Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
A continuación, le estaré hablando sobre la Reforma Constitucional del 1875, pero antes de
abarcar el tema, primero tenemos que saber: ¿Qué es la Constitución? ¿Por qué adecuarla?
La Constitución es el ordenamiento jurídico del país, el conjunto de normas jurídicas, que
caracterizan ese ordenamiento y hay que adecuarla, reformarla, que es casi lo mismo que
darse una nueva Constitución, pues toda reforma constitucional da paso a una nueva
Constitución. También se puede definir como la carta magna de un país o la forma de un
gobierno que tiene cada estado. De lo que se trata es de adecuar las normas jurídicas de la
nación, la ley de leyes a los tiempos actuales, a las demandas vigentes en la sociedad
dominicana del siglo XXI. De eso se trata esta modificación constitucional y no de otra
cosa.
La historia constitucional de República Dominicana es un reflejo de la agitada vida política
de nuestro país y resulta particularmente inestable. Se han contabilizado alrededor de 37
constituciones escritas, sin contar el Acta Constituyente de 1821, proclamada en el
momento de su independencia en España.
Para un país la constitución es el conjunto de leyes mediante las cuales se establece no solo
la forma de gobierno, sino las modalidades o formas para poner a funcionar los poderes
públicos. Algunos historiadores le llaman a nuestra constitución: "El acta de nacimiento de
la nación dominicana".
En todo caso, no fue hasta 1844 (cuando se independizó de nuevo la República, esta vez de
Haití) cuando se aprobó la primera Constitución, la denominada Constitución de San
Cristóbal. Luego, esa constitución fue modificada en 1854 (dos veces) y 1858 (Constitución
de Moca). En 1865 se aprobó una nueva Constitución, la cual fue reformada en múltiples
ocasiones (1866, 1868, 1872, 1874, 1875,).
CONSTITUCION DEL 1875
Duarte nos enseñó, con la palabra y el ejemplo, a querer la patria con amor invariable, con
entrega total y con absoluto empeño de beneficiarla en todo lo posible. A tener fe en el
pueblo Dominicano. A ser dueños de nuestro propio destino y a no ceder ninguna porción
de nuestro territorio a ninguna nación extranjera. También nos enseñó el respeto a la ley,
por ser la regla a la cual deben acomodar sus actos, tanto los gobernantes como los
gobernados. A ejercer con honestidad la política, porque ésta debe realizarse con desinterés
económico, justicia y patriotismo, evitando que sea enturbiada por las pasiones y los
intereses partidarios. De igual modo nos enseñó a amar la libertad de tal manera que la
consideremos como ó lo más preciado de la vida. A luchar por la unión de todos los
dominicanos, sin tomar en cuenta las clases ni las diferencias raciales. A ver la justicia
como el fundamento de la felicidad social. A luchar por una sociedad libre de privilegios
políticos o económicos que se opongan a la unión armoniosa de todas las clases sociales y a
considerar a Dios, a la libertad y a la patria como lo supremos intereses del pueblo
dominicano.