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P recio e se ta ٠
COLECCION
DE LOS
C E L E B؛R A D O S
por el Tribunal de la Inquisición
de ord.
C
ANOTADOS Y DADOS A LUZ EN 1836
POR ٠
MADRID
IMPRENTA DE DOMINGO BLANCO.-LIBERTAD, 31
DEDICATORIA
Higo la de esta edición, reproducida de la que el
afío 1836 publicó en Córdoba el Licenciado Gaspar
M.tute y Luquín, á los per ódicos clericales que en
1912 se atreven á decir que los sentenciadas por la
inquisición fueron, en su mayoría, asesinos, ladrones
de iglesias} adúlteros, alcahuetes, bandidos y trai
dores> ١mentira tan descarada como la de afirmar que
debieron ser tan pocos los condenados y ejecuta
dos por herejía, que podrían contarse por los de
dos de la mano, siendo así que la Inquisición se es
tableció para entender solamente en cosas de he
rejía, por más que luego ampliara su intervención á
los delitos de blasfemia heretical, brujería, hechice
ría, vana observancia, nigromancia, solicitación de
la confesión, poligamia y sodomía, pero á n:ngún
delito ni crimen más.
Si en muchas ocasiones se prestaron los inquisi
dores á secundar las venganzas personales y políti
cas de los reyes, fué siempre haciendo á las vícti
mas cargos que pudieran rozarse de cerca ó de le
jos con la herejía.
Conste, pues, que es falso lo de que la mayor
parte de los procesados por la Inquisición fuesen
condenados como reos de ciímenes comunes; lo
fueron por causas puramente religiosas.
J osé N ákens
Abril 1912.
U E u ro p e fut un cham p de m assacre et d ’ horreur:
E t 1١ o rth o d o x e m em e, aveugle en sa fureur.
D e tes dogm es tro m p e u rs n o u rrissan t son idée,
O ublia la d o u ceu r aux chrétiens com m andée;
E t crut, p o u r v en g er D ieu d e ses fiers ennem is,
T out ce que D ieu défend légitim e et perm is.
Au signal to u t־â־coup donné p o u r le carnage,
Dans les villes, p ar-to u t, th é â tre s d e le u r rage,
Cent m ille faux zélés, le fer en m ain courants,
A llèren t a tta q u e r leurs amis, leu rs p aren ts,
E t, sans distinction, dans to u t sein h é ré tiq u e
Pleins d e jo ie enfoncer un poignard catholique:
Car quel lion, quel tigre, égale en cru au té
U ne injuste fu reu r q u ٠ arm e la piété?
B o ile a tt D e s p r é a u x , s a t . x i i .
sur l} eqmvoque.
PROLOGO
Habiendo llegado á mis manos algunos apuntes
de varios autos de fe celebrados por el tribunal de
la Inquisición de esta ciudad, se me ocurrió, el pen
samiento de hacer una colección de ellos, colocán
dolos según el orden de los tiempos; mas al ver que
para esto me faltaban muchos, principié á hacer efi
caces diligencias para encontrarlos, aunque con al
guna desconfianza de conseguirlo por lo raros que
se han hecho varios de los impresos que echaba de
menos, y no tener á donde recurrir para hacerme
con otros que sólo existen manuscritos, sin que
se hayan vulgarizado. Deseoso de conseguir mi in
tento, y no habiendo perdonado investigación al
guna, lie llegado á reunir, sino t .dos, al menos la
mayor y más notable parre de ellos.
Hecha la colección, creí muy á propósito ponerle
notas que, ó aclarasen el texto, ó lo hiciesen ,más
ameno y entre tenido, no siendo <tro el ob.ero de
la pub'icación de este escrito que proporcionar al
gún pasatiempo con sucesos ocurridos en nuestra
Córdoba, al paso que se contribuye á dar idea de
los procedimientos de la Inquis ción y de Jas absur
das y ridículus creencias que corrían s،n oposición
en las épocas á que los autos se refieren; con cuya
lectura no se podrá menos de notar la diferencia
que existe entre aquellos tiempos y los que ahora
alcanzamos.
Para completar la historia de la Inquisición de
Córdoba bastaría solamente hacer relación de los
alborotos, disturbios y desafueros á que dió ocasión
ó cometió en esta ciudad el llamado Sa^to Oficio, á
causa de sus continuos choques y competencias con
la legítima jurisdicción eclesiástica, que sostenía
prevalido de sus ilimitadas y casi soberanas facul
tades. ¡Enorme abuso y monstruosidad chocante,
que un tribunal intruso (1), injerto en la potestad
judicial de la Iglesia, sostenido á costa de las facul
tades que á ésta se habían injustamente cercenado,
aspirase á sobreponerse á la misma autoridad de
que dimanaba, dando tantas veces el escandaloso
espectáculo de oponerse á la jurisdicción ordinaria,
y aun de hollarla! Si yo hubiera de completar el
cuadro, traería á la memoria, entre otros, los inau
ditos procederes y furores del perverso inquisidor
Diego Rodríguez Lucero, que en 1510 vino á nues
tra patria para ajar, tiranizar y perseguir á la ma
yor y más calificada parte de su vecindario, sólo
con el fin de adquirir nombre de riguroso y hacer
méritos en su carrera, poniendo la ciudad á pique
de un desaforado tumuito, con escándalo de toda
Andalucía y conmoción de toda España; haría men
ción del atentado del tribunal, cuando en 18 de Sep
tiembre de 1609 atropelló al provisor del obispo
D. Fr. Diego Mardones, Pedro Fernández de Man
cilla, que acometido en el mismo palacio episcopal,
(1) Dice un escritor que aunque los obispos son por dere
cho divino los inquisidores ordinarios, se sacó del lado de aqué
llos la costilla del Santo Oficio para que fuese su ayuda, así
como Dios sacó á la m ujer de la costilla de Adán. Nuestros
lectores ju zg a rán si la com paración es á propósito para apoyar
la doctrina; si no lo es, está tomada, al menos, de la Sagrada
E scritura.
si escapo de las manos de los esbirros del Santo
Oficio, como algunos dicen, y no llegó á estar preso,
como otros aseguran, fué sacrilegamente herido; y
de otros muchos acaecimientos ruidosos que refie
ren las memorias de Córdoba, y no les será difícil
hallar, á los que deseen tener noticia de los servi
cios que el tribunal de la Inquisición ha hecho á la
Iglesia y al Estado, no siendo el menor de ellos el
sostener y confirmar con sus ridículos procederes
las creencias absurdas y las preocupaciones del
vulgo. ٠ 7 P P
CO LEC C IO N
de los Autos de Fe celebrados
EN
CÓRDOBA
־ 14-
mano aricada .los criados de aquél, de los cuales
un ؟mato al ؛Iguacil: los ministros del tribunal qUe
!٥ acompgflaban) acometieron al tesorero, y! Ssegu
؟ndolo, á empellones y Cintarazos lo condujeron á
as cárceles del Santo Oficio, donde se m3ntuvo!
hasta el ؛abado 2 ؟de Febrero de 1484 en gue fUe
.sacadoal aoto publico
La noche d ؟l 27 de dicho mes se toco a anto en
؛ ﻗﻞantaiglesia catedral,' y al día siguiente por la
nafiana salieron los inquisidores en OrocesioO coO¡
cabildo edesiastirnve). negro, acompañados del
٥ b ״eclesiástico, gran p d٠ ؛rte de la clerecía de
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del tesor ؟ro por es؛ar va ؟ante la mitra), llevando á
este con insignias de relajado: á sus lados iban doS
؟i ،. ٠٥٥Inquisición y un religioso que lo es de 1٥
coltaba. ٩
. Dirigióse la procesión al convent'o de San Fran -
؟SCO, ؟0 ؟de se había levantado un vistoso tallado
إم٩ﺣﺄtodos ق ٠ ^ ل^^ﺣﺄﻷcolocándose eltesore^o^n
habla :un altar
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se de pontificial. el sermón, ٩ﺣﻼp٢ed؟؛٥
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(1١
٠R aro disfraz fué el prim ero que usaron los reos del San
to Oficio; la m oda que. vino después fué un poco m ás regular.
١ (2) Tam bién se lee en docum entos antiguos, que con el t e
sorero fue quem ado u n tío suyo, llam ado L uis G arcía.
(3) Si es extraño que este tesorero cayese en la torpe y estra.
vagante ten tació n de ju d a iz a r, tam poco parece te n e r m uchos
visos de verdad el m ilagroso suceso que descubrió su creencia.
Fides sit penes autores.
— 16 —
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Mezóü deparecer ذخeste caso por ios .años
Dare saufca. Faé Lpo.or?ta
de 1ةcon
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Siendo mancebo D. Alonso de Aguilar (á quien
después sus hazañas hicieron famoso en la historia
de esta provincia), por su ilustre nacimiento, rique
za y dotes personales, desearon muchas familias de
la primera nobleza enlazarse con él, dándole sus hi
jas e n matrimonio. Una señora muy principal, que
tenía en esto más decidido empeño, determinó para
conseguir que D. Alonso se. casase con su hija,
hablar á las Camachas, ofreciéndoles que si salan
con su pretensión, ella las había de recompensar ge
nerosamente. Las Camachas se lo prometieron, y
con este objeto convidaron á D. Alfonso para que
fuese á un jardín donde había de estar la señora con
quien deseaban casarle. Esta, á quien, las Camachas
tenían ya en el sitio aplazado, vió, cuando menos
aguardaba, entrar lozaneando por el jardín un brioso
y arrogante caballo en que habían convertido las
hechiceras á D. Alonso (1), y asustada sobremanera,
como que ignoraba que se había de presentar bajo
٠, ׳aquella forma, cayó desmayada al suelo, y no vol
vió en sí sino á iuerza de muchos remedios, por lo
que no tuvo efecto la entrevista. Desde este suceso
la señora por todas partes principió á quejarse de
las Camachas por el mal rato que le habían hecho
pasar, lo que habiendo llegado á noticia de los in
quisidores, prendieron á las hechiceras y á D. Alon
so, que hasta probar su inocencia estuvo en una es
trecha prisión, y al fin salió de ella apercibido que
por ningún motivo, ni bajo ningún pretexto volvie
se jamás á tratar con las Camachas.1
(1) ¡Raro capricho para proporcionar la en trev ista y a tra e r
á í). Alonso á sus deseos con v en id o en cabal o para qne suce
diese lo que suced ó! E stá visto que Jas Cama, has, á pesar de
sus hechicerías, n i te n ían previsión n i eran p ara el caso.
