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E L H E T E R O G É N E O MUNDO D E L O S MUSEOS

periencia sensorial de contemplar artículos de gran belleza e interés y el co-


nocimiento que deriva de la investigación y erudición subyacentes a las
colecciones y exposiciones. Aunque la presencia de objetos tangibles caracte-
riza prácticamente a todos los museos, en muchos otros aspectos los museos
son tan diferentes entre sí como puedan serlo colectivamente con respecto
a las salas de cine, los parques temáticos o los estadios deportivos. Los mu-
seos difieren en tamaño y recursos, en cantidad de personal y horario de
funcionamiento. Los museos también difieren en cuanto a arquitectura, ins-
talaciones, colecciones, exposiciones y servicios. Históricamente, los mu-
seos han evolucionado desde organizaciones elitistas accesibles tan sólo a la
nobleza hasta instituciones públicas de base mucho más amplia. Asimismo,
los museos han redefinido su razón de ser de acuerdo con directrices más
igualitarias, democráticas y orientadas al consumidor. Los museos, durante
gran parte de su historia, fueron valorados principalmente por el cuidado y
la preservación de sus colecciones singulares, un recuerdo vivo de la historia
para las futuras generaciones. Puesto que las colecciones eran el elemento
central, las ofertas y experiencias museísticas estaban controladas por los
conservadores y expertos de la institución. Pero, desde principios del siglo
xx, el centro de los museos se ha ido desplazando hacia recursos, programas
y objetivos informativos y educativos. Una visión aún m á s evolucionada es
aquella en la que la función principal del museo radica en proporcionar ex-
periencias museísticas memorables y seductoras. El paso de la información
y el aprendizaje hacia la experiencia en un entorno singular también refleja
la tendencia a dar a los «consumidores» de los museos un papel mucho más
relevante en la definición de su calidad y sus servicios.

Tipos de museos: p a n o r a m a general

Los museos son organizaciones con diferentes colecciones, misiones y


objetivos. Revisamos a continuación los principales tipos de museos, sus de-
sarrollos históricos, sus características y los retos a los que se enfrenta cada
grupo.

M U S E O S D E ARTE

Los museos de arte han evolucionado hacia instituciones públicas abier-


tas con mayor lentitud que los museos de ciencia e historia. Las normas es-
téticas, las connotaciones eruditas, el gusto y las restricciones de entrada con-
tribuyeron a limitar la participación, pero los museos de arte también han
empezado a evolucionar hacia la apertura y la inclusividad, con un énfasis
creciente en las funciones educativas. Las exposiciones masivas han de-
mostrado generalmente que son un medio de atraer a numeroso público y
elevar la visibilidad de los artistas, de sus obras y del arte en general.
Puede argumentarse que los museos de arte deben tratar con dos tipos
de públicos. El primero está constituido por los patronos, coleccionistas y
44 ESTRATEGIAS Y MARKETING D E MUSEOS

donadores que aportan obras de arte y otros recursos para sostener los mu-
seos. Los elevados precios de estas obras refuerzan el status de los mecenas
y coleccionistas, de modo que una fuerte implicación en un museo de arte
simboliza o incluso confiere un elevado rango social. La segunda audiencia
está compuesta por los visitantes, amigos del museo y el público en general.
Se comprende, pues, que los museos de arte evidencien una división de tra-
bajo entre las necesidades e intereses de los patronos y de los visitantes; por
ejemplo, los museos de arte suelen tener programas extensos que atienden
a las exigencias de los donadores y patronos. Los museos de arte están cons-
tituyendo colecciones que van m á s allá del énfasis tradicional en las bellas
artes (pinturas, esculturas, dibujos y grabados). Cada vez es m á s habitual
que también coleccionen artesanía y artes decorativas, materiales de dise-
ño, arquitectura y fotografía.
Los museos de arte se enfrentan al reto de adquirir obras que son ca-
ras y valiosas. En este aspecto, compiten con otros museos y con socieda-
des y coleccionistas privados acaudalados. También compiten entre sí por
las donaciones y el patrocinio. Asimismo, los museos de arte tienen políti-
cas activas de ampliación de la colección deshaciéndose de partes de ella, y
utilizan los fondos obtenidos por las ventas o transferencias con el fin de re-
modelar sus colecciones. En algunos casos puede considerarse que la com-
pra de una obra de arte costosa repercute negativamente en las funciones
de conservación, educación y servicios museísticos. Los usos alternativos
del presupuesto de un museo de arte pueden convertirse en una cuestión su-
mamente polémica.
Los museos de arte se enfrentan a un reto particular para atraer a los vi-
sitantes. Es menos probable que el público se identifique con las artes que
con otras áreas de conocimiento, como la ciencia. La historia del arte, los ta-
lleres artísticos y la educación artística están sufriendo recortes significativos.
La falta de sensibilización de los jóvenes sobre el valor de las bellas artes pue-
de conducir al desinterés en etapas posteriores de su vida. Los museos, por
tanto, tienen un papel educativo añadido. Un ejemplo excelente de educación
artística que puede impartir un museo es el Visual Learning Center del High
Museum of Art de Atlanta. El centro posee pantallas interactivas de ordena-
dor con información sobre las pinturas, dibujos y grabados que cuelgan de
las paredes circundantes. En una pantalla, el visitante puede descubrir el di-
bujo de las obras de arte; en otra, el color; en una tercera, la luz; y en una
cuarta, la composición. Así, el aprendizaje interactivo integra y refuerza el con-
tacto visual con las obras expuestas en la galería.
Los museos de arte pueden provocar controversia y confusión. Ciertas
formas de arte contemporáneo resultan desconcertantes para amplios seg-
mentos del público e incluso son de mal gusto para algunas personas. La
creación artística se asocia a menudo con individuos que albergan ideas «van-
guardistas» y a veces antisociales. El propio impulso de los artistas para en-
sanchar las fronteras de lo consuetudinario puede interpretarse como un
signo de radicalismo, decadencia o provocación.
Muchos museos de arte están entrando en la era de la información elec-
trónica con un enorme vigor. Desde su perspectiva, las autopistas de la in-
E L HETEROGÉNEO MUNDO D E LOS MUSEOS 45

