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campo dentro del cual un órgano de autoridad puede desempeñar válidamente sus
atribuciones y funciones. La Constitución Política establece que nadie puede ser molestado
en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento
escrito de la autoridad competente. Esta referencia a la autoridad competente engloba a
cualquiera de sus tipos: legislativa, administrativa o judicial. El gobernado tiene la garantía
de que los actos de molestia para él deben provenir siempre de una autoridad competente,
una que debe actuar en ese ámbito, esfera o campo dentro del cual puede desarrollar
válidamente sus atribuciones y funciones. Es el texto legal el que determina, marca o limita
el ámbito competencial de cada órgano. En tanto que en un sentido más estricto, la
competencia se refiere al órgano jurisdiccional per se, entendida como la medida del poder
o facultad otorgado a dicho órgano para entender de un determinado asunto, es decir, es el
ámbito, esfera o campo dentro de los cuales un determinado órgano jurisdiccional puede
ejercer sus funciones.
Ahora bien, la competencia posee varios parámetros de división para su estudio los cuales
son a su vez agrupados en dos, los subjetivos y los objetivos. Aunque cabe señala que
dentro de los criterios objetivos existen criterios determinantes y otros criterios utilizados
para perfeccionar o afinar el proceso. Estos criterios determinantes son:
2) Grado: Este criterio presupone los diversos escalones o instancias del proceso y trae
aparejada la cuestión relativa a la división jerárquica de los órganos que
desempeñan la función jurisdiccional. Así, la primera instancia se lleva ante jueces
de primer grado y la segunda ante jueces de apelación o de segundo grado. El
problema de la competencia gira en torno del grado o instancia del tribunal ante el
cual se promueve. El tribunal de primera instancia no puede conocer asuntos de
segunda y viceversa.
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sentencia. Ya en sede de segunda instancia, y al resolverse la cuestión incidental
que la apelación respectiva suponía, las partes, de común acuerdo, pactan que el
asunto ya no regrese a la primera instancia y continúe en la segunda hasta llegar a la
sentencia. Este aspecto dispositivo del proceso sólo se comprende y acepta en
aquellos procesos en los cuales no se afecta el interés ni el orden público y en los
que las partes tienen la libre disposición de sus derechos procesales.
4) Cuantía o importancia del asunto: casi en todos los sistemas judiciales se han creado
órganos para conocer de asuntos de poca monta, como los pleitos entre vecinos o
los litigios de mercado, que plantean cuestiones de poca importancia económica y
de otra índole. También es característico de estos tribunales que sus procedimientos
no se someten a formalidades rígidas ni a trámites dilatados y complicados. Se
procura que el proceso sea rápido, barato. En muchos casos, el juez actúa como
amigable componedor y se comporta más como un juez de equidad que de derecho.
A estos tribunales se les llama de diferente manera: juzgados municipales, juzgados
de paz, juzgados menores, juzgados de poca importancia, juzgados de cuantía
menor.
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Un fenómeno interesante es la pérdida de competencia de estos jueces cuando
interviene un juez de mayor competencia. Dado el caso en el cual un asunto esté
relacionado con otro de primera instancia, éste pierde su competencia y el asunto
debe pasar al de primera instancia para que resuelva ambos casos. Aquí suele
aplicarse la regla, respecto de la competencia de los dos jueces, de que el que puede
lo más puede lo menos, pero el que puede lo menos no puede lo más. Este caso es
un ejemplo interesante de modificación de la regla competencial por una causa
sobrevenida.
Una vez referidos a los criterios objetivos determinantes para decidir la competencia de un
órgano, tenemos entonces los criterios objetivos para fijar o afinar la misma. Estos son el
turno y la prevención. El primero de ellos consiste en el fenómeno de afinación de la
competencia que se presenta cuando en el mismo lugar, en el mismo partido o distrito
judicial o en la misma población existen dos o más jueces que tienen la misma competencia
tanto por materia como por territorio, grado y cuantía. El turno es un sistema de
distribución de los asuntos nuevos entre diversos órganos jurisdiccionales, ya sea en razón
del orden de presentación de dichos asuntos o en razón de la fecha en la cual éstos se
inician. En tanto que la prevención, se presenta cuando existen dos o más tribunales que
son igualmente competentes para el conocimiento de algún asunto. La prevención implica
que el juez primero en conocer del asunto es el que determina a su favor la competencia,
excluyendo a los restantes. Significa la aplicación, en materia judicial, del principio de que
el que es primero en tiempo, es primero en derecho. En cualquier caso se resolvía el
problema por el criterio de la prevención, o sea, del primer juez que conocía del asunto.
Por último, en complementación con los criterios objetivos, están los criterios de
competencia subjetiva, referidos estos a la persona física titular del órgano jurisdiccional.
Todo órgano de autoridad debe tener un titular, una persona física que se ocupe de las
funciones públicas. Las leyes establecen mecanismos para que a falta de funcionario
público titular del órgano, otro venga a suplirlo para desempeñar sus funciones cuando
aquél falta totalmente, o cuando, como en este caso, esté imposibilitado por razones legales
para conocer de determinados asuntos. Los criterios para determinar la competencia
subjetiva son:
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un órgano jurisdiccional. Esto se refiere a los vínculos que pueda tener el juez con
las partes, ya por ser enemigo, amigo, familiar, etc., de alguna de ellas.
Por último, existe el conflicto de atribuciones entre los poderes estatales, a estos se les
denomina, contiendas funcionales. Esto porque se trata del choque entre dos autoridades
soberanas, una verdadera contienda entre dos órganos de autoridad, surgida en razón de sus
funciones o de sus atribuciones. Tales conflictos pueden ser de carácter positivo, cuando
dos o más órganos de autoridad reclaman para sí la competencia y el conocimiento sobre
algún asunto. Son de carácter negativo si dos o más autoridades se niegan a aceptarse
competentes para conocer de algún asunto.