— 22 -
٥
machas, y ellas les rogaron que, acabadas las fiestas
,“٠״
caballeros, y á pesar de su resistencia, á fuerza de per
suasiones consiguieron llevarlo una noche á casa de
1
esia.declaración judicialmente, y en su consecuencia
se íormó causa al secretario y al portero, y fueron
sentenciados á doscientos azotes y diez años de ga
leras por haber descubierto el secreto de la Inqui
sición (1).
En 1596 se hizo en Córdoba un famoso auto del
Por ser tanto lo que hay que decir acerca de. los
reos y sentencias de este Auto de la fe, que se cele
bró por los Sres. inquisidores de Córdoba, no daré
cuenta de esta relación del grandioso acompaña
miento con que se celebró, martes 2 de Diciem
bre. Basta que acabado el sermón que predicó el
M. R, P. Fr. Juan de Arrióla, provincial de Santo Do-
ﺟ ﺠ ﺠ ﺠ ﺔ٠ة
ﺀةة ؛ ﻷا ؛ ؛ ﻣ ﺄا ﻵ2٠P٠(,٤“g.*Jds, najural de pío-seco
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día ,h ere u؛: a pos tata ״;قud ﺀ ؛fd ad d e doceafios, ju
bitovcarc . ل ﺀ ﺋﺈ و و ﻻ د ؛ ؛ ة ة ؛٤ ﺀen la dicha ley, há-
un año. ^ P
ss?®؛S K ٠؛٥ks
؛٠٢ ؛.. judaizante ¿٠ la dmha l ^ í ¿ T y
Manuel Correa, portugués, natural de Villa-rreal,
vecino de Baeza, judío, hereje, apóstata, judaizante
en dicha ley, hábito y cárcel perpetua.
Leonor Méndez, doncella, su h j ١, judía, h:reje,
apóstata, judaizante en la dicha ley, habito y cárcel
por un año.
G.rómma Fernández, portuguesa, mujer del di
cho Hernando Rodríguez, observante en la dicha
ley, hábito y cárcel por un año.
A ra Fernández, portuguesa, mujer del dicho Jor
ge Hernández, natural de Villa-llor vecina de Baeza,
observante en la dicha ley, hábito y cárcel por dos
años.
Ana López, natural de Cídiz, vecina de Baeza,
mujer de Gúnzalo Pérez, portugués, estanquero de
la pimienta, observante en la dicha ley, hábito y cár
cel perpetua, irremisible.
Francisco de Luque, vecino de Cabra, fué preso
por renegado; porque siendo cautivo en Tremezín,
renegó de Dios N. S. y de nuestra santa fe católica
y se casó con una mora y estuvo casado tres días, y
la dejó (1); y de allí íué á la casa de Meca, á adorar
el sepulcro de Mahoma, donde vido en un campo
que estaba número más de catorce mil moros, que
habían ido á andar por aquellla romería salir por lo
alto de una sierra un morabito, caballero en un
camello y con un lienzo blanco les hizo una señal,
.con la cual se postraron todos en tierra. Y el mora
bito comenzó á leer en un libro del Alcorán deMaho.
ma, y después de haber dicho ciertas palabras, vol.
vió á hacer la dicha señal del lienzo, como por mo.
do de absolución, y se fué por la otra parte de la sie.1
ا
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٥
33
ﻗ ﺠ ﺠ ﻖ ^ ة ج
ﻫﻸ ﻫﻔ ﺢP tie ؛ ؛t r a n s f o r m a r e n ؟ie ^ i n i l f a n t a s m a s , y l l e v a r l a s e n
res al modo de estos. Fué sentenciado en que salie
se al auto con la vela de penitente, y desterrado del
dicho lugar de la Torre D. Gimeno, y del distrito
de esta Inquisición, y privado perpetuamente del há
bito de hermitaño, y que esté dos años recluso en
el convento que le fuere señalado, sirviendo en las
cosas que le mandaren, y que allí sea instruido en las
de nuestra santa fe.
Ana González, portuguesa, natural de Santa Co
loraba, vecina de Jaén, fué presa por blasfema, y no
se leyeron las blasfemias y errores que había dicho,
por ser tan licenciosos y mal sonantes; fué senten
ciada en que saliese al auto con vela de penitente,
una soga al pescuezo y una mordaza en la lengua, y
que le fuesen dados cien azotes por las calles acos
tumbradas de esta ciudad, y desterrada del distrito
de esta Inquisición por tiempo de tres años (1).
Rodrigo Núñez, portugués, vecino de Lucena, ju
dío, hereje, apóstata, judaizante en la dicha ley, há
bito y cárcel por un año.
Francisco López Núñez, hijo del dicho Rodrigo
Núñez, vecino de Lucena, observante de la dicha
ley, hábito y cárcel por un año.
María Díaz, viuda de Alvaro López, portuguesa,
natural de Mancoibo, vecina de Lucena, judía, here
je, apóstata, judaizante en la dicha ley, hábito y cár
cel por dos años.
Isabel López, portuguesa, natural de Lisboa, v.eci-
Relajados en persona
Leonor de Avila, mujer de Alvaro Georje, vecina
de Aguilar, y natural de Ecija, judía, hereje, apósta
ta, dogmatista, encubridora, judaizante, y relapsa en
la dicha ley, relajada en persona.
Antonio López, portugués, vecino de Baeza, ma
rido de Gracia García (y padre de Manuel López,
pertinaz en este auto) judío, hereje, apóstata, dog.
mastista, encubridor, judaizante, relapso en la dicha
ley, relajado en persoua.
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Al il u s t r ís im o S r. D . A n t o n io Z a«
PATA. CARDENAL DE LA SA NTA ICLESIA
de R om a, del C o n se jo de E stad o ,
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:ﻳﻞل ء؛؛ ئ 1ء ﺎ״ ﻋ ة ; ه ﺖ׳'؛ ء ة ء ا ء ل؛ ﻫ ﺴ ؛■ ا ل ء ا''
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؛Y — 49 -
(1) Como que Dios iba á recib ir más cn]to y hom enaje en el
atit j de fe, es claro que aquel día estaban de más las misas c a n
ta .as y los sermones. Es un modo de d isc u rrir m uy cristiano y
piadoso.
(.2) El d istrito de la Inquisición de Córdoba com prendía los
obispados de está ciud. d y de Jaén , abadía de A lcalá la Real,
adelantam iento de Cazorla, ciudad de E cija, v illa de E stepa y
su com arca.
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— 50 —
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٥٠، Píb£٥ ٠
fi.iroSoHaCÍe٥d0 ٠١٥ a٩U9l a٠t0 ١٠ Papel muy autorizado ,٢
que. de la Orden de Santo Domingo, prior del con
vento de San Pablo, calificador del Santo Oficio y
tan calificado por su grande religión y letras, de
que dió bastante muestra en el sermón que pre
dicó، Subió después al mismo pulpito el secretario
Juan Tello, y en voz alta con el pueblo hizo la pro
testación de la fe, estando todos de rodillas. La cual
acabada, se comenzaron á leer las sentencias por es
te orden، Leyó la primera el licenciado Francisco de
Quiroga y Losada, secretario de este Santo Tribunal,
y fueron prosiguiendo los demás secretarios y algu
nos religiosos, y otras personas á quien el Tribunal
encomendó este oficio.
Los penitentes fueron estos.
Blasfemos
Juan Mcndez de Lara, y por otro nombre Bailar-
tos de Lara. viandante, de edad de sesenta años,
hombre ordinario: dijo en la villa de Iznajar a’gunas
blasfemias hereticales, en especial contra la limpieza
y pureza de Nuestra Señora. Fuéle dado en peniten
cia que saliese con soga y mordaza y que con ella
oig١ misa y lleve doscientos azotes.
D ego Felipe González de los Cobos y Laso, na
tural del lugar del Campo, en el obispado de Ovie
do, viandante, blasfemo, que había hablado contra
la pureza y limpieza de la Virgen Nuestra Señora.
Dijo que si puJiéra, pelearía con Dios, que no que
ría creer en él; que andaba tras de que lo quemasen
y que deseaba se lo llevasen los diablos y otras ta
les blasfemias. Soga y mordaza, y desterrado de
Córdoba y de todo §1 ؛distrito de esta Inquisición por
seis años.
- 54 ־
Hechiceras
n ﻹا ﻵ ﻷ ״ ؛٠ ﻫﻪ٢ ﺀnatural ؛villa d.e 1٩ ؛ ؛z ؛a ؛ ؛raf ؛j veci.
ا0ﺀ٢ ؟ ؛ إ ؛ ﺟ ﺪ ا ؛ و ﻣ ﻠ ﺤ ﺞ٠ ﺀkfchicera, embusi
ﺣﺈ٢ ؛ ةinyocadora ؛e demonios, con إ0 ؛c ؛ ؛l ؛ ؛ ؛ ؛ ؛i؛a
f e: Jñ٠ : ^ ح ةﻷsus Vespuesta
i
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ﻼﻴﺸﺷue este fuese nom ahora no sabíamos -
٩
— 55 —
§ ؛
rampa de Santa Marta en su casa, y otra de nuestra
Sra. de Belén, algunas piedras ágatas y muchas dife
rencias de cabellos de hombres y mujeres ؛algu.
nos pedazos de piedra azufre, plomo y masa dura*
una figura de hombre de cera y por el cuerpo atra-
vesada una aguja (1): en el colchón de la cama una
w m m m m
8 £؟٥ .؟،؛؛؛؛؛.٠٠٠“٠
estampa del Santísimo Sacramento con las palabras
del dulce nombre de Jesús, y en un rincón, dentro de
P o r lo demás á los inquisidores r o le encontraren á A na de
Jodar todas sos b aratijas ó ١ o las ٢
٠־ne el auto, ó A na de J >dar
era m uy corta pala en su chcio. ¿Hay acaso quien pueda re
tener en la m em oria el catálogo e las drogas y uten ilios.que
contiene el laboratorio de una hecbioera en forma? En p iu tb a
de esto n o n o s parece im poituno in sertar aq u í el inventario
de la famosa Ce estina que m uchos nom bran y de quien no son
muchos los que tienen noticia.