formación constituyen canales privilegiados de distribución para llegar a más


público y son especialmente relevantes como nexo con la juventud, ya ha-
bituada al uso de ordenadores y tecnologías de vídeo. Incluso los pequeños
museos de arte pueden mantener páginas Web en Internet, gracias a su cos-
te relativamente bajo y a la abundancia, en la mayoría de las comunidades,
de talentos informáticos dispuestos a aportar sus servicios. Sin embargo, el
entorno electrónico conlleva ciertos riesgos. Contemplar obras de arte en la
pantalla de un ordenador en ningún caso puede sustituir a su contempla-
ción en un museo. Las imágenes digitales difieren en calidad y pueden ser
manipuladas. Los museos que insertan obras de arte en Internet pierden el
control sobre tales imágenes, con sus consiguientes repercusiones sobre los
derechos de autor y los criterios de calidad. En cualquier caso, las imáge-
acs de arte en vídeo, película o CD-ROM son actualmente tan habituales
-• — : ruedan serlo las que aparecen en los libros, y ambos formatos tienen
m valor estético y educativo inestimable.

M U S E O S D E HISTORIA, CENTROS D E INTERPRETACIÓN HISTÓRICA Y E D I F I C I O S


T L U G A R E S HISTÓRICOS

Un estudio sobre el interés del público por los museos de historia y los
lugares históricos revela dos tendencias contradictorias: un gran potencial
de interés público y, sin embargo, un nivel estancado o decreciente en el nú-
mero de visitas. «Los países desarrollados —observa Víctor Middleton (1994)—
han vivido un periodo extraordinario de interés creciente por el patrimonio.
Esto refleja, en parte, el interés y la demanda del público; en parte, el inte-
rés de las organizaciones dedicadas a la conservación... Este aumento del
interés es una manifestación de sociedades acomodadas, educadas y relati-
vamente maduras, capaces y dispuestas a renunciar a una parte del consu-
mo potencial actual de recursos en provecho de la posteridad» (p. 6). Kevin
Britz (1995) hace referencia a la memoria colectiva en su crónica sobre el
auge de los museos y las sociedades históricas en las pequeñas ciudades.
Destaca, en su opinión, el interés creciente de las comunidades por honrar,
registrar e interpretar el pasado y transmitir los valores locales a las futu-
ras generaciones. El interés del público por la historia y los museos histó-
ricos se ve reforzado durante las fiestas y actos conmemorativos, como la
celebración del segundo centenario de los Estados Unidos, en 1976, que
propició la aparición de un gran número de nuevos museos y lugares his-
tóricos.
Una cuestión importante para los museos de historia es la presentación
de su oferta. Los libros sobre un tema histórico concreto pueden aspirar a
ser globales, y generalmente incluyen bibliografías exhaustivas. Las confe-
rencias permiten aprender mucho sobre un tema particular de alcance l i -
mitado, y con frecuencia permiten los comentarios o preguntas de la au-
diencia. Las exposiciones, sin embargo, son forzosamente m á s selectivas y
concentradas que los libros, y a menudo responden peor a las consultas de
la audiencia que las conferencias con una fase de preguntas y respuestas. La
46 ESTRATEGIAS Y MARKETING D E MUSEOS

