Año 12 / Nº 62

Abril / Mayo 2020

B a r i l o c h e - P a t a g o n i a / D i s t r i b u c i ó n g r a t u i t a

Francisco Ramos Mejía en ARTE Y OFICIO páginas 18 a 22

Editorial
La revista del todo Sumario
Queridos amigos: Archivo Visual Patagónico Pág. 2

La cuestión del estilo

Una vez más nos encontramos comenzando a
transitar la estación de los colores, el otoño desplie- Por Martha Levisman y Federico Silin
ga su paleta de pintor deleitándonos con sus combi-
naciones que alternan los verdes de la flora perenne Salud, Ciencia y Conciencia Pág. 8
con las amarillas alamedas, los lengales rojizos y la
Plantas condimenticias: sabor y salud
gama de ocres del follaje todo, que soltándose bus-
ca la tierra para mullirla y enriquecerla con nuevos Por Sara Itkin
nutrientes que se incorporarán al ciclo continuo de
la naturaleza. Pero este otoño nos encuentra atrave- El Fogón del Encuentro Pág. 11
sando –en tanto comunidad mundial– una circuns-
tancia sanitaria difícil, circunstancia que nos obliga a La Asociación Civil NorteSur
tomar conciencia de la fragilidad inherente a nuestra Por Sebastián Carapezza
condición humana y la importancia de responsabili-
zarnos individualmente por las consecuencias colec- Arte y Oficio Pág. 18
tivas de nuestro accionar individual. En ese sentido
nos parece oportuno resaltar la necesidad de aportar Francisco Ramos Mejía
cada uno nuestro granito de arena cumpliendo con San Carlos de Bariloche
las medidas tomadas por las autoridades en materia
de salud pública, conscientes de que la minimiza- Páginas Patagónicas Pág. 23
ción de los efectos de esta crisis depende de cada
una y cada uno de nosotros. Disfrutar del hogar en Dos cuentos de Lidia Garro
compañía de buenas lecturas es una de las maneras Por Lidia Garro
de hacerlo, ojalá que las palabras que compartimos
en este número contribuyan en ese sentido. ¡Hasta Hombres y Mujeres de mi Tierra Pág. 26
la próxima!
El equipo de Revista Todo La crisis del ‛30 en Bariloche
Por Nicolás Facundo Vezzosi Foures
Staff
Todos los Chicos Pág. 31
Dirección General: Roberto Juan Gilio
Dirección Editorial: Sebastián Di Silvestro Juegos, curiosidades
Dirección Comercial: Irene Peralta
y cuentos para pensar…
Escriben en este número: Martha Levisman, Sara Itkin,
Sebastián Carapezza, Francisco Ramos Mejía, Raúl Catalá,
El Árbol Generoso
Lidia Garro, Nicolás Facundo Vezzosi Foures, Sheldon
Silverstein, Cholo Pereira e Irene E. Peralta.
Por Shel Silverstein
Colaboraron con este número: Francisco Ramos Mejía,
Valeria Didko, Jimena Lamela, Lidia Garro, Martha Costumbres del Sabor y del Saber Pág. 36
Levisman, Laura Méndez, Federico Silin y Laura García
Sabores para el tiempo de los colores
Rodríguez.
Ilustración: Martín Chirulo Por Cholo Pereira
Redacción y Corrección: Raúl Catalá
Producción Editorial: EDICIONES PATAGONIA ESCRITA
Facturas libres de gluten
Diagramación: DIDOT/diseño & diagramación Por Irene Enriqueta Peralta
Impresión: Arcángel Maggio / Lafayette 1695 (C1286AEC)
Buenos Aires - Argentina Cartas de Papel Pág. 39
Propietario de la Publicación: Quetrihué S.A.
Dirección: Luis Piedrabuena 5152 – Bariloche / Río Negro La Página de Chirulo
Registro de la propiedad intelectual Nº 57634478
2 Archivo Visual Patagónico

La cuestión del estilo

“Desde el año 2018, existe en el Senado de la Nación, un proyecto
de Ley que declara Monumento Histórico Nacional diversas obras
arquitectónicas realizadas por el Arquitecto Alejandro Bustillo (…)”
Por Martha Levisman

Para comprender una obra de arte
“Los estilos no son sino formas
de estilos de construcción.”
Alejandro Bustillo
“(...) es preciso representarse con la mayor exacti-
tud posible, el estado de las costumbres y el estado
del espíritu del país y del momento en que el artista
produce sus obras. Esta es la última explicación; en
ella radica la causa inicial que determina todas las
demás condiciones (...) Las producciones del espíri-
tu humano como las de la Naturaleza, sólo pueden
explicarse por el medio que las produce (…)”(1)
En una publicación de The Journal of Decorative
and Propaganda Arts del año 1992(2) dedicado a la
Argentina, escribí un artículo al que puse el títu-
lo de “Bariloche Style” que subsistió como eje de
mis trabajos posteriores que continuaron el aná-
lisis de la obra de Bustillo con la documentación
de su archivo para comprender las ideas que la
sustentaban.
La nota describía un sueño, que se iniciaba en el
mito de la ciudad de Los Césares, ciudad de oro y pla-
ta, que había sido central para la movilización de los
primeros expedicionarios que la buscaban sin nunca
encontrarla, en un sitio perdido de la Cordillera.
La leyenda fue muy estudiada por Pedro de
Angelis y publicada en 1780 en “La Ciudad encanta-
da de la Patagonia”; empero en 1870 todavía George
Chaworth Musters la menciona a través de los frecuen-
tes comentarios de los patagones a quienes acompa-
ñó en su expedición rumbo al norte de la Patagonia.
Esa leyenda encajaba casi perfectamente en el
pacto descripto por Exequiel Bustillo en su obra “El
despertar de Bariloche” consolidado en la década de
1930 en París durante el golpe militar de Uriburu y
desarrollado en la península Huemul con un grupo
de amigos “representantes de la generación del 80
con la ilusión o fantasía colonizadora.”

Vista parcial del Centro Cívico - Año 1940 - Foto J. Pagliere - Col. De Estrada en AVP

Hotel Llao Llao en construcción - Año 1938 - Foto Heriberto Reichart - Col. Reichart en AVP
Describe el lago Nahuel Huapi, visto por primera vez
como de “soberbia belleza, sin saber qué decir ni cómo
expresar la admiración de la escena que contemplaban”,
emociones que impulsaron el trabajo de Exequiel Bustillo
para crear el equipamiento necesario para el progreso
de la región como Presidente de Parques Nacionales y
sentar las bases de un estilo de arquitectura comenzan-
do por “hacer de Bariloche una ciudad especial”.
La Ciudad especial sería una “Suiza-Argentina
como estrategia de desarrollo, que sin embargo ya
tenía una historia de tradiciones y usos consagrados
sustento de un nuevo estilo Bariloche” que resultó
identificatorio para la región.
Hospital Regional de Bariloche
Año 1939 - Archivo General de la Nación
Archivo Visual Patagónico 3
En esos tiempos, Bariloche tenía una escasa po-
blación en la que el 80 % era de inmigrantes euro-
peos quienes instalaron almacenes para la venta de
materiales de construcción en los que sobresalían los
tablones de madera que se utilizaban sobrepuestos
y tejas de alerce provenientes del sur chileno, corno
material unificado para techo-pared.
En la península de Chiloé, en los alrededores de
1780, los indígenas araucanos se fusionaron con los
conquistadores españoles, creándose una nueva
identidad chilota, con su cultura característica dife-
rente al resto del territorio, evidenciada en su arqui-
tectura de tejas de alerce.
Calle Mitre desde Beschtedt - Año 1938
Foto Bruno R. Sálamon - Col. García Coni en AVP
4 Archivo Visual Patagónico

Construcción Escuela No 71 - Año 1948 Edificio de Movilidad y Talleres

Costanera entre Sarmiento y Rivadavia de Parques Nacionales - Año 1943
Archivo General de la Nación Col. De Estrada en Archivo Visual Patagónico

Estas viviendas, algunas de las que subsisten en
Bariloche, se puede asimilar al “Balloon frame” ame-
ricano, una estructura liviana de madera clavada que
se puede revestir mediante el uso de tablas solapa-
das, machimbre o tejuelas a la vista, tipología mez-
clada con las construcciones preexistentes de chapa
metálica, típicamente inglesas.
Cuando en 1933 –antes de la creación de la
Dirección de Parques Nacionales– se constru-
yeron algunas de las estaciones del FF.CC. en
Pilcaniyeu, Perito Moreno y Bariloche, los cons-
tructores fueron Enrique Lunde y Napoleón
Beveraggi. Lunde, danés de nacimiento estable-
cido en Bariloche en 1927 junto a su socio Enrique
Pedersen, había trabajado en empresas forestales
del pionero Primo Capraro, con carpinteros chile-
nos que practicaban el aserrado de troncos para
utilizar la costanera y el hachuelado y moldurado
de tablones.(3)
La tipología de las estaciones, cuya construc-
ción se completó durante el ciclo de la Dirección
de Parques Nacionales, es cercana al consagrado
estilo Bariloche y otro motivo de tradición estéti-
ca que retoma el equipo de arquitectura, tenien-

Salón comedor del Hotel Llao Llao Ca. 1938 - Foto Griensu
Col. Bustillo Perkins en Archivo Visual Patagónico
 Archivo Visual Patagónico 5

Vista de Bariloche desde la plaza Hipólito Irigoyen (actual Hospital Zonal)

Año 1928 - Col. Catalano en Archivo Visual Patagónico

do en cuenta que Lunde será llamado por Bustillo
como constructor en alguna de sus obras.
Otro de los motivos de inspiración tantas veces
mencionado es la arquitectura de Yellowstone que
concentra en sí misma el estilo del chalet suizo in-
troducido en América por Andrew Jackson en 1850
y el efecto de lo rústico que expresan las ruinas in-
dígenas apenas descubiertas en la región del Gran
Canyon.
El Old Faithful Inn, proyectado por el arquitecto
Robert Reamer en 1903, es el producto del pensa-
miento conservador de la naturaleza del grupo de
Parkitecture –arquitectos americanos unidos al Arts
and Craft inglés en pleno romanticismo del sigo XIX–
como Thomas Cole y James Cooper que promovie-
ron libertades y el acceso a la felicidad para todos
los hombres, con la vuelta a la naturaleza creando lo
rústico en el desierto.
Alejandro Bustillo, hermano de Exequiel que de-
vino asesor-consultor ad honorem de la sección de
Arquitectura de Parques durante la década 1934-
1944, creó “la gran cabaña para amigos”(4) como un

Estación Ñirihuau Ca. 1937 Estación del Ferrocarril, Bariloche Ca. 1937
Foto Heriberto Reichart - Col. Reichart en AVP Foto Heriberto Reichart - Col. Reichart en AVP
6 Archivo Visual Patagónico
faro que ilumina una nueva coordenada en el paisaje
de la segunda naturaleza intervenida por él.
Utilizó la tecnología regional con cánones clási-
cos, introdujo la pared maciza de troncos machihem-
brados, con aislaciones intermedias en diversidad de
prototipos de paredes internas y externas, utilizó la
tejuela de alerce hasta sustituirla luego por ciprés
con un basamento de piedra de la zona de diferen-
tes alturas, trabajada admirablemente por picape-
dreros locales.
Esta arquitectura será el nuevo “estilo Bariloche”
y la de los parques nacionales, que se une al pasado
para formar nuestro patrimonio patagónico, desarro-
llado por los integrantes del equipo de arquitectura
donde se crea un reglamento de construcciones y
con muchas variantes aparece y reaparece a lo largo
de todo el siglo XX.
Mi nota de la revista The Journal of Decorative
and Propaganda Arts terminaba admitiendo que el
Llao Llao es la Ciudad de los Césares, cumpliendo así
el sueño de los colonizadores que fijan una impronta
patriótica en los territorios a incorporar a la Nación.

