Psicologia II U01

Sumario │
1
UNIDAD
DIDÁCTICA
CONCEPTO Y DEFINICIÓN
DE PERSONALIDAD
OBJETIVOS DE LA UNIDAD
1. Introducción a la definición de la personalidad

2. La etimología de personalidad
3. Los niveles de análisis conceptual
3.1. La personalidad como variable diferencial
3.2. La personalidad como sistema
3.3. El modelo bio-psico-social
3.4. El modelo modular de procesos
4. La personalidad como sistema de procesos

5. Complejidad y singularidad del sistema de personalidad
5.1. La singularidad biológica
5.2. La singularidad psíquica
6. Características de la personalidad como sistema

6.1. La totalidad
6.2. La retroalimentación
6.3. La indeterminación
7. Conceptos afines a la personalidad: carácter, temperamento, estilo de vida

7.1. Carácter
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│ Sumario
PSICOLOGÍA DE LA PERSONALIDAD
7.2. Temperamento
7.3. Estilo de vida
CONCEPTOS BÁSICOS A RETENER
EJERCICIOS VOLUNTARIOS
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Sumario │
B. Moreno Jiménez Concepto y definición de personalidad
 OBJETIVOS DE LA UNIDAD
El objetivo global de esta primera Unidad didáctica es dotar al alumno de un marco
conceptual de la personalidad que le introduzca al estudio de la personalidad como una
realidad compleja y singular. Para ello se presentan diferentes niveles de análisis del
concepto y las características de la personalidad como sistema.
Los objetivos más específicos de la Unidad didáctica son:
• Presentar algunas definiciones históricas.

• Exponer el origen etimológico del término.
• Formar al alumno en una concepción compleja de la personalidad como
sistema de procesos.
• Exponer la personalidad como un sistema singular.
• Presentar las implicaciones teóricas y clínicas de un modelo no lineal de la
personalidad.
• Mostrar los términos similares en el estudio de la personalidad.
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│ Sumario
1. INTRODUCCIÓN A LA DEFINICIÓN DE LA PERSONALIDAD
El término de personalidad se usa ampliamente tanto en el lenguaje coloquial como en

el científico. En el lenguaje coloquial la alusión a la personalidad de alguien o de uno mismo
es frecuente, habitualmente con un tono evaluativo. Se dice de alguien que tiene una «gran
personalidad», o por el contrario que carece de ella. Igualmente, se suele usar para matizar
la forma habitual de comportarse o de ser de las personas, y así se dice «es una personalidad
agresiva», o bien se dice de alguien que tiene «una personalidad sensible». El término de
personalidad, en el lenguaje coloquial de las personas de la calle, suele ser frecuente y usar-
se para referirse tanto a las formas habituales de comportarse y de actuar, como a los aspec-
tos diferenciales y estables que diferencian a unos de otros. Es el uso coloquial del término.
Uno de los psicólogos de la personalidad más conocidos, Hans Eysenck, ha escrito

que, sin duda alguna, tanto en el lenguaje coloquial como en el científico, el término de
personalidad es profusamente utilizado sin que tenga una definición única y unánime-
mente compartida. De hecho, un gran porcentaje de autores importantes de la disciplina
psicología de la personalidad ha optado por proporcionar su propia definición, índice de
la importancia concedida a encuadrar de forma personal el objeto de estudio. Es impor-
tante señalar que definir un concepto es señalar el propio campo de estudio acotándolo e
indicando, directa o indirectamente, la metodología de estudio. Desde esta perspectiva,
una definición no debería ser considerada tanto en términos de verdad o falsedad como
de utilidad o inutilidad, de productividad o esterilidad.
Gordon Allport (1937), uno de los autores fundadores de la psicología de la perso-

nalidad como disciplina científica, indicaba en los albores de su estudio que existían al
menos cinco tipos de definiciones: aditivas, integrativas, jerárquicas, adaptativas y distinti-
vas. Las definiciones dadas posteriormente pueden igualmente encuadrarse en este marco.
• Las definiciones aditivas u ómnibus consideran la personalidad como la

suma de los diferentes aspectos que definen al individuo. Eysenck (1947)
daba la siguiente definición:
«La personalidad es la suma total de los patrones de conducta

actuales o potenciales de un organismo en tanto que determinados
por la herencia y el ambiente.»
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Sumario │
• Las definiciones integradoras enfatizan el aspecto organizado y estructu-

rado de este conjunto. Allport (1961) definía así la personalidad:
«La personalidad es un sistema contenido en una matriz de sis-

temas socioculturales. Es una estructura interior encajada en estruc-
turas exteriores y en interacción con ellas.»
• Las definiciones jerárquicas añaden que en dicha organización existe una

jerarquía, de manera que unas partes tienen predominio sobre otras. Por su
parte, las definiciones adaptativas insisten en la personalidad como forma
de ajuste del sujeto al medio. Walter Mischel (1976), uno de los autores que
a partir de finales de la década de los años sesenta ha contribuido al cambio
de la psicología de la personalidad la considera como:
«Los patrones típicos de conducta, incluidos pensamientos y

emociones, que caracterizan la adaptación del individuo a las situa-
ciones de la vida.»
• Las definiciones distintivas hacen hincapié en la personalidad como dife-

rencia singular y única. La definición de Guilford (1959), uno de los auto-
res que puso las bases de la psicología de las diferencias individuales y del
estudio de la inteligencia, la definía precisamente como:
«La personalidad de un individuo es su patrón único de rasgos.»
Las diferentes definiciones expuestas son complementarias entre sí y exponen prin-

cipalmente el énfasis que los diferentes autores hacen de algunos de los aspectos de la
personalidad. La personalidad es, en principio, todo lo que las diferentes definiciones de
personalidad han aportado. Lo importante es el marco de estudio por el que se opta, su
amplitud y su fundamentación teórica y metodológica.
2. LA ETIMOLOGÍA DE PERSONALIDAD
La referencia al origen etimológico es importante pues proporciona el marco his-

tórico conceptual que ha dado lugar a la necesidad del término y a sus formas de uso.
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│ Sumario
Ibáñez y Galdón (1985) lo sitúan en el término etrusco phersu que indica el daimon o
demonio personal de cada sujeto que lo hace único e imprevisible. También aluden al
término griego prosopon o máscara que debía usar el actor griego y que definía al per-
sonaje y su acción a lo largo de toda la obra. El prosopon griego dictaba la imagen con
la que era visto cada personaje de la acción dramática y que generaba una expectativa
de conducta a lo largo de toda la obra. Representaba la consistencia de la acción em-
prendida y la imagen y expectativa que el coro social y de espectadores tenía de ellos.
Cicerón, uno de los grandes pensadores y escritores romanos del siglo I a. C., aludiendo
al término latino «persona» indicaba que el término contenía cuatro aspectos diferenciales:
• Máscara o apariencia, es la referencia griega.

• El rol representado o función que se juega en la obra.
• La dignidad o estatuto de dicho rol.
• Conjunto de cualidades que hacen a un individuo apto para algo.
El marco latino-romano expone una serie de aspectos que serán de importancia para
el futuro y que aluden principalmente a los aspectos jurídicos del concepto de persona.
Una persona tiene que estar imbuida de una serie de facultades para actuar socialmente y
que su acción tenga repercusiones sociales y simbólicas. Este enfoque es el que permite
establecer la capacidad de acción de las personas y los límites de sus responsabilidades.
A partir del marco histórico de Roma el concepto de persona adquiere connotaciones
jurídicas que ha mantenido a lo largo de la historia.
Más adelante, el latín medieval acuña el término directamente precursor del con-
cepto de personalidad. El término personalitas aparece en un contexto filosófico-teoló-
gico que insiste en las propiedades o características propias de alguien. El término es
una ampliación del concepto de persona que es definida por uno de los pensadores clá-
sicos del medioevo, Boecio, como la característica de «un individuo de naturaleza ra-
cional». Desde la perspectiva medieval, la personalidad sería por ello exclusiva de los
individuos con características que les permiten pensar y en principio sería la caracterís-
tica de los sujetos singulares racionales. En este contexto tan importante es el término
singular como racional.
Como se ha visto, la etimología del término enfatiza, por un lado, –es el enfoque
griego y romano– los aspectos relacionales y jurídicos de la persona y, por otro, –es el
enfoque medieval– el sustantivo de individuo que puede pensar.
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Sumario │
3. LOS NIVELES DE ANÁLISIS CONCEPTUAL
El análisis científico del concepto de personalidad puede hacerse desde cuatro ni-
veles de análisis que cubren en cada nivel aspectos más amplios y de forma más com-
pleta y realista.
• Nivel: la personalidad como diferencia.

