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Para otros usos de este término, véase Fe (desambiguación).

Mino da Fiesole, Fe (Galería Nacional de Washington).


La fe (del latín fides) es la seguridad o confianza en una persona, cosa, deidad,
opinión, doctrinas o enseñanzas de una religión,1 y, como tal, se manifiesta por
encima de la necesidad de poseer evidencias que demuestren la verdad.2 También
puede definirse como la creencia que no está sustentada en pruebas,34 además de la
seguridad, producto en algún grado de una promesa.56

Índice
1 Religiones
1.1 Bahaísmo
1.2 Budismo
1.3 Cristianismo
1.3.1 Antiguo Testamento
1.3.2 La Revelación en el Nuevo Testamento
1.3.3 La fe es un acto humano
1.3.4 Fe e inteligencia
1.3.5 Libertad de la fe
1.3.6 Necesidad de la fe
1.4 Islam
1.5 Judaísmo
1.6 Sijismo
2 En la masonería
3 Críticas
4 Véase también
5 Referencias
6 Enlaces externos
Religiones
La «fe religiosa» tiene una serie de puntos comunes en casi todas las religiones
existentes, y también desencuentros. La fe la define el diccionario de la RAE como:
Conjunto de creencias de una religión, conjunto de creencias de alguien, de un
grupo o de una multitud de personas, creencia que se da a algo por la autoridad de
quien lo dice o por la fama pública.7

Bahaísmo
Para el bahaísmo, la fe es la máxima aceptación de la autoridad divina de las
Manifestaciones de Dios.8 La fe y el conocimiento son igualmente necesarios para el
crecimiento espiritual.8 Esta no solo supone la obediencia externa a esta
autoridad, sino que también una comprensión profunda y personal de las enseñanzas
religiosas.
La fe significa, primero, conocimiento consciente, y segundo, la práctica de buenas
acciones.9
Budismo
La fe (pali: Saddhā, sánscrito: Śraddhā) es un componente importante de las
enseñanzas de Gautama Buda, tanto en las tradiciones del Theravāda y el Mahāyāna.
Sus palabras se registraron originalmente en el lenguaje pali y la palabra saddhā
se traduce generalmente como fe. En sus enseñanzas, el saddhā a veces se describe
como:

Una convicción de que algo es.


Una determinación de lograr las metas personales.
Una sensación de dicha, producto de los dos anteriores.
Mientras que la fe en el budismo no implica "fe ciega", la práctica budista no
obstante requiere cierto grado de confianza, principalmente en la conquista
espiritual de Gautama Buda. La fe en el budismo se centra en el entendimiento de
que Buda es un ser Despierto, en su papel superior como maestro, en la verdad de su
Dharma (enseñanzas espirituales) y en su Sangha (comunidad de seguidores con
desarrollo del espíritu). La fe en el budismo puede resumirse como aquella en las
Tres Joyas: el Buda, el Dharma y el Sangha. Esta tiene el propósito de conducir a
la iluminación, o bodhi, y el Nirvana. Volitivamente implica una decisión resoluta
y valiente. Combina el propósito firme y la autoconfianza de que se podrá lograr lo
que se desea.10

Al contrario de cualquier forma de "fe ciega", las enseñanzas de Buda incluyen


aquellas incluidas en el Kalama Sutra y exhortan a sus discípulos a investigar
cualquier enseñanza y vivir de acuerdo a lo aprendido y aceptado, en lugar de creer
en algo simplemente debido a que así fue enseñado.11

Cristianismo

El Triunfo de la Fe sobre la Idolatría. Jean-Baptiste Théodon (1646–1713)


La fe en el cristianismo es una virtud teologal y se basa en la obra y enseñanzas
de Jesús de Nazaret.12 El cristianismo declara no caracterizarse por la fe, sino
por el objetivo de la fe. En lugar de ser pasiva, la fe conduce una vida activa
alineada con los ideales y ejemplo de vida de Jesús.

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.


Hebreos 11:1

La actitud de la voluntad en la fe la describe San Agustín de la siguiente forma:


«credere non potest nisi volens» —no se puede creer si no se quiere—,13 y Santo
Tomás hace énfasis en la unión entre voluntad y pensamiento al decir que «la fe es
retener por seguramente verdaderas ciertas afirmaciones intelectuales, bajo el
influjo y la adhesión de la voluntad».14

Antiguo Testamento
Los términos usados más frecuentemente en el Antiguo Testamento para representar la
actitud de fe son batāh — esperar confiadamente en ...— y amān — mantenerse fiel
a...—. Las raíces anteriores se corresponden en el Nuevo Testamento por élpis,
elpizo y pístis, pistéou respectivamente. Ambas palabras ponen de manifiesto las
dos características del verdadero creyente: «confianza en la persona que revela» y
«adhesión del intelecto a sus signos y palabras».