Proyecto de Ley

Libro Bustillo en Patagonia de Desde el año 2018, existe en el Senado

Martha Levisman, recientemente reeditado de la Nación, un proyecto de Ley que declara

El primer automovil que atravesó el Parque Nacional de Yellowstone, frente al Old Faithful Inn
 Archivo Visual Patagónico 7

Intendencia del Parque Nacional Nahuel Huapi desde la calle Juramento Ca. 1937-Foto Pozzi -Col. Caspani en AVP

Monumento Histórico Nacional diversas obras

arquitectónicas realizadas por el Arquitecto
Alejandro Bustillo en distintas localidades del país,
pero principalmente en la Patagonia, a través de su
notable participación y producción en los Parques
Nacionales, consideradas un legado cultural des-
tacado para las presentes y futuras generaciones.
Esta Declaración de Interés Histórico Nacional que
fuera aprobado en el año 2019 por la Dirección de
Monumentos, se encuentra en una última etapa
de aprobación.

Notas

(1) Hyppolithe Taine, “Filosofía del arte”, Madrid 1933

– París 1867.
(2) Publicado por Wolfson Foundation, actualmente
esta fundación pertenece a la Universidad de Florida,
USA (FIU).
(3) Información aportada por Federico Silin, creador
del Archivo Visual Patagónico.
(4) Mención de Alejandro Bustillo en la memoria del
Hotel Llao Llao.

Los párrafos que compartimos integran uno de los

capítulos del libro “Bustillo en Patagonia” de Martha
Levisman, recientemente reeditado.
8 Salud, Ciencia y Conciencia
Plantas condimenticias: sabor y salud
Las plantas, maravillosas alquimistas, brindan mucho más que sabor
y aroma a nuestras comidas. Nos ofrecen un abanico de nutrientes
y beneficios que nos llevarán a ganar salud con cada bocado, siempre.
Por Sara Itkin, Médica Generalista y Naturista
Flores de perejil
Llamamos plantas condimenticias a las especies
vegetales que por sus aromas y sabores propios y
característicos se usan en cocina para aderezar los
alimentos, haciéndolos más apetitosos y sabrosos.
Cuenta la Historia que la Humanidad usó desde
siempre ciertas hojas, semillas, cortezas y raíces de
plantas aromáticas con el fin de enmascarar el sa-
bor de determinados alimentos que se ponían ran-
cios y darles durabilidad. En la actualidad, gracias a
estudios científicos, podemos saber cuáles son los
componentes de las plantas que actúan evitando la
descomposición y putrefacción de dichos alimentos.
Las plantas, maravillosas alquimistas, brindan mu-
cho más que sabor y aroma a nuestras comidas. Nos
ofrecen un abanico de nutrientes y beneficios que
nos llevarán a ganar salud con cada bocado, siempre.
Nada más alejado de sus virtudes que la expre-
sión “sos un perejil”, dicha popularmente para des-
merecer a una persona e indirectamente a la planta
misma. Por eso en esta ocasión quiero revalorizarla,
para que cuando nos digamos a nosotros mismos
“qué perejil soy” lo hagamos para halagarnos, va-
lorando las inmensas cualidades de esta hermosa
planta y obviamente las nuestras también.
El perejil es una hierba originaria de Grecia
y la región mediterránea. Su nombre genérico
–Petroselinum– deriva del término griego petrose-
lion que significa “apio de las piedras” y se cree que
fue Dioscórides quién lo utilizó por primera vez para
denominarla. Este médico griego –que vivió en la se-
gunda mitad del siglo I de nuestra era– recomenda-
ba a los soldados del emperador Nerón llevar hojitas
de perejil para recobrar fuerzas y procurar energía.
También se sabe que los gladiadores romanos lo in-
gerían antes de cada combate.
Es una planta herbácea bienal –vive 2 años–, gla-
bra –es decir sin pelos–, de color verde oscuro bri-
llante, de 30 a 80 cm de altura, con un tallo erecto,
hojas rizadas y espesas, con raíces primarias largas,
cónicas, blancas u ocres. En su primer año crece en
forma de roseta con largos pecíolos de hojas com-
puestas dividida hasta tres veces; durante su segun-
do año produce un tallo ramificado de hojas alternas
que termina en umbelas de flores verde-amarillosas.
Los frutos del perejil son pequeños, ovoides o esfé-
ricos, con dos laterales unidos, llamados mericarpos.
Toda su parte aérea es rica en sustancias aro-
máticas –apiol, miristicina– y en agentes antioxidan-
tes como flavonoides, provitamina A y vitamina C,
sumando una gran riqueza en vitamina B9 o ácido
fólico, potasio, calcio, fósforo, hierro, zinc, cromo y
selenio. También presenta compuestos activos lla-
mados fitoestrógenos, que le confieren una acción
reguladora del sistema hormonal.
Gracias a la acción sinérgica y selectiva de sus
componentes posee propiedades como diurético,
remineralizante, antianémico, estimulante, digesti-
vo, regulador hormonal –calma dolores menstruales,
alivia calores en la perimenopausia–, blanqueador de
la piel y piojicida.
La mejor forma de incorporar sus virtudes es a
través de la comida agregándolo fresco a diversos
Hojas de perejil

platos, también en jugos, tintura e infusión. Para ate-
nuar y quitar manchas de la piel, aconsejo realizar
un aceite herbario para aplicar por las noches con
suaves masajes sobre la piel afectada. Para preparalo
hay que colocar en un frasco de vidrio hojas de culti-
vo agroecológico, cubrirlas con aceite de oliva extra
virgen o de girasol (ideal si es de primera prensada
y orgánico), llevar a baño María a fuego bajo duran-
te 1 hora, colar entre gasas y conservar en frasco de
vidrio en lugar fresco y alejado de la luz. Como pio-
jicida aconsejo enjuagar el cabello con la infusión y
luego pasar el peine fino.
No esperes más, sé como el perejil y plantalo en
tu jardín.
Cuando llegué a la Patagonia a trabajar como
médica en la zona de Las Lajas en la provincia del
Neuquén y hacíamos, desde el hospital, la visita a
los pobladores rurales, probé por primera vez en mi
vida una salsa sin cocción que agregaban gustosa-
mente a las comidas. Al llevar el primer bocado de
esta a mi boca me invadió un malestar muy gran-
Flores de cilantro
de creyendo haber tragado una “chinche verde” –
insecto pequeño que libera un olor muy desagra-
dable y que habita en el centro del país–. Traté de
disimular el mal momento bebiendo mucha agua.
Me contaron que los ingredientes que componían
la mezcla llamada “pebre” eran cilantro, tomate, ce-
bolla, ají picante y aceite. Sorpresa y tranquilidad
me llevé cuando supe que el nombre botánico del
cilantro –Coriandrun– deriva del griego Korios que
significa “chinche”, en alusión a su aroma similar al
del insecto.
Es el cilantro, también llamada coriandro,
una planta anual de la familia de las Apiáceas o
Umbelíferas al igual que el perejil. Se caracterizan
ambas por disponer sus flores como si fuera un pa-
raguas al revés, es decir desde un tallo salen finos
pedicelos (umbelas) florales como las varillas de
un paraguas mirando hacia arriba. Tiene una altura
aproximada de 50 cm de alto con un tallo macizo
y estriado, sus hojas son similares a las del perejil,
Salud, Ciencia y Conciencia 9
Hojas de cilantro
pero más numerosas y con su aroma característico.
Sus flores, blanco rosadas, de pétalos desiguales, flo-
recen en el verano tardío. Sus frutos, redondos y de
aproximadamente 5 mm, son fuertemente aromáti-
cos. Es originaria de Asia templada y norte de África.
Crece bien en nuestros jardines e incluso puede cul-
tivársela en macetas.
Además de ser parte del “pebre”, las hojas del
cilantro pueden sumarse a cualquier comida, apor-
tando calcio, hierro, provitamina A, vitamina C y del
grupo B y altos valores de antioxidantes, compuestos
que reducen la velocidad de oxidación controlando
la formación de radicales libres, los cuales juegan un
papel importante en enfermedades degenerativas
como cáncer, cataratas, enfermedades neurodege-
nerativas, aterosclerosis, infecciones, enfermedades
inflamatorias crónicas, diabetes y enfermedades au-
toinmunes entre otras.
Debido a sus componentes aromáticos –presen-
tes en las hojas y en mayor porcentaje en los frutos–
que estimulan el SNC, es considerado como antide-
presivo y afrodisíaco, consumiendo un par de frutos
al día o bebiendo su decocción. Aclaración impor-
tante: no se debe abusar del cilantro. Se suman a sus
virtudes la de regular y reducir el azúcar alta en san-
gre en personas diabéticas, ayudar a reducir el coles-
terol alto, mejorar la digestión y aliviar las hinchazo-
nes y estados molestos provocados por flatulencia.
Además es un muy buen conservante de encurtidos.
Perejil y cilantro, dos plantas de la misma fami-
lia, parecidas morfológicamente y también respecto
a sus virtudes, pero con aromas muy disímiles. Dos
plantas poderosas para tener en tu “jardín botiquín”.
Tel. 0294-4467398
e-mail: sara_itkin@yahoo.com.ar
 El Fogón del Encuentro 11

A la vera del fogón:

La Asociación Civil
NorteSur
Por Sebastián Carapezza

Valeria Didko y Jimena Lamela nos cuentan qué acciones realiza

esta asociación que trabaja promoviendo emprendimientos, capacitando
y ayudando a mejorar el hábitat en los barrios de Bariloche.

