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FACULDAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

CARRERA PROFESIONAL DE DERECHO

CURSO : Derecho Procesal Del Trabajo

TEMA : El proceso de ejecución laboral

DOCENTE : Mag. FRANKLIN G. GIRALDO NORABUENA

ALUMNA : Campomanes Tarazona Ayda María

CICLO : VI

HUARAZ- ANCASH
2018
EL PROCESO DE EJECUCIÓN LABORAL
Resumen.

El autor a partir de la revisión del proceso de ejecución en la Nueva Ley Procesal del Trabajo,

denota algunos vacíos o deficiencias normativas, haciendo énfasis en los que se presentan en la

cobranza de los aportes previsionales del Sistema Privado de Pensiones, que constituyen según

señala la mayor carga procesal a la que tienen que hacer frente los Jueces de Paz Letrados.

Introducción.

El proceso de ejecución previsto en la Nueva Ley Procesal del Trabajo, Ley N° 29497, en

adelante NLPT, define la competencia en el conocimiento de dicho proceso básicamente en

razón a la cuantía, salvo el caso de la cobranza de los aportes previsionales del Sistema Privado

de Pensiones, en cuyo caso la competencia es exclusiva de los Juzgados de Paz Letrados,

resultando irrelevante el importe materia de cobranza.

La regulación prevista sobre el proceso de ejecución en la NLPT, requiere establecer

previamente qué debemos entender como proceso de ejecución y qué como título ejecutivo,

sobre aquello se tratará de definir su diferencia con el proceso de conocimiento, su estructura y

finalidad y en cuanto al título ejecutivo, se tratará de verificar su contenido, es decir, la

obligación que este puede contener y la limitación de las defensas que contra el mismo, se puede

generar.

Se revisará qué títulos ejecutivos ha señalado expresamente la NLPT, pueden ser tramitados

mediante el proceso de ejecución, haciéndose énfasis en los referidos a la cobranza de aportes

previsionales del Sistema Privado de Pensiones, dado que los mismos constituyen

aproximadamente el noventa por ciento (90%) de los expedientes que conocen los Juzgados de

Paz Letrados, verificándose entonces en ellos las incidencias que surgen en la cobranza de los

referidos títulos ejecutivos.


Finalmente, serán materia de análisis los supuestos de suspensión extraordinaria de la

ejecución, la multa por contradicción temeraria, definiendo para ello, lo que se debería entender

por conducta temeraria y distinguirla de la conducta procesal de mala fe, para luego ingresar a la

revisión del incumplimiento injustificado al mandato de ejecución, en el caso de las obligaciones

de hacer y no hacer y las consecuencias que se proponen legislativamente y la forma de cálculo

de los derechos accesorios.

I.- Proceso de ejecución.

La NLPT en el Título II, en su Capítulo V, desde el artículo 57 a 63, trata sobre el proceso de

ejecución.

En cuanto a la competencia el inciso 2º del artículo 1 de la NLPT, señala que los procesos con

título ejecutivo cuando la cuantía no supere las cincuenta (50) Unidades de referencia procesal

(URP) son competencia de los Jueces de Paz Letrados; salvo cuando se trata de la cobranza de

aportes previsionales del Sistema Privado de Pensiones retenidos por el empleador, en cuyo caso

los Jueces de Paz Letrados son competentes con prescindencia de la cuantía.

Por su parte, el artículo 57 de la NLPT específicamente señala qué títulos ejecutivos, van a ser

tramitados mediante el proceso de ejecución. De esa forma, debemos tener presente dos

conceptos: el de proceso de ejecución y el de título ejecutivo.

Así, para el Juez Supremo ARÉVALO VELA, el proceso de Ejecución Laboral es un

conjunto de actos procesales a través de los cuales el acreedor de un derecho persigue el

cumplimiento por parte de su deudor de una obligación de dar, hacer y no hacer, para lo cual

sustenta su pretensión en la existencia de un proceso previo, donde se ha declarado su derecho, o

del documento denominado título al cual la ley le otorga la presunción de legitimidad.


En esa misma línea, ANACLETO GUERRERO señala que la finalidad del juicio ejecutivo no

consiste en lograr un pronunciamiento judicial que declare la existencia o inexistencia de un

derecho sustancial incierto, sino en obtener la satisfacción de un crédito que la ley presume

existente, en virtud de la peculiar modalidad que reviste el documento que lo comprueba. Por

ello, los dos extremos principales que ha de reunir el título son suficiencia e integración; es decir,

debe bastarse a sí mismo, sin que pueda ser completado con prueba de otra índole, porque el

título mismo es una suerte de prueba.

Al respecto PRIORI POSADA señala que, el proceso de ejecución supone partir de la certeza

que genera el título ejecutivo, por lo que únicamente corresponde ejecutar el derecho. Con ello,

lo que se hace frente a una demanda que cumple los requisitos es la emisión de un mandato de

ejecución que ordena al ejecutado cumplir con su obligación. Por ello, la defensa que puede

realizar un ejecutado es muy limitada: consiste únicamente en oponerse al mandato de ejecución

a través de una contradicción.

Por otro lado, para VINATEA y TOYAMA en los procesos de ejecución ya no se discute la

existencia del derecho contenido en el título ejecutivo, pues ya está reconocido en el propio

título, aunque naturalmente se concede al demandado, llamado ejecutado, mecanismos de

defensa destinados a cuestionar únicamente la validez del título o la exigibilidad de la

obligación, entre otros motivos taxativamente contemplados. Señalan además los citados autores,

que dicho proceso tiene por fin último la materialización de las decisiones judiciales o de los

derechos reconocidos por las partes, o declarados por un tercero, satisfaciéndose así los intereses

respecto de los cuales se solicita tutela jurisdiccional.

