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ARQllITECTURA

Clasicismo nórdico (19 l 0-1930). L'l!> observacion e!> de Qua- cosa con la que "primitivo"
tremére !>Obre los que eran in- no encaja en absoluto. Lo que
Exposición en la sa la de la Dirección Gen era l ca p aces de distinguir entre el Renacimien t0 querría recu-
de Arquitectura. M.O.P.U. mode lo y tipo, entre imitació n perar era una arquitect ura so-
litera l e imitación moral (o fist icada, equ iva len te a los
convenciona l) podrían wmar- textos clásicos. Cieno es que
Organizada por e l Museo d e Arquitec tura Finlande- se pe rfectamente como una esta tradición nos ha legado
sa, en colaboración con los de Suecia y Noruega y la crítica a Violle t, que negaba un tratado, e l de Vitrubio, que
R ea l Aca demia Da n esa de Bell as Artes, se h a expues to en que el templo de piedra fuese con tiene, entre o tras cosas, el
la sa la d e la Dirección G e n eral d e Arquitectura y Vivi e n- una imitación de una estruc- mi t0 de los orígenes. El Rena -
da (M.O.P.U. ), la e xpos ic ión del título , compuesta por tura de madera. simp lemente cimiento, sin emba rgo, no
una magnífica y comple tísima co lecció n de p la n os y porque no era copia exacta. pretendía llegar a estos oríge-
dibujos orig inales y d e fotografías sobre el novecenti smo Quatremére aprobaba la ar- nes, sino a l resu ltado final de
quitectura g riega porque era una cu ltura compleja. La pie-
arquitectónico de los países nórdicos.
imitación de un acto origina l, dra de wque de es ta cultura
As imis m o, la Dirección General de Arquitectura ha la represen tación de un a idea era un siste ma estético que
editado en cas tellano el cuidado catálogo d e la muestra de la n atura lela, y Viollet por- tanto en literatura com o en
con la inclus ión completa de las obras y con a lgunos que no era una imitación en los o tros ca mpos artísticos , era
en sayos tanto actua les como d e la época. La Direcció n absolu to, sino un acto origi- com p leta men te distinto a los
Genera l ha organizado igualmente un ciclo d e con- na l ligado a la nat ura leza de prop ios de o tras culturas. En
ferencias. los materiales, la expresión de " Mímesis", Er ic Auerbach
A con tinuación insertamos un pequeñ o e n sayo d e l las fuerzas natura les. describe la litera tura clásica
pro fesor Ala n Colquhoun, ya publi cado en inglés, y L as con sideraciones a nte- como caracterizada por "un
·escrito especia lme nte como comen tario sobre e l te ma. riores avudan a ver cómo "ver- abundante despliegue de con-
náculo'; y "élásico", pueden junciones, una precisa gra-
combinarse gracias a las con - duación de oraciones tempo-
Clásico, pnm1t1 vo, vernáculo no taciones comunes de primi-
tivo que tienen , a pesar de lo
rales, concesivas y comparati-
vas y de construcciones de par-
Alan Colquhoun que las teorías románticas y ticipación", y con trapone es-
sus derivacio nes modernas po- tos ele mentos a los textos bí-
dría n inducir a creer. P or otra blicos y medievales, a su ten-
parte, muestran los punws co- dencia a "dar juntas imágenes
El reciente interés por el caba una a rquitectura basada munes e ntre los que hoy bus- independientes, como en un
neoclasicismo esca ndinavo de en los m odelos antiguos, hu- can las motivaciones irreduci- hilo de perlas" y a "dividir el
los primeros a ños veinte ha biese a parecido contemporá- bles de la arq uitectura en un curso de los acontecimientos
rev italizado la vieja expresió n nea mente a l término románti- clasicismo primitivo, y las en un mosaico de imágenes
de "Clasicismo vernáculo". A co. No es, p u es, sorprendente ideas de Viollet y Quatremére. separadas". Este a n á lisis pue-
pri mera vista, el ligar estas no encontrar este úl timo tér- Todo esto revela la necesidad de aplica rse también, en lí-
dos pa labras parece, com o po- mino e n e l dicciona rio de de creer en una realidad natu- neas genera les, a la arquitec-
co, sorprendente, pues desde Qua tremére, pero su a usen cia ra l a la que, al fin, la forma tura, y lo que emergería tras
el roman ticismo la tradición en el de Vio llet le Duc (e in- arquitectó nica se refiera, una esta crítica formal es que exis-
clásica se oponía precisamen - . cluso en el de Ernest Bosc) es correlación objetiva que ga- ten dos activas tradicion es en
te a la "vernácula", cas i siem- más sorpre ndente. Es p reci so ra ntice que el signo a rquitec- e l a rte e uropeo, tradic ion es
pre con ventaja para la segun- concluir, pues, que la teoría tura no se refiere simple men- que podría n ser lla madas hi-
da. El clasicismo representaba de la segunda mitad del siglo te a otros signos, en infinita potaxis clásica y parataxis n o
lo que era rígido y acad émico: XIX, así como la teoría n eo- regresió n , sino que, a l fin, lle- clásica.
