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2 abril, 2020
Hace menos de un mes que Amanda Céspedes fue abuela, pero por estos días
tiene que conformarse con ver crecer a su única nieta a través del teléfono y
disfrutar sus fotos en redes sociales. Por eso, a la hora de dar
recomendaciones para los niños en tiempos de cuarentena, pide manga ancha,
incluso duplicar los tiempos de permiso que se daban antes, pero con límites de
horario.
—Y en una situación como ésta, ¿cuánto es el tiempo recomendable para que los
niños estén en esta situación de “teletrabajo”?
—Las condiciones físicas son muy diferentes en los distintos hogares. Hay
hogares en que los niños tienen un espacio físico adecuado y hay casas
pequeñas en que hay un alto grado de hacinamiento, el hacinamiento va de la
mano de la violencia y no tienen espacios reales donde puedan hacer sus
trabajos, sin contar con que muchos niños no disponen de dispositivos digitales
en los cuales puedan hacer sus trabajos. Muchos niños rurales no disponen de
computadores ni acceso fácil a las plataformas digitales de aprendizaje. Todos
quienes están diseñando hoy día el trabajo académico, el teletrabajo
académico deben tener presentes que esto es una situación de excepción, no
sólo física, sino que sicológica.
“Hay mucha tensión, hay mucho miedo, hay mucha incertidumbre, y ese es un
llamado de parte mía a aquellos que quieren que el año no se pierda y que se
pasen todos los contenidos para que al final del año los objetivos de
aprendizaje hayan sido logrados, eso es una utopía. No sólo eso, quizá eso es
pasar por encima de lo que es un niño. Hoy día un niño es un ser pequeño y
asustado. Es un adolescente que se pregunta qué va a pasar con mi vida. Yo
pediría indulgencia y no nos pongamos como primer objetivo salvar el año
escolar porque eso es algo inútil, pongámonos como primer objetivo cautelar el
bienestar sicológico de los niños, eso es fundamental “, asegura la
especialista en desarrollo emocional y aprendizaje
—Siempre buscamos que los niños estén el menor tiempo posible conectados a
pantallas y redes sociales, ¿qué hacemos ahora?
—Yo creo que en estos momentos hay que tener manga más ancha, hay que
multiplicar por dos el tiempo que uno les permite estar en redes sociales, no
tanto en los videojuegos, que son muy tensionantes. En todo caso, hasta cierta
hora, no más allá de las 8 de la noche. Después ojalá se busquen otras formas
de interacción, se converse en familia, se vea una película juntos, se juegue
carioca, pero ojalá no estar hasta las 11 de la noche conectados.