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n. 44 aprile 2018
n. 44 aprile 2018
Coordinatore del Comitato scientifico Tutti gli articoli sono stati sottoposti a doppio
Tullio Seppilli @ referaggio cieco.
Progetto grafico
Comitato scientifico Alberto Montanucci e Enrico Petrangeli (Orvieto)
Anthony Aveny (Colgate University of Hamilton, N.Y.),
Claudia Avitabile (Centro Studi Americanistici “Circolo Impaginazione e prestampa
Amerindiano” onlus, Perugia), Carlotta Bagaglia (Dass, Stabilimento Tipografico «Pliniana»
Ausl Bologna), Irina Bajini (Università di Milano), Ma- Viale Francesco Nardi, 12 - 06016 Selci-Lama (PG)
ria de Lourdes Beldi de Alcântara (Universidade de São
Paulo, Brasil – International Working Group for Indi- Direzione e Redazione
genous Affairs, Denmark – Grupo de Apoio aos Povos THULE. Rivista italiana di studi americanistici
Guarani e Aruak, Brasil – Ação dos Jovens Indígenas c/o Centro Studi Americanistici “Circolo Ameridiano” onlus
da Reserva de Dourados, Brasil), Marco Bellingeri via Guardabassi, n. 10 - 06123 Perugia
(Università di Torino), Beatriz Calvo Pontón (Centro tel. 075 5720716 - fax 075 5720716
de Investigaciones y Estudios Superior en Antropología e-mail: info@amerindiano.org
Social, México) Silvia Maria Carvalho (Universida- www.amerindiano.org
de Nacional Estado de São Paulo, Araracuara), John
Clark (Fundación Arqueológica del Nuevo Mundo, San
Editore
Cristóbal de las Casas), Antonino Colajanni (Sapienza
Centro Studi Americanistici
Università di Roma), Davide Domenici (Università di
“Circolo Amerindiano” onlus
Bologna), Víctor González (Centro Studi Americanisti-
Via Guardabassi, 10
ci “Circolo Amerindiano” onlus, Perugia), Rosa Maria
06123 Perugia
Grillo (Università di Salerno), Piero Gorza (Univer-
tel. 075 5720716 - fax 075 5720716
sità di Torino), Serge Gruzinski (Cnrs, Ehess, Paris),
e-mail: info@amerindiano.org
Federico Kauffmann-Doig (Instituto de Arqueología
www.amerindiano.org
Amazónica, Lima/Tarapoto), Alfredo López Austin
(Instituto de Investigaciones Antropológicas, Unam,
México), Jean Malaurie (Directeur du Centre d’Etudes Distribuzione della rivista e numeri arretrati
Arctiques, Ehess, Paris; Cnrs, Paris; Académie Polai- La rivista è riservata ai soci del Centro Studi Ameri-
re, Saint-Pétersbourg), Marie Claude Mattéi-Müller canistici “Circolo Amerindiano” onlus. Per iscriversi e
(Universidad Central de Caracas), Ricardo Melgar Bao ricevere informazioni sui numeri arretrati si prega di
(Instituto Nacional de Antropología e Historia, México), consultare il sito www.amerindiano.org
Giuseppe Orefici (Centro Italiano Studi Ricerche Arche- Autorizzazione del Tribunale di Lecce n. 638/1996
ologiche Precolombiane, Brescia), María Lina Picconi
(Universidad de Buenos Aires, Argentina, Centro Studi Quanto espresso negli articoli pubblicati in “THULE”
Americanistici “Circolo Amerindiano” onlus, Perugia) impegna soltanto la responsabilità dei singoli autori.
Wigberto Ribero Pinto (Universidad de La Paz), Rena- La rivista “THULE”, organo ufficiale semestrale del
to Da Silva Queiroz (Universidade de São Paulo), Thea Centro Studi Americanistici “Circolo Amerindiano”
Rossi (Università “G. d’Annunzio” di Chieti-Pescara, onlus (Perugia), è di proprietà dello stesso.
