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ESCUELA SUPERIOR POLITÉCNICA DE CHIMBORAZO

FACULTAD DE MECÁNICA
ESCUELA DE INGENIERÍA INDUSTRIAL

ESTUDIANTE: MARTÍNEZ CHRISTOPHER

CÓDIGO: 6 485

ASIGNATURA: REALIDAD NACIONAL E INTERNACIONAL

PARALELO: SEXTO ¨P1¨

TEMA: RESUMEN

FECHA: 2 020-05-29

PERÍODO LECTIVO
ABRIL 2 020 – SEPTIEMBRE 2 020
DEBERES MORALES DEL HOMBRE

LOS DEBERES PARA CON DIOS.

¿Quién sino Dios ha creado el mundo y lo gobierna? ¿Quién ha establecido y conserva


ese orden inalterable con que atraviesa los tiempos la masa formidable y portentosa, del
universo? ¿Quién vela incesantemente por nuestra felicidad y la de todos los objetos que
nos son queridos en la tierra? y, por último, ¿quién sino EL puede ofrecernos y nos ofrece
la dicha inmensa de la salvación eterna?

Dios ingresa en lo más interno de nuestro ser, siendo la razón del bien y de la felicidad
que puede brindar misericordia y dependemos de su divino poder, irritada por nuestras
ofensas, porque él es dios de bondad y su bondad tampoco tiene límites.

Debemos dar gracias por sus bendiciones y pedirle que se nos siga otorgando mas de los
mismos. Pedir así mismo por nuestra familia, por nuestro país, amigos e incluso por
nuestros enemigos

DEBERES CON NUESTROS PADRES.

Obedecer a sus padres mientras permanezcan bajo su potestad, y respetarles siempre.


Contribuir equitativamente, según sus posibilidades, al levantamiento de las cargas de la
familia mientras convivan con ella

Además, los hijos también tienen las obligaciones de alimentar a sus padres en caso de
que sea necesario. Es importante que los adolescentes trabajen desde la más tierna
infancia los valores éticos y morales para que entiendan que sus padres les cuidaron
cuando eran pequeños y que gracias a ellos son quienes son hoy en día.

Por este motivo, ellos también tienen la obligación de cuidar y velar por ellos, porque se
trata de la familia directa.

Ellos siempre han estado pendientes de nosotros de aquí asoma la razón de atender sus
necesidades desde los detalles mínimos hasta lo mas grande que podamos entregarlos.

DEBERES PARA CON LA PATRIA.

Los deberes para con la Patria, como para Dios, se reducen solamente a amarla sobre
todas las cosas. Y este santo y de gran amor, este sentimiento irrepetible que nos impulsa
a honrarla, a procurar su desarrollo, a llevarla a la perfección que es el ideal, a defenderla
por todos los modos posibles aun a cuesta de nuestra vida se llama Patriotismo

Para la patria, en los días serenos en que nos brinda placeres y contentos, le manifestamos
nuestro amor, guardando fielmente sus leyes; Pero en momentos de conflicto, cuando la
seguridad pública está amenazada, cuando la patria nos llama en su auxilio, nuestros
deberes se aumentan con otros de un orden muy superior.

Es entonces cuando la patria cuenta con todos sus hijos, sin limitaciones y sin reserva;
entonces los gratos recuerdos adheridos a nuestro suelo, los sepulcros venerados de
nuestros antepasados, los monumentos de sus virtudes, de su grandeza y de su gloria,
nuestra esperanza, nuestras familias indefensas, los ancianos que fijan en nosotros su
mirada impotente y acongojada y nos contemplan como sus salvadores, todo viene pues
a encender nuestro pecho de fuego sagrados del heroísmo.

LOS DEBERES CON NUESTROS SEMEJANTES.

Amar a tu prójimo como a ti mismo, ha dicho Dios, y este santo precepto es el primero
que debemos grabarnos en el pecho, porque será cual un faro portentoso que os conduzca,
entre las sinuosidades del camino, al asilo de paz y de ventura.

Dios al querer que todos los hombres fuesen hermanos, ha hecho que una imperiosa
necesidad forjase el lazo que debía unirlos, y así solo uniéndose son fuertes, poderosos y
felices, mientras en el aislamiento vacilan y perecen.

Aun los salvajes forman tribus para rechazar a las fieras de sus bosques, aun entre ellos
se conocen los vínculos de amistad para ayudarse y protegerse.

Un hombre, por sí solo, es un ser débil, impotente, casi pudiéramos decir incompleto,
porque apenas se basta a sí mismo; mientras uniendo los esfuerzos de su talento y de su
industria a los esfuerzos de los demás, consigue llevar a cabo todos esos milagros del
pensamiento que le convierten casi en semidiós.

El ver cuan necesarios nos son nuestros semejantes en todos los actos más leves de la
existencia, basta para hacernos comprender cuáles serán nuestros deberes respecto a ellos,
y que todos estamos obligados a contribuir en cuanto podamos a la gran obra de la unión
social.

LOS DEBERES PARA CON NOSOTROS MISMOS.

La importancia de estos deberes está implícitamente reconocida en el simple


reconocimiento de los de más deberes, los cuales nos sería imposible cumplir, si la luz
del entendimiento no nos guiase en todas nuestras operaciones, si no cuidásemos de
nuestra salud, y si no trabajásemos constantemente en precavernos de la ira, de la
venganza, de la envidia, de la ingratitud, y todos los demás movimientos irregulares a que
desgraciadamente está sujeto el corazón humano.

La idea de deberes u obligaciones que alguien pudiera tener hacia sí mismo es una idea
que desde el primer contacto con ella nos sorprende, lo cual en este contexto quiere decir
que, en principio, es una idea filosóficamente rica. En filosofía una idea que es
virtualmente rica es una idea que muy probablemente encubre multitud de confusiones,
de tensiones conceptuales, de similitudes engañosas y ello automáticamente la vuelve
interesante.
Bibliografía:
• Carreño, Manuel Antonio (1875). Benito Gil, ed. Compendio del manual de
urbanidad y buenas maneras de Manuel Antonio Carreño. Lima. Consultado el 11
de febrero de 2020.

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