Por su parte, PAREDES INFANZON señala que el proceso de ejecución es uno diferente al

proceso de conocimiento, tanto por su contenido como por su estructura y finalidad, ya que aquel
no parte del conflicto de derechos, que es atendido más bien por este último, el que lo resuelve

en forma declarativa o constitutiva a través de una sentencia. El proceso de ejecución no tiene

por finalidad resolver un conflicto, por lo que en su interior no existe debate posicional, ni

actuación probatoria ni expedición de una sentencia, sino por el contrario se inicia con la

acreditación de un derecho reconocido o declarado a través de un Título que se encuentre

pendiente de cumplimiento para luego de calificarlo debidamente se expida un Mandato de

ejecución que no permite la discusión del origen del derecho, sino únicamente la argumentación

sobre la exigibilidad de la obligación que contiene el título, la misma que en caso no tener

fundamento adecuado, induce al Juez a emplear todos los medios imperativos, forzosos,

coactivos o coercitivos que la Ley franquea para lograr el cumplimiento de la obligación de parte

del deudor y ofensor. Ello determina que sea un proceso breve, expeditivo y conminatorio que no

admite mayor debate entre las partes, prohibiéndose los artículos de nulidad y la concesión de

medios impugnatorios con efecto suspensivo, hasta que no se haya dado cumplimiento a la

obligación ejecutada.

A lo anteriormente expuesto por la doctrina citada, debo agregar que la única excepción por la

cual el proceso de ejecución no termina con la expedición de un auto, sino con la emisión de una

sentencia, será aquel referido a la cobranza de aportes previsionales del Sistema Privado de

Pensiones, como se explicará más adelante, por lo demás, el proceso de ejecución como se ha

señalado, es aquel referido a una serie o sucesión de actos procesales, mediante los cuales se

pretende hacer cumplir forzosamente y consecuentemente materializar en forma objetiva y

efectiva, lo resuelto por una autoridad judicial, autoridad administrativa, por los árbitros o lo

acordado o transado por las partes y finalmente, también el documento (liquidación) emitido para

la cobranza de aportes previsionales del Sistema Privado de Pensiones, en el entendido de que


los mismos reflejan un derecho cierto y auténtico; es decir, les otorga la Ley una presunción de

certeza y autenticidad, por ello las defensas son taxativamente enumeradas por el artículo 690-D

del Código Procesal Civil y en su caso, por el artículo 38 del Texto Único Ordenado de la Ley

del Sistema Privado de Administración de Fondo de Pensiones, estableciendo en ellos plazos

breves y perentorios.

II.- Títulos ejecutivos.

Un título ejecutivo, señala ARÉVALO VELA es una declaración contenida en un documento,

por el cual una persona natural o jurídica reconoce una obligación cierta y exigible a su cargo.

Continúa señalando el citado jurista, que el título ejecutivo tiene dos requisitos uno de fondo y

otro de forma. El requisito de fondo está dado por el reconocimiento de la existencia de una

obligación, mientras que el requisito de forma está dado por la existencia de un documento

donde conste el reconocimiento antes mencionado.

Para VINATEA y TOYAMA solamente se puede promover un proceso de ejecución si el

derecho del acreedor, que demanda (llamado ejecutante) está contenido en el título ejecutivo

donde conste que el deudor que es demandado (llamado ejecutado) se obliga o es obligado a

satisfacer cierto crédito. Cabe precisar que los derechos contenidos en los títulos ejecutivos, y

que habilitan a iniciar un proceso de ejecución de estas características, no solamente pueden

referirse a obligaciones de dar sumas de dinero o bienes determinados, sino también a

obligaciones de hacer y de no hacer. Naturalmente, en los casos regulados en este artículo las

obligaciones a ejecutar deben estar referidas o derivarse de una relación laboral.

En línea de lo anteriormente señalado, mediante el proceso de ejecución se va promover este,

en virtud de títulos ejecutivos de naturaleza judicial o aquellos como los señala LINO PALACIO

citado por HINOSTROZA MINGUEZ, denominados títulos ejecutivos extrajudiciales, los


mismos que la ley, en razón de tratarse de documentos que contienen una auto declaración de

certeza del derecho proveniente del deudor o de la administración pública, asigna efectos

equivalentes a los de una sentencia condenatoria.

Esto por cuanto, ya no existe un tratamiento diferenciado desde las modificaciones realizadas

al Código Procesal Civil por el Decreto Legislativo N° 1069 del 28 de junio del año 2008, entre

títulos ejecutivos y títulos de ejecución, ahora todos se denominan títulos ejecutivos y así se

refleja en la NLPT de fecha 15 de enero del año 2010.

Siendo que cuando el artículo 690-A del Código Procesal Civil indica que a la demanda se

debe acompañar el título ejecutivo, además de los requisitos y anexos provenientes en los

artículos 424 y 425 y los que se especifiquen en las disposiciones especiales, es por qué en este

tipo de procesos señala PAREDES INFANZÓN el contradictorio se invierte. La sola afirmación

contenida en la demanda y sustentada en el título que se adjunta es suficiente para que el órgano

jurisdiccional expida el mandato ejecutivo.