THULE
Rivista italiana di studi americanistici
11 Clara Migotto
Introduzione al volume
Miscellanea di Parte prima
studi americanistici Le arti: sintesi ed espressività delle forme della cultura
Parte seconda
Archeologia e architettura nelle Americhe
Parte terza
Simbologia e cosmovisioni nelle Americhe
Parte quarta
La cultura tra memoria e immaginari
Parte quinta
Segni e simboli del corpo
Parte sesta
Indigeni e territorio
Parte settima
Migrazioni, diritti e identità nella globalizzazione
Parte ottava
L’istruzione pubblica nelle Americhe
In memoria
Tullio Seppilli
di Romolo Santoni
Nikolai Rakutz
Una polémica sin acabar. Antropofagia en América del Sur: ¿mito
o realidad?
A cura di
Arturo Aguirre, Joel Francis Audefroy Sánchez, Bertha Nelly Ca-
brera Sánchez, Anna Sulai Capponi, Jaime Carreón, José Carlos
Castañeda Reyes, Maria Luisa De Filippo, Piero Gorza, Rosa Ma-
ria Grillo, Anna María Jarquín, Eliseo López, Elsa López, Mas-
similiano Minelli, Maria Teresa Muñoz Espinosa, César Pérez,
María Lina Picconi, Elva Rivera Gómez, Thea Rossi, Lady Saave-
dra, Romolo Santoni, Paola Sesia, María Cristina Valerdi Noche-
buena, Gloria A. Tirado Villegas
Seconda parte
Archeologia e architettura nelle Americhe
Terza parte
Simbolologia e cosmovisioni nelle Americhe
225 Chiara Aviani Barbacci - Stefano Aviani Barbacci
La Rosa viterbese sulle Ande. Una Santa-Bambina nella
transizione del Nuovo Mondo verso l’età moderna
247 Jaime Enrique Carreón Flores
La parentela del Niño Dios en San Francisco Tetlanohcan,
Tlaxcala
271 Alice Rigatti
Dios del Viento o Dios H: representación y simbolismo
entre las figurillas cerámicas de Palenque, Chiapas
281 Christian Miguel Ruíz Rodríguez
La trascendencia de un templo que se ubicó al poniente de
la Muy Noble, Insigne y Muy Leal e Imperial Ciudad de
México
Quarta parte
La cultura tra memoria e immaginari
303 Paride Bollettin
Man’s best friends. The Mebengokré and their dogs
317 Maria Zilda da Cunha - Maria Auxiliadora Fontana
Baseio
Linguagens do imaginário: deslocamentos e ressignifi-
cações em crônicas de viagem
329 Mayya Dubossarskaya
La América Latina de la primera mitad del siglo XIX en
los escritos de los viajeros rusos
337 Arturo Romero Contreras
Las tareas del intelectual: poner, contraponer, transponer
359 Anna Sulai Capponi
El japoñol: marca lingüística del contacto hispanoameri-
cano – japonés
369 Carolina Zenteno Roldán
Investigación en la historia. Mujeres que venden comida.
Puebla y México 1910-1920
Quinta parte
Segni e simboli del corpo
387 Loza Taylor Tomas
Una fractura, el cuerpo: narrativas sobre limitaciones cor-
porales y la muerte en personas con complicaciones cróni-
cas por diabetes mellitus tipo 2 en Coatetelco, municipio
de Miacatlán, Estado de Morelos
409 Thea Rossi
Relazioni di genere e violenza sulle donne in America La-
tina: radici culturali e strategie di intervento
Sesta parte
Indigeni e territorio
425 Ana Gendron
Dinámica de apropiación territorial en los Andes del Norte
del Ecuador: el caso de los Kayambi
437 Mario Ortega Olivares
Derechos de pueblos, barrios originarios y comunidades
indígenas residentes en la Constitución de la Ciudad de
México
Settima parte
Migrazioni, diritti, identità nella globalizzazione
477 Cristina Victoria Pizzonia Barrionuevo
La migración irregular en el dilema entre la soberanía y
los derechos humanos
499 Luis Mexitli Orozco Torres
La Evolución Social y las Tecnologías de la Información
y Comunicación en el Contexto Rural frente a la Globali-
zación
Ottava parte
L’istruzione pubblica nelle Americhe
509 Lívia Beatriz da Conceição
Diálogos apropriativos: as relações entre os projetos para
a instrução pública primária de Joaquim José Rodrigues
Torres e de François Guizot
In memoria
531 Ricordo di Tullio Seppilli
di Romolo Santoni
537 Nikolai Rakutz
Una polémica sin acabar. Antropofagia en América del
Sur: ¿mito o realidad?
