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Lingüística Cognitiva
Antología de
Lingüística Cognitiva
ISBN: 978-958-8682-22-8
Fuentes 11
Agradecimientos 15
Prólogo 17
Presentación 19
Primera parte
Sobre lingüística cognitiva
Tercera parte
Cognición y educación
Fuentes
Vamos a indicar las fuentes de donde fueron tomados cada uno de los
artículos.
El artículo Biolingüística y capacidad humana del profesor Noam Chomsky fue publicado
inicialmente en la revista del Departamento de Lingüística de la Universidad Nacional
Forma y Función 19 del año 2006, pp. 57-71.
El artículo Lingüística y ciencia del cerebro (título original Linguistics and Brain
Science) se encuentra disponible en la página web del profesor Chomsky http://www.
chomsky.info/articles.htm
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El artículo La naturaleza biológica del lenguaje humano (título original The Biological
Nature of Human Language) de Anna Maria Di Sciullo et al, fue publicado en la
revista online Biolinguistics 4, 2010. Disponible en www.biolinguistics.eu
Los dos artículos del profesor Guillermo Lorenzo, Lingüística Evolutiva: Hacia un enfoque
modular e internista fue publicado en la revista Ludus Vitalis Vol. XII, número 22, 2004,
pp. 153-171; así como el intitulado El giro biolingüístico que fue publicado en la Revista
Española de Lingüística 35, 2, 2006, pp. 581-593.
El artículo del profesor José Luis Mendívil titulado Biolingüística: Qué es, para qué sirve
y cómo reconocerla se publicó en la Revista Española de Lingüística 35,2, 2006, pp.
603-623.
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El artículo del profesor Gérard Sabah Inteligencia artificial, lingüística y cognición (título
original Intelligence artificielle, linguistique et cognition) hace parte del libro
La linguistique Cognitive (sous la direction de Mme Catherine Fuchs), Paris, Editions
Ophrys, 2004, págs. 195-221.
El artículo del profesor Jean-Michel Maldamé titulado ¿Hay que temerle a las ciencias
cognitivas? (título original Faut-il avoir peur des sciences cognitives?) está publicado
en la revista ETVDES de enero de 2002, pp. 51-62. Igualmente está disponible en línea
en la siguiente dirección www.cairn.info/article_p.php?ID_ARTICLE=etu_961_62
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Agradecimientos
Q uiere el editor expresar los agradecimientos a las personas que han participado
no sólo en la realización del presente texto, sino también en el diálogo previo
para que la idea pudiera tener cuerpo. En primer lugar agradezco a los autores que
están incluidos en la presente antología por haber cedido gustosa y cortésmente sus
textos dando su autorización para la publicación. Ese no es un acto fortuito, dichos
textos aparecen precisamente por su validez, su importancia y por lo particular de
su enfoque. Son el resultado de años de trabajo, de reflexiones, de puestas a punto.
Gracias especiales a los autores francófonos y anglófonos que asumieron el riesgo
de que sus escritos fueran vertidos a otra lengua en donde, es inevitable decirlo,
el riesgo que presenta la traducción es enorme. De igual forma agradezco a los
representantes editoriales de la Revista Española de Lingüística (España), Forma y
Función (Colombia), Paideia Surcolombiana (Colombia), Ludus Vitalis (México),
ETVDES (Francia), Estudios Pedagógicos (Chile), Éditions Ophrys (Francia), Presses
Universitaires de France (Francia), Éditions L’Herne (Francia), Histoire, Epistémologie,
Langage (Francia), Diario Libération (Francia), Viguera Editores (España), Educar
(España) MIT Press (USA) y CERI/OECD (Francia-USA), pues la posibilidad de extender
la reflexión que se da en cada artículo es un paso más que acertado para la difusión
de ideas novedosas en nuestro medio.
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Estoy –y estaré- en deuda permanente con el profesor Rubén Arboleda con quien
por muchos años he podido hablar de estos temas, advirtiéndome siempre no perder
el horizonte central: mirar el lenguaje con ojos críticos. Esta actitud constituye, a mi
modo de ver, el antecedente más valioso de este libro. Las charlas compartidas con él,
ya sea tête-à-tête, ya sea vía telefónica e incluso vía courriel, han resultado placenteras,
productivas y llenas de humanidad.
Los diálogos con el profesor Leonel Arias Gutiérrez fueron decisivos a la hora de
comprender la relación entre el cerebro, la comunicación y la compleja naturaleza
humana. El intercambio de libros, impresiones y el valor por el pensamiento propio
fueron un aliciente permanente en una persona cuya integridad humana, académica,
está por encima de cualquier jerarquía o diploma universitario.
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Prólogo
Nada más grato saber que de nuevo la lingüística vuelve a ser la “ciencia del lenguaje”;
pues en los últimos años se le ha arrinconado en el cuarto de San Alejo. Incluso, y es
bien sabido, con dos o tres excepciones, la lingüística no aparece en los pénsumes de la
rama de Humanidades de las Universidades Colombianas. Craso error dado que, entre
otras razones, la lingüística ha sido y será la ciencia del siglo XX.
Es merced a ella que surgieran las escuelas lingüísticas. En efecto el ginebrino Ferdinand
de Saussure con su libro Curso de lingüística general, en 1916, dio inicio a la Escuela
Estructuralista. De allí surgió la Escuela de Praga en 1926 liderada por Jakobson,
Trubetzkoy y Karcevskij. Aparece luego la Escuela de Copenhague en 1931 con los
maestros Hjelmslev, Bröndal y Uldall.
En 1957, emerge la figura de Noam Chomsky que dio origen a la Gramática generativa
y transformacional.
(Dos de mis libros editados por el Instituto Caro y Cuervo en los años ochenta de la
centuria pasada, llevan por título Tres momentos estelares en lingüística y Antología de
lingüística textual en los que se recogen algunos aspectos de la lingüística como ciencia
del lenguaje).
La obra del profesor Mahecha está dividida en tres partes: la primera titulada Sobre
lingüística cognitiva es una estupenda selección de ensayos sobre la nueva ciencia.
Encontrará el lector allí la génesis y evolución de las propuestas con los ensayos de Noam
Chomsky, Pierre Jacob, Jean-Louis Dessalles, Víctor Longa, Guillermo Lorenzo, José Luis
Mendívil, el grupo americano de biolingüística como también de los colombianos Rubén
Arboleda, Miguel Ángel Mahecha, Bernardo Morales, así como el mexicano Ricardo
Maldonado entre otros tantos. La segunda parte está conformada por seis ensayos que
dilucidan a cabalidad el Paradigma cognitivo y por ende se explora la “neurobiología de
la mente”, modelos del pensamiento y teorías de la mente; la tercera parte –Cognición
y Educación- explora las funciones del cerebro y se pregunta en torno de la educación
y la neurociencia.
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Presentación
1. « Pour construire une véritable linguistique il convient de procéder autrement. La linguistique ne saurait être ni une simple
science auxiliaire ni une science dérivée. Elle doit chercher à saisir le langage non comme un conglomérat de faits extra-
linguistiques (physiques, physiologiques, psychologiques, logiques, sociologiques), mais comme un tout qui se suffit à lui-
même, comme une structure sui generis. Ce n’est que de cette manière que le langage en tant que tel pourra être soumis à un
traitement scientifique et cesser de nous mystifier en se dérobant à l’observation. » (1968,12). En esa misma dirección apunta
Martinet, « Alors que, naguère, un linguiste était nécessairement philologue et la plupart du temps spécialiste d’une littérature
particulière, il a toutes les chances aujourd’hui d’être linguiste anthropologue, linguiste mathématicien, linguiste statisticien ou
encore, naturellement, linguiste philologue. Tout au contraire, les linguistes uniquement préoccupés de linguistique sont peu
nombreux. On m’excusera peut-être, étant l’un d’entre eux, de me concentrer sur le langage comme unique objet d’étude et
de limiter mes excursions hors de ce domaine aux seuls cas où elles pourraient conduire à une meilleure compréhension de
mon propre sujet. » (1969,10. Las cursivas son nuestras).
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El siglo XIX estuvo marcado por un formidable despliegue de este enfoque: al final
del siglo XVIII se descubre el lazo genético entre el sánscrito, el griego, el latín y la
mayoría de lenguas europeas. Al comienzo del siglo XIX se establecen las grandes leyes
fonéticas, como es el caso de las leyes de Grimm y Verner. En el momento en que
Saussure llega a la lingüística, la escuela dominante era la de los Neogramáticos. Esto
nos muestra la presencia de posturas, tendencias y opiniones frente a lo que se debería
entender por “Hacer Lingüística”. Esa época, así como otras tantas, se caracterizó por
una configuración discursiva que determina la cultura, la literatura, el saber propiamente
científico, o en términos de Foucault, lo que se denomina una épistémé.
2. Écrits de linguistique générale, 2002, pág. 173. Las negrillas son nuestras.
3. Y aquí una declaración de Apresian (1975: 79), viene como anillo al dedo: La necesidad de un modelo surge en todos los
dominios científicos cuyo objeto no es asequible a la observación directa […] Construir un modelo es ofrecer los medios para
estudiar las propiedades ocultas del objeto y extender al objeto todas las leyes desgajadas del modelo.
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deductivos de lo que ‘cree’, sucede4. Se afirma incluso que el lenguaje sólo puede considerarse,
estudiarse, en un contexto social de comunicación. Si no apunta a ello, no es relevante, pero
¿quién dice que no? Ese tipo de polarizaciones debemos evitarlas.
El siglo XX se constituyó pues en la época más prolija para el desarrollo de los diversos
campos del saber, hasta el punto de generar espacios para el encuentro multidisciplinar.
El ejemplo más ilustrativo es el de la ciencia cognitiva. Para el caso de la lingüística,
enfoques tales como el estructuralismo, el generativismo, la lingüística textual que si
bien se consideran importantes como punto de referencia teórico, se les critica el haber
dejado de lado el estudio del uso, de la comunicación, del intercambio social. Pero si se
hace un análisis epistemológico riguroso, nos damos cuenta que las teorías avanzadas
por estas escuelas se justifican por una delimitación del objeto de estudio, por intentar
estudiar una faceta de dicho objeto. Además una teoría lingüística puede, si se tiene en
cuenta lo propuesto por Milner (1973) ser evaluada siguiendo los siguientes criterios:
- On peut se concentrer sur les études empiriques qui dépendent de ses principes;
- On peut la considérer comme un système formel et examiner la manière dont
s’articulent entre eux axiomes et théorèmes, principes et hypothèses, ou encore
l’envisager du point de vue des modes de raisonnement qu’elle utilise et des critères
de validité auxquels implicitement ou explicitement elle soumet ses démonstrations:
à quelles conditions une analyse est-elle tenue pour explicative ? qu’est-ce que la
falsification d’une hypothèse ?
- On peut aussi discuter les choix épistémologiques sur lesquels elle se fonde et qui
déterminent la manière dont les traitements particuliers qu’elle autorise doivent être
interprétés : de quoi la théorie linguistique est-elle la théorie ? Quel type de réalité
faut-il accorder aux représentations qu’elle utilise ?
4. Según Morales (1995, pp. 119-120): Un modelo no es más que un dispositivo teórico mediante el cual se logra progresi-
vamente un dominio conceptual de la realidad. Siempre se construye un modelo de un objeto para lograr un conocimiento
más profundo de dicho objeto. En cuanto construcción ideal, el modelo implica que el objeto de estudio se haga inicialmente
esquemático; posteriores afinaciones permitirán obtener conocimientos más acabados y profundos. El modelo construido no
entra en conflicto con lo que representa. La relación entre el modelo y la realidad representada implica, por lo general, un
lenguaje que la explique.
5. Citada en Gadet, 1990, 16.
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El profesor Rubén Arboleda (2003,31) contribuye, a mi modo de ver, con una respuesta
que le abre el camino a las diferentes contribuciones que hacen parte de este libro
antológico: “El habla es fuente de la lengua, pero ¿Qué el habla sea como es y, en
consecuencia, la lengua, no deberá tener relación necesaria con la naturaleza del
órgano cerebral que las produce?[…]Piénsese por ejemplo en que el significado como
representación mental no circula de un hablante a un oyente porque entre ellos no hay
continuidad neuronal. Sobre esta base tiene que funcionar la comunicación humana.
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Esa es una condición, un presupuesto suyo que demanda, por ejemplo, la creación de
significantes que sí se propagan, los cuales, convencionalmente asociados a significados,
los activan en el momento preciso; demanda la estructura predicativa, que posibilita la
gestación en un interlocutor de significados presentes en el hablante.”
Una última observación. Cuando se adopta una perspectiva cognitiva en lingüística, se
trata de comprender el tipo de conocimientos que configura la mente humana a partir
del lenguaje, esto es, cómo significa, creando conceptos y por ende realidades y estos
se deducen, en una primera instancia, a partir del estudio de las lenguas. Veamos cómo
se tejen los textos alrededor de esta problemática.
Algunos de los estudiantes con sus inquietudes intelectuales han motivado, entre
otras cosas, la propuesta y consolidación de esta antología. Es más, los últimos
artículos de la compilación les ofrecen a los estudiantes de licenciatura en cualquiera
de las áreas disciplinares, una mirada al cerebro en donde las investigaciones sobre el
aprendizaje pueden arrojar datos útiles y pertinentes sobre la actividad de enseñanza/
aprendizaje.
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Vale la pena mencionar aquí que en el espacio del XXVI Congreso Nacional de Lingüística
llevado a cabo en la Universidad Industrial de Santander (Bucaramanga, septiembre 22
al 24 de 2010), fueron presentados tres trabajos6 que se relacionan directamente con
la temática del presente volumen: El lenguaje: de la información en la red neuronal
a la disposición en secuencias gramaticales (profesor Alejandro Rodríguez Mendieta),
El lenguaje oculto: un enfoque psicolingüístico (profesor Francisco Joel Gómez) y Las
representaciones sociales y una teoría sobre la sintaxis del conocimiento (profesor
Álvaro Saladén Roa). Estos son trabajos que le abren camino a la reflexión sobre la
lingüística cognitiva y se espera que un mayor número de estudiosos se acerque a este
modelo de investigación. En esa misma línea, el cursillo dictado por el profesor Ángel
López García en los días del Congreso, intitulado ‘Gramática Cognitiva del español en
relación con otras lenguas’, generó polémica al tiempo que interés cuando se intenta
explicar el lenguaje y las lenguas desde la óptica cognitiva7. La Escuela de Idiomas
de la Universidad Industrial de Santander –y pienso especialmente en la valiosa labor
del profesor Rafael Barragán- ha liderado afortunadamente actividades científicas de
divulgación en esta área. Por ejemplo, los días 30 de noviembre, 1 y 2 de diciembre del
año 2009, se ofreció un seminario sobre el Lenguaje humano y comunicación animal:
análisis comparativo, a cargo del profesor español Víctor Manuel Longa (un artículo
suyo hace parte de la presente antología) y cuyo resultado es un libro que las prensas
de la Universidad Industrial de Santander publicará próximamente.
Si bien es cierto que los textos de esta antología pertenecen a diferentes épocas y
momentos, comparten un rasgo esencial: son textos que tratan de la lingüística
cognitiva tanto en las variantes conexionistas como computacionales, pasando por
el marco biolingüístico. De las treinta y dos contribuciones, sólo seis de ellas tocan
tangencialmente la lingüística para concentrarse en el ámbito epistemológico del
paradigma cognitivo y cinco de ellas se adentran en la aplicación en el dominio educativo
(neurociencia educativa); son los artículos de los profesores Churchland, Chamak,
Jacob, Maldamé, Kremer-Marietti, Salas, Burunat y Arnay, Morandi, Vázquez y Bárcena
y OCDE/CERI (Organización de cooperación y de desarrollo económicos/Centro para
la investigación y la innovación en la enseñanza). Estos artículos son importantes en
la medida que ofrecen un amplio panorama de las ciencias cognitivas hoy así como
sus posibles aplicaciones. Los demás artículos se centran en el lenguaje y buscan una
conexión explícita con la lingüística. De ahí su relevancia.
6. Estas ponencias, así como las demás, pueden consultarse en el sitio www.ellibrototal.com, bajo el título de Ponencias:
XXVI Congreso Nacional de Lingüística, Literatura y Semiótica.
7. El cursillo amplió lo presentado en un texto anterior, La Gramática liminar un cuarto de siglo después, http://www.
uv.es/=alopez/documentos/Introduccionalagramaticaliminar.pdf
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Quince de los artículos que aparecen en esta antología fueron traducidos del francés por
el autor de esta presentación. Otros dos fueron traducidos del inglés: el artículo de Di
Sciullo et al., por Edgar Alirio Insuasty, profesor del Programa de lengua extranjera de la
Universidad Surcolombiana; el otro ‘Lingüística y ciencia del cerebro’ (Noam Chomsky)
fue traducido por un grupo de estudiantes del Programa de Lengua Extranjera de la
misma universidad. Los autores y editores tuvieron a bien autorizar tanto la inclusión
como la publicación. Como corresponde a todo proceso de traducción interlingüística, se
trató de proteger y por ende respetar el sentido original. Pero no sólo eso, se respetaron
también algunas formalidades como es el caso de la manera de presentar, referenciar
y elaborar una bibliografía, así como el manejo de las notas explicativas. El compilador
no quiso intervenir modificando este aspecto; la unidad se buscó en el contenido más
no en la forma.
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El artículo del profesor Pierre Jacob, Alcance y límites del naturalismo de Chomsky
presenta, lo que a su modo de ver, son los puntos fuertes y débiles del modelo
chomskyano. Para tal efecto, el profesor Jacob presenta dos versiones del enfoque
naturalista de la mente y del lenguaje humanos: un naturalismo metodológico del
cual Chomsky es partidario y el naturalismo metafísico con el cual no está de acuerdo.
Esta posición hace que se abra una brecha entre el pensamiento de Chomsky y el
de los filósofos analíticos. Precisamente en el artículo se sopesan las tendencias y se
busca concertar los postulados divergentes que intentan explicar el internalismo como
representación mental.
El segundo texto del profesor Noam Chomsky titulado Lingüística y ciencia del
cerebro constituye una prueba fehaciente sobre los riesgos que se corren al intentar ser
optimistas, incluso ilusos en los resultados de la ciencia. No es sencillo, dentro del alcance
de la investigación, dar una explicación totalmente satisfactoria a los problemas de la
mente y del cerebro humano. Se requiere diseñar modelos teóricos lo suficientemente
explicativos con el fin de lograr algún día la unificación. Pero a pesar de los buenos
resultados, es conveniente reconocer los límites de la comprensión científica actual
recordando por cierto una de las sabias conclusiones de David Hume en donde afirma
que los secretos de la naturaleza han yacido y yacerán en oscuridad.
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La contribución del profesor José Luis Mendívil Biolingüística: qué es, para qué
sirve y cómo reconocerla plantea una postura interesante y es que el progreso de la
biolingüística como ciencia no será el transito de la gramática a la neurociencia (esto es,
no será el intento de perforar el túnel desde uno de los lados), sino el que se sepa llegar
a vincular sistemáticamente lo que sabemos (y lleguemos a saber) sobre el cerebro, algo
ciertamente lejano. El punto de vista defendido en el artículo es que para comprender el
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lenguaje es más útil una buena gramática de una lengua cualquiera que una tomografía
de emisión de positrones o el estudio de los dialectos de las orcas marinas.
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El artículo del profesor Raúl Salas Silva, titulado ¿La educación necesita realmente
de la neurociencia? se refiere a los siguientes aspectos del tema "Educación y
Neurociencia": El estado actual de la Neurociencia y de los resultados de la misma que
son aplicables a la educación. La teoría del aprendizaje basado en el cerebro o compatible
con el cerebro. Las implicaciones y aplicaciones de esta teoría para el currículo, la
enseñanza y la evaluación. La actitud que se debe asumir en el ámbito educativo frente
a la Neurociencia o a los resultados de la investigación del cerebro. Se concluye que
la educación tiene que cambiar de un modelo conductista a otro compatible con el
cerebro cuanto antes.
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Esperamos que los lectores se interesen no sólo por los temas presentados en esta
antología, sino que también se cuestionen por ese referente tan complejo como lo
es el lenguaje humano. De igual forma los invitamos a generar sus propias preguntas
y, lo más importante, sus propias respuestas –en lo posible paralelas a la lectura
de los artículos- en lo tocante al papel de nuestro cerebro en la constitución de la
naturaleza humana.
8. El texto citado no es el único de su tipo. Tenemos por ejemplo el de Gibbs, R.W. Jr (ed.) (2008), Handbook of Cognitive
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Salas S., Raúl Ernesto. 2008. Estilos de aprendizaje a la luz de la neurociencia. Bogotá, Cooperativa
Editorial Magisterio.
Schaff, Adam. 1973. Langage et connaissance suivi de Six essais sur la philosophie du langage.
Paris, éditions Anthropos.
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Antología de lingüística cognitiva
Searle, John. 2006. La mente. Una breve introducción. Bogotá, Editorial Norma.
Tobón de Castro, Lucía. 2001. La lingüística del lenguaje. Estudios a los procesos de significar y
comunicar. Bogotá, Universidad Pedagógica Nacional.
Tobón de Castro, Lucía. 2005. El español, lengua de dos universos. Homenaje a José Joaquín
Montes Giraldo. Bogotá, Instituto Caro y Cuervo, pp. 487-509.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Noam CHOMSKY
Massachusetts Institute of Technology, USA
chomsky@mit.edu
M e gustaría decir unas pocas palabras sobre lo que ha dado en llamarse “la perspectiva
biolingüística” que comenzó a conformarse hace medio siglo en discusiones de
unos cuantos licenciados que estaban muy influidos por los desarrollos de la biología y
las matemáticas en los primeros años de la posguerra, incluyendo estudios de etología
que comenzaban a conocerse en Estados Unidos.
Uno de tales licenciados era Eric Lenneberg, cuyo estudio pionero, Biological
Foundations of Language, sigue siendo básico en este campo. Para entonces estaba
en marcha un considerable intercambio, incluyendo seminarios interdisciplinares y
conferencias internacionales. La de mayores alcances, en 1974, se llamó por primera
vez, “Biolingüística”. Muchos de los principales asuntos allí discutidos siguen muy vivos
actualmente.
Una de las cuestiones que surgen repetidamente como “uno de los temas básicos para
investigar desde el punto de vista biológico” es hasta qué punto las formulaciones
explícitas del lenguaje, incluyendo algunas que han aparecido solo recientemente, son
exclusivas del enfoque cognitivo.
Una cuestión aún más esencial desde el punto de vista biológico es a qué porción del
lenguaje puede dársele una explicación teórica, si elementos similares pueden hallarse en
otros dominios u organismos. El esfuerzo por clarificar estos asuntos e investigarlos en el
lenguaje se ha llamado en años recientes “el Programa Minimalista”, pero el problema
surge en cualquier dominio biológico y es independiente de las convicciones teóricas
en lingüística u otros campos. La solución de estas cuestiones es no solo fundamental
para entender la naturaleza y funcionamiento de los organismos sino también para
investigar su crecimiento y evolución.
La perspectiva biolingüística considera la lengua de una persona en todos sus aspectos
– sonido, significado, estructura- como un estado de cierto componente de la mente,
entendiendo “mente” en el sentido de los científicos del siglo XVIII que percibían que
después de la demolición hecha por Newton de la “filosofía mecanicista” basada en
el contexto intuitivo de un mundo material ya no hay razón para un problema mente-
cuerpo y solo podemos examinar aspectos del mundo “denominados mentales”
como resultado de una estructura orgánica “como la del cerebro” , como lo observó
el filosofo químico Joseph Priestley. El pensamiento es “una pequeña agitación del
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cerebro”, anotó David Hume; y como comentó Darwin un siglo después, no hay
razón para que “el pensamiento siendo un producto del cerebro”, deba considerarse
“más maravilloso que la gravedad, producto de la materia”. Para entonces, la visión
más mesurada de los objetivos de la ciencia que Newton había introducido se
había hecho sentido común en la ciencia: la discreta conclusión de Newton de que
debemos aceptar el hecho de que la gravitación existe aunque no podamos explicarla
por la simple filosofía mecanicista. Como han observado muchos comentaristas este
movimiento intelectual “produjo una nueva visión de la ciencia” en la que el objetivo
“no es buscar explicaciones internas” sino hallar la mejor explicación posible para los
fenómenos de la experiencia y el experimento (I. Bernard Cohen).
Las cuestiones fundamentales del estudio de la mente surgen de manera muy similar.
Aparecen en lugar prominente al final de la “década del cerebro” que cerró el último
milenio. La Academia Estadounidense de Artes y Ciencias publicó un volumen para
señalar el suceso resumiendo el estado de la cuestión.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
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Se piensa generalmente que cualquier cosa que sea la capacidad intelectual humana, la
facultad del lenguaje es esencial en ella. Muchos investigadores están de acuerdo con
el paleoantropólogo Ian Tattersall, quien escribe que está “casi seguro de que fue el
invento del lenguaje” lo que constituyó el “desencadenador de la capacidad humana” en
el curso evolutivo -el “gran salto adelante”, como lo llamó Jared Diamond, el resultado
de algún proceso genético que reestructuró el cerebro permitiendo el nacimiento del
lenguaje humano con rica sintaxis que proveyó una cantidad de modos de expresión del
pensamiento, un requisito para el desarrollo social y el fuerte cambio en el comportamiento
que revelan los datos arqueológicos que se supone también generalmente fue el disparador
de la rápida migración desde África, donde en apariencia los modernos humanos habrían
hecho presencia por centenares de miles de años. Esta visión es similar a la de los
cartesianos, pero más intensa: estos vieron el uso normal del lenguaje como la más clara
prueba empírica de que otra criatura tiene una mente como la nuestra, pero no como
criterio que patentice la mente y el origen de la capacidad humana.
Si este cuadro general tiene alguna validez, entonces la evolución del lenguaje puede
ser un proceso muy corto, es un producto muy reciente de la evolución. Naturalmente,
hubo muchos antecedentes que sin duda tiene una larga historia evolutiva; por ejemplo,
los huesos del oído medio son un sistema maravilloso de amplificación del sonido,
diseñado de modo admirable para interpretar el habla, pero ellos parecen proceder de
la mandíbula de los reptiles como efecto mecánico del crecimiento de la neocorteza
en los mamíferos que comenzó hace unos 160 millones de años, según se reporta.
Sabemos muy poco sobre los sistemas conceptuales para decir mucho al respecto, pero
es razonable suponer que también estos tienen una larga historia tras la separación de
los homínidos, lo que ha dado resultado sin similaridades próximas en otras partes. Pero
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
la cuestión de la evolución del lenguaje mismo tiene que ver con cómo estos diferentes
antecesores se organizan en la facultad del lenguaje quizá debido a un suceso genético
insignificante que produjo una innovación crucial. Si eso es así, entonces la evolución del
lenguaje es breve, especulaciones que tienen algo que ver sobre la clase de investigación
del lenguaje que puede resultar productiva.
Jacob también reforzó la opinión de que las respuestas a cuestiones de la evolución “en
la mayoría de los casos…difícilmente pueden ser algo más que conjeturas más o menos
probables”. En muchos casos, difícilmente siquiera esto. Un ejemplo que quizás es de
interés aquí en el estudio de la evolución del sistema comunicativo de las abejas, raro en
cuanto en principio permite transmitir información de una serie infinita (continua). Hay
centenares de especies de abejas melíferas y sin ponzoña y algunas con variados sistemas
de comunicación, otras sin ellos, aunque todas parecen sobrevivir muy bien. Hay pues,
plena oportunidad para el trabajo comparativo. Las abejas son incomparablemente
más fáciles de estudiar que los humanos, en cualquier dimensión. Pero entendemos
poco y aún la bibliografía es escasa. La revisión extensa más reciente que conozco,
del entomólogo Fred Dyer, anota que hasta el problema básico computacional para
codificar la información espacial para comandos motores y a la inversa para las abejas
seguidoras es aún “problemático” y “Qué tipos de procesos neurales pueden subyacer
a estos varios procesos de mapeo es desconocido”, mientras que los orígenes evolutivos
difícilmente pasan de especulaciones. No hay nada más similar a la extensa bibliografía
y confiables pronunciamientos sobre el lenguaje humano, algo que podría parecer
también un tanto “problemático”.
Podemos agregar otra mirada de la filosofía de los siglos XVII y XVIII con raíces tan
remotas como el análisis hecho por Aristóteles de lo que más tarde se interpretó como
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entidades mentales: que incluso los conceptos más elementales del lenguaje humano no
se relacionan con objetos independientes de la mente mediante algún tipo de relación
de referencia entre símbolos y rasgos físicos identificables del mundo externo, como
parece ser universal en los sistemas de comunicación animal; más bien son creaciones de
los “poderes cognoscitivos” que nos proporcionan abundantes medios para referirnos
al mundo externo desde ciertas perspectivas pero que se individualizan mediante
operaciones mentales que no pueden reducirse a una “peculiar naturaleza de la cosa”
de la que hablamos , tal como Hume resumió un siglo de investigaciones. La teoría
aitiacional (causal) de la semántica de Julius Moravcsick es un desarrollo reciente de
algunas de estas ideas desde sus orígenes aristotélicos y con importantes implicaciones
para la semántica de las lenguas naturales.
Estas son observaciones críticas sobre la semántica básica de las lenguas naturales que
sugieren que sus elementos primitivos estén relacionados con el mundo independiente
de la mente, tal como lo están los elementos internos de la fonología, no por relación de
alusión sino como parte de una concepción y acción bastante más intricadas: no puedo
desarrollar esto aquí pero pienso que tales consideraciones, si se les examina seriamente,
muestran que es inútil tratar de basar la semántica de las lenguas naturales en cualquier
clase de relación “palabra- objeto”, por más compleja que sea la noción construida de
“objeto”, así como seria inútil basar la fonética de la lengua natural en una relación
“símbolo-sonido” en donde los sonidos se toman como hechos físicos, formados tal
vez como constructos cuatridimensionales basados en nociones de modelos, remitiendo
cuestiones posteriores para el departamento de física, o si se quiere hacer el problema
aún más insoluble hasta para el de sociología. Todo el mundo está de acuerdo en que
estas posiciones son erróneas para el estudio del aspecto sonoro de la lengua y creo
que está conclusión es igualmente válida para el aspecto semántico. En cada emisión
hay un fenómeno físico; pero esto no significa que debamos buscar una relación mítica
entre un objeto interno como la sílaba /ta/ y un identificable suceso independiente de
la mente; y para cada acto de referencia hay algún aspecto del mundo experimentado o
imaginado en el cuál se centra la atención con tal acto; pero esto no implica decir que
exista una relación de referencia para la lengua natural; creo que no existe ni siquiera
en el nivel más primitivo.
Si vamos en general por la vía correcta, entonces surgen al menos dos problemas cuando
consideramos los orígenes de la facultad del lenguaje y su papel en el súbito surgir
de la capacidad intelectual humana: primero la semántica nuclear de los elementos
mínimos con significado, incluidos los más simples de ellos, y segundo, los principios
que permiten combinaciones de símbolos no ligados combinados jerárquicamente que
proveen los medios para el uso de lengua en sus diversos aspectos .De modo similar la
teoría nuclear del lenguaje -la Gramática Universal, GU- debe proporcionar primero, un
inventario estructurado de sus distintos ítems léxicos que están relacionados con, o quizá
son idénticos, a los conceptos que son los elementos de los “poderes cognoscitivos”
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
y segundo, medios para construir con estos ítem léxicos la infinita variedad de
estructuras internas que entran en el pensamiento, planeación, interpretación y otros
hechos mentales humanos que a veces se vuelven externos, procesos secundarios si las
especulaciones que venido revisando resultan ciertas. En el primer problema, el aparato
léxico mental del hombre en apariencia específico de él hay trabajos penetrantes sobre
nociones relacionales vinculadas a estructuras sintácticas, objetos mentales internos que
parecen tener un papel decisivo (sucesos, proposiciones, etc.). Pero hay poco tras las
observaciones descriptivas acerca del aparato referencial básico que se usa para hablar
del mundo. El segundo problema ha sido central en las investigaciones lingüísticas
durante medio siglo con una larga historia anterior en diferentes términos.
El enfoque modular del aprendizaje no implica, por supuesto, que los componentes
del módulo sean exclusivos: en algunos niveles se aceptan que no lo son -la célula
por ejemplo-. La cuestión de organización en la que surgen propiedades únicas sigue
siendo básica desde el punto de vista biológico, como lo fue en la conferencia de 1974.
La observación de Gallistel recuerda el concepto de “canalización” introducido en
la biología evolutiva y de desarrollo por C. H. Waddington hace 60 años, referente
a procesos “ajustados a fin de producir resultados finales definidos sin considerar
variaciones menores en las condiciones durante el curso de la reacción”, asegurando
así “la producción de lo normal que es tipo óptimo frente a los inevitables azares de
la existencia”. Esto parece ser una buena descripción del desarrollo del lenguaje en el
individuo. Un problema básico en el estudio de la facultad del lenguaje es descubrir los
mecanismos que limitan el surgir de tipo óptimo.
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Aceptando que la facultad del lenguaje tiene las propiedades generales de otros sistemas
biológicos, entonces deberíamos estar buscando tres factores que intervienen en el
desarrollo del lenguaje en el individuo:
(1) Factores genéticos, aparentemente casi uniformes para la especie, el tema de la GU.
La dotación genética interpreta una parte del ambiente como experiencia lingüística,
tarea no fácil que el niño realiza reflexivamente, y que determina el curso general
del desarrollo de la facultad del lenguaje alcanzado en las lenguas implicadas.
(2) Experiencias que llevan a la variación dentro de un campo muy limitado como en el
caso de otros subsistemas de la capacidad humana y del organismo en general.
(3) Principios no específicos de la facultad de lenguaje.
Este tercer factor incluye principios de arquitectura estructural que limitan los resultados,
incluyendo principios de computación eficiente que se esperaría fueran de particular
importancia para los sistemas computacionales tales como el lenguaje y que determinan
el carácter general de los lenguajes obtenibles.
Se puede retrotraer el interés de este tercer factor hasta la intuición galileana de que
“la naturaleza es perfecta”, desde las olas hasta el vuelo de las aves, y que la tarea del
científico es averiguar en qué sentido esto es cierto. La creencia de Newton de que la
naturaleza “es muy simple” refleja la misma intuición. Por muy oscura que pueda ser la
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
intuición de lo que Ernest Haeckel llamó “la tendencia hacia lo bello” en la naturaleza
(“Sinn fuer das Schoene”), ella ha sido un principio directriz de la ciencia moderna
desde sus mismos orígenes.
Los biólogos han tendido a pensar de modo diverso acerca de los objetos de su
investigación y adoptan la imagen de Jacob de la naturaleza como un latonero que
hace lo mejor que puede con los materiales disponibles –a veces una pobre labor como
la inteligencia humana parece empeñada en demostrarlo acerca de ella misma-El
genetista británico Gabriel Dover capta la opinión dominante cuando concluye que “la
biología es un asunto extraño y confuso y ‘perfección’ es lo último que podría usarse
para describir cómo actúa un organismo, especialmente en algo producido por selección
natural” –aunque producido sólo en parte por selección natural como él recalca y como
lo sabe todo biólogo y en una extensión que no puede cuantificarse con las herramientas
disponibles-. Estas expectativas tienen un sentido para sistemas con una larga y compleja
historia evolutiva, con muchos accidentes, efectos duraderos de la historia evolutiva que
llevan a soluciones no óptimas de problemas, etc. Pero la lógica no se aplica a apariciones
más o menos súbitas que puedan conducir a sistemas que no se parecen a los complejos
resultados de millones de años del “bricolage” de Jacob que son como copos de nieve
o la filotaxis o la división celular en esferas más bien que en cubos o los poliedros en
materiales de construcción o muchas otras cosas que se hayan en el mundo natural. El
programa minimalista está motivado por la sospecha de que algo como esto puede, en
efecto, ser cierto para el lenguaje humano y creo que la investigación reciente ha dado
cierta razón a la creencia de que el lenguaje es, en muchos aspectos una solución óptima
a los requerimientos que debe satisfacer, mucho más de lo que podría haberse anticipado
hace pocos años. Volviendo a los primeros días en el marco estructuralista/conductista
de los 50, la analogía más cercana a la GU fueron los enfoques procedimentales
desarrollados por Trubetzkoy, Harris y otros para determinar las unidades lingüísticas y
sus conformaciones a partir de un corpus de datos lingüísticos. A lo mejor, esto no puede
ir muy lejos, no importa que tan extenso sea el corpus y cuán predictivo el instrumento
computacional usado. Aún los elementos básicos de forma-sentido, los morfemas no
tienen el carácter de cuentas en un collar requerido para un tratamiento procesal sino
que se relacionan de modo mucho más indirecto con la forma fónica. Su naturaleza y
propiedades se fijan con un sistema computacional que determina la serie no ligada de
expresiones. Los primeros enfoque de la gramática generativa, por lo tanto, suponían
que la dotación genética proporciona un formato del sistema de reglas y un método
para seleccionar su aplicación óptima, dados los datos de la experiencia. Se hicieron
propuestas específicas entonces y en los años siguientes. En principio, ellas ofrecieron
una posible solución al problema de la adquisición del lenguaje, pero implicaban cálculos
complicadísimos y, por tanto, no abordaban realmente los problemas.
Las preocupaciones principales en esos años eran muy diferentes, como lo son
aún. Puede ser difícil de creer ahora, pero hace 50 años se aceptaba que había la
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Debió adoptarse cierto número de estrategias para tratar de superar la tensión. La más
exitosa resultó del esfuerzo por formular principios generales atribuidos a la GU -esto
es, a la dotación genética- dejando un limitado residuo de fenómenos que habían de
surgir de la experiencia. Estos enfoques tuvieron algún éxito, pero hasta 1974 siguieron
sin resolverse las cuestiones básicas.
En unos pocos años, el paisaje cambió notoriamente. Esto fue, en parte el resultado
de un extenso conjunto de nuevos materiales de estudio de mucha mayor profundidad
que antes, en parte del comienzo de nuevas investigaciones. Hace unos 25 años; buena
parte del trabajo se condensó en enfoques del todo diferentes de la GU, el marco de
“principios y parámetros” (P&P) que por primera vez ofrecía esperanza de superar la
tensión entre adecuación descriptiva y explicativa. Este enfoque trató de eliminar del todo
la estructura del formato y con ello la concepción tradicional de reglas y construcciones
que en buena medida se habían adoptado por la gramática generativa. En este aspecto
fue una separación mucho más radical respecto a una rica tradición de 2.500 años que la
gramática generativa. El nuevo cuadro de P&P llevó a una explosión de investigaciones
sobre el lenguaje de los más variados tipos, lo que condujo nuevos problemas antes,
no encarados, a veces a respuestas y la reanimación de disciplinas cercanas relativas a
adquisición y procesamiento, reformulaciones de cuestiones centrales en términos de
establecimiento de parámetros en un sistema establecido de la GU. Nadie familiarizado
con este campo tiene hoy ilusión alguna de que los horizontes de investigación estén
despejados, mucho menos próximos.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Superadas las fronteras impuestas por el formato del marco podemos aguzar más la
cuestión de lo que constituye la explicación teórica de las propiedades del lenguaje y
volver a una de las cuestiones más fundamentales de la biología del lenguaje: ¿En qué
se acerca el lenguaje a una solución óptima de las condiciones que debe llenar para ser
utilizable dada su arquitectura estructural? Estas condiciones nos llevan de nuevo a la
caracterización del lenguaje, tradicional desde Aristóteles como un sistema que une
sonido y significado. En nuestros términos, la expresión generada por el lenguaje debe
satisfacer dos condiciones de interfaz: las impuestas por el sistema sensorio-motor y el
sistema conceptual intelectual que entra en la capacidad intelectual y en la variedad
de los actos del habla.
Podemos considerar una explicación de las propiedades del lenguaje como teórica en
tanto pueda reducirse a propiedades del sistema interfácico y a consideraciones generales
de eficiencia computacional y similares de modo independiente; el sistema de interfaz
puede estudiarse en sí mismo, incluyendo el estudio comparativo que ha estado en
curso de modo productivo. Y lo mismo pasa con los principios de computación eficiente
aplicados al lenguaje en trabajos recientes de muchos investigadores con resultados
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Tal vez los primeros pasos se dieron en efecto, aunque no hay argumentos empíricos o
conceptuales serios para tal creencia. Una especulación más prudente es que no se dieron
y que el Gran salto fue realmente instantáneo, en un solo individuo que fue dotado
de modo instantáneo de capacidades muy superiores a las de otros, trasmitidas a sus
descendientes y que llegaron a predominar. Al menos una conjetura razonable como
son todas las especulaciones sobre tales materias y no incoherentes con lo conocido o
razonablemente supuesto. Es difícil ver qué descripción de la evolución humana dejara
de aceptar al menos esto, en una u otra forma.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
El caso más restringido de fusión se aplica a un solo objeto que forma un solo conjunto.
La restricción en este caso provoca la función del sucesor de la que pueden desarrollarse
la serie de los números naturales en forma conocida.
Esto sugiere una posible respuesta a un problema que inquietaba a Wallace en el
siglo XIX; en sus palabras, “que el gigantesco desarrollo de la capacidad matemática
queda totalmente inexplicada por la selección natural y ha de deberse a una causa
muy diferente”, así sea solo porque permaneció sin utilizar. Una posibilidad es que los
números naturales resultan de un simple impulso en la facultad del lenguaje, por tanto,
no dada por Dios, de acuerdo con el famoso aforismo de Kronecker, aunque lo demás es
creado por el hombre, como lo continúa afirmando. Las especulaciones sobre el origen
de la capacidad matemática como una abstracción de las capacidades lingüísticas no son
raras. Hay aparentemente problemas, incluyendo disociación por lesiones y diversidad
de localización pero la importancia de tales fenómenos es oscura por muchas razones
(incluyendo la cuestión de la capacidad vs. su uso). Consideraciones elementales sobre la
eficiencia computacional imponen otras condiciones a la solución óptima de unir sonido
y significado. Hay ahora una extensa bibliografía que explora problemas de esta clase
y creo que es correcto decir que ha habido progreso considerable en la marcha hacia
una solución teórica. Es todavía más claro que estos esfuerzos han llenado requisitos
básicos de un adecuado programa de investigación: estimular la investigación que ha
podido superar algunos viejos problemas mientras que aún con mayor rapidez saca a la
luz otros nuevos, antes no reconocidos aun difícilmente formulables y enriquece mucho
los desafíos prácticos de adecuación descriptiva y explicativa que deben enfrentarse,
abriendo por primera vez una perspectiva de moverse de modo decidido más allá de la
adecuación explicativa hacia la explicación teórica a lo largo de las líneas indicadas.
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
REFERENCIAS
The American Academy of Art and Sciences. (1999).“The decade of the Brain”.
Lenneberg, E. (1967). Biological Foundations of Language. New York, John Wiley et Sons. (Hay
traducción española en Alianza, 1975).
Recomendamos además los siguientes textos que se encuentran en la página web del profesor
Chomsky y que complementan lo esbozado en la anterior contribución, http://www.chomsky.info/
articles.htm:
The Evolution of the Language Faculty. (With W. Tecumseh Fitch & Marc D. Hauser) Cognition.
September, 2005.
The Faculty of Language. (With M. D. Hauser & W. T. Fitch) Science. November 22, 2002.
Linguistics and Brain Science. In A. Marantz, Y. Miyashita and W. O’Neil (eds.) Image, Language
and Brain. 2000. (Traducido al español e incluido en el presente volumen).
Finalmente hay un texto, redactado a manera de retrospectiva que evalua el programa ‘biolingüístico’:
Of Minds and Language (2007) http://www.biolinguistics.eu
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Jean-Louis DESSALLES
École Nationale Supérieure des Télécommunications, Paris
dessalles@enst.fr
Introducción
Por razones históricas ligadas a la confusión con el origen de las lenguas [29], luego
porque se creyó que la facultad del lenguaje apareció independientemente de toda
presión de selección ([9], p. 75), la cuestión de la razón de ser del comportamiento
lingüístico fue evacuada hace mucho tiempo por la investigación científica. Se puede
dar una fecha de la renovación de las investigaciones sobre el origen del lenguaje con
la publicación de Steven Pinker y Paul Bloom de un artículo [33] que logró reubicar
la cuestión de los orígenes del lenguaje en un marco darwiniano. Luego, un número
importante de obras y de artículos han abordado esta cuestión, que se mostró de una
riqueza insospechada.
En lo que sigue, expondremos en primer lugar el marco teórico en el cual nos ubicamos,
marco estrictamente darwiniano. Esto nos permitirá concluir que, de manera paradójica,
el lenguaje beneficia sobretodo al que habla. Daremos enseguida un cierto número
de consecuencias relacionadas con el carácter referencial del lenguaje, el tamaño
desproporcionado del léxico que justifica una fonología digital, la razón de ser de
la memoria episódica y el carácter universalmente oral de las lenguas, a pesar de la
superioridad potencial del gesto como vector de información.
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Los cálculos de teoría de los juegos aplicados a la teoría de la selección natural [27]
mostraron que un comportamiento que no esta dirigido hacia individuos emparentados
debe beneficiar a su autor para imponerse. En el caso del lenguaje, la imposición no es
evidente. Si el lenguaje vehicula informaciones potencialmente útiles, el beneficio de la
palabra parece dirigirse integralmente a los oyentes y no al hablante lo que plantea un
problema considerable en un contexto darwiniano.
Varias tentativas teóricas fueron hechas para salir de esta paradoja. Algunas apuntan a
sustraer el lenguaje a las leyes de la naturaleza haciendo de él un puro producto de los
hábitos culturales ([30], p 214; [39], pp. 94 & 208). Semejante posición es difícilmente
sostenible a la luz de datos como la posición ‘anómala’ de nuestra faringe que se justifica
que se trate de una adaptación biológica del lenguaje. Otro fenómeno incompatible
con la teoría puramente cultural se nos da por la existencia de universales lingüísticos.
Citemos sobretodo (ver [16]):
La fonología digital
La recursividad central en la sintaxis
El bloqueo de la correferencia cuando un pronombre se liga a un nombre ( ej., ella
dijo que la hermana de Leila está enferma)
Las leyes de la narración (sensibilidad a la proximidad, y a la improbabilidad…)
Las leyes de la argumentación (el mecanismo contradicción- abducción- negación)
Estos fenómenos y otros tantos todos específicos del lenguaje, están profundamente
anclados para que se pueda atribuir fácilmente a una hipotética herencia cultural. Si se
reconoce pues un anclaje biológico del lenguaje, el problema se manifiesta en toda su
extensión: ¿Cómo puede el turno de la palabra beneficiar al hablante?
Las hipótesis adelantadas para intentar resolver este problema no son numerosas. Una
de ellas consiste en ver en el lenguaje un intercambio cooperativo de informaciones
útiles, una suerte de marco ([35], p. 28; [42]; [5]). Así el turno de palabra beneficiaría
al oyente en un primer tiempo, pero igualmente al hablante en un segundo tiempo
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
cuando los roles se invierten. Desgraciadamente, esta manera de ver las cosas plantea
numerosos problemas [15]. El uso de la palabra, en un escenario cooperativo, debería
ser siempre utilitario, parsimonioso y dirigido hacia un solo interlocutor a la vez, de
manera tal que se evite el robo de información que arruinaría la ventaja del hablante.
Ahora bien, la realidad del lenguaje es bastante diferente: los usos de habla de la vida
cotidiana no están relacionados sistemáticamente con datos realmente útiles; existe
más individuos charlatanes en búsqueda de público que poseedores de información
que esperan ser solicitados; y los individuos se dirigen con frecuencia a varias personas,
cerca de dos en promedio [20].
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
otros mamíferos como el perro [4]. Esta posición baja plantea problemas importantes,
sobretodo los numerosos accidentes ligados con la aspiración de alimento9. Otra
especificidad humana tiene que ver con el control cortical directo del aparato vocal,
que ofrece un manejo voluntario preciso de los músculos laringales, ausente en los
otros primates ([14], p. 250).
“In fact, the temporal resolution capacity of the ear would not be good enough at normal
speaking rates to segregate different phonemes and to perceive their proper order, if phonemes
were consecutive bits of sound (Liberman & Mattingly 1985). Nature circumvents this limit
imposed by the auditory system by packing the phonemes in such a way that each segment of
sound conveys information about several phonemes.” [1]
9. Por ejemplo, cerca de 270 muertes fueron causadas por la inhalación o la aspiración de alimentos en 1987 en el Canadá
[24]. El riesgo justifica que la maniobra Heimlich haga parte de las técnicas de base enseñadas a los socorristas.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Un léxico pletórico
[Es posible imaginar una especie superinteligente en la cual sus miembros aislados
negocien inteligentemente su entorno sin comunicarse uno con otro, pero ¡qué
desperdicio! ¡hay una liquidación de lo fantástico al negociar un conocimiento ganado
con esfuerzo, con amigos y parientes, y en donde además el lenguaje es obviamente el
principal medio para lograrlo ([34] .p. 367)]
“And, of course, the arrival of natural language would then have hugely facilitated both social
co-operation and the acquisition knowledge […] For its arrival would have made possible
the detailed exchange of information, as well as the intricate but indefinitely flexible co-
ordination of activity, which underlies much of the success of our species.” ([8], p. 231-232)
10. NdT La versión española de las citas en inglés se debe a la competencia de Martha Jeannette Daza, Licenciada del Pro-
grama de Inglés de la Universidad Nacional.
11. El bilingüismo y el trilingüismo son fenómenos corrientes en las poblaciones de cazadores recolectores, dado el área
geográfica limitada de las lenguas y las prácticas exogámicas sistemáticas.
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
[Y, por supuesto , la llegada del lenguaje natural tendría entonces que facilitar
enormemente tanto la cooperación social como la adquisición de conocimiento […]
para este fin podría haber sido posible un intercambio detallado de información
indeterminada tanto para una intrincada como indeterminada coordinación flexible de
la actividad, la cual subyace en la mayoría de nuestras especies ([8], p. 231-232)]
“Language allowed our ancestors to share ideas and experiences, and to solve
problems in parallel. The adaptive significance of human language is obvious. It pays
to talk.” [32]
[…] most people would, at least until very recently, have supposed that [was language
conveys] was related to information about hunting or the manufacture of tools.
‘There were bison down at the lake yesterday when I was passing there’ or ‘If you
want to make an arrowhead, you need to hit the flint nodule right here to strike off
a suitable flake’. What is unsatisfactory about such claims is that (a) these kinds of
technological activities take up a relatively small proportion of our time and (b) when
we do engage in them, we actually rarely use language when doing so. Hunting is
often best done in silence, and tool-making is best done by demonstration rather
than instruction. ([22], p. 220)
[[…] la mayoría de personas en el mundo, por lo menos muy recientemente han creído
que [el lenguaje se transmitía] y estaba relacionado con información sobre caza o
manufactura de herramientas. “Ayer hubo bisontes bebiendo en el lago mientras pasaba
por allí”. O “Si quieres hacer una punta de flecha, necesitas golpear el nódulo de sílex
justo aquí para lograr obtener una astilla adecuada”. Lo que es poco satisfactorio con
respecto a tales demandas es que (a) estas clases de actividades tecnológicas toman
relativamente una pequeña proporción de nuestro tiempo y (b) cuando hacemos el
engranaje en ellas, realmente rara vez usamos el lenguaje mientras las llevamos a cabo,
ya que cazar es a menudo mejor hacerlo en silencio, y fabricar herramientas queda
mejor hecha a partir de la demostración que de la instrucción. ([22], p. 220)]
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Why do we bother to learn so many rare words that have practically the same meanings
as common words, if language evolved to be practical? ([28], p. 370)
[¿Por qué nos empeñamos en aprender tantas palabras extrañas que prácticamente
tienen los mismos significados de las palabras comunes, si el lenguaje evoluciona o se
desarrolla para ser practico? ([28], p. 370)]
Geoffrey Miller [28] sugiere que la riqueza del léxico resulta de una competición sexual
que lleva a los individuos a demostrar su capacidad para manejara numerosos conceptos.
Esta teoría plantea varios problemas; entre los más importantes, citemos el hecho que
los dos sexos participan igualmente en el lenguaje en nuestra especie, mientras que la
teoría de Miller predice necesariamente un dimorfismo sexual importante en cuanto a las
capacidades del lenguaje; otro problema es que esta teoría no da cuenta del contenido
de los turnos de habla espontáneos que consiste esencialmente en narraciones y en
argumentación [16] que interesan a los dos sexos, mientras que la selección sexual hubiera
podido limitarse a la expresión de calidades viriles destinadas a los auditorios femeninos.
El marco teórico que hemos propuesto [16] [19] permite justificar la existencia de léxico
de tamaño importante. Ella está ligada a la calidad primera fijada por el lenguaje:
mostrar que se sabe antes que los demás. Veamos un ejemplo. El 6 de julio de 2005,
14:00: algunos de mis colegas salen de su oficina para anunciar la atribución inesperada
de los Juegos Olímpicos 2012 a la ciudad de Londres cuando todo el mundo pensaba
que París sería escogida. El comportamiento de estos colegas es incomprensible si
obedece a un reflejo comunicacional forjado por razones utilitarias. Es claro que todo
el mundo iba a estar al tanto antes del anochecer. Si mis colegas buscaban el resultado
en Internet y si ellos no perdieron un segundo para anunciarlo, no fue para aumentar
el bienestar colectivo, sino para hacer valer su capacidad de enterarse antes de los
demás. En un esquema de este tipo, no es tanto la comunicación la que importa sino
su originalidad.
Si esta es la función primera del lenguaje: mostrar que se posee informaciones originales,
se comprende por qué los léxicos no pueden limitarse a algunas decenas de palabras.
63
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Los eventos originales que permiten a aquellos que los anuncian producir un efecto
sobre sus oyentes, son sucesos inesperados que se relacionan preferiblemente con los
hechos raros [17]. Ahora bien, para poder designar estados de hecho raros, es necesario
disponer de un número suficiente de palabras.
Un evento es cada vez más inesperado cuando es más simple de individualizar que ser
previsto12. De ahí la importancia de almacenar episodios perfectamente instanciados.
Tomemos como ejemplo dos casos extremos: (1) el hablante que vio una escuela en llamas
de regreso a su lugar de trabajo, encontró una situación inesperada en el momento del
12. Desde un punto de vista técnico, lo inesperado U se mide por la diferencia de complejidad de descripción: U=Cexp- Cobs,
en donde Cexp y Cobs designan respectivamente la complejidad, en el sentido de Kolmogorov, esperada y observada [19].
64
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
suceso, ya que era fácil de individualizar en el seno de todas las clases de situaciones que
podían servir de referencia; (2) si él menciona simplemente que tal escuela se quemó
en el pasado, su amiga no diferencia esta escuela de los demás edificios frente a los
cuales han pasado, ni diferencia este siniestro de los demás incendios que se produjeron
cada año en París. El efecto conversacional será débil, y corre el riesgo de provocar un
rechazo del tipo So what? [25]. Si el hablante le cuenta que él vio personalmente las
llamas que salían por la ventana izquierda el efecto será intermediario entre (1) y (2):
utilizando el testimonio instanciado de su amigo, la oyente puede individualizar más
fácil la situación y logra apreciar el carácter inesperado de ésta.
El comportamiento narrativo, que representa alrededor de la mitad de los turnos de
habla, requiere pues ser capaz de almacenar y de describir de manera no ambigua
numerosos episodios. Allí aún la presión de la selección se ejerce en los hablantes.
En el mercado de las alianzas en donde los lazos sociales se hacen y se deshacen, los
individuos capaces de producir lo inesperado son cada vez más apreciados. La evolución
ha favorecido a aquellos que disponen de un vasto repertorio de episodios y de léxicos
capaces de describirlos de manera no ambigua.
El gesto y el habla
Algunos autores defienden la idea según la cual la comunicación humana habría sido
gestual antes que oral y que no existe continuidad evidente entre las vocalizaciones de
los primates y el lenguaje oral humano [11] [12] [3]. El canal manual-visual presenta
numerosas ventajas en comparación con el canal vocal-auditivo, lo que justifica a los
ojos de varios autores la idea según la cual su reclutamiento para la comunicación
referencial hay sido más ‘fácil’. Leonard Talmy identifica cierto número de ventajas del
canal manual-visual [38]. Veamos:
Talmy toma un argumento del carácter fuertemente digital de la comunicación sobre el canal
vocal auditivo para explicar la superioridad que aquel mostró finalmente para la comunicación
de conceptos abstractos. Un argumento similar es propuesto por Corballis según el cual la
acumulación de significados es incompatible con una codificación analógica:
It would be difficult, for example, to make iconic signs that would distinguish ducks
from drakes […] spoken words cannot be iconic representations of real-world objects
or events. They can therefore be calibrated to minimize confusion between physically
similar objects. ([12], p. 212)
65
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
[Sería difícil, por ejemplo, crear signos icónicos que pudiesen distinguir patos hembra de
patos macho […] las palabras habladas no pueden ser representaciones icónicas sobre los
objetos o eventos del mundo real. Estas pueden de algún modo calibrarse para minimizar la
confusión que se pueda dar entre objetos físicamente parecidos.]
El argumento es, sin embargo, discutible. El ejemplo de las lenguas de signos demuestra
que el canal manual-visual puede perfectamente servir de soporte a una transmisión digital.
Sin obligar a una iconicidad estricta, puede combinar las ventajas de los dos sistemas,
conservando su paralelismo y el número importante de los parámetros que pueden variar
independientemente. En estas condiciones, el hecho de que la comunicación humana sea
espontáneamente oral y no gestual constituye un misterio.
La solución de este enigma nos es provista aún por la constante de que el lenguaje
evolucionó en el interés del hablante. El problema que se plantea a todo hablante,
incluso antes de hacer valer la calidad de su mensaje (sobretodo lo inesperado de la
situación descrita en el caso de la comunicación eventual), es el de llamar la atención de
los oyentes. La observación de las conversaciones cotidianas muestra que ellas ponen en
escena una competición no por parte de los oyentes sino por parte de los hablantes.
“Watch any group of people conversing, and you will see the exact opposite of the
behavior predicted by the kinship and reciprocity theories of language. People compete
to say things. They strive to be heard. ([28], p.350)
66
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Conclusión
Hemos evocado en las líneas anteriores varias consecuencias del hecho de que el lenguaje
evolucionó en beneficio de los hablantes y no, conforme a una idea extendida, en
beneficio de los oyentes. La actividad lingüística humana constituye una de las arenas en
donde se interpretan el establecimiento y el mantenimiento de los lazos de solidaridad.
Teniendo en cuenta su estructura social particular, caracterizada por coaliciones de
tamaño importante, los humanos utilizan varios criterios para la escogencia de sus
aliados. Entre estos criterios, la capacidad informacional, por la cual los organismos
conocen el estado de su entorno físico y social, desempeña un papel importante. Esta
preferencia por los individuos bien informados genera una competición en la cual los
hablantes rivalizan para fijar su competencia informacional, lo que hacen entre otras
cosas relatando todo hecho que puede parecer inesperado.
Las consecuencias de esta competición son múltiples y está en conformidad con lo
que observamos del lenguaje tal y como es practicado. Hemos mencionado también
el carácter no utilitario de la mayoría de los turnos de palabra, el hecho que el aparato
fonador evolucionó más que el propio aparato auditivo, el hecho de que los léxicos
alcancen un tamaño desproporcionado, el hecho de que los humanos mantengan en
la memoria una gran cantidad de episodios instanciados y en fin, el hecho de que la
comunicación humana pase por el habla, mientras que todo predestinaba la modalidad
gestual en este papel si el criterio primario era la eficacia.
El punto crucial que queda por aclarar reside en el cambio de organización social que
conoció la línea humana. La hipótesis que tiene que ver con la importancia para los
humanos de fijar sus capacidades informacionales por el lenguaje, reposa en el hecho
de que el conocimiento del medio físico y social es esencial para la toma de decisión
colectiva en el seno de una coalición. Esto solo tiene sentido si las coaliciones son
de tamaño significativo, entre cinco o diez individuos. En los chimpancés machos, las
coaliciones no exceden los tres individuos [13]. La calidad más buscada es la fuerza
física, y es también la que es preferiblemente fijada. Por una razón que permanece
desconocida, nuestro linaje conoció una bifurcación con la emergencia de coaliciones
más vastas. Es este cambio el que le ha dado importancia a la capacidad informacional
y es a este cambio al que le debemos la posibilidad de hablar.
67
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
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70
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
1. Introducción
Esto provoca otro cambio también fundamental del PM con respecto a la tradición
generativa previa: el cuestionamiento y la reformulación de la noción de innatismo. Frente
a un conocimiento remitido directamente a los genes propio de los estadios anteriores
al PM, este modelo considera la FL como resultado de procesos epigenéticos más que
de genéticos estrictos, por lo cual rebaja el papel de los genes (Chomsky 2005a). El
análisis en profundidad de tal aspecto y de sus implicaciones será el objetivo central de
71
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
este artículo. Sin embargo, como también trataré, esta rebaja del papel de los genes no
es un capricho o extravagancia del PM, sino que está en plena sintonía con importantes
corrientes biológicas actuales, que sostienen esa misma relativización del predominio
a su juicio abusivo de los genes, y que por ello en igual medida se han replanteado
el tipo de conocimiento que se puede considerar innato. El panorama que emerge
de ese replanteamiento de la noción de innatismo, PM incluido, consiste en rechazar
la equiparación de las nociones de genético e innato, propia del neo-darwinismo: un
rasgo puede ser innato aunque no tenga una base genética específica.
La estructura del trabajo es la siguiente: el apartado 2 expone las bases conceptuales
del PM, con especial atención a la tesis de inespecificidad de FL y a algunas de sus
consecuencias. Por su parte, el 3 aborda las repercusiones de tal tesis para la noción de
innatismo manejada por el PM, contraponiéndola con el modo en que esta noción era
entendida por formulaciones teóricas previas. El apartado 4 muestra que la noción de
innatismo del PM no es, como señalé antes, un rasgo caprichoso de este modelo, sino
que goza de unas sólidas bases en la biología actual; en concreto, en aquellas visiones
que rechazan el predominio o dictadura de los genes propia del neo-darwinismo. El
apartado expondrá tres de tales corrientes, incidiendo especialmente en la Teoría de
los Sistemas de Desarrollo. Con el bagaje de ese apartado, el 5 analiza la indefinición
(o incluso confusión) que ha caracterizado durante mucho tiempo a la noción de
innatismo, ámbito lingüístico incluido, defendiendo que la disociación de las nociones
de genético e innato (aspecto central, por ejemplo, en la concepción del PM) permite
acabar con (buena parte de) los problemas teóricos asociados a esta noción. Finalmente,
el apartado 6 sintetiza las principales conclusiones.
72
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
73
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
76) es radical en ese sentido: “El lenguaje es una solución óptima a las condiciones de
legibilidad [impuestas por los sistemas externos]”. Desde esa perspectiva, la estructura
de FL sería mínima, no específica, respondiendo a las exigencias impuestas por los
módulos limítrofes o a soluciones dictadas por necesidad conceptual: “asumimos que
FL no ofrece más maquinaria de la necesitada para satisfacer las exigencias mínimas de
legibilidad y que funciona de la manera más simple posible” (Chomsky 2000b: 94). Por
ello, con su concepción de FL como solución óptima o perfecta a las condiciones de
legibilidad, el PM rechaza la especificidad de FL y de sus mecanismos. No habría, frente
a GB, necesidad de ‘traducción’ entre FL y sus sistemas limítrofes: aquélla es el medio
más sencillo de unión entre estos. La mejor teoría de FL desde la perspectiva minimalista
será la que atienda fundamentalmente a las propiedades de los sistemas externos o a
requisitos dictados por la simplicidad, evitando en la medida de lo posible todo tipo de
nociones gramaticales autónomas.
(30a) Los únicos niveles lingüísticamente significativos son los de interfaz [...]. La
condición (30a) exige que no haya Estructura Profunda ni Superficial, ni otros niveles
propuestos. Mantiene que todo lo explicado en esos términos se ha descrito mal,
debiendo entenderse más bien en términos de condiciones de legibilidad en el
74
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
interfaz: eso incluye el Principio de Proyección, la teoría del ligamiento, la del Caso,
la Condición sobre las Cadenas, etc.
Por esa razón señala Chomsky (2000b: 95) que GB conducía justamente a la conclusión
contraria de la que guía al PM: “una asunción básica del trabajo en el marco P&P
[Principios y Parámetros; se refiere al modelo GB; VML] es que todo lo sugerido [por
el PM; VML] es falso: que el lenguaje es altamente imperfecto”. Desde la óptica
minimalista, lo que aparece como falso es precisamente la asunción central de GB:
que FL sea un componente mental caracterizado por su autonomía y por una gran
especificidad, dotado de una gran articulación interna y cuyos principios no tienen otra
justificación más allá de requisitos puramente gramaticales.
La clara apuesta del PM por la tesis de inespecificidad del lenguaje (apdo. 2) conduce
a cambios muy relevantes en la noción de Gramática Universal (desde ahora, GU),
caracterizada hasta ese momento por la gran especificidad de sus principios, sólo
operantes en el lenguaje y remitidos directamente a la dotación genética, asunciones
éstas claramente incompatibles con las ideas minimalistas3. A continuación se exponen,
75
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
tomadas de Longa y Lorenzo (en prensa), las dos principales ideas directrices de la GU
en los estadios teóricos previos al PM, así como los sentidos en que tales ideas son
contrarias a una perspectiva minimalista radical.
76
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
77
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
modo que un rasgo innato, además de por factores genéticos, está conformado
por otros muchos factores de desarrollo. Por consiguiente, según tal visión, FL
pierde su carácter puramente genético, pero no su naturaleza innata. Es por
ello que el PM sigue defendiendo la tesis del innatismo del lenguaje aunque de
modo diferente a los modelos previos: los fundamentos de FL no se ven ya como
específicamente lingüísticos, y a los genes se les otorga un papel mucho más
limitado que en formulaciones previas, basadas en la estricta identificación de
los niveles genético e innato, en tanto que asumían que sólo el nivel genético
permite hacer afirmaciones con contenido sobre el carácter innato de un rasgo. Tal
creencia deriva de los presupuestos de la síntesis evolutiva y del neo-darwinismo
resultante, la visión biológica predominante. El siguiente apartado analiza las
razones de tal equiparación estricta, así como su actual cuestionamiento.
4. No sólo genes
78
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Según tal visión, los genes son el único material relevante para la herencia, y la evolución
es según el neo-darwinismo una extensión directa de lo señalado: los nuevos rasgos
son adaptaciones que surgen gracias a la selección natural, que opera sobre variantes
genéticas aleatorias, surgidas al azar7. La consecuencia es la creencia, sostenida incluso
hoy en día por la mayoría de autores, de que la evolución es simplemente un cambio en
la frecuencia génica (en palabras de Wilson 1975: 69, cambio de frecuencias genotípicas
relativas), definición plenamente equivalente con la que hace 70 años ofrecía Dobzhansky
(1937: 11) de la evolución: “a change in the genetic composition of populations”.
Como es bien sabido, la visión usual sobre selección y herencia al respecto de la evolución
considera que (1) los organismos tienen variaciones, (2) algunas variaciones producen
diferencias en fitness o eficacia biológica, y (3) algunas de las variaciones son heredables.
Pero, como manifiestan Griffiths y Gray (2001: 195) al respecto de esa visión ortodoxa
de la evolución, dado que las variaciones no heredables no tienen ningún papel a
efectos de la variación y dado que el mecanismo de herencia se presume puramente
genético, de ahí deriva tomar la evolución como un cambio meramente genético. De
ese modo, la herencia se suele ver únicamente en términos de genes y secuencias de
DNA, y la evolución, como cambios en las frecuencias de genes alternativos. Por ello el
neo-darwinismo (tanto clásico como molecular) supuso el predominio del nivel génico,
79
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
80
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Como último botón de muestra, el por otro lado excelente Marcus (2003: 111) afirma
tajantemente que “De un modo u otro, toda evolución surge de cierto cambio en el
código genético”. Así pues, según los autores citados, no puede existir novedad en el
plano de la ontogenia ni en el de la filogenia si no es a través del material genético.
Al comienzo del presente apartado apunté que la rebaja del papel de los genes por
parte del PM (y la consiguiente disociación entre genético e innato) no es una idea
caprichosa, sino que está en plena sintonía con varias teorías biológicas recientes que
cuestionan, con diferentes presupuestos, la dictadura de los genes del neo-darwinismo.
A mi juicio, los movimientos actuales más destacados en este sentido son9:
2. Sistemas de herencia de Jablonka y Lamb (cf. Jablonka y Lamb 1995, 2005). Esta
teoría efectúa un análisis de la herencia centrado en la imposibilidad de identificarla
únicamente con el nivel génico, de modo que “there is more to heredity than
genes” (Jablonka y Lamb 2005: 1). Ambas autoras establecen cuatro sistemas de
herencia que trabajan en paralelo, de los que tres son de corte biológico puro
(herencia genética, sistemas de herencia epigenética y herencia conductual) y el
cuarto, exclusivo de nuestra especie, es de tipo simbólico (si bien en el caso del
81
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
lenguaje, puede biologizarse en parte; cf. Jablonka y Lamb 2005: cap. 8). Así pues,
en conjunto la herencia supone mucho más que genes, existiendo variaciones
también heredables en el nivel celular, en el del organismo o en el del grupo. Y
aunque afirman que “The genetic system is the basis of all biological organization,
including the organization of the supragenetic heredity systems” (Jablonka y Lamb
2005: 110), (afirmación de la que discrepan las otras dos corrientes), es obvio que
esta perspectiva es una muy fuerte oposición al “gene-centered approach” (Jablonka
y Lamb 2005: 2) neo-darwinista, que no reconoce la relevancia de las variaciones
producidas por encima del nivel génico, o bien las contempla como curiosidades sin
otro estatus que meras anécdotas.
Esta breve exposición permitirá apreciar que las tres corrientes cuestionan, en
diferentes vías, la dictadura génica acuñada por el neo-darwinismo, coincidiendo en
que una perspectiva sólo centrada en genes y DNA es insuficiente para dar cuenta
del organismo, siendo necesario para ello considerar otros muchos tipos de procesos
y de factores heredables además de los genéticos. Estas palabras de Goodwin (1994:
19) representan a la perfección el espíritu de tales corrientes: “Los organismos no
pueden reducirse a las propiedades de sus genes”. Por ello, entienden que otros
factores, de tipo no genético, desatendidos por completo en el neo-darwinismo,
son imprescindibles para entender el desarrollo y la evolución. Por otro lado, las
corrientes citadas, frente a la posición ortodoxa, no aceptan considerar al genoma
como encapsulado, en tanto que el organismo no es un producto del desarrollo
genético sino del epigenético, que abarca genes, pero también otras muchas
influencias situadas por encima del gen, tanto externas (entorno incluido) como
internas (por ejemplo, la herencia epigenética). Tal aspecto se refleja bien en la
epigénesis probabilística del psicobiólogo del desarrollo Gilbert Gottlieb: según este
autor (2001: 50), el desarrollo está guiado y restringido por todos los niveles del
sistema (génico, neural, conductual y ambiental), no sólo por genes y entorno.
Por tanto, las tres teorías coinciden también en sostener que la imagen usual del
blueprint o programa genético no es adecuada, por ser demasiado estática: el
82
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
organismo no se limita a ser una versión ampliada del huevo, sino que juega un
papel muy activo en su propio desarrollo; en suma, el gen no tiene un plan maestro
para construir el organismo por sí solo. Por ello, estas palabras de Jablonka y Lamb
(2005: 1) se pueden aplicar perfectamente a la nueva perspectiva que ofrecen
teorías como las citadas: “What is emerging is a new synthesis, which challenges the
gene-centered version of neo-Darwinism that has dominated biological thought for
the last fifty years”.
Sin duda, la idea que mejor refleja la perspectiva de TSD es la denominada ‘tesis de
paridad’ (Griffiths y Knight 1998: 254), de la que deriva el resto de sus presupuestos.
Tal tesis es bien simple, aunque tiene unas grandes implicaciones: “Parity is the idea
that genes and other material causes are on a par”. En concreto, lo que sostiene esta
tesis es que si se considera el genoma como fuente de información para el desarrollo,
hay que otorgar idéntico estatus a otros factores también requeridos para el desarrollo.
La tesis, en consecuencia, no afirma que los genes no sean relevantes, ni tampoco que
no existan diferencias entre el papel causal de los genes y el de los otros factores, sino
que esas diferencias no justifican construir teorías centradas en la distinción entre lo
que hacen los genes y lo que hace el resto de factores causales (Oyama, Griffiths y Gray
2001: 3), ni tampoco justifican otorgar la primacía, un poder especial, a los genes en
el desarrollo, tomando al resto de factores como simples actores secundarios. Como
escriben Griffiths y Gray (2005: 420)11, “the roles played by the many causal factors that
affect development do not fall neatly into two kinds, one exclusively played by DNA
elements the other exclusively played by non-DNA elements”12.
De este modo, las propiedades de un organismo son según TSD el producto de una
interacción entre un vasto número de recursos heterogéneos, tanto genéticos como no
genéticos, y los genes son sólo uno más de los recursos de desarrollo. Por ello, no se
puede considerar que la información sea una propiedad inherente al genoma: existen
muchas causas que contribuyen al desarrollo, y todas ellas son necesarias para el éxito
del proceso. En suma, la información de desarrollo no reside ni en los genes ni en el
entorno (Robert, Hall y Olson 2001: 954), sino que emerge de recursos de desarrollo
heterogéneos y dispersos, que originan la ontogenia de la información.
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Según TSD, la metáfora del gen como elemento que contiene información es
preformista. Por ello, al negar la primacía a cualquier recurso de desarrollo, esta teoría
rechaza la noción de blueprint o programa genético, que enfatiza precisamente la
información genética como esencial. Como escriben Oyama, Griffiths y Gray (2001:
5), “despite the widespread talk of genetic blueprints and programs in contemporary
biology, there is no scientifically defensible sense in which a subset of developmental
resources contains a program or a set of instructions for development”.
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
6. Herencia múltiple o extendida. Esta es una de las diferencias de más amplio alcance
con respecto al neo-darwinismo. Según éste, sólo se heredan genes (y dada su
enorme influencia, no es extraño que la idea de que sólo el DNA produce las
diferencias hereditarias esté tan firmemente asentada). Sin embargo, la noción
de herencia en TSD (y también en la perspectiva de los sistemas de herencia de
Jablonka y Lamb, con la diferencia señalada en su momento entre ambas) es mucho
más amplia, dando cabida también a factores no genéticos que pese a ello pueden
heredarse. Griffiths y Gray (2001: 196) definen el alcance de la herencia:
The concept of inheritance is used to explain the stability of biological form from
one generation to the next. In line with this theoretical role, developmental
systems theory applies the concept of inheritance to any resource that is
reliably present in successive generations, and is part of the explanation of why
each generation resembles the last. This seems to us a principled definition of
inheritance.
En otras palabras, los recursos que un organismo puede heredar trascienden con
mucho a los puramente genéticos, incluyendo, entre otros, los sistemas de marcado
de cromatina, como la metilación del DNA (ejemplo de sistemas de herencia
epigenéticos), estructuras cromosómicas, citoplásmicas y metabólicas o membranas
celulares, además de otros recursos extracelulares, como la matriz celular, huellas
químicas en el útero, señales de desarrollo y del entorno o conducta14, con
respecto a los cuales existe amplia evidencia empírica de que trasmiten información
heredable (cf. la extraordinaria panorámica ofrecida en Jablonka y Lamb 2005). Sin
embargo, en el pensamiento neo-darwinista, esa amplia evidencia, como escribe
Godfrey-Smith (2001: 285-286), is often regarded as describing oddities, details,
and exceptions –not as describing cases that provide models for thinking about
development and evolution in general. In mainstream biological thinking, the
developmental work that is supposed to provide a model is work on the expression
of specific genes, and on how genes and their products exert sensitive control on
developmental processes. According to TSD, the mainstream view erroneously hold
that work focused on gene expression provides a general model, while work on
such things as the inheritance of cytosine methylation patterns and endosymbionts
merely describes interesting oddities.
En resumen, los factores heredables sobrepasan con mucho el nivel estrictamente
genético, lo cual implica que los fenómenos marginados o simplemente ignorados
en las concepciones genocéntricas imperantes se colocan en la agenda, y al mismo
nivel que los puramente genéticos. Por todo ello, no es posible sino concordar con
Jablonka y Lamb (2002: 290), cuando afirman que “the new approach suggested by
DST [iniciales de TSD en ingles; VML] challenges some of the cherished assumptions
of the widely accepted gene-based neo-Darwinian theory of evolution”.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
El bagaje ofrecido tanto por las teorías biológicas expuestas como por el propio PM
permite abordar un problema recurrente, la falta de exactitud o indefinición de la
noción de innatismo. Como escribe Samuels (2004: 136), “Innateness is one of the
central concepts of cognitive science; but it is also a source of considerable confusion”.
De ahí que se haya avivado (o reavivado; cf. infra) últimamente un importante debate
sobre ella en biología y filosofía de la biología (del que participa, como vimos, el PM).
Esa falta de exactitud también ha tenido su eco en la propia lingüística: por ejemplo,
Cowie (1999) denuncia que se ha usado de manera imprecisa, mientras que O’Grady
(2005: 183, nota 1) coincide en tal valoración: “What precisely means for a principle
to be ‘innate’ is not entirely clear”. Este apartado intentará mostrar que tal inexactitud
deriva de la identificación estricta de un rasgo innato con un rasgo genético, por lo que
si se rompe la equiparación, como sostiene el PM y las teorías biológicas tratadas, la
noción de innato pierde su indefinición, pasando a ser explicativamente valiosa.
The use of ‘explanatory’ categories such as ‘innate’ and ‘genically fixed’ obscures the
necessity of investigating developmental processes in order to gain insight into the
actual mechanisms of behavior and their inter-relations. The problem of development
is the problem of the development of new structures and activity patterns from the
resolution of the interaction of existing structures and patterns, within the organism
and its internal development, and between the organism and its outer environment.
At any stage of development, the new features emerge from the interactions within
the current state and between the current state and the environment. The interaction
out of which the organism develops is not one, as is so often said, between heredity
and environment. It is between organism and environment! And the organism is
different at each stage of its development.
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Frente a Lorenz, no es posible según Lehrman tratar un rasgo innato como algo
perfectamente separable o delimitable, dependiente de su propio sustrato autónomo;
esto es, independiente de la conformación y del desarrollo del organismo (de ahí que
Lehrman 1953: 31 acuse a Lorenz de preformista). En vez de dividir la conducta en
innata o adquirida, una distinción demasiado simple, se debería analizar más bien como
una interacción compleja entre organismo (no entre genotipo) y entorno, de modo
que la interacción producida en cada etapa se basa en la etapa previa, y da lugar a la
siguiente (nótese cuán claramente está presente en Lehrman el interaccionismo causal
complejo que decenios después caracterizaría a TSD).
Además (y esto es lo más relevante para mi propósito), Lehrman pretendía mostrar que
la noción de innato era confusa en sí misma, ya que
includes very different kinds of behavior, which involve learning in many different
ways. Lorenz’s concept of ‘innate’ behavior represents a lumping-together
of many different kinds and levels of behavior on the basis of an essentially
phenotypic classification, and the imposition of preconceived categories upon
that classification (Lehrman 1953: 34).
Existen, pues, muchos modos en que conductas concretas pueden tacharse de innatas,
de manera que podrían serlo en alguno de los siguientes sentidos (cf. Griffiths 2002,
Maclaurin 2002 y Samuels 2004):
1. Rasgo no maleable
2. Rasgo específico de especie
3. Rasgo presente en el momento del nacimiento
4. Rasgo que es una adaptación evolutiva
5. Diferencia conductual causada por una diferencia genética
6. Rasgo no aprendido
7. Rasgo derivado de causas internas al organismo
8. Rasgo canalizado en el desarrollo
9. Rasgo desarrollado en ausencia de contacto con congéneres
10. Rasgo inalterado a través del desarrollo
11. Rasgo psicológicamente primitivo
Como se puede apreciar, estos sentidos otorgan muy diferentes significados al término
‘innato’, careciendo de equivalencia entre sí al mezclar aspectos diferentes: por ejemplo,
algunos rasgos innatos no requieren ningún tipo de aprendizaje, mientras que otros
necesitan una exposición, siquiera mínima, a la experiencia relevante (usualmente
dentro de un período crítico o sensible). Por otro lado, algunos rasgos aparecen en el
nacimiento, mientras que otros derivan de un programa de maduración que puede
demorarlos incluso bastantes años, pero algunos de los rasgos presentes al nacer son
aprendidos, dados los importantes efectos del aprendizaje prenatal (cf. Gottlieb 1997).
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Así pues, un rasgo claramente innato desde uno de esos parámetros no lo será (o habrá
muchas dudas al respecto) desde la óptica de otro parámetro diferente, por lo cual la
conducta podría ser innata en un sentido pero no en otros. De ahí el cuestionamiento
de la noción de innatismo, en tanto que, efectivamente, mezcla aspectos diferentes.
Es por ello que, como ya anticipé (cf. nota 12), algunos autores inscritos en TSD, como
Oyama (2000, 2003) o Griffiths (2002), consideran que esa noción debería ser expulsada
de la explicación científica (así como la diferencia entre lo innato y lo adquirido), puesto
que “represents a highly intuitive way of thinking about living systems” (Griffiths 2002:
81). Según Griffiths, si existen explicaciones variadas e independientes para cada uno
de los casos que genéricamente se recubren con la denominación de innato, se debería
utilizar cada una de tales explicaciones en el contexto relevante. Con sus palabras
(Griffiths 2002: 82),
If a trait is found in all healthy individuals or is pancultural, then say so. If it has an
adaptive-historical explanation, then say that. If it is developmentally canalized
with respect to some set of inputs or is generatively entrenched, then say that
it is. if the best explanation of a certain trait difference in a certain population is
genetic, then call this a genetic difference. If you mean that the trait is present
early in development, what could be simpler than to say so? If, finally, you
wan to ‘blackbox’ the development of a trait for the purposes of your current
investigation then saying so will prevent your less methodologically reflective
colleagues from supposing that you think the trait is … innate.
89
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Como afirma Maclaurin (2002: 128), la mayor parte de la polémica sobre la noción de
innatismo deriva, como por otro lado se expuso en apartados previos, de la tendencia
a juzgar lo innato en términos de contribuciones causales de genes y de entorno
durante el desarrollo de los rasgos, pero dado que cada vez existen más evidencias
de que la herencia no es sólo genética, el criterio señalado se vuelve sospechoso,
con lo cual, libres de la equiparación genético-innato, es posible seguir utilizando la
noción de innatismo de manera operativa. Por ello, según Maclaurin (2002: 126), “All
I require for the existence of an innate trait is that there exists within the population
some mechanism or process that maintains the developmental resources which very
reliably produce the trait in question”, con independencia de los fundamentos de
tales recursos de desarrollo, que no tienen por qué ser exclusivamente genéticos.
6. Conclusiones
El PM, sin embargo, rebaja el papel de los genes, la noción de blueprint, al tiempo
que da primacía a otros aspectos, como principios de arquitectura independientes del
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
NOTAS
1. Obviamente, para el funcionamiento del lenguaje son necesarios tanto esos sistemas
como la propia FL, pero eso no impide la división a efectos metodológicos entre
tales sistemas limítrofes (senso-motor y conceptual-intencional) y la FL, que ofrece
el sistema computacional que relaciona sonidos y significados de manera creativa,
la sintaxis. Tal división remite a la diferencia entre FL en sentido amplio y en sentido
reducido (Hauser, Chomsky y Fitch 2002), usada como estrategia comparativa:
según estos autores, mientras la FL en sentido amplio tiene una muy larga historia
evolutiva, en tanto que bastantes mecanismos cognitivos y perceptivos humanos
empleados en el lenguaje son compartidos con otras especies (existiendo por tanto
mucho antes de la aparición del lenguaje), la FL en sentido reducido es únicamente
humana y de carácter reciente. En este trabajo, por FL deberá entenderse FL en
sentido reducido.
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
4. Eso no significa que los genes no tengan que tener ningún papel; de hecho, el
descubrimiento de FOXP2 es relevante en ese sentido. Lo que significa es que el
PM considera innecesario centrar toda la explicación del carácter innato de FL en el
nivel genético, tal como hicieron los modelos anteriores.
6. En realidad, tal movimiento puede dividirse según Gould (2002: 533) en dos
fases: la primera supone la síntesis o unificación de Darwin y Mendel propiamente
dicha en el marco de la genética de poblaciones, mientras que la segunda implica
relacionar, gracias al núcleo teórico logrado en la primera, varias disciplinas, como
paleontología, sistemática, botánica, morfología o citología.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
the course of development” (Carroll 2005: 11) (cf. también los comentarios de
Jablonka y Lamb 2002: 290 y Robert, Hall y Olson 2001: 958 en este sentido).
Aunque Evo-Devo considera que en el sistema de desarrollo interactúan numerosos
factores, el propio sistema de desarrollo es concebido “as an emergent feature of
the genome” (Griffiths y Gray (2005: 421).
10. Dos buenas introducciones breves a TSD son Oyama, Griffiths y Gray (2001) y, con
un cariz más crítico sobre sus aportaciones, Robert, Hall y Olson (2001). Trabajos
especialmente interesantes que discuten las implicaciones de TSD son Griffiths y
Gray (1994) y Griffiths y Knight (1998). Por otro lado, es obligado consultar Oyama
(1985), la obra pionera de esta corriente. Por otro lado, debe tenerse en cuenta
que TSD no es una teoría entendida al uso (como un modelo unitario), sino más
bien una perspectiva teórica general sobre desarrollo, herencia y evolución (Oyama,
Griffiths y Gray 2001: 2).
11. Cf. este trabajo para algunas precisiones y malentendidos sobre la tesis de
paridad.
12. Esta es la razón de que algunos autores insertados en TSD, como Griffiths (2002)
u Oyama (1985, 2000, 2003), rechacen dicotomías del estilo ‘genes vs. entorno’ o
incluso ‘innato vs. aprendido’, en los que subyace precisamente esa división entre
los genes y el resto de factores de desarrollo. El rechazo al término ‘innato’ no
supone, obviamente, que se niegue lo que intuitivamente se recoge en él (esto
es, un rasgo de especie), sino que, dado que en ese término se juntan diferentes
factores o causas, con su rechazo se evita dar a entender precisamente una división
simple entre causas internas y externas (estas últimas de mero apoyo) evitando
también la noción de blueprint. En vez del término ‘innato’, se priorizan por parte
de tales autores las explicaciones de las causas concretas implicadas en cada rasgo
(cf. apdo. 5). En todo caso, se aprecia que ‘innato’ es un paraguas según esos
autores que implica mucho más que lo estrictamente genético, aspecto también
coincidente con el PM (y con las otras dos teorías). Como escriben Oyama,
Griffiths y Gray (2001: 2), “Oppositions between genes (or biology) and learning,
or between genes (or biology) and culture, are endemic to many fields but are
miserably inadequate for capturing the multitude of causal factors needed for any
reasonable treatment of ontogeny or phylogeny”. Esto es, dada la heterogeneidad
de recursos de desarrollo, la diferencia entre genes y el resto es simplemente una
división más entre las muchas que se pueden efectuar.