no o lvidemos que la palabra clásica establecían una distin - g ue a una verdad onto lógica. Esto es lo que confirma la
"clásico", se refería original- ción fundamental entre la a r- Si el movimiento moderno h a interpretación romántica del
mente a las c uatro primeras quitectura de la Antigüed ad y sido un intento pa ra escapar clasicismo, pues fue precisa-
clases sociales enunciadas por la del R enaci m iento, distin- a este mismo tran scurrir, n e- mente la estructura paralácti-
Servio Tulio. Su aplicación ción que convertía en dema- gando que la historia se pue- ca del arte medieva l lo que
me tafórica en los estilos litera- s iado ge n érico e l té rmino da presentar com o un· calei- atraía a los rom ánticos, y que
rio s co nfirió a la escritura "clásico" com o pa ra que tu- doscopio de valores relativos se encuentra en las formas ver-
"clásica" un m a rch amo de ar- viera a lg ún va lor c rítico. De y mutables, por lo que se- náculas nó rdicas.
tificiosidad y de clase domi - hecho tanto Qua trem ére como ría lógico e leg ir únicamen- La ma nera paraláctica de
nante, serie de asociaciones que Viollet consideraban la a rqui- te aquéllos del momento ac- poner las cosas juntas una a l
llevaron a considerar la arq ui- tectura antig ua fundada sobre tual. lado de otra, podría parecer
tectu ra como un a rte liberal. la natura leza, y los dos se in- Todavía, y a unque ya este- contradictoria con la teoría
P o r o tra parte, la a rquitec- teresaron por la a rquitectura mos en condiciones de reinter- romántica de la forma orgáni-
tura vernácula era considera- prim itiva. Para Qua tremére pretar la arquitectura de la ca. Sin embargo, es precisa-
da el p roduc to espontáneo de era el resultado de una esci- Antigüedad en términos de es- mente la esponta n eidad y la
una sociedad indígena y "or- sió n debida a deformaciones te género de prim iti vism o, falta de j erarq uía lógica lo
gánica". Esta era la o pinió n cultura les, económicas y cli- quedan a lgunas dudas respec- que pareció a los románticos
de los reformistas del sig lo mát icas, el núcleo o rig ina l to a la ideniificación entre ar- la evidencia de una estructura
XIX, desde la forma re li giosa que se ha ría visible en todos quitectura vernácula y clásica. y de un principio interno más
y "regresiva" de Pug in , a la los desarrollos posterio res. Pa - Cier tamente lo que se con oce profundo. La mente clásica
laica y "progresista" de Vio- ra Violle t se trataba de una de como a rquitectura clásica es había deseado corregir el de-
llet le Duc. las diversas formas cultura les el producto de una arquitectu - sorden s uperficia l y la ilimita-
Fue Frederich Shlegel el de Europa, cada una de ellas ra mediterránea y vernácula. da variedad de la naturaleza
que primero utili zó la anti no- destinada a transformarse ra- P ero, la única aproximación de acuerdo con un idea l tipo-
mia "clásico / romántico" para dicalmen te por e l progreso de que podemos hacer a esta ar- lógico. La idea de imitación
el a rte. la hi sto ria. Su s ideas con res- quitectura vernácu la es a tra - de la n atura leza implicaba la
Podríamos espera r que el pecto a l con cepto d e imita- vés de o tra pública y religiosa identificación de la estructura
término clásico, que ident ifi- ción también eran distintas. de gran refinamiento estético, subyacente de ésta con la par-

l ·1 Opinión.