THULE Riv. ital. di studi americanistici, n. 44, aprile 2018 pp. 337-358
Resumen
El siglo XX pareció reservar al intelectual una alternativa tajante: o participar en las luchas
(devenir intelectual orgánico) o reservarse en la pureza intelectual (ser un alma bella: demasiado
pura para ensuciarse con los asuntos del mundo). Dichas posturas descansan, sin embargo, en
la idea de un antagonismo claro y distinto como principio de estructuración del mundo que hoy
se revela caduco. ¿Cuál es entonces la tarea de un intelectual? Antes que tomar una postura
frente a los hechos, la exigencia incontestable de esta época consiste en proveer conceptos que
permitan recorrer el mundo en su complejidad y dinamismo.
Palabras clave: intelectual - Complejidad - Contraposición.
detrás de esta anorexia del pensar?, ¿qué se esconde detrás de esta práctica
restringida, que no se plantea ya grandes preguntas, sino que, teniendo como
modelo a las “ciencias duras”, pretende dar pequeñas certezas? La respuesta
no es difícil de encontrar. Hoy prevalece la convicción de que un pensamiento
demasiado ambicioso tiene consecuencias catastróficas. Este tipo de trabajo
filosófico tipo journal (1) embona en las coordenadas que definimos al principio:
a) una “desconfianza” del “gran pensamiento” o del “pensamiento ambicioso”
y b) una desconfianza respecto al pensar en general (el cual, se dice, debería
parecerse más a la ciencia empírica que a la reflexión, más al experimento que
a la interpretación; esta tendencia llega incluso al límite de postular una nueva
“filosofía empírica”).
¿Cómo llegamos a esta convicción? Habrá que mostrar los dos caminos (que al
final se enlazan en un solo): aquél que conduce a la idea de que el pensamiento
más ambicioso, particularmente la filosofía, es social y políticamente peligroso y
aquél que conduce a la idea de que el pensar es inútil y más valdría ser reem-
plazado por técnicas efectivas probadas empíricamente. Para responder a estas
interrogantes podemos elegir una aproximación histórica y dirigir la mirada al
destino que tuvo Alemania en el siglo XX. Identificada como tierra de pensadores,
muchos de ellos liberales e ilustrados (como Kant y Hegel), el ascenso del nazismo
al poder en 1933 pareció dividir las opiniones. Algunos concluyeron que en Hegel,
en Fichte o en Schelling (2) estaban ya los gérmenes del pensamiento totalitario
u oscurantista y que el nazismo no era sino una consecuencia muy natural de
todo ello. Otros vieron más bien cómo la tradición filosófica se presentaba como
radicalmente impotente frente a las fuerzas del fascismo. Finalmente, la versión
más refinada buscó las claves en una “dialéctica de la ilustración” (3), es decir, en
una inversión de la ilustración y los valores modernos en su contrario, sin que ello
implicara ni una necesidad absoluta, ni una mera contingencia, sino un paradójico
movimiento el cual traería, dentro de sí mismo, la esperanza de su superación.
Siguiendo este hilo conductor, muchos críticos del socialismo real vieron el viraje
de sus regímenes hacia estructuras autocráticas como la consecuencia directa
de las ideas de Marx y su matriz intelectual. Parecía pues que, por un lado, los
pensamientos más poderosos, como el de Hegel y Marx conducían a Estados
“totalitarios” sin mediación alguna. Por el otro, parecía que los intelectuales,
herederos de aquellos, se mostraban como figuras impotentes, perfectamente
conscientes de la dirección que tomaban fascismo y socialismo (sin confundir
la trivialidad del primero con la esperanza que comportaba el segundo), frente
al poder de la Realpolitik internacional y las Guerras Mundiales, así como su
continuación en la Guerra Fría. El resultado parecía imponerse claramente:
dichas filosofías eran, en manos de la política, peligrosas, en manos de los
filósofos, impotentes (4).