1. El proceso
Entendemos por proceso un conjunto complejo de actos del estado como soberano, de las
partes interesadas y de los terceros ajenos a la relación sustancial, actos todos que tienden a
la aplicación de una ley general a un caso concreto controvertido para solucionarlo o
dirimirlo. Para entender lo que es el proceso, primero es necesario referirse al concepto de
litigio, porque todo proceso presupone un litigio, pero no todo litigio desemboca
indefectiblemente en un proceso, es decir, el litigio no tiene esencia procesal, aunque
siempre sea el contenido de todo proceso. Como consecuencia, el proceso viene a ser un
instrumento para solucionar ciertos tipos de litigios o conflictos sociales, es decir, se quiere
ver en el proceso un instrumento de solución de la conflictiva social, el cual mantenga ese
equilibrio de las relaciones jurídicas contrapuestas que si chocan amenazan la paz social,
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por consiguiente, se entenderá por litigio al conflicto de intereses calificado por la
pretensión de uno de los interesados y por la resistencia del otro.
Dentro del concepto de proceso existen varias teorías que afirman que el mismo puede ser
tanto un contrato, como un cuasicontrato o una relación o situación jurídica. A este respecto
se establece que: 1) Teoría contractual: esta supone la existencia de un acuerdo de
voluntades entre las partes, actos y demandado, con las características de un contrato en el
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que se establecen los puntos litigiosos y del cual emana, al mismo tiempo, el poder
decisorio del juez. Como se puede observar la naturaleza jurídica del proceso, desde la
perspectiva contractualista, radica a su vez, en la naturaleza de los vínculos contractuales;
2) Teoría cuasicontractualista: esta surge en aras de dar respuesta a las múltiples objeciones
formuladas a la tesis contractualista. Lo anterior, ya que, si aceptamos que existe
insuficiencia en la teoría contractual, en razón de que el citado acuerdo no posee el
consentimiento de las partes, no puede entonces clasificarse de forma alguna como libre
manifestación de la voluntad, por lo que induce entonces a invocar la existencia, bajo este
esquema, de un acto unilateral reputado como cuasicontrato; 3) Teoría de la relación
jurídica: en virtud de esta, la ley se constituye como la fuente de la que emanan los
derechos y obligaciones procesales para las partes y el juzgador, pues la actividad de unas y
otros esta reguladas por la misma. Por consiguiente el proceso surge de una relación de
carácter procesal entre lo que intervienen en el, creando derechos y obligaciones para cada
uno de ellos, que sin embargo tienden al mismo fin, la actuación de la ley; y 4) Teoría de la
situación jurídica: tiene su nacimiento en el rechazo a la teoría de la relación jurídica, ya
que en principio niega a esta. Esta teoría expone que el proceso no es una relación jurídica
sino una situación jurídica derivada de un complejo de posibilidades, carga, liberación de
cargas y expectativas, que se atribuyen a los sujetos que en el intervienen, es decir, que los
derechos y obligaciones inherentes a la idea de relación jurídica son reemplazados por esas
expectativas, posibilidades, cargas y liberación de cargas, integrantes de la situación de
derecho.
Como consecuencia de lo anterior, dada cual sea la manera en la cual se analice al proceso,
este deberá regirse por un grupo básicos de principios, los cuales le brindaran la guía
necesaria para su formulación. Estos son denominados principios rectores del proceso, los
cuales consisten en: principio de dualidad de posiciones, principio de parte o de
contradicción, y principio de igualdad de las partes. El primero de ellos consiste en que
para que se configure un proceso es necesaria la existencia de un actor y un demandado. En
tanto que el segundo principio trata de que nadie puede ser condenado, sin ser oído y sin ser
vencido en juicio, es decir, sin tener la posibilidad de intervenir a lo largo del proceso,
atacando, defendiéndose, probando, etc. Por último, el principio de igualdad, consistente en
eliminar la existencia de privilegios a favor de alguna de las partes y profesar un proceso en
igualdad de condiciones, entendiéndose que la igualdad a la que se alude es una igualdad
formal, ya que la igualdad material es totalmente trascendente al ámbito jurídico.
Ahora bien, tal y como se ha establecido, hemos sostenido que en todo proceso existe una
secuencia u orden de etapas, desde su inicio hasta el fin, por lo que se entiende que todo
proceso arranca de un presupuesto (litigio), se desenvuelve a lo largo de un recorrido
(procedimiento) y persigue alcanzar una meta (sentencia) de la que cabe derive un
complemento (ejecución). Con base en esto, todos los procesos constan de dos etapas:
instrucción y juicio. La instrucción es toda una primera fase de preparación que permite al
juez o tribunal concentrar todos los datos, elementos, pruebas, afirmaciones, negativas y
deducciones de todos los sujetos interesados y terceros que, como se ha dicho, hacen
posible que dicte la sentencia. Por tal motivo es que se denomina cierre de instrucción en
los procesos penales, y que equivaldría, en los procesos civiles, al momento de citación
para sentencia. En resumen, la primera gran fase de instrucción es aquella en la que las
partes exponen sus pretensiones, resistencias y defensas, y en que las partes, el tribunal y
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los terceros desenvuelven toda la actividad de información y de instrucción al tribunal,
haciendo posible que éste tenga preparado todo el material necesario para dictar sentencia.
Las diferentes etapas de instrucción son:
3) Etapa preconclusiva: en los procesos civiles las partes formulan sus alegatos; en el
proceso penal, la acusación presenta sus conclusiones acusatorias y la defensa
presenta sus conclusiones absolutorias. Los alegatos o conclusiones son una serie de
consideraciones y de razonamientos que la parte hace al juez precisamente respecto
del resultado de las dos etapas ya transcurridas, a saber: la postulatoria y la
probatoria, es decir, la parte recalca al tribunal qué es lo que ella y su contraria han
afirmado, negado, aceptado, etc., y qué extremos de esas afirmaciones y de esas
pretensiones, así como de resistencias, han quedado acreditados mediante las
pruebas rendidas. En virtud de esa relación, entre las afirmaciones y la prueba, le
adelanta al juez, claro que en tono de petición, cuál debe ser el sentido de la
sentencia. Por ello, puede considerarse que un alegato o conclusión representa un
verdadero proyecto de sentencia favorable a la parte que lo está formulando.