ARQUITECTURA

te racional de la mente hu -
mana. BEDRE BVGGESKIK
Para los románticos, por el N\RS BERETNJNG
contrario, esta est ruct ura sub- 19 23
yacente dependía de un prin-
cipio creativo que era anterior
a la razón, y el proceso de la
creación artística estaba basa-
do en este mi smo principio.
El Arte era menos una imita-
ción de la naturale,a que ell¡,
mi sma operando dentro de la 00
DO
intel igen cia huma na. DO
00
Lo que hoy descubrimos en 00
los au tores del clasicismo ver-
náculo es una combinación de
estas dos tradiciones. C,0n su
" primitivismo" la teo ría de
Quatremére sobre la imita-
ción sostenía que el lenguaje
com·enc io na l del arte debería
de mediar emre la realidad y l. Poul llolse. Casa propia ,
su representación, lo que lle- Copenhague, 1923.
vaba a l m áx imo desarro llo de 2. C. Petersen, l. Bentsend.
Concurso para la wna de la
las estructuras hipotácticas y estación para ferrocarril de
de una orga ni ,ación artística Copenhague, 1919.
a rtiíicial, fruto de una larga 3. A ino Aalto. Vil/aflora,
tradición cultura l. Por el con- A /ajarvi. Dibujo y fotografía de
trario, el romanticismo, asu- la casa, 1925.
4. E. Thomsen. E.1nula
miendo una relación no me- Secundaria en Oregard,
diatinda entre arte y rea lidad, 1922-1 924.
tendía a represe111ar (•sta por 5. C. Ta ucher. l'i1•ie11das
m edio de fragmentos inco- municipales para obreros,
nexos y yuxtapuestos. Ade- Hels111ki. 1925-/926.
más, es cierto que el mismo 2
arte clásico suministraba un
modelo pa ra este proceso tan -
to en el caso de composiciones
amplias (com o la acrópo lis
griega y la villa de Adrian o)
como en el trata miento del es-
pacio, en las pin turas y ba-
jorre lieves propios de los ro-
manos. Esto es, tal ve, , e l
ejemplo más evidente del fa l-
so entendimien to del clasicis-
mo en el arte y en la arq uitec-
tura postrrenacentista, en la
que la orga nización hipotácti-
ca de los ediíicios indepen-
dientes, o de las íig uras, se
extienden a la organÍ/.ación
espacial de inmensos pa lacios
y proyectos urbanos. Los mo -
dernos primitivos clás icos, co-
mo León Krier, rechazan esta 3 4
inílacció n renace111is ta de la 5
hipotaxis y organi,_an conjun -
tos de ediíicios según un mo -
do para táctico y reconduce as í
su obra a las teorías propias
del rom a nticismo y del 11eo-
gótico.
Parece, pues, que cada épo- m· ffi lil rn
ca tiene un modo peculiar de
volver a l clasicismo. El "clasi- ffi [1 fI] m [TI 111
cismo vernáculo" n o qu iere
ser un rea lismo a ntig uo, sino ffi''[I], fl .. í'l ¡ l .. ! 1 m . . rn
una amalgama de fantasías
neoclásicas sobre la arquitec-
tura antig u a y primitiva jun -
to con aqu éllas otras proce- ' '• • • '• ' •',.., A• .,. "''•"' ' •••••"., ,.,'''" ,, • •'
dem es del propio siglo XIX
sobre la sociedad orgánica.
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