De lo hasta aquí expuesto, los títulos ejecutivos deben contener como requisito indispensable,

una obligación cierta o veraz, expresa es decir indubitable y exigible, por lo que, si está sujeta a

plazo debe encontrarse vencido y si la obligación está sujeta a condición, ésta debe haberse

cumplido. Cuando se trata de un título que contiene una obligación de dar suma de dinero, ésta

debe ser, además, líquida o liquidable mediante una simple operación aritmética.

En tal sentido, para la NLPT son títulos ejecutivos los siguientes:

Las resoluciones judiciales firmes.

Se ejecutan exclusivamente ante el juez que conoció la demanda y dentro del mismo

expediente, es decir, si la demanda si hubiese iniciado ante una Sala Laboral, es competente el

Juez especializado de trabajo de turno, siendo que en este caso ya no existe el turno, será
competente el Juez especializado de Trabajo, en forma aleatoria según su ingreso al Sistema

Integrado Judicial (SIJ)

Se trata entonces de aquellas decisiones judiciales autos y sentencias emitidas y que tengan la

condición de consentidas o ejecutoriadas, para ARÉVALO VELA son aquellas que gozan de

autoridad de cosa juzgada, es decir que contiene una decisión inimpugnable, inmutable y

coercible, no siendo ejecutables en esta vía agrega el citado autor, las resoluciones judiciales

expedidas en procesos referidos a otras materias.

Siendo que dichas resoluciones deben establecer una condena, es decir, aquellas en la que se

tenga que cumplir una obligación de dar, de hacer o de no hacer.

Las actas de conciliación judicial.

Son aquellos acuerdos totales o parciales a los que arribaron las partes, de conformidad con lo

dispuesto en el artículo 30 de la NLPT, teniendo las mismas la autoridad de cosa juzgada y que

se ejecutan exclusivamente también ante el juez que conoció la demanda y dentro del mismo

expediente. De igual manera, que en el caso anterior si la demanda se hubiese iniciado ante una

Sala Laboral, sería competente el Juez Especializado de Trabajo, en forma aleatoria en la medida

que ya no existe el turno, como forma de determinar la competencia.

c) Los laudos arbitrales firmes que, haciendo las veces de sentencia, resuelven un conflicto

jurídico de naturaleza laboral.

En palabras de ARÉVALO VELA, el laudo puede definirse como decisión final que emiten

los árbitros dentro de un proceso arbitral condenando a una de las partes a cumplir una

obligación de dar, hacer o no hacer.

Sin embargo, debemos estar frente un laudo arbitral firme, por el cual se haya resuelto un

conflicto jurídico y no aquellos que resuelvan conflictos económicos de naturaleza laboral, el que
va ser tramitado conforme a la norma general de arbitraje, prevista en el Decreto Legislativo N°

1071, en los que no se haya otorgado facultades de ejecución a los árbitros, según inciso 1) del

artículo 67 del referido Decreto Legislativo, pudiéndose tratar de laudos arbitrales firmes

emitidos en derecho o en equidad.

Por su parte, entre otro supuesto cuando estamos frente a una controversia jurídica entre el

empleador y el trabajador, ambos acuerden firmar un convenio arbitral y la remuneración

mensual del trabajador supere las setenta (70) unidades de referencia procesal, el laudo arbitral

que se emita, una vez firme, constituirá un título ejecutivo.

d) Las resoluciones de la autoridad administrativa de trabajo firmes que reconocen

obligaciones.

Se refiere a resoluciones firmes, es decir, aquellas contra las cuales ya no cabe interponer

recurso impugnatorio alguno en la vía administrativa, las que se constituirán en títulos

ejecutivos.

Estas resoluciones pueden ser emitidas por el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo

o por la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral – SUNAFIL, a través de las cuales

se reconocen obligaciones.

ELIAS MANTERO señala que las resoluciones administrativas por su propia naturaleza

pueden ser cuestionadas en la vía judicial a través del proceso contencioso administrativo, siendo

el requisito esencial de procedencia la interposición de la demanda dentro del término de tres

meses señalados en el artículo 17 de la Ley N° 27584, (Ley que Regula el Proceso Contencioso

Administrativo). La interposición de la demanda no determina de por si la interrupción de la

ejecución, en cuyo caso se requeriría una medida cautelar, no necesariamente fácil de obtener en

razón de que los pronunciamientos de la autoridad están premunidos de una presunción de


legalidad, lo que hace difícil, aunque no imposible, cumplir con el requisito de la apariencia del

buen derecho o verosimilitud dela obligación.

e) El documento privado que contenga una transacción extrajudicial; en donde se hayan

abordado asuntos laborales.

Son títulos ejecutivos en este caso las transacciones extrajudiciales, cuando las mismas

aborden asuntos laborales, no debe tratarse de aquellos casos en los cuales ya existe un proceso

judicial, sino previas al mismo y que contengan concesiones recíprocas y no equivalentes.

En estos casos el Juez al calificar el título ejecutivo deberá observar especial cuidado, es

decir, verificar de lo expuesto en los documentos y en su caso requerir a la parte, que señale si

existe algún tercero que pueda afectarse con lo acordado en la transacción extrajudicial, por

cuanto, muchas veces mediante estos documentos, se quiere generar supuestas obligaciones para

otorgarles un derecho preferencial y/o generar un derecho persecutorio y burlar de esa forma el

cobro de acreedores reales y no ficticios; así como, deberá apreciarse al calificar el título

ejecutivo, que el trabajador en la transacción no este renunciando a derechos laborales.

f) El acta de conciliación extrajudicial, privada o administrativa.

La conciliación extrajudicial es el acuerdo de las partes para poner fin una controversia

evitando que la misma llegue a la vía judicial.