necesidad de concentrar una gran cantidad de información e interpretación


en una exposición histórica de tamaño y espacio limitados puede conducir
a la acusación de que la exposición está sesgada, excluye determinadas
perspectivas o tiende a favorecer ciertos grupos en detrimento de otros. Los
museos de historia están buscando nuevas formas de presentar múltiples
perspectivas, en particular cuando se abordan temas controvertidos. Tam-
bién se están esforzando por averiguar las visiones de los grupos y de la co-
munidad sobre temas históricos importantes y proporcionar recursos su-
plementarios que los visitantes puedan consultar si desean ampliar la
información.
A medida que la sociedad y la cultura norteamericanas se vuelven m á s
fragmentadas y heterogéneas, los conservadores de museos y los historia-
dores se enfrentan a la presión de incorporar una gama cada vez m á s am-
plia de perspectivas étnicas, culturales y de clase. El interés por la inclusión
se ve a veces limitado por lagunas o carencias en las colecciones, especial-
mente por lo que respecta a las comunidades étnicas emergentes o recién
llegadas, o por la tendencia a reflejar las opiniones de una generación o
sexo determinados. Así, cabe exigir que los museos de historia registren y
representen el patrimonio común de una comunidad, pero también los ras-
gos singulares de los grupos étnicos, culturales y generacionales y su grado
de integración o separación con respecto a la corriente principal. Igualmente,
los museos de historia se enfrentan al reto de asumir opiniones, verdades y
perspectivas relativas y renunciar a las ideas absolutas y las afirmaciones de
autoridad que caracterizaban a los museos tradicionales. Las perspectivas
de la comunidad están empezando a combinarse con las perspectivas de los
conservadores. Cabe esperar que los museos de historia sean conmemorati-
vos en ciertas partes de sus exposiciones, pero también que proporcionen
perspectivas críticas en otros (o incluso los mismos) temas. La interpreta-
ción histórica es objeto en sí misma de reflexión y análisis continuos; este
«revisionismo» constituye a menudo una fuente de controversia entre los gru-
pos de mentalidad tradicional. Los historiadores señalan que a los expertos
en otros campos, como la biología, medicina o economía, se les exige que
revisen y actualicen periódicamente sus conocimientos, y sin embargo se es-
pera que los historiadores permanezcan anclados en interpretaciones tradi-
cionales, por m á s desfasadas que hayan quedado a causa de hallazgos pos-
teriores. Los museos de historia pueden ser cuestionados, en concreto, por
grupos de presión que se atribuyen el papel de guardianes de la tradición y
la convención.
Dos nuevas direcciones en los museos de historia han tenido repercu-
siones importantes. Los museos de historia, especialmente los centros de
historia, están emprendiendo el estudio e interpretación de acontecimientos
contemporáneos y su efecto sobre las familias, comunidades, ciudades y la
sociedad en su conjunto. Emplean sus recursos históricos para iluminar si-
tuaciones contemporáneas, y en algunos casos están creando exposiciones
y programas públicos que señalan el camino para la resolución de proble-
mas. Los museos y centros de historia también están experimentando con
nuevos métodos de presentación. Un objetivo es conectar a los visitantes
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cae la experiencia histórica vinculando procesos y acontecimientos histori-


as* genéricos con fuerzas históricas dentro de sus propias comunidades y
familias. Los museos están utilizando elementos tanto personales como ña-
uamos para hacer la historia m á s actual y motivadora. Un ejemplo es el
Losver East Side Tenement Museum de la ciudad de Nueva York. Los visi-
actes pueden contemplar varias habitaciones restauradas con muebles, fo-
loerafías, cartas y diarios originales.

M U S E O S D E CIENCIA Y C E N T R O S D E INTERPRETACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA

Los museos de ciencia y centros de interpretación científica y tecno-


jceica están experimentando incrementos muy significativos en el número
je visitantes. Varios motivos explican esta tendencia. Las comunidades, dis-
ertos escolares y corporaciones han apoyado los museos de ciencia como
centros educativos y campos de formación para aumentar las aptitudes y
capacidades de los jóvenes. Los museos de ciencia pueden complementar
JOS recursos científicos limitados que poseen las escuelas. Ofrecen, en ma-
-ior medida que otros museos, exposiciones y herramientas manipulables e
üieractivas que resultan especialmente atrayentes para los jóvenes. Los mu-
seos y centros de ciencia están orientados a los procesos m á s que a los ob-
etos; esto les confiere, en comparación con la mayoría de los demás tipos
cíe museos, un mayor contacto con los visitantes y una mayor implicación
del público.
Los museos y centros de ciencia están experimentando con técnicas y
enfoques para transmitir la ciencia a un público más amplio. Así, han pro-
porcionado pautas para la construcción de salas IMAX y Omnimax. El Ex-
pioratorium de San Francisco fue una institución pionera en el uso de ex-
posiciones interactivas, elementos manipulables y demostraciones de
experimentos y métodos científicos. El Carnegie Science Center, en Pitts-
burgh, ofrece programas científicos dirigidos a diferentes grupos de edad.
El Maryland Science Center y el Shedd Aquarium proponen experiencias inu-
suales con la ciencia y la naturaleza, entre las que se incluyen estancias noc-
turnas y campamentos científicos. Los centros de ciencia y tecnología han
alcanzado la excelencia en el diseño de entornos de aspecto dinámico, co-
loristas y visual y auditivamente atractivos. Los centros de interpretación
científica están relativamente exentos de la obligación de mantener grandes
colecciones (aunque muchos poseen un fondo); sus objetos suelen ser ins-
trumentos y herramientas para la actividad científica. Puesto que demues-
tran tantas cosas y de tantas maneras distintas, los museos y centros de
ciencia emplean a más voluntarios y personal de plantilla, que requieren
formación y control de calidad. Los directores de los museos y centros de
ciencia afirman que uno de sus problemas m á s espinosos es mantener en
buen funcionamiento los equipos informáticos e interactivos. El manejo de
estos dispositivos por parte de jóvenes, y también los defectos de diseño e
ingeniería, provocan averías frecuentes de los equipos interactivos y mani-
pulables.
48 ESTRATEGIAS Y MARKETING D E MUSEOS

M U S E O S D E HISTORIA NATURAL, ANTROPOLOGÍA Y ETNOGRAFÍA

Los museos de historia natural son quizás el paradigma de los museos.