Desde la fe de Adán y Eva a la que hace referencia el Génesis donde, a pesar del
pecado cometido por ellos, Dios les prometió un Salvador hasta la fe de Abraham que
llegó a su punto álgido cuando aceptó sacrificar a su hijo Isaac por obedecer a
Dios, se han sucedido gran cantidad de acontecimientos de fe en Él. Los libros
posteriores, el Éxodo, Levítico y Deuteronomio, siguen narrando acontecimientos en
los que la fe estaba presente, y en otras ausente pero con retorno posterior a su
fe en Dios, y esta se concretó en los Diez Mandamientos dados a Moisés en el monte
Sinaí. El carácter obligatorio y las disposiciones internas de los hombres a
cumplir los Mandamientos es de gran tradición deuteronómica; en el plano personal,
la fe exige la entrega de todo el corazón.15

Las situaciones y experiencias del «pueblo elegido» en la «tierra prometida»


variaron según su fidelidad a la Alianza con Yahveh desde Josué, Samuel, David y
Salomón. Después de este, hubo reyes que obraron bien y otros que no. La fe de los
reyes se apoyaba, sobre todo, en la confianza. Esta confianza la tuvo el rey
Ezequías al verse rodeado por un ejército sirio mucho más potente y,
posteriormente, en la lucha de los Macabeos contra los gentiles.,1617

Los «Profetas» del Antiguo Testamento tenían una gran fuerza que les venía de la fe
y de su interpretación de situaciones históricas o personales como precedentes de
Dios ya que su mensaje se dirigía a las naciones, a los judíos, y generalmente
comunicaban conocimientos o señales. En algunos casos, estos conocimientos llegaban
a un grado de intimidad importante como ocurría con el Jeremías que dijo: «Les daré
un corazón para conocerme». Es un conocimiento que se dirigía a las obras y a la
vida.18

Otros profetas continuaron tratando temas de conocimiento interior y exterior a


raíz de la fe.En el Libro de Daniel se habla de un Dios que conoce y revela
secretos. La fe en Dios les daba el poder de interpretar lo misterioso y lo
difícil. La actividad de los profetas se caracterizaba por el afán de desarrollar y
confirmar la fe del pueblo, tan azotado por las condiciones de su época, que debía
permanecer fiel al principio fundamental de su vida: «Yahwéh es Dios, el único
Dios». El Libro de los Salmos presenta también esta firme verdad, sobre todo en
momentos en los que el hombre, el pueblo, sufría y llamaba a Dios para que lo
salvase.19

En los «libros sapienciales» la fe se presenta como indispensable y necesaria: la


verdadera sabiduría incluye la fe. Las facultades superiores, las intelectuales,
del hombre están dirigidas a la búsqueda de Dios. Igualmente, «toda sabiduría
proviene de Dios» que, además, puede comunicarla a los hombres. Por eso, si bien es
un ejercicio de una facultad superior del hombre, es una dependencia, e incluso
pobreza, en cualquier sabiduría humana.20

Ya en el Antiguo Testamento hay muestras de la negación de la fe que, generalmente,


brotan del deseo de autosuficiencia del hombre. Un ejemplo es la fabricación de un
becerro de oro por los hebreos, —Ex, 32— un dios creado por los propios hombres
porque Moisés tardaba en bajar del monte Sinai. Otras veces la incredulidad,
individual y colectiva, que se produjo durante siglos, venía de una visión cómoda y
terrena de las cosas, incluso llegó a ser indiferencia en muchas ocasiones. La
falta de fe llegará hasta los coetáneos de Cristo, una incredulidad de obstinación
de los judíos y, especialmente, de los fariseos, los jefes espirituales de los
propios judíos que incluso lo detuvieron y lo crucificaron.21

La Revelación en el Nuevo Testamento

Alegoría de la fe (c. 1670), de Johannes Vermeer, Metropolitan Museum of Art, Nueva


York
En los Evangelios la fe está totalmente ligada a la revelación del Reino de Dios
cuya base y fundamento es el mismo Jesucristo que revela la doctrina, no como los
antiguos profetas, sino como quien tiene autoridad, autoridad que, a la vez, estaba
confirmada por los milagros. — Mt 7,7; Mc 1,22; Lc 4,32 — y para tenerla,
Jesucristo dejó claro que la fe es un don de Dios, una virtud sobrenatural
infundida por Él.22