L a nom brada Celestina, pues, era una vieja politécnica que
tenía seis oficios: cor viene á sabe!.: lab ran d era, perfum ׳ra ,
m aestra de hacer afeites y de hacer v... alcahueta y m p.·qui
to de hechicera. E ؛pr m er cfxcio eia< cobertera de le ■؛otros,
socolor d e ؛cual m uchas mozas, de éstes sirvientes, e n t.ab an
en n i capa á labrarse y á labrar cam bas, gorgueras y otras
m uchas cosas. N inguna venía sin torre zr١ o, trig o , h arin a ó j a
rro de vino, y de las otras previsiores que po ٠ ian á sus amos
h u rt r. y aun otros h u rtillo s de más candad allí se encnbrm n.
Asaz era sm iga de estudiante., é despensero s y m. z s de a b a
de ?: á éstos vendía ella aquella sar gre inoct nte de las cui ؛٠ ·
dilias, la cual ligeram ente aventuraban en esfuerzo de la res
titución que ell les p ׳om etía.
Subió su hecho á má،: que por medio de aquéllas com uni
caba con las m á ١ encerradas h as.a tra e r á ejecución su propó
sito. Y a q ؟estas en tiem po honesto, como de estaciones, p ro
cesiones de noche, misas de gallo, misas del alba y otras secre
tas d. vocior es, m uchas encubiertas vi e n tra r en su casa: tras
e la« hom bres descalzos، contritos rc b ٠ ־zados ٢ ... que entraban
allí á llorar sus pecados. Hacíase física de niños tom aba es
tam bre de unes casas y dábalo á hi a re n otras, por a h aq u ed e
en trar en todas. L is unas, m adre acáflas otras m adre acullá,
cata la vieja, ya v ene el ama, de todas m uy conocida.
Con todos estos afanas, nunca pasaba sin m sa ni vísperas; ni
dejaba m onasterio de frailes ni m onjas; esto porque allí hacia
sus aleluyas y conciertos. Y en su casa hacia perfum es, falsea
ba estoraques, m enjuí. animes, am har, algalia, polvillos, ai-
mizques, m osquetes; te n ia una cám ara llena de a la n ׳biques de
redom il'as, de barrilejos de barro, de vidrio, de alam bre y de
estaño, hechos de m il facciones: hacia solim án, afeites cocidos,
argentadas, bujeladas, cerillas, lanillas, u n tu rillas. lu st’.es, ١ u٠
centores, clarim entes. a barinos y otras aguas de rostro ؛de ra
suras de gamones, de corteza de espantalobos, de ta^agontia
de hieles, de agraz, de mosto, destilados y azucarados. A delga
zaba los cueros con zumo de limones, con tu rb in o , con tu é ta
no de corzo y de garza y otras confecciones. Sacaba agua para
.suzapato, tenia otra estampa de papeJ del descendí-
i
se oyó un gran golpe, el cual ella le dijo á la enfer
ma que lo habían dado doce demonios que le acom
pañaban (1); pero que no podían traerle su galán
por ser sacerdote; que si no lo fuera ya lo hubieran
traído aunque fuera otro cualquiera hombre del mun
do; y así otras cosas tan superticiosas y vanas como
éstas. Soga y coroza y doscientos azotes en Córdoba
y otros ciento en Villanueva del Arzobispo donde era
vecina, y desterrada del mismo lugar y de Córdoba y
del distrito de esta Inquisición por seis años.
María de San León, por otro nombre Espejo, ve
cina y natural de Córdoba, hechicera, embustera, in-
vocadora de demonios, con los cuales tenía comu
nicación y pacto, y los consultaba y llamaba y daba
־crédito á sus respuestas, y en especial que para sa
ber un día si á cieita mujer había de regalar su ga
lán, había hecho ciertos conjuros y que con ellos se
había meneado tres veces un cedazo (2) lo cual ella
decía ser cierta señal de que el galán había de rega
lar á la dicha su amiga. Otras muchas, para saber si
había de venir algún galán, se levantaba á medra no-
(!) Sin duda A na de Jo d a r era otra A rm ida y como esta
tenia á su disposición . ؟un dia 0 ؛lill ؟sino una docena. ni. dos ١
?Si de ella ta i vez se h ubiera podido decir ¿
,Su voz sonaba
y el b áratro profundo
de sus lóbregos senos, alanzaba
.el trem endo escuadrón que la servia
Este era el modo de poder dar á cada demonio su p a rticu la r
ﻪ
ﻫ(2د
ا1 ؟.m er earse las cosas 6 tem b lar ؛era m uy propio de los
oráculos, cuando daban r ؛spues ١ as ( )؛anunciaban lo por venir
A si c a n to O v id io de 1 ؛e s ta tu a ٠ ﻫ ﺖ ﺀ ﻋﺘﺎ ج ؟ ; ﻫ ﺎ ه ؟ ﺣ ﻠ ﺠ ﻲ:
Et locusfct laurus et ouas liaiet ipse 'plvTetYceiTrtremuere
y io m is m o era lo que q u e .ía im itar ej ; ﺀﺀﻞ
ﻔﻫ(ﻋﻞ;ااﻟﻠﻞ
cosas de menos momento; m eneando el cedí؛zo de M arla ue San
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.un ano
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s S ٥ ؛.؛؟؛
£٥ ٥ ; ‘ S í
65
Difuntos reconciliados
Diego Alvarez, portugués, vecino de Andujar, hi
jo de madre reconciliada por judía, estatua con há
bito de reconciliado.
Doña Ana Alvarez, vecina y natural de Aguilar,
estatua con hábito de reconciliada.
Difuntos relajados
Alonso López de Acuña, de nación portugués, hi
jo de Luisa López, vecino de Priego. Se dió garrote
de noche en su cama dándose tres vueltas á la gar
ganta con una tomiza de palma con que estaba liada
la escoba, y una reata de rehilado de sus calzones,
las cuales vueltas había ido retorciendo con una
mano de mortero de madera hasta ahogarse. Esta
tua con insignias de relajado y quemados sus hue
sos (i). Y ٩1
Relajados en persona
Antonio Gutiérrez de Montiel, marido de María
Nuñez, vecino de Aguilar, judío relapso. Relajado
al brazo seglar.
Francisca López, por otro nombre Díaz, portu
guesa, vecina de Bujalance. Relajada al brazo seglar.
María Núñez, vecina de Aguilar, mujer del dicho
Antonio Gutiérrez de Montiel. Relajada al brazo
seglar.
María de los Santos, portuguesa, vecina de Prie-
mmm
go, reconciliada relapsa. Relajada al brazo seglar.
Todos estos, y más Isabel Alvarez, portuguesa
vecina de Andújar, que por ser tullida y ciega, vino
en una silla, y le dieron hábito de aspa y abjuró de
vehemente eran judíos observantes de la ley de
Moisén con sus ceremonias. Esto es, amortajar sus
difuntos con lienzo nuevo, ayunar algunos ayunos
de judíos, en especial el ayuno del día grande, guar
dar los sábados, ponerse ropa limpia los viernes, y
en ellos aderezar los candiles y desangrar las car
nes (1) no comer tocino, ni conejos, ni pescados sin
escama y otras semejantes ceremonias de la dicha
ley.
Acabadas de leer las sentencias, se entregaron los
relajados al brazo de la Justicia Real y al Corregí,
dor de esta Ciudad en su nombre, y por su cuenta
quedaron en la media naranja donde estaban, y ba
jaron de ella los penitentes que habían de ser recon״
ciliados y absueltos por el tribunal. Para esto, todos
se hincaron de rodillas junto á la peana del tribunal:
desde ella, el inquisidor más antiguo, D. Damián de
Armenta y Valenzuela, tomó sobrepelliz y estola, y
el secretario Juan Tello, el ceremonial, y les fué di
ciendo á los penitentes las palabras con que todos
abjuraron sus errores y herejías, unos de levi y otros
de vehementi, detestando los que hasta allí habían
seguido, y protestando de nuevo con juramento en
forma de vivir y morir en nuestra santa Fe. Tomó
luego el ceremonial el presidente, y comenzó en voz
(J) Si la hubieran comido sin p racticar antes esta d iligen
cia, so hubieran parecido n enps á les cristianes, porque ésto»
cieitam °nte no tienen el m al gusto de com erla c ؛n b s ngre.
E s ti c s tu m tre y otras que aqui se atribuyen á 1 s ju d ío s pa
recen bagatelas indignas de llam ar la atención de n ingún tr i
bunal.
alta y tono las preces y absolución de las excomu
niones y censuras que habían incurrido por sus deli*
tos y errores; con lo cual el Licenciado Antonio de
Cea y el Licenciado Pedro de Vergara Escobar, am
bos capellanes y ministros del tribunal, que asistían
con sobrepellices, les dieron á besar dos cruces en
señal de que la Iglesia los reconciliaba y admitía en
su gremio. Hecha la abjuración, el presidente volvió
á tomar el ceremonial, y en voz alta prosiguió la ab
solución, dándoles con una vara larga sobre las ca
bezas mientras los absolv a; lo cual hacían también
con algunas varas menores los dos capellanes (1)
del tribunal y otros sacerdotes ministros. Cantaba
en esta ocasión el miserere con suave y devotísima
melodía la música de la Catedral, no sin lágrimas y
devoto sentimiento de la innumerable multitud de
gente que concurrió de toda la comarca y demás
partes distantes.
