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LA TFE COMO FORMA DE PRACTICA TERAPEUTICA

La terapia contiene aspectos muy importantes en el desarrollo de la cognición de las


emociones, es entonces pertinente explorar el mundo de la psicoterapia y su función que ejerce
con las emociones. Al leer detenidamente el libro “trabajar con la emociones en
psicoterapia” se puede encontrar en foques destinados a explicar cómo son las emociones
cuáles son sus acciones, y como la terapia puede actuar para entender la función que ejerce la
emoción en el carácter de la persona.
Cuando se habla de terapias y emociones se tiene que entrar a esquemas plateados, estos
esquemas manejan el modelo de funcionamiento emocional para las personas, con esto no
quiero decir, que las emociones sean igual para todos en su cognición, por el contrario una
cadena de recuerdos particulares da como resultado un esquema de emociones muy
personales; son los recuerdos un estímulo para evocar emociones, emociones que pudieran
estar atrapadas y que al final se pudieran convertir en recuerdos y sensaciones de malestar.
La función del terapeuta es brindar al paciente un ambiente en el cual se pueda dar una
interacción entre el terapeuta y el cliente, generando esto una confianza que es crucial para el
desarrollo de una terapia focalizada en la emociones (TFE). El focalizamiento de las
emociones permite saber cómo actuar en la personalidad del individuo, para saber cómo se
puede ejercer una interacción, el terapeuta puede trabajar con los esquemas emocionales de
modos diferentes, uno de ellos es afianzar el momento del hoy y del ahora, partiendo que el
cliente maneje sus emociones de manera adaptativa y la otra, es saber llevar un lenguaje
cordial y amable, es así que las sensaciones y emociones dolorosas pueden tener un
significado que se presentan de forma desadaptativas, las cuales pueden llevar a un manejo de
expresión en si mismo, logrando así encontrarse.
Al efectuar un tratamiento terapéutico, se debe establecer cuáles son los trastornos de tipo
emocional que tiene la persona a la cual se quiere tratar; algo para tener en cuenta es que la
terapia se realiza sin ningún tratamiento bioquímico, esto quiere decir que solo se expondrá
elementos sujetos al sujeto verbal que tenga el terapeuta y a su modo de operar utilizando la
TFE. Para poder iniciar un tratamiento sobre esto, se debe especificar los trastornos
emocionales, sobre lo anterior Greenberg Leslie y G. Paivio Sandra año afirma que:

Para facilitar la intervención diferencial es útil categorizar los trastornos


emocionales en cinco amplias causas posibles de difusión (a) la falta de
habilidad para efectuar cambios en la relación con el entorno, que son
impulsados por una tendencia de acción emocional que produce estrés como
resultado; (b) la evitación o disociación de la emoción, que lleva a la
desorientación y a la incongruencia; (c) los problemas para regular la
intensidad de la emoción, que llevan a un pobre enfrentamiento; (d) el
trauma que da como resultado multitud de problemas, descritos a menudo
como estrés post traumáticos; y (e) los procesos de construcción de
significados disfuncionales que dan como resultado respuestas emocionales
desadaptativas. Greenberg Leslie y G. Paivio Sandra p.89

El terapeuta debe tener todas las herramientas que pueda aplicar en la terapia, la
identificación de problemas es crucial para el desarrollo del tratamiento, muchas personas
ocultan las emociones provocando así que la identificación de la emoción produce un acto de
acción cualquiera que fuera su tipo, es difícil de detectar en una sola terapia esto debe ser un
tratamiento continuo, el cual el terapeuta debe leer el lenguaje corporal de la persona a la que
se está tratando, esto es un elemento claveque se utiliza mucho en la TFE, puesto que muchos
pacientes son extrovertidos. Greenberg Leslie y G. Paivio Sandra argumentan que “las
personas encuentran muchas maneras ingeniosas para poder sentir sus emociones, así como el
dolor asociado con ello.” La terapia es clave para conocer e interpretar los problemas
emocionales, enfocado en clarificar y manejar los trastornos de una manera razonable.
Resulta interesante conocer y establecer los aspectos de regulación de emociones; en
ocasiones el tiempo prolongado en el cual se sitúa una persona en una emoción, por ejemplo
en el dolor, el cual conlleva a una desadaptación del cliente, pero no es la emoción como tal la
que produce el problema, es el problema de falta de habilidad para regular la intensidad de la
emoción, esto puede provocar problemas más intensos en la personalidad del individuo,
perjudicando así su convivencia social,
Greenberg Leslie y G Paivio Sandra afirman que:

Aunque la regulación de la intensidad es importante en la vida no estamos


sugiriendo que la intensidad y expresión de la experiencia sean siempre
desadaptativas. Esto también proporciona color y pasión a la vida. Todos
nosotros aunque modulamos correctamente, en ocasiones perdemos nuestra
frialdad y, en ciertas ocasiones y conciertas personas, esto es lo que se espera
de nosotros. Greenberg Leslie y G. Paivio p. 94