Las dos vertientes de la gracia de la fe y de la correspondencia humana a ella se


reflejan en la confesión de san Pedro —Mt 16, 16-18—, en la del centurión, que
Jesús consideró como maravillosa —Mt 8,10; Lc 7,1-10— ya que el propio centurión
sabía lo que era la autoridad y al oír la palabra de Jesucristo vio que hablaba con
autoridad —Lc 7,7—. El verdadero modelo de fe se refleja en la Virgen María de la
que su prima Santa Isabel le dijo «Dichosa la que ha creído que se cumplirían las
cosas que le fueron dichas de parte del Señor». En un plano inferior al de la fe de
la Virgen María está la fe del ciego Bartimeo, de Jairo, de la hemorroisa, del
leproso, del paralítico, la cananea y otros muchos más curados o devueltos a la
vida por Jesucristo.,2324

La fe es un acto humano
La fe es una gracia, un don de Dios; para dar respuesta a la fe es necesaria la
gracia de Dios que ayuda y se adelanta a las personas y mueve sus corazones para
dirigirlos a El. Sin embargo, creer es un acto auténticamente humano, que no es
contrario a la inteligencia ni a la libertad del hombre. En la vida corriente, en
las relaciones humanas creer lo que dicen otras personas no es contrario a la
dignidad propia. Por esa razón es menos contraria a la dignidad de la persona creer
y poner la inteligencia y la voluntad bajo lo que Dios revela.25

Fe e inteligencia
El hecho de que las verdades reveladas parezcan inteligibles o verdaderas a la
razón natural no es el motivo por el cual se cree. Según los teólogos católicos, se
cree por la autoridad de Dios mismo ya que revela y no puede engañarse ni
engañarnos.26

Por lo mismo, para los cristianos la fe es cierta, más que cualquier conocimiento
humano, pues se basa en la palabra de Dios, que no puede mentir ya que Él es la
Verdad. La certeza que da la luz divina es mayor que la que da la luz de la razón
natural.27

La fe trata de comprender porque en inherente a ella misma que los creyentes, cada
creyente, desee conocer cada vez mejor a aquel en quien ha depositado su confianza
y su fe. La fe abre los ojos del corazón dice San Pablo en su carta a los Efesios y
San Agustín —serm. 43, 7, 9— dice que creo para comprender y comprendo para creer
mejor.,2829

Para los creyentes no hay confrontación excluyente entre fe y ciencia ya que,


aunque la fe esté en plano superior al de la razón, el Dios mismo que ha hecho
tener al espíritu humano la luz de la razón, es el mismo que ha revelado los
misterios. Por eso, la investigación metódica, cuando se actúa de una forma
realmente científica y siguiendo una normativa moral, no estará nunca en oposición
con la fe ya que las realidades de fe y las profanas tienen su mismo origen:
Dios.30

Libertad de la fe
Ninguna persona está obligada a abrazar la fe cristiana en contra de su voluntad.
La persona, si se decide a creer debe responder a Dios voluntariamente. El acto de
fe es voluntario por propia naturaleza.31 Cuando una persona se siente llamada por
Dios a servirle, queda vinculada por su conciencia, pero no coaccionada. El propio
Jesucristo invitó a sus coetáneos a la fe y a la conversión pero no forzó a nadie a
seguirle.32

Necesidad de la fe
Según la Iglesia católica, para obtener la salvación es necesario creer en Cristo y
en Quien le envió ya que sin la fe no se puede agradar a Dios. De la misma forma
que la fe es un don gratuito que hace Dios a cada persona, al ser voluntario el
acto de fe, también puede perderse voluntariamente —1 Tm 1, 18-19—. Si se tiene fe,
para perseverar en ella, según la Iglesia católica y cristianos en general, debe
alimentarse con la palabra de Dios y sostenida por la esperanza.33

Islam
En el islam, fe (iman) es una completa obediencia a la voluntad de Dios, que
incluye creencia, profesión y acciones, consecuente al encargo de su representación
en la Tierra, según la voluntad de Dios. La fe tiene dos aspectos: reconocer y
afirmar que hay un Creador del universo y solo se debe adorar al Creador.