Las tareas del intelectual: poner, contraponer, transponer 339
Este juicio debe leerse también desde el otro lado, a saber, desde el de los Alia-
dos, primero, y, finalmente, desde el mundo capitalista-demócrata (fundado en
filosofías anglosajonas) que triunfó tras la guerra fría. En este lado triunfador
se estableció la idea de que los “grandes pensadores” eran, al mismo tiempo,
peligrosos porque desataban movimientos políticos y sociales indeseables, pero a
la vez impotentes por dos razones: a) porque no daban elementos de “autoco-
rrección” de los excesos en que la interpretación política de sus teorías derivaban
y b) porque para ese mundo capitalista-demócrata no eran necesarias grandes
interpretaciones del mundo y la historia, sino mecanismos mínimos (o mejor,
“procedimientos técnicos”) como el libre mercado (sometido a la “ley” de la
oferta y la demanda o la democracia formal, con su mecanismo de un sistema
de partidos donde cualquiera puede ganar).
He hablado de medios anglosajones y su filiación con una desconfianza respecto
al gran pensamiento, pero esta tendencia no se restringe a ellos. Filósofos ale-
manes de la posguerra, piénsese en Jürgen Habermas o en Odo Marquard (5) por
ejemplo, ofrecieron un giro “finitista” y “pragmático” a sus filosofías. Pero en
toda Europa tomó arraigo el juicio sobre una liaison incuestionable e indubi-
table entre las ambiciones del pensamiento y las ambiciones políticas, haciendo
de los filósofos los últimos y verdaderos culpables de todas las catástrofes del
siglo (e incluso de la historia), desde la humana (la Shoa), hasta la devastación
ecológica. No deja de ser paradójico que en un siglo donde la racionalidad y la
conciencia pierden su valor determinante en las explicaciones sociales e históricas,
pues se dio lugar al juego de “estructuras” económicas, lingüísticas y pulsiones
inconscientes, se concediera tanto poder a la filosofía y al pensamiento en general.
Del lado francés e italiano vimos surgir el llamado a un pensamiento “no-total”
y fragmentario anclado en la resistencia y no en la avanzada, preocupado por
producir “pequeños espacios de libertad” (como en Foucault) y no grandes
mecanismos (que exigirían pensar el sistema internacional de producción, la
función del Estado en el mundo globalizado, el derecho internacional, etc.),
preocupado por salvar “lo otro” más que por hacerlo advenir (convirtiéndose así
en los verdaderos conservadores). Pensemos en Vattimo, quien hace del Diktum
heideggeriano del fin de la filosofía la justificación para un pensamiento que él
llama “débil”. El “fin de los grandes relatos” (lo que caracterizaría el surgimiento
de la “posmodernidad”) abriría la vía a la microhistoria; el pensamiento de la
diferencia nos haría accesible la multitud de mundos de lo minoritario (Deleu-
ze) y el nuevo gran valor a defender sería la diferencia o la alteridad (Derrida,
Lévinas, Rancière).
A este respecto deberíamos alertar sobre la “dialéctica” del pensamiento del otro.
Por un lado, está dirigido a reconocer la imposibilidad de totalizar la experiencia
en el saber, la humanidad en un Estado, en una ideología, en una identidad,
340 Arturo Romero Contreras
El intelectual y el mundo
Recordemos la famosa frase de Ortega y Gasset, de «yo soy yo y mi circunstan-
cia». Esta formulación afortunada traduce al castellano una intuición de Husserl
y Heidegger (ROMERO CONTRERAS A. 2018), a saber, que “yo”, un existente, no
“floto” en el espacio, sino que estoy anclado a una situación concreta, que pue-
do llamar mi mundo. Este mundo posee una cierta estructura. No sólo posee
estructuras, sino que hay interpretaciones (o mapas) de dichas estructuras, que,
a su vez, pueden formar parte del mundo mismo. De hecho, no es necesario
decir que hay “estructuras en sí” (como Kant decía que había “cosas en sí”)
o estructuras últimas u originarias. Basta decir que hay estructuras sociales,
lingüísticas, geopolíticas, espaciales, etc., es decir, “órdenes”, donde podemos
encontrar “objetos” (que pueden ser puntuales o que pueden ser estructuras
en sí mismas) y relaciones entre dichos objetos (que pueden ser pensadas como
“operaciones” posibles entre dichos objetos). Podemos agregar a esto, que estas
estructuras no están jerarquizadas (no hay unas más “originarias” que otras),
Las tareas del intelectual: poner, contraponer, transponer 351
no “en sí”. Sin embargo, esa utilidad o inutilidad es un juicio de valor sobre el
mundo, que viene de la satisfacción o insatisfacción que éste genera en quienes
lo habitan. En este momento, el consenso global sobre la bondad y eficacia de
los mecanismos políticos, sociales y económicos que lo gobiernan se tambalea
por dos razones: la primera, que lo que parecía más natural y comprensible
de ellos (como la idea de equilibrio del mercado o de representación política)
se torna cuestionable (lo que no quiere decir: desechable sin más) y lo que
dichos mecanismos prometían (el equilibrio asumido en el mercado prometía
la distribución justa de la riqueza; la democracia prometía un fin a la guerra
y un mecanismo para lidiar con el disenso). Es en este escenario que todas las
antiguas divisiones que partían y repartían el mundo entre lo que es y lo que
no es, entre lo que debería y no debería ser y entre lo puede (o podría) y no
puede (o podría) ser se han reconfigurado. Las divisiones producidas por el
juicio respecto a qué y cómo es el mundo que habitamos, qué debería ser éste
y la distribución entre la potencia y la impotencia, lo posible y lo imposible, se
han alterado irremediablemente, sin que exista un nuevo criterio que nos pueda
orientar en este radical reordenamiento de las coordenadas del mundo.
