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METODO BIOGRAFICO
CITA BIBLICA: TODA LA BIBLIA: PEDRO
ELABORADO POR:
MARIA SORAIDA YEPES MURILLO
PRESENTADO A:
PASTOR JHON FABER URRIAGO ALZATE
Personaje: Pedro
Y ésta fue la respuesta de Jesús, el divino e inigualable Doctor: «Ven conmigo, cree
en mi palabra, y yo te haré pescador de hombres.»
III Ministerio
La crisis más grande que enfrentó Pedro fue que cuando Jesús estaba siendo
juzgado, y una vez el gallo cantó, él ya había negado tres veces a Jesús, tal como
Jesús se lo había dicho.
En Mateo 6:33 Pedro le dice al Señor: “aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca
me escandalizaré”, cuando Cristo acaba de decirles a los discípulos: “Todos vosotros
os escandalizareis de mí esta noche”. Pedro se ve así mismo como un creyente
invencible en comparación de otros.
En Mateo 26:35 Pedro también le dijo al Señor: “aunque me sea necesario morir
contigo, no te negaré. Cristo se había dirigido a Pedro de esta manera: “de cierto te
digo que esta noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces.
Por todo lo anterior Pedro se sintió muy triste no solamente debido a su pecado,
También pensando en la razón por la que tuvo que morir Jesús.
VII Su muerte
Que dicha crucifixión fue distinta de la de Jesús y se produjo boca abajo, es tradición
igualmente antigua, cuyo más antiguo testimonio tal vez sea éste que debemos a
orígenes (185-254) según el cual “Pedro fue crucificado en Roma, con su cabeza
hacia abajo, como él mismo había deseado sufrir”.
En el momento en que Pedro iba a ser crucificado, el apóstol dijo: “cuando
crucificaron a mi Señor, pusieron su cuerpo sobre la cruz en posición natural con sus
pies abajo y la cabeza en lo alto, en esto sus verdugos procedieron acertadamente,
porque mi Señor descendió desde el cielo a la tierra, a mí en cambio, debéis ponerme
de manera distinta, con la cabeza abajo y los pies arriba; porque además, de que
no soy digno de ser crucificado del mismo modo que El lo fue, yo, que he recibido
la gracias de su llamada, voy a subir desde la tierra hasta el cielo; os ruego por tanto
que al clavar mis miembros en la cruz, lo hagáis en tal forma que mis pies queden
en lo alto y mi cabeza en la parte inferior del madero. Los verdugos tuvieron a bien
acceder a este deseo. (Ley Dor. 139,2).