Judaísmo
Artículo principal: Trece principios de fe
La fe en sí misma no es un concepto del judaísmo. La única vez que se menciona "fe
en Dios" dentro de los 24 libros del Tanaj, es en el verso 10 del capítulo 43 del
Libro de Isaías. En este verso, el mandato de conocer a Dios es seguido por los
mandamientos de creer y entender.34

No obstante, el judaísmo reconoce el valor emuná35 (generalmente traducido como fe,


confianza en Dios) y su estado negativo de Apikorus (herético), pero la fe no es
tan destacado o central como en otras religiones, especialmente comparado con el
cristianismo o islam. Podría ser un medio necesario para ser un judío
religiosamente activo, pero el énfasis está puesto en el verdadero conocimiento,
auténtica profecía y el actuar más que la fe en sí. Rara vez se relaciona con una
enseñanza que deba ser creída.3436 El judaísmo no exige al fiel explícitamente
identificar a Dios (un dogma central de la fe cristiana, que es llamada Avodah
Zarah en el judaísmo, un forma menor de idolatría pero un gran pecado y prohibición
estricta para los judíos). En cambio se pide honrar a la idea (personal) de Dios
apoyada por los muchos principios citados del Talmud para definir al judaísmo,
principalmente por lo que no es. Por tanto no existe una formulación establecida de
los principios de la fe judía que sean imperativos para todos los judíos.

Sijismo
La fe tampoco es un concepto en el sijismo. Sin embargo, los cinco símbolos sijíes,
conocidos como las cinco K, también se les conoce como "los cinco artículos de la
fe". Estos son kesh (pelo sin cortar), khanga (pequeño peine de madera), kara
(brazalete metálico), kirpán (espada/daga) y khanga (ropa interior especial). Los
sijíes deben llevar estos cinco artículos de la fe todo el tiempo para protegerse
de las malas compañías y mantenerse cerca de Dios.37

En la masonería
En la francmasonería, se habla de tres virtudes, mencionadas en la marcha del
aprendiz: "Tengo fe en mis ideales, esperanza en realizarlos, por amor a la
humanidad."[cita requerida]

Críticas
De acuerdo con Bertrand Russell, «No hablamos de la fe de que dos y dos son cuatro
o de que la tierra es redonda. Solo hablamos de la fe cuando queremos sustituir la
evidencia por la emoción». Mientras que algunos cristianos sostienen que su fe es
buena pero el resto de las fes hacen daño, Russell declaró a toda fe dañina. En su
obra Human Society in Ethics and Politics, en su capítulo Will Religious Faith Cure
Our Troubles? (¿Puede la fe religiosa remediar nuestros problemas?) argumentó que
este proceso es una fuente de violencia, ya que pueblos distintos sustituyen la
evidencia por emociones distintas. Russell denunció que, debido a que ninguna de
ellas puede defenderse racionalmente, el proselitismo de niños pequeños y, si es
necesario, la guerra son consecuencias inevitables de albergar fuertemente
cualquier fe.38

Richard Dawkins describe a la fe como una creencia sin evidencia; un proceso activo
de no pensar. Afirmó que es una práctica que solo degrada nuestro entendimiento del
mundo natural al permitirle a cualquiera realizar una declaración sobre la
naturaleza que está basada únicamente en sus pensamientos personales y sus
percepciones posiblemente distorsionadas, que no requiere examinarla con la
realidad, no tiene habilidad para realizar predicciones confiables y coherentes y
no está sujeta a revisión por pares.39Tal visión ha de ser matizada, ya que, si
bien la ciencia rigurosa ha de ser contrastable y cuantificable, ello no significa
que fuera del conocimiento experimental no puedan encontrarse verdades respetables.
Lo contrario sería, no ya ciencia, sino cientifismo.40

El Dr. Peter Boghossian, profesor de filosofía de la Universidad de Portland,41


autor42 y miembro honorario43 de la Global Secular Council,44 critica que las
actuales definiciones de fe no reflejan fielmente su significado. Argumenta que
cuando las personas usan la palabra fe, como en "Yo tengo fe en X", realmente no
tienen confianza en X o esperanza de que X sea verdadero, sino que declaran que
saben que X es verdadero. Además sostiene que la fe solo se alberga en la ausencia
de buena evidencia que apoye a la creencia. En esa situación, Boghossian razona que
la fe es una afirmación de conocimiento sin evidencia que la justifique. Por lo
tanto propone la siguiente definición como la mejor descripción de fe en su uso
real: "Fingir saber algo que no sabes".45
Véase también
Dogma
Fideismo
Fe y racionalidad
Cosmovisión
Increencia
Incredulidad
Referencias
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