Es importante saber entonces, que existen métodos de regulación los cuales son necesarios
para entender hasta donde se encuentra el límite de nuestras acciones, las cuales están sujetas a
las mociones; una emoción mal encaminada puede derivar en problemas y trastornos de
conducta. El papel del terapeuta es llevar a buen cause emociones que causan desadaptación;
la interacción constante entre paciente y terapeuta utilizando la TFE hacen que la regulación
de la emoción sea una realidad.
La regulación de emociones produce un aprendizaje que conlleva un manejo sistemático de
las acciones por efectos de las emociones. Esto quiere decir que el cerebro asume como se
debe comportar una persona en base al aprendizaje que se ha tomado, a esto se le llama un
proceso reflexivo y llevando a un comportamiento moderado de las emociones.
Cuando se habla de casos traumáticos casi siempre a temprana edad y en los que se
involucran hechos de abusos tanto físicos como psicológicos, es muy pertinente abordar una
terapia que focalice el centro de la emoción primaria, estos lleva acabo con un manejo de los
recuerdos que fueron traumáticos y que se necesita analizar en detalle cada factor que conlleve
a una emoción traumática. Sobre lo anterior Greenberg Leslie y G. Paivio Sandra, establecen
que “el trauma que produce una activación emocional extrema deja a las personas con
momentos altamente aterrorizantes vividos, impresos en sus memorias”.
Cuando el trauma se sucede en la niñez se tiene que establecer cuáles fueron los
desencadenantes para que la emoción surgiera de una manera desmedida. En muchas
ocasiones el infante por falta de conectores lingüísticos no puede establecer con palabras los
hechos que sucedieron que dejan secuelas que se alojan en la memoria, generando emociones
post traumáticas.
Por lo general los desajustes en la conducta, conducen a acciones que son traumáticas; la no
definición de una meta o interés afectivo generan emociones desadaptativas; es allí donde
debe actuar el terapeuta, en utilizar el lenguaje que lleve a una meta o interés al cliente, una
vez establecida la meta se debe actuar en modo en que el cliente se sienta cómodo al visualizar
el interés encontrado, dando sensaciones de agrado estableciendo emoción placentera.
Cuando se generan desajustes en la conducta dadas por una emoción mal enfocada ocurre lo
que es la disfunción, sobre esto Greenberg Leslie y G. Paivio Sandra, afirman que “la
disfunción es la consecuencia de respuestas desadaptativas ante el desajuste fiablemente
percibido entre situaciones y necesidades.
Una acción clave TFE, son los procesos de cambio; es importante que el terapeuta realice
una consolidación de frases que lleven a que el cliente logre encontrar en sí mismo las
actitudes y emociones desadaptativas, para que así una vez evocada la experiencia, el cliente
exprese asimilando esa emoción que puede generarle algún conflicto. Cuando se conoce la
emoción y su posible desadaptación es un primer paso para un proceso de cambio, lo segundo
es proporcionar un apoyo desde las palabras del terapeuta, ofreciendo un estímulo para que el
cliente pueda abrir y expresar sus emociones. En tercer lugar cuando ya se reconoce el
sentimiento de malestar, se reconoce que algo está mal, no por esto se tiene que dejar a un
lado, por el contrario se debe tener muy en cuenta estas emociones que son secundarias; en
coacciones, dichas emociones de malestar ayudan a saber si existió algún problema para
evocar emociones primarias. El cuarto, quinto y sexto punto se aplican para reconocer y
experienciar las emociones primarias y secundarias, y así poder aplicar los cambios que
pueden darse desde la misma terapia, reconociendo las falencias que se tiene en la expresión,
reconocimiento y función de las emociones.
Continuando con la argumentación que hace Greenberg Leslie y G. Paivio Sandra,
realizando disertaciones con ejemplos prácticos que llevan a la comprensión de la labor que
lleva el terapeuta en comprender y manejar los conflictos que existen generados por las
emociones; es importante establecer dos niveles de creación de significado Greenberg Leslie y
G. Paivio Sandra, afirman que “existen dos niveles, el esquemático emocional, es decir, el
nivel experiencial, y el consiente, esto es el nivel conceptual”. Al argumentar lo expresado
acerca de los dos niveles de creación de significado, es importante reconocer el primer tipo se
caracteriza por la primera impresión que se tiene cuando se percibe cualquier acto alegre o
doloroso, y el segundo tipo es cuando se da un significado a esa emoción que paso por la parte
experimentativa.
Para concluir es importante destacar que la terapia es un concepto que maneja la interacción
entre terapeuta y cliente, sin ningún tipo de elementos bioquímicos. Las emociones son
sensaciones complejas que deben ser estudiadas a fondo para comprender así el porqué de las
reacciones de las personas en determinados momentos. Emociones primarias como la alegría y
el dolor pueden ser el detonante para desencadenar otro tipo de emociones que se gestan si la
emoción primaria no ha sido asimilada, produciendo una desadaptación.
La TFE es un manual a seguir enfocado en la práctica terapéutica centrada en el
comportamiento de la persona y como esta persona reacciona en distintas emociones.

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