• Nivel: la personalidad como sistema.
• Nivel: la personalidad como sistema bio-psico-social.
• Nivel: la personalidad como sistema modular de procesos.
3.1. LA PERSONALIDAD COMO VARIABLE DIFERENCIAL
Lo hemos visto con anterioridad. En el mismo lenguaje coloquial la personalidad es

lo que sirve para diferenciarnos a unos de otros, es lo que queremos decir cuando afir-
mamos de alguien que tiene una personalidad dominante, con esta expresión afirmamos
que esa persona es más dominante que los demás. Es un primer nivel conceptual, direc-
tamente intuitivo, que indica que la personalidad expresa las diferencias entre unas per-
sonas y otras, es decir, lo que hace que ante los mismos hechos y situaciones nuestras
respuestas y conductas sean muy diferentes.
Hay un hecho emblemático, relativamente reciente, al menos presente en la memo-

ria histórica de todos, y es el asesinato de seis millones de judíos en la Alemania nazi de
los años cuarenta. La ideología nazi había creado odio y desprecio hacia todos los que
supusieran un declive de la raza aria o un supuesto peligro para la misma. Los judíos fue-
ron presentados públicamente como tal amenaza. Ante estos hechos sociales, manifies-
tos y públicos, hubo quienes se adhirieron y participaron en la persecución y exterminio,
otros que se inhibieron y otros, los llamados rescuers, que reclamaron el derecho de los
judíos a ser considerados como personas y tratados por sus actos, estos rescuers incluso
pusieron en peligro sus vidas. La película La lista de Schindler relata uno de estos casos
de los que hubo no pocos.
La personalidad sería lo que explica que ante un mismo hecho, una misma situación
o estímulo, cada uno tengamos reacciones diversas.
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│ Sumario
Figura 1. La personalidad como variable diferencial
ESTÍMULO RESPUESTA
SITUACIÓN PERSONALIDAD CONDUCTA
CONTEXTO ACCIÓN
Antígona, una personalidad independiente
El ejemplo de la Alemania nazi se refiere a grandes colectividades, el modelo de la per-

sonalidad diferencial sirve para expresar las diferencias de personalidad de multitu-
des, colectivas o de personas singulares, en realidad, se expone mejor cuando se aplica a
personas concretas y singulares, a individuos. Un ejemplo, también muy clásico, que puede ser-
vir como ilustración, es el de Antígona tal como es narrado por Sófocles. Creonte, rey de Tebas,
ordena que Polinices no sea enterrado como corresponde y que sea abandonado a las afueras de
la ciudad, pasto de las alimañas del camino. En el pensamiento griego, específicamente tebano,
ello suponía que su alma era condenada a vagar sin fin fuera de las mansiones eternas, la impo-
sibilidad de acceder al descanso eterno. El incumplimiento de la orden real significaba la misma
y la condena a ser enterrado vivo, por ello nadie, ni familiares ni amigos, se atreve a incumplir la
orden real, excepto Antígona que considera que ella no puede aceptar una orden injusta y que su
hermano merece el enterramiento que le corresponde, aunque ello entrañe consecuencias mor-
tales para ella.
Es la personalidad de Antígona, decidida e independiente, la que la lleva a seguir sus propias creen-
cias y hacer lo que considera correcto aunque ello suponga la muerte.
3.2. LA PERSONALIDAD COMO SISTEMA
Buena parte de las definiciones de personalidad insisten en el hecho de que la

personalidad es un conjunto, una suma, un agregado de variables que actúan conjunta
y ordenadamente; en definitiva, que la suma de variables que forman la personalidad
está organizada en un sistema. El concepto de sistema hace referencia a los conjuntos
y subconjuntos que forman una unidad de acción de forma que la modificación de uno
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Sumario │
supone la modificación de otras partes de la totalidad y del conjunto en su totalidad.

Es el modelo sistémico.
El modelo sistémico, derivado de la Teoría General de Sistemas y elaborado bási-

camente por el biólogo austriaco Ludwig von Bertalanffy (Von Bertalanffy, 1976), ha
sido aplicado tanto al campo biológico como al psicológico y la referencia a un enfo-
que sistémico en las ciencias de la naturaleza y sociales parece haberse generalizado
y presentar posibilidades de desarrollo teórico y aplicado importantes. En general, el
enfoque de sistemas se ha asumido para el estudio de la complejidad en sus diferen-
tes aspectos. Esencial del concepto es la interacción de sus elementos de forma que la
actuación sobre uno de ellos afecta a los restantes. Es lo que claramente sucede con la
personalidad, cuando se altera la cognición, emociones y conducta suelen modificarse,
y cuando se originan conductas nuevas y diferentes aparecen patrones de conductas co-
rrespondientes. La idea no es nueva sino que ha sido un supuesto básico de gran parte
de las teorías de personalidad.
Uno de los modelos más claramente sistémicos de la personalidad es el que propu-

sieron Royce y Powell (1983), desde una perspectiva básicamente psicométrica, basada
principalmente en el análisis factorial de las evaluaciones de personalidad. Los autores
proponían dos grandes sistemas de la personalidad, el cognitivo y el emocional. Sin em-
bargo, no parece adecuado presentar la conducta simplemente como producto, la con-
ducta es tanto producto como elemento del proceso que genera cogniciones y emociones.
Cognición, emoción y conducta tienen una estructura, un sistema o una complejidad in-
teractiva que no permite la exposición aislada de alguno de estos elementos. Por ello,
la mayoría de autores, de hecho, consideran tres los componentes básicos del funciona-
miento de la personalidad: cognición, afecto y conducta. Lawrence A. Pervin (1998),
uno de los especialistas actuales más importantes de la psicología de la personalidad,
propone la personalidad como «la organización compleja de cogniciones, emociones y
conductas que orientan y guían la vida de una persona». Ya anteriormente McClelland
(1951) había insistido en que para predecir acertadamente una conducta se debía tener
en cuenta al menos tres tipos de variables de personalidad: rasgos de personalidad, es-
quemas cognitivos y emociones y motivaciones. Más recientemente, Phares (1991) pro-
pone hablar de la personalidad como de un «patrón de pensamientos, sentimientos y
conductas características que distinguen a las personas entre sí y que persiste a lo largo
del tiempo y las situaciones». Parece pues que existe un consenso en que si se trata de
representar la personalidad como un sistema, sus sistemas básicos serían las cognicio-
nes, emociones y conductas.
El reconocimiento de la conducta como un sistema propio llevaría a considerar un

modelo semejante con los tres sistemas tal como aparece en la siguiente figura.
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Figura 2. Modelo sistémico de personalidad
SISTEMA DE PERSONALIDAD
CREENCIAS VALORES ESTILO DE CONDUCTA
COGNICIONES AFECTOS CONDUCTA
SISTEMA SENSOR EMOCIONES SISTEMA MOTOR
El modelo propuesto insiste en la interacción y en el intercambio continuo de in-

formación de cada uno de los sistemas de forma que la modificación de cualquiera de
los subsistemas supone la modificación de los otros y del conjunto en su totalidad. Por
otra parte, el modelo sistémico es un modelo jerárquico que distingue en cada uno de
los subsistemas al menos tres niveles: básico, medio y superior. El básico se refiere a los
niveles más elementales del subsistema, así, en el subsistema cognitivo el nivel más ele-
mental consiste en recibir sensorialmente la información ambiental que afecta al cuerpo,
un nivel más alto supone su elaboración en contenidos cognitivos o cogniciones y final-
mente en la organización de ellos en un conjunto ordenado de sistema de creencias. Los
demás subsistemas funcionan de forma similar.
La observación y reflexión sobre el modelo propuesto indica que, en principio, los

niveles más básicos determinan los niveles superiores pero que estos a su vez configuran
y modifican los más básicos. La personalidad es el resultado de los subsistemas pero al
mismo tiempo actúa sobre los elementos que la configuran de forma que la interacción
de los niveles es bidireccional.
La personalidad sería, por lo tanto, el resultado de la interacción de los tres subsis-

temas. No es tanto la personalidad la que organiza los subsistemas, sino que son ellos
quienes determinan el funcionamiento de la personalidad. Desde este enfoque sistémico,
la personalidad es considerada como el resultado de la interacción de los subsistemas
que actúan en la persona. La personalidad sería un efecto de emergencia, lo que resulta
de la interacción constante de sus elementos.
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Sumario │
La personalidad no puede pensarse como una especie de entidad interna al sujeto,