13. Nótese que, tal como apuntan diferentes autores (cf. Griffiths y Gray 1994: 287,
Griffiths y Gray 2001: 208 o Gottlieb 2001: 50), reconocer el papel del entorno y su
influencia en el desarrollo no significa en modo alguno concebir el desarrollo (o la
evolución) como una mera respuesta a las demandas del entorno, ni tampoco una
99
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
14. Por eso autoras como Oyama (2003: 180) o Moore (2003: 116) afirman que el
cambio evolutivo no necesita comenzar en el nivel genético (cf. también Jablonka
y Lamb 2005), sino que es suficiente con postular un cambio en el sistema de
desarrollo, cambio suficientemente robusto como para permitir la recurrencia del
fenotipo en las siguientes generaciones.
100
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
François RASTIER
CNRS/Inalco, Paris
frastier@gmail.com
Cuando se considera un tema nuevo, con frecuencia se tiende a sobrestimar lo que de por sí ya es interesante o
notable y luego, por un tipo de reacción natural, a subestimar el estudio real de la situación cuando descubrimos
que nuestras ideas han superado las que eran realmente realizables.
Ada Lovelace
I. Posiciones
Entre las ciencias del lenguaje, sólo una nos interesa aquí, la lingüística. Por supuesto,
todo tipo de disciplinas toman como objeto el lenguaje: psicología cognitiva,
neuropsicología, sociología (según Bourdieu), filosofía del lenguaje. La lingüística
es la única que tiene como objeto exclusivo el lenguaje, aprehendido a través de la
diversidad de las lenguas. De esta manera, ella es, en términos estrictos, la única ciencia
del lenguaje. Así también, ella puede encontrar puntos de contacto con las demás
disciplinas que se ocupan del lenguaje, y sobretodo con aquellas que participan en la
investigación cognitiva. Pero podemos estimar igualmente con razón que el objeto real
de la lingüística está constituido por las lenguas y que trata de su diversidad (diversidad
contrastiva, diversidad de los estados sincrónicos, diversidad de los estados diacrónicos).
Desde este punto de vista el lenguaje sería una abstracción13 sin valor explicativo fuera
de una tipología; o simplemente un nombre cómodo para designar el conjunto de los
universales de método (como los conceptos de fonema, sílaba, predicación, etc.) En
consecuencia, concebida de esta manera, la lingüística no tiene una relación inmediata
con las demás disciplinas que se ocupan del lenguaje. En el ámbito de las investigaciones
cognitivas, es evidentemente la primera concepción la que prevalece. La diversidad
* Estoy profundamente agradecido con Dominique Béroule, Daniéle Dubois, Daniel Memmi y Yues-Marie Visetti.
13. Se encuentran incluso lingüistas, como Hugo Schuchardt, para estimar que el concepto de lengua es una abstracción
simplificadora.
101
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
a.) ¿Existe una ciencia cognitiva? Es lo que dejaría entender el uso americano. Ver por
ejemplo la revista Cognitive Science, o el título de Gardner, 1985: The Mind’s New
Science. O mejor aún esta definición de la ciencia de la cognición (Le Moigne, 1986,
p. 239):
I. Incluso entre comillas, la distinción entre ciencias duras y blandas, que categoriza a
las ciencias según su grado de formalización, elimina las distinciones según el tipo
de objeto y el tipo de métodos la lingüística es una ciencia social, y la especificidad
de las ciencias sociales preocupa naturalmente al lingüista. Además es el dominio
del objeto el que determina el tipo teórico, y no lo contrario.
14. Esto se ve en la terminología. El anglicismo lenguaje natural es conveniente (cf. Bernard y Feat, 1988).
102
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
II. La lista de las disciplinas mencionadas es por decir lo menos, heterogénea y suscita
abundantes preguntas en cuanto a sus interrelaciones. ¿Pueden considerarse la
sistémica y la epistemología ciencias o sectores de la filosofía? ¿Cuál es la función
cognitiva de la economía? ¿Acaso la lingüística no proviene de las ciencias de la
comunicación?
b.) Si no existe una ciencia cognitiva única, volvamos hacia las ciencias cognitivas.
En la lista presentada, ¿existe una ciencia cognitiva, en el sentido en donde ella
tendría como objeto específico, la cognición? No es el caso. La cognición continúa
siendo un objeto del cual ninguna ciencia ha logrado aún desvincular la filosofía.
Precisemos entonces en qué consiste el carácter cognitivo de las disciplinas centrales,
es decir, las que mencionan siempre la informática, la psicología cognitiva, la
lingüística.
15. La Inteligencia Artificial no es, a pesar de todo, una tecnología más entre otras. Las ambiciones teóricas de sus iniciado-
res, como los debates filosóficos de los cuales siempre estuvo rodeada, le confieren un lugar aparte, de hecho cuando no de
derecho.
103
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
3. Lenguaje y cognición
b.) El lenguaje es una condición de todo conocimiento. Según que se consideren las lenguas
particulares o el lenguaje en general, esta tesis recubre dos interpretaciones.
En la interpretación culturalista, cada lengua impone a su manera la percepción y la
categorización del mundo17. Esta interpretación sólo fue considerada para ser refutada
por Berlin y Kay (1969) y por Rosch (1972, 1973a y b). Berlin y Kay establecieron que
poblaciones diferentes reconocían en el espectro áreas análogas y categorizaban de
la misma forma los “buenos” o los “malos” colores. Atribuyen esto a la estructura
del sistema nervioso. Paralelamente Rosch constató que “primitivos” de Nueva Guinea
que sólo disponían (afirma ella) de dos nombres de colores, saben reconocer cuarenta
colores (casi tan bien como los sujetos de experimento americanos, estudiantes sin
duda más familiarizados con la psicología cognitiva). Ella ve allí un ejemplo mayor de la
influencia de los factores cognitivos subyacentes sobre la formación y la referencia de
las categorías lingüísticas (cf. Heider, 1972, p.20).
El método que presidió estas experiencias y las conclusiones que se sacaron de ellas son
evidentemente discutibles (Marshall Sahlins anota por ejemplo que no reflejan en nada
el relativismo cultural; cf. 1976, p.2). Sin entrar aquí en esta discusión, destaquemos
que estas experiencias reflejan en sí mismas preocupaciones universalistas.
En el ámbito de las investigaciones cognitivas, la tesis de que el lenguaje condiciona el
conocimiento recibe generalmente en efecto una interpretación universalista. Ya sea
que se considere que algunas categorías lingüísticas son universales y revelan categorías
a priori de la cognición.
Más aún se parte de categorías cognitivas que se suponen universales –estructuran sobretodo
el espacio- y se estudia en las lenguas su manifestación (cf. Langacker, 1987; Pottier, 1987).
Que exija un procedimiento inductivo o deductivo, la hipótesis universalista se ve
inevitablemente confrontada a esta dificultad: por la fuerza misma, ella escapa a toda
16. Para Wittgenstein, la proposición es un retrato vivo (lebendes Bild). La concepción denotacional del sentido incompatible
con la lingüística, como lo subrayó Saussure- es típico de la filosofía del lenguaje.
17. Cf. Sapir, 1929, p.162:
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
validación y a toda refutación. Algunos escolásticos quisieran hacer entrar todo lo existente
bajo las diez categorías de Aristóteles, consideradas como universales. Benveniste mostró sin
embargo que las categorías de Aristóteles sólo eran transposiciones en el plano filosófico,
categorías propias de la lengua griega (cf. 1966, ch. VI). El escribía:
Es de la naturaleza del lenguaje prestarse a dos ilusiones en sentidos opuestos. Por ser asimilable,
consistir en un número siempre limitado de elementos, la lengua da la impresión de no ser más
que uno de los trujumanes posibles del pensamiento –libre éste, autárquico, individual, que
emplea la lengua como su instrumento. De hecho, si se intentan alcanzar los marcos propios
del pensamiento, no se atrapan más que las categorías de la lengua. La otra ilusión es inversa.
El hecho de que la lengua sea un conjunto ordenado, que revele un plan incita a buscar en el
sistema formal de la lengua la calca de una “lógica” que sería inherente al espíritu, y así exterior
y anterior a la lengua. De hecho, no se construyen así más que ingenuidades o tautologías.
(2004, p. 73).
105
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Naturalmente, este armonioso “hexágono cognitivo” plantea más problemas que soluciones.
Los autores resumían sin embargo una opinión extendida comentándola así:
Lo que ha permitido la existencia del campo, es un objetivo de investigación común:
descubrir las capacidades representacionales y computacionales de la mente y su
representación estructural y funcional en el cerebro (1978, p. 8, según Gardner, 1985,
p. 37)20
20. Aunque una docena de autores prestigiosos hayan colaborado allí, el informe nunca fue publicado.
106
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Le Moigne presenta una nueva versión de este hexágono más detallada y bastante
diferente (cf. 1986a, p. 51):
(a) Cibernética
(b) Neurolingüística
(c) Neuropsicología
(d) Lingüística computacional
(c) Psicolingüística
III. Finalmente y sobretodo, la lingüística no se cuenta entre las ciencias sociales. Este
“olvido” parece sintomático.
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Luego de ver estos “hexágonos”, nos parece útil presentar un prisma de nuestra cosecha,
sin creer por lo tanto que un esquema, cualquiera que este sea, pueda representar
toda la complejidad de un campo de investigaciones. Nos parece que representa las
relaciones interdisciplinarias en curso, independientemente de lo que ellas podrían o
deberían ser.
Figura 3
21. Sobre la teoría de la doble articulación, cf. Martinet, 1960, pp. 17-19. Las señales pueden agruparse sistemáticamente
para constituir significantes simbólicos (el ejemplo de las señales del código Morse es elocuente).
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
en algo la rivalidad que opone hoy en día a los paradigmas dominantes en las
investigaciones cognitivas: el cognitivismo trata con predilección los símbolos; el
conexionismo muestra aún dificultades para dar cuenta de ello, pero obtiene sus
mejores resultados en la percepción automática de las señales22. De todos modos la
lingüística se extiende en estos dos planos, simbólico y “subsimbólico”.
Las relaciones entre entidades simbólicas se consideran parte de los conocimientos.
Es en este espacio que se sitúan las representaciones y los razonamientos sobre
estas representaciones; se plantea así el problema de la representación de los
conocimientos. El proceso que conduce de las señales a los símbolos procede de la
cognición: es al menos en esta medida que la cognición le interesa a la lingüística.
2.) La I.A. presenta todas las características de una tecnología. Es por eso que la
informática, la psicología cognitiva y la lingüística pueden colaborar en sus logros. El
tratamiento de la señal parece ocupar una posición homóloga en el otro espacio.
3.) Varias subdisciplinas que se interesan en el lenguaje pueden ser situadas en este
esquema: a) La psicolingüística, rama de la psicología; b) La lingüística informática,
rama de la lingüística que utiliza la informática para alcanzar sus objetivos. c) La
informática lingüística, rama de la informática que utiliza la lingüística para alcanzar
sus objetivos. Esta relación no es directa, y se establece en el marco de la I.A.; d) La
neurolingüística, sector de las neurociencias que trata de la actividad lingüística; e)
La neurofisiología de la percepción se interesa en la fonética y la grafémica23.
Estas subdisciplinas ne son, estrictamente hablando, disciplinas intermediarias que
se desarrollarían en los confines. Ellas le deben su estatus científico (su objeto, su
metodología, sus procesos de validación) a la disciplina de la que provienen24.
Nota: Para mayor claridad, no hemos representado en este esquema varias disciplinas
mencionadas por los autores que se han citado: (i) La epistemología, disciplina filosófica,
no tiene una relación de privilegio con la investigación cognitiva. (ii) La filosofía en cuanto
tal se ocupa especulativamente de la cognición (mientras que la investigación cognitiva
quiere hacer de ella un campo científico y despojar así a la filosofía)25.
22. El nivel subsimbólico que Smolensky (1986) asocia al conexionismo parece corresponder en parte al de las señales.
23. Dejamos a la sagacidad del lector la preocupación por situar las subdisciplinas sin relación directa con la lingüística (neu-
ropsicología, psicofisiología, etc.).
24. No existen disciplinas interdisciplinarias , desarrolladas en los límites: no se construyen disciplinas con un guión (psico-
socio-algo). Queda, no obstante una pregunta abierta: ¿Puede acaso una relación interdisciplinaria arraigarse y constituir una
disciplina nueva provista de un objeto nuevo?
25. Debemos distinguir a este propósito las experiencias científicas llevadas a cabo por la psicología y las neurociencias de
las pretendidas experiencias de pensamiento (Gedankenexperimente) de algunos filósofos como Searle o Dennett y que
son pequeños apólogos
109
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
(iii) La lógica tiene la función de un organon para varias disciplinas mencionadas, pero
no puede ser situada de manera precisa. (iv) La cibernética y la sistémica no parecen
poseer un estatus científico definido. (v) Finalmente la antropología y la economía sólo
han mantenido hasta el momento, fuertes vínculos con la investigación cognitiva.
De hecho, es el estatus de todas las ciencias sociales en relación con la investigación
cognitiva que habría que precisar. El caso de la lingüística, única ciencia social
reconocida como tal ente las disciplinas centrales de la investigación cognitiva, debería
ser particularmente esclarecedor. Chomsky, representante central del cognitivismo,
afirma, a propósito de la Gramática Universal: “esta parte de la lingüística entra en
la psicología, y en definitiva, en la biología” (1984, p.21). Ahora bien la reducción
a lo psicológico luego a lo biológico de estas realidades sociales que son las lenguas
conlleva inevitablemente la subestimación de su carácter cultural. Más allá de este
carácter esencial del objeto lingüístico, conviene entonces reafirmar la especificidad de
las ciencias sociales, y su autonomía que fue relativa26.
26. El ejemplo de la psicología, contada antes entre las ciencias sociales, da para pensar. En Francia, bajo la presión de los
psicolingüistas chomskyanos, se encuentra clasificada entre las ciencias de la naturaleza. ¿Por qué la lingüística no seguiría
el mismo camino, si se considera que la teoría de la GU [la gramática universal] es un componente hipotético del patrimonio
genético? (Chomsky, 1984, p.21)?
27. NdT. Entre 1989 y el 2010 ha corrido mucha tinta a propósito de la historia de la investigación cognitiva.
28. Marvin Minsky no decía: A una ciencia dinámica no le importa su pasado sino su futuro (respuesta a F. Fogelman-Soulié,
citado por Dupuy, 1985, p. 10). Esta amnesia modernista se trasluce e los usos bibliográficos: sólo se citan fechas con sus dos
últimos dígitos. Parece pues inconcebible que se puedan mencionar obras de siglos pasados. En el dominio de la lingüística,
en donde las teorías no son propiamente falsables, se declara de buena gana que son teorías muertas, teorías sencillamente
que ya no están de moda, con el riesgo de reinventar ilusamente que el agua moja.
110
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
(I) En el verano de 1935 el joven matemático Alan Turing encuentra una respuesta
al problema de la decisión, planteado por Hilbert en 1928. Su artículo sobre los
números computables, con una aplicación a la Entscheidungsproblem aparece en
1936. Estos números pueden ser calculados por una máquina capaz de leer y de
escribir símbolos en una secuencia ilimitada de compartimentos con la condición
de que algunos símbolos puedan ser leídos como instrucciones de cambio o de
dirección de otros símbolos. Turing afirma para terminar que semejante calculadora
podría ser construida ahora.
(II) En 1937, Claude Shannon, estudiante del MIT, propone representar “las leyes
booleanas del pensamiento” a través de circuitos electrónicos; las conclusiones de
su trabajo monográfico son publicados al año siguiente en un artículo intitulado Un
análisis simbólico de los circuitos […]
La idea de que las leyes de la lógica se identificaban con las del pensamiento es tan antigua
como la lógica misma; y Boole entendía de hecho formular leyes del pensamiento como
lo testimonia el título de su obra Un estudio de las leyes del pensamiento, sobre las cuales
están basadas las teorías matemáticas de la lógica y de las probabilidades (1854). El proyecto
de representar a través de una máquina el cálculo booleano tampoco es nuevo: Charles
Babbage lo formuló en la misma época.
Pero las ideas de Turing y de Shannon van a consolidarse muy rápido durante la
guerra gracias a la construcción de los primeros computadores.
¿Por qué estos tres textos son aún citados? Porque diseñan una problemática que
permanece estable hasta el presente. Ciertamente, desde hace cincuenta años la
investigación cognitiva ha conocido varios debates, pero se han desarrollado en el
seno de esta problemática, y los paradigmas que divisan hoy en día los investigadores
dependen de ellos completamente.
111
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Figura 4
(IV) La actividad del cerebro se presenta de manera restrictiva: sólo se tratan las neuronas
y aún en términos de todo o nada (la descarga neuronal tiene o no tiene lugar)29.
2. Aparece entonces que las relaciones entre las cuatro entidades del esquema reposan
en la homologación de sus dos estados fundamentales:
29. El papel de las células gliales y sobretodo el de las hormonas cerebrales no había sido destacado aún.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Es al menos el hecho que cada uno de estos sistemas conozca dos y solamente dos
estados fundamentales que permiten representar unos por otros.
30. Cf. el título de la ponencia presentada por McCulloch en el simposio Hixon (septiembre de 1948): Porque la mente está
en la cabeza.
31. Habrá que esperar el comienzo de este decenio para que sean formulados los proyectos de arquitectura concurrentes.
113
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Wiener, von Neumann) de los “precursores” como Babbage y Lovelace: las máquinas
de los primeros “giran”, las de los segundos no “giran” aún32.
3. Desde ese momento los debates giran alrededor de tres polos: el computador, la
mente y el cerebro. A cada uno de estos polos están asociados respectivamente la
informática, la lógica y la neurofisiología. La lingúística (como por otra parte la psicología)
es de hecho excluida de esta triada primordial, y por lo tanto las ciencias sociales están
ausentes.
Figura 5
32. En el ámbito de la investigación cognitiva, sólo los proyectos susceptibles de una implantación informática llaman perma-
nentemente la atención.
33. Adaptamos aquí una expresión de Dennett (High Church Computationalism, cf. 1986, p.60).
114
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
(1975, p. 2734; cf. también 1987). Tales concepciones no son extrañas en el medio de
las investigaciones cognitivas, y repercuten naturalmente en la concepción del lenguaje.
Así, por ejemplo, cuando Desclés asimila un discurso a un programa y su interpretación
a una compilación (cf. 1987, p. 34)35.
2. Periodización
(II) Para el resto, la cibernética se prolongó hacia la Inteligencia Artificial –de la cual se
34. Y como la computación presupone un medio de computación: un sistema de representación (ibid.) concluye con la exis-
tencia de un lenguaje del pensamiento que no tiene ninguna relación definible con las lenguas. Él desempeña el papel, para
el cerebro, del lenguaje-máquina para el computador.
35. “Un discurso lingüístico aparece como un programa aplicativo, que es construido por un enunciador para proponerlo a
un oyente. Este último debe acudir a un programa de compilación encargado de construir, pasando por representaciones
intermedias, las representaciones cognitivas del discurso de entrada”.
36. Palabra sin duda forjada por N. Wiener y título de su obra Cybernetics (1948).
115
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
dice sin embargo que ella la acabó, o al menos la hizo obsoleta. Con ocasión de un
seminario de verano en Dartmouth, en 1956, Marvin Minsky da una conferencia
publicada más tarde bajo el título de Las etapas hacia la Inteligencia Artificial37;
A. Newell y H. Simon hacen una demostración del primer programa considerado
inteligente: LT (por Logic Theorist) demuestra automáticamente teoremas.
Relativamente a la cibernética, la IA que se desarrolla desde entonces, parece marcada
por tres preocupaciones: romper con las especulaciones para escribir programas
–con frecuencia capaces de poder decidir sobre los puntos teóricos; tratar todas las
manipulaciones de símbolos, y no sólo el cálculo numérico; extender las capacidades
de los computadores, sobretodo creando lenguajes de programación.
(III) La expresión cognitive science aparece tal vez por primer vez en 1975 (con el
subtítulo Studies in Cognitive Science de una recopilación editado por D. Bobrow y
A. Collins38). Dos años más tarde, informáticos (entre los que se cuenta R. Schank),
lingüistas y psicólogos lanzan una nueva revista titulada Cognitive Science. El año
siguiente, la fundación Sloan encarga un informe sobre la ciencia cognitiva. La
asociación de Ciencia Cognitiva celebró con bombos y platillos su primera reunión
en 1979.
En Francia, la Asociación para la Investigación Cognitiva fue creada en 1981 (bajo la
iniciativa de D. Kayser, J.-F. Le Ny, André Lentin).
Nos complacemos en celebrar “revoluciones científicas” cada cinco años, La
aparición de la “ciencia cognitiva” es testimonio simplemente de una corriente de
interés creciente alrededor de la Inteligencia artificial, que se mantiene en cuanto
tecnología, como el lugar privilegiado en donde colaboran las diversas disciplinas
que participan en la investigación cognitiva.
Por otra parte, como Inteligencia Artificial, la expresión ciencia cognitiva debe ser
comprendida como un eslogan unificador. Algunos dirán: no importa que solo sea
un eslogan, lo que importa es que unifique.
37. La paternidad discutida de este eslogan tiene que ver probablemente con John McCarthy quien crea el primer lenguaje
de la IA, el LISP y funda los laboratorios de IA del MIT (1957) y de Stanford (1963).
38. Representation and Comprehension.
116
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Como los defensores de los dos paradigmas se confrontan en todos los planos,
asistimos al nacimiento de dos historiografías diferentes. Defensores del
conexionismo40 se esfuerzan en rehabilitar la cibernética –que habría sido ocultada
injustamente por el desarrollo de la IA. Así J.-P. Dupuy escribe:
Hay una justicia inmanente. Hemos visto estos últimos años a la IA y a las ciencias cognitivas
titubear, y nacer en su seno una nueva rama, bautizada como “neo-conexionismo” que no
es más que la recuperación de las ideas de la antigua cibernética. (1985, p. 14)41
En la época de la cibernética, el lenguaje casi no llamó la atención. Por otra parte los
informáticos se limitaban de hecho a los cálculos numéricos. Ciertamente lingüistas
como Jakobson –eterno vanguardista- participaron en las conferencias Macy.
39. En su comienzo, no es nuevo: prueba de ello por ejemplo la oposición entre Turing y McCulloch en los años cuarenta.
40. Para una exposición en detalle, cf. Rastier, 1988b.
41. Cf. también P. Livet, 1985. Escribimos conexionismo para evitar el anglicismo.
42. En la página siguiente, comenta sin embargo la revelación recibida ese día en términos que no hubiese rechazado Mon-
sieur Jourdain: “Yo había trabajado en una ciencia cognitiva desde hacía veinte años sin saber cómo llamarla” (ibid.).
117
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
La psicolingüística es una rama de la psicología que se fijó, por primera vez, probar
por medio de métodos experimentales la validez de las teorías lingüísticas47, pero
extendió su campo de investigaciones a todas las formas psicológicas de adquisición,
de uso y de pérdida del lenguaje.
Desde hace una década, es aún sobre el lenguaje que se polarizan los debates en el
43. Cf. su artículo Lingüística y teoría de la comunicación cuyas dos primeras frases bastaban para reconocer los límites: Nor-
bert Wiener se niega a admitir “ oposición fundamental alguna entre los problemas de nuestros ingenieros en la medición de la
comunicación y los problemas de nuestros filólogos”. Por supuesto que se dan coincidencias y convergencias sorprendentes
entre las fases más recientes del análisis lingüístico y el acercamiento al lenguaje en la teoría matemática de la comunicación.
(1988, p. 203)
44. Cf. Mind, LIX, 236, pp. 433-460. Para un análisis del test, de sus condiciones y de sus presupuestos, cf. Rastier,
1987a.
45. No nos ocupamos aquí de la lingüística informática, rama de la lingüística que utiliza medios informáticos (cf. Rastier,
1987c). Ella se confunde generalmente con la informática lingüística bajo los nombres de lingüística computacional (cf. la
revista Computational Linguistics) o de tratamiento del lenguaje natural (cf. Bernard y Feal, 1988).
46. El primer sistema de tratamiento automático del habla se remite a 1952 (reconocimiento de diez nombres de números
pronunciados por un solo hablante). El primer sistema de diálogo data de 1960 (respondía a las preguntas sobre los resulta-
dos del beisbol).
47. Y primero, bajo la influencia de G. Miller, probar la influencia del Chomskyanismo de entonces: se trataba de verificar la
realidad psicológica de las transformaciones, por diversos cronometrajes (cf. Miller, 1962). La teoría de las transformaciones
descuidada por Chomsky mismo, prueba hoy en día la realidad psicológica de las teorías de la rección y el ligamiento.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
seno de las investigaciones cognitivas. Aunque hagan poco caso de la lingüística, ellas
se interesan cada vez más en los lingüistas.
3. Demos ahora un necesario paso atrás con relación a las historiografías que tienen
curso en el dominio de la investigación cognitiva. Ellas rivalizan, pero permanecen
implícitamente de acuerdo en tres puntos esenciales que no podemos admitir:
(I) Existe una ciencia cognitiva de la cual la lingüística hace parte- Ahora bien,
hemos reconocido más atrás que la investigación cognitiva ocupaba un campo
interdisciplinario. La lingüística participa allí –en una medida que aún está por
precisar- pero conserva naturalmente su autonomía, y su historia específica.
(II) La ciencia cognitiva encuentra sus orígenes en los años cuarenta49 . Ahora bien, las
investigaciones sobre la cognición son, por decir lo menos, seculares en lo tocante
a las ciencias; incluso milenarias, en lo concerniente a las filosofías. El privilegio
acordado en los años cuarenta sólo se justifica si se erige el computador como la
figura tutelar de toda investigación sobre la cognición.
119
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
(I) Las relaciones de la lingüística con la psicología se han formado a mediados del siglo
pasado. En lingüística, habría que destacar el aporte de Steinthal, en particular su obra
Grammatik, Logik und Psychologie (1855)51. En psicología contemporánea, hay que
recordar (entre otras) la obra de Vygotsky y sobretodo la de Bühler (inédita en francés52).
Su Sprachtheorie permanece como una síntesis sin igual53.
(II) Las relaciones de la lingüística con las neurociencias se remontan al final de siglo
pasado (cf. sobretodo los trabajos de Wernicke y de Lichtheim).
51. Según Erwin Esper “Steinthal le prestó el servicio a la lingüística de reemplazar la lógica por la psicología (Mentalism and
Objectivism in Linguistics, New York, American Elsevier, 1968, p. 24). El niega en todo caso todo lazo necesario entre lógica
y gramática. Sin embargo, él cree definir las bases psicológicas de la lingüística.
52. NdT. En el 2009 apareció -¡por fin!- la traducción francesa. Estos son los datos: Karl Bühler Théorie du langage. La fonc-
tion représentationnelle du langage. Préface par Jacques Bouveresse Présentation par Janette Friedrich Traduction, notes et
glossaire par Didier Samain Collection : Banc d´essais, Agone, Marseille ISBN : 978-2-7489-0086-6. 688 pages. Por fortuna,
para el mundo hispanohablante, la traducción de Bühler existía, gracias a Julián Marías desde 1950: Teoría del lenguaje
(Biblioteca Conocimiento del Hombre). Madrid, Revista de Occidente. En 1979 apareció una bella edición en Alianza editorial.
En el Dossier especial número 2 de la revista francesa Histoire, Epistémologie, Langages, se publicaron una serie de trabajos
detallados sobre la obra de Karl Bühler y su importancia para la lingüística. Todos esto datos se pueden consultar en el sitio:
http://htl.linguist.univ-paris-diderot.fr/num2/num2.htm En esa misma dirección, se organizó en el Collège de France los día 29
y 30 de abril de 2009, un coloquio titulado: Karl Bühler, penseur du Langage. Linguistique, Psychologie, et philosophie con el
fin de destacar la importancia de su obra en el plano lingüístico.
53. ¡Los encuentros interdisciplinarios no son de hoy! Cf. el célebre número especial del Journal de Psychologie (1933)
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
(I) La lingüística histórica está simplemente ausente. Esta ausencia de hecho, no fue,
hasta donde sabemos, percibida ni justificada.
(II) La lingüística comparada está representada, bajo su forma contrastiva más simple,
en las investigaciones sobre la traducción automática, particularmente las que no
recurren a las interlenguas. Ellas solo le interesan a un número restringido de lenguas,
una docena, y todas indoeuropeas, salvo el japonés54.
(III) La lingüística descriptiva (sincrónica) es solicitada por las demás ramas de la IA:
análisis y síntesis del habla, diálogo hombre-máquina. Aquí aún, el número de
lenguas en cuestión es restringido, bajo la mirada de miles de lenguas que no serán
nunca el objeto de aplicación informática.
En cuanto a la psicología cognitiva y, más exactamente las neurociencias, ellas
recurren algunas veces a elementos de lingüística descriptiva, pero para ilustrar las
tesis sobre el lenguaje, no sobre la lengua considerada55. Son en efecto los aspectos
universales del tratamiento mental y cerebral del lenguaje que estas disciplinas
buscan aclarar.
En resumen, mientras que para la lingüística la diversidad de las lenguas, en
diacronía como en sincronía, constituye el problema principal –sin que ella
hubiera conquistado nunca su independencia de la filosofía del lenguaje –en
la investigación cognitiva, esta doble diversidad sólo reviste una importancia
mínima. En fin, el tercer gran factor de diversidad, interno a cada lengua, no se
conserva: la variación dialectal56. Así, la investigación cognitiva solo tiene relación
con un pequeño número de lenguas, consideradas en sincronía, y manejadas por
interlocutores estándar, es decir ideales57. ¿Qué tipo de teoría lingüística puede
entonces adaptarse a estas restricciones? Sólo las gramáticas universales pueden
acomodarse (cf. Rastier, 1988b).
54. Las investigaciones en psicología cognitiva sobre el bilingüismo son demasiado raras para ser estudiadas aquí.
55. Ver para este caso el uso de ejemplos en ruso citados en Luria, 1962.
56. Los sistemas de diálogo oral ante público deberán sin embargo ser tenidos en cuenta. Este factor de diversidad interesa
principalmente al análisis automático del habla.
57. Cf. Chomsky sobre el célebre hablante-oyente ideal que pertenece a una comunidad lingüística del todo homogénea (As-
pects of the Theory of Syntax, Cambridge (Mass.), MIT Press, 1965, p. 12) [NdE Versión española de Carlos-Peregrín Otero,
Madrid, Aguilar, 1971. La cita es tomada de la página 5]
121
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Pero de todas maneras, las teorías lingüísticas salen de allí transformadas, con
frecuencia simplificadas y algunas veces completadas. Las aplicaciones plantean
problemas imprevistos, desapercibidos. A menudo los análisis lingüísticos sólo
son un punto de partida58. Los informáticos crean pues una lingüística local –con
frecuencia espontánea- que constituye ahora para los lingüistas una fuerza de
proposición. Se entiende que las escogencias prácticas del informático no tienen en
cuenta el mismo criterio que las escogencias teóricas del lingüista: por ejemplo un
informático puede escoger tratar de manera separada la sintaxis y la semántica si
encuentra la comodidad59, mientras que un lingüista puede considerar en derecho
esta separación como algo infundado60.
58. Por ejemplo la fonología es un punto de partida para el análisis automático del habla, pero ella se muestra pronto esque-
mática y simplista.
59. Para una defensa de esta posición separatista (son sus palabras) ver por ejemplo Francopoulo, 1988.
60. Cf. Rastier, 1988a.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
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127
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Pierre JACOB
Intitut Nicod, EHESS, Paris
jacob@ehess.fr
En el curso de los últimos treinta años, el marco científico que contribuyó a crear no
ha dejado de ser sometido regularmente a la crítica de los filósofos de la mente y
del lenguaje. No sólo Chomsky ha respondido periódicamente a las críticas, sino que
también ha producido evaluaciones de sus propias contribuciones a la comprensión de
la mente y del lenguaje humanos. Como lo muestran dos publicaciones recientes64 dos
abismos se han abierto entre Chomsky y la comunidad de filósofos analíticos.
64. Cf. Chomsky (2000) y Antony & Hornstein (eds.) (2003) y las interesantes reseñas de Chomsky (2000) a cargo de Stone
& Davies (2002), Bilgrani (2002) y Moravscik (2002).
129
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
65. Como lo escribe por ejemplo Chomsky (2000, p. 69). The study of communication in the actual world of experience is the
study of the interpreter, but this is not a topic for empirical inquiry, for the usual reasons: there is no such topic as the study of
everything. Similarly, science does not investigate other phenomena of the world as presented to us in everyday experience.
66. NdT. Con el fin de orientar mejor al lector con respecto a la declaración chomskyana y para que evite malos entendidos,
cito el original inglés de la referencia con su respectivo contexto. La cita es tomada del capítulo 4 titulado: Naturalismo y dua-
lismo en el estudio del lenguaje y la mente. Dice así,
Plainly, a naturalistic approach does not exclude other ways of trying to compedend the world. Someone commited to it can
consistently believe (I do) that we learn much more of human interest about how people think and feel and act by reading no-
vels or studying history or the activities of ordinary life than from all of naturalistic psychology, and perhaps always will; similarly,
the arts may offert appreciation of the heavens to which astrophysics does not aspire. We are speaking here of theoretical
understanding, a particular mode of comprehension. In this domain, any departure from this approach carries a burden of
justification. Perhaps one can be given, but I know of none. (Chomsky 2000: 77.) Las cursivas son nuestras.
130
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
(P1) ¿Cuál es el sistema de conocimientos internos (la lengua-I) gracias al cual una
persona puede comprender y enunciar las oraciones de su lengua?
(P2) ¿Cómo se estabilizó este sistema en el transcurso del desarrollo ontogenético del
individuo?
(P3) ¿De qué manera este sistema fue explotado en el comportamiento verbal (tanto en
las tareas de producción como en las de comprensión)?
67. Cf. la tesis monumental de Chomsky titulada Logical Structure of Linguistic Theory de donde fue tomada en parte Syn-
tactic Structures publicada en 1957.
68. Cf. las contribuciones de Pollock y de Rizzi 2007 para una discusión en detalle.
69. I significa individual , interno e intensional . E significa externo y extensional .
131
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
La investigación lingüística muestra que una lengua-I de un hablante adulto está constituida
por un saber (parcialmente explícito y ampliamente implícito o tácito) de una vasta cantidad
de hechos sintácticos y semánticos70 dado el caso que en las oraciones españolas (1) y (3)
pero no en (2), el nombre propio “María” puede servir de antecedente al pronombre “ella”
o al adjetivo posesivo “su” del sintagma “su hija”:
La exploración de las preguntas (P1) y (P2) fue uno de los factores fundamentales
de la revolución cognitiva gracias a la cual se desplazó el énfasis del estudio del
comportamiento humano al estudio de las estructuras y de los procesos cognitivos
que algunas veces le dan nacimiento al comportamiento observable. Según Chomsky,
sería falso creer que toda pregunta interesante motivada por el uso del lenguaje
puede ser abordada por el procedimiento científico (o naturalista). Chomsky repite
desde hace años que la probabilidad de llegar a una comprensión teórica o a una
explicación científica de los aspectos “creativos” del uso del lenguaje es muy débil.
Por el contrario, las preguntas (P1) y (P2) se prestan, según él, al procedimiento
científico. La investigación de (P1) está guiada por la búsqueda de la “adecuación
descriptiva”. La investigación de (P2) está guiada por la búsqueda de la “adecuación
explicativa”71: ella debe contribuir a la explicación de cómo todo niño humano
construye su lengua-I (es decir el conocimiento de la gramática de su lengua materna)
a partir de los datos lingüísticos primarios puestos a su disposición por los miembros
de su comunidad lingüística. ¿Cómo caracterizar el estado inicial de la facultad del
lenguaje (GU) gracias al cual el niño convierte los datos lingüísticos primarios en
conocimiento de la gramática de una lengua natural particular?
70. Cf. las contribuciones de Pollock, Rizzi y de Chierchia 2007 para una discusión en detalle de estos hechos y de otros
hechos sintácticos y semánticos pertinentes.
71. Esta distinction fue forjada por Chomsky (1965). Cf. Boeckx & Hornstein 2007 para la clarificación de esta distinción.
132
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Desde hace cuarenta años, Chomsky sostiene que una inspección de los datos
lingüísticos primarios permite formular lo que él llama el “argumento de la pobreza
de estímulo” que debe satisfacer toda respuesta a (P2). La lengua-I de un hablante
adulto es ampliamente subdeterminada por todos los datos lingüísticos de los cuales
dispone un niño. Primeramente, el saber gramatical no resulta ni de un aprendizaje ni
de una enseñanza explícitos. Los padres no le enseñan a un bebé de 10 meses que una
oración española esté compuesta por un sintagma nominal seguido de un sintagma
verbal. En segundo lugar, los enunciados de los cuales dispone un niño, constituyen
una escala finita y fragmentaria de la lengua-E. En tercer lugar, los niños adquieren el
conocimiento de algunas reglas para las cuales no hay ningún índice en el conjunto de
los enunciados a los cuales están expuestos. El corpus de los datos lingüísticos primarios
no incluye por hipótesis que las informaciones de la categoría “P es una oración de la
lengua L” y ninguna información de la categoría “P* no es una oración de L”72. En
respuesta al argumento de la pobreza de estímulo, Chomsky concluye que un niño no
podría adquirir el conocimiento de la gramática de su lengua si no está equipado con
el conocimiento tácito de la gramática universal y que ésta es un “módulo” cognitivo
especializado en la tarea de la adquisición del lenguaje73.
No pasaría por la mente de ningún filósofo de las ciencias contemporáneo supeditar las
teorías de la física, la química o la biología a la autoridad de la reflexión conceptual a priori
guiada por el manejo de los conceptos ordinarios de materia, movimiento, aire, fuego,
legumbre o vida. Los filósofos de las ciencias contemporáneos admiten que el surgimiento
de las teorías de las ciencias de la naturaleza depende de la emancipación de los conceptos
científicos en lo concerniente a las restricciones ejercidas por los conceptos ordinarios del
sentido común. En el transcurso de los años, algunos conceptos teóricos de la gramática
generativa fueron rechazados por los filósofos de la mente y del lenguaje.
Como respuesta, Chomsky argumentó que estas críticas presuponen que la investigación
naturalista (o científica) de la FHL puede ser sometida al análisis conceptual guiado
por el manejo de los conceptos ordinarios de lengua, lenguaje, saber, conocimiento,
mente o mental. Si tiene razón –como me parece, entonces es justo concluir (Chomsky
2000:112) que estas críticas filosóficas descansan en la aplicación de una duplicidad
intelectual: en las ciencias de la naturaleza, los criterios de racionalidad están constituidos
por los éxitos explicativos. Pero los criterios de racionalidad válidos en las ciencias de la
72. Es el problema llamado de la evidencia negativa . Cf. Boeckx & Hornstein 2007 para una discusión detallada.
73. Cf. Goodman (1968), Putnam (1968) y Quine (1969) para las objeciones a la conclusión de Chomsky.
133
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
naturaleza son inaplicables al estudio de los procesos cognitivos humanos por lo cual
los criterios de racionalidad tendrían una fuente independiente. Esta duplicidad no es
otra cosa que lo que Chomsky llama el dualismo metodológico al cual se opone el
naturalismo metodológico.
El concepto de lengua-I suscitó dos tipos de perplejidades filosóficas. Una es saber
si un hablante adulto de una lengua-E puede ser considerado verdaderamente como
alguien que conoce la gramática de su lengua. A fortiori, ¿puede un bebé humano
ser considerado como alguien que conoce la gramática universal? La otra es saber si
las explicaciones computacionales de la FHL –o de cualquier otra capacidad cognitiva
humana- son compatibles con una condición que debe satisfacer la explicación de
cualquier fenómeno denominado “mental”.
En 1963, el filósofo Edmund Gettier publica un corto artículo en el cual demostraba que
una persona puede tener una creencia verdadera justificada en la proposición p sin poder
ser considerada como “saber” que p en el sentido ordinario de la palabra “saber”74.
La mayoría de los epistemólogos analíticos han concluido que debían renunciar a la
idea tradicional según la cual tener una creencia verdadera justificada es una condición
suficiente para saber o conocer una proposición en el sentido ordinario. Desde 1963,
los epistemólogos analíticos se preguntan por la condición que hay que añadir al hecho
de tener una creencia verdadera para saber que p. Pero admiten que a falta de tener
la creencia verdadera que p, una persona no puede saber que p. Admiten además que
a falta de ser introspectivamente consciente de una creencia, de su contenido y de
poder expresarlo verbalmente enunciando una oración significando que p, un agente
no puede creer (verídicamente) que p. Ya que un hablante ordinario no puede enunciar
las reglas de la gramática de su lengua-E de la cual no es consciente, la relación entre
un hablante de una lengua-E y las reglas gramaticales no es la relación de creencia. A
fortiori no puede ser ella la relación de conocimiento.
134
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Como respuesta, Chomsky (2000:78) señaló, por un lado, que el concepto lógico de
expresión bien formada es inaplicable a las oraciones de las lenguas naturales. Por otro
lado, la comparación entre dos sistemas concurrentes de reglas gramaticales no se limita
a la equivalencia extensional. Desde Chomsky (1965), la metodología de la gramática
generativa incluye la distinción entre la equivalencia extensional débil y la equivalencia
intensional fuerte: dos sistemas de reglas son débilmente equivalentes si generan el
mismo conjunto de oraciones. Dos sistemas de reglas son fuertemente equivalentes si
asocian a las mismas oraciones generadas las mismas descripciones estructurales.
75. Este argumento sobre la indeterminación de las hipóteis sintácticas es independiente de los argumentos semánticos a
favor de la célebre tesis de Quine (1960) sobre la indeterminación de la traducción radical.
135
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
En un segundo momento, Quine sugiere que las pruebas empíricas (o los datos
observables) pertinentes en lingüística están severamente limitadas. Mantiene que
las pruebas a favor de una hipótesis sintáctica o semántica sobre la estructura
en constituyentes de oraciones de una lengua-E están estrictamente limitadas al
comportamiento verbal observable de los hablantes de la lengua-E. Como lo escribe
Quine (1990: 37): “a diferencia de los psicólogos, los lingüistas no pueden abstenerse
de adoptar la metodología conductista. Cada uno aprende su lengua observando
el comportamiento verbal de otros y gracias al hecho de que los otros observan,
corrigen o refuerzan su propio comportamiento”. Observar el comportamiento verbal
de los hablantes monolingües del japonés no ayuda a un niño hispanohablante a
aprender el español. Hablantes monolingües del japonés no están más en medida
de contribuir a su aprendizaje del español observando, corrigiendo y reforzando su
comportamiento verbal.
76. Incidentemente, la crítica de la analogía quineana entre las tareas respectivas del niño y del lingüista hacen dudar de
la versión de la teoría-teoría del desarrollo cognitivo defendida por Gopnik (2003). Cf. la respuesta de Chomsky (2003) a
Gopnik (2003).
77. Cf. el argumento de la pobreza del estímulo.
136
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
abstracto por el cual no existe índice en los datos lingüísticos primarios accesibles a un
niño que aprende el japonés. En esta hipótesis, el lingüista generativista tendrá razones
para suponer que este principio sintáctico abstracto pertenece a la gramática universal,
el estado inicial de la FHL. Ahora bien, la gramática universal se supone es común a
los niños que aprenden el japonés y los que aprenden el español. Luego, incluso si
existe índices de este principio por un hispanohablante adulto podría ser consecuencia
de la gramática universal y no del hecho de que haya sido expuesto a enunciados del
español en su infancia. De ahí resulta que la descripción de la lengua-I de un hablante
adulto del japonés pueda ser pertinente para determinar lo que en la lengua-I de un
hispanohablantae debe ser atribuido a la gramática universal y lo que depende de su
experiencia lingüística personal.
Por un lado, el alcance del principio de conexión es debilitado por el hecho de que Searle
se abstiene de precisar los límites de la accesibilidad potencial de un contenido en la
experiencia consciente subjetiva de un agente humano. Un paciente humano afectado
con la visión denominada “residual” (o blindsight), después de una lesión cerebral en
las áreas visuales primarias, perdió la experiencia visual subjetiva de la forma, de los
contornos, del tamaño, de la textura y del color de los objetos78. Ha sido demostrado que
en el transcurso de la presentación subliminal de una palabra durante un periodo breve
de tiempo para que se tenga consciencia de ello, un sujeto humano normal extrae una
información semántica vehiculada por la palabra que, aunque inconsciente, facilita el
reconocimiento de una segunda palabra semánticamente emparentada79. Los atributos
visuales de un objeto ¿son potencialmente accesibles a la consciencia de un paciente
afectado de visión residual bajo el pretexto de que son accesibles a la consciencia de
137
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
De otro lado, como lo ha argumentado Chomsky (2000: 75, 106, 134), el principio
de conexión es en si mismo una respuesta a la pregunta de saber cuál es el criterio (o
la marca) de lo mental. Ningún filósofo de las ciencias se cree obligado en ofrecer un
criterio de los fenómenos mecánicos, ópticos, eléctricos o químicos. Pero erigiendo la
accesabilidad a la consciencia como criterio, el principio de conexión se encarga de
supeditar las teorías computacionales de la FHL a la autoridad del concepto ordinario
expresado por la palabra “mental”. Conforme al naturalismo metodológico, Chomsky
propone utilizar el término “mental” para designar un aspecto del mundo del cual los
otros aspectos están designados por los términos “mecánico”, “óptico”, “eléctrico”
o “químico” sin que sean presupuestadas divisiones ontológicas o metafísicas
problemáticas.
Podríamos imaginar lo que Chomsky deduce del argumento del éxito explicativo de las
teorías computacionales de la FHL a favor de la ontología del monismo fisicalista. Si los
procesos mentales son procesos computacionales y si los procesos computacionales
son operaciones que puede efectuar una máquina (construible según las leyes de la
física), entonces las explicaciones computacionales de una capacidad cognitiva humana
demuestran que una máquina que obedece a las leyes de la física puede efectuar las
138
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Podemos encontrar este argumento en filósofos que, como Fodor (1975, 1987, 1994),
son partidarios del naturalismo metafísico. Pero no se encuentra ningún vestigio de esto
en Chomsky. En efecto, las máquinas ya sean abstractas o concretas son artefactos.
Ahora bien, Chomsky (2000: 44-45, 148) sostiene, por un lado, que la comprensión del
funcionamiento de un artefacto no puede contribuir a la comprensión científica de un
aspecto del mundo natural –en donde se encuentra la FHL- , ya que el funcionamiento de
un artefacto depende de las intenciones de los agentes cuyo contenido suscita preguntas
de interpretación que exceden ellas mismas los límites de la investigación científica81.
Sostiene, por otro lado, que los modelos computacionales de la FHL no militan a favor
del monismo fisicalista ya que la controversia ontológica entre el monismo fisicalista y
el dualismo ontológico se convirtió, según él (¡desde hace más de tres siglos!), en un
pseudo-problema entre dos tesis igualmente desprovistas de sentido. Este diagnóstico
severo amerita algunas explicaciones.
Según Chomsky (2000: 83-84, 103, 108-109), el problema de las relaciones entre
el cuerpo y la mente era un problema auténtico en la época de Decartes – a
mediados del siglo XVII- cuando el universo físico se suponía estaba gobernado
por los principios de la mecánica Cartesiana. Como el funcionamiento de la mente
no parecía gobernado por las leyes de la mecánica cartesiana, Descartes fue
conducido racionalmente a admitir el dualismo ontológico según el cual la mente
es diferente del cuerpo. Ahora bien, los principios de la filosofía mecánica fueron
barridos por los éxitos explicativos logrados en mecánica celeste y terrestre por la
introducción newtoniana de una fuerza que actúa a distancia: la gravedad. Como
lo dijo Chomsky (2000:84), la mecánica newtoniana “exorcizó la máquina”, pero
no la concepción cartesiana de la mente.
81. Es un aspecto de la tesis de Chomsky según la cual la intencionalidad escapa a los límites de la investigación naturalista
(o científica). Volveré a este asunto en la sección 4.
82. Es lo que parecen confirmar los trabajos de los psicólogos del desarrollo cognitivo consagrados a la física ingenua Cf.
Spelke (1988).
139
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
140
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
84. Nota del editor. Para más detalles sobre este aspecto, véase el segundo artículo de Chomsky en el presente volumen
Lingüística y ciencia del cerebro.
85. Ya que un partidario del dualismo ontológico como Kripke (1972, 1982), podría rechazarla.
141
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Consideremos una de las premisas de la que echa mano Davidson (1970) con apoyo de su
versión no reduccionista del monismo fisicalista que él denomina el “monismo anormal” y
según la cual todo evento mental es un evento físico, pero ningún concepto o predicado
psicológico no es reductible a un concepto o predicado físico. Según Davidson, existe, por
una parte, leyes físicas que someten las relaciones entre los eventos físicos. Existe, por otra
parte, relaciones causales tanto en pares de eventos mentales como en pares de eventos
de los cuales unos son mentales y los otros son físicos. Pero según la premisa bautizada
“anomalismo de lo mental” no existe ni ley psicológica capaz de subordinar las relaciones
causales entre los eventos mentales y los eventos físicos. Davidson (1970) justifica el
anomalismo de lo mental (o de la psicología ingenua) comparando las leyes “estrictas” de
la física a los “truismos” psicológicos y/o psicofísicos.
86. Según Chomsky (2000, p. 139), toda investigación científica, por fuera incluso de la física fundamental, crea conceptos
que no tienen ninguna continuidad con los conceptos ordinarios del sentido común.
142
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Los conceptos de objeto físico y de cosa mental no hacen parte de una teoría científica
del mundo. La controversia ontológica sobre la naturaleza de la relación entre los
objetos físicos y las cosas mentales no hace parte pues de la investigación científica
(o naturalista) del mundo. Pero los conceptos de objeto físico y de cosa mental
pertenecen respectivamente a la física ingenua y a la psicología ingenua. Chomsky
(2000:90-91) denomina él mismo etnociencia el estudio de los recursos conceptuales
del sentido común gracias a los cuales los seres humanos, en todas las culturas,
forman sus representaciones no científicas estables del mundo. El estudio de las
relaciones entre los conceptos de la física ingenua y los de la psicología ingenua
le incumbe pues a la etnociencia. Si las representaciones conceptuales del mundo
formadas por el sentido común son aspectos del cerebro humano, entonces ellas
en sí mismas hacen parte del mundo. Si ellas hacen parte del mundo, entonces la
etnociencia es una rama de la investigación científica del mundo. En cuyo caso el
estudio de las relaciones entre los conceptos de cosa mental y de objeto físico hace
parte de la investigación naturalista del sistema de las representaciones del mundo
formadas por el sentido común.
87. Cf. los trabajos de Spelke (1988) sobre el desarrollo cognitivo de la física ingenua en el bebé humano. El estudio de los
recién nacidos desvela restricciones de la cognición humana sobre la diversidad de las culturas humanas.
143
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
88. El filósofo Terence Parsons rehabilitó recientemente la teoría meinongiana de los objetos intencionales inexistentes. La
teoría de las descripciones de Russell y la teoría del compromiso ontológico de Quine están destinadas a desacreditar la
teoría de los objetos intencionales. Para una discusión detallada, cf. Jacob (2003, 2004).
144
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Cualquiera que comprenda (4) sabe que el sujeto implícito del verbo “incendiar” sirve
para referirse a un edificio físico concreto y que el sujeto explícito del verbo “mudarse”,
sirve para hacer referencia a una institución abstracta –la cual puede encarnarse
físicamente en varios edificios concretos. En esta oración, el sintagma “el banco”
puede entonces hacer referencia ya sea a un edificio concreto, como a una institución
abstracta. En (5), el sintagma “el libro” es utilizado para hacer referencia ya sea a
un contendio abstracto ya sea a un objeto físico según que sea el objeto gramatical
del verbo “escribir” o el sujeto gramatical del verbo “pesar”. En (6), el pronombre
anafórico “la” y su antecedente “Londres” hacen en conjunto, referencia a agentes
(sus habitantes), objetos inanimados (edificios), un lugar y una entidad abstracta (que
puede ser encarnada por diferentes entidades concretas, de la cual una puede ser
físicamente destruida y la otra reconstruida en otro lugar).
145
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
A diferencia de lo que sabe un ser humano, lo que hace está, según Chomsky,
destinado a quedar en misterio. La gramática generativa le abrió el camino a la
comprensión científica de un aspecto de lo que sabe un ser humano: su facultad
del lenguaje. Pero un foso epistémico separa los problemas suscitados por la
comprensión de lo que sabe y los misterios que suscita la explicación de una acción
intencional. Sin identificarse con el dualismo ontológico, Chomsky (1980: 79, 1988:
5-6) admite el argumento cartesiano de la libertad según el cual, a diferencia del
comportamiento de cualquier otra máquina, una acción intencional humana es
siempre “indeterminada” ya que un agente humano es libre de escoger entre dos
acciones distintas. Un agente humano puede ser “incitado” a actuar pero él puede
escoger siempre actuar de otra manera. Ahora bien, la referencia es una acción
intencional humana. La libertad le confiere pues, a los actos de referencia (y a lo que
Chomsky llama el “uso creativo del lenguaje”) el estatus de un misterio y no de un
problema científico.
146
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
91. Un símbolo del lenguaje del pensamiento (o concepto) es llamado “primitive” si no resulta de la combinación sintáctica
de otros símbolos (conceptos).
92. Cf. Jacob (1997).
93. Cf. Jacob (1997).
94. Según los principios de la semántica informacional .
147
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
95. Fodor (1994, 1998) defiende una versión atomista del contenido de los conceptos según la cual ninguna relación entre
diferentes conceptos contribuye al contenido de los relata.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Por una parte, desde Brentano, los enigmas de la intencionalidad han favorecido la
reflexión conceptual de los filósofos, pero estas reflexiones no han dado lugar a ninguna
investigación científica. Los defensores de la teoría computo-representacional de la
mente sostienen que los símbolos del lenguaje del pensamiento toman su referencia
de las entidades del entorno de la existencia de correlaciones nomológicas entre los
símbolos y las propiedades ejemplificadas en el entorno. Pero como no han descubierto
estas correlaciones por una investigación experimental, Chomsky considera una quimera
metafísica el programa de naturalización de la intencionalidad. En particular, rechaza
la idea que las correlaciones nómicas justificadas permitan responder al argumento
neocartesiano de la libertad.
Por otra parte, Chomsky (2003:274) descarta la idea de una continuidad teórica entre
la investigación científica de las capacidades cognitivas humanas y las generalizaciones
de la psicología ingenua. Estas últimas son intensionales, pero son consecuencia de
la simple reflexión conceptual y no se prestan ni para una confirmación ni para una
negación experimental.
96. Como lo hacen valer Peacocke (1994), Egan (2003) y Rey (2003), esta cuestión es suscitada tanto por las teorías compu-
tacionales de la FHL como por las teorías computacionales de la visión.
149
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97. Usberti (2002) propone desarrollar el internalismo de Chomsky en el marco de una concepción anti-realista de la signifi-
cación de las cuales algunas raíces se sumergen en la teoría de los objetos intensionales defendida por Meinong.
98. Para una discusión detallada del marco teórico de esta concepción, cf. Belletti & Rizzi (2007).
99. El ejemplo (6) estaba destinado precisamente a discutir la existencia de la relación R alegada.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
la tesis de Soames (1989), según la cual la propiedad más fundamental del lenguaje
es que es utilizado para representar el mundo100.
151
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
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154
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Noam CHOMSKY
Massachusetts Institute of Technology, USA
chomsky@mit.edu
Desde el comienzo no han faltado los pronósticos optimistas, ni siquiera las declaraciones
por parte de investigadores reconocidos de que el problema cuerpo-mente ha sido
resuelto gracias a los avances en computación o que todo es esencialmente comprendido
con excepción del “difícil problema” de la conciencia. Seguramente estas conclusiones
no resisten un análisis riguroso. Para un observador objetivo –digamos un científico de
Marte- el optimismo también podría parecerle extraño ya que son muchos los problemas
más simples que son poco conocidos o ninguno de los dos.
Muy comúnmente, estas investigaciones han adoptado la tesis de que “las cosas mentales,
realmente mentales, son propiedades emergentes de los cerebros” reconociendo
al mismo tiempo que “estas emergencias no se consideran irreductibles pero son
producidas por los principios que controlan las interacciones entre los eventos de nivel
inferior –principios que no entendemos aún.” Esta última frase refleja el optimismo que
ha sido un tema recurrente durante este periodo, con razón o sin ella.
155
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Dentro de los estudios del cerebro y de las ciencias cognitivas, muchos aprobarían la
posición expresada por el biólogo evolutivo de Harvard E.O. Wilson, en el volumen
citado de la Academia Americana sobre el cerebro: Los investigadores ahora
hablan con confianza de llegar a una solución ante el problema mente-cerebro”,
supuestamente a lo largo de las líneas de la tesis de Mountcastle sobre la emergencia.
Otro colaborador, el eminente neurobiólogo Semir Zeki, sugiere que las ciencias del
cerebro pueden incluso anticipar con seguridad a las artes creativas, incorporando así
el límite exterior del logro humano dentro de las neurociencias. También observa que
la capacidad de reconocer una continua línea vertical es un misterio que la neurología
todavía no ha resuelto”, tal vez la palabra todavía es un poco más realista.
Hasta donde yo sé, la base neural del comportamiento notable de las abejas también
sigue siendo un misterio. Este comportamiento se incluye en lo que parecen ser proezas
cognitivas impresionantes y también algunas de las propiedades análogas distintivas
del lenguaje humano, en particular, la dependencia periódica sobre referencia
desplazada”—de la comunicación acerca de los objetos que no están en el campo
sensorial (Griffin de 1994). Las perspectivas de los organismos mucho más complejos
parecen considerablemente más remotas.
101. NdE Su contribución se titula Brain Science at the century’s Ebb y afirma: “OPEN THIS SPECIAL ISSUE OF Dae-
dalus on the brain with a brief philosophical comment. The reason is clear: the half-century’s accumulation of knowledge of
brain function has brought us face with the question of what it means to be human. We make no pretension that solutions are
at hand, but assert that what makes man human is his brain. His humanity includes those aspects of behavior traditionally
classed as mental. What is of signal importance is that some aspects of the inner life of man are now open to scientific inquiry.”
156
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Lo que uno puede especular sobre las perspectivas actuales es que vale la pena
tener en cuenta que la tesis principal sobre la mente como una de las propiedades
emergentes de los cerebros está lejos de ser original. De hecho, se reviven propuestas
del siglo XVII que surgieron por razones muy poderosas, entre las que se cuentan
las del famoso científico inglés Joseph Priestley, y antes de él, el físico francés Julien
Offray De La Mettrie. El modo como Priestley formuló la tesis fue, "los poderes
de la sensación o percepción y pensamiento” son propiedades “de un cierto
sistema organizado de la materia”. Las propiedades “denominadas mentales son el
resultado de su o [de la] estructura orgánica” del cerebro y "del sistema nervioso
humano'' en general.
En otras palabras, “las cosas mentales, de hecho las mentes, son propiedades emergentes
del cerebro” (Mountcastle). Priestley, por supuesto, no podría decir cómo tenía lugar
esta emergencia, y no estamos mucho mejor después de 200 años.
Las razones sobre la emergencia en las conclusiones del siglo XVIII, eran realmente
convincentes. Creo que las ciencias cognitivas y del cerebro pueden aprender algunas
lecciones útiles de la creciente tesis de hace 200 años atrás, y de las formas en que las
ciencias se han desarrollado desde entonces, hasta mediados del siglo XX, cuando la
asimilación de algunas partes de la biología con la química tuvieron lugar. Los debates
de la primera parte de este siglo acerca de los átomos, las moléculas, las estructuras
químicas y reacciones, y las cuestiones relacionadas son sorprendentemente similares
a las actuales controversias sobre la mente y el cerebro. Quisiera hacer una digresión
sobre estos temas –los más instructivos y pertinentes, me parece.
El razonamiento que condujo a la tesis de la emergencia del siglo XVIII, fue sencillo.
La revolución científica moderna fue inspirada por la “filosofía mecánica'', la idea de
que el mundo es una gran máquina que podría, en principio, ser construida por un
maestro artesano y por lo tanto inteligible para nosotros, en un sentido muy directo.
El mundo es una versión compleja de los relojes y de otros complejos autómatas que
fascinaron durante los siglos XVII y XVIII, así como los ordenadores han constituido
un estímulo para el pensamiento y la imaginación en los últimos años - el cambio
de los artefactos ha limitado a las cuestiones básicas, como Alan Turing lo demostró
hace sesenta años.
En ese contexto, Descartes había sido capaz de formular algo relativamente claro
frente al problema de mente-cuerpo: se planteó porque él observó un fenómeno que,
plausiblemente argumentó, no podía explicarse en términos de autómatas. Estaba
equivocado, por razones que nunca podría haber adivinado: nada puede tenerse
en cuenta para el movimiento dentro de la filosofía mecánica, incluso el más simple
terrestre y planetario. Newton estableció, para su gran consternación, de que "una
física puramente materialista o mecanicista. . . es imposible'' (Koyré 1957:210).
157
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Newton fue duramente criticado por los principales científicos de su tiempo por
volver a la mística de la que estábamos por fin a punto de ser liberados por la
revolución científica. Fue condenado por la reintroducción de las “cualidades
ocultas”, que no eran diferentes de las misteriosas “simpatías” y "antipatías” de
los físicos neoescolásticos aristotélicos, los cuales fueron ridículos. Newton estuvo
de acuerdo. Consideraba sus descubrimientos, como un completo “absurdo ", y por
el resto de su vida buscó alguna forma alrededor de estos: se mantuvo la búsqueda
de “un cierto espíritu más sutil y que se encuentra escondido en todos los cuerpos
grandes”, y que cuenta para el movimiento, la interacción, la atracción y la repulsión
eléctrica, propiedades de la luz, la sensibilidad y las formas en que "el movimiento
de los miembros del cuerpo de los animales con relación al símbolo de la voluntad”
misterios comparables, que él mismo sintió.
Esfuerzos similares continuaron durante siglos, pero siempre fueron en vano. El absurdo
era real, y simplemente tenía que ser aceptado. En cierto sentido, fue superado en este
siglo, pero sólo mediante la introducción de lo que Newton y sus contemporáneos
han considerado como absurdos aún mayores. Nos quedamos con la “incomprensible
admisión del cuerpo de la ciencia y los inexplicables ‘hechos’ que nos impuso el
empirismo’’ (Koyré 1957:272).
Mucho antes de Priestley, David Hume escribió que Newton parecía dibujar el velo
de algunos de los misterios de la naturaleza”, pero mostró al mismo tiempo las
imperfecciones de la filosofía mecánica; así se restauraron [la naturaleza] y los últimos
secretos de la oscuridad, en la que alguna vez existieron y siempre permanecerán”
(Hume [1778] 1983:542). El mundo no es sólo comprensible a la inteligencia humana,
al menos en las formas en que la ciencia moderna había esperado. En su estudio
clásico de la historia del materialismo, Friedrich Lange señala que sus expectativas y
metas fueron abandonadas, y nosotros gradualmente “nos acostumbramos a la noción
abstracta de las fuerzas, o más bien a una idea flotando en una oscuridad mística
entre la abstracción y la tangible comprensión”. Lange describe esto como un punto
de inflexión” en la historia del materialismo que elimina los restos sobrevivientes de
la doctrina hasta ahora de los verdaderos materialistas” del siglo XVII, y les priva de
mucha importancia (Lange 1925: 308).
158
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
y ahora una pieza central de los debates sobre la conciencia. Russell señaló que "un
hombre que sabe que puede ver cosas que un hombre ciego no puede conocer, pero
un ciego puede conocer la totalidad de la física”, “para el conocimiento que tienen
los otros hombres y él no es parte de la física ‘‘(Russell 1929:389). Russell se refiere al
"conocimiento cualitativo que poseemos sobre los acontecimientos mentales”, que no
puede ser simplemente una cuestión de conciencia, como sugiere el fenómeno de los
ciegos. Algunos investigadores principales de los animales sostienen que algo similar
puede decirse de las abejas (Griffin 1994). La propia conclusión de Russell es que las
ciencias naturales buscan “descubrir la estructura causal del mundo”, y no se puede
aspirar más que a eso. “La Física estudia los preceptos en su aspecto cognitivo, los
demás aspectos quedan fuera de su competencia’’ (Russell 1929:391- 392).
Estas cuestiones son ahora muy recientes, pero dejémoslas a un lado y volveremos a la
crisis intelectual de la ciencia del siglo XVIII.
Una consecuencia fue que el concepto de “cuerpo” desapareció. Es sólo el mundo, con
sus múltiples aspectos: mecánicos, químicos, electromagnéticos, ópticos y mentales que
pueden tener la esperanza de unificarse de alguna manera, pero cómo, nadie lo sabe.
Podemos hablar del “mundo físico”, si nos gusta, pero para hacer énfasis, sin implicar
que hay algo de otro mundo-más bien la manera en que hablamos de “la verdad real”,
ello no significa que haya otros tipos de verdad. El mundo tiene propiedades ocultas,
que tratamos de comprender lo mejor que podemos, con nuestras formas específicas
de inteligencia, que puede hacer de la naturaleza un misterio, al menos si nosotros
mismos somos parte del mundo biológico, no ángeles. Ya no hay un problema de
la “mente-cuerpo” porque no existe una noción útil del “cuerpo” o de la “materia”
o “físico” del mundo. Los términos se limitan a indicar lo que resulta ser más o
menos entendido y asimilable de alguna manera a la física principal. Para la psicología
individual, la hipótesis de emergencia de la neurociencia contemporánea se convierte
en un truismo: no existe una alternativa coherente, con el abandono del materialismo
en ningún sentido significativo del concepto.
Por supuesto, que dejamos sin resolver todos los problemas empíricos, incluida la
cuestión de cómo las abejas encuentran una flor después de ver la “danza oscilatoria”,
y cómo ellas saben que ni siquiera pueden abandonar sus colmenas si las instrucciones
las llevan al medio del lago, según se ha informado (Gould, 1990). Asimismo se
incluyen preguntas sobre la relación entre los principios del lenguaje humano y las
propiedades de las células. También incluye problemas de mucho más alcance que
los de Descartes y Newton acerca de los “comandos de la voluntad”, incluyendo el
uso normal del lenguaje -innovadores, adecuados y coherentes, pero no causados al
parecer. Es útil recordar que de estos problemas subyacen dos sustancias que son la
teoría de Descartes, que fue dejada de lado por Newton, quien demostró que una de
las dos sustancias no existe: a saber, el cuerpo.
159
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
¿Cómo abordamos los problemas reales? No sé de ningún mejor consejo que las
recomendaciones del siglo XVIII del químico Inglés Joseph Black: "la afinidad química
debe ser aceptada como un primer principio, que no podemos explicar más de lo que
Newton explicó la gravitación, y vamos a aplazar la contabilidad de las leyes de la
afinidad hasta que establezcamos el cuerpo de doctrina como Newton lo estableció en
relación con las leyes de la gravitación’’ (Black, citado en Schofield 1970:226). Y eso es
lo que pasó. La química procedió a establecer un rico cuerpo de doctrina, "sus triunfos.
. . construidos sobre bases no reduccionistas, sino más bien logrados en el aislamiento
de la ciencia de reciente aparición, la física’’ (Thackray 1970). Esto continuó hasta hace
poco. Lo que se logró, finalmente, sesenta años atrás por Linus Pauling fue la unificación,
no por reducción. La observación de Russell en 1929 de que las leyes químicas, “no
pueden reducirse a leyes físicas'' resulta haber sido engañosa, de manera significativa
(Russell 1929). La física tuvo que someterse a cambios fundamentales, sobre todo en
la década de 1920, a fin de ser unificada con la química básica, apartándose aún más
de forma radical de las nociones de sentido común de "lo físico”. La Física tenía que
“liberarse” de las “ilustraciones intuitivas" y renunciar a la esperanza de “visualizar el
mundo'', como lo planteó Heisenberg (citado por Holton, 1996:191), otro salto lejos de
la inteligibilidad en el sentido de la revolución científica del siglo XVII, que trajo consigo
así la "primera revolución cognitiva''.
La unificación de la biología y la química unos años más tarde pudo haber sido algo
engañosa. Fue una genuina reducción pero no se creó una nueva física-química: entre las
personas que estuvieron involucradas, encontramos a Pauling. La verdadera reducción
no es tan común en la historia de la ciencia, y no debe ser asumida de forma automática
como modelo para lo que sucederá en el futuro.
Los debates sobre la química de hace algunos años tuvo eco en las distintas formas de
la filosofía de la mente y las ciencias cognitivas hoy en día - y la química teórica, por
supuesto, es una ciencia dura, que se mezcla indistintamente con la física de base. No
es en la periferia de la comprensión científica, como el cerebro y las ciencias cognitivas,
160
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
tratan de estudiar los sistemas mucho más complejos. Creo que estos recientes debates
sobre la química, y sus resultados sorprendentes, pueden ser instructivos para el cerebro
y las ciencias cognitivas. Debemos seguir los buenos consejos de Joseph Black y tratar de
construir los “cuerpos de doctrina'' en los términos que nosotros podemos, separados
por intuiciones de sentido común sobre cómo debe ser el mundo -nosotros sabemos
que no es de esa manera-y sin problemas por el hecho de que tengamos que “posponer
la contabilidad de los principios” en términos de conocimiento científico en general.
Esta comprensión puede llegar a ser insuficiente para la tarea de la unificación, como ha
sido regularmente el caso durante 300 años. Una buena parte de la discusión de estos
temas, me parece equivocada, tal vez, por razones como éstas.
Hay otras similitudes que vale la pena recordar. Los “triunfos de la química” ofrecen directrices
útiles para la eventual reconstrucción de la física: con tal de que las condiciones de la física
básica se cumplan, de alguna una u otra manera. De manera similar, los descubrimientos
acerca de la comunicación en las abejas proporcionan las condiciones que deben cumplirse en
términos de células. En ambos casos, se trata de una calle de doble vía: los descubrimientos
de la física limitan los modelos químicos posibles, como los de la biología básica deben limitar
los modelos de comportamiento de los insectos.
Existen casos análogos en el cerebro y las ciencias cognitivas: por ejemplo la cuestión
de cálculo, algoritmos y teorías en particular, enfatizados por David Marr. O el trabajo
de Eric Kandel sobre el aprendizaje en los caracoles marinos, en busca de “traducir
en términos neuronales las ideas que se han propuesto en un nivel abstracto por los
psicólogos experimentales”, y así mostrar cómo la psicología cognitiva y la neurobiología
“puede empezar a orientarse en el rendimiento de una nueva perspectiva en el estudio,
de aprendizaje” (Hawkins y Kandel, 1984:380, 376). Muy razonable, aunque el curso
real de las ciencias debe alertarnos sobre la posibilidad de que la convergencia no
puede tener lugar porque falta algo, y en donde, solo podemos saberlo, hasta que lo
averigüemos.
Preguntas de este tipo surgen a la vez en el estudio del lenguaje y el cerebro. Por
lenguaje quiero decir “el lenguaje humano”, y entender cada lengua particular como
un estado de unos subcomponentes del cerebro específicamente dedicados al lenguaje
como un sistema que es; estos elementos pueden tener otras funciones. Parece claro
que estos curiosos estados cerebrales tienen propiedades computacionales: una lengua
es un sistema de infinitud discreta, un procedimiento que enumera un conjunto de
clases infinitas de expresiones, cada uno de ellos es un complejo estructurado de las
propiedades de sonido y significado.
161
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Puede ser útil distinguir la modularidad entendida en estos términos de las ideas
influyentes por Jerry Fodor (Fodor, 1983). La modularidad de Fodor se ocupa
principalmente de los sistemas de entrada. Por el contrario, la modularidad en el sentido
que acabamos de describir se refiere a los sistemas cognitivos, sus estados iníciales y
los estados alcanzados, y los modos en que estos estados entran en la percepción y la
acción. Si el procesamiento (entrada / salida) es el acceso a sistemas cognitivos tales
estados son modulares en el sentido de Fodor, esto sería una cuestión distinta.
162
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Fodor aclara el asunto así: "El sistema de percepción de un lenguaje viene a ser visto
como el que contienen toda una compleja teoría de los objetos en su dominio, tal
vez una teoría expresada en términos de una gramática del lenguaje” (el mismo debe
mantener para los sistemas de uso del lenguaje) (Fodor 1983:51). Yo preferiría una
formulación algo diferente: la lengua L de Juan es un estado de FL, y la percepción
de Juan (y así como producción) es acceder a los sistemas L. Las teorías de L (y FL) son
lo que el lingüista trata de descubrir; adaptando los términos tradicionales, la teoría
lingüistica de Juan de L puede llamarse una gramática de L, y la teoría de FL gramática
universal, pero es el lingüista, y no Juan, quien tiene una teoría de L y FL, una teoría
que es parcial y parcialmente errónea. Juan tiene L, pero ninguna teoría de L (excepto lo
que él pueden creer sobre su lengua, creencias que no tienen un estatuto privilegiado,
como tampoco lo puede creer nadie más que Juan en lo atinente a su sistema visual y
a las capacidades de resolución de problemas).
Cuando miramos más de cerca, vemos que se trata aquí de la escogencia de la
terminología, pero dejemos esto de lado. Es evidente que los conceptos de modularidad
son diferentes, como lo son las cuestiones planteadas, aunque no son incompatibles,
salvo quizás en un sentido: FL y L parecen ser “los sistemas centrales” en el marco de
Fodor, elementos distintivos centrales de la “arquitectura de la mente”, por lo que
“los sistemas centrales” no podrían estructurarse (lo que Fodor llama ”Quineano e
isotrópico), conteniendo sólo las propiedades de dominio neutral-de la inferencia, el
razonamiento y el pensamiento en general.
Para el lenguaje, este enfoque ''biolingüístico” me parece muy bueno (véase Jenkins,
2000, sobre el estado del arte). Pero las preguntas elementales permanecen sin ser
respondidas antes de que haya muchas esperanzas de resolver los problemas sobre la
aplicación de los procedimientos recursivos celulares y los mecanismos de explotación,
que parecen recientemente haber evolucionado y se le aísle del mundo biológico en
aspectos esenciales.
Los problemas son aún más graves cuando se descubre que hay un debate, que parece
ser de fondo, en cuanto a la forma de interpretar el procedimiento recursivo. Están las
llamadas interpretaciones de derivación y de representación, y subvariedades de cada
una. Y aunque la superficie de los debates tienen el carácter de un debate sobre si
25 es 5 al cuadrado o 5 es la raíz cuadrada de 25, cuando miramos más de cerca, se
encuentra la evidencia empírica que parece apoyar una u otra posibilidad.
Estas son preguntas difíciles y sutiles, en las fronteras de la investigación, pero
el hecho sorprendente es que parecen ser las preguntas empíricas. El hecho
es sorprendente e intrincado. No está nada claro lo que significa decir que un
procedimiento recursivo tiene una interpretación particular de un sistema cognitivo,
y no una interpretación formalmente diferente equivalente a la primera, o cómo
estas distinciones - lo que significa – que podría ser implementado en un nivel
celular. Nos encontramos en una situación que recuerda a los científicos de post-
163
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
newtonianos - por ejemplo, Lavoisier, quien creía que “el número y la naturaleza de
los elementos” era “un problema irresoluble, capaz de una infinidad de soluciones
las cuales probablemente ninguna va de acuerdo con la naturaleza”. “Es muy
probable que no sepamos nada en absoluto... [El]. . . de los átomos indivisibles de
los cuales la materia está compuesta”, lo cual nunca, él pensó (Lavoisier, citado
en Brock 1992:129).
Algunos han reaccionado a estos problemas de la misma forma que los principales
científicos naturales lo hicieron en su época antes de la unificación de la química y la
física. Una de las propuestas influyentes es el ‘modelo computacional de la mente’.
Según esta opinión, “la ciencia cognitiva apunta a un nivel de descripción de la mente
que se abstrae lejos de las realizaciones biológicas de las estructuras cognitivas”. Esto
lo hace, en principio, no por falta de entendimiento lo que se espera sea temporal, o
para resolver algún problema, cuya aplicación es irrelevante, o con el fin de explorar
las consecuencias de ciertas suposiciones. Más bien, para la ciencia cognitiva “no
importa” si se opta por una aplicación en “la materia gris…, interruptores, o en
gatos y ratones”. La psicología no es una ciencia biológica, y teniendo en cuenta
“el sesgo anti-biológico” de este enfoque, si pudiéramos construir un autómata a
“nuestra imágen computacional“, actuando como lo hacemos por algún criterio,
entonces “naturalmente vamos a sentir que la teoría más convincente de la mente es
una suficientemente general como para aplicarse tanto a ellos como para nosotros'',
a diferencia de “una teoría biológica de la mente humana [la cual] que no se aplicará
a estas máquinas''(Block 1990:261).
Así concebida, la ciencia cognitiva no es naturalista ya que no forma parte de las ciencias
naturales en principio. Se debe tener en cuenta que esto se parece al punto de vista
de la química, no hace mucho tiempo atrás, como un dispositivo calculador, pero es
mucho más extremo: nadie propuso que la “teoría más convincente de la química es lo
suficientemente general como para aplicarse” a mundos tan diferentes con leyes físicas
iguales a las nuestras, pero con fenómenos similares según este criterio. Uno podría
preguntarse por qué debería haber un cambio radical de la práctica de las ciencias
cuando nos dirigimos al estudio de la mente.
El relato del modelo de la computadora es una descripción exacta de gran parte del
trabajo de las ciencias cognitivas, por ejemplo, un trabajo que pretende responder
a cuestiones enmarcadas en términos de la prueba de Turing - una interpretación
errónea de las propuestas serias de Turing, creo yo, pero ese es otro asunto. Para
el modelo de computadora de la mente, los problemas que he mencionado no se
plantean. También se deduce que no hay nada por descubrir sobre las competencias
del cerebro en las ciencias cognitivas. Por ejemplo, si se trata de que un día se
descubrió que una interpretación del procedimiento recursivo puede implementarse
a nivel celular, y otro no día no, el resultado será irrelevante para el estudio del
lenguaje humano.
164
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Otro enfoque es esbozado en un libro muy apreciado del neurocientífico Terrence Deacon
(1997) sobre el lenguaje y el cerebro. Se propone allí que los estudiosos del lenguaje y
su adquisición que se ocupan de los estados genéticamente determinados y de “los
módulos” del cerebro han pasado por alto otra posibilidad: “que el apoyo adicional
para el aprendizaje de la lengua“, vaya más allá de los datos de la experiencia, “no
reside ni en el cerebro del niño ni en los cerebros de los padres o maestros, pero afuera
de los cerebros, en el lenguaje mismo.“ El lenguaje y las lenguas son extrahumanos”.
Las lenguas han evolucionado con respecto a los cerebros humanos“, “las lenguas del
mundo se han desarrollado de forma espontánea” y “se han convertido en la mejor
de las mejores adaptaciones para las personas”, al parecer, la presa y el depredador
coevolucionan en un ciclo familiar. El lenguaje y las lenguas no sólo son organismos
extrahumanos, sino que al parecer también están por fuera del mundo biológico. Los
infantes están “predispuestos a aprender las lenguas humanas“ y “están fuertemente
sesgados en sus opciones“ en que “las normas rigen el lenguaje“, pero es un error
tratar de determinar que estas son predisposiciones, y buscan su realización en los
mecanismos del cerebro (en cuyo caso los organismos extrahumanos desaparecen de
la escena). Es peor que un error: de seguir la vía de la ciencia normal, en este caso es
recurrir a un “truco de mago” (Deacon 1997: cap. 4).
165
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Formas ordinarias de hablar sobre el lenguaje refuerzan tales concepciones. Por ello decimos
que un niño está aprendiendo Español, pero aún no ha llegado a la meta. Lo que el niño ha
adquirido no es una lengua en absoluto: no tenemos ningún nombre para lo que un niño de
cuatro años de edad ha adquirido. El niño tiene una “una comprensión parcial y parcialmente
errónea” del Español. Lo mismo sucede con todos, de hecho.
Nada de esto tiene alguna interpretación biológica. Además, gran parte de ella
me parece resistente a cualquier interpretación explícita y coherente. Por supuesto
eso no es un problema para el lenguaje ordinario. Pero no hay razón para suponer
que el uso común de términos tales como el lenguaje o el aprendizaje (o creencia u
otros numerosos como ellos), u otros pertenecientes a campos semánticos similares
en otros sistemas lingüísticos, se encuentran en cualquier lugar en un intento por
comprender los aspectos del mundo al cual ellos pertenecen. Del mismo modo, nadie
espera que los términos de sentido común como energía, líquidos o vida jueguen
un rol en las ciencias, más allá de un nivel rudimentario. Los cuestionamientos son
muy parecidos.
166
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Los resultados son sumamente interesantes, pero no son claros al ofrecer analogías
útiles para la representación conceptual humana, específicamente, para lo que se
denomina representación fonética o semántica. Ellos no parecen ofrecer un enfoque
útil para la relación de fonología del movimiento de las moléculas, y la investigación
no sigue este curso. Yo creo que el panorama es más incierto que útil en el lado del
lenguaje, contrario a la mayoría del trabajo contemporáneo acerca del significado y
referencia. Aquí en particular, creo que podemos aprender mucho del trabajo sobre
estos temas en la edad moderna, ahora en su mayoría olvidados. Cuando nos dirigimos
a la organización y la generación de las representaciones, las analogías se descomponen
muy rápidamente más allá del nivel superficial.
El enfoque ''biolingüístico” está en la base del estudio moderno del lenguaje, al menos
como yo lo entiendo. El programa se formuló con relativa claridad hace unos cuarenta
años atrás. Tan pronto como los primeros intentos fueron realizados para desarrollar
procedimientos recursivos con el fin de caracterizar las expresiones lingüísticas,
instantáneamente llegaron a clarificar lo poco que era conocido, incluso aun las
lenguas bien-estudiadas. Existen diccionarios y gramáticas que a pesar de ser muy
amplios, proporcionan un poco más de pistas además de generalizaciones. Ellos se
basan tácitamente en la inanalizada “inteligencia del lector” para completar el resto,
que es casi todo. Además, las generalizaciones a menudo son erróneas o peor aún,
porque están limitadas a los fenómenos observados y sus aparentes modos estructurales
- paradigmas morfológicos, por ejemplo. Como se ha descubierto por todas partes en
las ciencias, estos principios poseen patrones enmascarados de carácter diferente que
no pueden ser directamente detectados de acuerdo a los fenómenos.
Pero llenar las enormes lagunas y hallar los verdaderos principios y generalizaciones
es sólo una parte del problema. También es necesario tener en cuenta el hecho de
que todos los niños adquieren sus lenguas: sus propias lenguas, por supuesto; desde
este punto de vista, al igual que sus propios sistemas visuales, no es un objetivo al que
se esté tratando de llegar o de una posesión de una comunidad o algún organismo
extrahumano que ha co-evolucionado con ellos.
167
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Pronto se hace evidente que los dos objetivos básicos están en conflicto. Para describir
el estado alcanzado, parece necesario postular un sistema rico y complejo de normas,
específicas a la lengua e incluso especificas a construcciones gramaticales particulares:
clausulas relativas en Japonés, frases verbales en Swahili, y así sucesivamente. Pero
las observaciones más elementales sobre la adquisición del lenguaje han puesto de
manifiesto que no se puede ni siquiera estar cerca a lo exacto. El niño tiene insuficiente
(o no) evidencia para las propiedades elementales del lenguaje que fueron descubiertas,
debe ser que ellos reflejan el estado inicial de la facultad del lenguaje, el cual provee
una estructura básica para las lenguas, permitiendo sólo los tipos de variación marginal
que la experiencia pueda determinar.
En gran medida, los parámetros parecen ser además léxicos, de hecho en las propiedades
de un pequeño subcomponente léxico, particularmente la morfología flexiva. Algunos
trabajos recientes sugieren que aún la subparte más pequeña de la morfología flexiva
puede estar jugando un papel central al determinar tanto el funcionamiento y la
variedad superficial de la lengua: la morfología flexiva que carece de la interpretación
semántica. Este limitado subcomponente puede también ser lo que está involucrado en
la ubicua y bastante sorprendente “dislocación” de la propiedad del lenguaje humano:
el hecho de que las frases sean pronunciadas en una posición en una oración, pero
entendidas como si estuvieran en una posición diferente, donde su función semántica
sería transparente.
Aquí hay una cierta convergencia con otros enfoques, incluido el trabajo de Alfonso
Caramazza y otros. Estos investigadores han encontrado la disociación de la morfología
flexiva en otros procesos lingüísticos en la afasia, y han producido algunos resultados
interesantes que sugieren que la dislocación también puede ser disociada (Caramazza,
1997). Un resultado de especial interés para el estudio del lenguaje es la distinción que
Grodzinsky y Finkel presentan entre la separación de las categorías verbales y de las
categorías léxicas (Grodzinsky 1990; Grodzinsky y Finkel, 1998). Ese resultado tendería
a confirmar algunas ideas recientes acerca de las distinciones de semántica básica,
fonológica y propiedades sintácticas de estos dos tipos de dislocación: movimiento
hacia arriba y el movimiento XP en términos técnicos.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Otros trabajos lingüísticos recientes han llevado a centrarse con mayor insistencia
en la “interfaz” de las relaciones entre los sistemas extralingüísticos y el
sistema cognitivo del lenguaje - es decir, el procedimiento recursivo que genera
expresiones. Los sistemas extralingüísticos incluyen los sistemas sensomotores y
conceptuales, que tienen sus propias propiedades independientes de la facultad
del lenguaje. Estos sistemas establecen lo que podríamos llamar “diseño mínimo
de las especificaciones” para la facultad del lenguaje. Para ser utilizada en todo,
una lengua debe ser “legible” en la interfaz: las expresiones que se generan
deben consistir en propiedades que puedan ser interpretadas por estos sistemas
externos.
Una tesis, que me parece mucho más plausible que cualquier otra, podría haber sido
pensada hace unos años, es la del diseño mínimo de las especificaciones que son
también las condiciones máximas en aspectos triviales. Es decir, el lenguaje es una
especie de solución óptima para las mínimas condiciones que deben cumplir para ser
utilizadas, en todo. Esta tesis fuertemente minimalista, como es llamada algunas veces,
es muy controvertida, y debería serlo: sería muy sorprendente si algo así resultara cierto.
Creo que el programa de investigación estimulado por esta tesis es prometedor. Ya ha
dado algunos resultados interesantes y sorprendentes, que pueden tener implicaciones
sugerentes para la investigación sobre el lenguaje y el cerebro. Esta tesis hace famosa
una característica evidente del lenguaje como ya lo he mencionado, y que podría
resultar fundamental: la importancia de las características morfológicas semánticamente
interpretables, y su papel especial en la variedad lingüística y funcional, incluyendo la
propiedad de la dislocación.
Otras consecuencias también sugieren líneas de investigación que puedan ser viables
y productivas. Una cuestión importante de la investigación lingüística, desde cualquier
perspectiva, es lo que George Miller hace algunos años llamo fragmentación:
¿cuáles son las unidades que constituyen las expresiones, para el almacenamiento de
información y para el acceso de la producción, la percepción, la recuperación, y otras
operaciones? Algunas son bastante claras: algo así como sílabas, palabras, oraciones
más largas o de varias clases. Otras que parecen cruciales, son más difíciles de detectar
en la corriente del discurso: elementos fonológicos y morfológicos, las estructuras de
dislocación, y las configuraciones semánticamente relevantes que pueden ser apenas
reflejadas en el sonido de una expresión, a veces no del todo, y en este sentido son
“abstractas”. Estos elementos están realmente presentes en el cálculo interno, pero
sólo con efectos indirectos, en su caso, en la salida fonética.