Hecha la absolución de los penitentes, se volvie
ron á entregar cada uno á los dos familiares que lo
habían traído; y así, con el mismo orden que habían
(i) E x tra ñ a cosa es que los que castigaban l ٩ s hechicerías
usasen practicas de hechiceras para abso Ver los reos de sus
del t ١s. Circ í, aquella m aga f .mosa e n t ٠ ٠e los poet s. les daba
tam bi íu coa u n a v a rita en la cabeza á los que quería conver
tir en bestias, como en boca de A quem énides refiere Ovidio en
el libro 14 de ias transformaciones.
...Accipimus sacra data pocu^a dextra:
quce s'nnul orenti sitie^tes hauslmus ore,
ó٧ te .d tit summnos ٠v ir؛؛a dea d i n capillos;
et pudet et referam. setis horresrere ccepi,
necjam posse queri, pro nobis edere rancum
m urmur , et in terram toto procumbere vuHu.
Lo misuío pr .eticó para convetir en ave á su querido y
desamorado Pico:
Ter juvenem ha culo tetinit tria carmina d ixit
٠
S. JOANNES CHRISOSTOMUS
Tomo I. suorum operum, de Cruce, ad illud
Matth. 16.
Tollat crucem suam, & sequatur me.
Sed ne quis existimaret hoc w tum satis esse, para
tos scilicet esse ad mortem (sunt endm parati & latro
nes, & venefici & parricidae omnes), addidit: & sequa
tur me. Non fortem, inquit, quaero; nec eum qui
appropinquantem mortem non horrescit; sed bonum,
continentem, moderatum,, omnique virtute praeditum.
ET PAUCIS INTERJECTIS
Nicolás Martinez.
י
וויי
Public.ción solemne del auto
Habiendo el tribunal de la santa Inquisición, que
reside en esta ciudad, acordado celebrar Auto gene
ral de fe, para castigo público de los secretos após
tatas de esta cizaña feraz que el cctnún enemigo
siembra entre las mieses, quizás por más envidiadas
del católico campo de España, escogió el día más
á propósito de cuantos lleva el año, que fué lunes
tres de Mayo del presente de mil seiscientos cin
cuenta y cinco, dedicado á la fiesta de la Cruz, pie
dra en que ha muchos días tropieza el judío, para
que dando en ella de ojos abriese los del entendi
miento, qué tan ciegos tiene su obstinación. Esco
gióse con prudentísimo acuerdo el día de la Cruz,
pata desagraviarla de las ofensas que gente de dura
cerviz, imitadora de sus pasados, incrédula de sus
mismas dichas, hace al principal instrumento de
ellas. Este día, pues, quedó la Cruz adorada del ca
tólico amigo y vengada del enemigo infiel, prime
ras y postreras glorias de la pasión de Jesucristo, en
lenguaje del apóstol San Pedro. De esta resolución
se procedió á las acciones exteriores y públicas, ma
teria en que sólo puede ocuparse nuestra relación,
venerando en la majestad y acierto de ella la justi
ficación invencible de las demás que se quedan en
el inviolable secreto de este Tribunal, en quien se
hallan hoy por jueces é inquisidores apostólicos, un
triunvirato de personas tan grandes, que en sólo sus
nombres tienen sus más aventajados elogios. El se
ñor D. Bernardino de la Rocha, prebendado de
esta santa iglesia, colegial del mayor de Cuenca, in
quisidor más antiguo: el Sr. D. Bartolomé Bujan de
Somosa, canónigo de la santa iglesia de Cuenca: el
Sr. D. Fernando de Villegas, colegial del mavor de
gan Bartolomé, y por fiscal dignísimo, el Sr D. Juan
.Marín de Rodesno, colegial del mayor de CuCnCa
en cuyos panegír؛cos nO es licito detenerme, por-
؟ue no quiero malquistar esta relaciOn con su rao־
.destia
-Martes, pues, treinta de Marzo, tercer día de pas
cua que consagra Ja iglesia a la resurrección de Cris״
t ؟N. s. cordero resucitado, que sOJo celebro muerto
el judaismo (no.se Je concedió más) fué célebre en
؟st ؛. ciudad ؟or la solemne publicación del auto, que
se h ؛zo con todas Jas circunstancias d־e grandeza y
-autoridad que pedia la ocasiOn. A las treSde la tar
,de salió de 'los reales alcázares, asiento del Tribunal
el licenciado D. Pedro de Armenia, prebendado de
esja sa ؟ta Ígl ؟to Oficio, que:s¡a secretario del Sa٤
estos días se hallaba ejerciendo él de fiscal, por no
haberle propietario, acOmpafiado de mucho número
-ce ministros, á dar aviso del auto al ilustris'imo y re
verendísimo s^nor D; AntoniO de baldés, obisp ؛d'e
؟sta ciu ؛a؟, y al ilu ؛-trisimo cabildo de la santa igle
sia catedral. Su ״ustrísima le oyó, y en las palahas
y. ؟.orteses demostraciones dio a entender Ja venera
ciOn que hace del Tribunal ؟.pero respondió excusán
dose de asistir, p۶r haber de salir el día siguiente á la
! ؛sita de sus ovejas ؛cuidado digno de tan vigilante
؟-astory.no ser posible volver á Córdoba el día se
halad ؟al auto. Llegó también el dicho fiscal á la
santa iglesia, donde esperaba ya prevenido un dla
f í ü ق٤ﻷﻗﻼل!لísirno cabildo ؛entró en él, sentóse y dió
el recaudo: que brevemente contenía dar avis ؛al
cabildo del Auto general, que se liabía de celebrar
ﻛﺞ٠ ؛٢قﺀ. ﺣﺐ١y٠j para gloria del nombre cristiano,'M
exaltación de nuestra santa fe católica, y confusión
i w l ü l i ü ^ ü ^ ü
de ؛a herejía y convite juntamente, para que acom
pañasen y asistiesen sus capitulares al Tribunal y
cadalso el día referido, aumentando con sus perso
nas la autoridad de la acción. Respondió el señor
doctor D. Francisco Antonio Bañuelos, consultor del
Santo Oficio, .canónigo y maestreescuela de esta
santa iglesia, presidente en su cabildo; y en su nom
bre, con la estimación debida á tan alegre aviso, que
el cabildo habiendo tenido su acuerdo respondería
al Tribunal santo la resolución que tomase. Salió el
fiscal y fué acompañado al despedirse con las mis
mas cortesías, con que fué admitido.
Al mismo tiempo q-ue salió el fiscal para los avi
sos dichos, salió juntamente de los reales alcázares,
D. Iñigo Fernández de Córdoba, Ponce de León,
caballero de la orden de Sant Yago, veinticuatro de
esta ciudad y alférez mayor del pendón real de ella,
familiar del Santo Oficio, á quien el Tribunal eligió
para esta ocasión por su alguacil mayor, por enfer
medad de D. Gonzalo de Cárdenas y caballero de
la orden de Calatrava, veinticuatro de esta ciudad,
teniente de alguacil mayor de este Santo Oficio,
por el excelentísimo señor D. Luis Méndez de Haro,
marqués del Carpió, conde-duque de Olivares, cuya
es la propiedad de esta vara. Iba el alguacil mayor
en un vistoso y hermoso caballo: acompañábale don
Gonzalo de Fiores, secretario del Tribunal y otros
muchos ministros, familiares y caballeros de esta
ciudad, centro de la nobleza española, todos con
vistosas galas y sobre caballos cordobeses, forman
do un escuadrón de caballería, hermoso á la vista y
formidable al infierno. Después de la caballería iba
por infantería una compañía de soldados que tienen
estos reales alcázares, y delante de todo el acompaña-
chirimía utp ة ؟ ر ﻻا s .n .r o de trompetas, alabales y
ﻟﻠﺊ؛؛٢5 اا3ق.’ Pasóoste lucido acompañamiento por la s
Pregón
todos lo s :e c in o s y moradores asistentes
p re sid e n te s en esta ciu d a d de Córdoba, qUe lo S se.
؛ ل ت ت;> غ أ ل م ع ء ! ع٠ ء د ل _
£ اةﻳ ﺔ ؛ﺀ؟ث؛ﻫﺔﺣﺎس؛ة ﺋﻬﺘﺌﺔﺋ ﺮ ﺀةﺋﻪ٠
ﺳ ﺌ ﻲ ﻫﻴﺮﺀ٠ ﺑﺞ
ةاةﺀ ٠
;؛0 س^ﻋﺚ؟ة [إ٠ﻻ .؛ ﻎ ﺣ ﺗﺄ : ه ﻷ ٠ح ¡ )
Nuestro Senor y exaltación de su santa fe católica
I 83 ؛٠ ٠ - ٠—
Disposiciones y antecedentes
En la fábrica de la plaza se trabajaba con toda prisa
y desvelo, cuando sabedor el tribunal ٩ue el exce
lentísimo Sr. D. Luis Fernández de Córdoba, mar
qués de Priego, duque de Feria, trataba de venir á
Córdoba á la celebridad del auto (i), quiso aumen
tarla logrando la ocasión, y escribió carta á su exce
lencia, convidándole para que llevase el estandarte
en la procesión de la santa Cruz, domingo dos de
Mayo. La carta fué remitida al comisario de Monti.
lia, por cuya mano su excelencia la recibió y estimó,
aceptando desde luego el convite. Y como ya corría1
ﻫﺠﺔ؛
el1٢5Santo
ةﻗﺌﺔﻻﻷق {?ﻗﻞع٠ﺣﺔﺀ
Oficio; اﻗﺎﻳﻖ)؛״1٠٢ " ^”اlas
y precediendo ﺟﺎ: ٠diligencias
^ ٠ ﺷ ﺎ!هﺀل؛3ﺣﺎ
or٠8״
de pruebas y jur ؛mentj, fuergn Cr؛eadOs
؛a ؟i٠iar ؟s, cosa de que sus excelencias rn ؟strar ؟n
todapS ؛macion, y ؛str ؛n ؛؛j j las ٧ ؛ner ؛s y cru.z de
-víspera y día de.1 auto, con ge
neral aclamación ! ﺣﻪ٥٥: Ja ciudad, y en especial Je
la gente ؟nte ؟dida, que sabe conoce ؛los fOndoS de
.esta acción discretamente religiosa
p ؟r este mismo tiempo en ؟r0 en esta ciudad el
٥٥ ؟t؛simo y reverendísimo p. Fr. Juan Manera mi.