Sobre la conciliación extrajudicial privada, esta posibilidad se encuentra prevista en el artículo

7 de la Ley N° 26872 – Ley de Conciliación, que establece que la conciliación en materia laboral

se llevará a cabo respetando el carácter irrenunciable de los derechos del trabajador reconocidos

por la Constitución Política del Perú y la Ley. Se indica además que la misma será atendida por

los Centros de Conciliación Gratuitos del Ministerio de Justicia, Ministerio de Trabajo y

Promoción del Empleo y por los Centros de Conciliación privados para lo cual deberán de contar
con conciliadores acreditados en esta materia por el Ministerio de Justicia. En la audiencia de

conciliación en materia laboral las partes podrán contar con un abogado de su elección o, en su

defecto, deberá de estar presente al inicio de la audiencia el abogado verificador de la legalidad

de los acuerdos.

Por su parte, la Cuarta Disposición Final de la Ley de Conciliación, Ley N° 26872 señaló que

la Conciliación Administrativa a que se refiere el Capítulo III del Título III del Decreto

Legislativo N° 910, Ley General de Inspección del Trabajo y Defensa del Trabajador, mantiene

su plena vigencia.

En ese sentido, el artículo 27 del citado Decreto Legislativo señala que el área de Conciliación

Administrativa, está destinada a promover el acuerdo entre empleadores y trabajadores o ex

trabajadores a fin de encontrar una solución autónoma a los conflictos que surjan en la relación

laboral. La asistencia del trabajador y del empleador a la Audiencia de Conciliación es de

carácter obligatorio. La Audiencia de Conciliación puede ser solicitada por el trabajador, ex

trabajador, la organización sindical, por el empleador o por ambas partes. Para la realización de

la Audiencia de Conciliación debe notificarse a ambas partes, con una anticipación no menor de

diez (10) días hábiles.

Siendo que, por su parte, señala el artículo 28 el plazo de caducidad en materia laboral, se

suspende a partir de la fecha en que cualquiera de las partes presenta la solicitud de Audiencia de

Conciliación y hasta la fecha en que concluya el procedimiento.

Las partes, indica el artículo 29 pueden intervenir en la conciliación a través de sus

representantes o apoderados. La designación puede constar en una carta simple, con la facultad

expresa para conciliar, acompañada de la copia del poder del otorgante.


Si el empleador o el trabajador no asisten a la conciliación por incapacidad física, caso

fortuito o fuerza mayor, deben acreditar por escrito su inasistencia, dentro del segundo día hábil

posterior a la fecha señalada para la misma. Admitida la justificación se notifica

oportunamente a las partes para una segunda y última diligencia. La notificación en este caso se

efectúa con una anticipación no menor de veinticuatro (24) horas. Si en el plazo señalado en el

primer párrafo del presente artículo, el empleador no presenta la justificación pertinente o ésta es

desestimada, se aplica una multa de hasta una (1) Unidad Impositiva Tributaria vigente, según

los criterios que establece el Reglamento. Contra la resolución por la que impone la multa, el

empleador, dentro del tercer día hábil de su notificación, puede interponer Recurso de Apelación,

el que es resuelto en el término de diez (10) días hábiles de su presentación, agotándose la vía

administrativa.

Finalmente, en la conciliación sólo se levanta acta cuando las partes lleguen a un acuerdo total

o parcial del tema controvertido, en caso contrario únicamente se expide una constancia de

asistencia. Dicho acuerdo debe quedar reflejado en el acta de conciliación que debe contener una

obligación cierta, expresa y exigible la que constituye título ejecutivo y tiene mérito de

instrumento público.

g) La liquidación para cobranza de aportes previsionales del Sistema Privado de Pensiones.

La NLPT viene siendo implementada en nuestro país y no dudo que, con éxito, sin embargo,

la misma fue diseñada bajo el criterio de especialidad y bajo el modelo del Despacho Judicial

Corporativo, conforme a la Resolución Administrativa N° 127-2012-CE-PJ de fecha 4 de julio

del año 2012, dicho modelo requiere de al menos un Juzgado de Paz Letrado y un Juzgado

Especializado de Trabajo para su funcionamiento.


Sin embargo, resulta ser que aproximadamente el noventa por ciento (90%) de los expedientes

que conocen los Juzgados de Paz Letrados, están referidos a la cobranza de aportes previsionales

del Sistema Privado de Pensiones, situación que se ha visto acentuada con lo acordado en el

Segundo Pleno Jurisdiccional Supremo en Materia Laboral, que en el Quinto Tema del mismo,

en relación a la competencia de los Juzgado de Paz Letrados, se precisó lo siguiente: “5.1. ¿Son

competentes los juzgados de paz letrados para conocer pretensiones no cuantificables? El pleno

acordó por unanimidad: Los juzgados de paz letrados no son competentes para conocer

pretensiones no cuantificables, pues de conformidad con el artículo 1 de la Ley N° 29497, Nueva

Ley Procesal del Trabajo, sólo son competentes para conocer pretensiones cuantificables

originadas en demandas de obligación de dar sumas de dinero y títulos ejecutivos, cuyas cuantías

no sean superiores a cincuenta (50) Unidades de Referencia Procesal (URP). 5.2. ¿Son

competentes los juzgados de paz letrados para conocer pretensiones no cuantificables

acumuladas con una pretensión cuantificada que sí es de su competencia por la cuantía? El pleno

acordó por unanimidad: En la Nueva Ley Procesal del Trabajo, los juzgados de paz letrados no

son competentes para conocer pretensiones no cuantificables acumuladas con una pretensión

cuantificada que si es de su competencia por la cuantía; pues éstos únicamente pueden conocer

las materias expresamente señaladas en el artículo 1 de la Ley N° 29497”; en conclusión, los

juzgados de paz letrados no pueden conocer pretensiones no cuantificables, aún estas estén

acumuladas con pretensiones cuya cuantía no supere las cincuenta (50) Unidades de Referencia