Un trabajo muy reciente, siguiendo la tesis minimalista sugiere que hay dos
tipos de oraciones abstractas que están implicadas de una manera especial en los
procesos lingüísticos. Los dos tipos son las más cercanas a las proposiciones análogas
sintácticas completas, en el sentido semántico. En términos más técnicos, se trata
169
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Exactamente cómo se desarrolla la historia desde aquí depende de los hechos reales de
la cuestión. En el plano del lenguaje y la mente, no hay mucho que decir, pero este no
es el lugar para hacerlo. Una vez más, creo que tiene sentido pensar en este nivel de
investigación como un principio similar a la química en los principios del siglo XX: en
principio esto es, pero no en términos de la profundidad y la riqueza de “los cuerpos de
doctrina” establecidos.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Referencias
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
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Thackray, A. 1970. Atoms and Powers. Cambridge, Mass.: Harvard University Press.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
La sintaxis de la representación y
el significante sintáctico
L a primera sección de este escrito muestra que la sintaxis es en primera instancia una
representación mental (un conocimiento): la representación de ciertas relaciones entre
elementos representados. La segunda se consagra a la simbolización de la representación
como procedimiento para el procesamiento mental de clases de elementos; esto es,
se consagra al sistema de representación simbolizada (enfoca su sintaxis). La tercera
muestra que la sintaxis de la representación, se significa en la lengua; muestra que
si bien en la comunicación verbal el léxico significa en buena medida esa sintaxis de
la representación, la comunicación demanda otros mecanismos significantes de ella,
que también han recibido el nombre de sintaxis. La cuarta subraya que las lenguas
comparten la sintaxis de la representación y, en cambio, presentan diferencias notables
en la sintaxis entendida como significante de la primera; hace referencia a la dimensión
universal y la particular de la sintaxis de la lengua. La quinta contiene unas reflexiones
breves a propósito del libro Gramática Natural, hechas con base en lo ya expuesto.
Termino con unas líneas a manera de conclusión.
Abundan estudios en los cuales se identifica sintaxis con significante de la sintaxis,
más por el hecho de no contemplar la sintaxis de la representación que se significa en
la lengua, que por una declaración explícita al respecto. En esas condiciones es difícil
abordar asuntos lingüísticos fundamentales como la naturaleza generativa de la sintaxis,
la autonomía de ella en relación con otros sistemas cognitivos, lo universal y particular
en sintaxis, el lenguaje y la evolución del hombre, el cambio sintáctico, la ontogenia y
la filogenia lingüísticas, etc.
Estas páginas forman parte de un trabajo exploratorio, en elaboración, ajuste,
complementación.
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
(acción ejercida por un objeto sobre otro, incluido el humano mismo, por ejemplo),
propiedades de objetos y eventos o caracterizaciones que de ellos se hacen, ubicación
de objetos y eventos en el espacio y en el tiempo (o la sucesión de eventos) y grado
con que los objetos y eventos poseen las propiedades que en ellos se perciben o las
caracterizaciones que de ellos se hacen.
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102. En este contexto, se ha empleado en español el término recursión para significar la aplicación recurrente de relaciones
posibles entre elementos.
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103. Refiriéndose a Peirce, comenta Roberto Perry: En un manuscrito de 1873 ( Sobre la naturaleza de los signos ), define al
signo como un objeto que reemplaza a otro para alguna mente . Después, en un manuscrito de 1906, rechaza abiertamente
que el destino de los signos sea servir como [simple] medio de intercomunicación, sosteniendo que para que un signo sea tal
no se requiere la existencia de dos mentes no porque la comunicación no tenga nada que ver con los signos, sino porque
cuando dos mentes comparten un signo, en esa área de su mentalidad (de su ser mentes) son una y la misma mente. Nota
introductoria al concepto de signo, Roberto Perry C., correo electrónico: raperryc@unal.edu.co, Universidad Nacional de Co-
lombia, Departamento de Lingüística, s.f.
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2. La representación simbolizada
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Una tarea humana fundamental en esta dimensión del lenguaje ha sido entonces la
simbolización de las distintas clases de representaciones (objeto, propiedad, evento…).
Según se puede inferir del habla, en este proceso el humano ha llegado a fórmulas
diferentes pero no excluyentes: el empleo de símbolos específicos por categoría y
el empleo de unos mismos símbolos para categorías diferentes. Algunos autores
encuentran sí una constante en la creación de símbolos para clases de objeto y símbolos
para clases de evento. En contraste, Delacroix concluyó en uno de sus capítulos: “Hay
que decir del vocabulario infantil lo que se dice de todas las lenguas; cuanto más se
remonta en su historia, se comprueba mejor que las partes del discurso son indistintas.
Una misma palabra puede llenar funciones gramaticales muy diferentes. La regla es la
indiferencia del nombre y del verbo.” (Delacroix, Henry, El niño y el lenguaje, Buenos
Aires, Librería y Editorial “El Ateneo”, 1945, 115-116). Al parecer, la comunicación induce
procedimientos para la significación de clases de representación, no indispensables en
el pensamiento simbólico.
104. Pienso la poesía esencial como un universo de simbolización individual, no determinado, en esa medida, por fines comu-
nicativos, por fines pragmáticos, al menos en una primera instancia; simbolización que deviene de una particular percepción,
como el caballito de la luna de las Alturas de Macchupichu de Neruda. Y el acercamiento al universo poético de alguien como
la búsqueda, la persecución, el desentrañamiento de tal simbolización individual, mediante índices, indicios posibles. A pro-
pósito, me viene a la mente el universo poético de León de Greiff, recóndito como la poesía esencial, dada, por sobre todo,
su individualidad simbólica.
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Como se dijo ya, la simbolización por parte de los miembros de una comunidad de
una misma idea o una misma clase de representación (o una misma representación
sensorial) en una misma imagen, que es otra representación sensorial, es fundamento
de la comunicación y es el principio de la convencionalidad de la relación entre un
determinada imagen-señal y otra representación asociada con ella. El humano ha
llegado a emplear la misma imagen en el pensamiento simbólico y en su comunicación.
Emplear una imagen en el pensamiento simbólico verbal y otra en la comunicación
cotidiana de ese pensamiento, originaría una tarea sumamente compleja. Tal vez
por eso se observa en el niño una disminución de la simbolización individual en la
medida que avanzan sus procesos de socialización lingüística; más que todo en la
comunicación cotidiana, donde justamente el adulto interviene con regularidad para
que abandone la simbolización individual y acoja la más convencional. Así pues, de un
105. Cuando, por ejemplo, una persona estira la mano y la acerca a la de un niño, hace ademán de comenzar a caminar y
le dice “La mano”, co-operan el lenguaje corporal y el vocal para significarle al niño que la persona le pide darle la mano y
caminar con ella.
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106. En esta cita, Jakobson destaca otro aspecto del asunto: Además, aún en el caso de que el observador esté situado
dentro del sistema comunicativo, la lengua presenta dos aspectos notablemente distintos considerándola desde los dos
extremos del canal de comunicación: en la codificación, el proceso va del significado al sonido y del nivel léxico-gramatical
al fonológico, mientras que el proceso descodificador desarrolla la dirección contraria, es decir, del sonido al significado y de
los rasgos a los símbolos. Mientras en la producción del habla la orientación (Einstellung) del proceso está dirigida hacia los
constituyentes inmediatos, en la percepción lingüística es el proceso estocástico el que ocupa el primer lugar. El aspecto
probabilístico del habla encuentra una conspicua expresión en el hecho de que el oyente deba enfrentarse con la homonimia,
fenómeno inexistente para el hablante. Cuando decimos /yérro/, conocemos de antemano si queremos decir hierro o yerro,
mientras que el oyente está sujeto a las probabilidades condicionales del contexto. Para el receptor, el mensaje ofrece mu-
chas ambigüedades que eran inequívocas para el emisor. La poesía y el chiste, fundados sobre la ambigüedad, recurren a
esta propiedad, que corresponde a la recepción (input) del mensaje, pero cargándola sobre la emisión (output). (Jakobson,
Roman (1974), Ensayos de lingüística general, Barcelona, Ariel, 1984: 87, 88. Destacados míos).
Debe tenerse en cuenta, para evitar malos entendidos, que la homonimia sí existe en el hablante en cuanto en él hay signi-
ficados asociados a un mismo significante, pero que cuando habla opta por uno de ellos, por lo cual el mensaje es, para él,
inequívoco. Ahora bien, producido el enunciado, el hablante mismo puede caer en la cuenta de la equivocidad, si en realidad
el enunciado la provoca en el receptor . Enfatizaría yo, por otro lado, distanciándome así de la circunscripción del lenguaje
a la comunicación, que la realidad expuesta por Jakobson no sólo tiene lugar en el acto de emisión o expresión sino en el
pensamiento verbal en general (en el lenguaje verbal interior), sea o no comunicado.
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El conocimiento del signo lexema de una determinada realidad, una vez que la
representación de ésta ha sido significada, conlleva el conocimiento de relaciones
atribucionales posibles de ese signo con signos de otras realidades o el conocimiento
de su autonomía; esto es, conlleva el conocimiento de su sintaxis, el conocimiento de
su régimen (rección)107. La activación de un signo en el cerebro de los hablantes conlleva
la activación de sus posibilidades combinatorias (esto es, su significado sintáctico).
El conocimiento del significado de los signos, incluido el conocimiento de dichas
posibilidades, es un factor interviniente para que a partir de la activación de un signo en
el cerebro de una persona se generen o no redes sígnicas atribucionales (redes sígnicas
sintácticas) y para que en un hablante se establezcan las relaciones correspondientes
entre los signos constitutivos de un determinado texto que alguien le dirija.
Unos ejemplos. La representación cerebral de una hoja seca y de la sequedad como una
característica de la hoja es una experiencia extendida entre los humanos, no importando
107. Cuando hablamos de régimen nos referimos a la sintaxis, esto es a las posibilidades combinatorias o relacionales de los
distintos signos y no únicamente a la preposición que debe seguir a un verbo determinado o el caso (en las lenguas de caso
flexional) en que debe ir el sustantivo que sigue a una preposición determinada, como se entendió en algún momento. Sobre
la evolución del concepto de rección, véase el capítulo La noción de rección, en Hjelmslev 1972. La noción de valencia verbal
introducida por Lucien Tesnière es una tipificación del régimen o posibilidades combinatorias de dicha categoría léxica. Esa
noción ha sido acogida por muchos otros lingüistas e incluso convenientemente aplicada a otras categorías léxicas (ver el
artículo de D. J. Allerton, Valency and valency grammar, en The encyclopedia of language and linguistics, Vol. 10, University
of Edinbourgh, Pergamon Press, 1994).
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Así pues, ante la afirmación ya clásica de que la lengua es un sistema constituido por
un vocabulario y unas reglas para relacionar (combinar, conectar) los elementos de tal
vocabulario, ha de tenerse en cuenta que en la perspectiva de la relación atribucional,
el vocabulario presenta regularidades, de manera acorde con las posibilidades
combinatorias de la representación por él significada. En ese sentido y en esa medida
la regla no es una realidad completamente externa al vocabulario. Desde la perspectiva
atribucional, y en lo que concierne al vocabulario, habrá reglas correspondientes a las
regularidades relacionales que puedan poseer.
Pero hay situaciones comunicativas donde el signo léxico no es suficiente para determinar
la relación pretendida, debido a diferentes factores; entre otros: Que el signo léxico no
se haya especializado en la significación de una categoría representacional y, por tanto,
en la significación de sus posibilidades relacionales; que en un determinado texto un
signo léxico pueda establecer relación atributiva con varios; o que un mismo signo
pueda establecer relaciones diferentes respecto de otro. Se hace necesario entonces
introducir indicadores de la relación específica pretendida por el hablante. En algunos
de estos casos, los indicadores no significan la relación misma, ella está significada
por los signos lexémicos, sino que indican el constituyente con el cual se establece la
relación, indican la dirección de la relación.
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Doctores cuyas plumas nos legaron/ De virtud y saber rico tesoro…” (Gustavo
A. Becquer).
- La forma verbal plural miran sería indicador o significante sintáctico de otra realización
de la sintaxis de la representación: tanto el niño como la niña son pensados como
agentes del acto de mirar: El niño y la niña miran. Aquí la relación entre niño y niña
es de coordinación o junción, Entre miran y el sintagma nominal el niño y la niña hay
concordancia de número.
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Como se ha visto a lo largo de esta sección, el humano avanzó en una nueva dimensión
del lenguaje: la lengua, cuya gramática comporta la gramática de la representación
sensorial (no simbólica) y la gramática de la representación simbólica (que, a su
vez, comporta la anterior), en cuanto significa representaciones (objetos, eventos,
propiedades…) como imagen o como clase de imágenes y relaciones entre dichas
representaciones (ser propiedad de objeto o evento, ser objeto o evento en relación
con una propiedad, ser participante de un evento, ser ubicación espacial o temporal
de objeto y evento…). Las comporta, pero, de otro lado las trasciende, por diferentes
factores, entre los cuales hemos mencionado por ahora la convencionalización (en el
sentido de socialización) de los símbolos de las categorías representacionales, la cual
constituye fundamento de la comunicación, y los mecanismos indicadores de la relación
(función) entre categorías ya contemplada, necesarios en la comunicación; no así en el
pensamiento verbal, a pesar de que, como se ha dicho, este los acoja, los retrotraiga.
De la convencionalización de los símbolos de las categorías representacionales resulta el
léxico o vocabulario de la lengua, cuyo significado es categorial y sintáctico.
108. Ya en su tratado Sobre la interpretación, Aristóteles considera: “Las palabras habladas son símbolos, o signos, o afec-
ciones o impresiones del alma; las palabras escritas son los signos de las palabras habladas. Como no lo es la escritura,
tampoco el habla es la misma para todas las razas humanas. Pero las afecciones mentales, de las cuales estas palabras son
ante todo los signos, son iguales para toda la humanidad como lo son también los objetos de los cuales aquellas afecciones
son representaciones o semejanzas, imágenes, copias […]” (Citado y traducido del inglés por Jaime Bernal Leongómez, “Al-
gunas ideas de Aristóteles sobre el lenguaje”, en Thesaurus, Bogotá, Instituto Caro y Cuervo, Tomo XXXVIII, No. 3, sept-dic.
1983, p. 494).
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son también comunes: el empleo de dichos verbos, al menos en una de sus acepciones,
demanda en una u otra lengua el empleo de un sintagma significante de agente del
evento y de uno significante del objeto del mismo.
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“Obviamente hay que reconocer que es evidente que si el lenguaje humano funciona
a la hora de comunicarnos (por mucho que el lenguaje humano no sea en sí un
sistema de comunicación) es gracias a que hay una cierta sintonía o correlación
entre las representaciones mentales que nuestro cerebro es capaz de realizar y que
transmitimos y el sistema “computacional” que empleamos para hacerlo. Si el sistema
de representación mental es anterior en la especie al sistema gramatical, es evidente
que el desarrollo evolutivo habrá seleccionado un sistema gramatical capaz de
“tratar” con esas representaciones y es, por tanto, esperable un cierto isomorfismo
entre ambas dimensiones, pero de ahí a postular que lo que realmente manejamos
(estructuras sintácticas) es derivado de lo que sólo suponemos o entrevemos (estructuras
conceptuales o categorías cognitivas) hay un salto peligroso que los funcionalistas no
dudan en protagonizar con cierta alegría en su afán de espantar el fantasma de la
autonomía” (p. 61).
109. Mendívil Giró, José Luis, Gramática Natural: La Gramática Generativa y la Tercera Cultura, Madrid, Machado Libros,
S.A., 2003.
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6. A manera de conclusión
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Jean-Michel FORTIS
CNRS, Université de Paris 7
Unité « Histoire des théories linguistiques »
fortis.jean-michel@neuf.fr
Introducción
E n El Instinto del Lenguaje, Pínker le abrió al público una ventana sobre el nativismo
lingüístico contemporáneo y el público le agradeció, si juzgamos por el nivel de
aceptación con el que el libro fue recibido. Sabemos hoy en día que este manifiesto
no constituía más que las premisas de un vasto programa reduccionista que tenía
como objeto el conjunto de comportamientos humanos y expuesto en una trilogía
(1994, 1999b y 2003a). La amplitud de este programa apareció claramente en los
dos últimos volúmenes. Pínker adopta allí con devoción el marco de la psicología
evolucionista (tras las huellas de Tooby y Cosmides; ver Barkow, Cosmides & Tooby
1992), esforzándose en mostrar que los comportamientos están enraizados en las
facultades e instintos seleccionados por la evolución, y defendiendo así la tesis de
una “naturaleza humana”. Ninguna dimensión antropológica ha sido afectada por
este programa que se extiende a los valores morales e incluso a los sentidos de la
belleza. Este reduccionismo parece expresar también la voluntad de reinstaurar la
verdadera ciencia a expensas de las social sciences o de las gender studies, acusadas
de impostura (en la antropóloga Margaret Mead) y de los excesos ideológicos que
conducen a lo que Pinker considera como las tonterias (el carácter cultural de
la familia o del lazo padre-hijo por ejemplo). El debate tuvo pues un innegable
alcance político, incluso si Pinker tiene sobre el asunto, posiciones tan fluctuantes
proclamando a veces que la tesis de la naturaleza humana es políticamente neutra,
en otras, que tiene un valor positivo.110
110. La “naturaleza humana” es una tesis neutra: Pinker (1999a, p. 50 y siguientes). Es una tesis saludable: “The strongest
argument against totalitarianism may be recognition of a universal human nature; that all humans have innate desires for life,
liberty and the pursuit of happiness. The doctrine of the Blank slate [=la tabula rasa, que parece resumir el empirismo y el rela-
tivismo], which justifies the dismissal of people’s stated wants as an artefact of a particular time and place and thereby licences
the topdown redesign of society, is a totalitarian’s dream.” (The Guardian, 6 de noviembre 1999).
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Esto se constata, estas obras participan en una querella intestina propia de los Estados Unidos,
en la cual prefiero no inmiscuirme. Me limitaré pues a las tesis del Instinto del Lenguaje.
En este libro, Pinker nos propone un manifiesto cuya intención vulgarizadora sirve para
enmascarar algunos debates. También mi tarea será la de presentar a los lectores, en la
medida de mis posibilidades, un dossier más equilibrado. En el transcurso del desarrollo,
no me privaré de recurrir a los otros trabajos de Pinker, cuando crea necesario que ellos
aclaran El Instinto del Lenguaje o incluso ofrecen una contraparte a las concepciones
que se defienden allí.
Para delimitar aún más mi propósito, y a falta de espacio escogí aquí abordar tan solo
tres ejes de la argumentación de Pinker: el que concierne a la adquisición del lenguaje,
y la noción corolaria de ‘periodo crítico’, y el que busca establecer la modularidad (y
la especificidad innata) del lenguaje a partir de disociaciones neuropatológicas. En el
artículo que sigue, trataré estos argumentos alternativamente para cerrar la discusión
con una modesta recomendación que invita a mesurar el entusiamo actual por la
genética del lenguaje.
A. El problema de la adquisición
Al comienzo del Instinto del Lenguaje, Pinker tiene la necesidad de mostrar que no se
puede hablar de lengua simple, y que todas las lenguas obedecen a reglas. Una vez
establecido este primer punto, se dispone a explicar que esta complejidad es universal
ya que ella es instintiva. El carácter instintivo de esta complejidad ordenada será
sustentado por la tesis de que los niños tienen la capacidad innata de construir de
entrada una lengua. Esta capacidad, piensa Pinker, es manifiesta cuando los niños han
sido expuestos a una lengua compleja, ya sea que hayan conocido tan solo un pidgin, o
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que hayan sido privados de una exposición normal.112 Pero ella no es menos manifiesta,
según él, cuando los niños han adquirido normalmente su lengua, ya que la simple
exposición a la lengua no basta para poderla adquirir. Y esta exposición es insuficiente
ya que los principios de las lenguas son muy complejos, muy específicos para ser
deducidos de los enunciados provistos al niño. El resume su pensamiento como sigue
(Pinker 1994113, p. 32): “La pieza clave del mismo es la idea de que el lenguaje complejo
es universal porque los niños realmente lo reinventan generación tras generación, y
no porque se les enseñe, porque sean muy listos en general o porque les sea útil, sino
porque sencillamente no pueden evitarlo.”
Este atajo anticipa los ejes de argumentación de Pinker: la exposición a la lengua y las
capacidades cognitivas generales no bastan para explicar la adquisición de la lengua
(“no porque se les enseñe, porque sean muy listos en general”); los principios que el
niño debe descubrir son arbitrarios en el sentido en que el niño debe construirlas y
seleccionarlas entre otras hipótesis, y que esta construcción y selección no están guiadas
por consideraciones funcionales (“no porque les sea útil”).114
Examinaré ahora los argumentos relacionados con el proceso normal de adquisición,
volviendo inicialmente a los trabajos que precedieron al Instinto del Lenguaje. En efecto,
estos trabajos expresan puntos de vista que en ocasiones son sensiblemente diferentes
de los del Instinto del Lenguaje y permiten situar mejor esta última obra en la estrategia
argumentativa de Pinker.
112. Como se ve, después de haberse esforzado en mostrar que no hay lengua más simple que otra, Pinker explica que los
criollos son más complejos que los pidgins. Las nociones de lengua simple y lengua compleja me parecen groseros: los pid-
gins no tienen el mismo estatus que las demás lenguas, hay que situarlos en el seno de los signos accesorios (en el sentido
en que existen al lado de las lenguas). Este olvido de la lengua primera permite a Pinker subrayar la creatividad de los niños
que inventan un criollo a partir de un pidgin (1994, pp. 33-35). El evoca para este punto a Bickerton (1990), que se apoya en
el ejemplo del pidgin hawaiano. Pero Sato (1985) y Romaine (1988) insistieron el hecho de que los niños inventores del criollo
hawaiano eran bilingües y no habían sido expuestos sólo a un pidgin. Roberts (2000) y Siegel (2007) muestran que Bickerton
probablemente se equivocó en la generación de inmigrantes en el origen del criollo. En realidad, el criollo habría emergido
progresivamente de un pidgin estabilizado creado por el primer grupo de inmigrantes (sobretodo de origen chino y portugués).
El no habría sido pues constituido súbitamente por los recién llegados.
113. NdT. Para algunas de las citas en inglés de Pinker 1994 (Instinto) utilizo la versión española de José Manuel Igoa Gon-
zález, Madrid, Alianza editorial, 1999
114. Creo que es así que hay que interpretar not because it ius useful to them (no porque les sea útil) que remite, a mi modo
de ver, al argumento denominado de la selectividad (ver infra). Esta interpretación me parece confirmada por lo que dice
Pinker más adelante: Las restricciones universales que pesan sobre las reglas de la gramática también ponen de manifiesto
que las formas básicas del lenguaje nos se puede explicar como resultado inevitable de la utilidad. (1999, p. 44)
199
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
En su artículo de 1979, Pinker parte del teorema de Gold (1967), sobre el aprendizaje de
una lengua115. Gold (1967) postula la hipótesis de un procedimiento completamente
general de identificación de una gramática que consistiría en una enumeración de
las gramáticas capaces de generar los datos suministrados, hasta que la gramática
escogida genere correctamente los datos. El problema es que, sin corrección externa,
una gramática demasiado general no podrá ser rechazada.
Para Pinker, este resultado exige abandonar un procedimiento general, de tipo enumerativo.
La adquisición requiere que el niño disponga de restricciones, y estas restricciones no pueden
tener efecto solo en la forma de los enunciados: un aprendizaje puramente distribucional,
muestra que deja escapar generalidades importantes y los contextos de ocurrencia son difíciles
de fijar. Es más plausible suponer que la semántica restringe el análisis de los enunciados,
en el sentido en que la estructura de las representaciones semánticas del estado de cosas
designado por el enunciado del adulto, restringe simultáneamente el análisis morfosintáctico
posible de este enunciado.
115. Gold (1967) es uno de los fundadores de la learnability theory y este artículo es un locus classsicus.
200
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
to the target language, etc.), then learning is possible, but not within a human
lifespan,” (Pinker 1979:271).
2. Por otra parte, desde este artículo de 1979, Pinker considera que el proceso
de adquisición es lanzado por la semántica, y procede enseguida según los
principios innatos del orden a la vez semántico y sintáctico. Es por eso que en
sus trabajos personales, parece no haber considerado nunca de manera seria
uno de los presupuestos de la argumentación nativista, según el cual el niño sólo
está en relación con las secuencias de constituyentes semánticamente opacos y
de los cuales debe adivinar la regla formal de generación. El recurre a este tipo
de argumento, ya lo veremos, en el contexto de una defensa por doquier del
nativismo, en el Instinto del Lenguaje; pero dudo que corresponda realmente a
su concepción de la adquisición.
En su obra de 1984, Pinker vuelve sobre esta idea de un enganche semántico del
proceso de adquisición de la gramática. Equipado con el núcleo de una gramática
generativa (en su versión de Lexical Functional Grammar), el niño analiza los
enunciados partiendo de la hipótesis de que los nombres corresponden a objetos
físicos, los verbos a acciones, los sujetos a actores, etc. (semantic bootstrapping
hypothesis). Los árboles sintagmáticos son construidos por una serie de
procedimientos que explotan las reglas de formación contenidas en la teoría X’.
Pinker supone que el niño dispone en el nacimiento de las categorías lexicales, de
la teoría X’116, funciones gramaticales, rasgos que son pertinentes para analizar las
categorías lexicales (el hecho por ejemplo de que las marcas llevadas por el verbo
codifiquen los TAM o el número más que el color de los actantes), diversas reglas
que restrigen la formación de los árboles (por ejemplo el no aumento de ramas) o la
proyección de la jerarquía de los roles temáticos en las funciones gramaticales (estas
últimas reglas serán modificadas en el libro de 1989).
116. “Top ut it crudely, the X-bar theory of phrase structure could be innate”. (Pinker 1994:285)
201
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
117. En ete pasaje (1984, p.8) Pinker remite a Fodor (1975), cuya tesis es mucho más fuerte ya que ella consiste en decir que
es imposible adquirir un sistema de representación más poderoso que otro. ¿Esto quiere decir que Pinker asume una tesis
también extrema?
202
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
los enunciados incorrectos generados por las malas hipótesis no pueden ser rechazados
porque serían corregidos, más o menos explícitamente por el adulto. En efecto, en el
peor de los casos, estas correcciones no existen, y en el mejor de los casos, son aleatorias
y por ende son borradas, de suerte que los niños son insensibles a ellas (Marcus 1993).
De ahí se concluye que el espacio de las hipótesis debe ser restringido a priori. Es este
razonamiento el que sigue Pinker (1994, p.280-2).
Se trata pues de explicar que, en primer lugar, los niños a propósito de su lengua
elaboran algunas inducciones/generalizaciones y no otras (por ejemplo, no dicen nunca
*Is the man who_running is bald?), las hipótesis posibles son infinitas; y, en segundo
lugar, ellos terminan por desembocar en la gramática del adulto, y en particular
desaprenden las falsas generalizaciones, en ausencia de correcciones. Esta aporía se ha
bautizado paradoja de Baker en Pinker (1984, 1989).118 Aplicada al caso de los verbos con
construcciones alternas, ella pregunta cómo el niño termina por excluir de su gramática
enunciados como He get died ou Jay sazid me no, generalizando correctamente It got
broken/Bob made Phil the cake. Veremos cuál es la solución propuesta por Pinker,
antes de abordar su presentación personal de los otros argumentos nativistas.
203
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
119. La noción de Syntactic cueing (Syntactic bootstrapping en Pinker 1989) se encuentra ya en Landau y Gleitman (1985),
en donde ella sirve sobretodo para justificar que un niño ciego adquiere (e incluso al mismo ritmo que un niño vidente) verbos
que designan experiencias internas que le son extrañas (look, see). Como Pinker, Landau y Gleitman plantean la existencia
de preconcepciones innatas orientando la conceptualización de los eventos.
120. No retomo aquí el formalismo de Pinker (1989). Mi presentación combina Pinker (1989) y Gropen et al. (1991).
204
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
205
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
“when fussy parents and meddling experimenters do provide children with feedback,
the children tune it out.”
La tesis de que el niño adquiere su lengua sin beneficiarse de las correcciones del adulto
parece remontarse a McNeill (1966) y a Braine (1971). En este debate, es importante
distinguir la ausencia de correcciones y la ausencia de negaciones (como lo anota
también Cowie 1999). La ausencia de corrección parental o la insensibilidad de los
niños a las correcciones tienen a su favor argumentos sólidos estudiados por Marcus
(1993). Por el contrario, la ausencia de negación nunca es establecida.
De acuerdo con Marcus (1993), incluso si las réplicas dirigidas por los padres a los niños
son diferentes según si el enunciado del niño es o no gramatical, podemos pensar que
esta diferencia no es estadísticamente suficiente. Así, el número de veces en donde un
mismo enunciado debería ser probado por el niño para ser validado o rechazado es muy
grande para ser plausible.
El argumento supone que el niño prueba los enunciados, no las clases de enunciados
(es decir construcciones). A todas luces, una clase de enunciados tiene más suerte de
aproximarse al umbral estadístico que al enunciado aislado. Marcus objeta que esto
es suponer que los enunciados comparten la misma estructura; ahora bien, el niño no
parece saberlo, ya que está en camino de adquirir esta estructura. Sobre este punto,
Marcus parece tener razón: la corrección no puede ser la fuente de la proyección de
las hipótesis hechas por el niño. Esto no impide que ella pueda servir para rechazar
hipótesis ya formadas, con tal de que incluya una clase suficientemente amplia de
enunciados.
Además, el niño puede probar varias hipótesis a partir de los mismos datos. Por
ejemplo, la adquisición de las construcciones ditransitivas (del tipo give me your hand)
comprende múltiples dimensiones: el primer objeto debe ser un beneficiario (no un
objetivo), el segundo elemento es una entidad transferida, el beneficiario es más
tópico que la entidad transferida (Goldberg 1995). Es verdad que las construcciones
que sirven para probar varias hipótesis tienen un peso particular. En otras palabras,
la imposición de datos importantes para el niño no se mide sólo con el número de
ocurrencias de estos datos, sino también con el número de veces en que el niño ha
tenido que trabajarlas mentalmente.
206
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
¿Y que quieren decir exactamente los nativistas? ¿Se trata de considerar como innatos
todas las construcciones que no fueron adquiridas de manera conservadora? Aplicada
a casos concretos, la hipótesis nativista parece irrealista. Admitamos, para retomar un
ejemplo de Cowie (1999), que el niño no ha recibido o no es sensible a ninguna reacción
negativa permitiéndole rechazar la inducción (2)
Mientras que sus trabajos precedentes presentan una visión personal de la adquisición
del lenguaje, Pinker vuelve, en el Instinto del Lenguaje (1994; sobretodo los capítulos 2
y 9), a los argumentos nativistas clásicos, tal como fueron desarrollados por Chomsky.
La presencia de algunos de estos argumentos se explica sin duda por la necesidad de
defender por todos los medios posibles el nativismo.
Los argumentos nativistas a favor de las restricciones innatas sobre la adquisición del
lenguaje están reunidos bajo una misma cabeza, a la cual la tradición le dio el nombre
de stimulus poverty argument. Su objeto es demostrar que la manera como se desarrolla
el aprendizaje y la naturaleza del estado final alcanzado están subdeterminados por
207
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
los datos de los cuales el niño dispone. Sólo retomaré aquí uno de estos argumentos
(ver Pullum y Scholz 2002, para una presentación más completa y crítica), y trataré
enseguida la noción de periodo crítico.
a.) Selectividad: los niños seleccionan algunas hipótesis entre muchas otras. Por ejemplo,
confrontado a Is the dog that is in the corner hungry? El niño puede formular la
hipótesis de que la regla de formación de la interrogativa a partir de la declarativa
es front any auxiliary o bien front the auxiliary in the matrix Infl (Lasnik & Uriagereka
2002; Fodor & Crowther 2002; cf. Chomsky 1981). Sin embargo, se observa que el
niño no considera nunca la primera hipótesis. Se concluye de ello que el niño dispone
de restricciones innatas sobre las hipótesis posibles (Crain 1991, para una ilustración
clara de este enfoque).
b. Periodo crítico: Para ser óptimo, el aprendizaje de una lengua debe tener lugar entre
dos edades. Este periodo crítico corresponde a la madurez de la facultad del lenguaje.
Más allá de este periodo, el aprendizaje no es óptimo, lo que puede ser interpretado
como el hecho de que los procedimientos generales (memorización de reglas por
ejemplo) son insuficientes. Este argumento provee también una explicación causal a
la ineluctabilidad y a la convergencia de las trayectorias de adquisición.
Abordaré a continuación la presentación hecha por Pinker (1994) de estos
argumentos.
La cuestión de la selectividad de las escogencias del niño (ver supra) aparece como
algo crucial a los ojos de los nativistas. Se trata de mostrar que el niño selecciona ciertas
hipótesis sin que los datos lingüísticos lo conduzcan allí. Pinker (1994, p.40) reorienta el
argumento clásico de Chomsky (por ejemplo, 1981, p. 42 y siguientes y página 209 y
siguientes) sobre la adquisición de la estructura de las interrogativas polares. Recordemos
la apuesta del debate: Chomsky (op. cit.) afirma que los niños no tienen necesidad de
escuchar Is the man who is tall_in the room?, ni incluso otros enunciados de la misma
estructura, para construir correctamente esta pregunta (más que, por ejemplo, *Is the
man who_tall is in the room?). En otras palabras, los niños formulan espontáneamente la
hipótesis que para formar una interrogativa, hay que tener en cuenta no el primer auxiliar,
sino el auxiliar de la proposición principal. La primera solución (rechazada de entrada por
el niño) ignoraría la estructura en constituyentes; ella sería pues structure-independent
(convendremos en llamarla HInd). La buena hipótesis es structure-dependent, y el niño
está determinado, de manera innata, a adoptarla; llamémosla HDép.
208
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Un primer principio consistirá en plantear que el niño no formula hipótesis vacías, es decir,
en donde por ejemplo un movimiento, es inmotivado. Este principio permite rechazar
algunas hipótesis consideradas como posibles por los nativistas, pero no eliminables del
repertorio del niño si no se supone principios innatos.
Afirmar, como lo hacen Lasnik & Uriagereta (2002), que la regla front any
auxiliary es teóricamente posible consiste en admitir la posibilidad de escogencias
inmotivadas. Además, la escogencia del auxiliar está asociada en esta interrogativa
con la información en focus (el predicado principal). El niño tiene pues razón en
creer que la escogencia del auxiliar es motivada, ya que está relacionada con un
fenómeno semántico.
Además, la hipótesis HDép es más poderosa que la hipótesis front any auxiliary, en
la medida en que excluye más enunciados posibles. En fin HInd, como acabo de
mencionarlo, no está sostenida por una instancia positiva.
121. Por supuesto hay excepciones a HDép pero ellas no son pertinentes aquí. En efecto, para estas excepciones, en donde
sólo el orden de las palabras cuenta, el orden es fijo (por ejemplo, determinado morfema se ubica siempre en segunda posi-
ción, cualquiera que sea la palabra inicial). Pero si un orden es fíjo, el niño puede presumir que no hay otro factor diferente
para tener en cuenta (ver Comrie 1989:22, para un ejemplo).
209
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Se observará que en esta ocasión, y para sustentar el argumento nativista, Pinker olvida
el recurso a la semántica y adopta una estrategia que sin embargo había ignorado
en el artículo de 1979: considerar sólo las formas y su distribución y preguntarse
cómo el niño podría extrapolar estructuras. Sin duda alguna, si el niño comprende
que eat y a few things tienen significaciones diferentes y que did eat es enfático y
did a few things no lo es, y si, por otro lado, adopta una estrategia conservadora
relativamente a estas hipótesis, no hay ninguna razón para que amplie la regla (1) a
la regla impropia (2).
Así, aunque haya destacado constantemente la importancia de las restricciones
semánticas en la adquisición de las formas y de las construcciones, Pinker vuelve,
explotando el argumento de la selectividad, a la hipótesis de una generación
incontrolada de las formas y construcciones que sólo los principios sintácticos innatos
podrían restringir.
La idea de que la adquisición avanza a medida que la maduración del cerebro progresa,
fue atribuida desde hace tiempo al nativismo, y hemos visto que ella fue invocada para
explicar la adquisición. Ella favorece el ocasionalismo nativista, según el cual el entorno
desencadena esta maduración. Ella asimila además el lenguaje a un órgano cuyo
crecimiento es inevitable, con tal de que esté suficientemente estimulado. Uno no se
sorprende pues de ver a Pinker añadir la noción de periodo crítico a su panoplia nativista.
Strictu sensu, el periodo crítico y la maduración cerebral son dos nociones diferentes. La
hipótesis de un “periodo crítico” para la adquisición del lenguaje plantea que una lengua
sólo puede ser adquirida completamente entre dos edades; el innatismo biologicista
añade a esta hipótesis que estas edades están determinadas por la maduración del
cerebro. Esta forma de innatismo no excluye que el cerebro sea un órgano plástico: si,
por ejemplo, los niños se recuperan mejor de una lesión o de una enfermedad, es que
la madurez no ha fijado aún la organización cerebral. Es este tipo de argumento que
es invocado con mayor frecuencia por los precursores de Pinker (Lenneberg 1967, para
quien el periodo crítico se extiende desde los dos años de edad hasta la pubertad; y
210
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
anteriormente aún, Penfield & Roberts 1959, p. 257-8)122 Más que concluir, acerca de la
plasticidad, con la potencialidad inicial del cerebro, prefieren considerar que la disminución
de la plasticidad con la edad muestra el carácter ineluctable de la maduración (dado por
supuesto un estímulo mínimo): “The emergence of speech and language habits is more
easily accounted for by assuming maturational changes within the growing child tan by
postulating special training procedures in the child’surroundings.” (Lenneberg 1967, p.
138). Pero ¿equivale la “maduración del cerebro” a una maduración de la facultad del
lenguaje? ¿Por qué relacionar el periodo crítico a ésta última? Si los niños se recuperan
mejor o completamente en tanto la lesión se produce durante el periodo crítico, ¿no
sería porque las áreas del lenguaje migran con mayor dificultad después? ¿Y no migran
con mayor dificultad simplemente porque están conectadas entonces con otra áreas (en
particular primarias)?
122. Los datos de Lenneberg (1967) sobre la recuperación del lenguaje luego de una hemisferectomia izquierda fueron
reexaminados por Krashen (1973). Este reexamen condujo a Krashen a restablecer el límite superior del periodo crítico a
cinco años. Un examen detallado de los diversos argumentos de Lenneberg obliga a postular varios orígenes y términos del
periodo crítico.
211
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
más allá de este periodo; la impotencia de los niños salvajes, o privados de la exposición
al lenguaje durante este periodo, para adquirir normalmente una lengua. Los trabajos y
los casos citados están a favor unilateralmente del periodo crítico, interpretado además
como la maduración de una facultad.
Pinker (1994, p. 291) menciona en particular un estudio de Newport (1990), que retoma
de forma abreviada el estudio de Johnson y Newport (1989), buscando mostrar que el
manejo de una segunda lengua (el inglés americano en los hablantes coreanos) declina
más allá de la pubertad (parece ser el límite superior del periodo crítico). Retomando
los datos provistos por Johnson y Newport (1989), Bialystok y Hakuta (1994, p. 67-72)
suscitan varios problemas123. Todos los aspectos probados no hacen aparecer un declive
con la edad de exposición, lo que implicaría un fraccionamiento de la gramática, algunos
aspectos fueron sometidos a la maduración y otros no. Luego, el declive observado es
regular hasta una edad de exposición al inglés inferior a veinte años. Más allá de la edad
de veinte años, la correlación edad/manejo es observada pero es menos significativa y
los comportamientos son claramente más variables. Sólo los niños que llegan antes de
los siete años son la muestra de un manejo nativo. Bialystok y Hakuta anotan que estos
resultados podrían explicarse por la edad de los sujetos en el momento de la prueba: la
prueba es exigente (contiene 276 items), y podría ser sencillamente agotador para los
sujetos de mayor edad, es decir aquellos que fueron expuestos al inglés después de los
veinte años. Después, los sujetos más jóvenes aprendieron inglés en la escuela americana.
Es incluso posible que los niños expuestos antes de los siete años se comporten como
hablantes nativos porque son en efecto hablantes nativos, la proporción del coreano en
sus intercambios fue incierta.
Johnson Newport intentaron también medir (de manera aproximada) los factores de
motivación y de voluntad de identificación con la cultura norteamericana; ahora bien,
ellos encontraron una correlación positiva de estos factores con el grado de manejo del
inglés. Ellos lo excluyen con el pretexto de que, una vez controlados, la edad permanece
predictiva; ahora bien, la edad parece reflejar una determinación cognitiva o biológica,
en consecuencia, es esta determinación la que es preeminente. El procedimiento atrae
las críticas severas de Bialystok y Hakuta (1994, p. 83-4), en donde acusan a Johnson y
Newport de haber medido dichos factores de manera libre124, y de haber identificado a
priori el factor edad con una causalidad cognitiva o biológica. Como Bialystok y Hakuta
123. El lector encontrará en esta obra referencias a varios estudios cuyos resultados son inversos a los de Johnson y New-
port, es decir, indican un mejor manejo de la segunda lengua o progresos superiores a este manejo en sujetos mayores o
expuestos tardiamente a la segunda lengua. Sin embargo, estos progresos o este manejo parecen alcanzar con mayor fre-
cuencia una meseta en el adulto que en el niño.
124. Solamente tres preguntas hicieron el oficio de diagnóstico: “How strongly would you say you identify with the American
cultura?”; “Is it important to you to be able to speak English well? y Do you plan on staying in the United States?” .
212
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
lo anotan (ibid., p. 83): “age is a variable that signifies anything that correlates with
age, from biological to social development.”
En resumen, y de manera bastante irónica, si Newport cree en una declinación de las
capacidades de adquisición, ella no la relaciona con la maduración de la facultad del
lenguaje.125
Supongamos sin embargo que el periodo crítico resulta de la maduración del cerebro.
Queda por establecer que esta maduración ubica estructuras cerebrales genéticamente
predestinadas a tratar específicamente el lenguaje. Pero ¿cómo demostrarlo? ¿Debe
suponerse que más allá de este periodo crítico, los principios fundamentales de la
gramática universal son inaccesibles? Pero ¿cómo justificar que los adultos tengan
acceso, por ejemplo, al principio subyacente en una lengua segunda (White & Genesee
1992, citado por Bialystok y Hakuta 1994)? ¿Es este principio accesible solamente por
medio de la primera lengua, una vez el periodo crítico termina?
Además, la hipótesis del periodo crítico debe ser compatible con el hecho de que la
adquisición de una primera lengua pueda continuarse en la edad adulta (para una
revisión, ver Singleton & Ryan, 2004, p. 55-60).
¿Existen sin embargo pruebas más convincentes? Singleton (2005; Singleton & Ryan
2004) establece un estado del arte en donde prevalece el escepticismo; la hipótesis
del periodo crítico se interpreta de diferentes maneras, su existencia es debatida, la
definición del periodo y su delimitación varían y las causas permanecen inciertas. Sólo
daré aquí una aproximación de la extensión de las divergencias.
125. Ella plantea la hipótesis de que son las capacidades limitadas del niño las que explican su aptitud hacia el lenguaje (de
ahí su eslogan “Less is More” ): “The ‘Less is More’ hypothesis suggest, paradoxically, that the more limited abilities of chil-
dren may provide an advantage for tasks (like language learning) which involve componential analysis. If children perceive and
store only component parts of the complex linguistic stimuli to which they are exposed, while adults more readily perceive and
remember the whole complex stimulus, children may be in a better position to locate the components. (1990, 24)
213
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Vemos que los defensores del periodo crítico divergen en puntos esenciales y que las
explicaciones van de una determinación biológica a motivos de orden social y psicológico.
Es lamentable que Pinker no haya mencionado los trabajos disidentes ni provocado
estas cuestiones. Una vez más, admitir la existencia de un periodo crítico no implica que
este hay sido determinado por la maduración de una facultad específica.
Vuelvo al segundo tipo de prueba que Pinker convoca. Uno de estos casos citados,
Genie, es tan célebre (y también tan debatido) que creemos pertinente comentar algo.
Lejos, en efecto, de apoyar el nativismo, no es incluso cierto que pueda servir para
establecer la existencia de un periodo crítico.
Este caso, en lo sucesivo tan famoso como el de Victor de l’Aveyron, es mencionado por
Pinker (1994: 291-2) y regularmente citado en los trabajos que se ocupan del periodo
crítico o de los niños “salvajes”. Traeré a colación los hechos.
Genie [su nombre de pila era Susan M. Wiley, MAM] es descubierta en 1970 a la edad
de trece años en Temple City (California). Hasta esa edad, ella vivió encerrada, con
frecuencia atada a una silla de bebé o en saco de dormir, sola en una habitación,
aparentemente privada de cualquier intercambio lingüístico. Ella parecía no tener más
de seis o siete años además de sufrir de desnutrición. Poco tiempo después de su
descubrimiento, varios investigadores, en particular Victoria Fromkin y su doctorante
Susan Curtiss, se interesan en su caso. Según Curtiss et al. (1974), su exposición al
lenguaje fue nula (lo que fue negado por la madre de Genie; cf. Rymer 1993), su
padre y su hermano se dirigen a ella aullando castigándola en cada emisión vocal. Ella
adquirió sin embargo dos enunciados, nomore y stopit. Protegida por un equipo de
investigadores hasta 1977, ella se mostrará incapaz de manejar el inglés, a pesar de una
muy buena comprensión.
214
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Chelsea es sorda de nacimiento. Diagnósticada muy tarde, ella sólo pudo obtener
un aparato hasta la edad de 32 años. Como Genie, ella no pudo adquirir el inglés
correctamente.
Desgraciadamente, el caso fue escasamente documentado (Curtiss 1988) y debe ser
confrontado a otros estudios que evidencien la posibilidad de adquirir una lengua de
signos en los sordos que han comenzado su aprendizaje en diferentes edades. Si estos
estudios muestran que la precocidad de la adquisición es benéfica, muestras también
que las aptuitudes adquiridas más allá del periodo crítico son considerables (Newport
1990; Singleton&Ryan 2004, p. 43-4 para más referencias).
En conclusión, le podemos reprochar a Pinker el haber presentado la hipótesis del periodo
126. Es por eso que, en el debate sobre el periodo crítico, Lenneberg (1967) niega toda pertinencia en el caso de los niños
salvajes.
215
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Los déficits en cuestión son los desordenes específicos del desarrollo del lenguaje (TSDL;SLI
o Specific Language Impairment) y el síndrome de Williams que, tomado en su conjunto,
establecería la prueba de una doble disociación entre lenguaje y cognición (desorden
del lenguaje en ausencia de desorden cognitivo en el primer caso e inversamente en el
segundo).127 En fin, su carácter genético completaría la demostración de que el lenguaje
es una facultad específica e innata. Son por otra parte los TSDL los que permitieron
identificar el famoso gen FOXP2, perentoriamente bautizado “gen del lenguaje” o
“gen de la gramática” (Fisher et al. 1988, Marcus & Fisher 2004). Vista la importancia
de estos desordenes en el debate sobre el “gen del lenguaje”, creí adecuado presentar
a los lectores un estado de la cuestión. Volveremos al descubrimiento del gen y su
respectiva interpretación en la parte D.
127. Para una revisión de los otros casos de disociación, ver Fortis (2000).
128. Se puede exigir que el diagnóstico sólo sea planteado si la diferencia entre el QI verbal y el no verbal es suficientemente
amplio. El tamaño de la diferencia y el grado de preservación de las capacidades medidas por el QI no verbal plantean pro-
blemas (Bishop 1994).
216
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
genética. Este tipo de casos había sido mencionado por Lenneberg, bajo el nombre de
congenital language disability (1967, p. 249); Lenneberg veía allí la prueba de la herencia
del potencial lingüístico. El éxito del caso de la familia KE reside sin duda alguna en la
conjunción de un contexto ideológico (reduccionista) favorable y de técnicas de análisis
genético sofisticadas (cf. Marcus & Fisher 2003).
Una hipótesis es que estos sujetos tendrían dificultades para tratar las transiciones
rápidas de la información acústica (ver los trabajos de Tallal: Merzenich et al., 1996;
Lincoln et al. 1992), o los morfemas fonológicamente poco sobresalientes, ya sea porque
no podrían producirlos, a pesar de los conocimientos gramaticales correctos (Fletcher
1990), ya sea porque estas formas exigirían demasiado de sus recursos de trabajo para
que puedan formular hipótesis sobre sus funciones y adquirirlas normalmente (Leonard
1998). Según Joanisse y Seidenberg (1998), la ausencia de este tipo de déficit fonológico
en un sujeto TSDL no probaría que no existió una influencia en un estado de desarrollo;
aún hay que presentar la prueba.
Norbury et al. (2001) compararon entonces los sujetos afectados de TSDL con niños
que sufren de pérdida auditiva de origen neurosensorial (PANS) con el fin de comparar
sus desempeños en una tarea gramatical (formación de pasados regulares e irregulares,
concordancia con la forma terminada). Los resultados están en detrimento de los
sujetos con TSDL; no obstante, muestran también que una tercera parte de los niños
PANS tienen desempeños similares a los de los sujetos con TSDL, y que por otra parte,
en todos estos niños, la frecuencia y la complejidad fonológica de los verbos están
relacionadas con su tratamiento morfosintáctico; en fin, el vocabulario, la repetición de
las no-palabras y el recuerdo de oraciones constituyen todos los dominios en donde los
desempeños de estos dos grupos están afectados.
Siguiendo este eje de investigación, Norbury et al. (2002) encontraron que los
desempeños de los sujetos TSDL no eran comparables con los de los niños que sufrían
129. La derivación podría ser afectada también, pero se le han consagrado pocos estudios. Se ha constatado que los compor-
tamientos de los sujetos que padecen TSDL son heterogéneos; por ejemplo, algunos derivan regularmente los compuestos
del tipo rat-eater/mice-eater, otros no (Van del Lely 2003:121 y siguientes).
217
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
de pérdida auditiva. Pero pusieron en evidencia también una correlación entre el TSDL
gramatical y la memoria fonológica a corto plazo, así como un débil grado de asociación
entre desempeños relacionados con diversos fenómenos gramaticales (comprensión
de las anáforas y de los reflexivos, pasivos, concordancia verbal, marca de tiempo). Si
la teoría perceptiva era puesta en duda por este estudio, el carácter especìficamente
gramatical de la alteración también lo era.
Sin embargo, y contrariamente a la hipótesis de que el déficit de los sujetos TSDL tendría
que ver con las reglas gramaticales, Vargha-Khadem et al. (1995) mostraron que los
verbos regulares podrían dar lugar a mejores desempeños que los verbos irregulares.
Ullman y Gopnik (1999) replicaron que la aplicación de reglas de formación por los
sujetos TSDL era, ya sea consciente y escolar, ya sea ausente, los sujetos memorizaban
simplemente las formas flexivas sin efectuar la flexión. Pinker, que hace eco de esta
controversia (1999b, páginas 277 y siguientes) se inclina por la hipótesis de que los
sujetos con TSDL aprendian de memoria las formas flexivas sin poder aplicarlas reglas
de manera automática.
Los sujetos TSDL producen también oraciones cuyo orden de palabras es anormal: así,
sujetos TSDL alemanes abusan del verbo en posición final en las proposiciones principales
(Clahsen & Hansen 1997). Pero según los autores, la concordancia verbal estaría aún
en juego: la posición secundaria del verbo sólo estaría asegurada por los verbos cuyos
sujetos manejan la concordancia (los auxiliares, los verbos modales, algunos imperativos
y verbos en –t); las formas injustificadamente marcadas como infinitivos serían, como
los infinitivos correctos, relegados en posición final; el déficit provendría pues de una
dificultad específica en el tratamiento de la concordancia.
Otras observaciones indican dificultades de orden diferente: los principios A (sobre las
218
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
anáforas) y B (sobre los pronombres) del ligamiento no son respetadas por algunos
adolescentes TSDL; éstos evitan la recursividad al interior de NP y XP en la etructura
NP V XP u omiten argumentos subcategorizados obligatorios, como en “The dog was
poking [his head] in [-to the jar]” (Van der Lely 1997).
Estas dificultades morfosintácaticas se extienden a veces a la comprensión: Bishop
observó a niños con TSDL interpretando the boy is chased by the dog como si the boy
fuera el agente y the dog el paciente (Bishop et al. 2000). Otros estudios muestran que
los pasivos son interpretados con frecuencia de manera adjetival (‘es comido por X’
siendo entendido como ‘fue consumido’; Bishop et al. 2000).
Frente a esta variedad de alteraciones, algunos investigadores (Van der Lely y en especial
Bishop) intentaron dividir a los sujetos de TSDL en subgrupos, con el fin de aislar entre
ellos los casos “puros” de déficit gramatical (que proceden, en su hipótesis, de un
tratamiento imperfecto de las relaciones de dependencia sintáctica130). Si estos casos
parecen indicar (ver el artículo citado de Van der Lely 1997, para un estudio individual;
Van der Lely 1998), su rareza, y el carácter parcial y desigual de las alteraciones, favoreció
la emergencia de una explicación no “modular” del déficit que pone de relieve los
problemas cognitivos.
Por último, otros estudios ponen de manifiesto una reducción de los recursos atencionales
y de las capacidades de tratamiento de niños con TSDL en condiciones particulares.
Sometidos a una interferencia en el momento de una tarea de categorización, algunos
niños con TSDL reaccionan con mayor lentitud. El aumento de la rapidez de presentación
de estímulos o de motivos visuales tiene, sobre los sujetos con TSDL, un efecto más
negativo que para los otros niños (Johnston, 1997; Fazio, 1998); la memorización de
palabras, particularmente cuando implica una categorización de sus referentes en más
de una dimensión, es perturbada, lo que sugiere un déficit de la memoria de trabajo
(Montgomery, 2000). Es claro que las construcciones que Van der Lely ha mostrado que
planteaban problemas (por ejemplo, las que contenían anáforas o reflexivos) exigen
capacidades de memoria de trabajo más importantes, o podrían ser tratadas para aliviar
esta memoria (cf. la interpretación “adjetival” del pasivo). En síntesis, a propósito de los
miembros afectados de la familia KE, Vargha-Khadem et al. (1995) señalan la dispraxia
buco-facial concomitante con la alteración “gramatical”.
130. Ubicándose en el marco del programa minimalista, Van der Lely (2003, 2005) analiza la marca del tiempo como una rela-
ción de dependencia entre el rasgo Tiempo en el núcleo Infl y el verbo, que se desplaza en Infl para verificar el rasgo Tiempo.
En el caso de TSDL gramatical, el principio de movimiento obligatorio de V a Infl en caso de verificación de un rasgo V haría
falta. Esas son pues todas las relaciones de dependencia y pueden entenderse como la participación de un movimiento en
donde se verían afectadas. Vemos que esta teoría atrapa al programa minimalista con el fin de ofrecer una explicación unitaria
a los problemas de concordancia, de marcación del tiempo o del caso, del movimiento de los argumentos (en la producción y
la comprensión de los pasivos), de la formación de las preguntas& (ver Van der Lely 2005 para una presentación pedagógica
de su hipótesis).
219
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Los TSDL ven pues dos escuelas que se oponen: la teoría “no-modular” y la teoría
“modular”.
Los defensores de la teoría modular insisten en la heterogeneidad de las formas de TSDL
y sobre la existencia, entre estos TSDL, de un déficit gramatical independiente de (o
no sistemáticamente relacionado con) otras alteraciones no gramaticales. No obstante,
este déficit “gramatical” está en sí mismo fraccionado: los comportamientos de los
sujetos son desiguales, ya sea que se trate de morfología verbal o de orden de palabras,
de concordancia o de pasivo etc.
Los defensores de la teoría modular subrayan que la fonología, o el tratamiento
rápido de la información influencian los comportamientos, incluso cuando se trata de
morfología, y que estos factores han podido perjudicar la adquisición de la gramática.
La existencia de déficits cognitivos asociados, como una reducción de la memoria a
corto lazo, deja suponer que el carácter específicamente lingüístico de la alteración no
ha sido establecido.
Finalmente, un último problema no ha sido abordado por Pinker, aunque sea crucial:
¿De dónde provienen las capacidades lingüísticas intactas de los sujetos TSDL? Para
estas capacidades, la cuestión de lo innato permanece abierta.
El síndrome de Williams (SW) asocia sobretodo un retardo mental, una cardiopatía, una
dismorfia facial con una hipersociabilidad y buenas capacidades lingüísticas. El síndrome
es causado por anomalías en varios genes.
El Q.I. medio es aproximadamente de 55 (Bellugi et al. 1992, 1993, 2000). Los sujetos
pueden ser incapaces de atar los cordones de sus zapatos, de utilizar un cuchillo o una
escoba, de lograr tareas piagetianas de serie o de conservación, de reproducir a través
del dibujo algún objeto, animal o figura geométrica compuesta de subpartes (ellos se
enfocan en el elemento en detrimento de la forma global), de encontrar su camino, de
contar, de aparear líneas con una misma orientación.
Sobretodo, las capacidades visuoespaciales son tan mediocres a tal punto que se ha
podido sugerir (Bellugi et al. 1991) la descripción del síndrome como una disociación de
estas capacidades y del lenguaje. Los dibujos de los SW evocan sorprendentemente los
de algunos agnósicos visuales (ejemplo: las ventanas de una casa son dibujadas al lado
del techo y no debajo de él; Bellugi et al. 2000).
El reconocimiento de los rostros es excelente (pero no procede según lo normal y parece
220
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
resultar de un desarrollo atípico; ver Karmiloff-Smith et al. 2003 para una revisión). Los
sujetos hacen gala de una gran sensibilidad al ruido (hiperacusia), muchos tienen un
oído perfecto y un talento y un gusto por la música.
Pero son sus capacidades lingüísticas las que le han valido entrar en el debate del
nativismo. En efecto, su “don” lingüístico apareció como una confirmación que la
facultad del lenguaje está disociada de la cognición. Así pues, Pinker (1994, p. 55)
afirma: “Las pruebas de laboratorio han confirmado la impresión de que estos niños
tienen una buena competencia gramatical. Comprenden y construyen oraciones
complejas según el nivel correspondiente de edad”. Esta apreciación positiva se
repite en Words and Rules (1999a, p. 261): “Su habla es gramaticalmente compleja
y claramente sin errores.”
De hecho, los sujetos SW tienen una gran propensión a comunicar, y comunicar con
facilidad: su discurso posee una rica morfología, tanto inflexional como derivativa,
pasivos (reversibles o no), relativas completivas, hipotéticas (y de los contrafactuales
imposibles). Su memoria fonológica es excelente (Karmiloff-Smith et al. 1997). Tienen
el gusto por las palabras raras; en una tarea de fluidez categorial, un sujeto a quien se le
ha sometido la categoría animales responde: “unicornio, yak, ibex, búfalo mojado…”
Estas palabras se emplean en ocasiones de manera impropia (“I have to evacuate
[=empty] the glass”, Bellugi et al. 2000:13). Las acepciones de un homónimo son con
frecuencia activadas de la misma manera que en los sujetos normales (ibid.: 14). Ellos
pueden mostrarse incapaces de formar lazos taxonómicos.
Sus narraciones respetan menos la unidad temática que el esquema de relato de los
sujetos normales, pero están llenas de afecto (interjecciones, entonación, etc.), de
llamadas para obtener la atención del interlocutor y de puntos de vista personales, lo
que podría ser un reflejo de su hipersociabilidad (Bernicot et al. 2003).
221
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
2003, Rubba & Klima 1991) y con rarezas lexicales, los sujetos SW presentan también
anomalías “gramaticales” o en la interface de la semántica y de la sintaxis. Ellos no
perciben errores de valencia en el momento en que el contexto semántico los hace
interpretables (como en “The burglar was terrified. He continued to struggle the dog
but he couldn’t break free”; Karmiloff-Smith et al. 1998). Su comprensión de numerosas
estructuras no está exenta de errores; estos son masivos cuando se les somete estructuras
tales como “the boy the dog chases in big” o “the box but not the chair is read”
(Karmiloff-Smith et al. 1997). Otro estudio muestra que los SW (incluyendo los adultos)
tratan las proposiciones relativas en un nivel cercano al de un niño de 5 años, mientras
que su vocabulario es mesurado como el de un niño de 9 años; algunas construcciones
son particularmente difíciles, en primer lugar las del tipo The book the pencil is on is
red, en donde el constituyente relativo tiene una función diferente que como sujeto
en la relativa y en donde el pronombre relativo está ausente, lo que sugeriría una
mayor dependencia que lo común con respecto a la marca explícita de las funciones
gramaticales (Grant et al. 2002).
¿Cómo explicar este retardo, mientras que la sintaxis (o la competencia como afirma
Pinker) parece ser un punto fuerte? Otros estudios no hacen más que acrecentar nuestra
perplejidad.
Así, la sensibilidad de los índices que permiten adivinar el género de una palabra
o de una no-palabra es ampliamente inferior a la de los sujetos normales de edad
mental equivalente o inferior. Su respeto por las reglas de concordancia parece cada
vez más aleatorio que recae en varios elementos (ejemplo: “sous la fourmi vert”
[bajo el hormiga verde]; cf. Karmiloff-Smith et al. 1997), o en no-palabras provistas
por el experimentador y cuyo género es inesperado (por ejemplo “un bicrono” o
“una plichon”) es sin embargo notable que los SW repiten correctamente las no-
palabras con mayor frecuencia que los sujetos normales. Es que no buscan asimilar
una n-palabra a una palabra conocida ni solicitan clarificación sobre la no-palabra
escuchada, contrariamente a los niños normales.
Estas dificultades en el orden de la morfología y de la sintaxis parecen estar cerca
de un buen manejo de las flexiones verbales, sobretodo regulares (en inglés; cf.
Bromberg et al. 1994). No obstante, sobre este aspecto de la morfosintaxis, la
variabilidad intersubjetiva es considerable y algunos índices hacen pensar que los
SW funcionan de manera diferente a los sujetos normales (Karmiloff-Smith et al.
2003). Según Clahsen y Almazan (1998), los verbos irregulares son más difíciles
de manejar que los verbos regulares. La estrategia de los modularistas es el de
fraccionar la gramática y de imputar los errores a un déficit de la memoria asociativa
(probabilística) o a las idiosincrasias lexicales, mientras que la morfología regular,
que se supone representa el núcleo computacional de la gramática, estaría intacta
(Clahsen & Almazan 1998 sólo han examinado cuatro sujetos, adolescente todos
y cuyos desempeños con verbos regulares están por encima del promedio). Pero
222
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Según Clahsen y Almazan (1998), esta prueba estaría dada por el hecho de que los
SW son sensibles a diferencias estructurales presentes en la gramática “normal”. Por
ejemplo los SW denominadores por medio del morfema de pasado regular (-ed) pero
regularizan con menos frecuencia los demás verbos; o aún, respetan los principios A, B
y C del ligamiento.
131. La modelización conexionista es utilizada con frecuencia para mostrar que hay alternativas al modularismo; o más exac-
tamente, que hay que cuidarse en caracterizar la causa de un déficit selectivo como una lesión del módulo que se ocupa de las
informaciones faltantes. Este tipo de modelización explora la posibilidad de que un déficit analizado en términos de represen-
taciones y procesos de un cierto nivel (gramatical por ejemplo) puede ser causado por una lesión que afecta las representacio-
nes y procesos de nivel inferior (fonológico por ejemplo) o superior (semántico), Pinker rechaza estos modelos argumentando
que no logran representar la noción de variable, que es crucial para implementar reglas (1999a; Pinker y Prince 1988).
223
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
“Brain volume, brain anatomy, brain chemistry, hemispheric asymmetry, and the
temporal patterns of brain activity are all atypical in people with WS. How could the
resulting cognitive system be described in terms of a normal brain with parts intact and
parts impaired, as the popular view holds?”
132. Para probar la teoría de la mente del niño, se le muestra por ejemplo dos muñecas: una sale, la otra en ausencia de la
primera, desplaza un objeto de un lugar oculto a otro; se le pide al niño decir, cuando la primera muñeca regrese, dónde debe
buscar el objeto. Si el niño indica el último lugar de ocultamiento, ha fracasado; en caso contrario, se deduce que posee una
representación de la creencia del otro.
224
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
La hipótesis más seductora sería probablemente que los sujetos SW consagran más
sus recursos memorísticos para el aprendizaje ejemplares que a la extracción de las
reglas (o de construcciones abstractas) sistémicas, en particular cuando descansan en
factores múltiples, no deterministas (como es el caso en francés, para la indicación
del género a partir de la terminación). Karmiloff-Smith et al. (1997) especulan que
la atención excepcional dada por los SW a la comunicación implicaría un desarrollo
cerebral particular: “If we recall that the brain undergoes a lengthy period of postnatal
development that is influenced by environmental factors, then more of the WS brain
may end up specializing in language and faces than in other cognitive domains.
Furthermore, evidence suggest that the more representational space devoted to
a particular domain of learning, the less need there is for extraction of abstract
regularities and improvement of generalization, because there are ample resources
for rote learning” (1997:257).
225
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
holistic input. With time such a mechanism would become progressively dedicated to
processing say, sequentially presented linguistic input.”
Las disociaciones del tipo de SW podrían mostrar que las capacidades cognitivas
requeridas para el aprendizaje del lenguaje son inferiores a lo que se hubiera creído
(teniendo en cuenta la complejidad de la teoría de la Rección y el Ligamiento por
ejemplo), pero no muestran que son inertes.
No se puede acudir a la ayuda de los otros casos de niños mentalmente retardados que
gozan si embargo de un buen nivel lingüístico (pero subnormal). En efecto, estos niños
tienen de alguna manera, una edad mental que, por limitada que sea, corresponde
a la edad mental en la cual los niños normales adquirieron capacidades lingüísticas
importantes (Bates 1997; Karmiloff-Smith 1998; Fortis 2000). Por ejemplo, el QI de los
SW corresponde a una edad mental al menos equivalente a los cinco años, edad en la
cual los niños normales han adquirido una parte significativa de su lengua. Un nativista
como Pinker objetaría posiblemente que este aprendizaje no puede de todas formas
descansar en las capacidades cognitivas generales. Pero como esta última afirmación
está por probarse, el argumento del SW es inútil.
D. El “gen de la gramática”
El descubrimiento del “gen del lenguaje” hizo pasar a Chomsky de lingüista a profeta.
La terminología genética se propagó: se habla de portadores de lenguaje deficiente
(bad language carriers, Gopnik 1996) o de mutación precipitando la “modernización”
del lenguaje (Paabo, citado por Wade 2002). ¿Qué puede decirle el torpe al lector
perplejo? Me limitaré a resumir lo que mi actitud congénita hacia la genética me ha
permitido seleccionar.
226
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
En 1998, se piensa aislar el gen responsable (Fisher et al. 1998). Se trata de una proteína mutada,
llamada FOXP2.133 Esta proteína es un factor de transcripción que controla verdaderamente
una cascada de interacciones con otros genes; encontramos versiones semejantes con otros
mamíferos, pero se asegura que este hecho no impide de ninguna forma que FOXP2 tenga
un lazo con el lenguaje, ya que las estructuras genéticas pueden ser reclutadas por procesos
que construyen otros sistemas neurológicos (Marcus & Fisher 2004).
La interpretación hecha por Pinker del descubrimiento del gen FOXP2 deja discernir una
posición bastante ambigua. El comienza advirtiéndonos que el gen podría no codificar
nada específicamente lingüístico:
“In fact, it is possible that the normal version of the gene does not build grammar
circuitry at all. Maybe the defective version manufactures a protein that gets in the way
of some chemical process necessary for laying down the language circuits. Maybe it
causes some adjacent area in the brain to overgrow its own territory ordinarily allotted
to language.” (1994: 324).
En este pasaje, Pinker parece reconocer que el camino que lleva del gen a la “gramática”
puede ser cambiado y que, en consecuencia, queda por saber si el gen fabrica bien la
estructura X’ o las categorías lexicales.134 En efecto, el elemento que, siendo alterado,
133. FOX por forkhead box: Las proteínas forkhead son un conjunto de factores de transcripción que la evolución ha rela-
cionado y que aseguran funciones muy diversas influenciando la diferenciación y la proliferación celulares, la formación de
modelos y la transmisión de señales. Varias de estas proteínas intervienen en la regulación del desarrollo del embrión en
crecimiento, y algunos desempeñan igualmente papeles diferentes en tejidos adultos, por ejemplo controlando el metabolis-
mo. El primer miembro descubierto en este grupo forkhead de factores de transcripción era un gen esencial para la formación
de estructuras terminales en los embriones drosófilos y el nombre forkhead (cabeza de tenedor) proviene de las estructuras
espiculadas inhabituales observadas en los embriones de la mosca después de las mutaciones de este gen original. La ca-
racterística común de las proteínas FOX es la forkhead box, es decir, la pequeña cadena de 80 a 100 ácidos amínidos que
conforman un motivo que se une al ADN. Este dominio que liga el ADN es un elemento capital que le permite a las proteínas
FOX regular la expresión de genes destino (aunque otras partes variables de cada proteína sean igualmente importantes).
En la familia KE, es el dominio que liga al ADN del FOXP2 que mutó en los sujetos afectados por los problemas del habla y
del lenguaje (Marcus & Fisher 2004, p.6). NdE: Para más detalles, ver en este volumen las contribuciones de los profesores
Longa, Di Sciullo et al., y Benítez Burraco.
134. Por gramática , se debe entender aquí las categorías lexicales, estructura X´ , las funciones gramaticales, los principios
que restringen el movimiento, los roles temáticos, el repertorio de las reglas posibles de los parámetros de estos elementos,
por ejemplo la regla del sujeto nulo para la función gramatical de sujeto, el repertorio de los rasgos universalmente pertinentes
para las categorías lexicales, por ejemplo el tiempo, el aspecto y la modalidad para los verbos).
227
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Sin embargo, estos problemas no detienen a Pinker quien añade un poco más
adelante:
“The syndrome [= TSDL] shows that there must be some pattern of genetically guided
events in the development in the brain (namely, the events disrupted in this syndrome)
that is specialized for the wiring in of linguistic computation.” (ibid.)
No obstante, nada permite establecer un lazo directo entre el gen y, por ejemplo, la
teoría X’, que hace parte, según Pinker, de la linguistic computation. Como lo muestra
Auroux (2006, p. 84): “Observaremos simplemente que entre la idea general, aceptada
por todos en cuanto a que resulta banal y ampliamente confirmada desde Broca, según
la cual hay necesariamente un sustrato biológico al lenguaje humano y, la hipótesis
según la cual hay genes específicos que explican tal o cual rasgo particular de una
gramática, hay un abismo científico.”
Además, el hecho de que otros déficits acompañen el TSDL no tiene consecuencias para
Pinker. Más que considerar que el gen entra en una serie compleja de interacciones
de las cuales algunas tienen como resultado un TSDL, él piensa que el gen codifica un
conjunto de comportamientos, entre los que se cuenta los que están asociados por
azar: “A single gene rarely targets a trait exactly, and SPCH1 [=el locus del gen] is no
exception. Its effect is more like a sloppy brain lesion tan a surgical excision of a single
organ.” (1999a, p. 257).
A este enfoque descuidado del problema de los déficits asociados, se le opondrá la
concepción de Karmiloff-Smith, quien busca explicar los efectos del gen defectuoso
por una secuencia de interacciones que aparecieron abruptamente en el curso del
desarrollo:
“the neuroconstructivist approach predicts that because of the way genes interact in
their developmental expression, we should seek co-occurring, more subtle impairments
which might have nothing to do with language. In fact, it has been shown that people
with language-related deficits, such as SLI or dyslexia, often display an impairment
(albeit lesser) in various forms of motor control such as balance.” (1998, p. 392)
228
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
En síntesis, la naturaleza del gen incriminado (es decir el hecho de que sea un factor de
transcripción), los síntomas asociados, el fraccionamiento de las alteraciones lingüísticas
asociadas a la mutación, y las controversias sobre el origen de los TSDL deberían invitar
a la mayor prudencia sobre el papel de este gen.
Pero lo importante es que un gen existe, el campo nativista no tardó en apropiarse de esto
para especular sobre los orígenes del lenguaje, no sin algunas disensiones internas. Es así
que Pinker y Jackendoff (2005) se sirven del FOXP2 para contradecir la idea, defendida por
Chomsky (Hauser et al. 2002), que el “centro” de la facultad del lenguaje provendría de una
mutación que habría vuelto la capacidad del cálculo recursivo plurifuncional (y adaptable al
lenguaje). Pinker y Jackendoff (2005, Pinker 1997) insisten en el hecho que el lenguaje es una
aptitud compleja (perceptiva, sintáctica, semántica), irreductible a la recursión, y seleccionada
por la evolución por sus ventajas adaptativas. La recursión sería más una solución descubierta
en el curso de esta evolución. El conflicto actualiza diferentes concepciones sobre el lenguaje,
oponiendo la austera simplicidad del programa minimalista y de las teorías de la arquitectura
más compleja, como la de Jackendoff (2002). Revela igualmente, una visión más pesimista
de la finitud humana en Chomsky.135
Esperamos con circunspección lo que emergerá de esta confluencia entre el nativismo
y las investigaciones actuales sobre el origen de las lenguas.136
Conclusión
135. Si la recursión de donde procede el lenguaje, es el producto de una sola mutación, no ha podido ser prestada a un
dominio diferente al lenguaje ni trabajada (bricolée) para responder a las necesidades de comunicación. La finitud de la cog-
nición humana es un tema que se encuentra por ejemplo en Chomsky (1981).
136. Ver Hombert et al. (2005) para una presentación de este programa, para una crítica, ver Auroux (2006) y Rastier (2006).
137. Y asociado también a un lenguaje mental innato pero según modos que no son caso clarificados en el Instinto del Len-
guaje (que es por otra parte, hasta donde conozco, el único texto de Pinker en donde desarrolla la noción de lenguaje mental).
La interface conceptos/sintaxis es tratada por Pinker en su libro de 1989, pero con un enfoque sensiblemente diferente al del
Instinto del Lenguaje. El estatus de las estructuras semánticas en la teoría lingüística de Pinker y sus argumentos a favor de
un lenguaje mental son cuestiones tan distintas, pero imbricadas que no pude examinar aquí.
229
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Cada etapa de este razonamiento es discutible. Queda por probar que el lenguaje se
reduce a su sustrato biológico. Hemos visto que los argumentos de la adquisición y de las
disociaciones no permitían establecer lo innato de una Gramática Universal, y que quedaría
por determinar el contenido exacto de las aptitudes que se heredan. En resumen, y no
hemos podido tratar aquí este aspecto del razonamiento, ¿por qué la validez universal de la
teoría lingüística permitiría deducir de ella su realidad biológica?
Como Chomsky, Pinker quiere mostrar que la teoría lingüística es verdadera, porque
ella es real, es decir, realizada en el cerebro humano. Esta noción de realidad parece
estar reducida a la de la cosa física (o biológica) individualizada en el espacio-tiempo. La
idea de que el lenguaje tenga como modo de existencia el de un sistema colectivo le es
manifiestamente extraño. En este sentido, su ontología es ingenua.
Resulta de esta visión del lenguaje que demostrar la verdad y la universalidad de una
teoría es asegurar al mismo tiempo la realidad biológica de esta teoría. Y es así que
Pinker procede en el Instinto del Lenguaje ya que él identifica allí los universales en el
plan de la organización biológica de la facultad del lenguaje. Explica por ejemplo que
la función del sujeto gramatical es innato ya que es universal (1994, p. 236-8). Los
tipólogos se sorprenderían de esta reducción. Hasta donde conozco, la noción de sujeto
es compleja, y recubre un conjunto de rasgos diversamente realizados en las lenguas del
mundo (Keenan 1976; Schachter 1976; Van Valin y LaPolla 1997). Sobre este punto, el
género de la ciencia popular sirve para simplificar los problemas y quemar las respectivas
etapas. El lector habrá observado sin duda que mi examen contiene otras lagunas.
Hice brevemente alusión al argumento de la criollización y mencionar dos estudios
que apuntaban a su fragilidad. No pude discutir estudios sobre la lengua de señas
nicaragüense, que parece haber sido creada por los niños, ni otros casos de aprendizaje
atípico brevemente citados por Pinker. Sobre la lengua de los signos nicaragüense, el
lector podrá remitirse a Cuxac (2005), quien muestra que las aserciones de los nativistas
están sujetas a dudas. Los casos de construcción de sistemas lingüísticos en ambientes
aparentemente pobres son discutidos en Fortis (2008).
Los elementos de prueba que no pude examinar aquí no permiten, eso creo, llevar
nuestra adhesión al nativismo lingüístico. Otros estudios han logrado suplir las
deficiencias de este o vendrán seguramente a completarlo. El más seguro auxiliar de los
empiristas es probablemente un nativista contemporáneo, cuya radicalidad solo podrá,
eso supongo, suscitar controversias y réplicas. Temo que las afirmaciones recientes de
Pinker sobre el origen genético de la superioridad intelectual de los judíos askenazis o
de la superioridad de las aptitudes matemáticas masculinas no contribuyen en nada a
apaciguar la discusión.138
Veresión Española de Miguel Angel Mahecha Bermúdez
138. Los textos a los cuales hago referencia aquí son Pinker (2006) y Pinker (2005). Pueden consultarse en el sitio
http://pinker.wjh.haarvard.edu/articles/index.html
230
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
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245
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Factores externos tales como las guerras mundiales produjeron resultados tanto
positivos como negativos en la sociedad humana. Uno de los resultados positivos
que más se destaca es el conocimiento de la constitución y funcionamiento cerebral
a partir de las lesiones de los pacientes que abría un camino vasto para comprender
la cognición humana, es decir, lo que se ha buscado es determinar la correspondencia
entre el estudio experimental del cerebro (a cargo de la neurociencia) y las teorías de los
estados mentales (lo aportado por las demás ciencias cognitivas: inteligencia artificial,
lingüística, psicología cognitiva, filosofía de la mente, antropología). El conocimiento
de la intrincada red cerebral es uno de los propósitos de la ciencia (específicamente la
ciencia cognitiva) del siglo XXI.
141. Sobre este tema, consúltese dos libros clásicos, La estructura de las revoluciones científicas de Thomas S Kuhn y La
formación del espíritu científico de Gaston Bachelard.Los artículos de la revista de epistemología de ciencias sociales, Cinta
de Moebio, www.moebio.uchile.cl se ocupan de este aspecto. De igual forma, véase el artículo de Leonardo Díaz, El concepto
de paradigma: polisemia, ambigüedad y delimitación, disponible en: http://revistaparadigmas.com/pdf/no2/2leonardo_diaz-
concepto_paradigma.pdf . A más de esto, en el libro Une introduction aux sciences de la culture (Rastier-Bouquet, 2002) se
recoge toda una reflexión epistemológica sobre la clasificación de las ciencias y la pugna entre (i) ciencias duras y ciencias
blandas y (ii) ciencias de la naturaleza y ciencias de la cultura. Sobre éstas últimas consúltese también Cassirer 2005.
142. Esa ha sido una tendencia de orden extradisciplinar: determinar la fecha en que un campo del saber nació . Para el
caso de la lingüística tenemos ejemplos muy sugerentes: para algunos estudiosos, la lingüística nace en el siglo XIX; para
otros, es sólo en el siglo XX tras la publicación del Curso de lingüística general (CLG). Para el caso de la Psicolingüística se
tomó como punto de partida el Seminario de Indiana en 1953, en donde lingüistas y psicólogos compartieron ideas bajo la
dirección de Charles Osgood y Thomas Sebeok. En lo concerniente a la sociolingüística, se afirma que nació en 1964 cuando
William Bright reunió en la UCLA a especialistas que se interesaban en las relaciones entre lenguaje y sociedad, etc. En la
Mesa redonda final del Coloquio de sociolingüística de Rouen 1978, se discuten estos detalles.
246
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
143. Ver los capítulos 2 y 3 de la Introducción del Curso de lingüística general. De igual forma, consúltese los ítems 2c Na-
turaleza del objeto en lingüística, 3a [Enfrentarse al objeto], 6a [Reflexiones sobre las operaciones del lingüista] que hacen
parte de los Écrits de linguistique générale de FdS. Finalmente, vale la pena considerar la siguiente citación de la profesora
R. Kyheng, 2006 quien tiene una opinión bastante particular al respecto: « Le langage est, certes, un phénomène complexe
qui suppose une pluralité de points de vue qui ont tous leur raison d’être. Ainsi, le point de vue selon lequel le langage est une
faculté humaine est parfaitement acceptable et défendable dans les sciences dont l’objet exige une observation de diverses
facultés de l’homme telle que la neurologie, la psychologie, la psychopathologie, etc. Bien que les données linguistiques,
parallèlement à d’autres types de données, aient souvent servi d’observables à ces sciences, la linguistique elle-même ne
fait pas partie des sciences qui étudient les facultés de l’espèce humaine ; en d’autres termes, la question de la faculté de
langage n’est pas pertinente pour la linguistique ; la linguistique se contente de considérer cette faculté comme acquise et se
consacre à la théorie du langage à travers l’étude de ses diverses manifestations que sont les langues et leurs textes. » (Las
cursivas son nuestras).
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Definición 1145: El término ‘ciencia cognitiva’ se usa a veces para el estudio empírico de
las capacidades cognitivas (la visión, el lenguaje, el razonamiento, etc., componentes de
la ciencia de la naturaleza humana que puede no ser una disciplina unitaria); y a veces se
refiere a la reflexión sobre la naturaleza de la mente.
Definición 2146: La ciencia cognitiva, en cuanto tal, intenta constituirse como ciencia natural
de la mente. Su propósito puede entenderse como el de la construcción de una teoría de
los fenómenos mentales que permita elaborar explicaciones que sean aceptables para un
enfoque naturalista de las propiedades de la mente.
Definición 6150 [Ciencias cognitivas] es el término que se usa para indicar que el estudio
de la mente es en sí mismo una empresa científica valedera. Las ciencias cognitivas aún no
están establecidas como disciplina madura. Aún no se ha convenido su rumbo ni existen
144. Tenemos así a lingüistas, psicólogos, neurocientíficos, filósofos, biólogos, antropólogos, ingenieros, etc.
145. Noam Chomsky, 2004, 165.
146. Juan José Botero et al., 2000, 11.
147. Pierre Jacob, 2000, 206.
148. Howard Gardner, 1988, 21.
149. Jacques Mehler et Emmanuel Dupoux, 2002, 8-9.
150. Francisco Varela et al., 1997,23.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Definición 7151: Las ciencias se suelen especificar por su objeto de estudio y/o por su
forma de abordar dicho objeto. El rasgo que comparten las ciencias cognitivas es el de
que tienen como objeto de referencia la cognición, es decir, el conjunto de capacidades
que exhiben determinados sistemas –naturales o artificiales- para comportarse de
manera inteligente. En este sentido, se ha llegado a hablar de ciencia cognitiva (en
singular), como empresa común en la que convergen los intereses de distintas disciplinas
y que, bajo un mínimo de supuestos compartidos y un máximo de colaboración, aspira
a esclarecer los enigmas planteados desde antiguo sobre el conocimiento y la capacidad
de conocer, y sobre sus capacidades asociadas (percibir, aprender, saber y recordar,
resolver problemas, decidir, planificar, informar, dirigir la acción, etc.). En la medida
que dichas capacidades se ejemplifican de modo prototípico en la mente humana, la
ciencia cognitiva aspiraría, en último término, a determinar la naturaleza de la misma,
sus propiedades, su estructura y funcionamiento.
Definición 8152: La ciencia cognitiva es una disciplina creada a partir de una convergencia
de intereses entre los que se persiguen el estudio de la cognición desde diferentes puntos
de vista. El aspecto crítico de la ciencia cognitiva es la búsqueda de la comprensión de
la cognición, sea ésta real o abstracta, humana o mecánica. Su meta es comprender los
principios de la conducta cognitiva inteligente. Su esperanza es que eso nos permita una
mejor comprensión de la mente humana, de la enseñanza y aprendizaje, de las habilidades
mentales y el desarrollo de aparatos inteligentes que puedan acrecentar las capacidades
humanas de manera importante y constructiva.
De estas definiciones podemos colegir que, si bien la ciencia cognitiva no es aún un complejo
teórico completamente unificado, es el intento por demostrar cuál es la correspondencia
entre las diversas teorías de la mente humana y sus posibles correlatos físicos. Para cada
una de las disciplinas que constituyen el ámbito de la ciencia cognitiva hay un objeto
de estudio153. Se han propuesto teorías computacionales así como neurobiológicas.
Probablemente uno de los campos de la ciencia cognitiva, la neurociencia, podrá entregar
resultados más tangibles en un futuro próximo haciendo eco a lo propuesto por Oliver
Sacks en 1993: “Si queremos tener una teoría de la mente tal y como opera realmente
en los seres vivientes, tiene que ser radicalmente distinta a cualquier teoría inspirada en la
computadora. Tiene que fundarse en el sistema nervioso, en la vida interior de la criatura
viva, en el funcionamiento de sus sensaciones e intenciones…en su percepción de los
objetos, gente y situaciones […] en la habilidad de las criaturas superiores para pensar
151. José F. García Albea. Prólogo a la edición española de la Enciclopedia MIT de Ciencias Cognitivas, página xxxi.
152. Donald Norman, 1987, 13.
153. Véase Gardner, 1988, 58-59, Bouquet, 2002, 11-35 y Varela, 1997, 28-36, y el texto de Rastier aquí mismo.
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
154. Making up the mind , en The New York Review of Books, 8 de abril.
155. Se retoma, amplia y precisa lo presentado en el artículo de Mahecha 2008b.
156. En los manuales de lingüística, así como en los cursos introductorios, se maneja la idea de que la lingüística como ac-
tividad coincide con la creación del término. El resumen de esta postura la encontramos en Grammont (citado por Chomsky,
1969,13): “Todo lo anterior al siglo XIX, al no ser todavía lingüística puede despacharse en unas líneas.” En nuestro trabajo
consideramos lo contrario y compartimos el pensamiento de Paul Miclau (1970, P. 6): « La linguistique générale est aussi an-
cienne que la philosophie: en tout cas le rapport entre la langue et la pensée a préoccupé les philosophes depuis l’Antiquité.
Mais ce n’est qu’après l’élaboration au début du XIXe siècle de la linguistique scientifique que l’on peut parler d’une théorie de la
langue directement liée à son objet. » En la misma dirección apunta Jespersen (1969, p. 19): “THE science of language began,
tentatively and approximately, when the minds of men first turned to problems like these: How is it that people do not speak
everywhere the same language? How words were first created? What is the relation between a name and the thing it stands for?
Why is such and such a person, or such and such a thing, called this and no that?” Finalmente podemos afirmar, siguiendo a
Benveniste, que la lingüística es una suerte de epistemología y debido a ello, « la linguistique a eu plusieurs reprises non sans
se donner chaque fois des antécédents. » (1974, p. 30). Tal parece que la ‘lingüística’ justifica su existencia gracias al lenguaje.
Así las cosas, el lenguaje como parte integral de lo humano juega un papel central. Es por eso que Bühler (1979, p. 21) afirma:
“La humanidad, desde que se ocupa intelectualmente de lo humano, reflexiona sobre la esencia del lenguaje, y la teoría del
lenguaje científica es tan antigua como las demás ramas de la ciencia occidental.” Louis-Jean Calvet (1979,18) presenta una
visión integral pero que debe ser precisada desde una óptica de la historiografía de la ciencia: « La linguistique est, à l’échelle
historique, une science récente, elle a moins d’un siècle. Mais, d’un autre point de vue, elle est très ancienne, non pas sous la
forme de corps d’hypothèses formalisées et des descriptions mettant à l’épreuve des faits ces hypothèses, mais sous la forme
d’un savoir diffus. Je ne fais pas ici référence aux premières théories connues du langage, Panini en Inde ou Platon en Grèce,
mais à un ensemble d’idées reçues, de jugements de valeur, d’opinions communément admises sur les ‘patois’, le bon langage,
le bon usage, etc. »
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Historia Externa
Una de las maneras que tiene la propia lingüística para determinar su progreso como
disciplina es proceder a analizar algunos aspectos externos, es decir sociohistóricos
que le permiten evaluar los diferentes ‘programas de investigación’ dominantes,
destacando sus aportes y también sus limitaciones159. Por ‘programa de investigación’
entenderemos todas aquellas propuestas de orden explicativo que los estudiosos en
diferentes épocas han ofrecido con el fin de responder a preguntas sobre el lenguaje
y las lenguas. Está claro además que cada programa de investigación no es eterno.
