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LAS CUMBRES MUNDIALES DE LA TIERRA

Dra. Beatriz Herrera*

El informe “Desafío Mundial, Oportunidad Mundial”, publicado por las Naciones Unidas, subraya la
necesidad de incrementar significativamente los esfuerzos para apoyar un desarrollo sostenible que
permita una mejor administración de los recursos mundiales. El Jefe del mencionado informe, Nitin
Desai, decía: “Si no hacemos algo para cambiar nuestros patrones de desarrollo, pondremos en riesgo
la seguridad de la Tierra y sus habitantes, a largo plazo”. En ese sentido San Marcos, recogiendo dicha
preocupación auspicia este primer Foro Nacional sobre Desarrollo Sostenible, difundiendo sus
contenidos y buscando alternativas que contribuyan a la plena aplicación de los programas adoptados
en 1962 en Estocolmo, en 1992 en Río de Janeiro y recientemente en Johannesburgo.

En Johannesburgo, la Cumbre sobre el Desarrollo Sostenible acordó mantener los esfuerzos para
promover el desarrollo sostenible, mejorar las vidas de las personas que viven en pobreza y revertir la
continua degradación del medioambiente mundial. Ante la pobreza creciente y el aumento de la
degradación ambiental, la Cumbre ha tenido éxito en establecer y crear, con urgencia, compromisos y
asociaciones dirigidas a la acción, para alcanzar resultados mensurables en el corto plazo. Es decir,
diez años después de la Cumbre de Río, las condiciones para el desarrollo sostenible no eran mejores
que las que imperaban en 1992, pues se observa que la pobreza está aumentando, las necesidades de
desarrollo son más apremiantes y el medioambiente continúa degradándose.

Muchos especialistas sostienen con preocupación que los aspectos de la globalización son negativos
en muchos casos, debido a los efectos del proceso tales como la inestabilidad financiera y económica,
la exclusión social y el agotamiento de los recursos naturales que vienen intensificándose. En
consecuencia, una parte importante del mundo está quedando rezagada en el desarrollo mundial. Si
bien se notó un relativo avance en la reducción de la pobreza durante la década de los noventa, al
disminuir de 1300 a 1200 millones, el número de personas que viven con menos de un dólar diario, este
avance sólo se concentró en Asia Oriental y América Latina, sin embargo, ciertas regiones aún no han
manifestado estas tendencias, como África que continúa experimentando los más altos niveles de
mortalidad, pobreza y hambre, y muestra el mayor contraste, en comparación, con las condiciones de
vida de los países industrializados.

El problema va más allá de los niveles de vida y tiene un impacto en la situación de los recursos
naturales de ese Continente, donde la tasa de deforestación es la más alta a nivel mundial, con un 7%
de los bosques durante la década de los noventa. Durante los últimos diez años la tasa promedio de
crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) para todos los países subdesarrollados aumentó, en
comparación con el de los años ochenta, sin embargo, no todos los países fueron beneficiados con este
crecimiento. Mientras que el crecimiento económico en África mejoró muy marginalmente, el alto
crecimiento de la población disminuyó sus beneficios, ampliándose la brecha entre la calidad de vida de
esos habitantes y las demás regiones. Por otro lado, si bien el comercio internacional tuvo un
comportamiento positivo en la década de los noventa cuando las exportaciones mundiales crecieron en
un 6.4%, la globalización ha demostrado * Vicerrectora Administrativa de la UNMSM. 7 6 LAS
CUMBRES MUNDIALES DE LA TIERRA tener un lado extremadamente volátil. Mientras muchos
países se beneficiaron con una inyección de capital privado extranjero, el retroceso de estos flujos
causó las crisis financieras de México (1995), del Sudeste Asiático (1997), de Rusia (1998), Brasil
(1999) y recientemente Argentina.

La distribución de la riqueza mundial continúa deteriorándose, solamente el 15% de la población


mundial, en los países de ingresos altos, representa el 56% del consumo total mundial, mientras que el
40% más pobre, en los países de bajos ingresos, representa únicamente el 11% del consumo. Además,
la población mundial alcanzó la cifra de seis mil millones en el año 2000, un incremento significativo si
se le compara con la cifra de dos mil quinientos millones de habitantes en el año 1950 y cuatro mil
cuatrocientos millones en el año 1980. Se espera que la cifra aumente a ocho millones en el 2025.
Estimándose que para el año 2025, alrededor del 54% de la población de los países subdesarrollados
residirá en las áreas urbanas.

A medida que aumente la movilización de personas hacia las áreas urbanas, aumentará también el
número de pobres en las ciudades. Las preocupaciones también van en relación a las otras tendencias
actuales como que hoy en día, el 40% de la población mundial enfrenta escasez de agua; el nivel
mundial del mar está elevándose, una muestra evidente del impacto del calentamiento mundial;
diversas especies de animales y plantas están en peligro de extinción, incluyendo la mitad de los
primates de mayor tamaño; el 2.4% de los bosques del mundo fueron destruidos durante la década de
los noventa; cada año más de tres millones de personas mueren por los efectos de la contaminación del
aire; etc. Ante nosotros pues, se alzan desafíos mundiales que sólo pueden acometerse de manera
conjunta, siendo necesario contar con un financiamiento básico proveniente de la Asistencia Oficial para
el Desarrollo acordado por Naciones Unidas, de un 0.7% del Producto Bruto Interno de los países
industrializados, cifra nunca cumplida y que en la actualidad muestra una tendencia declinante.