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Por otro lado, cuando el asunto está listo para resolverse, es decir, cuando se cierra la
instrucción, entonces el asunto se turna al miembro del tribunal que será ponente o relator
para que formule el proyecto de resolución y lo lleve a una junta o sesión en la que el
proyecto se discute y se somete a la votación de los miembros del tribunal. Si el proyecto es
aprobado por la unanimidad o por la mayoría de los miembros, se convierte en sentencia; si
apenas lo acepta una minoría, se considera rechazado y deberá formularse un nuevo
proyecto que recoja la opinión de las mayorías. Esto en caso de ser solucionado el conflicto
por un órgano colegiado, pues dado el caso en el que sea un juez, este le encargara el
proyecto se sentencia a su secretario proyectista y validara dicho proyecto de sentencia para
formalizar su decisión y quede dirimido el conflicto en cuestión.
Ahora bien, los términos proceso y procedimiento se emplean con frecuencia como
sinónimos o intercambiables. Conviene, sin embargo, evitar la confusión entre ellos, porque
si bien todo proceso requiere para su desarrollo de un procedimiento, no todo
procedimiento es un proceso. El proceso se caracteriza por su finalidad jurisdiccional
compositiva del litigio, mientras que el procedimiento, que puede manifestarse fuera del
campo procesal, cual sucede en el orden administrativo o en el legislativo, se reduce a ser
una coordinación de actos en marcha, relacionados o ligados entre sí por la unidad del
efecto jurídico final, que puede ser el de un proceso o el de una fase o fragmento suyo. Así,
pues, mientras la noción de proceso esta esencialmente relacionada con el estudio del fin o
propósito mismo, la de procedimiento es de índole formal, y de ahí que distintos tipos de
proceso se pueden sustanciar por el mismo procedimiento, y viceversa, procedimientos
distintos sirvan para tramitar procesos de idéntico tipo. Ambos conceptos coinciden en su
carácter dinámico, pero el proceso, además de comprender un procedimiento como forma
de exteriorizarse, comprende los nexos, constituyan o no relación jurídica, que entre sus
sujetos, es decir, las partes y el juez, se establecen durante la sustanciación del litigio.
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perentorio porque su finalización hace caducar automáticamente el derecho o la
instancia y, a su vez, es improrrogable porque el plazo es fijado, no puede ser
ampliado y el acto debe llevarse a cabo.
En el caso de la acumulación, en rigor, se pueden contemplar tres especies que dan lugar a
la acumulación de partes (litisconsorcio), acumulación de acciones (de pretensiones) y
acumulación de autos (o de expedientes). Se trata de tres fenómenos distintos, aunque en
algunas ocasiones relacionados.
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- Acumulación de partes: La acumulación de partes es un fenómeno dentro del que caben
dos posibilidades, la pluralidad de partes y el litisconsorcio. No deben confundirse ambas
situaciones, porque en la pluralidad de partes tenemos la posibilidad de intervención de
terceros (terceristas) en relaciones procesales preexistentes. En cuanto a esas intervenciones
de terceros y terceristas, remitimos a lo dicho sobre el particular. El fenómeno del
litisconsorcio puede entenderse como la situación y relación procesal surgida de la
pluralidad de personas que, por efecto de una acción entablada judicialmente, son actores o
demandantes en la misma causa, con la consecuencia de la solidaridad de intereses y la
colaboración en la defensa. La unidad de representación, salvo discrepancias entre los
interesados, la multiplicidad de copias en los escritos, la simultaneidad de las diligencias, el
curso único para el procedimiento y la decisión común del caso constituyen aspectos
principales de la unidad procesal. Dentro de la diversidad de demandantes y demandados el
litisconsorcio se divide, por la relación numérica, en activo, si existe mayoría de
demandantes y pasivo cuando predominan los demandados por la espontaneidad en su
formación se distingue el facultativo (voluntario) si procede del... acuerdo con los
litisconsortes; o necesario, si está determinado por precepto legal.
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o conexión de causas y se define en términos de interdependencia de dos causas o
litigios diversos, pero con el mismo objeto y entre iguales o relacionadas partes,
tratados en juicios diferentes, que lleva a acumularlos en unos mismos autos, para
que recaiga una tesis-única y evitar juzgamientos contradictorios.
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adjetiva. Por el contrario, la norma conforme a la que se decida el litigio, o sea, la norma
sustantiva, sí puede en algunos casos ser extraterritorial y aplicarse fuera del ámbito en que
normalmente tiene vigencia.
Los presupuestos esenciales para los actos procesales están estrechamente relacionados con
los elementos de existencia de los actos jurídicos en general, siendo caso en dispar que
estos presupuestos, además, deben concurrir en cada proceso para que este pueda terminar
con una resolución que ponga fin al litigio de fondo.
Ahora bien, como consecuencia de que se debe transmitir cierta información entre los
jueces y las partes o entre estas mismas, resulto necesario crear un procedimiento de
comunicación procesal. Este, en términos generales, es el vínculo, forma o procedimiento
por el cual se transmiten ideas y conceptos (peticiones, informaciones, órdenes de
acatamiento obligatorio, etc.) dentro de la dinámica del proceso y para la consecución de
sus fines. Desde que el proceso surge hasta que muere, no es sino una serie de actos
proyectivos de comunicación, de los particulares incitando la función jurisdiccional y del
órgano jurisdiccional conduciendo ésta, encauzándola, hasta llegar a su destino normal: la
sentencia, así como de parte de los terceros que auxilian y colaboran en el mismo. Por ello,
desde que el sujeto de derecho acude al tribunal y excita su actividad, transcurre una serie
de fenómenos comunicativos, de las partes al tribunal y del tribunal a las partes, así como
de las partes entre sí y de los terceros también entre sí, con las partes y con el tribunal. La
clasificación más usual y práctica de los medios de comunicación procesal se refiere al
emisor y al destinatario y al carácter de éstos en la relación procesal. Tal criterio puede
formularse en los términos siguientes:
a. Medios de comunicación entre los tribunales, esto con poderes o autoridades de otro
orden y con autoridades judiciales del extranjero, se señala: suplicatorios, exhortos,
órdenes o despachos, mandamientos, exposiciones, oficios y reales provisiones.