Suelen poseer enormes colecciones que requieren grandes dosis de aten-
ción, cuidado y conservación, lo que significa plantillas muy amplias y ele-
vados costes operativos. A los museos de historia natural les corresponde casi
el 60 % de los objetos y especímenes de las colecciones museísticas perma-
nentes. Por el contrario, los museos de ciencia y tecnología representan tan
sólo el 2 % de las colecciones permanentes totales; los museos de arte, algo
menos del 2 %, y los museos de historia, aproximadamente el 12 % (Ame-
rican Association of Museums, 1994, pp. 55-57).
Puesto que los mayores museos de historia natural se originaron como
organizaciones de investigación que empleaban a científicos y expertos, sus
funciones han hecho hincapié tanto en la investigación como en las exposi-
ciones y programas para el público. El resultado ha sido a menudo la apa-
rición de tensiones en la asignación de recursos; el equilibrio entre investi-
gación, conservación y servicio público, y la integración de los principios
profesionales con los principios museísticos.
Las exposiciones de los museos de historia natural tienden a ser más du-
raderas que las de los museos de arte y ciencia. Dado que estos museos son
generalmente más antiguos, sus instalaciones suelen estar menos moderniza-
das, lo que confiere a algunos museos de historia natural un aire pintoresco y
anticuado. Sin embargo, los museos de historia natural fueron de los prime-
ros en crear entornos diseñados como contexto para objetos, colecciones y ex-
posiciones. En los últimos años, las vitrinas llenas de objetos y especímenes
inconexos han dejado su lugar a dioramas con imágenes realistas para los ob-
jetos etnográficos y las especies animales y vegetales. Las viejas galerías al es-
tilo «gabinetes de curiosidades» están siendo sustituidas por salas temáticas,
exposiciones de carácter narrativo, vídeos y módulos interactivos. Los museos
de historia natural de mayor envergadura han construido salas IMAX y Om-
nimax que están logrando atraer a amplios públicos.
Los museos de historia natural con colecciones significativas de antro-
pología y etnografía se enfrentan al problema de repatriar parte de sus co-
lecciones a grupos que reclaman su propiedad tradicional. Algunas colec-
ciones de historia natural se constituyeron a partir de sociedades colonizadas,
que, cada vez más, se preguntan por qué se ha entregado a extranjeros su
patrimonio cultural. A finales de los años ochenta y principios de los no-
venta se establecieron en los Estados Unidos nuevas políticas y programas
para la repatriación de ejemplares y objetos americanos nativos.
A los museos de historia natural se les está exigiendo que dediquen una
mayor parte de sus recursos a representar e interpretar cuestiones contem-
poráneas críticas, como la degradación medioambiental, la sostenibilidad
ecológica y la protección de la biodiversidad del mundo natural. Los mu-
seos, en otra época ventanas al pasado, se están convirtiendo cada vez más en
ventanas hacia el futuro. La conservación y la educación medioambientales
son programas importantes de los museos de historia natural, centrados en
temas de investigación, política y educación. Aquí radica una de las mejo-
E L H E T E R O G É N E O MUNDO D E L O S MUSEOS 49

íes oportunidades de los museos de historia natural para llegar a públicos


más amplios.

PARQUES ZOOLÓGICOS Y JARDINES BOTÁNICOS

Los parques zoológicos y jardines botánicos constituyen la tipología de


nuseo más visitada del mundo. Asimismo, en comparación con otros mu-
seos, cuentan con una tipología de visitantes más heterogénea. A principios
ae los años noventa, la media de visitantes a los zoológicos de los Estados
Unidos fue de 482.000 personas, frente a los 22.000 que acudían a museos
de historia, 60.000 a museos de arte y 94.000 a museos de ciencia. Por lo
que respecta a niños que visitaron estas instituciones como parte de un gru-
po escolar, la media de la asistencia a los zoológicos norteamericanos fue de
-".000, en comparación con los 14.500 que acudieron a museos de arte, 16.000
a museos de historia y 14.000 a museos de ciencia. Los zoológicos figuran
entre los museos más caros de mantener. Por este motivo, no es de extrañar
que el 67 % de los zoológicos de los Estados Unidos estén gestionados o
apoyados por las Administraciones Públicas, en comparación con el 34 %
de los museos de ciencia y el 31 % de los museos de arte (American Asso-
ciation of Museums, 1994, pp. 40-53, 65).
Los zoológicos se desarrollaron inicialmente como casas y colecciones
privadas de fieras mantenidas por los reyes y nobles de Egipto (ca. 1500 a.C),
y en la China y Oriente Medio (ca. 1000 a.C). El primer zoológico moder-
no se inauguró en Viena en 1752, aunque permaneció cerrado al público ge-
neral durante sus primeros trece años de existencia. El primer zoológico de
los Estados Unidos fue el de Filadelfia, inaugurado en 1854. Las misiones y
funciones de los parques zoológicos han ido evolucionando paulatinamen-
te. William Hornaday, el primer director de la New York Zoological Society,
afirmaba que la misión de su zoológico era «coleccionar y exhibir animales
bellos y exóticos» y permitir «que el mayor número de personas los viera de
forma cómoda y satisfactoria» (Alexander, 1979, p. 113). En la actualidad,
los zoológicos se encuentran a la vanguardia de los esfuerzos mundiales
para salvar especies animales en peligro, proteger ecosistemas y formar a
las personas en los desafíos que plantea preservar la biodiversidad y el me-
dio ambiente. Los grandes zoológicos orientados a la investigación están lle-
vando a cabo experimentos innovadores en los campos de la genética, fisio-
logía reproductiva, medicina veterinaria y conservación de la vida salvaje.
Varios zoológicos de todo el mundo han desarrollado sistemas intensivos de
información electrónica a través de los cuales pueden colaborar en la pro-
tección de especies en peligro y favorecer su reproducción en cautividad.
Las bases de datos informatizadas permiten que un zoológico, en África por
ejemplo, conozca de forma casi instantánea la disponibilidad de animales
para el apareamiento en otros zoológicos de Europa, Asia y América.
Una nueva tendencia en el campo de los parques zoológicos consiste
en integrar y desarrollar conjuntamente las colecciones de animales, las plan-
tas y especies botánicas y los ecosistemas en los que viven. El National
50 ESTRATEGIAS Y MARKETING D E MUSEOS