¿Cómo era el contexto cuando llegó NorteSur
a Bariloche? ¿Qué denominadores comunes en-
cuentran con la actualidad?
En 1995, en medio de la situación económica
que vivía el país, un grupo de personas que venían
trabajando en diferentes proyectos en Buenos Aires
decide conformar una asociación civil sin fines de
lucro, con la intención de ayudar a generar trabajo
y fortalecer los emprendimientos que muchas fa-
milias comenzaban, para mejorar la economía de
sus hogares. Lo que se propusieron en principio
fue dar capacitaciones y asistencia técnica con la
finalidad de mejorar esas unidades productivas fa-
miliares que habían surgido para afrontar la crisis de
aquel momento. Si bien nació en Buenos Aires, par-
te del equipo se trasladó en el año 2000 a Bariloche
y comenzó a trabajar acá en el mismo campo de la
economía social y solidaria.
Puede decirse que NorteSur empezó con su
actividad en nuestra ciudad en medio de lo que
fue la gran crisis socioeconómica del 2001. Si bien
estaba la intención de dar asistencia técnica para
emprendedores y generar herramientas para que
esos empleos crezcan, en ese tiempo se acrecen-
taron mucho las familias que se quedaban sin em-
pleo, entonces algunos recuperaban su antiguo
oficio o salían a realizar emprendimientos nuevos.
Así es que de a poco se empezó a sumar el apoyo
financiero a esos emprendimientos productivos o

Capretti - Cueros
12 El Fogón del Encuentro
de servicios, a través de créditos provenientes del
Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Estos
créditos en principio servían para que esas familias
pudieran invertir en comprar herramientas o ma-
teriales. Desde el inicio los principales rubros con
los que trabajamos fueron: alimenticio, carpintería,
artesanías y el rubro textil que siempre fue muy
fuerte, al igual que las costureras. También con el
tiempo comenzamos a dar créditos para realizar
servicios tales como peluquería, herrería, mecáni-
ca, chapa y pintura, electricidad, etc. En síntesis lo
que permanece hasta hoy es el apoyo financiero y
las capacitaciones de toda índole.
¿Qué hitos identificarían en estos 25 años de
existencia?
Un hito importante fue el inicio de los
Microcréditos para Emprendimientos Productivos,
porque fuimos una de las primeras organizaciones
con esta metodología de trabajo a nivel nacional.
Es que en ese momento desde Nación deciden ver
de qué manera fortalecer los emprendimientos y
eligen en la Patagonia a esta organización. Fue un
momento importante. Desde 2002 hasta la fecha
hemos otorgado más de 1500 créditos. Eso nos per-
mitió –cuando se creó la ley de Microcrédito a nivel
nacional y la Comisión Nacional de Microcréditos–
ser seleccionados para capacitar a todas las ONG en
la conocida modalidad de Banquitos de la Buena Fe.
Otro hito fue la conformación del Área de
Mejoramiento Habitacional Progresivo, que tra-
baja los microcréditos para mejorar hogares en
barrios vulnerables de nuestra ciudad, algo que
comenzamos en el 2010 y sigue hasta la actuali-
dad. En ese entonces había una emergencia habi-
tacional muy importante y en ese contexto pen-
samos de qué manera nos podíamos involucrar
en esa problemática. Fue algo que pudimos sos-
tener en el tiempo y si bien pensábamos que iba
a ser coyuntural terminó siendo uno de los pilares
de NorteSur. Es algo importante porque hablamos
de la calidad de vida de las personas y con esta
metodología de trabajo se pudo paliar en parte la
emergencia habitacional.
Otro hecho que destacamos es la creación de
la Red de Proveedores Locales de la Economía
Social, un proyecto que viene creciendo y dejan-
do su huella. Esto nació de la decisión de buscar
otros financiamientos, tanto públicos como pri-
vados, para poder sostener todas las líneas de
trabajo. Así conseguimos el apoyo para realizar
el proyecto Mercados Solidarios, un Programa
de Comercialización que busca, después de tra-
bajar años con emprendedores y conocer su ca-
pacidad productiva, trabajar como nexo entre
ellos y las empresas. Por otra parte, creamos el sitio
www.comprelocal.org.ar para visibilizar los produc-
tos ya elaborados y para que los clientes puedan
conocer la variada capacidad productiva con la que
cuentan Bariloche y Dina Huapi.
¿Cómo caracterizarían a las familias empren-
dedoras con las que trabajan? ¿Cuáles son sus
principales dificultades?
En todos estos años hemos modificado y adap-
tado estrategias permanentemente. Si bien co-
menzamos trabajando con emprendedores muy
de base, desde hace unos años nos enfocamos en
unidades productivas más armadas, con más he-
rramientas y recursos. Hoy la mayoría de los em-
prendimientos con los que trabajamos son la única
o la principal actividad económica de esas familias
mientras que antes apuntalábamos emprendimien-
tos que no duraban o eran un apoyo económico
mínimo al hogar.
Con este salto las personas que llevan adelante
sus emprendimientos se capacitan cada vez más
para sostenerlo y poder vivir de eso. La mayoría de
los emprendimientos se realizan en las viviendas de
esas personas y uno de los problemas es que cada
emprendedor no puede atender solo todos los pro-
cesos: adquisición, producción, comercialización y
administración. No hay reparto de tareas y eso trae
varias dificultades, desde la cantidad de cosas que

deben atender hasta la imposibilidad de avanzar
ante un problema personal o familiar. Si tenés que
hacer un presupuesto tenés que dejar de producir
y así con todo.
Respecto a las dificultades en los rubros alimen-
ticios casi siempre pasan por la cuestión de las habi-
litaciones y la falta de espacios adecuados de traba-
jo. Es una problemática que con el limitado apoyo
económico que brindamos no podemos cubrir. Hay
emprendimientos que están tratando de colocar sus
productos en negocios o empresas de otras ciuda-
des y esto les resulta difícil porque las normativas
a las que se tienen que ajustar son demasiado ele-
vadas y no las pueden afrontar. Por otro lado en el
rubro textil lo que cuesta es poder armar espacios
de trabajo con las herramientas necesarias, desde
El Fogón del Encuentro 13
una mesa de corte a máquinas que permitan termi-
nar un trabajo en la mitad del tiempo.
Los emprendimientos productivos permiten a
las personas generar recursos e ingresos propios
así como también, expresar su creatividad y com-
partir sus habilidades o bien continuar con un lega-
do familiar. Ser emprendedor implica estar atento
a varios frentes: dedicar mucho tiempo y esfuerzo
para que sea redituable y, por sobre todo, conti-
nuar formándose, además de tratar de mantener
un equilibrio con la vida personal y familiar. Por eso
en NorteSur, a través del área de Emprendimientos
Productivos, brindamos un acompañamiento inte-
gral de manera que las personas puedan apoyarse
en la organización para reforzar aquellos procesos
que requieran más atención y así lograr fortalecerse
y alcanzar el crecimiento deseado.
¿Qué políticas públicas propondrían para forta-
lecer el sector?
Con las producciones alimenticias desde el
Estado se podría comenzar de a poco a acompañar-
los para que puedan habilitar ciertos productos, ser
más flexibles en plazos y requisitos y dar más facili-
dades respecto al pago de impuestos y habilitacio-
nes. Los emprendedores no pueden pagar el mismo
canon que un gran comercio de una calle céntrica y
las exigencias tienen que ser más escalonadas en-
Mamacha - Tienda de Alimentos Naturales
14 El Fogón del Encuentro
tre unos y otros. No está mal tener una cocina en
condiciones para vender un alimento, pero el pro-
ceso no tiene que ser tan difícil y desgastante. Por
estas trabas hay proyectos que favorecerían a estas
familias pero que no se pueden aplicar, y mientras
tanto la gente sigue produciendo en la informalidad
porque es su ingreso económico.
A veces sucede que el estado quiere comprar
producciones o mano de obra local pero no están
dadas las condiciones para que esa unidad produc-
tiva responda en tiempo y forma porque tiene una
estructura muy pequeña, no dan con los plazos o
no pueden facturar, por ejemplo. Y es que a ve-
ces los tiempos de esas unidades productivas y el
Estado o las empresas no son los mismos y por lo
general terminan adquiriendo esos productos en
un gran comercio del rubro o en un único provee-
dor mayorista.
¿Qué características tiene el área Mejoramiento
Habitacional Progresivo?
El objetivo del área es ofrecer apoyo econó-
mico a familias en situación de emergencia ha-
bitacional para que puedan realizar mejoras de
primera necesidad en sus hogares. Se basa en
un sistema de microcréditos con muy bajo inte-
rés, que le permite a la familia obtener pequeños
créditos consecutivos que apuntan a culminar las
mejoras necesarias por etapas, estableciendo los
montos y cantidad de cuotas según las posibilida-
des de cada hogar.
El proceso contempla la asistencia técnica gra-
tuita de un técnico constructor o arquitecto para
el cómputo de materiales y el aprovechamiento de
los recursos. Como así también un asesor de cré-
dito, que ayuda a detectar otras necesidades de la
familia y el barrio. El programa atiende cinco de los
barrios más vulnerables de Bariloche: Nahuel Hué,
El Frutillar, Nuestras Malvinas, Cooperativa 258 y El
Maitén. La mayoría son casas humildes, construi-
das con madera y nylon. No cuentan con baños
incorporados al hogar sino con letrinas construi-
das de forma muy precaria y externas a las casi-
llas. No poseen conexiones seguras en sus instala-
ciones eléctricas ni cuentan con red de gas, por lo
que se calefaccionan con leña y garrafa. Todo esto
genera graves riesgos de salud, electrocución, in-
cendio, etc.
Por ello, desde que comenzamos el programa
hasta hoy, mantenemos como prioridades la erra-
dicación de letrinas, la aislación del frío y humedad,
la ampliación por hacinamiento y la conexión se-
gura a servicios básicos. La mayoría de las casillas
no superan los 3 x 6 m, ni cuentan con división de
espacios ni habitaciones. Entre 2017 y 2019 este
programa ha beneficiado 275 familias de las cuales
99 han podido construir un baño propio. El destino
de los créditos fue históricamente de un 40 % para
la construcción del baño, pero actualmente ha des-
cendido al 11 %, lo que significa que ya casi hemos
erradicado el uso de letrinas y ahora las familias
están realizando ampliaciones para poder separar
las habitaciones de niños y adultos. El 73 % de los
titulares de los créditos son mujeres, pero esto tie-
ne que ver con la división de tareas en el hogar y
no con el tipo de familia. En general las mujeres, no
trabajan, lo hacen en sus casas, o tienen trabajos
más informales y son las que se encargan de rea-
lizar los trámites de este crédito. Y la construcción
suele ser realizada por el padre de familia con la
ayuda de familiares.

