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Planteamiento del problema

El mildiu (Pseudoperonospora cubensis) es una de las enfermedades foliares más


importantes del pepino en Ecuador, pues su desarrollo es favorecido por las condiciones
propicias de humedad que se mantienen durante periodos prolongados. Pertenece a la clase
Oomycetes, orden Peronosporales, familia Peronosporaceae, que se caracteriza por su
facilidad para sobrevivir en plantas silvestres de la familia cucurbitácea. El rocío de la
noche favorece el desarrollo del mildiu y durante el día cuando aumenta la temperatura,
seca las hojas y favorece que las esporas sean transportadas por el viento, los trabajadores y
las herramientas. hojas en forma de manchas amarillentas con formas irregulares.

En condiciones de alta humedad y en correspondencia con las manchas del haz, aparecen
estructuras de color grisáceooscuro en el envés, las cuales corresponden resistencia en las
plantas, y produce toxinas y antibióticos. En Ecuador se ha estudiado Trichoderma
harzianum sobre hongos en pepino, en condiciones de laboratorio e invernadero, en los que
se observaron efectos positivos sobre la severidad de microorganismos patógenos. Hoy día
es prioritaria una agricultura limpia, sin contaminantes y generadora de productos inocuos
que contribuyan a la seguridad alimentaria.

El uso de Trichoderma como antagonista de hongos es una alternativa al uso de fungicidas,


por lo que es preciso establecer las dosis de mayor eficacia en el control de mildiu para
cucurbitáceas.
Metodología

El pepino (Cucumis sativus) se desarrolla tanto en climas templados como tropicales. Al


igual que mildiu (Pseudoperonospora cubensis) y esta es una enfermedad que puede
ocasionar importantes pérdidas en cultivares de pepino, entre otras cucurbitáceas,
independientemente de si son cultivadas al aire libre o protegidas.

Cuyo agente causante de esta enfermedad es el Pseudoperonospora cubensis, un hongo


parásito obligado que requiere de agua libre para la dispersión de sus esporas. El micelio
fúngico es hialino y no tabicado y los esporangios de color gris y forma ovoide o elipsoide,
pudiéndose apreciar directamente en el envés de las hojas.

Desarrollo de la enfermedad

Los esporangios del hongo (Pseudoperonospora cubensis) tiene la capacidad de liberar


esporas que se desplazan a través del agua mediante la utilización de sus flagelos. Cuando
alcanzan la zona a infectar, germinan. La infección se lleva a cabo cuando la temperatura
oscila entre 16-22ºC. Una vez infectada la hoja, el desarrollo del hongo se ve favorecido
por la alternancia de temperaturas cálidas durante el día (25ºC) y frescas durante la noche
(15ºC). Humedades relativas elevadas (80-90%), rocíos nocturnos y nieblas matinales
también favorecen su desarrollo. Por el contrario, temperaturas inferiores a 5ºC o superiores
a 35ºC detienen el desarrollo del hongo. Al mismo tiempo, el potencial de esporulación es
mayor en lesiones cloróticas que en necróticas, siendo en estas últimas, prácticamente
inapreciable.

Síntomas

Esta enfermedad se manifiesta solamente en las hojas de las cucurbitáceas, ya sean jóvenes
o adultas (senescentes). Comienzan aparecer mancas de color verde claro en el haz,
posteriormente se torna de un color amarillento y presenta formas poligonales. Por otro
lado, en el envés se forma una tela con tonalidades gris-violáceas y aspecto un tanto oleoso
en el que se producen las esporas del hongo.

Posteriormente, estas manchas se necrosan y se secan desde el centro hacia fuera,


adquiriendo la superficie foliar aspecto apergaminado. Sin embargo, los peciolos
permanecen verdes, sosteniendo hojas que se han secado completamente, pero que
permanecen unidas al tallo.

¿Cómo se controla?

Para el control de esta enfermedad se pueden llevar a cabo una serie de medidas, tanto
preventivas como culturales, que evitarán la incidencia del hongo en la medida de lo
posible. La realización de estas medidas adquiere mayor importancia en explotaciones con
antecedentes de enfermedad. Se recomienda:

 Utilizar semillas y material vegetal sano.


 No asociar cultivos en la misma parcela o lugar donde se da dicho cultivo.
 Retirar y destruir los tejidos vegetales enfermos, así como los restos de poda. Tener
un cuidado al final del ciclo del cultivo.
 Reducir la humedad ambiental. Utilización de la dotación y frecuencia de riego
adecuada junto con la correspondiente ventilación en caso de ser cultivo bajo
abrigo.
 Evitar la presencia de agua libre sobre el cultivo. Por tanto, el riego por aspersión no
es el más conveniente para evitar la aparición de esta enfermedad.
 Evitar el exceso de abonado nitrogenado para que la cantidad de follaje en la planta
no sea excesiva.

Control químico

Debe iniciarse el control químico una vez se observe presencia de enfermedad en los
tejidos vegetales. Será de mayor importancia aún si las condiciones ambientales son
favorables para la infección. La aplicación de fungicidas debe llevarse a cabo cubriendo
generosamente el envés de las hojas (inclusive las de la parte inferior o basal de la
planta) y tallos. Se aconseja la utilización de mojantes para que la eficacia de la
pulverización sea mayor y la selección de la dosis óptima para evitar la aparición de
resistencias.
Ilustración 1: Síntomas de (Pseudoperonospora
cubensis) en hojas de (Cucumis sativus)

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