He decidido retener la palabra “mundo”, porque remite, por un lado, siguien-
do la tradición de la fenomenología y la hermenéutica, a ese “espacio común”
de exposición de los hombres y las cosas, que no conforma ninguna identidad
concreta (es decir, no se basa en la sangre, en la lengua o la familia, pero tam-
poco en la mera tradición) y que sin embargo posee una cierta forma, ciertas
disposiciones, ciertos caminos cerrados y ciertos caminos abiertos, es decir, posee
una cierta estructura. O mejor, más que una estructura que podríamos analizar y
señalar, con miras a realizar un mapa final de lo real, tenemos más bien “pedazos
de lo real” que mapeamos de diferentes maneras. Pero esta multiplicidad de
mundos no conduce a una “variabilidad irreductible”, ni a mundos separados,
algo equivalente a una diseminada multiplicidad de interpretaciones, sino a un
espacio complejo. La contradicción corresponde a un principio de organización
del mundo cuya vigencia está hoy en cuestión. Eso quiere decir que si el intelec-
tual es quien asume y defiende posiciones en el mundo y respecto al mundo en
general, debemos aclararnos qué entendemos por ese mundo. De esta manera
podremos trazar los límites y posibilidades de un trabajo intelectual en el mundo.
Edmund Husserl, fundador de la fenomenología definió la estructura de ex-
periencia a partir de una relación llamada “intencional”. Eso quiere decir que
no hay algo así como una conciencia esencial o fundamental, sino siempre
“correlaciones” entre actos de esa conciencia y algún contenido objetivo co-
rrespondiente. Conciencia es conciencia de algo, pero dicha “conciencia” puede
referirse a cualquier tipo de acto subjetivo: percibir, juzgar, desear, etc. Pero esta
definición aparentemente tan simple se ve complicada pronto conforme Husserl
Las tareas del intelectual: poner, contraponer, transponer 353
Notas
(1) Es fácil también notar que el sistema académico ha logrado introducir, de manera forzada,
un criterio para hacer conmensurables las diferentes producciones. Este sistema hace de las
obras “productos” académicos, que se miden por su “impacto”. Al igual que las mercancías
en un sistema capitalista, los diferentes trabajos académicos se han vuelto comparables en un
sistema de “puntos” homogeneizado. Estos productos deben probar suerte en el mercado de
los conocimientos. Cuántas veces sea uno citado y en qué lugares es el criterio para juzgar el
valor de un trabajo. Es así que se introduce la competencia entre intelectuales y su capital
intelectual (prestigio). El formato del journal obliga también a producir artículos cortos,
a repetirse con el fin de mantener la tasa de producción, a crear polémicas ficticias, etc.
Comparable a la fábrica de alfileres descrita por Smith, el trabajo del intelectual se vuelve
fragmentario, simple, mecánico. Esos artículos, financiados por universidades públicas, son
luego apropiados por grandes casas editoriales, quienes obtienen un plusvalor al vender
ahora el acceso a investigadores y universidades.
(2) Ésta es la idea central de Lukács: el pensamiento romántico de Schelling habría sembrado
la semilla de un irracionalismo, cuyas consecuencias directas serían visibles en el régimen
Nacionalsocialista (LUKÁCS G. 1959). Popper, por su parte, culpará a Hegel y a Marx de
oscurantismo filosófico, tendencia en contra de la “sociedad abierta” y racional (POPPER K.