.ﺀي ״٤٢. اق !ﺀل؛ﺀ ! ه.de ¡a orden de San Francisco, persO-
5 ״٠٩ ״ج ; ? } ﺀ ﻻ-eortos los puestos á la glande
i f j e ! اب;؛؛ﻻéritos Parece disponía D.0S coi? espe؛
0٤ﻟﻞ ﻟﻖ.!:؟:!ﺀاﺀ׳(ل١ ﻗﻞﺀlas circunstancias todas que podían
¡ ajmayor solemnidad del auto? co?a que e.riduc
؛؛pueden bien creer: pues en ello vol ؛ía ؛or su
ca۶sa El reverendísimo padre general fué al Tribu.
׳ ؟donde fiabio, ofreciendo su persona, y religlO-
؛Sima familia ai Ser'vicio del Tribunal, en 1 ؛ocaSón
! ٢f ١ ؟۶ ؟.se esperaba, ofrecimiento a que respon
benevolencia¡ 1 ﺀق ة ﻻﻟﻞ هﺀde toda estimación V
Dos días ant.es, cuatro ministros del Tribunal, de
^orden suyo, avisaron á todas las religiones, que 'sue
Jen concurrir á las ؟rocesioesgUbdcas asistiesen a
tarde? Y ־8 ق؛اق 'قCruz el domingo siguiente por"la
para que su ؛p’relados y seis persona ؛deT asm as
graves de sus conventos, se hallasen al auto, ofre
ciéndoles asiento competente; á que todas ofrecie
ron, como trazos de la fe, su asistencia y sus cora
zones, dedicados á la obediencia del Tribunal. Dios
también avisó, por los mismos ministros, á todas las
iglesias parroquiales, y regulares de la ciudad, ad
virtiéndoles no tuviesen misa cantada, ni sermón, el
día tres de Mayo, consagrado á la celebridad del
auto.
En estas prevenciones se gastaron los días desde
la publicación, y ellas fueron tantas, y de tanto em
barazo, que parecieron los días pocos. Llegó el Do
mingo dos de Mayo, y por la mañana, D. Gonzalo
de Flores, secretario, con otros muchos ministros del
tribunal, echó bando á voz de pregonero, que por
mandado de los señores inquisidores, desde aquella
hora, hasta el martes por la mañana, ninguna per
sona trajese espada, ni pasase en coche por las ca
ñes destinadas para el paso del Santo Tribunal. Así
se cumplió y fué prudentísima disposición, conque
se ocurrió al peligro que fácilmente los discretos te
mían de pendencias, heridas y homicidios, estando
la ciudad tan llena de forasteros, los más venidos de
aldeas y pueblos cortos, gente tan sensible, que el
mirar de un ciudadano los lastima (1).
A las nueve de la mañana la cofradía de la Vera-
cruz, sita en el real convento de San Pedro Apóstol,
orden del serafín de la iglesia San Francisco, con
todos los religiosos de aquel numeroso y venerable1
(1) M ucha e?, según el historiador de este auto, !a delicade
za de los aldeano.. ؛yo no sé en qué pueda fundarse para hacer
les este obsequio: acaso hablará irónicam ente ó sólo de la de
licadeza física, qne aún puede ponerse en duda, porque si se
tra ta de la m oral ésta ciertam ente no es por lo común prenda
de aldeanos.
90 —
٥ ٠ ٠ ٥
(1) P or el contrario, todo aparato de violencia y crueldad en
وﻫﺔه
celes le asistieron y exhortaron religiosos de todas
religiones ؛en ؛ ؛p ؛cia ؛1 ؛fueron á hablar al ta.
' اعmuy reverendo padre maestro fray Antonio
,de Baena, ^rior del codvento Real de San Rabio
jrdet^ de Sa^to Domingo, y el reverendo padre
fray Alonso Henríqu^z de Sanio Tomás ؛y el señor
doctor D. Fernando Gazapo, canónigo magistral de׳
esta santa Iglesia ؛to.dos emplearon sus ؟etras e.n
؟redicarl؟, pero ninguno pudo conseguir el fruto de
convertirle. g de
P r o c e s ió n d e ا0 ةreos
,Amaneció el lunes, 3 de Mayo, día tan deseado
cuya fama dejó ؟asi des ؟obJada la comarca, que
A la s le s deja d i a .de Córdo٩ba٠
A las seis de la mañana salió de los reales alcázares
la procesión de los reos, en esta orden: Precedíala
Cruz de la parroquia, con marga negra, cubierta
de un velo neg٣o, acompañada de los curas y otros
muchos capellanes con sobrepellices. Siguiendo la
Cruz, de quien sus errores la apartaron, por princi
pio de su penitencia, se seguían los reos, cada uno
en medio de dos familiares, y con ellos Antonio de
Agailar, Nuncio del Santo Oficio׳, que hace oficio de
alcaide de cárceles secretas, con su ayudante. Con
los que habían de ser sentenciados á muerte, iban
religiosos graves calificadores del Santo Oficio, por
orden suya. Después las estátuas de difuntos y fugi
tivos ausentes, entre ellas dos cajas de huesos; éstas
y las estátuas ilevaban escritos los nombres de los
que representaban, y cuyos eran los huesos, de le
tras bien grandes, para que todos con facilidad los
leyesen, y después el fuego borrase los nombres y
sus memorias nefandas. Seguíanse dos arquillas cu
riosamente forradas de terciopelo carmesí, guarneci
das de galón de oro, con cerraduras y cantoneras
doradas, en las cuales se guardaban las causas que
se habían de publicar. Cada una de estas arcas iba
en manos de dos familiares. Remataba este orden el
alguacil mayor de la Santa Inquisición, con los se
cretarios del secreto y ministros que llaman titula
res, todos en briosos caballos. Guardaban esta pro
cesión dos mangas de soldados, una á cada lado, así
dispuesta á dos fines: á la custodia de los reos, y á
que despejasen las calles de la mucha gente, á quien
la curiosidad de ver hacen mal mirada. En éste orden
llegó la procesión al cadalso; ya estaba comenzada
la misa por un capellán del Santo Oficio, que al lle
gar los reos suspendió en el introito, y dilató el con
tinuarla hasta después de la absolución de .los des
comulgados; tomó taburete al lado de la epístola, y
■ ' ؛؛
— 96 ٠
٠
■
pete á los pies, y á su mano derecha un pedestal cu
riosamente dorado donde se puso el estandarte de
la fe. Y en frente de él, al lado del evangelio, estaba
otro pedestal que sustentaba la Cruz parroquial. Des
de los púlpitos á las gradas bajas, sobre que estaba
el Tribunal, corrían dos órdenes de bancos rasos, el
primero para los secretarios, que los ocuparon, te
niendo delante un bufete cubierto de sobremesa car
mesí. y encima una de las arcas de las causas: el se
gundo orden de bancos, sirvieron á los religiosos
de Santo Domingo y San Gerónimo ( 1 ) que habían
de leer las sentencias, ayudando en este oficio á los
secretarios, corto número para quien fuera insupe
rable el trabajo de leerlas todas. Delante del bufete
de secretarios, que estaba á la mano izquierda del
Tribunal en banco raso cubierto de un tapete, se le
dió lugar al alguacil mayor D. Iñigo Fernández de
52؛S؟
a I e ،١a cían una fortaleza inacesible. Ocupados todos
.٠۵ asientos en la disposición dicha, quedó formado
٠؛ ٧^ !cairo, por la autoridad de sus jueces apostóli-
| cos5 por la gravedad de sus dos cabildos, por la
asistencia de cuatro grandes de España, por el nú-
me o de sus religiones, por la nobleza de sus caba
lleros, por la virtud de sus eclesiásticos, por las le
tras de sus maestros, por el concurso de todas las
órdenes y grados de esta república, respetable y
i de ،.da veneración; motivando mil secretas
tan religiosamente nos enseña adorar al verdadero
Dios Jesucristro Nuestro Señor.
A este tiempo se levantó el muy reverendo padre
jnaesfro, fray Alonso Henríquez de Santo Tomás, de
la orden de predicadores, tomó la bendición del
sacerdote que decía la misa y subió al pulpito. Tomó
por texto para el sermón, el evangelio del día, naci
do para la ocasión. S ic u i M oisés e x a lta v it serpen
t í n in deserto ٠ Habiendo dicho el nombre del pre
dicador, superfluo será decir del sermón. Baste insi.
m 1.00 د ٠
REOS Y SENTENCIAS
Casados dos voces
Hechiceras
4. ° María Santiago Rabadan, natural de Baena,
de treinta y cuatro años, mujer de Marcos Ibáñez,
vecina de Arjona, por hechicera, salió con insignias
de tal, y desterrada de esta ciudad, y villa de Arjona,
y Madrid, seis leguas en contorno, por tiempo de
^TY
cuatro años.
5. ° María de Montes, natural de Iznajar, vecina
de Alcalá la Real, de edad de cien años, salió por
hechicera famosa; pusósele insignia de tal, y adjura
ción de levi, y desterrada de esta ciudad, y de la de
Alcalá la Real: y villa de Madrid y seis leguas en
contorno por cuatro años.
