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CASO DE ESTUDIO 1

I am in training, don’t kiss me

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CASO DE ESTUDIO 1. I am in training, don’t kiss me CASO DE ESTUDIO 1. I am in training, don’t kiss me

En lo que respecta a la actitud corporal, encon- En términos de contexto comunicativo:


tramos muchas similitudes con algunos de los “docu-
el titular y el pie de foto
mentos” analizados (véase, por ejemplo, la pose de la
deportista en primer término de la Fig. 303): caída de Tal y como nos informa Juan Vicente Aliaga, comisa-
ojos; mirada penetrante y seductora, que trasciende rio de la exposición Claude Cahun (IVAM, Valencia,
el objetivo; cabeza ligeramente inclinada y de medio 2001-2002) y autor del texto incluido en su catálogo
lado, rozando un tres cuartos, en cuya base se anuda “La reinvención de Claude Cahun. Notas y comenta-
de lado un pañuelo que deja caer sus extremos sobre rios para un recorrido biográfico-cultural”, en general,
el hombro derecho delicadamente; contraposto mar- existe un desconocimiento de los títulos originales de
cado por las líneas de hombros y caderas; piernas la obra de Cahun –si los hubiera habido–, por lo que
cruzadas; y ocupación mínima del asiento, con las a la hora de catalogar su producción, en múltiples
piernas ladeadas. ocasiones, se ha recurrido a la asignación del papel
Tras el análisis del comportamiento a nivel icónico mentos” sobre los que se basa el presente estudio, Además, resultan muy interesantes las contradiccio- de título al género artístico específico (Por ejemplo:
de los “documentos” y, por lo tanto, de la dilucida- y cuyo análisis, enriquecido con detalles sacados de nes y desplazamientos semióticos que proporciona el autoportrait → Autoportrait).
ción del reglamento de su interna “competición de otras fotografías que componen la “serie” en la cual objeto “pesas”: primero, porque es un dispositivo indis- Así, el escueto y poco descriptivo “título” –ad-
género”, dividida a nivel simbólico, habida cuenta se inscribe, estructuraremos en tres estadios o niveles pensable del ejercicio de la halterofilia, una disciplina judicado a posteriori – Autoportrait (autorretrato),
del debate icónico entre lo masculino y lo femeni- de lectura iconográfico-iconológicos. típicamente masculina de cuya práctica “femenina” en es no obstante, un significativo dato, ya que revela
no protagonizado por la deportista española durante esa época se han hallado escasos “documentos”, y ade- explícitamente la trampa de la fotografía. En efecto,
el primer tercio del siglo XX, hemos considerado, a más vinculados en su mayoría al ámbito visual del circo en la imagen es la propia artista quien construye la
modo de caso de estudio, y para poner en práctica (no al de la práctica deportiva); segundo, porque son seducción desde el punto de vista de la pose, pero
las conclusiones extraídas en el corpus, analizar una
En términos simbólicos: el atrezzo falsas –por la imagen se intuye su liviandad–; tercero, también desde el de artifex, en un juego para sí
imagen que participa de ese doble juego del deporte por la decoración de las mismas con corazones –entre en el que se autorrepresenta con la conciencia de
y de la ficción de género. Sin embargo, en el presente Cahun, partiendo del neutro2, pone en relación un otros símbolos e inscripciones, cuyo análisis excede el formular una pantomima de feminidad efímera, y
caso, la regla que prevalece, debido a que no se trata atrezzo determinado para construir su particular ficción presente estudio–; y cuarto, porque están apoyadas so-
284 de una auténtica práctica deportiva, es el “como si” deportiva y de género, unos elementos gracias a los bre el regazo de la retratada en vez de ser sostenidas por 285
del que habla Callois de cada máscara, que sustituye cuales la artista reconstruye la pantomima deportiva de ella, con un intensificador semántico figurado por la co-
