La heparina es un anticoagulante fisiológico y, por tanto, ideal para evitar la coagulación
sanguínea in vivo. El nombre de heparina proviene del griego (hepar), que significa hígado, ya que fue aislada por primera vez de las células de este tejido. Estructuralmente es un mucopolisacárido ácido (fig. 1 -9). Presenta el inconveniente de que, si no se agita rápida y uniformemente con la sangre inmediatamente después de extraída, pueden formarse microcoágulos. Aunque tiene la ventaja de no alterar el volumen eritrocitario ni la morfología de los leucocitos, su empleo no es recomendable para la realización de la extensión sanguíneo