2010).
(3) (ADORNO T. - HORKHEIMER M. 1998).
(4) Aquí resultan muy pertinentes las palabras de Badiou en su Manifiesto por la Filosofía:
Los argumentos principales son «[...] Kolyma y Auschwitz, nuestros filósofos, echándose el
siglo sobre las espaldas, y finalmente todos los siglos desde Platón, han decidido declararse
culpables. Ni los científicos, tantas veces sentados en el banquillo, ni los militares, ni tan
siquiera los políticos han considerado que las masacres de este siglo afectaran seriamente a
su gremio. […] Tan sólo los filósofos han interiorizada que el pensamiento, su pensamiento,
tropezaba con los crímenes históricos y políticos de este siglo, y de todos los siglos de los
que éste procede […] Naturalmente podríamos pensar que hay demasiado orgullo en esta
singularización filosófica de la intelectualidad del crimen» (BADIOU A. 1989: 8).
(5) Por más que Habermas defienda una pragmática universal de corte universalista, es evi-
dente el alejamiento de las grandes construcciones herederas de Marx y Hegel, que jugaron
un papel determinante en su primera época de producción filosófica (HABERMAS J. 2000;
1987). Odo Marquard forma parte, junto a Habermas y otras figuras, de los ideólogos de
la República Federal Alemana. Odo Marquard comienza su labor filosófica en los años 60
con un trabajo sobre el idealismo alemán, el romanticismo y el psicoanálisis (MARQUARD O.
1987) para dar un giro antropológico y pragmático (MARQUARD O. 1981).
(6) (HEIDEGGER M. 2000), (FOUCAULT M. 2005), (DERRIDA J. 1994), (RANCIÈRE J. 2006) y (DE-
LEUZE G. - GUATTARI F. 1994).
(7) Por ejemplo: el pensar se opone no sólo al ser, sino, al mismo tiempo, al actuar, lo que nos
da un espacio conceptual que ya no es bipolar, sino multipolar. En este contexto multipo-
lar, ya no conviene pensar en una dialéctica, en el sentido hegeliano o marxista, sino en lo
que Merleau-Ponty ha llamado una “diacrítica”. En un escenario donde los términos no
constituyen una oposición, sino un espacio de oposiciones conectadas entre sí, ya no puede
existir el problema de la “síntesis” o de la “superación” (Aufhebung en alemán). Por el con-
trario, necesitamos conceptos que nos permitan navegar los diferentes espacios y conocer su
“estructura” o “topología”. Es Kant quien define a la filosofía como una “crítica” (Kritik)
de la razón (según sus dos primeras Críticas) y del juicio (en su tercera Crítica). Crítica
proviene de la palabra griega krinein que significa tanto separar como decidir. En la acepción
de Kant la crítica se refiere a una capacidad de discernimiento y juicio a la vez. Tanto el
juicio reflexionante (reflektierend) como el determinante (bestimmend), que define Kant en
la Crítica de la Facultad de Juzgar (Kritik der Urteilkraft) son modos del discernimiento y,
Las tareas del intelectual: poner, contraponer, transponer 357
de modo muy general, de la diferenciación. En alemán, la palabra que utiliza Kant para
el juicio es Urteil. Urteil significa juzgar tanto en el sentido lógico, como en el sentido legal
del término. Se trata, pues, de conocer las condiciones para poder emitir un juicio, tomar
una decisión. Para Kant, sin embargo, la crítica está circunscrita a la posibilidad o facultad
del sujeto que razona. En otras palabras, el sujeto constituye el espacio absoluto donde la
discriminación tiene lugar. Los trabajos de Merleau-Ponty, pese a su marco fenomenológico,
que le obliga a tomar ciertos compromisos con el ego trascendental (que podemos poner en
cierta equivalencia con el ego kantiano como lugar absoluto), logra plantear la cuestión más
amplia del mundo donde ese sujeto, está también puesto con su cuerpo. El sujeto trascen-
dental tiene también un cuerpo, que Merleau-Ponty llama carne (chair). Ese cuerpo es tan
constituyente (es decir, aprehende el mundo, es activo), como constituido (se encuentra en
el mundo y es, por tanto, pasivo). En este punto el sujeto deja de aparecer como espacio
absoluto y surge una figura de “quiasmo” entre ego y mundo: cada uno está en el otro,
sin poder decidir una última instancia. Surgen así dos espacios relacionados, o bien, una
suerte de superficie no-orientable, como el caso de la banda de Möbius que no tiene revés,
ni derecho: el mundo se continúa en el ego y viceversa. Es entonces que cobra sentido una
“método diacrítico”. “Diacrítico” significa: a través de diferentes juicios o, mejor, a través
de diferentes criterios para discernir. Y ya que hemos hablado de espacio: podríamos decir
que un método diacrítico “atraviesa” y “conecta” diferentes espacios (así se relacionan el
ego y el mundo) (MERLEAU-PONTY M. 2010).