Zoological Park, por ejemplo, se está transformando de un parque zoológi-


co en un bioparque. El Zoo de Atlanta ha diseñado entornos ecológicos al-
tamente innovadores que presentan combinaciones de animales que coe-
xisten en la vida salvaje. El habitat Masai Mará incluye cebras, jirafas, gacelas,
rinocerontes negros, grullas y avestruces. Los zoológicos también están de-
sempeñando un papel capital en el diseño de programas educativos cen-
trados en la conservación del medio ambiente. El National Zoological Park,
por ejemplo, tiene programas educativos a distancia que, a través del or-
denador y vía satélite llegan a las escuelas del área metropolitana de Wash-
ington y que permiten reunir en seminarios on Une a científicos y educa-
dores en zoología con los maestros de los propios centros. En los últimos
años, los zoológicos han desarrollo iniciativas extensas de patrocinio y par-
tenariado con corporaciones empresariales, que les han deparado un apo-
yo financiero considerable para renovar hábitats, construir nuevas instala-
ciones y mantener los programas educativos y de divulgación pública (Maple
y Archibald, 1993).

M U S E O S INFANTILES Y J U V E N I L E S

Los museos infantiles y juveniles son una de las tipologías de museos


de crecimiento m á s rápido. La gran mayoría de los museos infantiles de
Europa y Norteamérica se ha instituido en los últimos veinte años. El Brook-
lyn Children's Museum, fundado en 1899, fue el primer museo de los Es-
tados Unidos dedicado exclusivamente a los jóvenes. Este museo y otros
que le siguieron reflejaban los avances en psicología y filosofía educativa
derivados de Jean Piaget, Maria Montessori y John Dewey, pioneros que, a
principios del siglo xx, crearon modelos de educación progresiva basada en
un aprendizaje práctico y experimental. El desarrollo de los museos infan-
tiles se ha acompañado de un énfasis creciente en el aprendizaje preesco-
lar y durante la infancia. Hay pruebas indicativas de que el aprendizaje du-
rante la niñez puede potenciarse sustancialmente mediante estimulación
multisensorial, experiencias táctiles y cinestésicas y entornos diseñados para
favorecer la curiosidad, imaginación y participación activa de los m á s jó-
venes. Los museos infantiles se han convertido en importantes apoyos de
la educación formal. Los padres con un elevado nivel educativo se están
distanciando cada vez m á s de la televisión y los medios de comunicación
de masas para buscar formas no mediáticas de aprendizaje, experiencia y
participación.
Algunos museos infantiles han recibido críticas por el hecho de ser
poco m á s que un campo de juegos. Sin embargo, este tipo de museos varía
considerablemente en cuanto a programas, objetivos y métodos. Algunos de
ellos, como el Please Touch Museum de Filadelfia, ofrecen numerosas acti-
vidades lúdicas, exposiciones y equipamientos que promueven la participa-
ción de los niños. Otros, como el Children's M u s e u m de M a n l i a i t a n , em-
plean objetos materiales, colecciones y exposiciones, aparte de juegos, para
m o t i v a r ;i los niños F.l Canil al ( hildi en 's M u i i u Wa-.liini'lon. I).('.. hace
E L H E T E R O G É N E O MUNDO D E L O S MUSEOS 51

un uso exhaustivo de materiales gráficos, escenificaciones y entornos dise-


ñados que describen diversas culturas del mundo y ofrecen experiencias in-
terculturales. La galería Habitot del Minnesota Children's Museum está de-
dicada a los lactantes y niños de seis meses a cuatro años. El tan celebrado
Children's Museum de Indianápolis y el Children's Museum de Boston son
lo suficientemente grandes para ofrecer una gama completa de experiencias
de aprendizaje y entretenimiento dedicadas a los jóvenes. Un nuevo reto
para los museos infantiles y juveniles es encontrar formas de llegar a los ni-
ños de las minorías étnicas o en situaciones de riesgo.

