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ESTADO DE ARTE:

Hablar de política penitenciaria y carcelaria en Colombia, en el sentir de algunos, es


referirse a una de nuestras utopías de fin del milenio. 
La política penitenciaria al igual que la criminal, no deben ser el resultado de la reacción
frente una situación coyuntural, sino que deben tener vocación de permanencia y deben
sustentarse en el respeto de la dignidad humana, en la vigencia de los derechos y
libertades fundamentales, y en los principios que debe mantener y desarrollar el derecho
penal dentro de un Estado social y democrático de derecho.
Como toda política de Estado, no es fácil de definirse ni de planearse, más aún difícil en
cuanto menos se piensa sensata y razonadamente, y resulta de la improvisación de
mecanismos y proyectos, que si bien no son ineficaces per sé, no cuentan con el respaldo
de estudios serios que los soporten. 
Ciertamente la problemática carcelaria que vivimos, o mejor aún que padecemos, dificulta
la posibilidad de realizar los análisis y las evaluaciones científicas que se requieren para el
mejoramiento de nuestro sistema penitenciario y carcelario, pero como nada es fruto de la
generación espontánea, justamente si hemos llegado al fondo de la crisis es porque
mientras que caíamos en el laberinto, no nos percatamos de ello. 
Mucho se ha escrito ya sobre la crisis de la prisión; parece haber consenso al respecto. Sin
embargo, es necesario señalar que le problema se agrava cuando hablamos de una crisis
sobre otra crisis, ya que en países como el nuestro, con serios problemas económicos y
políticos, la prisión se convierte en un asunto indispensable de remediar.
Implantar y efectivamente aplicar medidas alternativas a la prisión es un imperativo
innegable en nuestro medio. Sin embargo ¿Deben las alternativas de la prisión convertirse
en la regla y la prisión ser la excepción?. 
¿ Qué sucede en nuestras cárceles en materia de derechos humanos?, ¿ Cuál es la
importancia que en este tema particular juegan los Convenios Internacionales de
protección de derechos humanos? ¿ Cómo se ha manifestado la Corte Constitucional
respecto de los derechos de las personas privadas de la libertad?. 
Los anteriores son tan solo algunos de los temas que se van a tocar a lo largo de las
siguientes páginas y que el fin inmediato que pretenden simplemente es sensibilizarnos un
poco con nuestra situación penitenciaria y carcelaria, independientemente que en el largo
plazo puedan de alguna manera contribuir como un grano de arena en la construcción del
país que todos soñamos. 
Confiamos en que algún día los organismos del Estado tomen conciencia sobre éstos
álgidos temas, y con base en estudios serios y estructurados en los cuales participen
activamente quienes en última instancia toman las decisiones, se adopten las políticas
adecuadas por el bien de los seres humanos que están privados de la libertad.

Los orígenes político-culturales del Derecho Penal moderno se remontan en buena medida
al Iluminismo de 1700, que trajo nuevas ideas sobre el ser humano y las instituciones
políticas, que repercutieron en las ideas jurídicas, particularmente en el ámbito penal con
el surgimiento de Dei Delliti e delle Pene (Tratado de los Delitos y de las Penas, publicado
en 1764), de Cesare Bonnesana marqués de Beccaria, libro que denunció el arbitrario
ejercicio del poder
Los aportes más importantes de esta época fueron:

 Principio de Legalidad: Estableció́ que nadie puede ser juzgado sino por las leyes
preexistentes al hecho o acto delictivo. Es decir deben haber sido definidas con
anterioridad.
 Proporción en las Penas: Debe haber un equilibrio existente entre las penas y el castigo.
 Reparación: Debe darse una reparación o compensación por el daño causado.
Las ideas reformadoras generaron: una nueva estrategia de poder, se buscaba una justicia
regular, universal y flexible; la pena pasó a tener un efecto intimidatorio, impidiendo la
reincidencia en los delitos y produciendo resultados no solo en cabeza de quien se aplica
sino en el resto de la sociedad, entonces se calculaba la pena en función de su posible
repetición y no de su origen.

DANIEL OTERO URIBE.


PAOLA COY COY.
NAZLY PINZON.

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