Sei sulla pagina 1di 18

INTRODUCCION

Escribiremos acerca del discurso del método; Descartes busca reglas fijas para descubrir

verdades, no para defender tesis o exponer teorías. Descartes nos enseña que, planteado un

problema, es preciso ante todo considerarlo en bloque y dividirlo en tantas partes como se pueda.

Al llegar aquí es imposible seguir exponiendo el método de Descartes sin indicar algunos

principios de su teoría del conocimiento y de su metafísica. En la primera regla del discurso están

resumidas, más aún, comprimidas algunas de las más esenciales teorías de la filosofía cartesiana,

este discurso es demasiado largo por lo cual el discurso del método se divide en seis partes: en la

primera se hallarán diferentes consideraciones acerca de las ciencias, en la que Descartes pone en

duda todos los conocimientos aprendidos a lo largo de su educación. En esta primera parte

Descartes propone un nuevo método para llegar a un saber que sea seguro. Al mismo tiempo

realiza una rotunda crítica de las ciencias y de la filosofía escolástica de su tiempo. Descartes

admite que solo las matemáticas y el conocimiento de otras personas, mediante los viajes, ofrecen

un saber seguro, pero Descartes termina rechazando también los viajes debido a que las

contradicciones que existen entre unos pueblos y otros no le permiten descubrir la verdad.

Concluye diciendo que la única forma de encontrar la verdad es en uno mismo. ; en la segunda,

las reglas principales del método que el autor ha buscado; Señala que las ciencias al haber sido

realizadas por múltiples autores, cada uno con su diferente opinión, no son portadoras de un

verdadero saber. Propone renunciar a esta diversidad de opiniones que nos han sido enseñadas y

en su lugar elegir otras con nuestra propia razón, ya que las creencias a las que nos han educado

desde nuestro nacimiento dependen del entorno en el que hayamos nacido y de las personas que

nos las hayan inculcado. Debemos reformar estas creencias distinguiendo lo verdadero de lo

falso, pero manteniendo un cimiento personal,


en la tercera, habla de algunas otras de moral que ha sacado de aquel método Descartes en la

segunda parte había establecido la duda metódica para poder llegar a la verdad, pero él explica,

en la tercera parte que, mientras se dedica a dudar de todo, tiene que crear una moral provisional

que rija su vida, esta moral provisional tenía una serie de máximas; en la cuarta, las razones con

que prueba la existencia de Dios y del alma humana, que son los fundamentos de su metafísica.

La cuarta parte es el capítulo central del Discurso del método y en ella Descartes establece la

"duda metódica": viendo que el conocimiento recibido a través de los sentidos suele ser erróneo,

se dedica a dudar de todo para ver si puede llegar a un conocimiento que se pueda considerar

verdadero. Pero nota que mientras duda, está pensando, y si piensa, es signo de que existe. Con

esa premisa, crea un primer principio para su nueva filosofía, Pienso, luego existo, a partir de este

primer principio Descartes establece la existencia de Dios.; en la quinta, el orden de las

cuestiones de física, que ha investigado y, en particular, la explicación del movimiento del

corazón y de algunas otras dificultades que atañen a la medicina, y también la diferencia que hay

entre nuestra alma y la de los animales, en este capítulo explica brevemente el contenido del

mundo. Aborda la explicación de la formación del mundo organizándolo todo en torno al

problema de la luz: el sol la produce, los cielos la transmiten, la tierra y los planetas la reflejan, y

el hombre es su espectador; y en la última, las cosas que cree necesarias para llegar, en la

investigación de la naturaleza, más allá de donde ha llegado, y las razones que le han impulsado a

escribir, en este último capítulo Descartes establece una serie de reflexiones sobre el alcance de la

investigación científica e incluso se cuestiona la publicación de sus investigaciones. Así, en

primer lugar, el progreso de la ciencia reporta múltiples beneficios materiales y morales. En

segundo lugar, el progreso científico necesita la comunicación de las experiencias de otras

personas.
Marco Teórico

René Descartes le brindó a la visión de Galileo una narrativa y la posibilidad de poner en

práctica la lógica y la razón en la vida, como medio para alcanzar el conocimiento de todo lo que

nos rodea. Así, le concedió una epistemología a la mecánica de Galileo. Descartes no nos dice