M U S E O S ÉTNICOS Y COMUNITARIOS

Los grandes centros urbanos de los Estados Unidos, con colectivos im-
portantes de inmigrantes y minorías étnicas, atestiguan el crecimiento de
los museos comunitarios dedicados a la representación e interpretación
de culturas étnicas locales. Chicago, por ejemplo, tiene un museo polaco, un
museo lituano, un museo ucraniano, un museo mexicano, un museo judío,
un museo sueco y un museo afroamericano, entre otros. Los museos co-
munitarios muestran sus culturas locales desde una perspectiva positiva,
primero a los miembros del grupo cultural representado en el museo y, se-
gundo, a los miembros de la sociedad general. Estos museos pretenden con-
solidar nexos comunitarios alimentando, a través de objetos y obras de arte,
las ideas y símbolos que refuerzan sus identidades culturales.
El problema surge, sin embargo, cuando los museos étnicos y comuni-
tarios atraen de forma casi exclusiva a los miembros de sus propias comu-
nidades, sin alcanzar a otros grupos ni difundir sus ideas culturales a la so-
ciedad en general. El personal de estos museos tiende a implicarse en las
cuestiones y preocupaciones cotidianas de su comunidad, desviando recur-
sos y energías de la investigación e interpretación de las colecciones. El Ukrai-
nian Institute of Modern Art de Chicago ha intentado llegar a un público
más amplio por medio de exposiciones de artistas ucranianos —o de ascen-
dencia ucraniana— y representaciones de música contemporánea escritas
por compositores de su misma nacionalidad. El Mexican Fine Arts Center
Museum, también en Chicago, ha elaborado una diversidad de programas
para comunicar y promocionar las tradiciones culturales del colectivo me-
xicano en la ciudad. Al mismo tiempo, se esfuerza por atraer a un público
más amplio patrocinando manifestaciones artísticas públicas en los barrios,
clases de arte para los niños y seminarios docentes que combinan los re-
corsos museísticos con la educación formal.

M . S E : s ESPECIALIZADOS

Los museos conservan todo tipo de artefactos, especímenes y objetos,


x ; rs ce extrañar, pues, que el Reino Unido, un país isleño y una de las
S-JS. cts potencias marítimas, tenga casi doscientos museos navales y marí-
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con la experiencia histórica vinculando procesos y acontecimientos históri-


cos genéricos con fuerzas históricas dentro de sus propias comunidades y
familias. Los museos están utilizando elementos tanto personales como na-
rrativos para hacer la historia m á s actual y motivadora. Un ejemplo es el
Lower East Side Tenement Museum de la ciudad de Nueva York. Los visi-
tantes pueden contemplar varias habitaciones restauradas con muebles, fo-
tografías, cartas y diarios originales.

M U S E O S D E CIENCIA Y C E N T R O S D E INTERPRETACIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA

Los museos de ciencia y centros de interpretación científica y tecno-


lógica están experimentando incrementos muy significativos en el número
de visitantes. Varios motivos explican esta tendencia. Las comunidades, dis-
tritos escolares y corporaciones han apoyado los museos de ciencia como
centros educativos y campos de formación para aumentar las aptitudes y
capacidades de los jóvenes. Los museos de ciencia pueden complementar
los recursos científicos limitados que poseen las escuelas. Ofrecen, en ma-
yor medida que otros museos, exposiciones y herramientas manipulables e
interactivas que resultan especialmente atrayentes para los jóvenes. Los mu-
seos y centros de ciencia están orientados a los procesos m á s que a los ob-
jetos; esto les confiere, en comparación con la mayoría de los demás tipos
de museos, un mayor contacto con los visitantes y una mayor implicación
del público.
Los museos y centros de ciencia están experimentando con técnicas y
enfoques para transmitir la ciencia a un público más amplio. Así, han pro-
porcionado pautas para la construcción de salas IMAX y Omnimax. El Ex-
ploratorium de San Francisco fue una institución pionera en el uso de ex-
posiciones interactivas, elementos manipulables y demostraciones de
experimentos y métodos científicos. El Carnegie Science Center, en Pitts-
burgh, ofrece programas científicos dirigidos a diferentes grupos de edad.
El Maryland Science Center y el Shedd Aquarium proponen experiencias inu-
suales con la ciencia y la naturaleza, entre las que se incluyen estancias noc-
turnas y campamentos científicos. Los centros de ciencia y tecnología han
alcanzado la excelencia en el diseño de entornos de aspecto dinámico, co-
loristas y visual y auditivamente atractivos. Los centros de interpretación
científica están relativamente exentos de la obligación de mantener grandes
colecciones (aunque muchos poseen un fondo); sus objetos suelen ser ins-
trumentos y herramientas para la actividad científica. Puesto que demues-
tran tantas cosas y de tantas maneras distintas, los museos y centros de
ciencia emplean a m á s voluntarios y personal de plantilla, que requieren
formación y control de calidad. Los directores de los museos y centros de
ciencia afirman que uno de sus problemas m á s espinosos es mantener en
buen funcionamiento los equipos informáticos e interactivos. El manejo de
estos dispositivos por parte de jóvenes, y también los defectos de diseño e
ingeniería, provocan averías frecuentes de los equipos interactivos y mani-
pulables.
52 ESTRATEGIAS Y MARKETING D E MUSEOS