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b. Medios de comunicación de los tribunales a los particulares, especialmente a las
partes. En este grupo se colocan a las notificaciones, citaciones, emplazamientos y
requerimientos. En sentido muy amplio, la notificación es, pues, la forma o el
procedimiento marcado por la ley para que el tribunal haga llegar a las partes o a los
terceros el conocimiento de alguna resolución o de algún acto procesal o bien tiene
por realizada tal comunicación para los efectos legales. En cuanto a su finalidad
procesal, hay diversos tipos de notificaciones: la notificación simple, el
emplazamiento, el requerimiento y la citación.
Por otro lado, el emplazamiento puede definirse como el acto formal en virtud del
cual se hace saber al demandado la existencia de la demanda entablada en su contra
por el actor y la resolución del juez que, al admitirla establece un término (plazo)
dentro del cual este debe comparecer a contestar las acusaciones correspondientes.
Se señalan como efectos del emplazamiento los siguientes: prevenir el juicio a favor
del juez que lo hace; sujetar al emplazado a seguir el juicio ante el juez que lo
emplazó; obligar al demandado a contestar ante el juez que lo emplazó, salvo el
derecho de provocar la incompetencia; producir las consecuencias de la
interpelación judicial; y originar el interés legal en las obligaciones pecuniarias sin
causa de réditos.
Como consecuencia de los diferentes tipos de notificaciones, desde una vista general, que
puede hacer una autoridad judicial a los particulares o demás involucrados en el juicio.
Estas deben realizarse de conformidad con ciertos estándares, es decir, para su efectiva
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realización existen diferentes formas de hacer las notificaciones. Estas son: personal, por
cédula, por boletín judicial, por edictos y por medios electrónicos.
1. Personal: esta es la que se hace por medio del notificador, quien tiene frente a sí a
la persona interesada y le comunica de viva voz la noticia que debe dársele. Es
evidente que las resoluciones notificadas personalmente, para que surtan sus efectos
en relación con la persona notificada, suelen ser las de mayor importancia y
relevancia en el proceso.
2. Por cedula: La notificación por cédula acepta tres modalidades diversas a las que
nos referimos en seguida. La cédula de notificación es un documento que contiene
fundamentalmente la copia literal de la resolución por notificarse, el nombre de la
persona a quien debe hacerse la notificación, el motivo por el que se hace la
notificación por cédula, la naturaleza y objeto del juicio del cual emana, los
nombres y apellidos de los litigantes, la identificación del tribunal de donde
proviene dicha notificación, así como la fecha en que se extiende, la hora en que se
deja y la firma del que notifica. Decíamos que la notificación por cédula puede
adoptar diversas modalidades, a saber: cédula entregada, cédula fijada en los
estrados o en algún otro lugar y cédula inscrita en el Registro Público de la
Propiedad.
3. Por boletín judicial: En la mayoría de los lugares puede decirse que, como regla
general, todas aquellas notificaciones que no tengan señalada en la ley una forma
especial de realizarse, se harán por medio del Boletín Judicial. Dicho boletín es una
publicación de carácter judicial realizada por los poderes judiciales de cada estado.
Lo que sucede es que, acudan o no acudan los interesados, es decir, se enteren o no
de lo que deben conocer, la ley da por hecha la notificación con la publicación de la
lista a que nos hemos referido en el Boletín Judicial.
4. Por edictos: esta procede solo en tres supuestos específicos. Cuando se trate de
personas inciertas, cuando se trate de personas cuyo domicilio se ignora, previo
informe de una institución que cuente con registro oficial de personas (en este caso
el juicio deberá seguirse con los trámites y solemnidades a que se refiere el Código),
y cuando se trate de un inmueble sin matricular en el Registro Público de la
Propiedad, para citar personas que puedan considerarse perjudicadas.
Por último, se debe marcar establecer en que consiste la nulidad procesal y su distinción
con la impugnación propiamente dicha. Esta figura de la nulidad procesal consiste en la
sanción por la cual la ley priva a un acto jurídico de sus efectos normales cuando en su
ejecución no se han guardado las formas prescritas para ello. La función específica de la
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nulidad no es propiamente asegurar el cumplimiento de las formas, sino de los fines
asignados a éstas por el legislador. En otras palabras, la nulidad es una sanción por falta o
por defecto de la forma jurídica, pero no debe entenderse esto como el cumplimiento de la
forma por la forma misma. La forma tiene una finalidad útil, o al menos debería tenerla, y
por ello detrás de cada forma o formalidad procesal habrá siempre de buscarse el propósito
que el legislador persiguió con el establecimiento de la misma, porque el defecto o la falta
de forma se traducirá en la existencia de una situación inconveniente y por ello, el propio
legislador priva de efectos jurídicos a determinados actos cuando éstos no han cumplido las
formalidades. También tradicionalmente, el procesalismo ha manejado como conceptos
relacionados con la nulidad procesal los de nulidad de actuaciones y recursos de nulidad.
La nulidad de actuaciones constituye un trámite incidental, el cual a veces suele ser de
previo y especial pronunciamiento, y que la propia ley autoriza para invalidar las
diligencias y actuaciones practicadas cuando no se hayan ajustado a los trámites
establecidos. En tanto que el recurso de nulidad ha sido sinónimo del recurso de casación.
Como quiera que sea, ese recurso de nulidad se intenta para obtener la nulidad de una
sentencia dictada en otro juicio, ya sea por violaciones de procedimiento o por violaciones
de fondo o mérito. Nuestro juicio de amparo directo, como juicio de tipo casacional,
corresponde indudablemente a esta idea anuladora de una sentencia dictada con errores o
violaciones manifiestos ya sea en el procedimiento o ya sea en la misma sentencia. Sólo
que aunque los efectos sean de anulación o de desaplicación de la sentencia dictada con
violaciones procesales o de fondo, nosotros no llamamos a dicho recurso, recurso de
nulidad. Por tales consecuencias no podemos referirnos a la nulidad como una impugnación
ya que el recurso es un procedimiento incidental que forma parte del proceso primario
mientras que las impugnaciones son procedimientos de anulación de actuaciones en los
casos extremos señalados en dicho cuerpo legal.
