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MÈTODOS DE CONSERVACIÒN
A pesar de que los problemas de conservación de los alimentos son inherentes a éstos,
las técnicas de conservación como tales aparecen en forma reciente en la historia. El
empleo controlado del fuego (introducido tal vez más de un millón de años antes del
presente, que se abrevia 1 MAP), permitió su utilización en el tratamiento de los
alimentos, pero su uso se relaciona más con el aumento de digestibilidad que con su
conservación, pudiéndose considerar ésta como un efecto secundario. El uso directo del
fuego sobre los alimentos produce tres acciones protectoras: debidas al calor, a la
evaporación de agua y al ahumado.
Los métodos de eliminación total del agua (deshidratación de los alimentos) también se
utilizan desde hace años. Hace más de 3.000 años que los incas de Perú elaboraban
patatas y verduras secas aplicando los principios de la liofilización; proceso que
actualmente se considera como una sofisticada tecnología. Las verduras se congelaban
durante la noche y después se aplastaban para que exudaran los jugos. Esta operación se
repetía con el fin de obtener unas finas capas que posteriormente se secaban al sol. Este
proceso se realizaba en las montañas, a alturas superiores a los 3.000 metros y, por ello,
la desecación se realizaba a presiones atmosféricas reducidas. De forma similar, las
tribus indias de los Sioux y Cree de América del Norte elaboraban un producto
denominado pemmican cortando carne de búfalo en tiras y golpeándola después;
posteriormente la secaban al sol y la mezclaban con ácido procedente de los zumos de
moras (o frutas similares) y nueces. Finalmente, las sumergían en grasa. El uso de los
ácidos procedentes de las frutas no se utilizaba, sólo como un método de conservación
(acidificación), sino en combinación con la desecación.
Uno de los primeros cultivos agrícolas fue el de los cereales. Su utilización agrícola y su
producción significaban el inicio de los sistemas de conservación a gran escala y su
transformación posterior. Dichos procesos caracterizaban a las sociedades que en aquel
momento se convierten en dominantes y favorecieron el desarrollo de las primeras
ciudades (en Mesopotamia y Egipto, entre 7000 y 4000 A.P.) El almacenamiento de
cereales en silos cerrados para su conservación en seco y con una atmósfera en la que el
oxígeno se reducirá pronto al consumirlo la respiración de los granos, significa el primer
antecedente de las atmósferas controladas como sistemas de almacenamiento. Su
posterior manipulación y fermentación para producir pan o cerveza significa tanto un
aumento de digestibilidad de los cereales como su conversión en productos más sanos y
duraderos. La aplicación de un método racional para la conservación de granos de
cereales, se encentra documentado por primera vez en la Biblia, donde se relata como
un faraón de Egipto ordena a su intendente José que almacene un quinto de cada
cosecha para compensar la escasez propia de los tiempos de sequía si bien los
babilonios y los egipcios sentaron las bases de la conservación de alimentos de forma
consiente y voluntaria, su posterior y mayor desarrollo se debe a los romanos.
No se pretende aquí despreciar el aporte de otras civilizaciones de Oriente Medio, o la
griega o la cretense, pero puede seguirse a través del tiempo a la sociedad romana para
estudiarse la evolución de los métodos de conservación de los alimentos. De hecho, no
puede decirse que los romanos inventaron métodos de conservación de alimentos, pero
sí que sistematizaron en gran medida el desarrollo agrícola, la transformación y la
conservación de los alimentos. Se popularizaron y extendieron en esa época, métodos
que se utilizarían por más de 1000 años.