como si tuviéramos una especie de «fantasma de la máquina» (Ryle, 1949) que expli-
ca cómo somos. La personalidad no puede pensarse como ningún tipo de entidad físi-
ca, como podría ser cualquier parte anatómica del organismo. La personalidad es real y
proviene del resultado constante de la interacción de sus elementos, y, en este sentido,
es una disposición a actuar en un sentido u otro. El tipo de interacción de los subsiste-
mas es relativamente estable, por ello, la emergencia de la personalidad es relativamen-
te estable. Es como el clima de la localidad. El clima no es ninguna entidad física pero
es real, proviene de los elementos locales o regionales meteorológicos: la temperatura,
la altura, la geografía, los vientos, la proximidad al mar o a cordilleras, etc. El clima es
la emergencia estable de una serie de factores que lo determinan. Con la personalidad
sucede otro tanto, es real pero un efecto emergente.
3.3. EL MODELO BIO-PSICO-SOCIAL
Existe una tendencia cada vez mayor a presentar los datos de la personalidad desde
una perspectiva multidisciplinar. El estudio de la personalidad desde una perspectiva
amplia, comprehensiva aunque no exhaustiva, obliga a introducir perspectivas comple-
mentarias que incluyan aspectos importantes para comprender, predecir y explicar la
conducta de las personas. El modelo bio-psico-social propone que, además de los sub-
sistemas psicológicos, sería necesario incluir para explicar la personalidad los subsiste-
mas biológico y social.
Hacia finales de la década de los setenta, un médico, Engel (1977), proponía como
una forma de aproximarse a los problemas de salud lo que denominó «modelo bio-psi-
co-social». El modelo conceptual de base se refería a que los problemas de salud tienen
que ser considerados al menos desde tres perspectivas complementarias, la biológica,
la psicológica y la social. A partir de entonces las referencias al modelo han sido múl-
tiples, aunque los esfuerzos por sistematizar el modelo y darle una aplicación amplia y
generalizada en el campo de la salud han sido escasos. La mayoría de autores han reco-
nocido la importancia de incluir los tres aspectos, pero se ha carecido de un marco de
integración de tales aspectos.
En el campo de la psicología de la personalidad, ocurre algo semejante. La impor-

tancia de integrar los aspectos biológicos, los psicológicos y los sociales parece clara,
necesaria y prometedora, pero se carece de un marco conceptual suficiente para ello.
Probablemente uno de los modelos más explícitos de este enfoque es el realizado en
el campo de los trastornos de personalidad por uno de sus especialistas, J. Paris (1993,
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│ Sumario
1996, 2007), que ha propuesto un «modelo bio-psico-social» de los trastornos de per-

sonalidad. Los trastornos de la personalidad son un tipo de trastornos principalmente
adaptativos de las personas, consistentes básicamente en el desarrollo de conductas y
experiencias presentes en la mayoría de las personas, pero de forma adaptada. La pro-
puesta de Paris es que se necesitan los tres componentes para poder describir y explicar
este tipo de trastornos y que su interacción es continua. El sistema «bio» es el elemen-
to nuclear que fundamenta el «psico» que tiene su propio nivel de explicación, y no se
puede explicar el «psico» exclusivamente desde el «bio», pero tampoco el «psico» sin
el «bio». Lo mismo ocurre con el «social», que engloba al «bio» y «psico» y que se
basa en ellos. Los tres componentes y sistemas actúan conjuntamente y ninguno de
los problemas de salud puede explicarse suficientemente sin esta interdependencia.
Figura 3. Sistema bio-psico-social
Sistema social
Sistema psicológico
Sistema biológico
El modelo no es nuevo sino que de alguna forma hunde sus raíces en la clara tra-
dición holística de la psicología de la personalidad. Un antecesor claro de esta formula-
ción es Andreas Angyal que en 1941 escribió una obra importante en aquellos momentos:
Foundations for a science of personality y en la que establecía el concepto de «biosfe-
ra» para analizar los procesos normales y patológicos de la personalidad. Por biosfera
entendía explícita y específicamente la interacción de la biología, sociología y psicolo-
gía en la conducta.
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Sumario │
El trastorno límite de personalidad
El trastorno límite de personalidad es uno de los trastornos de personalidad más graves y con mayor
problemática asociada.
Se considera como un trastorno grave de la organización de la personalidad que dificulta al sujeto la

adquisición de una identidad, la adquisición de relaciones estables y que genera conductas impul-
sivas no controladas que pueden llevar a formas autolíticas, es decir, a mutilaciones personales y a
intentos de suicidio y suicidios reales.
Su etiología, o conjunto de causas, es compleja y suele aludirse a un conjunto de factores bio-psico-

sociales.
Etiología biológica. Se ha señalado la posible influencia de factores genéticos que se referirían con-
cretamente a la herencia tanto de los factores depresivos como de la impulsividad social. Los estu-
dios de neuroimagen han encontrado un menor tamaño de los lóbulos frontales en comparación con
un grupo de control sano.
Etiología psicológica. El modelo más actual sobre este trastorno es el que ha desarrollado Lineham,
que propone que este tipo de personalidad tiene múltiples fuentes de origen, pero que uno de los
fundamentales y críticos es la ausencia en su infancia y desarrollo de un principio de validación de
su propia experiencia psicológica. El resultado es una desorientación global y la incapacidad para
organizar una identidad.
Etiología social. Se insiste en la desestructuración del contexto psicológico, especialmente del inme-
diato y más concretamente de la familia. Es frecuente una historia de abandono traumático y de abu-
sos de todo tipo en estos niños por lo que desarrollan una historia de miedo generalizado y al mismo
tiempo de agresividad incontrolada sobre posibles fuentes de daño.
3.4. EL MODELO MODULAR DE PROCESOS
Hasta ahora se ha hablado de componentes, de estructuras, pero las personas somos

básicamente procesos activos, biológicos, psicológicos y sociales. La personalidad no es
una cosa, es un proceso que recibe la influencia del contexto y que actúa sobre el mismo.
Mischel (1977) ha presentado el estudio de la personalidad como una actividad adapta-
tiva en la que se solucionan problemas, se posee una amplia gama de experiencias y se
dispone de un repertorio cognitivo, emocional y conductual para lo bueno y para lo malo.
Por su parte, en un enfoque similar, Cantor (1990) ha insistido en una observación muy
básica al establecer que la persona no se define por lo que tiene, sino por lo que hace
con lo que tiene. Es decir, no es el nivel de competencias, de todo tipo, lo que define la
personalidad, sino el manejo y uso de las mismas.
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│ Sumario
El enfoque sistémico de la personalidad ha introducido el concepto de la interac-

ción y de su funcionamiento como un todo. El enfoque bio-psico-social ha introducido
la necesidad de contar, aunque de forma diferenciada, con los diferentes subsistemas de
un conjunto. El enfoque modular de procesos propone que los subsistemas no tienen un
funcionamiento estandarizado y que la acción de modificación puede provenir de cual-
quiera de ellos. Igualmente, introduce la idea de que las transacciones entre los subsiste-
mas no son completas e isomórficas, sino que al ser sistemas de naturaleza heterogénea,
el intercambio y transacción que se produce es parcial.
Greenwald (1982) ha aportado un modelo seminal en el que propone diferentes sub-

sistemas o módulos de funcionamiento pero con características heterogéneas que impiden
un intercambio completo de la información. Resultado de este intercambio fragmentado
y parcial es un inevitable antagonismo y desequilibrio entre los subsistemas, lo que lle-
varía a un sistema conjunto en el que los elementos de desequilibrio serían tan impor-
tantes como los de equilibrio. Según el modelo modular de Greenwald, los subsistemas
pueden actuar como módulos relativamente autónomos e incluso opuestos, lo que puede
generar la disparidad y conflictividad dentro del sistema. El modelo de Greenwald po-
dría representarse según el gráfico 1.
Gráfico 1. La personalidad: modelo modular
1 2
1. Procesos cognitivos
3 2. Procesos emocionales
3. Procesos conductuales
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Ninguno de los tres sistemas es necesariamente prioritario o prevalente, aunque los

procesos cognitivos sirvan habitualmente como esquema directivo. En este sentido, un
modelo de la personalidad como sistema de procesos supone de alguna manera un mo-
delo modular de la personalidad que describiría al mismo tiempo su globalidad y las dis-
funciones de la interacción entre los sistemas.
El modelo modular de la personalidad sería un modelo procesual, pero también or-

ganizado y jerarquizado, es decir, no todos los procesos tienen el mismo rango o rele-
vancia, por su complejidad algunos tienen mayor elaboración que otros, lo que supone
procesos con mayor nivel de elementos y de integración, es decir, un modelo modular
de personalidad debería suponer que los diferentes sistemas tengan niveles de actuación
diferentes en diferentes momentos y acciones. Lo que propone el modelo modular de
procesos es que cogniciones, emociones y conductas no son el resultado de la personali-
dad, sino que el proceso real es el inverso, son los procesos y su interacción, que tienen
autonomía propia, los que configuran la personalidad. Como Smith y Gallo (2001, pág.
140) han propuesto recientemente:
«La personalidad se refiere a los procesos a través de los cuales los pen-
samientos, emociones y conductas individuales son coherentes dentro de pa-
trones significativos en el tiempo a través de las situaciones.»
La personalidad es el efecto emergente de la interacción estable de los procesos. De

nuevo el ejemplo del clima puede servir. No es el clima lo que determina la temperatu-
ra o los vientos, son ellos, autónomos y con sus bases propias, los que generan el clima
como efecto emergente de factores físicos meteorológicos y geográficos.
El modelo modular permite cambiar la presentación habitual de la personalidad como

