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EXPERIENCIAS Y REFLEXIONES SOBRE EL PROCESO DE EVALUACIÓN

El ser humano, por su propia condición, busca siempre explicar lo que le


sucede, tal es el caso de procesos tan simples como la fatiga, el hambre, su
relación con los demás, etc. Pero no sólo busca explicarlos, trata en la manera
de lo posible de prever lo que podría suceder ante una decisión determinada.
Esto tiene que ver con un concepto denominado libertad ontológica, es decir el
hombre es libre y libre de pensar en todas sus posibilidades. La evaluación del
proceso de enseñanza-aprendizaje es precisamente esta posibilidad de prever
para poder remediar o incluso modificar la forma en que se está realizando el
proceso del aprendizaje. En este proceso se requieren de instrumentos que
permiten evaluar el desempeño de los alumnos en la adquisición de
conocimientos, de ciertas habilidades o de actitudes, así como evaluar las
estrategias de enseñanza. Estos instrumentos deben ser variados (portafolios,
exposiciones, proyectos, organizadores gráficos, entre otros) o incluso la
aplicación de una prueba objetiva. La efectividad de los instrumentos que se
utilizan puede variar de acuerdo a la dinámica del mismo grupo, a los
contenidos e incluso por condiciones externas ya que en determinados
momentos los programas y planes de estudio entran en cierto momento de
contradicción y cuestionamiento dando paso a una revisión curricular como a la
que actualmente se está sometiendo el Colegio de ciencias y humanidades.
La evaluación debe proporcionar elementos al profesor y al alumno para
tomar decisiones con respecto al proceso de enseñanza-aprendizaje. Por un
lado, al profesor respecto a la calificación (proceso inherente a la evaluación
dentro de un proceso institucional de escolarización), así como a las
estrategias y planeación de su práctica docente. Por otro lado, al alumno,
consciente o inconscientemente, respecto a lo que ha aprendido.
Profesores
Joel García Rivero
Roberto Aguilar Rojas

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