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LA CREACIÓN
"En el principio creó Dios los cielos y la tierra» (Gn. 1: 1).
el origen de la
materia
La creación es un misterio vedado a los ojos del hombre, es decir, que sin la
revelación divina, el hombre no puede descubrir el origen de todas las cosas, ni
siquiera a través de la especulación filosófica y científica, pues la creación del
universo, incluyendo al hombre, está claramente descrita en la biblia.
"Por la fe comprendemos que el universo fue hecho por la palabra de Dios» (He.
11:3) Ver: Gen. 1:1-2:25, Is. 40:28, 42:5, 45:18; MI. 13:19; Jn. 1:3; Ef. 3:9; Col. 1:16;
Ap. 4:11; 10:6
La biblia no intenta dar una descripción científica de los orígenes de todas las
cosas, sino más bien una exposición teológica. La Biblia no es un tratado de
astrofísica, sino que nos comunica principalmente la esencial verdad de la
salvación.
Dios está activo sosteniendo, gobernando y guiando todo lo que él ha creado. Las
criaturas no son emanaciones de Dios, están separadas de él y, por lo tanto, son
seres finitos limitados y dependientes.
Dios se reveló CREANDO al hombre a su imagen. La personalidad, el
libre albedrío y conciencia del ser humano indican que su Creador también
es personal y moral.
Dios no creó la humanidad para luego olvidarse de ella, ni tampoco el hombre fue
creado para rebelarse contra su Creador. Por otra parte, Dios le dotó con
inteligencia y libertad, las cuales pueden ser usadas para afirmar su relación con él
o para negarla. Sobre esta realidad se basan los conceptos del pecado y de la gracia:
el hombre en su naturaleza caída está dotado de CONCIENCIA, la capacidad de
discernir el bien del mal, y libre ALBEDRÍO, el hombre a través de Jesucristo
puede entrar en una relación de dependencia y amor con Dios.
No obstante, la CREACIÓN nunca puede ser igual a Dios y no debe ser adorada
como si fuera Dios.
CONCLUSIÓN