A partir de la evolución de las sociedades, de las instituciones, de sus instrumentos
de análisis, se crean herramientas teóricas adecuadas para las necesidades de la
época. Si nos atenemos al punto de vista sociohistórico, lo que permite la existencia
de un determinado programa es la continuidad institucional, la constitución
progresiva de redes de poder, la presencia permanente de algunos individuos, etc.,
pero ello no es por supuesto, una muestra contundente de continuidad intelectual
del ‘programa científico’. Este asunto nos lleva a pensar en el estado de los diversos
programas de investigación esbozados en el siglo XX, así como en los programas
que se están constituyendo como es el caso del programa cognitivo. Un aspecto
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
harto interesante para destacar es que en las ciencias humanas, los programas
de investigación más representativos están ligados a individuos y en el caso de la
lingüística, éste ha sido un aspecto que no se ha sabido manejar para el proceso
de unificación disciplinar. Algunos de los aspectos que acabamos de mencionar
son tratados con más detalle en un reciente artículo del profesor Simon Bouquet
(2004, p. 124), en donde encontramos la siguiente afirmación: « […] on pourrait se
demander si la linguistique (ou les sciences du langage) n’est pas (ou ne sont pas),
en tant que domaine unifié de recherche et d’enseignement, un paradigme plus
institutionnel que scientifique. » Detrás de las teorías propuestas por los diferentes
estudiosos se encuentra una serie de factores de orden social que se encargan de
validar un campo del saber y un programa de investigación determinado. Podemos
dividir estos factores en tres grupos: (i) el de la denominación de la disciplina, (ii) el
de los lugares en donde se desarrolla la actividad disciplinar, (iii) el de los autores
que proponen sus modelos de investigación.
Denominación de la disciplina:
El término ‘lingüística’ no así la realidad lingüística, ve la luz en el siglo XIX (1808,
1812 y 1833) junto al de ‘lingüista’ 160. Además, en 1852 aparece el término
‘lingüística general’ que parecía ilustrar la generalidad del estudio del lenguaje y
de las lenguas ampliando por un lado, el horizonte de la lingüística tout court que
se tomaba como sinónimo de gramática comparada así como de filología y, por
otro lado, precisar el objeto de estudio teniendo en cuenta lo observable: « Soit
le langage humain, tel qu’il est réalisé dans la diversité des langues; des savoirs se
sont constitués à ce sujet : tel est notre objet. » (S. Auroux, 2000, p. 15). Punto
corroborado igualmente por Ferdinand de Saussure : « Messieurs, c’est ici un
point sur lequel il me faudrait disposer d’un temps considérable pour exposer,
développer et justifier mon point de vue, qui n’est pas autre que celui de tous les
linguistes actuels : c’est qu’en effet l’étude du langage comme fait humain est
tout entier ou presque tout entier contenu dans l’étude des langues. » (2002, p.
146, el destacado es nuestro).
Una vez se establece la existencia del término, es decir su registro y oficialización tiene
lugar el proceso de exposición de las circunstancias de su nacimiento y desarrollo que
permitirán consolidar nuevas vías de trabajo (p.ej. propuestas metodológicas, formulación
de objetos de estudio, precisión conceptual, medios de divulgación, asociaciones,
etc.) en un círculo previamente determinado. Claro está que las nuevas condiciones
propuestas por el término naciente que busca fundar una disciplina no pueden excluir
160. Cf. Sylvain Auroux, 1989 y 2000; Simon Bouquet, 1997; Julia Kristeva, 1981 y Louis Kukenheim, 1962.
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
las tradiciones que lo preceden, esto lo podemos ver en la breve ojeada a la historia
de la lingüística que abre el Curso de lingüística general (CLG), en la monografía de
Chomsky Lingüística Cartesiana, así como en la conferencia inaugural de Hjelmslev para
la cátedra de lingüística en Copenhague titulada Introducción a la lingüística161 que
constituyen una guía para comprender la institucionalización de la disciplina, el lugar
que ella ha ocupado en la historia de las ideas.
254
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
En cada país las sociedades de lingüística, las revistas especializadas, los presupuestos
asignados para la investigación, el trabajo colectivo, la traducción, el diálogo internacional
(verbigracia los congresos), constituyen un elemento externo para el desarrollo de la
disciplina. Esto se conoce también como el “problema del impacto económico de los
saberes lingüísticos”. Es por eso que los países denominados del tercer mundo, o en
vías de desarrollo, no cuentan con los elementos teóricos de punta para establecer un
diálogo equitativo con la comunidad internacional de lingüistas que trabajan y producen
la ciencia en los países desarrollados.164
163. Y en Colombia, el trabajo liderado por la profesora Claudia Mejía de la Universidad de Antioquía. La profesora Mejía es
la autora de la primera biografía integral y exhaustiva de Ferdinand de Saussure, Le Cours d’une vie. Portrait diachronique
de Ferdinand de Saussure, trabajo proyectado en tres tomos. El primero fue publicado en 2008 y se espera el segundo para
finales de 2011.
164. Consúltese sobre este aspecto Fals Borda, 2003 y Tobón de Castro, 1990.
165. Saussure se formó en Leipzig, Berlín y trabajó en París en la Ecole de Hautes Etudes y en la Universidad de Ginebra.
Chomsky se formó en Pensilvania y en Harvard y trabaja en el prestigioso MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts).
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Historia interna
166. Este problema del conocimiento fue planteado inicialmente por los griegos. Según Chomsky, 1994; Gardner, 1988 y
Bloomfield, 1961, los problemas teóricos planteados por los griegos, no han tenido aún una dilucidación clara, al menos en
el siglo XX.
256
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
169. Para mayor claridad sobre este asunto, recomendamos la lectura del libro Sagesse et illusions de la philosophie de Jean
Piaget.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Para concluir que el lenguaje existe, basta con constatar que los seres humanos
hablan. La cuestión de saber cuáles son las propiedades de lo que ellos hablan no es
en este caso pertinente. Pero el científico de la lingüística no puede quedarse allí; él
debe admitir que hay algo más que la mera existencia del lenguaje: y en este punto
coincide con Saussure, los seres humanos hablan lenguas. Y no hay que olvidar
que tanto lenguaje como lenguas son constructos mentales y se busca desde la
lingüística, abordarlos como tales. ¿Cómo se ha hecho? En primer lugar, ya lo dijimos,
la lingüística no es una metafísica que busca explicar rasgos de existencia sino más
bien propiedades de un objeto dado, el lenguaje, que se encuentran contenidas en
las lenguas. De modo que el estudio del lenguaje es impensable fuera del estudio
de las lenguas. No conocemos hasta ahora una teoría del lenguaje que se conciba
independiente del estudio de al menos una lengua. Precisamente los diferentes
modelos lingüísticos con sus respectivos adjetivos intentan explicar dicha relación y
proponer ópticas teórica metodológicas para comprender el objeto.
Veamos a continuación de qué se trata esta operación. Asumimos que el lingüista debe
en primer lugar abordar el dominio de la lengua con una actitud libre de todo prejuicio
moral o afectivo. Para el lingüista, cualquier “texto” –i.e. léase representación-, correcto
o no, según una norma social claro está, es un objeto de estudio y el punto de vista que
él va a considerar es el científico, es decir, la propuesta de un modelo teórico que le va
a permitir comprender el funcionamiento, los mecanismos, la lógica interna que está
detrás de dicho texto. La comprensión del objeto de estudio obedece a un proceso de
comprensión abstracta. La abstracción debe entenderse como una exclusión, tal como
lo afirmaba Heisenberg: “La abstracción designa la posibilidad de considerar un objeto
o conjunto de objetos desde un punto de vista, prescindiendo de todas las restantes
cualidades del objeto”. La esencia de la abstracción consiste en el destacar unas
característica, que se tiene como especialmente interesante en este caso, frente a todas
las otras. El proceso de abstracción nos conduce a una instancia de conceptualización
que implicaría (i) la elaboración de una terminología provisional, por ejemplo para
Saussure, la elaboración de una terminología que ayudará a configurar la lingüística
era un punto capital. Podemos apreciar eso en dos de sus declaraciones:
« Sans cesse l’ineptie absolue de la terminologie courante, la nécessité de la réforme,
et de montrer pour cela quelle espèce d’objet est la langue en général, vient gâter
mon plaisir historique, quoique je n’aie pas de plus cher vœu que de n’avoir pas à
m’occuper de la langue en général. » y en otro lugar : « Quand il s’agit de linguistique,
cela est augmenté pour moi du fait que toute théorie claire, plus elle es claire, est
inexprimable en linguistique, parce que je mets en fait qu’il n’existe pas un seul terme
quelconque dans cette science qui ait jamais reposé sur une idée claire; et qu’ainsi entre
le commencement et la fin d’une phrase, on est cinq ou six fois tenté de refaire »
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
La lingüística cognitiva
En los últimos años del siglo XX, al lado de diferentes enfoques, la lingüística presentó
un programa ambicioso y novedoso: la lingüística cognitiva. Veamos cómo se ha venido
consolidando.
Como se ha mencionado, en la historia de la ciencia se busca determinar el momento
en que una disciplina nace, cuáles son sus antecedentes y cuáles pueden (o podrían)
ser sus implicaciones no sólo a nivel teórico sino también a nivel sociocultural. Se podría
afirmar que la ‘lingüística cognitiva’ forma parte del complejo teórico denominado
ciencia cognitiva por razones que presentaremos más adelante. Este último puede ser
considerado, ya lo dijimos, como un paradigma reciente de la ciencia actual y que
busca develar el proceso de cognición de la mente humana, a través de los diversos
métodos de las disciplinas involucradas tales como la inteligencia artificial, la psicología
cognitiva, la antropología, la filosofía de la mente, la neurociencia y la propia lingüística
(i.e. la lingüística de cuño chomskyano). Es conveniente recordar además que la ciencia
cognitiva no se interesa sólo en el proceso de cognición de la mente humana sino
también en el de los mecanismos abstractos de las máquinas; de ahí que exista la variante
computacionalista. El adjetivo ‘cognitivo(a)’ implicaría que cada una de las disciplinas
se ocuparía de explicar un aspecto específico de la cognición a partir de la formulación
de su objeto de estudio que deberá coincidir por supuesto con el enfoque ‘cognitivo’,
pues éste trata de explicar cuestiones tradicionales (p.ej. el conocimiento humano) a la
luz de los estudios sobre la granularidad cerebral, es decir, el funcionamiento neuronal
y el procesamiento de la información. Para el caso de la lingüística es el ‘lenguaje’,
la facultad ingénita que permite conceptualizar, representar, significar. La significación
debe ser considerada pues como algo relativo a la cognición en general, es decir, al
poseer un sentido, se posee un concepto que es capaz de activar representaciones
internas que pueden ser de diferente naturaleza (lingüística y no lingüística).
170. Maria Joseph Cuenca y Joseph Hilferty. 1999. Introducción a la lingüística cognitiva. Barcelona, Ariel
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
171. Resultaría interesante confrontar para sacar inicialmente algunas conclusiones- lo afirmado por estos autores y lo re-
gistrado por Langacker, 1991: A symposium organized by René Dirven and Held in Duisburg in the spring of 1989 marked
the bird of cognitive linguistics as a broadly grounded, self conscious intellectual movement. At the conference, initiation of the
journal Cognitive Linguistics was announced and plans were made to form the International Cognitive Linguistics Association.
Additionally, agreement was reached to launch the monograph series Cognitive Linguistics Research, and I was prevailed
upon to prepare the first volume in that series. The result is before you. My own self-conscious efforts at formulating a cogniti-
vely realistic linguistic theory began precisely thirteen years prior to the Duisburg symposium. Within a few years these efforts
gave rise to a coherent conceptual framework, originally called space grammar and later rechristened as cognitive grammar
that I have continued to refine, develop, and articulate ever since.
172. Chomsky, 1977, 1985, 1989, 1992, 2002, 2005.
173. Gardner, 1988, 204-46.
174. Op. Cit. El destacado es nuestro. Pero no solo Gardner. Pierre Jacob, filósofo cognitivo considera que la lingüística,
desde la perspectiva chomskyana es la que abre el camino al enfoque cognitivo: « Il y a plusieurs manières de définir la
linguistique. J’admets pour ma part la définition qu’en donne Chomsky selon laquelle la linguistique est l’étude de la faculté
humaine de langage. Comprise en ce sens, la linguistique est l´étude d’une capacité cognitive humaine : la capacité grâce à
laquelle tout être humain est capable d’énoncer et de comprendre. »
261
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
En el libro que hemos venido citando, encontramos que uno de los retos que debe
enfrentar la lingüística cognitiva es precisar su propio objeto de estudio y para esto se
requiere unificar los diferentes enfoques cognitivos como por ejemplo los de la mente
seca y la mente húmeda179. Esto quiere decir que su base epistemológica está aún
en constitución. Además, se le ha criticado el utilizar conceptos clásicos dentro de
esquemas nuevos (non nova, sed nove). Si bien las críticas no están lejos de la realidad,
los presentadores de la lingüística cognitiva defienden su escogencia argumentando que
es una suerte de propuesta ‘recicladora’, en sus términos, “toma el material de varias
fuentes, pero ofrece un producto diferente dándole una nueva forma, dotándolo de
una definición renovada, incardinándolo en otro sistema de presupuestos y llevándolo
hacia terrenos inexplorados.”180
Así las cosas, podemos afirmar que la lingüística (cognitiva) es la lingüística del siglo
XXI. Al haber hecho la lingüística un acopio de reflexiones y de métodos a lo largo
de su historia, ya puede asumir y enfrentar los retos que plantea el trabajo con la
175. Para conocer la evolución de los modelos chomskyanos, aparte de los textos del propio Chomsky, Véase Rouveret,
1987, Pollock, 1997, Boeckx y Hornstein, 2007, Tania Reinhart, 2007, P. Jacob, 1984 y 2007, Lorenzo, 2001, Lorenzo/Longa,
1996 y Smith, 2001.
176. Véase su primera contribución en este volumen.
177. Para lo experiencial el pensamiento responde a una estructura ecológica; tiene carácter corpóreo, es decir se basa en
la experiencia corporal humana; es imaginativo y sólo puede describirse por modelos cognitivos. Para lo objetivista, pensar es
manipular símbolos abstractos que se relacionan directamente con el mundo. El pensamiento es atomístico e independiente
del cuerpo humano. Es igualmente lógico y puede ser formalizado y descrito a partir de valores de verdad.
178. Cuenca y Hilferty, 1999, 17.
179. Sobre estos enfoques véase Kosslyn y Koenig, 1992 así como Juan José Botero et al., 2000.
180. Página 207.
262
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
facultad del lenguaje. Hasta donde sabemos, fue en los siglos XVI y XVII que se intentó
abordar la ‘gramática universal’ cuyo método deductivo buscaba ocuparse de los
‘principios inmutables del lenguaje’ que formaban parte de la naturaleza humana. Es
más, la intuición de Humboldt de que “una lengua se basa en un sistema de reglas
que determinan la interpretación de sus infinitas oraciones” quedaba apenas esbozada
porque no existían los recursos técnicos para desarrollarla181. Es pues en el espacio de
la ciencia cognitiva en donde las diferentes aproximaciones sobre el lenguaje pueden
unificarse para determinar cómo se relaciona con otras capacidades cognitivas, es decir,
identificar los correlatos físicos de la cognición. En resumen, la lingüística cognitiva
requiere de un método científico (teórico-experimental-aplicado) interdisciplinar que
articule por un lado, teorías lingüísticas y epistemológicas con el fin de comprender y
de fundamentar al mismo tiempo la génesis de los significados, de los conocimientos,
sin hacer abstracción de las condiciones y los medios de su emergencia y difusión
en la diversidad de las lenguas y las culturas. Es más, la lingüística cognitiva podría
considerarse una ciencia de la cultura cuyos objetos son las obras humanas182. El sentido
es algo importante y los métodos que se proponen para analizarlo buscan establecer
tanto su legitimidad así como su relación con lo formalizable. Podríamos aventurar
entonces, siguiendo a Rastier, 2005 dos posibilidades para comprender el camino de la
cognición desde nuestra disciplina:
2). Clarificar la epistemología general de las ciencias de la cultura. Hay que caracterizar la
distinción epistemológica entre las ciencias de la cultura y las ciencias de la naturaleza.
Dicha distinción se ocuparía tanto de los hechos como del modo de conocimiento.
Pero para poder comprender dicho camino es conveniente pensar en que si bien es
cierto que el lenguaje participa de la cognición, ello no quiere decir necesariamente
que la lingüística sea una ciencia cognitiva. Es más, resultaría conveniente confrontar
las posibilidades citadas supra con lo planteado por Croft & Cruse (2008, 17) y Fuchs
(2009, 129) respectivamente:
1. Tres serían las principales hipótesis que guían la estrategia del análisis del lenguaje
que utiliza la lingüística cognitiva:
263
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
264
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
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Rastier, F. et Bouquet, S. (éds.) (2004). Une introduction aux sciences de la culture. Paris : PUF.
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Smith, Neil. (2001). Chomsky: Ideas e Ideales. Madrid: Cambridge University Press.
Tobón de Castro, L. (1990). La ciencia lingüística, una doble expectativa para el docente de lenguas.
Folios, 2 (1), 43-49. Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional.
Tobón de Castro, L. (2001). La lingüística del lenguaje. Estudios en torno a los procesos de significar
y comunicar. Bogotá: Universidad Pedagógica Nacional.
268
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
I. Introducción
183. Este capítulo constituye una expansión considerable del artículo Gramática Cognitiva que aparecerá en el volumen
editado por Iraide Ibarretche Antuñano y Javier Valenzuela (en prensa). Manual de lingüística cognitiva. Alianza Universidad.
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Más que la ubicación locativa del hablante, lo que determina el uso de subir o de
bajar es el punto de partida seleccionado para iniciar la trayectoria que el hablante
sigue mentalmente de un punto a otro. Si bien estos ejemplos tienen que ver con
oposiciones entre dos verbos respecto de los cuales nadie negaría la presencia
inherente del significado, en la gramática cognoscitiva lo mismo se sostiene
respecto de palabras gramaticales, construcciones sintácticas y morfemas flexivos,
considerados tradicionalmente como "vacíos" o carentes de sentido. En la teoría que
aquí se presenta, tanto en los morfemas cuanto en las construcciones sintácticas se
reconoce una importante carga de sentido, de manera tal que la función del lingüista
no sólo consiste en hacer evidente dicho significado, sino también en definir los
patrones cognoscitivos que imperan en una y otra manifestaciones lingüísticas. La
primera y tercera personas del singular del español pueden resultar más significativas
de lo que uno supondría en primera instancia. Maradona y Hugo Sánchez parecen
haber gramaticalizado por lo menos dos maneras de autoconcebirse: una como
seres de carne y hueso, y otra como personajes de su propia novela. Cuando el
entrevistador quiere conocer su opinión respecto de alguna situación futbolística, lo
más probable es que de nuestros héroes venga una respuesta del tipo: "yo creo que
el entrenador..."; mientras que cuando son entrevistados respecto de sus planes
futuros, sus respuestas se dan en tercera persona:
Nada impide el uso del pronombre yo en estos casos, pero es obvio que con la tercera
persona nuestros héroes futbolísticos comparten la posición del espectador y rinden
culto al personaje que ellos mismos encarnan. Para dar cuenta de estos fenómenos
es necesaria una teoría que no sólo reconozca el valor del significado en la lengua,
sino, que además, vea en el significado y en las estrategias de conceptualización de
los hablantes los fundamentos mismos de su operatividad analítica. Las unidades
simbólicas se presentan y se constituyen en eventos de uso que para fines analíticos
y de sistematización se representan en formas abstractas cuyo peso en el sistema
depende fundamentalmente de su nivel de sedimentación, esto es del grado de
convencionalidad que una forma lingüística adquiera a partir del uso. Las unidades
lingüísticas menos sedimentadas requieren de mayor esfuerzo mental para su
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
273
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Alma de la fiesta
Parte nuclear de algo
Alma mater
Alma
Alma del brazo de la guitarra
Hay variación en el grado de cohesión entre unos nodos y otros, así como la hay en
el nivel de prominencia que cada nodo pueda tener. Algunos nodos se activan con
mayor facilidad que otros. Mientras que el centro emocional tiende a ser activado
inmediatamente, alma de la fiesta tiene menor tendencia a ser evocado. Por otra parte,
las relaciones de categorización no sólo dependen del nivel de prominencia de los nodos,
sino que además difieren en "distancia" ya sea respecto del prototipo, del esquema o
de otro nodo. El significado de una expresión no se reduce a la suma de ciertos rasgos
internos, sino que incorpora también el conjunto de conexiones que se establecen con
otros nodos en la cadena.
274
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
con una organización en la que mientras alma de una fiesta se liga directamente al
prototipo, tanto el alma del motor, como alma del brazo de la guitarra se desprenden
de una extensión del prototipo que se nutre también del esquema, en cuyo caso la red
semántica debería tener la siguiente organización:
Alma de la fiesta
Alma
Alma de acero
Alma generosa
Las relaciones entre nodos son múltiples y conllevan distintos niveles de complejidad.
Un nodo puede ser simultáneamente una elaboración del esquema y una extensión del
prototipo: alma de acero mantiene la totalidad de los rasgos del primero, pero no así
los del segundo. A su vez, un nodo puede ser la extensión o la elaboración no sólo del
prototipo sino también de otra extensión, como es el caso de alma del motor.
275
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
otro punto de referencia). De esa manera se espera que una extensión como alma
del brazo de la guitarra tenga una activación menos fuerte que los elementos más
cercanos al valor nuclear de la red, como es el caso de alma generosa o alma de Dios.
La organización radial del significado sugiere además que éste es de carácter enciclopédico
por cuanto no se puede definir una frontera clara que divida el conocimiento lingüístico
del no lingüístico. La lengua se basa en conocimiento general y lo evoca de maneras
particulares, pero no difiere de ese conocimiento y no establece una línea divisoria entre
las porciones de la realidad que son activadas para efectos lingüísticos de las que se
dejan en el ámbito del conocimiento en general. La red semántica está organizada en
términos del centralidad y periferia según el dominio (el contexto) de una expresión sea
activado. La palabra cerdo, por ejemplo, responderá preferentemente a la descripción de
un animal, pero una vez activados los dominios de COMER y JUGAR, la interpretación de
Lucas es un cerdo responderá a su incapacidad para respetar reglas de comportamiento,
ya sea a la hora de comer, ya en la cancha de futbol. Nuestro conocimiento enciclopédico
nos permitirá saber que en la mesa Lucas no tiene buenos modales, mientras que en el
futbol golpea artera y sistemáticamente al enemigo.
Dominios cognoscitivos
184. Forma en que se denomina en México a los policías de tránsito vehicular. El nombre se deriva del vocablo mordida
‘Suma de dinero que se le paga a un policía para evitar que imponga una sanción legal’
276
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Para quien no esté familiarizado con la cultura judía, la imagen puede representar un
simple candelabro y la estrella que aparece en el fondo puede ser meramente ornamental;
en cambio, un mínimo contacto con esa cultura permitirá identificar la Estrella de David
de manera que el candelabro sea ahora un menorah. Para los miembros de la comunidad
judía se activarán además las nociones asociadas a las festividades de Hannukah, los
regalos que reciben los niños durante nueves días, el juego de la perinola, etc.
Bien se puede ver que la noción de dominio involucra jerarquías de distinta complejidad
conceptual en las que un concepto en un nivel jerárquico se puede derivar por medio
de distintas operaciones mentales aplicadas a conceptos de nivel más bajo que los
constituyen en componentes constitutivos de una predicación. Dichas operaciones incluyen
coordinación e integración del contenido de conceptos de nivel más bajo, ajustes respecto
del nivel de prominencia de los componentes, así como otras dimensiones del proceso de
construcción de imágenes que se revisarán más adelante. Al integrar la noción de línea,
segmento y ángulo se obtiene el concepto de triángulo y este último, en coordinación
con la noción de perpendicularidad, llevan al concepto de triángulo rectángulo, el cual
constituye el dominio cognoscitivo de base para el concepto hipotenusa. Por supuesto que
nada impide que hipotenusa opere como el dominio cognoscitivo de conceptualizaciones
de orden superior del tipo base de la hipotenusa, punto medio de la hipotenusa, etc.
Lo fundamental es que, en esta organización jerárquica, una predicación puede operar
como dominio cognoscitivo de otra de distinto nivel. Este tipo de organización puede
visualizarse en la siguiente representación:
277
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
B C
A
El predicado [B] puede ser visto como la consecuencia de haber coordinado [A] con otro
elemento. Pero dado que la predicación [B] es también una conceptualización, ésta a su
vez puede fungir como el dominio cognoscitivo de [C] y así sucesivamente.
Para hacer una descripción completa de una predicación en la mayoría de los casos
es necesario atender a la coexistencia de más de un dominio. Por ejemplo un martillo
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Activación Secundaria
Cuando un hablante emite una expresión, pone en actividad un nodo de una red semántica.
Como se explicó con anterioridad, los nodos están conectados de distintas maneras por
medio de relaciones categoriales. De manera que es razonable imaginar que la activación de
un nodo se extiende a otros de alguna manera relacionados con él. Gracias a la teoría
del Procesamiento Paralelo Distributivo (Rumelhart 1986 y colaboradores) contamos
con demostraciones palpables de que la activación de un nodo en una red también
activa a sus nodos cercanos y que el nivel de activación secundaria depende de la
cercanía de los nodos relacionados con el que dicho nodo ha sido activado en forma
inicial. Mientras que el nodo activo determina la aplicación básica de un término, la
activación secundaria de otros nodos enriquece el sentido de una expresión dado que
se incorporan sus peculiaridades de sentido. Es claro que la expresión alma de una
fiesta activa en forma primaria la noción de "persona que genera alegría entre un
grupo de gente en un evento", pero no es menos cierto que también se activa en
forma secundaria el nodo prototípico [centro emocional/alma] e incluso el esquema
[parte central de algo/alma] y que ambos contribuyen al enriquecimiento conceptual
del nodo primariamente activado. La activación secundaria es parte fundamental de la
lengua y se manifiesta en forma obvia en expresiones metafóricas, metonímicas y en lo que
se conoce comúnmente como sentido figurado. Para obtener una emisión como (3):
279
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Los lapsus linguae se explican como irrupción primaria de una activación secundaria. Lo
mismo sucede con el doble sentido y el albur, tan característicos del habla mexicana.
La organización alofónica de un fonema y la forma en que operan las familias de
estructuras complejas en que conviven esquemas, subesquemas y expresiones de
instanciación propios del rango convencional de una estructura gramatical obedecen
también a fenómenos de activación secundaria. De manera que, al igual que en el
significado léxico, el uso de una construcción sintáctica también pone en actividad otros
nodos de construcciones sintácticas íntimamente relacionados con el nodo primario.
Un caso típico de estos modos de activación se puede observar en la derivación de
construcciones que implican benefacción, como las que aparecen en (a-c):
280
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
1) Nivel de especificidad/elaboración
2) Perfil y base
3) Escala y ámbito (alcance) de la predicación
4) Prominencia relativa de las subestructuras
5) Composicionalidad
6) Perspectiva
La consideración de estos fenómenos básicos nos permitirá entrar en otra gama de
nociones que confieren a la construcción de fenómenos más complejos.
1. Nivel de Especificidad
5. a Un hombre ya grande
b Un hombre de edad avanzada
c Un hombre de más de sesenta años
d Un hombre de 69 años
185. Este concepto de "imagery" no debe confundirse con la propuesta por Shepard (1978) y Kosslyn (1980) según la cual las
imágenes sensoriales son formas de conceptualización, sino más bien debe ser asociada con nuestra capacidad de estructu-
rar contenidos, de formar imágenes de maneras diferentes.
281
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
6. a Un hombre grande
b Un hombre que tiene una edad que ya no le permite desvelarse
En ambos casos (a) es más esquemático que los demás ejemplos. En (d) aumenta el grado
de precisión en relación con la cantidad de años que se designan. En (b), en cambio, la
especificidad aumenta en relación con el tipo de actividades que el participante puede
realizar. Y de la misma manera, una oración de relativo encabezada por que, como en
(b) es más específica que su correlato esquemático grande.
N
fp fs fp fs
st adj st adj
La caja derecha del diagrama muestra un nivel más de especificidad en que cubo grande
es una instancia del esquema construccional n-adj. Bien se puede pensar que mucho
de lo que sucede en una lengua depende de la formación de esquemas convencionales
y de la relación que hay entre estos y sus instancias.
282
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
2. Perfil y Base
Triángulo Lápiz
Relación
Hipotenusa Esposa Punta
Figura 6. Figura fondo
Figura 6. Figura fondo
fp fs fp fs
Figura 7.
De manera similar, salió, y salido (León salió de casa y Ana trae el fondo salido) comparten
la misma base. Sólo difieren en relación con la subestructura puesta en perfil. Mientras
que el primero perfila toda la trayectoria seguida por un participante en movimiento,
283
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
= =Momento
momentode
fp fp fp la enunciación
de la
enunciación
fs fs
fs
= tiempo
Figura 8.
Bien se puede ver que en el contraste entre formas gramaticales (verbos, sustantivos,
participios, preposiciones etc.) la relación dinámica que se establece entre los perfiles
de una predicación y sus bases es fundamental.
(b)
(d)
(a) (c)
Figura 9. Alcance/ámbito
Figura 9. Alcance/ámbito
284
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Mientras que (a) es suficiente para obtener la designación isla, (b) es problemático.
Aunque no hay una medida clara en cuanto la cantidad de agua que debe de rodear
a la porción de tierra de una isla, la demarcación de (b) carece de la extensión de
agua que requiere isla. De la misma manera, la porción de tierra demarcada en (c) es
demasiado limitada y apenas es suficiente para designar una península, mientras que
(d) impone un alcance aun más restrictivo que (b) y (c) y designa específicamente una
lengua de tierra.
Por otra parte, la escala de una predicación es grosso modo análoga a la escala de
un mapa. Un montecillo rodeado de agua no califica para ser una isla y si la escala
de la predicación aumenta considerablemente (tanto en tierra, como en agua) lo que
obtenemos es un continente.
285
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Como se puede deducir, las demás expresiones locativas siguen el mismo esquema.
Una cuestión fundamental del alcance es que el alcance o ámbito inmediato contrasta
con el ámbito máximo de una predicación. Este último es totalmente incluyente.
Incorpora toda la gama de contenido conceptual que una expresión evoca como base
de su significado. Como ya se ha visto, el ámbito inmediato es la porción directamente
relevante para focalizar un elemento en una emisión. De manera que al hablar de la uña
del dedo su ámbito inmediato es el dedo y la mano, mientras que su ámbito máximo sería
el brazo completo e incluso el torso. El contraste es de vital importancia en fenómenos
de organización sintáctico-semántica. Distintos contrastes aspectuales dependen de esa
distinción. Considérese el contraste entre el perfectivo (a) y el progresivo en (b):
AM/AI AM
AI
t t
Figura 10a. Perfectivo Figura 10b. Imperfectivo
Figura 10b. Imperfectivo Figura 10a. Perfectivo
Lo interesante es que en (b) al focalizar una parte del estado, la que coincide con el
momento de la emisión, hace que esa porción sea vista como un cambio de estado.
Lucas ha dejado de parecerse a su padre, para parecerse a su abuelo.
286
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Si bien el alcance adverbial tiende a restringirse a la frase verbal (a) éste se puede
ampliar a un dominio oracional, como en (b):
En el caso de (b) el alcance oracional permite una mayor presencia del conceptualizador
en la escena, un problema importante de subjetividad que será tratado más adelante.
Es mucho más fácil sostener que un elemento es más prominente que otro en una
predicación que ofrecer pruebas contundentes de ello. En oposición a otros constructos
teóricos, esta noción es cognoscitivamente posible e intuitivamente correcta, pero
dado que se aplica a una amplia gama de fenómenos lingüísticos la mejor manera de
evidenciarlo es a partir de la demostración de varios. Ya se ha señalado un tipo fundamental
de prominencia. La distinción entre perfil y base. El perfil de una predicación determina
su categoría gramatical. En una relación compleja, el componente que impone su perfil
conforma el núcleo de una expresión. Dado que en la relación hombre viejo la estructura
compuesta designa a un tipo de hombre y no un tipo de edad, hombre impone su
perfil y constituye el núcleo de la expresión nominal. Las relaciones (adjetivo, adverbio
y verbo) normalmente manifiestan una relación asimétrica entre los participantes
que ponen en relación. Es importante subrayar que tal asimetría no es estrictamente
dependiente del contenido semántico de la forma léxica, sino que es parte fundamental
del esquema que subyace en toda relación. Aún reconociendo la equivalencia de sus
condiciones de verdad, en las expresiones X se parece a Z y Z se parece a X es posible
ver que tales expresiones son semánticamente distintas: la primera calcula la similitud
de X en relación con Z, mientras que en la segunda, Z ocupa el centro del cálculo
comparativo. Algún lector podrá alegar que se trata de diferencias demasiado sutiles,
fuera de los intereses del análisis científico. Pero sostengo, en contra de esa visión, la
necesidad inaplazable de atender a los pequeños detalles que una lengua es capaz de
287
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Si en esos casos extremos las asimetrías son sutiles, en otros se presentan con mayor
claridad.
186. Sin embargo incluso en esos casos las relaciones son locales, de manera tal que la figura primaria se asocia con una
figura secundaria en cada momento de conceptualización. Y el espacio anterior opera como base para el perfilamiento de las
dos figuras prominentes. De esta manera que el afilador de cuchillos es la figura primaria mientras que la estufa es la base
para el perfilamiento de la figura secundaria cajón.
288
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Sería [FP leer FS] a pesar de que en (13.b) el punto de referencia sólo exista en forma
esquemática. Los términos sujeto y objeto se reservan para identificar las frases
nominales que, en el nivel de la oración elaboran la FP y la FS de un verbo. Esto significa
que la asimetría FP/FS es característica de toda expresión relacional en cualquier nivel
de organización lingüística. Si recordamos el ejemplo del adjetivo grande, veremos que,
dada su calidad relacional, la representación esquemática que le corresponde incluye
una FP y una FS. Y dada la prominencia que impone el mismo esquema, el sustantivo
constituye la FP de su FS grande.
Es fácil imaginar que una preposición constituye una relación que incluye en su esquema
dos sustantivos y que uno de ellos será más prominente que el otro. Podemos decir
(14a) o (14b) para referimos a la misma situación objetiva:
Pero estas expresiones difieren según qué elemento es elegido como figura
prominente de la conceptualización. Mientras que la lámpara es vista como punto
de referencia para calcular la posición de la mesa en (14b); aquella es de prominencia
central en (14a).
fp fs
fs fp
Figura
Figura arriba
11a.11a. arriba Figura
Figura11b.
11b.abajo
abajo
Es igualmente imaginable que en uno de los posibles esquemas del adverbio, el verbo
opera como FP, mientras que el adverbio en sí constituye la FS y designa la relación
entre ambos. Un verbo X elabora uno de los espacios esquemáticos del adverbio. Es
respecto de estos elementos ya perfilados que uno recibe mayor prominencia que los
demás. Dado que la predicación hace referencia a un tipo de acción, sabemos que el
289
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
verbo tiene estatus de FP en esta construcción. Resulta evidente que respecto de este
esquema general se establecen múltiples instancias del tipo corrió rápido, gritó fuerte,
etc., donde rápido y fuerte presuponen ya un verbo.
5. Composicionalidad
fp fs
Jefe
Jefe causar [empleados-morir]
causar [empelados-morir]]
Figura 12a. Hacer matarFigura 12a. Hacer matar Figura 12b Matar
Figura 12b Matar
290
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Nótese que a pesar de su rareza (a) es más aceptable que (b) por cuanto un tenedor
es más fácilmente manipulable que una mesa. Es obvio que no es necesario apelar a la
noción de mundos posibles, como se haría en el caso de la lógica formal, para mostrar
que estas expresiones tienen significado. La noción de composicionalidad permite pues
mostrar tanto la falta de coherencia del resultado composicional como el significado
específico de cada uno de sus componentes.
La composicionalidad es también vital en fenómenos de topicalización donde un
elemento es ubicado en posición inicial para predicar algo en torno a él:
6. Perspectiva
291
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
18. a. La roca está enfrente del árbol. El árbol está detrás de la roca [C → R A]
b. El árbol está enfrente de la roca. La roca está detrás del árbol [R A C]
Este tipo de organización se extiende en forma natural al manejo del tiempo, de manera
tal que el futuro está enfrente de nosotros, mientras que el pasado se ubica atrás:
De manera similar en Cora, una lengua yutoazteca del norte de México, el contraste
entre los sufijos locativos – a ‘adentro’ y – u ‘afuera’ puede estar determinado, entre
otros parámetros, por la ubicación de los interlocutores en la posición canónica hablante-
oyente (Casad y Langacker 1985). Si tengo una cicatriz en la espalda y el oyente está
enfrente de mí, mi cuerpo impide que mi interlocutor tenga acceso visual a ella. En ese
caso emplearía el marcador – u [adentro] para referirme a ella, como en a). Pero si
la cicatriz está en mi frente es obvio que el conceptualizador tiene acceso visual a la
cicatriz y en consecuencia emplearía el marcador –a [afuera], como en (b). En este
ejemplo [a] se convierte en [e] por asimilación con [y]:
b. y-e nya-hiíse-´e
prox-afuera mis-ojos-en
‘Aquí en mis ojos’
C C
292
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
22. a. Nos sentamos cuatro hileras atrás de María Feliz. Venía guapísima.
b. Más tarde se descubrió, según la PGR, que atrás de él estaba Raúl Salinas
de Gortari, quien por ello enfrenta juicio por homicidio y está preso en Al -
moloya. (CREA México Prensa 1996)
Es posible que la visibilidad de atrás sea lo que determine su empleo con significado
temporal. Lo que queda atrás en el tiempo no deja de ser accesible para el
conceptualizador. Ese tipo de contextos está vetado para detrás:
Y quizá ello también explique por qué uno puede dar marcha atrás pero no *dar marcha
detrás.
Ligado a la perspectiva está el fenómeno de la dinamicidad, entendida ésta como un
fenómeno de tiempo de procesamiento (T). En la conceptualización interviene en forma
fundamental la ubicación del conceptualizador:
293
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
otra manera serían estáticas. Lo mismo sucede cuando decimos que La cerca rodea la
casa. Y con base en esa habilidad conceptual dinamizamos tanto el espacio (a) como
el tiempo (b) y no es de sorprender que estos fenómenos tiendan a gramaticalizarse,
como es el caso de venir (c) en que opera como verbo auxiliar:
27.
a. Sí sé que hay organizaciones de finqueros que han proporcionado armas,
agentes que trabajan para ellos. Estamos detrás de ellos, Senadora, ojalá
que los podamos detener y procesar, y ojalá que esto pueda ser muy
pronto. (CREA, México)
294
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
1. Reacción en cadena
29. a. Pedro abrió las puertas del cielo con la llave santa
b. La Llave Santa abrió las puertas del cielo
c. Las puertas del cielo abrieron para todos los creyentes
295
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
2. Construcción de transferencia
Más que reducir las construcciones ditransitivas a una regla estrictamente sintáctica
en la que coexisten tres argumentos, es posible sugerir que tal regla se forma como
la cristalización de una imagen de transferencia. Tal imagen tiende a tener una
direccionalidad que va de quien da, la fuente de la transferencia, a quien recibe, la
meta receptora. Si bien ésta es la representación canónica, la dirección inversa también
se puede dar. De esta manera en contrastan verbos como dar y recibir. Nótese en la
Figura 15 que la base conceptual es la misma, las representaciones sólo difieren en el
elemento que se seleccione como punto de inicio, como FP:
R R
A A
M M M M
dar recibir
296
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
TRANSFERENCIA
Preparar algo
R
A
A O
M M
R
A
M M
A=
A=agente, M = ente
agente, M= en movimiento,
ente O =objeto,O=objetivo,
en movimiento, R = receptor, R=flecha doble
receptor,
= imposición de energía, flecha simple = movimiento traslativo,
Flecha doble = imposición de energía. Flecha simple= movimiento traslativo D = D= dominio
dominio
Figura 16. Extensión de la construcción de transferencia
3. Metonimia en la gramática
297
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
metonímicos que bien vale la pena revisar. De las construcciones anteriores resalta
el hecho de que la formación de una construcción se asocia parcialmente con otra
para producir un nuevo constructo. Estos modos de relación son fundamentalmente
metonímicos en virtud de que una parte se asocia con otra con la que se da algún
traslape. Bien se puede ver que este fenómeno es de la misma naturaleza que las bien
conocidas metonimias en que se cruzan por lo menos dos rasgos en una asociación
por contigüidad. Tal tipo de metonimia rebasa los lindes de la sinécdoque (Necesitamos
sangre nueva) para incorporar otras más generales: de autor por producto (No encuentro
mi Menéndez Pidal, lo dejé sobre el buró), controlador por entidad controlada (Nixón
bombardeó Hanoi), productor por producto (Me compré un Mazda), institución por
individuo (El senado trabaja por usted), lugar por grupo de personas (Mi pueblo es
increíblemente reaccionario) y muchas más. Lo importante es reconocer que tales
procedimientos metonímicos no son exclusivos del léxico sino que radican en la base
misma de la organización gramatical. Si la fusión en las construcciones de aplicativo
ejemplificadas en (30) y (31) son ya muestra de ello, existen además constructos
metonímicos que residen en la base misma de la formación gramatical.
4. Zonas activas
Nuestra tendencia natural a privilegiar los elementos más notorios, más sobresalientes,
nos inclinan a seleccionar expresiones del tipo (a), en que el participante está puesto
en perfil (la dama está en la tina, el niño parpadeó, etc.). De carácter especial son las
representaciones como las de (b) donde la zona activa se puede poner en perfil para
efectos de focalización y de selección de contenido (la pierna de la dama estaba sobre el
fondo de la tina, el ojo parpadeó). Si digo Tengo que reseñar un libro así de grueso. Yo
creo que pesa medio kilo pongo el acento en la longitud, en lo “pesado” del objeto más
que en su contenido. La focalización de una forma léxica es sin duda importante. Más
interesante es el hecho de que en las zonas activas se puede encontrar una explicación
para construcciones, que distintos análisis formales han tenido que explicar con base en
movimientos sintácticos (alzamiento de sujeto a sujeto, de sujeto a objeto o de objeto a
298
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
sujeto), huellas y espacios abstractos de difícil comprobación. Según ese tipo de análisis,
(b) se obtendría como consecuencia del movimiento del sujeto problema, que “sube”
de la posición de objeto directo en la cláusula subordinada a la posición de sujeto del
verbo principal:
difícil difícil
N fp N
fp
Como se puede ver en las Figuras 17 a y b, ambas construcciones tienen la misma base.
La predicación ser difícil es una calificación que se ubica en la parte superior de una
escala respecto de una norma (N). La diferencia radica en el elemento elegido como
figura primaria: la acción completa resolver el problema (el cuadrado en trazo grueso en
la Figura18a) o el problema en sí (el círculo en líneas gruesas en la Figura 18b). Nótese
que la codificación oblicua de resolver el problema en la Figura 18b se desprende de la
pérdida de perfil de la frase verbal. Bien se puede ver que la separación entre sintaxis y
semántica no tiene sentido en un análisis donde el modo de conceptualización explica
en forma natural las propiedades de cada construcción.
5. Punto de referencia
299
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
particular y para ello utilizamos el punto de referencia como guía para tener acceso a tal
elemento, la meta. Ejemplos como los de (34) muestran esta estrategia fundamental:
34. a. ¿Ves el barco allá en medio del lago? Junto a él hay una foca.
b. ¿Te acuerdas del tipo que me acompañó a cenar la otra noche? Acabo
de conocer a su hermana.
pr/fs m/fp
d
c
Pr
Pr == punto
punto dedereferencia,
referencia,mm==meta,
meta,dd==dominio,
fp = figurafpprimaria,
dominio, fs = figurafssecundaria
= figura primaria, = figura
secundaria
300
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
partir de esta estrategia, como en (a), pero lo interesante es que de ella se desprende la
construcción posesiva como en (b):
m/fp
pr/fs
Pr =
Prpunto de de
= punto referencia, m =m
referencia, meta, d=d
= meta, dominio
=
fp = figura primaria, fs = figura secundaria
dominio, fp = figura primaria, fs = figura
secundaria
Figura 19. Construcción de posesivo
301
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Tener pone en perfil a Ana, el posesivo hace lo propio con la casa. El empleo de una
u otra construcción es de vital importancia para efectos discursivos. Nótese que estas
construcciones conviven con otra quizá aun más importante para efectos de posesión
inalienable, la construcción de posesión externa. En ella el poseedor se codifica en dativo
y el elemento poseído aparece como frase nominal de sujeto, marcado con artículo:
187. La duplicación Me duele mi cabeza es relativamente reciente. Caracteriza el habla del altiplano mexicano y se emplea
para enfatizar la afectación que sufre el poseedor. Tal duplicación suele ir acompañada de diminutivo Me duele mi cabecita,
hecho que confirma el valor enfático de la construcción. Se presenta típicamente con partes del cuerpo, objetos inalienables
y elementos íntimamente asociados a ego (Maldonado 1998, 2002). Véase Company (1994) para un análisis diacrónico del
mismo fenómeno que es compatible con lo aquí sugerido.
302
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
fs
fp
Como explica Maura Velázquez (2000) a partir del análisis de narraciones de Carlos
Fuentes y de Gabriel García Márquez188, la relación de inclusión parte/todo hace predecible
que en español, la posesión externa sea notoriamente más usual que la construcción
de posesivo y ello explica por qué esta última se emplea para casos especiales en que
la parte del cuerpo gana cierto nivel de independencia, independencia que no resulta
del todo natural:
188. De Carlos Fuentes La muerte de Artemio Cruz, de García Márquez El coronel no tiene quien le escriba.
303
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Por otra parte, la posesión con el verbo tener responde a casos en que el poseedor es la
figura principal. Pero además, el hecho de que la posesión se codifique a través de un
verbo hace que la validez de tal posesión pueda no ser permanente. Así que el empleo
de tener, más que designar posesión, señala el carácter pasajero de una afectación
corporal (a) o bien perfila el estado particular en el que se encuentra el sujeto en el
momento de la enunciación (b):
fs/m
pr/f proposición
p
En tener, la calidad pasajera del evento corresponde a la flecha del tiempo t. El sujeto
humano constituye la figura primaria y la parte corporal la figura secundaria. En la
representación de la posesión externa (Me arden los ojos) de la Figura 20 se da una
relación de empatía en que si una parte del experimentante sufre un cambio de estado,
la sufre también el participante en pleno. A diferencia de la construcción con tener,
la parte corporal constituye aquí la figura primaria, mientras que el experimentante
afectado se codifica como figura secundaria en dativo. Velázquez (2005) ve en esta
construcción un caso de subjetividad, fenómeno al que me referiré más adelante.
304
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
fs/m
pr/f proposición
p
305
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
fs
Fp/m
fp fs
Ziro comida
La Figura 22 muestra que la primera frase nominal opera como la FP mientras que
la cláusula complementante constituye su FS. Más aún, en ese nivel de organización
Ziroo constituye la figura principal de la cláusula subordinada. Mientras que en las
construcciones de punto de referencia la primera frase nominal es el punto de
referencia para la localización de una meta, en las complejas tal frase nominal es a
su vez figura principal y meta. La distinción entre construcciones de topicalización, de
punto de referencia y complejas quedan pues adecuadamente diferenciadas según
estas estrategias básicas de conceptualización.
Subjetividad
Es posible que los fenómenos de subjetividad sean los que más hayan llamado la atención
en las aproximaciones cognoscitivistas de los últimos años. Aunque presente desde
306
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
ai
ai C ai
am C = ancla am
C
Figura 23b. Figura 23c.
Figura 23a.Figura
Construcción
23a. Figura Construcción
23b. Construcción
de anclaje. de Figura 23c. Construcción
Construcción subjetiva. Yo, aquí
objetiva. Casa,objetiva.
Construcción él Casa, él anclaje. La casa, ayer, cant-ó
La casa, ayer, cant-ó subjetiva. Yo, aquí
307
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
En su sentido básico ya ancla hechos que coinciden con el momento de enunciación (a).
Pero lo común es que tal coincidencia no se cumpla. Tal desfase hace que ya se emplee
con el fin de ver como válido para el momento de la enunciación un hecho que no
coincide con él. Lo que hace es anticipar el cumplimiento de un evento ya sea pasado
(b) o futuro (c). Tal anticipación puede constituirse como la proyección de un deseo del
hablante. Después de que la niña se ha golpeado es esperable que la madre la consuele
con una frase como la de (47):
308
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
49. a. Bird tiró desde media cancha faltando un segundo. La pelota (*se) cayó
dentro de la canasta. Celtics fue campeón otra vez.
b. Dijo que en Teabo no se practica la citricultura ni la horticultura y si en
una semana más no (*se) caen las lluvias se perdería otra superficie similar
de producción. (CREA, México, Prensa)
La contradicción de expectativas sienta las bases para que la afectación del experimentante
se filtre en forma subjetiva a partir de la construcción de dativo. Al referirnos a la
posesión externa (ejemplo), ya habíamos señalado que el dativo representa un lugar
de experimentación en el que si la parte es afectada lo es también el experimentante.
Esta relación de afectación extendida se da no sólo por tener una relación parte-todo,
sino porque el participante sostiene alguna relación mental o emocional con el objeto
afectado, en cuyo caso tal afectación obedece a una relación de empatía (Maldonado
309
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
2002). Ejemplos como (a) son los que Velázquez adecuadamente trata como casos de
subjetividad empática. Mayor subjetividad se encuentra en casos de empatía como el
de (b) en que el participante es afectado por el cambio de estado que sufre alguien
cercano a él y más subjetivos parecen ser aquellos en que el dativo consigna ligas
empáticas con participantes remotamente asociados a él. Mientras en (a) la relación
entre el paciente y el experimentante es cercana, lo es mucho menos en (b); sin
embargo, una mínima relación de interacción puede ser suficiente para que se dé
la representación subjetiva del evento. Los ejemplos de (51) son comunes en hablas
espontáneas del español de México:
Subjetivización
X Y X
Y’
C C
310
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
escena objetiva pierden rasgos que garanticen su consecución. Mientras más atenuación
de rasgos de la escena objetiva se dé mayor será la prominencia del conceptualizador. El
fenómeno es representado en la progresión de las Figuras 25a a 25c:
Figura 25a. Configuración inicial Figura 25b. Atenuación Figura 25c. Subjetivización
Figura 25a. Configuración inicial Figura 24b. Atenuación Figura 24c. Subjetivización
T T T
C C C
311
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Quizá sea pertinente subrayar que para que se den procesos de subjetivización no es
necesario llegar a la realización de formas gramaticales. La atenuación se da tanto en
formas léxicas, semi-gramaticales y totalmente gramaticales. La diferencia se da en el
nivel de atenuación al que haya llegado cada forma. Espantar tiene distintos niveles de
atenuación pero no parece alcanzar total transparencia:
Por su parte el verbo ir lleva su atenuación a una transparencia máxima que se cristaliza
en la marcación de futuro inmediato:
312
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
313
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
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316
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Bernard VICTORRI
Laboratoire Lattice – CNRS
ENS
Bernard.Victorri@ens.fr
Introducción
Por otro lado, la lingüística se encuentra en cuanto disciplina, algo desubicada porque
su trabajo esencial no consiste en estudiar en si mismos los procesos cognitivos ligados
al lenguaje. Se sitúa al mismo tiempo al comienzo y al final de estos procesos. Al
comienzo ya que el objeto de estudio del lingüista, son las lenguas que pueden ser
consideradas como conocimientos interiorizados por los hablantes, situados pues en
el origen de las capacidades lingüísticas de los sujetos. Y al final, ya que el método
privilegiado del lingüista, es el análisis de los textos y del discurso que son por decirlo
de alguna forma, “productos derivados” de los procesos cognitivos presentes en la
actividad de lenguaje.
De este hecho las bases mismas sobre las cuales están fundamentadas las teorías
lingüísticas pueden parecer desfasadas en relación con las necesidades experimentadas
por los investigadores de las demás disciplinas. Si se le añade a esto la extraordinaria
profusión de estas teorías lingüísticas y la dificultad de comprender los compromisos de
los debates que atraviesan a la comunidad de lingüistas, que parecen girar alrededor de
disputas sin sentido, se concibe que el investigador no lingüista esté de alguna forma
molesto por esta situación, y después de haber buscado inútilmente informarse en este
317
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
laberinto teórico, él adopta una actitud prudente de replegarse en sus propias bases,
contentándose con algunas ideas superficiales sobre la cuestión, estando consciente
que esta solución está lejos de ser satisfactoria.
¿Qué se puede hacer para remediar esta situación? La diversidad de las teorías está
ampliamente justificada por la complejidad de los fenómenos con los cuales los lingüistas
se confrontan. No hay que buscar pues reducir la especificidad de cada enfoque con
el pretexto de simplificar el acceso a los no lingüistas. Se correría con el riesgo por el
contrario, de hacer más incomprensibles los pormenores del asunto. El esfuerzo debe más
bien, en mi opinión, hacer énfasis en un intento de clasificación de las diferentes corrientes
lingüísticas no desde el punto de vista de sus a priori teóricos y de su metodología, sino
desde el punto de vista de sus repercusiones para las ciencias cognitivas. Se trata de
cambiar de perspectiva, y de interrogar desde el exterior de la lingüística las teorías en
cuanto a lo que ellas tienen que decir de las preguntas que les interesan a las otras
disciplinas. He aquí, en desorden y a manera de ejemplo, algunas de estas preguntas:
Las teorías lingüísticas no están, por naturaleza, centradas en preguntas de este tipo,
sino que, para la mayoría de ellas, producen, más o menos directamente, elementos
de respuesta que pueden ayudar a la reflexión sobre estos puntos. Me parece que
si se dispusiera, para cada una de estas preguntas, de un panorama de las teorías
lingüísticas actuales, clasificadas según el punto de vista de la pregunta abordada, esto
le permitiría a los no lingüistas de identificarse mejor, de escoger, con conocimiento de
causa, apoyarse en tal o cual teoría en función de su propio enfoque, y de medir mejor
los compromisos lingüísticos de sus propios trabajos.
318
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Evidentemente no es una tarea sencilla, y eso reclama un trabajo colectivo, con lingüistas
que se presten al juego y no lingüistas que se involucren en semejante operación. Me
parece que este podría ser el papel de las instancias que animan a las ciencias cognitivas
(Acción Cognítica, redes regionales, etc.) impulsar y sostener esta acción, que le haría,
estoy convencido de ello, un gran favor tanto a los lingüistas como a los investigadores
de las demás disciplinas involucradas.
Quisiera aquí por mi lado poder aportar una modesta contribución a este proyecto,
intentado operar una clasificación de teorías lingüísticas sobre un problema central para
las ciencias cognitivas, el de “la arquitectura de la facultad del lenguaje”, para retomar
el título del libro de Ray Jackendoff [Jackendoff 1997]. Por supuesto, no tengo ni la
ambición ni la pretensión de presentar un panorama completo de las implicaciones
de las teorías contemporáneas sobre esta cuestión: no tendría de todas formas la
competencia necesaria. No es más pues que un simple esbozo189, aproximado y torpe
en varios aspectos, destinada simplemente a ilustrar el espíritu en el cual pienso que
debería hacerse este trabajo.
En este primer polo de nuestra clasificación, encontramos sin duda alguna la gramática
generativa, tal y como fue desarrollada por la escuela chomskyana desde hace más
de treinta años. Es bien conocido que esta teoría no es un modelo de producción
y comprensión del lenguaje. Para Noam Chomsky estas proceden de la actuación,
mientras que el objeto primero de la teoría es la competencia, es decir, el saber
lingüístico interiorizado por los hablantes. Por otra parte, y en esto es particularmente
189. Para realizar este trabajo, me basé en tres textos de síntesis: el primer capítulo de un libro de Robert Van Valin y Randy
LaPolla [Van Valin y LaPolla 1997], un artículo de Jacques François [François 1998] y un artículo de Marie-Anne Schelstraete
1993].
319
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Así, incluso si, una vez más, esta teoría no incluye un método de la actuación, implica
una arquitectura fuertemente modular de las actividades cognitivas ligadas al lenguaje.
La comprensión de un enunciado pasaría por tres etapas sucesivas: el tratamiento de
la forma sonora (o escrita) por un sistema perceptivo llegando a la forma fonética, el
paso de esta forma a la forma lógica, realizada por el módulo del lenguaje, y en fin la
explotación de esta forma lógica por el sistema cognitivo central. Las mismas tres etapas
serían superadas en sentido inverso en producción (el sistema perceptivo que ha sido
reemplazado por el sistema motor correspondiente).
Hay que anotar que esta concepción se integra bien en la teoría de Fodor de la
modularidad de la mente [Fodor 1986], como lo anota con fuerza Steven Pinker
[Pinker 1994, cap. 3]: el módulo del lenguaje haría parte de los módulos periféricos
que funcionan de manera autónoma, automática e inconsciente como lo postula
Fodor, y la forma lógica sería una expresión del lenguaje del pensamiento, el célebre
“mentalés”. En particular, es esta forma lógica que sería el objeto de las operaciones
de referencia y de inferencia conducidas por el sistema computacional central. Es
así que para Jean-Yves Pollock, chomskyano de estricta obediencia, la pragmática,
bajo la forma que le dan Sperber y Wilson [Sperber y Wilson 1989], “se articula
igualmente” con el modelo chomskyano [Pollock 1997, pp. 18-19]. Incluso si ésta
última afirmación es discutible [Victorri en prensa], es innegable que se tenga
relación con una proposición coherente de arquitectura de los procesos cognitivos
de tratamiento del lenguaje, que se caracteriza pues por una modularidad estricta y
por cálculos exclusivamente algebraicos que se ocupan de las expresiones simbólicas
específicas de cada nivel.
320
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
321
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
de algunas lenguas indoeuropeas a las cuales se consagran con frecuencia los teóricos
en este dominio.
Su modelo comporta un nivel sintáctico, original porque la estructura sintáctica no se
reduce a una simple arborescencia. La sintaxis está regida por reglas específicas, pero
ella no es autónoma: ella interactúa por un lado, con la representación semántica y por
otro lado con una “estructura informacional”, típica de los lingüistas funcionales, que
le dan todo el espacio a las consideraciones discursivas y enunciativas, en particular a
las nociones de “tópico” y de “focus”, en la línea de los trabajos de Knud Lambrecht
[Lambrecht 1994]. Van Valin y LaPolla presentan la interfase entre niveles bajo la
forma de “algoritmos de unión” (“Linking algorithms”), en los cuales distinguen
cuidadosamente elementos universales, válidos para todas las lenguas, y propiedades
específicas, variables en función del tipo de lengua.
Podemos agrupar en esta tercera clase, teorías muy diferentes que se organizan en tres
corrientes principales.
La primera está constituida por las lingüísticas funcionales que se pueden tratar de
“radicales”, en el sentido en que ellas consideran que la única fuerza organizadora
del lenguaje es la presión evolutiva hacia una más grande eficacia en la comunicación.
Para Michael Halliday [Halliday 1994] o para Talmy Givón [Givón 1995], es más bien
la manera en que el lenguaje es utilizado como se debe explicar el modo en que las
lenguas están estructuradas. Se debe partir entonces de las imposiciones discursivas
para analizar todas las propiedades de un enunciado, incluída su estructura
sintáctica. No podría pues haber reglas específicas de la sintaxis, que obedecieran a
imposiciones propias, de naturaleza diferente. Simplemente la sintaxis, como todo
lo que está estructuralmente codificado en una lengua corresponde a lo que es más
útil para la función de comunicación: Como lo recuerda Jacques François [François
1998, p. 240], esta concepción se resume bien en el adagio: “Grammars code best
what speakers do most”.
322
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Así, todas estas teorías, aunque divergen en puntos esenciales, tienen en común el
rechazar toda arquitectura que aislaría las representaciones lingüísticas del marco general
en el cual se realiza la actividad de lenguaje, ya sea que el énfasis se haga, según el caso,
en la intención comunicativa, en los mecanismos cognitivos generales, en la subjetividad
de la enunciación, o aún en la actividad interpretativa del sujeto. Estas teorías conducen
pues a rechazar toda modularidad del lenguaje, integrando el tratamiento lingüístico de
un enunciado en una dinámica más amplia, con un funcionamiento en anillo que el da
todo su lugar a las anticipaciones de un sujeto intencional que participa activamente en
la construcción del sentido.
Conclusión
Este panorama trazado es sin duda demasiado rápido. Una vez más, se trataba
simplemente de dar una idea de un tipo de trabajo que sería a mi modo de ver, útil para
todos los actores de las ciencias cognitivas que deben tratar, de una manera o de otra,
fenómenos lingüísticos. Como se pudo constatar, en esta clasificación, basada en el
lugar que cada teoría lingüística le reserva a la sintaxis, corresponden tres grandes tipos
de modelos del sistema de comprensión y de producción de los enunciados. En una
323
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Hay que destacar en fin que si la clasificación presentada aquí parece pertinente para
la cuestión de la arquitectura del sistema de comprensión y de producción, esto no
quiere decir que lo sería también para los otros grandes problemas que evocamos en
la introducción.
324
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
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326
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
La lingüística en el contexto de la
inteligencia artificial
Podría pensarse que el contexto más adecuado para la integración de la lingüística con
la informática fuese la Teoría Matemática de la Comunicación o Teoría de la Información
desarrollada por C. Shannon a mediados del presente siglo. Pero no es así. El contexto
de tal integración no es otro que el de la IA. Efectivamente, a partir de la Teoría de la
Información se introdujeron en la lingüística algunos conceptos fundamentales y se
teorizó sobre las principales funciones del lenguaje. Pero bien se sabe que la Teoría de
la Información es una rama de la matemática aplicada y las relaciones entre lingüística
y matemáticas no son de aplicación sino de fundamentación teórica. Por otra parte, la
teoría de la Información se integra dentro del cálculo de probabilidades y el lenguaje
natural no tiene una estructura estadística, sino sintáctico-semántica.
Mientras que al tratar mensajes la IA se preocupa por llegar a dar con su significado
y principalmente con su sentido, la Teoría de la Información en últimas se ocupa de
cuantificar la información del mensaje. Para la Teoría de la Información, la información
de un mensaje no es su contenido semántico, sino una característica de los mensajes
en su origen.
Esta característica está determinada por el número de mensajes que tienen la misma
probabilidad de ser emitidos. Dos o más mensajes pueden tener la misma cantidad de
información y ser semánticamente diferentes; un mismo enunciado puede ser portador
327
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
328
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
329
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
a la solución del problema con una gran economía de tiempo y de cálculo. Los
procedimientos heurísticos permiten abordar problemas que no pueden ser tratados
algorítmicamente, como la toma de decisiones.
330
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Con respecto al rol que desempeñan las gramáticas de casos en el contexto de la IA,
Carré y otros precisan: « Le modèle des grammaires de cas de Charles Fillmore a eu une
grande influence sur les travaux en intelligence artificielle » (Carré, et al., 1991: 48). Dada
su orientación semanticista, se ha considerado la gramática de casos como el modelo
gramatical que más se adecua a las necesidades de la descripción de la estructura de
la oración, la formalización de los conocimientos semántico-pragmáticos y, por ende,
para la manipulación del sentido en la perspectiva del tratamiento automático del
lenguaje natural. « Cette avancée vers la sémantique fut accentué avec les grammaires
de cas proposées par Charles Fillmore. Ces grammaires présentent deux avantages
fondamentaux qui expliquent leur influence sur les travaux d’intelligence artificielle. Le
premier est d’offrir un modèle de la structure profonde d’une phrase où la sémantique
joue un rôle essentiel […] La théorie chomskyenne des langues naturelles achoppe par
ailleurs lourdement sur la formalisation du sens » (Idem : 60-49).
Los campos de aplicación de la IA son muy variados; sin embargo, es posible agruparlos
en cinco: a) las matemáticas, b) el procesamiento automático del lenguaje natural (oral
y escrito), c) la interpretación de imágenes, d) la robótica, e) los juegos. Los problemas de
estos campos tienen en común varios riesgos: a) no son solucionables algorítmicamente,
o tal solución no es deseable; b) además de ser complejos, se integran en un campo
restringido y bien delimitado; c) tienen un dominio que es o puede ser cambiante o
331
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
dinámico; d) existe para ellos una gran cantidad de formas explorables de solución.
Con respecto a su solución, tales problemas requieren: a) una implementación de
procedimientos heurísticos; b) la puesta en acción de una gran cantidad y variedad
de conocimientos, eventualmente incompletos e inciertos; c) la utilización de métodos
generales de razonamiento; d) el desarrollo de técnicas de interpretación y procesamiento
de información, tanto continua como discontinua, como la contenida en escanografías,
espectrogramas, etc., pues el cálculo simbólico prima sobre el numérico. En términos
generales, los problemas abordables mediante las técnicas de la IA son aquellos que
el hombre no puede resolver fácilmente, o en un tiempo razonable, pero que son
completamente formalizables (Haton, 1991:93).
De acuerdo con Singh, la IA se ocupa de los juegos por varias razones : a) en la mayoría
de ellos el problema está bastante definido, tanto en los posibles movimientos como en
la meta última; b) la tarea de ganar el juego puede ser descrita sin ambigüedades; c) la
situación no es ni tan sencilla como para que resulte trivial, ni tan compleja como para
que esté fuera de la capacidad del computador, que la tecnología actual puede construir;
d) la teoría de los juegos provee nuevos enfoques a cuestiones aún no resueltas. En este
sentido, los computadores con que se juega no son solo juguetes, sino instrumentos
que permiten reconocer procedimientos técnicos que tienen aplicaciones muy útiles.
Enfrentando en el juego una computadora con un jugador humano se tiene una buena
medida sobre la habilidad de la máquina para simular el tipo particular de inteligencia
que mecaniza (Singh, 1982: 275).
No cabe duda de que el Procesamiento automático del Lenguaje Natural (PLN), cae
genuinamente dentro del campo de problemas abordados por la IA. La lingüística
es una de las ciencias cognitivas por excelencia; de hecho, el lenguaje natural es el
sistema más genuino de representación del conocimiento; se ocupa de explicitar,
mediante la formulación de reglas, tanto el sistema de conocimientos que son el
fundamento de la competencia lingüística, como el sistema de conocimientos que
son el fundamento de la competencia comunicativa. Siempre se ha considerado la
lingüística moderna como una rama de la psicología cognitiva ya que, de acuerdo
con Chomsky, trata de descubrir una realidad mental subyacente a la conducta
(Chomsky, 1970: 6). Problemas como los relacionados con la traducción automática
y el procesamiento del habla (síntesis, análisis y reconocimiento), se caracterizan
por que: a) no son siempre algoritmizables, y por tanto exigen la implementación
de mecanismos heurísticos, acordes con las situaciones cambiantes; b) sólo son
solucionables en virtud del desarrollo de procesos de inferencia, en los cuales es
necesario hacer intervenir la gran cantidad y variedad de conocimientos (temáticos,
lingüísticos, contextuales, culturales, psicosociales, etc.); c) No siempre se dispone
de datos exactos y, por tanto, requieren un tratamiento tolerante de los fenómenos
cambiantes; d) la información de base, no siempre es accesable en forma discreta,
sino en forma de cadenas de sonido, gráficas, espectrogramas de sonido, etc.
332
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Por conocimiento se entiende todas las formas de saber del hombre: juicios, proposiciones,
generalizaciones, estrategias de acción, procedimientos de razonamiento y heurísticos,
confianza en los conocimientos, conocimientos sobre los conocimientos, etc. (Haton,
1991:53). Los conocimientos pueden ser específicos, generales, profundos, superficiales,
inciertos, imprecisos, incompletos, etc. Para efectos de la estructuración de una base de
conocimientos se distinguen básicamente dos tipos de conocimiento: los factuales y los
procedimentales.
Los conocimientos factuales son aquellos que hace referencia a hechos permanentes
o estados de las cosas; permiten responder a preguntas como ¿qué es algo? Los
conocimientos procedimentales hacen referencia al ‘saber hacer’, a procesos invariables,
mediante los cuales se sortean situaciones o se resuelven problemas. Por ejemplo, ‘Si
trabajas en vacaciones, podrás costearte los libros’. Un tipo especial de conocimientos
procedimentales son los conocimientos heurísticos. Estos conocimientos hacen referencia
a pautas generales de eventos, que se pueden seguir cuando no existen disponibles
reglas de procedimiento invariables; son producto de la experiencia; por ejemplo, ‘A
donde fueres, haz lo que vieres’; contribuyen grandemente a la potencia y flexibilidad
de los SE y son base para la aplicación de conocimientos detallados.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
el consecuente (Q) sea verificado, se pueda extraer una conclusión, se realice una acción,
etc. En su conjunto, se describen los procedimientos para utilizar los conocimientos
en forma dinámica, con poca memoria y directamente como hechos. En la práctica,
ambos tipos de esquemas se complementan. De todos modos, la representación de los
conocimientos ya de manera declarativa, ya de manera procedimental, es mucho más
natural, que cuando se codifican en forma de un algoritmo (Rolston 1990: 32-33).
Puede parecer extraño que se hable de un autómata que realice procesos de inferencia;
pero para quien está familiarizado con el espíritu y contenido de la lógica formal es
claro el carácter mecánico de la demostración y su afinidad con un algoritmo: a) por
definición, la lógica es la ciencia de los principios de la inferencia formalmente válida;
es la ciencia de la demostración; b) como ciencia de la demostración, la lógica busca
estructurar sistemas (cálculos, sistemas axiomáticos, sistemas combinatorios etc.),
mediante los cuales es posible establecer la validez de un razonamiento, o la verdad de
un conocimiento; c) la lógica formal favorece el seguimiento de procesos mecánicos en
la obtención de la respuesta a un interrogante, a partir de un sistema de conocimientos
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Es un mecanismo que acepta información de parte del usuario y la traduce a una forma
aceptable para el resto del sistema, por una parte; por otra, recibe la información
proveniente del sistema y la traduce de tal forma que puede ser comprendida por
el usuario. Idealmente, este mecanismo integra un procesador de lenguaje natural
que acepta y devuelve información del mismo modo que un experto humano recibe y
ofrece información. La comunicación de información en lenguaje natural por parte de
la máquina es una aplicación de los resultados del PLN, consistente en poder generar
textos a partir de estructuras de datos. Aunque en la actualidad no existen sistemas
que reproduzcan la potencia global del lenguaje, existen sistemas que han producido
resultados impresionantes mediante la utilización de subdominios restringidos del
lenguaje natural (Rolston, 1990: 6-11).
Nos hemos ocupado someramente de la presentación de principales partes de un SE,
porque es una muestra de los recursos que dispone la IA para abordar el problema de
PLN. Además, el conocimiento de su arquitectura permite reconocer el lugar y el papel
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
del lenguaje natural en esta tecnología. No es gratuito afirmar que el lenguaje natural
adquiere una importancia cada vez más creciente en la informática moderna, ya como
objeto de estudio en sí, ya como instrumento de la interacción.
2. Lingüística e informática
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
para reconocer que los esfuerzos investigativos ya no se orientan sólo al estudio del
lenguaje en cuanto al vehículo de la comunicación, sino también con el sistema más
genuino de representación del conocimiento; e) una forma de persuadirse de que no
puede desligarse de las necesidades tecnológicas de la época; de que está en mora de
asumir con respecto al estudio del lenguaje natural las responsabilidades que le imponen
los desarrollos de las ciencias cognitivas, sopena de convertir su área de estudio en una
disciplina aislada, fragmentaría y anacrónica. De hecho, la informática ya ha llevado
a un primer plano los problemas relacionados con el procesamiento automático del
lenguaje natural.
Son varias las dificultades y estereotipos con que se choca en la preocupación por
salvar el hiato entre los desarrollos de la lingüística y de la informática. Es de anotar que:
a) es notoria la ausencia de actividades programáticas, que permitan una interacción de
los docentes y estudiantes de las áreas en cuestión; por ejemplo, en el área de estudio
de lenguas la atención de docentes y discentes gravita particularmente sobre las
disciplinas humanísticas de mayor trascendencia social, o de aplicación más inmediata
como: a) la textolingüística, la sociolingüística, la psicolingüística, la etnolingüística, la
didáctica de las lenguas, la estilística y la terapia de lenguaje; b) con frecuencia se
considera la participación de la lingüista en proyectos de investigación relacionados con
la informática como un indicio de confusión de su identidad profesional; c) se piensa
que el lingüista que quiera incursionar en la lingüística computacional, primeramente
debe convertirse en ingeniero, o al menos en técnico en programación; d) se considera
que el mundo de las matemáticas y el mundo del lenguaje son muy diferentes y quizá
antagónicos ; que una cosa es el mundo del cálculo y de los números, y otra muy distinta,
el de las letras; e) no siempre se entiende bien el sentido de la lingüística y su relación
con sus áreas de estudio. Algunos estudiosos de la matemática y de la informática,
por lo general, asocian lo lingüístico con lo filológico, con lo normativo, lo etimológico
o lo estilístico, etc. Recíprocamente, para quienes se están iniciando en la lingüística,
lo matemático lo asocian meramente con lo aritmético o lo cuantitativo; f) cuando se
admite la posibilidad de interrelacionar la lingüística y la informática, muchos lingüistas
(quizá por carencia de bases lógico matemáticas ) conceptualizan tal proyecto como
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
b). El análisis de la manera como los usuarios de una lengua producen e interpretan
enunciados.
g). El diseño de técnicas de análisis tolerantes que acepten los errores, datos
incompletos, redundancias.
Procesar algo es tratarlo, adecuarlo o transformarlo a un estado tal que con ese algo sea
posible obtener determinados resultados. La razón del ser del PLN deriva del proyecto
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
b). El proyecto del PLN se ubica en un campo donde se integra el aporte de las ciencias
cognitivas y de la computación. Un postulado de la IA es que los procesos del
pensamiento son mecanizables, esto es que todo el pensamiento percibe como
entrada, todo lo que elabora y todo lo que produce o se manifiesta como salida, así
como las operaciones realizadas entre la ‘entrada’ y la ‘salida’, es simulable por una
máquina, aunque esta no tenga principios de funcionamiento similares a los de el
cerebro humano. (Carré, et al., 1991:42).
c). Los computadores equipados con la tecnología de IA están habilitados para aprender
gramáticas formales, captar y almacenar una gran cantidad de conocimientos
(gramaticales, pragmáticos, temáticos, del mundo en referencia, etc.) y realizar
procesos de inferencia con ellos. Es decir, están en capacidad de reconocer no solo
la gramaticalidad de los enunciados, sino también de realizar procesos lógicos de
inferencia para establecer el sentido de los enunciados con base en las inferencias
realizadas a partir de los conocimientos pragmáticos. En función de las gramáticas
formales que aprenden, están en capacidad para generar, aceptar y operar con
lenguajes formales, PROLOG por ejemplo. Así como existe la gramática española
que caracteriza todas las oraciones del español, y nada más que esas oraciones, así
también existe la gramática del PROLOG que caracteriza (enumera y acepta), todos los
programas de computación en PROLOG. Un programa de computación estructurado
con base en una gramática formal, es análogo en una oración caracterizada por la
gramática de una lengua particular. Si además de la gramática formal, por la cual
resulta funcional el programa de computación, se le añade la gramática de una
lengua particular, el computador podrá procesar gramaticalmente los enunciados
de esa lengua. Y en la medida en que el computador esté en capacidad de procesar
conocimientos pragmáticos en esa medida estará en capacidad de manipular el
sentido de los enunciados de esa lengua.
Con lo anterior queremos destacar que, si bien los conocimientos gramaticales son
necesarios para reconocer la gramaticalidad y el significado literal de los enunciados,
no son suficientes para reconocer su sentido. Si los conocimientos gramaticales son
el fundamento de la competencia lingüística, los conocimientos pragmáticos son el
fundamento de la competencia comunicativa, es decir, capacitan a los participantes para
desarrollar deducciones adecuadas sobre el contexto y así, por ejemplo, poder mantener
una conversación eficiente. No nos detenemos en los conocimientos gramaticales, pues,
por una parte, son de la competencia del lingüista. Por otra parte se estaría expuesto
344
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
a). Los participantes mismos. Este conocimiento le permite a cada uno de ellos
reconocer sus capacidades, sus intenciones comunicativas, sus creencias, sus
estatus, sus roles, estrategias de interacción, etc., y actuar en consonancia con
ellas. El nivel de dificultad seleccionables en algunas máquinas de los juegos es un
indicador de cómo el conocimiento de las habilidades de la persona que interactúa
es fundamental para la interacción eficiente.
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
e). Los actos de habla realizados por los participantes y los fundamentos que
rigen su coherencia. Hablar una lengua es una forma del comportamiento social
regido por un conjunto de reglas socioculturales que determinan el comportamiento
comunicativo de los participantes. En este sentido, se define la pragmática como
el estudio de los distintos actos que realiza el hablante cuando utiliza una lengua
en el seno de una sociedad. Como se deduce, los conocimientos pragmáticos: a)
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Una fórmula de la lógica como ‘aprobar (Juan, año)’, representa un enunciado como
‘Juan aprobó el año’, y referencia a un conocimiento factual. A partir de los conocimientos
estructurados en la base del conocimiento sobre, por ejemplo la legislación educativa,
el reglamento estudiantil, la institución donde estudia Juan, el horario, los programas
escolares, las asignaturas, etc., el computador estará en capacidad de realizar inferencias
más completas y responder a otras preguntas como: ¿Juan aprobó el año? ¿Cuándo
se gradúa Juan? ¿Tiene disposición para las matemáticas? ¿En una determinada fecha
y hora estará Juan en la institución?, etc. En la medida en que el computador está en
capacidad de resolver un problema o responder preguntas a partir de un conjunto de
conocimientos y la realización de procesos de inferencia, mejor estará en capacidad
de manipular enunciados y simular la comprensión de su sentido y, en consecuencia,
simular un comportamiento inteligente. Teniendo en cuenta la gran capacidad de
conocimientos necesarios y que la descripción del mundo es una tarea potencialmente
infinita, se entiende el por qué de la importancia de las investigaciones conducentes a
la formalización y modelización de los procesos de aprendizaje.
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
L’analyse du langage, est étudiée depuis les années 1950. Il existe à nos jours des interfaces en
langue naturelle permettant à l’utilisateur de dialoguer avec l’ordinateur. Au contraire, l’étude de la
communication de la machine vers l’homme, la génération de langage, est un domaine plus récent
(Noiger, 1991 :15).
A partir del supuesto que todo progreso tecnológico se traduce de inmediato en una
mejora del desempeño laboral y en un incremento de la productividad, el ideal de la
tecnología y las industrias de la lengua es la puesta en circulación de una gran cantidad
de máquinas, mediante las cuales sea posible mecanizar muchas de las tareas rutinarias
realizadas con el lenguaje natural en el contexto de la vida cotidiana y profesional, De
hecho es tan abrumadora la cantidad de textos que en algunas instituciones es necesario
procesar, que frecuentemente amenaza la eficiencia de tales instituciones; ya es una
necesidad absoluta que algunas actividades que antes se realizaban manualmente
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
sean actualmente realizadas automáticamente. Por otra parte, se hace necesario que la
productividad institucional sea cada vez menos dependiente de las limitaciones propias
del trabajo humano: actitudes emotivas, fatiga, errores, costos salariales, etc.
No hay dimensión humana donde no esté involucrado el lenguaje natural; por tanto, es
lógico que las aplicaciones de las industrias de la lengua no tengan un área específica;
están inmersas en todas las dimensiones de la vida diaria y profesional. Entre las
principales aplicaciones de la tecnología de la lengua se destaca la construcción de:
a). Sistema de bases de datos complejas que recitan información vía telefónica sobre,
por ejemplo, el estado de cuentas bancarias, el estado del tiempo en las distintas
regiones de un país, la llegada y salida de aviones, el curso de la bolsa. Los resultados
deportivos etc.
c). Sistemas que pueden ser accionados por la voz: robots que con base en SE, funcionan
como auxiliares inteligentes (de cirugía, por ejemplo), sillas de ruedas, selectores de
frecuencia de radio, programación de máquinas, sistemas que captan y almacenan
datos mediante la voz en conteos o escrutinios, etc. Estos sistemas son útiles cuando el
usuario tiene vista o manos ocupadas, esta a distancia, o es discapacitado.
e). Sistemas de transformación del texto oral en texto escrito: máquinas de escribir
con entrada oral.
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
On peut également parler d’industries parce que les acteurs du domaine du traitement automatique des
langues naturelles ont des activités qui les placent clairement dans le champ de l’industrie et non dans
celui de l’artisanat. A cet égard, l’exemple de la traduction est significatif (et peut-être généralisé) : on est
passé d’un stade artisanal (des experts travaillant de façon isolée, avec une productivité exclusivement en
fonction du temps passé par le traducteur humain) à la mise en place d’organisations complexes utilisant
de façon permanente les technologies avancées (Carré, et al. 1991 :11)
Otras nuevas profesiones pueden ser las relacionadas con la asistencia a computólogos
en la construcción, adecuación y perfeccionamiento de programas y autómatas que
operen en el lenguaje natural y la asistencia lingüística a usuarios de sistemas basados
en la tecnología de la lengua. Con el progreso tecnológico es previsible que los usuarios
se vean en la necesidad de ampliar sus destrezas lingüísticas para interactuar con la
máquina; por ejemplo, es previsible que para poder interactuar eficientemente con la
máquina de escribir, de entrada oral o los robots accionados por la voz, se intensifique la
docencia de fonética y fonología para enseñarles a los operarios a hablarle a la máquina,
de forma semejante a como actualmente es corriente la docencia de mecanografía y
de ortografía.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Dado que el grado de perfección del trabajo realizado por los autómatas, en contraste
con el rendimiento humano es relativamente bajo, es más adecuado hablar de
asistencia que de automatización completa; por ejemplo, ya no se habla de traducción
automática de alta calidad y eficiente en todo contexto, si no de traducción asistida por
computador y para contextos temáticos específicos. Pero tal grado de perfección no
constituye un obstáculo para el desarrollo de las industrias de la lengua; la baja calidad
de desempeño es el precio que hay que pagar por la automatización. A pesar de los
mediocres que puedan parecer, algunos autómatas ya tienen asegurados mercados,
real y potencial, cada día más considerables, pues, de todos modos son una garantía de
la mejora de la productividad. Dada la complejidad de algunos problemas y el estado
de los conocimientos, es previsible que en los próximos años las industrias de la lengua
se inscriban en un proceso de acumulación de conocimientos y que las estrategias
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Conclusiones
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
REFERENCIAS
ALLEN, J. (1988). Natural Language Understanding, Menlo Park, California, The Benjamin-
Cummings Publishing Company.
HATON, J. P., y M. C. HALTON. (1991). La inteligencia artificial, una aproximación, traducción del
francés de Iris P. Ucha, Barcelona, paidós.
ROLSTON, D (1990). Principios de inteligencia artificial y sistemas expertos, traducción del inglés
de Alfonso Pérez Gama, Bogotá, McGraw-Hill.
353
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Marco BISCHOFSBERGER
Instituto de Lenguas y Literaturas Romances
Universidad de Basilea, Suiza
marco.bischofsberger@unibas.ch
190. Mis agradecimientos van para Béatice Coffen, Simona Pekaret y Jean-Jacques Queloz por sus preciosas observaciones.
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
de concebirlo lo que equivale a construirlo. Este razonamiento implica por otra parte,
otro aspecto importante, pero con frecuencia descuidado: el fundamento de una
disciplina autónoma pasa por las preguntas que se plantea, y no es establecido por
el postulado de la autonomía de su objeto (en relación con otros). Es pues posible
preguntarse por las interrelaciones entre el lenguaje y otras entidades tales como
el cerebro, la sociedad, la cultura, sin que esto signifique sacrificar la autonomía de
la disciplina. Esto significa igualmente, por ejemplo, que ocuparse de una óptica
lingüística del lenguaje jurídico es una empresa completamente lingüística. La
“lingüística judicial” (forensic linguistics), que actualmente se desarrolla en varios
países, logrará, en el mejor de los casos, ponerse al servicio de la jurisdicción. En
el plano epistemológico sin embargo, ella permanece como una subdisciplina
lingüística. Recordemos por fin que si se utiliza un computador para escribir un
artículo de lingüística, no quiere decir que se esté haciendo lingüística informática.
Otra variante del proyecto interdisciplinario, al lado del cual se funda la yuxtaposición,
es la interdisciplinariedad que postula la existencia de una metateoría. Las ciencias
individuales utilizarían esta metateoría con el fin de constituir sus objetos específicos.
En el caso de la ciencia cognitiva (en singular), podríamos por ejemplo postular, como
lo hace entre otros Kurthen (1994, p.133), la posibilidad de una metateoría capaz de
explicar la cognición sin tener en cuenta el sustrato físico de la cognición.
191. Cf. Wallner (1993). NdE. Compárese lo aseverado en este artículo con las tesis de Rastier presentadas en este volumen.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
por supuesto los estándares de la “ciencia exacta” los que son aplicados192. Aceptar
una ciencia guía quiere decir cederle la responsabilidad de definir los métodos y
sobretodo definir el interés de las preguntas. Esta preeminencia de algunas disciplinas
sobre otras se refleja también en el plano lexical. Cognitivo se convierte casi en un
sinónimo de “mental”, o incluso en variantes extremas, de “neuronal”193; por esfera
cognitiva, se designa el conjunto de las capacidades mentales tales como la percepción,
la memoria… Hablando de un sistema cognitivo, pensamos generalmente en una
mente/cerebro sin importar que sea natural o artificial. Pero no se trata de criticar una
escogencia terminológica para proponer otra. Toda terminología es arbitraria, es decir
dependiente de un contexto científico histórico determinado. Se trata más bien de
evaluar las inclusiones o las exclusiones temáticas operadas por esta escogencia. Es
por supuesto posible limitar lo cognitivo a lo mental y a lo cerebral. Pero al menos en
la óptica de la lingüística, no se percibe casi mientras que esto cambia con relación a
otras disciplinas que existen desde hace mucho tiempo, como la psicolingüística o la
neurolingüística. Esto, a nivel de etiquetas. Mucho más grave por el contrario, son las
exclusiones, al menos en lo atinente a la lingüística cognitiva. Una lingüística cognitiva
que ignore el lado histórico, social y cultural de toda operación de sentido, no solo
abandona aspectos importantes de toda lengua, sino también corre el riesgo de crear
una imagen del lenguaje absolutamente errónea ya que queda reducida a su dimensión
física. Ahora bien, es completamente claro que la actividad lingüística tiene un lado
físico, un sustrato neuronal, pero esto no legitima en ningún caso la naturalización, o
mejor aún, la fisicalización de las lenguas (es por razones de prestigio científico). Sin
sol no hay vida (y por ende no hay lenguas); pero esta dependencia no le impidió en
realidad a la biología desarrollarse de manera autónoma con relación a la astronomía.