timos. El Time Museum, en Rockford, Illinois, se dedica a coleccionar relo-


jes de todo el mundo. El Samuel D. Harris National Museum of Dentistry,
en Baltimore, centra su atención en los dientes humanos y los avances en
odontología e higiene bucal. El principal atractivo del museo es la dentadu-
ra inferior de George Washington. Hay museos dedicados a personajes fa-
mosos (p. ej., el Graceland de Elvis Presley), épocas históricas (el Museum
of the Confederacy, en Richmond), récords o anomalías estadísticas (el
Guinness World Records Museum de Copenhague) e instituciones públicas
(el Museum of American Financial History de Nueva York). Un número cre-
ciente de museos especializados adopta la forma de «salones de la fama»
(halls of jame) dedicados a un deporte, un tipo de música o literatura u
otros campos específicos. El International Tennis Hall of Fame and Tennis
Museum, en Newport, Rhode Island, no sólo alberga colecciones, sino que
además, según los folletos publicitarios, está situado junto a «las únicas pis-
tas de hierba abiertas al público del país».
Las empresas e industrias han creado museos para exhibir sus logros
comerciales y celebrar los productos que las han hecho famosas. El Jim
Beam's American Outpost, situado en Clermont, Kentucky, conmemora la
empresa en funcionamiento m á s antigua de Kentucky. El Pennsylvania
Anthracite Heritage Museum, en Scranton, ilustra la vida y la época de la
industria carbonífera de la región. El Mushroom Museum at Phillips Place,
en Kennett Square, Pennsylvania, está situado en el corazón de la industria
de la producción de setas en los Estados Unidos y pertenece a una de las
mayores empresas del sector. En 1994 se inauguró en un suburbio de Nue-
va Delhi, India, uno de los museos más exóticos del mundo. Dedicado a la
historia de las letrinas, los sistemas de desecho de desperdicios y la higiene
humana desde el a ñ o 2500 a.C, el Sulabh International Museum of Toilets
fue creado por el fundador de la Sulabh International Social Service Orga-
nization, una empresa que genera combustible a partir de los excrementos
humanos y que posee y gestiona 650.000 lavabos públicos de pago en ciu-
dades y carreteras de la India.

MUSEOS GENERALES

Algunos de los mejores museos albergan colecciones relacionadas con


campos diversos del conocimiento y la actividad humana. Por ejemplo, el
Ashmolean Museum de la Oxford University, en Inglaterra, posee colec-
ciones de bellas artes y artes decorativas; colecciones etnográficas, arqueo-
lógicas y antropológicas procedentes de países que en otro tiempo forma-
ron parte del Imperio británico; colecciones de ciencia natural, y colec-
ciones de herramientas, tecnologías y equipos científicos. Se conocen
como museos generales aquellas instituciones que engloban colecciones re-
lacionadas con dos o más disciplinas. El Reading Public Museum, en Pennsyl-
vania, que contiene 250.000 objetos procedentes de las bellas artes y las
artes decorativas, antropología y arqueología, incluye una de las m á s gran-
des y famosas colecciones de mariposas de los Estados Unidos. Otro ejem-
E L H E T E R O G É N E O MUNDO D E L O S MUSEOS 53

de museo general es el Niágara Falls Museum, en Ontario, Canadá. El


seo se fundó a principios del siglo xix en Canadá, se trasladó a los Es-
os Unidos en 1888 y regresó de nuevo a Canadá en 1958. Sus coleccio-
nes son un conglomerado de momias egipcias y especímenes de taxider-
mia, dinosaurios y huesos de ballena, piedras y minerales, arte oriental,
objetos autóctonos de América, armas medievales y rarezas y extravagan-
cias de la naturaleza. El museo del Daredevil Hall of Fame presenta obje-
tos y relatos de personas que vivieron aventuras en las cataratas, como
una mujer que en 1901 las recorrió dentro de un barril y sobrevivió para
contarlo. Se ha argumentado que uno de los principales valores de los mu-
seos generales es la variedad de objetos que combinan, la yuxtaposición de
elementos totalmente distintos, y, por tanto, la oportunidad de explorar di-
rerencias, realizar comparaciones e investigar modelos en el arte y la na-
turaleza. La mezcolanza de objetos que albergan los museos generales
provoca curiosidad y asombro, especialmente entre los niños.

M U S E O S ENCICLOPÉDICOS

Se denominan museos enciclopédicos los grandes museos de arte cuyas


colecciones incorporan obras de culturas, civilizaciones y periodos históri-
cos muy diferentes, incluidas las bellas artes, las artes decorativas y la arte-
sanía. Ejemplos al respecto son el Louvre, en París, y el Metropolitan Mu-
seum of Art, en la ciudad de Nueva York. También existen museos
enciclopédicos de ciencia natural, historia natural, arqueología, etnografía
y antropología. Algunos ejemplos europeos son el British Museum y el Deuts-
ches Museum; en los Estados Unidos destacan el American Museum of Na-
tural History, el Field Museum y el National Museum of Natural History de
la Smithsonian Institution.