(8) (AGUIRRE A. 2014).
Bibliografía
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sóficos, Trotta, Madrid.
AGUIRRE Arturo, 2014, Crítica del exilio: signatura de violencia, Edaf y Afínita, Puebla.
CASTRO-GÓMEZ Santiago, 1996, Crítica de la razón latinoamericana, Puvill Libros S.A.,
Barcelona.
DELEUZE Gilles - GUATTARI Félix, 1994, Mil mesetas: capitalismo y esquizofrenia, Pre-Textos,
Valencia.
DERRIDA Jacques, 1994, Márgenes de la filosofía, Cátedra, Madrid.
FOUCAULT Michel, 2005, Las palabras y las cosas, Siglo XXI, México y Buenos Aires.
HABERMAS Jürgen, 1987, Teoría de la acción comunicativa, Taurus, Madrid.
HABERMAS Jürgen, 2000, Aclaraciones a la ética del discurso, Taurus, Madrid.
HEIDEGGER Martin, 2000, Tiempo y Ser, Tecnos, Madrid.
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LÉVINAS Emmanuel, 2012, Totalidad e infinito, Spigueme, Salamanca.
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MARQUARD Odo, 1981, Abschied vom Prinzipiellen, Reclam, Stuttgart.
MARQUARD Odo, 1987, Transzendentaler Idealismus, romantische Naturphilosophie, Psy-
choanalyse, Dinter, Colonia.
MERLEAU-PONTY Maurice, 2011, Lo visible y lo invisible, Nueva Visión, Buenos Aires.
POPPER Karl, 2010, La sociedad abierta y sus enemigos, Paidós, Buenos Aires-México.
358 Arturo Romero Contreras
Sitografía
NIETZSCHE Friedrich, 2019, Die Philosophie im tragischen Zeitalter der Griechen,
Disponible en http://www.zeno.org/Philosophie/M/Nietzsche,+Friedrich/Die+Philosophie
+im+tragischen+Zeitalter+der+Griechen/1-10.
577
Finito di stampare nel mese di aprile 2020
dallo Stabilimento Tipografico « Pliniana »
Viale F. Nardi, 12 – 06016 Selci-Lama (PG)
www.pliniana.it
« Ecco dunque “THULE”, rivista che intende proporsi come luogo di dibattito e come
spazio di presentazione dell’attività americanistica che si svolge ad opera di studiosi
italiani e che persegue anche l’obiettivo di fungere da strumento di orientamento e
raccordo delle diverse tendenze dell’americanistica italiana e dei suoi ambiti di indagine
DWWXDOLFRPHGLTXHOOLVYLOXSSDWLVLQHLGHFHQQLSDVVDWLHGHJOLDVSHWWLGHOODULÀHVVLRQH
teorica e delle ricerche empiriche.
“THULE” apre i suoi spazi a diversi approcci multidisciplinari che insieme “fanno”
l’americanistica (dalla paleoetnologia all’etnobotanica, dall’archeologia all’etnostoria,
dall’antropologia medica alla storia delle idee, e così via), approcci che sinergicamente
contribuiscono ad approfondire il nostro sapere e la nostra comprensione delle culture
– dalle più antiche a quelle attuali – del continente americano ».
Venient annis
saecula seris quibus Oceanus
uincula rerum laxet et ingens
pateat tellus Tethysque nouos
detegat orbes nec sit terris
ultima Thule.
In copertina:
Dio del Vento, Quetzalcoatl, inventore della scrittura. Dettaglio della pagina 48 del Codice
Vindobonensis, o Codice Vienna. Da Codices prehispanicos, Miguel León Portilla, Artes de México,
Marzo 2013.
ISBN 978-88-99223-02-1