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Sentencia Proceso
El concepto de parte material se refiere a aquella persona a la cual el resultado del proceso,
la probable sentencia, puede influir en su ámbito jurídico de una forma particular y
determinada. Esa afectación del ámbito o la esfera jurídica de la parte material podrá
consistir en una ampliación, una restricción, una mera medida de protección o conservación
a dicho ámbito o esfera jurídica. Por otro lado, es parte formal del proceso aquella que
ejercite el derecho de acción y de contradicción en el proceso, es decir, el demandante y el
demandado.
- Juez:
- Actor:
- Demandado:
- Terceros:
4. Acciones y Excepciones
5. La prueba
6. Sentencia y ejecución de sentencia
7. Cosa juzgada
8. Medios de impugnación
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- Probatoria: en esta etapa se tiene como fin que las partes aporten las pruebas y argumento
solidos necesarios para consolidar las pretensiones y resistencias vertidas en sus escritos
iniciales. Esta se desarrolla a través de los medios de pruebas (ofrecimiento, admisión y
desahogo).
- Conclusiva: a través de esta etapa las partes expresan sus alegatos o conclusiones respecto
de la actividad procesal anterior y el juzgador también expone sus propias conclusiones en
la sentencia con la que pone término al proceso en su primera instancia.
- Impugnativa: por lo general se presenta una etapa posterior a la conclusiva, en la cual una
de las partes o ambas, intenten impugnar la sentencia mediante el recurso de apelación. Esta
tiene por objeto la revisión de la legalidad del procedimiento de la primera instancia, con
base en los motivos expresados en la apelación. Ahora bien, la sentencia que dicte el
tribunal de alzada con respecto del recurso de apelación interpuesto, puede ser impugnado
por medio del amparo indirecto en el Tribunal Colegiado de Circuito.
- Ejecutiva: esta al igual que la anterior es de ejecución eventual y se presenta cuando la
parte que obtuvo sentencia favorable solicita al juez que como la parte vencida no ha
cumplido la sentencia en su totalidad o acorde a lo establecido, tome las medidas necesarias
para que esta se ejecute coactivamente.
Actos prejudiciales
Medios preparatorios del proceso
Estos medios preparatorios tienen por objeto despejar alguna duda, remover un obstáculo o
subsanar una deficiencia antes de iniciar un proceso. Cabe mencionar que al pedirse la
medida preparatoria debe plantearse el motivo por el cual se solicita y el litigio que
mediante esta se intenta promover (art 194), por lo que deberá estar presente en la audiencia
la futura contraparte. El artículo 193 del código nos dice que los medios pueden ser:
I. La petición de declaración bajo protesta, del que pretenda demandar, de aquél
contra quien se propone dirigir la demanda, acerca de un hecho relativo a su
personalidad o a la calidad de su posesión o tenencia;
II. Pidiendo la exhibición de la cosa mueble que haya de ser objeto de la acción real
que se trate de entablar;
III. Pidiendo el legatario o cualquier otro que tenga el derecho de elegir una o más cosas
entre varias, la exhibición de ellas;
IV. Pidiendo el que se crea heredero, o coheredero o legatario, la exhibición de un
testamento;
V. Pidiendo el comprador al vendedor, o el vendedor al comprador, en el caso de
evicción, la exhibición de títulos u otros documentos que se refieran a la cosa
vendida.
VI. Pidiendo a un socio o comunero la presentación de los documentos y cuentas de la
sociedad o comunidad, al consocio o condueño que los tenga en su poder;
VII. Pidiendo el examen de testigos, cuando éstos sean de edad avanzada o se hallen en
peligro inminente de perder la vida, o próximos a ausentarse a un lugar con el cual
sean tardías o difíciles las comunicaciones y no pueda deducirse aún la acción, por
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depender su ejercicio de un plazo o de una condición que no se haya cumplido
todavía;
VIII. Pidiendo el examen de testigos para probar alguna excepción, siempre que la prueba
sea indispensable y los testigos se hallen en alguno de los casos señalados en la
fracción anterior;
IX. Pidiendo el examen de testigos u otras declaraciones que se requieran en un proceso
extranjero.
Medidas cautelares
Son medidas preventivas de seguridad que se le conceden al acreedor para que pueda hacer
valer en juicio sus derechos. Estas tienen una vida procesal limitada, desde el momento en
el que se realiza la medida hasta que se dicta la sentencia definitiva.
Estas se dividen en tres grupos: a) las personales o reales, dependiendo de si recaen en
persona o en bienes; b) conservativas o innovativas, según tiendan a mantener o a modificar
el estado de cosas anteriores al proceso principal; c) nominadas o innominadas; según
signifique una medida especifica que el juzgador puede decretar o una genérica con la que
dicho juzgador puede asegurar las medidas pertinentes.
- Separación de personas como acto prejudicial
El que intente demandar, denunciar, o querellarse contra su cónyuge o concubino, podrá
solicitar por escrito al juez de lo familiar su separación del hogar común o acudir al Centro
de Justicia Alternativa del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal.
El Centro de Justicia Alternativa atenderá a las partes siempre y cuando no exista violencia
familiar, en cuyo caso se abstendrá de intervenir, haciéndolo del conocimiento al Agente
del Ministerio Público tratándose de menores. Para el caso de violencia entre las partes se
dará vista al Sistema de Auxilio a Víctimas.
Un mediador facilitará la solución del conflicto entre las partes teniendo como principio de
sus actuaciones el interés superior del menor, en especial las obligaciones de crianza.
En el convenio, el mediador deberá promover que se garantice el bienestar, la seguridad
física y mental de los hijos menores de edad, así como el derecho que les asiste de convivir
con el progenitor que no vive con ellos. El cumplimiento del convenio podrá solicitarse
ante el Juez de lo Familiar en la vía de apremio (art 205).
