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PROCREAR - Jugando con el Sueño de la Casa Propia

El artículo 14 bis de la Constitución Nacional Argentina establece el derecho a una vivienda digna
para todos los ciudadanos argentinos. Sin embargo, el déficit habitacional no deja de aumentar
todos los años, tanto si lo medimos en términos cuantitativos como en términos cualitativos. A
pesar de que Argentina es el octavo país mas grande del mundo y uno de los países con mayor
riqueza natural en el globo, el acceso a la tierra y la vivienda es un privilegio para sus habitantes:
en Argentina una de cada tres familias tiene problemas de vivienda.

Hace una semana se cumplieron ocho años de la creación del programa PROCREAR (Programa
de Crédito Argentino del Bicentenario para la Vivienda Única Familiar), el cual fue mutando
durante estos años y atravesó tres gobiernos distintos. En este marco fueron construidos
numerosos desarrollos urbanísticos a lo largo del país, el mas grande de ellos en la Ciudad de
Buenos Aires. Luego de siete años desde el comienzo de su construcción, los departamentos de
Estación Buenos Aires no son entregados a las familias seleccionadas para ocuparlos.

Estación Buenos Aires es un complejo urbanístico de 2396 viviendas destinadas a la clase media
trabajadora con problemas habitacionales. Este complejo es el mas grande de los construidos
por PROCREAR y se encuentra ubicado en Parque Patricios, detrás de la cancha de Huracán. Si
bien es un desarrollo urbanístico de PROCREAR y por lo tanto depende del gobierno nacional,
en 2019 este se ocupó de transferir los procesos de inscripción, selección y preasignación al
gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y el otorgamiento del crédito al Banco de la Ciudad.
Meses antes de finalizar el mandato, el gobierno de Mauricio Macri transfirió a la Ciudad, en un
nuevo convenio, la adjudicación y entrega de las viviendas. El Banco Hipotecario fue mantenido
como fiduciario del programa. Este es un caso atípico con respecto al resto de los desarrollos
urbanísticos del país, los cuales se encuentran gestionados completamente por el gobierno
nacional.

A raíz de lo antes expuesto y en el contexto de un nuevo gobierno y de la constitución y


recambios de equipos en Nación y Ciudad, comenzó el maltrato a los seleccionados para el
programa, quienes quedaron en el medio de una guerra cruzada entre ambos gobiernos y sus
abogados. Para Nación, el parate del programa es culpa del gobierno de la ciudad y para Ciudad
es culpa del gobierno nacional. Entre ambos gobiernos quedan familias desamparadas que ven
cada vez mas lejano el sueño de la casa propia.

Claudia, por ejemplo, es personal esencial de la Ciudad de Buenos Aires y convive con sus padres,
mayores a 60 años. Trabajando en el contexto de la pandemia se ve expuesta a riesgo de
contagio y su máximo temor es contagiar a sus padres. Si PROCREAR y el IVC le hicieran la
entrega del departamento sus padres podrían respetar la cuarentena y no exponerse a riesgo
de contagio, quienes, como millones de argentinos no pueden cumplir con la cuarentena por
sus problemas habitacionales.

Flavia, vive con su familia en una casa prestada hasta que le otorguen el departamento
prometido. Su mayor miedo pasa por la edad, ya que tiene 49 años y debido a las políticas
comerciales del Banco Ciudad cada año que se demora la entrega de los departamentos es un
año menos de crédito hipotecario, con el riesgo de que a partir de los 52 años directamente le
prohíben acceder el crédito.

Federico, al igual que miles de personas en la actualidad, corre el riesgo de que lo despidan de
su trabajo. Sin embargo, tuvo que rechazar reiteradas propuestas laborales debido a que si
cambia de trabajo pierde el crédito, aunque si lo despiden, también pierde el crédito.
Bruno y Natalin fueron seleccionados hace un año y habiendo sido aprobados por el banco
esperan el sorteo de la unidad desde septiembre de 2019. Viven en un monoambiente chico
cuyo alquiler vence en septiembre de 2020 y se encuentran cursando un embarazo, motivo por
el cual no les queda otra que mudarse si no son llamados por PROCREAR antes de esa fecha, con
el costo que implica una mudanza y el alquiler de un nuevo departamento.

Diego y Romina acaban de tener un hijo y también se encuentran en el proceso final desde
agosto del año pasado, sin embargo, después de casi un año los tres se encuentran viviendo de
prestado en la casa de familiares.