192. Cf., por ejemplo, Gold-Engel (1998, p. 11-12): “Es un hecho notable en sí que las normas metódicas de una ciencia
exacta se impongan en el terreno de una ciencia de la cognición y sean aceptadas sin restricción. Que corresponda aplicar
los criterios estrictos en el ensamble o la prueba de hipótesis, o en la puesta en obra y evaluación de experiencias permanece,
tratándose de la ciencia cognitiva, fuera de discusión. El progreso de los conocimientos en materia de ciencias de la cognición,
reposa sobre la idea de reproductividad y de falibilidad experimentales como ejemplo de las ciencias de la naturaleza paten-
tadas. Tal es el compromiso que se proponen asumir las ciencias de la naturaleza que participan en el vasto proyecto de una
ciencia interdisciplinar de la cognición.” La ocupación de territorios explorados tradicionalmente por las ciencias de la mente
(y con los medios de la ciencia de la mente) es célebre como un progreso: “De su impregnación filosófica, que esté teñida de
metafísica especulativa, haga un giro crítico-trascendental o hermenéutico-antropológico, a la teoría del conocimiento con-
servó el enfoque general, no la metodología. Así, la ciencia de la cognición es una continuación de la teoría del conocimiento
por otros medios” (Ibíd., p. 12). Cf. Igualmente Münch (1988, p. 17): “La ciencia de la cognición es en su esencia una ciencia
dura que se sitúa en la tradición de la psicología objetiva. En otras palabras, la ciencia de la cognición se considera como una
ciencia de la naturaleza que se ocupa de los fenómenos que tradicionalmente están asignados a las ciencias de la mente.” El
imperialismo de este gesto es puesto en evidencia en el siguiente pasaje que sugiere algo bastante extraño: suprimir la opo-
sición entre ciencia de la mente y ciencia de la naturaleza, subordinando la primera a la segunda: “La ciencia de la cognición
pertenece por esto a una tradición que busca romper con la división entre ciencias de la naturaleza y ciencias de la mente.”
193. La definición de cognición parece depender de las preferencias personales. Así, uno no se sorprenderá que el biólogo
Maturana esté convencido que la cognición es un fenómeno biológico y que sólo pueda ser comprendido como tal; cf. Matu-
rana (1987), Roth (1987), y para una crítica culturológica, Janich (1996).
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
194. Sweetser (1990, p. 2), por ejemplo, postula que son la percepción y el conocimiento humanos del mundo [los que son]
la base de la estructura del lenguaje humano .
195. Incluso Jonson parece admitir que la experiencia corporal puede ser reelaborada culturalmente: “La experiencia vivida
del viento sobre mi rostro o de un cuchillo en mi espalda es corporal, no textual, incluso si la significación de esta experiencia
puede ser considerablemente afinada por todo tipo de esquemas [frames], metáforas y otros instrumentos al servicio de la
imaginación y culturalmente definidos” (Jonson, 1992, p. 348).
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
A este respecto, algunas observaciones son pertinentes. Es por supuesto bastante cierto
que el sustento fisiológico del hombre tiene un impacto en la manera de estructurar la
lengua. En algunos dominios, como por ejemplo los sistemas de numeración, el cuerpo
humano ocupa un papel central, al menos en la diacronía, es decir, en cuanto a motivación
diacrónica. Este fenómeno fue bien documentado en numerosas publicaciones. Así, los
building blocks (Heine, 1997) los más frecuentados son la mano, las dos manos, un pie,
los dos pies, las manos y los pies (una persona entera): Estoy lejos de querer ignorar estas
regularidades y de negar el interés de estos datos. Pero lo que sorprende, en el caso
considerado, es la pluralidad de posibilidades que se desprenden de ello. Aunque haya
anclaje en el cuerpo, es posible desarrollar sistemas quinarios, decimales, vigesimales. Y
sobretodo la mano; ella permite por otro lado, junto al sistema quinario, el desarrollo de
un sistema duodecimal, utilizando el pulgar para recorrer las doce falanges de los otro
cuatro dedos. Luego, incluso reconociendo un embodiment no se puede negar que la
explotación del recurso “cuerpo” obedece a reglas diferentes que tienen su razón en la
contingencia cultural.
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
semejante importancia para las lenguas. Hay, sin embargo un problema de enfoque que
la lingüística cognitiva a mi parecer (según lo que conozco), no resolvió, la circularidad
de la argumentación, un problema señalado en otro lado por varios autores (cf. Keller,
1995, p. 84-85; Rastier, 1997, p. 64). Es sobre la base de fenómenos lingüísticos que
se “construye” constantes o esquemas cognitivos subyacentes, esquemas que sirven
luego para justificar o explicar de nuevo fenómenos lingüísticos. Keller (1995, p. 86)
resume el problema de manera eficaz: si la única fuente del saber sobre la estructura
de la cognición es la estructura de la lengua, entonces es inaceptable utilizar esta
estructura cognitiva para explicar la estructura semántica de la lengua196.
Pero veamos un ejemplo concreto discutiendo una proposición de Koch (1997), cuyo
enfoque es interesante porque representa un caso completamente raro de extensión
del discurso cognitivo en la diacronía y esto a partir de una posición sobretodo prudente
incluso escéptica frente al credo cognitivista. Lo que propone Koch es ‘neutralizar’
la especificidad histórica de la semántica de las lenguas. Se trata de encontrar en la
gran diversidad de las lenguas históricas, recorridos diacrónicos paralelos. El carácter
poligenético de estas evoluciones semánticas parece sugerir la posibilidad de localizar
esquemas cognitivos subyacentes a los hechos lingüísticos, esquemas compartidos por
todo el mundo o, al menos, por varias comunidades lingüísticas197. A través de una
comparación de varias lenguas resulta que se tiene la tendencia a formar la idea de ‘gran
cantidad’ a partir de una base cognitiva que sería la del ‘montón’ de la acumulación
y que se convertiría por eso en el caso prototipo. Esta imagen es fácil de documentar
en toda una serie de lenguas indoeuropeas (cf. Los ejemplos presentados por Koch198.
Y admitiendo que el montón o la montaña crece más o menos paralelamente con la
cantidad, resultaría de ello una regla de base que constituye un lazo cognitivo entre
la idea de gran cantidad y el de ‘alto’. Retengamos solo el principio de base: a través
de un análisis diacrónico de paralelas interlingüísticas, debería ser posible, reconstruir
esquemas cognitivos de base (eventualmente universales).
196. “Cuando nuestra fuente de informaciones sobre la estructura de la cognición es exclusivamente la estructura de la
lengua, no podemos admitir reaplicar la primera para fundar o explicar la estructura semántica de la lengua. La semántica
cognitiva ´explica´ lo conocido por lo desconocido [...] Su forma argumentativa está, en su núcleo mismo, el de la petitio
principii ” (Keller, 1995, p.86).
197. Koch (1997, p. 241): “[...] la semántica histórica nos ofrece un material ´cognitivo´ extremadamente rico, en el sentido
en que los cambios semánticos poligenéticos nos ayudan a encontrar los esquemas cognitivos universales o muy generales
que no pueden faltar de repetirse entre las lenguas humanas; también tenemos la posibilidad de neutralizar-al menos en este
punto- la historicidad de las lenguas”.
198. Italiano familiar un mucchio di, francés hablado un tas de, alemán ein Haufen, español un montón de, etc.; cf. Koch
(1997, 233).
360
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Queda el problema del gran número de otras posibilidades para expresar la idea de
‘gran cantidad’ en parte señalada por el mismo artículo de Koch199. Así, expresiones
francesas como plein de, beaucoup, bien des fois, palabras como en italiano molto o
en inglés much, etc. Tienen fuentes etimológicas diferentes. Y sería fácil añadir otros
ejemplos. Una fuente bien documentada en italiano por ejemplo es la idea de la
confusión, el ‘caos’: en italiano regional farne una strage ‘hacer mucho, sacar varios
objetos de un trabajo’, literalmente ‘llevar a cabo una masacre’, en italiano hablado
un casino di gente ‘una cantidad de gente’ e incluso una repubblica di uccelli,
literalmente ‘una república de aves’, ‘un vuelo de aves’, en donde se reconocerá una
alusión lejana a los efectos caóticos de las guerras napoleónicas en Italia200. Y ¿qué
hacer con expresiones fijas tales como en francés fumer comme un sapeur, en alemán
rauchen wie ein Türke, literalmente ‘fumar como un turco’, o Geld wie Heu haben
‘tener dinero a montón’, literalmente ‘tener dinero como heno’, en italiano avere
una fame da lupi ‘tener un hambre de lobo’, expresiones que sirven para ilustrar la
idea de ‘mucho’ de ‘gran cantidad’? Y hay que añadir otro elemento importante.
En cuanto no se limite a describir un concepto onomasiológico abstracto, es decir,
desde que se toma en consideración el contexto de uso, nos damos cuenta no solo
de una variedad enorme, sino sobretodo de una variedad que se adapta a una
situación sociocultural, incluso a una situación de enunciación concreta. Una breve
encuesta dialectológica llevada a cabo recientemente en el Tessin (corpus Donadini,
1998), en donde se tiene en cuenta precisamente estos contextos, muestra bien
todos estos lazos. Queriendo por ejemplo expresar la idea de una gran cantidad de
castañas, se recurrió a una alusión al objeto permitiendo recolectarlas (ejemplo: na
gerlada da castegn, una cesta de castañas, una scusarada da castegn, un delantal
lleno de castañas). Cuando se trata de describir una gran cantidad de conejitos, es
por ejemplo a través de la imagen del hormigueo. Y ¿cómo se expresa la idea de
recibir una gran cantidad de golpes, recevoir une peignée?201 He aquí por ejemplo
en italiano regional dare un fracco di legnate, en donde fracco se debe relacionar
con el latín frangere, romper.
361
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Cognición y construcción
202. A propósito de la indexicalidad, cf. Rastier (1994, p. 28): “El índice es un signo cuyo sentido sólo puede ser asignado re-
lativamente a una situación de comunicación real o representada por el texto. Las lenguas no cuentan con índices puros, sino
con signos indexicales como los demostrativos, los posesivos, los pronombres, y todos los signos con uso deíctico. Para una
semántica interpretativa, todos los signos reciben su sentido solo en los contextos lingüístico y no lingüístico, y los indexicales
sólo son un caso particular, arbitrariamente distinguido de un régimen común”.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Rechazando toda suerte de realismo bruto que hace de las cosas presentes la piedra
de toque de todo conocimiento, el conocimiento no es recibido de manera pasiva por
el hombre, sino es más bien él quien lo construye de manera activa. La cognición es de
naturaleza “adaptativa”, es decir que no sirve para descubrir una realidad ontológica,
sino para organizar nuestra experiencia del mundo (von Glasersfeld, 1996, p. 48).
Es sobre la base de este lazo que pretendo acercar los dos temas que son la lingüística
cognitiva y el constructivismo. No quiero hacer depender uno del otro, ni confrontar una
a una las diferentes escuelas en sus variantes infinitesimales. La extrema proliferación
terminológica que acompaña por ejemplo los debates entre las diferentes corrientes del
constructivismo indica por otra parte que, con frecuencia, no se trata de comprender
mejor, sino de defender territorios y poner etiquetas. Más allá de estos conflictos
intraconstructivistas203, parece posible distinguir al menos dos posiciones que marcan
también dos polos extremos: por un lado, un constructivismo biologizante, y por
otro, un constructivismo sociologizante. Queriendo asociar las dos posiciones a dos
nombres, podríamos citar para la primera el constructivismo de Maturana y, de manera
general, los constructivistas que aceptan las neurociencias como punto de referencia
y luego como ciencia-guía. Por otro lado se ubicaría por ejemplo el constructivismo
social de Gergen, según el cual el conocimiento y la realidad son categorías culturales
inventadas y utilizadas en el seno de las prácticas sociales. Encontramos estos polos
casi simétricamente en las ciencias cognitivas, por un lado, una tradición universalista
y por otro, una tradición sociocultural. La primera posición es evidentemente la más
visible y se manifiesta a través de una confianza en constantes universales (incluso
fisiológicas) y que está bien extendida en lingüística cognitiva. En otro lugar critiqué
(Bischofsberger, 1996) este constructivismo universalista. Aunque se consideran los
conocimientos como algo determinado no por una verdad y un orden inscrito en el
mundo, sino fundamentados en la experiencia, el sujeto cognitivo permanece como
un aparato anclado biológicamente y el mundo construido se convierte en un mundo
construido de la misma manera por cada uno de nosotros y de la misma manera.
El aparato psico-biológico del sujeto cognitivo se convierte en un punto de partida
que no se puede evitar, desenmascarando un fundamento que permanece al fin de
cuentas realista204. En cuanto a la lingüística, esto significa aceptar un programa de
investigación cuyo objetivo principal es el de relacionar la diversidad de los fenómenos
lingüísticos con una serie cerrada de reglas constantes. Se adquiere, es verdad, una
203. Para una presentación concisa de las diferentes ramas constructivistas, cf. Schmidt (1994, p. 13-19).
204. Cf. las observaciones en Schmidt (1994, p. 17-18).
363
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
relación menos inocente entre lengua y mundo, pero sin modificar verdaderamente el
razonamiento de base que presupone, por un lado una lengua y por otro un mundo que
permanece forzosamente fuera. En otras palabras: este género de discurso cognitivo es
generalmente representacional. De allí se desprende una ilusión: a través de un análisis
adecuado de los fenómenos lingüísticos, es posible alcanzar los mecanismos con los
cuales construimos la realidad.
Las siguientes reflexiones (sección 4) van a fijarse al segundo enfoque sin intentar
defender y desarrollar la posición de una escuela particular. El lazo es de preferencia
asegurado por afinidades electivas, en la medida en que yo también renuncio a penetrar
en la cabeza para defender una noción de cognición que es a la vez antiuniversalizante
y antibiologizante. Queriendo mantener una posición naturalizante, propongo tener
en cuenta la naturaleza del hombre, es decir de su naturaleza cultural. En síntesis,
propongo reemplazar el discurso que concibe la cultura sub especie naturae por su
discurso complementario: la naturaleza del hombre sub especie culturae. En otras
palabras: la naturaleza del hombre en su cultura. Los seres humanos entran en su vida
social no de forma autónoma, sino en cuanto seres integrados en complejos sociales
más vastos. Esta manera de ver las cosas implica el riesgo de cosificar la cultura como
medida última de hacer de ella una especie de “segunda naturaleza” (Arnold Gehlen)206.
Este problema estará en el núcleo del siguiente acápite, en el cual intentaré relativizar
el condicionamiento cultural o social del hombre que habla una lengua determinada.
Aunque el hombre sea un ser cultural y social, casi no es reductible a una lengua
específica. Sabemos bien que la idea de la lengua es una construcción tanto del hombre
como de los lingüistas. Para decirlo de otra manera: la identificación tradicional entre
lengua y cultura está lejos de ser evidente; por el contrario, ella es con certeza falsa.
La perspectiva constructivista aplicada a la misma lingüística que sea una lingüística
364
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
365
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
son ellas mismas construcciones que varían según diferentes criterios: diacrónicos y
socioculturales. En cuanto a la variación diacrónica, recordemos al menos un ejemplo que
tiene cierta importancia para nuestro propósito. Se trata del estatus de la singularidad,
de la diversidad en la historia de la ciencia, fenómeno que, en un momento dado,
es excluido de todo discurso científico. La ciencia clásica, es decir la ciencia que se
reconoce y se funda en la práctica físico-matemática, se constituye a través de un gesto
epistemológico que hace abstracción de la diversidad histórica y de todo fenómeno
singular e histórico. Carlo Ginzburg (1986, p. 166 y siguientes) de quien tomé prestado
este razonamiento identifica el momento decisivo de esta exclusión con el nacimiento
mismo de la ciencia galileana, es decir moderna. Ginzburg caracteriza el paso a la
ciencia moderna como el paso de un paradigma indicial o divinatorio en donde el punto
de partida está constituido por casos individuales, en reconstruir caso por caso a través
de las huellas, los síntomas y los índices en un paradigma que rechaza por principio
toda individualidad. La iteración de los fenómenos se convierte en el criterio decisivo,
excluyendo de hecho todas las ciencias indiciales y conjeturales. El razonamiento de
Ginzburg está ejemplificado por las ciencias de la historia sobretodo por el ejemplo de la
medicina hipocrática que desarrolla sus métodos sobre la base de síntomas que permiten
describir la historia de enfermedades particulares, pero sin llegar jamás a la enfermedad
en cuanto tal quedando ésta como un fenómeno que no se puede alcanzar208. Pero
citemos más bien a Ginzburg (1986, p. 173) que describe de la siguiente manera
este cambio de paradigma: “En el mapa geográfico del saber se abría una rasgadura
que estaba destinada a extenderse. Es cierto que no se podía imaginar contraste más
grande que aquel que reinaba entre el físico galileano, de profesión sordo e insensible
a los olores y sabores, y su contemporáneo médico, que aventuraba un diagnóstico
después de haber escuchado atentamente los estertores de los pechos enfermos, haber
olido las heces y probado los orines.” La consecuencia: entre más se tenga en cuenta
la diversidad y la individualidad, la posibilidad de hacer pasar este tipo de conocimiento
como conocimiento científico se reduce de manera rigurosa. ¿Es posible redescubrir
o reinventar un conocimiento científico de la diversidad y de la individualidad? Me
perdonarán, eso espero, por dejar esta pregunta sin respuesta.
Esto como ejemplo del cambio radical que puede sufrir una práctica como la ciencia. Pero
volvamos al fenómeno lingüístico. Las lenguas, se manifiestan siempre y exclusivamente
en y a través de prácticas sociales. La lengua hablada o escrita fuera de cualquier contexto
práctico no puede tomar forma, es decir que una lengua no existe fuera de una práctica
208. Las reflexiones de Ginzburg a propósito de la filología sería de un interés más particularmente lingüístico. La filología,
que permanece sin embargo como una disciplina indicial se encamina hacia la cientificidad eliminando todos los elementos
no reproductibles (aspectos como la entonación en la literatura oral), apoyándose en la regularidad (por supuesto relativa)
inicialmente del texto escrito y luego impreso. La pintura conocerá otro desarrollo en el cual se pone en evidencia en la misma
época, la no repetibilidad que impide que se pueda copiar pinturas sin traicionar el original.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
sociocultural concreta. La única manera para que cualquier lengua se manifieste está
en relación con una práctica social dada. Es en las prácticas sociales que se produce el
aprendizaje de una lengua, o incluso de varias lenguas. Recordemos que el aprendizaje
bilingüe o plurilingüe no se orienta con relación a dos o varios mundos ontológicos, sino
con relación a situaciones de vida, determinadas por las personas que participan, por
la situación, por las finalidades ligadas a un comportamiento situacional determinado.
Además, esto no es verdaderamente la lengua, lo que garantiza la comprensión de
los mensajes lingüísticos, sino más bien la unidad relativa de las prácticas sociales que
permitirá escoger la interpretación más adecuada de los fenómenos lingüísticos.
Podríamos decir eventualmente que toda lengua histórica sólo existe como diversidad,
a través de un nombre más o menos controlable de lenguas especializadas, o
sociolectos, según la definición propuesta por Rastier (1989, p. 49): “Un sociolecto
procede, preferiblemente de una práctica social que de un grupo social determinado:
todos poseemos varias competencias sociolectales ligadas a estas prácticas (deporte,
política, enseñanza, etc.).Cada una de ellas tiene su léxico estructurado en un dominio
semántico, y sus géneros textuales propios (comentario de un partido, profesión de fe,
curso magistral, etc.).”
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
coexistencia en los conjuntos ecológicos más complejos. El uso del término ecológico
puede parecer un poco exagerado en este contexto. Pero tampoco olvidemos que la
entrada del hombre en su “mundo de vida”, no es la entrada de un individuo a los espacios
abstractos representados por palabras como lengua, sociedad, cultura. Y las prácticas
sociales incluso no están allí, afuera, para ser aprendidas y vividas de manera neutra
del exterior. Es siempre a través (y no previamente a) de las prácticas que el hombre es
socializado. En otras palabras: las prácticas son el medio natural –y en la medida en que
la lengua contribuye a constituir la práctica, ella hace también parte del medio en el cual
se desarrolla el aprendizaje. No somos individuos autónomos ya existentes que deben
ser socializados. Estamos socializados desde el comienzo. Y el mismo razonamiento se
aplica a la competencia lingüística. No poseemos una lengua plurifuncional que debe
estar adaptada, ajustada, acomodada a las situaciones concretas. Lo inverso es cierto.
No se aprenden las lenguas, sino maneras de hablar ligadas a prácticas, y esto a través
de las prácticas mismas. No hay espacio de actividad fuera de una práctica o anterior a
esta. Mencionemos además el ejemplo de la ciencia: la socialización científica se hace
generalmente al interior de una práctica científica. Un enfoque no científico del hablar
científico es por definición imposible, ya que está destinada a permanecer fuera de
la cientificidad: se le llamará, según las necesidades, periodística, inocente, popular,
etc. La práctica social “ciencia” no puede aceptar o comprender críticas externas
porque las críticas provienen de otra práctica (política, didáctica, etc.) y hablan otra
lengua (en un sentido no metafórico). Es al interior de los medios ecológicos que la
comprensión intersubjetiva es posible porque estos medios están hechos de un gran
conjunto de presuposiciones, de hábitos, de reglas, de expectativas. La lengua participa
en ello y tiene necesidad de ello. Es este marco ecológico que define el horizonte de las
potencialidades, de las potencialidades en el nivel de los contenidos de comunicación,
pero igualmente de las potencialidades de formas lingüísticas que pueden ser utilizadas.
Es este marco que hace nacer normas locales, tradiciones discursivas, asegurando de
ese modo también una cierta estabilidad.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Una teoría del conocimiento pluralista no significa ceder al anything goes, con la
actitud que toda construcción es similar a otra. Son justamente las practicas sociales
las que ejercen sus obligaciones definiendo por ejemplo, los criterios de validez de un
argumento, definiendo los temas de los cuales se puede hablar y definiendo las formas
lingüísticas que se deben respetar (tipo de léxico, tipo de texto, género, etc.).
209. Cf. por ejemplo, Schmidt (1994, p.114): “la percepción, el pensamiento, el sentimiento, la acción y la comunicación son
modelados por paradigmas y potencialidades que están disponibles para el ser humano en cuanto hace parte de una especie,
es miembro de una sociedad, es hablante de su lengua materna y pertenece a una cultura determinada”.
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
BIBLIOGRAFIA
Maturana H.R. y Varela F.G. (1998), De máquinas y seres vivos, Santiago de Chile, Editorial
Universitaria.
Sweetser E. (1990), From Etymology to Pragmatics. Metaphorical and Cultural Aspects of Semantic
Structure, Cambridge, Cambridge University Press.
370
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
E ste breve artículo les brinda tanto a los biólogos como a los lingüistas hipótesis,
estudios y resultados recientes en lo relacionado a la facultad humana del lenguaje
derivados del programa de Biolingüística. No se pretende abordar en su totalidad las
investigaciones que tratan sobre la biología y el lenguaje, ni se espera hacerlo. Por
el contrario, los temas específicos aquí detallados pueden tener tan solo un carácter
ilustrativo de algunas de las actuales investigaciones en este ámbito.
371
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Del mismo modo, el Programa Biolingüístico puede estudiar el desarrollo del lenguaje
en un nivel abstracto, postulando una Gramática Universal para dar explicación a las
propiedades universales y a la variación del lenguaje mediante la adopción, por ejemplo,
de los Principios y Parámetros de Chomsky junto a un modelo probabilístico propuesto
por Yang (2002), o los micro-parámetros de Kayne (2005) en lingüística comparada.
Alternativamente, esta área se puede estudiar de manera más concreta mirando las
trayectorias del desarrollo de niños reales. (Wexler, 2003). Del mismo modo, los periodos
críticos se pueden estudiar abstracta (Stromswold 2005) o concretamente al mirar
programas genéticos en otros sistemas de periodos críticos. En algunas ocasiones,
se puede incluso investigar a nivel de genes individuales como con el FOXP2, donde
se puede relacionar el comportamiento del paciente abstracto (dispraxia verbal) con
mutaciones genéticas (Gopnik 1990, Vargha-Khadem et al. 1995). También podemos
hacer lo mismo con otros trastornos genéticos como la duplicación del ADN, trastornos
de cromosomas, el lenguaje en el Síndrome de Williams, dislexia, etc. Finalmente,
el Programa Biolingüístico puede abordar el interrogante acerca de la evolución del
lenguaje (así como su modificación) a nivel abstracto por medio de una simulación
372
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
computarizada (Niyogi y Berwick de 1997, 2009, Nowack et. al. 2002, Niyogi 2006)
o a través de estudios comportamentales entre especies (pájaros estorninos, monos
tití, etc.). Esta vez, de manera más concreta, se puede realizar comparaciones de las
especies de FOXP2 y de otros genes que afectan el lenguaje. Por último, las preguntas
de por qué la facultad del lenguaje tiene ciertas propiedades y no otras se pueden
relacionar con los tres niveles anteriormente mencionados, y podrían incluir restricciones
de memoria en el análisis sintáctico, condiciones de economía, simetría o asimetría, o
-más concretamente- en la minimización de la interconexión.
Comenzaremos por dar un breve resumen de las propuestas minimalistas sobre la facultad
del lenguaje y su importancia para la Biolinguística. A continuación nos enfocaremos
en los cuatro elementos que ponen de manifiesto los descubrimientos relacionados
con las propuestas minimalistas y las cuales contribuyen a nuestra comprensión acerca
de los fundamentos biológicos del lenguaje. En primer lugar, discutimos los hallazgos
recientes sobre la adquisición de gramáticas formales por parte de monos y otras especies
diferentes de la especie humana. Nos damos cuenta que mientras existe un trabajo
373
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
(1). NS
CI SM
374
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
375
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
obteniendo una infinidad de resultados u oraciones las que podrían contener otras
oraciones, y estas a su vez otras.
(2). a. X b. Z c. X
Y Z P Q Y Z
P Q
376
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
propios del lenguaje (ver sección 5). Se podría presentar el caso de que de la asimetría
de la Fusión y las estructuras jerárquicas que se deriven tenga sus raíces en la biología.
Los últimos trabajos sobre la evolución del lenguaje han pasado de ser estrictamente
una mirada a la comunicación a explorar las similitudes y diferencias entre los seres
humanos y los animales respecto a las competencias computacionales. Esta nueva
perspectiva ha abierto la puerta a la exploración de la capacidad de los animales para
extraer gramáticas artificiales que representan los componentes básicos de la sintaxis
lingüística. Este trabajo sugiere la novedosa posibilidad que los humanos comparten
con los animales parte de esta base fundamental, pero únicamente desarrollado
la capacidad de comunicar estructuras sintácticas con representaciones semánticas
y fonológicas. De esta manera, el trabajo experimental con primates no humanos
proporciona datos que pueden ser utilizados para identificar las características
comunes entre las lenguas humanas y animales.
Varios estudios desarrollan esta idea, usando el enfoque formal de las estructuras
sintácticas previstas por Chomsky (1956) - la jerarquía formal de las normas y regula-
ridades - junto con el trabajo experimental en el aprendizaje de una lengua artificial.
Esta investigación aísla tipos específicos de computación lingüística que son más
relevantes para la adquisición, incluyendo los problemas de la segmentación, la ex-
tracción de reglas algebraicas, la relación entre los tipos y símbolos, y las relaciones
entre las variables abstractas. Por ejemplo, los niños pueden utilizar las probabi-
lidades de transición para segmentar un flujo continuo de expresión; los estudios
377
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
correspondientes en ratas y monos tití han aportado evidencias paralelas. Los seres
humanos (adultos y niños) pueden extraer reglas abstractas de la forma AAB, ABA,
y ABB, los estudios correspondientes en ratas y monos demuestran habilidades
similares. Los monos titi y los pájaros estorninos pueden reconocer las cadenas ge-
neradas por una gramática que ubica los símbolos en forma de línea sencilla como
eslabones de una cadena (patrones en la forma (AB)n). Se ha argumentado que los
estorninos revelan habilidades puntuales, después de un entrenamiento que con-
siste en varios miles de repeticiones, en el reconocimiento de las próximas cadenas
de orden gramatical más complejo generadas por una gramática que «anida» o
incluye palabras o símbolos jerárquicamente (patrones en la forma (AB), (A (AB) B),
(A (A (AB) B) B), ..., AnBn) (Fitch y Hauser 2004, Gentner et al. 2006). Recientemen-
te, estos resultados han sido cuestionados más cuidadosamente por las pruebas ex-
perimentales con los pájaros “cebra” que sugiere que las normas de no anidación
son suficientes para contar como resultados (vea Heijningen et al. 2009). Evidencia
adicional de la discriminación exitosa entre los símbolos basados en una norma
particular deja abiertas estrategias de solución alternativa. Por ejemplo, cadenas
de la forma AnBn podrían ser reconocidos por el procesamiento de la jerarquía e
introducción de pares AB o simplemente mediante el conteo y la comprobación de
un número igual de A y B. Aunque los resultados preliminares ya están disponibles
(véase la figura 1, Friederici 2009), es necesario seguir trabajando para comprender
las propiedades formales del procesamiento de los animales y cómo se diferencian
de las derivadas del procesamiento humano (Fusión) .[8] Paradigmas más intere-
santes del lenguaje artificial podrían ser evaluados para ver si los monos tití y otros
animales pueden generar / reconocer relaciones asimétricas, ya sean de caracteri-
zación o jerárquicas. Por ejemplo, mientras que los humanos procesan recursiones
indirectas, como es el caso de: “las rosas del jardín de la reina”, “el gato en el árbol
en el jardín”, las pruebas experimentales con animales utilizando los paradigmas
del lenguaje artificial expresan recursos asimétricos indirectos a la izquierda y a la
derecha, por ejemplo, AC BC D, donde hay un número diferente de A’s y B’s donde
C representaría una categoría funcional o de proyección tal como el posesivo “s” o
una preposición en los ejemplos anteriores del Inglés, podría decirse que el tipo de
relaciones de complejidad y asimetría pueden ser analizados por los animales. Hay
mucho por hacer en este ámbito y para empezar, no es claro si, dado un conjun-
to de elementos (A, B, C), los animales pueden generar / reconocer las relaciones
asimétricas, por ejemplo, AB BC AC o CB, CA BA, y así sucesivamente, en contra-
posición a las simétricas, por ejemplo, AB BA AC CA BC CB [9] En cualquier caso,
y a pesar de las dificultades encontradas para examinar los procesamientos funda-
mentales en los animales, así como en los seres humanos, es probable que este tipo
de trabajo brinde claridad sobre el mecanismo de procesamiento específico de las
especies detrás el lenguaje humano, al explorar las similitudes y las diferencias en
el procesamiento comunicativo de los animales.
378
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Fuente: tomado de Friederici et. al (2006) Fuente: tomado de Petrides y Pendya (1994)
Figura 1: Una diferencia en el tipo de estructuras generado por la Gramática de Estados Finitos versus
la Gramática de Estructuras de Frases [izquierda]; imágenes cerebrales del cerebro humano y de los
macacos muestran diferencias cerebrales en el tamaño de las áreas de Broca (BA44, BA45) [derecha]
Además, el trabajo sobre las bases biológicas del aprendizaje vocal en los animales, tales
como pájaros paseriformes (Jarvis 2004, 2006), ha contribuido a nuestra comprensión
del mecanismo de procesamiento detrás de la adquisición del lenguaje humano. Esta
investigación aporta una perspectiva nueva e importante a nuestra comprensión de
los orígenes y la evolución del lenguaje y su relación con la comunicación animal: un
cambio fundamental que va desde la búsqueda de similitudes comunicativas hasta la
búsqueda de competencias comunes o compartidas en ciertos tipos de computación.
379
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Los estudios en animales entrenados para usar símbolos creados por los humanos
apoyan este reporte. Sin duda alguna, a los animales se les puede enseñar a utilizar
muchos símbolos en un contexto funcional y pueden ser capaces de combinar estos
símbolos. Los monos pueden adquirir cientos de símbolos diferentes y aparentemente
combinarlos en nuevas cadenas significativas. Sin embargo, la amplia integración de
vocabulario que todos los niños de dos años de edad hacen durante el aprendizaje de
las palabras nunca surge en ellos, dejando a los animales con un léxico muy reducido y
a los niños con un léxico infinito, abierto y explosivo. Además, sólo los niños humanos
combinan palabras empleando afijos y raíces para formar palabras nuevas. Los animales
en estas situaciones de entrenamiento se congelan en lo que los investigadores de la
adquisición del lenguaje llaman “la etapa de una sola palabra” (Terraza et al. 1979).
Sin embargo, los animales adquieren a veces una cierta comprensión del lenguaje
hablado. Por lo tanto, un perro muestra evidencia de "un mapeo rápido", es decir,
el aprendizaje de una nueva palabra a partir de información mínima (Kaminski et al.
2004). Los estudios de los monos bonobos expuestos a una lengua sugieren que los
individuos entienden algunos aspectos del orden de las palabras y que las palabras se
clasifican en categorías tales como objeto, acción y ubicación (Engor et al. 2004). Los
estudios experimentales sobre la comprensión del lenguaje en los animales son más
prometedores que aquellos sobre producción, lo que sugiere que un estancamiento
380
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Hasta hace poco, era mínimo lo que se había conocido sobre el lenguaje a partir de los
estudios animales o desde la biología o la psicología comparativa. Por muchos años,
una sola idea fija dominó, a saber, la especificidad del lenguaje de las especies – su
unicidad en los humanos- así como la uniformidad fenotípica en los individuos. Esto
era totalmente insatisfactorio desde el punto de vista evolucionario, porque desde
Darwin, el sine qua non del análisis evolucionario ha sido tanto el método comparativo,
como el reconocimiento explícito de la variación individual. En los últimos 5 años,
sin embargo, ha cambiado totalmente esta concepción: la variación y el análisis
evolucionario concomitante son tomados seriamente como aspectos biológicos del
lenguaje. Está ahora bien establecido que los genes afectan el habla y el lenguaje en
los individuos y hay ahora varias asociaciones demostrables entre las diferencias de la
composición genética interindividual y las diferencias interindividuales en el habla y
en las habilidades lingüísticas. Tal vez el más conocido es el reciente análisis genómico
FOXP2, que puede ser llevado desde la variación del nucleótido, pasando por la
variación proteínica y el desarrollo embrionario hasta la función cerebral, además de
ser usado para comparaciones con otras especies, incluyendo especies homínidas
extintas tales como el neandertal. Pero éste no es un ejemplo aislado. Ahora existen
estudios genéticos del comportamiento, los cuales diseccionan la heredabilidad, los
desordenes detallados del lenguaje, y la variación de este, todos incluidos en el
análisis biológico familiar de un complejo rasgo poligénico. En contraste con los
resultados clásicos que se enfocan en el lenguaje anormal y las afasias, este estudio
reciente ha encontrado que incluso en el típico desarrollo del lenguaje, parece haber
una variación genéticamente ligada, algunas de ellas altamente específicas. Los
patrones de desarrollo sintáctico extremadamente detallados, que alguna vez fueron
considerados terreno exclusivo de los lingüistas académicos, tales como la finitud
(tiempo verbal / falta de tiempo verbal) ha sido introducida en la arena de la biología
y ahora son conocidos por ser mayoritariamente heredados y porque su fuente
genética es distinta de aquel otro rasgo heredado, la memoria fonológica operativa,
tiene conexiones establecidas con el autismo y el síndrome de Williams. Puliendo las
conexiones entre la genética y la biología, en el caso de la variación del lenguaje y
su distribución geográfica sobre el tiempo y el espacio, ahora podemos usar análisis
de los sistemas dinámicos y simulaciones por computador al igual que en la biología
de la población, lo que representa la distribución de las trayectorias conocidas de la
variación y el cambio, paralelo al análisis biológico ecológico evolucionario. Tomados
juntos, dicho trabajo ha abierto puertas hacia como la genética podría incidir en el
desarrollo y herencia de algunas propiedades particulares del lenguaje, sin abordar
381
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
382
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
nalmente precisa del lenguaje. Esto fue recientemente suscitado por el descubrimiento
de un punto de mutación mendeliano ligado a un raro desorden del lenguaje a través
de varias generaciones de una sola familia británica. Mientras la exacta manifestación
genotípica de este desorden permanece en debate, muchos están de acuerdo que esta
alteración da como resultado la así llamada ‘dispraxia verbal’, incluyendo una inhabili-
dad general para orquestar movimientos vocales coordinados. Sin embargo, un rango
de habilidades lingüísticas y no lingüísticas son aparentemente impactadas, incluyendo
el lenguaje escrito al igual que la memoria fonológica funcional (Fisher et al. 2003,
Watkins et al. 2002). Los investigadores han eventualmente identificado, clonado y
secuenciado el gen FOXP2 en cuestión; convirtiéndolo en el primer gen descubierto
causalmente ligado al lenguaje (Hurst et al. 1990, Vargha-Khadem et al. 1995, Fisher et
al. 1998, Lai et al. 2000, Lai et al. 2001, Vargha-Khadem et al. 2005). Éste pertenece a
una subclase de la transcripción de los factores genéticos ‘caja de cabeza de tenedor’
(forkhead box= FOX abreviatura en inglés EAI) la cual es una familia evolutivamente
reconocida, cuyo producto proteico interactúa con el ADN, regulando así otros genes.
383
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Nuestra comprensión del FOXP2 ha evolucionado, como era esperado, puesto que
el FOXP2 es uno de los genes reguladores conocidos más grande y complejo. La
concepción inicial de un gen y un comportamiento fenotípico del FOXP2 bien definido
ha sido reemplazada con una concepción matizada con sistemas de redes moleculares
(Fisher & Scharff 2009) de las cuales, varios sistemas cognitivos subsecuentes podrían
ser afectados por el gen FOXP2. Tomando en consideración los déficits en las tareas
de repetición lingüísticas y no lingüísticas que los miembros de la familia KE exhiben
(Watkins et al. 2002), algunos han sugerido una relación entre la regulación de la
expresión del FOXP2 y la memoria funcional o procedimental (Bosman et al. 2004,
Ullman & Pierpont 2005). Prosiguiendo con este enfoque general, aunque centrándose
en los detalles de la memoria especifica que las manipulaciones frasales requieren
(básicamente, un autómata de pila), Piattelli-Palmarini & Uriagereka (2005) proponen
que tales asuntos son relevantes para la arquitectura computacional concerniente a
los sistemas de competencias. Basado en la reducida actividad en el área Broca, otros
aun sugieren un posible vinculo con las neuronas espejo (Corballis 2004). Además,
el interesante paralelo con la expresión del gen en las aves cantoras ha sugerido un
posible rol para FOXP2 en la linealización de las estructuras jerárquicas complejas en
una secuencia lineal, así como su reconfiguración desde el procesamiento exitoso
hacia la estructura interna original (Piattelli-Palmarini & Uriagereka, en prensa).
384
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Adicional a ello, Vernes et al. (2008) encontraron que el FOXP2 se une e infraregula
dramáticamente el CNTNAP2, un gen que codifica una neurotoxina y está presente
en el desarrollo del Córtex Humano. En el análisis del polimorfismo de CNTNAP2
en niños con un típico daño específico del lenguaje, se detectó una significante
asociación cuantitativa con la repetición de palabras sin sentido, un marcador
comportamental hereditario de este desorden. Intrigantemente, esta región
coincide con una asociada a los retrasos del lenguaje en niños con autismo (Piattelli-
Palmarini & Uriagereka 2005, en prensa). Actualmente no hay forma de decidirse
entre todas estas posibilidades, ya que todavía continuamos descubriendo nuevos
detalles importantes sobre la genética fundamental de este complicado sistema. (Por
ejemplo, recientemente se ha hallado que el FOXP2 es regulado por un huésped del
denominado ‘pequeño RNAi’ o moléculas sRNAi (Friedman et al. 2009) y una nueva
transcripción del ‘sitio de inicio’ del FOXP2 fue también descubierta (Schroeder &
Myers 2008).) Así pues tenemos camino por recorrer hacia la total comprensión
del horizonte del FOXP2. Sin embargo, todo esto es un avance, no un retraso,
puesto que el FOXP2 indudablemente servirá como un modelo a seguir para las
futuras investigaciones genómicas sobre el lenguaje. Mientras permanezca la tarea
inacabada de identificar las conexiones finales causales de los daños lingüísticos,
el descubrimiento y análisis de este gen y de los genes que lo regulan ha servido
como un ejemplo extremadamente útil de cómo desentrañar por medio de la ciencia
genómica, el complejo fenotipo que representa el lenguaje humano.
385
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
386
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
crítico, por ejemplo, los estudios de genética molecular del aprendizaje de una segunda
lengua, también como los estudios genéticos del aprendizaje de una segunda lengua,
permiten un muy profundo entendimiento de por qué hay un periodo crítico, como está
relacionado con la teoría de habilidad del aprendizaje, el procesamiento del lenguaje,
y la evolución del lenguaje, al igual que desentrañar la relación entre el aprendizaje del
lenguaje y la actividad neural y su estructura.
¿Por qué los niños pequeños utilizan tantos verbos sin conjugar en cláusulas simples, si
son violaciones del lenguaje adulto? La naturaleza sistemática de sus patrones muestra
que esto no es un fenómeno de ensayo y error. Una hipótesis (Wexler 1998, 2003)
dice que los niños están sujetos a una restricción computacional que no permite que
387
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
5.3 Desarrollo
388
Página 388:
5.3. Desarrollo
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Incluir la figura 2:
389
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Los científicos del lenguaje han tenido por mucho tiempo problemas en torno a
la manera como nuestro diccionario interno (el léxico) es procesado en relación
con la composición sintáctica: ¿es el léxico diferente a la computación sintáctica?
¿Cómo están integradas las palabras con la sintaxis? Exploraciones recientes como
potenciales diferencias genéticas sobre cómo las palabras son almacenadas muestra
como la biología y el lenguaje pueden interactuar fructíferamente y posteriormente
diseccionar desde el esquema gramatical general en (1) hasta la ciencia genómica.
Esto proviene de investigaciones actuales sobre la adquisición del lenguaje y sobre la
división cerebral del Córtex en las mitades derecha o izquierda. Una asimetría biológica
familiar del lenguaje es el hecho que casi toda la gente diestra posee una fuerte
lateralización del hemisferio izquierdo con lo que respecta a la función sintáctica.
Sin embargo, investigaciones sobre ciertos tipos de afasias la inhabilidad patológica
traumática para producir o comprender el lenguaje ha revelado que los diestros con
familiares zurdos (familias mezcladas) demuestran más participación lingüística del
hemisferio derecho que aquellos cuyas familias son únicamente diestras (‘familias
puras’ ver Luria 1970, Hutton et al. 1977). Investigaciones comportamentales más
recientes han demostrado que los individuos pertenecientes a familias mezcladas usan
palabras individuales más fácilmente que las estructuras de las oraciones, mientras
que lo inverso ocurre en las familias diestras puras: por consiguiente la participación
lingüística del hemisferio derecho puede ser específica para el léxico (Bever 1983,
Bever et al. 1987, Bever et al. 1989, Townsend et al. 2001). Además, el periodo crítico
del aprendizaje lingüístico para diestros de familias mezcladas llega más temprano
que para los individuos pertenecientes a familias puramente diestras (Ross & Bever
2004), posiblemente porque los diestros de familias mixtas basan su adquisición
del lenguaje en palabras en oposición a la sintaxis. Esta conjetura recientemente ha
encontrado fundamento en un estudio fMRI (siglas en inglés) (resonancia magnética
funcional) el cual demuestra una activación mayor del hemisferio derecho para
labores léxicas en diestros con familias zurdas. (Ver discusión en Bever 2009).
390
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Estos hallazgos sobre la lateralidad confirma la hipótesis básica que los diestros de
familias mezcladas tiene el conocimiento lexical más distribuido. El siguiente paso
será desentrañar los patrones de activación cerebral y comportamental de los diestros
de familias mezcladas con y sin marcadores genéticos recientemente asociados al
ser zurdo (Francks et al. 2007). La literatura enfocada en los síndromes como la
esquizofrenia y el Alzheimer provee algunos modelos de estudio de variaciones
cognitivas normales en relación con la variación genética (Egan et al. 2003, DeYoung
et al. 2008, Green et al. 2008, Tan et al. 2008). El caso del uso de una de las manos
familiar estará completo sí solos aquellos con genes zurdos exhiben un comportamiento
lexicalmente enfocado, abriendo así una nueva ventana a la base de la genética del
lenguaje y su variación en una población aparentemente normal. Además, se necesitan
investigaciones más profundas para demostrar que la información específicamente
sintáctica sobre las palabras es accesada bilateralmente, no solo las asociaciones de
palabras: por ejemplo, mientras estornudar es sintácticamente un verbo intransitivo,
también tiene fuertes asociaciones semánticas con ‘gripe’ y ‘enfermo’. Las palabras
podrían aun estar bilateralmente representadas en personas con familias zurdas, con
la información sintáctica representada en el hemisferio izquierdo y la información
asociativa en el derecho. A pesar de que se agote, dichos estudios de caso expandirán
nuestro entendimiento científico de la interrelación entre el genoma, el cerebro, el
comportamiento lingüístico y la gramática, perfeccionando nuestro entendimiento de
la dotación genética para el lenguaje.
7. Conclusión
391
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
392
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Notas:
[1] Vea, e.g. (en orden alfabético), Boeckx (2006, 2008), Chomsky (2000, 2001, 2005, 2009a,
2009b), Di Sciullo (2003a, 2003b, 2005, en prensa), Hinzen (en prensa), Lasnik (1999, 2002, 2003
en prensa a, b),Martin & Uriagereka (2000), McGilvray (2005, 2006), Uriagereka (1998, 1999),
and Uriagereka & Boeckx (2007).
[2] Vea, entre otros (en orden alfabético ), Belletti & Rizzi (2002), Berwick (en prensa), Berwick &
Chomsky (en prensa), Berwick & Weinberg (1986), Boeckx & Piattelli- Palmarini (2005), y Di Sciullo
& Boeckx (en prensa).
[4] Vea, en orden alfabético, Berwick (en prensa), Chomsky (2009a, 2009b), Di Sciullo (2007,
in press), Jenkins (en prensa), Lasnik (in press), Medeiros (2008), Piattelli-Palmarini & Uriagereka
(2004, 2005, 2008, en prensa), Piattelli-Palmarini et al. (2009), Uriagereka (en prensa).
[5] Este problema se aborda también en otros marcos de Minimalismo, como la Gramática
Categorial, que se remonta a Ajdukiewicz (1935), Bar-Hillel (1953), y la obra fundamental de
Lambek, 1985 que modela las posibilidades combinatorias de la sintaxis de las lenguas humanas.
[6] Véase Hauser et al. (2002) sobre la recursividad, como una propiedad de la facultad del lenguaje,
y Fitch (2010) sobre la importancia de esta noción de biolinguistica.
[7] Véase también Boeckx (2006), Chomsky (1995, 2005), Di Sciullo (2003a, 2003b, 2005, en
prensa), Di Sciullo e Isac (2008a, 2008b), Gelderen (2004, 2008), Hinzen (en prensa), Kayne (1994,
2002, en prensa), Langendoen (2003), Moro (2000, 2008) y Zwart (2006), por ejemplo, sobre el
papel de la asimetría y la simetría sin precedentes en la derivación de las expresiones lingüísticas.
[8] El papel de las áreas de Broca al procesar la estructura sintáctica ha sido el tema de
investigaciones extensivas sobre la afasia y de estudios de imágenes cerebrales por más de tres
décadas (Grodzinsky & Santi, 2008). Resultados recientes a partir de imágenes cerebrales (Friederici
2009) ofrecen evidencia adicional del papel de estas áreas (BA44, BA45) en el procesamiento
sintáctico (jerárquico). Vea también Endress, Cahill et al. (2009) y Endress, Carden et al. (2009) en
torno al procesamiento de las secuencias de posiciones periféricas en monos, y Mody & Fitch (en
evaluación) sobre el aprendizaje de la gramática artificial por parte de humanos, extendiendo el
paradigma estándar a gramáticas ligeramente sensibles al contexto.
[9] Vea Huber et al (1999) sobre los límites de la detección de patrones visuales de simetría y
asimetría en palomas, y Swaddle et al. (2008) sobre los límites de la detección visual de asimetría
fluctuente en estornino
393
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
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406
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
E l estudio del origen y evolución del lenguaje parece llamado a convertirse en uno
de los temas estrella de la lingüística del siglo veintiuno. Este hecho no deja de
ser chocante si tenemos en cuenta que la lingüística del siglo veinte mantuvo (salvo
contadísimas excepciones) un más que sospechoso silencio sobre la materia. Creo
que la razón de este arrinconamiento se encuentra básicamente en que la lingüística
del siglo pasado nació con el empeño fundamental de consolidar la autonomía de la
disciplina, lo que para Saussure (pionero de tal empeño) significaba liberarla de todo
vínculo con la psicología individual (hoy diríamos cognitiva), la fisiología, la física o
cualquier otra disciplina que pudiera entorpecer el conocimiento de lo que el fenómeno
lingüístico pudiera tener de más propio o específico (Saussure 1916: 74-75). Saussure
llegó a declarar, de hecho, que preguntarse por el origen y evolución del lenguaje no
parecía una cuestión que pudiera iluminar en modo alguno una mejor comprensión del
fenómeno lingüístico:
Ninguna sociedad conoce ni ha conocido jamás la lengua de otro modo que como un producto heredado
de las generaciones precedentes y que hay que tomar tal cual es. Esta es la razón de que la cuestión sobre
el origen del lenguaje no tenga la importancia que se le atribuye habitualmente. Ni siquiera es cuestión
que deba plantear, el único objeto real de la lingüística es la vida normal y regular de una lengua ya
constituida. (Saussure, 1916:144).
Existen muy pocas cuestiones sobre las que puedan decirse que exista hoy un consenso
generalizado entre lingüistas de diferentes filiaciones teóricas. Una de ellas acaso sea
la idea de que el objeto de la lingüística, lejos del purismo defendido por Saussure,
no es realmente “un” fenómeno en sí mismo, sino más bien un “precipitado” o
“conglomerado” de fenómenos, a todos los cuales debemos atender si queremos
alcanzar una comprensión cabal de nuestro particular sistema de comunicación.
Contemplándolo así, logramos, en primer lugar, superar la principal barrera para pensar
en él en términos evolutivos, pues parece fuera de toda cuestión que su desciframiento
en dicha clave necesita del esfuerzo conjunto de investigadores procedentes de
muy diferentes campos: la biología, la psicología, la neurociencia, la arqueología, la
407
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Además, al considerar el lenguaje desde los muy diferentes prismas a que nos obliga
la perspectiva evolutiva obtenemos, sobre todo, la posibilidad de enriquecer nuestra
comprensión acerca de lo que es el lenguaje tal cual se nos manifiesta en la actualidad.
Muy al contrario de la opinión de Saussure al respecto, ahondar en las raíces ultimas
del lenguaje el intentar trazar desde ella los caminos que lo han llevado a ser como de
hecho hoy es descubrir su parentesco con otros aspectos de la anatomía, la conducta
y la cognición animales, y entender su transformación o confluencia par dar lugar
a algo como el lenguaje de los humanos, son sin duda medios adecuados y eficaces
para plantear respuestas a la pregunta que en último termino mueve el trabajo de
los lingüistas ¿qué es el lenguaje?. Desde mi punto de vista, datar con exactitud la
aparición y los sucesivos hitos de la historia evolutiva del lenguaje (en la medida en que
se trate de una tarea realizable) no deja de ser una cuestión de orden secundario para
el lingüista, una curiosidad compartida con los demás especialistas desde algún punto
de vista interesados en la materia, pero no la cuestión que realmente compete resolver
al estudioso del lenguaje. En este sentido, comparte plenamente la opinión expresada
por James Hurford cuando establece como meta prioritaria de la lingüística evolutiva
no la datación de las primeras formas del lenguaje o de sus posibles formas intermedias,
sino la de lograr una mejor comprensión del fenómeno lingüístico atendiendo a los
antecedentes y mecanismos que hayan podido conducir a él. Sus palabras son lo
suficientemente expresivas y esclarecedoras:
Resulta natural plantearse cuestiones de orden empírico relativas a la evolución del lenguaje tales como’
¿utilizaba el Homo erectus un lenguaje simbólico?’, ‘¿cuándo aparecieron las oraciones de relativo?’, o
‘¿qué lenguas hablaban los primeros Homo sapiens sapiens que abandonaron África?’ […] Creo, sin
embargo, que el estudio de la evolución del lenguaje no ofrecerá respuestas a tales cuestiones, al menos
en un futuro inmediato. Por tanto, encontrar respuestas a tales preguntas –en principio-empíricas no
puede ser el propósito de la lingüística evolutiva. La meta es, más bien, explicar el presente. […] La clave
para explicar el complejo fenómeno del lenguaje tal cual es hoy se encuentra en comprender cómo pudo
evolucionar a partir de fenómenos menos complejos (Hurford, 2003: 38-40; traducción propia.).
Con tal propósito en mente, me propongo dedicar las próximas páginas a exponer
algunas ideas relativas a los antecedentes que caben atribuir al lenguaje y al tipo de
mecanismo evolutivo a través del cual podemos dar cuenta de su confluencia en un
sistema funcional integrado.
Una interpretación muy influyente sobre la evolución del lenguaje sostiene que se trata de
una versión particularmente compleja de un sistema de comunicación que ha conocido
versiones más simples en estadios pasados de la evolución humana. La influencia del
408
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
planteamiento le viene dada, por un lado, por tratarse del tipo de aplicación más
directa posible al caso del lenguaje del paradigma darwinista de evolución mediante
“descenso con modificación” (Darwin, 1859); por otro lado, por tratarse de la propuesta
originalmente formulada y apasionadamente defendida por uno de los más cautivadores
lingüistas de las últimas décadas, Steven Pinker (Pinker y Bloom, 1990; Pinker, 1994,
1998 y 2003). La idea consiste, en esencia, en que el lenguaje ha ido evolucionando a
través de una secuencia ancestral de sistemas lingüísticos progresivamente más y más
desarrollados. La autoridad de quienes la respaldan no la hace inmune, sin embargo,
tiene graves inconvenientes de orden conceptual.
Todo lo anterior no implica, si embargo, que cada una de las diferentes propiedades
que definen nuestro lenguaje dejen de tener análogos formales en otros sistemas de
comunicación o representación animales. Muy al contrario, en realidad las tienen todas,
aunque en sistema diferente y a menudo sólo remotamente relacionados desde el punto
de vista evolutivo. Chomsky lo expresa así:
Quien quiera encontrar similitudes a las propiedades de la facultad del lenguaje en el mundo animal
podrá encontrar algunas, si bien bastantes remotas; resulta interesante que los sistemas más similares se
encuentren entre los insectos y entre las aves, con los que no existen origen evolutivo común, cuando
menos en lo referente al lenguaje. Si nos centramos en los organismos con los que existe un origen
evolutivo común relevante, digamos en los primates, sencillamente no existe nada con semejanzas de
interés, lo que significa que la facultad del lenguaje parece encontrarse biológicamente aislada en un
sentido curioso e inesperado. (Chomsky, 2000:4; traducción propia.).
409
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Aunque ciertos sonidos animales tienen significados simbólicos, lo cierto es que este particular tipo de
señales consiste en un todo indivisible, carente de un fonocódigo combinatorio subyacente. Podemos
encontrar sintaxis fonológica entre las señales animales […] básicamente restringida a unos pocos grupos
animales – los cetáceos y ciertas aves- [que] sin embargo parecen en todos los casos funcionar de manera
no simbólica como llamadas afectivas. (Marler, 1998:15; traducción propia).
No parece posible, por tanto, situar el lenguaje en una línea de evolución a lo largo de
la cual persistan, progresivamente, modificadas, las diferentes propiedades definitorias
que hoy le son atribuibles. Steven Pinker trata de sobreponerse a esta dificultad apelando
a un sonoro término: “autapomorfia”. Quiere decir que el lenguaje debe entenderse
como un “rasgo que evolucionó en un linaje [en este caso, el de los homínidos] pero
no en sus linajes hermanos [en este caso, el de los hominoideos: gibones, orangutanes,
gorilas y chimpancés]” (Pinker 2003:25). Sin embargo, tras la palabra permanece el
misterio, pues aún tratándose de un proceso que aparentemente ha arrancado tras la
bifurcación de los linajes homínidos y hominoideo, ¿cómo es posible que haya tenido
lugar su puesta en marcha y sobre qué bases? La evolución, no lo olvidemos, nunca
saca nada de la nada.
410
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Definiré ‘precursor’ como una habilidad más simple y temprana asociada al desarrollo subsiguiente de
una capacitación más tardía. Al igual que los precursores filogenéticos, los factores ontogenéticos que
activan, refuerzan y potencian la capacidad para el lenguaje hablado no son, ni por tanto parecen,
lingüísticos. […] Los precursores serán inevitablemente de varios tipos y cumplirán su función en el
desarrollo de modo combinatorio con otros precursores. La sorprendente capacidad para el lenguaje
hablado es, pues, pluralista, permitida por desarrollo en diferentes dominios – afectivo, perceptual, social,
vocal, neural y conceptual. La experiencia y la maduración de esos dominios potencian, enriquecen, y, por
ello mismo, forman parte de la capacidad misma para la adquisición del lenguaje hablado. (Locke, 1993:
10-18; traducción propia.)
La importancia de esta noción, tal cual la define Locke, es enorme. Interesa, en primer
lugar la “pluralidad” o la “heterogeneidad” de las bases en la que se postula el
411
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Con relación al primer aspecto del enfoque, el inventario de precursores con que cabe
relacionar el lenguaje debe contemplar, al menos los siguientes tipos de habilidad:
412
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Con relación al segundo aspecto del enfoque, apuntaré tan solo algunas sugerencias
sobre cómo relacionar algunas de las habilidades enumeradas arriba de cara a la
explicación de las principales propiedades definitorias del lenguaje:
Tomasello (2003: 100) razona que la capacidad para atraer la “atención” ajena sobre
lo referido por las señales intercambiadas en un acto de comunicación es una de las
marcas distintivas de la comunicación verbal, pues otros animales parecen limitarse
al intercambio de señales como estímulos para la “acción” directa sobre lo referido.
Así pues, la integración de las capacidades intencional y de lectura de la mente
parece haber dado lugar al tipo de capacitación simbólica que específicamente
mostramos los seres humanos.
413
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Una de las marcas distintivas más destacables del lenguaje es que las señales son
aptas para entrar en combinación con otras señales y que al hacerlo contraen
relaciones no exclusivamente lineales, sino esencialmente jerárquicas. Este modo
de organización jerárquico de las secuencias puede ponerse en relación con la
capacidad de lectura de la mente, asimismo basada en el “léxico mental” (‘creencia‘
deseo’, etc.) cuyas piezas entran, asimismo, en combinaciones jerarquizadas ([X cree
que [y desea que[Z desapruebe a X]]]) (véase Segal, 1996 o Corballis, 2002: 18-19
y 98). Ha sido también puesta en relación con la planificación de los movimientos
manuales (Calvin y Bickerton, 2000) u orales (Studdert-Kennedy y Goldstein, 2003),
cuya ejecución aparentemente se basa en una secuenciación jerarquizada de los
pasos implicados por el plan motor.
Sirvan estos cuatro puntos como una breve muestra de la posibilidad de explicar
propiedades cruciales del lenguaje humano como derivadas de la puesta en contacto
de capacidad precursoras de carácter no lingüístico en un sistema funcional integrado
al que propiamente podemos ya calificar como lingüístico.
414
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
La explicación del origen y evolución del lenguaje basada en la “selección sexual” cuenta
con amplia tradición y prestigio. Su primer exponente es, no en vano, el propio Darwin.
En su aplicación de los principios de la evolución por selección natural al hombre (Darwin
1871) y en su estudio sobre la expresión de las emociones (Darwin, 1872), el naturalista
inglés sostuvo que el lenguaje articulado de los humanos debió de tener su origen en
formas ancestrales de vocalización cuasi-musicales semejantes a las de otros primates
emplean como llamadas de atracción sexual. Los siguientes fragmentos de esos dos
trabajos lo dejan muy claro:
Al tener nosotros toda clase de razones para suponer que el lenguaje articulado es una de la últimas
adquisiciones del hombre, al par que la más grande, y como la facultad instintiva de emitir notas musicales
y ritmos existe aun entre los animales más bajos de la escala, sería contrario en un todo al principio de la
evolución si admitiéramos que la capacidad musical del hombre se desarrolló de las cadencias empleadas
en el lenguaje apasionado. Tenemos que suponer que el ritmo y las cadencias de la oratoria se derivan
de anteriores facultades musicales desarrolladas. Así podemos explicarnos por qué música, baile, canto
y poesía son artes tan antiguas. Aún podemos ir más lejos […] y sospechar que los sonidos musicales
fueron una de las base del desarrollo del lenguaje (Darwin, 1871: 480).
Los individuos de muchos tipos de animales llaman sin césar al sexo opuesto durante época de celo, y no
pocos casos el macho consigue atraer o excitar a la hembra. Tal como intenté demostrar en El origen
del hombre, este parece haber sido sin duda el uso más primitivo y la causa de desarrollo de la voz […].
El hábito de emitir sonidos musicales se desarrolló en principio como medio de cortejo en los primitivos
antecesores del hombre, llegándose a asociar así con las más fuertes emociones que eran capaces de
sentir, como el amor ardiente, la rivalidad y el triunfo. […] A partir de este hecho, y por analogía con
otros animales, he llegado a pensar que los progenitores del hombre usaron quizá tonos musicales antes
de que alcanzaran la facultad del lenguaje articulado. (Darwin, 1872: 114-115.)
415
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Las principales ideas de Darwin parecen poder resumirse en los tres puntos siguientes,
todos los cuales apoyarían la tesis del origen y evolución del lenguaje por selección sexual:
No dejan de existir razones para relacionar hasta cierto punto la riqueza articulatoria
del lenguaje con una motivación de naturaleza sexual. Como sabemos, la amplitud
del repertorio articulatorio de las lenguas humanas se debe, en muy buena medida, al
descenso de la laringe y la adopción del llamado “tracto vocal acodado” (véase, por
ejemplo, Lieberman, 1984), que convierte boca y faringe en una cavidad continua y
extiende por toda la bóveda palatina y hasta la propia faringe los puntos de articulación
posibles. Pues bien, con relación a otras especies en que la laringe ocupa una posición
llamativamente baja (como los ciervos rojos macho), la explicación que suele darse al
fenómeno es la de que se trata de una estrategia evolutiva para producir llamadas más
graves que servirían como reclamos sexuales (Hauser y Fitch, 2003: 166-168). Téngase
en cuenta que si bien el descenso de la laringe es un aspecto del crecimiento humano
que afecta por igual a hembras y varones durante la infancia temprana, lo cierto es que
los últimos experimentan un segundo descenso durante la pubertad, con el resultado
de una marcada diferencia de tono ligada al sexo a la que bien podría atribuirse un
origen relacionado con la competencia por las compañeras sexuales.
Ahora bien, por mucho que estemos dispuestos a conceder por este lado, lo cierto
es que la idea conduce a un verdadero callejón sin salida en lo tocante a las restantes
propiedades definitorias del lenguaje. No se ve, por ejemplo, cómo podría explicar
esta propuesta el avance desde el simbolismo exclusivamente emocional vinculado
al sexo hacia un simbolismo de carácter general; o desde un tipo de comunicación
esencialmente competitiva hacia una comunicación cooperativa como la que preside
416
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
los intercambios verbales entre humanos. Tampoco parece que la idea tenga algo que
ofrecer para explicar la emergencia de propiedades formales como la recursividad y la
productividad infinita consentida por ella. Para todos estos aspectos, si duda cruciales
del lenguaje humano, la postulación de un origen relacionado con la selección sexual
conduce a un completo vacío explicativo.
Encontramos una versión algo más sofisticada de la tesis sobre la evolución del lenguaje
por selección sexual en el influyente trabajo de Terrence Deacon sobre la evolución de
la extraordinaria capacitación simbólica de la especie humana. La idea fundamental de
Deacon a este respecto queda recogida en el siguiente fragmento:
Sugiero que un sistema de regulación para las relaciones productivas a través de medios simbólicos
resultó esencial para que los primeros homínidos pudieran beneficiarse de la estrategia de subsistencia
mediante la caza y el aprovisionamiento.
El establecimiento de las relaciones socio-sexuales no puede lograrse mediante una comunicación
meramente indicial, es decir, mediante un sistema de llamadas, posturas o exhibiciones, no importa lo
sofisticadas y complejas que lleguen a ser. En cambio, incluso una forma de comunicación simbólica
extremadamente básica puede ser útil a este fin. Sólo se necesita unos pocos tipos de símbolos y
unas pocas clases de relaciones combinatorias entre aquéllos. Pero sin símbolos que refieran pública e
equívocamente a ciertas relaciones sociales abstractas y sus expansiones futuras, incluyendo obligaciones
recíprocas y prohibiciones, los homínidos nunca hubiesen podido beneficiarse de las habitualmente
críticas reservas a disposición de los cazadores. La necesidad de marcar esas relaciones recíprocamente
altruistas (y recíprocamente egoístas) emergió como una adaptación a la extrema inestabilidad evolutiva
de la combinación de grupos cazadores/recolectores y la función de aprovisionar las parejas y crías
reservadas a los machos. Este era el problema para el que el simbolismo era la única solución. La cultura
simbólica fue la respuesta a un problema reproductivo al que sólo los símbolos podían ofrecer remedio:
el imperativo de representar un control social. (Deacon, 1997: 401; traducción propia.)
Podría concederse que está idea sirve hasta cierto punto para paliar algunas de las
limitaciones de las tesis de Darwin. Por ejemplo, la idea y representación de relaciones
de parentesco o de ciertos estados de cosas como aceptables o reprobables podría
entenderse como la plataforma que marcó el ascenso desde formas de comunicación
estrictamente emocionales hacia formas de comunicación con carga o contenido
conceptual. De cualquier modo, la especulación de Deacon nos enfrenta con otros
de los problemas básicos de la aplicación del adaptacionismo al caso de la evolución
del lenguaje. Fijémonos en que la idea de Deacon consiste en que sin una adecuada
regulación de las relaciones socio-sexuales, la estrategia de supervivencia sobre la
base de la caza y recolección confiada de los machos o a cierto grupo de machos
417
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
El lenguaje multiplica los beneficios del conocimiento, porque un poco de conocimiento es útil no sólo
por su utilidad práctica para uno mismo, sino como moneda de cambio. Mediante el uso del lenguaje
puedo intercambiar conocimientos con otros con un bajo coste para mí y con la esperanza de obtener
algo a cambio. Asimismo puede hacer bajar el coste original del aprendizaje – puede aprender cómo
cazar un conejo a través del ensayo y error de otros, sin tener que exponerme yo mismo a ello. (Pinker
2003: 28).
Es posible distinguir las buenas teorías de la adaptación de las malas. Las malas tratan de explicar un
aspecto particular de nuestra psicología (pongamos por caso el humor, o la música) apelando a algún
418
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
otro, no menos misterioso, aspecto (la risa nos hace sentir mejor; la gente le gusta hacer música con otras
personas). (Pinker, 2003: 31.)
Desde mi punto de vista, la única vía realmente promisoria para tratar de explicar o,
al menos, para tratar de ir allanando el terreno de cara a una verdadera explicación
evolutiva acerca de la existencia del lenguaje en su forma actual, consiste en renunciar
a considerar el medio como fuente única y última de motivaciones para su emergencia y
desarrollo. La concepción modular sobre su origen presentada en la sección dos debería
servirnos para entenderlo más bien como el resultado de la resolución de múltiples
tensiones en la integración de facultades originalmente autónomas en un sistema que
las pone en comunicación y las dota de nuevas y más complejas funciones. El punto de
arranque de todo el proceso acaso habría que citarlo en el progresivo incremento de
masa encefálica no acompañado de un crecimiento acompasado de la caja craneana,
tal como ha sugerido Chomsky (1980: 239). El contacto original entre las facultades
precursoras habría sido, pues, efecto del reacomodo de sus bases neuroanatómicas
en una situación de estrechez física. A partir de este punto, la evolución ulterior de
la facultad lingüística podría entenderse como la progresiva adopción de soluciones
formales óptimas de cara a la información de los precursores en un nuevo sistema
cognitivo de tan indudables como de diversas ventajas. Cobra así sentido, desde la
tecnología filogenética, la propuesta general para el estudio del lenguaje capitaneada
por Noam Chomsky y conocida como “Programa Minimalista”, cuya hipótesis básica de
trabajo consiste en que la facultad del lenguaje es una solución óptima a las exigencias
planteadas por los sistemas cognitivos a los que sirve como vía de contacto (véase
algunos comentarios en este sentido en Martín y Uriagereka, 2000, y un extenso
desarrollo de la idea en Lorenzo y Longa, 2003: cap. 7).
419
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
420
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
REFERENCIAS
Arbib, Michael A. (2003)), “The Evolving Mirror System: A Neural Basis for Language Readiness”,
in Morten H. Christiansen and Simon Kirby, pp. 182-200.
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Psychology and the Generation of Culture. Oxford: OUP.
Calvin, William H.: Bickerton Derek (2000), Lingua ex Machina. La conciliación de las teorías de
Darwin y Chomsky sobre el cerebro humano. Barcelona, Gedisa [2001].
Carruthers, P. Smith, P.K. (eds.) (1996), Theories of the Theory of Mind.Cambridge, CUP.
Corballis, Michael C. (2002), From Hand to Mouth. The Origins of Language. Princeton: Princeton
University Press.
Deacon, Terrence (1997), The Symbolic Species. The Co-Evolution of Language and the Human
Brain. London: Penguin.
421
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
1. ¿Qué no es la biolingüística?
Lo que quiero decir es que a pesar del empeño que se está poniendo últimamente, lo que
los biólogos, en tanto que biólogos, saben sobre el lenguaje humano es relativamente
poco. De hecho, prácticamente nada210.
Con objeto de hacer esta rotunda afirmación más explícita baste observar que desde
el punto de vista de la biología (incluso aunque nos situemos en los campos más
concernidos con la anatomía y fisiología del cerebro humano) simplemente no hay
manera de distinguir el francés del alemán. Por supuesto, tampoco hay manera de
distinguir entre una lengua ergativa y una lengua acusativa o entre un caso dativo y
un caso ablativo. Quizá, con las modernas técnicas de imagen cerebral, podríamos
210. * Deseo agradecer a la junta directiva de la Sociedad Española de la Lingüística su iniciativa de organizar la sesión
monográfica sobre lenguaje y biología y muy especialmente a su moderador, Guillermo Lorenzo, su invitación para participar
en la misma. Asimismo deseo agradecer al consejo de la redacción de la Revista Española de la Lingüística que dé cabida
en estás páginas a las aportaciones de dicha sesión. Como observa Chomsky, incluso para sistemas computacionales consi-
derablemente más simples que el lenguaje humano, el conocimiento de cómo se relacionan éstos con las células nerviosas
es muy limitado. Citando a Gallistel observa que «We clearly do not understand how the nervous system computes, or even
the foundation of its ability to compute, even for the small set of arithmetic and logical operations that are fundamental to any
computation» (Chomsky 2003, págs. 275).
423
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
albergar la sospecha de que nombres y verbos no sean la misma cosa (véase, por
ejemplo, Caramazza y Shapiro 2004a), pero la diferencia entre un verbo inacusativo y
uno inergativo o entre un nombre contable y otro incontable es literalmente invisible
para la resonancia magnética cerebral. Y es lógico y esperable que así sea. Lo contrario
sería como pedirle al físico teórico de partículas que predijera el próximo huracán en el
Caribe ignorando los partes meteorológicos.
Espero que se aprecie lo grave del asunto: es exactamente lo mismo que si alguien dijera
que va a examinar el fundamento de la vida sin analizar ningún ser vivo o que manejara
una biología incapaz de distinguir entre una célula epitelial y una neurona piramidal.
Se queja Deacon 1992, pág. 66, de que los lingüistas se puedan permitir el lujo de
postular la existencia de estructuras lingüísticas en el cerebro y dejarlo ahí, mientras
que el neurólogo debe proponer en última instancia una descripción reduccionista y no
lingüística de que está haciendo tal región del cerebro cuando procesa el lenguaje. No le
falta razón en parte. El problema surge cuando simplemente se pasa por alto la auténtica
estructura lingüística, esto es, cuando la reducción es simplemente una simplificación.
Cómo observan afinadamente Anderson y Lightfoot en su detallada revisión de las
técnicas recientes de imagen cerebral en la investigación del lenguaje (2002, págs. 232-
233), una dificultad añadida a la ya de por sí compleja tarea de visualizar los procesos
mentales consiste en el desconocimiento por parte de los investigadores de la estructura
del lenguaje211.
211. Así, afirma: «linguists certainly cannot expect to be able to pose their questions directly and find answer in brain images;
but if those designing the experiments have no real sense of what it known about the structure of the language organ, it is
unlikely that they will find interesting answer, either» (Anderson y Lighfoot 2002, pág. 233).
424
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
2. ¿Que es la biolingüística?
En este sentido, una lengua-i es un estado fenotípico de la facultad del lenguaje, esto
es, una lengua-i es el «órgano del lenguaje» de una persona.
Como el objeto de estudio es un órgano mental y lo mental es una dimensión más
212. Por ejemplo, recientemente: “I will assume here an approach to the study of language that takes the object of inquiry to
be an internal property of persons, a subcomponent of (mostly) the brain that is dedicated specifically to language: the human
‘faculty of language’ to adapt a traditional term to a new context”
425
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
de lo natural (al margen del dualismo cartesiano), la gramática generativa es, pues,
«gramática natural»213.
Pero como observan estos mismos autores, aunque el uso que hace una persona de su
lengua implica, por supuesto, su cerebro, la manera en que ese cerebro funciona (su
fisiología) depende crucialmente también de la experiencia del hablante en la infancia, de
si creció en Mallorca o en Nueva Guinea, por ejemplo. Cuando Chomsky escandalizaba
en los años 70 diciendo que la lingüística era psicología y en los 80 diciendo que era
biología, podríamos decir que en realidad estaba implicando que la fisiología tradicional
(esto es, el estudio de los procesos y actividades característicos de los organismos vivos)
debería extenderse también en los órganos mentales, dada la difusa frontera entre el
cerebro y la mente.
Si es cierto que la mente es lo que el cerebro hace, está claro que nuestro objeto
de estudio, la lengua-i de una persona cualquiera, es un órgano mental, su órgano
del lenguaje, y este órgano no se puede abordar sólo desde el punto de vista de la
anatomía (los famosos «correlatos neuronales» ) e ignorando la fisiología. Es más,
es perfectamente posible que esa fisiología no sea de ningún modo abordable desde
el punto de vista anatómico. Por tanto, el estudio biolingüístico no es que sea una
avanzadilla teórica hasta que el avance en el conocimiento de los tejidos neuronales y
su desarrollo pueda remplazarlo, sino que es el único camino posible para conocer esa
fisiología cognitiva. Es, por así decirlo, el otro lado de la excavación de un túnel que no
se puede hacer desde un solo extremo.
213. Véase Mendívil 2003 para esa noción y para una discusión más detallada de la naturaleza del objeto de estudio de la
lingüística chomskyana y su propio estatus como disciplina científica.
426
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
La conclusión en la que quiero insistir entonces es que aquella lingüística que se toma en
serio que su objeto de estudio es un órgano mental y no un objeto externo que anida en
las mentes o las parasita, ya es un estudio biológico, biolinguistico, independientemente
de si en el futuro se descubre (lo que parece poco probable) que la llamada facultad del
lenguaje no es sino la suma no específica de otras facultades mentales214 .
El único descubrimiento que podría contradecir está conclusión sería aquel que mostrara
que no hay relación casual alguna entre las estructuras de la mente y del cerebro y la
estructura de las lenguas, algo que parece aún menos probable.
Y también quiero hacer notar entonces que bajo esta etiqueta de biolingüística, esto es,
el estudio del lenguaje como un órgano mental, no se incluye únicamente la llamada
gramática generativa, sino también aquella lingüística funcional y cognitiva que admite
que la naturaleza humana impone propiedades y características a los sistemas de
conocimiento que acabamos adquiriendo y usando.215
En mi opinión, la única lingüística que quedaría fuera de esta etiqueta sería, por una
parte, aquella que explícitamente estudia la dimensión social y cultural del lenguaje,
214. De hecho, el propio Chomsky, cuando describe la facultad del lenguaje como un sub-componente del cerebro que está
dedicado específicamente al lenguaje, anota: «As a system, that is; its elements might be recruited from, or used to, other
functions» (Chomsky 2004, pág. 124 nota 1). De manera interesante, Anderson y Lightfoot observan: «even if it were to beco-
me clear that there is no real segregation between Language related and non-language-related brain tissue, it would still be
useful and important to treat the Language capacity as a discrete and specifiable human biological system in functional if not
anatomical terms» (2002, pág. 236).
215. No es extraño entonces que un autor como Givón también haya escrito un interesante libro sobre biolingüística (Givón
2002).
427
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
y, por otra parte, toda aquella lingüística que opera con una noción del lenguaje
puramente externa, esto es, como un sistema autorregulado que se refleja en la mente
sin verse afectado por la estructura de ésta más allá de los requisitos que imponga a
cualquier sistema externo de reglas o de conocimientos.
Pero entonces no queda muy claro que la reciente tradición inspirada en la llamada
teoría de la co-evolución del lenguaje y del cerebro que tiene origen en la obra de
Deacon 1997 forme parte de la biolingüística. La razón es que para Deacon, y otros
muchos autores, el lenguaje está de alguna manera fuera de los cerebros.
En la teoría Chomskyana lo que nos capacita para aprender una lengua procede del
cerebro, de su estructura, mientras que en el planteamiento de Deacon son las lenguas
las que evolucionan para poder ser aprendidas. Por ello Deacon sostiene que el lenguaje
es una especie de parásito o quizá un virus que infecta los cerebros de los niños para
reproducirse:
In some ways it is helpful to imagine language as an independent life form that colonizes and parasitizes
human brains, using them to reproduce (Deacon 1997, pág.111).
No voy a negar que este punto de vista es fascinante, pero en mi opinión, como programa
de investigación, tiene serias dificultades. Una de ellas es que en cierto modo se vincula
a las teorías conexionistas, que luego se discutirán.
428
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Grammatical universals exist, but I want to suggest that their existence does not imply that they are
prefigured in the brain like frozen evolutionary accidents (…) they have emerged spontaneously and
independently in each evolving language, in response to universal biases in the selection processes
affecting language transmission. They are convergent features of language evolution in the same
way that the dorsal fins of sharks, ichthyosaurs, and dolphins are independent convergent
adaptation of aquatic species (Deacon 1997, págs. 115-116, cursiva añadida).
Así lo que parece una oposición frontal e irreconciliable se traduce en realidad en una
cuestión de detalles empíricos sobre la especificidad o no de ciertas restricciones o
construcciones cognitivas, algo crucial por su puesto, pero no insoluble.
La dificultad más seria para considerar biolingüísticos estos estudios es que algunos
de sus defensores muestran cierta tendencia a considerar que el objeto de estudio real
no es la lengua-i (el órgano de lenguaje de una persona), sino la lengua exteriorizada
o extensional (lengua-e), esto es, la lengua como un sistema complejo abstracto, como
un fenómeno de la « tercera clase» o como un objeto social compartido.
Se implica en esta tradición que lo realmente existente sería la lengua-e (el ruso, el
alemán. etc.), mientras que la lengua-i esto es, los órganos del lenguaje de las personas
que hablan ruso o alemán, no serían más que manifestaciones o reflejos de esas
entidades en las mentes individuales. Pero esa es precisamente la noción saussureana
de langue, a la que creo no nos interesa volver216. Es algo así como si, echando mano de
la antigua analogía entre lenguas y especies, defendiéramos que lo realmente existente
es la especie (por ejemplo la de los caballos) y que los caballos son mera manifestaciones
de esa especie.
Creo que es la manera errónea de enfocarlo. Lo que existen como objetos naturales son
los caballos y las lenguas-i de las personas: las especies naturales o las lenguas-e como
el ruso o el inglés no son solo poblaciones de individuos suficientemente semejantes
como para permitir la procreación fértil en el caso de los animales y la inteligibilidad
mutua en el caso de las lenguas-i u órganos del lenguaje.
216. Aunque a Deacon parece que si: «Language is a social phenomenon» (1997, pág. 115).
429
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
The extra support for language learning is vested neither in the brain of the child nor in the brains of
parents or teachers, but outside brains, in language itself. (Deacon 1997, pág.105).
Sin embargo, parece claro que si una mente o un cerebro impone ciertos requisitos
para la adquisición o el procesamiento de un sistema de conocimiento, en realidad
está imponiendo también (al menos en parte) la estructura que tendrá ese sistema de
conocimiento. Si esos requisitos son específicos para el lenguaje, entonces la hipótesis
no se puede distinguir en realidad de la propuesta chomskyana clásica en la que la GU
representa precisamente esos requisitos. Si los requisitos son de tipo general, entonces
volvemos a la controversia que siempre ha enfrentado a funcionalistas y generativistas
(esto es, si las lenguas tienen o no las mismas propiedades que otros sistemas de
conocimiento, si se adquieren de la misma manera, etc.).
Explicar esa estructura lingüística común sin recurrir a las aportaciones de la mente/cerebro
nos obliga a derivarla entonces de la evolución convergente, como hace Deacon y otros
autores que consideran las lenguas como sistemas adaptativos, complejos, esto es, en un
claro paralelismo con el planteamiento neodarwinista de la evolución natural:
Human children appear preadapted to guess the rules of syntax correctly, precisely because languages
evolve so as to embody in their syntax the most frequently guessed patterns. The brain has co-evolved
with respect to language, but languages have done the most of the adapting (Deacon 1997, pág. 122).
Veíamos más arriba que Deacon planteaba que los universales serían rasgos
convergentes de la evolución de las lenguas de la misma manera que las aletas dorsales
de los tiburones, los ictiosauros y los delfines son adaptaciones convergentes de las
especies acuáticas. Algo parecido plantea un interesante seguidor de la tradición como
es Briscoe, quien insiste en relacionar las confluencias históricas de las lenguas con la
evolución independiente de los ojos y las alas en estirpes evolutivas distintas:
In the framework advocated here, we can recognize that such historical pathways can be stereotypical
responses to similar pressures arising in unrelated languages, in much the same way that eyes and wings
have evolved independently in different lineages many times, without the need to posit a substantive
theory of such changes or to see them as deterministic (Briscoe 2002. pág. 13, cursiva añadida).
430
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Estos estudios han puesto de manifiesto, por ejemplo, que los mismos genes reguladores
del tipo HOX son los responsables tanto de la construcción de la cabeza de una mosca
como la de una persona. La importancia de los genes HOX para la biología evolutiva
queda clara en la siguiente afirmación de Sampedro:
Toda la deslumbrante diversidad animal de este planeta, desde los ácaros de la moqueta hasta los
ministros de cultura pasando por los berberechos y los gusanos que les parasitan, no son más que ajustes
menores de un meticuloso plan de diseño que la evolución inventó una sola vez, hace unos 600 millones
de años (Sampedro, 2002.pág.98).
Esto implica entonces que la labor de la selección natural ha sido mucho más de
detalle, de ajuste fino, podríamos decir, y que las constricciones no adaptativas son
enormemente revelantes.
Como ha señalado Sampedro en la misma obra (2002, pág. 119 y sig.), el grupo de
Gehring demostró en 1994 que el gen PAX-6 es el mismo gen regulador que controla
las decenas o centenares de genes que forman los ojos tanto de los artrópodos como
de los seres humanos, por lo que de nuevo es evidente que aunque la evolución y la
selección han modificado mucho de esos genes para producir ojos tan increíblemente
distintos como el ojo compuesto de los crustáceos y el nuestro, en realidad se trata de
una homología profunda, como la que basada en la llamada GU determinaría mucha
de las propiedades universales que encontramos en la lenguas:
Las patas (y otros apéndices) de todos los animales bilaterales se construyen siguiendo un complejo
sistema de diseño que ya existía en Urbilateria [el primer animal bilateral postulado], y que todos
431
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
los animales bilaterales han utilizado sin excepción, y sin que la selección natural haya conseguido
alterarlo en lo fundamental, durante los 600 millones de años que han transcurrido desde su aparición
(Sampedro 2002, pág. 128).
Puede que los universales lingüísticos sean resultado de pautas adaptativas convergentes
pero independientes, pero las lecciones que nos enseña la biología evolutiva moderna
no parecen recomendarnos que abandonemos la idea de una GU invariable en
tiempo histórico como fuente insoslayable de dichos patrones y de algunos universales
estructurales.
Ya ven, que estamos como siempre, dando vueltas a la eterna controversia entre
naturaleza y crianza. Y creo que la balanza se inclina hacia la naturaleza decididamente.
He sostenido que la biolingüística es toda aquella lingüística que tiene como objeto
de estudio el conocimiento del lenguaje, esto es, un órgano mental (y por tanto
natural) y que no considera entonces que el conocimiento del lenguaje sea una mera
representación de una realidad externa. La diferencia radica en si la complejidad de ese
objeto, su estructura, procede del entorno o del organismo. Y creo que la respuesta es
el organismo.
Claro que es muy plausible que el organismo haya respondido a presiones externas, en
este caso a «protolenguaje», pues un dispositivo de adquisición del lenguaje no puede
evolucionar sin «lenguas» que adquirir, pero eso no excluye mutaciones, sutiles pero
cualitativas (o, como han sugerido Lorenzo y Longa 2003, procesos de autoorganización
neuronal), que dieran lugar a la facultad del lenguaje, esto es, al equivalente cognitivo
de urbilateria, a partir del cual todas las lenguas muestran una discontinuidad esencial
con respecto a sus ancestros prelinguisticos217 .
217. Véase Piatelli-Palmarini y Uriagereka 2004 para una sugerente visión de la evolución del lenguaje que también implica
«protolenguas» como entornos selectivos.
432
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
4. Lenguaje y genes
Comenzando con la segunda pregunta, cabe observar que lo que nos dice la genética
reciente sobre la facultad del lenguaje bien podría resultar contradictorio. Me refiero
a que en este recién nacido siglo XXI hemos asistido a dos tipos de descubrimientos
relevantes para la cuestión que nos concierne y a que cada uno de ellos parece dar la
razón a uno de los bandos.
El primer descubrimiento referido se produjo en el año 2001, y nos enseña que el ser
humano no es mucho más complejo genéticamente que un humilde gusano, lo que
parecería apoyar un punto de vista anti-innatista y conexionista.
El segundo descubrimiento, también publicado en el año 2001, es el que nos indica
que ya hay un candidato sólido a lo que toscamente podría llamarse «un gen de la
gramática», el famoso FOXP2, un descubrimiento que aparentemente apoya, las tesis
innatistas y modularistas.
Pero en realidad, creo que estos dos descubrimientos relevantes no son ni contradictorios
entre sí, ni por supuesto, nocivos para la concepción naturalista e internista del lenguaje
que he venido defendiendo.
Pero lo que esto muestra en realidad es que, como se sospechaba cualquier intento
de establecer una conexión directa entre la complejidad del organismo y el número
de genes es inadecuada. Sin embargo, el hecho de que no haya una relación directa
entre el número de genes y la complejidad del organismo en modo alguno indica
que el cerebro humano no sea exponencialmente más complejo que los demás ni, por
supuesto, que esa complejidad no esté determinada genéticamente o que proceda
necesariamente del entorno. Por lo que sabemos de los organismos naturales, lo
realmente sorprendente sería lo contrario.