- Providencias precautorias
Las providencias precautorias son medidas preventivas de seguridad que se conceden al
acreedor para que puedan hacer valer en juicio sus derechos. En nuestro derecho son dos: el
arraigo (es la determinación judicial que prohibir que una persona salga de un lugar
determinado, con la finalidad de impedir que abandone el lugar del juicio sin dejar
apoderado que pueda contestar la demanda, seguir el proceso y responder de la sentencia
que se dicte) y el embargo precautorio (es el que se dispone o manda interinamente
mientras se prepara la demanda ejecutiva u otra que corresponda, cundo se teme que el
deudor pueda ocultar o enajenar sus bienes).
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Estas providencias podrán decretarse, tanto como actos prejudiciales, como después de
iniciado el juicio respectivo; en este segundo caso, la providencia se substanciará en
incidente y conocerá de ella el juez que esté conociendo del negocio (art 237). Las
providencias podrán dictarse (art 235):
I. Cuando hubiere temor de que se ausente u oculte la persona contra quien deba
entablarse o se haya entablado una demanda;
II. Cuando se tema que se oculten o dilapiden los bienes en que debe ejercitarse
una acción real;
III. Cuando la acción sea personal, siempre que el deudor no tuviere otros bienes
que aquéllos en que se ha de practicar la diligencia y se tema que los oculte o
enajene.
Quien solicite alguna de las providencias mencionadas anteriormente deberá demostrar el
derecho o la apariencia de su existencia (fumus boni iuris), así como el peligro de perderlo
todo en caso de demora (periculum in mora). En caso de que se disponga la providencia o
ya esté dispuesta, el demandado podrá otorgar contra garantía para dejar sin efecto estas
(art 245).
Medios provocatorios
Estos son los actos procesales que tienden a provocar otro proceso, entre ellos se encuentra
la diligencia preliminar de consignación, en donde se expresa que si el acreedor se rehusare
recibir la prestación que le es debida o a no entregar el documento justificativo de pago, o si
fuere persona incierta o incapaz de recibir, podrá el deudor librarse de la obligación
haciendo consignación de la cosa al órgano judicial.
El acreedor una vez notificada la diligencia podrá bien presentarse a recibir el bien
consignado, o rehusare en el acto de la diligencia a recibir la cosa, en cuyo caso podrá pedir
el deudor la declaración de liberación en contra del acreedor mediante el juicio ordinario de
liberación de deuda. En tanto el bien consignado queda en depósito de la persona que fue
designada por el juez.
Anteriormente existía la llamada acción de jactancia, que era entendida como la facultad
que se otorga a quien se considere afectado por la ostentación publica que otra persona
haga, atribuyéndose el carácter de ser su acreedora o de ser el titular de derechos reales
sobre bienes poseídos por el primero, para que pida al juez un plazo al jactancioso a fin de
que ejerza en juicio la acción que afirme tener, apercibiéndolo de que si no lo hace recluirá
su supuesto derecho y deberá abstenerse de continuar la jactancia (art 32 frac I derogada).
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de una pretensión insatisfecha; dígase que ya se encuentra definida la relación jurídica, por
lo que solo se necesita que se ejecute el derecho previamente reconocido (son reconocidos
como la etapa de ejecución de los procesos de conocimiento). Por último, en los procesos
cautelares, que no son en sí procesos, ya que están íntegramente ligados a un proceso de
conocimiento; se trata de crear un estado jurídico provisional que dure hasta que se efectué
el proceso. Estos últimos son las ya mencionadas medidas cautelares.
- Plenitud o limitación del conocimiento: por medio de estos se conocen los procesos
plenarios y sumarios. Los primeros son los procesos en los cuales el conocimiento del
órgano enjuiciador es completo y la sentencia conlleva la imposibilidad
de interponer otro juicio sobre el mismo asunto, ya que se ha producido cosa juzgada. Tal
sucede en la mayoría de los juicios declarativos.
Lo contrario, el juicio sumario, se caracteriza porque su finalización no impide abrir
nuevo juicio posterior. La limitación del ámbito del objeto procesal conlleva que
la autoridad de la cosa juzgada sólo pueda aplicarse a lo que ha sido objeto del juicio.
- Orden de proceder: se trata de los procesos plenarios ordinarios y los plenarios rápidos,
según se desenvuelvan en mayores o menores plazos, por etapas separadas o concentradas.
Estos se diferencian entre sí, porque los rápidos solamente poseen una forma más corta,
pero no cambia su contenido, son los mismos cualitativamente, es decir son jurídicamente
plenarios.
- Generalidad o especificidad de los litigios: en estos se refieren a los ordinarios y los
especiales. Los ordinarios se trata de los que a través de ellos se conoce de la generalidad
de los litigios y los especiales cuando se establece solo para determinado tipo de litigio.
- Cuantía: estos juicios encierran los denominados de mayor y de menor cuantía, de
acuerdo con el valor pecuniario de los intereses que se litigan. Para esto existen los
juzgados de proceso oral civil y los juzgados de cuantía menor, que conocerán de varios
juicios y procedimientos, exclusivamente en razón de la cuantía.
- Forma: por el tipo de ejecución que predomine se clasifican en escritos y orales. El juicio
escrito es el más utilizado basado en el principios romano quod non est in actis, non est in
mundo, que significa que lo que no consta en actas no es de este mundo. En tanto, los
juicios orales ofrece la ventaja de la rapidez en la ejecución de las etapas procesales.
- Contenido patrimonial: se clasifican estos en singulares y universales, siendo los
primeros los referentes al litigio que versa sobre uno o más bienes de una persona; mientras
que los universales se trata de la totalidad del patrimonio de una persona. Un ejemplo de
juicio universal es el juicio sucesorio, en donde este es referente a la totalidad del
patrimonio del de cuius. Por lo que el juicio singular es el común u ordinario.