una realidad estable, consistente y coherente. De hecho, muchas personas no se carac-
terizan realmente por ese tipo de personalidad. Como en todas las esferas de lo real, y
especialmente de lo vivo y orgánico, la gradación y las diferencias son habituales. Pero
además, el modelo modular presenta la fundamentacion de la personalidad y sus aspec-
tos de inestabilidad, incoherencia e inconsistencia. La interacción de los subsistemas es
por naturaleza parcial y fragmentaria, de forma que la conflictividad entre los subsiste-
mas no sería nada raro, sino más bien la consecuencia normal de la interacción de sub-
sistemas heterogéneos. La conflictividad entre los subsistemas, del sistema global, no
sería anormal sino más bien común.
Esta concepción modular de la personalidad supone necesariamente una merma de

la unidad y la cohesión de la personalidad. La interacción de los módulos no es nunca
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│ Sumario
completa pues cada uno de ellos tiene su propio lenguaje interno y su formato propio.
La interacción de los subsistemas y los propios subsistemas tienen variaciones y moda-
lidades que no siempre facilitan una interacción lineal y no conflictiva. El transvase real
de información al interior de los subsistemas y entre ellos es parcial y fragmentario. La
consecuencia de ello, en el ámbito de lo real y observable, es una conducta parcialmen-
te consistente y con algunos elementos de conflictividad interna.
4. LA PERSONALIDAD COMO SISTEMA DE PROCESOS
Habitualmente, cuando se ha intentado exponer el concepto de personalidad se ha

intentado listar sus componentes, pero la personalidad no solo tiene componentes sino
que estos son activos. La personalidad se desarrolla, adquiere nuevas competencias, se
relaciona de una determinada manera con su ambiente, adaptándose o no al mismo, actúa
a través de sus conductas para modificarse a sí misma y al ambiente en el que vive, se
autorregula para cambiar algunos de sus procesos y la interacción habitual entre ellos.
La personalidad real es básicamente un sistema activo de procesos.
La propuesta de la personalidad como un sistema de procesos podría sintetizarse en

algunos enunciados básicos:
• La personalidad está multideterminada y ninguno de sus procesos princi-

pales, cognición, emoción y conducta, puede explicar suficientemente por
sí solo las variaciones de la personalidad.
• La interacción de los diferentes procesos origina continuamente en la per-
sonalidad una dinámica tanto de estabilidad como de inestabilidad.
• El tipo de interacción de los procesos y la complejidad de la misma gene-
ra la singularidad de cada individuo. La singularidad es mayor en la medi-
da que los procesos son más complejos y sus relaciones menos lineales y
preestablecidas.
• Los procesos de la personalidad y sus interacciones tienen diferentes nive-
les de análisis, desde los más elementales y biológicos a los más elabora-
dos, influenciados por la cultura.
• Los procesos de la personalidad tienen su propia dinámica interna que puede
ser modificada y variada de forma transitoria o permanente por diferentes
situaciones o acontecimientos históricos.
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Sumario │
5. C
OMPLEJIDAD Y SINGULARIDAD DEL SISTEMA DE PERSO-
NALIDAD
La teoría general de sistemas ha tenido una eclosión importante y está actualmente

presente como modelo en gran parte de los sistemas complejos como la biología, la me-
teorología o la ecología. En general, en la medida en que se quiere estudiar no solo a los
elementos de un sistema o subsistema sino también a la interacción y modificación del
conjunto en general se ha acudido, con modalidades muy diferentes, al modelo sistémi-
co. Cabía pues esperar que en el estudio de personalidad sucediera lo mismo.
El estudio de la interacción de los elementos de los sistemas ha puesto de mani-

fiesto que las interacciones entre ellos no suelen estar gobernadas por modelos lineales
sino por sistemas abiertos en los que la retroalimentación, de forma compleja, es una
característica común. Lo que introduce el modelo sistémico es la deriva del énfasis en
los elementos de estudio hacia la interacción de los mismos, dando lugar al estudio de
la complejidad y el caos.
El estudio de la interacción de los elementos, más que de los elementos en sí

mismos, ha sido en parte sorprendente y está llevando a enfatizar aspectos genera-
les y específicos que anteriormente parecían ajenos a la ciencia, como el estudio del
caos (Gleick, 1994), de las relaciones no lineales entre los elementos (Hacking, 2006;
Stewart, 1991), de la complejidad (Ball, 2008) o de los sistemas emergentes (Johnson,
2003). Lógicamente no falta su aplicación al campo de la psicología (Masterpasqua
y Perna, 1997).
Aplicado al campo del estudio de la personalidad, el modelo sistémico de procesos

permite una aproximación dinámica a la modificación continua de los procesos. En rea-
lidad, el enfoque no es ajeno a la propia historia de la psicología de la personalidad que
siempre ha optado por lo complejo y orgánico ante lo simple y lineal. Angyal (1941)
definía el sistema como «una unidad múltiple», o lo que es lo mismo, una estructura de
elementos que funcionaba conjuntamente como unidad. En su modelo las características
propias de un sistema serían:
• Las partes están interrelacionadas.

• Ninguna parte funciona al margen del resto.
• El cambio de una parte supone el cambio mayor o menor de otras.
• Entre las partes se mantiene un equilibrio inestable.
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│ Sumario
Otro autor clásico en la historia del estudio de la personalidad, Kurt Goldstein, con-
sideraba que la personalidad, el sistema psicológico de la persona, no actuaba como un
conjunto de conductas desintegradas sino como una unidad, como es propio de los orga-
nismos. En su trabajo como neurocirujano interviniente en la I Guerra Mundial mostró
que el organismo, el cerebro y los procesos psicológicos actúan de una forma unitaria
y no como mera yuxtaposición de componentes. El enfoque de sistemas parece pues un
modelo enraizado en la propia historia de la disciplina.
Las consecuencias de un enfoque de sistemas en el estudio de la personalidad son

importantes. Algunas ya se han expuesto, como la consideración de la personalidad como
una realidad emergente y no como una entidad física. Hay algunas otras que se derivan
de la aplicación consecuente del concepto de sistema a la personalidad. Una de ellas es
la autoorganización de la personalidad. La personalidad, ha quedado ya expuesto, se mo-
difica mediante su interacción con el medio ambiente, pero, además, la autoorganización
se produce por procesos internos propios de sus subsistemas sin que necesiten mediar los
elementos externos, aunque tampoco se haga al margen de los mismos. Como ha expues-
to Gleick (1988) en su modelo, un sistema no se regula por las leyes que determinan el
funcionamiento de cada una de sus variables, sino por el propio sistema de interacción.
Este tipo de sistemas autoorganizados son, por definición, más complejos debido a la
multiplicación de las interacciones.
Consecuencia de la complejidad es la singularidad del sistema. Mientras más com-

plejo es, mayor es su singularidad. La singularidad de la personalidad es un dato de la
observación diaria y del estudio científico. El neurólogo y premio Príncipe de Asturias,
Antonio Damasio, hacía las siguientes declaraciones al respecto:
«Todos somos muy similares y a la vez muy singulares. Tenemos unos

rasgos de comportamiento y de personalidad comunes, pero a la vez somos
únicos e irrepetibles como consecuencia de nuestro singular proceso de desa-
rrollo y de nuestra biología, que marca tendencias. Todo ello es el resultado de
variaciones naturales y de nuestro desarrollo, en el que estamos condicionados
por el entorno: el medio en el que estamos inmersos también puede influirnos»
(El País, 21 de octubre de 2005).
La singularidad de la personalidad es un dato inicial que el modelo sistémico ayuda

a explicar. La autoorganización del sistema no depende exclusivamente de la interacción
del sistema o de los subsistemas, sino que es una actividad propia del sistema y de sus
componentes. La singularidad, la génesis de características propias de cada sistema, es
una consecuencia inevitable, es propia de la actividad del sistema y de sus componentes.
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Sumario │
La singularidad del sistema tiene dos aspectos que se complementan y se entrela-

zan, la singularidad biológica y la psicológica.
5.1. LA SINGULARIDAD BIOLÓGICA
El primer dato de la singularidad biológica es el cariotipo de la persona, el con-

junto de cromosomas que cada persona hereda de sus progenitores y que configura su
organismo de una manera estrictamente única y singular, de manera que no existen
dos cariotipos idénticos. Más específicamente, el genoma humano o genograma, el
conjunto de genes que cada individuo hereda, determina el funcionamiento singular y
único de su organismo a través de la determinación del proteinograma (Ridley, 2004;
Wright, 2000). La singularidad de cada organismo es un logro de la evolución y de la
reproducción sexual que protege mejor a la especie, disminuyendo su vulnerabilidad,
haciendo diferente a cada individuo.
Desde la perspectiva biológica, no existe el organismo estándar, ningún organismo

