Para enlazar con el tema siguiente (Arte soberano), y en sustitución
de lo que otros años era la segunda parte del tema 2 (donde se comentaban textos de Ad Reinhardt que resultaría difícil glosar a distancia, aunque si alguien los quiere leer se los puedo enviar sin problemas), dadas las circunstancias propongo una reflexión sobre la pintura de dos artistas que representantes de extremos opuestos, que plantean los límites del formalismo. Tenéis que buscar sus imágenes en google, como haríamos en clase.
1/ AD REINHARDT. Gran personaje, muy lúcido. Pensaba que
el pintor se debía absolutamente a su disciplina. Debía moverse dentro de sus límites y, por ello mismo, explorarlos hasta el límite. Defensor a ultranza de la pintura pura, empezó en la línea del post-expresionismo abstracto, siguió con unas pinturas en las que se percibía una sutil trama cuadriculada y terminó pintando una y otra vez pinturas monocromas, y luego todas negras. Pero todas cuidadosamente pintadas, y ninguna igual que la otra. ¿Por qué? Porque, como explicó él mismo, a la pintura le era inesencial todo lo demás. Pero había que seguir pintando. De él se dijo que hacía una pintura minimalista, es decir, reducida al mínimo. Y uno se pregunta si realmente sus cuadros están hechos para ser contemplados o más bien para reflexionar sobre el concepto de pintura. 2/ ON KAWARA. Artista japonés, conceptual. Tres tipos de obras: 1) una larga serie de piezas de “arte postal”,postales que enviaba a sus amigos o conocidos, entre ellos galeristas, en las que se limitaba a decir “I am alive”, “Estoy vivo”, o “Me he levantado a las ocho”); 2) Unos libros en los que aparecen escritos los números de un millón de años, hacia el pasado o hacia el futuro, según el caso (y que pueden leerse en voz alta como una letanía (ya la he oído, aunque no entera); y 3) una serie de pinturas (las “Date Paintings”) en cada una de las cuales aparece sólo la fecha en que la pintó. Aquí también se plantea el problema: están esas pinturas hechas para se contempladas o para reflexionar (pero ¿sobre qué? ¿sobre el tiempo? ¿sobre el arte?. En las postales, más sobre el tiempo vital; en los libros de fechas, sobre el arte; en las pinturas, tal vez sobre ambas cosas. En cualquier caso, aquí lo discutible es si esos cuadros de fechas, y que se compran y se venden como pinturas, pretenden ser realmente pinturas o si no van más allá (de modo que serían, mucho más claramente que en Reinhardt, pretextos para la reflexión).
En el tercer tema continuaremos pensando en estas cosas.