Procesal, lo que casi convierte a los mismos en órganos jurisdiccionales a exclusividad para

conocer la cobranza de aportes previsionales del Sistema Privado de Pensiones, significando que

la mayoría de las pretensiones sean conocidas por los Jueces de Trabajo, los que tienen que

afrontar una gran cantidad de procesos, atentando con ello el principio de celeridad que inspira al
nuevo proceso laboral, lo que hace necesario una modificación legislativa al respecto, para que

los Juzgados de Paz Letrados asuman competencia frente a pretensiones no cuantificables

acumulada a una cuantificable no mayor a cincuenta (50) Unidades de Referencia Procesal, dado

que son órganos jurisdiccionales que han sido creados bajo el criterio de especialidad en dicha

materia.

La liquidación para cobranza:

Es un documento con mérito ejecutivo, emitido por una Administradora de Fondo de

Pensiones en el cual se determina el monto de los aportes adeudados por el empleador.

Normas que rigen la cobranza de aportes previsionales del Sistema Privado de Pensiones:

Conforme a la modificatoria realizada por la Segunda Disposición Modificatoria de la NLPT

al artículo 38 del Texto Único Ordenado de la Ley del Sistema Privado de Administración de

Fondo de Pensiones, aprobado por Decreto Supremo N° 054-97-EF, en la misma se señala que la

cobranza se efectuará de acuerdo con el Título II de la Sección Séptima de la NLPT,

estableciendo a continuación reglas especiales para dicha ejecución, es decir, que si bien el

proceso de cobranza de los aportes se tramita con arreglo a la NLPT, lo cierto es que existen en

el Texto Único Ordenado de la Ley del Sistema Privado de Administración de Fondo de

Pensiones, reglas especiales que priman sobre las disposiciones generales que son las

establecidas por la NLPT.

Al respecto ELIAS MANTERO, señala que el proceso de ejecución de los adeudos

contenidos en la liquidación de cobranza que debe preparar la AFP, se debe llevar a cabo de

acuerdo con lo señalado en la NLPT. El tema está regulado por el artículo 38 del D.S. 054-97-EF

(Texto Único Ordenado de la Ley del Sistema Privado de Administración de Fondo de


Pensiones). Este dispositivo señala las pautas especiales para la tramitación de la ejecución y las

razones para sustentar la contradicción de la ejecución.

En ese sentido, siguiendo el principio que rige para la solución del conflicto de normas, que la

norma especial rige sobre la norma general,[17] se tiene que habiéndose establecido

expresamente en la norma especial, incisos c), d) y e) del artículo 38 del Texto Único Ordenado

de la Ley del Sistema Privado de Administración de Fondo de Pensiones, aprobado por Decreto

Supremo N° 054-97-EF, que para la ejecución de los adeudos contenidos en la Liquidación para

Cobranza de aportes previsionales del Sistema Privado de Pensiones que si se formula

contradicción, el juez expedirá sentencia dentro de los cinco días de realizada la absolución o sin

ella, no se efectuará audiencia y que independientemente de la cuantía de la pretensión, conocerá

la apelación el Juez de Trabajo, quien expedirá sentencia dentro de los diez días de recibido el

expediente, no admitiéndose informe oral, primando dichas normas especiales, sobre cualquier

otra de carácter general.

Es importante resaltar por otro lado, que las normas del Código Procesal Civil, no son de

aplicación supletoria en forma directa a la cobranza de aportes previsionales, en la medida que

existe normas especiales que establecen el proceso a seguir, su aplicación estará supeditada a que

al respecto no exista nada regulado ni en la norma especial, ni en la NLPT.

Resolución que pone fin al proceso:

Habíamos ya señalado que, en el caso del proceso de ejecución de las liquidaciones para

cobranza de aportes previsionales del Sistema Privado de Pensiones, el proceso no concluía con

un auto sino con una sentencia.

Para ello debemos indicar que, conforme a lo precedentemente expuesto, existen dos

supuestos:
Con contradicción: Es supuesto está previsto expresamente por la referida norma especial, que

señala que formulada contradicción con la absolución o sin ella, se emite sentencia e interpuesto

el recurso de apelación, en este caso, en aplicación supletoria del artículo 691 del Código

Procesal Civil, en el plazo de 3 días contados, desde el día siguiente a su notificación, la

resolución que se emite en revisión de los actuados, conforme se señala en la norma especial, es

la de una sentencia de vista.

Sin contradicción: El segundo supuesto que puede generar dudas sobre el tipo de resolución a

emitirse, es aquel en el cual no se ha formulado contradicción y se emite resolución ordenando

llevar adelante la ejecución, supuesto no señalado en la norma especial, pero siguiendo la misma

lógica, si interpuesto el recurso de apelación contra la citada resolución, está debe ser resuelta

por el Juez de Trabajo por una sentencia, no puede ser la resolución materia de apelación un auto

sino una sentencia, por cuanto dicha resolución también al igual que en el primer supuesto,

resuelve llevar o no adelante la ejecución. Por otro lado, cualquiera sea la posición que se adopte

tratándose de una resolución que pone fin al proceso de ejecución, interpuesto el recurso de

apelación debe ser concedido con efecto suspensivo conforme al artículo 371 del Código

Procesal Civil y no sin efecto suspensivo y sin la calidad de diferida, en cuyo caso se remitirá un

cuaderno de copias certificadas, lo que atenta contra los principios de celeridad y economía

procesal que inspiran al nuevo proceso laboral, conforme al artículo I del Título Preliminar de la

NLPT.