qué es lo que debemos saber, sino que nos ayuda a saber cuándo estamos en lo correcto al saber

algo. Su prueba es que sabemos que lo sabemos y propone que debemos partir de esa certeza para

el cuestionamiento. Se pregunta: ¿cuál es el punto de saberlo todo si no sabemos que la forma de

acceder al conocimiento es correcta?1

Con El Discurso del Método y sus Meditaciones, Descartes partió de manera radical

declarando que no se puede, y por tanto no se debe, confiar en la tradición ni en la fe. Todo lo

que sabemos a partir de la tradición no es verdadero, dice: no sabemos nada. Lo que sí sabemos

es que pensamos. Si bien no sabemos si lo que estamos pensando es correcto, no podemos negar

que pensamos y ello es prueba de nuestra existencia. El cogito en su declaración, es fundamental

en su epistemología. Elabora una forma de acceder a la verdad que va de “no sé nada” a “lo sé

todo”. Todo lo que se argumente desde la premisa de “pienso, luego existo”, es verdad, afirma.

Esa idea nos lleva a Dios: según Descartes el pensamiento de la idea de Dios es inherente a la

mente humana, pero esto también significa que en ese universo mecanicista existe un Dios

subordinado al pensamiento. Por lo mismo llega a una prueba lógica de la existencia de Dios: no

a través de la fe, la gracia, la emoción o el misterio. Para Descartes Dios es una ecuación

matemática más: una postura bastante arrogante.2

1
Introducción a la filosofía de Descartes, S.f, https://www.webdianoia.com/moderna/descartes/desc_intro.htm.
2
Idem.
Como no podemos confiar en nuestros sentidos, al igual que en la tradición, el acceso al

conocimiento no puede ser a través de estos sino a través de la razón y el pensamiento lógico. El

sistema cartesiano es un sistema comprendido de verdad, ampliado a través del método: “el

discurso del método”3. Si todo es reducible a un proceso lógico y razonable, el mundo está

desencantado y la esencia de toda materia es la misma, como evidenciaba Galileo, la materia es

inerte. Pero tomando en cuenta su visión metafísica y epistemológica, Descartes separa el mundo

en dos órdenes, presentándonos un mundo dualista. Por un lado, está todo lo cuantificable: lo que

puede ser graficado o calculado, la “res extensa”, es decir el mundo material. El orden paralelo,

que no interviene, es “res cogitans”, de donde vienen todas las formulaciones matemáticas: las

ideas. Estos dos mundos están radicalmente separados. Determina que todos los cuerpos y los

animales son máquinas, que responden a sistemas como lógicos como el del reloj, excepto los

seres humanos, que poseemos mentes, que son una extensión del deseo Divino: el cogito. Así

como Dios es libre, los seres humanos poseemos libre albedrío. La materia en cambio, está regida

por leyes matemáticas deterministas, está forzada a obedecer ciertos comportamientos. En las

leyes de la materia no existe el libre albedrío que los humanos poseemos por lo que éste debe

venir de la “res cogitans” una presencia divina, concluye.4

Al igual que Descartes, John Locke, invitará al ser humano a no dejarse llevar por la fe y la

tradición –por lo que otros dicen- sino a buscar la verdad por uno mismo, siendo la única

autoridad para ello, si bien con una perspectiva distinta, proponiendo una nueva manera para

acceder al conocimiento. Mientras la búsqueda de la verdad para Descartes es un proceso

puramente racionalista, la de Locke será empirista. Esa nueva filosofía va a ser clave en el trazo

3
Pensamiento de rene descartes, S.f, https://es.m.wikiversity.org/wiki/L
%C3%ADneas_principales_del_pensamiento_de_Ren%C3%A9_Descartes.
4
Idem.
del camino que habría de seguir la ciencia moderna, la religión moderna y el concepto del

individualismo.5

Según la propia confesión de Descartes, tanto en el Discurso del método como en las

Meditaciones, las enseñanzas del colegio le decepcionaron, debido a las numerosas lagunas que

presentaban los saberes recibidos, a excepción de las matemáticas, en donde veía la posibilidad

de encontrar un verdadero saber.