433
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Pero el artículo de octubre de 2004 mencionado contiene una información aún más
interesante. Esta reciente y casi completa secuenciación del genoma también pone
de manifiesto que el genoma humano ha evolucionado más de prisa que el de los
demás mamíferos. La evidencia al respecto, facilitada por la limpieza de los errores y
ambigüedades del modelo anterior, procede del altísimo porcentaje de genes humanos
que son duplicación de otros genes. Y la duplicación de genes es uno de los motores de
la evolución. Un gen funcional no suele cambiar, porque una mutación normalmente
es letal para su portador, pero cuando un gen se duplica se implica que el original puede
conservar su función vital mientras que la copia puede acumular cambios relevantes.
En todos los genomas analizados hay duplicaciones, pero el genoma humano presenta
dos peculiaridades: tiene un porcentaje mayor de genes duplicados (concretamente un
5,3 %) y además buena parte de las copias se parecen mucho ente sí, lo que implica
que las copias son muy recientes (esto es, se remontan a la evolución de los homínidos
de hace 6 millones de años).
Todo lo cual nos permite enlazar con otra perspectiva con el asunto del llamado gen del
lenguaje, el célebre FOXP2. El descubrimiento de FOXP2 también ha sido normalmente
mal interpretado. Al contrario de lo que ha sucedido con la «rebaja» del número de
genes en el genoma, que ha sido precipitadamente interpretada como un triunfo
conexionista, el descubrimiento de FOXP2 ha sido interpretado precipitadamente como
un triunfo del innatismo chomskyano. Sería sin duda precipitado decir que FOXP2 es
una prueba de la hipótesis chomskyana, no sólo porque realmente no se sabe bien
qué funciones tiene ese gen ni cómo afecta al lenguaje, sino porque no se nos debería
escapar que la teoría chomskyana no prejuzga nada sobre los genes. Vuelva el lector a
la primera cita de Chomsky y observará que habla de principios innatos biológicamente
determinados, no genéticamente determinados. Podemos inferir una relación, pero no
establecerla y mucho menos desde el punto de vista lingüístico.
Está claro que la teoría gramatical no puede establecer qué genes podrían determinar
que las lenguas que aprendemos tienen la estructura que tienen y no otra, sino que
esa es una tarea de la genética del sistema nervioso. También está claro que la genética
434
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
del sistema nervioso no puede establecer una correcta teoría del ligamiento. Los
datos son distintos, su grado de verificación empírica puede variar en una disciplina
u otra, pero el objeto de estudio es el mismo (se trata del mismo túnel, por continuar
con la imagen).
En Enard y otros 2002 se realiza un estudio comparativo del mismo gen FOXP2 y se
observa que existe en casi todos los mamíferos. El gen del ratón y del humano sólo
difieren en tres de los 715 aminoácidos que lo forman, y una de esas diferencias es
común al ratón y a parientes cercanos de nuestra especie como el gorila o el chimpancé,
que tampoco tienen lenguaje. Por tanto, lo específico en este gen del ser humano (y
responsable del síndrome) son dos aminoácidos (de los 715) de FOXP2. Según Enard
y otros 2002 estos cambios tienen una antigüedad de unos cien mil años, una fecha
relevante pues es la que se asocia al surgimiento de nuestra especie y del propio lenguaje
humano en función de otros criterios arqueológicos y paleontológicos.
El hecho de que el síndrome presentado por dicha familia afecte no solo a la morfología
flexiva y la sintaxis (ámbitos típicamente gramaticales) sino también a la pronunciación,
y el hecho de que dicho gen pertenezca a un grupo que controla la actividad de otros
genes, muestra lo arriesgado de lanzarnos al establecimiento del gen FOXP2 como una
especie de «gen de la gramática». Evidentemente, sería una conclusión precipitada,
pero la correlación sigue siendo relevante.
Hay pues cierta base para pensar que la denominación popular de los diarios, «el
gen del lenguaje» o «el gen de la gramática», es en cierto modo correcta, pero no
obviamente porque esos dos aminoácidos codifiquen la famosa GU, sino porque FOXP2
es precisamente uno de los llamados genes reguladores, concretamente, uno de los
genes que determina cómo se forma el órgano crucial del lenguaje y de la naturaleza
humana, el cerebro.
El grupo de Pääbo del instituto Max Planck ha mostrado igualmente que los patrones
de expresión génica que expresan qué genes están activados en diversos tejidos son
muy similares en el tejido del hígado y en los leucocitos de humanos y chimpancés,
pero muy diferentes en sus cerebros. A muchos puede parecerles una obviedad decir
que el cerebro de un humano y el de un chimpancé son menos parecidos que sus
hígados, pero es siempre relevante hacerlo, no sólo porque todavía hay quién dice que
solo se trata de una diferencia cuantitativa, de potencia de cálculo sino sobre todo
porque es llamativo que sea precisamente FOXP2 uno de los genes cuya expresión
distingue el «estilo de construcción» del cerebro humano y el del chimpancé.
435
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Muchos anti-innatistas se frotaron las manos cuando se descubrió que el genoma del
ser humano y el del chimpancé eran iguales en un 99% aproximadamente, pero cada
vez parece más claro que el uno por ciento de diferencia entre humanos y chimpancé
no es tanto una cuestión de genes en sí, sino de su regulación.
Watson, el co-descubridor del ADN, dice que «los humanos son sencillamente grandes
simios con unos cuantos interruptores genéticos exclusivos –y especiales-» (2003,
pág.270). Resulta fascinante que precisamente sea FOXP2 uno de sus interruptores.218
Este gen codifica un factor de transcripción, un activador genético, que
aparentemente desempeña un papel decisivo en el desarrollo cerebral. Como
observa Watson, «más que ejercer un efecto conductual simple directo, el FOXP2
influye sobre la conducta dando forma al mismísimo órgano que la preside» (2003,
pág. 417), a lo que añade:
Creo que el FOXP2 resultará un modelo para los trascendentales descubrimientos que están aún por
hacerse; si estoy en lo cierto, se comprobará que mucho de los genes más importantes que gobiernan
la conducta son en realidad los que participan en la construcción del más extraordinario de los órganos,
esa masa de materia que sigue siendo sumamente inescrutable, el cerebro humano. Estos genes nos
influyen por la forma en que construyen la exquisita herramienta que interviene en todo lo que hacemos.
(Watson 2003, pág.417).
Y si algo caracteriza todo lo que hacemos, eso es, sin duda, el lenguaje.
5. Lenguaje y cerebro
Hemos llegado al cerebro y a lo que éste hace, la mente. La investigación sobre la otra
pregunta planteada (esto es, sobre las bases neuro-anatómicas del lenguaje) es antigua,
pero como puede comprobarse en revisiones recientes (Caramazza y Shapiro 2004a,
Caramazza y Shapiro 2004b, Grodzinsky 2004), las respuestas, aunque estimulantes
para el punto de vista biolinguistico, sigue siendo vagas.
218. También resulta apasionante observar que, como índica Marcus y Fisher 2003, la familia de genes FOX no sólo es muy
relevante para el desarrollo embrionario (con muchos síndromes asociados), sino que existe una correlación clara entre el
número de genes FOX presentes en un genoma y la complejidad del organismo.
436
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Cómo algunos de los defensores de esta tradición admiten (Plaut 2003, pág. 164.),
los resultados obtenidos a la hora de modelar aspectos del lenguaje humano como la
sintaxis ha sido muy limitados. Por su puesto, no se puede reprochar a un modelo teórico
que simplifique la realidad (todos lo hacen), pero si que se emplee una simplificación
para decidir sobre aspectos cruciales en la investigación de la mente y del lenguaje.
Observa Smith 2003 que los modelos conexionistas tienen algunas propiedades a
priori atractivas, como la autoorganización y la plasticidad. Sin embargo, respecto de
la primera propiedad observa Smith que los modelos conexionistas tienden a alinearse
con los innatistas en el momento en el que para obtener un resultado similar a la
organización hallada en los seres humanos se tiene que «prefijar» los valores iniciales de
algunas conexiones. Y lo mismo sucede con la plasticidad (esto es, de hecho que de una
función pueda ser desarrollada por diversas partes del sistema), puesto que tampoco
implica una negación del posible carácter innato de la especialización de ciertas áreas
cerebrales para funciones lingüísticas especificas. A este respecto Kauffman 1993, pág.
508, observa que, por ejemplo, cuando se calientan o se rocían de éter las moscas de
la fruta pueden aparecer mutantes homeóticos con patas en la cabeza en lugar de
antenas. Pero sería absurdo concluir que no existen las patas o los programas genéticos
219. Véase van der Lely 2004 para la presentación de evidencia y discusión sobre el déficit lingüístico gramatical de de-
sarrollo y sus implicaciones, que en palabras de la autora « argue for the existence of a genetically determined specialized
sub-system in the brain required for grammar that cannot be fully sub-served by more general mechanisms » (van del Lely
2004, pág. 138).
437
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
para «hacer» patas. Todos los programas genéticos de desarrollo tienen cierta variación
natural que puede verse afectada por factores del entorno, tanto en el desarrollo de las
patas de la mosca como en el desarrollo del lenguaje, pero nada de ello indica que no
pueda haber una definición genética detrás del desarrollo.
No se puede negar que los modelos conexionistas pueden ser de gran utilidad para
relacionar las teorías simbólicas con los procesos fisiológicos y físicos que las puedan
encarnar en el cerebro, pero ello no implica que estos modelos simplemente puedan
sustituir a las teorías computacionales que mejor reflejan el lenguaje humano y otros
aspectos de la mente.
220. Aunque el caso más conocido es del niño sordo Simon (un niño que usaba con la habilidad de un nativo el ASL que sus
padres apenas dominaban) estudiado por Singleton 1989, los más frecuentes y estudiados casos de criollización o «naturali-
zación» de pídgins y lenguas de contactos son buenos ejemplos.
438
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Lo que los modelos conexionistas plantean es en cierto modo prescindir de todo eso
en favor de algoritmos de aprendizaje de propósito general que funcionen no solo
para todos los conocimientos, sino para todos los individuos independientemente de
si se trata individuos con inteligencia orgánica (como los animales) o de individuos con
inteligencia de silicio (como los ordenadores). Puede que, como dice Elman y otros 1996,
pág. 104, haya muchas rutas hacia el comportamiento inteligente, pero la inteligencia
que nos interesa es la natural y no la artificial.
Hemos visto que el planteamiento conexionista implica una visión antimodular del
aprendizaje que niega la propuesta de que el cerebro es un complejo de «órganos
especializados» en determinados tipos de computación. Pero como señala Gallistel
(de nuevo citado por Chomsky 2003, pág.318 y sigs.) esa es la norma en neurocien-
cia hoy. Observa Gallistel que intentar imaginar un órgano de aprendizaje de propó-
sito general subyacente a los sistemas especializados es como intentar imaginar la
estructura de un órgano de propósito general (esto es, un órgano que se ocupe de
problemas no cubiertos por los órganos especializados como el hígado, el páncreas,
los pulmones o el corazón) o un «órgano sensorial de propósito general» (que solu-
cionaría el problemas de la «sensación» para casos no cubiertos por la visión, el oído
u otros órganos especializados para la percepción sensorial). En todos los casos se
trataría de órganos biológicamente extraños.
La idea de un cerebro modular, prediseñado (como todo órgano natural), pero sensible a
variación por interacción con el entorno no es una peculiaridad más o menos excéntrica
del pensamiento de Chomsky, sino algo generalmente admitido en el ámbito de la
neurociencia. Así lo indica el recientemente fallecido Francis Crick (el otro co-descubridor
del ADN y quizá uno de los científicos más importantes del siglo XX):
439
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Hoy sabemos que el cerebro, al nacer, no es una tabula rasa sino una elaborada estructura con mucha
de sus piezas ya instaladas. La experiencia sintoniza entonces con este aparato, listo pero sin desbastar,
hasta conseguir realizar un trabajo de precisión. (Crick 1990, pág. 13).
Creo que realmente existen razones para pensar que una de estas piezas preinstaladas es
la facultad del lenguaje, como quiera que esta resulte ser en su amplitud. Especificidad
y anatomía. Y una fuente de evidencia para esta creencia, además de lo derivado de la
biología propiamente dicha, es precisamente el estudio intenso que han visto los últimos
30 años de la fisiología cognitiva de esos órganos mentales que llamamos «lenguas»
por abreviar.
6. Conclusión
Darwin dejó dicho en sus memorias que el estudio del cerebro del babuino haría mucho
más por la comprensión de la mente humana que el ensayo de Locke. Y a juzgar por el
reciente artículo de Hauser, Chomsky y Fitch 2002 parecería que el propio Chomsky va
por esa línea. El punto de vista defendido en este trabajo ha sido más tradicional (¡más
chomskyano!), en el sentido de que sigo pensando que para comprender el lenguaje
sigue siendo más útil una buena gramática de una lengua cualquiera que una tomografía
de emisión de positrones o el estudio de los dialectos de las orcas marinas.
440
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
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443
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Catherine FUCHS
CNRS/ENS
catherine.fuchs@ens.fr
Introducción
Lugar de la lingüística
Entre estas disciplinas, la lingüística ocupa un lugar aparte, ya que solo ella tiene el
lenguaje como objeto exclusivo de estudio y lo aborda a partir de la diversidad de las
lenguas. El interés de los lingüistas por cuestiones de orden cognitivo (en el sentido
amplio), no es de hoy: existe sobre el tema una amplia tradición, que se remonta a
la Antigüedad, de reflexión sobre las relaciones entre las lenguas, el pensamiento, el
razonamiento, la acción, etc. A pesar de ello, esta problemática general y relativamente
difusa no se confunde con aquella, más delimitada, de lo que se ha convenido en llamar
la “lingüística cognitiva”.
445
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
446
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
algunos como es el caso de Gardner 1985, han llamado la “revolución de las ciencias
cognitivas”).
Este paradigma clásico es el que fue adoptado, en lingüística por la gramática chomskyana
y otros modelos formales (como las “gramáticas de unificación”) que le asignan un
lugar central a la noción de “sistema formal”. Estas teorías se caracterizan por un
procedimiento hipotético-deductivo, un enfoque “modularista” (cf. Fodor 1989), una
concepción representacional del lenguaje (visto como un instrumento de expresión del
pensamiento que permite la transmisión de informaciones a propósito del mundo) y
modelizaciones de tipo lógico-algebraico.
Haciendo eco de estos procesos evolutivos de las ciencias cognitivas, han emergido
en el seno de la lingüística cognitiva, nuevas corrientes desmarcándose – radicalmente
según el caso- del paradigma cognitivista inicial. Citemos en particular las “gramáticas
cognitivas”, nacidas en la costa oeste de los Estados Unidos (Lakoff; Langacker; Talmy;
Fauconnier –ver Victorri 2004) y la corriente “neofuncionalista” (Givón; Heine –ver
François 2004). A diferencia de las gramáticas formales, estas corrientes se caracterizan
por un procedimiento más inductivo, un enfoque “interaccionista” (un lugar central se
447
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
448
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
valido, por parte de los lingüistas de su época, rudas críticas que testimonian de una
incomprensión frente a objetivos teóricos de la empresa. Detrás del término “psico-“,
nadie ha querido ver huellas de psicologismo, de mentalismo o de idealismo –en una
palabra, una proyección semántica intuitiva, tomada como algo incontrolable por
los defensores de procedimientos rígidos, controlables declarándose libres de todo
psicologismo. Como se sabe, estos detractores fueron a su vez acusados de positivistas
por el propio Guillaume. En cuanto al término “-mecánica”, a pesar de su connotación
cibernética, fue igualmente mal recibido; a falta de percibir los lazos posibles entre el
procedimiento lingüístico y la ciencia del movimiento y del equilibrio de los cuerpos (cf.
Las nociones de ‘cinemática’, ‘dinámica’, ‘estática’) los contemporáneos de Guillaume
desconocieron su búsqueda del movimiento subyacente a la construcción de las
representaciones por y en la lengua. La alianza de los dos términos, en cuanto a ella,
pareció incongruente, incluso contradictoria. Luego, diversas respuestas de fondo a
estas críticas fueron aportadas por representantes de la psicomecánica: sobre la cuestión
del psicologismo, ver por ejemplo Toussaint 1997 o Valette 2003a; sobre la mecánica
intuitiva y su inspiración fenomenológica, ver Bajric 2005.
449
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Opciones teóricas
Sea lo que fuere, el aporte esencial de este enfoque de la lengua reside en la concepción
de la representación como movimiento y no como asignación de etiquetas estáticas
(que se conciba sin embargo este movimiento, que constituye la condición y la forma
misma de lo concebible, como un cinetismo que procede de la mecánica, o como
una oscilación dinámica dentro del movimiento dialéctico). Avatar bien conocido de
450
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
451
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Afinidades epistemológicas
Como se mencionó más arriba, la primera época de las ciencias cognitivas fue la de
la cibernética. Desde el giro de los años 1940221, las “Macy Conferences” reunían a
los padres fundadores que fueron von Neumann, Wiener, Turing, McCulloch, para
intentar instaurar una nueva “ciencia de la mente” apoyándose sobretodo en la lógica
matemática (para describir la labor del razonamiento) sobre la teoría de los sistemas
(para formular los principios generales que gobiernan todo sistema complejo) y sobre
la teoría de la información (como teoría estadística de la señal y de los canales de
comunicación) –ver sobre este punto las obras introductorias de Varela (1988) y de
Dupuy (1994). La opción de fondo era que el pensamiento funcionaría como un cálculo,
a la manera de una máquina; de allí procedería la invención del computador, según
los principios de von Neumann. Pero es del lado de la física (y no del álgebra o de la
biología) que los cibernéticos van a buscar sus modelos, que permitirán la emergencia
de las teorías de la autoorganización- en las cuales la forma se abstrae de la materia – y
los enfoques de lo vivo como propiedad emergente del desorden.
Guillaume conoció la cibernética y fue seducido por ella (cf. Valette 2003a p. 17 y sgtes):
su objetivo al elaborar la psicomecánica del lenguaje era el de construir una máquina
para pensar, una cibernética fundada en el tiempo operativo y el tensor binario; a la
manera de la cibernética, él concebía el pensamiento dominado por la mecánica y el
lenguaje como lo que constituía la parte mecanizable del pensamiento. Resta por decir
sin embargo que la perspectiva en la cual él condujo su empresa teórica se parece
menos a la cibernética (etapa que precedió al ‘cognitivismo’) que al ‘constructivismo’
(es decir a las corrientes que histórica y epistemológicamente lo suceden).
Podemos en efecto, siguiendo a Rastier (1993) quien considera a Guillaume como “el
abuelo tutelar de la lingüística cognitiva a la francesa”, considerar las teorías cognitivas
europeas actuales, inspiradas de René Thom (catástrofes, topológico-dinámica) como
“herederas del sistema de pesamiento de Guillaume” y sostener que la psicomecánica
constituye una “lingüística pre-cognitiva”, del tipo constructivista.
¿Pero de qué tipo de constructivismo estaría ella más próxima? Si seguimos a Varela
(1988), la historia de las ciencias cognitivas se compone de cuatro etapas sucesivas:
los primeros años marcados por la cibernética, luego la llegada de los símbolos con
el cognitivismo, luego lo ‘subsimbólico’ y finalmente el ‘enactivismo’ – estas dos
últimas etapas participan del constructivismo. La perspectiva subsimbólica lleva a
221. NdT (editor). Para ampliar este tópico, véase las contribuciones de la segunda parte del presente volumen, en especial
las de Chamak y Jacob.
453
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
considerar que el sentido no reside en los símbolos sino en los esquemas de actividad
compleja que emerge de una interacción entre varios símbolos; de ahí el uso de las
redes masivamente interconectadas, vectores de “propiedades emergentes” globales
identificables con una facultad cognitiva, a la manera de los sistemas “autoorganizados”
de la cibernética. Lo que se mencionó más arriba a propósito de la emergencia de
los efectos de sentido en discursos a partir de la interacción de los elementos co-
textuales no permite evocar esta perspectiva. En cuanto a la perspectiva enactivista,
ella propone una crítica aún más radical: para ella, la cognición es una actividad que
consiste en hacer emerger dinámicamente significaciones y no a tratar o a reflexionar
representaciones preexistentes- de ahí que haya un rechazo del enfoque cognitivista
hace la noción de ‘representación’. Si admitimos que la psicomecánica admite una
dimensión fenomenológica (el sujeto del “pensamiento pensante” se localiza con
relación a las coordenadas espacio-temporales, cf. Valette 2003b), entonces anticipa
una forma de enactivismo.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Guillaume, que no se desinteresó por las cuestiones de patología del lenguaje y como se
sabe compartió con Ombredane, postulaba la realidad del tiempo operativo. Pero estimaba
que los esquemas cognitivos del pensamiento proceden del lenguaje y que es pues a la
lingüística (y no a la psicología) la que le corresponde observar dichos mecanismos. Como lo
anota con precisión Toussaint 1997, p. 188): “La lingüística de aguas arriba, antipositivista,
concebida por Guillaume [es] una lingüísitica ‘pura’, cualitativa, que le da la espalda a la
experimentación y a sus evaluaciones cuantitativas, como a la encuesta”. En este nivel, la
cognición de la psicomecánica se reducirá pues, como lo afirman algunos psicomecánicos,
a lo “mental” que el lingüista tiene como tarea actualizar, pero cuya realidad no podría
ser corroborada ni por el psicólogo ni por el neurocientífico. Esta manera de encerrar con
doble llave la teoría en sí misma parece difícilmente válida para una empresa que se quiera
identificar como verdaderamente cognitiva.
455
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Las razones de esta situación de hecho son de dos órdenes (cf. Monneret 2003) Por un
lado, por más sofisticadas que ellas sean, las técnicas experimentales de la psicología
y de las neurociencias siguen siendo a pesar de todo muy rudimentarias, respecto a
la fineza de los análisis lingüísticos de la psicomecánica; y además, ellas se inscriben
en el marco del paradigma cognitivista clásico, poco compatible con esta teoría. Por
otro lado, como se dijo más atrás, no hay acuerdo en la noción de tiempo operativo,
y la psicomecánica no constituye una teoría global suficientemente estable para ser
explotable por las disciplinas conexas.
No obstante, otro enfoque parece posible (cf. Monneret 2003): podemos invertir
los roles y, en lugar de buscar validar experimentalmente los conceptos de la
psicomecánica, preguntarse lo que esta teoría podría aportar a la neuropsicología. La
neuropsicología sólo puede experimentar sobre las producciones, ella tiene necesidad
de las teorías que articulan discurso y lengua; y lo que es más, la consideración de
la variabilidad de las producciones lingüísticas obliga a volverse sobre los modelos
dinámicos. En este doble plan la psicomecánica parece estar bien ubicada para
responder a las expectativas de la neuropsicología. Más específicamente, ella podría
proponer útiles teóricos suscpetibles de dar cuenta de algunas observaciones hechas
por la neuropsicología. Así por ejemplo, en el dominio de la patología del lenguaje,
ella permitiría probablemente unificar diversos fenómenos en apariencia disímiles
observados en los agramáticos destacando que, en este tipo particular de afasia
de Broca, las alteraciones pueden referirse siempre a elementos que ella calificaría
“de previo” y que cuando los elementos problemáticos no sean omitidos sino
reemplazados, es a menudo por el elemento “posterior” del sistema (cf. Monneret
1996 y 2003). Esta pista ameritaría mayor exploración.
Conclusión
456
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
457
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
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458
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Caracterización neuroanatómica
y neurofisiológica del lenguaje humano
I. Introducción
459
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Tal como ponen de manifiesto las evidencias discutidas hasta el momento, parece
cada vez más obvio que es necesario ampliar nuestra descripción de la localización
de los centros lingüísticos más allá de la región del córtex perisilviano del hemisferio
izquierdo (esto es, las áreas de Broca y Wernicke, situadas en torno a la cisura
de Silvio), para contemplar el reclutamiento recurrente que la actividad lingüística
hace de circuitos neuronales adicionales, que alcanza, en último término a regiones
cerebrales que se consideraban encargadas, en principio, de tareas no lingüísticas,
produciéndose de esta manera un complejo patrón de asociación entre diferentes
áreas corticales y subcorticales. Además, resulta especialmente, interesante constatar
como este reclutamiento progresivo no tiene un carácter aleatorio. Este último
extremo se pone en evidencia de forma muy significativa en el caso del procesamiento
semántico. Así en general las regiones que se activan durante el procesamiento de las
palabras se encuentran localizadas en las proximidades de aquellas otras encargadas
de la percepción de los atributos característicos de los objetos que dichas palabras
designan, como su aspecto o su utilidad (Martín y otros 1995), de forma que los
circuitos neuronales responsables del almacenamiento de conceptos no lingüísticos
460
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
461
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Figura 1.
462
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
(A) Las asociaciones que mantienen las palabras con eventos visuales o con acciones puede rastrearse
a nivel histológico en el hecho de que las redes funcionales que las sustentan se localizan más allá de
las áreas perisilvianas asociadas tradicionalmente al lenguaje, alcanzando las áreas tempo-occipitales
y frontocentrales, asociadas respectivamente, a la visión y al control motor. Consecuentemente, la
topografía cortical de las redes funcionales responsables del procesamiento de las palabras que pueden
asociarse primariamente a fenómenos visuales será diferente de la correspondiente a las palabras asociadas
principalmente a acciones. (B) Diferencias en la actividad metabólica cerebral en respuesta al procesamiento
de sustantivos que denotan animales o herramientas, tal y como se observan en experimentos en los que
se proponen al sujeto que asigne un nombre a diferentes imágenes que se le muestran. Mientras que los
sustantivos que se refieren a herramientas activan preferentemente una zona del córtex promotor y una
parte de la región medial de la circunvolución temporal, los sustantivos que designan animales activan
preferentemente diversas áreas del córtex occipital. (C) Diferencias electrofisiológicas detectadas en
reprocesamiento de sustantivos y verbos en un experimento de decisión léxica en dos puntos de medida,
situados respectivamente, en un área aneja al córtex motor y en una zona por encima del córtex visual.
Las respuestas de la banda correspondiente a las respuestas del intervalo de los 30 Hz eran superiores en
la zona próxima al córtex motor cuando los verbos denotaban acciones mientras que eran mayores en
el área situada por encima del córtex visual cuando se trataba de sustantivos con una asociación visual
significativa. Diferencias parecidas se obtienen también cuando se emplean como técnicas de análisis
los ERPs. Los potenciales se analizaron según la metodología del análisis de Densidad de Fuente Actual
(Current Source Density Analysis, CSDA). (D) los experimentos conductuales revelan que los sustantivos
indujeron potentes asociaciones visuales, mientras que los verbos se relacionaron fundamentalmente con
las acciones. Adaptado de Pulvermüller 2002.
463
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
que la especialización podría ser meramente funcional, de forma que los diferentes
aspectos del procesamiento lingüístico se debería a la actividad coordinada de
determinados circuitos especializados en la respuesta ante determinados estímulos y
en la generación de determinadas respuestas (Kaan y Swaab 2002).
Por otro lado, no hay nada en la propia naturaleza de los circuitos neuronales
que obligue a postular la existencia de una organización neuronal compleja (e
independiente) como base de un comportamiento complejo como es el lenguaje,
que parece confirmar los modelos conexionistas de organización neural (Nobre
y Plunkett 1997). Asimismo no debería obviarse que, debido probablemente a
limitaciones de tipo metodológico, la información proporcionada por las técnicas
de neuroimagen durante la ejecución de determinadas tareas lingüísticas podría no
corresponderse exactamente con lo que denominamos funciones o componentes
funcionales del lenguaje (procesamiento fonológico, flexión, etc.), sino únicamente
con una representación visual de dichas tareas. En todo caso actualmente, resulta
también desconocido cómo aquellas funciones surgirían de la coordinación de
los procesos de computación que llevan a cabo redes de neuronas activas (Kosit
2003). Y, finalmente, si la capacidad lingüística humana es innata, como desde
hace tiempo se viene sosteniendo desde el propio ámbito de la lingüística (Lightfoot
1983, Chomsky 1986, Jackendoff 2002), la modularidad del lenguaje debería
responder a la existencia de un programa genético específico, que sería el encargado
de regular el desarrollo y el funcionamiento de los circuitos neuronales existentes
en los supuestos centros del lenguaje. Los genes que integrarían este programa
se caracterizan ante todo por su inespecifidad en dos sentidos: por un lado, en
el hecho de que la mayor parte se han identificado a partir de individuos en los
que no sólo estaba afectada su competencia lingüística (total o parcialmente), sino
también otras funciones cognitivas; por otro lado, en el sentido de que aquellos
genes que se clonaron inicialmente a partir de individuos en los que sólo el lenguaje
parecía hallarse afectado se expresan también en estructuras cerebrales que no
parecen participar en el lenguaje, o , incluso, en tejidos ajenos al propio sistema
nervioso (FOXP2 sería un caso paradigmático [Lai y otros 2001]). Probablemente,
a los problemas que parece plantear el concepto de modularidad no sea ajena
también una limitación de tipo conceptual, a saber, nuestra aparente necesidad de
definir las estructuras cerebrales (pero también los genes o las neuronas) en términos
funcionales, cuando esta definición resulta a todas luces incapaz de aprehender su
naturaleza interactiva, es decir, cuando parece complicado aislar una función en
un sistema que no es funcionalmente discreto; o dicho de otra manera, cuando la
adscripción de una supuesta función a cada una de las unidades de dicho sistema
parece exceder o no cubrir por completo (pero nunca ajustarse exactamente ) a lo
que dichas unidades hacen realmente in vivo (Kosik 2003).
464
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
465
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Por otro lado, es importante subrayar cómo las interacciones interregionales ayudan
a configurar el patrón de conectividad intrarregional. Así, por ejemplo, y retomando
el caso del procesamiento semántico, el reconocimiento de elementos léxicos parece
involucrar en las primeras etapas del desarrollo ontogénico a áreas corticales muy
extensas (o, al menos, más extensas en el niño que en los individuos adultos). A
medida que el lexicón se incrementa, el área cortical implicada se va reduciendo,
quedando restringida al cortex del lóbulo temporal del hemisferio izquierdo cuando
aquel alcanza alrededor de doscientos elementos (Neville y otros 1992). Este patrón
de emergencia lingüística parece estar en consonancia con la sobreabundancia inicial
de interconexiones sinápticas y su posterior reducción, en respuesta a los estímulos
discriminados que proporciona la experiencia, que se produce típicamente durante la
ontogenia (Hubel y Wiesel 1962, Deacon 2000). Queda por determinar el alcance que,
en el caso del lenguaje, tiene el aprendizaje en la adscripción de determinadas tareas
lingüísticas a áreas cerebrales concretas, habida cuenta de que en otro tipo de funciones
cognitivas se ha demostrado que ciertas zonas se especializan en determinadas tareas
debido a un entrenamiento constante en el proceso de ciertos estímulos (Gauthier y
otros 1999), el cual sería la causa de las áreas implicadas en dichas tareas fuesen las
mismas a lo largo de todo el desarrollo.
Por otro lado, resultaría poco plausible la existencia de una capacidad lingüística
sustentada exclusiva e invariablemente por circuitos prefijados desde el nacimiento.
Que como consecuencia de una misma alteración molecular (que afecte a un gen
relevante para la proliferación neuronal o la sinaptogénesis) el fenotipo (léase el perfil
cognitivo, el perfil lingüístico) varíe de un individuo a otro, y, especialmente en las
distintas etapas del desarrollo, es algo que un modelo estrictamente modular de la
mente difícilmente puede explicar. Resulta más plausible interpretar esta variabilidad
como una consecuencia de la interrupción del complejo patrón de interacción entre las
distintas regiones que tiene lugar durante el desarrollo y que permite la emergencia de
la nueva habilidad cognitiva (Johnson 2003). En este contexto, ya no resultaría adecuado
describir los trastornos lingüísticos del niño como el resultado de una interacción entre
módulos lingüísticos defectuosos y otros intactos, que es una idea que deriva del análisis
de las disociaciones (que tampoco son del todo completas, como ya se ha apuntado)
466
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
que aparecen en el cerebro adulto tras una lesión localizada. Un modelo de este tipo
no tendría en cuenta ni la propia dinámica del desarrollo cerebral durante la ontogenia
(Karmiloff-Smith 1998), ni la falta de un biunivocidad que se ha encontrado en este tipo
de trastornos entre determinadas funciones cognitivas y ciertos genes supuestamente
responsables (de forma exclusiva) de estas – cf. el caso paradigmático del síndrome de
Williams (Frangiskakis y otros 1996)-. En consecuencia actualmente se considera que el
análisis fenotípico de un trastorno lingüístico en el estadio adulto no permitiría realizar
legítimamente inferencias acerca de una supuesta naturaleza estrictamente modular
del lenguaje en los estadios iniciales de su desarrollo; antes bien, si realmente pueden
observarse tales módulos en el estadio adulto deberían caracterizarse, en parte, como
un producto de dicho desarrollo (Karmiloff-Smith 1992, Paterson y otros 1999). Y
este hecho podría ayudar a replantear el verdadero alcance de la intuición discutida
anteriormente, desde el campo de la lingüística, acerca de la importancia del análisis de
las gramáticas infantiles para una biología del lenguaje humano.
En resumen, es el desarrollo estructural y funcional del cerebro (y, por inclusión, del
lenguaje) sería preferible hablar de que existiría una cierta modularidad local, que surgiría
en respuesta a un programa de regulación genética, que conviviría, sin embargo, con la
existencia generalizada de patrones conectivos que tenderían siempre a organizarse de
una manera semejante (Deacon 2000 pág.280) y, desde luego, una acusada capacidad
de respuesta y de adaptación de la organización de dichos circuitos a los cambios
producidos en el ambiente (lingüístico) del individuo, esto es, al input lingüístico que
provoca su emergencia.
467
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Esta correlación entre deficiencias motoras y lingüísticas en los casos en que existe
una disfunción de los ganglios basales es también puesta de manifiesto por otras
patologías, como en el caso de Parkinson (Grossman y otros 1991) o de la variante del
TEL asociada a la mutación del gen FOXP2 (Lai y otros 2001). Este gen considerado por
muchos investigadores como el primer «gen del lenguaje», codifica un factor regulador
que funciona como represor transcripcional en el sistema nervioso central, donde
parece regular la proliferación y/o la migración de poblaciones neuronales localizadas
precisamente en los ganglios basales, aunque también en el córtex, el cerebelo y el
tálamo (Ferland y otros 2003; Tiramitsu, y otros 2004). Pero lo más significativo en este
contexto no es sólo que su mutación dé lugar a anomalías morfológicas y funcionales
en dichas áreas que pueden correlacionarse satisfactoriamente con las características
fenotípicas del trastorno, que son a la vez motoras y lingüísticas, sino que el análisis de su
historia evolutiva sugiere que el factor transcripcional FOXP2 habría sufrido una selección
positiva durante la reciente historia evolutiva de la especie humana (Enard y otros 2002).
468
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
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470
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
lexicón funcionaría conectando el conocimiento del mundo real, tal como se recoge
en los conceptos codificados por las palabras, con el patrón fonético mediante el cual
transmitimos dichos conceptos. Desde el punto de vista anatómico, el diccionario mental
parece ser el resultado de la actividad de circuitos neuronales localizados en el área de
Wernicke, pero también en las regiones corticales y subcorticales localizadas a lo largo de
las áreas temporal e inferotemporal situadas por debajo de ella (Damasio y otros 1996).
Es importante destacar que la estructuración del lexicón tal como se postula desde el
ámbito de la Semántica parece tener una base neuronal, al menos en el sentido de que
fenómenos como la contigüidad asociativa (p.ej. abeja→miel) o semántica (p. ej. miel →
azúcar) se traducen en diferencias electrofisiológicas, de forma que dicha contigüidad
modifica la intensidad de las descargas neuronales asociadas a las diferentes palabras
(Kutas y Federmeier 2000). Hay que tener en cuenta, no obstante, que la comprensión
del significado de una oración no resulta únicamente de la integración de la información
semántica y sintáctica contenida en las palabras del lexicón, sino de información de
tipo pragmático. Esta es la razón principal que explica el hecho de que, como se discute
más adelante, conforme se incrementa la complejidad de la oración (y del discurso),
se vayan reclutando progresivamente aquellas regiones corticales donde se almacenan
habitualmente este tipo de información.
471
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Figura 2.
Modelo ilustrativo del procesamiento receptivo de una palabra aislada cuando es percibida a través
del oído o cuando es leída, así como de su mecanismo de producción. Se han incluido asimismo los
procesos involucrados de etiquetas léxicas a imágenes. Adaptando de Martin 2003 (Reproducido con
el permiso pertinente a partir de Annual Review of Psychology. Vol. 54, 2003, Annual Reviews, www.
annualreviews.org).
472
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
porción superior de ambos lóbulos temporales (Zatorre y otros 1992; Poeppel 2001).
Precisamente, parece que uno de los déficit nucleares del TEL sería una disfunción
de esta capacidad de resolución temporal, que comprometería la discriminación
de estímulos breves o muy próximos en el tiempo (el otro parece ser un déficit en
la memoria fonológica a corto plazo) (Tallal y otros 1993), aunque determinados
investigadores sostienen que lo que realmente se vería afectada en este trastorno
sería la capacidad de discriminación de determinadas frecuencias (McArthur y Bishop
2001), lo que distorsionaría la categorización fonológica y, en último término, el
proceso de adquisición del lenguaje. Un segundo nivel del procesamiento lo constituiría
la extracción de los rasgos fonéticos con valor fonológico (fig. 3), que, a diferencia de
lo que sucede en el caso anterior, nunca es independiente (a nivel neuronal), sino que
se halla necesariamente ligado al componente léxico, en el sentido de que se lleva a
cabo mediante el establecimiento de una asociación entre significante y significado,
en consonancia con lo que se ha propuesto desde el campo de la Lingüística.
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Figura 3.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
(A) Las redes neuronales funcionales encargadas del procesamiento fonológico de las palabras se
distribuirían por las áreas corticales perisilvianas del hemisferio izquierdo. Los círculos representan
grupos locales de neuronas y las líneas las conexiones recíprocas que se establecerían entre ellos. (B)
En comparación con lo que sucede en el caso del procesamiento de pseudopalabras, una palabra real
da lugar a una respuesta más intensa en la banda y a frecuencias elevadas, alrededor de los 30 Hz,
especialmente en el hemisferio izquierdo. No obstante, es posible que la causa de esta diferencia en los
valores obtenidos en las bandas de alta frecuencia durante los experimentos de electroencefalografía
(EEG) y magnetoencefalografía (MEG) se deba a la existencia de circuitos especulares o reverberantes
dentro de las redes neuronales encargadas del procesamiento de las palabras. (C) el correlato magnético
de la negatividad de desapareamiento (mismatch negativity, MMN), cuyo acrónimo es mMMN, fue
mayor en respuesta a procesamiento de palabras reales en comparación con el obtenido durante el
procesamiento de pseudopalabras. Las diferencias más significativas aparecían ya a los 150 milisegundos
del momento en que se producía el reconocimiento de la palabra, sugiriendo que la activación de las redes
neuronales funcionales relacionadas con el procesamiento de éstas (lo que se ha denominado redes de
acceso léxico) es un fenómeno significativamente precoz. (D) El principal generador del desaparecimiento
comentado en (C) se localiza en la zona superior del lóbulo temporal del hemisferio izquierdo. Adaptado
de Pulvermüller 2002.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
de los circuitos implicados en alguno de los otros dos; otros autores defienden, en
cambio, la independencia de los tres tipos de circuitos de procesamiento (Foygel y
Dell 2000) y, consecuentemente, el carácter predominante semántico (el paciente
emite incorrectamente palabras semánticas relacionadas ), léxico (el paciente emite
palabras fonológicamente relacionadas ) o fonológico (el paciente emite secuencias
fonológicamente semejantes, pero que no se corresponden con palabras reales) de
los errores producidos durante la generación de una palabra (Martin 2003). En todo
caso, estos circuitos parecen localizarse predominantemente en la zona posterior
del lóbulo temporal del hemisferio izquierdo (Indefrey y Levelt 2000).
Es importante reseñar que, como ya se ha discutido (cf. Lieberman 2002), una vez
decidida la estructura fonológica de la palabra, dicha información es mantenida
activa por parte de la memoria de trabajo verbal hasta que se produce la activación
de los centros neuronales que controlan los movimientos articulatorios. Por lo
que se refiere a la regulación motora de la articulación, parece que descansa en
circuitos situados en la periferia de los principales centros lingüísticos y localizados
fundamentalmente en las circunvoluciones pre- y postcentrales de ambos hemisferios,
la porción superior de la zona anterior de la circunvolución temporal del hemisferio
izquierdo, y, lógicamente, en áreas implicadas en el control motor, como el área
motora suplementaría del hemisferio derecho y el cerebelo (Martin 2003). Resulta
importante resaltar que, debido a sus dificultades inherentes, el control preciso de
la actividad motora responsable de la articulación y de la fonación es uno de los
procesos ontogenéticos que se completan más tarde. Con todo, el cerebro humano
está especialmente adaptado para conseguir dicha regulación, desde el momento en
que el habla es el medio de transmisión fundamental de información lingüística en
todos los seres humanos (y acaso lo haya sido durante mucho tiempo en términos
evolutivos) y a que la significativa velocidad de transferencia de información
conceptualmente compleja que comporta evidentes ventajas adaptativas (Lieberman
2002). Lieberman 2002 también ha destacado cómo los mecanismos que permiten
la codificación y la decodificación de mensajes orales cuentan con una prolongada
historia evolutiva, ligada a la de los centros cerebrales responsables del lenguaje,
fundamentalmente a la de los ganglios basales, si bien lo que resulta especialmente
relevante en este contexto en cómo dicha evolución ha comportado una importante
remodelación de la innervación motora del tracto supralaríngeo, que ha dejado de
estar controlado fundamentalmente por el sistema nervioso autónomo para pasar a
depender del encéfalo. Este cambio es el patrón de inervación se ha traducido, en
la práctica, en una separación de las emisiones vocales de carácter lingüístico de
aquellas otras involuntarias, asociadas a las emociones, que siguen dependiendo
del sistema nervioso autónomo, como aún sucede por completo en los primates
superiores (Deacon 2000). La evolución de los centros neuronales que controlan su
actividad deberían haber sido, en consecuencia, anterior a la del propio tracto vocal
supralaríngeo (Lieberman 2002).
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Figura 4.
Interacción de la estructuración del lexicón y la restricción contextual (en la que interviene la memoria de
trabajo verbal) en la interpretación de la oración. Diversas evidencias que sugieren que la naturaleza y el
patrón de actividad de la memoria semántica pueden analizarse recurriendo a la medición de diferentes
parámetros electrofisiológicos cerebrales. La rapidez de los procesos cerebrales relacionados con el
significado escapa a la capacidad de detección de los métodos no invasivos basados en la medición
del flujo sanguíneo, de manera que deben emplearse métodos alternativos, como los potenciales
relacionados con eventos (ERPs). Uno de los más utilizados es el componente N400, cuya denominación
se debe a la constatación de que existe un pico negativo en los ERPs localizado, precisamente, alrededor
de los 400 milisegundos (ms), el cuál varía sistemáticamente durante el proceso de información de
tipo semántico. El N400 es especialmente sensible al contexto oracional, de forma que su amplitud
cambia, entre otros factores, en función de la congruencia del término analizado con respecto a las
restantes palabras que integra la oración de lo que forma parte, su posición física en ésta o su grado
de repetición a lo largo de ella (Kutas y Federmeier 2000). Pero el N400 no solo es sensible al contexto,
sino, asimismo, a la organización del lexicón y a la manera que la información semántica a corto y a largo
plazo interaccionan durante la interpretación de la oración. En experimentos mostrados en esta figura se
clasificaron las oraciones en dos grupos, atendiendo a un criterio de restricciones semánticas, esto es, a
la circunstancia de que el contexto limitase una mayor o menor medida de las posibilidades de elección
479
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
de la palabra final que completa la oración. Como es esperable, a la falta de plausibilidad condicionaba
la respuesta electrofisiológica, incrementando la amplitud del N400. Sin embargo, dicho incremento
era menor cuando se producía una violación intracategorial (líneas discontinuas) de la expectativas del
oyente, en comparación con el valor obtenido cuando tenía lugar una violación intercategorial (líneas
punteadas) de dichas expectativas. En tanto que en el primer caso el término inesperado comparte
todavía numerosos rasgos semánticos con el esperado según el contexto oracional, estos resultados
parecen indicar que la posibilidad por si sola no determina la amplitud de la respuesta a los 400ms, sino
que la organización del lexicón desempeña también un papel crucial en la manera en que el cerebro
procesa la información semántica de la oración en tiempo real. Por otro lado, cuando se compara los
datos obtenidos en diferentes condiciones de restricción semántica, se pone de manifiesto que cuando
tiene lugar una violación intracategorial la amplitud del N400 es mayor en las oraciones de baja restricción
semántica (a) que en las de alta restricción (b). Que la respuesta (fisiológica) a la violación de expectativas
intracategorial sea menor cuando la restricción semántica es mayor no es lo esperado, en principio, si
únicamente estuviese operando el principio de la plausibilidad. Estos resultados sugieren que la propia
organización del lexicón no solo tiene un impacto inevitable en el proceso de la oración (como ya se ha
discutido), sino que la fuerza de dicho impacto se correlaciona positivamente con el efecto del contexto,
con el objeto de amplificar lo máximo posible la capacidad de predicción del elemento esperado. Y así,
en términos del experimento descrito, que béisbol y rugby compartan numerosos rasgos semánticos en
el mundo real (al menos más que taza y cuenco), facilita su procesamiento cuando, de forma inesperada,
uno sustituye al otro. Adaptado de Kutas y Federmeier 2000.
Por otra parte ya que se ha apuntado que cuanto mayor es la complejidad de la oración
desde el punto de vista sintáctico, mayor es el número de áreas corticales reclutadas
para conseguir su comprensión (fig. 5). Este hecho tiene que ver, en gran medida, con
el incremento de la demanda computacional de la memoria de trabajo verbal, cuyo
sustrato anatómico se ha descrito anteriormente, que mantiene en suspenso parte de
los elementos oracionales que han sido procesados, mientras se trabaja con el resto de
los componentes de la oración, de manera que pueda lograrse una comprensión global
de la misma (Gibson 1998).
480
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Figura 5.
481
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Figura 6.
A. Modelo (adaptado) de generación de la oración propuesto por Bock y Levelt 1994 y que constituye
la base del análisis anatómico y funcional desarrollado por Martín 2003 (Reproducido con el permiso
pertinente a partir de Annual Review of Psychology, vol. 54, 2003, Annual Review, www.annualreviews.
org ). B. modelo Estándar Extendido de generación de la oración postulada por Chomsky (adaptado de
Lightfoot 1983 con el permiso de the MIT press).
482
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
de la oración podría ser común, al menos a este nivel. Además un análisis aún más
detallado de los trastornos lingüísticos que presentan determinados pacientes en lo
concerniente a aspectos específicos de la construcción de la oración (como sucede,
por ejemplo, con las dificultades para una correcta utilización de los elementos de la
relación ) está resultando especialmente provechoso a la hora de validar los modelos
generales de organización sintáctica y de acceso a los diferentes tipos funcionales
de palabras que han de integrarse en la misma (Martin 2003). Por lo que se refiere
a la localización anatómica de las áreas cerebrales involucradas en la construcción
de la oración, el mayor cúmulo de evidencias proviene, consecuentemente, del
análisis del discurso agramatical (en el que se omiten gran parte de las palabras sin
contenido léxico y de los morfemas flexivos ) o paragramatical (donde se emplean
incorrectamente dichos, elementos, aunque su número no se ve reducido) de individuos
afectados por diversas variantes de la afasia de Broca, que suelen, ir acompañadas,
además de la sobreproducción de determinadas formas de uso frecuente en la
lengua nativa del paciente (allí donde la flexión es posible) y de la reducción de
la complejidad estructural de la oración (Martin 2003). La proporción de errores
morfológicos y sintácticos en estos pacientes es, consecuentemente muy variable,
sugiriendo la existencia de diversos grados de disociación en los que atañe a la
capacidad flexiva, el uso de elementos de relación y la capacidad de procesamiento
sintáctico (Miceli y otros 1989). La correcta utilización de elementos de relación
parece deberse, en particular, a la actividad de circuitos neuronales localizados
en los lóbulos temporal y/o parietal (Nespoulous y otros 1988), mientras que la
incapacidad para la adjudicación de los papeles temáticos parece correlacionarse
con la existencia de lesiones parietales y/o temporo-parietales (Caramazza y Miceli
1991). Curiosamente, las lesiones que afectan exclusivamente al área de Broca no
conlleva la aparición de errores gramaticales (Mohr y otros 1978). Por lo que se
refiere a la memoria de trabajo verbal, su actividad en la construcción de la oración
puede verse comprometida por lesiones localizadas en diversas áreas, como la región
posterior de la circunvolución frontal inferior del hemisferio izquierdo, las zonas
anejas del lóbulo parietal (Freedman 2001) y, seguramente, la propia área de Broca y
las zonas posteriores adyacentes (Indefrey y otros 2001). La función de la memoria
de trabajo verbal durante la construcción de la oración parece ser semejante a la
desempeñada durante el proceso de comprensión de la misma. De todas formas, son
éstos resultados preliminares que deberán ser corroborados y ampliados mediante
futuros experimentos.
Más allá de los limites de la morfosintaxis oracional, existe poca información disponible
acerca de la localización de las áreas corticales involucradas en el procesamiento de la
información adicional, de tipo pragmático y discursivo, utilizada para la construcción
de la oración, aunque se cree que podrían ser las mismas que (o, cuando menos,
parcialmente solapantes a) las encargadas del análisis prosódico o de procesamiento
del discurso durante su interpretación.
483
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
6. Conclusiones
La mayor resolución que presentan las técnicas empleadas actualmente para el análisis
de la actividad cerebral está permitiendo conocer con más detalle la naturaleza
y el alcance de los procesos neuronales que permiten el lenguaje. Este análisis
neuroanatómico y neurofisiológico parece imbricarse satisfactoriamente con los
modelos que describen la estructura y el funcionamiento del lenguaje desarrollados
desde el campo de la Lingüística. Consecuentemente, hay planteada una importante
línea de investigación del lenguaje humano que busca caracterizar de forma precisa y
rigurosa sus bases biológicas. Resulta plausible aventurar que en un futuro próximo
ambas aproximaciones al fenómeno lingüístico deberán complementarse con un
análisis neurogenético del mismo, cuyo objetivo sea la clonación y caracterización de
los genes responsables del desarrollo y el funcionamiento de las estructuras cerebrales
que los sostienen, discutidas sucintamente en este articulo. Ya desde Chomsky 1986
se ha sostenido, a partir del análisis de las lenguas naturales y de la caracterización en
términos lingüísticos del proceso de adquisición del lenguaje durante la ontogenia,
la posibilidad de que el propio lenguaje y, más concretamente, aspectos específicos
de la Gramática Universal, estén codificados genéticamente, lo que implicaría que
deberían ser el resultado de la actividad coordinada de diversos productos bioquímicos
sintetizados a partir de la información contenida en las secuencias de ADN que
denominamos genes (aunque, ciertamente, desde la década de los años noventa, con
la adopción del denominado Programa Minimalista, el pensamiento chomskyano ha
ido evolucionando hacia una suerte de innatismo sin Gramática Universal). A pesar
de las dificultades que entrañará seguramente esta aproximación molecular a la
neurogenética del lenguaje, son también muchos los beneficios potenciales que cabría
esperar de un resultado exitoso de la misma, en particular, un mejor conocimiento
de la emergencia, el funcionamiento y la organización del lenguaje en términos
anatómicos, fisiológicos, histológicos y bioquímicos; una definición más exacta del
fenotipo lingüístico en términos biológicos, y finalmente, una mejor comprensión de
su origen evolutivo y de su función biológica. Esta nueva aproximación al lenguaje
no dejaría de suponer, con toda probabilidad, un estímulo muy importante para la
propia Lingüística teórica, puesto que aportaría nuevos elementos a la discusión que
se viene planteando desde hace bastante tiempo acerca de cuestiones tan relevantes
como las relaciones existentes entre el lenguaje y la cognición (y aun entre los
diferentes componentes del lenguaje, incluyendo su supuesto carácter modular), el
patrón de adquisición de la competencia lingüística durante la ontogenia, o el origen
(filogenético) del lenguaje, que se ha convertido en una de las cuestiones candentes
que mas interés esta despertando últimamente entre los propios lingüistas.
484
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Introducción
En los últimos tres años se han producido avances muy significativos en la caracterización
estructural y funcional del gen y, sobre todo, del sistema regulador del que parece formar
parte la proteína codificada por éste. Como también se discutió en otra revisión previa
[3] en este tiempo se ha logrado identificar y analizar nuevas mutaciones que afectan
a la secuencia del gen FOXP2, de naturaleza diversa (polimorfismos, sustituciones no
sinónimas y deleciones completas o parciales), lo que ha permitido ampliar el estudio
de las alteraciones fenotípicas asociadas a su disfunción más allá de las observadas en
493
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
El presente trabajo tiene por objeto, en primer lugar, completar todo este cúmulo de
información prestando atención a las evidencias acumuladas en estos tres últimos
años que conciernen específicamente a los aspectos moleculares transcripcionales,
traduccionales, y postraduccionales del gen, así como a la estructura y el papel
biológico de la proteína que codifica. En segundo lugar, y conjuntamente con los
datos resultantes de la caracterización molecular de diversos ortólogos del gen, así
como la estructura y al papel biológico de la proteína que codifica. En según lugar, y
conjuntamente con los datos resultantes de la caracterización molecular de diversos
ortólogos del gen (especialmente de los correspondientes a otras especies animales
capaces de aprender los patrones articulatorios de las llamadas vocales de las que
sirven para comunicarse), del análisis de las alteraciones fenotípicas resultantes
del knockout y del knockdown de algunos de ellos, y del análisis fenotípico de las
nuevas mutaciones identificadas en el gen [3], este trabajo se plantea realizar un
análisis lo más exhaustivo posible del papel que desempeña FOXP2 en el desarrollo
ontogenético y filogenético del ‘órgano del lenguaje’.
Aspectos transcripcionales
Se sabía que el gen FOXP2 se expresa en determinadas zonas del sistema nervioso
central durante el desarrollo embrionario y en el individuo adulto, así como su patrón
de expresión se halla bastante conservado desde el punto de vista filogenético [1]. En
general, la expresión del gen se detecta de forma bilateral fundamentalmente en los
ganglios basales, y también en la corteza cerebral, el cerebelo y el tálamo. En estos
tres últimos años se ha presentado una especial atención al patrón de expresión del
494
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
gen ortólogo FOXP2 en determinadas aves canoras que son capaces de aprender su
canto y, en particular, en Taeniopygia guttata. En este organismo se había constatado
previamente una expresión preferente del gen FoxP2 en los ganglios basales, tanto
en el estadio adulto como durante el desarrollo [5,6]. Sin embargo, se sabe ahora
que en esta ave tiene lugar durante el periodo juvenil un incremento del nivel de
expresión del gen en la denominada área X, la zona del cuerpo estriado encargada de la
regulación de los procesos procedimentales implicados en el aprendizaje y la ejecución
del canto (Fig.2 en [3]), en relación con los niveles existentes en las restantes zonas de
esta región subcortical. Dicho incremento tiene lugar coincidiendo además con la fase
de plasticidad vocal juvenil, en la que el ave es capaz de aprender nuevas llamadas a
partir de un adulto que actúa como tutor [5]. Este mismo hecho se observa también de
forma estacional en el caso de los individuos adultos pertenecientes a especies que son
capaces de remodelar su patrón de llamadas a lo largo de toda su vida, como en el caso
de Serinus canaria [5].
Resulta muy significativo el hecho de que en los individuos adultos de T. guttata el nivel
de expresión del gen también parezca estar condicionado por factores de índole social,
desde el momento que dicha expresión es menor en los machos que están cantando
para sí mismos (cantores indirectos) en relación con los que están cantando debido a
la presencia de un congénere (cantos directos) [7]. Por otra parte, se sabía que en T.
guttata la proteína FoxP2 parece no estar presente en las interneuronas del cuerpo
estriado, sino únicamente en las neuronas dopaminérgicas eferentes. Estas neuronas
cuentan al menos con receptores de dopamina de tipo D1 [5] y proyectan hacia la
corteza, recibiendo la eferencia de neuronas glutamatérgicas corticales y dopaminérgicas
de la sustancia negra [8]. Sin embargo, recientemente se ha constatado además la
existencia en estas neuronas de una potenciación de largo plazo [9], lo que conformaría
su idoneidad en tanto que sustrato neuronal responsable de la plasticidad en el canto
[3]. El hecho de que los niveles más elevados de expresión del gen en el cerebro medio
se localicen en las zonas doparminérgicas que proyectan hacia los ganglios basales, al
menos en T. guttata [5], parece confirmar la circunscripción de la expresión de FoxP2 (y
presumiblemente de todos los ortólogos) a las neuronas que presentan una inervación
dopaminérgica.
495
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
496
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
que se une in vivo la proteína, corroboraría la idea apuntada con anterioridad de que
este factor ejercería realmente su función formando parte de un complejo regulador
que podría unirse de facto a otras secuencias de ADN diferentes ([13] e infra).
Los análisis de genética funcional realizados al efecto han puesto de manifiesto que
las distintas isoformas proteínicas sintetizadas a partir de un gen FOXP2 presenta un
comportamiento celular diferente. Así la isoforma normal parece localizarse exclusivamente
en el núcleo de la célula, aunque no en el nucleolo [15]. En cambio la isoforma FOXP2-S
se localizará tanto en el núcleo de la célula como en el citoplasma, con la particularidad de
que en este último compartimiento parece acumularse formando agregados constituidos
por las proteínas ubiquitinizadas [15], los cuales recuerdan en gran medida a los agresomas
o cuerpos de inclusión perinucleares, formados por las proteínas incorrectas plegadas
y fuertemente ubiquitinizadas, que son característicos de determinadas enfermedades
neurodegenerativas, como la enfermedad de Huntington [18] la enfermedad de Alzheimer
[19], la enfermedad de Parkinson [20] o diversos tipos de demencia [20,21]. Se cree que
el secuestro de las proteínas en los agresomas constituye un mecanismo de regulación
de la actividad desempeñada por estas, dado que permitiría controlar la cantidad de
proteína activa disponible en el núcleo celular [22,23]. En consecuencia, se ha propuesto
que la isoforma FOXP2-S podría influir postraduccionalmente en el papel fisiológico
desempeñado por la isoforma FOXP2, al regular su disponibilidad y/o su funcionalidad,
como sucede, de hecho in vitro, donde se ha observado que la isoforma FOXP2-S, a pesar
de su incapacidad e unirse físicamente al ADN, conserva una cierta capacidad represora
de la expresión del promotor SV40 (v. infra) en determinadas líneas celulares que expresan
el gen FOXP2 de forma endógena [15]. Por lo que se refiere a aquellas otras isoformas
en la que sí está presente el motivo FOX de unión al ADN (como la isoforma III analizada
por Vernes et al [15], que carece únicamente de la porción aminoterminal de la proteína),
parece que presentan una localización celular semejante a la información habitual.
497
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
También se ha determinado recientemente que el dominio del tipo FOX parece ser
imprescindible para una correcta translocación de la proteína al interior del núcleo, como
sucede en otras proteínas de la familia FOX [24,25], al contener señales necesarias para la
exportación o su localización nuclear. Dichas señales parecen consistir fundamentalmente
en dos señales de localización nuclear –nuclear localization signal (NSL)-, situadas en
las porciones aminoterminal y carboxiloterminal del dominio, y consistentes en sendas
secuencias de aminoácidos y carácter básico [26]. La presencia de al menos una de esas
señales garantiza una translocación eficiente [26], en un proceso que parece depender
en una parte de la asociación de las proteínas con importinas de tipo α o β [26]. No
obstante, estas señales no serían por sí solas suficientes para explicar la totalidad de
translocación observada in vivo de forma que el transporte al interior del núcleo también
parece verse promovido o (modulado) por otros mecanismos alternativos, como la
presencia de señales de localización nuclear en el extremo aminoterminal de la proteína,
la interacción con otras proteínas transportadoras y la existencia en secuencias de sitios
de fosforilación y ubiquitinación [27] .La localización exclusivamente citoplasmática de
la proteína resultante de la mutación R328X (Fig. 1 en [3]), que carece del dominio FOX ,
así como la mayor abundancia en este último compartimiento celular de la proteína que
presenta la mutación R553H (Fig. 1 en [3]), en la que se ha producido una alteración
en la secuencia y la configuración estructural de dicho dominio [28], refuerzan la idea,
de que éste resulta fundamental para la correcta translocación de la proteína FOXP2 al
interior del núcleo [15].
498
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Aspectos funcionales
La identificación de los genes diana para el factor FOXP2 mediante la técnica de los
ChIP-chip ha permitido precisar el efecto real que ejerce la proteína in vivo sobre los
genes en cuya regulación trascripcional parece intervenir. Así en los experimentos
realizados con determinadas líneas de células neuronales se ha constatado que una
modificación de los niveles de expresión de FOXP2 parece afectar alrededor del 25%
de sus genes diana [13,14]. Como resultaría esperable, la sobreexpresión del gen, da
499
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
En segundo lugar, la naturaleza de los tejidos en lo que se expresa el gen FOXP2, así
como los datos obtenidos del análisis de las características reguladoras de otros factores
pertenecientes a la familia FOX, sugieren que la proteína FOXP2 debería interaccionar
de algún modo con la ruta reguladora del desarrollo dependiente del gen SHH [35].
Está hipótesis vendría corroborada por el hecho de que la morfogénesis cerebelar, que
500
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
En tercer lugar, los genes Dlx1, Dlx2, Nkx2.1, Mash, Gsh2 o Isl-1, cuyos productos
intervienen en el desarrollo de los ganglios basales [38,41], deberían formar parte, a
un nivel jerárquicamente inferior o superior, de dicha cascada, aunque se han advertido
algunas diferencias entre el patrón de expresión del gen FoxP2 y el que caracteriza a
dichos genes.
En cuarto lugar, la naturaleza de los tejidos en los que se expresa el gen sugiere
que la proteína FOXP2 debería interaccionar de algún modo con la ruta reguladora
encargada del desarrollo, la diferenciación y el funcionamiento de las células de
Purkinje cerebelosas (v. supra el papel del gen Shh en este sentido), y con la ruta
responsable del desarrollo, la diferenciación y el funcionamiento de las neuronas de
la capa VI cortical [2,3.]
En quinto lugar, entre los genes diana para el factor FOXP2 que se han identificado a
partir del tejido cerebral fetal procesado de los ganglios basales y de la porción inferior
de la corteza frontal figuran:
501
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Respecto a los genes identificados a partir del análisis de líneas celulares neuronales,
buena parte de ellos se relacionan con:
En conjunto, los productos codificados por los genes que estarían regulados
transcripcionalmente por FOXP2 parecen conformar determinadas redes funcionales,
las cuales intervendrían específicamente en la regulación de la regionalización (tanto
del embrión, en general, como del sistema nervioso, en particular), la neurogénesis,
la muerte celular programada, la migración celular y la transcripción de otros genes
[14]. La más relevante de dichas redes sería la asociada con las rutas de transducción
de señales dependientes de IGF-1 y de Wnt/β-catenina, e incluiría genes que parecen
regular el proceso de diferenciación de las células neuronales y neurogliales, la muerte
celular, la adhesión celular y el control de la transcripción [14].
En sexto lugar las secuencias promotoras de los genes diana para el factor FOXP2
contienen un total de 21 motivos consenso de unión para otros factores transcripcionales
[14], entre los que cabe destacar:
502
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
En séptimo lugar la expresión del gen (y/o la actividad de la proteína) podría estar sujeta
a algún tipo de control hormonal, como sugiere el hecho de que la expresión del gen
FoxP2 en el área X de determinadas especies de aves canoras capaces de aprender sus
llamadas (estacionalmente o durante la ontogenia) podría estar regulada negativamente
por los niveles que determinadas hormonas esteroideas, en particular de la testosterona
[35]. Del mismo modo, se ha constatado una correlación entre los niveles de receptores
de melatonina existentes en el área X y los niveles de expresión del gen FoxP2; se sabe
que la melatonina puede inhibir la función de determinados factores transcripcionales
y de determinados segundos mensajeros [48]
Finalmente, la expresión del gen podría depender de algún modo, de factores de índole
social, como pone de manifiesto la existencia de un menor nivel de expresión del gen
FoxP2 en el área X en el caso de los cantores adultos indirectos pertenecientes a la
especie T. guttata [7].
Los resultados obtenidos en los últimos tres años en el caso de los modelos animales,
así como los análisis fenotípicos de las nuevas mutaciones del gen caracterizadas
recientemente en nuestra especie, han permitido corroborar este tipo de ideas [3].
Foxp2 y lenguaje
503
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
En segundo lugar, buena parte de las regiones que presentan algún tipo de anomalía
estructural o funcional en los individuos que portan una versión defectuosa del
gen (los datos disponibles en la actualidad conciernen fundamentalmente a los
miembros de la familia KE [1]) están implicadas en el procesamiento lingüístico.
Un caso paradigmático es el área de Broca, que recibe aferencias de carácter
lingüístico desde el área temporal superior y los giros angulares, regiones que
parecen verse afectadas en esos individuos. El área de Broca también proyecta
directa o indirectamente sobre diversas áreas de la porción ventral de la corteza
motora, encargada de la regulación de los movimientos orofaciales implicados en la
articulación de los sonidos del habla [55].
La afasia de Broca (que casi nunca se produce sin daño subcortical [63]), la cual si
bien se ha descrito tradicionalmente como un déficit en el procesamiento sintáctico,
también se caracteriza por la existencia de trastornos fonéticos y motores [64], y
por una capacidad disminuida de aprehender las diferencias semánticas basadas en
las sintaxis[ 65].
Patologías subcorticales no talámicas [66], en las que se advierte una mayor dificultad
para una adecuada aplicación de las reglas combinatorias que subyacen al análisis
504
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Por otro lado, conviene tener en cuenta el déficit (primariamente) articulatorio que
presentan los individuos en cuyo genoma existe una copia mutada del gen también
podría explicar per se una parte de las dificultades lingüísticas que manifiestan. Así una
capacidad articulatoria defectuosa puede originar una disminución de la capacidad de
‘articulación silenciosa’, fundamentalmente para un adecuado análisis fonológico [70].
Del mismo modo, un análisis fonológico incorrecto puede interferir con la capacidad
de establecimiento de analogías entre palabras que presenten patrones articulatorios
comunes, dificultando la adquisición de determinadas reglas morfosintácticas [71],
como ocurre característicamente en los individuos afásicos.
En conjunto, las evidencias obtenidas en los últimos años a partir de la análisis fenotípico
y molecular de las nuevas mutaciones identificadas en la secuencia del gen FOXP2 (y
de sus ortólogos) así como el análisis de los procedentes de los modelos animales del
trastorno, siguen sugiriendo la idoneidad de los modelos de procesamiento lingüístico
que, como el descrito por Lieberman [56], postulan que la base del lenguaje se encontraría
como sucede con muchos otros procesos cognitivos (pero también motores o afectivos),
en la completa interrelación que establece entre las estructuras corticales y subcorticales
mediante los circuitos corticoestriatocorticales. En particular se ha sugerido que este
tipo de resultados confirmaría la hipótesis de que los ganglios basales se encargarían del
componente procedimental (o computacional, o de aplicación de reglas) en un modelo
de procesamiento lingüístico que, como el propuesto por Pinker [72], contaría además
con un subcomponente declarativo (o léxico) [71]. De todos modos, las evidencias
505
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
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El giro biolingüístico
Guillermo LORENZO
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glorenzo@uniovi.es
511
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Son palabras de Ernst Mayr 1995, uno de los biólogos más influyentes del siglo XX,
y nos dan pie para reflexionar sobre si la lingüística trata efectivamente de algún
nivel de actividad y organización capaz de merecer un nombre propio dentro de las
ciencias de la vida. Evidentemente, dentro de los niveles jerárquicos apuntados por
Mayr, al lenguaje cabría en todo caso situarlo entre los “órganos” característicos
de la constitución humana (con algunos matices que trataremos más abajo),
consideración que efectivamente ha servido a menudo para justificar la adscripción
de la lingüística entre las ciencias de la naturaleza. Ahora bien, ¿sobre qué bases cabe
a su vez justificar esta concepción del lenguaje como “órgano”? Fundamentalmente,
atendiendo a criterios que proceden (1) de la anatomía y fisiología de la producción y
percepción verbales, (2) de la neuroanatomía del habla y (3) del fundamento genético
de la capacidad humana para el lenguaje. Quisiera emplear los próximos minutos en
unos breves comentarios sobre el estado de la cuestión acerca de cada uno de estos
aspectos.
Es bien sabido que ninguno de los órganos que empleamos al hablar parece específica
o exclusivamente dedicado al habla y que a todos ellos podemos asignarles homólogos
en la anatomía de otras especies. Estas observaciones han servido históricamente a
muchos autores (entre otros Whitney 1875, Sapir 1921 o Martinet 1960) para cuestionar
el carácter natural del lenguaje humano. No obstante, también es sobradamente
conocida la especial disposición de todos esos órganos en el sistema que componen,
con la excepcionalmente baja posición de la laringe (en comparación con los sistemas
anatómicamente afines de los primates) y la conexión permanente entre la boca y la
faringe como rasgos más sobresalientes. Tales rasgos parecen además dificultar un
normal desempeño de la respiración y la deglución, creando conflictos entre esas dos
funciones que no se plantean en el caso de otras especies. Todo parece apuntar, por
tanto, que se trate de un modelo de organización anatómico especializado, primaria o
naturalmente, para el ejercicio del lenguaje, tal cual viene defendiendo Philip Lieberman
desde los primeros años ochenta (Lieberman 1984).
512
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
No cabe duda de que existen fenómenos ciertamente desafiantes con relación a todo lo
anterior, como la naturalidad con que la modalidad “manual-visual” de comunicación
toma el relevo de la “oral-auditiva” en la sordomudez. Michael Corballis 2002,
haciéndose eco de una amplísima tradición, propone una respuesta evolutiva a este
desafío, al plantear que la comunicación “oral-auditiva” es una novedad evolutiva que
sólo en tiempos recientes (hace unos cincuenta mil años) habría desplazado al sistema
central de exteriorización manual del lenguaje. El empleo del gesto y la visión sería, por
tanto, un recurso vestigial, aún latente, no menos natural que la palabra hablada.
513
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Síndrome Especifico del Lenguaje (SLI). Estos estudios han servido para poner al
descubierto la determinación genética de la familia de trastornos que parecen repercutir
esencialmente en aspectos de la fonología y la prosodia del habla de los afectados. Más
recientemente, un equipo de genetistas coordinado por Anthony Monaco ha conseguido
explicar el síndrome como efecto de un nucleótido de guanina por otro de adenina en
una región del cromosoma 7, dentro del cual el equipo ha podido delimitar el gen
dominado FOXP2, habitualmente como el “primer gen del lenguaje” (Lai y otros 2001).
Se impone ser cautelosos con la interpretación de este hallazgo, pero no cabe duda
de su trascendencia para la fundamentación del enfoque biológico sobre el lenguaje
humano.
También es importante subrayar que el FOXP2 ha sido descrito como un gen encargado
de regular la expresión proteínica de otros genes y no, por tanto, de la codificación
de una estructura anatómica en particular. En concreto, el papel del FOXP2 parece
consistir en regular la actuación de los genes de los que depende el desarrollo de un
amplio circuito de conexiones cerebrales evidentemente relacionado con el ejercicio
del lenguaje (véase en este sentido. los aclaradores comentarios de Marcus 2004).
De hecho, el único dato anatómicamente reseñable de los afectados por el SLI
consiste en que la habitual asimetría entre los hemisferios cerebrales se presenta
de forma mucho más atenuada. Esto puede deberse al deficiente desempeño de la
función reguladora por parte del alelo responsable del trastorno, que determina que
la arquitectura cerebral propia del hemisferio lingüísticamente dominante no llegue
a consumarse satisfactoriamente.
514
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
a). en primer lugar, porque el estudio de ciertas aves, cuya versión del gen coinciden
casi en un 90% con el de los humanos, ha permitido apreciar que la estructura cerebral
cuyo desarrollo regula el FOXP2 no es otra que los ganglios basales, independientemente
relacionada con anterioridad con el ejercicio del habla (Lieberman 2000);
b). en segundo lugar, porque el estudio del gen en aves que muestran la peculiaridad de
« aprender» sus cantos a partir del estímulo de sus congéneres revela que la expresión
del gen se incrementa durante el período en que tiene lugar el proceso de aprendizaje
por parte de las crías.
¿Qué concluir a partir de todos estos datos? Ante todo, no debe sorprendernos ni
desalentarnos la existencia del mismo gen que en el caso de los humanos parece
relacionado con el lenguaje en el genotipo de otras especies animales. El gen parece
encargarse en todos los casos de regular el desarrollo de los ganglios basales,
cuyas funciones genéricas tienen que ver con la secuenciación de movimientos, la
sincronización de gestos. El mantenimiento de ítems en la memoria a corto plazo y
la elaboración de planes de acción, habilidades todas ellas sin duda requeridas para
el ejercicio del lenguaje. Recurriendo de nuevo a la tecnología de Lieberman 1998,
podemos decir que dicha estructura sería un «rasgo primitivo» que en ciertos géneros
particulares, como algunas familias de aves y notablemente en los humanos, ha
experimentado «derivaciones» ciertamente singulares, relacionadas con el desarrollo
de procedimientos de comunicación oral con un fuerte fundamento social. Todo lo
anterior nos permite concluir, sin incurrir en imprecisión alguna, que existe una base
genética para el lenguaje y, por tanto, que su consideración como un aspecto más del
mundo natural queda más allá de toda duda razonable.
Quisiera dedicar, por último, algunos comentarios acerca de las tareas que pueden
considerarse propias de la lingüística considerada como una rama más de las ciencias de
la naturaleza. A este fin, creo que resultará aclarador seguir una vez más las opiniones
de Ernest Mayr 1995 a propósito de las metas de la investigación biológica en general.
Mayr entiende que la investigación en cualquiera de los numerosos y heterogéneos
dominios de la biología debe encaminarse a la provisión de respuestas a tres tipos
fundamentales de preguntas: las preguntas de tipo «qué», las de tipo «cómo» y las de
tipo «por qué».
515
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
2.1 ¿Qué?
Podemos entender que, desde el punto de vista de las preguntas de tipo «qué», la
lingüística debe orientarse a la formulación de hipótesis relativas a las propiedades
de un mecanismo abstracto (o «gramática») capaz de generar las emisiones que un
hablante puede aceptar como formulables, comprensibles y gramaticales. El objetivo
último de las «descripciones» biolingüísticas es, por tanto, la «lengua individual» o
«interna» (la «lengua-I» de Chomsky 1986) de la que puede decirse que cada sujeto es
conocedor (o «competente») y en la que basa sus empeños por hacerse comprender y
por comprender a los demás a través de su «actuación» verbal (en términos ahora de
Chomsky 1965).
La lingüística se configura así, en este primer nivel, como una suerte de «biología
abstracta» que, pasando por alto la realización física y las causas próximas y remotas
de su desarrollo, trata de caracterizar los sistemas gramaticales como procedimientos
combinatorios que, asistidos por estados característicos de conocimiento, son capaces
de dar lugar a las asociaciones «sonido-sentido» susceptibles de ser procesadas por un
individuo e intercambiadas en la comunidad de habla a la que pertenece. En palabras
de Anderson y Lighfoot, en este nivel de la investigación se trata de «identificar un nivel
apropiado de abstracción en el que se puedan establecerse generaciones significativas
sobre una función biológicamente determinada » (Anderson y Lighfoot 2002), nivel
en el que no sea requerida todavía, sin embargo, una rígida correspondencia entre la
organización funcional postulada y los componentes discretos que puedan adivinarse
desde los puntos de vista anatómico y del desarrollo.
2.2 ¿Cómo?
516
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
La otra gran meta que la biolingüística debe perseguir en este nivel de investigación es
la de dar cuenta del desarrollo ontogenético de las capacitaciones verbales de que cada
individuo dispone. A este respecto, la tarea fundamental deberá consistir en clarificar el
peso relativo y el contenido específico de cada uno de los tres factores que podemos
señalar como posibles activadores del crecimiento del lenguaje en el individuo (véase
Chomsky 2004).
1. La dotación genética,
2. La experiencia y
3. otros factores no específicamente lingüísticos (tales como principios de economía o eficiencia
computacionales de alcance general, leyes generales del crecimiento o de la organización de los
sistemas complejos, etc.
Los debates en torno al origen y evolución del lenguaje humano se han venido centrando
en los últimos años (especialmente desde la aparición de Pinker y Bloom 1990) en la
discusión acerca de que si los principios de la explicación darwinista estándar son o no
517
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Las conclusiones son radicalmente distintas si nos elevamos por encima del gen y
adoptamos, en cambio, el punto de vista del organismo. Lo que entonces nos
sorprende es que en todo el reino animal no parece existir nada remotamente
semejante al lenguaje humano: esto es, un sistema simbólico de representación y
comunicación basado en un sistema combinatorio con una capacidad expresiva
infinita, y, sin embargo, basado en un inventario finito de señales y pautas para su
combinación. Entre los animales encontramos, es cierto, sistema simbólicos (o, al
menos aparentemente simbólicos) como el observado entre los monos vervets (véase
Cheney y Seyfarth 1990), consistente en un pequeño conjunto de chillidos, cada uno
de los cuales se asocia con uno en concreto de los depredadores típicos de la especie
(águilas, serpientes, y leopardos). Si embargo, las señales de los vervets no pueden
combinarse entre sí dando lugar a la expresión de contenidos más o menos complejos.
También encontramos sistemas combinatorios en buen número de aves, capaces de
componer cantos ciertamente complejos (y en números potencialmente infinito) a
través de la combinación de un puñado de fragmentos sonoros (véase, por ejemplo,
518
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Marler 1998). Sin embargo, ni los fragmentos por sí solos ni las composiciones
en su conjunto se refieren a nada en particular, sino que actúan como un estímulo
básicamente emotivo con el que se intenta impresionar y atraer a los posibles
compañeros sexuales . No parece, por tanto, que el lenguaje pueda ser considerado
como continuador evolutivo de ninguno de estos tipos de sistemas de comunicación
animal: de ninguno de ellos puede decirse que el lenguaje representa una versión
más evolucionada de lo mismo. En realidad existe un verdadero salto cualitativo entre
cualquiera de ellos y el lenguaje humano.
519
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
REFERENCIAS
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
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521
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Gérard SABAH
Directeur de recherche au CNRS
Gerard.Sabah@limsi.fr
Panorama histórico
En esta primera parte mostramos cómo, tratando automáticamente las lenguas, nos
hemos dado cuenta, poco a poco, de la necesidad de utilizar conocimientos para
comprender una lengua. No sólo conocimientos sobre la lengua en sí misma (cuáles
son los términos que le pertenecen, cuáles son las reglas de gramática que sigue…),
sino también conocimientos generales sobre el mundo, sobre la cultura del que habla,
sobre la situación de comunicación, sobre la práctica de las relaciones humanas, etc.,
todo un conjunto de cosas que parecen a priori independientes de los conocimientos
lingüísticos.
523
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
hoy en día exagerado. Los principales trabajos tienen que ver con la investigación con
diccionarios, y la traducción es vista como una sustitución de palabras seguida de
un eventual reordenamiento gramatical. Prácticamente ningún aspecto lingüístico es
considerado en estos tratamientos esencialmente limitados a las palabras.
Es igualmente la opinión del gobierno norteamericano que, luego del famoso informe
ALPAC (Automatic Language Processing Advisory Council) (ALPAC 1966), estima
que la traducción automática cuesta alrededor de dos veces más que la traducción
humana y arroja resultados claramente inferiores, y por esto decide no financiar más
este tipo de estudios.
Por otra parte, los años 50 ven la aparición de ideas fundamentales para este dominio:
en 1956, en la escuela de verano de Dartmouth, se asiste al nacimiento de la inteligencia
artificial. Planteando como conjetura que todo aspecto de la inteligencia humana puede
ser descrito con bastante precisión para que una máquina lo simule, las figuras más
influyentes de la época (McCarthy, Minsky, Newell y Simon) discuten allí las posibilidades
de crear programas de computador « comportándose inteligentemente ». Este punto
de vista condece al cognitivismo que influenció fuertemente la psicología, la lingüística,
la informática y la filosofía…
Los trabajos de McCarthy sobre las relaciones entre la lógica y la noción de lista
desembocan en el lenguaje LISP (McCarthy et al., 1960) y sobre Logic Theorist (Newell
y Simon 1956), el primer programa de tratamiento simbólico, que lleva a la noción de
investigación heurística.
Comunicación e información
222. Para aligerar el texto, no hemos indicado las referencias mencionadas en esta sección; se puede consultar Sabah
(1988), Fuchs y Le Goffic (1992) para encontrar referencias, así como a otros que pueden completar esta historia.
524
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Reddy (1979) por otra parte hace un inventario de alrededor de 80 metáforas buscando
sostener el enfoque del lenguaje como un “conducto por el cual las ideas transitan”.
Así, en este primer modelo, la lengua es considerada como un objeto que posee una
estructura interna coherente y puede ser estudiada independientemente de su uso.
No obstante, diversos ejemplos indican que se requiere algo más que un lenguaje
común para que el oyente pueda identificar la intención real que un hablante quiere
comunicar.
Por otra parte, como los diferentes mecanismos del proceso de comprensión parecen
desencadenarse desde el comienzo de la producción, las obligaciones temporales y
la rapidez de la comprensión implican que la arquitectura subyacente es secuencial.
En lo tocante a las puestas en marcha informáticas, la comprensión es vista como un
conjunto de transformaciones sucesivas de un lenguaje de representación en otro. Esto
corresponde a los primeros modelos de tratamiento automático de las lenguas, en
donde las oraciones de la lengua deberían corresponder con hechos reales.
Se asume además que es posible crear un sistema formal de representación que (a) para
cada hecho exista una fórmula del sistema de representación, (b) cada oración pueda
estar ligada a dicha fórmula y (c) los cálculos formales sobre estas representaciones
simulen los razonamientos sobre los hechos del mundo.
525
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Los programas más conocidos son: BASEBALL (Green et al. 1960) –respuestas a
preguntas con una base de datos-, STUDENT (Bobrow 1968) –que resuelve ejercicios de
álgebra elemental- y ELIZA (Weizenbaum 1966) –parangón de los sistemas ecolálicos.
Estos tratamientos están limitados a las palabras, prácticamente sin ningún otro aspecto
lingüístico, sólo consideraciones sintácticas elementales.
Estos primeros sistemas concretos intentan rodear las dificultades y solo funcionan en
dominios muy limitados autorizando solo una sintaxis muy pobre. Ellos ilustran muy
526
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
bien la técnica de las palabras clave así como sus límites. Los problemas esenciales
se plantean cuando se busca comprender el dominio: se tendrá entonces dificultades
para establecer la lista completa de las palabras clave pertinentes. Por otra parte
encontramos situaciones en donde una palabra clave dada pueda ser significativa…
Hay que considerar entonces utilizar los métodos más elaborados, desarrollados en lo
que sigue de este texto.
527
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
El avance hacia la semántica continuó con las gramáticas de caso en donde se considera
que, más que la estructura misma, lo esencial está contenido en la identificación del
tipo de relación que existe entre el verbo, considerado como el centro de la oración y
sus diversos complementos. Estas gramáticas presentan así dos ventajas fundamentales
que explican su influencia en el campo de la inteligencia artificial. El primero consiste
en ofrecer un modelo de la estructura profunda de una oración en donde la semántica
desempeña un papel esencial y es fácil de utilizar. La segunda ventaja de estas
gramáticas es tender hacia un mecanismo de análisis puramente semántico basado
en las restricciones de selección tomados de los verbos, mecanismo que, además, no
excluye la utilización de imposiciones sintácticas. En efecto, si el análisis casual se ha
revelado insuficiente para resolver por sí mismo todos los problemas de comprensión,
es a pesar de todo suficientemente útil para ser retomado bajo cualquier forma, en
nuevos sistemas de tratamiento automático del lenguaje. Subrayemos sin embargo las
diferencias de concepción entre Fillmore, por el cual la armadura basada en esta noción
528
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
de caso está relacionada con cada verbo del léxico, y Schank que sólo define estructura
de caso para las once acciones primitivas que constituyen la base de su dependencia
conceptual.
Una característica de este tipo de teoría es de ser una de las escasas en autorizar
tratamientos automáticos en los casos de oraciones que no son normativas (es decir
no respetan una sintaxis llamada correcta). Desde un punto de vista más pragmático,
y ya que numerosos sistemas diversos fueron propuestos, podemos preguntarnos cuál
escoger. En el estado actual, sólo se puede responder relativamente a un problema
dado y sólo las consideraciones de eficacia son entonces una buena guía para escoger
un sistema de casos.
Mientras que las gramáticas formales (y las teorías vecinas) están sobretodo destinadas
a poner en evidencia la estructura sintáctica de una oración (como consecuencia
importante con la noción de gramaticalidad, precisando si una secuencia de palabras
forma o no una oración correcta), las gramáticas sistémicas de Halliday dan prioridad
al contexto de la utilización del lenguaje más que de considerarlo como un sistema
formal aislado: ellas se han concentrado sobretodo por un lado, en la organización
funcional del lenguaje y los lazos que existen entre la forma de un texto y por el otro, en
el contexto, o las situaciones en las cuales este texto puede aparecer. No se trata pues
de gramáticas generativas sino más bien de gramáticas descriptivas: ellas caracterizan
las oraciones como conjuntos de rasgos que pueden ser utilizados por otros procesos.
Allí reside uno de los aspectos más interesantes de estas gramáticas para la inteligencia
artificial: el pasaje de rasgos de un procedimiento a otro –procedimiento informático
muy simple de realizar- permite tener en cuenta aspectos contextuales y tomar
decisiones basadas en varios procesos que interactúan conservando cierta modularidad.
Si pocos sistemas los han utilizado para el análisis de las oraciones, forman sin embargo
una parte importante de los conocimientos sintácticos de SHRDLU (Winograd 1972);
hay que señalar igualmente una importante gramática sistémica desarrollada para la
generación por Fawcett, así como el sistema Pennman (Bateman 1991; Matthiesen y
Bateman 1992).
529
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Diversas teorías gramaticales vienen enseguida, que le dan al léxico una importancia
primordial. Buscan explicitar las articulaciones entre el nivel lexical, el nivel sintáctico y
el nivel semántico; ellas llegan, en general, a modelos más ricos y de una facilidad más
grande que la de Chomsky para los tratamientos automáticos.
De forma análoga a las gramáticas sistémicas, las gramáticas funcionales quieren darle
un papel predominante, en la descripción de las expresiones lingüísticas, a los aspectos
funcionales y relacionales, con respecto a las nociones categoriales de las gramáticas
formales. Aquí también, la lengua es considerada como un instrumento de interacción
social, más que como la descripción estática de un conjunto de oraciones. Su función
primera es la comunicación, más que la sola expresión de pensamientos y se le da
prioridad a la utilización que está hecha de una lengua sobre la competencia teórica. Las
gramáticas funcionales consideran pues los conocimientos lexicales, los conocimientos
de las estructuras y las reglas de gramática de manera uniforme: son expresiones de
obligaciones.
Intentando desarrollar un formalismo único para tener en cuenta estos aspectos, Kay
llega a la noción de descripción funcional, que está basada en parte en la idea de
recubrimiento de descripciones parciales y desemboca en la noción de gramática de
unificación.
