le espera al Municipio en la época de Navidad, dijo


que “queremos llegar a todos los rincones de Valledupar, a todos esos
niños vulnerables que nunca han recibido un regalito, hacer las
novenas con ellos y llevarles ese mensaje de amor, unidad familiar, y
que sepan que Jesús vive en cada corazón”.

Asegura la Primera Gestora que los valduparenses deben fortalecer


más los lazos familiares, saber la importancia de tener un corazón
dispuesto y “lleno de amor para esperar a Jesús en nuestro corazón”.

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