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LAS CAPAS DE LA ATMÓSFERA

LA CONTAMINACIÓN
LA CONTAMINACIÓN SOBRE LA CAPA DE OZONO

La tierra se halla rodeada, entre quince y cincuenta kilómetros de altura, de una capa de
ozono estratosférico. La máxima concentración de ozono se localiza entre los 25 y 30
kilómetros de altura y es de vital importancia para la vida en la superficie. El ozono actúa
como unas gigantescas gafas de sol que filtran la peligrosa luz ultravioleta. 

El ozono. O3, es un alótropo del oxígeno, O2, es decir, es el mismo elemento pero bajo
otra forma. El oxígeno molecular que respiramos contiene dos átomos de oxígeno y el
ozono tiene tres. Esta variación molecular modifica notablemente las propiedades
químicas de estos compuestos. Así, mientras el oxígeno es indispensable para la vida, el
ozono es una gas de efectos nocivos para la salud si se presenta en altas
concentraciones en las capas bajas  de la atmósfera y en diferente concentraciones. En
la Estratosfera, donde el ozono actúa como filtro ultravioleta y en la capa baja  de la
atmósfera (Troposfera), donde su presencia se considera, en determinadas
concentraciones, como contaminante. 

El ozono se forma a partir del oxígeno molecular mediante la absorción de la luz


ultravioleta del sol. Esta reacción es reversible, es decir, debido a la presencia de otros
componentes químicos el ozono vuelve a su estado natural, el oxígeno. Este oxígeno se
convierte de nuevo en ozono, originándose un proceso continuo de formación y
destrucción de estos compuestos. 

El problema aparece cuando la concentración de los componentes que favorecen la


transformación de ozono en oxígeno aumenta debido a la aportación de las actividades
humanas. 

Entre estos compuestos destacan los CFC, que significan hidrocarburos de cloro y flúor,
y los galones, que son hidrocarburos que contienen bromo, que como ya se ha indicado,
se usan como agentes refrigerantes, disolventes, espumas aislantes, sustancias contra
incendios, etc. 

Sin embargo, estos compuestos no son lo únicos dañinos para la capa de ozono. Así,
otros gases como los óxidos de nitrógeno, los constituyentes del ciclo del carbono y los
compuestos hidrogenados, se combinan con los derivados del cloro y del bromo para
modificar el frágil equilibrio en la capa de ozono de la Estratosfera. 

Aunque el ozono posee un proceso natural de regeneración, las medidas de reducción


de las emisiones de CFC a la atmósfera no se dejarán notar hasta dentro de, por lo
menos, una década. 

Los primeros pasos tendentes a esta reducción ya han sido dados. La firma, en octubre
de 1987, del Protocolo de Montreal, que desarrolla las directrices del Convenio de Viena
para el control de sustancias que agotan la capa de ozono y la Cumbre de la tierra,
celebrada en Río de Janeiro en 1992, son ejemplos del interés internacional por
erradicar este problema. En virtud de estos acuerdos, en el año 1994 se han suspendido
la fabricación de todo tipo de galones y se han establecido planes concreto para la
reducción del CFC. 

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