está dotado con los parámetros biológicos medios. William (1956) en su obra Bioche-
mical individuality ha puesto de manifiesto que no existe el organismo normal, sino
que cada uno es diferente, de forma que cada uno tiene un tipo de hígado, pulmones
o analítica diferencial de la sangre. En el ámbito de la biocompatibilidad se considera
actualmente que existen más de 300.000 tipos de compatibilidad, lo que hace a veces
muy difícil los trasplantes. Este tipo de datos provenientes de la lectura del genoma
de cada individuo es lo que está permitiendo el desarrollo de una medicina persona-
lizada, el uso de fármacos específicos para unos determinados enfermos sin efectos
contraproducentes.
Oliver Sacks y la singularidad biológica
Oliver Sacks es un neurólogo que ha escrito abundantes obras describiendo el conjunto de afecciones
que manifiestan algunos de sus pacientes. Ha escrito diferentes libros como El hombre que confundió
a su mujer con un sombrero o Un antropólogo en Marte en los que muestra cómo las personas, incluso
a un nivel neurológico, son cada una de ellas especiales y únicas. Ha dejado expuesto que las dife-
rencias entre personas no es un mero hecho de diferencias individuales, de un conjunto de más y
menos en un perfil de variables posibles, sino la peculiaridad de una unidad que hace de cada uno
de nosotros otro diferente.
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│ Sumario
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Probablemente el caso más conocido es el que da nombre a uno de sus libros: el señor P acude al neu-
rólogo porque tiene una serie de conductas desorientadas y confusas de forma que parece que vive
en otro mundo. Percibía correctamente los objetos físicos pero era incapaz de comprender cual era
su función. Así por ejemplo, se le había observado dando palmaditas a las bocas de incendios como
si fueran niños u organizando una conversación con un picaporte como si fuera un vecino. Según
la narración de Sacks, cuando P abandonó el consultorio después de la revisión neurológica, rodeó
el coche, abrió la puerta donde estaba sentada su mujer y asiéndola por la camisa se la quiso poner
por sombrero. El caso es real y no metafórico. A pesar de estos problemas reales Sacks sugiere a P,
músico en cuestión, que haga de la música su mundo pues se mueve en ella de forma privilegiada y
única aunque tenga problemas graves en otros ámbitos.
5.2. LA SINGULARIDAD PSÍQUICA
El enfoque morfogénico en psicología de la personalidad ha insistido especial-

mente en que la psicología, la personalidad de cada individuo es única. No es lo mismo
única que diferente. Diferente significa básicamente que hay gradaciones en las mismas
variables, pero que las variables o parámetros que individualizan a cada sujeto son los
mismos. La altura es un ejemplo, se puede ser más o menos alto o gordo pero sería una
variable universal. Único significa que la interacción de las variables generales es dife-
rente y genera aspectos únicos, difícilmente generalizables, es el efecto de emergencia.
De la misma manera que el rostro de alguien tiene los mismos componentes para todos
pero que su imagen es única en cada persona, la configuración psicológica sería propia
de cada individuo. La singularidad psíquica sería un efecto emergente de variables ge-
nerales, «la configuración psíquica estrictamente única» (Allport, 1963).
Daniel Tammet: nacido en un día azul
Daniel Tammet es un autista británico, nacido en 1979, que tiene el síndrome de Asperger, un
trastorno del espectro autista. Ha tenido también algunos ataques epilépticos y padece de un sín-
drome biológico relativamente extraño, el síndrome de sinestesia que asocia los números con co-
lores particulares. Tammet ha escrito su propia historia y lo que significa su experiencia en el libro
Nacido en un día azul.
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Daniel es una de esas personas que tiene habilidades extraordinarias difíciles de explicar como por
ejemplo que reconoce 25.000 decimales del número pi o que reconoce al momento cualquier número
primo. Sus habilidades no son solo numéricas sino también lingüísticas pues habla 11 idiomas, entre
ellos el español. Pero quizás lo más peculiar de este extraordinario savant es que mientras la mayoría
de quienes sufren autismo o Asperger apenas si son capaces de organizar las cosas ordinarias de su
vida, como prepararse un desayuno o tomar un autobús, él consiguió marcharse de casa de sus pa-
dres cuando tenía 19 años y lleva años manteniendo una relación de pareja.
6. CARACTERÍSTICAS DE LA PERSONALIDAD COMO SISTEMA
La teoría general de sistemas fue desarrollada por Von Bertalanffy con el objetivo
de desarrollar un modelo que sirviera para responder a la vieja aspiración del pensador
y matemático del siglo XVII Blaise Pascal de desarrollar modelos que sirvieran para
pensar y sistematizar al mismo tiempo los aspectos singulares y generales de la reali-
dad. El modelo sistémico, con sus múltiples formulaciones, ha sido la base del estudio
de las interacciones entre los elementos de una totalidad o complejidad de un sistema.
Cuando los autores han tratado de exponer las características propias de los sistemas y
su funcionamiento han destacado tres de ellas como las más importantes: la totalidad, la
retroalimentación y la indeterminación (Morin, 1994).
6.1. LA TOTALIDAD
La personalidad es más que la suma de sus elementos. Un perfil de personalidad

es solo parte de la parte. Lo mismo ocurre con el hipotético listado de todas sus carac-
terísticas. Lo específico de la personalidad no son sus componentes sino la interacción
de los mismos. Lo importante de un perfil de personalidad no es tanto la gradación de
sus elementos, el tamaño del efecto, sino el tipo de interacción que intercambian. En el
perfil de personalidad que representa el modelo de personalidad de «los cinco grandes»,
dos puntuaciones muy similares en extraversión, estabilidad, amabilidad, apertura y ho-
nestidad pueden estar expresando dos personalidades muy diferentes y contrapuestas.
Lo importante no sería el valor de cada una de las variables que componen el sistema,
sino cómo interactúan. Por ejemplo, dos valores altos en extraversión y apertura a la ex-
periencia pueden interactuar potenciándose, lo que daría lugar a la aventura, o inhibién-
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│ Sumario
dose, lo que daría lugar a la exploración. Los tipos de interacción son múltiples. Como
se expondrá más adelante, el perfil de personalidad no se lee simplemente sumando y
juntando variables, sino que necesita matices de interpretación.
En un sistema activo y dinámico, las interacciones son al menos tan importantes

como los componentes. Los componentes denotan la dotación inicial, pero las interac-
ciones establecen la configuración real en cada momento del sistema, y puede ser muy
diferente de la inicial. Un niño muy capaz, incluso superdotado, pero con niveles de exi-
gencia familiar desmesurados, puede desarrollar una falta de confianza intelectual que le
recluya en el miedo y la inhibición intelectual. En otro caso, la misma situación puede
llevar a una explosión de rebeldía.
Los efectos de las interacciones serían tan importantes como los mismos componen-
tes. Extraversión y apertura a la experiencia pueden generar creatividad como variable
de personalidad propia, cuando de por sí la interacción de ambas no lo supone con un
nivel alto de probabilidad. Pero al mismo tiempo la creatividad con inestabilidad puede
generar una línea de conducta genial pero desadaptativa.
Esto mismo nos lleva a un aspecto de gran importancia y es el efecto emergencia.

Robert B. Laughlin, premio Nobel de física en 1989, ha escrito un libro, nada fácil pero
de gran interés, con el título Un universo diferente, en el que propone que gran parte
de la realidad en la que vivimos es el resultado de los efectos de emergencia, a los que
apenas si se presta atención. El agua, por ejemplo, lo es. Para Laughlin, estrictamente
la realidad es un efecto emergente. Hay realidades físicas como la superconductividad
que son efectos emergentes. En el campo de la psicología de la personalidad, la misma
personalidad es un efecto emergente. Un efecto emergente es tan real como cualquier
otra realidad, simplemente se está expresando que depende de condiciones. El efecto
de emergencia es una las tareas que se abren actualmente a los diferentes campos de la
ciencia, psicología incluida.
Mientras, en los artefactos o máquinas, la fiabilidad del conjunto es menor que la

de sus piezas, pues mientras más piezas tenga una máquina la probabilidad de que cual-
quiera de ellas se averíe es mayor. En los organismos, la fiabilidad del sistema es mayor
que la de sus órganos, porque el organismo actúa corrigiendo las deficiencias. En la per-
sonalidad, es el conjunto del sistema, la personalidad es la que asume el protagonismo
sobre sus componentes, aunque esta no sea independiente de ellos.
Tal como propone el núcleo del pensamiento de sistemas, lo importante del sistema
de personalidad no son sus componentes, sino la interacción de los mismos. El principio
de interacción implica que el sistema de forma interna y autónoma procede a procesos
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Sumario │
de cambio determinados por la interacción de sus elementos. Un sistema es, por defini-
ción, un sistema en cambio, tanto sea un organismo, una célula, un sistema ecológico o
un bosque. Este sistema de interacción es múltiple y se comporta de forma no lineal, lo
que da lugar a la complejidad del comportamiento de los sistemas.
6.2. LA RETROALIMENTACIÓN
La característica de totalidad en los sistemas dinámicos implica la actividad de los