P E Q U E Ñ O S MUSEOS

Tres de cada cuatro museos en los Estados Unidos se definen como pe-
queños museos. Muchos de ellos acusan déficit de recursos y una demanda
creciente de servicios. El Institute of Museum and Library Services indicó
en 1992 que el 97 % de los pequeños museos norteamericanos necesitaba fi-
nanciación adicional; el 94 %, mayor dotación de plantilla; el 94 %, mejor
equipamiento, y el 87 %, formación del personal.
Los pequeños museos se enfrentan a una serie de problemas. En gene-
ral, están situados en pequeñas comunidades rurales que han experimenta-
do pérdidas de población. No suelen ser destinos turísticos. Y tienen difi-
cultades para conseguir exposiciones itinerantes u obtener préstamos de otros
museos.
Mary Kay Ingenthron, consultora de pequeños museos (entrevistada el
22 de enero de 1996), considera que una preocupación importante de los
museos más pequeños es la falta de recursos y la imposibilidad de acceder
54 ESTRATEGIAS Y MARKETING D E MUSEOS

a formación y desarrollo profesional. Por su propia naturaleza, muchos de


estos museos están enraizados en prácticas comunitarias tradicionales e in-
formales que dificultan la adaptación a las nuevas situaciones. Sin embar-
go, los pequeños museos, con mucho y bueno que ofrecer al público, pue-
den beneficiarse de los nuevos conceptos y técnicas de la gestión museística.
Por ejemplo, los pequeños museos disponen a menudo de recursos profe-
sionales en sus propias comunidades, pero tal vez no estén familiarizados
con las formas de conseguirlos. Ciertos profesionales de las relaciones pú-
blicas, marketing y contabilidad estarían dispuestos a unirse a sus patrona-
tos si se les planteara adecuadamente. Muchos pequeños museos están
acrecentando el apoyo de la comunidad. Un ejemplo es la Racine County His-
torical Society and Heritage Museum, en Racine, Wisconsin. El museo tie-
ne dos miembros de plantilla a jornada completa, tres a media jornada y
uno a un cuarto de jornada, así como 180 voluntarios. Posee un presupues-
to de 250.000 dólares y recibe el apoyo del colectivo empresarial de la ciu-
dad. A mediados de los años noventa revisó su misión con objeto de cen-
trarse en la inventiva, el desarrollo de productos y las capacidades empresariales
que caracterizan a la región.
Los pequeños museos están descubriendo el valor de los actos especia-
les para incrementar tanto los ingresos como el número de los amigos. Ma-
ría Holperin, ex directora de dos pequeños museos y actualmente consulto-
ra en materia museística (entrevistada el 15 de octubre de 1996), resalta la
diversidad de actos especiales que resultan adecuados para los pequeños
museos: picnics populares, cenas para los amigos, ceremonias de entrega de
premios, desayunos benéficos y subastas. A mediados de los años noventa
tuvo lugar un acontecimiento poco usual en un museo en Springfield, Mis-
souri, cuando el History Museum for Springfield/Greene County y el Spring-
field Little Theatre colaboraron para desarrollar una serie de cenas que se
combinaban con representaciones teatrales de «intriga y asesinato». Actores
voluntarios, con dotes de improvisación e interacción con la audiencia, es-
cenificaban obras teatrales que requerían que la audiencia localizara obje-
tos en las colecciones del museo durante la investigación para resolver los
misterios. Un aperitivo y una cena precedían a cada una de las representa-
ciones. Se ha demostrado que los actos especiales de todo tipo resultan ex-
tremadamente populares entre los residentes locales.
Los pequeños museos de las áreas rurales pueden aprovechar la ten-
dencia a la dispersión metropolitana. Los ordenadores y las telecomunica-
ciones están posibilitando que un número creciente de personas trabaje en
casa o alejadas de la ciudad. Es importante que los pequeños museos pre-
vean los cambios demográficos de sus comunidades, áreas de crecimiento y
nuevos grupos de residentes. Los recién llegados pueden aportar capacida-
des y energías y son visitantes potenciales del museo y participantes en la
vida cultural de la comunidad.
Un reto importante para los pequeños museos es elevar su visibilidad y
atraer al público y patrocinadores que necesitan para su mantenimiento.
Los pequeños museos son candidatos idóneos a colaboraciones y partena-
riados. Pueden establecer acuerdos promocionales, de marketing y de reía-
E L H E T E R O G É N E O MUNDO DE LOS MUSEOS 55

ciones públicas con otros pequeños museos de la zona. También pueden de-
sarrollar acciones de publicidad consorciada ante las agencias de viajes, sin
olvidar los sectores turístico y hostelero. Por último, pueden animar a las
empresas a que apoyen a un grupo de museos en un área determinada con
el fin de crear un marco para actividades culturales. Los museos locales y
regionales contribuyen a la calidad de vida de los residentes y empleados,
ventajas que las empresas probablemente sabrán apreciar y secundar.
Los pequeños museos de los Estados Unidos han instituido un foro de
marketing, comunicaciones y desarrollo en el Small Museums Administra-
iors' Committee (SMAC), un comité profesional permanente de la American
Association of Museums. La publicación del SMAC informa sobre las prác-
ticas idóneas en los pequeños museos y describe el perfil de las institucio-
nes de éxito. La colaboración entre los pequeños museos de los Estados
Unidos ha espoleado el desarrollo de mailings de amigos de museos y me-
ores comunicaciones, inventarios de colecciones y partenariados regionales
con fines de promoción y marketing.

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