Bárbara se encuentra en la etapa final desde octubre de 2019, aprobada tanto por el IVC como
por el Banco Ciudad, momento a partir del cual diversos funcionarios del IVC le dijeron que
permanezca atenta ya que próximamente saldría sorteada (si, hace casi un año que ya casi sale
sorteada). Dado que su contrato de alquiler vencía en diciembre y que el sorteo brillaba por su
ausencia, pudo negociar con el dueño del departamento una extensión por dos meses. Y dado
que en marzo aún no salía sorteada, el dueño de la propiedad que alquilaba le pidió que se fuera
y ella tuvo que incurrir en los costos de un nuevo alquiler por dos años, sin saber en qué
momento finalmente se efectuaría el sorteo.

Jacqueline es de los beneficiarios a quienes les solicitaron que ahorren durante 6 meses,
constituyendo plazos fijos ajustados por UVA para poder participar del programa. Habiendo
constituido el primer plazo fijo en julio de 2019 y habiendo finalizado la constitución del ahorro
solicitada por el programa en diciembre de 2019, pudo firmar la reserva de la unidad a los pocos
días de diciembre de 2019. Sin embargo, aún se encuentra a la espera del sorteo por las unidades
prometidas. El contrato de alquiler de Jacqueline venció en marzo de 2020 y puede permanecer
en el departamento por el decreto de Nación que impide los desalojos. Sin embargo el dueño
de la propiedad que alquila le cortó todos los servicios a pesar de que ella los pagaba en término
y a pesar de tener dos hijos que reciben clases virtuales del colegio en medio de la pandemia.
Jacqueline podría mudarse, pero ello implicaría asumir costos de mudanza, depósito y adelanto
por cien mil pesos, mientras que PROCREAR y el IVC le prohíben retirar sus ahorros de plazo fijo,
ya que si lo hace pierde el crédito.

A tono con el caso anterior, Yanina y Gonzalo, junto a su hijo de tres años, se encuentran en la
etapa final y sin recibir novedades del programa desde julio 2019. Ellos también se encuentran
alquilando un departamento en el barrio de Floresta, cuyo contrato de alquiler venció en marzo
de este año, por lo que también se encuentran amparados por el decreto nacional que evita
desalojos, pero con el temor de todos los días de no saber hasta cuando durará esta situación.

Sandra también es de los participantes que tuvo que constituir ahorros en plazo fijo, pero en
este caso termino en enero de 2020, y desde esa fecha nunca mas fue contactada para realizar
la reevaluación y reserva formal del departamento. Tanto su marido como su hija tienen
certificado de discapacidad motriz y ahora los tres viven de prestado en la casa de los padres de
Sandra, compartiendo una habitación en un primer piso por escalera, lo cual le genera severos
riesgos a la salud de los miembros de la familia con discapacidad motriz.

Estos son unos pocos ejemplos de los casos que padecen estas dos mil familias, pero ni siquiera
son los más severos. Muchos beneficiarios tienen miedo de exponer las situaciones de vivienda
que padecen por miedo a que el gobierno se desquite y no quiera entregarles las propiedades
prometidas. Desde el gobierno buscarán argumentar que los departamentos no pueden ser
sorteados y entregados por la pandemia, pero la realidad nos muestra que en el resto del país
todos los desarrollos urbanísticos siguen siendo entregados con normalidad y que el parate en
el programa comenzó a partir de la confirmación de cambio de gobierno en 2019. Los sorteos
pueden realizarse de manera virtual, la entrega de la documentación también, sin embargo,
desde el IVC aseguran que la pausa se debe a la pandemia, dejando en espera a dos mil familias
cada vez más desesperadas, algunas viviendo bajo condiciones de hacinamiento, mientras miles
de departamentos permanecen vacíos en una de las ciudades más ricas del mundo.

También debe tenerse en cuenta que cuando la pandemia termine, en algún momento
terminaran también los decretos que impiden los desalojos y los despidos. Si en ese momento
no son entregadas las propiedades prometidas muchas de estas familias terminarán
desalojadas, en la calle y sin empleo, o alimentando el círculo de la precarización laboral gigante
que existe en este país.

Una vez más la política juega con el sueño de la casa propia. Ayudanos compartiendo esta
solicitada para que no pase.

Damnificados autoconvocados de PROCREAR – Estación Buenos Aires

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