Esta muestra de escepticismo, que Descartes presenta como un rasgo personal es, sin embargo,

una característica del pensamiento de finales del siglo XVI y principios del XVII, en los que el

pirronismo ejerció una notable influencia. Terminados sus estudios Descartes comienza un

período de viajes, apartándose de las aulas, convencido de no poder encontrar en ellas el

verdadero saber.

"Por ello, tan pronto como la edad me permitió salir de la sujeción de mis preceptores,

abandoné completamente el estudio de las letras. Y, tomando la decisión de no buscar otra

ciencia que la que pudiera hallar en mí mismo o en el gran libro del mundo, dediqué el resto de

mi juventud a viajar, a conocer cortes y ejércitos, a tratar con gentes de diversos temperamentos y

condiciones, a recoger diferentes experiencias, a ponerme a mí mismo a prueba en las ocasiones

que la fortuna me deparaba, y a hacer siempre tal reflexión sobre las cosas que se me

presentaban, que pudiese obtener algún provecho de ellas."6

Después de sus estudios opta, pues, por la carrera de las armas y se enrola en 1618, en

Holanda, en las tropas de Maurice de Nassau, príncipe de Orange. Allí conocerá a un joven

científico, Isaac Beeckman, para quien escribe pequeños trabajos de física, como "Sobre la

5
Filosofía moderna, noviembre 3, 2018. https://enciclopediaonline.com/es/filosofia-moderna/
6
El discurso del método, Editorial Leyde, Ciudad Leiden, 1637.
presión del agua en un vaso" y "Sobre la caída de una piedra en el vacío", así como un

compendio de música. Durante varios años mantienen una intensa y estrecha amistad, ejerciendo

Beeckman una influencia decisiva sobre Descartes, sobre todo en la concepción de una física

matemática, en la que había sido instruido por Beeckman. Continúa posteriormente sus

investigaciones en geometría, álgebra y mecánica, orientado hacia la búsqueda de un método

"científico" y universal.7

Pasa su tiempo en una habitación calentada por una estufa, donde elabora su método, fusión de

procedimientos lógicos, geométricos y algebraicos. De esa época será la concepción de la

posibilidad de una matemática universal (la idea de una ciencia universal, de un verdadero saber)

y se promete emplearla en renovar toda la ciencia y toda la filosofía.

La noche del 10 de noviembre de 1619 tiene tres sueños sucesivos que interpreta como un

mensaje del cielo para consagrarse a su misión filosófica. La importancia que concede Descartes

a estos sueños choca con las características que se le atribuyen ordinariamente a su sistema

(racionalismo), pero según el mismo Descartes nos relata, estarían en la base de su determinación

de dedicarse a la filosofía, y contendrían ya la idea de la posibilidad de fundamentar con certeza

el conocimiento y, con ello, reconstruir el edificio del saber sobre cimientos firmes y seguros.

En 1628 se retira a Holanda para trabajar en paz. Permanecerá allí veinte años, cambiando a

menudo de residencia, completamente ocupado en su tarea filosófica. Comienza por componer un

pequeño tratado de metafísica sobre el alma y Dios del que se dice satisfecho y que debe servir a

la vez de arma contra el ateísmo y de fundamento de la física. Dicho tratado contendría ya las

ideas fundamentales de lo que serían posteriormente las "Meditaciones metafísicas"8, según

7
Rene descartes, s.f, https://historia-biografia.com/rene-descartes/.
8
La primera verdad, s.f, https://www.webdianoia.com/moderna/descartes/desc_cogito.htm
algunos estudiosos del cartesianismo, opinión no compartida por otros, que creen demasiado

temprana la fecha como para que Descartes estuviese ya en posesión de su metafísica.

En 1643 conoce a Elizabeth de Bohemia, hija del elector palatino destronado y exiliado en

Holanda. La princesa lo adopta como director de conciencia, de donde surgirá una abundante

correspondencia en la que Descartes profundiza sobre la moral y sobre sus opiniones políticas y

que le conducen en 1649 a la publicación de "Las pasiones del alma"9, más conocida como el

Tratado de las pasiones, que será la última obra publicada en vida del autor y supervisada por él.