6 .. Ana Hernández, vecina y natural de Andú-
jar, de sesen٤a aflos, por hechicera; salió coti in ¿ig
A
n
-
nias de tal, .bjuró de levi, se le dieron cien azotas,
y fué desterrada de las ciudades de Córdoba y
dújar, y villa de Madrid, y diez luguas en contorno,
por tiempo de seis aflos.
7. ° María Ortíz, viuda de Diego Martín, taberne
ra, de edad de treinta y seis aflos, vecina de Antiú.
jar, natural de Ocafia, por hechicera, salió con insig
nias de tal, abjuración de levi, y cien azotes, y des
terrada de Córdoba, Andújar y Madrid, y diez leguas
en contorno por tiempo úe ocho años.
Fautores
8. ° José López Peña, natural de Orense, vecino
de Granada, mercader, de edad de veinticinco años,
por fautor, salió en forma de penitente, abjuró de
levi, y condenado en quinientos ducados, y en dos
cientos azotes, y desterrado de Córdoba, Granada,
Villanueva del Arzobispo y diez leguas en contor
no, por tiempo de ocho aflos.
9. ° Gaspar de Olivera, portugués, reconciliado,
que estaba cumpliendo su penitencia, natural de
Bifian, mercader, de cuarenta años, por fautor, salió
en forma de penitente y con doscientos azotes, que
la carcelería y hábito perpetuo que estaba cumplien
do fuese irremisible, y fué condenado en quinientos
ducados y desterrado de Córdoba, Madrid y diez
leguas en contorno, por tiempo de ocho aflos.
1 0 . Isabel de León, mujer del dicho Gaspar Oli
vera, portuguesa, vecina de Córdoba, de edad de
treinta y cinco aflos, por fautora, salió con hábito de
media aspa, abjuración de vehementi, y fué conde
nada en quinientos ducados y que saliese á la ver-
Igüenza por las calles acostumbradas de esta ciudad,
desterrada de ella y de Madrid por tiempo de diez
años y diez leguas en contorno.
Penitenciados
1 ii. Jorge Méndez de Castro, natural de Piñel,
vecino de Ecija, donde fué administrador de algunas
rentas Reales, por judaizante, salió en forma de pe
nitente, abjuró de levi, condenado en mil ducados,
desterrado de Ecija, Córdoba y Madrid y diez leguas
en contorno, por ocho años.
12. Francisco López Peña, natural de Cidadela
y vecino de Alcalá la Real, mercader, de edad de
sesenta años, por judaizante, salió en forma de pe
nitente, abjuró de levi, fué condenado en dos mil
ducados y desterrado de Alcalá la Real, Córdoba y
a
ñ
os.
Madrid y dieguas en contorno, por tiempo de seis
Reconciliados
'0 Francisco Rodríguez de Almeida, natural de
Ame-ida, vecino de Ecija, mercader, de edad de
sesenta años, por judaizante y revocante de sus con
té ؛ones, salió reconciliado en forma, con cárcel y
hábito irremisible, condenado en doscientos azotes
y desterrado de Ecija, Córdoba, Madrid y veinte le
guas en contorno, y adentro de los puertos de mar
y raya de Francia.
21 . Leonor Baez, portuguesa, mujer de Manuel
Nuñez Bernal, mercader, vecina de Ecija, de edad
de treinta y dos años, por judaizante, salió reconci
liada en forma, con cárcel y hábito perpetuo y des
tierro de Ecija, Córdoba y Madrid, ocho leguas en
contorno, por tiempo de seis años.
22. Beatriz de Avila, portuguesa, natural de Al-
me da y vecina de Ecija, de edad de treinta y ocho
años, por judaizante; salió reconciliada en forma con
hábito y cárcel perpetua irremisible, y con destierro
de Ecija, Córdoba y Madrid y diez leguas en contor
no, por tiempo de ocho años.
23. D.a Beatriz Alvarez, natural y vecina de la
Villa de Cabra, mujer de Diego Fernández Páez,
confitero, de veintisiete años, por judaizante; salió
reconciliada en forma, con hábito y cárcel perpetua,
y destierro de Cabra, Córdoba y Madrid y ocho le
guas en contorno, por seis años.
24. Diego Fernández Páez, confitero, vecino de
Cabra y natural de Málaga, de treinta años, por ju
daizante; salió reconciliado en forma, con hábito y
cárcel por un aflo y desterrado por seis de Cabía,
Córdoba y Madrid,
25. Clara Correa, hija de Arias Correa, portugués,
natural de Alcaudete y vecina de Andújár, de quince
años, por judaizante; salió reconciliada en lora;fortv
con hábito y cárcel por dos años, y desterrada de
Andújar, Córdoba y Madrid y seis leguas en con
torno.
26. Arias Correa, portugués, natural de Marialva-
rez, vecino de Andújar, mercader, de cincuenta años,
por judaizante; salió reconciliado en forma, con há
bito y cárcel perpetua y desterrado de Andújar, Cór
doba y Madrid, y diez leguas en contorno, por ocho
anos.
27 Isabel de Prados, portuguesa, descendiente
de judíos, de cincuenta años, mujer de Marcos López
de Prados, tendera, vecina de Villanueva de Andú
jar, por judaizante; salió reconciliada en forma, con
cárcel y hábito por un año, y desterrada por dos de
Andújar, Villanueva de Andújar,،Córdoba y Madrid y
seis leguas en contorno.
28 María
zo Enríquez, portuguesa, vecina ue
mana cmiiquez, de ftnuu·
Andú
jar, de edad de veinticinco años, por judaizante; sa- sa
lió reconciliada en forma, con hábito y cárcel por
un año, y desterrada por tres de Andújar, Córdoba,
y Madrid y seis leguas en contorno.
٠ r ]١ ٠r1 ١ ٠٠ ٠ /־־ T7 C١ ،f١ 1 O I A A .Í 1 ٦ O ۵ ٠٦ / ٠ / ١ ٠ ٦ 4 ־/ ١ ٠٠ ٠ ٦ / ١
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47 ' ؛M:guel Martínez, álias Manuel, mercader,
portugués, natural de Limaos, vecino de .Buja.ance,
de oficio mercader, de sesenta años, por judaízan e,
salió reconciliado en forma, con hábito y cá*ce٤ per.
petua irremisible, y destierro de Andújar, Bujalance!
5ئ أ ﺋ ﺊ ﺀ ة ة0ق. y Ma ٥ ri٥ y ocho leguas e n c o n t.ra .) por
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Córdoba y Madrid y ؛e ^؛legu ؛s en contorno, p .r seis
Maria Rodríguez de Almeida, bija de F .5 5 ؛a۶-
oseo ROddgueZ de A lm eja, portugués, natural de
liliÉ
meses; y desterrada por un afi ؟de Ecija, Córdoba
ﻻة ﺀ ﺟ ﺞ
;؛.'(؛driguez
^ereira, pOrtugués reconciliado, natural
y veemó de Jaén, de veintiún ﺧ ﺔ ﺟ ﻬ ﻠ ﺠ ﺔ ت ؟
judaizante? saliO reCCnCiiadC ؟n foim a.con h ؛ ؛ ؛o
״
؛, es،eةل0ب
cesión de los penitentes se volvio á sus cárcelesP en
de
la misma o٢dJeia con que vinieron al cadalso ؛y en ״
regado ؛á AUtonio AgUil Auncio .de
to ؟fi٩io, que como hemOs dicho ejerc ؛el de ai״
caide de la ؟cá٣ce؛es secretas, y á Ju ؛.n Munoz ¿res
p٠> ﻻ ؟ayudantejueron recogidos a las prisiones de
donde sailieron. Después fué ؟Tribunal acompaña 1״
d(j> ة هlos doos cabildos, y ؛n lleg ؛nd ؛ ؛l ؛s reales
A٠cá ؛ares ؟el Sr. D. Bernardino de León de la Ro.
»ﻷعles d٤ó cumplidamente los agradecimientos de.
^ ^ ؟cisco Antonio Bafiuelo, y al ade״
ا٠ ﻻأD. Juan Vélez de Guevara; por sí, y p٥٢ ٣ 0 5 !ﻻ
ilustnsimos cabildos, á que los dos correspondieron
:on iguales muestras de toda cortesía y| urbanidad^
Aq٧ í se concluyó la grandeza de este día"
ﻵSimiente mart ؛3 ؛ ؛e M ؛ ؛o, el reaj convento
ﺣﻪ٩blo, orden de predicadores, por lafeACn.San P
dad d ؟h ؛j٠s grandes ؟ue lia tenido siempre, y hoy
٠ اﺟﻊﺀinsigne entre todos los de Andalucía, dispuso
una lucidísima procesión, en que llevó la santa Cruz
١..-erde, á quien asistió infatigablemente desde que se
olocó en el altar del cadalso, al Real convento de
San Pedro, orden de San Francisco, donde fué reci
bida de sus gravísimos religiosos, y puesta en su ca-
I ؛illa, con toda veneración y piedad.
Las nueve de la mañana serían cuando los conde-
suidos á cárcel perpetua, fueron entregados al alcai
de de la cárcel de la penitencia que tiene este Tri
bunal. Y los demás condenados á azotes, y vergüen-
u pública salieren de los Alcázares Reales, á las;
dos de la tarde, y á voz de pregonero, que decía los;
delitos causas de aquel castigo, y á mano y penca!
de verdugo, pasearon las calles acostumbradas, en؛
cabalgaduras á propósito. Llevaban delante de si
escolta de soldados, y después de sí al alguacil ma
yor D. Iñigo Fernández de Córdoba Ponce de León,
y un secretario, ambos á caballo. Así paseadas las
E calles, y sufridos los azotes, perseguidos de mucha
chos, volvieron á los Reales Alcaceres de esta In
quisición, quiera Dios, escarmentados.
Y aunque Isabel Baez, entre las reconciliadas fué
condenada en doscientos azotes, y en que le fuese
clavada la mano, se suspendió la ejecución de esta
sentencia, por causas justísimas que habrá tenido el
Tribunal, que no es lícito discurrir, sino venerar.