al conjunto de normativas cumpliendo su misma fun- la “feminidad esperada” (pose), evidenciando la propia locación de la mano derecha, dejada caer sobre uno de
ción: la regulación de cada particular juego de simu- mascarada a través de la hipérbole y del simulacro de sus extremos en un gesto que sugiere caricia, dulzura,
lacro o mimicry1. los caracteres, o de la redundancia de elementos simbó- ternura, y diametralmente opuesto al ejercicio de fuerza
La obra en cuestión, Autoportrait (ca. 1927) (Fig. licos vinculados a la “esencia femenina” como los cora- y violencia física a través del que la deportista se rela-
303), pertenece a la subversiva artista conocida como zones, dibujados en mejillas, muslo y pesas, y sugeridos cionaría con las pesas durante una ejecución prototípica
Claude Cahun (Nantes, 1894-Saint Hélier, 1954), una mediante el modelado con gomina del flequillo o el per- de la halterofilia, una práctica cuyo fin no es otro que
creadora nacida bajo el nombre de Lucy Schwob que filado de los labios. ostentar, de modo competitivo, el equilibrio corporal y
trabajó, a través del autorretrato y del ejercicio de La oval “careta” está configurada por unas cejas re- la fuerza-potencia muscular, medida por la cantidad de
la mascarada y de la multiplicidad del yo, la cons- matadas con lápiz, sombra de ojos abundante y un par kilogramos levantados.
trucción/deconstrucción del género dicotómico. Su de hileras de pestañas inferiores dibujadas bajo la cuen- Por otro lado, la mascarada deportiva de Cahun está
fotografía es coetánea a la producción de los “docu- ca del ojo, un conjunto cuyo particular trompe-l’oeil es configurada por un conjunto de elementos entre los que
posible gracias al maquillaje, en una época marcada por destacan, además de las mencionadas pesas, lo que pa-
el auge de los productos cosméticos para la mujer a rece ser un complet de algodón o de un tejido similar
1 nivel comercial y publicitario. El torso plano, caracte- que cubre todo el cuerpo, cuyo tono y textura hace
En todo caso, y a pesar de hacer uso del término mimicry de forma
extensiva y en relación a las teorías de Caillois acerca de una rístico de la silueta de la garçonne, se percibe gracias pensar en la posibilidad de que se trate de una pieza
antropología del juego –expuestas en el bloque introductorio–, a la indumentaria adherente y fina, un busto coronado de ropa interior masculina; sobre éste, unos pantalones
se debe notar la relación que establece tal autor entre mimicry y lo por pezones postizos superpuestos a la tela, usados de oscuros y cortos a la altura del muslo, por cuyas trabi-
que él denominó psicastenia legendaria, un concepto al que según
modo similar (por adición) a otro autorretrato de 1929. llas pasa un pañuelo o tejido enrollado sobre sí de tono
Lacan en “Le Stade de miroir comme formateur de la fonction du Je”
(Ecrits, Seuil, París, 1966), un joven Caillois circunscribía el mimetismo claro que hace las veces de cinturón; cuatro sobreposi-
morfológico “en una obsesión del espacio en su efecto desrealizante”, ciones de un material negro brillante tipo charol, cerra-
aunque no sea éste el espacio de abordar tales cuestiones. Veáse 2
“Mezclar las pistas. ¿Masculino? ¿Femenino? Pero eso depende de los das con cordaje mediante un sistema similar al de un
Caillois, Roger (1935): “Mimétisme et Psychasthénie Légendaire”, casos. Neutro es el único género al que me acoplo siempre. Si no existiese
corsé, y colocadas alrededor de antebrazos (manguitos)
Minotaure, n.º 7, y Krauss, Rosalind (1985): “Corpus Delicti”, en Krauss, en nuestra lengua no se observaría ese flujo en mi pensamiento.” Cahun,
Roalind; Livingston, Jane: L’Amour Fou. Photography and Surrealism. Claude: Aveux non avenus. Éditions du Carrefour, París, 1930, p. 176; en y gemelos (calentapiernas); y unas zapatillas planas que
Nueva York, Abbeville Press Inc., pp. 57-114. Aliaga, 2001: 25. asemejan a las de bailarina, pero sin cintas.