El racionalismo cartesiano tiene una sólida manifestación en su método, elaborado a partir de

los descubrimientos de Galileo, Kepler y de sus propias investigaciones científicas. De ese modo,

planteó la necesidad de elaborar una nueva lógica de la ciencia natural mecanicista, que sería,

según él, el método universal que establecería la vía adecuada de la investigación científica. En

Descartes, el método racionalista estaba vinculado, en gran medida, al idealismo porque él

consideraba que en la razón humana conviven las ideas innatas, independientes de la experiencia.

De esta forma determinó que los principios lógicos y matemáticos fundamentales del método son

principios innatos, independientes de la experiencia.

Descartes propugnó la unidad de todas las ciencias que dependen de un único método,

obtenido a partir del modelo que ofrecen las matemáticas. Así otorgó a la razón la condición de

fuente principal de conocimiento y seguro criterio de verdad.

Según su expresión, sólo puede alcanzarse la meta de formular el método reclamado por la

ciencia si el investigador lograba revelar la célula del mismo; es decir, la condición que permite

al método convertirse en teoría y a la teoría en método, y esta necesidad derivaba del carácter

instrumental del método. Sobre tales principios asentó su método que era, al mismo tiempo, el
9
Las pasiones del alma, s.f. https://es.wikipedia.org/wiki/Las_pasiones_del_alma.
punto de partida y el cierre de su filosofía. Como la inteligencia es propia de todos los hombres,

el método debe ser uno y universal, no limitado a materia alguna en particular, sino aplicable a

todo conocimiento. El método tiene como principal objetivo facilitar el uso natural de la razón.

En este sentido, Descartes transformó su método matemático en el método de estudio de toda la

realidad. Ello exigía la consideración de las ideas como modelos a los que debía ajustarse la

realidad, o más bien la realidad misma. De esta manera, el pensamiento fue para Descartes la

condición del ser y el "cogito" el principio o punto de partida del que la realidad puede ser

deducida.

El método de Descartes parte de verdades evidentes (axiomas) para extraer o deducir a partir

de ellas otras verdades. Lo primero que hay que hacer es indagar, investigar, dudar, y así la

propia duda deviene método o camino que orienta la búsqueda del saber. Según sus criterios, para

pensar correctamente hay que pensar ordenadamente; es decir, hay que seguir un método para

avanzar paso a paso10.

Para Descartes, intuición y deducción son las dos operaciones fundamentales de la mente. La

intuición es el acto intelectual mediante el cual la razón alcanza la evidencia. Según el propio

Descartes no es el testimonio vacilante de los sentidos o el juicio fullero de la imaginación, sino

un concepto de la mente pura y atenta, tan sencilla e innegable que no queda ninguna duda

alrededor de su veracidad. Lo planteado significa, que la intuición, se auto fundamenta y se auto

justifica a sí misma, ya que tiene como garantía la transparencia entre razón y contenido intuitivo;

por tanto, es aquella idea clara y diferente que refleja "sólo la luz de la razón", aun cuando haya

sido comparada con otras ideas.

La deducción racional es la operación discursiva que orienta el curso de la búsqueda de

10
Razón y método, s.f, https://www.webdianoia.com/moderna/descartes/desc_metodo.htm
la verdad; por consiguiente, supone un camino, una demostración o encadenamiento lógico o

sucesión. La deducción representa el movimiento ordenado del saber, que va de proposición en

proposición estableciendo lazos entre las verdades intuitivas. En otro momento Descarte

incorporó una tercera operación: la enumeración incompleta o inducción cuyo aporte al

conocimiento complementa la calidad de los resultados. El uso limitado de la inducción en el

método, fundamentalmente deductivo de Descartes, constituye un atisbo de dialéctica que

incorpora frescura y precisión al método cartesiano; Federico Engels reconoció que

independientemente del predominio del método metafísico.11

De acuerdo con Descartes, el método consiste en dictar ciertas reglas y sencillas para emplear

correctamente estas dos operaciones mentales e impedir que jamás la razón admita un error por

una verdad. La finalidad del método consistirá en posibilitar el ejercicio de la intuición, y en

señalar la manera adecuada de realizar deducciones, así como en seguir el orden.

Al conformar su método racionalista puso en duda el valor de la lógica tradicional porque a

juicio suyo está en nada contribuye al descubrimiento de nuevas verdades. La verdadera lógica

aseguraba no son las formas del silogismo, sino las reglas que guían la razón y permiten al

investigador adquirir los nuevos conocimientos. Su método universal comprende tres

componentes teóricos básicos estrechamente vinculados entre sí:

1. Todo problema científico es en sí mismo un problema formulado en el lenguaje de la

matemática.