¿Qué objetivos tienen para el 2020?
Este año tenemos muy buenas perspectivas
gracias a los proyectos que presentamos el año
pasado y se están concretando. Como el pro-
yecto “Mercados Solidarios” con el que apos-
tamos fuertemente a seguir profundizando las
líneas de comercialización local. Este programa
proporciona un canal de venta y oportunidades
de trabajos individuales y asociativos y cuenta
con dos subprogramas: “Eventos Anuales” desde
el que convocamos a los emprendedores para
ofrecer productos propios de cada fiesta –Pascua,
Día del Niño, Día de la Madre y Navidad– y
“Comercialización con Empresas e Instituciones”
a partir del cual recibimos pedidos específicos de
El Fogón del Encuentro 15
productos hechos a medida con características
únicas, como uniformes y merchandising entre
otros. También se ofrecen servicios profesionales
y el equipo realiza una tarea de asesoramiento
personalizada a los productores que experimen-
tan diferentes dificultades para realizar el tra-
bajo: planificación de la producción, acompa-
ñamiento en la compra de insumos, cálculo de
costos, packaging, etc.
Estos años de trabajo nos han demostrado
la importancia de la intermediación que realiza
NorteSur en varios sentidos. Para los productores, la
intermediación es fundamental para alcanzar a este
segmento de clientes, que les resulta inaccesible y
significa una verdadera ampliación de su mercado
y a las empresas la asociación les ofrece garantías
de cumplimiento.
Tanto empresas como instituciones descono-
cen el universo emprendedor y lo que puede ofre-
cerles. Y, en la mayoría de los casos, encuentran
dificultades en tratar directamente con los em-
prendedores, por cuestiones administrativas y de
relación comercial. Por su parte, los productores,
tienen dificultad para llegar a estos segmentos de
clientes. Desconocen la manera de acercarse o no
cuentan con los vínculos necesarios. Esta falta de
encuentro, entre oferta y demanda, hace que las
empresas-instituciones deriven las compras de
insumos a otros centros urbanos, generalmente
Buenos Aires, disminuyendo así, la recirculación
Benihana Bariloche - Ropa informal, Mochilas y Accesorios
16 El Fogón del Encuentro
del dinero en el territorio y desaprovechando las
oportunidades de generar trabajo en la localidad.
A partir del vínculo con los emprendedores, y de
conocer sus productos y capacidad productiva,
comenzamos a identificar organizaciones, institu-
ciones y empresas que necesitaban ciertos insu-
mos que los emprendedores podían elaborar a un
precio competitivo. Los clientes del programa son
muy variados: restaurantes, hoteles, empresas de
entretenimiento, agencias de turismo, hosterías,
rentadoras de autos, laboratorios, comercios, co-
legios e imprentas entre otras.
Otro objetivo que tenemos este año es un pro-
yecto ambiental dentro del área “Emprendimientos
Productivos”, una experiencia piloto que vamos a
llevar adelante y nos significa un gran desafío. A
su vez queremos poder comunicar de la mejor ma-
nera todo el trabajo que llevamos adelante desde
hace 25 años para generar contactos y vínculos con
instituciones y gestionar nuevos recursos para los
sectores con los que trabajamos.
¿Consideran NorteSur como una organización
local o regional? ¿Cuáles son las fortalezas y de-
bilidades de este espacio?
Es local en algunos aspectos y regional en
otros. Hemos trabajado con los municipios de San
Martín de los Andes, Esquel y Zapala, así como
también con muchas instituciones de la Patagonia
Norte, lo cual nos hace sin dudas tener un alcan-
ce regional. Sin embargo tenemos un anclaje lo-
cal focalizado en la entrega de los microcréditos
para Mejoras Habitacionales que otorgamos en
5 barrios de nuestra ciudad. Así mismo el traba-
jo que hacemos con los emprendedores es para
Bariloche y Dina Huapi solamente. Sabemos que
si tuviéramos más fondos y equipo de trabajo po-
dríamos extender la red de microcréditos hasta
localidades vecinas como El Bolsón por ejemplo.
Esa es una dificultad. Por otro lado desde hace
tres años somos miembros de la “Red Argentina
de Instituciones de Micro finanzas” lo cual nos
permite vincularnos con instituciones que tienen
foco y sedes en Buenos Aires con las que desarro-
llamos trabajos similares en materia de Hábitat y
Emprendimientos.
Una de nuestras fortalezas es el gran equipo
humano que siempre tuvo NorteSur. La gente que
entra a trabajar a este espacio se queda muchos
años, se pone la camiseta y da lo mejor de sí mis-
mo. Las cosas se consiguen trabajando con el co-
razón y con la capacidad de cada uno. Por otra
parte una debilidad es que es muy difícil conse-
guir financiamientos continuos, entonces siempre
terminamos trabajando con poco recurso humano
en comparación con el trabajo que queremos lle-
var adelante.
En todos los programas que desarrollamos bus-
camos que el emprendedor o esa familia sean los
principales ejecutores responsables de su avance.
No trabajamos a partir del asistencialismo sino del
acompañamiento, para que esa persona o grupo
familiar alcancen por sí mismos los objetivos que
se propongan. Hasta el presente hemos otorgado
créditos a 300 familias lo que significó un impacto
habitacional para más de mil personas solamente
por haber podido ofrecer el financiamiento necesa-
rio. Pero es complejo conseguir financiamiento para
este tipo de cuestiones.
¿Cómo definirían a NorteSur con sus palabras?
Hay un dicho que dice “las instituciones que-
dan y las personas pasan”. Todas las personas que
pasaron por aquí dejaron una huella y mucho de sí,
ya que trabajan con un grado de profesionalismo y
compromiso que se ve en muchos lugares. Por eso
si esta institución perdura y crece es por la gente
que pasa por acá. Es un lugar de permanente cons-
trucción y siempre estamos viendo de qué manera
mejorar las cosas, entonces nos ponemos la vara
cada vez más alta.
Este lugar permite desarrollarse profesional-

mente y también como seres humanos, los objeti-
vos por los cuales trabajamos son tan importantes
que hacen que nos comprometamos con este espa-
cio que construimos cotidianamente con el alma y
el corazón. Es que uno está ayudando a que familias
que pasan mucho frío o necesidades básicas vivan
mejor. O personas que no podían llevar comida a
su mesa puedan hacerlo o tengan otras oportuni-
dades. Eso es lo que hace que NorteSur sea única.
La otra vez vino llorando de emoción una persona
que nos decía que no tenía trabajo y que gracias a
las ventas que gestionamos pudo tener un ingre-
El Fogón del Encuentro 17
so económico para su familia. Son cosas que nos
emocionan y mucho.
Nosotros trabajamos para que la gente sea la
principal ejecutora de su bienestar. El nuestro es
un espacio de construcción plural y colectiva en el
que todos somos diferentes en algunas cuestio-
nes, tenemos miradas distintas o haríamos las co-
sas de una manera determinada, pero tratamos de
focalizarnos en los denominadores comunes para
hacer una construcción que acompañe estos pro-
cesos de mejoramientos habitacionales o de tra-
bajo con los sectores populares. Creemos que se
puede aprender a trabajar teniendo diferentes co-
nocimientos y saberes. Se trata de escuchar la idea
de otro, porque hay muchos cómo para llegar a un
mismo qué. Ahí reside una fortaleza de la que se
nutre esta organización que trabaja en forma inin-
terrumpida desde hace 25 años y está en constante
crecimiento.
Contacto:
www.NorteSur.org.ar/ www.comprelocal.org.ar
info@NorteSur.org.ar
Tel 294 4429318
Facebook @asociacioncivilNorteSur
Instagram @ac.NorteSur
Luna de Miel - Repostería Artesanal
18 Arte y Oficio

Francisco Ramos Mejía

San Carlos de Bariloche

Nací en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el 15 de agosto de 1975. Con

mi familia nos mudamos a San Carlos de Bariloche en 1978. Mi relación con
la fotografía comenzó a los 11años con una cámara analógica Yashica 635 de
mi madre, con la que me dedicaba a sacar fotos a la televisión de recitales
y películas. Mi primer curso lo hice con Luis Bonich –gran profesor y perso-
na– a principios de la década de los noventa en la Escuela Municipal de Arte
La Llave. En el año 2000 me trasladé a CABA a estudiar fotoperiodismo en
TEA –Taller Escuela Agencia–. En la actualidad resido en Bariloche donde me
dedico tanto a la fotografía de deportes como a la cobertura de eventos de
diferente índole.
Arte y Oficio 19
20 Arte y Oficio
Arte y Oficio 21
22 Arte y Oficio

Contacto: frmphotos@gmail.com
 Páginas Patagónicas 23

Dos cuentos de Lidia Garro

Compartimos Cumpleaños y Escondido dos relatos de Lidia Garro
–desenfadados e irónicos, sutilmente sarcásticos y confesionales–
acompañados por las fotografías de Francisco Ramos Mejía.
Por Lidia Garro

Cumpleaños mientras subía la escalera. Las cortinas estaban hechas

Me contaron que el día que nací llovió tanto que la
entrada al pueblo (un callejón paralelo a las vías) se trans-
formó en un río que arrastraba en sus remolinos todo lo
que encontraba a su paso; las casas más bajas se llenaron
de barro y bichos del campo y se inundó el cementerio.
De todo eso por supuesto no me acuerdo, pero sí ten-
go recuerdos de otras tormentas memorables propias del
verano al sur de Córdoba. Sin dudas la peor de todas fue
cuando cumplí trece años. Ese día llovieron doscientos mi-
límetros en menos de cuatro horas. La tormenta se desató
un poco antes del mediodía. Comenzó a llover después
de un trueno que retumbó como la explosión de un vol-
cán. Parecía haber llegado el mismísimo diluvio universal.
Mi mamá terminaba de poner un pollo al horno y
estaba batiendo una torta. Al escuchar el trueno dijo:
“Mierda, tengo toda la ropa en la soga”. Tirándome de
la mano para que la ayudara me sacó corriendo al patio
para juntarla.
Cuando entramos con la ropa al lavadero se acordó
de las ventanas. Como la mañana estaba linda las había
abierto para ventilar. “Maldita tormenta” la escuché decir
sopa y la mitad de la alfombra se había mojado.
Tratábamos de escurrir el agua cuando escuchamos
el auto y entró mi papá. Mamá le contó lo que había pa-
sado y él, comprensivo como siempre le dijo “que tarada
que sos, como vas a abrir las ventanas con este día”. Ella
no le contestó y siguió trapeando, hasta que vio una cas-
cada que se deslizaba por la pared del living. “Vos que
sos tan vivo, mirá cómo te cagaron con el arreglo del
techo” le disparó, “otra vez está entrando agua”.
Mi papá fue al living a mirar y encontró a mi herma-
no, perdido en la consola de juegos, con los auriculares
puestos. Dándole un manotazo en la nuca le dijo “deja
eso alcornoque, desenchufa todo y levantá esos cables
que vas a producir un corto circuito”. Yo no sabía que
significaba alcornoque, pero me causó gracia y me reí.
Tuve que correr a esconderme en el baño, porque mi
hermano me quería trasmitir el manotazo que había
recibido. Ahí vi que estaba brotando agua sucia de la
rejilla y le avisé a mi papá. Él fue a ver y le llegó el turno
de puteadas al intendente y su madre, por “esa obra de
las alcantarillas que hicieron como el culo”.
Mi mamá seguía tratando de sacar agua de la casa,
24 Páginas Patagónicas
pero daba la impresión de que salía por un lado y entra-
ba por otro. De la torta para mi cumple se había olvida-
do y también del pollo en el horno. Cuando sintió el olor
a quemado ya era tarde, el pollo era un carbón salido
del infierno y en un ataque de furia lo tiró con fuente
y todo al medio del patio. Mi hermano, siempre en un
termo, preguntó “¿y ahora que vamos a comer?” y ella
le contestó “mierda, mierda vamos a comer” mientras
continuaba con su desesperada lucha contra el agua.
Como a las cuatro de la tarde seguía llovien-
do, teníamos agua por todas partes, mi papá había
acarreado algunos muebles para el piso de arriba
y desenchufado todos los artefactos eléctricos, mi
mamá seguía con las manos soldadas al palo de piso
trabajando como una poseída. En ese momento me
dio un ataque de angustia y me largué a llorar a los
gritos, creo que fue por el hambre, ya que no ha-
bíamos almorzado. Mi mamá me preguntó que me
pasaba, entre sollozos le dije que todo era culpa mía,
cumplía trece que es número de yeta, para colmo un
día trece y ese año caía martes. Ella me abrazó para
consolarme y me dijo que no llorara, que no tenía
culpa de nada. Mi papá me escuchó y siempre expe-
ditivo dijo: “No seas estúpida, déjate de pensar pa-
vadas, esto es culpa del puto calentamiento global”.
Ese fue mi festejo de trece, sin torta ni comida, toda
la tarde sacando agua. Como a las diez de la noche ha-
bía parado de llover, mi mamá se derrumbó en un sillón.
Al fin el agua se había ido, el auto y mi papá también.
Escondido
¿Cómo llegaste hasta la casa vieja si al pueblo viniste
para visitar el cementerio? ¿Qué estás buscando en este
lugar? Acá lo único que abunda es el guadal y el viento
y a vos solo te quedan algunos muertos. Habrá sido sin
darte cuenta, de golpe tuviste ganas de recorrer las ca-
lles polvorientas, donde todos son desconocidos, y sin
saber lo que buscabas terminaste parada ante la puerta.
La casa ya era vieja cuando vivían la abuela y la
tía Elena, que nunca tuvieron casas ni cosas nue-
vas. Ahora, sumida en el abandono, el que se ocupa
de demolerla es el tiempo. Apenas quedan algunas
chapas del techo y las maderas de las ventanas hace
mucho que deben haber sido leña. En el patio reinan
los yuyos y el horno de barro es abrigo de alimañas.
¿Qué buscás en esta tapera si los recuerdos buenos
de la infancia están en otro lado? En la quinta, donde la
tía amasaba pan para diez hijos y para las visitas, rezon-
gando con su vos ronca mientras ordeñaba la vaca, sa-
caba la crema y batía la manteca, multiplicándose para
atender a todos, porque el marido que le deparó la
vida solo servía para hacerle críos. Te gustaba ir al cam-
po, con ruidos y olores tan distintos a los de tu casa.
Pero en esta casa vivía la abuela. Era enero y hacía
mucho calor. Siempre venías una semana con tu mamá
y tus hermanos, tu papá no tenía mucha onda con
la parentela y se quedaba trabajando. Ese verano se
juntaron un montón de parientes, además de los tíos
 Páginas Patagónicas 25