A partir de las mismas ideas, Bresnan y Kaplan siguen otra dirección y desarrollan las
gramáticas lexicales funcionales que utilizan la función de ecuaciones simultáneas que
permiten interpretar semánticamente una estructura construida por una gramática no
contextual. Esta teoría apunta a modelizar el conocimiento sintáctico necesario para
precisar las relaciones entre los aspectos semánticos predicativos importantes en el
sentido de una oración y las escogencias de las palabras y de las estructuras de las
oraciones que permiten expresar estas relaciones.
Esta “lexicalización” de la gramática se acentúa con las teorías más modernas, sobretodo
HPSG – en donde las estructuras de los rasgos complejos tienen un rol omnipresente
en el léxico, las reglas y las representaciones construidas- y TAG –donde las reglas son
esencialmente reemplazadas por posibilidades de combinación de árboles elementales
procedentes del léxico. Podríamos consultar a Abeillé (1993) para una excelente síntesis
de estas gramáticas modernas lexicalizadas.
Las gramáticas lexicales funcionales representan una de las teorías lingüísticas más
avanzadas gracias a la introducción de nociones de semántica formal. Muy a la moda
en los años 80 y 90, ellas encuentran numerosas aplicaciones en inteligencia artificial.
530
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Entre sus diferencias esenciales con las gramáticas transformacionales, de las cuales son
tomadas, citaremos las siguientes:
-Aspectos psicológicos. Los lingüistas que han seguido a Chomsky tienden a la definición
de una gramática universal que caracteriza la facultad del lenguaje en el hombre
(explicando cómo los hombres, y sólo ellos, son capaces de aprender una lengua).
Kaplan y Bresnan subrayan que su teoría permite integrar aspectos más diversos: intenta
explicar principalmente cómo las facultades lingüísticas interactúan con otros procesos
mentales cuando se lleva a cabo la comprensión y la producción del lenguaje.
-Papel del léxico. Hemos visto que es fundamental en estas gramáticas. Cada forma
de palabra puede corresponder a varias entradas distintas si juegan papeles diferentes.
Por ejemplo, si las gramáticas transformacionales tratan el pasivo por medio de la
gramática, éste es abordado por el léxico en las gramáticas funcionales (una entrada
especial corresponderá, para cada verbo, a la utilización del participio pasado).
Con un punto de vista diferente, Gross intenta igualmente incluir los fenómenos sintácticos
en las características lexicales de las palabras consideradas. El explica la incapacidad de las
teorías lingüísticas para dar cuenta de todos los fenómenos que se encuentran en las lenguas
por el hecho de que ninguna de estas teorías está construida a partir del registro exhaustivo
de los hechos a explicar. Dándole una importancia primordial a los hechos alcanzados,
parte entonces de un modelo del lenguaje tan limitado y sólo introduce las abstracciones
necesarias para la explicación de las observaciones. Esto desemboca esencialmente en la
constitución de léxicos-gramáticas que explicitan las posibilidades de combinación de las
palabras entre ellas (la hipótesis de base de Gross es que ninguna convergencia ni regla
general es posible, hay que registrar todos los ejemplos posibles…).
Estos trabajos presentan un interés importante para las ciencias cognitivas (incluso
si la semántica no está siempre en el centro de sus preocupaciones) ya que buscan
531
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
hacer explícito la manera como la forma refleja las nociones semánticas, es decir, hacer
indisociables la forma y el sentido.
Podemos igualmente evocar las gramáticas semánticas. Se trata allí más de una
manera pragmática de construir programas eficaces que de un instrumento lingüístico.
Las categorías no terminales de la gramática son clases semánticas, definidas por el
conceptuador a partir del dominio considerado. El tratamiento de una oración consiste
entonces en verificar correspondencias semánticas con la gramática sin preocuparse
demasiado por la sintaxis; ésta última permanece implícita y corresponde simplemente al
orden en el cual pueden aparecer las diversas categorías semánticas. Permitiendo tratar
enunciados no normalizados, estas gramáticas son muy flexibles y fáciles para poner en
funcionamiento en dominios restringidos. Este último punto implica sin embargo que la
comprensión misma es muy limitada (pérdida de numerosos detalles) y que el producto
obtenido es difícilmente transportable en otro dominio.
Evoluciones recientes
Podemos ahora distinguir tres características en las evoluciones recientes del tratamiento
automático de las lenguas: una investigación de fortaleza de los análisis, una orientación
hacia las lingüísticas de corpus y una voluntad firme de evaluación.
532
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
Los grandes corpus de textos en soporte electrónico, disponibles para lenguas variadas,
son cada vez más numerosos. Estos corpus, una vez anotados con informaciones
lingüísticas, constituyen un material muy útil, tanto para las investigaciones lingüísticas
como para las aplicaciones en tratamiento automático de las lenguas. Trabajos sobre este
tipo de corpus existen para el inglés desde hace una decena de años y han permitido el
desarrollo de una lingüística de corpus y un mejoramiento considerable de los programas
de tratamiento automático. Su utilidad es igualmente reconocida para el francés, tanto
en lingüística (Blanche-Benveniste 1996) como en tratamiento automático (Habert et
al. 2000).
Producción
Dominio ligeramente más reciente que el análisis, la generación de textos pasa algunas
veces como algo más “fácil”, puede ser solamente porque es más rápido dar respuestas
“de espacios en blanco” listos y que esto baste a varios sistemas informáticos223. En
realidad las dificultades son igualmente muy complejas en la medida en que, en el
hombre, esta tarea se lleva a cabo bajo severas imposiciones, poniendo en juego
grandes cantidades de conocimientos de naturaleza muy diferentes –imposiciones de
223. Las referencias completas de este párrafo podrán encontrarse consultando Zock y Sabah (2002).
533
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Una tendencia actual consiste en tener sólo una gramática para la generación y para
el análisis (gramáticas bidireccionales); las gramáticas sistémicas y las gramáticas de
unificación son utilizadas con frecuencia con esta intención. Otros formalismos muy
utilizados son la gramática “sentido-texto” de Mel’chuck, y las gramáticas de árboles
introducidas por Joshi (para una realización importante para el francés, ver G-TAG de
Danlos 1996).
Fue tan solo en los años 80 que un texto fue considerado como un todo, estructurado en
diferentes niveles, o que la comunicación fue vista como una acción indirecta para alcanzar
objetivos. Algunos sistemas ulteriores consideran otras modalidades diferentes al lenguaje en
la generación (imágenes, diseños, gestos) o buscan modelizar teorías psicológicas.
En conclusión, sistemas tales como GIBET o GEORGETTE dan mejor cuenta del
interlocutor y buscan determinar cuáles informaciones dar en qué preciso momento, y
luego anticipan las interpretaciones de los cuales éste último es susceptible.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Una real comprensión implica una confrontación continua entre los enunciados
recibidos y los conocimientos anteriores y debe precisar el papel del aprendizaje en
la apropiación de la lengua. Así, un modelo cognitivamente válido debe dar cuenta
de las relaciones fundamentales entre lenguaje, aprendizaje, procesos automáticos y
procesos controlados.
Las lingüísticas cognitivas, sin tomar en consideración todos los aspectos mencionados
más arriba, constituyen sin embargo un enfoque que busca integrar otros tantos,
y por ende constituyen un instrumento útil para la inteligencia artificial. Una de las
preguntas que se plantean entonces es: ¿qué estructura predefinida y por lo tanto qué
arquitectura, permitiría a diversos niveles de conocimiento colaborar armoniosamente?
Estudiamos estas preguntas de arquitectura en el párrafo que sigue.
536
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
537
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Como conclusión evocamos algunas analogías entre este tipo de arquitectura de los
sistemas informáticos y la arquitectura de los tratamientos puestos en marcha por el
hombre.
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
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primera parte / Antología de lingüística cognitiva
Los enfoques evocados supra tienen un punto común de otro orden: ellos se sitúan en el
marco de una inteligencia formal sin relación con las percepciones del mundo en el cual
evoluciona. Esto implica, más o menos concientemente por parte de los investigadores,
un modo de razonamiento paradójico: mientras que los elementos inmateriales son
generalmente negados, es de hecho una mera mente la que está modelizada, y por
modelos que no tienen en cuenta los efectos del cuerpo…
En efecto, el lenguaje y los fenómenos de comprensión son tan complejos que se les
estudia de manera aislada dejando para más adelante el estudio de las interacciones
con los demás fenómenos. De esto resulta la necesidad de utilizar un conjunto
fenomenal de conocimientos, de mecanismos de planificación y de toma de decisión,
y una memoria que permite un almacenamiento y una investigación muy eficaces (lo
que representa por otro lado lo esencial de los trabajos de inteligencia artificial y de
tratamiento automático de lenguas, que –subrayémoslo- no han intentado realmente
encontrar otra solución).
Por otro lado, la memoria humana no es sólo asociativa, ella es también prospectiva
y reflexiva. Ella está organizada alrededor de las cosas importantes para la vida y nos
permite estructurar el mundo para que no tengamos que rememorar cosas inútiles: el
mundo, con sus imposiciones, está ahí para revelárnoslas según las necesidades (no
se trata de una organización a priori, sino de los medios de acceder directamente a la
información deseada: ¿cómo una descripción nos permite navegar en la memoria y
encontrar rápidamente los elementos pertinentes?).
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Antología de lingüística cognitiva / primera parte
El segundo punto tiene que ver con el mecanismo de la categorización, central para
todo lo que corresponde al lenguaje: para estructurar el mundo, se construye sin cesar
relaciones entre objetos y se construye clases de objetos similares, se les nombra y se
construye de nuevo clases lingüísticas al nivel meta para estos nuevos elementos. Para
lograr esto, nuestro punto de referencia esencial es uno mismo y nuestras categorías
están pues basadas en nuestras características físicas propias. El cuerpo juega un papel
fundamental en todos los procesos intelectuales que permanecen subordinados a
nuestras necesidades esenciales (las funciones vitales deben tener prioridad en todo
lo demás , y de manera totalmente inconsciente). Consecuencia importante sobre el
mecanismo de aprendizaje: ningún conocimiento puede ser adquirido sin punto de
referencia. Incluso si se podía considerar construir una inteligencia sin contrapartida
corporal, ¡es inconcebible construir una que no poseyera el concepto de cuerpo!
Así, nuestros programas deben ser capaces de representarse a sí mismos y de ligar sus
experiencias con esta representación.
Una verdadera inteligencia artificial debe pues ser capaz de evaluar y de modificar sus
propios programas.
Así, los argumentos evocados más arriba muestran que el conjunto de las ciencias
cognitivas se convierte en algo pertinente para dar cuenta de la actividad de tratamiento
del sentido: interpretar las expresiones lingüísticas no es más que una actividad entre
otras tantas, que interactúa con las actividades de percepción, de razonamiento, de
memorización, así como con los demás aspectos de la cognición y de la vida social.
Conclusión
541
primera parte / Antología de lingüística cognitiva
nivel de descripción, ellas son consideradas como análogas. Esta hipótesis es crucial
en el sentido en que implica un nivel de análisis completamente separado del nivel
neurobiológico como del nivel sociológico y cultural.
Para ir incluso más lejos, podemos afirmar que el tratamiento automático de las lenguas
y la comunicación hombre-máquina deben desarrollar procesos de base necesarios para
todos los demás procesos de razonamiento, con la imagen del ser humano para quien
el lenguaje es el instrumento esencial que le permite tales “competencias cognitivas”.
El lenguaje se convierte así en la base de los razonamientos simbólicos que son esenciales
para el aprendizaje, siendo evidentemente necesario para la adquisición del lenguaje y
de símbolos, de ahí el carácter central de las cuestiones de reflexividad y de recarga. El
objetivo esencial de las investigaciones evocadas más arriba es comprender los principios
de base de la inteligencia en general a fin de lograr una instancia artificial. Para lograrlo,
la “simbiosis entre inteligencia artificial y las ciencias cognitivas” (una fórmula prestada
a Jacques Pitrat) me parece una vía tan natural y necesaria como prometedora.
542
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
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544
Antología de lingüística cognitiva / primera parte
545
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
Patricia S. CHURCHLAND
Departamento de filosofía
University of California, San Diego
pschurchland@ucsd.edu
P ara los antiguos griegos, la filosofía abarcaba una amplia variedad de cuestionamientos
sobre el mundo natural224. Por ejemplo: ¿Cuál es la naturaleza del cambio que hace
que el agua se congele o que la madera arda? ¿Cuál es la naturaleza de la luna y
de las estrellas y cuál es el origen de la Tierra? ¿De qué materia fundamental están
hechas todas las cosas? ¿Cómo se reproducen los seres vivos? Además, por supuesto,
se planteaban interrogantes sobre sí mismos (qué es el ser humano, qué es percibir y
pensar, razonar y sentir, planear y decidir).
Los progresos en la filosofía natural (lo que ahora llamamos física, química, astronomía
y biología) han sido espectaculares, particularmente los últimos trescientos años. En
estos campos, la ciencia dispone de muchas respuestas bastante perfeccionadas.
Estas respuestas están respaldadas por numerosos datos experimentales, por una
interconexión de teorías explicativas y por un número sin precedentes de aplicaciones
tecnológicas de los principios teóricos. En resumen, el programa científico al menos ha
logrado descubrir los principios básicos que explican una cantidad impresionante de
fenómenos naturales. Por supuesto, la física, la química, la geología, la astronomía, etc.,
no están completas y hay muchas preguntas sin respuesta, algunas de las cuales son
profundamente desconcertantes.
224. Algunas partes de esta sección se basan en material tomado de mi artículo de 1990, Is neuroscience relevant to philo-
sophy? Can J. Philos 16:323-341.
547
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
Durante el siglo XX y, sobre todo, en las últimas tres décadas, diversos avances científicos
han transformado de manera espectacular el estatus de los interrogantes relativos a la
mente y al cerebro, trasladándolos de una posición de “misterio casi impenetrable” a la
de “difícil, pero manejable”. La opinión general es que algunas de las piezas principales
del rompecabezas se están colocando en su sitio y que las explicaciones neurobiológicas
básicas de ciertos fenómenos psicológicos ya están a nuestro alcance.
Los avances generales son de tres tipos:
• Los datos que describen los sistemas nerviosos han tenido un auge espectacular.
Las nuevas técnicas neurocientíficas han permitido minuciosas descripciones estructurales
y funcionales de los sistemas nerviosos en muchos niveles de organización (figura
1). Esto ha contribuido a erradicar algunos conceptos erróneos sobre el cerebro, por
ejemplo, que los únicos sueños que tenemos son los que recordamos; nos ha revelado
estimaciones del número de neuronas del cerebro humano (aproximadamente 10¹²)
y del número de sinapsis (alrededor de 1015 ). Se ha descubierto que la conciencia
puede dividirse separando los hemisferios cerebrales, que los campos receptivos de
las neuronas sensoriales individuales no son, ni mucho menos, tan fijos y estables
ante el aprendizaje y las lesiones como se pensaba (Kaas, Merzenich y Killackey, 1983;
Ramachandran, 1993). Los datos también han catalizado la formulación de teorías.
Por ejemplo, los resultados detallados sobre los patrones de conectividad y los tipos de
células en la corteza visual han inspirado hipótesis sobre la forma como los circuitos
calculan la dirección y velocidad de un estímulo en movimiento (Hildreth y Koch, 1987),
y cómo las células que utilizan las señales de neuronas selectivas a la orientación de la
zona cortical VI pueden detectar la curvatura de la línea.
548
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
• Cada vez son más refinados e ingeniosos los estudios sobre la conducta la psicología
experimental y la etología, lo cual nos ha permitido un conocimiento mucho más
profundo de lo que son exactamente nuestras capacidades psicológicas, aclarando así
los fenómenos molares cuyos mecanismos investiga la neurobiología.
• Los métodos informáticos que permiten simular realmente las redes neurales, nos
han llevado a descubrimientos informáticos sobre cómo las redes de unidades de tipo
neuronal, con conexiones de tipo sináptico y una organización paralela realizan ciertas
tareas complejas como la memoria asociativa y el reconocimiento de patrones.
Al parecer, las funciones cognitivas son propiedades que se dan en los sistemas; en este
sentido, son propiedades emergentes, por lo cual la presente investigación promete
ser un puente importante entre la neurociencia básica y la psicología experimental
(Churchland y Sejnowski, 1992).
549
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
Figura 1
550
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
El ser humano es especial en ciertos aspectos, y el cerebro humano parece ser el cerebro
más complejo del planeta. Pese a nuestras notables capacidades, nosotros, como
cualquier otro organismo, hemos evolucionado a partir de organismos más simples.
En consecuencia, no es probable que nuestra cognición, conciencia y control motor
difieran radicalmente de la cognición, conciencia y control motor de otros mamíferos.
Desde el punto de vista biológico, las características que nos distinguen de nuestros
más próximos parientes evolutivos vivos probablemente son modificaciones secundarias
del diseño básico más que una innovación total a todos los niveles (Finlay y Darlington,
1995). La evolución, como nos recordara François Jacob, no se produce volviendo a
diseñar todo desde un comienzo sino modificando lo que ya está en su sitio.
Además, la perspectiva biológica nos invita a considerar las funciones superiores dentro
de un marco más amplio, relativo a los requisitos básicos para la supervivencia, y ésta
depende en forma crucial del control sensoriomotor. Las restricciones en el diseño
cognitivo se derivan de un mundo de depredadores hambrientos y de presas esquivas, y
la organización de las funciones cognitivas no es independiente de las funciones motoras
a las que sirven. La conciencia y la cognición no están en el cielo de Platón sino en el
competitivo mundo de Darwin donde pequeñas mejoras en el control sensoriomotor le
proporcionan a un organismo una ventaja depredadora y reproductora. Haber asimilado
en profundidad las enseñanzas de Darwin quizá es el elemento más importante
para desligarse del tradicional enfoque filosófico que descarta la neurobiología por
considerarla irrelevante para comprender nuestra naturaleza
¿Qué es el reduccionismo?
225. Partes de las siguientes tres secciones se basan en mi alocución presidencial para la American Philosophical Associa-
tion (P.S. Churchland, 1994).
551
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
Aclarando en primer lugar los puntos negativos, no quiero decir que una estrategia de
investigación reduccionista implique que deba adoptarse una estrategia exclusivamente
ascendente. Que yo sepa, en la neurociencia nadie piensa que para comprender el
sistema nervioso sea necesario comprender primero todo acerca de las moléculas básicas
y luego todo acerca de cada neurona y de cada sinapsis, continuando laboriosamente
el ascenso por los distintos niveles de organización hasta que, por fin, se llegue al nivel
superior: los procesos psicológicos. Tampoco hay nada en la historia de la ciencia que
asegure que una estrategia de investigación es reduccionista sólo si procede en forma
exclusivamente ascendente. Tal caracterización no es, en realidad, sino una explicación
espuria. La investigación que respalda los logros reduccionistas clásicos (explicación
de la termodinámica en términos de mecánica estadística, de la óptica en términos
de radiación electromagnética, de la transmisión hereditaria en términos del DNA) en
definitiva no se ajustaba a ninguna pauta de investigación exclusivamente ascendente.
552
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
553
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
Cabe preguntar, entonces, ¿en realidad no serán inútiles estas categorías? En absoluto.
Desde el punto de vista de la percepción, nuestros cerebros están sintonizados con el
macronivel, el nivel de los objetos y procesos de tamaño mediano. (Quine, 1961; Roche,
1981; Lakoff, 1987). Las descripciones de macronivel están establecidas. En cuanto a
la realidad de los fenómenos reducidos, observemos que la temperatura, por ejemplo,
es una propiedad tan absolutamente real como la energía molecular media. De hecho,
esto es la temperatura de un gas. Por lo tanto, si el microfenómeno es real, más vale
que la macropropiedad que es idéntica a éste, también lo sea.
En las últimas décadas, varios filósofos han expresado sus reservas respecto de la meta
de la investigación reduccionista de descubrir los mecanismos neurobiológicos de las
capacidades psicológicas, incluida la de ser consciente. En consecuencia, sería útil
considerar el fundamento de algunas de estas reservas para determinar si justifican
abandonar el objetivo o, incluso, si deberíamos reducir nuestras esperanzas de lo que
es posible descubrir acerca de la relación mente-cerebro. Consideraré aquí cinco clases
principales de objeciones. Para mayor brevedad, mis respuestas serán rigurosamente
concisas, sacrificando los detalles en aras de lo esencial.
554
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
Teniendo en cuenta que la comprensión tan poco detallada que tenemos acerca de cómo
el cerebro humano “neuroniza” cualquiera de sus distintas capacidades, las dificultades
que experimentamos para imaginar los mecanismos neurales son totalmente predecibles.
Así mismo, cuando la comunidad científica ignoraba cuestiones como la valencia, las
capas de electrones, etc., los filósofos de la naturaleza no podían imaginarse cómo
sería la explicación de la maleabilidad de los metales, la magnetización del hierro y la
resistencia del oro a la oxidación, en términos de los componentes subyacentes y de su
organización. Hasta el surgimiento de la biología molecular, muchas personas pensaban
que era inimaginable, y por tanto imposible, que un ser vivo estuviera compuesto de
una organización particular de moléculas muertas. “No puedo imaginármelo”, decían
los vitalistas. “¿Cómo es posible obtener vida a partir de la materia muerta?”
Una variación de la propuesta “no puedo imaginarme” se expresa como “nunca jamás
podremos saber…”, “es imposible llegar a entender un día…” o “nunca estará al alcance
de la ciencia demostrar que…”. La idea aquí es que la imposibilidad de concebir algo dice
algo decisivo sobre su imposibilidad empírica o lógica. No estoy insistiendo en que estas
propuestas nunca sean relevantes. A veces pueden serlo. Pero son sorprendentemente
arbitrarias cuando la ciencia se encuentra en etapas muy preliminares del estudio de un
fenómeno.
555
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
Una tercera variación de este tema de “no, no, nunca”, saca conclusiones sobre
cómo debe ser el mundo en realidad basándose en las propiedades lingüísticas de
ciertas categorías cruciales utilizadas en la actualidad para describir el mundo. Me
voy a permitir poner un ejemplo sucinto: lo que la categoría mental significa es
muy diferente –quiere decir algo totalmente distinto- de lo que significa la categoría
física. Por tanto, es absurdo hablar de que el cerebro ve o siente, al igual que es
absurdo hablar de que la mente tiene neurotransmisores o conduce la corriente.
Supuestamente, este absurdo categórico socava la posibilidad misma de que la
ciencia pueda descubrir que la sensación de dolor sea una actividad de las neuronas
del cerebro. El epíteto “error de categorías” se considera a veces suficiente para
dejar al descubierto lo absurdo del reduccionismo.
556
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
El criterio según el cual una teoría científicamente verosímil parece extraña obedece sólo
a que no se ha convertido moneda común, no a que sea errónea. Los descubrimientos
científicos de que determinado macrofenómeno es un resultado complejo de su
microestructura y dinámica, con frecuencia sorprenden y suenan extraños, al principio.
Evidentemente, nada de lo anterior constituye una prueba positiva de que los fenómenos
psicológicos logren reducirse a fenómenos neurobiológicos. Tan solo dice que el que
resulte extraño no significa nada, ni de una ni de otra forma.
La cuarta variación de este tema es la favorita de los físicos, quienes consideran que
el misterio de la conciencia y, en ocasiones, del libre albedrío también precisan de un
cambio científico, fundamental y profundo, a saber, de la física misma (Penrose, 1989,
1994; Chalmers, 1995; Bennett, Hoffman y Prakash, 1989). La idea, en esencia, es la
siguiente: por más que se avance en el conocimiento del cerebro, hoy en día podemos
decir que el misterio de la conciencia es tan profundo que implica que la neurociencia
es incapaz de aportar las explicaciones del caso. Lo que se necesita en realidad es una
nueva física revolucionada. En qué forma dicha física gozaría del poder explicativo de la
física existente y también del poder explicativo de la conciencia es una cuestión que, si
acaso, se esboza a grandes rasgos.
¿Una revolución de la física es la Gran Esperanza para explicar la conciencia? Podría ser,
pero por el momento yo no le apostaría mucho a esta propuesta. Primero necesitamos
una razón positiva para pensar que es allí donde se encuentra la mina de oro y que no
se trata meramente de un acto de perplejidad superficial ante el misterio. Segundo,
los misterios no se presentan con una etiqueta en la camisa que indique su grado
de profundidad. No es porque el misterio de la conciencia nos inquiete por lo que
podemos afirmar que por más que aprendamos acerca del cerebro, el enigma quedará
básicamente sin resolver (Grushc y Churchland, 1995). A veces, en la ciencia, problemas
que parecen fáciles como el de la precesión del perihelio de Mercurio resultan muy
difíciles y requieren un cambio fundamental en la teoría, mientras que otros que
parecen muy difíciles, como la composición de los astros o de una proteína, resultan
más manejables de lo que se creyera cuando nuevas técnicas hacen posibles nuevas
observaciones. Desde una mirada ignorante, la profundidad aparente de un misterio
parece ser un índice poco confiable de qué tan profundamente revolucionaria deberá
ser en realidad su solución. ¿Será posible que la conciencia no se pueda reducir, al igual
557
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
que las propiedades eléctricas? Posiblemente sí. Sin embargo, ¿le apostaría dinero a
que sea probable? No. En Matter and Consciousness, Paul Churchland respondió a la
analogía propuesta entre la conciencia y el electromagnetismo como sigue:
A diferencia de las propiedades electromagnéticas que se manifiestan en todos los niveles de la realidad,
desde el nivel subatómico hacia arriba, las propiedades mentales sólo se manifiestan en sistemas físicos
de gran tamaño que han desarrollado una compleja organización interna. El surgimiento evolutivo de
propiedades mentales mediante la organización de la materia tiene fundamentos muy sólidos. No parecen
en absoluto ser básicos o elementales (p. 13).
Pese a ser árida y poco atractiva, la razón más importante para pensar que la conciencia
es un fenómeno neurobiológico es que hasta donde se sabe, para gozar de ella se
necesita de un sistema nervioso que funcione bien. Además, en lo concerniente a los
humanos, aunque sea en forma cruda y sólo a nivel de sistemas, podemos enunciar
las condiciones que, en conjunto, son suficientes para la conciencia. Simplemente,
en lo referente a la conciencia, los volcanes, lo átomos y los helechos no tuvieron
suerte, Admito que nada de lo anterior implica que Penrose, Chalmers y otros físicos
con opiniones semejantes estén equivocados. Mi principal argumento es sólidamente
pragmático: en lo relacionado con los datos disponibles hasta el momento, la estrategia
de buscar una nueva física resulta empíricamente poco atractiva para el problema de la
conciencia, como lo era para el problema de la vida. Deseo la mejor de las suertes a los
nuevos físicos y en cuanto tengamos esta nueva física en la mesa –lo cual puede tardar
bastante- sería prudente evaluar sin prejuicios su contribución a la solución de diversos
problemas de la biología.
1. Las explicaciones, y por tanto las reducciones, son función del dominio. ¿En
biología? Puede ser útil delinear primero los principios generales que explican algún
fenómeno observado en diversas especies, imaginar luego la explicación de las
diferencias entre especies, y a continuación y si se desea, imaginar la explicación
de las diferencias entre individuos de una misma especie. Es así como, primero, se
procede a establecer el principio general para comprender cómo funciona el estómago
o el corazón, quizá basándose en estudios con una sola especie y posteriormente las
particularidades podrán resolverse. Los corazones de las ranas, de los macacos y del ser
humano funcionan básicamente de la misma forma pero, aparte del tamaño, también
558
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
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segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
Negar la meta reduccionista a la vez que mantener el dualismo a una distancia prudente
es una maniobra que requiere gran delicadeza. La estrategia de John Searle consiste en
decir que, aunque el cerebro causa los estados de la conciencia, no tiene fundamento
identificar los estados de la conciencia con las actividades cerebrales. Tradicionalmente,
se ha pensado que lo máximo a que puede aspirar un reduccionista es a que hay
correlaciones entre los estados subjetivos y los estados cerebrales. A lo anterior le sigue
la afirmación de que aunque las correlaciones pueden constituir una evidencia de
causalidad, no constituyen una prueba de identidad. Searle ha intentado reforzar esta
objeción clásica aduciendo que, aunque las identificaciones ∞ - ß en otros dominios de
la ciencia revelan la realidad que subyace a la apariencia, en el caso de la conciencia, la
realidad y la apariencia son inseparables; esto es, no hay realidad de la conciencia salvo
por lo que se halla presente en ella. Por tanto, no es posible llegar a ninguna reducción.
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Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
En su libro de cocina con el horno microondas, Betty Crocker ofrece una explicación
de cómo opera el horno. Dice que al encenderlo las microondas excitan las moléculas
de agua de la comida, haciendo que se muevan cada vez más rápido. ¿Sabrá Betty
Crocker, como cualquier profesor de secundaria, que debería terminar su explicación
aquí, añadiendo tal vez que “el aumento en la temperatura no es sino un aumento de
la energía cinética de las moléculas constitutivas”? Pero no lo sabe. Procede a explicar
que como las moléculas se mueven más rápido chocando entre sí con mayor frecuencia,
se produce un aumento en la fricción entre las moléculas y, como todos sabemos, la
fricción causa el calor. Betty Crocker todavía piensa que el calor es algo diferente de la
EC molecular; algo que es causado por el movimiento molecular aunque independiente
de él226 . ¿Por qué los científicos no piensan de la misma forma?
En términos generales, debido a que las explicaciones de los fenómenos del calor
(producción por combustión, por el sol y por reacciones químicas; de la conductividad,
incluida la conductividad en el vacío, de la varianza en la conductividad en distintos
materiales, etc.) son muchísimo más sencillas y coherentes suponiendo que el calor
sea energía molecular de las moléculas constituyentes. Por el contrario, intentar ajustar
los datos a la suposición de que el calor es algo distinto causado por la aceleración del
movimiento molecular es como tratar de clavar mermelada en una pared.
226. Paul Churchland realizó este descubrimiento hace unos ocho años en nuestra cocina. Nos parecía un caso excepcional
que alguien no entendiera la explicación científica. En lugar de estudiar a fondo la teoría termodinámica, Betty Crocker se
aferra torpemente a una antigua concepción como si éstas no requirieran de modificaciones. Alguien que pensara que la elec-
tricidad es causada por los electrones en movimiento contaría una historia comparable a la de Betty Crocker: el voltaje obliga
a que los electrones a que se muevan a través del cable y, al trasladarse, hacen que se acumule la electricidad estática y las
chispas entonces saltan de un electrón a otro a lo largo del cable.
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segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
Por último, a menos que me monte en el tren del dualismo, la idea de que tiene que
haber un fundamento de apariencia subjetiva en el que, en último término, se basen los
descubrimientos de la realidad/apariencia resulta algo extraña. Es como si se insistiese
en que abajo no tiene relación con el lugar donde uno se encuentra en el espacio; abajo
es abajo, por Dios y todos los santos. O como si se insistiese en que el tiempo puede no
ser relativo, que dos eventos o bien ocurren al mismo tiempo o bien no ocurren y eso
es todo.
Esta es la opinión de D.C. Dennett (1992). Al igual que Searle, Dennett no es dualista.
A diferencia de Searle, que piensa que la neurociencia puede descubrir bastante, si
no todo sobre la conciencia, desde hace tiempo Dennett está convencido de que el
cerebro en sí –su fisiología y anatomía- son en buena parte una pérdida de tiempo
en lo que atañe a la comprensión de la conciencia y la cognición. En palabras más
sencillas, el fundamento de su idea es el siguiente: el humano adquiere la conciencia
cuando adquiere el lenguaje y aprende a hablar consigo mismo. Lo que sucede en esta
562
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
transformación es que una máquina en paralelo (las redes neurales del cerebro) simula
una máquina en serie (operaciones que se realizan una por una, en una secuencia,
según unas reglas, que puede ser recurrente).
563
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
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Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
Figura 2
565
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
Desafortunadamente, sólo puedo ofrecer aquí una versión muy truncada de los largos,
y a veces retorcidos debates entre Dennett y diversos críticos. El núcleo de estas
objeciones es que Dennett supone erróneamente que el desempeño es lo único que
debe ser explicado, que explicar los informes sobre la experiencia consciente equivale
a explicar la propia existencia consciente. En este caso el meollo de la respuesta del
autor ha consistido en descartar a los críticos diciendo que no han podido entenderlo
bien, reprendiéndolos por hallarse todavía presas de antiguos conceptos que nos
hablan de homúnculos, fantasmas en la máquina, cartesianismo furtivo y errores
similares. Baste decir que la postura de Dennett de “si no está de acuerdo, es que
no has entendido”, puede ser verdadera en el caso de algunos críticos, pero no es
absolutamente cierta.
¿Se necesita una máquina virtual en serie para obtener un ordenamiento temporal en
sucesión de uno en uno? En absoluto. Por ejemplo, desde hace al menos ocho años
se sabe perfectamente que las redes nerviosas con asas recurrentes pueden generar
secuencias temporales y que lo hacen muy bien y en forma económica (Singh, 1992;
Mozer, 1992; Sutton, Mamelak y Hobson, 1992). Un ejemplo reciente es el bello trabajo
que utiliza algoritmos genéticos con valores reales para desarrollar redes neuronales
recurrentes en tiempo continuo, capaces de un comportamiento y aprendizaje
secuenciales (Beer, 1995a, b; Beer y Gallagher, 1992) así como el de Michael Mozer
(1992) quien ha realizado otros trabajos secuenciales. Claramente, las tareas secuenciales
en sí no implican la existencia de una máquina de simulación en serie (PS Churchland y
Sejnowski, 1992).
¿Es necesaria una máquina virtual en serie para lograr un comportamiento guiado por
reglas como el que se observa en el desempeño lingüístico? En absoluto. De nuevo, como
lo comprobó Elman (1991), las redes nerviosas recurrentes pueden ocuparse muy bien
de esto (Mozer y Bachrach, 1991; Pollack, 1991; Giles y cols., 1992; Jain, 1992; Pinkas,
1992; Suminda y Dyer, 1992). ¿Se necesita una máquina virtual en serie para que cierta
clase de operaciones se limite a efectuar una operación a la vez? Rotundamente no.
Primero, una clase especial de operaciones podría ser el resultado de una red, aunque
sin duda de una red ampliamente distribuida. Segundo, podría ser el resultado de una
interacción entre redes en la que el ganador se lleva todo (Lange, 1992). Y hay otros
muchos tipos de estructuras para lograr lo anterior. El sistema motor probablemente
funciona así, pero no hay motivo para pensar que simule una máquina en serie (Viola,
Lisberger y Sejnowski, 1992; Berthier y cols., 1992).
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Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
Tercero, ¿debemos suponer que la conciencia sólo implica una operación a la vez?
Casi seguro que no. Admitiendo que la capacidad de atención es mucho menor que la
capacidad que se halla por fuera de la atención para elaborar representaciones, ¿por
qué concluir que sólo podemos atender a una cosa a la vez? Verghese y Pelli (1992)
concluyeron que la capacidad del mecanismo de atención se limita a unos 44±15 bitz
por mirada. Calcularon que la capacidad preatencional es mucho mayor (unos 2106
bits). Sus datos sobre la capacidad atencional son consistentes con el hecho de prestar
atención a más de una cosa a la vez y de percatarse de ello. Cuando miro un tazón lleno
de chocolatinas M&M de colores, ¿puedo ver más de una a la vez? Es probable.
Cuarto, ¿es necesaria la simulación con la máquina en serie para permitir propiedades
recurrentes, tales como el ser consciente de uno mismo (p.ej. pensar en lo que uno acaba
de decirse a sí mismo)? En absoluto. Las redes nerviosas recurrentes son suficientemente
potentes y complejas como para lidiar con lo anterior a la perfección. De hecho, en
el sistema nervioso es probable que la recurrencia sea una característica fundamental
de diversos subsistemas de autoverificación, incluida la termorregulación. ¿Hay alguna
justificación para decir que cuando estamos conscientes, el cerebro tiene que estar
simulando una máquina en serie? No veo ninguna (PM Churchland, 1995). Ello no
implica que Dennett necesariamente esté equivocado, sino sólo que no hay motivo
para pensar que vaya por el camino correcto.
El problema de la unificación
Acuñado por Christof von der Malsburg, el término problema de unificación se utilizó
por primera vez en el contexto de la percepción visual. Sin embargo, durante la última
década, su uso se ha extendido hasta incluir prácticamente cualquier tarea integradora
que implique percepción, memoria y representaciones en general. En ocasiones, también
se considera que la integración sensoriomotora es un tipo de problema de unificación. A
continuación expondré brevemente una interpretación muy simplificada del problema.
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Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
¿Cómo podría el cerebro utilizar el tiempo para resolver este problema? La cuestión es
muy compleja, ya que tanto los diversos sistemas sensoriales como las distintas neuronas
tienen distintos retrasos de conducción y cualquier neurona cortical comunica sólo con
un ínfimo subgrupo de otras neuronas corticales. Hasta donde conocemos la anatomía
y fisiología del sistema nervioso, no existe ninguna solución clara de ingeniería. Sin
embargo, como lo señala Carver Mead, cuya idea ha sido repetida por otros muchos
ingenieros electrónicos, incluyendo a Acre y Dayar, sin duda la respuesta sí depende del
aprovechamiento de la biofísica para administrar el tiempo. De hecho, el tiempo es casi
lo único que el cerebro puede manipular para lograr una amplia y compleja integración
en un mundo en rápido movimiento. Wolf, Singer, Christof von der Malburg, Francis
Crick, Christof Koch, Antonio Damasio y Rodolfo Llinás investigan en forma diferente
pero complementaria cómo podría contribuir a la o las soluciones la sincronización de
los eventos neurales tales como la sincronía de la descarga neuronal y el acople por
sincronía.
569
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
neuromoduladores. Sin duda, también hay otras variables biofísicas (Llinás, 1988) (figura
2). Si a continuación se factorizan los patrones específicos de conexiones recurrentes,
una neurona consigo misma así como en forma retrógrada, con sus neuronas de
entrada, resulta evidente que las propiedades dinámicas de los circuitos neuronales son
realmente complejas.
Conclusiones
570
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
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Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
Brigitte CHAMAK
INSERM, CNRS, Université Paris Descartes
France
brigitte.chamak@parisdescartes.fr
227. Artículo publicado en Sens Public Revue électronique internationale. Mayo 2008. http://www.sens-public.org/spip.
php?page=imprimersans&id_article=30
575
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
Para otros, la mente considerada como algo que procede del funcionamiento cerebral,
su estudio procede necesariamente del área de las neurociencias. Se trata entonces
de poner en evidencia los mecanismos neurofisiológicos subyacentes a las funciones
cognitivas: detectar cuáles estructuras neurales y cuáles redes están implicadas en tal o
cual función.
Las ciencias cognitivas constituyen pues una nebulosa compleja con niveles de análisis
y modelos diversos. Dos grandes orientaciones coexisten: la primera que relaciona los
mecanismos del pensamiento con un nivel de explicación lógica; la segunda, relaciona
los mismos mecanismos con un nivel de explicación neurológica (las denominadas
neurociencias cognitivas).
Cognitivismo y funcionalismo
El primer centro en ciencias cognitivas fue creado en los Estados Unidos, en la Universidad
de Harvard en 1960 por Jerome Bruner y George Miller, dos psicólogos que se opusieron
al conductismo, un enfoque que consiste en estudiar los comportamientos en respuesta
a estímulos sin ocuparse de los estados mentales internos. Bruner y Miller tenían como
objetivo estudiar los mecanismos mentales, sobretodo los que están implicados en
la utilización del lenguaje. Ellos consideran el conocimiento como la manipulación
de símbolos y perciben el computador como un buen modelo de la mente humana.
Ellos buscaban introducir mucho más rigor formal en las ciencias sociales utilizando la
informática y elementos de lógica.
Es a mediados de los años ochenta que se multiplicaron las obras consagradas a las
ciencias cognitivas. El psicólogo Howard Gardner publicó en 1985, una Historia de
la Revolución Cognitiva228, en donde explicaba que el núcleo central de la ciencia
cognitiva229 estaba constituido por la psicología y la informática. El lazo entre estos dos
dominios, vía las técnicas de la información, pasaba por el cognitivismo.
228. Howard Gardner, The Mind’s New Science, Basic Books, New Cork, 1985.
229. El utiliza el término ciencia cognitiva en singular para insistir en la idea de una ciencia unificada.
576
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
230. Jerry Fodor, The language of Thought, Brighton, The Harvester Press, 1975.
231. Jerry Fodor, The Modularity of Mind, MIT Press, Cambridge, 1983.
232. Marvin Minsky, The Society of Mind, 1985.
233. Zenon Pylyshyn, Computation and Cognition: Toward a foundation for Cognitive Science, MIT Press, 1984.
234. Alan Turing, 577 On computable Numbers with an application to the entscheidungs problem , in Proceedings of the
London Mathematical Society, 1936, 42.
577
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
muy interesado en la producción de modelos del funcionamiento del cerebro. Para él,
el pensamiento era una suerte de cálculo lógico, no específico del cerebro humano: si
una máquina era programada correctamente, su comportamiento podría ser semejante
al de una persona pensante y la máquina podría, en consecuencia, ser considerada
como una máquina pensante. Esta concepción fue adoptada por los investigadores en
inteligencia artificial y por algunos investigadores en ciencias cognitivas.
Conexionismo
235. Mc Culloch Warren & Walter Pitts, 578 Logical Calculus of the Ideas Immanent in Nervous Activity, Philosophy of Science,
1943, vol. 10, No.: 1, 18-24.
578
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
“en principio, un robot bien ‘programado’ con un computador compuesto de elementos de silicona sería
conciente, tendría un yo. O preferiblemente tendría un yo conciente cuyo cuerpo sería un robot y cuyo
cerebro sería el computador.”
“la vida pueda explicarse en términos de cosas que no son en sí mismas vivas.”
Haciendo una lectura de todas estas obras, constatamos que a finales de los años 80,
la metáfora del computador es omnipresente en los cognitivistas: un nuevo universo
conceptual se diagrama, una nueva manera de concebir lo viviente. Se ha ubicado un
marco de pensamiento en donde el lenguaje matemático parece ser el más pertinente
para aprehender la actividad mental. La idea de representación está en el núcleo de
todos estos enfoques que fabrican modelos, es decir representaciones esquemáticas de
un objeto, de un proceso o de una función.
579
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
Jean Piaget retomó la dialéctica sujeto/objeto e hizo del conocimiento una construcción
elaborada por el sujeto a partir de las relaciones entre sujeto y objeto237. Según él, es
todo el psiquismo el que está construido a partir de la actividad cerebral del sujeto en
contacto con el medio, traduciendo simultáneamente una toma de conciencia de sí y
un conocimiento de lo real. El psiquismo procedería de la actividad biológica y de una
historia individual.
Francisco Varela describió el cerebro como “un órgano que construye mundos más
que reflexionarlos”. El proponía la idea de que las facultades cognitivas estaban
inextricablemente ligadas al vivir histórico.
237. Jean Piaget, La naissance de l’ intelligence chez l’ enfant, Delacaux et Niestlé, 1959.
238. De máquinas y seres vivos. Ensayo de autopoiesis.
239. Herbert Simon, Sciences of the Artificial, MIT Press, 1969..
240. Jean-Louis le Moigne, Le constructivisme, ESF Editeurs, 1994.
241. Ibid., pág. 123.
580
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
581
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
243. Gerald Edelman, Neuronal Darwinism: The Theory of Neuronal Group Selection, Basic Books, 1987.
244. Gerald Edelman, Topobiology: an introduction to molecular embryology, Basic Books, 1988.
245. Gerald Edelman, The remember Present: a Biological theory of Consciousness, Basic Books, 1989.
246. Gerald Edelman, Biologie de la conscience, Odile Jacob, 1992.
247. Patricia Churchland, Neurophilosophy, MIT Press, 1986.
582
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
Los primeros en haber intentado construir este dominio fueron los ingenieros
informáticos, los psicólogos y los lingüistas que comenzaron a encontrarse en
seminarios, financiados por ejemplo por l’IRIA (Institut de Recherche en Informatique
et Automatique), en los años 70 (podemos citar entre ellos a Daniel Kayser, Mario
Borillo, André Lentin, Jean-François Le Ny, François Bresson, Georges Noizet, Jean-
François Richard) luego que crearon, en 1981 l’ARC (hoy ARCo) asociación para
la investigación en ciencias cognitivas. Finalmente, en 1995, es un investigador en
inteligencia artificial, Jean-Gabriel Ganascia quien será responsable del programa
“Ciencias de la Cognición”, fruto de la unificación de las acciones del CNRS y del
ministerio de la Investigación. Luego vendrá Catherine Fuchs quien se convertirá en
presidente del programa Cognitique.
“Las neurociencias cognitivas no buscan analizar el funcionamiento de un elemento aislado del conjunto.
Ellas buscan por el contrario comprender cómo el funcionamiento ordenado del cerebro en su conjunto
contribuye a nuestro pensamiento, nuestro lenguaje, nuestra memoria, en una palabra, en toda nuestra
actividad cognitiva.”
583
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
La ambición de las neurociencias cognitivas es pues, para él, de ver funcionar el cerebro
en el nivel más integral posible, es decir en el nivel en donde los canales iónicos,
receptores, sinapsis, neuronas, redes neuronales entran en juego de manera colectiva.
Según Marc Jeannerod, el estudio de la actividad cognitiva se encontró profundamente
renovado en el transcurso de los últimos decenios, gracias, en particular, al préstamo
masivo que los investigadores en neurociencias han hecho a la psicología.
Conclusión
Ya sea en Francia o en los Estados Unidos, los primeros científicos que se comprometieron
en la construcción de las ciencias cognitivas fueron los ingenieros informáticos, los
psicólogos y los lingüistas. La necesidad de reconocimiento tanto de unos como de otros
se produjo por la voluntad de crear un nuevo dominio que tiene como objeto de estudio
el conocimiento. Considerada desde el inicio como una simple técnica, la informática,
integrada en el seno de las ciencias cognitivas y con el apoyo de la filosofía analítica,
ha adquirido un prestigio enorme además de reconocimiento social. En cuanto a los
psicólogos cognitivos, la colaboración con los ingenieros informáticos les ha permitido
introducir un rigor formal y lógico en su disciplina. Luego van a colaborar directamente
con los neurobiólogos.
Las ciencias cognitivas van a presentar entonces dos aspectos: aquellos orientados hacia
la producción de modelos informáticos y en donde los mecanismos del pensamiento
están relacionados con un nivel de explicación lógica, y las neurociencias cognitivas
en donde los mecanismos de pensamiento se relacionan con un nivel de explicación
neurológica. Se han concretado intercambios entre estos dos polos, sobretodo alrededor
de la técnica de imaginería cerebral o alrededor de algunas patologías.
584
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
Angèle KREMER-MARIETTI
Université Jules Verne, Amiens
Groupe d’Études et de Recherches Épistémologiques, Paris
angele.marietti@gmail.com
Partiré de un artículo bastante iluminador del cognitivista Marc Jeannerod, que fue
publicado en Revue sens public del 22 de noviembre de 2004 intitulado “Neurociencia
y psiquiatría. ¿Atracción o repulsión?”250, ya que él define perfectamente la distancia
de los niveles de causalidad invocados para explicar la génesis de la enfermedad mental
respectivamente por los psiquiatras clínicos y por los investigadores en neurociencias.
Se revela que es erróneo buscar la autonomización completa del estado mental. Para
Marc Jeannerod es evidente que la toma de conciencia procede de los mecanismos
nerviosos anteriores al sentimiento que ellos causan. La conciencia constituye entonces
un “segundo plano” manteniendo la unidad del yo y realizando el “ligamiento” entre la
intención y la acción. En esta perspectiva, la conciencia no tendría ninguna influencia en
el proceso nervioso. No obstante, el autor termina su artículo evocando esta influencia
ya que la conciencia intervendría en la estructuración del yo cognitivo que modelaría sin
embargo las redes cerebrales.
250. www.sens-public.org/article.php3?id_article=107
585
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
la mente (el famoso mind-body problem). Las nuevas cartografías de la mente251 nos
permiten explorar lo que se puede llamar “las dimensiones clásicas de la mente”, desde
el punto de vista de una filosofía empíricamente informada al mismo tiempo que de
una psicología filosóficamente informada, las dos por supuesto bien informadas, las
dos posiciones sólo podían cruzarse e interactuar, de ninguna manera, excluirse.
251. Massimo Marraffa, Mario de Caro, Francesco Ferretti, Cartographies of the Mind: Philosophy and psychology in Inter-
section, Springer, 2007.
252. Association for the Scientific Study of Consciousness; se trata de un lugar de trabajo que estimula el estudio de este domi-
nio apoyando toda investigación que se ocupe de las ciencias cognitivas, de las neurociencias, de filosofía o de toda disciplina
conexa que apunte a hacer comprender mejor la naturaleza, las funciones y los mecanismos subyacentes a la conciencia.
253. David J. Chalmers, The Conscious Mind: In Search of a Fundamental Theory (Philosophy of Mind Series), Oxford Uni-
versity Press, 1996, (Paperback 1997) p. 333.
254. Op. Cit., p.102.
255. Op. Cit., p.3.
256. Op. Cit., p. 121.
586
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
¿Puede pensar la materia? Según algunas de sus cartas, Leibniz había escrito los Nuevos
Ensayos en especial para atacar la tesis de Locke en lo concerniente a la materia pensante,
al menos su tolerancia en cuanto a esta cuestión a la cual él le daba una respuesta
agnóstica. Podemos observar que los conceptos leibnizianos contra una materia que
pensaría son de hecho teológicos. Hume el escéptico creía en las impresiones y en
las ideas, sus copias, que progresan en nuestro pensamiento (thought) o conciencia
(consciousness). Ya que él admitía la existencia de la conciencia.
587
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
Uno de los argumentos de Leibniz era el “hecho”, a sus ojos, de que la mente
o el alma siendo inmortal-inmortal no podía ser material-material. Hoy, este
argumento teológico no puede ser visto por las teorías científicas: la mente se
piensa distintamente de la metafísica y de la religión y al menos en un aspecto,
se convierte en una actividad de la cual la ciencia, por esencia materialista, puede
intentar dar cuenta. Para descartes así como para Leibniz, un animal pensante es
un cuerpo material al cual se le asocia un espíritu inmaterial que no es más que
una sustancia distinta. Leibniz rechazaba la posición según la cual este animal
pensante y totalmente material tendría pensamientos añadidos por Dios; él
rechazaba igualmente la posición según la cual los pensamientos de este animal
pensante y totalmente material serían el resultado de una interacción de algunas
o de la totalidad de sus partes. En conclusión, si se sigue esta vía mentalista,
nuestros pensamientos no nos son dados por Dios ni son el efecto de cualquier
causa material que actúe según un orden interactivo propio. Esta última posibilidad
rechazada por Leibniz podría ser una posición tomada de la ciencia contemporánea
de la mente.
Ahora bien, es verdad que hoy en día el problema filosófico no es el de saber cómo era
para Descartes, dónde se mantiene el punto de unión entre la mente y el cuerpo: la
hipótesis de una “glándula pineal” le parecía a Spinoza, calificado de panpsiquista (ya
que Deus sive natura) carecer de claridad y de distinción. Dicha “glándula pineal” que
se desempeña como la articulación entre dos sustancias no puede ser recontextualizada
263. Alfred North Withehead, Proces and Reality. The Free Press, 1978, (Gifford Lectures Delivered in the University of Edin-
burgh During the Session 1927-28). Corrected Edition. Ver página 53: El principio que adopto es que la conciencia presupone
la experiencia, y no la experiencia a la conciencia.
588
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
hoy en día, incluso si tenemos las más grandes penas del mundo para deshacernos
de un pensamiento dual (cuerpo-espíritu), incluso triádico (cuerpo-espíritu-alma). La
transducción entre el cuerpo y la mente, admitida por Descartes, que pensaba en
una acción recíproca posible entre el cuerpo y la mente, el cuerpo influenciando la
mente y viceversa, crea hoy en día el objeto de estudio en el marco de una teoría de
la información264. En todo caso se piensa lógicamente en la dualidad del organismo
viviente y de su entorno (objeto de estudio aprehendido hoy bajo el concepto ecológico
de “fitness”) o, en otros términos, en la dualidad del ser vivo y del mundo que lo
rodea y que ejerce sobre él un estímulo: nos situaremos entonces ya sea en la relación,
observada con antelación por Freud, entre un organismo que reacciona por un acto
reflejo, o en otro nivel más complejo, incluso de tipo existencial, en el conocimiento
al cual han contribuido varias generaciones de fenomenólogos, de psicoanalistas y de
psiquiatras, y que es de una relación nacida de algo vivido y experimentado así como
de la interpretación que hacemos de las interrelaciones de esto que se ha vivido ente el
“yo real” y el “mundo real”.
Si nos ubicamos en el punto de vista del sujeto sintiente, somos inicialmente certeza
sensible, luego la percepción de la cosa concreta, para alcanzar por fin el entendimiento
en ejercicio, esta fenomenología experimentada hace pasar el objeto en sí al estado
de modo-para-todo-otro del objeto, pero identificándolos como pertenecientes a la
misma realidad fluida y universal que se diferencia en las figuras del otro. Lo que
demuestra que nuestra conciencia de sí sólo alcanzará su satisfacción reflejándose
264. Ernst Lawrence Rossi, Psychobiologie de la guérison, Le souffle d’ or, 2002 (1986,1993).
589
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
Así como Nietzsche lo había anotado para la ciencia de su tiempo, entre más ella
progresara más retrocedía la responsabilidad moral. El materialismo inherente al
procedimiento científico implica siempre numerosas razones para explicar las conductas
humanas descubriendo los resortes materiales que se encuentran en el fondo de la
actividad mental. El sentido de las responsabilidades fue puesto aparte de las funciones
del cerebro, debidas al determinismo científico. En nuestros días, es Daniel Dennett266
que habla de exoneración progresiva de la conducta humana cuyos resortes se afirman
siempre más como algo atribuible a causas materiales: por ejemplo, la criminalidad
obedecería a una deficiencia en el cerebro en materia de serotonina o de oxidasa
monoamina. Al menos, los resultados del Instituto de Neurociencias (The Neurosciences
Institute, San Diego, California) llegan a precisiones cada vez mayores267 sin por lo
tanto pronunciarse más sobre la esencia misma de la conciencia268. Del mismo modo,
Daniel Dennett no concluye sin embargo en la no reponsabilización de las conductas
humanas; muestra que el cerebro no está provisto de un jefe operador que represente
el sí consciente y manipule el tablero de mando de los comandos sensorio-motores
265. William R. Uttal, The New Phrenology: The Limits of localizing Cognitive Processes in the Brain (Life and Mind: Philoso-
phical Issues in Biology and Psychology), Hardcover MIT Press, 2001, p. 149.
266. Daniel Dennett, Consciousness explained little, Broum, Boston .1991
267. Ver Seth. A.K. (2005) Causal connectivity analysis of evolved neural networks during behavior. Network: Computation in
Neural Systems 16: 35-54.
268. Gerald Edelman, Giulio Tononi, Comment la matière devient conscience, Editions Odile Jacob 2000
590
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
Podemos recapitular271 los diferentes progresos logrados por las neurociencias desde
1943, fecha en la cual el neurofisiólogo Mac Culloch y el lógico Pitts asimilaron
un conjunto de neuronas a una red de autómatas con dos etapas estables 0 y
1, que corresponden a la inactividad o a la actividad de las neuronas, según la
hipótesis del ‘todo o nada’ propio, según ellos, de la actividad cerebral. En 1950,
Turing planteaba la pregunta “¿Pueden pensar las máquinas?”272. Recordemos que
en 1958, fecha de la creación del tipo del General Problem Solver un programa
universal de resolución de problemas, y 1985 la de la realización del computador
neuronal, aprendiendo al tiempo a leer y a escribir, pronunciando lo que leía. Los
laboratorios Bell confeccionaron la “máquina de conexión” dotada de un fuerte
paralelismo de las propiedades de memoria asociativa y de direccionamiento por el
contenido con las redes neuronales. No obstante, la autoorganización del cerebro
humano excluía la distinción de las dos unidades de tratamiento (hardware) y el
programa (software) cerebro humano. Las neurociencias han permitido establecer
en lo concerniente al lenguaje un doble código: impulsos eléctricos y señales
químicas. Las neuronas naturales y formales serán confrontadas ya que las neuronas
formales tienen cuenta de las neuronas naturales tal como los neurofisiólogos
las han concebido; e, inversamente, los fisiólogos aprovechan las investigaciones
sobre las neuronas formales para deducir las invariantes características de las
grandes funciones. He indicado ampliamente en otra parte cómo la Inteligencia
Artificial era capaz de resolver problemas heurísticos, de generar planes de acción,
de aprender métodos y conceptos, de analizar escenas, de comprender lenguas
naturales, representar conocimientos de todo tipo. Sobre la base de un sistema
experto que utiliza conocimientos ligados a una especialización humana, es
591
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
592
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
la morfología que dota a los organismos de un sistema nervioso adecuado según los
procesos darwinianos más conocidos: réplica, mutación, selección. El resultado de
estas formaciones y transformaciones debía ser las ramificaciones de neuronas que
constituyen un instrumento computacional cada vez más refinado permitiendo a la
vez la representación simbólica del mundo y la manipulación de las informaciones que
resultan de ello. No obstante, habría que esperar a Antonio Damasio274 para concebir
el monismo neutro de los diferentes niveles que él ha propuesto, tales como “proto-
sí”, “sí central”, “sí autobiográfico” y finalmente la “conciencia extendida”. Es cierto
también que es posible seguir a un contradictor de Damasio, Andrew Gluck275 quien
critica filosóficamente las aserciones del monismo neutro propio del libro de Damasio
intitulado El Error de Descartes, para oponerle una respuesta pluralista que combina un
monismo físico en las ciencias de la naturaleza, un dualismo en las ciencias sociales, y
para adoptar un monismo neutro en estética.
El análisis del director del instituto de neurociencias de San Diego Gerald Edelman (Premio
Nóbel de Medicina en 1972) parte de su Teoría de la Selección de los Grupos Neuronales
(Theory of Neuronal Group Selection) dándole a la arquitectura biológica que preside a
nuestra concepción del mundo exterior y de la conceptualización que deducimos de ella:
en otras palabras, encontramos allí el deseo renovado del filósofo Kant y del fisiólogo
Changeux. La intención es aún la de renovar el aporte darwiniano de las explicaciones
mecanicistas de la competición y de la selección. Hasta el nacimiento, Edelman concibe
una conexión estocástica de las neuronas cuyos circuitos se estabilizan progresivamente
para formar mapas ubicando grupos de circuitos. Después del nacimiento, en relación
con el medio ambiente, se opera otra forma de selección y de organización de los
circuitos superiores. Un tercer mecanismo se instala: un flujo constante de impulsos
neuronales permite la construcción de la percepción, luego el del pensamiento
conceptual. Es a la interacción entre los múltiples mapas que se han formado que se
debe la multiplicación de los conceptos en la base de las representaciones categoriales
ligadas al reconocimiento de objetos diferentes. Todo esto se produce siguiendo las
leyes de una conexión interneuronal. La idea original consiste en la interacción entre
ellos de grupos neuronales situada por Edelman en la región tálamo cortical, difícil
de inventariar. En el College de France (Colegio de Francia), tratando actualmente
un problema análogo Stanislas Dehaene276, a la manera de Fechner, Wundt, Ribot o
Piéron, piensa desarrollar un programa psicofísico que basado en la neuroimagineria,
274. Antonio Damasio, L´ Erreur de Descartes, Odile Jacob, 2000; de la misma forma ver Le Sentiment même de soi: Corps,
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275. Andrew Gluck, Damasio´s Error and Descartes´ Truth: An Inquiry into Consciousness, Metaphysics, and Epistemology,
Paperback, University of Seranton Press, 2006.
276. Stanislas Dehaene, « Vers une science de la vie mentale », Leçon Inaugurale au Collège de France, 2006.
593
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
594
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
Sin duda alguna, la solución es monista, pero lo que cuenta es explicar el pensamiento
o la mente incluso reducidos al estado de epifenómeno incomprensible. Queda
pendiente, hay que decirlo, la cuestión de la traducción o transducción entre los procesos
neurológicos y los estado mentales que es del dominio de la comunicación estudiado
por Ernest Lawrence Rossi282 y que se enuncia de esta manera: “¿De que manera la
información recibida y tratada en un nivel semántico, se convierte en información que
puede ser recibida y tratada en un nivel somático y viceversa?”.
Podemos incluso examinar la “reducción objetiva” propuesta por Penrose283 quien se refiere
tanto a la física como a los análisis budistas que hacen ver la conciencia en secuencias de
eventos individuales y discretos (Tart, 1995)284. Cada uno de los momentos de conciencia
aparecidos, convertidos y desaparecidos como una película continua es explorado en
una obra fundamental titulada Hacia una ciencia de la conciencia285 que reúne todos lo
elementos mayores del espectro completo de los métodos, los de la filosofía de la mente y
de la conciencia del sueño, como las de la neuropsicología y de la dinámica molecular, sin
descuidar las redes neuronales, las reseñas fenomenológicas y hasta la física del mundo
real. Pero el espacio no posee ninguna energía y la energía ningún espacio atribuido, de
todo esto resulta que debemos convenir pues que es la materia la que le permite a la
energía ocupar un espacio así como al espacio ejercer una energía. Y así pues, podremos
admitir paralelamente que nuestra conciencia o nuestro sentimiento de interioridad es lo
que, por analogía con la materia, es lo que nos brinda a la vez verdad y libertad. Como
lo concluyó un oyente de mi conferencia: entre más progrese nuestro conocimiento de la
materia más progresamos en el conocimiento de la mente.
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Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
Pierre JACOB
Directeur de recherche Institut Nicod CNRS
Paris
jacob@ehess.fr
Las ciencias cognitivas existen desde mediados de los años 50 cuando se produce lo que
se ha dado en llamar “la revolución cognitiva”. Esta revolución fue preparada por una
serie de reuniones científicas unos diez años antes, entre las que se cuentan las célebres
reuniones organizadas en New York por la Fundación Josiah Macy en 1946, en las cuales
participan matemáticos, físicos y fisiólogos, entre los que se cuentan a Norbert Wiener,
John Von Neumann, Walter Pitts, Warren McCulloch, Claude Shannon y otros. Estas
reuniones estaban consagradas a lo que Wiener denominó en 1947 “la cibernética”, es
decir, la teoría unificada de los procesos de control y de retroacción (o de feedback) en
la producción del comportamiento tanto en máquinas como en animales. El paradigma
científico que dominaba la emergencia de la cibernética era indiscutiblemente la teoría
de la información tal como fue codificada por Claude Shannon y Warren Weaver, en su
obra, The Mathematical Theory of Communication, publicada en 1949.
La revolución cognitiva estuvo, por el contrario, marcada por la conciencia de los límites
de la teoría de la información. Como lo declaró recientemente uno de los actores de la
revolución cognitiva, el psicólogo George A. Miller, la teoría de la información se mostró
poco a poco incapaz de responder a las necesidades teóricas de la psicología. Como
él lo subraya, el año de 1956 es un año simbólico para el nacimiento de las ciencias
cognitivas. En 1956 tiene lugar en efecto en Dartmouth (New Hampshire) una coferencia
que representa el nacimiento oficial de la inteligencia artificial y cuyas memorias fueron
597
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
Como lo afirma George Miller, la revolución cognitiva fue en esencia una “contra-
revolución” en sí misma provocada por la revolución que la precedió: la revolución
conductista, encarnada especialmente por la obra de B.F. Skinner. Lo que yo pienso y lo
que yo siento sólo son accesibles a mi introspección en primera persona. Contrariamente
a lo que yo pienso y siento mi comportamiento es públicamente observable en tercera
persona. Debido a que las únicas pruebas o datos psicológicos objetivos residen en
el comportamiento, la revolución conductista se limitó a concebir la psicología como
la ciencia del comportamiento. Pero como lo destacó el archicontrarrevolucionario
Chomsky, definir la psicología como la ciencia del comportamiento equivale a tomar
un medio por un fin. El comportamiento es a la psicología lo que los instrumentos
de medida son a la física. Para los adversarios del conductismo, el objeto de la
psicología no es archivar observaciones sobre el comportamiento sino descubrir las
leyes que regulan el funcionamiento de la mente humana y que permiten explicar los
comportamientos humanos.
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Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
La palabra cognición procede del verbo latín cognoscere que significa “conocer” o
“saber”. Esta palabra designa hoy el conjunto de las capacidades con las cuales está
dotada la mente humana.
Ahora bien, los partidarios del conductismo tenían razón en un punto: la introspección
no es un método de acceso científico fiable al funcionamiento de la mente. El desafio
al cual están confrontadas las ciencias cognitivas consiste pues en inventar una o varias
metodologías que abren un acceso objetivo y experimental a la naturaleza de la mente
humana. Teniendo explícitamente como objeto, no el comportamiento observable
de los miembros de la especie humana sino la cognición, el pensamiento o la mente
humanos, las ciencias cognitivas plantean las siguientes preguntas metafísicas: ¿Pueden
ser objeto de un conocimiento científico los mecanismos del conocimiento? ¿Puede ser
el conocimiento del conocimiento tan exacto, objetivo e impacial como el conocimiento
de la física de las partículas elementales, el conocimiento químico de las moléculas o el
conocimiento biológico de las células vivientes y de sus constituyentes?
En segundo lugar, una persona puede saber que la batalla de Marignan tuvo lugar
en 1515, conocer el teorema de Pitágoras o saber que la tierra gira alrededor del sol.
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segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
En este caso, ella conoce un hecho: ella sabe en qué condiciones una proposición es
verdadera. Conocer un hecho no admite grados. G.W. Bush conoce o no conoce el
teorema de Pitágoras. El sabe o no sabe que la batalla de Marignan tuvo lugar en
1515.
Suponga que afirmo saber que mi vecina está en su casa. Ustedes me preguntan:
“¿Cómo lo sabe?” Yo les contesto que ví su automóvil estacionado en la calle y
yo sé que su automóvil sólo está estacionado en la calle si mi vecina está en casa.
Supongamos conjuntamente que mi sistema visual es fiable y que mi vecina sólo está
en casa sí y sólo sí si su automóvil está estacionado en la calle. En estas condiciones,
doy una explicación satisfactoria de mi saber que mi vecina está en su casa revelando
la dependencia de mi saber de este hecho con relación a mi saber perceptivo de otro
hecho: el hecho de que su auto esté estacionado en la calle. Esta explicación no puede
constituir sin embargo una respuesta al desafío del escepticismo, ya que la explicación
de mi saber de que mi vecina está en su casa, reposa, a los ojos del escéptico, en una
petición de principio: ella presupone en efecto que sé que el automóvil de mi vecina
está estacionado en la calle.
Hasta comienzos de los años 60, la filosofía del conocimiento admitió un análisis
tripartito del conocimiento factual. Primeramente, usted no puede saber que hay una
araña en su almohada sin creer que una araña está en su almohada. Además, usted
no puede saberlo si su creencia no es verdadera. A diferencia de “creer”, “saber” es
factitivo. Pero no basta con tener una creencia verídica para saber. Supongamos que
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Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
usted le tiene fobia a las arañas y que usted forma esta creencia por obsesión sin que
usted ni nadie lo hayan verificado. En este caso, aunque su creencia sea verdadera,
usted no puede saber que hay una araña en su almohada. Aunque cierta, esta creencia
carece de justificación. Contrariamente a la percepción o a la deducción, la fobia no
justifica. Si usted hubiera visto una araña, entonces su creencia estaría justificada.
La percepción no es por supuesto la única fuente de justificación. Para conocer,
por ejemplo el teorema de Pitágoras, no basta con creer que es verdadero. Pero la
percepción visual no es una fuente eficaz de justificación. Para conocer el teorema
de Pitágoras, hay que poder demostrarlo a partir de los axiomas de la geometría
euclidiana.
Hasta 1963, se admitía que una persona supiera que p sí y solo sí ella cree que p, su
creencia es cierta y está justificada. Pero en 1963, en un pequeño artículo publicado
en la revista Analysis, “Is true justified belief knowledge?”, el filósofo Edmun Gettier
proporcionó un método de construcción de contraejemplos al análisis tripartito.
Supongamos, por ejemplo, que Raúl tiene obvias razones para creer verdadera la
proposición falsa q, que uno de sus colegas de oficina, Alfredo, está casado con la
bella Ana. El considera q como verdadera porque él ha visto muchas veces a Alfredo
en compañía de Ana al salir de la oficina y además acaban de almorzar los tres en
el restaurante. Supongamos igualmente que Raúl imagina, para distraerse, que su
antigua esposa, Judith, con la cual no se habla desde hace 25 años y de quien no
tiene ninguna noticia, se encuentra en ese momento en San Francisco. A partir de su
creencia q, Raúl infiere con razón la creencia disyuntiva p (que Alfredo está casado con
la bella Ana o Judith está en San Francisco). Supongamos que, contrariamente a lo
que cree Raúl, Ana es la amante y no la esposa de Alfredo y que por pura coincidencia,
Judith esté efectivamente en San Francisco. En este caso, la creencia disyuntiva de Raúl
estaría justificada y sería verdadera ya que Raúl tendría buenas razones para creer que
Alfredo está casado con la bella Ana y él sabe que la proposición “Alfredo está casado
con la bella Ana o Judith está en San Francisco” es deducible de la primera de estas
dos proposiciones (que Alfredo está casado con la bella Ana). Sin embargo, en estas
circunstancias, la mayoría de personas interrogadas tienen la intuición de que Raúl no
sabe que Alfredo está casado con la bella Ana o que Judith está en San Francisco.
¿Qué hay que añadir pues a la verdad de una creencia para transformarla en conocimiento
o en saber auténtico? La filosofía del conocimiento posterior a Gettier se divide en
dos campos: el campo del internalismo epistémico y el del externalismo epistémico. La
oposición epistemológica entre internalismo y externalismo se asemeja a la oposición
entre el realismo y el antirealismo en semántica.
El internalismo epistémico se caracteriza por tres ingredientes. Primeramente, el
internalismo toma su nombre de la exigencia según la cual los factores que confieren a
una creencia la cualidad de conocimiento deben ser factores internos o accesibles a las
601
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
capacidades cognitivas del agente. En segundo lugar, el modelo internalista del saber
reside en el procedimiento científico o incluso la actividad matemática que colocan
permanentemente a los investigadores en el desafío de poder ofrecer explícitamente
las mejores razones inductivas y/o deductivas posibles para justificar sus creencias.
En tercer lugar, conforme a la tradición platónica, el internalismo epistémico abre
profundamente el abismo entre creer y saber. En la perspectiva internalista, un agente
no puede saber que p si no tiene una creencia de orden superior o una metacreencia
justificada que su creencia que p está justificada. Si, por ejemplo, el agente dispone de
la información fiable que p, pero si no sabe que la información p de la cual dispone es
una información fiable, entonces no sabe que p. Para disminuir el abismo entre creer y
saber, el internalismo epistémico se alimenta de los recursos meta-representacionales de
la cognición humana. Por no poseer conceptos tales como creencia, verdad, justificación
y fiabilidad y verdaderamente a falta de manejar una lengua que contenga palabras que
expresen estos conceptos, una criatura está pues privada de conocimiento o de saber
en el sentido internalista del término.
La tarea que incumbe al externalismo epistémico es pues disminuir el abismo abierto por
el internalismo entre creer y saber. Para disminuir este abismo, el externalismo dispone
de dos estrategias complementarias. En primer lugar, puede destacar que una cosa es
tener una creencia justificada y otra cosa es ser capaz de dar (o comunicar verbalmente)
justificaciones a otros que su propia creencia es justificada. Según el externalismo, la
justificación de una creencia depende de la fiabilidad del proceso de formación de
creencias.
En segundo lugar, una creencia falsa no es un conocimiento. Ahora bien, para saber
si una creencia es verdadera o falsa, hay que, primeramente, conocer el contendio de
la creencia, es decir, conocer las capacidades conceptuales de la criatura de la cual se
examina la creencia. El sistema visual de una rana de la especie Rana pipiens le permite
detectar el vuelo de una mosca, lanzarse y tragársela. Pero sabemos también desde la
aparición del clásico artículo de J.Y. Lettvin, H. Maturana, W.S. McCulloch y W.H. Pitts
publicado en 1959 intitulado What the frog’s eye tells the frog’s brain, que la detección
visual de una bolita de plomo en movimiento desencadena el mismo comportamiento
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Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
con la rana. Cuando una rana se lanza para tragarse una bolita de plomo en movimiento,
¿qué cree ella, si puede decirse que ella cree en algo? Si lo que ella cree sin razón, es que
una mosca vuela, entonces su sistema visual no es un mecanismo fiable de formación
de creencias. En este caso, podemos fácilmente engañar a una rana y nada permitirá
probablemente transformar sus creencias en conocimientos. Si ella cree correctamente
que una mancha negruzca se desplaza, entonces su sistema visual es un mecanismo
fiable de formación de creencias. En este caso, no es fácil engañar a la rana y sus
creencias ameritan ser clasificadas como conocimientos.
Tanto la cuestión de saber lo que cree una rana como la de saber si una rana tiene
creencias es una cuestión que ocupa la intersección de la filosofía de la mente y las
ciencias cognitivas. Volveré más adelante con esto. Como lo ilustra elocuentemente
la obra magistral de Alvin Goldmann (publicado en 1986) titulado Epistemology and
Cognition, los enigmas suscitados por el análisis del concepto expresado por los verbos
“saber” y “conocer” han preparado a los filósofos del conocimiento para efectuar un
verdadero “giro cognitivo”. En otras palabras, ellos le pusieron atención a las ciencias
cognitivas con el fin de descubrir cómo funciona realmente la percepción, la memoria,
la imaginación, la comprensión del lenguaje o el razonamiento humanos. Pero, para
efectuar este giro cognitivo, la filosofía del conocimiento debe renunciar a una ambición:
la ambición metafísica de responder al escepticismo.
En el transcurso del siglo XX, lo que llamaré la filosofía general de las ciencias (para
marcar el contraste con, por ejemplo, la filosofía de la física o la filosofía de la biología)
examinó las siguientes preguntas: ¿existe un criterio de demarcación entre las teorías
científicas auténticas y las teorías pseudocientíficas o las especulaciones metafísicas?
¿Toda teoría científica es verificable o, al menos, refutable por una prueba experimental?
¿Puede elaborarse una lógica inductiva, que esté en la base de una confirmación de
una hipótesis por datos empíricos lo que la lógica deductiva es a la demostración de
un teorema a partir de axiomas? Entre dos hipótesis científicas, ¿es razonable preferir
aquella cuyos datos experimentales confieren el más alto nivel de confirmación o de
probabilidad? O bien, ¿hay que preferir la hipótesis más informativa, es decir la más
improbable teniendo en cuenta lo que nos muestra los datos observables? ¿La actividad
603
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
Las ciencias le revelan al hombre aspectos del universo inaccesibles al sentido común.
Para llevar a feliz término su tarea, cada ciencia particular dispone de un vocabulario
especializado con ayuda del cual son expresados los conceptos que le son propios y
de los cuales tienen necesidad para describir, catalogar, explicar y predecir los hechos
que caen bajo su jurisdicción. Los términos “electrón”, “protón”, “leptón”, “quark”,
pertenecen al vocabulario de la física. “Galaxia”, “supernova” y “agujero negro”,
pertenecen al vocabulario de la astronomia y de la cosmología. “Acido nucleico”,
“proteína” y “enzima” pertenecen al vocabulario de la bioquímica. “Célula”, “virus”
y “anticuerpo”, pertenecen al vocabulario de la biología celular y de la inmunología.
Los conceptos expresados por estas palabras fueron laboriosos, ingeniosos y algunas
veces, genialmente elaborados por los especialistas; su comprensión completa supone
un aprendizaje teórico y experimental.
Las ciencias cognitivas deben sin ninguna duda su primer impulso científico a la
invención de la inteligencia artificial (por Marvin Minsky y John McCarthy), a las primeras
estimulaciones de las tareas de resolución de problemas en computador (por Alan Newll
y Herbert Simon) y a la creación de la lingüística generativa por Noam Chomsky. Por esta
razón, las ciencias cognitivas nacientes tienen pues una deuda esencial con las ciencias
formales (en particular con los trabajos de matemáticos como John Von Neumann y
de lógicos como Alan Turing, Alonzo Church y demás). Pero, sin la contrarrevolución
cognitiva, las ciencias cognitivas no hubieran progresado, ni encontrado su unidad
conceptual. La esencia de la revolución cognitiva consistió en expurgar la psicología del
conductismo. Ahora bien, como lo muestra su reseña crítica de la obra de B.F. Skinner,
titulada Verbal Behavior (reseña publicada en la revista Language en 1959), Noam
604
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
Unos treinta años antes del nacimiento de las ciencias cognitivas, el giro llamado
“lingüístico” en filosofía confirió un contenido a la vez metacientífico y normativo
del adjetivo “cognitivo” en el análisis filosófico de las ciencias. Entre las dos guerras,
los partidarios del empirismo o del positivismo lógico, cuyas doctrinas determinaron
la geografia conceptual de la filosofía de las ciencias del siglo veinte, buscaban
aquello que llamaban un “criterio de la significación cognitiva”. Moritz Schlick,
Rudolf Carnap, Hans Reichenbach, Otto Neurath, Friederich Waismann, Carl Hempel
y otros calificaron su programa de “empirista” para destacar la importancia de la
observación y de la experiencia en la formación de las teorías cientificas. Ellos lo
calificaban de “positivista” para marcar su ambición de eliminar la metafísica. Se
sirvieron de la palabra “lógico” para indicar su voluntad de explotar los métodos de
la nueva lógica recientemente creada por Frege y Russell en el análisis de las teorías
científicas. Como lo testimonia su artículo titulado Empirismo, semántica y ontología
(publicado en 1950), la adhesión al empirismo y la desconfianza hacia la metafísica
contribuyeron a alejar a R. Carnap del realismo científico y a conducirlo en dirección
del instrumentalismo.
En el vocabulario de una teoría científica, los partidarios del empirismo o del positivismo
lógico distinguian el vocabulario lógico del vocabulario descriptivo. Según la distinción
entre las proposiciones “analíticas” y las proposiciones “sintéticas”, las tautologías
de la lógica y de las matemáticas servian para fijar la significación del vocabulario
lógico y matemático y eran considerados sinnlos (desprovistos de todo “contenido
cognitivo”; sin sentido, MM), es decir, incapaces de describir el mundo o la realidad. Al
interior del vocabulario descriptivo, distinguían el vocabulario denominado “teórico”
y el vocabulario llamado “observacional”, único que se supone hace referencia a las
entidades y a las propiedades públicamente observables sin el auxilio de instrumentos.
A diferencia de las tautologías, las proposiciones llamadas “sintéticas”, expresadas
por enunciados compuestos de palabras que pertenecen al vocabulario “teórico”,
pasaban por poseer un contenido cognitivo. Los términos teóricos del vocabulario
descriptivo parecían obtener su contenido cognitivo de sus estrechas relaciones con
los términos del vocabulario observacional. Privados de todo lazo con enunciados
compuestos de términos que pertenecen al vocabulario observacional, los enunciados
metafísicos eran (como las oraciones, “El número cinco es azul” o “El Vesubio piensa
en Viena”) considerados unsinning, es decir, privados de “significación cognitiva” o
simplemente desprovistos de sentido.
605
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
A partir de los años cincuenta, las doctrinas defendidas por los empiristas o positivistas
lógicos fueron severamente criticadas en la filosofía general de las ciencias. En particular,
tanto la distinción entre las proposiciones analíticas y las proposiciones sintéticas como la
distinción entre el vocabulario teórico y el vocabulario observacional fueron sometidos a
una ruda prueba por Quine y Putnam. Para terminar esta primera conferencia quisiera,
por una parte, expresar mi acuerdo con la crítica devastadora dirigida por Ian Hacking
contra la primacía persistente y paradójica de las teorías sobre la experimentación en
la fislosofía de las ciencias dominada por el empirismo o el positivismo lógico. Por otra
parte, quisiera exponer brevemente las razones por las cuales rechazo la interpretación
instrumentalista de las teorías científicas y me suscribo a la interpretación realista de las
teorías científicas.
286. NdT. Definición según Wikipedia: El muón (que toma su nombre de la letra griega mu, µ) es una partícula elemental
masiva que pertenece a la segunda generación de leptones. Su spin es 1/2. Posee carga eléctrica negativa, como el electrón,
aunque su masa es 200 veces mayor, y su vida es algo más larga que otras partículas inestables (2,2 µs). Está asociada con
su correspondiente antipartícula el antimuón (µ+). Consúltese más detalles en http://es.wikipedia.org/wiki/Muón
606
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
Penzias y Wilson que no buscaban en absoluto corroborar o afirmar la hipótesis del Big
Bang. Paradójicamente, la primacia dada a la prueba de las teorías científicas contribuyó
a eternizar la subordinación de la experimentación a las teorías en la filosofía empirista
de las ciencias.Además, el giro lingüístico en filosofía de las ciencias, acreditó, según
Hacking, la idea de que “ver, es decir” y contribuyó a ocultar del doble hecho de que la
observación científica es un don o un talento y para ver algo en ciencia, hay que saber
hacer funcionar los aparatos –telescopio o microscopio.
Finalizo con una profesión de fe a favor del realismo científico que me será indispensable
para las siguientes conferencias. Primeramente, de manera opuesta a Michael
Dummett y a Hillary Putnam, creo como Paul Horwich (quien defendió en su libro Truth,
publicado en 1990, una concepción “deflacionista” de la verdad) que la controversia
entre el realismo y el instrumentalismo científicos debe ser escrupulosamente separada
del análisis del sentido del predicado español “verdadero”. La controversia entre el
realismo y el instrumentalismo científicos se fundamenta en la cuestión de saber si
las teorías científicas abstractas explican hechos observables describiendo hechos
inobservables cuya naturaleza es independiente de la estructura de la mente humana.
No se fundamenta directamente en la naturaleza de la propiedad expresada por la
palabra española “verdadero”. En segundo lugar, establezco una diferencia entre dos
afirmaciones en el realismo científico: una tesis semántica y una tesis epistemológica.
Según el ingrediente semántico del realismo científico, por más abstracta que sea
una teoría, por más inobservables que sean las entidades, las propiedades y los
estados de cosas de que ella habla, una teoría científica posee lo que los filósofos
llaman la “condición de verdad”. En otras palabras, ella es verdadera o falsa. Según
el ingrediente epistemológico del realismo científico, nuestras razones para adoptar
una teoría científica son ipso facto razones para creerla verdadera. En otros términos,
según el realista científico, no hay diferencia entre las razones para adoptar una teoría
científica y las razones para considerarla verdadera.
607
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
Un adversario del realismo epistémico sostiene que nuestras razones para adoptar una
teoría científica no son ipso facto razones para creerla o considerarla verdadera. La obra
de Bas Van Fraassen, The Scientific Image (publicado en 1980), es un manifiesto del
instrumentalismo epistémico. Según Van Fraaseen, adoptar una teoría científica bien
confirmada, es creer que es “empíricamente adecuada”: es creer o tener por verdaderas
sus consecuencias observables. En otros términos, como lo afirmaba Deum, es “salvar
los fenómenos”. Pero no es creer o considerar verdadera la teoría en sí misma.
608
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
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Francisco Varela et al. 1992. De cuerpo presente. Las ciencias cognitivas y la experiencia humana.
Barcelona, G
609
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
Jean-Michel MALDAME
Institut Catholique de Toulouse
jean-michel.maldame@dominicains.com
Resumen
El proyecto inicial
La lectura de los “textos fundadores [2]” es muy aclaradora, ya que se ve aparecer
allí las ideas que definen un proyecto y orientan su puesta en marcha, antes de ser
confirmada por las realizaciones.
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segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
El método consiste en utilizar las matemáticas para formalizar los cálculos. N. Wiener
precisa: “Una vez que hemos comprendido bien que la solución del problema de
predicción óptima sólo podía ser obtenida gracias al recurso de las estadísticas de las
series temporales para predecir, no era difícil transformar lo que había parecido constituir
una dificultad en la teoría de la predicción en lo que era realmente un instrumento eficaz
para resolver el problema de la predicción” (p. 14).
El principio sobre el cual reposa esta empresa es que existe una analogía entre el
funcionamiento del sistema nervioso y el de las máquinas construidas como redes
electrónicas. Dos conceptos presiden esta analogía.
Por otro lado, las neuronas son puestas en red de manera que se constituye un conjunto
que tiene la misma estructura que una calculadora, como lo explica uno de los fundadores,
McCulloch, afirmando que “el cerebro puede asemejarse a una calculadora numérica
que consiste en diez millones de dispositivos llamados neuronas”. (p. 192).
El desarrollo interdisciplinario
1. El primer dominio, que juega un papel esencial, está sin duda constituido por las
neurociencias que estudian el funcionamiento del cerebro. Los medios técnicos
permiten observar el estado neurológico del cerebro con una precisión cada vez
mayor para proponer luego un análisis de los intercambios que tienen lugar en
el cerebro. Las ciencias cognitivas se identifican particularmente con la correlación
entre cualquier estado del cerebro o cualquier actividad física o mental.
2. El segundo dominio es la informática que construye máquinas cada vez más eficaces;
612
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
3. El tercer dominio está constituido por las ciencias del lenguaje. Estas consideran el
lenguaje como sistema lingüístico. Ellas ven allí un sistema en el sentido científico del
término, es decir, un conjunto regido por reglas que pueden ser formalizadas [4].
5. Otro dominio es el estudio del comportamiento que estudia las modas de la acción
y de la adaptación. Este dominio no rechaza la comparación ente el hombre y el
animal.
Desde nuestra perspectiva, los dos dominios fundamentales son la inteligencia artificial
(informática y sistemas expertos) y las neurociencias. Todos se encuentran y están en
el comienzo de una nueva manera de ver la realidad, pero no se confunden y creemos
necesario hablar de ciencias cognitivas en plural.
No basta con considerar los resultados, sino más bien analizar el término que las reúne.
El sustantivo “cognición” –así como el adjetivo “cognitivo”- aparece en este contexto
[5], ¿qué significa?
613
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
El funcionalismo
Las ciencias cognitivas fueron creadas y desarrolladas por matemáticos y lógicos para
quienes la noción de función juega un papel esencial. Su filosofía puede ser caracterizada
por el término de funcionalismo.
614
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
Esta filosofía es sin duda alguna presentada bajo diversas formas en las obras de los
promotores de las ciencias cognitivas, quienes defienden la postura de que la realidad
está exactamente representada por la formalización matemática de las interacciones.
La noción de simulación empleada en la definición dada más arriba lo muestra. Las
actividades específicamente humanas son “simuladas”. La palabra es ambigua al
extremo. ¿Entonces son reemplazadas? O bien ¿son imitadas? O simplemente ¿es del
orden de la simple metáfora?
Una primera crítica del funcionalismo reposa en este punto. En efecto, si el argumento
es de pleno alcance en un sentido, no puede serlo en el otro; sólo ofrece una condición
sine qua non. No es porque sea indispensable que el cerebro esté en buenas condiciones
que un ser humano pueda querer y pensar, que el pensamiento y la voluntad se reduzcan
al feliz ejercicio de sus funciones corporales.
Otra crítica de la concepción funcionalista fue desarrollada por uno de sus promotores,
Hilary Putnam, quien ha reconocido que ni el computador, ni el cerebro pueden acceder
al sentido. Esta crítica hace eco a la de la fenomenología, que reconoce que no se
puede hacer del cerebro el instrumento del pensamiento, que corresponde unir con la
noción de cuerpo [9].
El emergentismo
La teoría emergentista tiene el mérito de dar cuenta de la continuidad entre todos los
estados, y luego respetar los principios fundamentales de la ciencia: no acudir a factores
extranjeros. La noción de emergencia reconoce que el estado final no es reductible al
estado inicial, y que deja lugar pues a la novedad.