2. Todo problema matemático es en esencia un problema algebraico.

3. Todo problema algebraico se reduce a la solución de una ecuación única.12

11
Idem.
12
Polo Leonardo, evidencia y realidad en Descartes,1996.
De lo anterior puede inferirse que el método racionalista de Descartes es matemático por su

naturaleza y se reduce a las reglas de no admitir nunca como verdadero aquello que no es

conocido con evidencia lo que era, ni aceptar juicios no claros que lleven a la duda. Este principio

de la evidencia es subjetivo y tiene un carácter idealista porque incluso, muchas cosas que

Descartes consideraban evidentes y claros no eran más que errores. Dividir cada una de las

dificultades investigadas en tantas partes como sea posible y necesario para superarlas mejor.

Mantener determinado orden del razonamiento, empezado por los objetos más sencillos y de más

fácil comprensión para ir ascendiendo paulatinamente al conocimiento de lo más complejo,

ampliando ese orden incluso allí donde los objetos del razonamiento no aparecen en su vínculo

natural. Elaborar siempre una relación tan completa y general que permita tener la seguridad que

no se ha cometido omisiones.

Este método racionalista de Descartes, progresivo para su época, tuvo sin embargo serias

limitaciones; por ejemplo: Él mismo fue reducido a un conjunto de reglas planteadas

subjetivamente porque no tenían en cuenta las leyes propias de los objetos estudiados, lo que

demuestra que la concepción cartesiana del método científico no pudo superar su concepción

metafísica de las ciencias naturales al fundamentarlo filosóficamente.13

El método racionalista de Descartes estaba vinculado al idealismo puesto que a través de él el

filósofo llegó a la solución de la existencia de ideas innatas independientes de la experiencia. El

método absolutiza el papel de la razón, es decir, de las deducciones. Descartes no comprendió el

significado gnoseológico de la práctica lo que lo llevó a desligar el pensamiento del mundo

exterior. Independientemente de los argumentos que revelan los puntos débiles del método

racionalista de Descartes, el mismo tuvo el innegable mérito de haber constituido un paso de

13
El método cartesiano, s.f,
https://es.m.wikiversity.org/wiki/L%C3%ADneas_principales_del_pensamiento_de_Ren%C3%A9_Descartes
avance en el desarrollo de la concepción acerca de la metodología científica de la Época

Moderna, a la vez sirvió de arma teórica en la lucha de la filosofía moderna contra la escolástica.

El método deductivo elaborado por Descartes, respondía a las exigencias del desarrollo

alcanzado por las ciencias de su tiempo y constituyó un poderoso instrumento para la

profundización de los conocimientos acerca de la naturaleza y un recurso muy útil para combatir

la escolástica y la teología. Desde esa perspectiva, contribuyó denodadamente a convertir a la

filosofía en un camino racional hacia la verdad. Uno de sus grandes logros fue su progresiva

fundamentación de su proyecto inicial de unidad entre todas las ciencias, para lo cual elaboró su

método como propuesta universal del conocimiento científico. Su doctrina ha sido llamada

dualismo cartesiano o dualismo de sustancias y consiste, en pocas palabras, en la postulación de

dos tipos esencialmente distintos de sustancias en el mundo: la res ex-tensa y la res cogitans. Al

primer tipo pertenecen todas las cosas físicas, extensas, es decir, aquellas que caen bajo las leyes

de la mecánica. Al segundo tipo, en cambio, pertenecen aquellas entidades que no se extienden

en el espacio y cuya esencia es la actividad cognitiva, el pensar. Así, todo aquello que caiga

dentro de la categoría de la res cogitans se resistirá a ser explicado en términos de leyes causales,

pues éstas sólo gobiernan en el ámbito de la res extensa, la idea básica del dualismo de sustancias

descansa, según Descartes, en la intuición clara y distinta de que nuestra alma es esencial para

nuestra existencia en un sentido en que el cuerpo no lo es.14

Descartes llega a esta conclusión a través de un mecanismo filosófico denominado duda

metódica que consiste, a grandes rasgos, en poner en duda todo aquello de cuya existencia

podemos dudar.