mismos. Su actividad se expresa tanto interna como externamente. Internamente, la inte-
racción no lineal de los componentes del sistema va generando una nueva configuración
de la totalidad, es la autoorganización del sistema. Es lo que sucede con el cerebro, su
desarrollo en el infante a partir de las interacciones de las neuronas genera una nueva
configuración totalmente específica. Se ha producido una nueva organización. La acti-
vidad real del sistema activo da lugar a un proceso de autoorganización del mismo, es
decir, que en el sistema de personalidad la actividad autónoma de sus elementos da lugar
a patrones de cogniciones, emociones, conducta y finalmente a estilos y/o patrones de
personalidad, que provienen del mismo sistema. Eso supone que la organización del sis-
tema tiene componentes que son propios.
La actividad del sistema es también externa y en este sentido tiene dos funciones
básicas, una de adaptación al contexto, y la otra de protección de la homeostasis o carac-
terísticas propias. El organismo actúa sobre el contexto adaptándose a sus requerimien-
tos y cambiando mínimamente su equilibrio interno. El principio básico de adaptación
es la preservación del conjunto de variables internas. Se produce aquí una doble necesi-
dad, la exigencia de responder a las condiciones externas, es un principio de cambio, y
la exigencia de mantener la identidad del equilibrio interno. El principio de retroalimen-
tación fundamenta dos de los temas más básicos de la psicología de la personalidad: la
consistencia y el cambio.
6.3. LA INDETERMINACIÓN
La indeterminación o principio de equifinalidad del sistema proviene de las dos ca-

racterísticas mencionadas: totalidad y cambio. La indeterminación del sistema indica que
su complejidad y la autoorganización no lineal del mismo no permiten una predicción
segura del resultado a un estímulo o contexto. Es decir, que la probabilidad de cierto tipo
de actuación de un sistema es siempre parcial, ello equivale a decir que la personalidad
como sistema tiene un componente de indeterminación inevitable.
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│ Sumario
Estrictamente, la equifinalidad significa que son múltiples los procesos que llevan a
un mismo resultado, es decir, por ejemplo, que la agresión puede ser producida por mu-
chos factores y que no suele darse una respuesta que solo tenga un determinante. Sig-
nifica que un mismo proceso, el amor, por ejemplo, puede llevar a efectos y resultados
muy diferentes, como la sumisión o la dominancia. Efectos y resultados no son ciertos a
nivel de probabilidad. Este planteamiento, realista y al mismo tiempo enmarcado teóri-
camente, responde al dato, continuamente constatado, de que la personalidad es incierta,
aunque haya igualmente un componente de variabilidad individual.
El principio de indeterminación corresponde a que dentro de un sistema no es po-

sible conocer el estado inicial de todos y cada uno de sus elementos y de sus interaccio-
nes, por lo que no resulta posible conocer con seguridad el efecto de un estímulo sobre
la totalidad del sistema. Existe una imprevisibilidad inevitable de los efectos sobre el
sistema. Gran parte de la conducta humana se caracteriza por los efectos desproporcio-
nados de contextos sobre la conducta de las personas.
A este efecto de imprevisibilidad y desproporción alude lo que se ha llamado «el

efecto mariposa», formulado originalmente a partir de los estudios de Lorenz (1963)
sobre la previsión del tiempo. Lorenz pudo comprobar que bastaba la alteración de unos
decimales en una ecuación para que el resultado fuera espectacularmente diferente e in-
cluso contrapuesto. A partir de tales datos escribió un artículo que ha tenido un notorio
éxito «¿Provoca el aleteo de una mariposa en Brasil un tornado en Texas?».
Indeterminación y equifinalidad muestran que la complejidad del sistema de per-

sonalidad no permite el conocimiento cierto sino solo probable de las conductas y res-
puestas. Las líneas de acción anterior, el conocimiento de los perfiles habituales de las
personas, el conocimiento previo de los contextos no proporcionan una certeza de res-
puesta sino solo mayores o menores de probabilidad.
Estudios de casos
Un caso singular, Caravaggio
Michelangelo Merisi, Caravaggio (1571-1610). Según Gombrich, uno de los grandes historiadores del
arte, ha sido uno de los grandes pintores de la historia que con su manejo de las formas y de la luz ha
transmitido escenas de una gran sensibilidad y realismo religioso. Obras notorias suyas son La cena de
Emaús, La crucifixión de San Pedro o La resurrección de Lázaro. En ellas y otras muchas más, Caravaggio
retrata de forma realista el marco de las tradiciones cristianas.
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De la sola visión de estas pinturas podría desprenderse la idea de un pintor profundamente re-
ligioso y espiritual. Todo lo contrario, Caravaggio fue un verdadero vividor de su época, un sin-
vergüenza en su vida diaria y hasta un criminal, pues asesinó, aunque parece que por accidente, a
un rival. Caravaggio fue un pintor que llevaba con él una gran violencia y una inestabilidad e im-
pulsividad que le llevaba a la agresividad al menor lance, una gran pasión por el juego y la prefe-
rencia por ambientes dudosos y amores adolescentes. Es posible, aunque no hay datos suficientes
para ello, que pudiera tener algunos de los criterios del trastorno de la personalidad límite. Y sin
embargo, todo indica que fue una persona torturada por una sensibilidad artística y personal y una
preferencia por el ambiente y la temática religiosa como refugio de sus atribulaciones. Caravaggio
murió solo en una playa. En todos los sentidos, histórico y personal, fue una persona singular.
7. C
ONCEPTOS AFINES A LA PERSONALIDAD: CARÁCTER, TEM-
PERAMENTO, ESTILO DE VIDA
El término personalidad es relativamente reciente como referencia al estudio cien-

tífico de la conducta y experiencia global de la persona, sin embargo, este tipo de estu-
dio, la necesidad de saber quiénes somos, ha estado presente desde los albores de los
tiempos. Como en otros campos, ha sido el pensamiento griego el que ha dado las pau-
tas iniciales para ello. La generalización del término de personalidad para este uso se
produce a mitad de los años cincuenta del siglo pasado por influencia de la psicología
norteamericana, al considerarla como un término que puede recoger mejor aspectos di-
námicos y sociales de la persona.
En la actualidad existen diferentes términos en el marco académico y científico para

referirse a la personalidad como un todo. Probablemente los tres más utilizados son los
de carácter, temperamento y estilo de vida.
7.1. CARÁCTER
Etimológicamente, carácter significa el sello y la marca que proporciona oficialidad

a un documento, es la marca que autentifica un documento. Indica cómo es algo, su es-
tructura profunda. En este sentido se ha venido utilizando en la historia de la psicología
de la personalidad hasta mediados de los años cincuenta del siglo pasado que fue casi
totalmente sustituido por personalidad.
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│ Sumario
Varias razones contribuyeron a ello. La primera de ellas la influencia de la psicolo-

gía norteamericana que optó por el término personalidad al considerarlo más dinámico
y con menores connotaciones históricas. La segunda, las formulaciones teóricas del ca-
rácter elaborados por el psicoanálisis hasta esa fecha y que habían hecho hincapié en el
carácter como formas de experiencia psicológica vinculadas a la libido y a su desarrollo
libidinal: el carácter oral, anal o fálico.
El uso del término carácter se había utilizado preferentemente para indicar los aspectos
sociales y relacionales de la persona. Su uso se ha centrado en la descripción de los pro-
cesos sociales e históricos y para enfatizar la estabilidad en la forma de ser de la persona.
Recientemente, ha habido una recuperación parcial del término en contextos teóri-

cos muy específicos. Robert Cloninger ha propuesto un modelo para el diagnóstico de
la personalidad ampliamente utilizado en contextos médicos y especialmente para la
evaluación de los trastornos de personalidad. El autor [Cloninger, Svarakic y Przybeck
(1993)] distingue y discrimina en su instrumento unos componentes específicos del tem-
peramento y otros propios del carácter, o aspectos relacionales y éticos de la persona.
Otra aplicación actual del uso en la psicología académica proviene del desarrollo de
la llamada psicología positiva (Seligman y Csikszentmihalyi, 2000), un tipo de psicología
que se centra en el estudio empírico de los aspectos positivos de la persona. Cuando los
autores han querido clasificar el listado de valores disposicionales que tiene la persona
han acudido al término Character Strengths, fuerzas del carácter (Peterson y Seligman,
2004), para hacer su exposición y desarrollo. En ambos desarrollos es el aspecto rela-
cional y ético el que prima.
7.2. TEMPERAMENTO
Las primeras referencias tratando de expresar cómo es y se comportan las perso-

nas es griega y es temperamental. La observación griega formuló la teoría de los cuatro
temperamentos básicos: sanguíneo, melancólico, colérico y flemático, determinados por
cuatro humores básicos correspondientes. Como consta, la propuesta consistía en esta-
blecer una correspondencia entre las tendencias de la forma de ser, conducta y experien-
cia y constantes básicas del organismo, y los humores tal como entonces se formulaba.
Desde entonces, la propuesta de que las disposiciones conductuales básicas de la

persona se entroncan en la constitución fisiológica de la persona ha sido constante, no ha
disminuido en ningún momento y conoce en el momento actual un importante desarrollo.
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Sumario │
Strelau (1998) ha resumido la historia de estas influencias. Así, por ejemplo, Emanuel
Kant, uno de los grandes filósofos de la Ilustración consideraba que el temperamento no
generaba conductas pero sí proporcionaba las características formales de las mismas, y
Whilelm Wundt, aunque centraba el temperamento en las emociones, también insistía
en el temperamento como elemento que proporcionaba los aspectos formales de la con-
ducta, por ejemplo, la energía y la velocidad de acción.
Posteriormente, Ivan Pavlov consideró que el temperamento dependía del sistema

nervioso central que tendría tres características: fuerza, equilibrio y velocidad de co-
rrelación; la combinación de ellas daría lugar a los cuatro temperamentos básicos. Este
planteamiento le permitió a Pavlov hablar del «temperamento de los perros», que eran
sus animales de experimentación.
Otra perspectiva que asocia la forma de ser de la persona y su biología es desarro-

llada por Ernst Kretschmer que propuso la constitución física del individuo como reflejo
de su fisiología. Desde su perspectiva existirían tres tipos de constitución física prototí-
picas y cada una de ellas estaría asociada a un patrón de conducta:
• Leptosomática, fríos en sus relaciones.