Prueba tasada o libertad probatoria:

Surge de las normas especiales previstas en el artículo 38 del Texto Único Ordenado de la

Ley del Sistema Privado de Administración de Fondo de Pensiones, aprobado por Decreto

Supremo N° 054-97-EF, duda en cómo se debe interpretar lo dispuesto en el inciso b) literales


1), 3) y 4) del referido artículo, cuando señala que: “El ejecutado podrá contradecir la ejecución

solo por los siguientes fundamentos: 1. Estar cancelada la deuda, lo que se acreditará con copia

de la Planilla de Pagos de Aportes Previsionales debidamente cancelada; (…) 3. Inexistencia del

vínculo laboral con el afiliado durante los meses en que se habrían devengado los aportes materia

de cobranza, lo que se acreditará con copia de los libros de planillas. 4. Error de hecho en la

determinación de monto consignado como deuda en la Liquidación para Cobranza, lo que se

acreditará con copia de los libros de planilla o de las boletas de pago de remuneraciones suscritas

por el representante del demandado.

La norma examinada delimita en números clausus los supuestos que van a permitir justificar y

sustentar la contradicción a la ejecución de las Liquidaciones para Cobranza emitidas por las

Administradoras de Fondo de Pensiones en ejercicio de la obligación que bajo responsabilidad le

impone el artículo 37 de la misma Ley del Sistema Privado de Fondo de Pensiones, que dentro

de este marco jurídico su mérito ejecutivo sólo va a poder ser válidamente enervado acudiendo a

cualquiera de las hipótesis taxativamente determinadas; empero no podría también sostenerse

que la acreditación de la configuración de cada supuesto señalado se encuentre en estricto

vinculado al mérito exclusivo y excluyente de dichos documentos: planilla de pagos

previsionales debidamente canceladas y copia del Libro de Planillas o con las boletas de pago de

remuneraciones, con lo cual estaríamos implícitamente tipificando un supuesto de prueba tasada

ajena al ámbito y contornos del Principio de Libertad Probatoria bajo el cual se estructura el

Sistema Probatorio que acoge la Nueva Ley Procesal del Trabajo concordado con el Código

Procesal Civil. Pues en realidad la finalidad del citado artículo es relevar en forma enunciativa

cual es el instrumento que en forma directa, adecuada e idónea cumpliría con tal propósito sin

descartar que pueda ser alcanzado vía otros elementos de prueba o sucedáneos probatorios que
incidan en demostrar la cancelación de la deuda, la inexistencia del vínculo laboral acusado o el

error de hecho en la determinación del monto consignado como deuda, salvo bajo la limitación

procesal que se traten sólo de documentos conforme el último párrafo del inciso b) del artículo

38 del Texto Único Ordenado de la Ley del Sistema Privado de Administración de Fondo de

Pensiones, aprobado por Decreto Supremo N° 054-97-EF que indica: “(…) No se admitirá

prueba distinta a los documentos. (…)”, lo cual por lo demás resulta razonable y proporcional a

la naturaleza del proceso de ejecución; de lo que se desprende que si es admisible cualquier

documento cuyo mérito sirva para el objetivo y propósito de probar el supuesto de contradicción

denunciado, es decir, otorgan la habilitación para respaldar la configuración de un supuesto de

contradicción en el mérito de cualquier documento que en forma valida, razonable y

proporcional sirva para demostrar su existencia con lo cual el sentido interpretativo fijado se ve

incluso respaldado desde un criterio de interpretación sistemática.

Oportunidad de presentación de los medios de prueba:

Si bien el inciso b) del artículo 38 del Texto Único Ordenado de la Ley del Sistema Privado

de Administración de Fondo de Pensiones, aprobado por Decreto Supremo N° 054-97-EF, señala

que a la contradicción se deberá presentar acompañada de la prueba instrumental que acredite sus

fundamentos, salvo los casos a que se refiere el numeral 2 del citado artículo (nulidad formal o

falsedad de la liquidación para cobranza) y el inciso 3 del artículo 446 del Código Procesal Civil

(referido a la excepción de representación defectuosa o insuficiente del demandante o del

demandado), suele suceder que la presentación de la documentación que acredita la cancelación

de la deuda, inexistencia del vínculo laboral o el error de hecho en la determinación de monto

consignado como deuda, se realiza no con la contradicción, sino con la apelación, esto quedaría

solucionado de raíz, si como sucede con el Sistema de Planillas Electrónicas Web (PLAME), los
Jueces Laborales contaran con el Sistema AFP Net, sin embargo, ello no se encuentra previsto, ni

existe convenio alguno entre el Poder Judicial y la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP,

pero que sin embargo, se hace necesario por cuanto directamente se contaría con la verificación

de haberse o no realizado el pago de los importes materia de cobranza, es decir, se accedería no

sólo a lo declarado sino a lo efectivamente pagado y la oportunidad del mismo.