14
Teoría del conocimiento y metafísica, s.f, p.2
De esta forma, él logra dudar no sólo de la existencia de todos los objetos del mundo sino

también de su propio cuerpo, hasta el punto de llegar a deducir que lo único indudable es el hecho

de que él es una cosa que duda. Y como dudar es un acto del pensamiento, juzga conveniente

postular como una verdad irrefutable, clara y distinta, que es, en esencia, una cosa que piensa. A

partir de esta noción, Descartes desarrolla una serie de argumentos a favor del dualismo de

sustancias que siguiendo a Flanagan pueden ser resumidos en tres. El primero de ellos aparece

hacia el final del Discurso del método y presenta la siguiente forma:

Argumento uno: a) No puedo dudar de que yo existo como un ser pensante. Pero,

inmediatamente después, advertí que, mientras deseaba pensar de este modo que todo era falso,

era absolutamente necesario que yo, lo pensaba, fuese alguna cosa. Y dándome cuenta de que

esta verdad: pienso, luego soy, era tan firme y tan segura que todas las más extravagantes

suposiciones de los escépticos no eran capaces de hacerla tambalear, juzgué que podía admitirla

sin escrúpulo como el primer principio de la filosofía que yo indagaba. b) Puedo, sin embargo,

dudar de que existo como un ser extenso ya que puedo dudar de la existencia de mi cuerpo.

Posteriormente, examinando con atención lo que yo era, y viendo que podía fingir que carecía de

cuerpo, así como que no había mundo. c) Luego, el pensamiento es esencial para mi existencia,

pero mi cuerpo no lo es en modo alguno. Y al ser esencialmente distintos, deben ser de

naturalezas distintas. llegué a conocer a partir de todo ello que era una sustancia cuya esencia o

naturaleza no reside sino en pensar y que tal sustancia, para existir, no tiene necesidad de lugar

alguno ni depende de cosa algún material. De suerte que este yo, es decir, el alma, en virtud de la

cual yo soy lo que soy, es enteramente distinta al cuerpo, más fácil de conocer que éste y, aunque

el cuerpo no fuese, no dejaría de ser todo lo que es.


El segundo argumento, expuesto en la sexta de sus Meditaciones metafísicas, llega a la misma

conclusión a través de una vía ligeramente distinta: Argumento : a) Si puedo concebir (esto es,

tener la idea de) dos cosas como separadas, entonces puedo concluir con certeza que son de

naturalezas distintas. ...basta con que yo pueda entender clara y distintamente una cosa sin otra

para que esté cierto de que una es diferente de otra, b) Por una parte tengo la idea clara y distinta

de mí mismo, en tanto que soy sólo una cosa pensante, no extensa, y, por otra parte, la idea

distinta del cuerpo, en tanto que es sólo una cosa extensa, no pensante. c) Por lo tanto, es cierto

que yo soy realmente distinto de mi cuerpo, y que puedo existir sin él. Ambos argumentos han

sido ampliamente cuestionados desde hace ya mucho tiempo, y reconstruir la totalidad de las

críticas es una labor que no tengo pensada desarrollar. Baste aquí con resumirlas del siguiente

modo.

Al respecto del argumento 1, se dice que éste sólo funciona en caso de que se acepte la

siguiente suposición: cuando se conoce con certeza que una entidad tiene la propiedad x, pero no

se conoce con certeza que tiene la propiedad y, entonces x es esencial para la entidad, pero y no.

Pero este supuesto es falso, ya que puede considerarse el caso de que exista un objeto del que

sólo conocemos una propiedad, y no otra, aunque ambas le sean esenciales. Por ejemplo, uno

puede saber con certeza que la trilateralidad es una propiedad esencial de todo triángulo, pero

ignorar que la suma de sus ángulos internos es igual a 180º. En ese sentido, de ser cierta la

suposición, sólo la primera propiedad sería esencial en el triángulo, pero sabemos que la segunda

también lo es.