más jóvenes, todavía solteros, vinieron los primos de
la quinta, ustedes que eran los puebleros y la tía que
llegó de la ciudad con tu primo de quince años. Vos no
tenías más que doce o trece y eras muy inocente, no
como los chicos de ahora que a los cuatro años ya se
las saben todas. ¿Dónde habías escondido este recuer-
do que aparece después de cincuenta años? Porque
no lo olvidaste, solo lo escondiste para que no doliera.
Hacía tanto calor ese día que nadie pudo dormir la
siesta, buscando un poco de fresco se armó una rue-
da de mates debajo de los árboles al final del patio.
Siempre te jodieron los bichos y las moscas, por eso
te fuiste adentro a leer una revista y ahí estabas cuan-
do entró tu primo. Haciéndose el gracioso te quitó la
revista y comenzó a esconderla para que no la aga-
rraras, fue jugando que te metió en un cuarto y te tiró
en la cama. Tenías puesto un vestido, “gorda para usar
pantalones” decía tu mamá. Le resultó fácil levantarlo,
“quédate quieta que es un jueguito” te dijo metiendo la
mano adentro de tu bombacha. Con pánico la sentiste
caliente hurgando en tu cuerpo. ¿De dónde sacaste
fuerzas para empujarlo? No sabés pero lo hiciste, lo
empujaste y llorando corriste a encerrarte en el baño.
Pero no se lo contaste a nadie. ¿Por qué? Por ver-
güenza, por miedo a que no te creyeran, tu primo era
la estrella de la familia, ese verano había traído recor-
tes del diario con su foto y el titular “Joven promesa
del futbol”, todos lo querían y lo aplaudían. ¿A quién
se lo ibas a contar? ¿A tu mamá? Si ella decía que
siempre buscabas algo para llamar la atención por-
que tenías celos de tu hermana. Además tenías doce
años, no era como ahora que están los derechos de
los niños, la educación sexual y tantas cosas más. En
tu casa no se hablaba de sexo, mirá si serías estúpida
que cuando nació tu hermana tenías seis años y creís-
te que la había traído la cigüeña. Pero por instinto sa-
bías que eso estaba mal, que era feo que te tocaran,
te sentiste sucia y no quisiste que nadie lo supiera.
Ahora se habla de sexo, acosos, abusos y viola-
ciones y algunos viejos dicen que antes esas cosas
no pasaban. ¡Mentiras! Siempre pasaron pero no se
hablaban, se ocultaban por vergüenza como lo hicis-
te vos, que lo enterraste en un rincón bien escondido
y lo olvidaste, o eso parecía, porque ahora revivieron
todos los detalles. Contarlo después de tantos años
¿para qué? ¿Se habrá acordado él alguna vez lo que
te hizo? Seguro de su cabeza se borró lo que pasó
aquel verano como se le borró todo. Si al final se ha-
bía olvidado hasta su nombre. Y ahora está muerto,
tan muerto como esta casa que se cae a pedazos.

Mi nombre es Lidia Esther Garro, nací en Adelia María (Córdoba), vivo desde 1981 en Bariloche. Esposa,
madre y abuela, jubilada de la administración pública. Heredé el amor por la lectura de mi padre y siem-
pre me gustó escribir. Estudié hasta tercer año de Filosofía, pero como siempre trabajé en administración
despunté el vicio en talleres de escritura con Luisa Peluffo, Vanessa Arroyo y Sebastián Di Silvestro.
26 Hombres y Mujeres de mi Tierra

La crisis del ‛30 en Bariloche

La supervivencia en Bariloche durante la década del ‛30 fue posible
gracias a la capacidad de autosubsistencia de los vecinos y el entramado
social que propició proyectos tales como la olla popular de 1932.
Por Nicolás Facundo Vezzosi Foures*

“La crisis se vivió fuerte” cuenta Andrés
Lamuniere, pero de manera variada según las cla-
ses sociales. En 1929, cuando Bariloche ya alcan-
zaba los dos mil habitantes, se hizo un censo para
conformar el padrón electoral de quienes participa-
rían en las elecciones para elegir al Comisionado de
Fomento, en dicho censo se puede notar la preemi-
nencia de un gran número de peones y jornaleros,
quienes probablemente tendrían sus propias huer-
tas, le comprarían sus alimentos a los agricultores
locales (que siguieron teniendo cierto peso entre
los pobladores de Bariloche hasta 1932) o parti-
ciparían de la infame olla popular que se creó en
la esquina de Quaglia y Morales para ayudar a los
más necesitados con productos de caza de la isla
Victoria y especialmente con cabezas de ganado
que donaban terratenientes de la zona para mante-
ner alimentada a la población. La mayor parte de los
habitantes empadronados entre 1929 y 1932 eran
de proveniencia argentina o chilena, demostrando
que a pesar de que en 1920 las barreras arancelarias
y fronterizas habían sido establecidas con fuerza,
esto no evitaba la instalación de pobladores del otro
lado de la cordillera ni el paso de ganado y ciertos
bienes de un lado a otro, aunque ya fuera usual por
entonces que llegara al Nahuel Huapi mercadería
proveniente del Neuquén. Se puede apreciar que el
contacto con Chile no cesó completamente en esta
época pero también se observa cómo se vira cada
vez más hacia una economía que se relacione con
el territorio nacional.
El desarrollo urbano de Bariloche hacia 1929 con-
taba principalmente con dos sectores bastante dife-
renciados: por un lado, hacia los kilómetros, chacras
con pequeñas y medianas explotaciones. Por el otro,
el centro de la ciudad, donde también había cha-

Vista de Bariloche e Intendencia del Parque Nacional Nahuel Huapi Ca. 1937
Foto Bruno R. Sálamon - Col. García Coni en AVP