Un apoyo directo, para que Guatemala cumpla los Objetivos de Desarrollo Sostenible Durante la celebración de la Cumbre
para el Desarrollo Sostenible que se realizó en septiembre 2015, Guatemala aprobó integrarse a la Agenda 2030, que
incluye acciones concretas para poner fin a la pobreza, reducir la desigualdad, mayor cumplimiento de la justicia y hacer
frente a los desafíos que genera el cambio climático. Como parte del esfuerzo de las instituciones del sector empresarial
organizado, por contribuir a la construcción de un país más próspero, solidario, seguro y con instituciones fuertes, CACIF y
FUNDESA hemos venido trabajando en la agenda de desarrollo denominada Mejoremos Guate, que a partir de este año se
suma plenamente a generar un aporte directo para que Guatemala cumpla al año 2030 con los Objetivos de Desarrollo
Sostenible. Una de las primeras acciones era alinear cada una de las iniciativas y proyectos, con los 17 objetivos mundiales,
tomando como principal eje las cuatro limitantes al crecimiento económico, que se plantearon en su momento para crecer
por encima del 6 por ciento y con ello contribuir de manera más acelerada a reducir la pobreza. Las cuatro limitantes al
crecimiento económico son: reducir la desnutrición crónica, por medio de la implementación correcta de la ventana de los
mil días y el fortalecimiento del sistema de salud; mejorar la calidad educativa con equidad, dando seguimiento al Acuerdo
Nacional de Desarrollo Humano firmado en el ENADE 2013; reducir los niveles de inseguridad; y fortalecer a las instituciones
del Estado, para garantizar que se reduzca la corrupción en el país. Cada uno de los proyectos e iniciativas que se trabajan a
través de Mejoremos Guate, están plenamente identificados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, para comenzar a
trabajar en una agenda de país que permita que diferentes gobiernos a lo largo del tiempo, puedan generar programas
congruentes con estos objetivos y cumplir con las metas establecidas al año 2030. Lo que usted encontrará en esta edición
es una recopilación de las acciones más importantes que se están trabajando a través de la iniciativa Mejoremos Guate y
cómo estas están directamente vinculadas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Se incluyen además algunas
recomendaciones para comenzar a trabajar en programas que hoy no se están desarrollando desde la iniciativa Mejoremos
Guate y que podrían apoyar al cumplimiento de indicadores en temas relacionados al medio ambiente. Esperamos escuchar
de usted a través de nuestras redes sociales y seguir la conversación de este nuevo reto, en que el país debe continuar
trabajando para reducir la pobreza.

Si hablamos de un país desarrollado, probablemente más del 90% de la población no cuenta con los ingresos suficientes, y
no solamente el 60%. Estamos hablando de un país en donde aun repartiendo lo que hay, no alcanzaría para tener
estándares de calidad de vida como los que aspiramos. Tenemos que superar los obstáculos legales y administrativos que
impiden que haya más fuentes de trabajo formal, mayor productividad, mayor competitividad, mayor crecimiento, mayores
ingresos fiscales y mayor inversión en el país. Estamos en un punto de oportunidad, donde debemos plantearnos las
preguntas correctas. Probablemente continuamos con altos niveles de pobreza no sólo porque hayamos hecho cosas malas,
sino porque no hemos sido capaces de hacer las cosas buenas, aquellas que inciden en el bienestar de todos y cada uno de
los guatemaltecos. El estudio de Brechas de Talento es una iniciativa realizada por el Consejo Privado de Competitividad
para fomentar la cooperación entre empresas del sector privado y las universidades.

Entre los sectores empresariales de interés para el estudio se encuentran: el agrícola, ganadero y pesquero, la silvicultura,
la industria manufacturera, las industrias extractivas, servicios, construcción y comercio formal; debido a que son los
sectores más importantes para el crecimiento económico del país, ya que comprenden alrededor del 80% de la producción
nacional. El estudio de Brechas de Talento consta de 2 etapas: la primera consiste en identificar las necesidades específicas
de talento humano en las empresas a través de una encuesta; y la segunda estriba en transmitir los resultados obtenidos a
las universidades para que adapten los currículos académicos y preparen mejor a los estudiantes que estarán ingresando al
mundo laboral. El propósito del estudio está alineado con la razón de ser del Consejo Privado de Competitividad: estimular
la generación de empleo a través de la mejora de la competitividad y capacidad de innovación del país para reducir los
niveles de pobreza. Por lo tanto, el estudio de Brechas de Talento busca reducir la brecha entre el sector privado y la
academia, al preparar mejor al universitario para que responda a las demandas laborales, y facilitar a las empresas el
hallazgo de personal que satisfaga sus expectativas