• Atlético, lento en su actividad.
• Pícnico, lábil en sus estados de ánimo.
La situación actual conoce un momento importante en el desarrollo de los estudios

del temperamento que procede de la importancia dada a la fundamentacion biológica de
la personalidad (Clark y Watson, 2008). Actualmente, el modelo estructural más impor-
tante y representativo de la psicología de la personalidad, el llamado «modelo pentafac-
torial» o de «los cinco grandes» (McCrae y Costa, 2008) se ha reformulado y se presenta
básicamente como un modelo temperamental. El concepto y modelo del temperamento
se presenta actualmente como una de las bases de la psicología de la personalidad actual.
7.3. ESTILO DE VIDA
El concepto de estilo de vida se refiere al conjunto de patrones de conducta que un

sujeto adopta y a las consecuencias que tiene para él, parcialmente en el marco de la
salud. En este sentido, es un planteamiento en los límites de la acción de la persona y de
los aspectos relacionados con su salud. Un estilo de vida muy concreto es el del ejecu-
tivo, o alumno, que trabaja doce horas al día, come mal, duerme poco, bebe abundan-
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│ Sumario
temente alcohol y apenas dedica tiempo a las actividades de ocio y de recuperación. La

descripción sirve como antecedente para un análisis médico completo pero también para
comprender esa personalidad.
El estilo de vida es un concepto relativamente reciente que se refiere a los aspectos

globales de la conducta y que ha sido utilizado tanto por la psicología como por la so-
ciología. Max Weber (1864-1920), uno de los fundadores de la sociología actual, es de
los primeros autores en utilizar la acepción como complemento de su enfoque acerca de
la ética protestante y su relación con el trabajo. Los valores del esfuerzo, compromiso,
ahorro y constancia forman en conjunto un estilo de vida. Alfred Adler (1870-1937), disi-
dente importante del movimiento psicoanalítico iniciado por Freud, desarrolló la llamada
«psicología individual» que a diferencia del modelo freudiano concede gran importan-
cia a la forma de pensar de la persona y a la voluntad como esfuerzo adaptativo. Adler
distinguía cuatro estilos de vida principales: dominante, dependiente, evasivo y social.
Estos estilos de vida aparecerían en los primeros años de la vida del niño, hacia los cua-
tro o cinco años y serían básicamente estables. Los estilos de vida para Adler serían la
forma de relacionarse de la persona con otras personas.
Muy próximo al tema es el planteamiento de los «estilos de personalidad» (Millon,

1999), referido como los patrones de conducta, sentimientos, pensamientos y relaciones
con los demás que caracterizan a la persona. En otra perspectiva complementaria, Shapi-
ro (1972), desde el modelo psicoanalítico, ha proporcionado una perspectiva de formas
globales neuróticas desadaptativas que recogen los aspectos cognitivos, conductuales y
emocionales.
En general, el concepto de estilos de vida trata de enfocar el estudio de la persona-

lidad desde la perspectiva de patrones generales de acción y de las consecuencias que
estas tienen para el individuo en el ámbito de la salud, física y mental.
Complementos: la personalidad animal
La tienen, aunque tenga inmediatamente que explicarse qué se entiende con ello. Los animales ni
son autómatas, ni son series repetidas, calcomanías de un ejemplar único, sino que son organismos
diferenciados y singulares para mejor responder a la supervivencia de la especie. Por ello cada ani-
mal tiene su temperamento (Pavlov) y su personalidad.
Jane Goodall, premio Príncipe de Asturias de Investigación 2003, una de las mejores especialistas
mundiales del comportamiento de los chimpancés, ha dicho de ellos:
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Sumario │
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«Tienen las dos caras. Muestran amor y piedad, pero también brutalidad y odio.
Muestran todo tipo de emociones, como felicidad y tristeza, orgullo y desesperación.»
La descripción de su mundo emocional aproxima en alto grado los chimpancés a las personas hasta
el punto de parecer que el registro emocional de ambos es muy similar.
Robert Sapolsky, uno de los grandes especialistas en psicofisiología del estrés y autor de un diverti-
do e ilustrativo libro con el título ¿Por qué las cebras no tienen úlcera?, ha escrito también la provocati-
va historia de sus estudios en tierras africanas como etólogo que tenía que interactuar con primates
y humanos (Memorias de un primate, 2001). Sapolsky no quiso estandarizar a su manada dando un
simple número a cada ejemplar, como suele hacerse, sino que le dio un nombre, un nombre bíblico
a cada uno de ellos. Con ello, al describir sus interacciones y registrar sus conductas, su exposición
se hacía viva y espontánea, como si estuviera asistiendo a un momento de la vida de un grupo hu-
mano. Un capítulo entero de su obra se lo dedica a «Nick», uno de los miembros de su tribu. Uno de
los párrafos descriptivos es el siguiente:
«Así pues, estaba pensando mucho en la personalidad y la de Nick era bastante desa-
gradable. En síntesis, se trataba del babuino más malvado que había aparecido por la manada
desde Nabucodonosor, pero a diferencia de este último, también era inteligente, discipli-
nado y temerario. Era pequeño y delgado, y eso tenía que haberme bastado para ponerme
de su parte, pero su maldad y su falta de misericordia me lo impedían. Al verlo, pensabas
en tipos bajos, de carnes prietas llenas de tatuajes y brazos cubiertos de venas abultadas,
la clase de sujeto que en las peleas de bar destroza a los individuos fornidos, corpulentos y
desaliñados dotados de frágiles barrigas de bebedor de cerveza. Él no llevaba tatuajes, pero
tenía una cicatriz característica en su cara torcida.»
Peter Singer (Cavalieri y Singer, 1998) ha desarrollado el «Proyecto Gran Simio» en el que propone
el respeto a los derechos de los animales y la consideración de que los primates, especialmente los
grandes monos –chimpancés, bonobos, gorilas y orangutanes– comparten muchas de nuestras ca-
racterísticas humanas y merecen un tratamiento ético correspondiente. En uno de los capítulos de la
obra, Patterson y Gordon (1998) proponen directamente la defensa de la condición de los gorilas como
personas y Mitchell (1998) sugiere un nuevo término, «personalidad», para hablar de la personali-
dad de los grandes simios. Más recientemente, Gosling y Harley (2009) han hablado de los modelos
animales de personalidad. El hecho de compartir gran parte del genoma humano –una gran parte–
implica supuestos importantes acerca de los procesos psicológicos de los grandes simios. Seguir man-
teniendo una imagen cartesiana de autómatas es una ignorancia resultado de un marcado narcisismo.
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│ Sumario
 CONCEPTOS BÁSICOS A RETENER

• La personalidad es un primer nivel explicativo de nuestras diferencias ante
las situaciones. La respuesta a la ideología nazi y algunas reacciones per-
sonales como la de Antígona son ilustraciones de este hecho fundamental.
• La personalidad es un sistema global de procesos. Cogniciones, emocio-
nes y conductas son componentes del sistema total que interactúan entre sí
intercambiándose información y modificándose recíprocamente.
• La personalidad no es ninguna entidad física sino un efecto emergente es-
table real que proviene de la interacción continua de los componentes del
sistema. No hay ningún «fantasma de la máquina» que explica la conducta
y la experiencia de la persona. No hay «nada» «dentro» de la persona que
explique la personalidad.
• En la personalidad hay procesos de consistencia y coherencia, pero tam-
bién de inconsistencia y conflicto que provienen de la transmisión limitada
y parcial de los subsistemas.
• El modelo bio-psico-social permite una aproximación transdisciplinar de
la personalidad que fundamenta la personalidad en la biología y proyecta
su acción en un marco social. La imbricación de los sistemas es continua
aunque puede ser diferente en cada acción.
• La personalidad es siempre una personalidad singular resultado de la com-
plejidad del sistema. A mayor complejidad del sistema mayor singularidad.
• La personalidad tiene las características propias de los sistemas complejos:
totalidad, retroalimentación y equifinalidad. Eso supone que en su acción
se producen efectos emergentes, de autoorganización y de indeterminación.
 E
JERCICIOS VOLUNTARIOS
Tras el estudio de esta Unidad didáctica, el estudiante puede hacer, por su cuenta,
una serie de ejercicios voluntarios, como los siguientes:
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Sumario │
1. Analiza la historia para encontrar hechos que muestren cómo ante situacio-
nes notorias las reacciones personales y colectivas son diferenciales.
2. La personalidad ha sido descrita principalmente como un sistema de proce-

sos, con fenómenos de consistencia y también de inconsistencia. Describe
a partir de tu experiencia personal situaciones de clara consistencia y otras
de marcada incoherencia.
3. Elige algún personaje de la historia o de la actualidad de tu preferencia. La

elección puede ir desde científicos como Isaac Newton hasta cantantes ac-
tuales como Michel Jackson y presenta las singularidades de su trayectoria
profesional y personal.
4. Existen aproximaciones diferentes al estudio de la personalidad. Una de

ellas es el estudio de los estilos de vida. Elige una profesión o actividad
marcada, como puede ser la de una top model o la de un culturista y descri-
be la organización de sus estilos de vida como una totalidad que forma un
conjunto que se autorreproduce.
 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Básica
CANETTI, E.: Cincuenta caracteres, Madrid: Guadarrama, 1981.