Figura 303. “La República. La popularización del deporte”: “Guida Roggen,


Figura 302 (página 282). Claude Cahun (16): Autoportrait [Autorretrato] (ca. 1927). Gelatina de plata sobre papel, copia de época, 24 x 18 cm.; Musée de Beaux- Margarita Schefler y M. Luisa Vives, nadadoras valencianas. 1934”; en Mujer
Arts de Nantes; en Aliaga, 2001: 95 [detalle] 2002: 215 y deporte, 40 [detalle]
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en el que posee un control total sobre el resultado En términos retóricos


final, al contrario que en el caso de los “documen-
tos” analizados. No obstante, una vez trascendida Habida cuenta de la producción literaria de la artista
la fase de producción, ese juego de seducción se como el citado Aveux non avenus o el recientemente
vuelve a mostrar a ojos del espectador, configurando publicado de modo íntegro Héroïnes (Éditions Mille et
una nueva trampa-mascarada si tenemos en cuenta un Nuits, París, 2006), así como de su contacto con fi-
que Cahun utiliza un código de seducción normati- guras de la literatura vanguardista, como André Breton
vo (heterosexual), cuando su biografía da cuenta, no o Henri Michaux –inmortalizados por su cámara–, o del
sólo de su “ambigüedad” personal, sino de su orien- mundo de la literatura moderna como el cenáculo de la
tación sexual de lesbiana, ya que compartió trabajo Rive gauche encabezado por la “pareja” Beach-Monnier
y cama a lo largo de su vida con la también francesa –a las que también fotografió–, se ha considerado inte-
Suzanne Malherbe (alias “Moore”). resante realizar un análisis más profundo de la sentencia
Por otro lado, la aseveración en primera persona escrita sobre el pectoral que da título a este texto.
“I’m in training” (“Estoy entrenando”) rotulada a la En primer lugar, “I’m in training, don’t kiss me”
altura del pecho, está formulada mediante un gerun- se trata de un apóstrofe, pues apela directamente al
dio, un durativo que precisa que tal afirmación está lector-espectador-voyeur, una invocación unidireccio-
teniendo lugar en el mismo momento de la recepción nal reforzada con una penetrante mirada increpativa,
del mensaje, es decir, de la contemplación de la fo- como hemos visto, de significado opuesto. Por otro
tografía con la consiguiente lectura textual y gráfica, lado, a nivel general la obra constituye per se una pa-
cuando formalmente la pose es de descanso. Parale- radoja, ya que en ella conviven de forma ilógica una
lamente, el privativo “don’t kiss me” (“no me beses”), serie de elementos contradictorios en referencia al
niega lo que simbólicamente está reclamando a través binomio deporte/género, dándose además una con-
de su mascarada de seducción, los corazones, y unos traposición entre la representación simbólica formal
labios dibujados que sellan, a modo de conclusión, la y la afirmación textual inscrita en el pectoral, aunque
sentencia rotulada. ésta representa, asimismo, y de manera aislada, una
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La inscripción en la camiseta, o pie de página de la paradoja retórica a nivel estructural interno.
fotografía, constituye una perversión de la represen- La paradoja es una aserción absurda que se presen-
tación formal simbólica, un cortocircuito análogo al ta con apariencia razonable, en la que cabe la posibi-
producido por la idealización discursiva de aquellos lidad de que, tras una incompatibilidad aparente, esté
pies de foto que legitiman (feminizan, positivizan) las resuelta en un pensamiento más profundo del que la
imágenes transgresoras de deportistas masculiniza- enuncia (como por ejemplo “el que no tiene nada, lo
das, pero con una vuelta de tuerca, un giro dialéctico tiene todo”), aunque dada la vinculación de la auto-
realizado por la propia Cahun, ya que la imagen es ra con la escritura surrealista, sea difícil precisar. Pero
burlescamente convencional y femenina, y el texto en un uso menos usual, una paradoja también es una
es transgresor (no espera, sino que prohíbe el beso), afirmación o proposición contraria a la opinión común
aludiendo, a su vez y de forma implícita, a la forzada generalmente admitida, que se opone al pensar co-
feminización del deporte como coartada social de su rriente y que, desconcertándonos, llama la atención de
ejercicio. un modo más intenso, consiguiendo, de este modo,
Además, resulta de interés el orden de ambas fra- poner de relieve una idea o un punto de vista. Y el
ses en la sentencia, pues al colocar “I’m in training” sentir general durante las décadas de 1920 y 1930 en
en primer lugar, la artista otorga preferencia a la ac- España, y prácticamente en el resto de Occidente, co-
ción activa de entrenarse (reflexivo), por lo que la incidía en que la práctica deportiva de la mujer debía
negativa “don’t kiss me” asume, dada su segunda po- estar circunscrita al marco de la femineidad.
sición, un rol sintáctico de consecuencia, dando, en Voilà la particular y visionaria subversión de Ca-
definitiva, prioridad textual a la acción de entrenarse hun: “llamar al «desorden»” bajo la coartada de la
(negada formalmente), y restándosela a la prohibi- feminidad, desde un trabajo artístico-político que
ción pseudo-pasiva de ser besada (potenciada a tra- presenta un combate interno en el que se plantea
vés de la mascarada de seducción icónica). una retorcida articulación, en el mismo seno de los
códigos, entre lo pasivo y lo activo, lo masculino y lo
femenino, sin vencedores, ni vencidos.

Figura 304. Claude Cahun (14): Autoportrait [Autorretrato] (ca. 1927). Gelatina de plata sobre papel, copia de época, 12 x 9 cm.; Jersey Heritage Trust; en
Aliaga, 2001: 92

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