Mientras ello sucede, queda en manos del Juez de Trabajo, adopte alguna alternativa de

solución, la formal sería simplemente que al no haberse acompañado las documentales con la

contradicción y no encontrándose los documentos presentados en alguno de los supuestos

previstos en el artículo 374 del Código Procesal Civil, es decir, se trate de medios probatorios

referidos a la ocurrencia de hechos relevantes para el derecho o interés discutido, pero acaecidos

después de concluida la etapa de postulación del proceso o documentos expedidos con fecha

posterior al inicio del proceso o que comprobadamente no se hayan podido conocer y obtener

con anterioridad, procederá a confirmar la sentencia apelada y ordenar se prosiga con la

ejecución.

Sin embargo, también en justicia podría tomar la alternativa de admitirlo de oficio los medios

probatorios acompañados con el escrito de apelación, con arreglo a lo dispuesto en el artículo 22

de la NLPT, en cuyo caso podría afectar el derecho de contradicción de la contra parte, o

teniendo en cuenta el primer párrafo del artículo III del Título Preliminar del Código Procesal

Civil que indica que: “El juez deberá atender a que la finalidad concreta del proceso es resolver

un conflicto de intereses o eliminar una incertidumbre, ambas con relevancia jurídica haciendo

efectivos los derechos sustanciales, y que su finalidad abstracta es lograr la paz social en justicia.

(…)”. Para efectos de obtener un fallo justo, y no soslayar los elementos fácticos que fluyen del

proceso y obtener una decisión mucho más analítica, exhaustiva e integral del caso y en la
medida que resulta imprescindible determinar con la mayor certeza, si la parte ejecutada, en

base a los documentos adjuntados a su recurso impugnatorio, resulta ser la obligada para atender

el monto devengado, ello a fin de evitar un posible enriquecimiento indebido por parte de la

ejecutante, podría ordenar que el Juzgado de Paz Letrado evalúe bien los documentos aportados

por la ejecutada en su escrito de apelación y los que fueran necesarios, en tanto que los primeros

no se consideraron para la emisión de la resolución materia de apelación; tanto más, si el Juez de

Paz Letrado puede acceder a otros tipos de instrumentos tales como: Sistema de Planillas

Electrónicas Web (para verificar la fecha de ingreso y cese de cada trabajador afiliado) o solicitar

a las partes información relevante respecto de lo peticionado, concediéndole a la ejecutante el

traslado respectivo para que pueda exponer los argumentos que considere pertinentes a su

derecho y a la ejecutada para que se pronuncie sobre la situación de los aportes previsionales,

que pretende desvirtuar con la documentación acompañada con el escrito de apelación,

preservando con ello el derecho de contradicción de la parte ejecutante, contra la documentación

presentada; abonan a una solución en justicia el hecho de que el sistema de pagos AFP Net, al

efectuarse el mismo, solicita el ingreso mediante el sistema de la planilla de pago, y el pago se

puede efectuar con un comprobante con el cual se hace efectivo directamente en las oficinas

bancarias o inclusive debitado directamente de las cuentas de la empleadora, mientras que por su

parte, la norma le exige la planilla de pagos de aportes previsionales (la que es ingresada al

sistema AFP Net) debidamente cancelada, (lo que puede acreditarse con el comprobante de pago

o el estado de cuenta en la que figure el débito en la cuenta respectiva de la ejecutada), sin

perjuicio de indicarse que por lo menos desde el punto de vista normativo, el Ministerio de

Trabajo y Promoción del Empleo debería permitir a todos los Jueces Laborales, el acceso a la

información de las planillas electrónicas.


h) Otros títulos ejecutivos.

Debemos señalar que a diferencia de lo que sucede en la norma procesal civil (inciso 11 del

artículo 688), en el caso de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, no se ha previsto que tengan

mérito de título ejecutivo, otros títulos a los que la Ley les da ese mérito, pero nada quita que el

legislador, mediante una norma de ese rango así lo establezca. Al respecto VINATEA y

TOYAMA señalan que por la redacción de este dispositivo se entiende que no existen otros

títulos ejecutivos distintos de los específicamente mencionados, a diferencia de la norma

procesal civil que utiliza el esquema de númerus apertus.

III.- Suspensión extraordinaria de la ejecución.

El artículo 60 de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, indica que tratándose de la ejecución de

intereses o de monto liquidado en ejecución de sentencia, a solicitud de parte y previo depósito o

carta fianza por el total ordenado, el juez previo traslado a la parte contraria entendemos, puede

suspender la ejecución en resolución fundamentada, esto dada su carácter extraordinario, siendo

la citada resolución impugnable. Es decir, no basta que se presenten todos los requisitos

señalados en la norma, sino que, una vez verificada la existencia de ellos, el juez debe

fundamentar porque ha decidido suspender la ejecución.

A diferencia de lo que sostiene VINATEA y TOYAMA que indican que el supuesto de hecho

del artículo 60, se refiere a los casos de ejecución de sentencia firme, respecto tanto del capital

como de los intereses,[21] lo que señala literalmente la citada norma, es que la suspensión

extraordinaria de la ejecución, trata “de la ejecución de intereses o de monto liquidado en

ejecución”, por tanto, no se trata entonces del capital, sino de los importes liquidados de

intereses, de los costos y/o de las costas e inclusive de remuneraciones devengadas.

IV.- Multa por contradicción temeraria


Si la contradicción no se sustenta en alguna de las causales señaladas en la norma procesal

civil, se impone al ejecutado una multa no menor de media (1/2) ni mayor de cincuenta (50)

Unidades de Referencia Procesal (URP), esto apunta a evitar los casos de temeridad que supone

una conducta procesal objetiva carente de fundamentos defendibles en derecho.