FIERRO, A.: «La psicología de la personalidad», en Fierro, A. (ed.), Lecturas de psicología de la persona-
lidad, Madrid: Alianza, 1981, págs. 9-54.
SANZ, J.: «Carta a un joven psicólogo de la personalidad», en Avia, M.D., Cartas a un joven psicólogo,
Madrid: Alianza, 2000.
ZUMALABE MAKIRRIAIN, J. M.: El estudio de la personalidad. Ideas, directrices y controversias,
Bilbao: Editorial Universidad, 1993.
En la red
CORBELLA ROIG, J.: Colección de vídeos «Descubrir la psicología», vol. 4, La conciencia; la personalidad.
Complejidad, redes y autoorganización (www.redes.rtve.es, núm. 312).
www.udima.es 41
│ Sumario
Complejidad y caos (www.redes.rtve.es, núm. 275).

Dios no juega a los dados (www.redes.rtve.es, núm. 256).
Avanzada
CAPRA, F.: La trama de la vida. Una nueva perspectiva de los sistemas vivos, Barcelona: Anagrama, 1996.
PELECHANO BARBERA, V. y SERVANDO DÍAZ, M. A.: ¿Qué es la personalidad?, Madrid: Biblioteca
Nueva, 2004.
SOLÉ, R.: Redes complejas. Del genoma a internet, Barcelona: Tusquets, 2009.
Cine y literatura
DEMP, P.: El legado de Caravaggio, Barcelona: Vía Magna, 2009 (novela).

«La trágica historia de este genio de la pintura, ludópata, bebedor y amante, que pasó
toda su vida como una vela que arde por ambos extremos. Michelangelo Merisi, el Caravaggio,
no conoce ni acepta ningún límite. Su hedonismo termina por destruir su salud, y su irascible
violencia lo lleva a prisión continuamente. Gracias a sus cuadros, se convierte en el pintor más
famoso del folclore popular de principios del siglo XVII, al tiempo que el Vaticano lo condena
como hereje.» (Presentación editorial de la novela.)
ETXEBARRIA, L.: De todo lo visible e invisible, Madrid: Espasa Calpe, 2001 (novela).
«Lucía Etxebarria ha escrito una novela sagaz y divertidísima, unas veces conmovedora,
cruel otras, que indaga en temas tan candentes como la búsqueda de la individualidad en una
sociedad que tiende a la homogeneidad y al encasillamiento, las trampas y mentiras de los medios,
la obsesión que mucha gente tiene por la fama como medio de superar las cargas del pasado, y
las conexiones entre creación y destrucción.» (Presentación editorial de la novela.)
SPIELBERG, S.: La lista de Schindler, 1993 (película).
«Se relata la historia de un empresario de origen checo, Oskar Schindler, miembro del
Partido Nazi, quien acababa de llegar a Cracovia. Inicialmente se aprovecha de la situación en
Polonia (recientemente invadida por el ejército nazi) para crear una fábrica de artículos de cocina,
y para ello llega a un acuerdo con el director de un campo de trabajos forzados para usar mano
de obra judía proveniente del gheto de Cracovia, la opción de trabajo más económica disponible.
Schindler depende de su contador judío, Itzhak Stern. Pero pronto Oskar intenta ayudar a sus
trabajadores con todo lo que puede, impidiendo que vayan al gheto o a campos de concentración
o de exterminio, aunque para ello tiene, en muchas ocasiones, que comprar a los judíos para
salvarlos de su cruel destino en aquella época.» (Sinopsis de la película tomada de Wikipedia.)
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Sumario │

1. Introducción a la definición de la personalidad

4. La personalidad como sistema de procesos

6. Características de la personalidad como sistema

7. Conceptos afines a la personalidad: carácter, temperamento, estilo de vida

CONCEPTOS BÁSICOS A RETENER

B. Moreno Jiménez Concepto y definición de personalidad

Los objetivos más específicos de la Unidad didáctica son:

• Presentar algunas definiciones históricas.

1. INTRODUCCIÓN A LA DEFINICIÓN DE LA PERSONALIDAD

El término de personalidad se usa ampliamente tanto en el lenguaje coloquial como en

Uno de los psicólogos de la personalidad más conocidos, Hans Eysenck, ha escrito

Gordon Allport (1937), uno de los autores fundadores de la psicología de la perso-

• Las definiciones aditivas u ómnibus consideran la personalidad como la

«La personalidad es la suma total de los patrones de conducta

B. Moreno Jiménez Concepto y definición de personalidad

• Las definiciones integradoras enfatizan el aspecto organizado y estructu-

«La personalidad es un sistema contenido en una matriz de sis-

• Las definiciones jerárquicas añaden que en dicha organización existe una

«Los patrones típicos de conducta, incluidos pensamientos y

• Las definiciones distintivas hacen hincapié en la personalidad como dife-

«La personalidad de un individuo es su patrón único de rasgos.»

Las diferentes definiciones expuestas son complementarias entre sí y exponen prin-

La referencia al origen etimológico es importante pues proporciona el marco his-

• Máscara o apariencia, es la referencia griega.

B. Moreno Jiménez Concepto y definición de personalidad

3. LOS NIVELES DE ANÁLISIS CONCEPTUAL

• Nivel: la personalidad como diferencia.

3.1. LA PERSONALIDAD COMO VARIABLE DIFERENCIAL

Lo hemos visto con anterioridad. En el mismo lenguaje coloquial la personalidad es

Hay un hecho emblemático, relativamente reciente, al menos presente en la memo-

Figura 1. La personalidad como variable diferencial

Antígona, una personalidad independiente

El ejemplo de la Alemania nazi se refiere a grandes colectividades, el modelo de la per-

3.2. LA PERSONALIDAD COMO SISTEMA

Buena parte de las definiciones de personalidad insisten en el hecho de que la

B. Moreno Jiménez Concepto y definición de personalidad

supone la modificación de otras partes de la totalidad y del conjunto en su totalidad.

El modelo sistémico, derivado de la Teoría General de Sistemas y elaborado bási-

Uno de los modelos más claramente sistémicos de la personalidad es el que propu-

El reconocimiento de la conducta como un sistema propio llevaría a considerar un

Figura 2. Modelo sistémico de personalidad

CREENCIAS VALORES ESTILO DE CONDUCTA

COGNICIONES AFECTOS CONDUCTA

SISTEMA SENSOR EMOCIONES SISTEMA MOTOR

El modelo propuesto insiste en la interacción y en el intercambio continuo de in-

La observación y reflexión sobre el modelo propuesto indica que, en principio, los

La personalidad sería, por lo tanto, el resultado de la interacción de los tres subsis-

B. Moreno Jiménez Concepto y definición de personalidad

La personalidad no puede pensarse como una especie de entidad interna al sujeto,

3.3. EL MODELO BIO-PSICO-SOCIAL

En el campo de la psicología de la personalidad, ocurre algo semejante. La impor-

1996, 2007), que ha propuesto un «modelo bio-psico-social» de los trastornos de per-

Figura 3. Sistema bio-psico-social

B. Moreno Jiménez Concepto y definición de personalidad

El trastorno límite de personalidad

Se considera como un trastorno grave de la organización de la personalidad que dificulta al sujeto la

Su etiología, o conjunto de causas, es compleja y suele aludirse a un conjunto de factores bio-psico-

3.4. EL MODELO MODULAR DE PROCESOS

Hasta ahora se ha hablado de componentes, de estructuras, pero las personas somos

El enfoque sistémico de la personalidad ha introducido el concepto de la interac-

Greenwald (1982) ha aportado un modelo seminal en el que propone diferentes sub-

Gráfico 1. La personalidad: modelo modular

7. Conceptos afines a la personalidad: carácter, temperamento, estilo de vida