Yunta de bueyes y campesinos Ca. 1935
Colección Ponzinibbio en AVP
cras pequeñas y medianas pero estas convivían con
edificios administrativos y con un incipiente corazón
industrial conformado por el puerto y el aserrade-
ro de Capraro. El centro de la ciudad, según Andrés
Lamuniere, llegaba hasta donde actualmente se em-
plazan las calles Frey y Rolando. Al oeste del Arroyo
del Molino la ciudad parecía como si la trama urba-
na se diluyera y desapareciera en lotes agrícolas, re-
cordando Andrés un tambo, un aserradero y un lote
agrícola en manos de los “viejos Bock” –en el área
del actual Melipal– y dos o tres chacras en manos
de la familia Runge en las faldas del cerro que lleva
ese nombre.
Por aquella época el rumor de un inminente
conflicto con Chile –echado a correr por el Canciller
Alemán de entonces– podría haber sido la causa del
fracaso del proyecto de trazar un camino internacio-
nal, que secundara al que utilizaba Primo Capraro
para comerciar con Chile, a través del Lago Frías y
conectando los distintos lagos mediante una serie de
embarcaciones que mantenían un contacto bastan-
te fluido con la nación trasandina, a pesar como se
ha dicho de los fuertes aranceles fronterizos. El ma-
peo del camino que se buscaba abrir se le encargó
a Napoleón Beveraggi, quien hizo un recorrido en la
zona de Bahía López, siguiendo el Brazo Tristeza, y
de ahí buscó un paso hacia la zona de Peuya, para
conectar a través de él ambas partes de la cordille-
ra. Esta área había sido utilizada previamente por la
familia Goye para la invernada, engorde y posterior
traslado de sus cabezas de ganado a Chile, y también
por allí la Compañía Chile-Argentina había intentado
en su tiempo construir un montacargas que conecta-
ra Puerto Blest con los poblados fronterizos de Chile
para transportar madera y lana.
Lo cierto es que la capacidad de auto subsisten-
cia de muchos pobladores en Bariloche permitió que
el pueblo no decayera. Por un lado, los lotes de la
“Colonia Agrícola y Pastoril del Nahuel Huapi” les
facilitaban a muchas familias la subsistencia median-
Hombres y Mujeres de mi Tierra 27
Vista de San Carlos de Bariloche Ca. 1931
Col. Alcoba Pitt en Archivo Visual Patagónico
te el cultivo de frutales y de verduras de quinta y
la cría de aves de corral y ganado de distinto tipo.
Andrés Lamuniere menciona que su padre tenía dos
propiedades, una en el actual centro y otra en la
zona de lo que hoy es el kilómetro 20 de la avenida
Bustillo, que funcionaba como pequeña granja de la
cual la familia se proveía parcialmente de alimentos.
A diferencia de los lotes pastoriles que tenían 625
hectáreas los lotes agrícolas, según recuerda Andrés,
contaban con 50 hectáreas que eran entregadas con
la obligación de cercar, edificar y plantar, y que les
permitían a los habitantes de la zona acceder a lo
que plantaban o criaban. Las chacras familiares de las
que habla Lamuniere eran explotaciones pequeñas,
mientras que otras de gran tamaño, como la Estancia
El Cóndor y otras en la margen norte del lago Nahuel
Huapi, como las estancias de la familia Newbery y
de la familia Jones, claramente tenían un perfil más
exportador, especialmente de carnes y lana. Estas es-
tancias resultaron vitales para el abastecimiento de
carnes a la ciudad, no solo en calidad de vendedores,
sino también cuando donaban reces, como afirmara
Andrés, para la olla popular que se instalaba en el
predio de la Comisaria.
Bariloche vivió un crecimiento bastante vegetati-
vo durante estos años, hacia 1926 tenía alrededor de
unos mil trescientos habitantes y unos dos mil para
1929, teniendo en cuenta que esta cifra abarcaba la
totalidad de la comarca agrícola, puesto que el pri-
mer padrón para la elección del año 1929 registra
pobladores no solo de la Colonia Nahuel Huapi sino
también a un número pequeño de habitantes de la
zona de Mallín Ahogado, por ejemplo.
Andrés Lamuniere menciona que su padre tuvo
que vender hacia 1929-30 uno de los dos lotes con
los que contaba, porque como representante de la
Compañía Durant se vio obligado a cubrir los pagos
sin realizar de muchos vehículos que él había ven-
dido en la zona. No es difícil imaginar que muchos
habitantes se hayan debido endeudar por distintas
28 Hombres y Mujeres de mi Tierra
Estación del Ferrocarril, Bariloche Ca. 1935 - Foto Godofredo Kaltschmidt - Col. Kaltschmidt en AVP
razones y hayan tenido que vender parcelas de sus
campos para poder costear su modo de vida. Los
jornaleros y peones, el sector con mayor vulnera-
bilidad ante las crisis, que subsistían con su trabajo
diario, tuvieron que vivir a partir de sus parcelas
productivas, de la ayuda de distintos habitantes y
especialmente mediante la famosa Olla Popular de
1932 o el trueque de diversos productos, ya que el
escaso efectivo que había en la zona se encareció
aún más. Esto puede haber influido en el cierre del
Almacén de Ramos Generales de Primo Capraro,
ya que ante la falta de efectivo la gente comen-
zó a utilizar mucho el intercambio como medio de
subsistencia.
Grupo de obreros de la construcción del Hotel
Llao Llao Ca. 1936 - Foto Fernández Seijo
Era habitual que los vecinos compraran un ani-
mal entre muchos a principios del invierno para fae-
narlo y compartirlo. Andrés Lamuniere recuerda que
de chanchos adquiridos en invierno y carneados en
verano producían embutidos que abastecían a la
familia hasta la primavera. También menciona que
había tambos que abastecían de leche a quienes la
podían pagar y que los habitantes de Colonia Suiza
hacían quesos. Además, en 1931 se abrió un aserra-
dero con la intención de explotar la madera de los
bosques de la zona, el cual solo sirvió para proveer
a Bariloche y fue propiedad de Napoleón Beveraggi.
La faena de ganado bovino perteneciente a estan-
cias de la zona también fue común en la década
del ‛30, Andrés recuerda a un carnicero que traía
carne fresca a su casa en las cercanías del centro
de Bariloche y resalta la solidaridad del pueblo que
permitió sobrellevar aquellos tiempos difíciles en la
época de la crisis.
Los primeros automóviles que se utilizaron en
Bariloche comenzaron a abastecerse también en
la década del ‛30 del combustible almacenado en
una estación de servicio que tenía un solo surtidor
y estaba ubicada en Mitre y Quaglia. Esta práctica
reemplazó a los galones de veinte litros de nafta,
que al igual que los de querosén podían venderse
de manera completa o fragmentada. Pero los ca-
rros tirados por bueyes y los sulkys no se reempla-
zaron completamente como medio de transporte.
Por su parte la iluminación hasta el año 1930 fue
en su mayor parte a base de velas o querosene. De

acuerdo con Andrés Lamuniere, los primeros faro-
les eléctricos de la ciudad se instalaron recién aquel
año y afirma que en los años previos Bariloche tuvo
que vivir sin luz debido a que la usina que la ge-
neraba se había quemado. Recién en 1931 la fa-
milia San Martín instalaría en Puerto Moreno la
usina que perdura hasta nuestros días, cuyas tur-
binas daban suficiente electricidad para abastecer
el área céntrica.
También es durante los años 1929-30 que el
proyecto de instalación del ferrocarril, que conec-
taría el Atlántico con la zona cordillerana, tiene que
ser detenido dadas las dificultades económicas que
afrontaba el país debido a la crisis mundial produ-
cida por el crack de la Bolsa de Nueva York. Primo
Capraro, que había amasado gran capital político
y económico a lo largo de la década del ‛20, sufrirá
su bancarrota y el cierre de varias de sus empresas
al verse imposibilitado de pagar a sus empleados.
Capraro, que había colaborado con la construc-
ción del ramal del ferrocarril, intentó que el dinero
que había invertido le sea devuelto, pero esto cayó
en oídos sordos. Aislado políticamente y fundido
económicamente terminaría suicidándose en 1933.
Más tarde la Nación pagaría a la familia el dinero
que le debía con tierras.
Un año antes, en 1932, algunos habitantes de
Bariloche tomaron parte del Empréstito Patriótico
que fue propuesto por Alberto Hueyo, ministro de
Hacienda del presidente Justo, cuyo fin era la re-
caudación de unos quinientos millones de pesos
para afrontar los pagos de la Deuda Externa. A ta-
les fines se vendían títulos de entre mil y cincuenta
pesos, que se compraban, en el caso de los títu-
los de cien y cincuenta pesos al valor de noventa
y cuarenta y cinco respectivamente, en bancos y
oficinas de correo. Anualmente se sorteaban títu-
los y a los ganadores se les devolvían cien pesos,
si es que habían comprado títulos por noventa y
Centro Cívico, Comisaría, patio exterior y parte de
los calabozos Ca. 1938 - Col. De Estrada en AVP
Hombres y Mujeres de mi Tierra 29
cincuenta pesos en el caso de haber abonado cua-
renta y cinco. Algunos comercios, frente a la pobre
situación económica que pasaba el país, aceptaban
pagos con estos títulos. Se sabe que al menos diez
habitantes de la ciudad adquirieron títulos del em-
préstito patriótico.
Pero el perfil agrícola ganadero no se abandonó
incluso en la época de la crisis. Andrés Lamuniere
menciona que su padre adquirió un segundo lote
en tierras fiscales, en la que actualmente es la zona
sur del Cuartel Militar, teniendo como condiciones
las mismas que el gobierno había estado impo-
niendo hasta el momento: cercar, habitar y explotar
el área que se entregaba. Esta parcela les fue ex-
propiada en 1938 por las Fuerzas Militares cuando
se instalaron definitivamente en la zona.
Pero algunos años antes, en 1934, sucedieron
dos acontecimientos importantes: el Ferrocarril
llegó finalmente a Bariloche permitiendo la tan
esperada conexión con el Atlántico que Bailey
Willis había proyectado hacia 1914 –aunque no se
completó su proyecto original de hacer una co-
nexión transcordillerana con Valdivia– y se creó la
Dirección de Parques Nacionales que cimentaría de
manera definitiva el perfil turístico de la ciudad ya
vislumbrado por Primo Capraro desde 1918.
Sin embargo la crisis mundial de 1929 no afec-
tó la manera en que se desarrollaría Bariloche. A
pesar que en 1922, con la implantación del Parque
Nacional, comenzara a darse un giro, el perfil de
Colonia Agrícola-Ganadera que la había caracteri-
zado desde la instalación de los primeros colonos
perduraría hasta entrada la década del ‛30. Recién
a partir de 1934 comenzará a afianzarse e imponer-
se el perfil turístico. También puede afirmare que
la economía y la sociedad barilochense cambiaron
poco entre la fundación de la ciudad y 1934, la eco-
nomía de la ciudad varió poco entre esos años y se
vio fuertemente vinculada a una clase propietaria
Construcción del primer Hotel Llao Llao
Ca. 1937 - Col. Beveraggi en AVP
30 Hombres y Mujeres de mi Tierra
que pudo comerciar materia prima exportable a la
zona sur de Chile y desde allí a Europa. Por lo de-
más una gran parte de la población logró sobrevi-
vir en base a sus pequeñas producciones agrícolas
y ganaderas, que satisfacían sus necesidades do-
mésticas y les permitían establecer intercambios
con el resto de los habitantes de la zona.
De todas maneras es importante señalar que
ya desde 1914, a partir de los estudios encabeza-
dos por Bailey Willis y promovidos por el minis-
tro Exequiel Ramos Mexía, se veía el potencial de
Bariloche para instalar un centro industrial en la
zona que pudiera abastecer de materias primas al
mercado interno y externo y convertir a la ciudad
en un punto neurálgico de importancia. Pero para
que esto se concretara era necesaria la comunica-
ción con el área Atlántica mediante el ferrocarril
ya que la comunicación terrestre por medio de
carreteras era dificultosa. Es interesante advertir
como luego de la llegada del ferrocarril en 1934 el
cambio de orientación económica se realizó hacia
un perfil turístico y no hacía el perfil industrial que
Bailey Willis y el ministro Ramos Mexía proponían.
Como se ha señalado la economía de la ciudad
siguió basándose, en gran medida y desde el ini-
cio de la crisis de 1929 hasta 1934, en la produc-
ción agrícola ganadera que había caracterizado a
Bariloche desde sus inicios. Si bien la crisis afectó
a muchos pobladores que tuvieron que sobrevivir
Arribo del ferrocarril a Bariloche, 5 de Mayo de 1934 - Col. Capraro en AVP
a partir del intercambio o en base a economías de
subsistencias, el comunalismo de los barilochenses
permitió que gran parte de los habitantes no tu-
vieran que sufrir la gran carga que significó la cri-
sis mundial. De modo que podría afirmarse que la
supervivencia de la ciudad durante estos tiempos
de tanta incertidumbre, como lo fueron los de la
crisis de 1929, fue posible gracias a la capacidad de
auto subsistencia de los propios ciudadanos y a las
redes sociales entretejidas que permitieron que se
llevaran adelante proyectos tales como la olla po-
pular de 1932.
Con la llegada del Ferrocarril comenzó a haber
una mayor presencia del Estado evidenciada en las
primeras grandes obras de infraestructura estatal
que se comenzarían a concretar a partir de 1934,
como la construcción del Centro Cívico en 1937, la
del Hotel Llao Llao en 1938, la pavimentación de la
ruta que conecta los veinticinco kilómetros del ejido
de Bariloche y el establecimiento de manera perma-
nente de un Batallón del Ejército para proteger la
zona de frontera el mismo año de 1938, entre otras
obras que dan la idea de un Estado cada vez más
presente en el área. Así la pequeña colonia agrícola
se transformaría con el tiempo en una ciudad turís-
tica de importancia internacional.
* Estudiante de la Licenciatura en Historia, Centro
Regional Universitario Bariloche, UNCo.