Ha pasado más de un año después de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible - CMDS (Johannesburgo, 26
de Agosto al 4 de Septiembre de 2002), así que es un buen momento para volver a examinar, con una mirada lo
más objetiva posible, los resultados y los compromisos acordados allí y, sobre todo, para revisar las
oportunidades y los impactos que Johannesburgo le plantea a América Latina en el horizonte de los próximos
años. Importantes eventos multilaterales han sucedido a Johannesburgo en la agenda internacional: el Foro
Mundial del Agua (Kioto, marzo 2003), una nueva reunión ministerial de la OMC (Cancún, septiembre 2003) y
estamos ahora en la antesala de una decisiva Conferencia de las Partes de la Convención de la Diversidad
Biológica (CBD) que se llevará a cabo en febrero de 2004 en Kuala Lumpur.

Estos y otros espacios de negociación afectan y ajustan, por supuesto, el seguimiento de la CMDS. Por eso, una
vez superadas las evaluaciones “en caliente” que dominaron los meses posteriores a la Cumbre de
Johannesburgo, este sencillo documento busca estimular la reflexión regional sobre las implicaciones de la misma
y promover ideas para la ejecución del Plan de Acción a escalas nacional, sub-regional y regional en América
Latina.

Esperamos también sirva como instrumento para convencer a las organizaciones regionales, así como a donantes
y sector privado, respecto a la relevancia del seguimiento a la Cumbre. Estamos convencidos que el real valor de
esta Cumbre Mundial se verá reflejado en las acciones que se logren articular en la fase post-Johannesburgo a lo
largo de las dos próximas décadas. En suma, los objetivos principales de este documento incluyen: • Estimular la
reflexión regional sobre los resultados de la CMDS y sus implicaciones para la región • Promover ideas para la
ejecución del Plan de Acción a escalas regional, sub-regional y/o nacional en América Latina • Promover diálogos
y análisis colectivos que produzcan algunos consensos útiles y propuestas concretas de acción basadas en los
resultados de la Cumbre • Difundir la información producida o la opinión generada en la región como un medio
de apoyo a la concreción o herramienta para la implementación de las metas de Johannesburgo Se trata de un
aporte conjunto de UICN SUR y el Proyecto Danés Río + 10 al necesario debate respecto a las implicaciones,
oportunidades y retos que plantean los acuerdos de Johannesburgo en tres temas estratégicos para América
Latina: • Comercio y Ambiente.

Las negociaciones sobre libre comercio constituyen una oportunidad y al mismo tiempo un riesgo, en términos
de una efectiva vinculación entre el desarrollo humano, el crecimiento económico y el uso sostenible del medio
ambiente. La región se enfrenta a un delicado proceso de negociación de acuerdos de libre comercio a diferentes
escalas (bilateral, subregional, ALCA) que ojalá sepan recoger los elementos pertinentes de la Declaración del
Milenio y el Plan de Acción de Johannesburgo. Además está el reto de defender tales elementos en las
negociaciones globales en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

• Agua. América Latina afronta una triste paradoja al ser una de las regiones más ricas del mundo en oferta de
agua dulce pero al mismo tiempo exhibir una baja eficiencia en gestión de recursos hídricos, suministro a la
población y saneamiento básico. Las Metas del Milenio en lo referente a este tema, refrendadas en
Johannesburgo, constituyen un reto para la región.

• Biodiversidad. La biodiversidad es el mayor capital natural de América Latina, al lado del agua.

No obstante, representa una ventaja comparativa mal conservada y poco aprovechada en función de un
desarrollo sostenible con equidad social. El Plan de Acción y la Convención sobre Diversidad Biológica (CBD)
plantean el compromiso de crear un régimen internacional de acceso y distribución equitativa de beneficios, en lo
cual América Latina tendría que ser un actor fundamental.

En la primera parte de este documento, a manera de antecedentes, se ofrece una selección de reacciones
generales frente a la Cumbre desde la perspectiva de la sociedad civil. Creemos que esto resulta útil no solamente
para entender mejor las posiciones de una importante porción de esa sociedad que se declara inconforme y
opuesta al modelo de desarrollo imperante, sino para rescatar algunas constructivas propuestas que acompañan
esas posturas.

Justamente, la intención de los editores es propiciar un diálogo virtual, a lo largo de este documento, entre
diferentes puntos de vista y demostrar que en muchos casos las posiciones opuestas ofrecen puntos de
encuentro que deberían servir como puntos de partida para una acción decidida y de consenso. En la segunda
parte, el lector encontrará aportes, con enfoque prospectivo, tanto de la sociedad civil en general como de los
gobiernos, que reflejan la diversidad de pensamiento en América Latina sobre los temas seleccionados y aportan
a la reflexión sobre las implicaciones post-Cumbre. Si bien la mayoría de los artículos son en español, varios
artículos o cuadros se encuentran en portugués. Esto se debe a que este documento va dirigido a todos los
latinoamericanos y pretende ser un instrumento de acercamiento en estos temas tan centrales para la región.

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