Este fué el acto último en que se conc’uyó este
día de juicio, viva representación de aquel, en que,
presente la Cruz, seremos juzgados todos. Aquí tu.
dieron fin las demostraciones públicas, en que acre
ditó este santo Tribunal, los dos más propios atribu
tos de Dios Juez, obrando en su nombre misericor
dioso y justo. Aquí se vió la oliva destilar misericor
dia, sobre sesenta y tres pecadores, dándoles libe,
raímente á muchos de ellos la vida, admitiéndolos á
— 120 ״٠٠““
. 1 1 1 1
judaizantes.
.SS
salieron en él.
AUTO DE FE
i r a d o cu Córdoba eX día veinte Xcuatro)
de Abril de wiX setecientos diea i ocbo
en el convento de San Patito det 01 den
.de Santo Domingo
tecedente, ئ;ﺟﺆج?؟;؟ﺗﺌﻪ٠ﺋﻘﺎ
٩.٠ةﻫﻞ5 ﻷnatural de Estepa, de edad de
de vernticua
veinticua.-״
٠1 إ ؛ ؛ إ ؟ ﺣﺎإ’ أ ا ا ذhermana de la re fe ,3 ؛ida,,soltar؟,
d e la n i ؛srn٩ إ؛از1ز ;؛ ﻣﺂ؛ا-; ؛y de veintidós afios de edad
Isabei del Cast llo, casada con Miguel de Hetera
ة ﺟ ﻘﺎ ج ﺀ ﻋﺎ
*٠ M »aS ٥ ٠ HHl
1 ١ k\\\١
RELACION
del Auto de Fe que se celebró por el Tribunal
del Santo Oficio de la Inquisición de Córdo
ba, enel Real convento de San Pablo, orden
de Santo Domingo en de Abril de 1722
Relajados en persona
1. Catalina de Reina y Medina, viuda de Fran
cisco Gabriel de Torres, natural de Burdeos, vecina
de Córdoba, de cincuenta y ocho años de edad, re
conciliada qüe fué por el tribunal de Toledo en el
auto general de 1691, fué relajada á la justicia se
glar, por judaizante, convicta, negativa: y antes con
fesó y dió señales de contrición y arrepentimiento.
2. Diego Herrera, natural de Jaén, vecino de Cór
doba, de oficio botonero de metales, de edad de cin
cuenta y cinco años, reconciliado que fué por el Tri
bunal de corte el año de 1693, fué relajado por he
reje, judaizante, convicto y confesó el judaismo, y
murió con señales de arrepentimiento.
3. Leonor de las Varillas y Lamera, mujer del
antecedente, natural de Madrid, vecina de Córdoba,
de cincuenta años de edad, reconciliada que fué por
el Tribunal de Toledo el año de 1694, fué relajada
136
R e c o n c ilia d o s
6. Diego Rodríguez de Valera de Miranda, veci
no de Bujalence, administador de la renta del tabaco
de la villa de ¡a Rambla, de edad de sesenta v seis
— 137 —
R elajados en persona ٠
1. Antonio Vara de Vergara, natural de Granada؛
de profesión estudiante, de edad de cincuenta y sie
te años, reconciliado que fué por dicho tribunal el
año de 1698 por proposiciones heréticas, por relap
so en ellas, salió al auto con insignias de relajado, y
fué entregado á la justicia y brazo seglar y condena
do en confiscación de bienes: murió confeso y con .
señales de arrepentimiento.
2. Juan Fernández Díaz, natural del Colmenar,
Obispado de Málaga, vecino de Córdoba, de oficio
tratante de seda, de edad de sesenta y ocho años, re
conciliado por el mismo tribunal el año 1693 por
delito de judaismo, fué relajado á la justicia y brazo
seglar y condenado en confiscación de bienes: mu
rió confitente de ellos, y con señales de arrepenti
miento.
3. Juan Félix del Castillo, natural de Granada,
de oficio tratante de seda en Córdoba, de edad de
140
Restituido á la cárcel
9. Gaspar Enríquez, vecino de Casada, conde
nado á relajación por judaizante, convicto, impeni
tente y negativo: estando en el tablado pidió au
diencia y fué mandado restituir á su cárcel.
Reconciliados en forma
10. Clara Serafina Carrillo, natural de Ecija, mu
jer de Juan José del Pozo, reconciliado, de edad de
diecisiete años, judaizante, fué reconciliada y con.
denada en confiscación de bienes, hábito y cárcel
por seis meses. ٠ y ce
11. Félix Miranda, natural de Madrid, mercader
en la villa de Rute, obispado de Córdoba, de edad
de treinta y dos años, fué reconciliado .estando con
sambenito de dos aspas, y condenado en confisca״
ción de bienes, hábito y cárcel perpetua.
٠1 2 . Pedro José de Torres, natural y vecino de la
villa de Alcaudete, de oficio voticario, de ed¿d de
treinta y cinco años, salió al auto con sambenito de
dos aspas, fué reconciliado y condenado en confis
cación de bienes, hábito y cárcel perpetua irremisi
ble, y que al día siguiente le diesen doscientos
azotes.
13. María Lima, natural de Estepa, vecina de
Rute,, mujer del dicho Félix de Miranda, de edad de
veinticuatro años, salió al auto con sambenito de
dos aspas, fué reconciliada y condenada á hábito y
cárcel perpetua irremisible, y que al día siguiente le
fuesen dados doscientos azotes.
14. Ana Gómez, natura! de Fregenal de la Sierra,
Provincia de Extremadura, de edad de veintiséis
años, mujer del dicho Pedro José de Torres, salió al
auto con sambenito de dos aspas, fué condenada en
confiscación de bienes, hábito y cárcel perpetua.
15. Catalina Antonia de Acosta, natural de Mur
cia,, vecina de Lucena, de edad de veintiocho años,
mujer de Manuel de Acosta, reconciliado por el San
to Oficio, salió al auto con sambenito tíe dos aspas,
fué reconciliada, condenada en confiscación de.bie-
nes, hábito y cárcel perpetua irremisible, y doscien
tos azotes. ’Y
16. Beatriz Gómez, natural de la villa de Porcu..
na* mujer del dicho Juan Fernández Díaz,, relajado؛.
de edad de sesenta y dos años, salió al auto con sam
benito de dos aspas, y fué reconciliada y condenada
en confiscación de bienes, hábito y cárcel perpetua
ir ؟f ‘ a ؛،?٥ ״u 1 ، " K ٠Sur٥l d، la villa d، P■־
drera, de la Vicaría de Estepa, vecina de Córdoba,
soltera de edad de dieciocho años, sa؛ió al auto con
sambenito de dos aspas, íué reconciliada y condena
٠
׳. .
P e n it e n c ia d o s p o r fa u to r ía
24. Carlos Felipe, natural de Madrid, de edad
Je cuarenta y nueve años, de oficio ejecutor de jus
ticia, por fautor de herejes é infiel en su oficio en
favor de ellos; salió al Auto y se leyó §u sentencia
con méritos, abjuró de le v í y fué absuelto ad caa-
tclcLJTi, y condenado en ocho años de destierro y
ocho leguas en contorno de Madrid y Sevilla, y los
cinco primeros los cumpla en las galeras de S. M. al
remo y sin sueldo, y al día siguiente se le dieron
doscientos azotes por las calles públicas.
P e n it e n c ia d o s p or c a s a d o s d o s v e c e s
٤5؛. Alonso Martín, natural de Llerena, vecino
de Córdoba, oficial del matadero, de edad de cua
renta años, salió con insignias de casado dos veces,
abjuró de lev i, y fué gravemente advertido, repre
hendido y conminado, y condenado en seis años de
destierro y ocho leguas en contorno de Llerena, Mé٠
nda y Madrid, y que los cinco primeros los cumpla
en las galeras de S. M. al remo y sin sueldo, y al
,día siguiente le fuesen dados doscientos azotes
26. Cristóbal Ximénez, natural de la villa de
Aguilar, de oficio vender coplas y comedias por los
lugares, de edad de treinta y un años, salió al auto
con insignias de casado dos veces, adjuró- de levi,
y fué gravemente advertido, reprehendido y conmi
nado, y condenado en ocho años de destierro, y
ocho leguas en contorno de Barbastro, Aguilar y
Madrid, y que los cinco primeros los cumpla en las
؛٠ leras de S. M. al remo y sin sueldo, y al día si
guiente le fuesen dados doscientos azotes por las
calles públicas.
En 23 de Abril de 1724, se celebró Auto en que
quemaron los huesos de María Josefa Fernández,
hija de Juan Fernández que fué quemado en 1723,
los cuales fueron exhumados en 14 de Abril del mis
mo afío, de h parroquial de San Nicolás de la Villa
u٧11 Je estaóa enterrada desde 1719 en que había
muerto.
En 2 de Julio del mismo año de 1724 se celebró
otro Auto en la capilla del Tribunal.
R ELA C IO N
de- Auto de Fe que el domingo 12 de Mayo
de este presente afio de 1726 ha celebrado el
Santo Oficio de laInquisición de ciudad y
reino de Córdoba en la capilla de San Acasio
de los Reales Alcázares
R s c o n c ilia d o s en p e r s o n a
1. Manuel Pérez Enríquez, natural de la Villa de
Lumbrales, obispado de Ciudad Rodrigo, vecino y
mercader en la villa de Baena, de edad de cincuenta
y cuatro años, por delitos de judaismo; fué reconci
liado con confiscación de bienes, hábito y cárcel
perpetua irremisible.
2 . Francisco Pérez Enríquez, hermano del ante
cedente, natural de Ciudad Real, vecino y mercader
de dicha villa de Baena, de edad de sesenta y dos
años, por los mismos delitos de judaismo, fué re
conciliado con confiscación de bienes, hábito y
cárcel perpetua irremisible.