¿Sabías que las vicuñas
pueden beber agua salada?
Las vicuñas son los camélidos más pequeños de
América, pesan entre 40 y 50 kg y tienen una lon-
gitud de 80 cm. Su color es marrón claro rojizo en
el lomo y blanco en la zona central y las patas, que
son largas y delgadas, terminadas en almohadillas,
aptas para caminar sobre varios tipos de suelos, in-
cluidos los pedregosos. Su fibra fue valorada desde
tiempos preincaicos y está entre las más finas y ca-
ras del mundo. Estos animalitos pueden beber agua
salada e incluso pasar varios días sin tomar agua
de ningún tipo, también les gusta lamer rocas para
conseguir la sal que ellas contienen. Las vicuñas se
mantienen en estado silvestre y su distribución se
limita a la puna –norte de Argentina, occidente de
Bolivia, norte de Chile y centro y sur del Perú– a
más de 3200 m.s.n.m. Son herbívoras y por su forma
de alimentarse se las denomina “pastoreadores de
bajo impacto” debido a la rápida recuperación de
las pasturas que consumen. Al igual que los gua-
nacos su organización social está basada en tropas
de solteros y grupos familiares formados por un
macho, tres o cuatro hembras y un par de crías.
Su población habría alcanzado los 3 millones pero
tras siglos de caza estuvo en real peligro de extin-
ción, al punto que en 1974 solo quedaban 6000 en
los cuatro países que habita. Gracias a los esfuer-
zos de conservación actualmente existen cerca de
350.000 vicuñas.
Todos los Chicos 31
Historia de las cosas muy ricas:
El Ceviche
El ceviche es un plato consistente en carne –de
pescado y/o mariscos– marinada en aliños cítricos,
es decir cocida solo con los jugos ácidos de las frutas
utilizadas. Diferentes versiones del ceviche forman
parte de la cultura culinaria de Chile, Colombia, Costa
Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras,
México, Nicaragua, Panamá y Perú, pero en este úl-
timo se lo considera patrimonio cultural, ya que se-
gún algunas fuentes históricas el ceviche se habría
originado entre los moche, una civilización costera
que comenzó a florecer entre los siglos I y II en lo
que actualmente es el norte del Perú.​​Investigaciones
recientes muestran además que durante el Imperio
Inca los peces fueron marinados con chicha, una be-
bida alcohólica andina, y diferentes crónicas infor-
man que a lo largo de la costa peruana, antes de
la llegada de los europeos, el pescado se consumía
cocido simplemente con sal y ají; los nativos habrían
comenzado a utilizar –a partir de la conquista– los
cítricos traídos por los españoles, pero los princi-
pios de preparación del plato habría seguido siendo
esencialmente los mismos. Por su parte Fernando
Rueda García, historiador malagueño, sugiere que
fueron esclavas moriscas las que crearon el ceviche
mezclando ingredientes locales con los foráneos que
iban llegando a la Península Ibérica, con lo cual los
españoles argumentan que la receta tiene origen en
su país.​Sin embargo no existe en la cultura culinaria
española actual un plato de pescado o mariscos de
estas características.
32 Todos los Chicos
El Árbol Generoso
de Shel Silverstein
Había una vez un árbol que amaba a un
pequeño niño. Todos los días el niño venía
y recogía sus hojas para hacerse con ellas
una corona y jugar al rey del bosque. Subía
por su tronco, se mecía en sus ramas y co-
mía manzanas. Jugaban juntos a la escon-
dida y cuando se cansaba, el niño dormía
a su sombra.
Y el niño también amaba al árbol y el
árbol era feliz.
El tiempo pasó, el niño creció y el árbol
solía quedarse solo esperándolo. Un día, el
árbol vio venir al niño.
–Vení niño, subite a mi tronco, hamaca-
te en mis ramas, comé mis manzanas, jugá
bajo mi sombra y sé feliz –le dijo.
–Ya soy muy grande para trepar y ju-
gar –dijo el niño– yo quiero comprar cosas,
divertirme. Necesito dinero. ¿Podés darme
plata o me voy?
–Lo lamento, –dijo el árbol– sabés que
plata no tengo, sólo hojas y manzanas.
Agarrá mis manzanas y vendelas en la
ciudad… Tal vez así consigas la plata que
querés.
El niño se subió al árbol, arrancó todas
las manzanas, las cargó en una cesta y se
volvió a alejar. Y el árbol se quedó feliz.
Pero pasó mucho tiempo, el niño no vol-
vía y el árbol lo esperaba triste. Hasta que
un día regresó y el árbol agitó alegremente
sus hojas.
–Vení niño, subite a mi tronco, hamaca-
te en mis ramas, jugá bajo mi sombra y sé
feliz –le dijo.
–Necesito una casa que me sirva de
abrigo –le contestó el niño–, quiero con-
seguirme una esposa y tener hijos. Es una
casa lo que necesito, ¿tenés una casa para
darme?
–Yo no tengo una casa –le dijo el árbol–,
mi hogar es el bosque, pero podés cortar
mis ramas y usarlas para hacer tu propia
casa. Entonces serás feliz.

El niño cortó todas las ramas, se las llevó
y se construyó una casa hermosa. Y el árbol
se quedó feliz.
Volvieron a pasar muchos años sin que
el niño regresara, hasta que un día volvió
a visitarlo… el árbol se puso tan feliz que
apenas pudo hablar.
–Vení, niño –le susurró– acercate y jugá.
–Estoy muy viejo y triste para jugar –le
contestó– quisiera tener un bote y navegar
lejos de aquí, ¿vos tenés un bote para mí?
–Un bote no tengo –le respondió el ár-
bol–, pero podés cortar mi tronco y nave-
gar sobre él, si eso te hace feliz.
El niño cortó el tronco, lo ahuecó y se
hizo un bote. Navegó lejos y el árbol se
quedó feliz… o quizás no. Volvieron a pasar
algunos años hasta que el niño regresara
a ver al árbol.
–Lo lamento, niño –lo recibió el árbol–
pero ya no me queda nada para ofrecerte…
manzanas ya no tengo…
Todos los Chicos 33
–Mis dientes ya están débiles para man-
zanas –le contestó el niño.
–Tampoco me quedan ramas, ya no hay
cómo hamacarse en mí.
–Estoy muy viejo para las hamacas.
–Ni el tronco me queda, niño, ¿cómo te
vas a trepar?
–Estoy muy cansado para trepar –le con-
testó el niño.
–Quisiera poder darte algo… pero ya no
me queda nada. Me he convertido en un
viejo leño trunco en medio del bosque… Lo
lamento –dijo el árbol.
–Yo ya no necesito mucho ahora –res-
pondió el niño– apenas un lugar tranquilo
para reposar… estoy muy cansado.
–¡Fantástico! –dijo el árbol reanimándo-
se– un viejo leño trunco es lo que necesitás
para sentarte y descansar. Vení, niño, sen-
tate sobre mí.
Y el niño se quedó sentado contemplan-
do el bosque. Y el árbol se quedó feliz.

Sheldon Allan Silverstein (1930–1999) más conocido como Shel Silverstein, fue un poeta, cantautor,
músico, compositor, dibujante, guionista y autor de libros para niños estadounidense. El árbol que da o
el árbol generoso –The Giving Tree–, publicado en 1964 y escrito e ilustrado por Silverstein, se ha con-
vertido en uno de los más famosos de Shel y ha sido traducido a más de 30 idiomas.
34 Todos los Chicos
Un crucigrama para conocer
los volcanes activos de los Andes
Horizontales:
3– Ubicado en el departamento colombiano del Cauca
dentro del Parque Nacional del mismo nombre. Con
una altura de 4646 m es uno de los más activos de
Colombia.
6– Volcán del sur de Colombia, situado a 9 km de la
ciudad de San Juan de Pasto. Es el volcán con mayor
actividad en Colombia. La elevación de su cima es
de 4276 m.
8– Con 4084 m está localizado en la frontera entre
Argentina y Chile. Forma grupo con los volcanes
Planchón y Azufre. Su nombre en mapuzugun sig-
nifica “ramas quemadas”.
9– Ubicado al sur del Perú, cerca de la ciudad de
Arequipa, a los pies del valle del río Chili. Su cono
casi perfecto se eleva a 5820 m entre los volcanes
Chachani y Pichu Pichu.
10– Es el volcán más sureño y más activo de Ecuador. Su
nombre es una voz originaria que significa “espan-
tar”. Su cima alcanza los 5300 m y cuenta con tres
grandes cráteres.
5– Antisana / 6– Galeras / 7– Lanín / 8– Peteroa / 9– Misti / 10– Sangay
Solución: 1– Quizapú / 2– Copahue / 3– Puracé / 4– Cotopaxi /
Verticales:
1– Llamado también Cerro Azul está ubicado en la co-
muna de San Clemente, Región del Maule, Chile.
Con 2928 m es una chimenea secundaria del volcán
Descabezado Grande.
2– Ubicado entre Chile y Argentina. Su actividad es
fuente de aguas termales que convocan al turismo
en torno a la localidad con la que comparte el nom-
bre y al lago Caviahue.
4– Se encuentra en el cantón Latacunga, República de
Ecuador. Con 5897 m es el segundo volcán más alto
del país luego del Chimborazo. Su nombre significa
“cuello de Luna”.
5– Está ubicado en la Cordillera Real del Ecuador a 50
km de Quito. Su cumbre alcanza 5758 m y su acti-
vidad es fuente de aguas termales en la Quebrada
del Azufre Grande.
7– Con 3776 m está ubicado cerca de Junín de los
Andes, Neuquén, en el límite entre Argentina y
Chile, rodeado por los lagos Paimún, Huechulafquen
y Tromen.
36 Costumbres del Sabor y del Saber
Sabores para el tiempo de los colores
Por Cholo Pereira
Llegó el otoño inundando de rojos, ocres y amarillos el paisaje cordillerano.
Para estar a la altura de tamaña intensidad les propongo una Tapa de nalga
rellena a la cacerola, Stromboli y Pasta frola de queso y fruta fina.
Tapa de nalga rellena a la cacerola
Abrís la tapa en forma de “sobre” dejando la punta
angosta cerrada y la rellenás –bien y haciendo pre-
sión– con una mezcla de 300 gr de panceta ahumada
picada, 300 gr de queso parmesano rallado, 3 blancos
de puerro en rodajas –salteadas en manteca–, un ata-
do de espinacas cortadas finitas, 150 gr de piñones
tostados y pimienta negra. Cosés la abertura, frotás
la pieza con una mezcla de aceite de oliva, mostaza,
vino blanco, pimentón, un poquito de comino y otro
de ají molido, la dejás reposar 2 horas dándola vuelta
cada ½ y en una fuente profunda ponés 2 cebollas
moradas y 2 blancas en cuartos, 1 morrón rojo en tiras
y 2 zanahorias en rodajas, salás, echás un chorro de
oliva y ponés encima unas ramitas de tomillo fresco;
retirás la carne, la limpiás bien, adicionás la marina-
da a la fuente, sellás la carne con un chorro de oliva
5 minutos de cada lado, la ponés sobre el lecho de
vegetales, le agregás ½ litro de caldo caliente y ½
litro de vino blanco previamente hervido, cubrís con
papel metálico y cocinás en horno a 180° 45 minu-
tos y otros 30 al mínimo. Retirás la pieza, mixeás los
vegetales, les agregás ½ litro de caldo y 1 cucharada
sopera de extracto de tomate, llevás a hervor hasta
que tome punto de salsa y servís la tapa cortada en
lonjas finas bien salseadas, acompañadas con papas
al horno doraditas y espolvoreadas con perejil picado.
Lo que necesitás para la Tapa rellena: 1 tapa de nal-
ga de 2 kg o más / 300 gr de panceta ahumada / 300
gr de parmesano / 3 puerros / 1 atado de espinacas /
150 gr de piñones / 2 cebollas moradas y 2 blancas / 1
morrón rojo / 2 zanahorias / papas / manteca / aceite
de oliva / mostaza / vino blanco / pimentón / comino
/ ají molido / caldo / extracto de tomate / tomillo y
perejil frescos / sal y pimienta negra
Stromboli
La historia del Stromboli se remonta a los años
‛50 en Filadelfia donde Nazzareno Romano, el due-
ño de un restaurante, empezó a vender una masa
para pizza enrollada rellena con jamón, queso y pi-
mientos. A menudo se confunde el Stromboli con el
Calzone, una popular comida callejera típica del sur
de Italia, pero para el Stromboli se utiliza una masa
rectangular que se enrolla y se sella, mientras que el
Calzone es una masa redonda que se dobla por la
mitad y se cierra para freírla u hornearla. Otra dife-
rencia estriba en el relleno, aunque es un argumen-
to ambiguo ya que existen muchas variaciones. Para
nuestra versión de este delicioso pan relleno vas a
necesitar 500 gr de harina 000, 15 gr de levadura, 10
gr de sal, 280 cc de agua, 30 gr de aceite de oliva, 200
gr de mozzarella, 3 dientes de ajo, albahaca, romero
fresco y sal gruesa. Hacés una masa de pan tradicio-
nal y la amasás por lo menos 10 minutos hasta lograr
que quede bien suave y homogénea, luego la dejás
leudar al doble, la estirás en forma rectangular, en
una mitad dispones la mozzarella, el ajo en laminas
delgadas y la albahaca, enrollás sin apretar, le sellás
bien ambos extremos, la colocás en una fuente acei-
tada, pinchás bien la superficie, le clavás ramitas de
romero, la espolvoreás con sal gruesa y finalmente
la horneás a 200° C durante 25 minutos hasta que se
dore. ¡Stromboli finito!
Lo que necesitás para el Stromboli: 500 gr de ha-
rina 000 / 15 gr de levadura / 10 gr de sal / 280 cc
de agua / 30 cc de aceite de oliva / 200 gr de moz-
zarella / 3 dientes de ajo / albahaca / romero fresco
/ sal gruesa
 Costumbres del Sabor y del Saber 37