Del argumento 2, por otra parte, se dice que Descartes cae en una petición de principio, pues le

resulta imposible dar cuenta de lo que es percibirse como algo que piensa e inextenso. La única

forma que él tiene para explicar la no extensión del alma es contraponiéndola a la extensión del
cuerpo, pero si todo conocimiento de la res extensa es, ex hipótesis, incompatible con el

conocimiento de la res cogitans, ¿cómo puede ser posible que lo uno sea la clave para entender lo

otro? Este contra argumento ha sido considerablemente desarrollado por el conductismo lógico y

será tema de la sección II.

Sin embargo, aún es posible encontrar también en la Meditación VI- un tercer argumento

sutilmente distinto a los anteriores, aunque igualmente susceptible de recibir la crítica que, como

antes anunciaba, se le formuló al segundo: Argumento a) Una entidad no puede poseer una

propiedad y su opuesta. b) Encuentro que mi cuerpo es divisible, mientras que mi mente no lo es,

advierto aquí, en primer lugar, que hay gran diferencia entre la mente y el cuerpo, pues el cuerpo

es siempre por naturaleza divisible, mientras que la mente es absolutamente indivisible, c)

Entonces, el cuerpo es distinto de la mente. y esto solo bastaría para enseñarme que la mente es

completamente diferente del cuerpo.15

Es importante anotar en este punto que algunos teóricos, preocupados por la radicalidad del

dualismo de sustancias, han preferido interpretar de un modo distinto este último argumento. La

conclusión a la que llegan, en breve, puede exponerse así: no es que haya una sustancia mental

distinta de una física, sino más bien que hay algo físico que tiene ciertas propiedades mentales

que ninguna otra cosa física tiene. De este modo, concluyen que el cerebro tiene propiedades

mentales que ninguna otra cosa física tiene. Estas propiedades le permiten al cerebro tener la

capacidad de dudar, entender, concebir, afirmar, negar, querer, no querer, imaginar, sentir, entre

otro, y, en general podría decirse la misma clase de actividades que Brentano describiría como

intencionales.

15
Piñuel José, Metodología y técnicas de Descartes, Copyright Estudios de Sociolingüística, 2002.
Esta nueva versión del dualismo, más débil que el cartesiano, ha sido denominada dualismo

de propiedades, y se encuentra reflejada principalmente en dos vertientes teóricas distintas: el

epifenomenalismo y el dualismo interaccionista de propiedades. El primero sostiene, en pocas

palabras, que mientras el cerebro causa los fenómenos mentales en virtud de su actividad física,

estos últimos no tienen ningún poder causal sobre dicho órgano y, en consecuencia, sobre

ninguna otra cosa física. La segunda doctrina, en cambio, busca eliminar la impotencia causal de

lo mental sobre lo físico y sostiene que, si bien las facultades mentales son propiedades

emergentes de la actividad cerebral, sí tienen poder causal sobre el cerebro y, de allí, sobre el

comportamiento.

Descartes llega a la conclusión de que existen dos sustancias distintas en el mundo, a través de

un proceso de auto observación, un tipo de investigación que podríamos llamar en primera

persona. Claramente, para que la estructura del argumento funcione en todos por igual, el filósofo

presuponía que cualquier persona podría reproducir sus argumentos para sí mismo, de forma que

su conclusión se convirtiera en una verdad general.

Sin embargo, valga decir, la idea cartesiana de que la introspección nos lleva necesariamente a

la conclusión de que existimos como una res cogitans, ha sido cuestionada casi desde su misma

aparición y contamos con argumentos suficientemente sólidos (Kant y Hume son sólo dos

ejemplos) que nos invitan a ponerla seriamente en duda. En todo caso, lo que me interesa rescatar

en este punto es que, de ser cierto, el dualismo implicaría algo que un par de siglos más tarde

Brentano describiría del siguiente modo; la psicología es la ciencia que estudia las propiedades y

leyes del alma, que descubrimos en nosotros mismos directamente por medio de la percepción

interna, y que inferimos, por analogía, que existen en los otros.16

16
La filosofía de descartes, s.f.
Esta característica introspeccioncita ha llevado a muchos teóricos a sostener que la aceptación

del dualismo implicaría la imposibilidad de una ciencia psicológica, ya que, si la mente humana

sólo puede ser conocida en primera persona, sería imposible cualquier estudio psicológico

intersubjetivo, a menos que se aceptasen leyes establecidas por analogía. Por supuesto, esto haría

que la psicología no pudiera ser considerada ni remotamente similar a la física (o a la mecánica),

pues las cosas que ésta estudia son, por definición, objetivas y, como tales, susceptibles de ser

analizadas en tercera persona. En caso de que fuera cierto, el dualismo haría que el ámbito de la

psicología se redujera a las simples conclusiones subjetivas extrapolables únicamente en primera

persona, de forma que habría de sostenerse que:

1. La investigación psicológica es por naturaleza introspectiva y los resultados conseguidos

por esta vía sólo pueden darnos luces al respecto de nuestra propia mente, pero nada pueden

decirnos con certeza sobre las demás (Tesis de la introspección). Esta consecuencia está a su vez

amparada por otro corolario que –en principio- se seguiría de la aceptación del dualismo, y que

ha resultado siendo una de las principales razones para cuestionar la postura cartesiana.

2. Si la mente humana no es física, entonces ningún conocimiento del cerebro podrá

enriquecer nuestro saber psicológico, pues las leyes a través de las cuales explicamos la

naturaleza de los objetos físicos serían inaplicables en el ámbito del alma humana (Tesis de la

autonomía de la psicología).

Y finalmente, la admisión de tal postura en cualquiera de sus formas, lleva a la postulación de

lo que se conoce como ‘irreductibilidad de lo mental’. Los fenómenos mentales son por

naturaleza irreductibles a los fenómenos físicos, es decir, los primeros no pueden explicarse en

términos de los segundos (Tesis de la irreductibilidad de lo mental). Estas consecuencias han sido

sumamente importantes a lo largo de la tradición filosófica contemporánea y constituyen las


razones por las que se considera a la postura cartesiana como el origen de la mayor parte de las

disputas en filosofía de la mente. En particular, han dado origen a dos de los más discutidos

aprietos conceptuales de los últimos cien años, el problema de las otras mentes y el problema

mente cuerpo.

El primero es considerado un problema netamente epistemológico y consiste, brevemente, en

que, de aceptarse, no habría forma de saber con certeza nada de ninguna mente, salvo de la

propia. Podemos, por supuesto, inferir por analogía que si una persona sonríe o se queja está

sintiendo alegría o dolor, ya que eso hacemos nosotros cuando experimentamos tales eventos

mentales. No obstante, de ser cierto que no podemos sino tener acceso a nuestra propia vida

mental, no habría modo de construir leyes psicológicas justificadas que se aplicasen a todas las

personas por igual y, de esta forma, el estatuto científico de la psicología quedaría en

entredicho.17

El problema mente cuerpo, en cambio, es ontológico y surge cuando se reconoce que la

aceptación del dualismo, en cualquiera de sus formas, enfrentaría serios problemas al momento

de dar cuenta de la causación mental. Una de las consecuencias que Descartes pretendía extraer

de su teoría, era que no todas las cosas en el mundo estaban supeditadas a las explicaciones

causales mecanicistas; en realidad, sólo aquellas cosas que caían bajo el dominio de la res extensa

estaban, en un sentido estricto, determinadas por las leyes de la naturaleza.

Pero el alma humana, al ser una sustancia distinta y contrapuesta a los objetos de la física, no

se encontraba determinada por ninguna ley causal, de forma que las acciones intencionales del

hombre esto es, mentalmente causadas podían considerarse libres y no compelidas.18

17
Reglas para la dirección del espíritu, s.f.
18
Idem.
Descartes creía que la encargada de comunicar al alma con el cuerpo era la glándula pineal,

una complicada parte del cerebro en la que el alma encontraba asiento y en virtud de la cual podía

unirse a él, no como un piloto a su navío, sino más estrechamente, casi confundiéndose, para

formar así un sólo todo

Descartes definía al alma, lo que estaba haciendo en realidad era describir negativamente a la

res extensa, usando antónimos de los adjetivos que utilizó al hablar de los objetos físicos. El

alma, así definida, se entendía como una cosa inextensa, indivisible, no física, etc., pero como

una ‘cosa’ al fin y al cabo; del mismo modo, sus procesos se entendían como otra clase de causas

y efectos, pero ‘causales’ en todo caso. Era como si Descartes estuviera buscando un tipo de

sustancia que, sin comportarse del modo en que lo hacían los objetos físicos, se ‘pareciera’ a

ellos.

Potrebbero piacerti anche