Pero esta filosofía choca con la dificultad de la definición de la noción de umbral. Ella
no permite explicitar la especificidad de lo nuevo. Ella posee también una dimensión
reduccionista, ya que reduce lo físico a lo neuronal [10]. Por otro lado es significativo ver
615
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
que los promotores de esta filosofía tienen tendencia a volver a una filosofía dualista,
cuando en otro momento pretendían salir de ella [11].
La conciencia
Una tercera filosofía inmanente a los trabajos de las ciencias cognitivas podría ser
relacionada con el uso de la noción de conciencia, cuya mención frecuente en los
autores manifiesta la ambición antropológica de sus trabajos [12]. Para ellos, se trata de
establecer una “ciencia de la mente [13]”.
La mente estaba por fuera de la ciencia, ya que los fundadores de la ciencia clásica
como Descartes o Leibniz habían tenido cuidado de ubicarla fuera de la investigación
científica. Esta última se ocupaba de los fenómenos materiales, lo importante era excluir
lo que por naturaleza era inmaterial, la mente en el sentido que la palabra tomó en el
transcurso de una larga evolución, en el curso de la cual la noción original de aliento ya
no estaba presente.
Las ciencias cognitivas abolieron esta trascendencia, ya que las actividades humanas
proceden de la explicación científica por la observación de los funcionamientos neuronales
y por la puesta en marcha de las analogías con las “máquinas inteligentes”.
Pero la palabra mente está cargada de tantas dificultades que los autores prefieren
utilizar el término conciencia ya que permite trazar una continuidad entre todas las
formas de vida [14].
Es así que autores que no participan todos en la misma familia de la mente utilizan
el término de conciencia para unificar los resultados y romper explícitamente con el
dualismo afirmando que la materia y la mente son irreductibles uno al otro. En los dos
extremos del procedimiento, podemos ubicar el racionalismo de Jean-Pierre Changeux
y el monismo espiritualista de Francisco Varela.
616
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
Los autores citados más arriba tienen razón en decir que las ciencias cognitivas invitan
a renunciar a un cierto dualismo; pero ¿dicha constatación justifica en sí misma el
reduccionismo? También, en esta tercera parte, proponemos un camino que tenga en
cuenta el valor de las ciencias cognitivas y permite acceder a una filosofía respetuosa de
la trascendencia de la persona.
617
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
Las ciencias cognitivas proceden del método científico y sus filosofías implícitas
participan de una misma actitud, caracterizada por el hecho de que los autores pasan
sin discernimiento del reduccionismo exigido por el método científico a una filosofía
reduccionista. De la misma forma nuestra primera crítica consiste en mostrar que las
ciencias no son solamente una experimentación razonada ligada a una construcción
teórica, sino que ellas son el fruto de una interpretación.
La interpretación reposa en el hecho que la riqueza de lo real es tal que ninguna categoría
basta en sí misma, para dar cuenta de ello. Así, hay ilusión en pensar que una ciencia
de la mente daría al fin una respuesta a las preguntas que se le plantean a los filósofos
y a los psicólogos desde siempre.
El conocimiento de Sí
Después de esta crítica de orden epistemológico, un segundo paso puede ser dado en
el dominio de la filosofía. Un punto que permite criticar la pretensión de las ciencias
cognitivas, sin negar el valor de sus observaciones, y que las ciencias están dominadas
por una exigencia de objetividad, Esta exigencia es fundamental y fortalece las ciencias.
Ahora bien, el conocimiento de sí no es de este orden.
618
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
que en las ciencias de las máquinas o las ciencias de la vida. El estilo objetivista de
las nuevas ciencias sólo puede ser ilusión, ya que ellas sólo pueden comprender una
parte de la realidad.
Nos parece significativo que la noción de mente se mantenga por los promotores del
reduccionismo. En efecto, éste está marcado por la significación dualista heredada de
Descartes. Las filosofías implícitas hablan de la mente en este sentido, y así lo consideran
como un objeto de ciencia.
Las ciencias cognitivas tienen el mérito de mostrar la unidad del ser humano y los
inconvenientes del dualismo. Pero el imperialismo metodológico de la filosofía
experimental les impide tener en cuenta el hecho de que hay un más allá y un más
acá de lo que construyen como objeto de ciencia. Lo que escapa no se esconde en un
lugar inaccesible, ya que lo que se denomina alma es justamente el principio que le da
existencia a lo que se observa. Es pues oportuno volver a dicha noción.
Así las ciencias cognitivas son el motivo para encontrar la fuerza de una tradición que
ha sabido explicar la naturaleza de los vivos alejando las simplificaciones del monismo y
del dualismo. Ellas invitan a reanudar con una filosofía de la vida que sepa dar cuenta de
la riqueza de la realidad, reconociendo que lo que es tiene varios principios intrínsecos,
a saber los elementos de los cuales está constituida y el principio de su unidad –o en un
lenguaje tradicional, “de lo que está hecha” y “lo que es”.
El alma encontrada
En esta manera de encontrar el valor del concepto de alma, podemos citar el esfuerzo de
la filosofía anglosajona, cuyo punto de partida es un interés por lenguaje. Prolongando
de cierta forma los trabajos de Wittgenstein, un equipo de Cambridge analiza el
lenguaje, destacando que el sentido de un término sólo aparece en un conjunto que
constituye una comunidad lingüística [19]. Es la pertenencia a una comunidad lingüística
que brinda su verdadero alcance al lenguaje y que le permite acceder a la significación.
Se sale así de la ingenuidad que hace corresponder lo real con el lenguaje.
El equipo de Cambridge introduce la noción de acto mental, que rompe con la dominación
de la noción de representación. Ahora bien, hablar de acto mental invita a considerar
lo que ejerce el acto de conocer. Es en esta perspectiva que se le puede dar un sentido
619
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
renovado a la noción de alma, como principio por el cual lo vivo existe. El alma asegura,
en efecto, la unidad de todos los actos de lo vivo, incluso en sus aspectos contrarios,
como la estabilidad y el movimiento, la permanencia y el cambio, la fundación y el
desprendimiento, o aún la corporeidad y la intencionalidad de la mente.
Tal es el desafío planteado por las ciencias cognitivas. Ellas brindan la oportunidad de
romper con el dualismo espiritualista y mostrar la importancia de la noción de alma,
alcanzando así trabajos eruditos que han redescubierto la oportunidad de eso.
La sociedad actual está sin duda alguna en el marco de este mito. Pero, debemos
constatar entonces que éste puede tener un efecto dañino si nos lleva a ignorar que lo
que le da valor a un ser humano es su singularidad, su historia y la fuerza de su libertad.
El hombre no sabría ser objetivado. En efecto, su naturaleza es cultura, en una unidad
dinámica siempre cambiante, siempre tendiente a una realización completa.
620
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
Notas
[1] Para su desarrollo, véase Howard Gardner, La nueva ciencia de la mente. Historia de la
revolución cognitiva, versión española, Paidós, 1988 ; et Jean-Pierre Dupuy, Aux origines des
sciences cognitives, La Découverte, 1994.
[2] Aline Pelissier et Alain Tête, Sciences cognitives. Textes fondateurs (1943-1950), PUF, 1995.
[4] Ver, por ejemplo, Jean-Yves Pollock, Langage et cognition. Introduction au programme
minimaliste de la grammaire générative, PUF, 1997.
[5] Ver, a propósito de este tópico: Jean-Gabriel Ganascia, Les Sciences cognitives, Flammarion,
1996 ; Francisco Varela, Initiation aux sciences cognitives, Seuil, 1996.
[6] Daniel Andler, Introduction aux sciences cognitives, Gallimard, 1992, p. 9.
[7] Ver el Vocabulaire des sciences cognitives. Neurosciences, psychologie, intelligence artificielle,
linguistique et philosophie, « Psychologie et sciences de la pensée », PUF, 1998.
[8] Ver Daniel Pinkas, La Matérialité de l’esprit. La conscience, le langage et la machine dans les
théories contemporaines de l’esprit, La Découverte, 1995.
[9] Ver Hubert Dreyfus, Intelligence artificielle, mythes et limites, Flammarion, 1984.
[10] E incluso la mente en la materia, ya que es el indeterminismo cuántico que es leído como
el fundamento ontológico de la conciencia y de la libertad por Roger Penrose, Sombras de la
mente.
[11] Entre los científicos que le pueden relacionar con esta filosofía, autores tan diversos como John
Eccles, L’Evolution du cerveau et la conscience, trad. fr., Fayard, 1992, et Comment la conscience
contrôle le cerveau, trad. fr., Fayard, 1994; Robert Sperry, Science and Moral Priority, New York,
Columbia University Press, 1983.
[12] Por ejemplo, Gérald Edelman, Biologie de la conscience, Seuil, 1992 ; Daniel Dennett, La
Conscience expliquée, Odile Jacob, 1993.
[13] John Searle, El redescubrimiento de la mente, Barcelona, Crítica, 1996; Jean-Noël Missa,
L’Esprit-cerveau. La philosophie de l’esprit à la lumière des sciences cognitives, Vrin, 1993.
[14] Sobre este tema véase Gerald Edelman, Biologie de la conscience, trad. fr., Seuil, 1992 ; Daniel
Dennett, La Conscience expliquée, trad. fr., Odile Jacob, 1993.
621
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
[15] Jean-Pierre Changeux y Paul Ricœur, La Nature et la règle. Ce qui nous fait penser, Odile
Jacob, 1998, al igual que L’Homme neuronal, Fayard, 1983.
[16] Jean-Pierre Changeux y Alain Connes, Matière à penser, Odile Jacob, 1989.
[17] Francisco Varela, L’Inscription corporelle de l’esprit, Seuil, 1993; Invitation aux sciences
cognitives, Seuil, 1996 ; Dormir, rêver, mourir, explorer la conscience avec le Dalaï-Lama, Nil-
éditions, 1998.
[18] Entre las numerosas publicaciones, ver André Green, La Causalité psychique. Entre nature et
culture, Odile Jacob, 1995, quien habla del « monolingüismo de la ciencia cognitiva » (p. 104).
[19] Una presentación de estos trabajos de Cambridge fue dada por Roger Pouivet, Après
Wittgenstein, saint Thomas, PUF, coll. Philosophies, 1997.
622
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
P ierre Jacob es director del Instituto Jean Nicod288 que agrupa a investigadores de las
ciencias humanas y cognitivas. Es filósofo e investigador en el CNRS289
Profesor Jacob, ¿Qué puede aportar el estudio científico del cerebro a la re-
flexión de un filósofo que se interesa en el estudio de la mente y el pensa-
miento?
No. De un lado, la división ontológica entre la mente y la materia toma una parte de su
plausibilidad en el hecho de que las palabras “mente” y “pensamiento” no designan
287. Entrevista realizada por Natalie Levisalles al filósofo Pierre Jacob, publicada en el diario francés Libération del sábado
23 de junio de 2002, página 40, sección Technologie.
288. www.institunicod.org (UMR8129). Es un laboratorio interdisciplinario punto de encuentro de las ciencias humanas,
sociales y cognitivas. En la actualidad el instituto está bajo la tutela de la Escuela Norma Superior y de la Escuela de Altos
Estudios en Ciencias Sociales (EHESS). Las disciplinas más representativas son la lingüística, la antropología cognitiva, la
filosofía de la mente y la ciencia política.
289. Centre National de la Recherche Scientifique (Centro Nacional de la Investigación Científica)
623
segunda parte / Antología de lingüística cognitiva
ninguna actividad mental específica. Mientras estas palabras sean utilizadas para
designar un poder global y misterioso que sólo los seres humanos y Dios pueden tener,
la separación ontológica entre pensamiento y materia parecerá inevitable. De otro lado,
las ciencias cognitivas de los últimos veinte años sugieren que el cerebro tiene una
arquitectura “modular”: es como una navaja suiza. Las capacidades cognitivas humanas
están especializadas para efectuar las tareas a las cuales ha estado confrontado el Homo
Sapiens en el curso de la evolución. En primer lugar, hay que distinguir la percepción,
la atención, la memoria, el razonamiento, la comunicación. Luego, las capacidades
humanas propiamente conceptuales no forman un conjunto indiferenciado. Es lo que
revela el estudio del desarrollo cognitivo y la psicopatología. Mucho antes de estar
escolarizado, espontáneamente un niño no razona de la misma manera sobre los planetas
o las bolas de billar, sobre plantas y animales y sobre interacciones humanas. Algunos
pacientes víctimas de lesiones cerebrales son capaces de reconocer y de categorizar los
seres vivos pero no los objetos. Algunos daños mentales (entre los que se encuentra el
autismo) afectan las capacidades de razonar sobre las acciones humanas, pero no sobre
el comportamiento de las plantas, de los planetas o de las poleas.
Las neurociencias están en pleno desarrollo y ellas aportan todos los días
descubrimientos sorprendentes sobre el funcionamiento del cerebro. Sin embargo,
podemos establecer los límites. Sin el cerebro humano la ciencia no existiría. Pero
el cerebro humano que es hoy en día el objeto físico más complejo conocido en
el universo ¿puede comprenderse? Se admite generalmente que las capacidades
cognitivas de los animales no humanos son limitadas en el sentido en que no pueden
resolver cualquier problema. El cerebro de una rata por ejemplo, está adaptado
especialmente para orientarse en un laberinto. Pero ninguna rata ha demostrado
un teorema aritmético ni ha compuesto una sinfonía. ¿La intimidad del cerebro
humano consigo mismo lo predispone a comprenderse? O por el contrario, ¿esta
intimidad es un obstáculo para una comprensión científica objetiva y desprendida del
funcionamiento del cerebro?
624
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
Las imágenes de las actividades cerebrales recogidas mientras el sujeto humano sano
efectúa una tarea cognitiva son una fuente de información importante de las zonas del
cerebro implicadas en la tarea. Además, estos mapas coloreados en las áreas del cerebro
son magníficos. Pero la pregunta interesante es la siguiente: ver una imagen de un área
cerebral obtenida mientras un individuo percibe una forma geométrica, piensa en un
número o lee una palabra española, ¿es ver pensar al sujeto? Una imagen obtenida
por IRM290 funcional o TEP291 representa las modificaciones del tránsito sanguíneo
provocadas por las actividades sinápticas del cerebro del sujeto durante una tarea.
Supongamos que el sujeto reconoce una representación visual de la palabra “gato”.
Usted no descubrirá que él percibía la palabra “gato” percibiendo usted mismo el mapa
coloreado de las áreas de su cerebro producido durante el reconocimiento de la palabra
lo mismo que usted no sabría lo que significa la palabra española “gato” al final de
una análisis químico de la tinta en la cual fue impresa sobre una hoja blanca. Ver una
imagen, es probablemente ver pensar, Pero no es ver lo que pensó.
625
Antología de lingüística cognitiva / segunda parte
627
Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
P alabras –y detrás de ellas los conceptos- tales como educación, maestro, estudiante,
pedagogía, didáctica, currículo, sala de clase y otras tantas, hacen parte de los
estudios pedagógicos y de las propuestas para describir un proceso que podríamos
definir inicialmente como adquisición y producción de conocimientos. Cualquiera que
sea la disciplina a la cual ellas se refieren, la pedagogía y la didáctica se concentran
en una realidad cuya multiplicidad de caminos ofrece recorridos variados teniendo en
cuenta tanto el objeto de estudio que se escoge así como el modelo utilizado para
focalizarlo, tratarlo y comprenderlo. Si bien es cierto que dicha realidad se puede atisbar
formulando dos preguntas clásicas: (i) ¿Qué es lo que sabe el estudiante?, y (ii) ¿Qué
es lo que debe saber?, los modelos, en especial los curriculares, han hecho énfasis en
el segundo interrogante dejando de lado el primero por cuestiones de conveniencia
metodológica así como epistemológica. Los investigadores en psicología, en particular
los de psicología cognitiva, han desarrollado modelos innovadores para responder lo
planteado en (i). Los diferentes aportes, si bien son valiosos y generan polémicas sanas,
no lograr converger en lo central: el cómo, que de alguna manera precede al qué. Y es
aquí donde se entra al terreno de la ciencia cognitiva que ha buscado dar respuesta a
los interrogantes sobre el cerebro humano, en particular a la pregunta ¿Cómo aprende
el individuo? y por contera, ¿cómo aprende el estudiante?
Dichas preguntas no pueden ser ajenas a los docentes. En su labor cotidiana, ellos son
los responsables de una transmisión del saber a través de diferentes códigos cifrados
y representados en el cerebro de todos los miembros de una comunidad. La cultura
es una representación mental, y por lo tanto es una realidad cerebral. El estudiante
hace parte de una realidad cultural (con sus violencias simbólicas incluidas) y esa
representación es la que refleja en un espacio institucional como lo es la sala de
clase. Responder a la pregunta de cómo aprende un estudiante es considerar un gran
número de variables, entre ellas las neurofisiológicas que son definitivas a la hora de
elaborar un plan de estudios, una ficha pedagógica, un plan de clase, etc. Es por eso
que desde la psicología cognitiva se ha venido proponiendo modelos alternativos
de enseñanza a partir de las reflexiones en torno a los estilos y ritmos cognitivos de
los individuos; en otras palabras no se puede homogeneizar el proceso educativo
sabiendo la heterogeneidad de sus participantes. La ciencia cognitiva hace explícitos
629
tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
los detalles del individuo para identificar su dinámica personal de aprendizaje. Pero
hay que hacer una matización, cuando hablamos de ciencia cognitiva, hablamos
inicialmente de la neurociencia quien como disciplina que hace parte del paradigma
global (ciencia cognitiva) al lado de la lingüística, la filosofía de la mente, la psicología
cognitiva y la inteligencia artificial. Así pues, los descubrimientos y avances en el
mundo de la neurociencia nos ayudarán a comprender la particularidad de los
estudiantes en su proceso personal de aprendizaje, así como a los maestros que
aprenden y enseñan igualmente de manera personal. En nuestro contexto actual,
el desconocimiento natural de los profesores del funcionamiento cerebral ha hecho
que varios modelos pedagógicos propuestos desde la psicología cognitiva no hayan
tenido el suficiente eco y desarrollo. La necesidad no ha sido lo suficientemente
evidenciada, es decir, no se ha creado. En el 2008 apareció un libro muy interesante
que buscaba crear esa necesidad. Fue escrito por dos neurocientíficas292 interesadas
en hacer un aporte al campo educativo. Su visión, es por cierto optimista:
El conocimiento de cómo aprende el cerebro podría tener, y tendrá, un gran impacto en la educación.
Comprender los mecanismos cerebrales que subyacen al aprendizaje y la memoria, así como los efectos
de la genética, el entorno, la emoción y la edad en el aprendizaje, podrían transformar las estrategias
educativas y permitirnos idear programas que optimizaran el aprendizaje de personas de todas las edades y
con las más diversas necesidades. Sólo comprendiendo cómo el cerebro adquiere y conserva información y
destrezas seremos capaces de alcanzar los límites de su capacidad para aprender. (Página 19).
Hoy en día, gracias a las neurociencias, y en particular gracias a sus métodos no invasivos
como la Imagineria Cerebral Funcional (ICF)293, se ha podido recoger abundante
información sobre el cerebro en actividad natural observando paralelamente qué
sucede cuando hay disfunciones tales como la dislexia y la discalculia. Pero hay también
otro tipo de comportamientos que no obedecen claramente a patologías como lo
son la distracción, el aburrimiento, la apatía, la violencia, la hiperactividad, la timidez,
etc., que hacen parte de la vida de muchos de nuestros estudiantes y de nosotros
mismos como maestros. Entre más se conozca el cerebro, mejor será el trabajo que se
emprenda al intentar enseñar y aprender. Lastimosamente, las condiciones no han sido
lo suficientemente favorables para llevar a cabo un proceso integral de dicha magnitud;
entre otras, como lo definen nuestras autoras:
En discusiones con profesores e investigadores de la educación, quedó claro, con gran sorpresa nuestra,
que casi no hay literatura sobre las conexiones entre las ciencias del cerebro y la educación. (Página 21).
292. Sarah-Jayne Blakemore y Uta Frith. 2008. Cómo aprende el cerebro. Las claves para la educación. Barcelona, Ariel.
293. Somos conocedores del EECG (electroencefalograma), el TAC y la Resonancia Magnética Nuclear.
630
Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
Y el valor de los textos que presentamos a nuestros potenciales lectores consiste, aparte
de inscribirse en la problemática que acabamos de mencionar, en focalizar la atención
exclusivamente en el estudiante sino también en el maestro. ¿Qué tipos de procesos
cognitivos lleva a cabo para orientar sus clases? ¿Cuál es su representación del mundo,
de su cultura y de la propia educación? A estos interrogantes pretenden responder los
autores. Es en el ejercicio del conocimiento que comprendemos dicho conocimiento.
631
Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
Pedagogía y Neurociencia
Enrique BURUNAT
eburunat@ull.es
Cristina ARNAY
cristinarnay@gmail.com
Universidad de la Laguna
La Pedagogía y la Mente
Los límites de las diversas disciplinas científicas (lo que la gente considera habitualmente
como las Ciencias) vienen determinados sólo por el paso del tiempo, por el progreso. Al
igual que ocurre con los límites del universo (que aumentan según aumenta la lejanía
captada por los instrumentos), los límites de numerosas ciencias van expandiéndose
con el desarrollo de las tecnologías. El progreso de la educación, el progreso de la
pedagogía, en cambio, no viene marcado por la aplicación de nuevas tecnologías,
de nuevos instrumentos de registro, y la razón es sencilla: no hay tecnologías para el
633
tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
Sin embargo, tal como se expone más abajo y en la Figura 1, muy recientemente
se ha relacionado por primera vez el funcionamiento cerebral con las etapas del
desarrollo cognitivo descritas por Piaget. Además, esta única investigación constituye
la primera demostración de que un parámetro determinado, en el que se traduce el
294. Nota del Editor (NdE). El texto fue escrito en 1987 y no se ha aprovechado aún todo su potencial. De ahí su inclusión.
634
Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
funcionamiento cerebral, presenta un salto significativo entre los dos y cuatro años
(Thatcher, R.W. et al. 1987), período fatalmente desaprovechado.
Las investigaciones pedagógicas no estudian el cerebro del ser humano, aun cuando
se refieran al alumno como sujeto de la educación –y no exclusivamente a aspectos
históricos o económicos de ésta, por ejemplo-, no estudian su cerebro sino su mente.
La educación no se dirige al sistema nervioso del alumno, sino a su mente, de la misma
manera que no hace mucho se enfocaba, en parte, a su alma. Los teóricos de la educación
no teorizan sobre el cerebro y sobre los procesos cerebrales del alumno, sino sobre
su mente y sobre los fenómenos mentales. Investigar y teorizar sobre los fenómenos
mentales, por supuesto, posibilita descubrir leyes útiles, contrastables y aplicables a la
educación de la mente, a la educación actual.
Educación mentalista, a pesar de que el propio Piaget, por ejemplo, hace a lo largo de
toda su obra numerosas reflexiones sobre el sustrato cerebral.
Valga, a título de ejemplo, el siguiente párrafo tomado de una de sus obras más
conocidas (1976):
“…Las estructuras lógicas sólo se constituyen paulatinamente en el curso del desarrollo del niño, en
conexión con el lenguaje y, primordialmente, con los intercambios sociales: el sistema nervioso y su tardía
maduración (mielogénesis y, principalmente, citoendogénesis) se limitan así a abrir un cierto campo de
posibilidades en cuyo interior se actualizarán un cierto número de conductas (y sin duda muy pocas en
relación con el número de posibilidades que aún están abiertas); pero esta actualización supone ciertas
condiciones de experiencia física (manipulación de los objetos, etc., lo que es esencial igualmente para
la lógica), y ciertas condiciones sociales (…), y son estas diversas condiciones las que determinan el
perfeccionamiento de lo que la maduración (cerebral) hace simplemente posible”.
La Neurociencia y el Cerebro
635
tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
Si bien no existe duda alguna de que la Pedagogía sólo tiene razón de ser, en definitiva,
gracias a las peculiaridades del sistema nervioso humano, el estudio de éste desde una
perspectiva pedagógica es prácticamente inexistente. La que es probable que pueda
considerarse como la primera demostración práctica de lo que puede significar para la
Pedagogía una aproximación a sus incógnitas desde la Neurociencia ha sido publicada en
Science recientemente (Thatcher, R.W. et al. 1987295). Hasta la aparición de este trabajo,
las teorías “discontinuas” o “por etapas” del desarrollo cognitivo humano carecían de
validación neurofisiológica. Pues bien, mediante la aplicación de una técnica sencilla, el
electroencefalograma y tras la aplicación de determinados procesamientos a las señales
obtenidas por medio millar de niños de diversas edades, los autores encontraron saltos,
discontinuidades en el desarrollo cerebral, que se corresponden en el tiempo con las
grandes etapas del desarrollo cognitivo descritas por Piaget (Figura 1).
De alguna forma, este trabajo puede tomarse como referencia del comienzo de una
época –aunque no todos los países se rijan por el mismo calendario- en la que el
funcionamiento del cerebro se relacione con la educación. Este fenómeno puede tener
295. (NdE) El resumen de este artículo aclara lo siguiente : ‘‘The development of the cerebral hemispheres was assessed
by using measures of electroencephalographic coherence and phase in 577 children ranging in age from 2 months to early
adulthood. Two categories of age-dependent change in electroencephalographic coherence and phase were noted: conti-
nuous growth processes that were described best by an exponential growth function, and discrete growth spurts that appeared
in specific anatomical locations at specific postnatal periods. The left and right hemispheres developed at different rates and
with different postnatal onset times with the timing of growth spurts overlapping the timing of the major developmental stages
described by Piaget’’ .
636
Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
% VALOR
ADULTO
110
100
90
80
70
60
50
0 2 4 6 8 10 12 14 A
EDAD (AÑOS)
Figura 1
637
tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
En el hemisferio izquierdo (barras oscuras) hay un salto significativo en el desarrollo entre los 2
y los 4 años*. La fase alfa en este hemisferio alcanza aproximadamente un 90% del valor en
los adultos hacia los 6 años. Por el contrario, el hemisferio derecho (barras vacías) no alcanza
dicho 90% hasta aproximadamente los 10 años de edad. También es significativa la diferencia
entre ambos hemisferios a los 4 y 5 años de edad. En el hemisferio izquierdo se localizan
las áreas de la corteza cerebral especialmente implicadas en el lenguaje. Constituye ésta la
primera evidencia de que las etapas del desarrollo cognitivo poseen un fundamento en
el propio funcionamiento cerebral. Igualmente, constituye ésta la primera prueba de
que en los años preescolares se produce el máximo incremento en el funcionamiento
cerebral.
638
Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Burunat, E,; Castro R.; Diaz Palarea, M.D. & Rodriguez, M., “Conditioning the early behavioural
response to apomorphine in the rotational model of Parkinson's disease”. European Journal of
Pharmacology, 145, 323-327. 1988
Burunat, E.; Castellano, M.A; Garaval, M.V. & Rodriguez, M. “El efecto placebo: entre la mente y
el cerebro”. Medicina clínica (en prensa).
Palacios Gil, J. “El aprendizaje temprano”, Cuadernos de Pedagogia, 154, 64-66. 1987.
Thatcher. R.W.; Walters, R. A. & Giudice, S. “Human cerebral hemispheres develop at different
rates and ages”. Science. 236. 1110-1113. 1987
639
Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
Comprender el cerebro:
Nacimiento de una ciencia del aprendizaje
Nuevas luces sobre el aprendizaje aportadas por las
ciencias cognitivas y la investigación sobre el cerebro
Resumen
La primera parte, “el cerebro que aprende”, constituye el informe propiamente dicho. Nació
de siete años de análisis y de trabajos del proyecto “Ciencias del aprendizaje e investigación
sobre el cerebro” del CERI de la OCDE. La segunda parte, “Artículos en cooperación”,
contiene tres reflexiones que se ocupan del cerebro que aprende durante la primera infancia,
la adolescencia, y la edad adulta respectivamente. Cada uno es la obra de tres expertos,
quienes pusieron en común experiencia y conocimientos para reunir las perspectivas de la
neurociencia y de la educación. El anexo A es tomado del sitio Internet interactivo, abierto a
la sociedad civil y comprende un foro destinado a los profesores. El anexo B presenta al lector
los últimos avances en materia de tecnologías de imágenes cerebrales, que están en el centro
de los descubrimientos estudiados en este informe.
296. Organisation de Coopération et de Développement Économiques (OCDE). Center for Educational Research and Inno-
vation (CERI).
641
tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
Los neurocientíficos han mostrado claramente que el cerebro dispone de una gran
capacidad de adaptación a las demandas del medio: la plasticidad. Hay conexiones
neuronales que son creadas o reforzadas, otras son debilitadas o eliminadas según
las necesidades. La importancia de la modificación depende del tipo de aprendizaje
efectuado: el aprendizaje a largo plazo conlleva modificaciones más profundas.
Depende también del momento en el que el aprendizaje tiene lugar: en los bebés,
la creación de nuevas sinapsis se hace a un ritmo extraordinario. Pero uno de los
mensajes más fundamentales es este: la plasticidad es una característica fundamental
del cerebro a lo largo de la vida.
En los adultos de más edad, la soltura o la experiencia en una tarea dada puede
reducir el nivel de actividad cerebral: podemos considerar esto como una prueba de
tratamiento más eficaz. Pero el cerebro declina cuando se le utiliza menos, así como
cuando se envejece. Diversos estudios han mostrado que aprender puede limitar
el declive cerebral: entre más las personas de edad madura tengan la ocasión de
aprender (a través de cursos para adultos, de su oficio o de actividades sociales) más
oportunidades tienen de retardar la aparición de enfermedades neurodegenerativas,
o de limitar su desarrollo.
642
Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
643
tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
Una gran parte de los circuitos cerebrales que permite la lectura es común en todas las
lenguas, pero existen diferencias cuando las especificidades de cada lengua requieren
de funciones particulares (por ejemplo en caso de diferencias en los tipos de codificación
o las estrategias de reconocimiento de las palabras). Para limitarse provisoriamente a
las lenguas alfabéticas, este informe se interesa sobretodo en los diferentes niveles
de “transparencia” de las ortografías: una lengua “no transparente” como el inglés
o el francés (es decir una lengua en la cual la correspondencia entre los sonidos y las
letras es muy variable) se opone a una lengua “transparente” (con la ortografía más
“coherente”, por ejemplo el finés o el turco297).Estructuras cerebrales específicas son
activadas para manejar los aspectos de la lectura propios de cada lengua.
Numeralidad y cerebro
297. Para un caso más próximo, una lengua “transparente” es el español, cuya correspondencia sonido letra es muy próxi-
ma (NdT).
644
Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
no bastan para manejar las matemáticas; ellas trabajan en coordinación con otros
circuitos neurales, no previstos por la numeralidad pero adaptados al tratamiento de
ésta por la experiencia. Vemos cómo la educación es importante (en la escuela, en
la casa, o en el juego), y por lo tanto cuánto la neurociencia puede ayudar en esta
misión educativa.
La neurociencia de las matemáticas hasta ahora está en sus balbuceos, pero el dominio
ha progresado bastante en estos últimos diez años. Sabemos hoy en día que efectuar
operaciones simples requiere de la colaboración de numerosas estructuras situadas
en diferentes regiones del cerebro. La simple representación de un número indica un
circuito complejo que apela a la representación de magnitud, a la representación visual
y a la representación verbal. El cálculo requiere también de una red compleja, que
varía según la operación efectuada: la sustracción depende del circuito parietal inferior,
mientras que la adición y la multiplicación activan otras redes neuronales. Actualmente
la neurociencia sabe pocas cosas sobre las matemáticas avanzadas, pero parece que
los circuitos activados por operaciones complejas sean al menos parcialmente distintos.
Comprender las vías de desarrollo que permiten el acceso a las matemáticas desde un
punto de vista cerebral puede facilitar la puesta a punto de los métodos didácticos.
Métodos diferentes pueden desembocar en la creación de vías neuronales más o menos
eficaces: el aprendizaje por repetición crea circuitos neuronales menos eficaces que el
aprendizaje por estrategia. La neurociencia muestra la superioridad de algunos métodos
que permiten aprender de manera detallada, precisa y reflexiva, sobre aquellos que
buscan identificar resultados exactos o inexactos. Esto va en el sentido de las ideas que
subyacen a la evolución formativa.
Durante estos últimos años, ha aumentado el número de ideas falsas sobre el cerebro.
La educación está afectada por estos “neuromitos”, que toman la forma de teorías
sobre la manera cómo se aprende. En su base, encontramos con frecuencia un hecho
científicamente exacto, lo que los hace más difícil de identificar –y por ende de refutar.
Son incompletos, exagerados, incluso totalmente falsos: hay pues que descalificarlos,
temiendo que el sistema escolar no se equivoque.
645
tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
Para cada “mito” o grupo de mitos, estudiamos la manera como apareció en la conciencia
popular, y explicamos en qué es científicamente inexacto. Los mitos se distribuyen así:
“No hay tiempo que perder, ya que para el cerebro todo se decide antes de los
tres años”.
“Existen periodos en los cuales algunas actividades de enseñanza/aprendizaje
son indispensables”.
“Pero leí en alguna parte que sólo utilizamos el 10% de nuestro cerebro”.
“Soy ‘cerebro izquierdo’, ella es ‘cerebro derecho’”.
“Hay que reconocer que el cerebro del hombre es diferente al de la mujer”.
“El cerebro de un niño sólo puede aprender correctamente una lengua a la vez”.
“¡Mejore su memoria!”.
“¡Aprenda durmiendo!”.
Esta nueva disciplina es rica en promesas; no hay que ignorar sin embargo las preguntas
éticas que promueve.
¿Con qué objetivo y para qué? Es conveniente reflexionar en los usos y abusos de
las técnicas de imagineria cerebral. ¿Cómo asegurar que los datos médicos serán
confidenciales y no se comunicarán a empresas o a instituciones escolares? Entre más
la tecnología permita identificar características con anterioridad secretas y que no se
puedan descubrir, más habrá que vigilar sus usos en el dominio educativo.
Utilización de productos que actúan sobre el cerebro: El límite entre el uso médico y el
no médico no es siempre claro. La pregunta se plantea sobretodo cuando individuos
sanos absorben sustancias que actúan en el estado y el funcionamiento de su cerebro.
¿Deben los padres tener el derecho de administrar a sus hijos productos para mejorar
sus desempeños escolares, con los riesgos asociados –de la misma manera que los
deportistas pueden doparse?
Cerebros y máquinas: Se llega cada vez mejor a combinar órganos vivientes y tecnología,
lo que encierra un enorme potencial para los discapacitados –susceptibles por ejemplo, de
controlar máquinas a distancia. Pero estas mismas tecnologías podrían permitir controlar
el comportamiento de las personas, lo que es por supuesto fuente de inquietudes.
646
Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
La neurociencia educativa está tan solo en sus comienzos. Para que ella se desarrolle en las
mejores condiciones posibles, debe ser transdisciplinaria (útil a la vez a las comunidades
científica y educativa) e internacional. Es indispensable establecer una metodología y
un vocabulario comunes. Se trata de establecer una relación recíproca entre práctica
educativa e investigación sobre el aprendizaje, similar a la relación entre medicina y
biología, creando y manteniendo un intercambio de informaciones bidireccional y
continuo, necesario para una práctica educativa que descansa en lo que se sabe del
funcionamiento cerebral.
647
tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
del cerebro no quiere decir que no se interese más que en los aspectos cognitivos
y comportamentales. Por el contrario, resulta importante saber hasta qué punto es
importante adoptar un enfoque global, que tenga en cuenta lazos estrechos entre
el bienestar físico e intelectual, aspectos emocionales y cognitivos, mente analítica y
capacidades creadoras.
Comprender la adolescencia –el poder está allí, pero no el control: es muy importante
comprender la adolescencia, ya que es una edad clave en materia educativa, y lo que
sucede en ese momento en un individuo tiene generalmente consecuencias para toda
su vida ulterior. Los adolescentes tienen capacidades cognitivas muy desarrolladas
(“el poder está allí”) pero no han alcanzado aún la madurez emocional (“pero no el
control”). No se debe concluir de esto que haya que alcanzar la edad adulta para tomar
decisiones importantes sobre el futuro. Por el contrario, resultaría más que deseable
que las escogencias efectuadas en este periodo de la vida no sean definitivas y puedan
ser moduladas más tarde.
Estos temas claves son una prioridad para la investigación en neurociencia; no se trata
de un programa exhaustivo, sino de conclusiones obtenidas del presente informe. Este
programa de investigación –que tiene como objetivo comprender mejor los momentos
óptimos para cada tipo de aprendizaje, el desarrollo y la regulación de las emociones, la
influencia de los medios y del entorno, y el tratamiento del lenguaje y de las matemáticas-
648
Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
Es sobre esta aspiración que este informe se termina, y es ella la que le da su título.
Esperamos que sea posible utilizar de la mejor forma estos nuevos conocimientos para
crear un sistema educativo adaptado al individuo y a la sociedad, es decir a la vez
personalizada y universal.
Después de siete años de trabajo sobre una actividad tan innovadora como las ciencias
del aprendizaje, sería tentador exagerar los resultados obtenidos, y muy fácil reclamar
investigaciones más profundas antes de formular conclusiones. Es verdad sin embargo,
que se requieren amplios estudios y se sugieren más adelante pistas importantes. De
la misma manera es verdad que este acápite de conclusiones busca evitar formular
recomendaciones perentorias. Este dominio de investigación es aún bastante reciente
y los lazos existentes entre la neurociencia y la enseñanza son complejos e inciertos
para que pueda justificarse. Es raro que los resultados neurocientíficos, por más ricos
y prometedores que sean, permitan probar el fundamento de las prácticas y de las
políticas particulares. En efecto, una de las lecciones de nuestro trabajo –lección ya
clara en el informe del 2002 (Comprender el cerebro: hacia una nueva ciencia del
aprendizaje) es que hay que desconfiar de los enfoques simplistas o reduccionistas que,
para complacer a los medios masivos o parecer ser rentables, traicionan sin embargo las
conclusiones científicas.
Este capítulo retoma los grandes temas y las conclusiones de la reflexión precedente.
Podemos proponer ideas y cuestiones para resolver, que permitirían lanzar o renovar los
debates sobre la evolución de nuestros sistemas educativos. Si asistimos al nacimiento
de una ciencia del aprendizaje, ideas y argumentos nuevos aparecerán rápidamente
y podrán cambiar varias cosas. Sin embargo, no es indispensable esperar. Una de las
misiones del CERI ha sido siempre la de ayudar a países de la OCDE a reflexionar en
el futuro. Si las conclusiones formuladas aquí son bastante generales, es precisamente
para crear el impulso necesario para la exploración del inmenso territorio descrito en los
capítulos (acápites) precedentes.
Las más importantes revoluciones científicas suponen y es su único punto en común, destronar la
arrogancia humana, de hacerla descender, pedestal tras pedestal, de sus convicciones anteriores en
cuanto al lugar central que ocupamos en el cosmos.
Stephen Jay Gould
649
tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
Esta obra trata de una vasta gama de temas –del aprendizaje de los bebés al de las personas
mayores, de los conocimientos de un tema preciso al estudio de las emociones y de la
motivación, de la remediación a la comprensión global de los procesos de aprendizaje-, lo
que muestra la riqueza y la variedad de lo que la neurociencia puede aportar a las políticas
y a las prácticas educativas. Esta contribución adopta diferentes formas.
650
Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
Las investigaciones sobre el cerebro aportan las pruebas neurocientíficas que permiten sostener
la noción de aprendizaje a lo largo de la vida, y confirman que siempre es benéfico aprender,
sobretodo para las poblaciones que envejecen.
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tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
Dada la importancia que se le da a los actos cognitivos –al interior de cada país, y a nivel
internacional-, el riesgo de adoptar una concepción reductora del papel de la escuela es
grande. Tomar conciencia de la importancia del cerebro no quiere decir que uno se interese
sólo en los aspectos cognitivos y en los comportamientos. Por el contrario, esto nos hace
comprender hasta qué punto es importante adoptar un enfoque global, que tenga en
cuenta los lazos estrechos entre el bienestar físico e intelectual, aspectos emocionales y
cognitivos, espíritu analítico y capacidades creadoras.
Cada vez se conoce más de los efectos de la nutrición, de la actividad física y del
sueño sobre el cerebro y de su influencia en el aprendizaje. En los ancianos, la actividad
cognitiva (jugar ajedrez o resolver crucigramas por ejemplo), la actividad física y el
mantenimiento de las relaciones sociales favorecen el aprendizaje y pueden retardar el
degeneramiento cerebral.
Este informe muestra no sólo la importancia de las emociones para el funcionamiento del
cerebro sino también la influencia que cada emoción ejerce sobre todas las demás. Para
la educación, importa sobretodo estudiar el estrés y el miedo (pues ha sido demostrado
que éstos reducen las capacidades analíticas), y de hacer comprender que las emociones
positivas le permiten al cerebro funcionar mejor.
Esto también es válido tanto para los aprendices adultos, que tienen dificultad para
“volver a clases”, como para los jóvenes que llegan a la educación básica secundaria o a
la universidad y les cuesta adaptarse. Estos temas afectan las cuestiones de justicia social
y de equidad, ya que el temor al fracaso, la falta de confianza en sí mismo y problemas
como la “ansiedad matemática” tienen mayor facilidad de afectar a los estudiantes de
medios menos favorecidos.
Este informe muestra lo que es el adolescente desde el punto de vista del desarrollo
cerebral, y sobretodo de la madurez emocional.
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Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
No se debe concluir por supuesto que hay que esperar la edad adulta para tomar
decisiones. Por el contrario, sería importante que las escogencias efectuadas no sean
definitivas y puedan ser moduladas más adelante. Hay que determinar mejor las
diferentes ocasiones de aprendizaje ulterior (formales e informales) e identificar mejor
las trayectorias de maduración a la adolescencia.
Nos hemos ocupado sobretodo del ejemplo de los aprendizajes lingüísticos, ya que este
tema es fundamental en sociedades cada vez más enfocadas al exterior. Por regla general,
entre más pronto se comience a hablar una lengua extranjera, más eficaz será dicho
aprendizaje. La actividad cerebral desencadenada por este aprendizaje no es la misma en
los bebés, en los niños y en los adultos: globalmente, entre más se envejece, es mayor
el número de áreas cerebrales que se involucran y el aprendizaje es menos eficaz. Dicho
esto, los adultos son a pesar de todo, capaces de aprender una lengua extranjera.
Este informe ha disipado igualmente el mito en los términos del cual el aprendizaje de
lenguas extranjeras sería nocivo para el manejo de la lengua materna. En efecto, el niño
que aprende otra lengua mejora también sus competencias en lengua materna.
Estas cuestiones son importantes para la educación. Los descubrimientos que han
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tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
suscitado permiten aclarar la reflexión sobre los mejores momentos para emprender
algunos aprendizajes, fundando esta sobre la ciencia y no sobre la tradición. Ellas
muestran por otro lado que es muy importante disponer de bases sólidas para
el aprendizaje a lo largo de la vida: la educación de los niños y el manejo de las
competencias de base no son solo fines en sí mismos, sino que representan también
una inversión para el futuro.
La neurociencia puede constituir un aporte crucial a los grandes déficits a los cuales la educación
se ve confrontada
Dislexia: hasta una fecha reciente, no se conocía el origen de la dislexia. Sabemos hoy
en día que se debe principalmente a una atipia del cortex auditivo (o en ocasiones, del
cortex visual). Podemos en la actualidad identificar las características de la dislexia en
niños pequeños. El remedio es con frecuencia más eficaz cuando el niño está joven,
pero también es útil en individuos de mayor edad.
Discalculia: Sabemos en la actualidad que sus causas son comparables a las de la dislexia,
pero los diagnósticos precoces están menos desarrollados, y las intervenciones se hacen
por lo tanto más tarde.
En cuanto a la numeralidad, los humanos quienes tienen una tendencia innata para
comprender el mundo en términos matemáticos, la enseñanza debería utilizar el
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Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
sentido informal de los números para construir competencias más complejas. Números
y espacio están estrechamente ligados a nivel cerebral; los métodos pedagógicos que
unen los nombres y el espacio son por lo tanto eficaces.
Pero, de una manera menos general, los descubrimientos neurocientíficos podrían ser
aplicados también a nivel del individuo: para determinar por ejemplo si un alumno ha
comprendido realmente un tema, o para evaluar su nivel de motivación o de ansiedad.
Bien utilizada, esta posibilidad ofrecería un útil de diagnóstico precioso en un proceso
de evaluación formativa (OCDE, 2005) y para el aprendizaje personalizado.
Si le damos algún valor a la búsqueda del conocimiento, debemos ser libres de ir hasta el límite, donde
quiera que sea que la búsqueda nos lleve.
Adlai E. Stevenson Jr.
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tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
No pretendemos que los dominios citados supra sean exhaustivos, pero sí hay que
decir que el análisis de nuestro informe ha permitido definirlos como cuestiones
prioritarias. Algunos han sido aún poco estudiados y tienen gran necesidad de ser
profundizados.
• Conocer mejor los periodos más apropiados para cada forma de aprendizaje, sobretodo
para adolescentes o adultos cuyos conocimientos de base no son muy sólidos. Esto
incluye los “periodos sensibles” durante los cuales la capa Cid de aprendizaje está en
su apogeo, en dominios precisos como el aprendizaje lingüístico.
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Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
• Estudiar mucho más qué tipo de aprendizajes requieren de una interacción social,
e interesarse más en la importancia de las diferencias culturales. Esta cuestión puede
subdividirse así: diferencias demográficas (sobretodo en función del sexo de los
estudiantes) y diferencias socioculturales. Es potencialmente peligroso y la neurociencia
no debe servir para justificar estereotipos racistas o sexistas.
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tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
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Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
Referencias
OCDE (2002). Comprendre le cerveau: vers une nouvelle science de l’apprentissage. OCDE. Paris.
OCDE (2005). L’évaluation formative : pour un meilleur apprentissage dans les classes secondaires.
OCDE, Paris.
OCDE (2007). Comprendre le cerveau : naissance d’une science de l’apprentissage. OCDE, Paris.
Referencias complementarias
Sarah-Jayne Blakemore y Uta Frith. 2008. Cómo aprende el cerebro. Las claves para la educación.
Barcelona, Ariel.
Howard Gardner. 2007. Estructuras de la mente. La teoría de las inteligencias múltiples. México
DF, Fondo de Cultura Económica.
Howard Gardner. 2004. Mentes Flexibles. El arte y la ciencia de saber cambiar nuestra opinión y la
de los demás. Barcelona, Paidós.
Howard Gardner. 2005. Las cinco mentes del futuro. Un ensayo educativo. Barcelona, Paidós.
Usha Goswami. 2004. Neuroscience and Education. British Journal of Educational Psychology 74 (1-14).
Raúl Salas Silva. 2003. ¿La educación necesita realmente de la neurociencia? http://www.scielo.cl/
scielo.php?pid=S0718-07052003000100011&script=sci_arttext (texto incluido en esta antología)
Susan Francis Salazar. 2005. El aporte de la neurociencia para la formación docente. http://revista.
inie.ucr.ac.cr/articulos/1-2005/articulos/neurociencia.pdf
Bertha Marlén Velásquez et al. 2006. El cerebro: un mundo de posibilidades para el aprendizaje.
Bogotá, Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca.
http://lecerveau.mcgill.ca/flash/index_d.html
http://www.slideshare.net/jcartin/neurociencia-y-educacin
http://www.slideshare.net/chuyinreyes/funcion-cerebral-y-aprendizaje
http://www.neuroscienceseducation.sitew.com
www.neuropedagogiacolombia.com
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Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
Introducción
L o que me ha decidido a escribir este artículo es la preocupación por que los profesores
tomen conciencia de la necesidad de que conozcan más sobre el cerebro y de que
manejen más información sobre cómo funciona este órgano para que así desarrollen
una enseñanza, un ambiente escolar, un currículo, una evaluación más acordes con
las características intrínsecas e innatas de nuestros cerebros para aprender o, en otras
palabras, más compatibles con la manera como aprende nuestro cerebro.
En este artículo trataremos, en primer lugar, de presentar un cuadro sólo ilustrativo del
estado actual de la Neurociencia y de los resultados de la misma que son aplicables a
la educación.
Analizaremos luego la teoría del aprendizaje basada en el cerebro o compatible con él.
Enseguida veremos las implicaciones y aplicaciones de esta teoría para el currículo, la
enseñanza y la evaluación. De un modo particular nos detendremos en los principios del
aprendizaje del cerebro y en otros principios para el diseño de un ambiente compatible
con el cerebro. Y procuraremos responder a la pregunta: ¿Cómo pasar de la teoría e
investigación del cerebro a la práctica en el aula y a las políticas educacionales?
En cuarto lugar nos referiremos a cuál debe ser la actitud a asumir en el ámbito
educativo frente a la Neurociencia, o a los resultados de la investigación del cerebro y, en
consecuencia, cómo afrontar el desafío que les plantea a los educadores la investigación
del cerebro. Y terminaremos con una conclusión.
661
tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
Hay que tener en cuenta, sin embargo, que la Neurociencia se caracteriza por un
cierto tipo de reduccionismo. Así, por ejemplo, se lee en una página Web del Center
for Neuroscience, Mind y Behavior (2000) que su principal objetivo de investigación
en Neurociencia es ofrecer una comprensión mecanicista de la conducta de todo el
organismo, un nivel de análisis más allá de las moléculas, células o circuitos individuales.
Es que, como sostienen Caine y Caine (1998), los investigadores en Neurociencia trabajan
a un nivel mecanicista y reduccionista. Pero también abordan mecanismos, funciones
o conductas cognoscitivas. Aquí figuran la sicología cognoscitiva, la lingüística, la
antropología física, la filosofía y la inteligencia artificial (Sylwester 1995).
Pero, habida cuenta de esta consideración, hay que reconocer, siguiendo a Geake (2002),
que si el aprendizaje es el concepto principal de la educación, entonces algunos de los
descubrimientos de la Neurociencia pueden ayudarnos a entender mejor los procesos
de aprendizaje de nuestros alumnos y, en consecuencia, a enseñarles de manera más
apropiada, efectiva y agradable. En ese sentido se entiende la afirmación de Wolfe (2001)
de que el descubrimiento más novedoso en educación es la Neurociencia o la investigación
del cerebro, un campo que hasta hace poco era extraño a los educadores.
Los avances en Neurociencia han confirmado posiciones teóricas adelantadas por la
psicología del desarrollo por años, tales como la importancia de la experiencia temprana
en el desarrollo. Lo nuevo es la convergencia de evidencias de diferentes campos
científicos. Detalles acerca del aprendizaje y el desarrollo han convergido para formar
un cuadro más completo de cómo ocurre el desarrollo intelectual.
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Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
3. Diferentes partes del cerebro pueden estar listas para aprender en tiempos
diferentes.
Jensen (2000a) aporta toda una lista muy esquemática pero clara de descubrimientos
recientes en Neurociencia que se pueden aplicar en clase y de temas que tienen
importantes implicaciones para el aprendizaje, la memoria, las escuelas y el desarrollo
del cuerpo docente directivo de los establecimientos escolares:
El cerebro que crece: el cerebro humano puede hacer crecer nuevas células.
663
tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
Sylwester (1995), al hablar de los modelos del cerebro que están más en boga, trae
a colación el pensamiento de Edelman al respecto. Si bien, dice Sylwester, el modelo
más prevalente y atrayente del cerebro que existe es el computador, según Edelman;
empero, el computador no es el modelo apropiado de cerebro, porque es desarrollado,
programado y funciona con una fuerza externa. Las razones que arguye para rechazar
este modelo son que muchas memorias se almacenan en los mismos sitios donde
se realizan las operaciones actuales. Además, el poderoso rol de las emociones y la
preponderancia del procesamiento en paralelo de nuestro cerebro le sugirieron a
Edelman que el modelo útil para nuestro cerebro debe provenir de la biología y no de
la tecnología. Ateniéndose a este enfoque, en consecuencia, declara que la dinámica
electroquímica del cerebro se parece a la ecología de un ambiente selvático. Este no
instruye a los organismos sobre cómo deben actuar. La evolución actúa por selección,
no por instrucción.
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Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
Según Sprenger (1999), hace más de 25 años que los educadores han estado buscando
una teoría que pueda traducirse en una aplicación práctica en la sala de clases. La
primera teoría de la investigación del cerebro fue la del cerebro derecho/cerebro
izquierdo, la que para los educadores fue por largo tiempo equivalente a todo lo que
se sabía sobre el cerebro (Dickinson 2000-2002). Sin embargo, hace ya 17 años, Hart
(1986) sostenía que hasta ese entonces la educación nunca había tenido una teoría
adecuada del aprendizaje. Según ella, tal teoría debería referirse al cerebro, y sólo en
esos últimos años se había llegado a una comprensión holística necesaria del cerebro
para establecer tal teoría. En base, pues, a esos conocimientos, planteó ella la teoría del
aprendizaje compatible con el cerebro.
Esta teoría del aprendizaje se deriva de los estudios fisiológicos de cómo el cerebro aprende
mejor (Lawson 2001). Su fundamento está, pues, en la estructura y funcionamiento del
cerebro (Purpose Associates 1998-2001).
Jensen (2000b) va más al grano cuando expresa que el aprendizaje basado en el cerebro
es un proceso basado en la información del uso de un grupo de estrategias prácticas
que son dirigidas por principios sólidos derivados de la investigación del cerebro.
Pero no todos están de acuerdo con que se usen los términos "aprendizaje basado en el
cerebro", pues según Cohen (1995) y Yero (2001-2002) el aprendizaje siempre ha sido
"basado en el cerebro"; todo aprendizaje, de cualquier tipo en la escuela, está "basado
en el cerebro", de tal modo que el término como tal no tiene sentido. En consecuencia,
es mejor y no se presta a equívocos utilizar los términos de "compatible con el cerebro".
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tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
Como cualquier teoría que se precie de tal, el aprendizaje compatible con el cerebro
tiene también sus principios.
La lista que figura a continuación, que fue publicada por primera vez por Caine y Caine
en 1989, ha sido extraída de una publicación de dichos autores del año 1997; esta lista,
sin embargo, se ha ido reformando, reestructurando y poniendo al día periódicamente.
En razón de la brevedad, hemos preferido mantener la lista de años atrás.
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Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
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tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
responde a un contexto sensorial más grande que aquel en que ocurre la enseñanza y la
comunicación. "Las señales periféricas" son extremadamente potentes. Incluso las señales
inconscientes que revelan nuestras actitudes y creencias interiores tienen un poderoso
efecto en los estudiantes. Los educadores, por lo tanto, pueden y deben prestar una gran
atención a todas las facetas del entorno educacional.
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Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
asumir riesgos. Sin embargo, se encoge o se "bajonea" ante una amenaza percibida.
Se hace entonces menos flexible y revierte a actitudes y procedimientos primitivos.
Es por eso que debemos crear y mantener una atmósfera de alerta relajada, lo que
implica baja amenaza y alto desafío. La baja amenaza no es, sin embargo, sinónimo
de simplemente "sentirse bien". El elemento esencial de una amenaza percibida es un
sentimiento de desamparo o fatiga. La tensión y ansiedad originales son inevitables
y deben esperarse en un aprendizaje genuino. Esto se debe a que el genuino
aprendizaje implica cambios que llevan a una reorganización del sí. Tal aprendizaje
puede estar intrínsecamente lleno de tensiones, prescindiendo de la habilidad o del
soporte ofrecido por el profesor.
Principio 12. Cada cerebro está organizado de manera única: todos tenemos
el mismo conjunto de sistemas y, sin embargo, todos somos diferentes. Algunas
de estas diferencias son una consecuencia de nuestra herencia genética. Otras son
consecuencia de experiencias diferentes y entornos diferentes. Las diferencias se
expresan en términos de estilos de aprendizaje, diferentes talentos e inteligencias,
etc. Un importante corolario es apreciar que los alumnos son diferentes y que
necesitan elegir, mientras están seguros que están expuestos a una multiplicidad de
inputs. Las inteligencias múltiples y vastos rangos de diversidad son, por lo tanto,
características de lo que significa ser humano.
Lackney (1998), como corolario de los principios del aprendizaje del cerebro recién
expuestos, plantea una serie de principios para diseñar la escuela, a fin de que ésta sea
compatible con el cerebro:
2. Facilitar las implicaciones. Los principios que forman el cerebro se basan directamente
en lo que sabemos de neurofisiología del cerebro y de entornos óptimos de
aprendizaje.
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tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
Caine y Caine (1997) sostienen que hay tres elementos interactivos de enseñanza que
emergen de sus principios y que pueden perfectamente aplicarse en el proceso de
aprendizaje-enseñanza:
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Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
Currículo: los profesores deben diseñar el aprendizaje centrado en los intereses del
alumno y hacer un aprendizaje contextual.
Enseñanza: los educadores deben permitirles a los alumnos que aprendan en grupos y
usen el aprendizaje periférico. Los profesores que estructuran el aprendizaje alrededor
de problemas reales, estimulan también a los estudiantes a aprender en entornos fuera
de la sala de clase y fuera de la escuela.
Caine y Caine (2003) dicen que para pasar de la teoría de la investigación del cerebro
a la práctica escolar, lo primero que hay que hacer es partir repensando la escuela:
repensar todos los aspectos de la educación, desde el rol del profesor a la naturaleza
de la evaluación.
Lo que realmente transformaría la escuela, asevera por su parte Yero (2001-2002),
es plantearse esta pregunta: ¿Cómo pueden ser las escuelas más compatibles con la
manera como los seres humanos aprenden?
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tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
Los programas extracurriculares acercan más al mundo real que cualquier otra cosa
en la escuela. Usan metáfora, juego, una moderada dominación de un adulto, en un
medio no amenazante e informal para explorar las dimensiones, tácticas y estrategias
de solución de problemas.
• El ambiente de laboratorio y de sala de clases: cuando las ratas adultas fueron puestas
en un ambiente rico con un grupo de ratas jóvenes (el autor se está refiriendo a los
experimentos de Diamond (1988) para estudiar el desarrollo del cerebro), las adultas
jugaban con los juguetes y dominaron el entorno. Esos experimentos pueden encontrar
su representación en las salas de clase, donde el profesor domina las decisiones y
las actividades curriculares, docentes y evaluativas. Los alumnos tienen que crear su
ambiente e interactuar con él.
Si definimos en un ambiente social a la persona madura como aquélla que es más apta
para adaptarse a las necesidades e intereses de los demás, el profesor debe entonces
adaptarse a sus alumnos.
• El ambiente solitario: las ratas necesitaban interactuar con otras ratas para aprender
a cómo resolver los problemas de las ratas. La situación es igual con los estudiantes:
un ambiente social estimulante entrega el único ambiente apropiado para dominar las
habilidades sociales. ¿Cuál es el ambiente normal?
Es importante recordar que una jaula de ratas socialmente enriquecida tuvo como
resultado un significativo crecimiento más que el ambiente solitario empobrecido. Las
escuelas deben, por lo tanto, ayudar a los alumnos a adaptarse a las realidades de la
cultura nuestro mayor desafío es crear un enriquecimiento firme en un medio social
escolar que tiene un alto potencial para empobrecercambiar el ambiente artificial de
clase en una respetable aproximación a un ambiente natural.
Marian Diamond (2000) recomienda que los profesores deben aproximarse a su tarea
con el compromiso de tratar a sus alumnos con un tierno y cariñoso cuidado. Ella piensa
que cada alumno debe ser tratado como persona.
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Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
Varios autores sostienen que estamos frente a un gran desafío profesional. Nuestra
profesión, según Sylwester, es una profesión conductista. Nos fijamos en las
manifestaciones visibles, medibles y manejables de conocimiento más que en los
mecanismos y procesos cognitivos. Como nuestra profesión no puede comprender los
procesos cerebrales internos se concentra en objetos o eventos externos (estímulos) y en
la conducta que emerge de procesos cognitivos desconocibles (respuesta). Aprendemos
a manipular el entorno para lograr la conducta deseada.
La base de nuestra profesión está más cerca del folclore que del conocimiento científico.
Podemos predecir lo que ocurre en clase, pero no sabemos por qué ocurre. El centrarse
en la conducta externa puede llevar a conclusiones inapropiadas.
No comprendemos los mecanismos subyacentes que gobiernan la enseñanza
y aprendizaje como son la emoción, el interés, la atención, el pensamiento, y la
memoria. No sabemos si nuestros alumnos aprenden debido a nuestros esfuerzos o
a pesar de ellos.
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tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
Nuestra profesión está ahora al borde de una transformación. Piense en lo que sabíamos
sobre el cerebro hace 20 años y compárelo con lo que sabemos ahora; luego proyecte
nuestro nivel de comprensión a 20 años más adelante.
El desafío para los educadores, prosiguen Caine y Caine (1998), es que hay que tomar en
serio la investigación del cerebro. Eso significa cambiar nuestro pensamiento y práctica
a base de lo que sabemos del aprendizaje compatible con el cerebro.
Jensen (2000b) parte haciéndose una pregunta candente: ¿El aprendizaje basado en el
cerebro es verdad o es impostura? ¿Dónde está la prueba del aprendizaje basado en el
cerebro?
Pero lo que los educadores no entienden es que los neurocientíficos no saben dónde
comenzar, pues ellos no son profesores; no están en la sala de clases. No saben las
preguntas cuyas respuestas buscamos. Como educadores tenemos que abordar de
frente nuestras más apreciadas cuestiones sobre la clase. La tecnología está allí. Tenemos
que conocerla ahora.
Como es evidente, un profesor bien informado habitualmente tomará mejores
decisiones. El profesor debe juzgar si la investigación se adecua a su particular clima
de aprendizaje y cómo. Uno tiene que ser cuidadoso y prudente en cómo se interpreta
y usa la investigación. Nuestro proceder debe ser buscar la investigación básica en
neurociencia y juntarla con los datos de la sicología y de la ciencia cognitiva. Lo que uno
nunca encontrará es un estudio definitivo que demuestre que el aprendizaje basado en
el cerebro es mejor.
Wolfe (2001) también acentúa esa actitud precavida con respecto a la investigación
en neurociencia: el entusiasmo y el interés en la investigación en neurociencia es
innegable. Pero, ¿adónde estamos yendo con nuestra nueva información? ¿Será otra
moda o estamos al fin a punto de adquirir una teoría científicamente fundamentada de
la enseñanza y del aprendizaje? Pienso que eso tiene la posibilidad de ir a uno u otro
lado. Eso depende de cómo interpretemos y utilicemos la investigación.
Lo que debemos hacer es escoger cuidadosa y analíticamente entre los datos y determinar
qué estudios realmente tienen aplicaciones para la clase y cuáles no.
Madigan (2001) pone una nota, hasta cierto punto negativa, a propósito de ese innegable
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Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
entusiasmo por la investigación basada en el cerebro, cuando dice: "No hay nada malo
en la lógica de querer saber cómo trabaja el cerebro; eso podría ayudarnos a entender
cómo aprende la gente". De hecho, hay una gran cantidad de investigación preliminar
en esta área. El problema es que algunos profesores están extrapolando pieza por pieza
de algunos hallazgos y creando especificaciones curriculares sin una investigación real
que las sustente. El uso del término "basado en el cerebro" ha llegado a estar de
moda, pero, desgraciadamente es sólo eso una moda que puede realmente dañar la
investigación seria en un campo tan complejo.
Caine y Caine (1998) aconsejan también actuar con cautela cuando se trata de aplicar
la investigación del cerebro a la clase. La investigación del cerebro, afirman, deja
muchas cosas sin responder, pero también influye en cómo educamos. Por lo tanto,
los resultados y conclusiones de los biólogos deben ser filtrados. Los educadores deben
aprender a cómo pensar sobre la investigación del cerebro, porque nadie trabaja más
íntimamente con los cerebros vivos que ellos. Reducir la investigación en neurociencia
a prescripciones de estrategias de enseñanza minimiza la inmensa promesa de esa
investigación para los educadores.
Lackney (1998) coincide con los autores citados, pero acicatea a seguir adelante: hay
que ser cautos al aplicar los resultados de la investigación basada en el cerebro, pero
simultáneamente hay que seguir adelante con lo que sabemos. No podemos esperar,
hay que actuar.
675
tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
En vista de todo lo expuesto, ¿cual es el desafío que les plantea a los educado-
res la investigación del cerebro?
Jensen (2000b) responde a esta pregunta diciendo que si bien las escuelas no deberían
funcionar basadas únicamente en la biología del cerebro, ignorar, por lo demás, lo que
sabemos sobre el mismo es una irresponsabilidad. El aprendizaje basado en este órgano
ofrece sugerencias a los profesores que quieran una enseñanza más informada. Ofrece
la posibilidad de menos corazonadas o equívocos en clase.
Sylwester (1995) afirma que si queremos hacer de la docencia una profesión creativa,
optimista y estimulante, tenemos que descubrir nuevas maneras de pensar sobre lo que
es la educación formal y lo que puede ser.
La actual teoría e investigación del cerebro entrega ahora esbozos amplios y tentativos
de cómo debe ser la escuela del futuro; pero los descubrimientos se intensificarán. Los
profesores que quieren estudiar los adelantos de la nueva ciencia cognitiva, y luego
explorar y experimentar en su búsqueda de apropiadas aplicaciones educativas, tendrán
que resolver cosas específicas en los años venideros.
En otro de sus libros, The Brain Revolution (1998), Sylwester concluye diciendo que
entender cómo trabaja el cerebro es algo muy importante para los educadores, porque
una profesión desinformada es vulnerable a las modas seudocientíficas, a generalizaciones
inapropiadas y a programas dudosos. Cuesta imaginarse por qué una persona que educa
cerebros no quiera entenderlos ni explorar las maneras cómo aumentar su efectividad,
ahora que la información está disponible.
Sousa (2001) es categórico al decir que, si bien los profesores tienen todavía mucho que
aprender de la psicología conductista y cognoscitivista, tienen mucho más que descubrir
aún en la excitante área de la biología, incluyendo la investigación en neurociencia. A
medida que examinamos las pistas que esta investigación está produciendo acerca del
aprendizaje, reconocemos su importancia para la profesión docente... Los profesores
tratan de cambiar el cerebro humano cada día. Mientras más sepan de cómo él aprende,
más exitosos pueden ser. El conocimiento es poder.
Nuestra tarea, concluyen Caine y Caine (1998), consiste no sólo en interpretar y aplicar lo
que otros descubrieron. Nosotros, como profesores, trabajamos con grupos de cerebros
vivos a cada momento del día, conocemos y vemos cosas que los neurocientíficos ni
siquiera se imaginan. Tenemos que hacer algo más. Los profesores deben tomar el
676
Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
liderazgo para darle sentido a lo que está siendo descubierto. Tenemos que hacer
preguntas y centrar la investigación en las áreas que sabemos que tienen más necesidad
de ser entendidas.
Conclusiones
Una manera concreta de llevar esa aspiración a la práctica es que en cada escuela los
profesores y el cuerpo directivo hagan investigación-acción sobre las aplicaciones de
los resultados y los avances en Neurociencia al proceso de aprendizaje y enseñanza.
Sólo la investigación-acción, dice Jensen (1998), hecha por usted o por otros colegas,
confirmará que la idea que usted leyó en una revista de educación o que aprendió
en un curso-taller sobre Neurociencia y Educación, resulta para más de alguien, en
677
tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
muchas partes, reflejando una alta confiabilidad en el método. Sousa (2001), hablando
de las ventajas de la investigación-acción, afirma que la investigación-acción le permite
al profesor y al cuerpo de profesores recoger datos para determinar la efectividad
de las nuevas estrategias sugeridas compatibles con el cerebro; le permite, además,
acrecentar su propio desarrollo profesional; le proporciona al profesor una consistente
retroalimentación para su autoevaluación, introduce formas alternativas para evaluar al
estudiante, y sus resultados pueden llevar a importantes cambios en el currículo.
678
Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
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680
Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
Franc MORANDI
franc.morandi@wanadoo.fr
Presentación
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tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
Profesionalidad y cognición
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Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
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tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
La perspectiva intencional
La institución de la mente que es la escuela y la idea escolar que representa serían tan
objetivables como otros hechos de carácter físico. Una ciencia autónoma de la intención
está supuesta por algunos defensores de las teorías de la mente, ya sea fundada en
las actitudes proposicionales (Chislohm, 1967), ya sea en los sistemas intencionales
(Dennett, 1990). Para éste último, la estrategia intencional “consiste en tratar el
objeto del cual se debe predecir el comportamiento como un agente racional dotado
de creencias y de deseos y de otros estados mentales”. El punto de vista intencional
(punto de vista del plan, del sistema) funciona de la siguiente manera: “en primer lugar,
se decide tratar el objeto cuyo comportamiento debe ser predicho como un agente
racional; luego se intenta imaginar qué creencia debería tener el agente dado su lugar
en el mundo y su propósito. Enseguida se intenta imaginar cuáles deseos debería
tener a partir de las mismas consideraciones, y finalmente se predice que este agente
racional actuará de manera tal para realizar otros objetivos a partir de sus creencias”.
Se le atribuye al sujeto los estados mentales que el sistema le presta. Esta atribución
constituye el lazo de un sentido común, basado en la capacidad de interpretar y de
poner en perspectiva las “intenciones” del otro. Esta creencia es un modo de nuestro
saber y deriva de una constatación: “la decisión de adoptar el punto de vista intencional
es libre, pero los hechos que conciernen el éxito o el fracaso de este punto de vista
son perfectamente objetivos” (1990). Las teorías de la mente resultan aquí de dos
propiedades: la de representarnos el mundo en nuestra propia mente y de darnos así
una lógica que modela nuestras acciones (hacer así la clase); la de una sensibilidad, de
684
Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
685
tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
Por esta razón “Ustedes no pueden evitar tener en cuenta ideas populares de las cuales
disponen aquellos que están involucrados, tanto profesores como estudiantes”. El acto
de enseñar está ligado a esta “teoría del plan” (Dennett, 1990) relacionando las ideas
sobre la naturaleza de la mente303 de aquel que aprende y los efectos atribuidos al
fenómeno “enseñar” y la fuerza de la ciencia en el “plan” mentalmente instituido.
303. Lo recíproco es determinar de qué forma el aprendizaje está afectado por lo que el niño piensa de la mente del profesor
(Bruner, 1996).
686
Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
La del conflicto y la agresividad expresada (zona interna activa): los eventos citados (actuar,
victimización,…) son sufridos y concebidos como un desajuste del trabajo pedagógico,
que procede de una disfunción interna entre lógicas personales y el funcionamiento
normal o posible de la clase (“se pierde tiempo arreglando los conflictos con los alumnos
y entre los alumnos”). La postura es educativa (tratamiento educativo de la agresión, de la
indisciplina: atribución conflictiva).
304. El incidente se comprende no como un accidente, una ruptura, sino un punto de encuentro. El incidente es un evento,
tanto como una ocurrencia, es decir presentándose fortuitamente, a la vez imprevisto, obstáculo y ocasión, ya que se remite
a una atención al proceso educativo y a sus representaciones.
305. El término de conflicto se refiere: a) al conflicto entre partes, enfoque social de resolución de conflictos en acuerdo
con las partes; b) al conflicto de hábitos y costumbres (Debarbieux, 2001) extranjeros unos a otros, problematizado por
la relación con los jóvenes, a su formación cognitiva y ciudadana; c) con la conflictualidad como carácter de la interacción
psicosocial y educativa.
306. Instituts Universitaires de Formation de Maîtres. www.iufm.education.fr
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tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
Análisis
El lazo que mantienen las prácticas educativas con las creencias populares es un signo
revelador del pensamiento educativo enseñante. Las creencias e hipótesis que el maestro
profesa, asociadas o no con la práctica de la “pedagogía ordinaria” son testigos de
la inscripción de nuestras prácticas no en un descubrimiento del oficio, sino en una
reconstrucción que une crítica y análisis en el seno del pensamiento de la educación. El
sentido es considerado, en el sentido de moda elaborativo y pragmático (cf Peirce, 1978),
organizador del trabajo real reuniendo una práctica y su mundo y su “interpretancia”
(Peirce), ilustrada por las tensiones entre los anclajes representacionales. La dimensión
pragmática (Morandi, 2003)) reúne la actividad pensante y el conocimiento “elaborable”
(Simon, 1969). La elaboración de un “conocimiento profesional” puede así inscribirse
en el círculo reflexivo (Bateson, 1997) en donde la “práctica” se despeja de un análisis
profesional (Morandi, 2005). El análisis supone un trabajo sobre el pensamiento, no
como subjetividad sino como instrumento mental operacional (mente y conación) en el
trabajo pedagógico.
688
Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
Conclusión
689
tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
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691
Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
la sociedad actual se caracteriza por la generación, desarrollo y difusión del conocimiento. Los cambios
humanos son de tal calidad y calibre que han provocado una verdadera revolución científica y social
sólo comparable -para algunos, incluso, superior- a las previas revoluciones industriales. Si cada estado
de cosas requiere un tipo de pedagogía, una escuela, ¿qué tipo de pedagogía requieren los tiempos
actuales?
Esta pregunta tiene diversos significados. Primero, que cada sociedad implica un tipo
de educación, instituye (crea) un tipo de escuela y alienta una forma de pensar la
educación[2]. Segundo, que el progreso de la ciencia produce cambios en la estructura
del pensamiento [3]. Tercero, que la nueva sociedad, y la evolución de la ciencia y de la
tecnología como construcciones sociales, requiere una nueva pedagogía.
693
tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
Esta cultura del aprendizaje se encuentra hoy propiciada y condicionada por los rasgos
pedagógicos más llamativos de nuestras complejas sociedades modernas. La peculiaridad
de esta sociedad es que la energía sobre la que se opera es la información, una energía,
por así decirlo, inmaterial, distinta y más avanzada que las energías (el carbón, la
electricidad) sobre las que se desarrollaron las primeras revoluciones industriales[5].
Dentro del sistema educativo cada individuo es un generador de energía y las políticas
de reforma educativa se asientan en el principio de que cada individuo debe estar
capacitado para diseñar su propio proceso de cualificación y para establecer relaciones
cognitivas con un entorno (no sólo externo, sino también interno en el sentido que
Luhman presta al enfoque de que los sistemas incluyen las relaciones con su entorno y
al entorno mismo [6]), a un entorno cada vez más complejo.
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Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
En este sentido, aunque este campo de estudio e investigación está todavía por perfilar y
asentarse, a la Pedagogía cognitiva le interesa, de una parte, el análisis de las dimensiones
cognitivas de la educación en el marco de nuestras sociedades del conocimiento, y de
otro lado, el estudio pedagógico de los procesos de pensamiento dentro del marco de
las nuevas teorías de la mente, cuyos modelos y paradigmas parecen estar cambiando,
al haberse operado un desplazamiento de interés desde el modelo del procesamiento
de información a modelos psicoculturales de construcción de significado.
Este tipo de intereses ha sido recientemente expuesto por Bruner (1997) quien aboga
por una comprensión de la mente humana que se sitúe más allá de las teorías hoy
dominantes en psicología cognitiva; lo que dice debería hacernos pensar:
la actividad mental humana no se conduce en solitario ni sin asistencia, incluso cuando sucede “dentro
de la cabeza”. Somos la única especie que enseña de una forma significativa. La vida mental se vive con
otros, toma forma para ser comunicada, y se desarrolla con la ayuda de códigos culturales, tradiciones
y cosas por el estilo. Pero esto va más allá de la escuela. La educación no sólo ocurre en las clases, sino
también alrededor de la mesa de comedor (...), cuando los chicos intentan ayudarse unos a otros a dar
sentido al mundo adulto, o cuando un maestro y un aprendiz interactúan en el trabajo. De manera que
no hay nada más apropiado que la práctica educativa para probar una psicología cultural (p. 13).
695
tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
nosotros mismos, a través del redescubrimiento constante, con los demás y en espacios
culturales, de nuevos sentidos y del significado.
Importa ocuparse de si, dado el supuesto básico en el que se basa este enfoque
científico, el cerebro es algo más que un dispositivo de procesamiento de información.
Desde luego, la analogía cerebro-ordenador se ha demostrado útil para la investigación
en lo relativo a cómo se organiza la información y los programas con relativa
independencia del soporte físico del sistema, cómo se almacena la información en
ciertos dispositivos potenciales de la memoria (como mente inconsciente, en el sentido
dado por Jackendoff [10]). Que el hombre-educando es un procesador de símbolos es
un presupuesto comúnmente aceptado por los cognitivistas; el problema reside en si el
hombre “es algo más que eso, que un procesador de símbolos” [11]. De aquí se deduce
la paradoja computacional (de Gardner [12]) según la cual la analogía del ordenador, la
teoría de la mente computacional, que nos ha ayudado a simular cómo opera la mente
humana, nos permite verificar que el hombre es algo más que eso toda vez que la teoría
computacional no resolvería la cuestión de cómo opera el percatamiento consciente y
la experiencia propia del mundo.
Los especialistas destacan aquí tres teorías o enfoques distintos acerca del funcionamiento
de la mente como procesamiento de información, que conviene resumir brevemente: a)
aproximación funcionalista de la mente; b) la mente como sistema de representación;
c) enfoque de la neurociencia.
696
Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
Por último, según el tercer enfoque los psicólogos se interesan por los tipos de operaciones
lógicas o relaciones funcionales que podrían incorporarse en las redes neuronales.
Por ser la educación una acción, y la Pedagogía una teoría tecnológica sobre la acción,
a la Pedagogía cognitiva le interesa la mente en relación con la acción. Un problema
fundamental es cómo se configuran las representaciones sobre la acción, cuestión que
se basa en la teoría neurológica de la acción.
Una primera observación de los investigadores sobre este campo es que incluso los
movimientos más simples del sistema nervioso (los movimientos reflejos a partir de
la estimulación cutánea, los reflejos flexores o extensores o de tipo postural, ciertas
contracciones musculares elicitadas experimentalmente, etc.) parecen organizarse
697
tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
En un sentido amplio suele usarse esta expresión para indicar o hacer notar que el estudio
de la mente humana es en sí mismo una empresa científicamente válida y relevante.
Pero las Ciencias cognitivas no constituyen un campo disciplinar nítidamente delimitado.
Más bien se trata de un campo de investigación y de estudio interdisciplinar.
698
Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
699
tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
Éste ultimo problema puede considerarse como el problema más básico. De nuevo
nos remite a la cuestión de la suficiencia-insuficiencia de la teoría computacional de la
mente. Volviendo al pensamiento de Jackendoff, no podemos reducir la conciencia a la
mera autorreferencia toda vez que ésta incluye, también, la autoconciencia y, en última
instancia, la conciencia de la experiencia de las cosas. Si, por un momento, vamos más
allá de lo que Searle entiende por actos intencionales, no puede admitirse que ningún
ordenador pueda experimentar el mundo. Nos encontramos en un punto crucial de las
teorías sobre la mente y para una antropología pedagógica de cariz cognitivo. Cuando
autores como Putnam creen ver en las teorías computacionales la solución a la relación
mente-cuerpo lo que están aportando es una aproximación (Jackendoff, 1998: 39)
al problema mente computacional-cuerpo olvidando plenamente el problema mente
fenomenológica-cuerpo. Pero también es cierto que profundizar en cómo opera la
mente computacional ayuda a comprender mejor la mente fenomenológica.
Por lo demás, el problema derivado mente-cuerpo se puede plantear así: ¿Cómo es
posible que una realidad física y tangible como el cerebro pueda dar lugar como resultado
a realidades intangibles y no físicas como los pensamientos y los procesos mentales
que los causan? Los procesos mentales, ¿son procesos físicos cerebrales, de carácter
neurofisiológico, o emergen de alguna entidad no física, más o menos misteriosa y
desconocida?
Como se sabe, Descartes estableció una distinción entre pensamiento (mente, res
cogitans) y cuerpo (res extensa) y sostuvo que el pensamiento carecía de extensión.
Este planteamiento implica la introducción de un dualismo en el estudio de la mente
y conduce al problema de la explicación psicológica, es decir, a la posibilidad de una
explicación de los procesos mentales que debe ser distinta de la explicación puramente
700
Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
física. Por otra parte, plantea el problema mente-cuerpo como un problema real, es decir,
como un problema posible a partir, precisamente, del anterior dualismo cartesiano.
De acuerdo con este enfoque, mente y cuerpo interactúan, aunque no son dos entidades
enteramente diferentes, ya que los fenómenos mentales son rasgos del cerebro. Es decir,
podemos defender simultáneamente que los procesos mentales no son independientes de
los procesos físicos (de los procesos cerebrales, en concreto) y que los procesos mentales
no se reducen a meros procesos cerebrales, tal y como los estudian en la neurociencia.
Esta posición puede denominarse emergentismo: la teoría que afirma que los procesos
mentales aparecen como fenómenos o propiedades que "emergen" de los procesos
cerebrales. Las propiedades mentales son propiedades emergentes de los sistemas
neurofisiológicos, pero no de algún proceso no físico de carácter misterioso.
Esta tesis se niega hoy desde diversos puntos de vista dominantes en el panorama
contemporáneo de la filosofía de la mente, como el enfoque materialista, frente al cual
se opone el enfoque del dualismo de propiedades, que en sustancia acepta el legado
de Descartes. Según Searle, no hay por qué elegir entre ambos enfoques. Se pueden
aceptar los hechos obvios de la física -por ejemplo que el mundo consta de partículas
de física en campos de fuerza- sin negar por ello que entre los rasgos físicos del mundo
haya o se dan fenómenos biológicos tales como estados de conciencia cualitativamente
internos e intencionalidad intrínseca. Para otros, la mente computacional nunca podrá
adquirir conciencia de sí y menos conciencia de la experiencia significativa del mundo
de la vida.
Conforme con una interpretación materialista, los fenómenos mentales causados por
procesos neuropsicológicos del cerebro, como las intenciones, los deseos, las creencias,
la conciencia, etc., son reducibles a fenómenos puramente físicos del cerebro. Lo que
hace este enfoque es “naturalizar” los fenómenos mentales, la intencionalidad o los
estados mentales intencionales.
701
tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
Este enfoque se articula en forma de seis teorías inverosímiles, como las llama Searle,
de la mente humana. Las teorías son las siguientes:
Lo que hacen estas teorías "materialistas" sobre la mente es negar lo que para Searle
son los cuatro rasgos esenciales de los fenómenos mentales, rasgos que, según esta
forma de pensar, no serían difíciles de encajar en una visión del mundo como compuesto
solamente de cosas o propiedades materiales:
Siguiendo esta vía, podríamos concluir, por lo tanto, que los cerebros causan
las mentes. Pero los procesos mentales no existen al margen de los procesos
cerebrales neuronales, aunque son procesos diferenciados de ellos, lo mismo que
las propiedades superficiales de una mesa (como su solidez), que se explica por
702
Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
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a) en primer lugar, los seres humanos no terminan en su propia piel, sino que son
expresión de la cultura. No existe una naturaleza humana independientemente de
la cultura, y el hecho de la participación del hombre en la cultura hace inviable
construir una psicología humana basada sólo en el individuo concreto;
704
Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
Así, pues, de acuerdo con esta perspectiva, la mente no funciona sólo procesando
información, sino que su funcionamiento humano apunta a la creación, comunicación
y negociación de significados.
Los tres puntos clave que se han destacado aquí son: el papel de la educación (y, de
forma implicada, de la inteligencia) en la sociedad del conocimiento, el estudio de la
mente y de los tipos de mente y la teoría neurológica de la acción. Los tres constituyen
los núcleos más significativos de una pedagogía cognitiva concebida como disciplina
académica y como programa interdisciplinar de investigación.
Los campos específicos en los que se puede emplear este enfoque pedagógico son todos
aquellos en los que opera la pedagogía sintética: la pedagogía informática, el cognitivismo
sistémico aplicado a los problemas culturales (interculturales) y medioambientales o a
cualquier problema que haya de examinarse desde la perspectiva de la globalización y
la interciencia, la formación del pensamiento de los profesionales de la educación, la
pedagogía de la ciencia, etc.
705
tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
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Antología de lingüística cognitiva / tercera parte
NOTAS
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Pedagogía 49 (188).
[2] A este enfoque responde la obra de J.-P. Astolfi, A. Giodan, G. Aohau, V. Host, J-L. Martinand,
G. Rumelhard y G. Zadounaïsky (1978) Quelle éducation scientifique pour quelle societé. París:
P.U.F. Ver, sobre todo, la segunda parte.
[3] Es la pregunta de W. Heisenberg (1974) Más allá de la física. Atravesando fronteras. Madrid:
B.A.C, p. 221-232. Confiesa el autor que en un principio estuvo tentado de titular a ese
capítulo “¿Cómo se hace una revolución?”; nosotros habríamos de preguntarnos si estamos
en condiciones de hacer una revolución pedagógica, queremos decir la necesaria dimensión
pedagógica de la ya producida revolución científica.
[4] Así lo entiende J. Mª Asensio (1997) Biología y educación. El ser educable. Barcelona: Ariel;
cap. 2º
[5] F. Sáez Vacas (1987) Computadores personales. Hacia un mundo de máquinas informáticas.
Madrid: Fundesco.
[6] Luhman propone que “los sistemas comprenden a los sistemas”. N. Luhmann (1992) Teoría de
la sociedad y pedagogía. Barcelona: Paidós.
[7] En este sentido, las antiguas empresas industriales están evolucionando hacia el modelo de
empresas “cuaternarias” concebidas como organizaciones de conocimiento cooperativo y reticular.
Esto debería aplicarse a toda organización educativa y, desde luego, a la universidad.
[9] Estas preguntas no tienen por qué ser necesariamente disyuntivas. Cabe la posibilidad de
explicar y comprender, al mismo tiempo, al hombre como artífice y artefacto, tal como sugiere
Bolter. Ver: Sáez Vacas. Ordenadores personales, p. 162.
[12] H. Gardner (1987) The mind’s new science. A history of Cognitive Revolution. N. York: Basic
Books.
[13] Queda implicada aquí cómo procesan la información la mente de los expertos. Ver el trabajo
clásico de H. L. Dreyfus y S. E. Dreyfus (1986) Mind over machine. N. York: Free Press.
[14] No se incluye, como se ve, la pedagogía; no obstante, en un trabajo tan significativo como el de
707
tercera parte / Antología de lingüística cognitiva
A. Collins (1977) Why cognitive Science. Cognitive Science I (1), p.1, se incluye la tecnología de la
educación. En estos veinte años son numerosos los trabajos pedagógicos aceptados en las revistas
de ciencia cognitiva. En España son, hasta ahora, muy contados, pudiéndose citar el enfoque
cognitivo que se da al conocimiento pedagógico por A. García del Dujo y J. García Carrasco (1996)
Teoría de la educación. I. Educación y acción pedagógica. Salamanca: Universidad de Salamanca.
En trabajos más específicos debe señalarse los de A. J. Colom (1995) De la educación ambiental al
cognitivismo sistémico, p. 49-58 en P. Ortega y F. López (coords.) Educación ambiental: cuestiones
y propuestas. Murcia: Cajamurcia; y A. J. Colom (1997) La regionalización de la educación como
tecnología cognitiva virtual. Teoría de la Educación 9, 7-19.
[15] Se produce en este punto con la cuarta objeción acerca de si pueden pensar las máquinas
según A. M. Turing (1974) ¿Puede pensar una máquina? Universidad de Valencia: Deptº de Lógica
y Filosofía de la ciencia, p. 39.
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ANTOLOGÍA DE LINGÜÍSTICA COGNITIVA, se termino de imprimir en el mes de
enero de 2011 en los talleres gráficos de LITOCENTRAL S.A.S. Para esta edición se
utilizaron caracteres Frutiger LT Std, se empleó papel Propalibro beige de 75 grs en
formato carta, consta de 300 ejemplares