Pasta frola de queso y fruta fina

Para preparar esta Pasta frola de queso y fru-
ta fina vas a empezar por elaborar la masa, para
lo cual integrarás 250 gr de harina 0000 tamiza-
da con 5 gr de polvo de hornear y le agregarás
250 gr de manteca fría cortada en cuadraditos y
100 gr de azúcar para luego trabajarla con una
espátula o con los dedos hasta formar una are-
nilla sin que se funda del todo la manteca. Una
vez logrado el punto ponés la masa entre dos
films y la estirás –primero con las palmas de las
manos y luego con un palo de amasar– hasta
alcanzar el tamaño y la forma del molde que va-
yas a usar. Una vez estirada la masa la refrigerás
entre los films durante 1 hora, luego la retirás
de la heladera, esperás que se ablande un poco
y la disponés prolijamente en el molde elegido.
Acto seguido pinchás la superficie y cocinás la
masa en horno templado a 180° C alrededor de
25 minutos hasta que adquiera un tono levemen-
te tornasolado sin que alcance a dorarse. Una vez
horneada esperás que se enfríe, cubrís la super-
ficie con dulce de frambuesas bien firme y enci-
ma distribuís un pote de 500 gr de queso blan-
co mezclado previamente con ½ pote de leche
condensada, la ralladura de 1 limón y 200 cc de
crema batida. Finalmente volvés a refrigerarla al
menos 2 horas y la servís cubierta de arándanos
frescos y un chorrito de jarabe de sauco.
Lo que necesitás para la Pasta frola de queso y
fruta fina: 250 gr de harina 0000 / 5 gr de polvo
de hornear / 250 gr de manteca fría / 100 gr de
azúcar / 500 gr de dulce de frambuesas / 500 gr
de queso blanco / ½ pote de leche condensada
/ 200 cc de crema batida / 1 limón / arándanos
frescos / jarabe de sauco

Palabras de sobremesa:
“La esperanza es un árbol,
el más frondoso, y de sus
bellas ramas dependen todos.”
Melchor de Palau
(1843–1910)
38 Costumbres del Sabor y del Saber
Facturas libres de gluten
Por Irene Enriqueta Peralta
Estas facturas sin gluten son increíblemen-
te ricas y muy fáciles de realizar. Les aconsejo
guardarlas en el freezer recién horneadas sin el
almíbar y media hora antes de comerlas sacar-
las, darles un golpe de horno, bañarlas con al-
míbar y ¡a disfrutar! Para elaborar las facturas
tamizá 320 gr de premezcla con una pisca de
sal, colocá la harina en la amasadora o en un
bowl, agregá 80 gr de azúcar, 35 gr de levadura
fresca, 1 huevo y 1 clara de huevo, la ralladura
de 1 naranja, 1 cucharadita de esencia de vainilla
y 160 cc de leche. Mezclá muy bien hasta inte-
grar y formar una masa suave y agregá 55 gr de
manteca punto pomada. Integrá todo, poné la
masa en una manga y sobre una placa aceitada
o una silicona, hacé copitos de 5 cm de diámetro
dejando entre uno y otro 4 cm aproximadamen-
te. Con una cuchara mojada con agua aplasta
dulcemente los conitos y decoralos con crema
pastelera, dulce de membrillo, dulce de leche
y/o azúcar negra. También podés hacer con la
manga palitos de 8 cm de largo y decorarlos
ASEGURATE QUE TODOS LOS PRODUCTOS ESTÉN EFECTIVAMENTE LIBRES DE GLUTEN Y SEAN CONFIABLES
con pastelera y/o membrillo. Finalmente dejás
levar en lugar cálido y horneás a 200° C por 15
minutos. Para hacer crema pastelera sin gluten
mezclá 100 gr de azúcar con 4 cucharadas sope-
ras de fécula de maíz, 1 huevo entero y 1 yema
de huevo, integrá todo bien y agregá 400 cc de
leche hervida, llevá a fuego hasta que vuelva a
hervir y la crema tome consistencia. Retirá del
fuego, incorporá 1 cucharadita de esencia de
vainilla, dejala enfriar y ya la podés utilizar. El al-
míbar para bañar tus facturas lo hacés poniendo
en un hervidor 1 taza de azúcar y 1 taza de agua
y dejando hervir por 5 minutos.
Lo que necesitan para las Facturas libres de
gluten: 320 gr de premezcla sin TACC / 80 gr de
azúcar / 35 gr de levadura fresca / 160 cc de le-
che / 55 gr de manteca / 2 huevos / 1 naranja /
esencia de vainilla / sal // Crema pastelera: 100
gr de azúcar / 400 cc de leche / 2 huevos / fécula
de maíz / esencia de vainilla // Almíbar: 1 taza
de azúcar / 1 taza de agua
 Cartas de Papel 39

Señor Director de Revista TODO, como lector habitual de la revista que usted dirige quiero felici-
tarlo por el excelente material de lectura que regularmente hacen llegar de manera gratuita a nues-
tros hogares. Todos los contenidos me resultan interesantes, los artículos históricos, las entrevistas,
los consejos saludables, el arte y la literatura. Y en mi caso también valoro de manera particular el
espacio de las cartas de lectores, donde suelo encontrar información brindada por otras lectoras y
lectores en relación a temas de interés comunitario. Por eso me permito dirigirle estas líneas con la
intención de aportar a la conciencia colectiva respecto a la necesidad de respetar las normas esta-
blecidas en materia de Seguridad Vial, sobre todo en esta época del año en que comienzan a ser
más frecuentes las precipitaciones, tanto de lluvia como de nieve. En este sentido lo primero a re-
saltar es la necesidad del cuidado especial que debemos tener con los peatones, que, al igual que
quienes conducimos un vehículo en estas circunstancias climáticas adversas, tienen reducida la visi-
bilidad por el uso de abrigos, sombreros, capuchas y lentes empañados y además andan esquivan-
do charcos y apurándose para intentar no mojarse demasiado, pudiendo sufrir patinadas y caídas y
sobre todo pudiendo no ver un vehículo al precipitarse a cruzar una calle. Por eso disminuir la velo-
cidad es el recurso fundamental que nos permite anticipar situaciones de riesgo de esta naturaleza.
Además tenemos que tener en cuenta que con el pavimento mojado se necesita más distancia para
frenar, por lo tanto, hay que aumentar la distancia entre vehículos y estar atentos ante la posibili-
dad de encontrar agua en el camino, porque al pasar sobre charcos o acumulaciones grandes de
agua en la calzada las ruedas pueden perder todo contacto con la superficie y hacer que perdamos
el control del vehículo. En esas condiciones cualquier toque en la dirección o una ráfaga de viento
puede desviar al auto, en esos casos lo aconsejable es sacar el pie del acelerador pero no apretar el
freno de golpe para reducir la velocidad, porque si lo hacemos la pérdida de control será aún mayor.
Otra precaución fundamental es circular con las luces de posición y bajas encendidas, como lo esta-
blece la ley de tránsito, para aumentar nuestra visibilidad y la de los demás respecto de nuestra cir-
culación, y naturalmente siempre disminuir la velocidad ante el más mínimo indicio de nieve, lluvia o
de pavimento mojado ya que, aunque no haya charcos o grandes acumulaciones de agua, la calzada
igualmente puede estar resbaladiza y en ese caso los neumáticos pierden adherencia corriendo el
peligro de patinar. Por eso es importantísimo estar muy atentos a las señales de calzada resbaladiza
que alertan sobre asfaltos problemáticos en caminos principales y rutas y siempre maniobrar y fre-
nar con suavidad, evitando hacer maniobras bruscas. Sé que mucho de lo referido en estas líneas es
sabido por todos, pero creo que no está demás volver sobre un tema que, aunque pudiera parecer
menor, es causa recurrente de accidentes fatales y menores que podrían evitarse si todas y todos to-
mamos conciencia de las precauciones que es necesario tomar cuando estamos conduciendo. Nue-
vamente aprovecho para felicitarlo por la excelente publicación que es Revista TODO y, esperando
que mi carta le resulte interesante como para ser publicada, lo saludo atentamente.

Francisco Cardozo Hernández

Queridos amigos: No se olviden que pueden disfrutar de

Revista TODO en versión digital visitando nuestra página
www.supertodo.com.ar
40 Cartas de Papel

La Página de Chirulo
Ediciones Académicas y Literarias
Publicaciones Institucionales
Revistas y Ediciones Especiales
Guías, Anuarios, Catálogos

En cualquier aventura editorial

te acompañamos en el camino

edicionespatagoniaescrita@gmail.com
(0294) 15 441 2530 | 15 441 2594