Presupuestos procesales
Como regla general, estos son el conjunto de condiciones cuya presencia o ausencia es
necesariamente válida para la integración y desarrollo de la relación procesal. Según nos
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explica Couture, son aquellos antecedentes necesarios para que el juicio tenga validez
formal y existencia jurídica. El incumplimiento de estos presupuestos procesales puede ser
denunciado a traces de las excepciones procesales. Estos se dividen en dos grupos, los
previos al proceso y los previos a la sentencia:
- Previos al proceso: estos presupuestos se pueden ver desde dos puntos de vista: a) los
referentes al sujeto, como pueden ser la competencia del juzgador (art 145), la capacidad
procesal (art 44 y 45), la representación y la legitimación de las partes (art 47); y b) por lo
referente al objeto, que pueden ser la cosa juzgada (previa sentencia firme), litispendencia
(proceso anterior pendiente a resolución) o caducidad de la acción (acción ejercida fuera
del plazo que marca la ley).
- Previos a la sentencia: entre estos presupuestos están la selección de la vía procesal, el
tipo de juicio adecuado, la verificación del emplazamiento en los términos de ley, el
otorgamiento de oportunidades razonables para la aportación de pruebas y expresión de
alegatos que se estime pertinentes, la no existencia de la caducidad de la instancia, etc.
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aplicables; g) El valor de lo demandado, si de ello depende la competencia del juez; h) La
firma del actor, o de su representante legítimo. Si éstos no supieren o no pudieren firmar,
pondrán su huella digital, firmando otra persona en su nombre y a su ruego, indicando estas
circunstancias; i) Para el trámite de incidentes en materia familiar, la primera notificación
se llevará a cabo en el domicilio señalado en autos por las partes, si se encuentra vigente el
juicio principal, y para el caso, de que haya resolución firme o ejecutoriada, o haya
inactividad procesal por más de tres meses, se practicará en el lugar en el que resida la parte
demandada incidentista; y j) En los casos de divorcio deberá incluirse la propuesta de
convenio, debiendo ofrecer todas las pruebas pendientes a acreditar la procedencia de la
propuesta de convenio.
Cuando dos o más personas ejerzan una misma acción en contra del o los demandados, se
integrara un litisconsorcio. El litisconsorcio es una modalidad del proceso en donde existe
pluralidad de demandantes y/o demandados. Este nace de Litis (litigio) y consortium
(comunidad), en donde están los litisconsorcios activos, que son los actores; los
litisconsorcios pasivos, que son los demandantes; y el litisconsorcio mixto que es cuando
existen de los dos grupos. Es necesario que se nombre un mandatario judicial que repente a
todos o bien un representante común, y en caso de que no acuerden hacer esto en un plazo
de tres días, el juez designara uno dentro de cualquiera de los interesados.
Documentos que deben de acompañar a la demanda
Según se establece son de cuatro clases los documentos que se deben de anexar a la
demanda (art 95):
1. Los que fundan la demanda, por los cuales se entiende todos los documentos de los
cuales emana el derecho que se invoca. Un ejemplo de esto sería el título de
propiedad que se debe mostrar cuando se ejerce la acción reivindicatoria.
2. Los que prueben los hechos afirmados en la demanda, son todos los documentos
que las partes tengan en su poder y que deban de servir como pruebas de su parte y,
los que presentaren después, con violación de este precepto, no les serán admitidos,
salvo de que se trate de pruebas supervenientes.
3. Los que acreditan la personalidad jurídica del que comparece en nombre de otro, o
bien el documento o documentos que acrediten el carácter con el que el litigante se
presente en juicio, en el caso de tener representación legal de alguna persona o
corporación o cuando el derecho que reclame provenga de habérsele transmitido por
otra persona.
4. Las copias del escrito de demanda y documentos anexos simples o fotostáticas,
siempre que sean legibles a simple vista, tanto del escrito de demanda como de los
demás documentos referidos, incluyendo la de los que se exhiban como prueba, para
correr traslado a la contraria.
Efectos de la presentación de la demanda
Los efectos de la presentación de la demanda son: a) interrumpir la prescripción, si no lo
está por otros medios; b) señalar el principio de la instancia; y c) determinar el valor de las
prestaciones exigidas, cuando no pueda referirse a otro tiempo (art 258).
El juez frente a la demanda
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Una vez presentada la demanda el juez deberá tomar la decisión de admitir la demanda,
prevenir al actor para que corrija la demanda o desecharla por completo.
- Admisión de la demanda: en esta decisión el juez determinara la demanda de plano, ya
que cumple con los requisitos señalados en la ley y a su vez fue acompañada con los
documentos correspondientes.
- Prevención de la demanda: en segundo término el juez puede prevenir cuando la
demanda sea oscura o irregular, para que la aclare corrija o complete conforme a las reglas
contenidas en la ley, dentro del plazo de cinco días. Realizada la aclaración o corrección, el
juez debe de admitir la demanda. En el mismo auto que ordena la prevención, el juez debe
señalar en concreto los defectos de la demanda (art 257).
- Desechamiento de la demanda: por último, el juez también puede desechar la demanda
cuando considere que no reúne los requisitos legales y que los defectos son insubsanables;
por ejemplo que el juez sea incompetente, que la demanda se entable por una vía procesal
inadecuada, etc. Igualmente el juez desechara la demanda cuando habiéndola prevenido el
actor rebase el plazo señalado.
Emplazamiento
Nace del acto de emplazar, entendiéndose por este el llamamiento que se da por orden
judicial a una persona, para que se presente en el juzgado o tribunal en el día y hora que se
le designan.
- Formas de emplazamiento: las notificaciones en juicio se podrán hacer: a)
Personalmente, por cédula, por instructivo o por adhesión; b) Por Boletín Judicial; c) Por
edictos que se hagan ostensibles en los sitios públicos de costumbre o que se manden
publicar en los periódicos que al efecto se autoricen en los plazos que se precisen; d) Por
correo; e) Por telégrafo; f) Por cualquier otro medio de comunicación efectivo que de
constancia indubitable de recibido, y g) Por medios electrónicos (art 111).
- Los efectos del emplazamiento son: a) Prevenir el juicio en favor del juez que lo hace; b)
Sujetar al emplazado a seguir el juicio ante el juez que lo emplazó, siendo competente al
tiempo de la citación, aunque después deje de serlo con relación al demandado, porque éste
cambie de domicilio, o por otro motivo legal; c) Obligar al demandado a contestar ante el
juez que lo emplazó, salvo siempre el derecho de provocar la incompetencia; d) Producir
todas las consecuencias de la interpelación judicial, si por otros medios no se hubiere
constituido ya en mora el obligado; e) Originar el interés legal en las obligaciones
pecuniarias sin causa de réditos (art 259).