Esta multa es independiente a otras que se pudiesen haber impuesto en otros momentos

procesales, estas están referidas a las reglas de conducta en las audiencias u otras aplicadas en el

transcurso del proceso, como sería el caso de la mala fe, impuesta por falta de razón procesal o

abuso de maniobras dilatorias.

V.- Incumplimiento injustificado al mandato de ejecución.

El artículo 62 de la norma Procesal Laboral, señala que tratándose de las obligaciones de

hacer o no hacer, a diferencia de las obligaciones de dar en las que sí es posible emplear medidas

coercitivas contra el deudor, generalmente el empleador, para que cumpla con la prestación a su

cargo, por ejemplo, con el embargo de sus bienes u otro tipo de medidas cautelares; en las

obligaciones de hacer y de no hacer que están asociadas a la conducta o comportamiento del

obligado no es posible utilizar las mismas medidas de presión, ya que significaría emplear

violencia física, lo cual está prohibido por el ordenamiento jurídico, en ese sentido, habiéndose

resuelto seguir adelante con la ejecución, el obligado no cumple, sin que se haya ordenado la

suspensión extraordinaria de la ejecución, el juez impone multas sucesivas, acumulativas y

crecientes en treinta por ciento (30%) hasta que el obligado cumpla el mandato; y, si persistiera

el incumplimiento, procede a denunciarlo penalmente por el delito de desobediencia o resistencia

a la autoridad, previsto en el Código Penal en el artículo 368, tratándose de una persona jurídica,

quien sería denunciado sería su representante legal.


Al respecto ARÉVALO VELA señala que este artículo tiene su fundamento en el derecho a la

tutela jurisdiccional efectiva de que goza toda persona, una de cuyas dimensiones es el

cumplimiento oportuno de los mandatos judiciales, es por ello que se autoriza la utilización de

medidas de coacción para que se dé cumplimiento a lo ordenado por el Poder Judicial.

VI.- Cálculo de derechos accesorios

Finalmente, en el artículo 63 de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, señala que los derechos

accesorios a los que se ejecutan, como las remuneraciones devengadas que son conocidas

también como salarios caídos no percibidos por el trabajador durante el periodo en que no prestó

efectivamente servicios por razón de haber sido despedido y encontrarse siguiendo un proceso

para lograr su readmisión en el empleo y los intereses, se liquidan por la parte vencedora, la cual

puede solicitar el auxilio del perito contable adscrito al juzgado o recurrir a los programas

informáticos de cálculo de intereses implementados por el Ministerio de Trabajo y Promoción

del Empleo.

La liquidación presentada es puesta en conocimiento del obligado por el término de cinco (5)

días hábiles siguientes a su notificación. En caso de que la observación verse sobre aspectos

metodológicos de cálculo, es decir, la fórmula o ecuación empleada, en este caso, el obligado

debe necesariamente presentar una liquidación alternativa.

Vencido el plazo el juez, con vista a las liquidaciones que se hubiesen presentado, resuelve

acerca del monto fundamentándolo.

Si hubiese acuerdo parcial, el juez ordena su pago inmediatamente, reservando la discusión

sólo respecto del diferencial.

XI.- Conclusiones.
El proceso de ejecución es aquel referido a una serie o sucesión de actos procesales, mediante

los cuales se pretende hacer cumplir forzosamente y consecuentemente materializar, lo contenido

en el título ejecutivo.

El título ejecutivo debe contener como requisito indispensable, una obligación cierta o veraz,

expresa o indubitable y exigible, es decir, si está sujeto a plazo este debe encontrarse vencido y si

está sujeto a condición, esta debe haberse cumplido.

Las normas especiales previstas en el T.U.O. de la Ley del Sistema Privado de

Administración de Fondo de Pensiones, priman sobre las generales establecidas en la NLPT y en

su caso, en el Código Procesal Civil.

Cuando en la cobranza de aportes previsionales del Sistema Privado de Pensiones, no se

formula contradicción y se emite resolución ordenando llevar adelante la ejecución, interpuesto

recurso de apelación el mismo debe ser concedido con efecto suspensivo, al tratarse de una

resolución que pone fin al proceso.

La acreditación de la contradicción en la cobranza de aportes previsionales del Sistema

Privado de Pensiones, no está supeditada al mérito exclusivo y excluyente de ciertos

documentos, pues ello sería contrario al principio de libertad probatoria, siendo admisible

cualquier documento siempre que en forma válida, razonable y proporcional sirva para demostrar

su existencia.

X.- Recomendación.

Debe realizarse una modificación legislativa, para que los Juzgados de Paz Letrados asuman

competencia frente a pretensiones no cuantificables acumuladas a una cuantificable no mayor a

cincuenta (50) Unidades de Referencia Procesal, dado que son órganos jurisdiccionales creados

bajo el criterio de especialidad en materia laboral.


Dado que un porcentaje significativo (90% aproximadamente) de la carga que afrontan, los

Juzgados de Paz Letrado de Especialidad Laboral, está constituido por procesos de cobranza de

aportes previsionales del Sistema Privado de Pensiones retenidos por el empleador, hace que sea

necesario la firma de un convenio institucional entre la Superintendencia de Banca, Seguros y

AFP y el Poder Judicial, que permita que los Jueces Laborales puedan acceder al Sistema AFP

net, con lo cual en forma directa, podrían verificar la existencia o no de la obligación, su

cumplimiento y la oportunidad del mismo, siendo que ello contribuiría hacer efectivo el principio

de celeridad y economía procesal que inspiran al nuevo proceso laboral.

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