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Como si fueran una pareja mal avenida forzada a guardar cuarentena en un mismo lugar, las
tensiones entre Estados Unidos y China se han exacerbado notablemente en medio de la pandemia
del coronavirus.
Washington ha hecho duras acusaciones contra Pekín, en relación con el manejo de la pandemia del
nuevo coronavirus.
Sin embargo, los puntos de fricción entre ambos países van mucho más allá.
BBC Mundo te cuenta sobre 5 de los frentes en los que actualmente chocan ambos países.
La iniciativa encendió las alarmas entre los activistas prodemocracia de Hong Kong, quienes temen
perder derechos, incluyendo la libertad de expresión y el derecho a la protesta.
Hong Kong fue una colonia británica hasta 1997, cuando fue devuelto a China bajo un acuerdo que
contemplaba cierta autonomía para ese territorio gracias una Ley Básica (una mini Constitución), así
como la aplicación del principio de "un país, dos sistemas".
Gracias a ello, los habitantes de Hong Kong disponen de libertad de reunión y de expresión, un sistema
judicial independiente, así como ciertos derechos democráticos que no están garantizados en otras partes
de China.
Tras conocerse la iniciativa de Pekín, el gobierno de Estados Unidos amenazó con tomar medidas si
la autonomía limitada de Hong Kong es vulnerada.
Si EE.UU. da este paso, Hong Kong sería tratado de la misma manera que China en cuestiones
comerciales y de otro tipo, lo que podría poner en riesgo un comercio por valor de miles de millones de
dólares y disuadir a inversores de apostar por esa región.
A mediados de abril, los medios oficiales chinos anunciaron la creación de dos nuevos distritos como
parte de la ciudad de Sansha, en la sureña isla de Hainan.
La medida resultaba polémica pues entre las nuevas áreas que gestionará la ciudad están algunas
que otros países como Vietnam y Filipinas reclaman como propias.
Ese es el caso de las islas Spratly (a las que China llama Nansha), el banco Macclesfield (llamado
Zhongsha por los chinos), el archipiélago Paracel (en chino, Xisha) y alrededores.
Por si fuera poco, a inicios de ese mes ocurrió el hundimiento de un pesquero vietnamita cerca de las
islas Paracel -una zona rica en bancos de pesca- tras un incidente con una patrullera de la guardia costera
china.
Hanoi acusó a las fuerzas chinas de hundir el bote, pero Pekín aseguró que este había chocado con la
patrullera y que estaba llevando a cabo "actividades ilegales".
El episodio también fue causa de disputa con Estados Unidos, cuyo gobierno exhortó a China a
centrarse en la lucha contra el covid-19 y "dejar de aprovechar la distracción o vulnerabilidad de
otros Estados para expandir sus reclamaciones ilegales en el mar de China Meridional".
La semana pasada, las autoridades estadounidenses acusaron a China de "hacer imposible" que las
aerolíneas estadounidenses operen entre ambos países.
El departamento de Transporte estadounidense (DOT, por sus siglas en inglés) se refería concretamente
a las dificultades que enfrentan United Airlines y Delta Airlines para retomar sus vuelos hacia
China.
Ambas compañías dejaron de volar hacia ese país a mediados de febrero y ahora han hecho la solicitud
ante la Administración de Aviación Civil de China (CAAC, por sus siglas en inglés) para reanudar
actividades a partir de junio.
Sin embargo, se han tropezado con el problema de que la CAAC -con el argumento de evitar la llegada
de casos importados de covid-19- estableció que todas las aerolíneas deberán usar hasta próximo aviso
los mismos itinerarios que tenían durante la semana del 16 al 22 de marzo.
"Mientras tanto, las compañías aéreas chinas han podido seguir operando su servicio de pasajeros
a EE.UU.", agregó.
El mandatario incluso se hizo eco de los señalamientos no comprobados de que el virus había
surgido en un laboratorio de Wuhan.
¿La respuesta de China? Prometió entregar a la OMS unos US$2.000 millones adicionales para
responder a la pandemia