- Nulidad del emplazamiento: las notificaciones hechas en forma distinta a la prevenida en
la ley serán nulas; pero si la persona mal notificada hubiere comparecido en juicio,
sabedora de la resolución objeto de la comunicación procesal, la notificación surtirá desde
entonces sus efectos como si estuviese legítimamente hecha (art 76).
La reclamación de nulidad del emplazamiento por defecto de forma debe tramitarse en un
incidente de previo y especial pronunciamiento, lo que significa que dicha tramitación
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impide la continuación del procedimiento, el cual no podrá reanudarse sino hasta que el
propio juez resuelva sobre la nulidad reclamada (art 78).
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documentos anexos a ella para cada una de las demás partes; h) En los casos de divorcio
podrá manifestar su conformidad con el convenio propuesto o, en su caso, presentar su
contrapropuesta, debiendo anexar las pruebas respectivas relacionadas con la misma; e i) Si
el demandado quisiere llamar a juicio a un tercero deberá manifestarlo en el mismo escrito
de contestación. La petición posterior no será tramitada a no ser que se trate de cuestiones
supervenientes (art 260).
- Allanamiento: esta es la conducta autocompasiva del demandado en donde este se somete
de manera total a las pretensiones del actor. Cuando el demandado se allane a la demanda
en todas sus partes o manifestando el actor su conformidad con la contestación de ella, se
citará para sentencia, previa ratificación del escrito correspondiente ante el juez, sin
perjuicio de caer en rebeldía (art 274). Cabe mencionar que no solo el demandado se puede
allanar a las pretensiones del actor, sino que el actor también podrá allanarse a la
contestación de la demanda.
- Confesión: es la admisión de que determinados hechos afirmados por el actor en su
demanda, en los que intervino o participo el demandado, son ciertos. La confesión, en rigor
solo puede referirse a los hechos, la determinación del derecho corresponde al juez. Si bien
no es necesaria la etapa probatoria, si lo será la conclusiva, en donde se discutirá si son
válidos los preceptos legales de la parte actora. Si las cuestiones controvertidas fueren
puramente de derecho y no de hecho, se citará a la audiencia de alegatos, que podrán ser
escritos (art 276).
- Reconocimiento: es la admisión y la aceptación del derecho. Esta se distingue de la
confesión en que recae sobre los hechos y aquel sobre el derecho; y del allanamiento, en
que este último es una aceptación de las pretensiones del actor y el reconocimiento
concierne a la aplicabilidad de los preceptos jurídicos invocados por el actor.
- Denuncia: consiste en una petición al juez por parte del demandado, de que llame a juicio
una tercera persona, para que en la sentencia que se pueda dictar adquiera, en su caso,
autoridad de cosa juzgada frente a dicha persona.
- Negación de derechos y de hechos: puede el demandado limitarse a negar los hechos.
Esta negación tiene como consecuencia inmediata que se produzca la confesión ficta (art
266) e impone la carga al autor de probar los hechos negados, ya que la carga de la prueba
corresponde a quien afirma hechos no quien los niega. Por otro lado, la actitud de negar los
derechos reclamados por la parte actora se concentran en la denominada exceptio sine
actione agis (excepción de falta de acción), que consiste precisamente en la negación que el
demandado formula de que el actor tenga efectivamente derecho de reclamar en juicio.
- Excepciones procesales: la misma se encontraba en el procedimiento formulario del
Derecho Romano, en donde la exceptio estaba entre la intentio y la condenatio. Couture
dice que la exceptio era una institución con contenido garantista, trata de que
la condenatio sea justa y no vulnere los derechos del demandado. Existen a su vez cuatro
grupos de excepciones: a) las abstractas que es el derecho subjetivo que tiene del
demandado para oponer, frente a las pretensiones del actor, cuestiones que bien impidan un
pronunciamiento de fondo sobre dicha pretensión, o que, en caso de que se llegue a tal
pronunciamiento, produzca la absolución del demandado; b) las concretas que son las
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cuestiones que el demandado plantea en contra del actor con el fin de concluir el proceso;
c) las perentorias, son aquellas que tiene como objeto excluir absolutamente la acción del
demandado; y d) las dilatorias, son aquellas que excluyen de manera relativa la acción del
demandado.
- Reconvención o contrademanda: está según explica Couture es la pretensión que el
demandado deduce al contestar la demanda, por lo cual se constituye a la vez en
demandante del actor, a fin de que se fallen las dos pretensiones en una sola sentencia. Esta
contrademanda deberá cumplir con los requisitos de una demanda inicial (art 260 fracc VI).
El demandado que oponga reconvención, lo hará precisamente al contestar la demanda y
nunca después; y se le dará traslado del escrito al actor, para que conteste en el término de
nueve días (art 272). Se deberá verificar si la nueva demanda es de la competencia del juez
que está conociendo la demanda inicial y si a su vez que el juicio sea el adecuado para
plantearla (art 160). La reconvención es independiente de la acción original, por lo que
aunque el actor desista de la demanda inicial o se declare improcedente o infundada, la
reconvención deberá ser analizada y resuelta por el juez en sentencia definitiva.
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- Excepciones procesales: a) la incompetencia del juez; b) la litispendencia; c) la
conexidad de la causa; d) la falta de personalidad del actor o del demandado, o la falta de
capacidad del actor; e) la falta de cumplimiento del plazo a que esté sujeta la obligación; f)
la improcedencia de la vía; y g) la cosa juzgada (art 35). Salvo la incompetencia del órgano
jurisdiccional, las demás excepciones procesales se resolverán en la audiencia previa de
conciliación y de excepciones procesales, a menos que en disposición expresa se señale
trámite diferente (art 36).
En caso de desacuerdo entre los litigantes, deveniente de la no conciliación, la audiencia
proseguirá y el juez, que dispondrá de amplias facultades de dirección procesal, examinará
en su caso, las excepciones procesales que correspondan (art 272 A tercer párrafo).
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