3. Ana de Aguilar, mujer de dicho Manuel Pérez
Enríquez, natural de la villa de Miguel Turra (en la
Mancha) vecina de Baena, de edad de treinta y ocho
. . . أ48 - -
Reconciliados en forma
8. Diego de Matos, natural de la vilia' del Barco
؟؛bispado de Avila) vecino que .fué del lugar de la
Sierra de Yeguas, dé la vicaria de Estepa, de oficio
boticario y notario Apostólico, difunto en edad de
cuarenta y ocho aflos, murió en estas cárceles, con..'
fitente en .el judaismo con señales de arrepentimien
to, y se le administraron los Santos Sacramentos;
salió reconciliado en estatua, con confiscación de
bie es.
9 . Inés de Castro y Almeida, natural y vecina
que fué de la villa de Alcaudete, obispado de Jaén,
y mujer de Francisco de Torres, arrendador del ta
baco y alcabalas en dicha villa, y presa en este Tri،
bunal, murió en estas cárceles en edad de cincuenta
y tres años, confitente en el judaismo, dando mues
tras de. su arrepentimiento, habiéndosele adminis
trado los Santos Sacramentos. Salió reconcilada en
estatua, con confiscación de bienes.
P e n it e n c ia d o s p or b ig a m ia
10. José Sánchez de Rivera, natural de Málaga,
residente al tiempo de su prisión en Ecija, de oficio
tonelero, de edad de cincuenta y dos años, por ca
sado dos veces; abjuró de levi y fué gravemente
advertido, reprehendido y conminado, y desterrado
de esta ciudad, las de Ecija, Málaga y villa de Ma
drid y ocho leguas en contorno, por ocho años, y
los cinco primeros los cumpliese en las galeras de
Su Majestad al remo y sin sueldo, y al día siguiente
al Auto doscientos azotes.
RELACION
del Auto de Fe que el domingo 15 de Mayo de
este presente año de 1728 ha celebrado el
Santo Oficio de la Inquisición de la ciudad y
reino de Córdoba, en la capilla de San A casto
de los Reales Alcázares
Relajados en estatua
1. Beatriz Gómez, mujer de Manuel Rodríguez;
difunta, se la siguió causa contra su memoria y fama,
y fué condenada á que saliese al Auto con estatua
que representase su persona, sambenito y coroza de
llamas, por hereje judaizante, convicta, con confisca 1،
ción de bienes, y fué relajada en estatua,, con sus
٠w
Relajada en persona
10. Rafaela María Fernández, natural de Málaga
y vecina de Córdoba, de oficio costurera, viuda de
Francisco Fernández, relajado que fué en estatua
por dicha Inquisición en 23 de Abril de 1724, y de
edad de sesenta y seis años; salió al Auto con sam
benito y coroza de llamas, por hereje, judaizante,
convicta, negativa, relapsa, y fué condenada en con
fiscación de bienes y relajada á la justicia seglar, y
habiéndosela notificado la sentencia confesó en par
te sus delitos y dió señales de arrepentimiento.
156
Reconciliada en estatua
11. Isabel Porras, hermana del dicho Francisco
Antonio de Porras., número 8 , natural y vecina de la
villa de Rute, mujer de Pedro de Llama, sin oficio y
de edad de cincuenta y tres años, hereje, judaizan
te, confesa, difunta en las cárceles, donde antes de
morir, por haber dado muestras de arrepentimiento
y conversión, fué reconciliada en forma, abjuró sus
errores y se le administraron los Santos Sacramen
tos. Salió al Auto en estatua, que representó su per
sona, con sambenito de dos aspas, se la leyó su sen
tencia en señal de haberse convertido á nuestra San
ta Fe Católica, y fué condenada^ en confiscación de
bienes, y á su cadáver se le dio sepultura eclesiás
tica.
Reconciliado en persona
12 . Diego Fernández del Castillo, natural de di
cha ciudad de Córdoba y vecino de Cabra, sin ofi
cio, soltero, de edad de cuarenta y ocho años; salió
al Auto con sambenito de dos aspas, fué reconcilia
do en forma por hereje, judaizante, confeso, y con
denado en confiscación de bienes, hábito y cárcel
perpetua irremisible, y en doscientos azotes, que no
se le dieron por sus achaques.
Abjuración de «vehementi»
13. Francisco Díaz, natural de Villamayor, en
la Mancha, vecino de Alcaudete, soltero, sin oficio,
de edad de treinta años; salió al Auto con sambeni
to de media aspa, abjuró de vehementi, por culpas
·“— 157 -
.de judaismo, fué absuelto ad cautelam y conde.ua
do en perdimiento de .la mitad de sus biene؟, .y des
te ؛ ؛.ido de esta ciudad y las villas de Alcaudete, Vi
lia .Mayor y esta corte, con ocho leguas en contorno
.por espacio de cinco años
«Abjuración de «ievi
;Francisco Rodríguez Matos, natural de Vi .14
llamayor, en la Mancha; vecin ؟de s ؛l ؟en el ,bra٢
obispado de Córdoba, sOltero, de ؟dad de cincuenta
y un año, y oticio de hacer caj٠. ؟s de ؛oncha, recon־
ue
٩ fué por la Inquisición de Cuenca en 4 de cihado
Septiembre de 1701 por judaizante ؛.salió al A ؟to
en torma de penitente, abjUró de levi) la sospecha
de relapsia en el mismo delito, f ؟-é gr٩vemente re
prehendido, advertido yconminado , ^ ؛e ؛t ؛rradod ؟
-dicha ciudad .de Córdoba, villas de. Alcaudete, Lu
que, Villamayory esta, corte, con ocho leguas en
co ؟torn ؛ ؛ ^ ؟.r tiempo de seis f o s
Mana Inés Guerrero.de Gálvez, natural .de .15
,la vlla de Aguilar y veci.na de la ciudad de Ecija
de ofico costurera, y .de edad de cuarent ؛años; salió
-al Auto con una vela en sus manos, en forma depe
nitente, por el delito de la Poligamia ؛se la leyó su
sentencia con mé ؛t ؟s y ؛u ؛-gravemente reprehen
dida, advertida y conminada, y desterrada d؟. _di.؟ha
,ciudad de CórdOba, la de Ecija y villas de Aguilar
Baena y- est'a corte׳, y ocho leguas en contorno, por
tiempo y espacio de seis afios.
DOM INGO
4 de Marzo da 173, celebró Auto el Tribu
nal en el convento de San Pablo y salieron
las personas siguientes:
Relajados en estatua
José de Sabariego, alias el Rubio, ausente fugiti
vo, de edad de cuarenta años, que tuvo los tabacos
en Murcia y Baeza; salió al auto por culpas de ju
daismo, con sambenito y coroza de llamas. Su es
tatua fué relajada á la justicia seglar y él condenado
en confiscación de bienes.
Antonio del Aguila, natural de Beas, en Murcia,
médico y vecino de Baena. de edad de setenta años,
difunto en cárceles secretas, fué condenado á rela
jación en estatua, con sus huesos, por hereje, judai
zante, convicto y negativo, y en confiscación de
bienes.
Ana de Matos, natural de Villamayor, en la Man
cha, obispado ·de Cuenca, vecina de Alcaudete,
viuda de Diego Díaz, de edad de sesenta años, di
funta en cárceles del Santo Oficio, fué condenada á
relajación en estatua, con sus huesos, por hereje,
judaizante, convicta, negativa y relapsa, y en con
fiscación de bienes.
Ana López Violante, natural de Lorca, vecina de
Rute, viuda de Salvador de Porras, panadera, de
edad de setenta y tres años, difunta en cárceles se.
, cretas, fué condenada á relajación en estatua, con
sus huesos, por hereje, judaizante, convicta y nega
tiva y en confiscación de bienes.
R eco n ciliació n p o r ju d a is m o
José Manuel Suárez Breñales, natural y vecino
de Alcaudete, sin oficio, soltero y de edad de cua
renta y un años; f ié reconciliado en forma por he
reje judaizante, y condenado á hábito y cárcel per
petua irremisible, confiscación de bienes, doscientos
azotes y cinco años de galeras.
II
Llegó en esto á España el rey Felipe I. y tomó
las riendas del gobierno de Castilla en Junio de 1506.
El obispo de Córdoba, Juan Daza, le dió cuenta de
tirarse á su arzobispado de Sevilla y delegar^sus fa٠
cultades de inquisidor general en D. Diego Ramírez
de Guzrnán, obispo de Catania, residente en la cor
te. Disponiendo luego que todos los procesos y pa
peles del asunto fuesen vistos en el real y supremo
Consejo de Castilla, con asistencia del inquisidor
general, y suspendiendo de oficio á Lucero y de
más ministros de la Inquisición de Córdoba.
Por desgracia, murió Felipe I el 25 de Septiembre
del mismo afio, y el asunto tomó enseguida otro as
pecto, pues apenas supo su muerte Deza, el arzobis
po de Sevilla revocó la delegación hecha sin su
voluntad en el obispo de Catania, y volvió á ejercer
su potestad de inquisidor general, desbaratando el
P١E٠1 pueblo de Córdoba, con el marqués de Priego
á la cabeza, abrió las cárceles de la Inquisición el 6
de Octubre de 1506; sacó todos los presos, que eran
innumerables; prendió al fiscal, á uno de los dos se.
cretarios, á varios ministros subalternos del Tribu
nal, y hubiera preso al inquisidor Lucero, si no se
pone en salvo con tiempo.
Acobardóse con este suceso de tal modo el arzo
bispo de Sevilla, que temeroso de morir, renunció
el empleo de inquisidor general y se retiró con m٤٠
precauciones á residir en su iglesia, con lo cual re
nació la tranquilidad en Córdoba,
- 17
■■■ ־ ־ ״ ·: . . c. : III
IV
El reconocimiento de los procesos hizo creer al
cardenal Cisneros que el asunto merecía tratarse con
Cuanta consideración fuese posible para el acierto,
por haber sido tan ruidoso y tener que dar satisfac
ción á multitud de familias honradas de toda Espa.
180
٠٠ ,٠٠.٠٠■
٠־٠٠٠· *■»«oca*